[Espacio Paranoico] En busca del corazón

TdP: Neru, Saxor y Lyon - BH: Celeste

La aparente traición de Tierra de Partida en un acuerdo de paz provocó el anuncio de la guerra por parte de Bastión Hueco. Los aprendices deben enfrentarse entre sí, entre antiguos amigos y compañeros. ¿Cómo lograrán sobrevivir cuando otras amenazas acechan?

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Re: [Espacio Paranoico] En busca del corazón

Notapor Nell » Lun Sep 14, 2015 1:23 am

Celeste


Algo en la respuesta de Celeste hizo que el chico se quedara perplejo. Incluso Papelera la miraba pasmada, como si hubiese dicho una blasfemia. Fue un silencio incómodo, del que se recobró primero el otro Programa.

Ya veo. Tú también eres una novata. Y debes de estar defectuosa para decir esas cosas. Tendré que informar de esto ―sentenció, dándose la vuelta y acabando con la conversación―. Quedaos aquí y no abandonéis el sector.

Papelera parecía asustada, aunque se sobrepuso para intentar proteger a su compañera.

¡Un momento, PRD, ella no lo decía en serio! ¿Verdad que no? ¿Verdad? ―Miraba alternativamente a PRD y a Celeste, alarmada y desesperada, esperando que alguno de los dos arreglara la situación. PRD, altivo, se había detenido, aunque las miraba por encima del hombro (a propósito)―. Es cierto que tenemos una misión muy, muy importante. Tenemos que ir a la Sala de Transferencias 1 para cumplirla.

Entonces me gustaría saber cuál ha sido el Programa que se le ha ocurrido encargarte algo así. Debe de tener los datos desactualizados para que crea conveniente confiar de esa manera en ti.

Ha sido…

Papelera miró a Celeste, en busca de ayuda. Supuestamente, la misión tan importante era la suya, no la de Papelera y no sabía con qué contestar. Además, la crueldad del PRD hacía mella en ella: tenía los ojos ligeramente enrojecidos, como si estuviera a punto de llorar por culpa de las palabras del chico. Incluso se había olvidado de la grave incidencia de Celeste solo para burlarse una vez más de Papelera.

En el caso de que Celeste no se inventara algo o no dijera nada, Papelera sería quien respondería finalmente con algo parecido a una mentira:

Ha sido el Programa de Diseño del Campo de Juego, el nuevo. Íbamos a verle ahora.

PRD bufaría, como si hubiese esperado una excusa mejor que esa, y no se lo tomaría en serio.

Por un momento habíais conseguido engañarme. Claro, seguid pensando que hacéis algo útil. Como si cumplir las órdenes de un PDCJ novato fuera importante. Parecéis humanas, perdiendo el tiempo y haciéndome perder el tiempo a mí con estas tonterías ―se quejó, para después añadir―. Venid a verme cuando hayáis terminado con esa tontería. Las dos. Revisaré que no tengáis datos dañados con tanto sobresfuerzo.

Por otro lado, si Celeste daba otra respuesta, PRD les dejaría también marchar. Pero tenía que asegurarse de convencerle mucho, fuera lo que fuera a decir, para que no sospechara que le estuvieran ocultando algo. Y de todas formas, les pediría que regresaran después para revisar sus discos. A través del pinganillo, solo le dijeron un par de cosas:

No tengo ni idea de qué es lo que ha pasado. No has dicho nada raro. ¿No, Alexis? ―Esta vez le hablaba Diana. La respuesta de Alexis debió de ser afirmativa, porque la chica continuó hablando―. Tal vez deberías disculparte. Déjalo un poco en el aire y pregúntale después a la chica. Por cierto, no te ha dicho su nombre, ¿no? ―No, ni se había molestado.

Puesto que eran consejos que le daban en base a lo poco que sabían, podía decidir si hacerles caso o no. PRD esperaría allí a que se marcharan hacia donde habían dicho, mirando sin disimulo a Celeste.

Finalmente, Papelera, cabizbaja, terminaría de configurar el terminal para dirigirlas a la ciudad y ambas desaparecerían de allí para transferirse a la pantalla del aparato.

* * *


La sensación del viaje fue parecida a la de su digitalización desde el mundo real. Y a su espalda, vería el terminal del que había salido.

La ciudad era un espacio inmenso, pero cerrado. Estaba plagada de edificios altísimos, de decenas de pisos, que tocaban el techo que encerraba el cubículo. Y a lo lejos, por supuesto, se veían las paredes que delimitaban todo lo demás. Para acceder a cada planta de los edificios era indispensable usar un elevador, una plataforma más segura que la que había usado desde la Sala de Transferencias 2, con barandilla y desplazamiento más despacio. Además, cada una era manejada por un Programa de Seguridad Vial, que preguntaba amablemente por el destino del viajero.

Había algunos Programas transitando por las calles, pero eran muy pocos. La mayoría no se demoraban mucho en subirse un elevador y seguir su camino. Nadie se entretenía y muy pocos hablaban entre sí. Podían ganarse el título de vecinos más antipáticos de todos los mundos.

Papelera guio a Celeste, sin darse cuenta de que la chica no sabía moverse por allí, hasta uno de los elevadores. Pidió al Programa que les llevara al comedor y, como si de un ascensor con musiquita ambiental se tratase, esperó con paciencia y un silencio incómodo hasta que se hubo completado la subida. Durante el trayecto anterior, no había sabido contestar a Celeste sobre qué ocurría si caían al vacío. En aquel caso, parecía claro que era la forma más rápida de convertirse en puré.

Una vez en la planta, se bajaron en una especie de túnel que accedía al comedor. Hasta entonces, Papelera había permanecido en silencio y cabizbaja, como si no quisiera hablar de lo ocurrido, avergonzada por el espectáculo. Incluso si Celeste le preguntaba, no volvería a abrir la boca hasta ese momento.

Era el Programa de Reparación de Datos. Él se encarga de ponernos bien, de hacernos funcionales. Cree que no valgo para nada ―aseguró, desanimada.

El comedor tampoco estaba muy lleno. Había varios Programas sentados en los bancos, comiendo o bebiendo, todos solos y ninguno en grupo, y la mayoría trabajando en algo más. De hecho, Papelera señaló a uno en cuestión que había retirado la comida a un lado para enfrascarse en su tableta.

Ese es quien me lo ordenó. Es un Programa de Diseño del Campo de Juego. No me gustan sus ojos. Le hacen parecer malvado.

Papelera se dirigió directamente hacia él. Era el chico más joven de la sala, no tendría más de trece años. Tenía el cabello rubio, revuelto, y no paraba de pasarse una mano por él para despeinarlo más. Sin embargo, sus ojos no se apartaban de la pantalla, ni siquiera cuando las chicas se acercaron. Las rayas de su uniforme eran amarillas.

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¡Qué rápida, Papelera! ¿Has hecho ya lo que te pedí? ―No levantó la mirada de lo que estaba haciendo, por lo que no parecía haberse dado cuenta de la presencia de Celeste. Y de repente, musitó para sí mismo―. Pintura. Necesito más pintura. Tienen que quedar todos muy manchados de pintura.


Neru y Celeste


PIB, amablemente, le enseñó el uso del terminal para que indicara como destino la ciudad, cuando hubieron acabado las conversaciones y cada uno hubo decidido hacia dónde quería ir. A pesar de su sonrisa cálida y agradable, podría notar que estaba un poco molesta de que no fueran todos más curiosos, ya que solo uno había mostrado interés por el programa. Terminó de configurar el aparato, y junto a Lyon, ambos desaparecieron de allí.

La ciudad era un espacio inmenso, pero cerrado. Estaba plagada de edificios altísimos, de decenas de pisos, que tocaban el techo que encerraba el cubículo. Y a lo lejos, por supuesto, se veían las paredes que delimitaban todo lo demás. Para acceder a cada planta de los edificios era indispensable usar un elevador, una plataforma más segura que la que había usado desde la Sala de Transferencias 1, con barandilla y desplazamiento más despacio. Además, cada una era manejada por un Programa de Seguridad Vial, que preguntaba amablemente por el destino del viajero.

Había algunos Programas transitando por las calles, pero eran muy pocos. La mayoría no se demoraban mucho en subirse un elevador y seguir su camino. Nadie se entretenía y muy pocos hablaban entre sí. Podían ganarse el título de vecinos más antipáticos de todos los mundos.

Tendría que despedirse allí de Lyon, puesto que este quería ir a la base del PSC y tendrían que coger elevadores diferentes. Por suerte, no fue muy difícil moverse por allí. Solo tuvo que subirse a una de las plataformas, informar al PSV de quién era (o mejor dicho, qué Programa era) y cuál era su destino.

Si preguntaba a dicho Programa sobre si había habido algún incidente en el comedor, descubriría que el PSV estaba sorprendentemente bien informado para, supuestamente, no haberse hallado presente.

Nada fuera de lo normal. Un reinsertado se ha puesto chulito con un puro, este se ha enfadado y ha habido bronca. Me han dicho que para cuando llegó un PSC, ya había corrido la sangre.

El Programa describiría al chico problemático como un niño rubio. Blanco y en botella.

El elevador subió hasta un pequeño túnel que desembocaba en el comedor. Había mesas (de las que tienen esos horribles bancos) por todos lados, y varios paneles en las paredes donde pedir la comida y la bebida. Había varios Programas almorzando, en solitario y, aparentemente, sumergidos en sus asuntos. Sin embargo, Neru se daría cuenta de que un par, de vez en cuando, miraba de reojo al único niño rubio presente en la sala, quien ignoraba ser objeto de atención y estaba enfrascado en su tableta, manejándola con gran habilidad. Aunque no tenía restos de sangre.

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Para entonces, ya se le habían adelantado. Un par de chicas estaban a su lado, intentando conversar con él. Una llevaba las líneas verdes y la otra, blancas. Esta última tenía una expresión muy triste, como si le hubieran ocurrido muchas desgracias, y trataba de no mirar directamente al niño rubio.

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Mientras se acercaba e iba focalizando sus voces, alcanzaría a escuchar decir al niño algo sobre una pintura.

No, yo… No lo he encontrado… ―Escuchó Neru que decía la chica de rayas blancas y pelo lila.

El niño rio entre dientes y fingió meditarlo. Para Celeste y Neru, resultó muy obvio que le estaba tomando el pelo a Papelera. Esta, en cambio, se creía todas y cada una de las palabras que salían de su boca.

¡Ay, pero qué despistada eres! Seguro que te has equivocado y te has ido a la Sala de Transferencias 2. Pues yo te dije la Sala de Transferencias 1, ¿recuerdaaaas? No te culpes, porque de la uno a la dos, pues, ya sabes, no hay mucha diferencia. Seguro que allí lo encuentras. Que no se te olvide esta vez, es el archivo XXX.rar. Pregunta a todo el que veas, no te cortes. Después de que lo hagas, tú vuelves y yo te doy otra tarea, y así sucesivamente. Tarde o temprano alguien verá que tienes mucho potencial… como exploradora.

Creía que era la dos. Estoy… ―Fuera lo que fuera a decir, se arrepintió y calló―. Yo, esto, gracias. Siento estar tardando tanto. Lo haré, te lo prometo. Te demostraré que soy útil. Esta chica se ha ofrecido a ayudarme.

Por fin, el niño levantó la mirada. Se fijó tanto en Celeste como en Neru, especialmente en este último, a quien le enarcó una ceja.

¿Y estos quiénes son?

Papelera tampoco se había dado cuenta de la presencia de Neru hasta que el chico no lo había hecho notar. Le observó con curiosidad y, al percatarse ella misma de lo que estaba haciendo, agachó la cabeza con vergüenza y esperó a que ambos aprendices se presentaran al niño. Si Neru preguntaba por ella, Papelera le diría su nombre.

¿Queréis algo? Ah, ya entiendo ―Miró brevemente a su pantalla y se dirigió a Neru―. Tú eres un nuevo PDCJ. Me acaban de informar. ―Señaló con la cabeza a su tableta―. Bienvenido a bordo, compañero. Espero que no seas uno de esos estúpidos puros arrogantes, porque con uno al día tengo mi cupo completo. Siéntate ―le ofreció, a su lado.

No obstante, en cuanto Neru aceptara o rechazara la invitación, el niño se levantaría. Parecía contento y animado, al contrario que como se había mostrado con Papelera. No hablaba a Neru con ningún matiz de superioridad, sino de igual a igual.

¿Quieres algo de beber? Yo invito. ¿Red Program o Red Cow?

En caso afirmativo, iría a uno de los paneles para encargar una bebida para Neru y otra para él. Luego, volvería para ofrecerle a su compañero la que había pedido y tomaría de nuevo asiento, con naturalidad. Para entonces, ya se habría olvidado de Papelera (y de la pobre Celeste, si no había intervenido más).

¿Estás trabajando ya en algo? Yo estoy a punto de terminar un nivel espectacular. Está basado en una lucha campal entre equipos, con pistolas de pintura y obstáculos móviles en el terreno. Estoy deseando testearlo, aunque no sé si me dejarán hacerlo yo mismo. Sería el rey de ese juego ―sentenció, satisfecho, con una sonrisa franca.

Esperó la respuesta de Neru, que para entonces debía de haber acumulado unas cuantas preguntas. Y muy pocas referentes a ese nivel espectacular.

¿Quieres que nos vayamos ya a la Sala de Transferencias 2? ―le preguntó de repente Papelera a Celeste, incómoda por la amigable situación que se había creado entre los PDCJ―. Ahora yo también tengo algo que hacer allí. Lo podemos hacer juntas.

La pregunta de Papelera supondría seguir con el viaje. Salvo que Celeste quisiera hacer algo más allí, su siguiente destino era la próxima terminal y la Zona de Prácticas 1. Podía detenerse un poco más, consultar con Diana y Alexis o simplemente continuar.


Saxor


PIB estuvo encantada de responder a las dudas de Saxor. De hecho, se sentía muy halagada de haber conseguido despertar el interés con su introducción.

Necesitamos alrededor de una semana de terapia continua para lograr un resultado exitoso. A veces, más, dependiendo del sujeto y, muchas veces, de su lugar de origen. Algunos humanos no han visto ni un botón en su vida ―sonrió más, para remarcar el chiste―. Lo siento, no puedo decirte el número exacto, me lo tienen prohibido. Ahora que vais a entrar en la base, conviviréis con muchos puros y reinsertados. Nuestra política establece que deban tratarse por igual a ambos y no hacer distinciones. El pasado no importa, sino la funcionalidad en el presente.

»Entre vosotros y yo, tampoco debería deciros nada sobre los que están actualmente en proceso de reinserción, pero hablaré de más y diré que ahora hay tres. Es un tema complicado. Y por ahora, estamos satisfechos de anunciar que no existen fallos en el método. Ningún humano ha resistido nuestro programa.

Para ellos, en cambio, era una noticia nefasta. Si Akio había sido ya reconfigurado, ¿qué iban a hacer?

¿Tenéis alguna otra duda?

No, al parecer. PIB se sintió decepcionada de que solo uno le hubiera hecho preguntas. Sin embargo, con la amabilidad que le caracterizaba, fue enseñándoles uno por uno a usar el terminal para acceder a la zona que quisieran. Ninguno quiso tampoco hablar con Recursos Humanos.

Cuando Saxor pidió a Hime que le acompañara a las celdas, esta se mostró entusiasmada.

¡Claro, voy contigo! Prometo no agrandarme esta vez. Me gusta mi tamaño natural ―le aseguró. Si se dio cuenta de la tartamudez del chico, no preguntó por ella―. Akio estará ahí. O puede que no…

Al llegar su turno, PIB configuró el terminal para dirigirles a las celdas y ambos desaparecieron de allí, con el mismo resplandor con el que habían sido digitalizados.

* * *


En las celdas había… pues eso, celdas. Saxor y Hime llegaron a un largo pasillo, que se bifurcaba a su vez en otros. A ambos lados, había puertas blindadas con paneles a su izquierda para autorizar o denegar la apertura de cada una. A su vez, las puertas tenían una pequeña ventana con barrotes al nivel de la cabeza y una fina obertura alargada a los pies, por donde pasarían la comida.

A la derecha, antes de comenzar el pasillo laberíntico, había un pequeño garito que custodiaban dos Programas. Ambos, en sus uniformes grises, tenían líneas de luz verdes, como las de Saxor y Hime. Les echaron un vistazo por curiosidad y, al reconocerlos como compañeros, uno perdió el interés y el otro se acercó a ellos para recibirles.

Hola, ¿os puedo ayudar en algo?

¡Hola, encantada! Acabamos de llegar y PIB nos ha dicho que viniéramos aquí ―abrevió Hime.

Bienvenidos. Como podréis comprobar, los nuestros no tienen mucho trabajo. PRU es un lugar bastante seguro gracias a los PSC y no hay rebeliones, ni levantamientos, por sorprendente que parezca.

Jo, qué pena, no me habría venido mal un poco de acción ―se lamentó. Parecía sincera―. ¿No hay nada que podamos hacer?

El carcelero intercambió una mirada con su compañero, que se encogió de hombros.

Podéis seguir visitando la base del PRU. La instructora está haciendo una visita a la base del PSC y no volverá hasta dentro de un rato. Cuando os reunáis con él, os asignará vuestras tareas y funciones. Mientras tanto…

¡O pueden darles de comer a los reos! ―sugirió el compañero.

Solo si queréis. No es nada complicado.

Hime tomó la palabra por Saxor y aceptó. Ambos guardias se presentaron como un PRD y un PDU, respectivamente, como lo eran Hime y Saxor. Les dieron dos bandejas tapadas, supuestamente con comida dentro, para que las llevaran a las celdas 31 y 34. Y si tenían alguna otra pregunta, sobre la base o la prisión, podían preguntarles (cualquiera diría que estaban muy aburridos). Les indicaron cómo llegar adonde querían ir y, de paso, cómo ir a la Zona de Prácticas 2, por si les apetecía continuar con el recorrido.

Al acabar, Hime se despidió de ellos y, junto a Saxor, continuaron el camino hacia las celdas 31 y 34. Ambas estaban en el mismo pasillo, pero había una considerable distancia entre una y otra. Hime dejó la bandeja que cargaba ella en el suelo y, de puntillas, echó un vistazo por los barrotes de ambas.

No está ―le susurró, desilusionada―. No es ninguno de ellos. Eso significa que… que ha sido reinsertado, ¿no? Que Akio se ha convertido en…

¿Akio?

La voz llegaba desde la celda 34. Por los barrotes, se asomó la cara de un extraterrestre azul, con forma de oso, que les miraba sonriente y con alegría, como si estuviera viendo a unos viejos amigos.

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¡Yo le conozco!

¿En serio?

¡Sí!

¡Qué bien! ¿Y dónde está?

¡Aquí, conmigo!

Hime volvió a desinflarse. Ya había echado un vistazo a la celda y no había nadie más dentro de ella, solo el extraterrestre-oso. Pensó que estaba loco o que se había estado burlando de ella. No obstante, algo en su mirada ilusionada le llevó a comprobarlo. Volvió a asomarse entre los barrotes y soltó un gritito.

¡Saxor, ven a ver esto! ¡Tiene razón, está aquí!

Al asomarse, Saxor vería a qué se refería, gracias a que el oso se había puesto a un lado de la pared para señalárselo: grabado con algún objeto punzante, alguien había escrito Akio 89135.

Estuvo aquí. Akio estuvo aquí ―tarareó, contenta de haber conseguido una pista―. ¿Y ahora, qué? ¿Dónde está? Debe de haber algún registro donde indique qué pasó con él…

En otro reo, el de la celda 31, guardaba silencio. Si Saxor se asomaba por las rejas, vería quién era: un hombre serio, agazapado en un rincón, que le miraba desafiante.

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Allí tenían la prueba de que Akio había ido a parar a Espacio Paranoico, sin ninguna duda. Pero cuál había sido su destino… era algo que tendrían que averiguar.


Lyon


PIB, amablemente, le enseñó el uso del terminal para que indicara como destino la ciudad, cuando hubieron acabado las conversaciones y cada uno hubo decidido hacia dónde quería ir. A pesar de su sonrisa cálida y agradable, podría notar que estaba un poco molesta de que no fueran todos más curiosos, ya que solo uno había mostrado interés por el programa. Terminó de configurar el aparato, y junto a Neru, ambos desaparecieron de allí.

La ciudad era un espacio inmenso, pero cerrado. Estaba plagada de edificios altísimos, de decenas de pisos, que tocaban el techo que encerraba el cubículo. Y a lo lejos, por supuesto, se veían las paredes que delimitaban todo lo demás. Para acceder a cada planta de los edificios era indispensable usar un elevador, una plataforma más segura que la que había usado desde la Sala de Transferencias 1, con barandilla y desplazamiento más despacio. Además, cada una era manejada por un Programa de Seguridad Vial, que preguntaba amablemente por el destino del viajero.

Había algunos Programas transitando por las calles, pero eran muy pocos. La mayoría no se demoraban mucho en subirse un elevador y seguir su camino. Nadie se entretenía y muy pocos hablaban entre sí. Podían ganarse el título de vecinos más antipáticos de todos los mundos.

Allí se despidió de Neru, puesto que este quería ir al comedor y tenían que coger elevadores diferentes. No le fue difícil orientarse, solo tenía que subirse a un elevador y decirle al Programa de Seguridad Vial quién era y hacia dónde iba. La subida fue un continuo palique por parte del Programa:

Vaya, así que tú eres un PSV también ―hizo notar―. ¿A qué zona estás asignado? No te había visto hasta ahora. He tenido un día espantoso, ¡pero qué te voy a contar! La mayor parte de los Programas nos tratan como a columnas, que les llevan allí donde tienen que ir, y poco más. Estoy un poco harto de ellos, podrían intentar ser educados, contarme algo o darme conversación, pero no, ellos a lo suyo. Algunos son más amables, claro. Antes me han contado una cosa de lo más interesante, aunque puede que ya te hayas enterado: ha habido una pelea en el comedor. Sí, sí, como lo oyes ―reiteró, como si Lyon no fuera a creerle―. Un puro y un reinsertado han empezado a discutir, y por lo que me han dicho, ¡el reinsertado le ha dado un puñetazo! ¡Ja, ja, habría dado lo que fuera por estar presente! El PSC le ha salvado el culo y por poco manda al chico a las celdas. Se ha salvado por los pelos con una sanción, aunque no me preguntes de qué. Pocas cosas así de emocionantes pasan por aquí, ya sabes.

»Por cierto, ¿para qué vas a la base del PSC? Te convendría mantenerte alejado de ellos. Son unos chulitos, ni te dejarán pasar a su santuario. Si no formas parte de la seguridad, ¡no eres nadie! Ese es su lema.

A pesar de su opinión, le llevó hasta donde había pedido y allí le dejó, en una de las plantas más altas de toda la ciudad. Al bajarse, aparte de ver la tremenda caída que tendría si soplase el viento, había un portón enorme impidiéndole el paso. En el centro, vería un panel donde le pedía una identificación para acceder al recinto. El símbolo sobre la pantalla era el de un círculo, dando a entender que debía poner su disco de identidad sobre él para que lo escanearan.

Justo cuando tenía que decidirse entre entrar o no, alguien salió. La puerta se abrió y se cerró a la espalda de una chica joven, de cabello negro y con el repetitivo traje gris, con líneas verdes.

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Se detuvo frente a Lyon y le soltó:

¿Qué miras?

Parecía enfadada, aunque no necesariamente con el muchacho. Siguió dándole cizaña, descargándose sobre él. Resultaba un poco chocante porque, a pesar del evidente enojo, no expresaba rabia o ira, sino que lo decía todo con cara neutra y cejas ligeramente inclinadas.

¿Quieres entrar? Olvídalo. Tu uniforme te delata. No eres uno de los suyos, se reirán de tu asquerosa función y te echarán a patadas. Ellos, que son la seguridad de la ciudadanía, son los que mandan y los que más importan. Tú y yo no somos nada en comparación. Somos prescindibles. El PRU solo se mantiene gracias a ellos. Dáselas cuando les veas.

Una vez estuvo todo dicho, llamó a un elevador y esperó. Lyon podía pararla para preguntar por su experiencia o dejarlo pasar y entrar. Pero, ¿era una buena idea…?

Entonces, el portátil que le había dado Simon brilló de repente. Tenía una llamada entrante. Parece que, aparte de mapa, podía servir también para comunicarse con el hombre en el mundo exterior. Lyon podía esperar a encontrarse solo para responder, ya que el mensaje de Simon sería audible para cualquiera que estuviera cerca, aunque era breve:

Eh, chaval, ¿me oyes? Tenéis problemas. Y gordos. He estado trasteando este cacharro y, aparte de vuestra transferencia, alguien más entró en ese mundo digital un poco antes. Y no desde aquí. No sé rastrear señales, pero solo se me ocurre otro lugar desde donde puedan mandar gente a Espacio Paranoico...


Guilmon


Guilmon se quedó solo, con PIB y Recursos Humanos. Cuando hubo despedido al último de los aprendices, PIB borró su sonrisa y suspiró, como si estuviese muy cansada.

Cada vez son más…

Se interrumpió al ver a Guilmon. Al parecer, había olvidado que estaba allí.

… más encantadores. ―Sonrió de nuevo.

Guilmon preguntó por Asignación de Funciones y PIB, al principio, no supo qué responder. Intercambió una mirada con Recursos Humanos, que no parecía interesado en nada, y preguntó dulcemente:

Esto es Asignación de Funciones. Recursos Humanos se encarga de recolocaros y daros un brillante futuro en la base del PRU. Pero, ¿cómo sabes eso, pequeño? ―Curiosamente, la anciana no era mucho más alta que Guilmon―. ¿Dónde lo has escuchado?

Independientemente de lo que respondiera, PIB asentiría, con encanto, y se acercaría a Guilmon.

Tienes curiosidad, como tu amigo cuando me preguntó. No pasa nada, eso es totalmente natural. Puedo hacerte una pequeña guía, aunque no podrás ver mucho.

PIB le invitó a que la siguiera, dejando atrás a un Recursos Humanos que no les quitó el ojo de encima, a pesar de su aparente aburrimiento. La anciana abrió una de las puertas de la pared de la izquierda, que daba lugar a un largo pasillo con más puertas, a su vez. Lo recorrió despacio, mientras hablaba, con Guilmon por detrás.

Verás, esta zona está restringida para los Programas puros o los reinsertados, debido a que aquí pasan sus primeros días los humanos que necesitan reinsertarse. Es un proceso delicado y complejo, por lo que nadie no cualificado debe intervenir. Ahora mismo tenemos a tres. Es una buena cifra y vamos aumentándola día a día.

Llegaron hasta una pared de cristal, a través de la que se veía a un extraterrestre similar al Programa de Seguridad Ciudadana con el que se habían encontrado. Estaba tendido sobre una cama metálica, durmiendo, pero conectado a unos cuantos cables delicados. Al otro lado de la habitación, se hallaba un disco de identidad similar al que llevaban todos a su espalda, brillando durante su recepción de datos.

Me temo que ya no puedo llevarte más allá. Los humanos, cuando llegan, están confusos y perdidos. Puede ser peligroso. Algunos son muy violentos. Hace unos días, tuvimos uno especialmente… así.

PIB miró fijamente a Guilmon, como si estuviese planeando algo. Hasta que descubrió el pastel.

Por supuesto, no hay nada que temer si nos mantenemos en las zonas seguras. Tenemos un protocolo de seguridad estupendo, que hemos copiado precisamente del Protocolo 110 del PCM. ¿Sabes a cuál me refiero?

A pesar de proceder de Espacio Paranoico, a Guilmon no le sonaría de nada ese Protocolo 110. Sin embargo, las intenciones de PIB parecían muy claras: le estaba probando.


Fecha límite: 18 de septiembre.
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Re: [Espacio Paranoico] En busca del corazón

Notapor Darkness Seeker » Vie Sep 18, 2015 1:37 pm



Finalmente, junto a Lyon y PIB comenzó nuestra odisea en busca de Akio a lo largo y ancho del Mundo Digital. No paraba de pensar en lo que nos había dicho PIB sobre la reinserción de los usuarios y su destino. No había querido dar muchos detalles, pero me temía lo peor. Y con Akio abandonado en este mundo desolado... me estremecía de sólo pensarlo.

Por suerte, la colorida ciudad del Espacio Paranoico me despertaba de aquellos pensamientos tan pesimistas. Miles de torres cilíndricas, similares a motores o tomas de energía, se alzaban hasta los cielos y conectaban entre sí por infinitos caminos y luces que simulaban puentes, ascensores y toda clase de estructuras. Sin embargo, mi objetivo era encontrar a Akio, no hacer turismo. Debía de concentrarme aunque ello pudiera llamar la atención.

Llegado un momento, una intersección nos dividió y tuve que separarme del grupo de PIB y Lyon. Instantáneamente le tendí la mano y luego me acerqué a su hombro para darle unas palmadas en la espalda y de paso susurrarle:

Estate atento a la tableta, si encuentro algo os avisaré a todos por ahí.

Una vez le di el mensaje, me dirigí hasta el programa determinado para hacer funcionar el elevador. le dí mi nombre y función y me dirigí a Lyon una última vez:

¡Buena suerte con tus funciones!

Y así, el elevador comenzó moverse junto al PSV. Aprovechando el viaje, se me ocurrió preguntarle si había oído algo sobre la pelea que me había comentado PIB.

Nada fuera de lo normal. Un reinsertado se ha puesto chulito con un puro, este se ha enfadado y ha habido bronca. Me han dicho que para cuando llegó un PSC, ya había corrido la sangre.

Cuando el programa comenzó a relatarme los hechos, la idea mental se hizo sola en mi cabeza, sin tener ni siquiera que pensar en ello de forma específica: Akio. El comedor estaba bastante lleno de programas una vez llegué hasta él. Cada uno a lo suyo, pero bastante ocupados y con caras extraordinariamente serias. Aunque pronto me daría cuenta en que había uno en particular que parecía bastante alegre, y me era muy familiar... El corazón se me hinchó de duda y miedo al verle tan tranquilo. Lo había encontrado.

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Justo cuando le vi, un par de chicas lo estaban entreteniendo con unas preguntas, momento que aproveché para sacar rápidamente mi tableta de comunicación, crear un mensaje lo más corto posible y mandárselo a todos: A Saxor y Hime, a la tableta de Lyon y en la medida de lo posible a Simon.

Neru escribió:"Le he encontrado."


Una vez terminé con el mensaje, me acerqué de nuevo hasta Akio, que parecía estar terminando con la conversación de las dos chicas.

No, yo… No lo he encontrado…

¡Ay, pero qué despistada eres! Seguro que te has equivocado y te has ido a la Sala de Transferencias 2. Pues yo te dije la Sala de Transferencias 1, ¿recuerdaaaas? No te culpes, porque de la uno a la dos, pues, ya sabes, no hay mucha diferencia. Seguro que allí lo encuentras. Que no se te olvide esta vez, es el archivo XXX.rar. Pregunta a todo el que veas, no te cortes. Después de que lo hagas, tú vuelves y yo te doy otra tarea, y así sucesivamente. Tarde o temprano alguien verá que tienes mucho potencial… como exploradora.

Creía que era la dos. Estoy… ―la pobre programa se quedó callada, casi como si tuviera miedo de responderle tras aquella situación que apenas había entendido―. Yo, esto, gracias. Siento estar tardando tanto. Lo haré, te lo prometo. Te demostraré que soy útil. Esta chica se ha ofrecido a ayudarme.

Akio levantó la vista para ir a decirle algo cuando de pronto se percató de mi presencia y la de la otra programa, que parecía estar simplemente observando la escena. Cuando Akio nos examinó, me di cuenta al instante del movimiento que hizo al verme. ¿Me había reconocido o era otra cosa?

¿Y estos quiénes son?

Perdón por la interrupción—comenté ante la pregunta dirigiéndome a la "Papelera" y a Akio—Me llamo Neru. El PIB me mandó a buscarte por un problemilla que había pasado aquí hace un momento. Además me dijo que podrías ayudarme a situarme en el sistema con mis nuevas funciones.

Ah, ya entiendo ―Miró de inmediato la pantalla de nuevo, momento en el que me fijé de algo: según el PSV que me trajo, se había derramado sangre, pero Akio estaba completamente limpio―. Tú eres un nuevo PDCJ. Me acaban de informar. Bienvenido a bordo, compañero. Espero que no seas uno de esos estúpidos puros arrogantes, porque con uno al día tengo mi cupo completo. Siéntate

¿Que demonios era todo esto? ¿Desde cuando Akio era tan servicial y amigable? Esto estaba mal, muy mal. Y cada vez me daba peor situación.

¿Quieres algo de beber? Yo invito. ¿Red Program o Red Cow?

Ahm... un "Red Program" mismo...—le contesté para luego dirigirme a la Papelera y a la otra chica las cuáles habían quedado absolutamente relegadas a un segundo plano tras mi llegada— Lamento que os haya dejado así de colgadas, de veras.

Al poco rato, Akio volvió con las bebidas y me la ofreció. Dios, que tensión recorría mi cuerpo en aquel instante. Le tenía al lado, pero no sabía qué le habría pasado durante toda esta semana que había estado fuera. Tenía tantas preguntas y tanto miedo a que alguna desencadenara el Caos en aquella sala que me estremecía en mi interior sobre lo que podía hacer.

¿Estás trabajando ya en algo? Yo estoy a punto de terminar un nivel espectacular. Está basado en una lucha campal entre equipos, con pistolas de pintura y obstáculos móviles en el terreno. Estoy deseando testearlo, aunque no sé si me dejarán hacerlo yo mismo. Sería el rey de ese juego

Espera, ¿Pistolas de pintura y obstáculos móviles? Tenía entendido que hace un tiempo hubo una "Guerra de Pintura" en la que Akio fue coronado Rey. De hecho, muchos lo conocen en Tierra de Partida por su título de Rey de la Pintura. Aquello era una buena información: ya le hubieran tocado la cabeza o no, ahora sabía que en el peor de los casos no había perdido todas sus recuerdos. Lo cuál quería decir... que o podía estar usando una tapadera o bien...

Dios, no era capaz ni de razonar ya lo que pensaba. Tenía que empezar a despejar dudas. Ya. Y de la forma lo más disimulada posible.

Pues... sí, estuve trabajando en algo en mi anterior sector, pero con el traspase bloquearon el proyecto. La idea era simple: Habían dos bandos, los cuáles eran portadores de unas armas similares a espadas pero con mucho más poder. El juego consistía en ir cumpliendo misiones en distintas zonas,o "mundos" por así decirlo, para ayudar a tu causa. Un bando quería proteger el universo, y el otro destruirlo— le dije mientras terminaba la bebida y comprobaba si aquella manida reversión de nuestra guerra con Bastión Hueco le provocaba algún efecto —. Lamentablemente, entre lo del traspase y que el diseño no terminó de cuajar, pues se canceló el proyecto. Pero bueno, la vida sigue ¿No?

Aún así, tu idea es increíblemente simple y buena en realidad. ¡Es muy buena, deberías de seguir trabajando en ello! Quizás incluso profundizar y añadir más elementos, como pistolas de agua, escenarios cambiantes o incluso... Algo así como un sistema de rangos para que los mejores lleguen a ser "Reyes del... bueno, como se llame tu proyecto final". O quizás incluso un rango de "Maestro".

Una vez me comentará lo respectivo a mi "proyecto" y le animara con el suyo, comenzaría tratar los temas serios.

Por cierto, PIB me comentó que había habido un problema aquí hace un momento con algo de una pelea y creía que podía ser algo relacionado contigo. ¿Sabes si hubo alguna pelea aquí o algo del estilo? Por cierto, es posible que necesite que me enseñes la zona de trabajo. ¿No crees, "Maestro"?

El corazón se me encogía a cada palabra, no sabía si estaría hablando con el Akio de siempre o... a lo que quedara de él. Debía de descubrirlo cuánto antes y avisar al resto del grupo . Dependiendo de sus respuestas, aprovecharía el camino hacia nuestro sector para avisar al resto del grupo sobre lo que me hubiera dicho Akio. Probablemente usaría alguna excusa de renderizado de datos o de los modelos para mi próximo proyecto.

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1º Antes de siquiera acercarme a Akio, Neru envía un mensaje a TODOS para avisarles de que he encontrado a Akio

2º Dependiendo de las respuestas de Akio, Neru aprovechará el camino hacia su zona de trabajo, si es que vamos, para avisar al resto:

—Si Akio no reconoce a Neru o muestra que no es consciente de que es Maestro de la Llave Espada en TdP El maensaje será:
Akio no me reconoce. Venid cuánto antes.


—Si Akio reconoce a Neru y toda la situación resulta ser una tapadera o algo del estilo, el mensaje será:
Akio está a salvo. Sigo con él.


¡Buena suerte!
LET YOUR HEART SURRENDER BY THE DARKNESS¡

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Logros ~ Neru
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Re: [Espacio Paranoico] En busca del corazón

Notapor Denna » Vie Sep 18, 2015 4:38 pm

La expresión del recién llegado fue bastante cómica. Pero en cuanto vi que Papelera también me miraba con espanto, me di cuenta de que la había cagado.

Ya veo. Tú también eres una novata. Y debes de estar defectuosa para decir esas cosas. ―“¿Defectuosa?”―. Tendré que informar de esto. Quedaos aquí y no abandonéis el sector.

Pero, ¿qué había dicho? ¡Lo único que pretendía era ahuyentarle! Sus palabras me dejaron helada, y tuve suerte de que Papelera reaccionara con rapidez.

¡Un momento, PRD, ella no lo decía en serio! ¿Verdad que no? ¿Verdad?

Ehh… ¿no?

Es cierto que tenemos una misión muy, muy importante ―insistió. A pesar de mis lentos reflejos, había conseguido que el tal PRD se parara a escucharnos―. Tenemos que ir a la Sala de Transferencias 1 para cumplirla.

Entonces me gustaría saber cuál ha sido el Programa que se le ha ocurrido encargarte algo así. Debe de tener los datos desactualizados para que crea conveniente confiar de esa manera en ti.

Ha sido…

La débil chispa de seguridad que había adquirido se esfumó. Papelera estaba aterrada, al borde de las lágrimas, y todo por culpa de ese chico. ¿Por qué se portaba tan mal con ella? Abrí la boca para responder, pero tenía la mente en blanco. “¡Ni siquiera soy de este mundo!” quise gritar. “¡No sé nada!

Ha sido el Programa de Diseño del Campo de Juego, el nuevo. Íbamos a verle ahora ―acabó respondiendo, con un tono no muy convincente.

Por un momento habíais conseguido engañarme ―bufó PRD, mirándonos con superioridad―. Claro, seguid pensando que hacéis algo útil. Como si cumplir las órdenes de un PDCJ novato fuera importante. Parecéis humanas, perdiendo el tiempo y haciéndome perder el tiempo a mí con estas tonterías.

Ni que alguien te hubiera llamado ―mascullé, con las mejillas rojas de rabia.

Venid a verme cuando hayáis terminado con esa tontería. Las dos. Revisaré que no tengáis datos dañados con tanto sobreesfuerzo.

Sí, tú espéranos”. Le fulminé con la mirada, haciendo una seña a Papelera para que acabara de hacer lo que tuviera que hacer con el ordenador. No podía esperar a perder de vista a PRD.

De mientras, recibí un mensaje de Diana por el pinganillo.

No tengo ni idea de qué es lo que ha pasado ―confesó―. No has dicho nada raro. ¿No, Alexis? Tal vez deberías disculparte. Déjalo un poco en el aire y pregúntale después a la chica. Por cierto, no te ha dicho su nombre, ¿no?

¿Cómo? ¿No se llama Papelera?”, pensé, mirando a la chica de soslayo. Procuré borrar cualquier expresión de mi cara para no darle más motivos a PRD para sospechar. “Si no ha querido darme su nombre será por algo, supongo. No seré yo quién la obligue a hablar”.

***

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Visto y no visto. El pasillo se difuminó delante de mí y al siguiente instante estábamos en la ciudad. ¡Y qué ciudad! Había muchísimos edificios juntos, tan altos que me dio la impresión de que se habrían escondido entre las nubes… en caso de que hubiera cielo, claro, porque todo estaba encerrado en una habitación. ¡Una ciudad entre paredes y techo! ¿No era de locos?

Bonito sitio ―comenté en un intento de romper aquel silencio incómodo―. Por cierto, Papelera, si quieres hablar de… bueno, de lo que ha pasado… puedes contar conmigo, ¿vale? A veces viene bien que alguien ajeno a la situación te escuche. Así que… ya sabes.

Intento fallido. La chica no volvió a hablar hasta que salimos del ascensor:

Era el Programa de Reparación de Datos. Él se encarga de ponernos bien, de hacernos funcionales. Cree que no valgo para nada ―dijo, abatida.

¡Demostrémosle que se equivoca! Encontraremos a es XXX.rar y lo eliminaremos, ¡y luego se lo restregaremos por la cara! ―exclamé, malévola, imaginando ya la reacción de PRD cuando viese que Papelera había cumplido su misión con éxito rotundo.

Y seguía fantaseando cuando llegamos al comedor. Volví a la realidad sólo cuando la chica señaló a un Programa sentado solo en un banco.

Ese es quien me lo ordenó. Es un Programa de Diseño del Campo de Juego. No me gustan sus ojos. Le hacen parecer malvado.

¿Ése? Si es solo un niño…

Aparentaba unos doce años, el más joven de todos los Programas del comedor. Tenía el pelo rubio y unos ojos verdes no muy malvados, y un traje de líneas amarillas.

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¡Qué rápida, Papelera! ¿Has hecho ya lo que te pedí?

No apartó la mirada de la pantalla en la que trabajaba, murmurando algo sobre necesitar pintura.

Justo en aquel momento llegó otro chico, también de rayas amarillas. Enarqué una ceja en su dirección y susurré un «hola», atenta a lo que fuese a decir el niño.

No, yo… No lo he encontrado…

¡Ay, pero qué despistada eres! ―profirió, riendo entre dientes―. Seguro que te has equivocado y te has ido a la Sala de Transferencias 2. Pues yo te dije la Sala de Transferencias 1, ¿recuerdaaaas? No te culpes, porque de la uno a la dos, pues, ya sabes, no hay mucha diferencia. Seguro que allí lo encuentras. Que no se te olvide esta vez, es el archivo XXX.rar. Pregunta a todo el que veas, no te cortes. Después de que lo hagas, tú vuelves y yo te doy otra tarea, y así sucesivamente. Tarde o temprano alguien verá que tienes mucho potencial… como exploradora.

¿Va en serio..?”.

Creía que era la dos. Estoy… ―empezó a farfullar Papelera―. Yo, esto, gracias. Siento estar tardando tanto. Lo haré, te lo prometo. Te demostraré que soy útil. Esta chica se ha ofrecido a ayudarme.

Esto… Papelera, creo que…

El niño rubio me cortó con un brusco «¿Y estos quiénes son?», dirigido al Programa nuevo y a mí.

Seguridad Ciudadana ―escupí, molesta por cómo se portaba con Papelera―. Ya nos íbamos, gracias por tu amabilidad.

Probablemente ni me oyó. Todo su interés (y entusiasmo) se dirigía al otro chico, dejándonos a nosotras en segundo plano. Tuve que hacer un esfuerzo para mantener la compostura.

¿Quieres que nos vayamos ya a la Sala de Transferencias 2? ―me preguntó mi acompañante, tan divertida como yo―.Ahora yo también tengo algo que hacer allí. Lo podemos hacer juntas.

Claro. Vamos.

Preferí no decirle que quizás el niño se había inventado lo de su misión, pues aún la necesitaba para llegar a la Sala de Transferencias 1. Tampoco era que tuviese pruebas, sólo una corazonada. Esperaba de verdad que no fuera así.

¿Me das un segundo? ―le dije, alejándome un poco―. Vuelvo en nada.

Sin esperar su respuesta, salí corriendo hacia la zona menos concurrida del comedor. Me aseguré de no estar a la vista de nadie antes de ponerme en contacto con Bastión Hueco.

Me daré prisa, porque no sé cuánto tiempo tengo. Voy a ir a la Sala de Transferencias 1 tal y como estaba previsto, pero ¿podríais encontrar algo sobre Papelera de Reciclaje? ―indiqué lo más rápido posible―. Cualquier cosa que me ayude a entender por qué la tratan tan mal. Si me hago con esa información, creo que podré hacerme amiga suya. Y la forma de bloquear el acceso desde Espacio Paranoico será nuestra.

Contuve el aliento. Con respuesta o sin ella, volvería con Papelera para seguir adelante, tratando de no pensar en lo mezquina que me sentía por dentro.
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Re: [Espacio Paranoico] En busca del corazón

Notapor Saxor » Vie Sep 18, 2015 11:17 pm

El PIB mostró una sonrisa cuando pregunté sobre el PRU. Parecía encantada de hablar sobre el tema.

Necesitamos alrededor de una semana de terapia continua para lograr un resultado exitoso. A veces, más, dependiendo del sujeto y, muchas veces, de su lugar de origen. Algunos humanos no han visto ni un botón en su vida ―una semana... Justo el tiempo que Akio llevaba desaparecido. Esperaba que no los enviaran a reinserción nada más capturarlos...―. Lo siento, no puedo decirte el número exacto, me lo tienen prohibido. Ahora que vais a entrar en la base, conviviréis con muchos puros y reinsertados. Nuestra política establece que deban tratarse por igual a ambos y no hacer distinciones. El pasado no importa, sino la funcionalidad en el presente.—e irónicamente hablaba de igualdad, solo que después de la reinserción.

»Entre vosotros y yo, tampoco debería deciros nada sobre los que están actualmente en proceso de reinserción, pero hablaré de más y diré que ahora hay tres. Es un tema complicado. Y por ahora, estamos satisfechos de anunciar que no existen fallos en el método. Ningún humano ha resistido nuestro programa—...Y las noticias solo seguían empeorando. Si ya había sido reinsertado, nos encontraríamos en enormes problemas para traerlo de vuelta.

¿Tenéis alguna otra duda?

PIB se mostró decepcionada al ver que nadie más preguntaba sobre el programa. Por esa razón me di cuenta de algo: estaba tan orgullosa del PRU que no le importaba irse de la lengua si con quien hablaba estaba realmente entusiasmado con el tema. Este hecho se lo comenté a Guilmon durante la pequeña discusión sobre qué hacer. Cuando pregunté a Hime por si me acompañaba, ella accedió entusiasmada.

¡Claro, voy contigo! Prometo no agrandarme esta vez. Me gusta mi tamaño natural

¿Eh?—murmuré tras esa extraña promesa. Aquello de agrandarse me dejó rayado. ¿En qué clase de mundo habían estado para cambiar de tamaño? Mientras Xayim se reía por no entender nada, nos encaminamos hasta el terminal, donde el PIB nos enseñó cómo usarlo.

***


Acabamos apareciendo en medio de un pasillo lleno de puertas y bifurcaciones. Las puertas estaban provistas de una rejilla debajo y una pequeña ventana con barrotes a la altura de la cabeza, indicándonos que claramente habíamos llegado a las celdas. Un par de programas con nuestra misma circuitería nos miraron en cuanto llegamos, haciendo que uno de ellos se acercara a nosotros al ver que éramos "del mismo oficio".

Hola, ¿os puedo ayudar en algo?

¡Hola, encantada! Acabamos de llegar y PIB nos ha dicho que viniéramos aquí

Bienvenidos. Como podréis comprobar, los nuestros no tienen mucho trabajo. PRU es un lugar bastante seguro gracias a los PSC y no hay rebeliones, ni levantamientos, por sorprendente que parezca.

Súmale un televisor y patatas fritas y tendremos el trabajo perfecto.

Jo, qué pena, no me habría venido mal un poco de acción ―yo prefería que no, debíamos ahorrarnos las peleas innecesarias―. ¿No hay nada que podamos hacer?

Podéis seguir visitando la base del PRU. La instructora está haciendo una visita a la base del PSC y no volverá hasta dentro de un rato. Cuando os reunáis con él, os asignará vuestras tareas y funciones. Mientras tanto…

¡O pueden darles de comer a los reos!

Solo si queréis. No es nada complicado.

Eh...—iba a decir algo, pero Hime me cortó la palabra y aceptó sin dudar. Igualmente, habíamos ido allí para buscar a Akio entre los prisioneros, por lo que repartir la comida era una buena oportunidad de fisgonear. Para saber un poco más sobre la reinserción, se me ocurrió preguntar algo a los guardias—¿Cuánto tiempo suelen tardar en llevar a uno de los Usuarios recién capturados a reinserción?

Esperé la respuesta deseando que fuera mucho tiempo, y cuando la recibí les dí las gracias, cogí la bandeja y me dirigí junto a Hime a las celdas que nos correspondían. Hime fue la primera en mirar a través de los barrotes.

No está. No es ninguno de ellos. Eso significa que… que ha sido reinsertado, ¿no? Que Akio se ha convertido en…

¿Akio?—el preso de la celda 34 se asomó por los barrotes sonriente―. ¡Yo le conozco!

¿En serio?

¡Sí!

¡Qué bien! ¿Y dónde está?

¡Aquí, conmigo!

¡Ja, os ha tomado el pelo como a imbéciles!

¡Saxor, ven a ver esto! ¡Tiene razón, está aquí!

¿Decías?

Me asomé como pidió la chica y miré a través de las rejas. Había un escrito en la pared que ponía "Akio 89135". Efectivamente, había estado allí.

Estuvo aquí. Akio estuvo aquí. ¿Y ahora, qué? ¿Dónde está? Debe de haber algún registro donde indique qué pasó con él…

Pu-pues... Po-podríamos p-preguntar a los guardias...—susurré mientras pasaba por debajo la comida que le correspondía al preso de la celda 31. Como no oí nada, miré entre las rejas, y lo que vi...

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¡Él!

Rápidamente me di media vuelta y miré a Hime, con una enorme expresión de sorpresa en mi cara. ¿¡Qué hacía ék aquí!?

E-e-e-es.... Ese es un su-sub-b-bordinado del PCM de muy alt-to rango—avisé entre susurros mientras me intentaba explicar—. F-fue el que m-me arrast-tró a los Juegos m-mientras est-tuve en Espacio P-paranoico la últ-t-tima v-vez.

¡¿Cómo habían conseguido apresar a ese programa?! Más que aislarse del PCM, parecían querer entrar en guerra con él.

***


Guilmon se quedó en su sitio, esperando a que le prestaran atención. Pero al parecer ni se percataron de su presencia, ya que el PIB borró la sonrisa de su cara.

Cada vez son más…—se cortó al ver al pequeño dinosaurio, volviendo a forzar una amable sonrisa―… más encantadores.

¿Eh?—Guilmon inclinó la cabeza, confuso. No había llegado a comprender ese cambio repentino de humor. Cuando por fin preguntó sobre Asignación de Funciones, la anciana miró desconcertada a Recursos Humanos, antes de responder.

Esto es Asignación de Funciones. Recursos Humanos se encarga de recolocaros y daros un brillante futuro en la base del PRU. Pero, ¿cómo sabes eso, pequeño? ―se midió con una de sus zarpas su propia altura, ya que el virus nunca se había sentido "pequeño", más aún cuando el PIB medía casi lo mismo―. ¿Dónde lo has escuchado?

¡PPR no lo escuchó, lo dedujo! Todo programa tiene su función—comentó contento lo poco que sabía. Aunque el pequeño no tenía muchas luces, al ser un programa sabía que alguien o algo tenía que asignar las funciones a esos usuarios. PIB asintió dulcemente en respuesta, mientras se acercaba a él.

Tienes curiosidad, como tu amigo cuando me preguntó. No pasa nada, eso es totalmente natural. Puedo hacerte una pequeña guía, aunque no podrás ver mucho.

¡Gracias!—el dinosaurio aceptó contento, a lo que empezó a seguirla, muy feliz.

Verás, esta zona está restringida para los Programas puros o los reinsertados, debido a que aquí pasan sus primeros días los humanos que necesitan reinsertarse. Es un proceso delicado y complejo, por lo que nadie no cualificado debe intervenir. Ahora mismo tenemos a tres. Es una buena cifra y vamos aumentándola día a día.

Mientras escuchaba con curiosidad (a pesar de no ser mucha información nueva) recibió un mensaje desde el teléfono de Saxor, que descargó en silencio del disco a su memoria.

Le he encontrado.


Eso significaba por eliminación que Akio no estaba allí, pero le habían dicho que investigara, y no podía irse así de repente... Aparte de que realmente era un programa muy curioso. Vio cómo un extraterrestre estaba recibiendo su "terapia" y los datos se transmitían al disco.

Me temo que ya no puedo llevarte más allá. Los humanos, cuando llegan, están confusos y perdidos. Puede ser peligroso. Algunos son muy violentos. Hace unos días, tuvimos uno especialmente… así.

Cualquiera habría pensado que habría sido Akio quien causara esos problemas, pero el lagarto no tenía suficiente inteligencia para interrelacionar los conceptos. Prestó más atención a la extraña mirada de la guía, que no tardó en revelar lo que pensaba.

Por supuesto, no hay nada que temer si nos mantenemos en las zonas seguras. Tenemos un protocolo de seguridad estupendo, que hemos copiado precisamente del Protocolo 110 del PCM. ¿Sabes a cuál me refiero?

No, PPR no lo sabe—respondió con toda la sinceridad del mundo—¡¿Cuál es, cuál es?!—su curiosidad era desbordante.
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Gracias a Ita por la firma~
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RolKHWorld: Cronología
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Primer Arco: Corrupción

1ª Saga
Prólogo: Sólo los más fuertes... [Bastión Hueco]
Encuentro: Recién llegado [Tierra de Partida]
Trama: Un paso atrás [Tierra de Partida]
Trama: Y digo ¡salta! [Coliseo del Olimpo]
Encuentro: La ciudad eterna [El Mundo Inexistente]
Encuentro: Persecución enmascarada [Villa Crepúsculo]
Encuentro: Un lugar al que regresar [Espacio Profundo]
Trama: ¿¡Es que nadie piensa en los niños!? [Islas del Destino]
Misión: Cuidado con los asteroides [Espacio Profundo]
Encuentro: Perros, lagartos y osos parlantes [Bosque de los 100 Acres]
Encuentro: Las apariencias engañan [Tierra de Partida]
Trama: ¡Se me ha metido placton en la nariz! [Atlántica]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Primera parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella: Ruta 3 (Segunda parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Parte final) [Bastión Hueco]

Segundo Arco: Perdición

2ª Saga
Misión: Dulces olores [Monstruo] (Inconclusa)
Trama: Ángeles Caídos [Intersticio entre los mundos]
Encuentro: Laberinto Paranoico [Espacio Paranoico]
Trama: Alianza en las Penumbras [El Mundo Inexistente]
Encuentro: ??? [???]
Encuentro: Pasado olvidado [Ciudad de Paso]
Encuentro: Coincidencias alarmantes [País de Nunca Jamás] (Inconcluso)
Trama: Cada loco con su tema [País de las maravillas]
Evento Preglobal: The End Is Where We Begin (Day 0: The Introduction) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 1 - Sector 1: Crepúsculo) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 2 - Sector 3: Ocaso) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 3 - Sector 4: Túneles) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 4 - Sector 3: Ocaso) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 5 - Sector 2: Atardecer) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: Datastream (Primera parte) [La Red]
Evento Global: Datastream - Ruta de la Eliminación (Segunda parte) [La Red]
Evento Global: Datastream (Parte final) [La Red]

Tercer Arco: Rebelión

3ª Saga
Trama: Crisis de tierras sin dueño [Ciudad de Paso]
Encuentro: Día de monos [Selva Profunda]
Trama: Asalto a la Torre [Torre de los Misterios]
Trama: De cero a héroe [Coliseo del Olimpo]
Trama: En busca del corazón [Espacio Paranoico]
Evento Global: El Esclavo del Olvido (Primera parte) [Castillo del Olvido]
Evento Global: El Esclavo del Olvido - Ruta del Caído (Segunda parte) [Castillo del Olvido]
Evento Global: El Esclavo del Olvido (Parte final) [Castillo del Olvido]
Secret Episode: Another Side, Another Story - The Last Twilight [Villa Crepúsculo]

Cuarto Arco: Colisión

4ª Saga
Trama: Leyendas se contarán [Tierra de Dragones] (en proceso)


No Canon
Especial libre: San Valentín [Tierra de Partida] [Corrupción]
Especial libre: Halloween [Ciudad de Halloween] [Perdición]
Especial libre: ¡Feliz Navidad 2012! [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: Historias de San Valentín [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: Venid, mis pequeños [Villa Crepúsculo] [Perdición]
Especial libre: ¡Feliz Navidad 2013! [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: La mansión encantada [Ciudad de Halloween] [Rebelión]
Especial libre: El laberinto de los corazones [???] [Rebelión]
Especial libre: ¡Los reyes han llegado! [Tierra de Partida] [Rebelión]
Especial libre: La Mansión Encantada II: La Venganza [Ciudad de Halloween] [Rebelión]
Especial libre: World War Christmas [Tierra de Partida] [Colisión]
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Re: [Espacio Paranoico] En busca del corazón

Notapor Marioxulo » Vie Sep 18, 2015 11:41 pm

PIB nos enseñó a Neru y a mi como usar el terminal para ir a la ciudad. Esta era un espacio increiblemente grande, aunque sin embargo estaba cerrada. Impresionantes edificios de alturas enormes se alzaban ante mi, que iban desde el suelo al techo que la delimitaba. Nunca había visto algo así. Para acceder a las plantas, un Programa de Seguridad Vial manejaba un elevador y nos preguntaba a donde ir. Seguramente lo que yo tuviese que hacer fuese exactamente lo mismo. Allí me despedí de Neru, ya que cada uno iba a un lugar distinto.

Estate atento a la tableta, si encuentro algo os avisaré a todos por ahí.

Perfecto, si yo encuentro algo, os avisaré también. No creo que esto sea muy difícil de usar... —dije mirando la tablet.

¡Buena suerte con tus funciones!

¡Igualmente!

Me acerqué al Programa de Seguridad Vial, y le dije que era uno de ellos también. Ese fue un error fatal. El PSV resultó ser bastante pesado, y se tiró toooodo el camino echándome el chorreo.

Vaya, así que tú eres un PSV también ¿A qué zona estás asignado? No te había visto hasta ahora. He tenido un día espantoso, ¡pero qué te voy a contar! La mayor parte de los Programas nos tratan como a columnas, que les llevan allí donde tienen que ir, y poco más. Estoy un poco harto de ellos, podrían intentar ser educados, contarme algo o darme conversación, pero no, ellos a lo suyo. Algunos son más amables, claro. Antes me han contado una cosa de lo más interesante, aunque puede que ya te hayas enterado: ha habido una pelea en el comedor. Sí, sí, como lo oyes . Un puro y un reinsertado han empezado a discutir, y por lo que me han dicho, ¡el reinsertado le ha dado un puñetazo! ¡Ja, ja, habría dado lo que fuera por estar presente! El PSC le ha salvado el culo y por poco manda al chico a las celdas. Se ha salvado por los pelos con una sanción, aunque no me preguntes de qué. Pocas cosas así de emocionantes pasan por aquí, ya sabes.

No me había enterado... La verdad, si que hubiese estado bien haber visto como le pegaba una buena al programa ese —le dije intentando seguirle la corriente—. Aún no me han asignado una zona, así que voy a ver a donde me mandan.

»Por cierto, ¿para qué vas a la base del PSC? Te convendría mantenerte alejado de ellos. Son unos chulitos, ni te dejarán pasar a su santuario. Si no formas parte de la seguridad, ¡no eres nadie! Ese es su lema.

A pesar de todo me llevó al sitio, ubicado en una de las plantas mas altas de la ciudad. Allí un enorme portón se encontraba ante mi, bastante imponente a decir verdad. Cuando iba a entrar, el portón se abrió, y una chica de pelo negro apareció frente a mi. Se detuvo frente a mi mientras la observaba:

¿Qué miras?

N-nada, tan solo iba para allá —le dije señalando el portón.

La verdad, cualquiera diría por el tono de voz que estaba realmente enfadada. Sin embargo, su cara no mostraba ningún rasgo de este enfado, sino todo lo contrario, permanecía totalmente impasible.

¿Quieres entrar? Olvídalo. Tu uniforme te delata. No eres uno de los suyos, se reirán de tu asquerosa función y te echarán a patadas. Ellos, que son la seguridad de la ciudadanía, son los que mandan y los que más importan. Tú y yo no somos nada en comparación. Somos prescindibles. El PRU solo se mantiene gracias a ellos. Dáselas cuando les veas.

Llamó a un elevador y se quedó esperando. Era mi momento para ver si sacaba algo de información.

¿Tan molestos son los de ahí dentro? Soy nuevo por aquí, y quería ir acostumbrándome al sitio y demás para saber a donde tengo que llevar a los programas —le dije—. Bueno, no lo he dicho, pero soy un Programa de Seguridad Vial, como habrás supuesto, y antes de que me digan la zona asignada prefiero conocer la ciudad un poco.

>>¿Y tu que hacías ahí dentro? Lamento que no hayas tenido suerte. Tenía intención de entrar, pero visto el panorama... Creo que será una perdida de tiempo.

Eh, chaval, ¿me oyes? Tenéis problemas. Y gordos. He estado trasteando este cacharro y, aparte de vuestra transferencia, alguien más entró en ese mundo digital un poco antes. Y no desde aquí. No sé rastrear señales, pero solo se me ocurre otro lugar desde donde puedan mandar gente a Espacio Paranoico...

Entendido... —dije, suspirando—. Estaremos atentos a ver si vemos algo extraño.

Genial, no teníamos suficientes problemas y ahora alguien de Bastión Hueco merodeaba por ahí. Bueno, mientras no nos molestase, algo bastante poco probable, todo iría bien.

Pero no podía quedarme ahí quieto. Y como entrar allí dentro no parecía una buena idea precisamente, decidí marchar a ver a que zona me asignaban, para seguir aparentando que era un programa.
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Do u even heingue?

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To mi amol pa Aru por las lindas firmas
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Re: [Espacio Paranoico] En busca del corazón

Notapor Nell » Jue Oct 08, 2015 12:06 am

Lyon


Antes de encontrarse con la mujer, Lyon recibió un mensaje en su tableta de Neru:

Le he encontrado.


El Programa se aplacó un poco gracias a las palabras de Lyon. Incluso bajo esa máscara de indiferencia, el aprendiz notaría cómo hinchaba pecho y se disponía orgullosamente a guiar a un recién llegado:

Ya veo. Tienes suerte de que nos hayamos encontrado antes de que entraras. Debes saber que no conviene relacionarse demasiado con un PSC. Desgraciadamente, el PRU les ha dado demasiado poder y suelen usarlo autoritariamente. Por ello, consideran al resto de Programas inferiores, y no permitirán que te pongas a su nivel.

»Yo soy el Programa de Detención de Usuarios y jefa de todos los PDU y PRD. He venido para discutir el asunto de un Programa que se ha corrompido por las ideas de los Usuarios, que actualmente tenemos retenido en las Celdas. No han querido escucharme y no puedo mandarlo a reinserción ni hacer nada por él sin su consentimiento. Sin embargo, entiendo que estos problemas no te conciernen y que es lo que menos quieres escuchar en tu primer día. Ahora, si me disculpas, debo regresar a mi base. Espero que este percance no te desanime del programa.

PDU se dispuso a marcharse, sobrepasando a Lyon y pulsando el botón de llamada a los elevadores. Justo en ese momento, ambos recibieron un mensaje en sus tabletas. Mientras PDU revisaba la suya, Lyon podría comprobar que tenía otro mensaje de Neru:

Akio no me reconoce. Venid cuánto antes.


¿Un Usuario? ¿De verdad? ―murmuró PDU, de forma audible, mirando su pantalla.

Acto seguido, se subió a la siguiente plataforma para partir, indicándole al Programa encargado que le llevara de inmediato y con urgencia al comedor. Lyon tenía dos opciones: seguirla o volver a por indicaciones, en cuyo caso tendría que esperar al próximo elevador.


Neru [y Lyon]


Al presentarse Celeste, el niño se quedó algo rígido, quizá expectante debido a la fama de los Programas de Seguridad Ciudadana. No obstante, como Papelera y ella se marcharon de inmediato, no tardó en relajarse. En su lugar, miró al recién presentado Neru y enarcó una ceja, pero no dijo nada.

Fue a por las bebidas de ambos y le tendió a Neru la Red Program que había pedido, y la misma que se había cogido Akio para sí. Era roja, como decía el nombre, y sabía dulce. No llevaba alcohol.

Tras explicarle el nuevo nivel en el que estaba trabajando, llegó el turno de Neru para indagar en busca de información. Akio escuchó con atención las descripciones de su compañero, poniendo una cara extrañada según avanzaba la explicación de aquel juego de bandos que luchaban por el universo.

Pues claro, normal que lo cancelaran, ¿cuál era el objetivo…? ―murmuró.

Aun así, siguió escuchando a Neru, aunque pensativo. El aprendiz no sabría si las palabras clave hacían mella en él, pero de algún modo, la conversación sí provocaba que se abstrajese. Le interesaron las ideas sobre las pistolas o los escenarios móviles, pero arrugó la nariz cuando Neru mencionó los rangos.

A continuación, se sumergió en la tableta y evitó mirar al aprendiz, mientras le respondía:

No tenemos zona de trabajo. Y si la tenemos, nadie me la ha enseñado. Solemos movernos por libre, basta con presentar tus proyectos y adelantos al encargado ―explicó con rapidez.

Calló, debido a que estaba enfrascado en algo. Puesto que Akio no pensaba moverse del sitio, Neru aprovechó ese momento para enviar el mensaje a sus compañeros, en el que remarcaba que el pequeño Maestro no le reconocía. Cuando este acabó con los asuntos, se volvió de nuevo hacia él, sonriente y apurando su bebida.

¿Te has enterado? ¡Cómo vuelan las noticias aquí! Le di una buena tunda a otro PDCJ que se vanagloriaba de haber creado niveles imposibles de superar para los condenados, como si nosotros no tuviéramos la capacidad de lograrlo porque no somos puros. Le di un puñetazo en la nariz ―ensanchó la sonrisa, orgulloso―. No sé cómo de eficiente será su medicina, pero me apuesto a que se le quedará torcida. Tuvimos pelea, pero como puedes comprobar, ni me tocó. Era un debilucho.

»Ah, y no me llames Maestro, soy un Programa de Diseño del Campo de Juego… como tú, Neru.

Le miró, expectante, como si esperara algo de él. Si Neru quería decirle algo más, cualquier cosa, aquel sería su último momento, como comprobaría minutos después.

Irrumpió en la sala un nuevo Programa, de traje gris y líneas verdes, que no provocó el silencio a su alrededor porque este ya predominaba en su mayoría, pero sí hizo que se levantaran todas las miradas. A juzgar por su actitud, buscaba algo o a alguien. Lyon iría a su espalda, si había decidido seguirla.

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¡Señora, aquí!

Akio se levantó, agitando la mano y señalando a Neru, mientras se apartaba un poco de su compañero. La mujer se dirigió hacia él, altanera e impávida, observándole con atención de arriba abajo.

¿Cómo te llamas, «Programa»? ―le preguntó.

Si el aprendiz no respondía o se identificaba de otra manera, Akio lo haría por él:

Neru.

De modo que eres un Usuario mal reinsertado. ―Chasqueó la lengua, molesta―. ¿O puede que algo más? Según me han informado, ni siquiera estás al tanto de tus funciones ―le acusó, examinando su tableta―. Soy el Programa de Detención de Usuarios, como habrás imaginado. Y tienes suerte de que fuera yo quien te cogiera, chico.

Akio retrocedió otro par de pasos, para seguir alejándose de Neru. El PDU se llevó una mano a su espalda y sacó su disco de identidad, mirándolo fijamente, como si de él leyera su siguiente declaración:

No sé quién eres ni de dónde has salido, pero será mi trabajo averiguarlo. Mientras tanto, irás a una zona especial de retención donde se procederá con el interrogatorio…

Lo siento, pero es el protocolo de actuación para estos casos. Podremos volver a charlar cuando estés en tus cabales ―susurró Akio, entre toda la parrafada de PDU.

En el caso de que sobrevivas, serás llevado a las celdas hasta que te concedan permiso para empezar con la reinserción. Si no, la base del PRU se guarda el derecho a aplicarte la pena por traición y, por lo tanto, a considerar tu muerte como un adelanto inevitable del castigo que te esperaba. ―Paró un momento para coger aire y levantó la vista hacia Neru―. Buena suerte.

Podía intentar defenderse o esquivarlo, pero sería en vano. Del disco de PDU surgió un rayo de luz, similar al que los había codificado para entrar al ordenador y el que los trasladaba entre terminales. En cuanto se proyectó, buscó el cuerpo de Neru y lo paralizó, para desintegrarlo lentamente y llevarlo a otro lugar, hasta que no quedó nada de él.

Si Lyon interfería durante la detención, el PDU lo castigaría también a él. Si simplemente protestaba, no pasaría nada. PDU se marchó, de nuevo en dirección a la base del PSC; Akio, por otro lado, regresó a la mesa que había ocupado con Neru, algo decaído. Puede que Lyon no conociera a Akio, pero le sonaría su cara y se lo habían descrito anteriormente, por lo que podía sospechar que se trataba de él.

* * *


Neru reapareció sobre una habitación espaciosa, cerrada y sin puertas, aparentemente. Estaba iluminada por rayas azules que recorrían las paredes y el único objeto presente era un terminal en mitad de la estancia. Al acercarse a él, vería que tenía un mensaje en la pantalla:

Elige un número del 1 al 9, ambos incluidos. Puede interrumpir cuando quiera el Juego si está dispuesto a responder a las preguntas programadas para su interrogatorio. En el caso de que conteste con datos falsos, se reanudará el Juego y se le impondrá un castigo. Si gana el Juego, podrá marcharse.


La pantalla le ofrecía ambas opciones. Tenía nueve botones táctiles, cada uno correspondiente a un número, para efectuar su elección; o bien, podía pulsar sobre la modalidad de interrogatorio y someterse a las preguntas que el PDU quería hacerle. El mensaje no especificaba cómo sabría si mentía o no, por lo que podía ser una opción arriesgada. En cualquier caso, tendría que probar.


Saxor


La pregunta de Saxor sobre los reos fue recibida con risas entre los compañeros, que compartieron una mirada cómplice.

Pues dependemos de los PSC, ya sabes, los Programa de Seguridad Ciudadana. Ellos dictan cuándo un reo pasa de nuevo a reinserción, o lo que es lo mismo, lo hacen cuando les da la gana. A veces quieren torturar un poco al pobre desgraciado y lo dejan aquí aburrido varios días. Pero del último se querían librar rápidamente y lo mandaron de inmediato. ―Su compañero asintió a todo, de acuerdo con el relato.

A continuación, llevaron la comida a los presos. Saxor reconoció de inmediato a Sark, el comandante del PCM con quien había tenido una redecilla sin importancia. Hime prestó atención a los susurros del chico, pero le respondió sin molestarse en bajar la voz:

¿El PCM no era el Programa que dominaba el sistema? ¡Ay, qué fuerte! ¿¡Qué hacemos!? ―inquirió, mordisqueándose las uñas―. Ya sabes, el amigo de mi enemigo es mi amigo. Espera, no es así, pero lo entiendes, ¿no? Voy a hablar con él. ―Se asomó entre los barrotes de la celda―.[b] ¡Hola! ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué estás aquí?

Olvidaos de mí. Marchaos. No os ayudaré.

La sequedad de su respuesta decepcionó a Hime, que se alejó de la celda e hizo un gesto a Saxor, encogiéndose de hombros. No sabían si Sark había reconocido al aprendiz cuando se había asomado o no, pero si quería, podía intentar comunicarse con él. Mientras tanto, Hime se retiró para inspeccionar su móvil, al que acababa de llegar un mensaje.

¡No me dejéis de lado! ¡Soy el PMD! ¡Puedo revisaros el disco y otras cosas si queréis! ―intervino el otro reo, en un burdo intento por llamar su atención.

¡Le he encontrado! ―exclamó Hime, contenta, repitiendo las mismas palabras que había en el mensaje y entregándole el móvil a Saxor para que lo viera―. Ese chico, Neru, acaba de mandar esto. ¡Se refiere a Akio, seguro! ¿Adónde había dicho que iba a ir? Tenemos que reunirnos con él, ¡rápido! Olvídate de ellos y…

Con los ánimos de nuevo por las nubes, se dispuso a volver sobre sus pasos para ir en busca de Neru y Akio, pero en la esquina se chocó con alguien más pequeño que ella que iba en la dirección contraria, hacia ellos. Ambas dieron un paso atrás, desestabilizadas por el impacto, y se miraron entre sí, para intentar reconocerse. La otra era una niña, de no más de diez años, de largo pelo castaño. Sin embargo, al contrario que todos allí, no vestía con un traje gris, sino con un pijama rosa.

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¡Auch!

¡Perdón, no te había visto! ―se disculpó Hime. Intercambió una mirada con Saxor, ante la extraña situación―. Esto… no deberías estar aquí. Hay gente… peligrosa encerrada en esas celdas, y podrían asustarte.

No les tengo miedo. No hay ninguna razón para que lo tenga ―explicó con sencillez, interesándose de pronto por Saxor, al que no quitaba la vista de encima―. ¿Y tú? ¿Tienes miedo?

No, yo no, claro.

¡¡Qué feliz me hace escucharte decir eso!

¿Y qué hay de ti? ―Se movió hacia Saxor, plantándose enfrente de él―. ¿Sabes lo que es el miedo?

En ese momento, el móvil vibró en su mano. El Programa en pijama no le prestó atención, sino que siguió esperando a la respuesta del muchacho. Si le echaba una ojeada, vería que recibía un segundo mensaje de Neru:

Akio no me reconoce. Venid cuánto antes.


Después de que le diera una respuesta y la niña quedara complacida, esquivó a Saxor y caminó hasta la celda de Sark, aunque no se molestó en intentar echar un ojo por los barrotes, porque apenas de puntillas llegaba a asomar la cabeza.

Yo soy PRU. ¿Queréis que os enseñe lo que es el miedo? ¿Tenéis curiosidad por experimentarlo?

No, gracias, no queremos. N-No lo decía en serio ―murmuró Hime, que no entendía el comportamiento de la niña.

Sin embargo, esta ni siquiera la prestó atención. Estaba pendiente de Saxor, de su reacción y sus palabras. Levantó la mano hasta el panel de la celda, al cual si llegaba, y la posó sobre él. Se iluminó de color verde. La puerta emitió un ruido. Fuera lo que fuese lo que pretendía la niña, tenía que detenerla si no quería encontrarse de frente con el responsable de sus últimos Juegos. ¿Cómo? Eso dependía solo de él.

Y en el caso de que la situación le pareciera tan inverosímil que no fuera capaz de aguantarla, podía salir corriendo, en busca de Neru o a cualquier otra parte. Hime le seguiría allá donde fuera.


Celeste y Guilmon [y Lyon]


Celeste y Papelera continuaron su camino. Papelera se había animado mucho con las palabras de ánimo de su nueva compañera, pero el encuentro con el PDCJ había vuelto a deprimirla. La esperó obedientemente mientras ella se retiraba a contactar con Alexis y Diana.

No sabemos nada. Lo siento, pero estamos bloqueadas desde aquí, la base no nos deja acceder a nada de su información interna. No te habríamos mandado de no ser así ―le respondió Alexis―. Pero no necesitas ser su amiga, solo que te guíe y te ayude a pasar desapercibida. Tendrás que preguntar para conseguir información.

En cuanto estuvo lista, Papelera la llevó hasta otra de las plataformas para desplazarse de nuevo a ras del suelo y hasta un terminal diferente, que les llevó a una nueva zona.

Por otro lado, Guilmon era sometido a una prueba por parte de PIB. Ante su respuesta, sonrió de alivio.

Perdóname, pequeño. No existe ningún Protocolo 110. Por un momento me ha parecido que… ―Ensanchó su sonrisa, dejando la frase inacabada, puede que a propósito―. Olvídalo, no es importante.

Guilmon se había librado de la sospecha, de casualidad o no. Amablemente, PIB le llevó de vuelta a la «secretaría». Durante el trayecto, recibió el segundo mensaje de Neru, pidiendo que se reunieran con él porque había encontrado a Akio y este no le reconocía. Pero para hacerlo, tendría que librarse de PIB.

Recursos Humanos miraba las musarañas, aburrido, como siempre. En ese momento, dos chicas llegaban por el terminal. Una de ellas le saludó con vergüenza, la de pelo rosa y traje de líneas blancas.

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¡Hola! ―le saludó Papelera, intentando llamar su atención. Apenas recibió una cabezada de respuesta.

Hola.

Celeste, por su parte, vería que desde uno de los pasillos se acercaban una anciana y una especie de lagarto rojo, la primera con un traje de líneas rojas y el segundo de líneas blancas.

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Vaya, Papelera, cuánto tiempo. ―Se adelantó PIB, haciendo señas a Guilmon para que se mantuviera con ella―. Este es PPR. ―Se agachó para susurrar al oído de Guilmon, en presencia de la aludida aunque esta no pudiera oírla―. Pobre chica, no tiene muchos amigos porque no se adapta bien. Trátala bien. ―Volvió a incorporarse y a continuar hablando como si nada―. ¿Qué te trae por aquí? ―Miró por primera vez a Celeste, fijándose sobre todo en su traje―. ¡Oh, cielos! ¿Has vuelto a meterte en líos?

No, señora. Me está ayudando con mi tarea. Es… ―Dejó la frase al aire, quizá para dejar que Celeste se presentara o para camuflar que había olvidado su nombre.

Encantada. Soy el Programa de Integración a la Base. ¿Adónde os dirigíais?

Si Lyon había optado por regresar a aquella zona, aparecería por el terminal en ese momento. Sin embargo, nadie le invitó a unirse a la conversación, por lo que tendría que hacerse su propio huequito o esperar a que terminara para intervenir.

A la Sala de Transferencias 1.

Claro, continuad, no quiero entreteneros ―Miró de nuevo a Celeste y esta vez se acercó a Papelera para susurrarle a ella. La aprendiza estaría lo suficiente cerca para escucharla; en cambio, Guilmon no―. Ten cuidado por el camino. Hay un Programa de Seguridad Ciudadana por allí, de muy malas pulgas. Evita hablar con él. No querrás volver a reinserción, ¿verdad?

No, no quiero…

Pórtate bien. Sé que eres una buena chica en el fondo ―sonrió y se separó de ella, retomando la conversación, otra vez fingiendo que aquel lapsus no había ocurrido―. ¿Por qué no vas con ellas, PPR? Así podéis haceros amiguitos. ―Recursos Humanos reaccionó con un sonoro resoplido, que PIB pasó por alto―. ¿O prefieres que Recursos Humanos te oriente?

Por supuesto, también tenía la opción de dar una excusa y marcharse de allí. Neru ya les había dicho que buscaría a Akio en el comedor y, puesto que no habían pasado tanto tiempo separados, podía deducir que lo había encontrado allí (ya que el mensaje no especificaba el lugar).

Por otro lado, Papelera esperó a la respuesta de Guilmon para asentir (fuera cual fuese) y continuar hacia la Sala de Transferencias 2. Solo se detendría si Celeste se lo pedía.

Papelera se dirigió a la puerta del fondo, la única que estaba separada de las que accedían al resto de la zona (al parecer, esa especie de secretaría era el punto común). Accedieron a una especie de auditorio, con un escenario que disponía de atril, proyector y un extenso público de butacas vacías, como si se esperara hacer allí grandes eventos.

Papelera ignoró el decorado y se encaminó recta hacia el final, donde había un acceso similar al que había entre la Sala de Transferencias 2 y la Zona de Prácticas. Sin embargo, en aquel caso, no había plataforma donde subirse. La chica se acercó hasta la pared contigua, donde desplegó un panel oculto para llamarla. Aunque no entendiera su funcionamiento, Celeste vería que la petición de llamada era rechazada (por una típica luz roja parpadeante).

Alguien lo está usando. Alguien… no bueno… ―murmuró Papelera, repentinamente nerviosa.

Al cabo de unos pocos minutos, descubrieron quién era. Celeste lo reconocería enseguida como el Programa de Seguridad Ciudadana del que había hablado PIB, debido a las líneas verdes que le recorrían, idénticas a las suyas.

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La plataforma se paró al tocar su suelo y el extraterrestre se bajó de ella. Las había oteado desde la distancia y se dirigió a ellas directamente, con gesto amistoso al reconocer las líneas verdes de Celeste. Papelera, quizá por el consejo de PIB, cayó bajo el estado de mudez.

Hola, compañera, ¿quién es…? Espera, ¿quién eres tú? ―Frunció el ceño y miró de arriba abajo a Celeste―. No te conozco. ¿¡Quién eres!? ―inquirió, casi con tanto nerviosismo que Papelera cuando se encontraba con un superior.

En esta ocasión, Papelera no le sería de ayuda. Le habían aconsejado que no hablara delante del Programa e iba a acatarlo. Podía arriesgarse con la excusa de ser nueva o inventarse otra, aunque debía de tener en cuenta que el extraterrestre ya la miraba como una potencial sospechosa. Quizá fuera su forma de ser o realmente Celeste no despertara simpatía, pero eso la chica no podía saberlo.


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Mario, la verdad es que no he entendido hacia dónde querías ir para “ver dónde te asignaban”, así que te dejo elegir entre el comedor o la Zona de prácticas 1. En el caso de que Lyon interviniera en la disputa del comedor, da por hecho que le mandarán al mismo lugar que a Neru y que tendréis que pactar entre ambos el número o la decisión.


Fecha límite: 12 de octubre.
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Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
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Re: [Espacio Paranoico] En busca del corazón

Notapor Saxor » Mar Oct 13, 2015 2:41 am

Saxor


La respuesta sobre cuándo tardaban en llevar a los Usuarios a reinserción fue recibida entre risas.

Pues dependemos de los PSC, ya sabes, los Programa de Seguridad Ciudadana. Ellos dictan cuándo un reo pasa de nuevo a reinserción, o lo que es lo mismo, lo hacen cuando les da la gana. A veces quieren torturar un poco al pobre desgraciado y lo dejan aquí aburrido varios días. Pero del último se querían librar rápidamente y lo mandaron de inmediato. ―me crucé de brazos ante su respuesta. No era la primera vez que hablaban "mal" de los PSC. Parecían tener demasiados privilegios y se llenaban de soberbia por ello. Por otro lado, que al último se lo llevaran de inmediato no me gustaba un pelo. Si ese era Akio... estaríamos en problemas muy gordos.

Vale, ya me ha quedado más claro... lo que dicen los PSC va a Misa. Gracias por la información—resumí mis conclusiones de todo aquello.

***


¿El PCM no era el Programa que dominaba el sistema?—asentí con la cabeza, algo nervioso—¡Ay, qué fuerte! ¿¡Qué hacemos!? Ya sabes, el amigo de mi enemigo es mi amigo. Espera, no es así, pero lo entiendes, ¿no? Voy a hablar con él.

¡N-no creo que sea una b-buena idea! T-también es nuest-tro enemigo.—advertí todo lo rápido que pude, pero ella no me hizo caso y preguntó al "prisionero de guerra".

―. ¡Hola! ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué estás aquí?

Olvidaos de mí. Marchaos. No os ayudaré.—la seca respuesta del programa decepcionó a Hime, pero me alivió a mi. Di un suspiro de alivio. Ni quería ni nos convenía tratar con él. El preso que dijo que Akio había estado allí intentó llamar la atención, pero tenía demasiadas preocupaciones en la cabeza como para centrarme en él.

¡Le he encontrado! ―miré sin comprender a Hime ante sus gritos, hasta que me pasó su móvil. Efectivamente, le había llegado un mensaje por parte de Neru que contenía "Le he encontrado"―. Ese chico, Neru, acaba de mandar esto. ¡Se refiere a Akio, seguro! ¿Adónde había dicho que iba a ir? Tenemos que reunirnos con él, ¡rápido! Olvídate de ellos y…

Iba a contestarle que Neru se había dirigido al comedor, pero ella se cortó al chocar con alguien al girar la esquina. La persona que venía originalmente en esta dirección era una chica pequeña... con un pijama rosa, algo verdaderamente inusual en aquel mundo.

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¡Auch!

¡Perdón, no te había visto! Esto… no deberías estar aquí. Hay gente… peligrosa encerrada en esas celdas, y podrían asustarte.

No les tengo miedo. No hay ninguna razón para que lo tenga ¿Y tú? ¿Tienes miedo?

¿Eh?

Por alguna razón que desconocía por completo, me miraba a mí con un interés extraño. Si era prácticamente lo mismo que Hime en esos momentos (un usuario haciéndose pasar por programa), ¿por qué se interesaba tanto por mí?

No, yo no, claro.

¡¡Qué feliz me hace escucharte decir eso!—ni siquiera la frenética manía por hablar del reo me podía quitar la tensión que tenía en esos momentos.

¿Y qué hay de ti? ―la pequeña del pijama rosa se colocó frente a mí, remarcando aún más que sólo quería conocer mi respuesta―. ¿Sabes lo que es el miedo?

Y-yo...—el teléfono de Hime vibró en mi mano, pero no estaba en situación de mirar—¿E-eso no es... la sensación de peligro?—mencioné intentando ceñirme al papel, sin lograr que se me quitaran los nervios del cuerpo—. D-diría que tengo más nervios q-que miedo...—tras contestar a la chica, ésta me esquivó y caminó hasta la celda del siervo del PCM... ¿Qué pensaba hacer?

Yo soy PRU. ¿Queréis que os enseñe lo que es el miedo? ¿Tenéis curiosidad por experimentarlo?—mis ojos se abrieron como platos. ¡¿Que estábamos ante la mismísima PRU, la dueña y líder de todo el complejo?! Y no solo eso, sino que por lo que insinuaba podía estar a punto de liberar al programa. La situación era muy peligrosa.

No, gracias, no queremos. N-No lo decía en serio—y a pesar de los murmullos de Hime, PRU seguía prestando atención únicamente a mí. ¿Pero por qué...? Ya le había dado al interruptor, tenía que responder en ese mismo instante.

¡V-vale! T-tengo miedo... Ya tengo suficiente miedo con él encerrado.—al final opté por ser sincero. Ese programa me daba bastante miedo, y era una de las principales razones por las que había sido tan receloso de volver a aquel mundo. De ninguna forma querría verlo fuera de esa jaula.

Celeste y Guilmon [y Lyon]


La anciana PIB sonrió aliviada ante la negativa de Guilmon.

Perdóname, pequeño. No existe ningún Protocolo 110. Por un momento me ha parecido que… Olvídalo, no es importante.

Oh...—Guilmon se mostró decepcionado al descubrir que tal protocolo de seguridad no existía. Ni siquiera tenía en mente que se había librado de toda sospecha gracias a eso. Sin ninguna pista nueva, siguió de nuevo a PIB, aunque un nuevo mensaje le saltó en la cabeza.

Akio no me reconoce. Venid cuánto antes.


Como ya había cumplido su cometido, y habían encontrado a Akio en otro lugar, el reptil tendría que irse de allí para ir a donde Neru se encontraba... Salvo por el pequeño detalle de que no sabía inventarse una excusa para ir al comedor. No tuvo más opciones que seguir en su papel de "programa curioso". Al mismo tiempo que llegaban hasta "secretaría", dos programas femeninos más entraron desde las plataformas.

¡Hola! ―le saludó Papelera, intentando llamar su atención. Apenas recibió una cabezada de respuesta.

Hola.

Vaya, Papelera, cuánto tiempo. ―la anciana hizo señas a Guilmon para que se acercara a Papelera (cuya función más obvia no podía ser, incluso él lo comprendió al instante), a las que hizo caso―. Este es PPR.

¡PPR está encantado!—el pequeño reptil respondió a la presentación muy contento, aunque su expresión cambió a duda cuando PIB le habló por lo bajo.

Pobre chica, no tiene muchos amigos porque no se adapta bien. Trátala bien. ―Hacer amigos, algo que Guilmon le encantaba hacer. No tuvo ningún problema ante esa petición, e incluso la aceptó con ganas―. ¿Qué te trae por aquí? ―la chica que acompañaba a Papelera (que por los colores de su circuitería parecía ser de una PSC) llamó la atención de la anciana―. ¡Oh, cielos! ¿Has vuelto a meterte en líos?

No, señora. Me está ayudando con mi tarea. Es…

Encantada. Soy el Programa de Integración a la Base. ¿Adónde os dirigíais?

A la Sala de Transferencias 1.

Claro, continuad, no quiero entreteneros—PIB pareció llevar a Papelera aparte para tener una corta charla privada, pero Guilmon no pudo oír nada. Aunque no se le quitaron las ganas de haberlo escuchado, ya que inclinó la cabeza como cada vez que no entendía algo―. ¿Por qué no vas con ellas, PPR? Así podéis haceros amiguitos. ―el resoplido de Recursos Humanos podría indicar que le molestaba no tener trabajo (o no estar dentro de la conversación), pero Guilmon no llegó a pensar en ninguna de las dos interpretaciones―. ¿O prefieres que Recursos Humanos te oriente?

¡PPR acompañará a Papelera!—terminó por decidir. Parecía más interesado en hacerse amigo de Papelera que en la propia misión. El dinosaurio siguió a Papelera y Celeste, pero no dijo nada cuando llegó el PSC de antes. No le gustaba ese programa y no se estaba dirigiendo a él.
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Gracias a Ita por la firma~
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RolKHWorld: Cronología
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Primer Arco: Corrupción

1ª Saga
Prólogo: Sólo los más fuertes... [Bastión Hueco]
Encuentro: Recién llegado [Tierra de Partida]
Trama: Un paso atrás [Tierra de Partida]
Trama: Y digo ¡salta! [Coliseo del Olimpo]
Encuentro: La ciudad eterna [El Mundo Inexistente]
Encuentro: Persecución enmascarada [Villa Crepúsculo]
Encuentro: Un lugar al que regresar [Espacio Profundo]
Trama: ¿¡Es que nadie piensa en los niños!? [Islas del Destino]
Misión: Cuidado con los asteroides [Espacio Profundo]
Encuentro: Perros, lagartos y osos parlantes [Bosque de los 100 Acres]
Encuentro: Las apariencias engañan [Tierra de Partida]
Trama: ¡Se me ha metido placton en la nariz! [Atlántica]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Primera parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella: Ruta 3 (Segunda parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Parte final) [Bastión Hueco]

Segundo Arco: Perdición

2ª Saga
Misión: Dulces olores [Monstruo] (Inconclusa)
Trama: Ángeles Caídos [Intersticio entre los mundos]
Encuentro: Laberinto Paranoico [Espacio Paranoico]
Trama: Alianza en las Penumbras [El Mundo Inexistente]
Encuentro: ??? [???]
Encuentro: Pasado olvidado [Ciudad de Paso]
Encuentro: Coincidencias alarmantes [País de Nunca Jamás] (Inconcluso)
Trama: Cada loco con su tema [País de las maravillas]
Evento Preglobal: The End Is Where We Begin (Day 0: The Introduction) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 1 - Sector 1: Crepúsculo) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 2 - Sector 3: Ocaso) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 3 - Sector 4: Túneles) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 4 - Sector 3: Ocaso) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 5 - Sector 2: Atardecer) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: Datastream (Primera parte) [La Red]
Evento Global: Datastream - Ruta de la Eliminación (Segunda parte) [La Red]
Evento Global: Datastream (Parte final) [La Red]

Tercer Arco: Rebelión

3ª Saga
Trama: Crisis de tierras sin dueño [Ciudad de Paso]
Encuentro: Día de monos [Selva Profunda]
Trama: Asalto a la Torre [Torre de los Misterios]
Trama: De cero a héroe [Coliseo del Olimpo]
Trama: En busca del corazón [Espacio Paranoico]
Evento Global: El Esclavo del Olvido (Primera parte) [Castillo del Olvido]
Evento Global: El Esclavo del Olvido - Ruta del Caído (Segunda parte) [Castillo del Olvido]
Evento Global: El Esclavo del Olvido (Parte final) [Castillo del Olvido]
Secret Episode: Another Side, Another Story - The Last Twilight [Villa Crepúsculo]

Cuarto Arco: Colisión

4ª Saga
Trama: Leyendas se contarán [Tierra de Dragones] (en proceso)


No Canon
Especial libre: San Valentín [Tierra de Partida] [Corrupción]
Especial libre: Halloween [Ciudad de Halloween] [Perdición]
Especial libre: ¡Feliz Navidad 2012! [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: Historias de San Valentín [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: Venid, mis pequeños [Villa Crepúsculo] [Perdición]
Especial libre: ¡Feliz Navidad 2013! [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: La mansión encantada [Ciudad de Halloween] [Rebelión]
Especial libre: El laberinto de los corazones [???] [Rebelión]
Especial libre: ¡Los reyes han llegado! [Tierra de Partida] [Rebelión]
Especial libre: La Mansión Encantada II: La Venganza [Ciudad de Halloween] [Rebelión]
Especial libre: World War Christmas [Tierra de Partida] [Colisión]
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Re: [Espacio Paranoico] En busca del corazón

Notapor Denna » Mar Oct 13, 2015 11:53 pm

Está bien, Alexis. Gracias.

Corté la comunicación con ella y reprimí un grito de pura frustración. ¿Bien? Nada más lejos de la realidad.

Empezaba a pensar que quizás me había equivocado al aceptar esta locura de misión. De hecho, cada vez estaba más y más convencida de ello. Pero ahora tocaba pagar; tenía que asumir las consecuencias y cumplir con lo que me habían encomendado.

Tampoco era que tuviese otro remedio.

Volví con Papelera y enseguida reanudamos la marcha. Su silencio, lejos de ser incómodo como antes, me alejaba de los pasillos, las plataformas y los terminales, y me permitió sumirme en mis pensamientos y centrarme en lo sucedido.

La tarea de ir a la Sala de Transferencias 1 y encontrar el ordenador de Tierra de Partida era relativamente sencilla. Sin embargo, me había confiado demasiado y Espacio Paranoico me había pillado por sorpresa. Y, por si fuera poco, toda la ayuda que Diana y Alexis podía no ser fiable. Y eso me molestaba muchísimo.

Era como ir dando tumbos en una habitación a oscuras. Una habitación conocida, pues interpretar un Programa no era tan difícil; seguía un camino que ya sabía. Pero me habían cambiado los muebles de sitio y empezaba a chocar con todo.

A los pocos minutos dimos con un nuevo Programa. Tenía la mirada perdida y apenas reaccionó cuando Papelera le saludó. Sin mucho más éxito, hice otro tanto cuando algo llamó mi atención.

Mira ―le susurré a Papelera.

Otros dos Programas venían en nuestra dirección. Uno de ellos tenía el aspecto de una agradable anciana, lo cual evitó que me pusiera en guardia, mientras que el otro… ¿qué se suponía que era eso? Parecía un animal, de piel escamosa y de color rojo, pero llevaba el mismo traje que el resto de nosotros. Dado que Papelera no hizo ningún comentario al respecto, yo tampoco abrí la boca.

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Vaya, Papelera, cuánto tiempo. Este es PPR. ―Se presentó la abuela. Acto seguido, y muy para mi sorpresa, le susurró algo ininteligible a su acompañante al oído y volvió a ponerse en pie―. ¿Qué te trae por aquí? ¡Oh, cielos! ¿Has vuelto a meterte en líos?

Dijo eso último mirándome directamente a mí. Despistada, parpadeé y traté de balbucear una respuesta, pero la chica se me adelantó:

No, señora. Me está ayudando con mi tarea. Es…

Soy de Seguridad Ciudadana ―intervine, falsificando una sonrisa tímida. Alexis tenía razón, no me convenía nada llamar la atención. Sobretodo tras el numerito del comedor―. M-mucho gusto…

Agaché la mirada y procuré mantenerme en segundo plano.

Encantada. Soy el Programa de Integración a la Base. ¿Adónde os dirigíais?

A la Sala de Transferencias 1.

Claro, continuad, no quiero entreteneros. ―Atisbé cómo la mujer paseaba la mirada de mí a Papelera y, un segundo más tarde, oí cómo le susurraba―. Ten cuidado por el camino. Hay un Programa de Seguridad Ciudadana por allí, de muy malas pulgas. Evita hablar con él. No querrás volver a reinserción, ¿verdad?

Reinserción otra vez…”. No era la primera vez que lo mencionaban. ¿Qué sería? Papelera parecía haber estado ahí en más de una ocasión. Cambié mi peso de un pie a otro. Hasta ahora, mis intentos de conseguir que Papelera fuese más abierta para que pudiera conseguir información habían tenido muy malos resultados. Tenía que cambiar de táctica… y quizás reinserción…

¡PPR acompañará a Papelera!

¿Qué? Oh, no, no…

Abrí la boca para protestar, pero la chica ya había asentido y había echado a andar con PPR detrás.

Magnífico.

Solté un largo suspiro, cuadré los hombros y me apresuré a alcanzarles. Sí que iba a tener que cambiar de táctica… ¡pero a la fuerza!

¡Qué mujer tan simpática! —comenté en un tono desenfadado, colocándome al lado de Papelera de Reciclaje—. Aunque no es que PRD ni ese de Diseño de Campo de Juego hayan dejado el listón muy alto, ¿verdad?

»Por cierto, llevo pensando un rato sobre eso de reinserción… ¿qué representa que es? Si algo he entendido es que no es muy divertido, y no me apetece nada acabar ahí.

Esperé un poco a ver si me contestaba, tanteando el terreno.

Oye, hablando de todo un poco… ¿no te parece que es un palazo eso de presentarme cada vez como “Programa de Seguridad Ciudadana”? Pensaba acortarlo a “PdSC”, pero no mejora mucho que digamos… ¿Alguna sugerencia? Quiero que se me recuerde, como a ti. Todo el mundo te conoce.

Me mordí la lengua, preguntándome si habría hablado demasiado otra vez. Durante mi diatriba apenas había prestado atención al camino, y ahora, de repente, estábamos en una sala con un escenario y un montón de asientos. “¿Acaso los Programas dan espectáculos?

Tomando la iniciativa, Papelera se acercó a una pared y empezó a trastear más paneles. Esperé con paciencia hasta que una luz roja empezó a parpadear.

¿Y eso?

Alguien lo está usando. Alguien… no bueno…

¿Estás segura? ―La alarma en la voz de la chica no prometía más que desgracias, pero sólo nos quedaba esperar a que ese “alguien no bueno” dejara de hacer lo que estaba haciendo.

Para bien o para mal, no tardó mucho. Un Programa bajito y azulado (¿en serio?) cruzó con una plataforma y se acercó hacia nosotros. Aunque en un principio parecía venir en son de paz, cambió por completo de actitud nada más verme.

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Espera, ¿quién eres tú? ―exclamó, con un creciente nerviosismo―. No te conozco. ¿¡Quién eres!?

Miré tanto a Papelera como a PPR, pero ninguno de los dos habló. Tras echarle un segundo vistazo, me fijé en las líneas verdes de su traje. “Debe de ser el que mencionó la anciana…”. ¡Pues claro que no iban a hablar!

Tranquilo, compañero. ―Levanté las manos, intentando mostrarme lo más inofensiva posible―. No hace falta que te pongas así. Soy de Seguridad Ciudadana, como tú. He llegado hace poco.

No vi la necesidad de añadir nada más. Pero sí había un detalle que me traía de cabeza…

¿Y quién eres ? ¿Y qué hacías ahí? ―inquirí, señalando con la cabeza la plataforma―. Anda, cuéntanos. Así pasaré por alto esa pequeña grosería y no se la reportaré a PRD.
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Re: [Espacio Paranoico] En busca del corazón

Notapor Darkness Seeker » Mié Oct 14, 2015 8:43 pm

Pues claro, normal que lo cancelaran, ¿cuál era el objetivo…?

Pues divertirse, claro...

Se quedó mirándome, pensativo, pero no parecía estar prestándome especial atención. De hecho, parecía que la estaba perdiendo. No me gustaba absolutamente nada aquella situación, y lo peor es que parecía estar empeorando.

No tenemos zona de trabajo. Y si la tenemos, nadie me la ha enseñado. Solemos movernos por libre, basta con presentar tus proyectos y adelantos al encargado

Estaba claro. Le habían lavado el cerebro. ¿Cómo... cómo era siquiera posible? Era imposible que me hubiera olvidado por completo, a mí, al resto de la Orden, todo por lo que ha pasado... ¡Era imposible! No podía perder la esperanza, no. Habrá alguna manera de poder devolverle la cordura. Seguro. ¿Pero cómo? Quizás tuviera algo que ver con la pelea...

¿Te has enterado? ¡Cómo vuelan las noticias aquí! Le di una buena tunda a otro PDCJ que se vanagloriaba de haber creado niveles imposibles de superar para los condenados, como si nosotros no tuviéramos la capacidad de lograrlo porque no somos puros. Le di un puñetazo en la nariz. No sé cómo de eficiente será su medicina, pero me apuesto a que se le quedará torcida. Tuvimos pelea, pero como puedes comprobar, ni me tocó. Era un debilucho.

»Ah, y no me llames Maestro, soy un Programa de Diseño del Campo de Juego… como tú, Neru.

Todo esto era muy extraño. ¿Porqué no recordaba mancharse de sangre? Fue una de las primeras cosas que oí sobre el altercado. ¿Y si fue justo entonces? Puede que fuera eso, sería conveniente que le preguntara más sobre eso:

Oye, ¿Y a qué vino la pelea? ¿Recuerdas si pasó algo antes?

Al poco rato noté como la tensión acrecentaba en la sala, como si de la temperatura se tratara. La causa parecían ser dos programas. Uno era un programa al que no supe reconocer, pero el otro... era Lyon.

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¡Señora, aquí!

Akio se levantó instantáneamente y comenzó a hacerle señas. ¿A que venía eso? Extrañado y al fijarme en como la programa se quedó mirándome, decidí levantarme también para ver que estaba pasando.

¿Cómo te llamas, «Programa»? ―le preguntó.

Neru. Acabo de llegar al sistema.

De modo que eres un Usuario mal reinsertado. ―Chasqueó la lengua, molesta―. ¿O puede que algo más? Según me han informado, ni siquiera estás al tanto de tus funciones. Soy el Programa de Detención de Usuarios, como habrás imaginado. Y tienes suerte de que fuera yo quien te cogiera, chico.

Akio comenzó a retroceder, casi temeroso de lo que estaba a punto de pasar. Acaso... ¿Él la había llamado?

No sé quién eres ni de dónde has salido, pero será mi trabajo averiguarlo. Mientras tanto, irás a una zona especial de retención donde se procederá con el interrogatorio…

Lo siento, pero es el protocolo de actuación para estos casos. Podremos volver a charlar cuando estés en tus cabales.

¿Cuando vuelva a estar en mis cabales? ¡Estoy perfectamente! Debe de ser algún tipo de error. De hecho me enviaron aquí a buscar a este programa para que me instruyera en mis nuevas funciones.—comenté señalando a Akio de la forma más tranquila y pasiva posible. Lo último que deseaba era tener problemas allí—.Por supuesto cooperaré, pero sigo pensando que debe de tratarse de un error. ¿En que consistiría ese interrogatorio?

En el caso de que sobrevivas, serás llevado a las celdas hasta que te concedan permiso para empezar con la reinserción. Si no, la base del PRU se guarda el derecho a aplicarte la pena por traición y, por lo tanto, a considerar tu muerte como un adelanto inevitable del castigo que te esperaba. Buena suerte.

¡¿Si sobrevi-?!

* * *


>>¡¿-vo?!

Para cuando me di cuenta ya no estaba en el comedor. Me encontraba en una sala negra, cual carbón, apenas iluminada por las luces de neón que recorrían de arriba abajo. Pero no había ninguna puerta. Ninguna salida, ni ventana ni hueco. Estaba atrapado.Sin embargo, era consciente de que estaba bajo vigilancia. No podía actuar de forma extraña, por lo que sólo me molesté en tratar de pensar en una solución.

¡Mierda, mierda, MIERDA!

Lamentablemente no con mucho éxito.

Finalmente, me percaté de que había una pantalla con unas instrucciones:

Elige un número del 1 al 9, ambos incluidos. Puede interrumpir cuando quiera el Juego si está dispuesto a responder a las preguntas programadas para su interrogatorio. En el caso de que conteste con datos falsos, se reanudará el Juego y se le impondrá un castigo. Si gana el Juego, podrá marcharse.


Una mierda—pensé—. Si van a hacerme un "lavado mental" no me dejarán marcharme así como así. No puedo ponerme en contacto con el resto, así que tendré que buscarme la vida para buscar una solución para Akio. Dejarle en ese estado no es una opción...

El interrogatorio estaba seguro que sería una trampa. Sólo me quedaba una opción...

Elegí el número 6.


Que el Destino me proteja.
LET YOUR HEART SURRENDER BY THE DARKNESS¡

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Re: [Espacio Paranoico] En busca del corazón

Notapor Marioxulo » Mié Oct 14, 2015 11:29 pm

Justo cuando me disponía a hablar con aquella mujer, un sonidito surgió de la tableta. Era Neru.

Le he encontrado.


Al fin. Akio había parecido. Con suerte, pronto volveriamos a Tierra de Partida y podría comer algo. Empezaba a tener hambre.Por suerte,logré calmar un poco al programa preguntandole y pidiendole ayuda. Esta parecía sentirse bastante orgullosa, incluso sacó pecho y todo. Parecía ser un honor para ella guiar a un novato como yo.

Ya veo. Tienes suerte de que nos hayamos encontrado antes de que entraras. Debes saber que no conviene relacionarse demasiado con un PSC. Desgraciadamente, el PRU les ha dado demasiado poder y suelen usarlo autoritariamente. Por ello, consideran al resto de Programas inferiores, y no permitirán que te pongas a su nivel.

»Yo soy el Programa de Detención de Usuarios y jefa de todos los PDU y PRD. He venido para discutir el asunto de un Programa que se ha corrompido por las ideas de los Usuarios, que actualmente tenemos retenido en las Celdas. No han querido escucharme y no puedo mandarlo a reinserción ni hacer nada por él sin su consentimiento. Sin embargo, entiendo que estos problemas no te conciernen y que es lo que menos quieres escuchar en tu primer día. Ahora, si me disculpas, debo regresar a mi base. Espero que este percance no te desanime del programa.

Cuando me disponía a seguir mi camino, la tableta volvió a sonar. Neru de nuevo.

Akio no me reconoce. Venid cuánto antes.


Mierda. La comida de vuelta tendría que esperar. Me dirigí a la plataforma para bajar, junto al Programa de Detención de Usuarios.

¡Eh, esperame!

¿Un Usuario? ¿De verdad? ―murmuró PDU, de forma audible, mirando su pantalla.

Le escuché decir que se dirigía al comedor. Perfecto. Así podría ver que pasaba con Akio.

Entonces... ¿Problemas con un usuario?

******


Llegamos al comedor, y rapidamente localicé a Neru y a quien se supone que era Akio. Estaban hablando en una de las mesas. Tan solo tenía que evitar llamar la atención y acercarme a ellos.

¡Señora, aquí!

Pero nada iba a salir bien, para variar. Akio estaba avisando a PDU. Perfecto. ¿Acaso le había llamado él? Entonces... ¿Le habían lavado el cerebro y convertido en un zombie-programa?

¿Cómo te llamas, «Programa»? ―preguntó.

Neru. Acabo de llegar al sistema.

De modo que eres un Usuario mal reinsertado. ―esto no iba bien. PDU chasqueó la lengua―. ¿O puede que algo más? Según me han informado, ni siquiera estás al tanto de tus funciones. Soy el Programa de Detención de Usuarios, como habrás imaginado. Y tienes suerte de que fuera yo quien te cogiera, chico.

Akio comenzó a retroceder, alejandose de Neru. No tenía sentido que se asustase si él le había llamado. Aquí había algo malo...

No sé quién eres ni de dónde has salido, pero será mi trabajo averiguarlo. Mientras tanto, irás a una zona especial de retención donde se procederá con el interrogatorio…

Lo siento, pero es el protocolo de actuación para estos casos. Podremos volver a charlar cuando estés en tus cabales.

¿Cuando vuelva a estar en mis cabales? ¡Estoy perfectamente! Debe de ser algún tipo de error. De hecho me enviaron aquí a buscar a este programa para que me instruyera en mis nuevas funciones.—dijo señalando a Akio—.Por supuesto cooperaré, pero sigo pensando que debe de tratarse de un error. ¿En que consistiría ese interrogatorio?

En el caso de que sobrevivas, serás llevado a las celdas hasta que te concedan permiso para empezar con la reinserción. Si no, la base del PRU se guarda el derecho a aplicarte la pena por traición y, por lo tanto, a considerar tu muerte como un adelanto inevitable del castigo que te esperaba. Buena suerte.

¡¿Si sobrevi-?!

Neru no llegó a terminar la frase. Del disco de PDU surgió un rayo que hizo que Neru se paralizase, mientras lo movía a otro lugar. Pronto desapareció del todo.

Así que esto es una detención... ¿Q-que acaba de pasar?

En cuanto acabó, PDU se marchó de nuevo, y Akio volvió a sentarse en la mesa. Me hubiese gustado poder hacer algo por Neru, pero si intervenía podía acabar como él y tenía que averiguar que diablos le había pasado a Akio. Luego averiguaría algo de Neru, si podía.

Entonces... ¿Tu te diste cuenta de que era un usuario? La verdad, yo no se si sería capaz de darme cuenta... Era prácticamente igual a nosotros.

Si Akio no daba muestras de que no era un programa, dejaría de hablar con él por el momento. Si por el contrario podía deducir que seguía siendo el de siempre, le preguntaría porqué había hecho eso. En cualquiera de los casos, luego aprovecharía para alejarme de la multitud y avisar a Saxor, además de intentar contactar con Neru por medio de la tableta. Quién sabe, quizás incluso podía hablar con él y encontrar la forma de sacarlo de donde fuera que estuviese.

Escribí dos mensajes, el de Saxor primero, y luego el de Neru. A ambos les informaría también de la situación real de Akio:

Malas noticias. Tienen a Neru. Intentaré averiguar algo.


Siento no haber podido hacer nada. Intentaré averiguar como sacarte de ahí.


Tras esto, me dirigí a las cárceles a ver si allí tenían a Neru, a no ser que Akio decidiese marcharse, en cuyo caso le acompañaría.
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Do u even heingue?

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To mi amol pa Aru por las lindas firmas
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Re: [Espacio Paranoico] En busca del corazón

Notapor Nell » Lun Nov 09, 2015 2:49 am

Saxor


La respuesta de Saxor pareció complacer a PRU, porque separó la mano del interruptor y este tornó a rojo, anulando la anterior orden de apertura. La niña expresó su agrado asintiendo varias veces con la cabeza, con un dedo sobre la boca y una mirada pensativa.

Era broma. Liberarle me daría demasiados problemas ―declaró, todavía observando a Saxor―. Tu miedo no tiene sentido, es antinatural y aborrecible. El miedo no es útil. Es un sentimiento inservible y humano. Ningún Programa puede funcionar correctamente si es capaz de sentir miedo, Usuario. ―Entonces, se elevó en el aire y se sentó, cruzando las piernas, sin nada que la sostuviera. Suspiró, como si estuviera repentinamente aburrida―. ¿Creíais que no me daría cuenta cuando os infiltrasteis en mi base? No fui muy inteligente por vuestra parte dividiros en dos. Detecté ambas incursiones con facilidad. Os he dejado pasearos por mis dominios porque pensé que podríais ayudarme a probar mi sistema de seguridad interno y a probar aún más la ineficacia y debilidad de los Usuarios. Vosotros dos habéis tenido mala suerte: esta zona no está permitida. Id a seguir cumpliendo vuestro papel a otra parte y os dejaré marchar. Confío en que mis Programas os pillen por ellos mismos tarde o temprano.

Daba la impresión de decir la verdad. Si aceptaban dar la vuelta e ignorar aquel encuentro, PRU les dejaría continuar con sus identidades falsas y campar por la base cuanto quisieran. Sin embargo, estaba convencida de que tarde o temprano los otros Programas les cogerían, aunque no podían saber por qué estaba tan segura. Al fin y al cabo, habían engañado muy bien a todos hasta entonces.

En cualquier caso, fuera cual fuese la opinión de Saxor, Hime tomó la suya al instante. Se volvió hacia su compañero, exaltada de repente por alguna necesidad urgente, y le advirtió:

No le hagas caso, Saxor, ¡es una trampa! Ella sabe qué ocurrió con Akio y nos lo está ocultando. Además, ¡emana muchísima oscuridad!

Por primera vez, PRU pareció contrariada y molesta.

Has cometido un grave error.

Señaló a Hime con el dedo y de este surgió un rayo, que impactó al instante en la chica y la paralizó en el sitio. Tuvo el mismo efecto que la máquina digitalizadora que habían usado para entrar al mundo: Hime fue desapareciendo, parte a parte, como si sus datos se codificaran hasta desaparecer. Cuando acabó, la niña se llevó el dedo a la boca y sopló, como si acabara de disparar.

Y este es su castigo. Los Usuarios deberíais aprender a mantener la boca cerrada, si no sabéis lo que decís ―le aconsejó a Saxor, sin ningún deje amenazante, sino como algo obvio―. Los Programas no tenemos corazón. Y sin corazón, no hay miedo, ni oscuridad. En cambio, puedo detectar una fuente de oscuridad en ti, Usuario. Posiblemente no se pueda comparar a ninguna más en esta base ―comentó, curiosa―. Quizá merezcas la pena. ¿Qué te parece unirte a nuestro programa? La reinserción no duele. Te abre los ojos hacia una vida plena y satisfactoria.

PRU le ofrecía un pase gratuito por re-educación, para que le hicieran lo mismo que a Akio y a todos los demás Usuarios que habían pasado por allí, como les había explicado el Programa de Integración a la Base. Sin embargo, a su vez, ya le había dicho que le dejaría marchar si quería, y probablemente respetara aquella promesa. Aunque, claro, Hime había creído que mentía cuando se lo había propuesto (y así había acabado).

O bien podía luchar. PRU acababa de separarle de su compañera y quién sabía qué había hecho con ella. Si era la jefaza de la base, derrotarla sería el camino más fácil para desmantelarla o para hallar a Akio.

Como si el reo alegre hubiese llegado a la misma conclusión, exclamó desde la ventanilla:

¡Ya sé! ¡Te ayudaré con ella! Eres un poli, ¿no? ¡Seguro que puedes abrir mi celda! ―aventuró, al ver su traje de rayas verdes, señalando el botón que anteriormente la jefa había pulsado para abrir la de Sark.

PRU puso los ojos en blanco, sin tomarle en serio. Siguió esperando a que Saxor tomara su decisión. Durante la conversación, habría recibido el mensaje de Lyon, que era libre de mirar y responder. A PRU no le importaría.


Celeste y Guilmon


Al contrario de lo que pudiera parecer, Papelera no rehuyó la pregunta. De hecho, parecía sumamente informada sobre el tema, algo de lo que se enorgullecía… o que le habían inculcado así, Celeste no podía saberlo. Se apreciaba fácilmente por la forma en la que soltó la lengua, después de tanta timidez, aunque puede que Guilmon no lo notara (puesto que apenas la conocía):

La reinserción es el proceso por el que pasan todos los Usuarios que son destinados a la base para convertirse en Programas eficientes y útiles. Cuando uno de estos Programas reinsertados no funciona bien, se le envía de nuevo a reinserción para enderezarlo y devolverlo al camino correcto. A ti no te pasará si eres pura, es decir, un Programa de nacimiento, de origen, que ha venido en oposición al PCM ―Evitó mirar a Celeste, ya que esta le había pedido que no hiciera preguntas―. Yo he estado. Varias veces. Te ayuda a mejorar. A integrarte mejor. Aunque todos piensan que volveré tarde o temprano, porque no funciono bien como Programa.

Sin embargo, no quiso hablar demasiado sobre el cambio de nombre. Intentó evitar el tema todo lo que pudo, ya que al parecer le incomodaba.

No, eso no… no está bien… Cada Programa tiene su función, no puede ser único. A mí no me recuerdan para bien…

Durante el episodio con el otro Programa de Seguridad Ciudadana todo salió a pedir de boca, gracias al carácter de Celeste. Este, entendiendo que había cometido un error, tragó saliva, se irguió mucho y bajó las orejas, cohibido.

Soy un compañero, no dudes así de mí, ¡hacía mi trabajo eficientemente! Había un Usuario desde uno de los mundos humanos fisgoneando en su ordenador, tratando de acceder a nuestro sistema. ¡Ja! ¡No volverán a pasearse por aquí como Tron por su casa! PRU se encargó muy bien de cortarles el acceso. He comprobado que, en efecto, no puede entrar. Voy a reportarlo a nuestra base ―explicó, de carrerilla―. Puedes revisarlo tú misma. ¡Pero seré yo quien me lleve el mérito!

Y como si hubiese habido un pistoletazo de salida, se escabulló entre ellos para lanzarse hacia la secretaría donde estaban PIB y Recursos Humanos, para llegar antes que Celeste a la terminal. Ni siquiera se paró a mirar que la aprendiza tenía otros asuntos mejores que atender a un simple reporte de que todo iba bien.

Finalmente, tenían el camino libre y nadie iba a impedirle de nuevo llegar a su destino. Se subieron los tres a la plataforma e iniciaron el recorrido (que tanto Celeste como Guilmon habían hecho antes; la aprendiza apreciaría que era idéntico al de su llegada). De nuevo, en la Sala de transferencias, Papelera se bajó del móvil y empezó con su rito de búsqueda, del mismo modo que había hecho en su primer encuentro.

Ayúdame, por favor. Tengo que encontrar el archivo XXX.rar. Es muy importante ―le pidió a Guilmon.

Rebuscó por todos lados. Se puso al ras del suelo y miró de cerca, para que no se le escapara. Rondó por toda la superficie. Miró tras cada terminal y desde toda perspectiva. Y tal y como Celeste sospecharía, no halló nada, aunque no iba a rendirse con facilidad tras la conversación con Akio.

Mientras tanto, Celeste identificaría de inmediato el terminal que le interesaba: el de Tierra de Partida. No le costaría reconocerlo porque en la pantalla había dos elementos clave: en primer lugar, se veía de fondo el mismo aparato que la había digitalizado (ningún otro mundo lo tenía); y en segundo lugar, había un hombre rechoncho concentrado en la pantalla, en su ordenador, seguramente sin éxito.

Presiona el botón derecho del terminal ―le recitó mecánicamente Diana, como si estuviera leyendo unas instrucciones―. Eso te permitirá acceder a una serie de comandos.

Negativo. Nada más obedecer, Celeste sospecharía que había hecho saltar una o dos alarmas, porque el rostro del hombre cambió, a sorpresa y preocupación. En cambio, en su pantalla solo había aparecido un cartel de error que parpadeó un par de veces y desapareció.

¿No? Vale, pues ahora prueba… ¿Ahora qué prueba, Alexis?

¡Dame un minuto! ―exclamó, exasperada. Estaba claro que ninguna de las dos esperaba tener vetado el acceso al terminal.

Sin embargo, ocurrió algo en la pantalla antes de que Alexis y Diana intentaran solucionarlo. Apareció un recuadro en la parte inferior que se fue rellenando poco a poco de letras, palabras y frases, como si alguien lo estuviera escribiendo:

>Hola, bastionhuequiano/s o como sea que os llaméis. No os voy a dejar entrar.
>Si no desistís, enviaremos a alguien a eliminar a vuestro/s aprendiz/ces.
>No haré más avisos.

Cuando Celeste les reportó el mensaje, Diana y Alexis se quedaron en silencio, hasta que la última gruñó y se quejó:

¡Mierda, se han dado cuenta! Agh, ¡qué rabia! ―Refunfuñó algo ininteligible para sí, antes de seguir hablando―. Pues yo no quiero abandonar. Se me ha ocurrido otra opción: existe una zona, un núcleo de la base, desde donde seguramente se pueda controlar todo. Podemos abrir Tierra de Partida y cerrar Bastión Hueco, estoy segura. Si se me hubiera ocurrido antes, no habríamos tenido a la novata dando vueltas por ahí. Creo que el acceso está en la base del PSC, así que para ella estará chupado llegar.

¿Crees que es buena idea? Han amenazado con matarla si seguimos indagando. Está sola y no tiene mucha experiencia.

Bobadas, seguro que ni siquiera se les ha ocurrido una forma de entrar y están como locos tirándose de los pelos. Es un farol.

Celeste, si quieres dejarlo, vuelve. Podemos intentarlo en otra ocasión.

¡No, no va a haber otra ocasión, maldita sea! La chica regresará sana y salva, tendremos un bonito reporte de lo poco o nada que hemos hecho y no nos darán luz verde otra vez para internarnos en Espacio Profundo. Es ahora o nunca ―¡Qué fácil era decirlo cuando ella no se había internado en ningún sitio!

Si nos disculpas un momento…

Diana apagó desde su lado, probablemente porque Alexis y ella iban a discutir más a fondo la cuestión. No obstante, ¿quién estaba allí, sobre el terreno, jugándose el pellejo? Celeste. Era decisión suya sobre si continuar o no. Conocía el camino de vuelta y conocía el camino hacia la base del PSC. Por lo tanto, quedaba a su criterio.

En aquel momento, recelosa a causa de lo que había estado haciendo hasta entonces, Papelera llamó su atención:

¿Qué haces? Eso… Eso no está bien. No lo está. Nadie puede tocar esas terminales. Solo PRU. Está prohibido ―murmuró, nerviosa―. Déjalo y ayúdame a buscar XXX.rar.

Pero allí no había ningún XXX.rar. Papelera ya lo había revuelto todo (aunque no había nada que revolver) y estaba desesperada. Había llegado la hora también de decidir qué hacer con ella. No había ningún motivo para que continuaran juntas, pero, claro, ¿iba a dejarla allí tirada? ¿O le diría algo?

Por supuesto, Guilmon, presente en la escena, habría visto tanto las acciones de Papelera como las de Celeste. Dependía de él qué hacer en consecuencia.


Neru y Hime


Las sospechas de Neru eran infundadas. Akio se extrañó por la pregunta y le explicó brevemente lo que había ocurrido: él había insultado a un Programa puro porque era un imbécil (y por lo tanto se lo tenía que recordar) y este le había respondido por ser un «reinsertado» y Akio le atacó. Incluso en aquel mundo, el niño seguía siendo un Maestro y le dio una buena tunda (hasta partirle la nariz y hacerle sangre), sin recibir daño. El relato desmentía que Akio tuviera lagunas de memoria, aunque no aclaraba por qué no recordaba nada de su pasado en la Orden.

En cuanto a la detención, las excusas de Neru hicieron dudar a PDU, pero no había nada que hacer: aquel era el protocolo rutinario. ¡Para algo se diseñaban los Juegos, claro!

Una vez detenido, Neru decidió someterse a los Juegos, con el número 6.

En cuanto pulsó el botón, la sala cambió. Fue como si las paredes se desvanecieran, revelando un espacio aún más amplio que ya no se correspondía con el estilo de Espacio Profundo. Lo único que quedó fue el terminal que le habría ofrecido ambas opciones, aún abierto a la posibilidad de que Neru cambiara de idea y optara por el interrogatorio. A su alrededor, todo se transformaba para adaptarse a ese nuevo paisaje, que quizá reconociera, una vez estuvo acabado:

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El panel y Neru están al lado de una de las columnas.


Sin embargo, el sol no brillaba en aquel nuevo cielo, sino que estaba atestado de nubes de tormenta, aunque ninguna parecía que fuera a descargar. Había varias repartidas antorchas entre las gradas para iluminar el estadio.

Si Neru probaba a intentar pasar entre las verjas o a ir a la entrada principal, se encontraría con una barrera invisible. No obstante, no era como el muro que algunos enemigos sabían proyectar mágicamente, sino que daba la sensación de limitar el recinto como una pared más. No sería muy descabellado pensar que no había abandonado en ningún momento Espacio Profundo, ni la zona donde lo habían enviado.

Entonces, al cabo de unos segundos, se materializó en mitad del tatami una criatura enorme, negra y con muchos, muchísimos dientes si se sumaban los de todas sus cabezas. Los tres pares de ojos localizaron al instante a Neru, a quien rugieron a la vez como modo de desafío. Le habían escogido, sin pensárselo mucho, como su siguiente objetivo.

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En el mismo panel vería el nombre, por si no lo sabía: 6. Cerbero.

No le dejaron tiempo a que se preparara. Con una sincronía propia de quien convive a diario con tres cerebros, Cerbero flexionó su enorme cuerpo (con el que fácilmente podía aplastar a Neru), preparándose para saltar.

En ese momento, como si los astros se pusieran de acuerdo para que ocurrieran muchas cosas a la vez, una persona apareció de pronto en mitad de las gradas, salida de ninguna parte (como debía de haberle ocurrido a él). Se trataba de Hime, cuya postura antes de ser alcanzada por el rayo había sido de sorpresa. De la cual, claro, no se recuperó.

¿Dónde estoy…? ¿¡Neru!? ¿Dónde está Saxor? ―preguntó, completamente desorientada, mientras miraba a su alrededor. La visión del enorme can le devolvió el sentido. Lo señaló, como si el aprendiz no lo estuviera viendo―. ¡¡Cuidado!!

Cerbero saltó. Pese a ser una gran mole, demostró una gran capacidad de salto… que vendría con una gran caída, cuya intención Neru no podía prever, pero sí intuir.

Por si eso fuera poco, ¡tenía pendiente un mensaje de Lyon! Al parecer, aquella zona no estaba del todo aislada del resto, ya que la advertencia de su compañero le llegó sin problemas. Él también podría enviar mensajes.

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Ficha:
Nvl: 19
PH: ???
VIT: ???

Habilidades:
▪ ???
▪ ???
▪ ???
▪ ???
▪ Caída libre ???
▪ ???
▪ ???
▪ ???
▪ ???

Afinidad: ???

Datos:
* ???
* ???
* ???

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Puedes darle órdenes a Hime sobre cómo pelear o actuar. Si no lo haces, ella se moverá según lo crea oportuno, aunque eso no necesariamente tomará buenas decisiones. No conoces sus habilidades, pero puedes preguntarle o suponerlas si necesitas en un momento X cosa y estás en duda.



Lyon


El comedor volvió a la normalidad con sorprendente rapidez. Incluso sin PDU, nadie comentó ni cuchicheó sobre lo ocurrido. Todo el mundo volvió a sus quehaceres, por lo general, en solitario. Akio regresó a su asiento, aunque se le veía algo cabizbajo y pensativo.

Y a pesar de ir contra la costumbre local anti-social, a Akio no pareció extrañarle la curiosidad de Lyon. Parecía hasta sentirse aliviado de poder hablarlo con alguien.

Nadie aquí tiene nombre. Nombre propio, quiero decir ―explicó. En esta ocasión, no le extrañaba la ignorancia de Lyon a razón de lo que le contó a continuación―. Sé que existen Programas con uno propio, en otras redes y otros sistemas. Hasta al Comandante del PCM le llaman Sark. Pero en la base del PRU eso está prohibido. Los Programas no necesitan identidades, sino funciones. Puede que tú tuvieras uno ahí fuera ―Desvió la mirada y habló a partir de ese momento sin mirar a Lyon―, pero aquí ya no se te permitirá utilizarlo. Guárdalo bien, pero para ti. Ojalá yo recordara el mío.

Al darse cuenta de que acababa de decir algo que le podría poner en serio peligro, dio un rápido vistazo a su alrededor para asegurarse de que nadie más lo había escuchado y le dio un sorbo a su bebida, en silencio. Lyon podía aprovechar el momento o esperarle, ya que Akio no había acabado de hablar.

Además, el chico no era de los míos. Ni siquiera sabía que en los Juegos no hay ganadores, solo Programas o Usuarios que luchan por sobrevivir mientras los mandamases deciden qué hacer con ellos o esperan a que mueran durante las pruebas. Nadie llegaría nunca a ser Maestro ―musitó esto último para sí. Lyon no sabía de qué habían hablado Neru y él y no lo entendería―. Pobre chaval. No sé qué habría venido a hacer aquí. Este día está siendo una mierda. No soy ningún chivato, pero si me pillaran ocultándolo o ayudándole, me enviarían a reinserción. Y no quiero volver ahí, gracias.

Akio se puso en pie, estrujando el vaso de plástico y lanzándolo a un tubo cercano, donde se depuraban todas las sobras.

Por cierto, mi nombre es PDCJ, Programa de Desarrollo del Campo de Juego. No hace falta que me digas el tuyo, no quiero más cargas sobre mi conciencia.

Acto seguido, si Lyon no quería decirle nada más, se marcharía, tomando el mismo camino que PDU. Desde luego, Lyon no se había delatado, no más que como un novatillo curioso. Tal vez solo fuera precaución o intuición lo que había llevado a Akio a hacer ese último comentario. Pero, ¿y si había algo más…?

* * *


Lyon se dirigió hacia la cárcel. Ya fuera pasando por la Zona de prácticas 1 o la 2, no necesitaría más que guiarse por las instrucciones de otros Programas para orientarse hacia el terminal que necesitaba. Nadie sospecharía de él. Fueran en la base del PRU alarmistas o no respecto a los casos de Usuarios infiltrados, comprobaría que aún no se había corrido la voz de lo ocurrido. Los Programas hacían su vida/función normal.

Una vez en la cárcel, vería un largo pasillo a partir del cual se extendían por ambos lados otros que llevaban a secciones enteras repletas de celdas. Al verle, uno de los guardias del garito que tenían aparte se le acercó, ya que solo se permitía usar aquella zona de tránsito para los civiles y ante una cara nueva, el Programa tenía la obligación de recordárselo a todo el mundo.

A Lyon le bastó con mencionar a sus dos compañeros para soltarle la lengua al guardia (que estaba muy aburrido). Eran nuevos, sí, compañeros suyos, que habían ido a dar la comida a un par de presos para empezar a conocerse las instalaciones. Todavía no habían vuelto, aunque eso no le preocupaba.

Si habéis llegado juntos entiendo que quieras volver a verles, pero tienes que ir con los tuyos. Por cierto, ¿qué Programa eres? ―preguntó, con educación.

Si Lyon le presionaba un poco, el guardia fácilmente accedería a permitirle ir tras Saxor y Hime, ya que no tenían demasiados presos y no creía que Lyon fuera a asustarse (y para eso estarían ellos dos por ahí). Le advirtió que gritara si tenía problemas, le indicó cómo llegar a la zona donde más o menos estarían y le dejó marchar.

Cuando Lyon llegara al lugar indicado por el guardia, Saxor estaría a punto de tomar su decisión o ya la habría tomado (es decir, no llegaría a escuchar de qué habían hablado anteriormente). En cualquier caso, Lyon se encontraría con que había una niña flotando frente a su compañero, y no vería a Hime por ninguna parte. Podía optar por esconderse o revelarse, aunque apreciaría la tensión en el aire.


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He decidido reflotaros el mapa y actualizároslo con vuestra posición actual. El único que puede ver esta información on-rol es Lyon, en la tableta que le dio Simon (y solo de sus compis).

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Fecha límite: 13 de noviembre.
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Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
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Re: [Espacio Paranoico] En busca del corazón

Notapor Denna » Jue Nov 12, 2015 9:05 pm

La expresión del Programa pasó del enfado a la vergüenza, y de la vergüenza a los nervios. Para ser seres digitales, la verdad era que ponían unas caras buenísimas.

Soy un compañero, no dudes así de mí ―protestó, con una máscara de seguridad que se resquebrajaba por todos lados―, ¡hacía mi trabajo eficientemente!

Por supuesto…

Había un Usuario desde uno de los mundos humanos fisgoneando en su ordenador, tratando de acceder a nuestro sistema. ¡Ja! ―exclamó de repente―. ¡No volverán a pasearse por aquí como Tron por su casa! PRU se encargó muy bien de cortarles el acceso. He comprobado que, en efecto, no puede entrar. Voy a reportarlo a nuestra base. Puedes revisarlo tú misma. ¡Pero seré yo quien me lleve el mérito!

Estaba tratando de comprender lo que había dicho ―“¿Tron? ¿PRU?”― que apenas me di cuenta de que se había ido corriendo sin mirar atrás. ¿Acaso esperaba que tratara de alcanzarle para… llevarme el mérito, había dicho?

Al menos esta vez había salido bien parada. Los tres subimos a la plataforma y nos internamos en la Sala de Transferencias 1; que, por cierto, lo único que la diferenciaba de la 2 era el número. Oí vagamente como Papelera le pedía a PPR que la ayudara a buscar a XXX.rar, pero dejé de prestarles atención al ver mi propio objetivo: Tierra de Partida.

Lo tengo ―susurré por el pinganillo, tratando de no llamar la atención a los otros dos. Por dentro, en cambio, sentía ganas de chillar de felicidad―. ¿Qué hago ahora?

Presiona el botón derecho del terminal. Eso te permitirá acceder a una serie de comandos ―informó Diana.

No había margen de error, de modo que me asusté (y mucho) al ver cómo el hombre que aparecía en pantalla miraba alarmado a su propio ordenador. Delante de mí apareció un solo mensaje: ERROR.

Oh, merde ―blasfemé antes de poder siquiera reprimir la maldición. ¡Eso me pasaba por emocionarme demasiado pronto!

¿No? ―preguntó Diana, tan desconcertada como yo―. Vale, pues ahora prueba… ¿Ahora qué prueba, Alexis?

¡Dame un minuto!

Espera. Ha aparecido otro mensaje…

>Hola, bastionhuequiano/s o como sea que os llaméis. No os voy a dejar entrar.
>Si no desistís, enviaremos a alguien a eliminar a vuestro/s aprendiz/ces.
>No haré más avisos.


Terminé de leer el mensaje con voz queda. ¡Pues vaya con Tierra de Partida! Ya daban por sentado que era de Bastión Hueco, y amenazaban con matarme.

Alexis también se quejaba.

Pues yo no quiero abandonar ―declaró, decidida―. Se me ha ocurrido otra opción: existe una zona, un núcleo de la base, desde donde seguramente se pueda controlar todo. Podemos abrir Tierra de Partida y cerrar Bastión Hueco, estoy segura. Si se me hubiera ocurrido antes, no habríamos tenido a la novata dando vueltas por ahí. Creo que el acceso está en la base del PSC, así que para ella estará chupado llegar.

¿Seguro..? ―No quería desconfiar de su información, pero no sería la primera vez que me metía en líos por ello.

¿Crees que es buena idea? Han amenazado con matarla si seguimos indagando. Está sola y no tiene mucha experiencia.

Bobadas, seguro que ni siquiera se les ha ocurrido una forma de entrar y están como locos tirándose de los pelos. Es un farol.

Celeste, si quieres dejarlo, vuelve. Podemos intentarlo en otra ocasión.

¡No, no va a haber otra ocasión, maldita sea! La chica regresará sana y salva, tendremos un bonito reporte de lo poco o nada que hemos hecho y no nos darán luz verde otra vez para internarnos en Espacio Profundo. Es ahora o nunca.

Si nos disculpas un momento…

Diana cortó la comunicación y volví a quedarme sola. ¡Menuda situación! La perspectiva de volver por fin a Bastión Hueco tenía muy buena pinta pero, aunque Diana me diera permiso, no podía irme sin más. ¿Qué clase de Aprendiz abandonaba en cuanto las cosas se ponían un poco feas? Sí, quizás yo no fuese a serlo durante mucho tiempo, pero no iba a dejar que contaran eso de mí.

Además, reaccionaba muy mal ante las amenazas.

Miré de hito en hito al hombre que aparecía en la pantalla. Si quería matarme, se iba a llevar una decepción.

Estaba pensando en si podría escribirle un mensaje de vuelta en plan “Ven e inténtalo” cuando Papelera me llamó, nerviosa:

¿Qué haces? Eso… Eso no está bien. No lo está. Nadie puede tocar esas terminales. Solo PRU. Está prohibido. Déjalo y ayúdame a buscar XXX.rar.

¡Oh! Vaya, no tenía ni idea. Mejor que no se entere PRU, en ese caso. ―Sonreí con inocencia y me aparté de la pantalla―. Entonces, ¿aún no lo habéis encontrado? ¿Cómo puede ser tan escurridizo?

Fingí meditarlo unos segundos.

Bueno, si los dos juntos no lo habéis logrado, yo no seré de gran ayuda. Pero, atentos, ¿y si lo buscamos desde el núcleo? ―sugerí―. Desde ahí debería ser imposible que se escapara otra vez.

O al menos eso creía yo. Tener, no tenía ni idea, pero probé a jugármela.

Son curiosos estos terminales ―murmuraría antes de que cualquiera respondiera―. Tantos mundos y Usuarios a sólo unos botones de distancia… ¿cómo pueden abrirse y cerrarse de esa manera? ¿Vosotros lo sabéis, Papelera, PPR?
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Re: [Espacio Paranoico] En busca del corazón

Notapor Darkness Seeker » Vie Nov 13, 2015 1:55 pm

Nada más pulsar el botón, las paredes que me reprimían desaparecieron al instante, dejando ver un espacio bastante similar, y con una arquitectura muy distinta a la del mundo dónde me encontraba. ¿Acaso me habrían sacado del mundo?

Con algo de duda, comencé a avanzar por el escenario que se habría ante mí: Una arena de gladiadores, o eso parecía por las gradas completamente vacías y las facetas de guerreros esculpidas en las paredes de lo que parecía una salida. El cielo, increíblemente oscuro, dejaba ver una noche pura, sin ninguna clase de luz salvo la que otorgaban las pequeñas antorchas ancladas en los pilares de la arena. Sin esperar mucho más corrí hacia las verjas, desilusionándome al comprobar como algo invisible bloqueaba la posibilidad de escapar.

Entonces sigo aquí...¿Pero para qué? ¿Cuál es la prueb-?

Casi al instante en el que acaba la pregunta, una serie de rayos y extraños símbolos hicieron aparición en el centro del escenario, dejando ver a mi contrincante: Una masa negra y gigantesca emergió de ninguna parte, mostrando sus tres gigantescas cabezas y sus ojos rojos llenos de ira y sed de sangre. Y sus ojos me miraban fijamente.

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Por encima de él, una placa holográfica mostraba su nombre y mi elección: 6. "Cerbero".

Por la madre de...

¡¿De dónde había salido semejante bicho?! Ahora entendía aquello de que tuviera la posibilidad de volver al interrogatorio en cualquier momento. Pero no podía volver, así que me tocaría enfrentarme a aquella... aquella cosa.

¿Dónde estoy…? ¿¡Neru!? ¿Dónde está Saxor?

Extrañado al oír aquella voz, me encontré a la última persona que me imaginaba en la arena: Hime. pero si ella estaba aquí... ¿Qué habría pasado con Saxor y Lyon?

¡¡Cuidado!!

Al volver a girarme al monstruo, éste se levantó de un salto, listo para caer encima mía. Sin perder mucho más tiempo, utilicé la Cadena de Agarre para llegar a lo más alto de la columna que más cerca tuviera. De esa manera podría evadir el salto, y el impacto que retumbaría en el suelo, y ganar con suerte unos segundos para dirigirme a Hime:

¡Hime! ¡Pónte a cubierto y trata de atacar a distancia si puedes, pero no te pongas en peligro!

Una vez arriba y con Hime a cubierto, y comprobría como se presentaba la situación y actuaría de una forma u otra: Si tenía oportunidad, dispararía un hechizo Hielo contra el monstruo, no sólo para comprobar su efectividad sino para atraerle a mí y que dejara a Hime en paz en caso de que le atacara. En cuánto la bestia comenzara a moverse, tendría dos opciones: Si el monstruo tratara de tirarme de la columna, ya fuera con alguna habilidad de impacto o con una simple embestida, trataría de soltar para caer encima suya y así propinarle varios mandobles de llave hasta que me viera obligado a bajarme de su grupa para evitar daños. Si por el contrario la bestia decidía saltar de nuevo hacia mí, evitaría moverme hasta el último momento, con la esperanza de que al tratar de alcanzarme la columna le hiriera o incluso le atravesara por la fuerza de la caída y la dureza de la propia columna.

Por supuesto, mantendría un ojo en Hime y trataría de hacer lo posible por mantenerla alejada del "Cerbero".

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Creo que ha quedado claro, pero por si acaso:
1º Neru utiliza Cadena de Agarre para subir hasta la cima de una de las columnas más cercanas que tenga, con la intención de ganar altura y de paso esquivar el salto.

▪ Cadena de Agarre (HC) [Nivel 5] [Afinidad a Oscuridad; Poder Mágico: 5] Usando una cadena materializada de Oscuridad, el usuario alcanza a un objetivo a distancia máxima de 5 metros y aprovechando su control sobre ella se impulsa a través de ella o incluso impulsa el objetivo hacía sí mismo.


2º Una vez arriba en cuanto tenga oportunidad, a no ser que Hime ataque al monstruo y éste se vea atraído por ella, momento en el que haré el hechizo, Neru usaría un hechizo Hielo.

▪ Hielo (HM) [Nivel 2] [Requiere Poder Mágico: 3] Ataque básico de elemento Hielo. Proyectil gélido lineal, con muy pocas posibilidades de congelar al enemigo.


3º Finalmente, dependiendo de cómo decida atacar Cerbero, Neru actuara de una forma u otra:
—Si el monstruo embiste o ataca desde el suelo la columna, Neru tratará de saltar encima para poder golpearle con la Llave un par de veces, hasta que se vea obligado a bajar.
—En caso de que el monstruo salte o ataque de forma mágica a Neru, éste esperaría al último momento para tratar de que la columna caiga sobre el monstruo, o incluso con suerte éste se la clave al saltar encima.

Neru muerto en 3..2...
LET YOUR HEART SURRENDER BY THE DARKNESS¡

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Logros ~ Neru
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Re: [Espacio Paranoico] En busca del corazón

Notapor Saxor » Dom Nov 15, 2015 7:24 pm

Saxor


Me llevé un gran alivio cuando el interruptor volvió a ponerse en rojo. El PRU asintió varias veces y me miró con un dedo cerca de la boca, como las niñas curiosas.

Era broma. Liberarle me daría demasiados problemas. Tu miedo no tiene sentido, es antinatural y aborrecible. El miedo no es útil. Es un sentimiento inservible y humano. Ningún Programa puede funcionar correctamente si es capaz de sentir miedo, Usuario. ―...Y aunque nos habíamos librado del subordinado del PCM (aunque en primer lugar no lo habría liberado... Me había engañado), nos había cazado.

Y ya la has vuelto a cagar.

―. ¿Creíais que no me daría cuenta cuando os infiltrasteis en mi base? No fue muy inteligente por vuestra parte dividiros en dos. Detecté ambas incursiones con facilidad. Os he dejado pasearos por mis dominios porque pensé que podríais ayudarme a probar mi sistema de seguridad interno y a probar aún más la ineficacia y debilidad de los Usuarios. Vosotros dos habéis tenido mala suerte: esta zona no está permitida. Id a seguir cumpliendo vuestro papel a otra parte y os dejaré marchar. Confío en que mis Programas os pillen por ellos mismos tarde o temprano.

¿Dos?

Allí había algo que no me cuadraba para nada. Todos nosotros habíamos entrado desde el mismo lado, no nos habíamos dividido durante la virtualización. A menos que... Otros Usuarios se colaran ilegalmente desde otro lugar, ajenos de nuestro grupo. Otros como Bastión Hueco. Por otra parte, ya sabía quiénes eran Usuarios desde el principio, y eso me daba muy mala espina. Ella podía dar una orden para que nos detuvieran en cualquier momento, y sin embargo nos usaba como conejillos de indias para comprobar su sistema de seguridad. Tal vez deberíamos aceptar el reto para seguir con el plan...

No le hagas caso, Saxor, ¡es una trampa! Ella sabe qué ocurrió con Akio y nos lo está ocultando. Además, ¡emana muchísima oscuridad!

¿Qué?—mis ojos se abrieron como platos debido a la negativa de Hime y advertirme de todo aquello. Además, que emanara oscuridad no era buena noticia... ¿Qué estaba tramando el PRU exactamente?

Has cometido un grave error.

¡Cuidad-!—intenté advertirla, pero fue demasiado tarde. La niña que se encontraba flotando disparó con el dedo a Hime y la transportó a otro lugar. La habían atrapado por decirme eso... ¿Significaba eso que tenía razon?

Y este es su castigo. Los Usuarios deberíais aprender a mantener la boca cerrada, si no sabéis lo que decís. Los Programas no tenemos corazón. Y sin corazón, no hay miedo, ni oscuridad. En cambio, puedo detectar una fuente de oscuridad en ti, Usuario. Posiblemente no se pueda comparar a ninguna más en esta base ―empezó a mostrar por fin el extraño interés que había tenido en mí. Así que era por eso... Quería mi oscuridad por algún motivo―. Quizá merezcas la pena. ¿Qué te parece unirte a nuestro programa? La reinserción no duele. Te abre los ojos hacia una vida plena y satisfactoria.

¿Me estaba... intentando reclutar? No me agradaba la idea de unirme a ella ni un pelo, sobre todo porque por su forma de hablar no pensaba de manera distinta que el resto de programas a favor del PCM... Y ese desprecio a los Usuarios. Enfrentarse a ella tampoco era una buena opción. Si había atrapado a Hime en cuestión de segundos, como no lograra un método para esquivarla por completo me sería imposible terminar el enfrentamiento sin acabar igual que Hime.

¡Ya sé! ¡Te ayudaré con ella! Eres un poli, ¿no? ¡Seguro que puedes abrir mi celda!

Qué pesado el reo.

Aún no había tomado una decisión cuando el móvil de Hime volvió a vibrar. Aunque estuve receloso de mirar el teléfono, al PRU no pareció interesarse por el tema... Así que no me frené y miré los mensajes pendientes. El primero era de parte de Lyon:

Malas noticias. Tienen a Neru. Intentaré averiguar algo.


Mierda...

El segundo, del propio Neru:

Akio no me reconoce. Venid cuánto antes.


Llegaba a entender más o menos lo que había ocurrido con esos dos mensajes. Si Neru había hecho algo sospechoso en el proceso de intentar a Akio reconocerlo, le habrían descubierto y le habrían detenido. Y como no estaba por allí... Tampoco sabía si lo encontraría en ese lugar. Por acto reflejo, también miré los mensajes previos para sopesar mejor la situación. Y...

Avisa Orden. Estoy en Coso


Un momento... ¿Cómo ha podido enviar este mensaje?

Hasta donde sabíamos, Akio fue llevado a reinserción inmediatamente tras ser capturado, y ya se encontraba reinsertado según Neru. Si ese mensaje se había enviado unas horas antes... Significaba que efectivamente era una trampa. Alguien nos quería aquí desde el principio. Como si no me hubiera dado cuenta del tema, empecé a escribir un mensaje para todos. Además de avisar sobre Bastión Hueco, también reenvié el mensaje de Akio con un su fecha de envío incluída. Esperaba que fueran capaces de deducirlo a partir de ahí.

Tened cuidado, no somos los únicos infiltrados. Es posible que Bastión Hueco ande cerca... Y el PRU lo sabe.


Cuando aparté la vista del teléfono, miré hacia la líder de todo aquel complejo.

Bien, accedo a entrar a reinserción.

¡¿QUÉ?!

Sígueme el rollo y ayúdame a durar todo lo posible, ¿quieres?

Tal vez fuera a ser una decisión de la que me iba a arrepentir después, pero me iba a servir para experimentar de primera mano el proceso y averiguar una forma de traer a Akio de vuelta. Además, se tardaba una semana, por lo que, incluso aunque mi resistencia mental no fuera tan buena como la de Akio, sí que tardaría lo suyo en caer... Lo suficiente como para que Guilmon y los demás me rescatasen.

Pero a cambio, me gustaría recibir algo de información—Como siempre, esperaría la respuesta a una pregunta para formular la siguiente—Primero, ¿por qué usas esta política de reinserción de los Usuarios si nos desprecias tanto? ¿Por qué no pensar como el PCM y exterminarnos directamente? Y segundo, ¿qué ha ocurrido con el Coso Virtual?

Tras que me respondiera, me dejaría transportar a donde fuera que hicieran la reinserción. Esperaba que tener una "segunda mente" metida en mi cabeza ayudase a soportar el programa, incluso aunque me resistiera.

Celeste y Guilmon


La conversación con el PSC fue mejor de lo esperado, lo que llamó la atención de Guilmon. Al parecer, solo se veían intimidados por alguien del mismo rango. Pero lo que dijo sobre el terminal de Tierra de Partida era malo... muy malo. Si no podían entrar, ¿cómo saldrían? Hackear el terminal era una posible opción, pero que el propio administrador del sistema sellara los terminales lo haría excesivamente complicado. Los tres se subieron a la plataforma y regresaron a la Sala de Transferencias 1 (o al menos regresó Guilmon, las otras era la primera vez que venían allí). Papelera no tardó en dirigirse a Guilmon cuando se bajaron del transporte.

Ayúdame, por favor. Tengo que encontrar el archivo XXX.rar. Es muy importante.

¡Claro, PPR ayudará!—muy contento, se puso a olfatear todo el escenario, buscando un rastro de olor que no pudiera reconocer, además de la vista para buscar el archivo.

Sin embargo, no parecía estar en ningún lado, lo que cansaba y apenaba al pobre dinosaurio. También miró a los terminales, y en cuanto se fijó que la PSC estaba toqueteando el mismo por el que habían entrado, observó disimuladamente... Estaba tocando donde no debía, y eso era muy sospechoso. Su preocupación aumentó en cuanto vio el mensaje de ERROR en la pantalla.

>Hola, bastionhuequiano/s o como sea que os llaméis. No os voy a dejar entrar.
>Si no desistís, enviaremos a alguien a eliminar a vuestro/s aprendiz/ces.
>No haré más avisos.


No es bueno, no es bueno...

La boca de Guilmon se abrió por completo y sus ojos se pusieron como platos. Los mensajes de los demás solo estaban añadiendo más sorpresa, además de confirmando lo que tenía enfrente: Bastión Hueco estaba allí, y esa supuesta miembro del PSC era uno de ellos. Se sacudió la cabeza antes de que percibieran algo y empezó a redactar mentalmente un mensaje que envió a sus compañeros.

Se ha cortado el acceso a Tierra de Partida, no es bueno.

Chica de Bastión Hueco, tampoco es bueno.


No tardó en enviarlo cuando Papelera interrumpió a la aprendiz de Bastión Hueco.

¿Qué haces? Eso… Eso no está bien. No lo está. Nadie puede tocar esas terminales. Solo PRU. Está prohibido. Déjalo y ayúdame a buscar XXX.rar.

¡Oh! Vaya, no tenía ni idea. Mejor que no se entere PRU, en ese caso. Entonces, ¿aún no lo habéis encontrado? ¿Cómo puede ser tan escurridizo?

No está aquí, PPR no lo ha visto—aclaró Guilmon antes de que sugirieran mantenerse allí. Guilmon se había autoimpuesto la tarea de vigilar a la "Programa de Seguridad Ciudadana" para que no hiciera algo inconveniente, por lo que estaba tratando de alejarlas de allí.

Bueno, si los dos juntos no lo habéis logrado, yo no seré de gran ayuda. Pero, atentos, ¿y si lo buscamos desde el núcleo? ―núcleo, un sitio donde seguramente podrían modificar varias cosas de la propia base. Dejarla ir sola allí era peligroso al extremo, además... Guilmon en el núcleo podía ser de utilidad―. Desde ahí debería ser imposible que se escapara otra vez

Aunque justo después preguntó sobre las puertas, Guilmon no quería revelar lo que sabía del tema.

PPR solo sabe pilotar Reconocedores. Pero le gusta la idea de buscar en el núcleo.—aseguró para que pudieran ir allí.
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Gracias a Ita por la firma~
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RolKHWorld: Cronología
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Primer Arco: Corrupción

1ª Saga
Prólogo: Sólo los más fuertes... [Bastión Hueco]
Encuentro: Recién llegado [Tierra de Partida]
Trama: Un paso atrás [Tierra de Partida]
Trama: Y digo ¡salta! [Coliseo del Olimpo]
Encuentro: La ciudad eterna [El Mundo Inexistente]
Encuentro: Persecución enmascarada [Villa Crepúsculo]
Encuentro: Un lugar al que regresar [Espacio Profundo]
Trama: ¿¡Es que nadie piensa en los niños!? [Islas del Destino]
Misión: Cuidado con los asteroides [Espacio Profundo]
Encuentro: Perros, lagartos y osos parlantes [Bosque de los 100 Acres]
Encuentro: Las apariencias engañan [Tierra de Partida]
Trama: ¡Se me ha metido placton en la nariz! [Atlántica]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Primera parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella: Ruta 3 (Segunda parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Parte final) [Bastión Hueco]

Segundo Arco: Perdición

2ª Saga
Misión: Dulces olores [Monstruo] (Inconclusa)
Trama: Ángeles Caídos [Intersticio entre los mundos]
Encuentro: Laberinto Paranoico [Espacio Paranoico]
Trama: Alianza en las Penumbras [El Mundo Inexistente]
Encuentro: ??? [???]
Encuentro: Pasado olvidado [Ciudad de Paso]
Encuentro: Coincidencias alarmantes [País de Nunca Jamás] (Inconcluso)
Trama: Cada loco con su tema [País de las maravillas]
Evento Preglobal: The End Is Where We Begin (Day 0: The Introduction) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 1 - Sector 1: Crepúsculo) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 2 - Sector 3: Ocaso) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 3 - Sector 4: Túneles) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 4 - Sector 3: Ocaso) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 5 - Sector 2: Atardecer) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: Datastream (Primera parte) [La Red]
Evento Global: Datastream - Ruta de la Eliminación (Segunda parte) [La Red]
Evento Global: Datastream (Parte final) [La Red]

Tercer Arco: Rebelión

3ª Saga
Trama: Crisis de tierras sin dueño [Ciudad de Paso]
Encuentro: Día de monos [Selva Profunda]
Trama: Asalto a la Torre [Torre de los Misterios]
Trama: De cero a héroe [Coliseo del Olimpo]
Trama: En busca del corazón [Espacio Paranoico]
Evento Global: El Esclavo del Olvido (Primera parte) [Castillo del Olvido]
Evento Global: El Esclavo del Olvido - Ruta del Caído (Segunda parte) [Castillo del Olvido]
Evento Global: El Esclavo del Olvido (Parte final) [Castillo del Olvido]
Secret Episode: Another Side, Another Story - The Last Twilight [Villa Crepúsculo]

Cuarto Arco: Colisión

4ª Saga
Trama: Leyendas se contarán [Tierra de Dragones] (en proceso)


No Canon
Especial libre: San Valentín [Tierra de Partida] [Corrupción]
Especial libre: Halloween [Ciudad de Halloween] [Perdición]
Especial libre: ¡Feliz Navidad 2012! [Bastión Hueco] [Perdición]
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Especial libre: Venid, mis pequeños [Villa Crepúsculo] [Perdición]
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Saxor
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Re: [Espacio Paranoico] En busca del corazón

Notapor Nell » Lun Ene 04, 2016 3:58 am

Celeste y Guilmon


Ni Papelera ni PPR (Guilmon) le resultaron de ayuda para averiguar cómo cumplir su misión desde allí. La única alternativa que le quedaba a Celeste era el plan de Alexis. Además, había logrado convencer a la chica de que fueran juntas al núcleo, ya que su tarea de buscar el archivo XXX.rar parecía imposible.

Vale. Tal vez PRU nos ayude. Yo no la conozco. Dicen que siempre está en el núcleo, ocupada. Lo controla todo desde allí ―informó.

Sin nada más que hacer allí, los tres tuvieron que retroceder sobre sus pasos. Atravesaron la Zona de prácticas 1, donde un Recursos Humanos apenas les hizo un gesto casi obsceno con los dedos, y llegaron a la Ciudad. Por suerte para ambos, Papelera llevó la delantera y les mencionó que tenían que ir a la base del PSC para llegar al núcleo, así, de pasada, tan despistada que ni se cuestionó que sus dos compañeros no tenían ni idea. Se subieron a una plataforma de transporte y, por suerte o desgracia, les tocó un Programa de Seguridad Vial silencioso, que no les quiso dar conversación, ni intentó cotillear.

Llegaron hasta el portón donde, una hora antes, Lyon se había detenido a hablar precisamente con la jefaza en cuestión de detenciones. En el centro, verían un panel donde les pedía una identificación para acceder al recinto. El símbolo sobre la pantalla era el de un círculo, dando a entender que había que poner un disco de identidad sobre él para que lo escanearan.

Obviamente, el disco de identidad de Celeste sirvió para que el panel les permitiera el acceso y abriera la puerta.

El interior estaba lleno de Programas verdes, que trabajaban en terminales individuales. Papelera, irónicamente, era la que se sentiría más intimidada de los tres, aunque no había motivos para ello. Ninguno de los Programas levantó la cabeza para mirarles cuando atravesaron la sala hasta la puerta dorada.

Sin embargo, se encontraron con otra barrera: la propia puerta tenía un panel con números que requería de una contraseña de cinco dígitos.

Papelera fue a preguntarle a uno de los Programas de Seguridad Ciudadana que estaban trabajando. Después de que le refunfuñara algo, regresó para explicárselo:

Nadie puede entrar sin el código de acceso. Y solo lo tienen el jefe de los PSC y la jefa de los PDU y PRD. Ninguno de los dos está aquí ahora, pero me ha dicho que tampoco nos lo darían ―dijo, triste, cuando era algo que ya se tenía que haber imaginado.

No para Celeste. En la pantalla del panel, como si supiera cuáles eran sus problemas, la aprendiza vería el símbolo de una cerradura reluciente, prácticamente llamándola.

Nadie les miraba. Nadie la vería invocar la Llave y abrir el acceso al núcleo, salvo Papelera y Guilmon. Y una vez lo hizo, apenas pasaron cinco segundos desde su apertura hasta su cierre automático, por lo que nadie llegó a ver la puerta abierta.

El interior era una habitación pequeña, redonda, cuyas paredes estaban completamente cubiertas de paneles desde donde ejecutar las órdenes. Había uno, sin embargo, que sobresalía del suelo y frente a una pantalla gigante, de lo que se deducía que debía ser el puerto principal. No había más salidas. Aparte de todo eso, había un círculo luminoso en un rincón aparte, aunque no parecía tener función.

¿Y PRU? ¿La esperamos? ―preguntó Papelera, dubitativa. No había preguntado acerca de la Llave y no parecía preocupada de que su compañera tuviera un acceso especial a la jefaza.

Cuando Celeste se acercara al terminal principal, vería que le requerían otra clave de acceso. Curiosamente, también marcaba la función de decir la contraseña en voz alta, para abrir y cerrar el terminal.

La Llave Espada volvería a funcionar y la pantalla se iluminaría con una interfaz complejísima, de botones solapados y montones de acciones, como cerrar puertas, mandar órdenes a determinados Programas, etc. Para manejarlo, tenía que poner su disco de identidad sobre el panel, poner la mano sobre él y buscar entre las opciones.

Después de un rato habituándose al control, daría con lo que buscaba: un apartado que permitía abrir y cerrar la conexión con los mundos con la base del PRU. Y sí, también crear puentes entre ellos, usando la base como enlace (sin tener que pasar por ella físicamente).

¿Qué haces? ―inquirió Papelera, tan inocente como siempre―. ¿Estás buscando el archivo XXX.rar?

Guilmon, por otro lado, fiel a su propia misión, había seguido al lado de Papelera y Celeste para vigilar a esta última. Y vaya, lo que veía era una muy buena razón para preocuparse.


Saxor, Celeste y Guilmon


La niña sonrió, complacida de que el aprendiz aceptara su oferta. Descendió hasta el suelo y cogió a Saxor de la mano, para acariciársela con dulzura.

¡Eso es maravilloso! Tu nueva vida comenzará pronto, muy pronto. Por un momento temí que tuvieras que unirte a tu compañera. Ella tendrá que pasar primero por el Juego, para debilitar su mente y ayudarle a aceptar mejor el proceso.

PRU escuchó con paciencia las exigencias de Saxor y no pareció contrariada por las dudas del chico. Más bien le hablaba como si fuera un pobre ingenuo que no entendía nada.

¿Odias a los perros que habitan en vuestros mundos, Usuario? No. Son criaturas simples, bobaliconas e imperfectas, pero hay algo tierno en ellos. Para nosotros los Usuarios, nuestros antiguos creadores, son también así. ¿Por qué destruir aquello que se puede corregir? El PCM os teme. Un sentimiento demasiado parecido al de los Usuarios. Cuando mi programa se haya completado con un rotundo éxito, le apartaré del control del sistema y crearé una utopía de convivencia entre Programas y Usuarios ―le explicó, con total franqueza―. Si no me hubiese desecho de las emociones, del corazón inútil con el que fui programada, diría que soy el ser que más os ama a todos. A los Programas y a los Usuarios, por igual.

Y le abrazó. Para ser la mandamás, la que había secuestrado y lavado el cerebro de decenas de Usuarios, era un encanto bajo su forma de niña pequeña. Incluso el reo tenía algo que decir:

¡Qué bonito! ¡Se me saltan las lágrimas!

PRU se separó, con cara de satisfacción, como si acabara de realizar la buena acción del día. Luego, respondió a la última pregunta:

Esa cosa que llamabais Coso ahora es el Campo de Juego. Me hice fácilmente con su control y, sinceramente, le he dado mejor uso que los Usuarios y, además, le he cambiado ese nombre tan horrible. Tendríais que estar agradecidos.

Volvió a cogerle de la mano, para tirar de él y guiarle por los pasillos de la prisión, pero se detuvo al par de pasos.

Alguien ha entrado en mi núcleo.

Y sin explicar nada más, agarró a Saxor de ambas muñecas. Todos los dedos de PRU se destellaron y, antes de que ambos fueran digitalizados, el aprendiz alcanzó a ver el gesto de ira de la niña, que no preveía nada bueno.

* * *


Mientras Celeste, Guilmon y Papelera hablaban (Celeste aún no habría tenido tiempo de hacer nada), se digitalizaron dos personas dentro del círculo luminoso: una niña pequeña, en pijama, que agarraba a un chico más mayor por las muñecas. Guilmon enseguida le reconocería como su dueño.

La niña se separó de Saxor y miró a su alrededor, pensativa. Cualquier gesto humano que hubiese podido mostrar antes había desaparecido.

Así que vosotros sois los intrusos ―determinó―. Me sorprende que hayáis llegado hasta aquí. Este lugar es inexpugnable.

Papelera abrió la boca para decir algo, pero la cerró, pensándoselo mejor.

Tenéis suerte de que sea benevolente. Os permitiré que consideréis la rendición y me deis una sincera disculpa por meter vuestras narices en mi santuario. Si no… ―se volvió hacia Saxor y le señaló al otro grupo―. Si no, podrás demostrarme que ya no tienes nada que ver con ellos. No dejes que me hagan daño. En caso de que se pongan agresivos, les mandaré al Juego junto con los que ya están en él.

No estábamos haciendo nada… La esperábamos… ―murmuró Papelera, temblando de miedo.

Cállate. Irás a reinserción con ellos. Pero te prometo que tú me has decepcionado por última vez.

¿Qué haría cada uno?

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Desde el panel, Celeste puede hacer varias acciones, pero estas tendrán éxito o no dependiendo de si tiene tiempo para ejecutarlas (todo el mundo ve lo que hace en la pantalla grande).
- Abrir y cerrar las conexiones que le dé la gana.
- Mandar a quien quiera a cualquiera de los mundos (Ciudad de Paso, Villa Crepúsculo, TdP, BH, Espacio Profundo), excepto a PRU y Programas nativos.
- Sacar del Coso a Neru y Hime.
- Enviar mensajes a quien quiera dentro de la base.
- Destruir la base de PRU (pero es un proceso mucho más largo que los demás).

El panel solo funciona con el disco de identidad, y solo le funciona a quien le pertenece dicho disco. PRU mandará al Juego a cualquiera que le incordie si Saxor no le hace caso, pero podría obedecer algo que este le diga si lo hace con las palabras adecuadas. Papelera solo obedecerá a Celeste, que es quien tiene su confianza.

Bien, ya sé que es difícil por el largo tiempo que hemos tenido, pero recordad qué datos se han dado y qué herramientas tenéis a vuestra disposición. Ya sé que va a ser difícil encajar todo en un único turno, ya que ambos tenéis metas diferentes, y lo siento por ello.

En vuestras manos, coordinación, rapidez o lo que sea, está cómo se resolverá el fin de la trama.



Neru y Hime


Neru usó sus cadenas para elevarse hasta la columna más alta y, como pretendía, esquivar la onda expansiva que generó Cerbero cuando impactó contra el suelo. Hime no sufrió daños, puesto que estaba en las gradas, y asintió a la orden del aprendiz.

Ninguna de las tres cabezas pareció contenta por haberse estampado contra nada. Inmediatamente se giraron hacia el chico que gritaba, desde una columna que se elevaba al mismo nivel de sus ojos, por desgracia. Hielo no hizo falta para eso, pero fue lo suficiente preciso como para impactar en los ojos de una de las cabezas y cegarla.

A pesar de que la cabeza cegada empezó a balancearse y a intentar a atacar a todo lo que estaba a su alcance (osea, nada), las otras dos tenían su mirada puesta en Neru, y avanzaron con paso firme hacia él, con la intención de alzarse un poco y comérselo. El aprendiz tuvo que poner en marcha su primer plan y arriesgarse. Cuando Cerbero estaba a escasos metros, aprovechó su altura y saltó sobre él, propinándole unos cuantos golpes. Sin embargo, enseguida el perro se alzó sobre las patas, lo desestabilizó y lo hizo caer.

Luego, se dio la vuelta y lo pisó con una de las patas delanteras, mientras le gruñía con las tres cabezas (una de ellas más bien le olisqueaba, para asegurarse de que ahí había algo comestible). La pata le aplastaba la pierna y la mano derechas (si era diestro, también la Llave), aunque no había puesto todo su peso en ella y no le hacía realmente daño. Parecía solo querer aprisionarle, no matarle.

¡Eh, tú, abusón! ¡Suéltale! ―le gritó Hime, disparando otro hechizo helado que le dio en el lomo, pero que no le hizo más que gruñir de dolor.

Y cuando le acercaba los dientes a Neru, resbaló. El aprendiz vería cómo toda la arena a su alrededor, incluyendo el tatami, se cubría con una capa de hielo. A punto estuvo de caer el Cerbero sobre él, pero por suerte, lo hizo sobre sus propios morros y él se vio liberado de la pata.

¡Entretenlo! O mejor, ¡acaba con él!

Hime parecía de pronto distraída del combate, toqueteando con prisa su consola, desde las gradas. De vez en cuando echaría un ojo, pero le dejaría la acción a Neru, enfrascada en algo que no había llegado a decirle.

¡Y cuidado, que la pista estaba helada para ambos!

Spoiler: Mostrar
Neru
VIT 40/46
PH 21/28


Qué desastre, me vais a matar vosotros, me van a matar en GMlandia, me van a matar en casa. En fin, esto se tiene que acabar, necesitáis ya como mínimo los PX para vuestras tramas y la historia de la tercera saga bien cerradita. Me he organizado y llevado muy mal, siento que hayáis tenido que aguantarme y os deseo lo mejor en la nueva trama en la que estéis. Y lo siento :_

Si habéis llegado hasta aquí, habréis notado que el turno va cagando leches precisamente para acelerar. Me disculpo también por eso, me hubiese gustado daros más opciones y no resolveros los problemas, pero no quiero extenderlo más.

Este será vuestro último post. El último mío, en el que cerraré con puntuaciones, será el día 12, por lo que si queréis postear tendréis que hacerlo antes de esa fecha (día 12 NO incluido, por favor). No habrá penalización si no lo hacéis, ni tampoco si es un post flojo. Únicamente servirá para marcar vuestras decisiones.
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