[Castillo de Bestia] ¿Quién teme al lobo feroz?

Participantes: Fátima, Kairi, Saito, Neru, Jeanne

La aparente traición de Tierra de Partida en un acuerdo de paz provocó el anuncio de la guerra por parte de Bastión Hueco. Los aprendices deben enfrentarse entre sí, entre antiguos amigos y compañeros. ¿Cómo lograrán sobrevivir cuando otras amenazas acechan?

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

[Castillo de Bestia] ¿Quién teme al lobo feroz?

Notapor EspeYuna » Sab Jun 27, 2015 11:36 pm

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Nombre: ¿Quién teme al lobo feroz?

Mundo: Castillo de Bestia

Introducción: Tierra de Partida recibe un aviso de la Federación de máxima prioridad y urgencia, cuando la aldea de un mundo pintoresco y rural está siendo asolada por una horda de lobos sincorazón procedentes del bosque más cercano. No importa lo mucho que luchen sus hombres, las bestias vuelven a alzarse y desgarrarlos sin piedad.

Por otro lado, Diana informa de la situación a Bastión Hueco y dos maestras, Shinju y Ariasu, acuden a investigar el extraño suceso. ¿Puede que llamadas por los ideales de Ryota? ¿O quizás sólo es morbosa curiosidad?

Gente desaparecida, lobos procedentes del infierno... y una bestia temida por todos.

NPC’s:
+ Bestia
+ Bella
+ Gastón
+ Le Fou
+ Lyn
+ Akio
+ Diana
+ Ariasu
+ Shinju

Requisitos:
+ Ambos bandos pueden participar
+ Se permiten mascotas pero nunca separadas de sus dueños
+ Mínimo nivel 8

Fecha de inicio: 27 de junio

Notas:
- Esta trama podrá llevar caminos muy diferentes dependiendo de las acciones de cada jugador. Recomiendo organización y no dejar caminos vacíos para exprimir la historia de la trama al máximo.

Apuntados:
Participante 1: Suzume Mizuno
Participante 2: H.S Sora
Participante 3: 15nuxalxv
Participante 4: Kairi

Extra 1: Darkness Seeker


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¿Dónde diantres te habías metido?

Eso mismo se preguntaba ella cuando Ronin apareció en el punto de encuentro dos horas más tarde de la acordada durante aquella misión, teniendo que soportar la lluvia de tormenta sobre ellos. Algo descontenta por el comportamiento del pirata por conocer ya sus escapadas a la taberna, la joven alternó la mirada entre él y su maestro, quien tras estar a punto de echar la bronca a su compañero por enésima vez desde que ella había comenzado a compartir su vida con ambos, se detuvo al comprobar las magulladuras de Ronin.

¡Qué le vamos a hacer! Me entretuve un poco...

Ryota se acercó con cautela. Su aprendiz reconocía que tenía un semblante increíble para mantener la compostura, pero sí que percató que estaba extrañado por el aspecto de Ronin. Éste presentaba heridas, algunas algo profundas, en ambos brazos y en el pecho. Y su ropa estaba parcialmente destrozada. Juntando ambas cosas con barro hasta las orejas y la lluvia cayendo sobre él, cualquiera ya descartaría que hubiera estado de nuevo en una de sus tabernas favoritas cantando en la barra y bebiendo hasta olvidar cómo se llamaba.

¿Qué es lo que llevas ahí? —interrogó Ryota, observando que algo se movía bajo el regazo de Ronin. La aprendiz no se dio cuenta hasta el momento que su mentor había percibido una cuarta presencia.

La cuarta presencia de un portador.

Pero Ronin retrocedió, no muy seguro de que fuera buena idea que Ryota se acercara.

Ahora no —inquirió el maestro, serio y cansado—. Es una larga historia. Y sé lo que me vas a decir, pero no... no podía dejarla.

¿Y has comprobado siquiera si su corazón...?

Lo has sentido, ¿no? —dijo Ronin, con pocas ganas de discutir— Es muy fuerte, y me hago responsable... uf...

Ronin tosió y Ryota tuvo que adelantarse para echarle una mano y mantenerlo en pie antes de que cayera al suelo. La aprendiz de Ryota, preocupada por su estado, se acercó dubitativa y pidió permiso con la mirada a su maestro para usar sus habilidades curativas. Sin embargo, Ronin la detuvo al instante que notó sus manos, con una vivaracha sonrisa iluminando su deplorable estado:

No, Nanashi. Esta pequeñaja te necesita más.

Y ella hizo caso, sorprendida cuando Ronin destapó el bulto y le mostró el motivo de su tardanza aquel día.

*****


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Eso es todo lo que he conseguido averiguar.

Diana hizo una reverencia al maestro Ryota, quien descansaba en su trono con un aspecto un tanto débil todavía, aunque aquellos días ya era capaz de mantenerse en pie por sí mismo y volver a liderar Bastión Hueco en la medida de lo posible. A su lado Nanashi se mantenía en pie sin separarse un solo momento. En otro de los tronos descansaba Ariasu jugueteando con su bastón, y Shinju permanecía sentada en el restante acariciando las alas de su querida mascota.

La aprendiz había regresado tras una larga misión de cuatro semanas en aquel mundo encantado que tanto le había fascinado a Nanashi de joven.

Tanto ella como Ryota sabían que muchos de sus cuentos y leyendas eran realmente ciertos.

Siento que la información sea bastante pobre, pero el castillo ahora mismo está rodeado de sincorazón y es imposible acercarse a una media de quinientos metros desde todos los ángulos, ya sea tierra o aire... y la cantidad va en aumento. Es posible que a este paso la oscuridad se extienda y alcance la aldea más cercana al bosque.

Escuchando el informe de Diana, ambos intercambiaron una mirada, recordando al instante viejos tiempos.

De acuerdo, Diana. Buen trabajo —dijo Ryota, con una voz que sonaba bastante agradecida por el esfuerzo de sus aprendices—. Puedes retirarte.

Diana se giró, dejando revolotear el aroma de su hechizo a su alrededor. A tres pasos, escuchó la voz de Ariasu a su espalda, y se quedó quieta en el sitio, olvidándose cómo diantres respiraba un mortal:

¿Nada más, pillina? —preguntó, juguetona, Ariasu— Me extraña tanto que alguien tan experimentada como tú no haya conseguido información más interesante... ¿te encuentras bien, flor de pétalo?

Aunque sonara "preocupada", Ryota detuvo las cuestiones de Ariasu alzando la mano, totalmente seguro de cuales eran sus intenciones.

Diana ha cumplido con su deber. Puede marcharse —habló Nanashi por él, dejando que Diana abandonara la sala.

En el mismo instante que Diana cerró tras de sí los portones de la sala del trono, aligeró el paso por los pasillos, manteniendo su porte apetitoso entre todos los chicos del castillo e intentando distraerse de aquel incómodo momento jugando con ellos. Pero tras aburrirse con tres o cuatro aprendices que ya nada tenían que obsequiarle salvo falsas promesas de amor eterno, y acordándose de que la atracción sólo le traía problemas, desistió y les dio esquinazo gracias a sus habilidades, llegando al mirador para apoyarse en la barandilla y observar el triste paisaje de su hogar.

Recordó la voz de Ariasu y le recorrió un escalofrío. Sabía que había jugado con fuego aceptando aquella misión. Y ocultando información, traicionando a Bastión Hueco. Pero no podía permitir que nadie más se enterara de ciertos detalles. Algunos, pues, que conocía de una tercera persona.

Y mucho más, cuando a esa persona le debía la vida.

*****


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No vas a ir.

¡Déjate de chorradas!

Aquella mañana durante el entrenamiento en Tierra de Partida, Ronin y Lyn habían desaparecido por un momento tras un aviso urgente de Mog. Akio siguió, por desgracia, pateando el trasero a los aprendices de ambos, divirtiéndose a costa de ello pero enseñando algunas posturas de bloqueo bastante útiles. Dentro de lo que podría pensarse, se tomaba en serio -al menos un poco- su trabajo como maestro.

Pero cuando los dos maestros restantes llegaron discutiendo a voz alzada de Lyn, Akio dejó de lado sus deberes y se acercó a ambos. Se cruzó de brazos frente a ellos, esperando que le dieran una explicación para que Lyn se comportara así en público sin ademán de ser cautelosa con un aviso de Mog.

Los aprendices que estuvieran más atentos verían que Akio asentía a Ronin, pero que Lyn erizaba sus orejas y gritaba de nuevo que iba a ir, a saber dónde, le gustara o no al maestro de maestros.

Y si se acercaban un poco más, atreviéndose a preguntar por lo que sucedía, escucharían a Akio decir:

Iré con ella —al darse cuenta de que los aprendices estaban demasiado cerca, enarcó una ceja y sonrió de forma siniestra—. ¿Acaso no os han dicho que espiar a vuestros superiores merece un castigo?

Sin embargo, Ronin le restó importancia al instante:

No me extraña nada que estén preocupados si estamos armando tanto jaleo a primera hora de la mañana —dijo, intentando sacar una sonrisa a los aprendices. Sin embargo, la sonrisa duró poco—. La Federación nos ha mandado un mensaje de máxima urgencia. Al parecer, ha habido un aumento considerable de sincorazón las últimas semanas en un mundo en particular. La localización de estos era por lo pronto en una zona concreta y sólo afectaba a comerciantes que atravesaban un bosque desde su hogar hasta el siguiente destino, sobre todo en época de ferias. Pero... —Ronin se detuvo, observando a Lyn. Ésta giró la cabeza, con un humor de perros... literal. El maestro suspiró, rascándose la nuca— Ha aparecido un brote muy peligroso en las profundidades de ese bosque y están comenzando a atacar zonas cercanas a una aldea, con muchos inocentes... yo tengo que ir a la Federación para informarme, porque al parecer hay nuevas razas de sincorazón registradas en sus bases de datos. Me gustaría ir en persona dado que Kazuki está fuera, o quizás incluso mandar a Lyn a la Feder...

Ni en broma esperes que vas a usar una excusa tan débil para alejarme de esta misión, Ronin —gruñó Lyn, echando humo por las orejas.

Mira que eres terca —Ronin soltó un comentario fraternal lleno de enfado y preocupación a partes iguales. Pero se detuvo a medio camino, no queriendo discutir más—. Lyn y Akio irán a la aldea a protegerla de los ataques venideros... sólo eso, queda terminantemente prohibido atravesar las profundidades del bosque sin permiso, siendo aprendiz o maestro —recalcó, mirando al resto de mentores. Lyn se revolvió, pero Akio, sorprendentemente, asintió con seriedad—. Yo procuraré estar allí lo más pronto posible. Cuando nos reunamos intentaremos averiguar qué es lo que sucede. Lyn, Akio, proceded a escoger a vuestros aprendices. No demasiados, tampoco quiero que se llame mucho la atención con la guerra de por medio.

Aquello último lo dijo con un deje de tristeza y frustración, pero hizo todo lo posible por no mostrarlo a los aprendices... puede que sin éxito.

De acuerdo, ¡Fátima! —llamó a la aprendiz, pero con un vozarrón tan fuerte y lleno de ira contenida dentro de ella que la pobre no pudo evitar asustarse o pegar al menos un respingo— Kairi, tú también... y Jeanne, os venís conmigo.

¡Eh, eh, eh, para el carro! —la detuvo Akio, furioso— ¿Tres aprendices? ¿Qué hay de mi valeroso ejército? ¡Neru, hora de mover el culo y demostrar lo que vale la doctrina de vuestro Rey!

Lyn refunfuñó, quizás molesta porque Akio la acompañara y se llevara un aprendiz suyo. Ronin observó el percal, con su único ojo visible puesto sobre la joven híbrida. Algo no iba bien.

En el último instante de partir, éste se acercó a Fátima. Posó una mano sobre su hombro y, a su espalda, le susurró al oído:

Tengo una misión para ti, Fátima, porque conoces ese mundo y a Lyn. No la pierdas de vista. Y, por favor, no dejes que vaya al bosque hasta que yo regrese. Si es necesario cuenta con la ayuda de tus compañeros.

Tras aquella petición, el maestro de maestros se alejó, no sin antes tirar de una oreja a Lyn y sonreír con la mirada.

*****


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Aquella mañana, tanto Saito como Diana fueron requeridos en la sala del trono. Ryota y Nanashi no estaban presentes, pero sí Ariasu y Shinju.

Siento que sólo hayan pasado unos días desde que volviste de misión, Diana, pero requerimos de tu experiencia en el terreno para investigar lo que está sucediendo en el mundo del que regresaste —Ariasu pidió disculpas a la joven, aunque sí con cierto deje de picardía y travesura—. ¿No estarás muy cansada, verdad...?

No, maestra —respondió Diana con sequedad—. Me encuentro perfectamente. Han sido días suficientes para recuperarme.

¡Perfecto, entonces! —Ariasu saltó del asiento, jugando con su vara para lanzarlo al aire y cogerlo al vuelo, acercándose entonces a Saito— Bien, veamos lo que nos da Ryota... ¿Saito, verdad? Parece que nuestro líder tiene altas expectativas contigo cuando nos ha recomendado tu ayuda para esta misión. A ver que te eche un vistazo, ¡oh sí, ya te recuerdo! —la maestra alzó la barbilla de Saito con su arma— Estabas aquel día con la pequeña Saeko en la demostración. Sí, sí, bien... Ryota por fin hace una buena elección, ¡espero que no me defraudes!

¿De verdad es necesario que siendo dos maestras tengamos que cargar con ellos? —preguntó Shinju, molesta.

Te equivocas, Shinju —Ariasu se giró hacia ella, señalándola con su vara—. Precisamente ser maestra requiere doctrina a tus aprendices. Son los gajes del oficio, acostúmbrate a ello.

Ariasu rió con la actitud de Shinju, la de una adorable muñeca de porcelana berreando por tener que cargar con algo innecesario durante sus horas de diversión fuera del castillo.

Espero que al menos nos seáis de utilidad y cumpláis nuestras órdenes.

¿Por qué no habrían de cumplirlas, Shinju? —preguntó Ariasu, mirando de refilón a Diana.

Shinju también la observó de forma aún más descarada y, con voz cantarina, respondió:

Quién sabe, Ariasu. Quién sabe.

*****


El bando de Tierra de Partida aterrizó en el mismo sitio donde Fátima lo hizo meses atrás, cerca de la aldea y de la casa de dónde había salido la muchacha de prendas celestes aquella vez. Lyn, antes que nada y tras prescindir de la armadura, se echó una capa y ocultó su aspecto bajo la misma, incluidas sus orejas de animal.

Las órdenes eran claras. Al parecer primero debían explorar el terreno y procurar si los aldeanos se encontraban a salvo, o si ya era demasiado tarde y los sincorazón ya habían llegado para arrebatarles la vida. Lyn había sacado un mapa de la zona y había tres zonas a elegir:

Nos dividiremos para comprobar el estado de la aldea y el movimiento del enemigo —Akio fue a decir algo, pero ésta le detuvo mostrando sus colmillos. El pequeño maestro no se asustó, pero sí desistió en decir algo—. Por aquí se encuentra la zona comercial, donde la mayoría de los aldeanos intercambian palabras tanto para los cotilleos como para lo más importante que le sucede a su gente. Es un buen sitio para comenzar a recopilar información, y además comprobar que se encuentran todos a salvo y no hay sincorazón en la aldea, ya que es este punto donde se reune más gente... otra zona a destacar es ésta, la favorita de Ronin —Lyn pareció sonreír por un momento, pero corrigió enseguida el recordar aquel detalle que no servía de nada—, la taberna. Y la otra zona a señalar serían los alrededores de la aldea, entre ésta y el bosque —Lyn y Akio intercambiaron miradas por unos segundos bastante tensos—. Me quedaré yo por la zona, te guste o no.

¿Sabes que no me fío de tu palabra, verdad? Para algo me ha mandado Ronin contigo, chucho. Para no perderte la vista de encima y ponerte la correa y atarte a un árbol si es necesario.

Ahora mismo te degollaría, pero no hay tiempo para discutir. Esta gente nos necesita y no soy tan estúpida como para...

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¿Para... qué? —Lyn se detuvo, cavando su propio agujero. Akio había dado en el clavo— ¿Ves? Tienes intenciones. Y no pienso permitir que tus caprichos interrumpan la misión o que, peor aún, la jodan, ¿ha quedado claro?

¡A mí no me hables así, niñato! —la maestra estalló, para sorpresa de todos los presentes— ¿¡O es que acaso tú tampoco te permites esa clase de caprichos cuando te viene en gana!?

¿¡Niñato!? ¡¡Yo pienso con más sentido común que tú, chucho pulgoso!!

¡¡Akio...!!

Y la discusión prosiguió durante unos minutos. Eternos, inaguantables. Si los aprendices no se daban prisa por hacer algo y detener la discusión de sus mentores, quizás fuera demasiado tarde para los habitantes de aquella aldea. Y además, ya algunos aldeanos que pasaban por el camino estaban observando con descaro el panorama. Estaban llamando la atención.

*****


Je, tal y como Ryota suponía. Lyn está entre ellos.

Saito podría observar en aquella alta colina al bando contrario armando jaleo. Al parecer, el bando de Bastión Hueco se mostraba bastante más sigiloso a la hora de no llamar la atención en mundos ajenos.

Qué divertido, ¿verdad, Diana? —comentó Shinju, observando la expresión de la semi diosa— Cuántos recuerdos debe traerte de Tierra de Partida...

Shinju, ahora no es el momento —sonrió Ariasu a ambas—. Ya habéis escuchado su plan. Tienen pensado dividirse, y por lo que se ve, la maestra Lyn se quedará en los alrededores y Akio irá a la aldea. Pero nuestra misión no es proteger a los aldeanos. Es ir más allá de lo que nuestros ojos ven, algo que esta panda de pacotilla no hace por estar demasiado ciegos con su dictadura de la luz cargando sobre ellos. Pobres... no saben lo que se pierden.

Ariasu se acercó a Saito y a Diana, esperando su decisión.

Aunque si queréis echar una mano a esa pobre gente contra los sincorazón, no os podría detener. Son palabras de Ryota —Ariasu resopló de forma teatral—. Así que, decidme. ¿Os apetece venir conmigo a pasarlo bien y descubrir qué pasa en el bosque? ¿O preferís quedaros?

Tú ya sabes que tengo asuntos pendientes. Órdenes de Nanashi.

Lo sé, muñequita, y espero que las cumplas a la perfección.

Shinju se alejó, caminando con gracia hacia la aldea. No esperaría a nadie. Sin embargo, Saito podía seguirla si quería.

Iré con usted, maestra.

Diana ya había tomado su decisión. Ariasu sonrió, complaciente.

¿Y tú, Saito? ¿Qué me dices?

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Mi primera trama después de mucho tiempo. Me hace mucha ilusión volver y más con este arco que había dejado abandonado. Sin embargo, he de advertiros que los días entre fecha límite serán algo irregulares, variando entre tres-cinco días. El problema viene a que mis turnos de trabajo no son los mismos todas las semanas: puedo estar tres noches seguidas, tener dos días de descanso luego y el resto trabajando de mañana, como trabajar todo el día y al día siguiente de nuevo hasta ya un tercer día tenerlo libre (el problema de estos turnos es que son doce horas y llego a casa de noche literalmente muerta xDDD). Intentaré hacer la espera lo más amena posible y avisar de posibles retrasos, que espero que no pasen con respecto a que me cambien turnos de guardia ¡Gracias a todos los que os habéis apuntado, y espero que lo paséis tan bien como yo escribiéndolo! :3


Fecha límite: miércoles 1 de julio a las 23:59
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Re: [Castillo de Bestia] ¿Quién teme al lobo feroz?

Notapor Darkness Seeker » Dom Jun 28, 2015 1:11 am

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La mañana comenzaba de forma entretenida. En medio de un entrenamiento, el maestro de Maestros Ronin y la Maestra Lyn habían tenido que ausentarse para dejarnos con... Akio, mi propio Maestro. No es que le odie ni nada por el estilo, pero... Mira que fastidia el maldito niño cuando quiere. En definitiva, aprovechó el poco rato que estuvo de entrenador para molestar un poco, y de paso enseñar "a su manera".

Por gracia divina, Ronin y Lyn acabaron volviendo, aunque se les mostraba algo enojados. Aprovechando que Akio se había alejado, me volví unos pasos hacia atrás para acercarme a mis tres compañeras en aquel entrenamiento: Jeanne, amiga mía tras cierta aventura en la biblioteca de Tierra de Partida y con la cuál había completado hacía poco un encargo en el mundo del Castillo de Bestia, Kairi, con la cuál resolvimos una situación crítica en la Torre de Yen Sid unos días atrás y otra chica a la que apenas conocía de nada más que de verla alguna vez por los pasillos de Tierra de Partida.

¿Qué puede haber pasado?—les susurré esperando que los maestros no oyeran.

Iré con ella —contestó Akio a una pregunta que ni siquiera habíamos oído—. ¿Acaso no os han dicho que espiar a vuestros superiores merece un castigo?

No me extraña nada que estén preocupados si estamos armando tanto jaleo a primera hora de la mañana —comentó Ronin riéndose mientras se acercaba a nosotros—. La Federación nos ha mandado un mensaje de máxima urgencia. Al parecer, ha habido un aumento considerable de sincorazón las últimas semanas en un mundo en particular. La localización de estos era por lo pronto en una zona concreta y sólo afectaba a comerciantes que atravesaban un bosque desde su hogar hasta el siguiente destino, sobre todo en época de ferias. Pero...Ha aparecido un brote muy peligroso en las profundidades de ese bosque y están comenzando a atacar zonas cercanas a una aldea, con muchos inocentes... yo tengo que ir a la Federación para informarme, porque al parecer hay nuevas razas de sincorazón registradas en sus bases de datos. Me gustaría ir en persona dado que Kazuki está fuera, o quizás incluso mandar a Lyn a la Feder...

¿Sincorazones en un bosque? No... Era imposible que fuera... ¿El Castillo de Bestia? No hacía ni una semana que había vuelto con Jeanne de la misión que nos encargó Kazuki allí. Es cierto que era aventurar demasiado, pero de tantos mundos que había visto el único que se e venía a la mente al hablar de un bosque repleto de sincorazón era ese.

Ni en broma esperes que vas a usar una excusa tan débil para alejarme de esta misión, Ronin

Mira que eres terca —respondió el Maestro de Maestros mientras pasaba su mano por encima de la cabeza de Lyn—. Lyn y Akio irán a la aldea a protegerla de los ataques venideros... sólo eso, queda terminantemente prohibido atravesar las profundidades del bosque sin permiso, siendo aprendiz o maestro —aquello me hacía pensar más y más en la posibilidad de que se tratara del Castillo de Bestia, después de todo tras el descubrimiento del castillo y su maldición—. Yo procuraré estar allí lo más pronto posible. Cuando nos reunamos intentaremos averiguar qué es lo que sucede. Lyn, Akio, proceded a escoger a vuestros aprendices. No demasiados, tampoco quiero que se llame mucho la atención con la guerra de por medio.

De acuerdo, ¡Fátima! —gritó Lyn con tal brusquedad que por poco se me saltó el corazón—Kairi, tú también... y Jeanne, os venís conmigo.

¡Eh, eh, eh, para el carro! —exclamó Akio, con la cara tan roja de vergüenza que parecía a punto de estallar.— ¿Tres aprendices? ¿Qué hay de mi ejército? ¡Neru, hora de mover el culo y demostrar lo que vale la doctrina de vuestro Rey!

¡C-Claro, Maestro!—respondí sorprendido al nombrarme de pronto y dispuesto a seguilre.

La mañana iba a mejoría, por lo que parecía.

+ + +


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Mis pensamientos se confirmaban: El Castillo de Bestia. Por suerte o por desgracia, Jeanne y yo lo habíamos recorrido hace poco, aunque no enteramente claro, sólo la fortificación que le da nombre al mundo. Durante la misión, de pura investigación, averiguamos detalles como que al parecer, gran parte de la población del castillo había sido encantada y transformada en objetos, por no hablar de su amo... un verdadero monstruo.*

*
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La misión es Exploración Bestial. Está algo avanzada y en proceso (se pueden ver las fechas de los últimos posts), pero no terminada. A no ser que se me pida lo contrario, es posible que durante la trama comente cosas que Neru sabrá por la misión, como la maldición del castillo, sus vasallos y de Bestia. En caso de que suponga algún problema puedo parar con las referencias en cuánto quieras Espe.


Acabamos por aterrizar los seis en una pequeña colina cerca del pueblo en cuestión. Allí, tras asegurarnos de que no había nadie cerca, Lyn sacó un mapa de la Aldea y comenzó a gestionar nuestra misión:

Nos dividiremos para comprobar el estado de la aldea y el movimiento del enemigo.Por aquí se encuentra la zona comercial, donde la mayoría de los aldeanos intercambian palabras tanto para los cotilleos como para lo más importante que le sucede a su gente. Es un buen sitio para comenzar a recopilar información, y además comprobar que se encuentran todos a salvo y no hay sincorazón en la aldea, ya que es este punto donde se reune más gente... otra zona a destacar es ésta, la favorita de Ronin —por un momento Lyn fue a reír ante la ocurrencia, pero se volvió seria en un instante—, la taberna. Y la otra zona a señalar serían los alrededores de la aldea, entre ésta y el bosque...

Justo en ese momento Lyn y Akio levantaron la miarada, peleando sin llegar a sacar sus Llaves Espadas ni hechizos de forma muy seria sobre esa posición. ¿Qué demonios tendría Lyn con el Bosque? ¿Estaría relacionado con la información del Castillo de Bestia? ¿Quizás con la propia Bestia?

Me quedaré yo por la zona, te guste o no.

¿Sabes que no me fío de tu palabra, verdad? Para algo me ha mandado Ronin contigo, chucho. Para no perderte la vista de encima y ponerte la correa y atarte a un árbol si es necesario.

Ahora mismo te degollaría, pero no hay tiempo para discutir. Esta gente nos necesita y no soy tan estúpida como para...

¿Para... qué? —Lyn se calló de inmediato. Akio la había descubierto— ¿Ves? Tienes intenciones. Y no pienso permitir que tus caprichos interrumpan la misión o que, peor aún, la jodan, ¿ha quedado claro?

¡A mí no me hables así, niñato!¿¡O es que acaso tú tampoco te permites esa clase de caprichos cuando te viene en gana!?

¿¡Niñato!? ¡¡Yo pienso con más sentido común que tú, chucho pulgoso!!

¡¡Akio...!!

Y comenzaron a discutir. Pasaron los segundos y siguieron gritando y echándose puyas y tonterías el uno al otro. En aquel momento deseé poder traer a Ding-Dong, Se le dan bien lidiar con estos casos. Con cuidado, casi temiendo que pudieran atacarme dada la cruenta pelea, traté de llamarles haciéndoles ver que estaban llamando la atención de una forma increíblemente visible.

Harto de tratar de llamar su atención, invoqué mi Llave espada y di con ella un buen tajo en el suelo, justo en medio de ellos, para que al menos pudieran captar que aún estábamos ahí. Desde luego, éste era un "buen comienzo".

¡Parad de una vez!

Una vez notaran nuestra presencia, o simplemente se calmaran un segundo, retiraría la Llave espada del suelo con algo de brusquedad, para lugar acercarme al mapa con las posiciones de la aldea.

¡Gracias!—agradecí sarcásticamente a los Maestros una vez pararan de discutir y mirando rápidamente al resto del grupo—Bien, somos seis y tenemos tres puntos a mirar. Lo mejor sería que nos dividíeramos en grupos de dos. Yo no tengo problema en comprobar la Zona Comercial. ¿Alguno quiere acompañarme a esa zona?

Tras eso volví a mirar de reojo a todos, pero en especial a Jeanne. No era otra cosa, pero necesitaba hablar con ella de todo esto, y esperaba que captara mi mensaje. Todo esto era muy raro, y necesitaba alguien con quién poder compartir opiniones e incluso idear nuevas ideas sobre nuestro objetivo.

Una vez decidiéramos todos, y aún en caso de que Jeanne decidiera comprobar otra zona, me dirigiría con el compañero que me tocase hacia la Zona Comercial en busca de información. Con tanta misión de investigación iba a ser capaz de llenar la ficha de este mundo en mi Base de Datos en un santiamén...

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Un placer rolear con vosotros ^^

Pues un poco lo dicho, Neru trata de llamar la atención de los maestros con un golpe en el suelo y decide ir a la Zona Comercial. también repito lo del spoiler anterior, si hablar de la misión supone algún problema, avisadme.
LET YOUR HEART SURRENDER BY THE DARKNESS¡

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Logros ~ Neru
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~ 2014 ~

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Re: [Castillo de Bestia] ¿Quién teme al lobo feroz?

Notapor Kairi » Mar Jun 30, 2015 10:58 pm

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- No vas a ir.

- ¡Déjate de chorradas!

Kairi oyó las voces de Ronin y su Maestra Lyn discutiendo en medio de su entrenamieno con el Maestro Akio, que parecía divertirse mucho mientras la apalizaba a ella y a otros Aprendices, pero a su vez le eran muy útiles las técnicas para evitar las palizas. Era buen Maestro, pero a veces le recordaba a un niño caprichoso y engreído al que le hacía falta un buen guantazo.

Akio dejó el entrenamiento al oir las voces de los otros dos Maestros. Kairi pudo ver que este le asentía a Ronin mientras de Lyn gruñía y repetía que iba a ir a un lugar concreto, sin saber de qué se trataba.

- Iré con ella - dijo Akio, pero se giró al darse cuenta de que tanto Kairi como los demás Aprendices estaban escuchando - . ¿Acaso no os han dicho que espiar a vuestros superiores merece un castigo?

- No me extraña nada que estén preocupados si estamos armando tanto jaleo a primera hora de la mañana - respondio Ronin quitándole importancia - . La Federación nos ha mandado un mensaje de máxima urgencia. Al parecer, ha habido un aumento considerable de sincorazón las últimas semanas en un mundo en particular. La localización de estos era por lo pronto en una zona concreta y sólo afectaba a comerciantes que atravesaban un bosque desde su hogar hasta el siguiente destino, sobre todo en época de ferias. Pero... Ha aparecido un brote muy peligroso en las profundidades de ese bosque y están comenzando a atacar zonas cercanas a una aldea, con muchos inocentes... yo tengo que ir a la Federación para informarme, porque al parecer hay nuevas razas de sincorazón registradas en sus bases de datos. Me gustaría ir en persona dado que Kazuki está fuera, o quizás incluso mandar a Lyn a la Feder...

- Ni en broma esperes que vas a usar una excusa tan débil para alejarme de esta misión, Ronin - gruñó Lyn.

- Mira que eres terca. Lyn y Akio irán a la aldea a protegerla de los ataques venideros... sólo eso, queda terminantemente prohibido atravesar las profundidades del bosque sin permiso, siendo aprendiz o maestro. Yo procuraré estar allí lo más pronto posible. Cuando nos reunamos intentaremos averiguar qué es lo que sucede. Lyn, Akio, proceded a escoger a vuestros aprendices. No demasiados, tampoco quiero que se llame mucho la atención con la guerra de por medio.

Ronin se mostraba algo triste. No era de extrañar, pensó Kairi, la guerra le producía a ella la misma sensación.

- De acuerdo, ¡Fátima! Kairi, tú también... y Jeanne, os venís conmigo - ordenó Lyn.

- ¡Sí señora! - Kairi fue de inmedianto hacia su Maestra algo sobresaltada por la brusquedad con la que las había llamado.

- ¡Eh, eh, eh, para el carro! - detuvo Akio a la híbrida - ¿Tres aprendices? ¿Qué hay de mi valeroso ejército? ¡Neru, hora de mover el culo y demostrar lo que vale la doctrina de vuestro Rey!

Akio había elegido a Neru también para la misión, un Aprendiz al que Kairi conoció en la caótica misión de la Torre de los Misterios. Cuando iban a partir, Kairi se fijó en que Ronin se acercaba a Fatima y le decía algo inaudible para ella. Después de eso, Ronin le dio un tirón de oreja a Lyn y se alejó, dejándoles partir.

*****


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Maestros y Aprendices aterrizaron cerca de una aldea de un mundo desconocido para Kairi. Lyn se quitó la armadura y se cubrió las orejas con una capa. Posiblemente en ese mundo vieran mal a los que no fueran del todo humanos. Kairi se miró su nueva indumentaria. Le parecía que iba bien así y no esperaba demasiados problemas.

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Las órdenes que se le dieron a los Aprendices eran explorar la aldea y comprobar si los aldeanos estaban a salvo o si había Sincorazones por allí. Lyn les indicó los lugares mediante un mapa.

- Nos dividiremos para comprobar el estado de la aldea y el movimiento del enemigo. Por aquí se encuentra la zona comercial, donde la mayoría de los aldeanos intercambian palabras tanto para los cotilleos como para lo más importante que le sucede a su gente. Es un buen sitio para comenzar a recopilar información, y además comprobar que se encuentran todos a salvo y no hay sincorazón en la aldea, ya que es este punto donde se reune más gente... otra zona a destacar es ésta, la favorita de Ronin, la taberna. Y la otra zona a señalar serían los alrededores de la aldea, entre ésta y el bosque - Lyn miró a Akio - . Me quedaré yo por la zona, te guste o no.

- ¿Sabes que no me fío de tu palabra, verdad? Para algo me ha mandado Ronin contigo, chucho. Para no perderte la vista de encima y ponerte la correa y atarte a un árbol si es necesario.

- Ahora mismo te degollaría, pero no hay tiempo para discutir. Esta gente nos necesita y no soy tan estúpida como para...

- ¿Para... qué? ¿Ves? Tienes intenciones. Y no pienso permitir que tus caprichos interrumpan la misión o que, peor aún, la jodan, ¿ha quedado claro?

- ¡A mí no me hables así, niñato! ¿¡O es que acaso tú tampoco te permites esa clase de caprichos cuando te viene en gana!?

- ¿¡Niñato!? ¡¡Yo pienso con más sentido común que tú, chucho pulgoso!!

- ¡¡Akio...!!

- ¡Parad de una vez!

Neru intentó detener la discusión dando un tajo en el suelo con su Llave Espada.

- ¡Gracias! Bien, somos seis y tenemos tres puntos a mirar. Lo mejor sería que nos dividíeramos en grupos de dos. Yo no tengo problema en comprobar la Zona Comercial. ¿Alguno quiere acompañarme a esa zona?

- Yo misma - se ofreció Kairi - . Bueno, si alguien está especialmente interesado en esta zona, puedo ir a otra sin problemas, como la taberna - continuó para que no hubiera ningún conflicto en la elección de zonas, bastante tenían ya con la discusión de Lyn y Akio.

Esperó a que Fátima y Jeanne hicieran sus elecciones. En el caso de que alguna decidiera ir con Neru a la zona comercial, Kairi iría hacia la taberna.
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Gracias Aru :D
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La Historia Del Hipercor By Rmedive92
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El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


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Kairi
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Re: [Castillo de Bestia] ¿Quién teme al lobo feroz?

Notapor Suzume Mizuno » Mié Jul 01, 2015 6:15 pm

No vas a ir.

¡Déjate de chorradas!

Fátima dio gracias al mal humor de Lyn, porque Akio dejó de prestarles atención y ella pudo tomar un respiro de aquel duro entrenamiento. Todavía no se acostumbraba a que un niñato le diera lecciones, era humillante. Por suerte lo que les había enseñado del bloqueo había resultado bastante útil. Tendría que practicarlo con Malik en cuanto tuviera la oportunidad. Mientras se secaba el sudor de la frente y de la nuca, Fátima agudizaba el oído para comprender qué diantres estaba sucediendo.

¿Acaso no os han dicho que espiar a vuestros superiores merece un castigo?—dijo Akio.

Fátima se ruborizó un poco, pero le miró mal. Si no querían que escucharan nada, ¡entonces que no gritaran delante de ellos!

No me extraña nada que estén preocupados si estamos armando tanto jaleo a primera hora de la mañana —dijo Ronin y Fátima tuvo que contenerse para no arquear las cejas en dirección a Akio—. La Federación nos ha mandado un mensaje de máxima urgencia. Al parecer, ha habido un aumento considerable de sincorazón las últimas semanas en un mundo en particular. La localización de estos era por lo pronto en una zona concreta y sólo afectaba a comerciantes que atravesaban un bosque desde su hogar hasta el siguiente destino, sobre todo en época de ferias. Pero...Ha aparecido un brote muy peligroso en las profundidades de ese bosque y están comenzando a atacar zonas cercanas a una aldea, con muchos inocentes... yo tengo que ir a la Federación para informarme, porque al parecer hay nuevas razas de sincorazón registradas en sus bases de datos. Me gustaría ir en persona dado que Kazuki está fuera, o quizás incluso mandar a Lyn a la Feder...

Ni en broma esperes que vas a usar una excusa tan débil para alejarme de esta misión, Ronin —gruñó Lyn, con las orejas erizadas y prácticamente mostrando los dientes.

«¿Pero qué le pasa?», se preguntó, incómoda.

Ronin cedió poco después,aunque sin demasiado entusiasmo.

De acuerdo, ¡Fátima!

¡Sí!—exclamó ella con voz aguda. Lyn parecía que fuera a morder a alguien.

Kairi, tú también... y Jeanne, os venís conmigo.

Fátima saludó a Jeanne a sus compañeras con un gesto. Al menos esta vez conocía a las chicas con las que iba a compartir misión. Seguro que las cosas serían más fáciles así. O eso esperaba. El malhumor de Lyn no auguraba nada bueno. Mientras Akio chillaba y ordenaba a un alumno suyo, Neru, que se uniera a la expedición, Ronin se acercó a Fátima y le puso una mano en el hombro.

Tengo una misión para ti, Fátima, porque conoces ese mundo y a Lyn.—Fátima volvió la cara hacia él, sorprendida, mientras Ronin susurraba a su oído. El único mundo al que había ido con Lyn era… De pronto creyó comprender su actitud, aunque continuaba siendo desproporcionada—. No la pierdas de vista. Y, por favor, no dejes que vaya al bosque hasta que yo regrese. Si es necesario cuenta con la ayuda de tus compañeros.

Se humedeció el labio inferior y asintió con la cabeza.

De acuerdo. Haré lo que esté en mi mano

****


Se quitó la armadura pulsando su muñequera y aspiró el intenso olor a bosque con agrado. Le pareció también reconocer el aroma del pan, pero no estaba segura. Como la otra vez, Lyn se cubrió con una capa para ocultar sus orejas. Fátima la observó de reojo mientras se sacudía la falda. Debajo llevaba unos pantalones y un jubón, por si le convenía más comportarse como un hombre, pero se había puesto un vestido de tono rojizo oscuro —no muy llamativo— y se había recogido el pelo en una coleta alta. La gente del lugar era ante todo campesina, así que no tenía sentido llevar nada exagerado.

Casi de inmediato la tranquilidad del camino, al borde de la aldea, se vio alterado por las discusiones de Akio y Lyn. Fátima se mordió el labio inferior, irritada por el comportamiento de ambos.

El bando de Tierra de Partida aterrizó en el mismo sitio donde Fátima lo hizo meses atrás, cerca de la aldea y de la casa de dónde había salido la muchacha de prendas celestes aquella vez. Lyn, antes que nada y tras prescindir de la armadura, se echó una capa y ocultó su aspecto bajo la misma, incluidas sus orejas de animal.

¡A mí no me hables así, niñato! ¿¡O es que acaso tú tampoco te permites esa clase de caprichos cuando te viene en gana!?

¿¡Niñato!? ¡¡Yo pienso con más sentido común que tú, chucho pulgoso!!

¡¡Akio...!!

Estaban atrayendo demasiado la atención. Fátima miró a su alrededor, nerviosa, y fue a dar un paso al frente pero Neru se le adelantó. Y no, precisamente, de una forma silenciosa. El estruendo que hizo al golpear el suelo con la Llave Espada le hizo rechinar los dientes.

¡Gracias! Bien, somos seis y tenemos tres puntos a mirar. Lo mejor sería que nos dividíeramos en grupos de dos. Yo no tengo problema en comprobar la Zona Comercial. ¿Alguno quiere acompañarme a esa zona?

Yo misma —dijo Kairi—. . Bueno, si alguien está especialmente interesado en esta zona, puedo ir a otra sin problemas, como la taberna.

Fátima se masajeó el puente de la nariz, profundamente irritada y convencida de que iba a acabar con dolor de cabeza entre aprendices exagerados y Maestros que no parecían tener más de 10 años. Además, Lyn parecía querer quedarse en la zona del bosque, justo lo que Ronin le había pedido que evitara. Entonces avanzó al frente y dijo:

Me quedaré con Lyn. Os informaré si sucede cualquier cosa.—Sacó su móvil e intercambió los teléfonos con sus compañeros y los Maestros, si era necesario. Luego lo cerró y decidió aguantarse las ganas de pegarles una colleja a los tres—. Si no se fía de la palabra de Lyn, yo sí lo hago, Maestro—dijo entonces a Akio—. Los gritos y las acusaciones no ayudarán en nada a la misión, así que recomendaría que se separaran antes de que tengamos que montar todavía más escándalo y todo el mundo asuma que no sólo somos extranjeros, sino maleantes.

Se imaginaba que Akio se enfadaría y quizás también Lyn, pero no le importaba. ¡Qué poca profesionalidad! Se plantó al lado de Lyn y la miró con seriedad, intentando no añadir una pizca de reproche a su mirada.

¿Vamos? Si los Sincorazón han atacado los bordes de la aldea entonces tenemos que informarnos antes de intentar nada más. Cuantos más datos, mejor.

Lo importante era que todavía no intentaran entrar al bosque, así que esperaba que Lyn aceptara quedarse en el linde. Al menos mientras ella estuviera cerca. En cualquier caso no se movería hasta que Lyn lo hiciera.

Si se alejaban lo suficiente de Akio y los demás, preguntaría en voz baja:

¿Cuál es el problema, Maestra…? ¿Por qué Ronin no quería que viniera? ¡Si usted está mucho más capacitada para moverse por este mundo que Akio!

Y, además, no estaba en la edad del pavo, como este. Aunque por momentos no lo parecía. No iba a andarse por las ramas, sabía que a Lyn le disgustaba esa clase de actitud. Por otra parte, quería comprender, pero también esperaba que si veía que estaba de su lado, se abriera un poco a ella. Hacía mucho que no iban juntas a una misión y a Fátima le decepcionaba que justo esta hubiera tenido que empezar así, cuando Lyn siempre había sido su ejemplo a seguir.
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: [Castillo de Bestia] ¿Quién teme al lobo feroz?

Notapor 15nuxalxv » Mié Jul 01, 2015 8:09 pm

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En la mañana de lo que parecía que iba a ser un tranquilo y agradable día, tuve que presentarme a un entrenamiento dirigido por mi Maestra, Ronin y Akio; a quien no había conocido hasta ahora. Cuando lo hice, no pude evitar mirarlo con asombro: se trataba de un niño de no más de doce años. Intenté borrar esa expresión de mi cara, seguramente el chico estuviese harto de ello (yo lo estaría). No quería empezar con mal pie.

Cuando Ronin y Lyn tuvieron que marcharse debido a algo que parecía urgente, el entrenamiento quedó en manos del niño. Así, el resto de la mañana se basó en las burlas del pequeño Maestro (por alguna razón, estaba segura de que él y Bavol harían buenas migas) y en algunas técnicas de bloqueo bastante útiles que, debido a mi baja experiencia, agradecí. Justamente estaba realizando una de ellas cuando los otros dos Maestros volvieron. Y Lyn estaba más... alterada de lo habitual.

No vas a ir.

¡Déjate de chorradas!

Akio se dirigió a sus compañeros, lo que me tomé como un descanso momentáneo. Parecía enfadado por la intromisión, sobre todo por la actitud de Lyn. Miré a los demás aprendices, con una expresión desconcertada a la par que curiosa. Entre ellos distinguí a Fátima, a la cual había conocido en nuestra misión a Port Royal; y a Neru, con quien había coincidido en la biblioteca, y más tarde en Castillo de Bestia. Tenía que saludarlos más tarde.

Después de oír a Lyn gritar de nuevo, escuché la voz de Neru susurrando, que se había acercado:

¿Qué puede haber pasado?

Me encogí de hombros. ¿Adónde querría ir Lyn, que provocaba tal reacción en Ronin? ¿Qué les había hecho dejar el entrenamiento? Seguí mirándolos, atenta a la conversación.

Iré con ella —afirmó Akio, para después mirarnos con una faz que podría describirse como diabólica—. ¿Acaso no os han dicho que espiar a vuestros superiores merece un castigo?

No pude evitar mirar hacia otro lado. Me maldije a mí misma. Intimidada por un niño.

No me extraña nada que estén preocupados si estamos armando tanto jaleo a primera hora de la mañana —Ronin salvó la situación, dedicándonos una efímera sonrisa—. La Federación nos ha mandado un mensaje de máxima urgencia. Al parecer, ha habido un aumento considerable de sincorazón las últimas semanas en un mundo en particular. La localización de estos era por lo pronto en una zona concreta y sólo afectaba a comerciantes que atravesaban un bosque desde su hogar hasta el siguiente destino, sobre todo en época de ferias. Pero... —El Maestro observó a Lyn antes de continuar, que giró la cabeza. Su mal humor era palpable— Ha aparecido un brote muy peligroso en las profundidades de ese bosque y están comenzando a atacar zonas cercanas a una aldea, con muchos inocentes... yo tengo que ir a la Federación para informarme, porque al parecer hay nuevas razas de sincorazón registradas en sus bases de datos. Me gustaría ir en persona dado que Kazuki está fuera, o quizás incluso mandar a Lyn a la Feder...

Ni en broma esperes que vas a usar una excusa tan débil para alejarme de esta misión, Ronin —le espetó mi Maestra. Parecía a punto de morder (literalmente) a su superior.

Mira que eres terca —suspiró el Maestro, ya acostumbrado al temperamento de la híbrida. Recordé cuando los conocí. Parecían dos hermanos que se soportaban mutuamente—. Lyn y Akio irán a la aldea a protegerla de los ataques venideros... sólo eso, queda terminantemente prohibido atravesar las profundidades del bosque sin permiso, siendo aprendiz o maestro —subrayó—. Yo procuraré estar allí lo más pronto posible. Cuando nos reunamos intentaremos averiguar qué es lo que sucede. Lyn, Akio, proceded a escoger a vuestros aprendices. No demasiados, tampoco quiero que se llame mucho la atención con la guerra de por medio.

Aquellas palabras me recordaron cómo encontramos Fátima y yo al Maestro antes de viajar a Port Royal. Eso hizo que notara un deje de aflicción. ¿O me lo había imaginado? Aparte, traté de pensar en algún mundo conocido que poseyera bosque: Castillo de los Sueños tenía, aunque el más reciente había sido Castillo de Bestia. ¿Sería aquel nuestro destino?

De acuerdo, ¡Fátima! —ordenó, todavía con un humor de perros pese a que Ronin hubiese accedido. La Aprendiza respondió algo intimidada— Kairi, tú también... y Jeanne, os venís conmigo.

No pude evitar asombrarme como mínimo.

¡Sí! —exclamé lo más decidida que pude. Era mi primera misión con mi Maestra, no quería defraudarla. Vi a Fátima saludándome. Le sonreí como respuesta, aunque no pude evitar dejar entrever algo de preocupación.

¡Eh, eh, eh, para el carro! —Akio volvió a su comportamiento habitual tras un instante de seriedad— ¿Tres aprendices? ¿Qué hay de mi valeroso ejército? ¡Neru, hora de mover el culo y demostrar lo que vale la doctrina de vuestro Rey!

El joven asintió algo cortado. No pude evitar sonreír un ápice al tenerlo de compañero de misión. Seguro que los cuatro hacíamos un buen equipo.

Antes de irnos, Lyn refunfuñó un poco por la presencia de los dos chicos, y Ronin, que miraba a la Maestra preocupado, retuvo a Fátima para murmurarle unas palabras antes de irse.

¿Vamos? —les pregunté a mis nuevos compañeros.

+ + +


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En el momento en el que tocamos tierra, me deshice de mi armadura y eché un vistazo a mi alrededor. Nos encontrábamos en un lugar cercano a una aldea, con una casa alejada de las demás en las proximidades. Me acerqué a los demás, esperando órdenes de nuestros Maestros.

Nos dividiremos para comprobar el estado de la aldea y el movimiento del enemigo —nos explicó Lyn, tras sacar un mapa. Akio quiso añadir algo, pero al encontrarse con los colmillos de la Maestra desistió—. Por aquí se encuentra la zona comercial, donde la mayoría de los aldeanos intercambian palabras tanto para los cotilleos como para lo más importante que le sucede a su gente. Es un buen sitio para comenzar a recopilar información, y además comprobar que se encuentran todos a salvo y no hay sincorazón en la aldea, ya que es este punto donde se reune más gente... otra zona a destacar es ésta, la favorita de Ronin, la taberna —La joven hizo un amago de sonrisa. No pude evitar corresponderle, recordaba cuando los encontré en la taberna de Cassie—. Y la otra zona a señalar serían los alrededores de la aldea, entre ésta y el bosque —Ambos Maestros se dirigieron una mirada que podría matar a cualquier otro—. Me quedaré yo por la zona, te guste o no.

¿Sabes que no me fío de tu palabra, verdad? Para algo me ha mandado Ronin contigo, chucho. Para no perderte la vista de encima y ponerte la correa y atarte a un árbol si es necesario.

Ahora mismo te degollaría, pero no hay tiempo para discutir. Esta gente nos necesita y no soy tan estúpida como para…

¿Para... qué? —Al astuto Akio no se le había pasado ese detalle— ¿Ves? Tienes intenciones. Y no pienso permitir que tus caprichos interrumpan la misión o que, peor aún, la jodan, ¿ha quedado claro?

¡A mí no me hables así, niñato! —No pude evitar encogerme un poco al oírla gritar. Empezábamos bien— ¿¡O es que acaso tú tampoco te permites esa clase de caprichos cuando te viene en gana!?

¿¡Niñato!? ¡¡Yo pienso con más sentido común que tú, chucho pulgoso!!

¡¡Akio...!!

Los miré a ambos, sorprendida. Se suponía que estábamos a su cargo, pero se comportaban como críos… Como los que en realidad eran, me dije. Miré a los otros tres Aprendices exasperada. Si no hacíamos algo, el mundo entero se percataría de nuestra presencia.

¡Parad de una vez!

Neru fue el encargado de intentar detener aquel guirigay, aunque de una forma algo brusca y no la más adecuada en mi opinión. Continuó hablando, tras clavar su arma en el suelo:

¡Gracias! Bien, somos seis y tenemos tres puntos a mirar. Lo mejor sería que nos dividíeramos en grupos de dos. Yo no tengo problema en comprobar la Zona Comercial. ¿Alguno quiere acompañarme a esa zona?

Nos miró a las tres. Me percaté de que se detenía unos segundos de más en mí. Pillé la indirecta. Iba a proponerme cuando Kairi se adelantó:

Yo misma. Bueno, si alguien está especialmente interesado en esta zona, puedo ir a otra sin problemas, como la taberna.

Me quedaré con Lyn. Os informaré si sucede cualquier cosa.—dijo Fátima por su parte, proporcionándonos su número de teléfono. Hacía poco que me había comprado uno y aún no lo controlaba del todo, pero fui capaz de guardarla como contacto—. Si no se fía de la palabra de Lyn, yo sí lo hago, Maestro. Los gritos y las acusaciones no ayudarán en nada a la misión, así que recomendaría que se separaran antes de que tengamos que montar todavía más escándalo y todo el mundo asuma que no sólo somos extranjeros, sino maleantes.

Fátima estaba que echaba humo, sin duda. Sonreí al ver su determinación, siendo capaz de plantarle cara a los dos Maestros.

¿Vamos? Si los Sincorazón han atacado los bordes de la aldea entonces tenemos que informarnos antes de intentar nada más. Cuantos más datos, mejor.

Era mi turno de decidir. En honor a la verdad, prefería ir con Neru que con Akio. Así que, algo tímida, me acerqué a la chica de pelo rosado (no del mismo tono que Freya) y le dije:

Creo que no nos hemos presentado debidamente, soy Jeanne Mars —Extendí la mano para darnos un apretón, con una pequeña sonrisa—. Perdona por pedírtelo así sin más, pero me gustaría ir con Neru a la Zona Comercial. Espero que no te importe —Me mordí el labio, algo nerviosa, aunque la muchacha pareciera agradable.

Si accedía tal y como había dicho al principio, miraría el mapa una última vez antes de irme, tratando de memorizarlo lo mejor que podía. Después, me despedí de las otras dos Aprendizas y le indiqué a Neru el camino hacia la Zona Comercial.

Una vez nos alejáramos un poco, le susurraría a mi compañero:

Menudo genio. —Sonreí.

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¡Un placer estar con todos en esta trama! Personalmente es un mundo que me encanta, viene de una de mis películas favoritas y es donde Jeanne conoció a Simbad.

Espero que nos lo pasemos genial. Para los que no hayan roleado conmigo, mi código de color es #800000 o maroon.
Última edición por 15nuxalxv el Mar Jul 07, 2015 12:26 am, editado 2 veces en total
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Re: [Castillo de Bestia] ¿Quién teme al lobo feroz?

Notapor H.S Sora » Mié Jul 01, 2015 10:21 pm

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Una nueva misión, un nuevo destino y por supuesto nuevos desafíos.

En principio todo me parecían ventajas más que evidentes dado que mi última verdadera misión había consistido en aquella transcurrida en París, y ya me encontraba con muchas ganas de otra. Pero aquella mañana, al comprobar que realmente el único aprendiz “novato” era yo, y que no encontraba al Maestro Ryota por ningún lado, un sentimiento de intranquilidad floreció en mi interior.

Quizá me asignan luego a mi compañero...

A mi lado se encontraba la joven y bella Diana, mientras que presidiendo aquella convocatoria se encontraban la Maestra Ariasu y la Maestra Shinju. Desde luego, si alguna de ellas me acompañaba en la misión que me iban a asignar la cosa debería ser relativamente sencilla de cumplir... ¿no? Bueno, exceptuando el caso en que Shinju se decidiese a dejarme hacer todo el trabajo de nuevo a mí solo.

Siento que sólo hayan pasado unos días desde que volviste de misión, Diana, pero requerimos de tu experiencia en el terreno para investigar lo que está sucediendo en el mundo del que regresaste

A pesar de que Ariasu estaba pidiendo disculpas — algo inusual, desde luego — su tono de voz parecía indicar que pasaba algo entre Diana y ella... o quizá solo fuesen imaginaciones mías, y Ariasu estuviese siendo tan ella misma como siempre.

>>¿No estarás muy cansada, verdad...?

No, maestra. Me encuentro perfectamente. Han sido días suficientes para recuperarme.

Me rasqué la barbilla con cierto disimulo, algo pensativo. ¿Qué clase de misión habría tenido Diana en ese mundo como para tener que volver a investigar en él de nuevo si ya lo había hecho ella?

¡Perfecto, entonces! —Ariasu literalmente saltó de su asiento para acercarse a mí mientras jugaba con la vara que siempre la había visto portar. Me tocaba a mí ahora, supuse— Bien, veamos lo que nos da Ryota... ¿Saito, verdad? —Asentí, a pesar de que no sabía si la Maestra bromeaba o no, dado que ya habíamos coincidido en varias ocasiones— Parece que nuestro líder tiene altas expectativas contigo cuando nos ha recomendado tu ayuda para esta misión.

Oír aquello de que Ryota tenía una buena opinión de mí, al menos suficiente como para recomendarme para una misión en la que seguramente no deberían necesitar ayuda, alivió en parte aquel particular sentimiento de inquietud. Ryota confiaba en mí, y me veía capacitado como para actuar ya fuese o no sin compañeros como con los que había estado acostumbrado a trabajar.

Aunque ahora que lo pensaba, también había estado solo en Londres, y la cosa no había ido demasiado bien. Pero debía creer en mí mismo y en todo lo que había mejorado desde aquella misión, además de que dudaba que fuese a ir solo en aquella misión si se había confirmado ya la presencia de Diana.

>>A ver que te eche un vistazo, ¡oh sí, ya te recuerdo! —Ariasu me sacó de mis pensamientos y me levantó la barbilla para poder observarme mejor— Estabas aquel día con la pequeña Saeko en la demostración. Sí, sí, bien... Ryota por fin hace una buena elección, ¡espero que no me defraudes!

No lo haré Maestra Ariasu, gracias por todo y demostraré que merezco esa confianza —Y realicé un gesto de respeto a las dos Maestras.

¿De verdad es necesario que siendo dos maestras tengamos que cargar con ellos? —increpó de pronto Shinju, a la cual evité mirar directamente a los ojos.

Habían sido ya varias las ocasiones en las que habíamos “chocado” por algún motivo u otro y prefería evitarme problemas ahora que era Maestra.

Te equivocas, Shinju —La divertida Maestra dejó de inspeccionarme para centrarse en aquella Maestra que en el fondo seguía siendo una niña—. Precisamente ser maestra requiere doctrina a tus aprendices. Son los gajes del oficio, acostúmbrate a ello.

Espero que al menos nos seáis de utilidad y cumpláis nuestras órdenes.

Fruncí el ceño. ¿Cuándo no había cumplido yo las órdenes que me habían dado los Maestros? Que yo supiese, nunca... a excepción de dos pequeños casos que no venían al caso y que habían sido por el bien mayor. Al menos uno de ellos.

¿Por qué no habrían de cumplirlas, Shinju?

Quién sabe, Ariasu. Quién sabe. —comentó la Maestra mientras observaba a Diana lo más descaradamente que podía.

Ahora entendía que los comentarios de la Maestra Ariasu y de la Maestra Shinju no habían ido dirigidos en ningún momento hacia mi persona, el punto de mira no era otro que mi rubia acompañante. Noté como algo de sudor se deslizaba por mi frente mientras mi corazón empezaba a latir un poco más rápido por todas aquellas incógnitas respecto al comportamiento de las Maestras con Diana.

Sería interesante participar en aquella misión, no cabía duda de que el día se presentaba prometedor.


***


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Je, tal y como Ryota suponía. Lyn está entre ellos.

Acabábamos de llegar , pero apenas había acabado de desactivar mi armadura cuando presencié como Tierra de Partida también había venido de visita al mismo mundo que nosotros, pero al contrario que nosotros se encontraban bastante exaltados. A simple vista pude ver como había seis personas, y no parecía que hubiesen venido más con ellos; sin pensármelo, agarré mis prismáticos y me dispuse a observar cuantos de los traidores que había en aquel bochornoso espectáculo conocía.

La mitad de aquel grupo me era desconocido, sin embargo de los que desconocía, recordaba que dos de los que se encontraban allí eran Maestros, ya que habían intervenido antes de que la furia de Ariasu pudiese caer sobre el cabronazo de Ronin. La otra desconocida era una chica bajita, la cual no recordaba.

A la otra mitad del grupo si que había tenido el “placer” de conocerlos: uno era el muchacho, Neru, que me había encontrado en Espacio Profundo y en Agrabah; otra era una aprendiza que había estado conmigo durante la misión de Londres por mera casualidad y cuyo nombre era Kairi.

Por último, se encontraba Fátima. No había tenido demasiado contacto con ella y dudaba que siquiera ella me conociese a mí, pero había oído decir que era de las aprendizas más fuertes que tenía el bando contrario y con la cual había que tener cuidado. Sin contar que recordaba su presencia y la de su copia en el caso de Erased Data.

Ellos serían más, pero por suerte el factor sorpresa siempre sería nuestro si seguían actuando como si quisiesen que se percatasen de su presencia y de sus planes en el máximo radio posible.

Qué divertido, ¿verdad, Diana? —Shinju me distrajo y no pude evitar ver como interaccionaba con ella— Cuántos recuerdos debe traerte de Tierra de Partida...

¿Qué? ¿Recuerdos de Tierra de Partida? ¿De qué diablos está hablando? ¿Acaso Diana había pertenecido a Tierra de Partida?...

Shinju, ahora no es el momento —La sonrisa de la otra Maestra no era en absoluto tranquilizadora. Por cómo estaba el ambiente desde el inicio de la misión, Diana debía ser una ex miembro de Tierra de Partida.

Ya habéis escuchado su plan. Tienen pensado dividirse, y por lo que se ve, la maestra Lyn se quedará en los alrededores y Akio irá a la aldea. Pero nuestra misión no es proteger a los aldeanos.

Miré a la Maestra, dubitativo. ¿Entonces, en que consistía nuestra misión exactamente si no era en proteger a las personas asediadas por los Sincorazón? ¿A qué habíamos venido realmente?

>>Es ir más allá de lo que nuestros ojos ven, algo que esta panda de pacotilla no hace por estar demasiado ciegos con su dictadura de la luz cargando sobre ellos. Pobres... no saben lo que se pierden.

Asentí en silencio mientras Ariasu venía tanto hacia Diana como hacia mí. A pesar de que yo siempre me decía que debía proteger a todos aquellos que estuviesen en mi mano, no podía anteponer la necesidad de mi objetivo a defender a pocos, además que Tierra de Partida se encontraba allí expresamente con la misión de defender a las gentes de ese mundo.

No siempre podía Bastión Hueco hacerle el trabajo sucio a aquellos cegatos de la Luz.

Aunque si queréis echar una mano a esa pobre gente contra los sincorazón, no os podría detener. Son palabras de Ryota —La idea no parecía entusiasmar a la Maestra—. Así que, decidme. ¿Os apetece venir conmigo a pasarlo bien y descubrir qué pasa en el bosque? ¿O preferís quedaros?

Tú ya sabes que tengo asuntos pendientes. Órdenes de Nanashi.—dijo Shinju, entrando de nuevo en la conversación.

Lo sé, muñequita, y espero que las cumplas a la perfección.

Tras aquello, Shinju se alejó encaminada a la supuesta aldea donde vivía parte de la gente de aquel mundo. Por mí, ahí podía quedarse; a pesar de todo, me intrigaba la misión que Nanashi podía haberle encargado a una malcriada como Shinju. Quizá fuese también asegurarse de la protección de la aldea... a saber. Solo acompañándola podría dar con la respuesta, no quedándome ahí plantado mientras se alejaba cada vez más.

Iré con usted, maestra.—contestó Diana, sumándose al carro de la diversión de Ariasu.

¿Y tú, Saito? ¿Qué me dices?

Si nuestra misión es principalmente la de investigar que hay más allá, yo también la acompaño Maestra Ariasu.

Y el conocimiento de lo que iba más allá, siempre era bienvenido.

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Bueno, hola a todos y he de decir que tenía muchas ganas de que empezase esta trama :3

Espero que vaya tal y como Espe haya pensado y que nos lo pasemos genial roleando (si es que coincidimos, que aún no se sabe xD) Si no queréis hacer quote para quedaros con mi color, dejo constancia de que es el 4000BF + Negrita de este.

Un saludo, y a pasarlo en grande :3
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Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
H.S Sora
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Ronda 2

Notapor EspeYuna » Jue Jul 02, 2015 11:01 pm

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El estruendo hizo eco en el camino de los comerciantes, que con ojos curiosos observaron el arma que Neru portaba en sus manos. Si habían llamado demasiado la atención con la discusión de los dos maestros, aquello fue la gota que colmó el vaso, pues había invocado de la nada una espada con forma de llave gigante. Sin embargo, los campesinos no se atrevieron a acercarse. Simplemente, siguieron su camino, aun echando un vistazo hacia atrás los más valientes que habían parecido presenciar magia.

Lyn y Akio permanecieron callados un rato, escuchando la propuesta de sus aprendices y mirando de reojo el comportamiento de los nativos de aquel mundo, que iban desapareciendo al bajar por la colina que daba a la aldea.

Cuando parecieron estar a salvo, Lyn suspiró, algo irritada, pero más calmada. Akio se cruzó de brazos y esperó a que ella hablara y a que los demás terminaran de expresar sus ideas de cómo organizarse.

Era curioso. Los dos maestros, por primera vez aquel día, escuchaban a sus aprendices con total atención, de forma profesional, sin parecer críos de diez años. Lyn y Akio volvieron a comportarse de forma correcta, e incluso asintiendo a sus palabras.

¡Gracias! Bien, somos seis y tenemos tres puntos a mirar. Lo mejor sería que nos dividíeramos en grupos de dos. Yo no tengo problema en comprobar la Zona Comercial. ¿Alguno quiere acompañarme a esa zona?

Yo misma. Bueno, si alguien está especialmente interesado en esta zona, puedo ir a otra sin problemas, como la taberna.

Me quedaré con Lyn. Os informaré si sucede cualquier cosa. Si no se fía de la palabra de Lyn, yo sí lo hago, Maestro—Akio observó perplejo a la aprendiz de Lyn, quien le reprochaba su falta de confianza en la maestra—. Los gritos y las acusaciones no ayudarán en nada a la misión, así que recomendaría que se separaran antes de que tengamos que montar todavía más escándalo y todo el mundo asuma que no sólo somos extranjeros, sino maleantes.

Y aunque Fátima pensaba que recibiría un escarmiento de Akio, éste nunca llegó. El niño, simplemente, se encogió de hombros y separó su cruce de brazos.

No lo entiendes, yo siempre confío en ella —se defendió Akio, llevándose las manos por detrás de la cabeza—. Pero hoy su tozudez me provoca migraña.

Akio... —murmuró Lyn bajo la capucha.

Haz lo que te de la gana —dijo el maestro, algo tenso—. Pero que no nos meta en problemas.

¿Vamos? Si los Sincorazón han atacado los bordes de la aldea entonces tenemos que informarnos antes de intentar nada más. Cuantos más datos, mejor.

Lyn se giró a Fátima, y asintió, sin nada que echar en cara a su aprendiz. Estaba comportándose de forma sensata, no como ella y Akio apenas unos minutos antes.

Está bien, vamos. Jeanne, Kairi, demostrad vuestras dotes de exploración yendo con Akio. Nos reuniremos a la noche en la taberna de la aldea. Es demasiado peligroso quedarse aquí cuando el sol se ponga —Lyn se detuvo, tomándose unos segundos para terminar de dar sus órdenes a los demás—. Al estar más cerca de la amenaza, podremos enviaros una señal al cielo si vuelven a atacar los alrededores de la zona. Nos vemos.

Lyn se movió, seguida de cerca por Fátima. Por otro lado, Akio descendió por la colina seguido de Neru, Kairi y Jeanne, esperando recibir órdenes más estrictas respecto a cómo distribuirse.

¿Cuál es el problema, Maestra…? ¿Por qué Ronin no quería que viniera? ¡Si usted está mucho más capacitada para moverse por este mundo que Akio!

La maestra se giró hacia ella, escapando un chasquido de risa entre sus perfectos caninos.

Por supuesto que estoy más capacitada que Akio para moverme por aquí —dijo, orgullosa—. Por algo nací en estas tierras.

*****


Si nuestra misión es principalmente la de investigar que hay más allá, yo también la acompaño Maestra Ariasu.

¡De acuerdo! ¡Entonces en marcha! —ensalzó Ariasu, encaminándose a las cercanías del bosque— Diana, condúcenos al recorrido menos peligroso que recuerdes desde la última vez que estuviste. No nos gustaría malgastar energías antes de adentrarnos en las profundidades de ese esplendoroso castillo, ¿verdad?

Por supuesto —asentiría Diana, adelantándose a su maestra y a Saito. El aroma de la muchacha impregnó la distancia entre ella y éste, mareando al aprendiz por unos instantes—. Con mis habilidades no habrá problemas en alcanzar el puente de la fortaleza.

*****


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Los tres miembros de Bastión Hueco se adentraron, pues, en las profundidades del bosque. Diana iba la primera, rozando con sus manos los troncos de los árboles, guiándose quizás por sus poderes relacionados con la madre naturaleza, quien sabe. El caso es que iba señalando el camino que los tres debían seguir para alcanzar el castillo.

Dime, Saito, ¿de qué mundo provienes? ¿Y cómo conociste a Ryota? —le preguntó la maestra con bastante interés—Me gusta tu actitud y la de muchos nuevos en nuestras filas —dijo Ariasu dirigiéndose a Saito, una vez escuchara la historia del aprendiz—. Puede que sea porque no venís de la misma Tierra de Partida, ¿cierto, Diana?

Diana se detuvo un momento, pero se giró con absoluta normalidad y sonrió con picardía a Saito, mirándolo de arriba abajo.

Es lo más lógico. Ellos llegaron sin haberse adoctrinado antes en la Orden y sin lazos que le impidieran servir a una causa diferente a la dada.

Exacto. ¿Sabes, Saito? Ambas pertenecimos una vez a Tierra de Partida. Pero la tiranía de la luz sobre la oscuridad nos abrió los ojos a la mayoría, si bien Nanashi y algunos aprendices se nos unieron más tarde. Tal y como Ryota te habrá contado, queríamos buscar una solución a aquella desigualdad, indagar en aquello que desconocíamo... pero Ronin nos negó tal "capricho", tachándonos de herejes.

Por eso decidimos seguir a Ryota. La Orden nunca trató a los diferentes por igual, por mucho que negaran de ello —dijo Diana, cabizbaja—. Sólo de pensar en Alexis... no sé siquiera cómo Yami puede seguir allí con ellos.

Eso mismo me sigo preguntando yo, Diana.

La maestra se encontraba bastante abierta con los dos, y puede que el camino hacia el castillo fuera largo y no llegaran hasta la tarde a sus murallas. Quizás fuera buena idea conversar con ambas, preguntar sobre su vida en la antigua Orden, indagar en su pasado, ya que Ariasu había querido saber sobre el suyo...

Y Diana también parecía dispuesta a contestar preguntas. Ojalá que su hechizo le dejara mantenerse cuerdo y poder cuestionar cosas interesantes antes de soltar cualquier chorrada acerca de lo bonitos que eran sus ojos.

*****


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Como siempre está lleno de gente.

Eso fue lo que comentó Akio nada más llegar al corazón de la aldea, la cual olía a pan recién horneado y flor silvestre. Cada dos por tres eran detenidos por los campesinos del comercio para negociar trueques o vender sus productos a un precio justo para ambos, aunque casi siempre era beneficioso para ellos y los aprendices ya eran advertidos por Akio de que no merecía la pena detenerse a prestarlos atención.

Bueno, aquí nos separamos en dos grupos —Akio observó a su aprendiz y le hizo un gesto con la cabeza para que le siguiera—. Nosotros iremos a la parte Oeste de la aldea y vosotras al Este. En nuestra dirección está la taberna y algunos comercios más serios a los que es difícil sonsacar información, pero vosotras lo tendréis más fácil en la zona de comercio, porque sin preguntar ya escucharéis cotilleos. Intentad preguntar por ropa, así matáis dos pájaros de un tiro. Os concedo la oportunidad de divertiros y de serme útiles. ¡Deberíais estarme agradecido!

Kairi y Jeanne, por tanto, tenían la oportunidad de quedarse o no con Akio, pero les estaba dando la opción de ir a su bola y explorar una zona más animada de la aldea. Neru, por otro lado, quizás no quisiera ir con su maestro. O sí para tener algo más de intimidad y preguntar su comportamiento con Lyn, si se atrevía, claro está, a sacar el tema que parecía bastante delicado.

La cuestión era, ¿qué camino tomar para pasar la mañana en aquel pintoresco pueblo sacado de cuento?

*****


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Lyn y Fátima caminaron un rato alejándose de la colina en dirección contraria a la de Akio y los demás. En cosa de media hora andando por un camino de piedra y saltando por riachuelos, llegaron a una zona más poblada de vegetación. Y frente a ellas, conforme avanzaban, iba apareciendo el manto espeso de un enorme bosque en la lejanía.

Estaban acercándose a los límites del bosque. Fátima sólo se había adentrado con Ronin y Lyn cuando tuvieron que salvar a Xefil de los encantos de la aprendiz de Bastión Hueco, Diana Thorn. Pero si recordaba la vez anterior, tan sólo se adentraron menos de unos quinientos metros para dar con ellos y con Hana.

Realmente el bosque era bastante más enorme y kilométrico de lo que habría cabido recordar.

Sin embargo, si Fátima pensaba que tendría que agarrar a Lyn o enfrentarse a ella por deseo de Ronin, estaba equivocada. Para su sorpresa, Lyn se sentó en una enorme roca y se dio el lujo de quitarse la capa, algo agobiada.

No hace falta que me esconda, al menos ahora —dijo la maestra, aliviada de que sus orejas no tuvieran que soportar el peso de la tela y pudieran moverse con libertad—. Con el ataque de los lobos no hay muchos que se atrevan a pisar las cercanías del bosque. Somos los únicos locos por ahora. Oh...

Lyn movió las orejas y arrugó la nariz, percibiendo algo, quizás en el aire, mostrando a Fátima un lado más animal.

Me había parecido... —Lyn observó el bosque con ojos dubitativos durante unos instantes, levantándose del sitio. Para el alivio de Fátima, volvió a sentarse a su lado, si es que ella también se había dado el lujo de descansar sus pies durante un rato antes de seguir vigilando los alrededores— No, olvídalo. Tengo que tener el olfato atrofiado.

Pero no parecía muy segura de sus palabras.

Esta misión me concierne a mí. Y sé que suena egoísta. Pero Ronin y Akio tampoco tienen por qué meterse en mi decisión, por mucho que se preocupen. Sé que lo están —se giró a Fátima, observándola un momento—. Imagina que te dijeran que tu mundo puede caer en la oscuridad mañana si no haces algo por remediarlo.

Lyn observó el bosque, perdida en sus recuerdos.

La Federación nos ha advertido del peligro que corre. El número de sincorazón se está multiplicando de forma terrorífica y ya están atacando la aldea en busca de más corazones. Y si logran encontrar el corazón de este mundo... se acabó.

» Aunque decidí marcharme, no quiero que el sitio donde nací se venga abajo.

Lyn se echó hacia delante, apoyando los codos sobre sus piernas y cruzando las manos.

Realmente no le tengo mucho cariño a este lugar.

La maestra se había abierto completamente a ella. Quizás porque necesitara a alguien que la escuchara entre tanta negativa de maestros a los que tenía en estima. Puede que luego se arrepintiera y no contestara a ninguna pregunta de Fátima, pidiendo que olvidara aquel monólogo y siguieran haciendo guardia hasta el atardecer.

Pero estaban solas y tenían todo el tiempo del mundo. Incluso puede que a Fátima se le ocurriera la genial idea de apoyarla y adentrarse con ella al bosque si se daba la ocasión, aunque Lyn parecía bastante tranquila en aquel momento y con ninguna intención de escaparse.

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Re: Ronda 2

Notapor Darkness Seeker » Dom Jul 05, 2015 1:02 pm

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Menudo genio. —me susurró Jeanne mientras sonreía.

Ya, tampoco tenía mucho donde elegir—le comenté en bajo mientras le sonreía de vuelta—.Quería hablar contigo de todo esto, ven...

Invité a Jeanne a que se quedara un poco detrás de Akio y Kairi, sin llegar a separarnos demasiado, para evitar que el Maestro nos oyera.

¿No te parece todo esto muy extraño? Quiero decir, volvimos hace unos días de la investigación en el Castillo de Bestia y de pronto nos envían aquí de nuevo, prohibiéndonos cruzar el bosque por alguna razón y con Lyn atacada de los nervios y deseando desobedecer a Ronin. ¿No te parece que esté todo como... conectado?

Quiero decir, ¿Podría ser que Lyn esté interesada por el castillo o por algo en su interior, como la rosa o sus habitantes? Porque más allá del bosque sólo está el castillo, no hay nada más...

Como siempre está lleno de gente.

La voz de Akio me despertó de mis pensamientos: Habíamos llegado a la aldea, la cuál estaba increíblemente viva pese a su pequeño. Hombres y mujeres iban y venían, comprando y vendiendo cosas por todo el mercado. Desde luego era increíble la cantidad de gente para ser tan temprano en ese mundo.

Bueno, aquí nos separamos en dos grupos —Akio me miró y me hizo un gesto con la cabeza—. Nosotros iremos a la parte Oeste de la aldea y vosotras al Este. En nuestra dirección está la taberna y algunos comercios más serios a los que es difícil sonsacar información, pero vosotras lo tendréis más fácil en la zona de comercio, porque sin preguntar ya escucharéis cotilleos. Intentad preguntar por ropa, así matáis dos pájaros de un tiro. Os concedo la oportunidad de divertiros y de serme útiles. ¡Deberíais estarme agradecido!

Me despedí de mis dos compañeras y me dirigí junto a Akio rumbo a la taberna. Me acerqué a él, y le pregunté por su opinión de toda esta misión, esperando que con suerte pudiera descubrir algo más:

Oiga Maestro, ¿Qué cree que tiene a Lyn tan desquiciada? Sé que es normal que esté tan enfadada pero... ¿Qué le podría llevar a estar dispuesta a desobedecer a Ronin?
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Re: [Castillo de Bestia] ¿Quién teme al lobo feroz?

Notapor Suzume Mizuno » Lun Jul 06, 2015 8:34 pm

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No se había dado cuenta de lo grande que era aquel bosque. En su anterior visita estaba agobiada y cansada, pero ahora que tenían tiempo para pasear era consciente de lo difícil que sería encontrar nada en su interior.

Al cabo de un rato Lyn se sentó en una roca y se quitó la capucha. Fátima no pudo evitar echar un vistazo a su alrededor para asegurarse de que no había nadie en los alrededores.

No hace falta que me esconda, al menos ahora —anunció Lyn—. Con el ataque de los lobos no hay muchos que se atrevan a pisar las cercanías del bosque. Somos los únicos locos por ahora. Oh...

Lyn pareció haber olfateado algo y Fátima se puso en guardia, tensa.

Me había parecido...No, olvídalo. Tengo que tener el olfato atrofiado.

Fátima la miró de reojo. Ese tono dubitativo no la convencía. Aun así se sentó a su lado y suspiró. Ahora Lyn parecía menos enfadada y lo agradecía, pero no podía dejar de darle vueltas a haber empezado con tan mal pie la misión. Además, le preocupaba que Akio se metiera en líos mientras iba por el pueblo. O que a Neru le diera por romper una casa con su Llave Espada. Por Jeanne no se preocupaba, se podía confiar en ella.

Esta misión me concierne a mí. Y sé que suena egoísta. Pero Ronin y Akio tampoco tienen por qué meterse en mi decisión, por mucho que se preocupen. Sé que lo están.—Lyn calló para mirarla y Fátima asintió, dando a entender que le estaba prestando toda su atención—. Imagina que te dijeran que tu mundo puede caer en la oscuridad mañana si no haces algo por remediarlo.

Abrió mucho los ojos. ¿Tan mal estaba la situación?

La Federación nos ha advertido del peligro que corre. El número de sincorazón se está multiplicando de forma terrorífica y ya están atacando la aldea en busca de más corazones. Y si logran encontrar el corazón de este mundo... se acabó. Aunque decidí marcharme, no quiero que el sitio donde nací se venga abajo.

Es normal…—Nadie querría que un mundo se viniera abajo.

Mucho menos aquel en el que habías nacido. Aun así, que ella recordara, Lyn odiaba…

Realmente no le tengo mucho cariño a este lugar.

Fátima recordó lo ocurrido con el viejo al que se encontró la vez anterior y agachó la cabeza. Miró a Lyn de reojo. Cuanto más lo pensaba, menos sentido tenía: en aquel lugar no había nada más que humanos. ¿Cómo era posible que Lyn hubiera nacido allí?

Se retorció un mechón de pelo y se humedeció los labios. Había temas que no debían sacarse, ella lo sabía bien. Por eso decidió dar un rodeo.

Maestra, cuando dices que abandonaste este mundo te refieres a que te convertiste en Caballero, ¿verdad?—Esbozó una tímida sonrisa—. ¿Cómo fue? O, más bien, ¿quién? No sé si el Maestro Ronin ya lo era por esa época…

Todo lo que ella sabía de Lyn es que había sido un Caballero prodigio desde muy joven. Es más, casi tenían la misma edad. Era una idea curiosa, extraña, porque aun así las separaba mucha experiencia. Miró de nuevo a Lyn, ahora sintiéndose culpable por haberse enfadado con ella. Se imaginó lo difícil que sería ayudar a un mundo donde sólo había sido maltratada y se estremeció.

Así que, cuando Lyn terminó de hablar, dijo:

Sobre lo que decía antes… No es egoísta. Es su mundo, es normal que quiera hacerse cargo de él. Además, creo que es… que es muy noble por su parte venir aquí.—Respiró hondo—. Haré lo que esté en mi mano por ayudarla para salvar este lugar, Maestra.

»¿Tiene idea de por qué los Sincorazón vienen del bosque o qué puede estar provocando que aparezcan tantos? También…
—Frunció el ceño—. ¿Dónde está el corazón del mundo?
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Re: [Castillo de Bestia] ¿Quién teme al lobo feroz?

Notapor Kairi » Lun Jul 06, 2015 9:41 pm

- Me quedaré con Lyn. Os informaré si sucede cualquier cosa. Si no se fía de la palabra de Lyn, yo sí lo hago, Maestro. Los gritos y las acusaciones no ayudarán en nada a la misión, así que recomendaría que se separaran antes de que tengamos que montar todavía más escándalo y todo el mundo asuma que no sólo somos extranjeros, sino maleantes - explicó Fatima.

La otra Aprendiza se acercó a Kairi.

- Creo que no nos hemos presentado debidamente, soy Jeanne Mars - se presentó tendiéndole una mano, a lo que Kairi respondió con un apretón - . Perdona por pedírtelo así sin más, pero me gustaría ir con Neru a la Zona Comercial. Espero que no te importe.

- Esta bien. Realmente a mí me da un poco igual, es la primera vez que vengo a este mundo - accedió la pelirrosa sonriendo.

- No lo entiendes, yo siempre confío en ella - respondió Akio a Fátima - . Pero hoy su tozudez me provoca migraña.

- Akio...

- Haz lo que te de la gana - sentenció al final - . Pero que no nos meta en problemas.

- ¿Vamos? Si los Sincorazón han atacado los bordes de la aldea entonces tenemos que informarnos antes de intentar nada más. Cuantos más datos, mejor.

- Está bien, vamos. Jeanne, Kairi, demostrad vuestras dotes de exploración yendo con Akio. Nos reuniremos a la noche en la taberna de la aldea. Es demasiado peligroso quedarse aquí cuando el sol se ponga. Al estar más cerca de la amenaza, podremos enviaros una señal al cielo si vuelven a atacar los alrededores de la zona. Nos vemos.

- Sí Maestra. Tened cuidado - se despidió Kairi antes de ir con Akio, Neru y Jeanne.

*****


- Como siempre está lleno de gente.

Llegaron a la zona central de la aldea. Una variedad de olores llegaron a la nariz de Kairi, tales como flores silvestres, pan recién horneado... Era muy agradable y le entraron ganas de comprar una barra de pan y comérsela allí mismo, más todavía si eran los propios aldeanos los que les hacían ofertas para que les compraran sus productos. ¿Aceptarían platines?

- Bueno, aquí nos separamos en dos grupos. Nosotros iremos a la parte Oeste de la aldea y vosotras al Este. En nuestra dirección está la taberna y algunos comercios más serios a los que es difícil sonsacar información, pero vosotras lo tendréis más fácil en la zona de comercio, porque sin preguntar ya escucharéis cotilleos. Intentad preguntar por ropa, así matáis dos pájaros de un tiro. Os concedo la oportunidad de divertiros y de serme útiles. ¡Deberíais estarme agradecido!

- Esto... de acuerdo - Kairi iba a decir algo, pero conociendo a Akio era mejor limitarse a obedecer. Que fuera una chica no significaba que le tuviera que gustar la ropa, sobre todo viendo la que se llevaba en esa aldea. Kairi era algo especial con la ropa: Si no le entraba del todo por los ojos...

- Bueno, ¿por cuál tienda empezamos? Me ha entrado hambre - preguntó a Jeanne - Por cierto, ¿qué crees que se traerá Lyn con Akio y con Ronin?

Kairi seguiría las órdenes de Akio y se dirigiría al Este.
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El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


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Re: Ronda 2

Notapor H.S Sora » Lun Jul 06, 2015 11:02 pm

La Maestra me había aceptado en aquel grupo de “exploración” o lo que fuese, mientras que le pedía a Diana que nos guiase por el camino menos peligroso que la aprendiza recordase y que llevase hasta el castillo. Supuse que era ahí donde debíamos mirar que había más allá de lo que había venido a buscar Tierra de Partida.

Entonces la joven semidiosa cogió las riendas del grupo, mientras aseguraba que podríamos llegar sin problemas hasta nuestro destino con sus habilidades; pero durante un momento empecé a caminar como si de un Zombi se tratase, todo ello provocado por el agradable aroma que había vertido Diana al tomar el mando de la exploración.

Agité mi cabeza tratando de mantenerme férreo y recomponerme, sin dejar de avanzar hacia la dirección que la rubia encandiladora nos mostraba. No podía entorpecer la misión, por lo que tendría que resistir aquello que hacía que Diana pudiese encantar a cualquier hombre que se propusiese.

***


A medida que nos movíamos a través de aquel profundo bosque, podía notar como para orientarse lo único que hacía Diana era rozar con las manos los árboles por los que pasaba y con tan solo eso, era capaz de decir las direcciones y atajos que debíamos tomar para llegar sin ninguna dificultad a nuestro objetivo; en aquellas circunstancias, me planteaba cual sería la misteriosa afinidad de aquella chica que podía hacer rendir a cualquiera a sus pies y guiarse por un bosque solo por tocar su vegetación. Pero con todo, todavía me interesaba más saber a que afinidad pertenecía alguien tan poderosa como Ariasu.

Dime, Saito, ¿de qué mundo provienes? ¿Y cómo conociste a Ryota? —dijo de pronto Ariasu, sacándome de mis pensamientos y haciéndome pensar durante un instante si sería capaz de leer la mente humana. Pero al mirarla, solo entreví puro interés.

Provengo del mundo conocido como Ciudad de Halloween, Maestra Ariasu —comenté— está bien para ir de visita el día de la fiesta que le da el nombre al mundo, y porque la mayoría de criaturas no son humanas —realicé una pausa para tomar aire y proseguir— El Maestro Ryota me encontró mientras yo decoraba unas tumbas que habían sido atacadas por los Sincorazón, tras charlar reflexivamente me ofreció esto, ser Caballero de la Llave Espada y formar parte de sus filas. No me arrepiento de nada, creo que ha sido el mejor trato que he hecho nunca.

Me gusta tu actitud y la de muchos nuevos en nuestras filas —Ariasu había mostrado una actitud de interés y en ningún momento me había interrumpido para bromear, parecía realmente curiosa—. Puede que sea porque no venís de la misma Tierra de Partida, ¿cierto, Diana?

Allá vamos...

Temía que toda la tranquilidad del viaje se perdiese por aquello que Ariasu acababa de hacer, que no era ni más ni menos que provocar a Diana, o así lo parecía. Si la chica se había molestado por el comentario no se notó, puesto que se volvió hacia nosotros con una aterradora calma mientras me sonreía y miraba de arriba abajo, como si ahora hubiese notado mi presencia.

Es lo más lógico. Ellos llegaron sin haberse adoctrinado antes en la Orden y sin lazos que le impidieran servir a una causa diferente a la dada.

Exacto. ¿Sabes, Saito? Ambas pertenecimos una vez a Tierra de Partida. Pero la tiranía de la luz sobre la oscuridad nos abrió los ojos a la mayoría, si bien Nanashi y algunos aprendices se nos unieron más tarde. Tal y como Ryota te habrá contado, queríamos buscar una solución a aquella desigualdad, indagar en aquello que desconocíamo... pero Ronin nos negó tal "capricho", tachándonos de herejes.

Asentí, a pesar de que me resultó curioso que Nanashi se hubiese unido más tarde, dado que su implicación en el Bastión me parecía enorme, de la misma manera que su dedicación a Ryota. Pero supuse que una vez que se abrían los ojos y se descubría la verdad tras el telón, lo único que se podía hacer era trabajar para tratar de deshacer nuestras anteriores equivocaciones, por lo que todos los que estábamos unidos por la causa de Ryota y dispuestos a seguir sus ideales teníamos que tener aquellas cosas en cuenta.

Por eso decidimos seguir a Ryota. La Orden nunca trató a los diferentes por igual, por mucho que negaran de ello —El tono en el que habló Diana a continuación resultó cuanto menos, preocupante—. Sólo de pensar en Alexis... no sé siquiera cómo Yami puede seguir allí con ellos.

Eso mismo me sigo preguntando yo, Diana.

Me contuve preguntar que era lo que le había ocurrido a aquella aprendiza de Bastión Hueco con la que me había tropezado en más de una ocasión y a la que por su aspecto había llegado a pensar que podría pertenecer al mismo mundo que yo, puesto que quizá era un tema del que ambas mujeres preferían no hablar.

Pero si que quería conversar con ambas, ya que parecía que aún nos quedaba un buen trecho para llegar a nuestro destino y no quería ser el único de aquel pequeño grupo en no formular preguntas.

¿Y usted Maestra Ariasu? ¿Y Diana? —empezaría, para romper el hielo— ¿En qué mundo vivían y como acabaron metidas en la Orden?

Esperaría a que me respondiesen las dos o solo la que quisiese, y entonces añadiría para quién quisiese responder de las dos — o con suerte ambas — :

¿Cómo era la vida diaria allí?, ¿Tan duro resultaba estar y ser diferente dentro de Tierra de Partida?... Yo nunca he estado ahí, pero por lo que he oído no podría llegar a ser para mí un verdadero hogar como lo es Bastión Hueco. ¿Cómo podría ser ese lugar bueno si solo beneficia a los que le convienen? —entonces, vencido por la curiosidad musité en un susurro para que solo ellas me oyesen, a pesar de que sabía que estábamos solos en el bosque— ¿Qué le hicieron a Alexis?...

Tras dejar pasar un probable incómodo silencio donde me respondiesen o no, volvería a la carga:

>>¿Nadie hasta la llegada del Maestro Ryota intentó hacer nada para evitar las injusticias que provocaban con sus desequilibrios?

Anhelaba que respondiesen a mis preguntas, pero a su vez sabía que quizá ni la Maestra Ariasu ni Diana quisiesen meterse en temas tan pasados como aquellos, y que seguramente hubiesen afectado de manera brutal a las vidas que ellas ya creían haber tenido resueltas en su día.
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Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
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Re: [Castillo de Bestia] ¿Quién teme al lobo feroz?

Notapor 15nuxalxv » Mar Jul 07, 2015 12:00 am

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Las aportaciones de Fátima y Neru consiguieron bajarles los humos a los Maestros, que accedieron a ponerse en marcha.

Está bien, vamos. Jeanne, Kairi, demostrad vuestras dotes de exploración yendo con Akio. Nos reuniremos a la noche en la taberna de la aldea. Es demasiado peligroso quedarse aquí cuando el sol se ponga —Asentí con seguridad—. Al estar más cerca de la amenaza, podremos enviaros una señal al cielo si vuelven a atacar los alrededores de la zona. Nos vemos.

Así, mientras Fátima y mi Maestra se alejaban, Neru, Kairi, el Maestro Akio y yo emprendimos nuestra marcha hacia el poblado.

Ya, tampoco tenía mucho donde elegir —Neru sonrió al oír mis palabras—. Quería hablar contigo de todo esto, ven...

El Aprendiz me indicó que nos mantuviéramos algo alejados del grupo. Yo lo seguí, curiosa por escucharlo.

¿No te parece todo esto muy extraño? Quiero decir, volvimos hace unos días de la investigación en el Castillo de Bestia y de pronto nos envían aquí de nuevo, prohibiéndonos cruzar el bosque por alguna razón y con Lyn atacada de los nervios y deseando desobedecer a Ronin. ¿No te parece que esté todo como... conectado?

Quiero decir, ¿Podría ser que Lyn esté interesada por el castillo o por algo en su interior, como la rosa o sus habitantes? Porque más allá del bosque sólo está el castillo, no hay nada más...

Medité un poco sus palabras, arrugando la nariz, y luego contesté:

Sin duda, Lyn tiene algún interés por este mundo. No sé si es el castillo, pero la presencia de los sincorazón la ha alarmado. Tal vez quiera... proteger algo. Pero... Pero por ahora centrémonos en la misión. Seguro que las preguntas se resuelvan cuando llegue la ocasión —Acto seguido, le apremié para que siguiéramos al Maestro.

+++


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Como siempre está lleno de gente.

Un olor familiar se coló por mi nariz. Habría reconocido el aroma del pan reciente en cualquier lugar, era el perfume de mi infancia. Observé la muchedumbre atrapada en sus quehaceres y negociaciones. Sonreí. Había algo que me gustaba en ese mundo, me recordaba en cierto modo a casa. Aunque, al mismo tiempo, me hacía agradecer la suerte que había tenido de poder volar más allá de las nubes.

Bueno, aquí nos separamos en dos grupos —Akio ordenó a Neru que se acercara con un movimiento de cabeza—. Nosotros iremos a la parte Oeste de la aldea y vosotras al Este. En nuestra dirección está la taberna y algunos comercios más serios a los que es difícil sonsacar información, pero vosotras lo tendréis más fácil en la zona de comercio, porque sin preguntar ya escucharéis cotilleos. Intentad preguntar por ropa, así matáis dos pájaros de un tiro. Os concedo la oportunidad de divertiros y de serme útiles. ¡Deberíais estarme agradecido!

No pude evitar sonreír al escuchar al pequeño tirano. A cualquiera podría haberle resultado realmente irritante, pero por alguna razón, a mí me parecía incluso adorable. Tal vez fuera debido a mi aventura con el pequeño gitano.

Me despedí de mi amigo con un leve moviemiento de mano y me volteé hacia Kairi.

Esto... de acuerdo. Bueno, ¿por cuál tienda empezamos? Me ha entrado hambre. Por cierto, ¿qué crees que se traerá Lyn con Akio y con Ronin?

Me crucé de brazos, pensativa.

Bueno, lo primero es lo primero. Tenemos que evitar llamar la atención, y sin ánimo de ofender, tu color de cabello —Lo señalé— es demasiado vistoso. Puedes ponerte mi pañuelo, si quieres —Si accedía, me lo quitaría y se lo tendería—. También sería recomendable de encontrar ropa acorde al mundo, si tenemos ocasión —añadí, recordando lo que había dicho Akio. La mía (que era con la que había venido de Port Royal) no llamaría la atención, pero la suya sí.

»En cuanto a Lyn... Ya se lo he comentado a Neru antes. En mi opinión, hay algo que la ata a este mundo... Aunque no son nuestros asuntos.

Me subí las gafas con el dedo índice e hice un ademán hacia la dirección que nos había adjudicado Akio. Esperaba no haber sonado demasiado mandona, pero no quería defraudar a Lyn. Y de alguna forma, así me sentía menos insegura.

¿Vamos? Esos cotilleos nos están esperando. Y si te apetece, podríamos comer algo. —Sonreí.
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Ronda 3

Notapor EspeYuna » Mié Jul 08, 2015 9:11 pm

Neru


Oiga Maestro, ¿Qué cree que tiene a Lyn tan desquiciada? Sé que es normal que esté tan enfadada pero... ¿Qué le podría llevar a estar dispuesta a desobedecer a Ronin?

Al preguntarle aquello, los dos siguieron caminando y abriéndose paso entre la multitud sin que el maestro se diera la vuelta para darle una respuesta. Sin embargo, cuando alcanzaron una zona más tranquila por la que podían caminar sin miedo a pisar o ser pisado, el pequeño mentor contestó a su aprendiz:

Cuando hay asuntos personales de por medio, incluso el Maestro más responsable se vuelve un completo terco —siguió caminando, seguido de Neru—. Me fastidia admitirlo, pero yo también alguna vez me he vuelto idiota por asuntos ajenos a la Orden. Así que tampoco tendría que recriminarle por nada...

Perdido en sus propias palabras, Akio suspiró:

En fin, sólo espero que sea un chucho bueno y se quede sentadita en el sitio —tras decir aquello, claramente irritado, se detuvo y le señaló a Neru un pequeño edificio de diferente infraestructura a la de las demás casitas de la aldea—. Ésta es la taberna del pueblo. Aquí se reúnen muchos hombres a charlar, la mayoría cazadores de alto nivel. Sería buena idea entrar y ver qué planean hacer con los ataques de los lobos...

Pero al abrir la puerta, Akio se tragó sus propias palabras. Observó, incrédulo, la fiesta que tenían montada dentro de la taberna. La gente brindaba en las mesas con sus jarras de cerveza, la barra estaba también a rebosar de aldeanos con armas de fuego a sus espaldas o descansando a sus pies... y muchos vitoreaban por un nombre en concreto:

¡A la salud del campeón!

En una esquina, aquel cazador musculoso y de ropas llamativas recibía miles de felicitaciones. Éste se apartaba el cabello, dando las gracias.

Akio se adelantó, preguntando a uno de los camareros que a qué venía tanto escándalo. Cuando volvió sobre sus pasos, venía rojo como un tomate y bastante molesto:

Tratando a un maestro de mi nivel como un crío, ¡malditos viejos! —masculló entre dientes, e indignado por lo que se había enterado— Y me parece increíble que estén de celebración cuando han tenido una manada de lobos atacando la aldea. ¿Les falta un tornillo o qué? ¡Tendrían que estar planeando qué hacer...!

Cerca de ellos, tres jóvenes doncellas, de un cuerpo envidiable y melenas rubias, lloraban desconsoladamente. Parecían las únicas que no estaban disfrutando en la taberna, sonándose los mocos con sus pañuelos y berreando como niñas.

¡Agh, no lo soporto! —gritó Akio, furioso— No te voy a detener si quieres preguntar a los machos alfa de este sitio, pero creo que mucho músculo y poco cerebro. Yo saldré a los comercios de aquí cerca a ver si se preocupan más por sus mujeres e hijos. ¿Vienes o te quedas?

Neru tenía varias opciones. Bien podía seguir a Akio y no tener que soportar un baño de cerveza en sus ropas con gente ebria a su alrededor. Pero sí era cierto que quizás tuviera interés en saber por qué motivo felicitaban a aquel cazador que destacaba por encima de los demás. Podría acercarse a él si tenía oportunidad, hablar con el dueño de la taberna con el que había mantenido una conversación Akio, con los aldeanos que brindaban a la salud del felicitado o, quizás, acercarse a las pobres muchachas que seguían llorando.

Jeanne y Kairi


Las dos aprendices de Lyn decidieron dejar a Akio y Neru para seguir sus andanzas por el Este de la aldea. Como había dicho el maestro, la gente colapsaba en aquellas calles para mostrar su mercancía. No sólo había leche, huevos o pescado. También regalaban a la vista muchos vestidos, que si bien algunos parecían sacados de un viejo desván, otros eran bastante bonitos.

—¿De verdad que esta noche no volverá a pasar?

—Eso dijo Gastón. Podemos confiar en su palabra.

—Pero mi marido es pastor y está muy nervioso. Quizás esta noche haga guardia...

—¡Qué tonterías, mujer! Si Gastón dice que no hay rastro de lobos, es que no los hay.

—Yo igualmente no pienso dejar las ventanas abiertas hasta el amanecer.

—¿Y quién me dice que mis hijos están a salvo cuando han desaparecido dos hombres ayer y todo su rebaño?

Aquella conversación parecía bastante interesante. Un grupo de mujeres, con sus cestas a rebosar de comida y con sus hijos agarrados a ellas para no perderse entre la multitud, debatían sobre lo sucedido la pasada noche. Al parecer, unos lobos habían atacado la aldea, las afueras en concreto.

¿Sería buena idea acercarse y preguntar más sobre lo sucedido?

Disculpad, ¿pueden dejarme pasar, por favor? —una voz a su espalda las advirtió a ambas que estaban dificultando el tráfico por la calle—. ¡Gracias!

Ambas percibieron una sensación que jamás habían experimentado al ver por primera vez a aquella muchacha que vestía de una tonalidad azul celeste. Tanto su voz como su rostro eran muy hermosos, y por alguna razón destacaba entre toda la multitud, al menos para ellas. No sólo era su aspecto... había algo que les atraía de aquella joven que iba leyendo un libro al compás de sus pasos, alejándose de ellas en la dirección por la que habían llegado a aquel sitio.

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Era imposible no querer acercarse a ella, pues sus corazones palpitaban con fuerza. No era atracción, ni un flechazo, ni mucho menos. Entonces... ¿por qué su cordura reaccionaba de aquella manera? Quizás quisieran averiguarlo, o ignorar aquel extraño sentimiento y acercarse a las mujeres que hablaban sobre el ataque de los lobos.

Saito


¿Y usted Maestra Ariasu? ¿Y Diana? —empezaría, para romper el hielo— ¿En qué mundo vivían y como acabaron metidas en la Orden?

Yo provengo de un país curioso y excéntrico para la mayoría, tuve problemas al llegar a la Orden por mi comportamiento —reveló Ariasu, sin ningún pudor en revelar su mundo de origen—. El País de las Maravillas es un mundo que necesita gente de mente abierta que acepte lo contrario a lo que se considera "normal". Si eres abierto de mente, Saito, disfrutarás mucho la estancia en El País de las Maravillas. Si no, te volverás loco. Bueno, ¡como todos los que habitan allí!

Yo... —Diana pareció pensarse si contestar o no. Pero tras unos segundos de silencio e indicar un nuevo camino que seguir, contestó a la pregunta de Saito— Coliseo del Olimpo. Por ciertos motivos la Orden se involucró en asuntos del hogar de los dioses. Y por otra serie de razones, acabé siendo acogida por ellos.

¿Cómo era la vida diaria allí?, ¿Tan duro resultaba estar y ser diferente dentro de Tierra de Partida?... Yo nunca he estado ahí, pero por lo que he oído no podría llegar a ser para mí un verdadero hogar como lo es Bastión Hueco. ¿Cómo podría ser ese lugar bueno si solo beneficia a los que le convienen? ¿Qué le hicieron a Alexis?...

Ariasu y Diana se miraron, recordando quizás el asunto de Alexis cuando Saito la mencionó:

>>¿Nadie hasta la llegada del Maestro Ryota intentó hacer nada para evitar las injusticias que provocaban con sus desequilibrios?

Como te he dicho, Saito, ellos no aceptaban del todo la oscuridad en los mundos, y menos en la gente que se encontraba entre sus filas. Alexis es una niña que ha sufrido su condición en Tierra de Partida por haber nacido como un ser afín a oscuridad —le explicó Ariasu, siguiendo a Diana, quien había vuelto a caminar en dirección al castillo—. La excentricidad de la pequeña era difícil de entender, pero quizás tú sí... proviene de Ciudad de Halloween. Ellos nunca consiguieron aceptar los gustos de Alexis, pero tanto yo como Diana y Shinju sí. Es una buena chica, pero atormentada por su pasado y por las consecuencias de convivir con gente de la Orden.

El Maestro Ryota fue la primera persona que logró enfrentarse a Ronin, y admiramos mucho su valentía pues fue tan amigo de él como lo soy yo de Alexis y Shinju... renunciar a una amistad por un acto noble es algo que todos tenemos en estima...

De pronto, un grito desgarrador cortó la conversación entre los tres. Parecía el de un hombre, pidiendo auxilio. Pudieron escuchar también el trote de un caballo. Y también sintieron la presencia de algo oscuro: sincorazón.

Vaya, parece que alguien se ha metido en la boca del lobo —comentó Diana—. Necio.

Pero no podemos entretenernos —dijo Ariasu, con poco interés en el grito que había escuchado—. Si no nos damos prisa, Tierra de Partida se nos puede adelantar. Además, no me extrañaría que Lyn hubiera escuchado el grito. Nanashi ya nos advirtió de que tiene un olfato y oído increíbles.

Estamos bastante cerca del castillo. Puedo encargarme de ese idiota y su caballo y asegurarme de que Lyn ni ninguno de sus aprendices se acerquen.

Ariasu observó durante unos instantes a Diana, dudosa pero con una sonrisa de oreja a oreja. Nadie sabría decir qué se le pasaba por la cabeza en aquel momento.

¿Cerca? ¿A cuántos metros?

Setecientos hacia el norte —respondió Diana, segura de sus cálculos.

Mmm... Saito, ¿te vienes conmigo o querrías ayudar a Diana? —le preguntó Ariasu— Aunque debo reconocer que el castillo te va a parecer más interesante que luchar por la vida de un inepto.

Quedarse en el bosque con Diana y salvar a un inocente o seguir a Ariasu y encontrar el castillo y los secretos que escondía. Saito tenía la última palabra.

Fátima


Maestra, cuando dices que abandonaste este mundo te refieres a que te convertiste en Caballero, ¿verdad?—Lyn percató la sonrisa de Fátima y la comisura de sus labios la imitó, acordándose de su curiosidad cuando era más joven—. ¿Cómo fue? O, más bien, ¿quién? No sé si el Maestro Ronin ya lo era por esa época…

Sí... —Lyn se apartó el pelo que le caía a ambos lados de sus orejas animales— Fue Ronin quien me hizo Caballero. Si no fuera por él, ahora mismo... no tendría un sitio al que llamar hogar —la sonrisa de Lyn en aquel momento decantaba añoranza, y algo de tristeza—. Por aquella época era... no, para qué nos vamos a engañar, no ha cambiado nada. ¡Sigue queriendo escaparse a la taberna como siempre!

Se permitió reír junto a Fátima.

Sobre lo que decía antes… No es egoísta. Es su mundo, es normal que quiera hacerse cargo de él. Además, creo que es… que es muy noble por su parte venir aquí. Haré lo que esté en mi mano por ayudarla para salvar este lugar, Maestra.

Gracias, Fátima —dijo Lyn, posando una mano sobre su hombro—. Y tú también lo eres al depositar tu confianza en mí.

¿Tiene idea de por qué los Sincorazón vienen del bosque o qué puede estar provocando que aparezcan tantos? También… ¿Dónde está el corazón del mundo?

No lo sé, pero debe haber algo o alguien que los esté atrayendo ahora hacia la aldea —comentó, pensativa—. Estaban concentrados en el bosque y hasta ahora eran sólo unos pocos, pero que de repente aparezcan tantos... también hay que averiguar a qué se debe ese aumento, porque también debe haber otro ente o ser que esté atrayendo con la oscuridad de su corazón... y creo estar segura de qué es.

» Y sobre el corazón del mundo...

De pronto, las pupilas de Lyn se hicieron más afiladas, y sus orejas se tensaron. La maestra se levantó de la roca, fijando su mirada de animal hacia el bosque. Mostró sus colmillos, ahogando un furioso gruñido.

Maldición, hay un hombre ahí dentro —masculló, sin poder sentarse de nuevo. Pero no se movió un palmo, tratando de calmarse—. Está siendo atacado por... una manada de...

Lyn no dijo más. Se quedó quieta en el sitio, observando fijamente el paisaje de los exteriores del frondoso bosque. Y entonces, tras unos segundos, volvió a sentarse al lado de Fátima.

Maldita sea, Ronin —dijo la maestra, reprimiéndose—. Date prisa...

La Maestra Lyn estaba intentando ser leal. Pasaron unos minutos, eternos, angustiosos, por parte de ambas, en los que Lyn apoyó la frente sobre sus manos, intentando mantener la calma. Hasta que, finalmente, no pudo aguantar más.

Tengo que ir, Fátima —no se movió del sitio, pero le transmitió a Fátima su angustia—. Tienes todo el derecho a no creer en mis palabras, pero Ronin no contaba con que hubiera inocentes adentrándose en el bosque. Hay alguien pidiendo ayuda. Estoy escuchando el trote de su caballo, y el aullido de...

Y entonces, Fátima lo escuchó, tan claro como su Maestra. Un poderoso y temible aullido en la lejanía.

... lobos.

Fecha límite: sábado 11 de julio a las 23:59
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Re: [Castillo de Bestia] ¿Quién teme al lobo feroz?

Notapor 15nuxalxv » Jue Jul 09, 2015 12:55 am

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La zona de comercio estaba a rebosar: parecía que todos los aldeanos habían decidido salir a cazar gangas y negocios favorables. Los tenderetes alegraban la vista por su variedad: había desde los alimentos más básicos, como pescado y huevos, hasta vestidos. Vi unos que eran especialmente bonitos, y le hice una seña a Kairi para que nos acercáramos a mirar. No porque estuviese interesada en la prenda, sino porque teníamos que aparentar que éramos jóvenes aldeanas que habían bajado al mercado, tal vez mandadas por sus madres.

—¿De verdad que esta noche no volverá a pasar?

Mis oídos detectaron una pregunta que parecía concordar con lo que estábamos buscando. Busqué su procedencia, y me encontré con un corrillo de mujeres en pleno debate, con sus hijos bien agarrados para que no se perdieran. Seguí atenta a la mercancía, disimulando que estaba atenta a sus palabras. Quería escuchar más antes de decidir si acercarme o no.

—Eso dijo Gastón. Podemos confiar en su palabra.

—Pero mi marido es pastor y está muy nervioso. Quizás esta noche haga guardia...

—¡Qué tonterías, mujer! Si Gastón dice que no hay rastro de lobos, es que no los hay.

—Yo igualmente no pienso dejar las ventanas abiertas hasta el amanecer.

—¿Y quién me dice que mis hijos están a salvo cuando han desaparecido dos hombres ayer y todo su rebaño?

Lobos… No pude evitar recordar la feroz manada que nos persiguió a Simbad y a mí la primera noche que pasé en este mundo. Intenté esconder un escalofrío al recordar el terror desesperado que había sentido. Probablemente la presencia de los sincorazón había empujado a aquellas bestias a acercarse más al poblado. O incluso era posible que los hubiesen poseído. De ser así, lo sentía verdaderamente por aquellos dos hombres y su rebaño. Me quedé también con el nombre de Gastón. Sin duda era alguien importante, pues confiaban en su palabra sin dudarlo.

Busqué con la mirada a Kairi para preguntarle si deberíamos acercarnos y preguntar a aquellas señoras, cuando escuché una hermosa voz a mi espalda.

Disculpad, ¿pueden dejarme pasar, por favor?

No me había dado cuenta de que estaba enmedio de la calle. Me retiré cohibida, apenas farfullando una disculpa mientras me daba la vuelta.

¡Gracias!

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Me encontré con una joven ataviada con un vestido azul, que no apartaba la vista del libro que tenía en sus manos. Había algo en ella… Era como si el resto del mundo fuera totalmente gris, y los únicos colores existieran en su castaño cabello y sus prendas color cielo. Habría jurado que sus ojos brillaban con luz propia.

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La muchacha se alejó por donde habíamos venido, enfrascada en su lectura. Entonces supe que no podía dejarla marchar. Sentía que el corazón se me iba a salir del pecho y me fallaba la respiración, pero de algún modo estaba segura de que aquello no era amor. Era como un imán que me empujaba a no separarme de ella; no sabía si por instinto o por locura.

Me aclaré la garganta y me dirigí a Kairi, aún algo atontada.

Esto… ¿No has sentido una especie de… atracción por esa chica? —Me sonrojé al darme cuenta de lo mal que había sonado eso—. Qu-Quiero decir, como si fuera distinta.

Sabía que teníamos que seguir con la misión, es decir, recabar información sobre los ataques. Pero por otro lado, esa muchacha… Tenía que averiguar más sobre ella. Tenía algo mágico.

Creo que… debería seguirla, aunque no tenga que ver con la misión… Creo que ella es importante. Llámalo instinto, si quieres —le dije, mientras volvía la mirada en dirección a la chica. No quería perderla entre el gentío.

»Tú... puedes quedarte aquí e interrogar a esas señoras —Hice un ademán hacia ellas, por si no sabía de quiénes hablaba—, y seguir con la misión. Perdona por dejarte sola, pero necesito saber... quién es —Me llevé la mano a la nuca mientras la miraba, con media sonrisa—. Aunque por supuesto, puedes venir tú también si quieres. Intentaré recoger más información de camino.

»¿Qué me dices?

Dijera lo que dijera, tras su respuesta me dirigiría en pos de la muchacha de ropajes azules, dispuesta a descubrir por qué me había dado un vuelco al corazón al verla.

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Re: Ronda 3

Notapor Darkness Seeker » Vie Jul 10, 2015 11:22 am

Oiga Maestro, ¿Qué cree que tiene a Lyn tan desquiciada? Sé que es normal que esté tan enfadada pero... ¿Qué le podría llevar a estar dispuesta a desobedecer a Ronin?

Durante un rato, Akio siguió el camino sin pararse siquiera a decirme una sola palabra, hasta que llegamos a una zona más tranquila y donde pude responderme sosegadamente:

Cuando hay asuntos personales de por medio, incluso el Maestro más responsable se vuelve un completo terco —habló mientras caminaba—. Me fastidia admitirlo, pero yo también alguna vez me he vuelto idiota por asuntos ajenos a la Orden. Así que tampoco tendría que recriminarle por nada...

¿Estaba... oyendo a Akio lamentarse por Lyn? ¿De verdad habían pasado de estar peleándose hacía unos segundos a comprender sus necesidades? ¡¿Quién era este niño y qué habían hecho con Akio?!

En fin, sólo espero que sea un chucho bueno y se quede sentadita en el sitioÉsta es la taberna del pueblo. Aquí se reúnen muchos hombres a charlar, la mayoría cazadores de alto nivel. Sería buena idea entrar y ver qué planean hacer con los ataques de los lobos...

Sin embargo, en cuánto abrimos la puerta, lo que nos encontramos fue una fiesta sin ninguna clase de restricción: mujeres pululando por allí o por allá, cerveza lloviendo, literalmente, por toda la taberna, hombres gritando y clamando toda clase de salvas hacia una figura desconocida... Desde luego, más que simplemente "ahogar sus penas" en una o dos jarras, aquella gente parecía haber construido un submarino y haberse tirado de cabeza al fondo de un barril gigantesco de cerveza.

¡A la salud del campeón!

Tratando a un maestro de mi nivel como un crío, ¡malditos viejos! —comentó en bajo y claramente enfadado debido al caso omiso que le hacían— Y me parece increíble que estén de celebración cuando han tenido una manada de lobos atacando la aldea. ¿Les falta un tornillo o qué? ¡Tendrían que estar planeando qué hacer...!

De pronto me pareció oír a alguien llorar cerca de mí. Para mi sorpresa, habían tres mujeres en aquella locura a la que llamaban "taberna". Las tres chicas, físicamente hermosas, lloraban desconsoladas por alguna razón que escapaba a mi entendimiento.

¡Agh, no lo soporto! —gritó Akio, furioso— No te voy a detener si quieres preguntar a los machos alfa de este sitio, pero creo que mucho músculo y poco cerebro. Yo saldré a los comercios de aquí cerca a ver si se preocupan más por sus mujeres e hijos. ¿Vienes o te quedas?

Si que son idiotas, pero si hablan de un cazador puede que estos borrachos sepan algo de lo que está ocurriendo aquí.—le susurré a Akio para que el resto de la taberna no me oyera— Voy a tratar de sacar algo en claro y salgo en cuánto pueda.

Acto seguido, tenía dos claras posibilidades, pues entre los borrachuzos de la taberna y el impresionante ego que parecía exhalar el cazador, sólo me quedaban dos posibles objetivos con suficiente seso como para quizás poder sacar algo en claro: El camarero y el trío de mujeres llorosas.

Disculpen—comenté mientras me acercaba al grupo de chicas esquivando en lo posible las jarras de cerveza y sacando un pañuelo por si alguna deseaba secarse las lágrimas—Al entrar no he podido evitar verlas llorar tan desconsoladamente en un antro como este. ¿Ha ocurrido algo?

En caso de que las chicas no lograran darme nada de valor, me dirigiría al camarero y trataría de preguntarle sobre todo el alboroto y sobre el cazador. Aunque entre tanta cerveza no me extrañaría que el camarero estuviera también ebrio...

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Neru va a preguntar a las chicas que lloran y berrean. En caso de que no le den nada de utilidad, se acercaría al camarero a preguntarle por la fiesta y el cazador.
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