[Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Light Hikari, Alec Ocus, Simbad & Saeko + Fátima Laforet & Maya Zawrid

La aparente traición de Tierra de Partida en un acuerdo de paz provocó el anuncio de la guerra por parte de Bastión Hueco. Los aprendices deben enfrentarse entre sí, entre antiguos amigos y compañeros. ¿Cómo lograrán sobrevivir cuando otras amenazas acechan?

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Ronda #5 - The Game Never Ends

Notapor Astro » Jue Ago 20, 2015 1:44 am

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Light, Simbad, Fátima, Saeko & Gato


La casa a la que entraron era bastante pequeña. De hecho, parecía tener una sola habitación (en la que ya se encontraban) y una puerta en un rincón que debía de dar al cuarto de baño. Todo estaba lleno de polvo y con muebles viejos, sin apenas iluminación.

La niña se aseguró de que, después de que los cuatro aprendices (y el gato) entraran, cerrar bien la puerta. Giró sobre sus talones, observando a todos con una sonrisa de oreja a oreja y una mirada vacía. Cuando tanto Fátima como Saeko expusieron sus preguntas, la respuesta fue la misma para ambas:

¡Por aquí, rápido! ¡Neku os está buscando! ¡Por aquí, rápido! ¡Neku os está buscando!

Lo dijo las dos veces, de forma idéntica a como lo había hecho al encontrarles en la fuente, incluso gritaba. Pero los aprendices no pudieron asimilar demasiado lo que sucedía, porque de pronto todo el cuerpo de Rhyme empezó a deshacerse en datos. Cubos y números en verdes flotaban en el aire hasta desaparecer, sin que la expresión de la chica cambiara ni un ápice.

Quedaba una sorpresa más. En su pecho, donde debía estar su corazón, había algo metálico. Los datos que desaparecían lo fueron revelando, pero para cuando pudieron identificar lo que era, fue tarde.

Boom.

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Alec & Maya


La barrera de Alec aguantó a duras penas la embestida del peluche gigante. Por suerte, la intervención de Maya con su Rizo Conductor derribó a Shiki y a Neku del gato, consiguiendo que volviera a su tamaño natural y acabando con el ataque.

Maya intentó llevarse a Alec casi a rastras (a pesar de la diferencia de edad y altura, la brujita era mucho más fuerte físicamente que el brujo), pero no pudieron dar dos pasos seguidos antes de que algo la golpeara por detrás, arrastrándola varios metros por el suelo y alejándola de su compañero. Además, su invisibilidad se deshizo por el golpe.

El culpable fue Neku. Se había levantado bastante rápido y lanzado un proyectil de energía contra Alec, pero al fallar había acertado sin pretenderlo a Maya. En cuanto vio que el brujo paraba de correr al perder su empuje, no desaprovechó la oportunidad: señaló con el brazo hacia Alec, y una esfera de color azul rodeó su mano. Al instante, el aprendiz notaría que algo le apretaba el cuello con mucha fuerza, ahogándole. Por si fuera poco, sus cuerpo se elevó unos centímetros en el aire.

No es nada personal —dijo Neku, haciendo más presión sobre el cuello de Alec a la vez que le miraba con una expresión fría—. Pero tú ni siquiera existes de verdad.

Alec...

Shiki se levantó despacio, observando la escena con un aire claramente indeciso. Cuando Alec le había hablado antes no le había respondido, evitando en todo momento el contacto directo con él. Ahora, no podía evitar mirar al que antaño fuera su compañero.

Neku, esto... ¡Esto no está bien! —protestó, acercándose a él y apoyando una mano en su brazo extendido.

Ahora no, Shiki. ¡Es una copia, no es el auténtico Alec, ni Joker! —La chica volvió a bajar la mirada al suelo—. Es una prueba retorcida de Joshua. Eliminémosle y avancemos al siguiente día del juego.

Pero incluso así... Joker también fue...

Neku abrió la boca para contestarle con enfado, pero no pudieron continuar la conversación. Algo enorme surgió de un portal de oscuridad, un sincorazón que aterrizó con aplomo y levantó polvo a su alrededor. Giró una de sus manos metálicas y golpeó tanto a Neku como a Shiki, tirándoles al suelo con brutalidad. Al instante, Alec quedó libre del agarre psíquico de Neku, pudiendo respirar de nuevo. Por los pelos, un poco más y no lo habría contado.

El sincorazón, en esta ocasión, era una Armadura.

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Sin embargo, por alguna extraña razón, el gigante metálico no hizo caso a Alec ni a Maya (quien ya habría podido volver con su compañero). En su lugar, se volvió hacia Neku y Shiki, que se levantaban lo más rápido que podían, y se dispuso a atacarles.

Maya y Alec tenían la mejor de las oportunidades para salir de allí corriendo hacia el Distrito 4, ahora que el sincorazón entretenía a los que intentaban matarles. Sin embargo, tal vez prefirieran quedarse a ayudarles, a pesar de lo que les habían escuchado decir. La elección era de ellos.


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Light


La explosión había sido fuerte. A Light le pitaban los oídos, y le costaba centrar la mirada. Había estado apunto de salir volando por los aires, pero había chocado contra una columna que evitó que lo hiciera. A cambio, una montaña de escombros le había caído encima. Cuando recuperó la consciencia, tuvo que recurrir a toda su fuerza para conseguir salir de allí. No fue fácil, porque le dolía todo y tenía heridas por doquier. Al menos, seguía vivo.

Lo que se encontró al lograrlo quitarse la última piedra de encima fue lo cabía de esperar: toda la casa se había derrumbado por la explosión que había causado el explosivo que la niña tenía en su interior. No encontraría a ningún compañero por allí, ni aunque buscara por los escombros por temor a que alguno hubiera quedado enterrado más profundo que él. Sin embargo, cuando estuviera apunto de intentar buscar a los demás fuera de los escombros, se llevaría una desagradable sorpresa.

Un pequeño rayo le pasó rozando la mejilla, casi apuntito de electrocutarle. De pie en las escaleras, portando una lanza eléctrica, se encontraba una vieja cara conocida para el aprendiz. Crow, superviviente del Reaper's Game de Andrei y quien había ayudado durante el incidente de Datastream en la Red.

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Genial, otra copia de Light. Por si no tenía suficiente con la que se volvió majareta... —Enarboló su lanza, girándola en su mano con maestría, y se colocó en posición de combate—. Lo siento, pero eres tú o yo.

Rápido como el rayo, se abalanzó con una embestida contra Light, con la lanza cargada de electricidad. ¡Cuidado!


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Si te mueves de la zona y bajas o te asomas a la plaza, puedes llegar a ver la situación de Fátima, e ir hasta ella.

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Simbad & Saeko


El destino quiso que el destino de los compañeros no se separase con la explosión. Ambos habían salido volando por los aires después de que Rhyme hiciera detonar el explosivo de su interior, atravesando cada uno una ventana de la misma vivienda. Simbad tuvo suerte de aterrizar en una cama, mientras que Saeko se tragó una pared antes de acabar tirada en el suelo. Auch. Eh, pero tuvo un golpe de suerte: desde allí pudo ver que debajo de la cama había un éter esperándola.

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Saeko encuentra Éter.


Ambos estaban llenos de heridas y de dolores, quemaduras incluidas gracias a la explosión, pero al menos seguían vivos. La mala noticia era que no había rastro alguno del gato. Ni sus móviles reaccionaron, ni llegaron a escuchar ninguna frase que indicara que había sido eliminado, pero no lo encontrarían por ninguna parte, ni siquiera si se asomaban al balcón para mirar por el Distrito 3.

Desgraciadamente, no tuvieron mucho tiempo para recuperarse. Apenas se habrían levantado cuando escucharían el característico sonido de los sincorazón al aparecer en la habitación. ¡Les atacaban! Dos Bolas Oscuras y una Armadura Sombría, para ser exactos, que no dudaron en abalanzarse sobre los aprendices para acabar con ellos.

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Podían defenderse, o optar por la retirada. Si salían de la habitación se encontrarían con un bloque de edificios cuya entrada daba al Distrito 2. Si por el contrario miraban por el balcón por el que entraron podrían ver el Distrito 3, y a Light y Fátima con sus respectivos problemas. Podían bajar a ayudarles en lugar de luchar (o luchar y luego bajar), pero necesitarían ir con cuidado o usar alguna habilidad para no hacerse daño con la caída.


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Si os asomáis por el balcón veis tanto a Light como a Fátima. Podéis ir a ayudarles tras evitar/luchar con vuestros sincorazón, pero importante: o usais una habilidad o tendréis que bajar poco a poco escalando, por lo que tardaréis más tiempo.

El gato ha desaparecido sin dejar rastro, no lo encontraréis ni buscando por el Distrito 3.

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Fátima


Dolor por todo el cuerpo, pitidos en los oídos. Agua a su alrededor. La explosión de la chica-bomba había enviado volando a Fátima hasta caer con brusquedad en la plaza del Distrito 3, muy cerca de la fuente que ella misma había ayudado a destruir. La propia agua que ahora salía de allí por todas partes la estaba empapando. No tenía rastro alguno de sus compañeros, pero al menos los gritos de los vecinos se habían callado.

Sin embargo, las cosas no tardarían en ir de mal en peor. Cuando pudo levantarse al fin, notó que algo tocaba su hombro: el filo de una espada. Alguien estaba detrás de ella, y no con buenas intenciones.

Gírate despacio y sin movimientos bruscos.

Reconocería aquella voz sin problemas. Sobre todo, porque era la suya propia. Al girarse, Fátima se encontró con Clío, su propia copia digital. Aunque a simple vista nadie lo diría, ya que Clío era más alta y aparentaba más edad que su original.

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Clío mantuvo su sablepistola en alto, apuntando en todo momento a la cabeza de Fátima mientras la observaba en silencio con expresión seria. Se mantuvo así unos instantes, hasta que...

Eres una copia digital. Lo siento, pero debes ser eliminada.

Realizó un rápido movimiento con su arma, que Fátima esquivó por puro acto reflejo por los pelos. De no haberlo conseguido, todo indicaba que su cabeza se habría separado de su cuello.

No intentes resistirse. Por experiencia, esto no acabará bien para ti si intentas escapar. —Bajó levemente la mirada, aunque enseguida se recompuso—. No es fácil vivir sabiendo que eres una fotocopia.

No quiso hablar más. Agarró con firmeza su sablepistola, y se abalanzó contra Fátima dispuesta a acabar con ella. Si la aprendiza no se defendía, acabaría muy muy mal. También podía huir de ella, pues la puerta al Distrito 1 no estaba muy lejos. Intentar razonar con Clío también era una opción, pero después de lo que había dicho, parecía complicado conseguirlo.


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Si te mueves de la zona y subes las escaleras que llevan hacia el Distrito 2, puedes encontrarte con Light y su situación.



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Light Hikari
Daños graves por todo el cuerpo.
PH: 36/44
Inventario:
· Poción x2

Alec Ocus
Daños leves.
PH: 15/34

Simbad
Daños graves por todo el cuerpo.
PH: 21/24
Inventario:
· Poción x1

Saeko
Daños graves por todo el cuerpo.
PH: 18/28
Inventario:
· Poción x2
· Éter x1

Fátima Laforet
Daños graves por todo el cuerpo.
PH: 47/50
Inventario:
· Poción x2

Maya Zawrid
PH: 10/34

Fecha límite: martes 25 de agosto.
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Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor xXOrbOOkXx » Sab Ago 22, 2015 6:43 pm

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Acariciaba nervioso al gato mientras escuchaba preguntas inconexas. No conocía ni a Neku, ni a Clío, ni a la chica ni nada. Me sentía completamente perdido. Por otra parte, ¿mundo virtual? Había leído por casualidad algo referente a eso, como un mundo formado por un montón de números verdes o algo así. Recordé mi primera aventura con Nikolai por los Castillos, estaba totalmente loco ante tanta tecnología, aunque acabé por acostumbrarme. Pero aquello rebasaba los límites de mis conocimientos.

¿Virtual? ―Le susurraría a Saeko, puede que no debiera preguntar, pero necesitaba saber que tenía un aliado conmigo―. ¿El anterior juego fue así?

Llegamos a la casa. Cerró de un portazo. Nos miró con una mirada desquiciada. Pareció un loro cuando dijo las mismas frases de nuevo, sin variar de entonación:

¡Por aquí, rápido! ¡Neku os está buscando! ¡Por aquí, rápido! ¡Neku os está buscando!

Miré a Saeko. Ella la conocía... Entendí muy despacio lo que sucedía. Ella no era ella. ¿Un clon? Demasiado extraño como para pensarlo. Entonces si era no era ella... Era una trampa. Di un paso atrás, dos. Quizá el gato notara mi nerviosismo y quisiera salir pitando, porque era exactamente lo que quería hacer. Quizás fuera un acto reflejo, pero agarré el brazo de Saeko y e intenté arrastrarla hacia atrás, aunque seguramente tuviera más fuerza que yo. Me daba igual que la conociera, aunque estuviera actuando normal íbamos a salir de ahí ya.

Es una trampa.

Pero fue muy tarde. El cuerpo de la muchacha se deshizo en números, tal y como lo había hecho antes el cofre. Un brillo metálico, la necesidad de correr. La adrenalina bombeando, el tacto de la tela del traje de Saeko.

*Bum*

De alguna forma estaba sobre una cama. Me pitaban los oídos, tenía ganas de vomitar. Me hubiera levantado de un salto si no hubiera atravesado una ventana y tuviera quemaduras repartidas por todo el cuerpo. Por un momento me olvidé de dónde estaba, el tiempo que duró la amnesia por el golpe. Después de eso, abrí los ojos y di gracias a mi suerte por haber caído en blando.

¡Mierda Saeko! —Me levanté rápidamente buscándola con la mirada, me mareé. Impresión fue la mía al verla en el suelo. Mi mente me susurró que no había sobrevivido, pero sólo estaba cubierta por una capa de polvo, ella no había tenido tanta suerte como yo al caer. Se había chocado con una pared. Le ayudaría a levantarse si ella quisiera, era orgullosa, y por lo tanto podía rechazar mi ayuda; en ese caso, retiraría la mano.

Un momento—hice un esfuerzo por recordar—. ¡¿Donde está el gato?!

Miraría mi entorno un momento, el móvil seguía inerte, lo cual me tranquilizó un tanto. Había una salida hacia el balcon, me dirigí a ella para ver nuestra situación y de paso buscar al maldito felino cuando...

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Miré la habitación con rapidez buscando una salida. Me dolía la cabeza por el pitido de la explosión, aunque hubiera menguado un poco. No estaba para luchar, y creí que Saeko tampoco. Barajé la posibilidad de lanzarme por el balcón, pero no me sentía con fuerzas para escalar. Miré de reojo y encontré una puerta que daba a la ansiada salida.

Salgamos de aquí, ya buscaremos al gato —le diría a Saeko, dirigiendo un gesto elocuente hacia la puerta.

Materializaría mi Llave con esfuerzo, y lanzaría un hechizo Perla contra el primer Sincorazón volador que se acercase a nosotros. Si podía me defendería a base de estocadas contra los voladores, pero si no, intentaría esquivarlos como mejor pudiera mientras andaba hacia la salida. Si Saeko decidía acompañarme la dejaría pasar antes para después cerrar de un portazo. Me apoyé en una pared para recuperar el aliento.

Quien quiera que nos haya secuestrado lo ha hecho bien. —Diría si me había seguido—. Ha cogido a vuestros conocidos y los ha transformado en... ¿Señuelos?

Si estaba tan débil como para correr o luchar después de la anterior batalla, no dudaría en beberme la Poción, si todavía podía desplazarme con tales heridas no me la tomaría. Lo consideraba un derroche, dado que sólo tenía una, pero no tenía más remedio. Miré a mi alrededor y me topé con la puerta del Distrito 2. Si Saeko venía conmigo le comentaría:

Quizá allí estén los demás. O el felino. O algo peor —me rascaría la perilla, pensando en las distintas opciones—. Si nos quedamos aquí aparecerán más Sincorazón. ¿Vienes?

Estaba decidido a cruzar la puerta, todavía sin desmaterializar el arma, todavía totalmente alerta. Quizás alguien nos estaba observando, decidido a poner una prueba mucho más ardua en el siguiente Distrito. Había dejado de preguntarme quién habría montado todo eso y por qué propósito. Saeko había dicho que el culpable era Andrei, pero estábamos en un lugar completamente distinto a lo que conocía como Ciudad de Paso, algo no tenía sentido.

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▪ Perla (HM) [Nivel 3] [Requiere Poder Mágico: 4] Ataque básico de elemento Luz. Proyectil de luz lineal en forma de esfera, con muy pocas probabilidades de cegar al enemigo.
~Un cuarto de hora de risa, equivale a un año más de vida...~


Proyectos:



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Rol:

Ficha

Wiki

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Tercera Saga:

Prólogo de Simbad
"Bastión Hueco" Choque de culturas (Encuentro)
"Bastión Hueco" Novatos bajo la lluvia (Primer encuentro - Saga Novatos)
"Tierras del Reino" El nacimiento de un príncipe (Trama)
"Islas del Destino" ¡Buscad a mi perro! (Misión)
"Castillo de Bestia" Solos entre lobos (Primer encuentro - Saga Délaissé)
"La Cité des Cloches" Los miserables (Encuentro)
"Villa Crepúsculo" Una visita guiada (Encuentro)
"Selva Profunda" Día de monos (Encuentro)
"Port Royal" Los muertos no cuentan cuentos (Trama)
"Tierra de Dragones" Linda Flor (Misión)
"Bastión Hueco" Novatos bajo el amanecer (Segundo encuentro - Saga Novatos)
"Ciudad de Paso" Lo que vale la pena (Encuentro)
"Ciudad de Paso" The Game Never Ends (Trama)
"Torre de los Misterios" Orden en la Biblioteca (Misión)
"Evento Global" El esclavo del olvido
"Evento Global" Ruta de los perdidos

Evento Halloween 2014
"Especial libre" El laberinto de los corazones
"Especial libre" San Valentín III
"Islas del Destino" Yincana veraniega
"Evento libre" La Mansión Encantada II: La Venganza

Cuarta Saga:


"Ciudad Inexistente" Dos velas para el diablo (Encuentro)
"Port Royal" De copas con la muerte (Encuentro)
"Bastión Hueco" De magdalenas y vicios franceses (Encuentro)
"La Cité des Cloches" Insomnia (Primer encuentro - Saga La Musique du Silence)
"La Cité des Cloches" Somnia (Segundo encuentro - Saga La musique du Silence)
-"Port Royal" El barco que desaparece en la niebla (Misión)
"Tierras del Reino" Donde duermen los gigantes (Trama)
"País de los Mosqueteros" Todos Para Uno (Trama)
"Ciudad de Paso" Un nuevo Crepúsculo (Trama)
"Ciudad de Halloween" El ataque de Boogieman (Trama)
"La Cité des Clochés" Fuego Infernal (Trama)
"Espacio Profundo" Planta 313 (Encuentro)
"Mundo Inexistente" Pasajes Oscuros (Trama)
"Tierra de Partida" Penúltima Parada (Encuentro)
"Evento Global" El principio del fin
"Atlántica" Perdona pero quiero casarme contigo (Encuentro)

"Especial libre" El laberinto de los corazones II: Escape
"Especial libre" World War Christmas
"Especial libre" El San Valentín está aquí
"Especial libre" ¡Exámenes finales
"Especial libre" La inocencia perdida
"Especial libre" Misión: Salvar la Navidad

Timeskip (Finales 1013-1017)

"Tierra de Partida" Examen de Maestría (30 Diciembre 1013)
"Jardines de Tierra de Partida" Doomsnight (Libre) (31 Diciembre 2013)
"País de las Maravillas" El último regalo (Minitrama) (Julio 1014)
"Jardines de Tierra de Partida" El Regreso (Libre) (Finales de Marzo de 1017)

Saga final:

"La Cité des Clochés" Santuario (Trama)
"La Cité des Clochés" La última noche en París (Libre)
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Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Light » Lun Ago 24, 2015 11:37 am

¡Un jugador del Reaper’s Game! ¡Es amigo de Clío!

La aclaración de Fátima bastó para que se decidiera del todo. No había nada que pensar, si realmente era un aliado debían encontrarse con él cuanto antes. Sin embargo, no podían bajar la guardia de ninguna manera.

Con el rostro tenso, echó a correr hacia la chica rubia, siguiendo a su compañera del Reaper’s Game.

¿Viste también esos… números y esa luz alrededor del cofre? —preguntó Fátima, seguramente intranquila—. ¿Crees que estamos… en un mundo virtual? Porque, en ese caso…

Tragó saliva antes de responder. Creía entender lo que quería decir la aprendiza de Lyn: si realmente estaban en el mundo virtual, podrían utilizar todo tipo de programas —la niña rubia podía ser uno de estos perfectamente— para engañarles de mil maneras. Él mismo lo había experimentado en el Laberinto Paranoico.

Yo también lo creo y espero estar equivocado. No bajéis la guardia —recomendó a sus compañeros con el semblante serio mientras observaba fijamente a la conocida de Neku.

¿De verdad no le conoces?

«¿Eh?», miró extrañado a la chica de Bastión Hueco.

Pues no. ¿Debería conocerle? —expresó tras una breve pausa. Entonces, recordó lo que le había dicho Fátima hace un momento: era un aliado del Reaper’s Game. Creía tener la explicación—. Quizás no me acuerdo de él porque no recuperé los recuerdos del Reaper’s Game, al contrario que muchos de vosotros —razonó, ladeando la cabeza.

Finalmente entraron en la casa del distrito, acompañados de la niña. Inseguro, Light permaneció cerca de la puerta que daba a la calle. Desde esa posición examinó la habitación. Se trataba de un lugar con escasa iluminación y lleno de polvo: había tanto que no pudo evitar estornudar.

La chica que les había guiado a este lugar se aseguró de cerrar la puerta. Después vino el bombardeo de preguntas, especialmente por parte de Fátima. La respuesta de la muchacha no pudo ser más incoherente.

¡Por aquí, rápido! ¡Neku os está buscando! ¡Por aquí, rápido! ¡Neku os está buscando!

Light cruzó miradas con todos los presentes, descolocado. El cofre con las recompensas, la repentina materialización de sus llaves… y ahora esto. Nada tenía sentido.

Es una trampa.

Sabía que algo iba mal, pero se dio cuenta demasiado tarde. La chica mostró su verdadera naturaleza: su cuerpo comenzó a deshacerse. Los cubos y las cifras le rememoraron el cofre de antes y, por supuesto, el mundo digital.

Parecía contener un objeto metálico en el pecho. Light no quería saber qué era y, alarmado, condujo su mano hasta el pomo de la puerta con el único fin de escapar de la trampa.

Boom.

Demasiado tarde.

***


Abrió lentamente los ojos. Nada más recuperar la consciencia, notó el desagradable pitido en los oídos y apretó los dientes, muy dolorido. Había sido tan brutal el impacto de la explosión que apenas podía centrar la mirada siquiera y le dolía todo el cuerpo.

El joven, a duras penas, usó sus escasas fuerzas para apartar las rocas que le mantenían sepultado. Los brazos le dolían más a medida que los empleaba; y cedió varias veces, pensando que no sería capaz de retirar las piedras, pero al final todas las sesiones de pesas realizadas en Tierra de Partida valieron la pena y logró salir de los escombros.

Se reincorporó con claras dificultades, entre quejidos. Observó a su alrededor, con la respiración entrecortada, esperando dar con alguno de sus compañeros. Afortunadamente, él no había ido a parar muy lejos porque una columna le había parado en seco tras recibir la explosión; y además… estaba vivo, a pesar de que la casa se había derrumbado sobre él. Rogó que los demás hubieran tenido la misma suerte.

Por allí no había rastro de Fátima y los demás (le dedicó algunos minutos a buscar entre los restos de la casa), así que decidió moverse a otra zona del distrito. Consumió una de las dos pociones y se dispuso a alejarse de lo que quedaba del edificio derruido.

Apenas había dado escasos pasos cuando alguien disparó un fino rayo. Solo le rozó la mejilla, por suerte. Aturdido, comprobó rápidamente quién era el responsable de la magia imprevista.

¿Crow? —pronunció su nombre, pasmado. Aquella era la cruda realidad: le había atacado un aliado.

Genial, otra copia de Light. —Light abrió mucho los ojos, atónito. Ni siquiera fue capaz de razonar en ese momento—. Por si no tenía suficiente con la que se volvió majareta... —Crow alzó su lanza, la hizo girar y se colocó en posición de combate—. Lo siento, pero eres tú o yo.

¿Qué?

«¿De qué está hablando?».

Light no tuvo tiempo para digerir la cruda verdad porque estaba siendo el objetivo de un ataque inminente. Se puso en guardia, sosteniendo su llave con las dos manos. Rápidamente, en un acto reflejo, creó disimuladamente un Círculo de minas que le rodearía.

En cuanto su enemigo accionara los primeros explosivos del círculo aprovecharía para poner los pies en polvorosa: correría hacia las escaleras que conducían a la plaza y bajaría por éstas. Obviamente se aseguraría de no pisar una mina no activada. Con suerte, su conjuro dañaría lo suficiente las piernas de Crow y éste no podría perseguirle en condiciones. Consciente de que quizá intentara derribarle con algún hechizo a distancia (como el rayo de antes), se volvería hacia él de vez en cuando durante la carrera, preparado para esquivar sus ataques

Si no lograba quitarle de su camino con las minas, arremetería contra él usando su Alma Inquebrantable y continuaría corriendo. Su prioridad en aquel momento era reunirse con alguno de sus compañeros: juntos serían más fuertes.

«¿Ha dicho que soy una copia? No, eso es imposible», decía para sí mismo, con el corazón en el puño. No quería creerlo, no podía. Tenía tal miedo atroz que le temblaban los brazos.

En la plaza se encontraría a Fátima —inevitablemente sintió alivio al verla viva— y a Clío. Dependiendo de la situación de ambas actuaría de una manera o de otra.

Si no llegaba a ver un comportamiento hostil por parte de Clío, no la atacaría. Se acercaría lentamente a las dos, con el semblante muy serio, y se uniría a la conversación. Por supuesto no se olvidaría de Crow y, por ende, no bajaría la guardia en ningún momento.

En caso contrario, si advertía que Fátima estaba en peligro, no tendría reparos en atacar a su copia digital. Con el máximo sigilo y la mayor rapidez posible, se acercaría a la réplica por su espalda y le asestaría un Golpe Contundente en la nuca. La golpearía con la parte no cortante de su arma para no producirle graves daños: solo quería atontarla un momento a fin de facilitar la huida.

Después, instaría a Fátima a huir hacia el Distrito 1. Desmaterializaría su Llave Espada y mantendría agarrada su katana antes de pasar a aquella zona. Quizás allí pudieran hablar en paz y descansar un poco: necesitaba asimilar cierta revelación. Además, debían alejarse de las copias digitales y esconderse de éstas.

Todavía no podía creer que les estuvieran atacando, ¿acaso era otro truco del mundo virtual? Solo sabía que no quería combatir contra ellos ni estaba dispuesto a dejarse asesinar.

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He quitado la negrita en los diálogos de mi personaje para no confundirlo con Crow xD

▪ Círculo de minas (HM) [Nivel 14] [Requiere Afinidad a Tierra; Poder mágico: 10] Puede colocar disimuladamente un círculo de diez minas mágicas bajo el suelo; solo el usuario conoce la localización exacta de cada mina oculta. Las minas permanecen hasta que alguien pisa sobre una de éstas, provocando su detonación. Las demás también lo harán según su cercanía con la primera que empieza la cadena.

▪ Golpe contundente (HC) [Nivel 4] El usuario pone toda su fuerza en un potente golpe que puede llegar a aturdir al rival (Probabilidad de aturdir baja).
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Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Suzume Mizuno » Mié Ago 26, 2015 4:29 am

La casa era estrecha, vieja y oscura. Fátima atrancó la puerta, tal y como la niña les indicó, jadeó y le entró tanto polvo en la garganta que rompió a toser. Incluso estornudó. Esperó unos instantes y luego la acosó a preguntas, a la vez que Saeko. La única respuesta que obtuvo fue una mirada opaca y unas palabras que ya había escuchado antes:

¡Por aquí, rápido! ¡Neku os está buscando! ¡Por aquí, rápido! ¡Neku os está buscando!

Es una trampa.

Sí que lo era.

Oh, mierd-


*


¡Dolía! ¡Joder que si dolía! Era ensordecedor, opresivo, la envolvía por todos los flancos, lo suficiente para embotar sus sentidos y que durante lo que le parecieron horas no supo ni quién era ni dónde estaba. Después, cuando el pitido en los oídos comenzó a remitir, empezó a escuchar el chapoteo del agua y, luego, la frialdad de la misma contra su piel. Abrió los ojos y se arrepintió al instante; todo se apareció borroso y, para colmo, se movía como si estuviera en un barco.

Lo volvió a intentar y esta vez se le estabilizó la vista, lo suficiente como para ver que estaba junto a la puñetera fuente. No había nadie a su alrededor, ni vecinos indignados ni tampoco sus compañeros. No pudo determinar si eso era bueno o malo.

Entre gemidos y maldiciones diversas, se las apañó para sacar una de las pociones y bebérsela. La otra decidió guardársela para más adelante; algo le decía que iba a necesitarla. Sintiéndose un poco mejor, se puso de pie, con la sensación de que había envejecido cuarenta años de golpe y se había transformado en una vieja agachosa. Entonces algo se posó contra su hombro y reconoció, antes incluso de darse cuenta, la frialdad de un arma blanca.

Gírate despacio y sin movimientos bruscos.

Reconoció la voz, por supuesto, y le provocó un retortijón, porque jamás había pensado que Clío se dirigiría a ella con tanta frialdad.

Obedeció con cuidado, preguntándose si la habría confundido con otra persona, y la vio. Por una parte experimentó un golpe de alivio y, por otra, tuvo ganas de salir corriendo. Aquella mirada —y el sablepistola apuntando a su cabeza— no prometían nada bueno.

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Eres una copia digital. Lo siento, pero debes ser eliminada.

¿Qué…?

Clío atacó. Fátima reaccionó por puro instinto y, aun así, estuvo a punto de acabar sin cuello. Retrocedió con rapidez, desconcertada pero, ante todo, en guardia. El adiestramiento había servido para algo.

No intentes resistirse. Por experiencia, esto no acabará bien para ti si intentas escapar. —Clío apartó la mirada, pero sólo un instante. Casi de inmediato recuperó la compostura—. No es fácil vivir sabiendo que eres una fotocopia.

Y se arrojó sobre ella. Sin más. Ya no desconcertada, sino estupefacta, Fátima invocó la Llave Espada para defenderse.

«¿Copia digital?»

Para que no tuviera espacio para disparar, Fátima intentó no alejarse demasiado y esquivar uno de sus ataques para intentar escurrirse y situarse a su espalda. Allí trataría de golpear con la Llave Espada.

«¿Ser eliminada?»

La furia se abalanzó contra ella como un torrente.

¡¿Pero cómo puedes ser tan hipócrita?!—chilló—. ¡No soy una maldita copia y, aunque lo fuera, ¿qué derecho tienes para matarme?!—Si Clío no se detenía e insistía en luchar contra ella, Fátima, se abalanzaría contra ella y trataría de desarmarla con la Llave Espada. Clío, al contrario que ella, podía pegar unos saltos inmensos, pero aun así confiaba en que su habilidad con las armas blancas le permitiera aunque fuera obligara a ceder terreno—. ¡Tú, precisamente tú, qué coño haces matando a la gente! ¿Desde cuándo te has vuelto igual que Andrei, EH?

No le cabía en la cabeza que Clío estuviera atacándola de verdad con esa intensidad.

No lo comprendía y eso transformaba el desconcierto en ira y decepción. Le dolía todo el maldito cuerpo, la cabeza todavía le latía, no comprendía absolutamente nada, ¡y la persona en la que había creído que podía confiar de pronto intentaba matarla, negando toda la moralidad que había defendido hasta ese momento!

¡A la mierda todo!

Dependiendo de lo que sucediera a continuación, actuaría de distinta forma:

Si Clío dejaba de atacar, trataría de hablar con ella o, al menos, escuchar sus explicaciones.

Si continuaba intentando matarla y el ataque sorpresa de Light funcionaba, atacaría a Clío contra una pierna con un golpe de Llave Espada. Si la chica insistía en perseguirlos, emplearía un Aturdidor. Teniendo en cuenta la fuerza de Light, dudaba que fuera a ser necesario.

En caso de que el ataque de Light no tuviera éxito sería ella la que arremetería con un Aturdidor.

En cualquiera de los dos últimos casos, saldría corriendo con Light rumbo al Distrito 1.

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▪ Aturdidor (HC) [Nivel 8] [Fuerza: 12] Aturde a los enemigos cercanos con un solo golpe, impidiéndoles lanzar ataques físicos.

En principio en un encuentro puse a Clío con negrita. Aquí no sé qué hacer, ¿la pongo yo, la pone ella...? Siento si queda muy lioso D:
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Tsuna » Mié Ago 26, 2015 4:40 pm

Pues no. ¿Debería conocerle? Quizás no me acuerdo de él porque no recuperé los recuerdos del Reaper’s Game, al contrario que muchos de vosotros.

Permanecí en silencio cuando terminó de responder, todavía con la vista encima suya y algo confusa. No terminaba de entender los detalles de su situación, pero bueno, imaginaba que de todo podía haber. ¿Qué hubiese hecho yo si no hubiera recuperado mis recuerdos? Una pregunté que me formulé en mi fuero interno por unos momentos, y una de la cual era muy posible que no quisiese obtener respuesta. Así como me encontraba estaba bien, los recuerdos eran duros y muy fuertes, de acuerdo, pero también me abrían los horizontes. Me hacían ver cómo era Andrei en realidad, o la de peligros que pudo haber fuera de la vista de los maestros.

Subí las escaleras y terminé entrando en la casa con los demás. Lo primero que busqué fue una posible salida, imaginando que los diablos aquellos no tardarían en dar con nosotros, vamos, nos había visto todo el distrito entrando en la casa. Pero esta consistía en una habitación pequeña, sin salidas por ninguna parte. Logré ver una habitación en un rincón, pero aparte de eso… No quedaba gran cosa, estaba todo muy sucio y abandonado.

Fátima le lanzó las posibles preguntas que se le ocurrieron, y yo esperé a que terminara o respondiera algo de inmediato para indagar en lo del mundo virtual. Mientras tanto, Simbad se me acercó para susurrarme algo, y aproveché la ocasión para darle al gatito, que todavía sostenía entre mis brazos.

¿Virtual? ¿El anterior juego fue así?

Asentí con la cabeza, pensando una posible respuesta. Tenía que resumirle de la mejor manera que se me ocurriera cómo Andrei había jugado con nuestras copias, y las había usado como simples peones en un juego de locos. Pero no pude.

¡Por aquí, rápido! ¡Neku os está buscando! —arqueé una ceja, confusa y dispuesta a responder que sí, que le estábamos buscando. Y de hecho, era lo que esperaba ver dentro de la habitación, a Neku esperando. Pero me ignoró como si fuese una loca—. ¡Por aquí, rápido! ¡Neku os está buscando!

Mi compañero me agarró del brazo, temiendo lo mismo que yo estaba empezando a asimilar. La niña se desintegró en números y datos verdes, al igual que el cofre había hecho para aparecer, y dejar tras de sí… Una bomba.

La explosión fue tremenda, me ardió la cara, el cuerpo entero, y la onda expansiva me destrozó los oídos y me hizo dar algunas vueltas, como si fuese una simple muñeca de trapo.

****


¡Mierda Saeko!

Buf, aquello había sido espectacular. No sabía cómo es que seguía con vida, pero bueno, allí estaba, cubierta de polvo de arriba a abajo y con un dolor tremendo por todo el cuerpo. Abrí los ojos como pude, mareada e intentando apoyarme sobre mis rodillas, pero ya me suponía un esfuerzo enorme colocar los brazos sobre el suelo. Ante mí había una cama y, rechazando la ayuda de Simbad, me deslicé como una serpiente hasta allí para coger el Éter. Algo era algo.

Luego me tomé unos segundos para respirar y coger fuerzas. Me intenté poner de pie, apoyada sobre la cama. De mi pelo y mis hombros cayó toda la tierra y la suciedad al piso, lo puse todo perdido, pero me daba igual. Todavía me pitaban los oídos y todo me daba vueltas, así pues, me situé frente a una pared para poder observar bien la habitación.

Un momento. ¿¡Dónde está el gato!?

Maldije todo por lo bajo, estaba segura de que la explosión lo había volado por los aires también. De ese gato solo tenían que quedar cenizas ya. Pude sentir cómo Simbad salía un segundo a mirar algo, pero entonces la oscuridad se manifestó delante de nosotros. Dentro de la habitación…

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Lo que me faltaba, luchar contra sincorazón en ese estado. Quien quiera que fuese el que nos había metido en ese sitio… Parecía que le gustaba vernos sufrir, o simplemente intentaba matarnos. Y yo no me iba a dejar matar, muy a su pesar.

Salgamos de aquí, ya buscaremos al gato. —ordenó Simbad, a lo que estuve de acuerdo.

Sí…

Mi compañero invocó la Llave Espada para lanzarse a la única puerta que daba a la salida. Lanzó un hechizo Perla a una de las bolas que flotaban en el aire, y comprendí que si me quedaba ahí, estaría perdida. Así que hice uso de todas mis fuerzas para moverme, para acercarme a la misma salida cuanto antes. Invoqué la Llave, temerosa porque me fuese a fallar en un momento tan importante, y empecé a caminar, paso a paso, hacia la puerta.

Eran un total de tres enemigos, y Simbad se había encargado de golpear a uno. Lo más lógico es que los dos restantes o fuesen a por mí, o se dividieran para abarcar más terreno y corazones. Por mi parte no lo pensé mucho: sentí el frío recorriendo mi cuerpo, el hielo mágico que me envolvía, y antes de darme cuenta ya me encontraba rodeada de escarcha y pequeños cristalitos.

Me limité a avanzar, segura de la protección que el hielo me estaba brindando, y si alguno que otro se me acercaba más de la cuenta con intenciones de alcanzarme tras el muro de cristales, le golpearía con mi Llave para apartarlo. No pretendía acabar con ellos, sino salir por la puerta. Simbad me ofreció ir delante y le asentí con la cabeza, agradecida.

No te me acerques. —le advertí, para que no intentase agarrarme de nuevo sin permiso y se congelara el brazo.

Mi compañero se encargó de cerrar la puerta y descansar un momento, y yo me quedé allí de pie, sin quitar la vista de la puerta por si se atrevían a salir, todavía recubierta por el hielo. Divertida con el humo que salía de mi boca al espirar.

Quien quiera que nos haya secuestrado lo ha hecho bien. Ha cogido a vuestros conocidos y los ha transformado en… ¿Señuelos?

Sí… Y sobre el mundo virtual, bueno, era un mundo aislado dentro de un ordenador. No me sé muy bien los detalles, pero Andrei logró acceder él y crear copias de todos nosotros. A ti no te recuerdo, creo que no estabas por ese entonces en la Orden, pero nos utilizó en el Reaper’s Game para conseguir sus propósitos a costa de nuestras vidas. Lo que le salió mal y perdió el corazón. Luego desapareció.

Esperaba que con esa explicación Simbad tuviese una ligera idea de lo que había pasado. Tampoco era una experta en informática y no sabía los detalles del virus que había usado, o cómo es que el mundo de Eileen permanecía aislado del resto. Ni siquiera sabía quién había creado a Eileen o a Erased Data, las primeras copias. Hasta ahí alcanzaban mis conocimientos.

Mi compañero se quedó mirando el portón que daba al segundo distrito y se acercó a él.

Quizá allí estén los demás. O el felino. O algo peor. Si nos quedamos aquí aparecerán más Sincorazón. ¿Vienes?

Reí por lo bajo, cansada, y le seguí.

No me lo preguntes dos veces.

Estaba debilitada, cierto, pero confiaba en que mi Escarcha protectora me protegiese. Todavía le quedaba un buen rato de duración, así que el gracioso que decidiese lanzarme un ataque sorpresa se lo tendría que pensar dos veces. Y estaba claro, si habían sido capaces de intentar matarnos con una bomba eran capaces de cualquiera cosa. Tenía que ir con pies de plomo, así que mantuve mi Llave Espada aferrada en mi mano como si mi vida dependiera de ello.

Sobraba decir que intentaría mantener un poco las distancia con Simbad, unos pocos metros. No fuese a congelar a mi compañero también.

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▪ Escarcha protectora (HM) [Nivel 12] [Requiere Afinidad a Hielo; Poder Mágico: 12]. El usuario se ve rodeado por una pequeña nube de cristales helados durante un tiempo (tres rondas), provocando daño de elemento Hielo a aquellos lo suficientemente cerca del mismo.
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Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor LightHelco » Jue Ago 27, 2015 1:35 am

El peluche se estampó contra la barrera, pero no hizo que se detuviese y empezó a empujar con la intención de derribar mi hechizo y alcanzarme. Volví a gritarle a Shiki pidiéndola que se detuviese antes de que llegara a cometer ningún error y aunque mis palabras no parecieron que le hubiesen llegado, si que ocurrió algo que hizo que el peluche volviera a la normalidad.

Algo, que me imaginé era Maya, golpeó al animal y tiró de encima suyo a los dos chicos para después agarrarme e intentar alejarme de allí. Me sorprendió bastante la fuerza de la pequeña brujita e iba a protestar sobre el tema de que nos fuésemos, pero entonces un proyectil pasó rozándome para golpear a la niña y despojarla de la magia de invisibilidad que había usado antes con ella.

Maya, aguant-agh

Al instante empecé a sentir una gran presión en el cuello y al mirar hacia atrás me encontré con Neku, apuntándome con su mano y haciendo como si estuviese estrujando algo, en este caso mi cuello. No podía respirar ni tampoco pedirle a Maya que huyera antes de que el chico también la cogiera a ella. El aire se me escapaba sin que pudiese recuperar y aun teniendo intenciones de huir, descubrí que el chico estaba alzándome en el aire con su poder.

No es nada personal. Pero tú ni siquiera existes de verdad —sentenció el chico con frialdad y aumentando la presión.

Me llevé las manos al cuello en un acto reflejo por intentar liberarme o intentar preguntarle el porqué de aquellas palabras. Lo único que podía hacer mientras desfallecía poco a poco debido a la falta de aire era suplicarle con la mirada a Shiki, desear que ella pudiese recapacitar y detener a Neku antes de que me arrancara la vida. Pude ver indecisión en su rostro ayudándome a aguantar un poco más, los escuché discutir y fueron las palabras de Neku en aquella discusión las que me llamaron la atención.

¡Es una copia, no es el auténtico Alec, ni Joker!

¿Una copia? No, ni hablar, no podíamos ser copias, era imposible. Aunque tampoco podía demostrar lo contrario, no en la situación que me encontraba. Pero estaba seguro de que en esta ocasión era yo mismo, contaba con hechizos que Joker nunca había tenido y tampoco se nos había dado ningún arma única, podíamos hacer uso de nuestras propias Llaves y armas. Retorciéndome en aquel agarre, intenté gritarle al chico sobre lo equivocado que estaba, de que también estábamos en el juego… pero entonces llegaron los Sincorazón.

Solo fue uno, pero aterrizó con fuerza y golpeó tanto a Neku como a Shiki con una de sus garras. Lo bueno es que aquello sirvió para que el Jugador me liberase de su agarre y pudiese coger varias bocanadas de aire antes de fijarme en el aspecto del monstruo.

Este era enorme y tenía su cuerpo dividido en partes que flotaban alrededor del torso. Todas las piezas que lo componían eran de metal ayudando a que sus golpes pudiesen ser más fuertes y a que le fuera más sencillo sobrevivir a ataques con arma blanca. Por alguna razón, el gigante de hierro se había centrado únicamente en Shiki y Neku, por lo que se encontraba dándonos la espalda a mi compañera y a mí permitiéndonos poder realizar un ataque sorpresa.

Maya… se que han estado a punto de matarnos, pero no puedo dejar que esa cosa les mate ahora a ellos —le hice saber a la brujita preparándome para el combate —. Seguro que si les ayudamos podrán ver que somos los de verdad y no unas simples copias, ¿me sigues?

Tras que la chiquilla me respondiese, volví la mirada hacia el Sincorazón para analizarlo rápidamente. Sus manos parecían su principal medio para hacer daño, pero que ninguna de sus partes estuviese unida al cuerpo me daba mala espina… Durante la batalla tendría que fijarme bien en cómo se movían todas por separado, pero por ahora nuestro principal objetivo debían ser sus garras.

Vete a por la mano izquierda, yo iré a por la derecha —le pedí a Maya cargando un hechizo de fuego y apuntando con él al monstruo.

Antes de disparar, me moví hacia un lado por si el brazo quedaba por delante del cuerpo, intentaría no acercarme mucho a su rango, pero no dispararía hasta que no tuviese la garra derecha a tiro. En cuanto pudiese acertar en el blanco, lanzaría mi hechizo Piro y me prepararía para su siguiente movimiento, si los pies resultaban también ser armas, intentaría agarrarlos con una Sota de Tréboles, también podría atrapar el torso si este tocaba suelo, la cuestión era inmovilizar alguna de sus piezas para que no pudiesen asistir a las manos mientras las destruíamos.

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Piro (HM) [Nivel 2] [Requiere Poder Mágico: 3]. Proyectil de fuego lineal, con muy pocas posibilidades de producir quemaduras

Activa la Bonificación de la Falcoespada, la cual pasa a ser afín a Fuego.

Sota de Tréboles (HM) [Nivel 5] [Requiere Poder Mágico: 8]. Unas zarzas salen del suelo y se adhieren a los pies del rival impidiéndole moverse durante ese turno (un post). El movimiento de las manos no se ve limitado, por lo que el oponente aún puede usar hechizos y armas a distancia.
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Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Zodiark » Jue Ago 27, 2015 4:12 am

Mi hechizo funcionó y logré derribarles y devolver al gato de peluche a la normalidad, pero no pude avanzar mucho con Alec. Tras dar un par de pasos, sentí algo golpeando mi espalda, con tanta fuerza que me lanzó lejos y me tiró al suelo.

Ay... —me quejé tras unos segundos, tratando de volver en mí.

Me reincorporé, algo aturdida y desorientada y me giré para ver a Alec, sólo para darme cuenta de que me había alejado bastante de ellos. Pero no es todo lo que vi. Neku estaba cogiendo del cuello a Alec con algún tipo de habilidad que le permitía hacerlo sin llegar a tocarle, levantándole unos centímetros del suelo. Parecía muy dispuesto a acabar con él.

¡¡¡Alec!!!

Ya recuperada del todo del golpe y la caída, arranqué a correr hacia ellos para detener a Neku como fuese. Me enervaba pensar que el que un día fue nuestro aliado ahora estuviese haciendo aquéllo.

Neku, esto... ¡Esto no está bien! —Al menos, me alivió ver que Shiki no estaba siendo tan cruel y fría como el chico.

Ahora no, Shiki. ¡Es una copia, no es el auténtico Alec, ni Joker!

"¿Qué...?"

Es una prueba retorcida de Joshua. Eliminémosle y avancemos al siguiente día del juego.

"¡¿QUÉ?!"

¡¿Cómo dices?! —exclamé, todavía corriendo hacia ellos—. ¡¿Quieres decir que Joshua está detrás de esto, de este Reaper's Game?!

Pero antes de poder alcanzarles, algo surgió de la nada, cayendo al suelo y levantando una gran nube de polvo. Parecía algo muy pesado.

¡Alec! —llamé al chico, tapándome los ojos con un brazo y avanzando.

Cuando el polvo se hubo disipado un poco, pude ver de qué se trataba: un Sincorazón. Tenía el aspecto de una enorme armadura morada, y sus extremidades y cabeza estaban separadas de su cuerpo, por lo que éste levitaba sobre sus pies, al mismo tiempo que la cabeza lo hacía sobre el cuerpo y las manos a su alrededor.

La bestia metálica dio un enorme manotazo a los dos chicos girando su mano, lo que les lanzó al suelo con fuerza, y gracias a ello, Alec logró librarse del estrangulamiento de Neku, por lo que aproveché para acercarme a él y ayudarle a reincorporarse.

Maya… se que han estado a punto de matarnos, pero no puedo dejar que esa cosa les mate ahora a ellos —comentó mi compañero, preparándose para luchar—. Seguro que si les ayudamos podrán ver que somos los de verdad y no unas simples copias, ¿me sigues?

Claro. Ellos saben cosas de este juego que nosotros desconocemos. Y algo sobre Joshua... —añadí, recordando el momento en que el chico conoció a la Maya digital, mostrándose amable e incluso añadiendo su número al móvil de mi copia virtual. ¿De verdad tenía algo que ver con todo aquel asunto del nuevo juego?—. Además, fueron nuestros aliados, o mejor dicho, de nuestras copias. Ni la Maya digital ni yo me perdonaríamos dejarles morir a manos de un estúpido Sincorazón.

Invoqué mi Llave Espada, y aproveché que por suerte para nosotros el Sincorazón estaba muy ocupado con los otros dos para echar a correr y tratar de ponerme a su espalda.

Vete a por la mano izquierda, yo iré a por la derecha.

Respondí a Alec levantando el pulgar mientras continuaba corriendo hacia la espalda del monstruo. Una vez allí, le daría tres o cuatro conduntendes tajos a su mano izquierda, y luego saltaría hacia atrás para alejarme de nuevo. Esperaría a que el Sincorazón reaccionase y estudaría sus movimientos para esperar de nuevo a que bajase la guardia y me permitiera volver a acercarme, repitiendo mis movimientos.
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Ronda #6 - The Game Never Ends

Notapor Astro » Dom Ago 30, 2015 9:00 pm

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Simbad & Saeko

Los sincorazón no supusieron demasiados problemas gracias a las respectivas habilidades de los dos aprendices, pero no pudieron bajar la guardia. El edificio al que pertenecía la casa donde habían aterrizado tras la explosión era viejo, y parecía un poco abandonado. No vieron a nadie ni escucharon nada mientras bajaban por las escaleras, envueltos en un incómodo silencio que sólo se rompía por sus pasos.

En un momento, casi en la salida, una puerta se abrió de golpe sin previo aviso, asustando seguramente a la pareja. El culpable del susto pronto se dejó ver cuando, maullando, corrió hasta las piernas de sus compañeros de juego. El gato estaba vivo. Pero había algo extraño en él, porque tenía el mismo aspecto que antes de que se separasen. No tenía ninguna herida a la vista, y su pelaje estaba completamente limpio. Como si él no hubiera estado en la explosión, aunque ellos sabían que sí que lo estuvo. Qué raro.

El minino permaneció cerca durante el último tramo hasta la salida, y una vez en el Distrito 2 parecían estar a salvo. No había sincorazón ni enemigos que les persiguieran, y pudieron avanzar en dirección al hotel sin complicaciones, hasta que...

...ués de la explosión.

Voces. Simbad, Saeko, y su peludo amigo pudieron esconderse a tiempo en una esquina para no ser vistos. Un poco más arriba, en el trozo superior antes de bajar a la gran plaza del distrito, había una conversación entre un grupo de personas.

¿Los habéis localizado? —Aquella voz era de mujer.

No a todos, lady Barbariccia. Pero hemos confirmado que al menos son seis portadores, ninguno de ellos maestro.

También sabemos que dos huyeron de lord Rubicante y parecen dirigirse hacia los distritos cuatro o cinco. Otros dos se encuentran entre el tres y el uno, lord Rubicante debería estar encargándose ahora de ellos.

Esto dos últimos que habían hablado eran hombres, que parecían estar bajo las órdenes de la llamada Barbariccia.

Dijisteis que eran al menos seis. ¿Dónde están los otros dos?

Les perdimos el rastro después de que provocaran la explosión.

Id a buscadles. Yo me reuniré con Rubicante en el uno.

La conversación se dio por finalizada, y los aprendices pudieron escuchar unos pasos alejándose de su posición. Estaban a salvo, al menos de momento. Sin embargo, por lo que habían oído, los otros aprendices del juego corrían peligro si de verdad las autoridades de la ciudad les tenían localizados. Y con los Villanos Finales al mando, no les harían nada bueno.

De pronto, el gato empezó a maullar con insistencia, llegando a morder a Saeko en la pierna para que le hicieran caso. En cuanto consiguió la atención de los dos, salió corriendo en dirección contraria a la puerta del Distrito 1, parándose para ver si le seguían. Si lo hacían, verían que se dirigía directo hacia el edificio que había abajo de la gran campana del distrito, aunque una puerta cerrada impedía entrar al animal por mucho que arañase.

Podían hacer caso al misterioso caso e investigar aquel lugar, pero tampoco podían olvidarse de que sus compañeros estaban en peligro. ¿Irían a ayudarles? ¿O preferirían permanecer en el Distrito 2, que parecía ser un lugar seguro por el momento, e investigar lo que tanto llamaba la atención al gato? También podían separarse, claro, pero con su estado de salud no era demasiado aconsejable.

¿Qué harían?

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Light & Fátima


Un inesperado rayo, que se conjuró desde arriba hacia abajo, golpéo a Light en la espalda; pero eso no fue suficiente como para evitar que el muchacho creara sus minas. En cuanto Crow pisó una salió volando, otorgándole la oportunidad perfecta al aprendiz para salir corriendo de allí y reunirse con Fátima.

Ella, por su parte, estaba teniendo sus problemas con su copia digital (¿o la copia de su original?). Consiguió desarmarla gracias a su destreza con la espada, pero Clío respondió con rapidez invocando una ola de agua que pilló desprevenida a Fátima y la empujó al suelo, empapándola todavía más.

Tú nunca lo comprenderías. Yo soy... Tú no... Fátima es... —Se llevó una mano a la sien, cerrando los ojos con fuerza como si le doliera algo, pero duró poco. Enseguida se recompuso, recogiendo su sablepistola del suelo y apuntando a Fátima—. Debes ser eliminada. No hay más que hablar.

El Golpe Contundente evitó que disparase. Clío cayó al suelo, inconsciente, dejando caer un éter de uno de sus bolsillos. Si no les importaba saber que estaban robándolo, uno de los dos podía quedarse con el objeto.

La pareja de compañeros no dudó en salir corriendo hacia el Distrito 1, abriendo la gran puerta de madera con un toque de sus llave espadas. Pero no habían dado muchos pasos en la nueva zona cuando se encontraron con una nueva sorpresa: un círculo de altas llamas surgió de repente, rodeándolos y atrapándoles en el centro.

Me temo que no puedo dejar que os marchéis.

Aquel que había conjurado el fuego no se hizo de esperar. De pie sobre las barandillas de las escaleras que bajaban desde la tienda de accesorios, les observaba un hombre altísimo, envuelto en una ostentosa capa de color rojo chillón con diseños azulados en forma de llamas, y en cuya cabeza parecía tener cuernos. Aunque Fátima no, Light le reconocería al instante como Rubicante, el archidiablo del fuego y miembro de los Villanos Finales.

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Primero me encuentro con una pareja de portadores que consigue escapar de mí, y ahora me encuentro con los culpables de la explosión de hace unos minutos. Otros dos portadores de la llave espada. Desde luego, esta noche está resultando interesante.

¡Tenemos visita, qué divertido!

Una risa histérica advertiría a la pareja de que alguien más se había unido a la fiesta. Sentado sobre la repisa del portón que daba al Distrito 3, un hombre vestido con ropa estrafalaria y maquillado como un payaso les miraba con una macabra sonrisa, mientras se comía una manzana. Esta vez ambos le conocían: Kefka.

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Lord Kefka, no le esperaba hoy. —Rubicante hizo una leve reverencia hacia el arlequín.

Bah, sólo estaba de paso cuando me he enterado de la fiesta que teníais montada. ¡Y no me habíais avisado! Qué desconsiderados...

Ha sido todo muy repentino. Al menos seis portadores de la llave espada, todos aprendices, han cometido distintos actos violentos por la ciudad, llegando a hacer volar un edificio del tercer distrito. No hemos sido capaces de predecir este comportamiento tan... errático e inesperado de ellos.

¡Los pequeños aprendices han perdido la chaveta, jijiji! —Kefka envolvió lo que le quedaba de manzana en un Piro, y se la comió de un trago—. Y dicen que yo soy el loco.

Hablad. —Rubicante hizo un gesto con la mano, causando que el círculo de fuego se estrechase, acercando la llamas peligrosamente a los aprendices—. ¿Cuáles son vuestras intenciones? ¿Cuántos sois? ¿A qué orden de la llave espada pertenecéis? Si cooperáis, no os haremos daño.

Al menos no demasiado —se apresuró a añadir el payaso.

Fátima y Light estaban en un buen aprieto. El círculo de llamas no era demasiado alto, y con un buen salto o un hechizo de agua podrían abrir un hueco por el que escapar, pero tanto Rubicante como Kefka no les quitaban un ojo de encima. Podían luchar, pero eran dos Villanos Finales que no podían subestimar, por no mencionar que aunque se habían tomado una poción sus heridas no estaban del todo curadas.
También estaba la opción de cooperar y descubrir qué pasaba, pero era un riesgo bastante alto. ¿Qué harían?


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Alec & Maya


Con la ayuda inesperada de Maya y Alec, los cuatro juntos no tardaron mucho en deshacerse de la Armadura. Con un último golpe de la llave espada de la brujita, liberó el corazón del monstruo, que empezó a elevarse poco a poco hacia el cielo.

Con el enemigo desaparecido, tanto Shiki como Neku se quedaron mirando a la pareja de aprendices, en un incómodo silencio para todos.

Vaya, yo... No sé qué decir. —Shiki se acercó tímidamente a Alec, abrazando a su peluche, pero mirándole por primera vez desde que se habían reencontrado a los ojos—. Gracias, a los dos.

Esto es muy raro. —Neku se frotaba la nuca, frotando los pies en el suelo con frustración—. Lo que han hecho no es normal. Joshua no debería ser capaz de crear copias tan complejas, no al menos fuera de un mundo virtual. Estos dos no tendrían que habernos ayudado, sino haber salido corriendo.

Quieres decir... ¿Que podrían ser los reales?

Puede. No lo sé. —Se cruzó de brazos, observando a Maya de arriba a abajo, aunque al menos esta vez era una mirada de intriga y no de desprecio—. ¿Cómo habéis llegado aquí? Es decir, ¿qué hacéis en Ciudad de Paso? ¿Lo recordáis?

Ambos escucharían lo que tuvieran que decir. Tanto si decían la verdad como si mintieron, Shiki y Neku cruzaron las miradas durante unos segundos, pero al ir a decir algo... La cosa volvió a estropearse.

El corazón que habían liberado de la Armadura no llegó a marcharse. Una nube de oscuridad volvió a rodearlo, invocando de nuevo al sincorazón metálico que cayó con fuerza casi encima del grupo de jóvenes, que pudieron apartarse por poco. Pero aquella Armadura era distinta.

Dejó caer sus manos al suelo, y sus pies se elevaron hasta alcanzar la posición de estas. El tronco dio un giro de ciento ochenta grados , incluso el casco. No era una Armadura. Era una Armadura Inversa.

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Su primer ataque fue repelido por una barrera que creó Neku, aunque obligó al grupo a retroceder un poco. Pero si creían que los problemas se acabarían ahí, estaban muy equivocados.

¡Los hemos encontrado, están aquí! —Arriba, en una de las pasarelas de las callejuelas, un hombre equipado con un casco y una lanza les señalaba mientras daba instrucciones a otros que no llegaban a estar a la vista—. ¡Avisad a lord Cagnazzo, los aprendices están aquí! ¡Rápido!

El hombre enseguida desapareció pero, por lo que acababa de decir, pronto volvería con compañía no deseada. Neku y Shiki intentaban repeler al enorme sincorazón como podían, pero este parecía mucho más fuerte que el anterior.

¡Marchaos! —Llegó a gritar Neku al fin, dirigiéndose a Maya y Alec—. ¡Si los Villanos Finales os cogen dará igual que seáis copias o no, os matarán! ¡Nosotros nos ocupamos de esto!

Shiki fue a decir algo para apoyar a su compañero, pero un inesperado golpe del pie de la Armadura la derribó al suelo.

¡Shiki!

Neku corrió a ayudarla, conteniendo como podía a la Armadura. Alec y Maya debían decidir pronto lo que hacer.
¿Quedarse y ayudarles? Si lo hacían, era bastante probable que pudieran vencer a la Armadura Inversa entre los cuatro, pero corrían el peligro de que Cagnazzo y quién sabe quién más llegara y les atrapara.
Podían intentar llevarse a Neku y Shiki con ellos, pero estaba el peligro de que el sincorazón echara por tierra su huida o incluso que les persiguiese, dejando bien claro a los Villanos la dirección por la que iban.
Huir ellos dos, sin más, parecía la más segura, pero puede que no fuese la idea que más les gustara.

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Light Hikari
Daños leves por todo el cuerpo.
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Alec Ocus
Daños leves.
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Simbad
Daños graves por todo el cuerpo.
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Saeko
Daños graves por todo el cuerpo.
[Escarcha protectora activada]
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Fátima Laforet
Daños leves por todo el cuerpo.
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Maya Zawrid
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Fecha límite: viernes 4 de septiembre.
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Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Suzume Mizuno » Mar Sep 01, 2015 4:10 am

Había pensado que con desarmarla sería suficiente, pero olvidó que Clío también tenía poderes elementales y, cuando quiso darse cuenta, una ola la golpeó y la hizo caer sobre las posaderas. Estaba ya tan empapada que parecía que se hubiera estado bañando en la puñetera fuente.

Tú nunca lo comprenderías. Yo soy... Tú no... Fátima es... —Fátima se fijó en cómo se llevaba una mano a la cabeza y en su expresión de dolor. ¿Qué…? Pero Clío se recuperó de inmediato, recogió el sablepistola y apuntó en su dirección—. Debes ser eliminada. No hay más que hablar.


«Mierrrda».

Entonces Light, venido de no se sabía donde, golpeó a Clío por la espalda. El sonido le puso los pelos de punta y se arrastró hacia la chica cuando se desplomó en el suelo. Se apresuró a tomarle el pulso, con el corazón latiéndole a mil por hora, no sabía si porque había estado a punto de morir o por preocupación por Clío. ¡Y eso que había estado a punto de volarle la cabeza!

Una vez comprobó que estaba bien, se mordió el labio inferior. Quería llevársela consigo e intentar interrogarla, pero seguramente les daría más problemas que otra cosa. Vio de reojo el éter, lo cogió sin remordimientos —si Clío insistía en preferirles, prefería que no tuviera reservas de magia— y se lo pasó a Light.

Gracias—dijo, sin aliento y con la voz entrecortada.

«Pensaba que no era yo. Si no, no lo habría hecho. No lo habría hecho», se dijo mientras se ponía en pie y lanzaba una última mirada de preocupación y remordimiento a partes iguales a Clío.

La idea de dejarla sola, allí tirada, le encogía las tripas, pero hasta ella se daba cuenta de que no era buena opción quedarse a su lado. No en medio de una ciudad hostil. Además, ¿qué había pasado con la chica que había reventado?

Demasiadas preguntas y muy poco tiempo. Maldijo. Sí, se daba cuenta de que era una locura pero, aun así, miró a Light, suplicante, y susurró

Light…

Cuando Light aceptó, se le iluminó el rostro y le dio las gracias con vehemencia. Después se apresuraría a sacarse un cinturón o a rasgarse los pantalones para apañar una cuerda con la que las muñecas de Clío a su espalda. Cogería su sablepistola y, si no había tenido que usar el cinturón, se lo colgaría del mismo. Luego ayudaría a Light a cargarla.

¿Dónde están los demás?—preguntó—. ¿Tú estás bien? ¿Qué ha pasado?

Levantó la Llave Espada para abrir la puerta y esperó a que Light pasara para seguirle. Apenas sí habían avanzado un poco cuando, de pronto, los rodeó un círculo de llamas. La primera reacción de Fátima, aparte de dar un brinco, fue la de lanzar un hechizo de agua, pero se contuvo en el último instante gracias a una voz grave, de hombre.

Me temo que no puedo dejar que os marchéis.

Un hombre vestido con unas pintas estrafalarias —ese rojo chilón con ese azul… Uf. ¿Y eso que veía eran cuernos?—, subido de forma todavía más estrafalaria a unas barandillas, les observaba amenazante.

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Primero me encuentro con una pareja de portadores que consigue escapar de mí, y ahora me encuentro con los culpables de la explosión de hace unos minutos. Otros dos portadores de la llave espada. Desde luego, esta noche está resultando interesante.

Fátima miró a Light. ¡Una pareja de portadores! ¡Eso significaba que al menos dos de sus compañeros estaban a salvo! ¿Quizás Maya y Alec, que eran los que se habían alejado primero…?

¡Tenemos visita, qué divertido!

Al principio no reconoció la voz, pero la risita histriónica que la acompañó le puso la piel de gallina y le hizo recordar una lucha en Tierra de Dragones que parecía ya cosa de otra vida. Lo encontró sentado en lo alto de la puerta que daba al Distrito 3. un tipo vestido de payaso pesadilla devoraba una manzana.

«Oh, joder, él no… ¿Cómo se llamaba?»

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Lord Kefka, no le esperaba hoy.

Les había tocado una pareja de locos con muy mal gusto por la moda y obsesionados con el fuego. De perlas. El tipo de los cuernos se inclinó ante Kefka. Eso debía significar que también formaba parte del grupo de los Villanos Finales. Empezó a temblar, a pesar del calor del fuego.

Bah, sólo estaba de paso cuando me he enterado de la fiesta que teníais montada. ¡Y no me habíais avisado! Qué desconsiderados...

Ha sido todo muy repentino. Al menos seis portadores de la llave espada, todos aprendices, han cometido distintos actos violentos por la ciudad, llegando a hacer volar un edificio del tercer distrito. No hemos sido capaces de predecir este comportamiento tan... errático e inesperado de ellos.

Volvió a mirar con angustia a Light. ¡Si hasta sabían su número! Pero no parecía que fueran ellos los que les hubieran traído. No tenían motivos para mentir, ¿no?

¡Los pequeños aprendices han perdido la chaveta, jijiji! —Kefka hizo arder la manzana y se la comió tal cual. Fátima deseó que le causara una indigestión, ya que el muy asqueroso no parecía que fuera a quemarse vivo—. Y dicen que yo soy el loco.

Hablad. —El círculo de fuego se estrechó y Fátima se pegó a Light para escapar de las llamas. Tragó saliva. Estaba sudando, aunque no se debía notar demasiado con lo empapada que estaba, y la sangre le había huído de la cara—. ¿Cuáles son vuestras intenciones? ¿Cuántos sois? ¿A qué orden de la llave espada pertenecéis? Si cooperáis, no os haremos daño.

Al menos no demasiado.

Fátima abrió y cerró la boca. Le costaba respirar. Ahora era mucho más fuerte que aquella ocasión en la que se enfrentó —y no cara a cara, debía decir— a Kefka, pero seguían siendo dos contra ella y Light… Y este cargaba con Clío. Por no hablar de que los Villanos estaban en su propio territorio, mientras que Light y ella no se encontraban en las mejores condiciones físicas. La pareja de locos les clavaba la mirada, preparada para abortar cualquier intento de escape.

Joder, ¿qué se suponía que tenían que hacer?

Nada más preguntárselo, supo la respuesta. Ganar tiempo. Intentar averiguar qué estaba pasando. Buscar una situación idónea para escapar. Al menos una en la que no estuvieran vigilados por los Villanos ni rodeados por un cinturón ardiente. Si Light intentaba decir algo que sonara demasiado agresivo o desafiante, le pondría con brusquedad una mano en el hombro y le chistaría para que se callara.

En ocasiones así, no había que mentir. Se notaba demasiado, pero tampoco tenía por qué decir toda la verdad. No parecían tener ni idea del Reaper’s Game, al menos por lo poco que había escuchado, y decidió que sería más inteligente no decir nada por el momento. Respiró hondo y se esforzó por evitar que le temblara la voz cuando dijo:

Estamos buscando a nuestra compañera de Tierra de Partida. Somos tres, aunque sabemos que hay otros tantos aprendices de Bastión Hueco. Ella es una antigua compañera, aunque ahora no lo tenemos tan claro. —Para qué mentir, si ya sabían su número y que no eran Maestros. En cuanto a Clío, prefería que creyeran que no era una aliada de los Caballeros—. Creemos que hay un Caballero que nos ha tendido una trampa, dejándonos diversas pistas por la ciudad, y estamos buscándolo también—improvisó. No sabía si era cosa suya, pero bueno—. Se llama Andrei—añadió tras un silencio—. Cooperaremos, no tenemos motivos para enfrentarnos a vosotros—a menos que se los dieran, claro.

Se humedeció los labios y aguardó.

Ojalá no saliera mal, porque si lo hacía, sería responsable de la vida de Light y no podría perdonárselo a sí misma. Con una sensación de desnudez y vulnerabilidad insoportables, dejó el sablepistola en el suelo y alzó las manos para demostrar que no tenía armas ni pensaba invocarlas.

Por dios, que saliera bien.


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EDIT con permiso de Astro sobre el secuestro de Clío porque se lo pedí antes de postear, pero no pudo responderme a tiempo. ¡Gracias, Astro!

Acciones acordadas con Light.
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor xXOrbOOkXx » Mié Sep 02, 2015 10:06 pm

Sí… Y sobre el mundo virtual, bueno, era un mundo aislado dentro de un ordenador. No me sé muy bien los detalles, pero Andrei logró acceder él y crear copias de todos nosotros. A ti no te recuerdo, creo que no estabas por ese entonces en la Orden, pero nos utilizó en el Reaper’s Game para conseguir sus propósitos a costa de nuestras vidas. Lo que le salió mal y perdió el corazón. Luego desapareció.

Tragué saliva cuando finalizó la explicación. Un millón de preguntas florecieron en mi mente, aunque la idea general la había pillado. Fruncí el ceño, pensando en una posibilidad que me puso los pelos de punta. En primer lugar estaba la opción de que todo fuera un mundo artificial, por llamarlo de una manera, y que nosotros fuéramos copias. Y lo otro era el corazón de Andrei.

<<Está más muerto que vivo>>había dicho Ariasu, hace casi mil años. Entonces no tenía ni la más remota idea de a qué se refería. Desperté de mi ensoñamiento cuando Saeko me dijo que no me acercara porque había invocado un poderoso hechizo su alrededor, dándome cuenta de que estaba en las nubes rascándome la perilla. No tenía tiempo para cavilar.

Abrió la puerta, separada unos metros de mí y entramos en el siguiente District.

Perdió el corazón y sobrevivió... —murmuré para mí mismo. Sonaba irreal. Era la primera vez que escuchaba algo así, sabía que la Llave Espada estaba ligada con la magia del corazón o algo así, pero habían muchísimas cosas que me quedaban por aprender, en ese momento lo comprendí.

Bajamos las escaleras, no podía decir nada, temía que si rompía el silencio nos encontrarían y nos matarían. Era un tanto absurdo, pero aferraba mi Llave como si volvieran a aparecer Sincorazón de cualquier sitio. Tenía ganas de tararear algo, una canción de cuna para tranquilizarme, pero tenía la lengua seca de la explosión.

En un momento dado, casi en la salida, una puerta se abrió de pronto. No reaccioné a tiempo para lanzar un hechizo, pero sí para una estocada. No había nadie, hasta que bajé la vista. El gato. Por segunda vez me había asustado el gato. Me agacharía y lo supervisaría para ver si estaba herido... Pero no. Estaba intacto, como si la explosión no le hubiera causado el mínimo daño. Lanzaría una mirada elocuente a Saeko, enseñándole el animal.

Menos mal, pensé que estaría herido. —Preferí no decir mis teorías por ahora, no por desconfianza de La Pantera, sino por el propio gato. En Tierras del Reino nos transformábamos en animales, ¿por qué no hacerlo ahora para pasar de incógnito? Pero había algo que no encajaba, si hubiera querido atacarnos ya lo habría hecho, ¿o no?

De repente escuché voces. Tuvimos suerte porque pudimos escondernos en un callejón, sino hubiera arrastrado a mi compañera hacia los tejados aunque me congelara.

...ués de la explosión.

Era un grupo de gente. Ni si quiera me asomaría dado que nos podrían detectar en cualquier momento. Hice un gesto de silencio, aunque fue tonto, Saeko no iba a ponerse a chillar como una loca, y el gato (si es que era un gato verdadero) no me entendía.

¿Los habéis localizado?

No a todos, lady Barbariccia. Pero hemos confirmado que al menos son seis portadores, ninguno de ellos Maestro.

Sabían que estábamos en el meollo. Me quedé quieto como una estatua, esperando que no escucharan el sonido de nuestra respiración o si al gato se le ocurría maullar. Pero no lo hizo. Barbariccia, que nombre tan extraño. Compuse una expresión de confusión. No me sonaba de nada.

También sabemos que dos huyeron de lord Rubicante y parecen dirigirse hacia los distritos cuatro o cinco. Otros dos se encuentran entre el tres y el uno, lord Rubicante debería estar encargándose ahora de ellos.

¿Rubicante? ¿Qué clase de nombre ése? Lo cierto era que me sonaba de algo, pero no cuadraba en qué. Analicé la conversación, y llegué a la conclusión de que esos dos Aprendices habían sido los mismos que nos habían abandonado al principio de todo. La otra parte de la conversación, los que se encontraban entre el tres y el uno, podría referirse tanto a nosotros como a Fátima o a Light. Dado que no nos habíamos cruzado con nadie, deduje que estarían en problemas si el tipo era poderoso.

Dijisteis que eran al menos seis. ¿Dónde están los otros dos?

Les perdimos el rastro después de que provocaran la explosión.

Un alivio súbito y a la vez tenso me invadió. A nosotros nos habían perdido, aunque no por mucho tiempo.

Id a buscadles. Yo me reuniré con Rubicante en el uno.

Sus pasos se alejaron. Me dejé caer contra el muro, agotado tanto psícica como físicamente, y aún no teníamos ni idea de lo que estaba pasando. Miraría a Saeko de reojo, para contarle algo... Algo interesante que se me acababa de ocurrir. Mi mente trabajaba a toda velocidad.

¿Es cosa mía o parece que no saben que estamos aquí? Hablaban como si ellos... Como si ellos no tuvieran la más remota idea de que nos están utilizando para matarnos entre nosotros —explicaría en voz muy baja—. No digo que ellos hayan tenido que ser, pero parecían gente importante, y dado que nos hemos cargado una fuente... Quizá sea la razón por la que nos persiguen.

Si nos quedábamos podríamos estar a salvo durante quizá unos breves instantes pero no demasiado tiempo. Por otra parte podíamos huir a otros distritos. El uno estaba descartado definitivamente. Miré a mi alrededor, quizá lo de los tejados no fuera mala idea después de todo...

Unos maullidos me despertaron del todo, y vi que el gato ya estaba correteando ansioso para que le persiguiéramos. Quizá sí fuera un animal estúpido después de todo. Miraría al gato con gesto de hartazgo, definitivamente harto de que tuviéramos que perseguir al maldito gato.

Vamos a por él. —Echaría a correr para atraparle. Lo vi en medio de la calle, como si nos estuviera esperando... Fruncí el ceño y me dirigiría a Saeko, si me había seguido—: ¿Nos está guiando?

En efecto, nos estaba guiando: había acabado arañando una puerta bajo la campana del Distrito. Me acercaría a ella un momento para empujarla suavemente, sorprendiéndome de que estuviera cerrada. Evalué nuestras opciones, podríamos separarnos, pero no creo que Saeko tuviera muchas ganas de delatar nuestra posición ayudando a los otros, que quizá ya no estuvieran allí.

Puede que sea nuestra única opción. —Me encogería de hombros y miraría a la chica si me había seguido—. Echaré un vistazo.

Intentaría abrir la puerta con un poco más de fuerza, y si no funcionaba... Bueno, tenía la Llave en la mano. Por intentarlo no pasaría nada.

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EDIT: Por la cagada de la puerta. Ya van dos veces que me avisas Astro, una en el Global y una aquí XD. Si te dijera que no volvería a pasar, te estaría mintiendo.
~Un cuarto de hora de risa, equivale a un año más de vida...~


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Prólogo de Simbad
"Bastión Hueco" Choque de culturas (Encuentro)
"Bastión Hueco" Novatos bajo la lluvia (Primer encuentro - Saga Novatos)
"Tierras del Reino" El nacimiento de un príncipe (Trama)
"Islas del Destino" ¡Buscad a mi perro! (Misión)
"Castillo de Bestia" Solos entre lobos (Primer encuentro - Saga Délaissé)
"La Cité des Cloches" Los miserables (Encuentro)
"Villa Crepúsculo" Una visita guiada (Encuentro)
"Selva Profunda" Día de monos (Encuentro)
"Port Royal" Los muertos no cuentan cuentos (Trama)
"Tierra de Dragones" Linda Flor (Misión)
"Bastión Hueco" Novatos bajo el amanecer (Segundo encuentro - Saga Novatos)
"Ciudad de Paso" Lo que vale la pena (Encuentro)
"Ciudad de Paso" The Game Never Ends (Trama)
"Torre de los Misterios" Orden en la Biblioteca (Misión)
"Evento Global" El esclavo del olvido
"Evento Global" Ruta de los perdidos

Evento Halloween 2014
"Especial libre" El laberinto de los corazones
"Especial libre" San Valentín III
"Islas del Destino" Yincana veraniega
"Evento libre" La Mansión Encantada II: La Venganza

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"Ciudad Inexistente" Dos velas para el diablo (Encuentro)
"Port Royal" De copas con la muerte (Encuentro)
"Bastión Hueco" De magdalenas y vicios franceses (Encuentro)
"La Cité des Cloches" Insomnia (Primer encuentro - Saga La Musique du Silence)
"La Cité des Cloches" Somnia (Segundo encuentro - Saga La musique du Silence)
-"Port Royal" El barco que desaparece en la niebla (Misión)
"Tierras del Reino" Donde duermen los gigantes (Trama)
"País de los Mosqueteros" Todos Para Uno (Trama)
"Ciudad de Paso" Un nuevo Crepúsculo (Trama)
"Ciudad de Halloween" El ataque de Boogieman (Trama)
"La Cité des Clochés" Fuego Infernal (Trama)
"Espacio Profundo" Planta 313 (Encuentro)
"Mundo Inexistente" Pasajes Oscuros (Trama)
"Tierra de Partida" Penúltima Parada (Encuentro)
"Evento Global" El principio del fin
"Atlántica" Perdona pero quiero casarme contigo (Encuentro)

"Especial libre" El laberinto de los corazones II: Escape
"Especial libre" World War Christmas
"Especial libre" El San Valentín está aquí
"Especial libre" ¡Exámenes finales
"Especial libre" La inocencia perdida
"Especial libre" Misión: Salvar la Navidad

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"Tierra de Partida" Examen de Maestría (30 Diciembre 1013)
"Jardines de Tierra de Partida" Doomsnight (Libre) (31 Diciembre 2013)
"País de las Maravillas" El último regalo (Minitrama) (Julio 1014)
"Jardines de Tierra de Partida" El Regreso (Libre) (Finales de Marzo de 1017)

Saga final:

"La Cité des Clochés" Santuario (Trama)
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Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Light » Jue Sep 03, 2015 11:51 am

Logró huir de Crow —aunque fue incapaz de evadir su rayo— y colocarse detrás de Clío. Por suerte ella no pudo esquivarle y el Golpe Contundente bastó para noquearla. Indudablemente se alivió. Si no hubiera llegado a tiempo Fátima quizá estaría muerta.

Debería estar bien, solo la he dejado inconsciente —aclaró apresurado mientras su compañera le tomaba el pulso.

Fátima le dio las gracias y le pasó el éter que había dejado caer su copia digital (ahora que se fijaba no eran idénticas, puesto que Clío parecía más adulta). Light aceptó el objeto y se lo bebió sin más dilación. Había gastado demasiada magia en aquel momento y quizás la necesitara pronto.

Vámonos, rápido.

Light… —Dedujo por el tono de la chica que no estaba dispuesta a dejar allí a su copia virtual. Light se quedó pensativo y se preguntó si traerla con ellos era lo correcto. Por un lado supondría una molestia a la hora de correr, pero por otro… quizás ella tenía las respuestas a sus preguntas.

Vale, pero deberíamos desarmarla —recomendó, con el pulso acelerado todavía. Todo lo que les estaba pasando era una locura: las copias virtuales, sus aliados, habían intentado matarles.

Una vez la hubieran maniatado y dejado sin armas cargaría con la mujer sobre sus hombros. Teniendo en su cuenta su gran fuerza esto no debería suponer ningún problema.

Ya podían ponerse en marcha hacia el Distrito 1.

¿Dónde están los demás? —preguntó Fátima—. ¿Tú estás bien? ¿Qué ha pasado?

Yo estoy bien, de los demás no sé nada. —Se volteó un momento y echó un rápido vistazo atrás antes de abandonar apresuradamente aquel distrito—. Crow me atacó, logré dejarle atrás. Dijo… que era él o yo, y que era otra copia de Light —declaró, con un nudo en la garganta. Era simple y llanamente imposible.

Gracias a la Llave Espada de Fátima —emplearía también la suya si era necesario— pudieron atravesar una puerta y salir del distrito. Hizo desaparecer su arma legendaria para no llamar la atención y deseó que no volviera a materializarse sin su voluntad.

«¿¡Pero qué…!?», soltó una exclamación sin poder evitarlo y se paró en seco.

Apenas habían dado unos pasos cuando unas llamas les rodearon.

Me temo que no puedo dejar que os marchéis.

Un miembro de los Villanos Finales había sido el responsable de encerrarles en el fuego. Light le reconoció a simple vista, solo conocía a un demonio que se atrevía a llevar aquella capa tan llamativa y ridícula. Uno que le causó bastantes problemas en Villain’s Vale. Sobre las barandillas no se hallaba otro que…

Rubicante —pronunció su nombre con tirria. ¿Por qué tenía que aparecer en ese momento?

Primero me encuentro con una pareja de portadores que consigue escapar de mí, y ahora me encuentro con los culpables de la explosión de hace unos minutos. —Light le dirigió una mirada confusa, no podía hablar en serio. ¿Y de qué Portadores hablaba, quizás de Maya y Alec?—. Otros dos portadores de la llave espada. Desde luego, esta noche está resultando interesante.

¡Tenemos visita, qué divertido! —No tardaron en oír la risa de cierto payaso trastornado.

«Oh no. El que faltaba».

Sobre la puerta del Distrito 3 se encontraba Kefka, un lunático y cutre payaso que también les causó quebraderos de cabeza en el pasado. Les observaba con una sonrisa de lo más escalofriante mientras devoraba su fruta.

Parecía que sus antiguos enemigos se habían puesto de acuerdo para acorralarle, aquello no podía ser más frustrante.

Lord Kefka, no le esperaba hoy. —Se inclinó ante el arlequín.

Bah, sólo estaba de paso cuando me he enterado de la fiesta que teníais montada. ¡Y no me habíais avisado! Qué desconsiderados...

Ha sido todo muy repentino. Al menos seis portadores de la llave espada, todos aprendices, han cometido distintos actos violentos por la ciudad, llegando a hacer volar un edificio del tercer distrito. No hemos sido capaces de predecir este comportamiento tan... errático e inesperado de ellos.

Light intercambió miradas nerviosas con Fátima. Rubicante estaba bien informado, demasiado bien. Seguramente algún vecino del Distrito 3 le había dado aquellos detalles (¿no mencionó uno de ellos a los Archidiablos?).

Realmente estaban jodidos. Light normalmente hubiera reaccionado ante aquella situación, habría intentado escapar mientras estos dos charlaban. Pero ahora cargaba a Clío y la desventaja era obvia. Tampoco podían subestimar a Kefka, después de todo había llegado a presenciar su magia peligrosa. Y Rubicante también suponía un problema con sus llamas.

¡Los pequeños aprendices han perdido la chaveta, jijiji! —Hizo arder su manzana antes de llevársela a la boca—. Y dicen que yo soy el loco.

«Y es que lo estás».

Hablad. —Rubicante provocó que el círculo de fuego se empequeñeciera. Light, con el sudor en la frente, apretó los dientes y se pegó a su compañera—. ¿Cuáles son vuestras intenciones? ¿Cuántos sois? ¿A qué orden de la llave espada pertenecéis? Si cooperáis, no os haremos daño.

Al menos no demasiado. —Aquel comentario no le alivió precisamente.

Light volvió a pensar fríamente sus opciones. Ambos estaban heridos y él cargaba con alguien inconsciente, por lo que no podría correr tan rápido como quisiera. Además tendrían que lidiar con esos Villanos Finales, que no les quitaban la mirada de encima.

Respiró hondo, e intentó mostrarse tranquilo: no conseguía nada poniéndose nervioso. No había una forma segura de huir, así que no valía la pena arriesgarse. De momento solo se le ocurría una cosa: ganar tiempo simplemente, mientras sus enemigos quisieran información de ellos no les matarían. Con suerte, si les subestimaban tarde o temprano se separarían —y sería mucho más fácil lidiar con uno solo, incluso si era Kefka el que se quedaba para vigilarles— o sucedería un milagro que les permitiría escapar, a saber.

Ahora, ¿debían responder con total sinceridad las preguntas de Rubicante? Inseguro, decidió dejar que su compañera les contestara.

Estamos buscando a nuestra compañera de Tierra de Partida. Somos tres, aunque sabemos que hay otros tantos aprendices de Bastión Hueco. Ella es una antigua compañera, aunque ahora no lo tenemos tan claro. Creemos que hay un Caballero que nos ha tendido una trampa, dejándonos diversas pistas por la ciudad, y estamos buscándolo también. —Light supo de inmediato a quién se estaba refiriendo, su único sospechoso. Fue una buena idea asegurar que tenían pistas (y no era ninguna mentira): si les interesaba a los villanos perseguir a la persona de la que hablaba Fátima entonces no les matarían tan rápido—. Se llama Andrei. Cooperaremos, no tenemos motivos para enfrentarnos a vosotros.

Fátima dejó el sablepistola en el suelo y alzó las manos, mostrándoles que no sostenía ningún arma y dejando claro que no pensaba resistirse. Light, por su parte, ya había desmaterializado su llave antes de entrar al distrito y seguía cargando con Clío: no podría defenderse de sus ataques aunque quisiera.

Nosotros no somos los culpables de esa explosión, eso os lo puedo asegurar —aclaró, dirigiendo miradas serias a ambos villanos—. ¿No os parece raro? ¿Qué ganaría nuestra Orden con eso, o nosotros? Claramente hay alguien más detrás de todo esto —aseguró contundente, intentando sonar creíble. Fátima le asestó un codazo: quizás había sido demasiado agresivo en su afirmación. Quería mostrarse seguro para convencerles con mayor facilidad.

Tragó saliva. Ahora solo quedaba escuchar lo que tenían que decir y actuar en consecuencia. Serio, y sin ningún ápice de miedo en el rostro, aguardó su respuesta. En el fondo estaba muy nervioso.

No esperaba que les dejaran marchar tan fácilmente. Ni de coña. Lo sabía porque ya se había enfrentado a ellos en el pasado, les conocía.

Un Reaper’s Game con Villanos Finales… Esto prometía.

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Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Tsuna » Sab Sep 05, 2015 12:03 am

Pudimos salir los dos de la habitación sin problemas. Simbad se encargó de cerrar la puerta y yo mientras le expliqué sus dudas sobre el Reaper’s Game y Andrei: creó copias de todos nosotros y las utilizó a costa de sus vidas para cumplir sus objetivos, luego perdió el corazón y desapareció. Precisamente, la última vez que lo había visto fue en La Red, cuando se quedó a solas con la programa llamada Trece. Lo hecho, hecho estaba, no valía de nada arrepentirme. E igualmente tampoco me importaba mucho, Andrei no había vuelto a ser un problema después de esa experiencia.

Bajamos unos pocos escalones y, de pronto, la puerta que daba a la calle se abrió poco a poco. Me tensé por instinto y me mordí el labio inferior, temiendo que fuese algún ciudadano que se atreviera a delatarnos, pero no, estaba muy equivocada. Para nuestro asombro, se trataba del gatito, el que había muerto en la explosión de antes, o eso pensaba yo. Porque era imposible que un animal sobreviviese a semejante bomba.

Menos mal, pensé que estaría herido.

Yo pensé algo mucho peor. —musité, intentando no decirlo muy alto, no se fuera a hacer verdad pero con los tres.

Lo importante es que nuestro tercer compañero estaba a salvo: igual logró escapar en el último momento por algún hueco, todo era posible.

Ignorando la estocada sin sentido que había dado Simbad al supuesto enemigo imaginario que nos había pillado, pudimos volver al segundo distrito sin problemas. No nos salió nadie al paso, a diferencia de cuando habíamos empezado el juego, cuando nos emboscaron sincorazón e incorpóreos por todos lados. Y tan enfrascada estaba admirando el paisaje —ya que Simbad no decía nada—, que pegué un respingo al escuchar unas voces.

Me escondí casi de inmediato, alertada. Simbad pensó lo mismo que yo y ambos quedamos a salvo. Por el gato no me preocupaba, a fin de cuentas, que maullase o hiciese ruidos no delataba a nadie, era un animal cualquiera de los muchos que podía haber en la ciudad. Por lo pronto me mantuve pegada a la pared, intentando quedarme con todo lo que decían.

Al parecer dos personas hablaban con una supuesta Barbariccia. Esta nos estaba buscando y nos tenían hasta contados, en efecto, éramos seis los que habíamos empezado aquel juego, a excepción del gatito. Luego estaban los dos que habían escapado de un tal Lord, y ahora iban a los distritos cuatro o cinco: Alec y Maya, vamos. Además había otros dos, Light y Fátima suponía, que habían ido a parar al primer distrito y estaban teniendo problemas. La nombrada Barbariccia comentó que iría a apoyar al Lord que vigilaba el distrito en cuestión.

Y lo mejor de todo es que no sabían dónde estábamos nosotros. Sonreí de alivio cuando se terminaron por marchar, menuda suerte estábamos teniendo.

¿Es cosa mía o parece que no saben que estamos aquí? Hablaban como si ellos... Como si ellos no tuvieran la más remota idea de que nos están utilizando para matarnos entre nosotros —le dirigí una mueca confusa al chico, porque no entendía la parte de “matarnos entre nosotros”. Simplemente nos habían tendido una trampa, eso era todo. En ningún momento me había visto obligada a matar a nadie, al contrario, casi fui yo la que terminó convertida en ceniza—. No digo que ellos hayan tenido que ser, pero parecían gente importante, y dado que nos hemos cargado una fuente... Quizá sea la razón por la que nos persiguen.

No, nos persiguen porque somos Portadores —musité, todavía en el sitio. Me asomé un poco para ver si había alguien a la vista, y luego volví a retroceder para explicarme—. Nos pidieron romper la fuente para dar mala imagen, ¿te acuerdas de cómo nuestras Llaves se invocaron solas? Están jugando con nosotros.

Pero a Simbad y a mí nos habían perdido la pista. Fuesen los archidiablos, el Lord, Barbariccia o los incorpóreos, ¡nadie sabía dónde estábamos! Menuda suerte. Pero la sensación de victoria no me duró mucho, más que nada porque… ¡Cachis! ¡El gato me estaba mordiendo en la pierna! Moví con algo de violencia mi cuerpo para que se apartara, ¿a qué había venido eso?

Mosqueada vi como Simbad corría detrás del gato para atraparlo. No había nadie peligroso a la vista, así que yo también salí del escondite improvisado que nos habíamos montado y los alcancé.

¿Nos está guiando?

Ni me molesté en responder cuando el gatito salió disparado de nuevo a una puerta en concreto, que empezó a arañar con saña. Me había mordido para que le hiciera caso y le siguiera hasta allí dentro… Y tenía que admitir que le empezaba a tener fobia a los lugares cerrados. Por un instante se me pasó la descabellada idea de que el gato fuese una nueva bomba, que íbamos a entrar allí para no volver a salir jamás. Pero la situación en la calle tampoco me tenía muy convencida: ¿buscar a Fátima, ayudarla y continuar corriendo por la ciudad?

No, ya había corrido, volado y sufrido suficiente esa noche. Lo sentía muchísimo por ella.

Simbad intentó abrir la puerta, pero esta se encontraba cerrada. Cruzada de brazos me acerqué, viendo cómo volvía a intentarlo con más fuerza, y en caso de no funcionar, emplearía la Llave Espada.

Puede que sea nuestra única opciónSí, nuestra única opción de salir corriendo cuanto antes. Echaré un vistazo.

Ten cuidado. —le susurré, preocupada. Creo que estaba claro a lo que me refería, ¿no?

Esperaría a que tanto el gatito como Simbad entrasen dentro. En un primer momento echaría un vistazo al interior, sin cerrar la puerta, en busca de algo que me indicara que ese sitio era una trampa mortal. De no encontrarlo, volvería tras mis pasos y cerraría la puerta con la Llave Espada, para dejarla tal y como estaba. No quería que un diablo de aquellos nos encontrase por sorpresa.

Y como estaba cansada de correr, me vino una idea a la mente. Quería pensar que había estado lo suficientemente asustada como para no haber pensado con la debida claridad, y me había venido a la cabeza en ese momento. Tampoco pensaba ponerla en práctica de inmediato, a fin de cuentas estábamos encerrados y puede que a salvo, pero igual Simbad opinaba como yo.

Oye, Simbad. ¿Y si usamos el glider para salir de aquí y volver a casa?

Solo quería escuchar su opinión, y como estábamos en una zona interior tampoco iba a poner en práctica la idea. Pero no nos iría viniendo mal tener unos cuantos planes bajo la manga.
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Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor LightHelco » Lun Sep 07, 2015 1:47 am

Entre los cuatro pudimos derrotar sin problema alguno al Sincorazón. Tras terminar me acerqué a los dos jóvenes, ya que parecía que el hecho de haberles ayudado en la batalla les había sorprendido de cierta manera.

Vaya, yo... No sé qué decir. Gracias, a los dos —agradeció Shiki de forma tímida, pero mirándome directamente a los ojos, algo que no había hecho hasta entonces.

No hace falta que me lo agradezcas, Shiki —le sonreí amablemente —. Ya dije que te protegería y ayudaría en todo.

Nuestra actuación había llamado bastante la atención de Neku, el cual empezó a aceptar la posibilidad de que no fuéramos copias digitales, no unas tan vulgares como las que describió debido a que habíamos sido capaces de ir a ayudarles. Me alegraba saber que no iba a volver a intentar ahogarme, aun me dolía el cuello.

¿Cómo habéis llegado aquí? Es decir, ¿qué hacéis en Ciudad de Paso? ¿Lo recordáis? —preguntó finalmente el chico intrigado por nuestra presencia.

Ni nosotros lo sabemos, Neku —fue la rápida respuesta que le di y realmente era cierta, no teníamos ni idea de porque estábamos allí —. Nos despertamos dentro de unas habitaciones con un móvil que nos decía que estábamos en el Reapers’ Game nuevamente. No conocemos a la persona que nos ha raptado ni tampoco el cómo nos trajeron —me llevé una mano a la cabeza intentando recordar cualquier detalle —. Está todo en blanco. Tengo una ligera idea de quién podría estar detrás de nuestro Reapers’ Game, es la única persona que conozco que tendría razones para raptar Portadores de la Llave Espada y meterles en esto nuevamente.

Le dejé a Maya hablar por si la niña quería añadir el hecho de que éramos más y quienes. Seguramente a Neku le interesaba saber que Fátima también se encontraba en Ciudad de Paso, pero al contrario que Shiki, no estaba muy seguro de como se sentiría hacia su antigua compañera sabiendo lo que le hizo.

Tampoco tuvimos mucho tiempo más para charlar, ya que de golpe escuchamos ruidos metálicos a nuestras espaldas. Al girarme descubrí que el Sincorazón no había muerto y que estaba cambiando de posición todas sus piezas dándole un aspecto muchísimo más fiero.

Neku consiguió repeler el ataque del monstruo a tiempo y permitirnos prepararnos para el segundo asalto… si no fuera porque la situación iba a empeorar aun más. Desde la parte alta de la calle, se dejó ver a un hombre armado y seguramente acompañado por otros cuantos por cómo habló.

Maldita sea, ¿esto no puede ir a peor?

Nos habían descubierto y era cuestión de tiempo que un Villano Final nos atrapara. Neku insistió en que huyéramos tanto Maya como yo, pero aquello significaba dejarles a solas con el Sincorazón y posteriormente con el Villano y sus súbditos que les interrogarían para saber a dónde habíamos huido. No, no podía dejar que les hicieran daño.

No vamos a huir Neku, no al menos yo —le dejé claro desenfundando mi espada y preparándome para luchar —. Esos tipos nos quieren a nosotros, si saben que nos ayudáis sufriréis de la misma forma. Maya, tengo una idea aunque sea una locura —llamé a la brujita mientras analizaba al enemigo —. En cuanto derrotemos al Sincorazón quiero que te lleves a Neku y Shiki de aquí, yo entretendré a los Villanos Finales y me reuniré más tarde con vosotros.

>>No te preocupes por el que puedan capturarme, aun tengo algo de magia y un conjuro de invisibilidad, ¿recuerdas? —añadiría sonriente para calmar a la joven si intentaba detenerme, después de todo ella ya había podido disfrutar de las mil y una ventajas de ser invisible.

Además había una razón más por la que quería acercarme al Villano Final y es que posiblemente pudiera saber acerca del Reapers' Game y la persona tras esta, porque estaba seguro que debía ser otra vez. Pero ahora debía centrarme en el combate.

Maya, ataca a los brazos, pueden aplastarnos sin problemas —le indiqué a la joven apuntando a una de las manos con la espada.

Yo por mi parte iría hacia sus nuevos pies, teniendo que usarlos a ras del suelo las garras no eran tan amenazantes como antes, por lo que podría usar mi agilidad para propinarles varios tajos e impedir que asistieran en ayuda del resto de partes del cuerpo.
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Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Zodiark » Mar Sep 08, 2015 4:27 am

¡Se acabó!

De un tajo, rematé a la bestia metálica, liberando su corazón, que voló al cielo. Suspiré aliviada mientras hacía desaparecer la Llave Espada y me acerqué a Neku y Shiki. Tenía algunas preguntas para ellos.

Vaya, yo... No sé qué decir. Gracias, a los dos.

No hace falta que me lo agradezcas, Shiki. Ya dije que te protegería y ayudaría en todo.

Por mi parte, también dediqué una sonrisa amable a la chica, dándole a entender que podían... no, que debían confiar en nosotros. Si ellos también estaban en el juego, lo mejor sería colaborar todos juntos. Eso es algo que la Maya digital, y por extensión yo misma, aprendimos durante el primer Reaper's Game.

No hay de qué, pero por favor no volváis a intentar eliminarnos —bromeé, intentando quitarle hierro al asunto.

Esto es muy raro. Lo que han hecho no es normal. Joshua no debería ser capaz de crear copias tan complejas, no al menos fuera de un mundo virtual. Estos dos no tendrían que habernos ayudado, sino haber salido corriendo.

Escuché a Neku con atención y curiosidad. Cuando nombró a Joshua, sentí cierta rabia e impotencia en mi interior. La incertidumbre me crispaba los nervios. Quería respuestas cuanto antes, pero antes de lanzarme a hacer preguntas preferí esperar para escuchar lo que Neku y Shiki tenían que decir.

Quieres decir... ¿Que podrían ser los reales?

Me observé las manos, extrañada, y luego me toqué el pelo y las mejillas con insistencia, como intentando buscar algo que faltase. No, definitivamente todo estaba en su sitio.

Yo me siento muy real.

¿Cómo habéis llegado aquí? Es decir, ¿qué hacéis en Ciudad de Paso? ¿Lo recordáis?

Tras la respuesta de Alec, miré a Neku y después a Shiki, para volver a mirar al chico de los cascos. Era el momento de preguntarlo, por fin.

¿Joshua está detrás de este nuevo Reaper's Game? —pregunté, sin rodeos—. Además, has dicho algo sobre crear copias fuera de un mundo virtual. Eso significa que esta es la verdadera Ciudad de Paso, ¿no?

»En cualquier caso, nuestra misión ahora mismo es sobrevivir hasta que el contador llegue a cero. Vuestra ayuda nos vendría muy bien si las cosas se tuercen. Aunque estoy preocupada por los demás —hice una pequeña pausa, cayendo en la cuenta de que ellos seguramente no sabían que algunos de los jugadores del primer juego se encontraban en nuestra misma situación—. ¡Oh, supongo que no lo sabéis! No hemos llegado solos. Además de nosotros dos, también participan en este juego Light, Saeko, un chico cuya copia no participó en el anterior Reaper's Game... y —miré a los ojos a Neku, era más que probable que una de las jugadoras le interesase en especial— Fátima. La verdadera Fátima.

Antes de poder proseguir con la conversación y obtener las respuestas que buscaba, noté que algo se precipitaba sobre nosotros. Por un pelo, pude esquivarlo dando un pequeño salto hacia atrás, y por suerte los otros tres también parecían estar bien. Pronto vi que aquella cosa era nuestro anterior enemigo.

¡Qué pesado eres!

Las extremidades que levitaban alrededor del cuerpo de aquel Sincorazón intercambiaron posiciones, y además su casco, tras dar un grio, se abrió, mostrando un rostro oscuro adornado con dos luminosos ojos amarillos, al mismo tiempo que su cuerpo también se ponía del revés. Era sin duda el mismo monstruo, pero solamente con aquel cambio parecía mucho más siniestro y poderoso.

Tras su primer golpe, que fue repelido por una de las barreras de Neku, invoqué mi Llave Espada, preparada para pelear. Pero no pude lanzarme al ataque, porque la compañía parecía ir en aumento.

¡Los hemos encontrado, están aquí! —escuché decir a una voz de hombre, justo cuando iba a lanzarme a por el Sincorazón. Al mirar de dónde procedía, vi que se trataba de un hombre armado y equipado con una armadura—. ¡Avisad a lord Cagnazzo, los aprendices están aquí! ¡Rápido!

"¿Lord... Cagnazzo?"

Fuera quien fuese, como jugadores que éramos prácticamente cualquiera era un enemigo. Y, teniendo en cuenta que en teoría en aquella ciudad había un toque de queda en aquel momento, y aquellas personas estaban en la calle deambulando, posiblemente estarían en el mismo bando que Rubicante.

¡Marchaos! —gritó Neku—. ¡Si los Villanos Finales os cogen dará igual que seáis copias o no, os matarán! ¡Nosotros nos ocupamos de esto!

Tal y como sospechaba, el tal Lorg Cagnazzo se trataba de un Villano Final. No me sorprendía, después de que Rubicante nos pillase, era cuestión de tiempo que nos intentasen dar caza.

Otra maldita vez esos mamarrachos... Qué pesados.

El Sincorazón golpeó a Shiki, y Neku corrió a ayudarla. Huir o luchar, teníamos que decidir rápido. Pero, en cualquier caso, no iba a separarme de Neku y Shiki. Necesitaba respuestas, y teníamos que unir fuerzas si queríamos superar otra vez aquel maldito juego.

No vamos a huir Neku, no al menos yo. Esos tipos nos quieren a nosotros, si saben que nos ayudáis sufriréis de la misma forma. Maya, tengo una idea aunque sea una locura —tragué saliva, observando al chico. A veces era muy impulsivo, por lo que me daba miedo lo que fuera que tenía en mente—. En cuanto derrotemos al Sincorazón quiero que te lleves a Neku y Shiki de aquí, yo entretendré a los Villanos Finales y me reuniré más tarde con vosotros.

>>No te preocupes por el que puedan capturarme, aun tengo algo de magia y un conjuro de invisibilidad, ¿recuerdas?

Bueno, confiaré en tu plan por ahora. Tendrás que ir con mucho cuidado, y como en un cuarto de hora no hayas dado señales de vida iré a buscarte, ¿queda claro?

»¡Neku, Shiki! —llamé a los chicos—. ¡Acabemos con esta cosa cuanto antes y huyamos juntos! ¡Encargaos del cuerpo y la cabeza!

Con la Llave Espada en ristre, di un par de saltos para colocarme tras la bestia. Teníamos que ser rápidos, antes de que los Villanos Finales llegasen Neku, Shiki y yo teníamos que estar ya lejos de allí. Así pues, utilizaría toda mi agilidad para repetir la estrategia del enfrentamiento anterior. Golpearía una y otra vez los pies, que ahora actuaban como manos, del Sincorazón, alejándome de un salto hacia atrás después de cada ataque. En cuanto acabásemos con nuestro enemigo, desmaterializaría mi arma y agarraría a Neku y Shiki de una muñeca y les arrastraría lejos de allí, dejando a Alec atrás y deseando suerte al muchacho. No tenía una gran seguridad en que Alec saliera bien parado de aquella situación, pero éramos compañeros, si queríamos superar el juego debíamos confiar el uno en el otro. De todas formas, si el chico se demoraba mucho no tardaría en ir a buscarle yo misma.
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Ronda #7 - The Game Never Ends

Notapor Astro » Mié Sep 09, 2015 9:02 pm

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Fátima & Light


¡Blablabla! ¡Excusas! —estalló Kefka, después de oír las explicaciones de los aprendices—. ¡Acabemos con ellos de una vez!

El arlequín se puso de pie de un salto, haciendo aparecer un Electro en cada mano y sonriendo con maldad.

Espere, Lord Kefka. Recuerde que son caballeros de la llave espada, él querrá encargarse personalmente de ellos.

Oh, ¡cierto! —Hizo desaparecer los conjuros, sentándose de nuevo mientras hacía pucheros—. Bueno, al menos podré ver el banquete en primera persona. Hace mucho que no se come el corazón de ningún aprendicillo, ¿verdad?

Rubicante bajó de las barandillas con agilidad, acercándose al círculo de llamas con tranquilidad. El fuego, por supuesto, ni le molestaba.

El Emperador se encargará de vuestro juicio. Mi pésame.

Mientras el payaso se retorcía a carcajada limpia, el diablo de fuego rebuscó en su capa hasta dar con lo que quería: un par de esposas.

Soltad todas las armas que llevéis encima y extended los brazos al frente, procederé a esposaros. Si no hacéis ninguna tontería, nadie saldrá herido. —Hizo un gesto hacia Clío, todavía en la espalda de Light—. Déjala a ella también en el sue...

No llegó a terminar la frase. Todo ocurrió muy deprisa, en cuestión de segundos, y resultó bastante confuso para la pareja de aprendices. Primero, sintieron un fuerte pinchazo en la nuca, como si alguien les hubiera pinchado con algo, pero si se pasaban la mano por la zona notarían que no tenían nada extraño en la piel. Pero no pudieron examinarse demasiado, porque de golpe todo su cuerpo dejó de obedecerles.
Fátima y Light (con Clío todavía encima) cayeron al suelo sin opción de resistirse, inmovilizados de cuello para abajo. Por encima de ellos, bailando entre las llamas que les rodeaban, llegaban a ver y a oír que Kefka y Rubicante estaban peleando contra algo que se salía de su visión.

Al mismo tiempo que unas sombras empezaban a rodearles, sus ojos se cerraron poco a poco. Por algún motivo, perdían el conocimiento, y no podían hacer nada para evitarlo.

Sin más, la oscuridad se apoderó de ellos.

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Simbad & Saeko


Con un toque de la llave espada, la puerta se abrió. A diferencia de la última vez que entraron en un edificio de aquel mundo, ninguna trampa les esperaba. De verdad de la buena. Era una habitación llena de artilugios y cachivaches de colores chillones y formas peculiares, la mayoría interconectados entre sí, que hacían mucho ruido al funcionar.

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El gato, por supuesto, siguió guiándoles a maullido limpio hasta un rincón de la habitación, insistiendo bastante si no le hacían caso. Incluso llegaría a arañar a Simbad si ninguno le obedecía. Allí, encontraron una pequeña trampilla de madera bastante escondida. Si intentaban abrirla, descubrirían que estaba cerrada, y extrañamente tampoco serviría un toque de la llave espada.

No del todo, al menos. El contacto del arma legendaria con la madera causó que una pequeña pantalla digital surgiera de la nada, justo encima de la trampilla. En ella, podían distinguir un teclado en la parte inferior y una pantalla en la superior que decía: INTRODUCIR CONTRASEÑA.

Ni Saeko ni Simbad tuvieron la ocasión de probar a introducir ninguna contraseña. Un fuerte e inesperado pinchazo en la nuca (aunque, si se tocaban la piel, no notarían nada allí) les dejó tirados en el suelo, incapaz de moverse: estaban inmovilizados de cuello para abajo. En menos de un minuto, sin oportunidad de resistirse, el sueño se apoderó de ellos.

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Alec & Maya


Sí, hemos estado jugando con Joshua al mando para conseguir volver a Shibuya —respondió Neku a las preguntas de Maya—. Y claro que estamos en la auténtica Ciudad de Paso.

De vuelta a la batalla, si esperaban que derrotar a la nueva armadura fuera tan fácil con en la ocasión anterior, no podían estar más equivocados. La ahora Armadura Inversa no sólo era más fuerte que su versión normal, sino también más resistente. Y sin llegar a utilizar habilidades, ni Maya ni Alec consiguieron una ventaja clara contra el sincorazón.

Afortunadamente para ellos, Neku y Shiki apreciaron bastante que se quedaran a ayudarles en apuros. Cuando vieron que empezaban a perder la pelea, ambos volvieron a utilizar un nuevo ataque conjunto, agrandando al peluche de Shiki y arremetiendo con violencia contra el sincorazón y destruyendo sus extremidades. Con un golpe conjunto de Alec y Maya, el torso también fue barrido del mapa: habían ganado.

Aunque cansados y con heridas, claro. No perdieron el tiempo: Maya intentó agarrar a Shiki y Neku para sacarlos de ahí mientras Alec hacía de cebo, pero habían tardado demasiado en derrotar a la armadura. Una ola enorme de agua surgió de repente a sus espaldas, bloqueando el camino de salida. Entre que la zona era más estrecha de lo habitual y la velocidad con la que venía, no pudieron apartarse ni bloquearla.

La ola barrió a los cuatro jóvenes, separándolos. Arriba, en una de las pasarelas, una enorme figura azul reía mientras provocaba que el agua de los conductos de la zona se elevara en el aire, cargando un nuevo ataque. La cosa se ponía muy fea. Sobre todo, cuando Maya y Alec notaron que no podían levantarse del suelo.

Por algún motivo, de cuello para abajo estaban completamente inmovilizados. Habían notado un pinchazo en la nuca mientras el agua les arrastraba, pero dada la situación era muy probable que ni se hubieran fijado o incluso hubiera pasado desapercibido para ellos. Pero ahora, yacían en el suelo incapaz de moverse. Y la cosa fue a peor, porque los ojos se les cerraba sin poder remediarlo... Por no añadir que unas sombras surgían del suelo, rodeándoles cada vez más.

¡Alec! ¡Maya!

Shiki se había conseguido poner en pie, y miraba con ojos de terror a ambos en el suelo. Intentó echar a correr para alcanzarlos, pero no llegó a tiempo. Las sombras se tragaron a los dos aprendices, mientras ellos se sumían en un profundo e involuntario sueño.

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TODOS


No fue un sueño placentero para nadie. Sobre todo para cinco de los aprendices. Light, Alec, Saeko, Fátima y Maya tuvieron que combatir contra sus pesadillas personales.

Light tuvo que repetir una y otra vez una pelea sin fin contra su propia réplica malvada, Dark Light. Una pelea que siempre acababa con el verdadero Light empalado en una pica eléctrica, como le había sucedido a su copia durante los sucesos de Datastream, antes de volver a empezar.
La pesadilla de Alec fue igual de dolorosa, incluso más: una y otra vez, en bucle, vivió cómo un Andrei Saavedra le arrancaba el corazón, recriminándole que lo hiciera con él.
Saeko no tuvo dolor, pero sí revivió un horror personal. Erased Data había vuelto, y reclamaba el cuerpo de la aprendiza. La chica corría y corría, pero el monstruo siempre la alcanzaba una y otra vez. Visiones de ella misma, poseída, matando a sus seres queridos la atormentaban antes de despertar y volver a huir de Erased de nuevo.
En la de Fátima, ella lo perdía todo. Su mayor secreto había sido revelado al público, Malik había roto con ella y había sido expulsada de Tierra de Partida por mentirosa. Al final, acababa abandonada en Ciudad de Paso donde Andrei Saavedra la recibía con los brazos abiertos, sólo para apuñalarle en el corazón al abrazarla.
Para Maya, ella tuvo que vivir cómo bajo sus pies surgían miles de brazos negros que agarraban sus piernas y brazos, arrastrándola hacia un agujero surgido de la nada hecho de pura oscuridad. Podía pelear y resistirse, pero al final siempre acababa cayendo en el interior, solo para despertar de nuevo en la misma situación. El Exilio la reclamaba.

Simbad, en cambió, fue el único que despertó realmente. Sentía malestar por todo el cuerpo y le dolía la cabeza, pero por lo demás estaba bien. Se encontraba tumbado en un frío metal, y las distintas luces artificiales repartidas a su alrededor le cegarían al principio. Era un sitio enorme, gigantesco, con innumerables de estanterías llenas de correo hasta los topes. Miles, quizás de millones de paquetes estaban distribuidos en una ingente cantidad de plantas que llegaban hasta el techo, a muchísimos metros sobre su cabeza. Había incluso vagones que viajaban sobre raíles, divididos en múltiples colores dependiendo del camino que tomaban.

Estaban en la oficina de Correos de Ciudad de Paso.

Les habían dejado en un rincón de ella, donde no llamaban la atención, todos tumbados en el suelo. Simbad vería que sus cinco compañeros de juego se revolvían en sueño e incluso que alguno gritaba, como si lo estuvieran pasando mal. Con solo tocarles un poco, podría despertarlos y sacarles de sus pesadillas personales.

Cuando todos se hubieran recuperado, y tal vez hablado entre ellos para ponerse al día, verían que en sus móviles les esperaba un mensaje que había llegado mientras dormían. Incluso a Alec, que por algún motivo volvía a tener un móvil en su bolsillo:

INFRACCIÓN DE LAS REGLAS DETECTADA.

SEGUNDA MISIÓN INVALIDADA.

TRAMPOSOS.


Lo único positivo de todo, aparte de que en algunos casos habían podido dejar atrás a Villanos Finales, era que estaban como nuevos. Aunque las cabezas les dolían y tenían malestar general, sus heridas y sus energías habían vuelto al completo. También mantenían los distintos objetos curativos que habían encontrado hasta ahora. Ahora, la parte mala: Clío y su sablepistola habían desaparecido sin dejar rastro, igual que el gato de Simbad y Saeko.

Volvían a estar casi como al principio. Pero no pasarían ni cinco minutos (en los que era bastante aconsejable que intercambiasen información entre ellos) antes de que volvieran a reclamarles sus móviles:

TERCERA MISIÓN.

LLEGA HASTA EL DISTRITO 5 ANTES DE QUE SE ACABE EL TIEMPO.

SUERTE.


Un nuevo escozor en las palmas de sus manos indicaba el tiempo disponible: ocho minutos. Si querían seguir jugando, ya sabían lo que debían de hacer. Sin embargo, hubo algo más curioso. Una fuerte vibración en un bolsillo llamaría la atención de todos: el bolsillo de Fátima. El móvil roto que había encontrado al principio en el hotel ahora se había encendido, y tenía algo escrito en la pantalla, aunque algo borroso:

VE AL DISTRITO 2.

J.


Duró apenas unos segundos, antes de que volviera a apagarse y a ser tan inútil como antes. Qué misterioso todo.

Aunque con muchísimos interrogantes, las cartas estaban sobre la mesa: ¿qué haría cada uno? ¿Cumplir con la misión? ¿Ir al segundo distrito como había dicho el misterioso mensaje? ¿Marcharse por su cuenta a buscar a algún conocido, tal vez?

08:00
07:59
07:58



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Salud y PH restaurados al completo para todos.
En la parte de las pesadillas, podéis narrarla con libertad mientras sigáis las pautas dadas.

Light Hikari
PH: 44/44
Inventario:
· Poción x1
· Éter x1

Alec Ocus
PH: 34/34

Simbad
PH: 24/24
Inventario:
· Poción x1

Saeko
PH: 28/28
Inventario:
· Poción x2
· Éter x1

Fátima Laforet
PH: 50/50
Inventario:
· Poción x1

Maya Zawrid
PH: 34/34

Fecha límite: lunes 14 de septiembre.
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