[Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Light Hikari, Alec Ocus, Simbad & Saeko + Fátima Laforet & Maya Zawrid

La aparente traición de Tierra de Partida en un acuerdo de paz provocó el anuncio de la guerra por parte de Bastión Hueco. Los aprendices deben enfrentarse entre sí, entre antiguos amigos y compañeros. ¿Cómo lograrán sobrevivir cuando otras amenazas acechan?

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Suzume Mizuno » Jue Oct 08, 2015 11:26 pm

CONTRASEÑA ACEPTADA.



La trampilla se abrió y Fátima se apresuró a empujar a Alec hacia el interior. Trastabilló con una especie de escalinata y estuvo a punto de irse derechita al suelo, pero consiguió recuperar el equilibrio en el último segundo. Si nadie cerraba la trampilla, lo haría ella misma.

Con el corazón latiéndole desbocado en el pecho, aguardó unos segundos, en guardia por su los umbríos intentaban taspasar la entrada. Sólo cuando estuvo convencida de que se encontraban a salvo, se apartó y dejó que sus ojos se fueran acostumbrando a la penumbra. Sacó su móvil y lo usó para iluminar las paredes. Parecían estar en una especie de pasillo. Al fondo había una luz parpadeante. Miró de reojo a sus compañeros antes de ponerse en marcha, intentando hacer el menor ruido posible. Que tuvieran que avanzar en fila india le puso los pelos de punta, porque significaba que los del centro no podrían ayudar demasiado si los atacaban por la espalda o por el frente.

Cuando llearon a la siguiente sala, cuya puerta estaba entreabierta, Fátima vio que estaba llena de ordenadores y una música asiática. En medio de las pantallas y los cachivaches electrónicos había un… ¿Un niño? Debía serlo por lo bajito que era. Tarareaba por lo bajo y tecleaba como si le fuera la vida en ello.

Fátima no sabía qué hacer ni cómo reaccionar. ¿Debían atacarle, amenazarle…?

Pero un factor externo los delató a todos: los móviles sonaron a la vez, haciendo que Fátima diera un respingo, igual que a quien estaba frente al ordenador.

¡¡¿Q-qué eztáiz haciendo aquí?!! ¡¡¿Cómo me habéiz encontrado?!!

Spoiler: Mostrar
Imagen


Fátima se quedó paralizada. Había pensado que podía ser un niño, o una persona muy bajita, pero… ¡Pero parecía un bebé! ¿O no? No estaba segura. Usaba gafas. Un bebé no usaría gafas, ¿verdad? Ni sabría teclear. Así que…


¡¡Me dijo que nunca me encontraríaiz!! Puez... ¡¡Nunca me cogeréiz vivo!!

Sacó algo de su bolsillo. Fátima ahogó un grito al ver que se trataba de una granada y retrocedió, empujando a Maya y a Alec hacia atrás. La granada, sin embargo, no estalló. Cuando Fátima se calmó lo suficiente para pensar con racionalidad vio que el niño no le había quitado la anilla.

Esto no es un juguete para niños—dijo Light, que se guardó la granada y avanzó hacia el ordenador donde el crío había estado escribiendo.

De reojo, Fátima lo imitó y se quedó helada.

TERCERA MISIÓN. COMPLETADA. ENHORABUENA.

CARGANDO RECOMPENSA.


Sacó el móvil y comprobó que ponía lo mismo.

¿Todo este tiempo eras ?—farfulló, incrédula.

Luego recordó que había dicho algo de «él» y el desconcierto fue sustituido por una clara sospecha.

Ezto no debía de zer azí, ¡lo eztáiz echando todo a perder!¡Aguafieztaz!


Sí, sí… todo lo que tú digas.

Viendo que Light tenía vigilado al niño, Fátima examinó la zona con el corazón en la boca, ansiosa por dar con respuestas. En seguida se llevó una buena decepción. La mayoría de los datos que figuraba en las pantallas eran números incomprensibles para ella. Lo único que realmente le llamó la atención fueron unas tablas donde aparecían sus imágenes con datos personajes. Se sonrojó violentamente. ¿Cómo sabían su peso? ¿Y su grupo sanguíneo? ¡¿Qué diantres habían hecho para averiguar todo lo que había en la pantalla?! Un escalofrío de repugnancia le recorrió la columna vertebral al ver las imágenes de Maya de uno de los monitores.

No tuvo tiempo —por suerte— para indignarse de verdad porque el móvil que tenía en el bolsillo vibró. Lo sacó con rapidez.


ACERCA ESTE MÓVIL A LA PANTALLA Y DESPUÉS LLEVA AL NIÑO A LA CASA DE MERLÍN

DEPRISA. J.


¿Pantalla?—susurró con nerviosismo.

Obedeció las instrucciones. Si no sucedía nada con la primera pantalla, lo probaría con todas hasta estar segura de haber cumplido con lo que le pedía el tal J. Mientras tanto, Light había cogido al niño por una pierna y lo interrogaba con agresividad. Fátima exclamó, en parte para que no lo colgara de esa manera y en parte agobiada por las prisas que les metía J:

Tenemos que llevarlo a la casa de Merlín. Ahora.

Merlín es amigo mío, seguro que nos ayudará —aseguró Light.

Bien.—Fátima se acercó a Maya y le cuchicheó al oído—:Parece que le… bueno, que le gustas. ¿Podrías preguntarle si hay alguna otra salida?

A menos que consiguieran sacarle al niño alguna salida alternativa, Fátima apoyaría el plan de Light de marchar por donde habían venido. Iría con Ligh a la cabeza para abrir paso, usando su Llave Espada y, si era necesario, hechizos Aqua, pero intentaría confiar ante todo en su físico. No quería malgastar magia.

Antes de salir, se acercaría al niño y le diría con seriedad:

Si intentas escapar, te atacaré. No quiero hacerte daño, así que no te alejes de nosotros.—Iba a darse la vuelta pero tenía otra pregunta urgente, así que dijo, tratando de mantener un tono calmado—: Nos has estado vigilando, así que tienes que saberlo. ¿Qué pasó con la chica que se parecía a mí? Estaba con nosotros cuando nos atacaron los Villanos Finales.

Contestara lo que contestara el niño, no diría nada y trataría de concentrarse en lo que les esperaba por delante. Se le estaba formando un nudo de nervios en la boca del estómago y notaba una creciente ansiedad aplastándole el pecho. No quería arriesgarse a permanecer en aquel sitio y si se habían hecho todo el maldito camino siguiendo las instrucciones de J, tampoco pensaba detenerse ahora. Quizás fuera una trampa. Quién sabía. En cualquier caso, habían encontrado al responsable de las pruebas y, por lo que parecía, no habría más jueguecitos.

Sintió un pequeño golpe de satisfacción. Entonces miró el ordenador donde se estaba cargando la recompensa. Si podía, intentaría hacer que se terminara de «enviar» la misma. Se planteó apagar el ordenador. Si el niño respondía a la pregunta de Light —a Fátima se le encogería el corazón— sobre si estaban en un mundo digital y resultaba que no, apagaría la sesión. Si no contestaba o no quedaba claro, no tocaría nada.


Spoiler: Mostrar
-Si el nene-arcobaleno no nos da indicaciones de que se pueda seguir otra ruta, Fátima seguirá el plan de Light e irá al frente.

-Atacará con un Aqua al crío si intenta escapar.

-Si hay otra ruta, estará dispuesta a seguirla a menos que sus compañeros se muestren en contra.

▪ Aqua (HM) [Nivel 3] [Requiere Poder Mágico: 4]. Pequeña ola de agua fría con poca fuerza.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Tsuna » Dom Oct 11, 2015 8:57 pm

Todos acordamos la estrategia a seguir: Simbad y yo nos encargaríamos de la misión, mientras que los demás seguían la pista del tal J. Bajamos por las únicas escaleras y vimos de paso una gran caja llena de ropa. En un primer momento me llamó la idea de buscar algún conjunto, pero entre que no teníamos tiempo y que los villanos finales no nos habían localizado ni a Simbad ni a mí, pensé que no merecía la pena.

Fátima y los demás terminaron por separarse yendo hacia unas escaleras que subían, mientras que nuestra ruta hacia el distrito cinco consistía en atravesar la puerta principal de la oficina de correos. Hice un gesto con la cabeza a Simbad para avanzar, a partir de ese punto teníamos que ir con pies de plomo. Y por primera vez me sentí afortunada de no haberme visto las caras con Mateus y sus esbirros. Con un poco de suerte pasaría desapercibida.

Nada más salir a la plaza principal nos encontramos con algunas luces, provenientes de unos vecinos que vigilaban la zona con sartenes y palos. ¿Aquello iba en serio? Mi compañero no dijo nada, sino que, con el objetivo en mente, se escabulló por el primer hueco que encontró, y yo no lo pensé dos veces a la hora de seguirlo. Me mantuve alerta en todo momento, con el corazón acelerado y rezando para que no se fijaran en nosotros, o les diese por acercarse. Pensé igualmente que aunque nos descubrieran, podíamos decirles alguna mentira, como que éramos unos jóvenes que volvían a su casa después de una tarde de fiesta.

Solo que quedaba el factor de la Llave Espada, la cual se invocaba sola.

Pero por suerte no pasó nada malo. Exhalé aire aliviada al llegar al cuarto distrito, mirando en todas las direcciones para intentar ubicarme. Hacía muchísimo tiempo que no lo visitaba, años enteros, desde que me había unido a la Orden. Hasta me entró cierta nostalgia, una que me obligó a esbozar una sonrisa disimulada.

Bajamos por los escalones, yo con una mano apoyada en la barandilla, admirando la decoración de la calle, hasta que, sumida en mis propios recuerdos, caí en la cuenta de que solo se escuchaban nuestros pasos.

¿No está esto muy tranquilo…? —musité, tensa.

¿Y si nos tenían preparada una terrible trampa? Por mucho que no me gustara la idea no tenía otra alternativa que avanzar, porque al mirar el contador comprobé que apenas quedaba tiempo. Y las misiones solo se podían cumplir en pareja.

Continué caminando, desviando la vista hacia atrás cada pocos segundos, temerosa de que alguien decidiera lanzar un ataque sorpresa, o un vecino asustado, hasta que pise algo por accidente: una Sombra. Retrocedí por instinto unos pasos e invoqué la Llave Espada sin pensarlo, maldije por bajo al darme cuenta de lo que había hecho —era el motivo perfecto para tacharnos de culpables, demonios—, y pegué un rápido tajo a las que se me cruzaron delante, logrando que desaparecieran para siempre. Acto seguido desmaterialicé mi arma como alma que llevaba el diablo, asustada por la posibilidad de que alguien nos hubiese visto. Pero no fue así, por suerte, lo que me hizo pensar que de verdad nadie nos tenía localizados.

Continuamos nuestro camino con toda la tranquilidad del mundo, total, faltaban todavía unos cuantos minutos para que se terminase el plazo. Y las puertas al quinto distrito estaban justo delante.

¡¡Cuidado!!

Pegué un respingo al ver por el rabillo del ojo una silueta cayendo frente a nosotros. Por supuesto, retrocedí un poco, extrañada y en guardia. No tardaron en hacerse oír unos pasos, y más sorprendida todavía, si podía ser eso posible, comprobé quién nos había interrumpido:

Spoiler: Mostrar
ImagenImagen


Al chico ya lo conocía de algo, del anterior Reaper’s Game. Creía recordar haberlo visto en algún lado, ya fuese como yo misma o como Erased Data, pero no lograba adivinar quién era exactamente. Después estaba la niña, la misma que nos había hecho volar por los aires. ¡Pues iba lista si pensaba que nos iba a engañar otra vez!

¿Estás bien, Beat?

¡Tío, eso no mola! Tranquila, hermanita, hace falta mucho más que eso para acabar conmigo... ¡¡Detrás de vosotros!!

¿¡Eh!? —exclamé tras unos segundos pensando en lo que estaba pasando, cuando noté algo a mi espalda, muy cerca de mí.

Avancé unos pasos hasta situarme junto a Beat y la otra niña, impactada hasta tal punto por lo que estaba viendo que olvidé que podían tratarse de unas nuevas bombas, o lo que fueran. Del distrito cinco surgieron cuatro monstruos cadavéricos, con huesos, garras, y la carne colgando; apestaban. Y detrás de ellos una figura todavía más siniestra, envuelta en una capucha sucia y marrón.

¡¿Qué demonios son esas cosas?! —gritó Simbad, tan asustado como yo.

N-no lo sé. —admití, impotente, porque era la primera vez que veía monstruos de esas características. No eran sincorazón ni incorpóreos, sino cadáveres andantes.

Aprendicesss de la Llave Essspada. Qué agradable sssorpressa. Essstáisss causssándonosss muchosss problemasss esta noche con vuessstrosss truquitosss, pero no passsaréisss de aquí.

Los monstruos empezaron a exhalar lo que pareció un nube de gas tóxico. No hacía falta más que mirar el color verdoso que tenía para saber que era peligrosa, así que me hice para atrás unos pasos, tapando mi boca y mi nariz con mi mano izquierda en la medida de lo posible.

»Sssoy el Tirano Pútrido, ¡Scarmiglione, archidiablo de la tierra y ssservidor de El Emperador! ¡Atrapad a losss portadoresss y matad a losss otrosss dosss!

Entonces se trataba de uno de los diablos esos, y para colmo ya sabía que éramos Portadores. Según él, teníamos a los villanos finales locos de la cabeza por nuestros supuestos truquitos… Lo que me hizo pensar que alguien, la persona que nos había metido en el Reaper’s Game, nos estaba utilizando para enfrentarse a ellos, o algo así. ¿Entonces resultaba que no éramos copias? ¿Por qué entonces la niña que acompañaba a Beat había explotado, o por qué nuestras Llaves Espada se invocaban solas?

La que iba a terminar loca de la cabeza era yo.

Tú eres la que fue poseída por Erased, ¿no, tía? —me interrumpió de pronto Beat, que se acercó hasta mi lado invocando una especie de monopatín bastante chulo.

¿Eh? Sí. —respondí confundida por la pregunta, y por lo surrealista que me parecía.

¿Eres la real o...? Bah, da igual, hablaremos luego. ¡Rhyme, quédate atrás!

¿Cómo que si era la real? No entendía nada.

¡Vale, tened cuidado! ¡Si necesitáis que os curen venid hasta mí!

¡¡Vamos a machacar a este pringao!

Sí, lo primero era lo primero: machacar al Tirano Pútrido, que a decir verdad no parecía muy fuerte, y entonces ya tendría tiempo de preguntar. Beat fue el primero en lanzarse a la batalla, y no pude hacer otra cosa que preocuparme por la actitud tan temeraria que mostraba, pero dejó claro que no era un cualquiera porque derribó a dos de esos monstruos. Simbad dio órdenes sobre cómo combatirlos, y yo me miré entonces el contador de la mano, buscando el tiempo que nos faltaba, cuando…

Spoiler: Mostrar

El tono de llamada de un móvil resonó por toda la plaza. Nerviosa busqué el origen del sonido, que me terminó llevando hasta Simbad. Mi compañero sacó su teléfono para contestar a la llamada, mientras los monstruos se nos acercaban cada vez más rápido. Me giré hacia Rhyme, nerviosa, y la alerté, recordando lo que el gitano me había comentado.

Ya le has escuchado. Los hechizos curativos les hacen daño.

Rhyme se mostró colaboradora, ni siquiera se me pasó por la cabeza que le estuviese hablando a una bomba de relojería. La niña se puso a mi altura y lanzó un hechizo curativo al enemigo más cercano, que se deshizo en cuestión de segundos.

¡Puedes ahorrarte los detalles! ¡Soy yo!

Le dirigí una mirada de preocupación a Simbad, que parecía más alterado de lo normal. Igual el grupo de Fátima se encontraba en problemas peores. En efecto, la trampa se la tendieron a ellos, y no a nosotros. O eso imaginé por lo que podía deducir.

¿¡Qué!? ¿¡Y cómo quieres que la sepa!? ¡Chaval, ayúdame con este!

Simbad se apresuró, con el móvil entre el hombro y la oreja, a combatir contra el archidiablo, la situación era cuanto menos cómica. Lanzó un Piro que falló, y luego le acertó con un hechizo curativo. Por mi parte, blandí mi Llave Espada para despejarle el camino a la niña. Fui directa a por el monstruo más cercano, procurando que su olor o su aspecto no me intimidaran, y le golpeé con la Llave Espada en la cabeza. Con que cayese al suelo me era suficiente para pasar hasta la entrada, donde se encontraba el villano final. Villano que golpeó de lleno a Simbad con un hechizo eléctrico de bajo nivel, un Electro ordinario.

¡Yerai, la contraseña es Yerai!

Miré de nuevo el contador, ¡no quedaba tiempo, maldita sea! Beat se lanzó de nuevo con su monopatín a por el Tirano, que cayó a un lado como un saco de patatas. ¿De verdad aquella cosa era un villano final, o nos había subestimado? Como fuera, pasé corriendo a su lado acompañada por los demás, y atravesamos las puertas en el tiempo justo.

El Quinto Distrito nos dio la bienvenida.

TERCERA MISIÓN. COMPLETADA. ENHORABUENA.

CARGANDO RECOMPENSA.


Miré satisfecha el mensaje. Una misión más completada, Light y los demás nos debían una. Encaré a Simbad, dispuesta a preguntarle sobre el tema de la contraseña, cuando de pronto el diablo se levantó de nuevo, dispuesto a volver a la carga. ¿Es que no veía que no iba a poder con los cuatro? Aun así, alguien vestido con una capucha apareció a su lado de pronto y vertió una Ultrapoción sobre el monstruo, que cayó derrotado al piso de una vez por todas.

¡Oh, no...!

Al principio no lo reconocí.

Tío, tío, tío, tío, ¡tú no!

Pero su silueta, su pelo de punta y la coleta, sus ojos y su propia cara. Cómo no, era imposible no reconocerlo, porque la última vez que lo había visto había sido en La Red, durante el incidente de Erased Data. Se trataba del antiguo maestro Andrei, el mismo que intenté recuperar por mi cuenta durante ese evento… y que desapareció sin más, raptado por la programa.

Yerai.

Tenía el corazón latiendo a toda velocidad, sin creer todavía que estuviese frente al Andrei original. La última vez apenas era capaz de articular una sola palabra, pero eso parecía haberlo superado. Se me pasaron por la cabeza los pequeños encontronazos que tuve con él durante mis primeros días como aprendiza en Bastión Hueco, cuando todavía se trataba de un aprendiz, y luego fui conectando todos los hechos: él había creado mi copia virtual, él había intentado montar una guerra en mi mundo natal, Tierra de Dragones, y finalmente, había perdido el corazón. Tragué saliva, asumiendo que ya no se trataba de la misma persona, sino de un enemigo más. Uno cruel y carente de corazón.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Dónde has escuchado ese nombre.

Tardé en darme cuenta que tanto Beat como Rhyme estaban retrocediendo a nuestras espaldas. Sospeché entonces que se trataban de los originales, y no de bombas de relojería. Pero Andrei seguía interesado en el nombre de Yerai, la supuesta contraseña que el otro grupo necesitó para la trampilla —¿Qué otra cosa necesitaba contraseña si no?—. Y tenía que admitir que yo también tenía curiosidad, ¿por qué el nombre de Yerai? Quizás tuviese un significado más profundo del que podía imaginar para el antiguo maestro.

Dónde están los demás. Contesta... O serás eliminado. —amenazó, invocando unos Incorpóreos que conocía bastante bien y una baraja de naipes afilados.

Simbad nos miró a todos los presentes, e incrédula, intenté leerle la mente. Aquello iba con él, no con nosotros, pero estaba convencida de que, aun queriendo escapar, Andrei no nos lo permitiría. Así que permanecí detrás de mi compañero, entre él y los samuráis, tan veloces y letales como recordaba gracias a mi copia virtual. Irónicamente me encontraba en la misma situación que por ese entonces: mi compañero y yo acorralados por Andrei y sus matones.

La última vez que le vi estaba solo, siendo perseguido por Tierra de Partida —empezó a relatar Simbad por su cuenta, poniéndome todavía más nerviosa. Pero qué otro remedio me quedaba, sino esperar a que intentara convencerlo con lo que sabía. Estaba paralizada, y sabía que un combate directo allí era una locura, así que solo quedaba confiar y esperar a que la cosa no se torciese—. Le amenazaban de muerte si no revelaba tu paradero, que evidentemente no sabía. Si no hubiera estado allí...

Observé la reacción de Andrei, procurando evitar el contacto visual con él. Tenía el cuerpo tenso, y según lo que podía entender, ese tal Yerai, la contraseña de la trampilla, era una persona vinculada a Andrei. Tierra de Partida intentó averiguar su paradero mediante él, pero Simbad lo había impedido, o eso logré entender.

En cuanto a los otros, los dejamos en la estación de correos. Nos hemos dividido en tres grupos. Los que íbamos a hacer la misión, otros dos, que se han ido a ver si pueden sacar algo a la luz sobre este asunto, yendo al Distrito 1 y los últimos dos que se habían ido a buscar a… Clío, creo que se llamaba. No estoy seguro de si siguen todos en el mismo sitio.

A cada palabra que decía Simbad, más nervioso parecía. Aquello no podía salir bien de ninguna manera, así que empecé a mirar a mi alrededor, buscando algo en el distrito que me ayudara: algún pasillo oculto, una casa abierta, lo que fuera. Lo único que logré ver era el enorme edificio central. Puede que fuese buena idea escondernos allí, en caso de que todo fuese a peor.

Mierda. O terminamos la misión o seremos eliminados. —concluyó Simbad, mirando su teléfono.

Apreté los dientes y miré a Andrei, buscando algo en su rostro que me permitiese descifrar lo que estaba pensando. Ni siquiera me había molestado en coger el móvil y enviar un mensaje, ¿para qué, si me tenía delante? Cualquier movimiento sospechoso y nos haría historia.

Si Saavedra no tenía problemas con nuestras indicaciones y se marchaba, ayudaría a Simbad a incorporarse y me alejaría de allí todo lo posible, con Beat y Rhyme, dispuesta a preguntarles sobre el juego: si ellos eran reales, si la ciudad era real o virtual, y si sabían algo sobre nosotros. Pero si el ex-maestro tenía algún inconveniente, o sus propios incorpóreos, y decidían levantar sus armas contra nosotros, daría un paso adelante, diciendo la primera locura que me vino a la cabeza:

¡Andrei, escucha! Seremos tus copias, como en el anterior juego, y mataremos por ti. Te obedeceremos, pero no cargues contra nosotros sin motivos. No te hemos mentido.

Fruncí el ceño y tragué saliva, sintiendo el estómago revuelto. Era lo único que se me ocurría para negociar con Andrei, si aun así seguía empeñado en matarnos, gritaría el nombre de mi compañero, a la par que extendía mi brazo derecho en dirección a los incorpóreos.

¡Simbad!

Empleé entonces una Superficie umbría, buscando atrapar a los samuráis con mis penumbras. Unos pocos segundos eran suficientes para que Simbad pudiera escapar corriendo. Intentaría correr en dirección a Beat y Rhyme, y esperaba que Simbad hiciera lo mismo. Más nos valía estar juntos a separarnos de nuevo, y si se trataban de bombas, igual hasta podíamos usarlas contra el propio Andrei.

Rhyme, Simbad necesita tu ayuda. —pedí en caso de que Simbad saliese herido de alguna manera. Esperaba que la niña al menos nos apoyara con su magia curativa.

Por supuesto, si Andrei accedía a mi loca petición de trabajar para él y me ordenaba matar a alguno de los presentes, no me quedaría otro remedio que recurrir a mi magia oscura e intentar escapar.

Spoiler: Mostrar
Saeko usa la habilidad sobre los samuráis en caso de que nada funcione y decida levantar las armas (él o los incorpóreos) contra nosotros:

▪ Superficie Umbría (HM) [Nivel 10] [Requiere: Afinidad a Oscuridad; Poder Mágico: 15]. El usuario genera rápidamente un manto de energía oscura en línea recta por la superficie del suelo o bajo sus pies, alcanzando hasta los dos metros y medio de largo, puede disiparse con hechizos de Luz. Un solo enemigo que se encuentre sobre esta sufrirá leves daños de oscuridad y será atrapado por el propio elemento, imposibilitando que pueda moverse durante dos rondas (aunque puede continuar atacando a distancia). Los enemigos pueden liberarse del efecto de este hechizo con la Fuerza suficiente (si esta es mayor al Poder Mágico de la habilidad).

Y le pide a Rhyme que use Cura sobre Simbad.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor LightHelco » Mié Oct 14, 2015 11:32 pm

¡Ja! ¡Contraseña correcta! —grité eufórico al ver como la palabra que me había dado Simbad funcionaba —. Venga, podemos en… ¡Fa-fátima!

El empujón que me dio la joven hizo que perdiera el equilibrio a la hora de entrar en la trampilla y a poco estuvo de darme de morros contra el suelo, suerte que vivir con un gato me había enseñado a caer de pie. Recuperándome y volviéndome a poner la capucha, que raro se me hacía ir con la cabeza desnuda, me giré hacia a la aprendiza mosqueado.

Podrías haber esperado un segundo a que entrara, casi me dejas sin dientes —le eché en cara a Fátima, pero no sin levantar mucho la voz, lo suficiente para que me escuchara y notara que no estaba muy contento con esa acción.

Tras aquello avanzamos por el túnel en fila india, me quedé tras la aprendiza en segunda posición, atento a cualquier cosa que pudiera saltarnos encima. Tras un rato andando empezamos a escuchar ruidos extraños y llegamos a una sala llena de aparatejos de todos los tamaños. En medio de todo aquel caos tecnológico se encontraba una figura oculta con lo que parecía ser una manta.

Light decidió adelantarse al resto para ver si podía pillar al individuo por sorpresa, yo fui preparando un hechizo Piro en caso de que necesitara apoyo, pero antes de que pudiésemos hacer nada, nuestros móviles pitaron al unísono alertando al maestro de los aparatejos de nuestra presencia. Intenté coger el mío rápidamente para que se callara, pero cuando busqué por los bolsillos me di cuenta de que ya no lo tenía… esperaba que los Umbríos no supieran usarlo, porque lo había dejado tirado arriba.

El individuo al escucharnos, saltó de la silla dejando caer la manta que le cubría y permitiéndonos ver que no era alguien adulto. Siquiera se podía considerar un adolescente como Maya o muchos otros portadores de la Llave Espada, no, frente a nosotros se encontraba un niño con una cabeza que era casi igual de grande que su cuerpo. El niño aprovechó nuestra sorpresa para intentar escaquearse tirando un arma arrojadiza que por la cara de mis compañeros imaginaba que explotaría, aunque no lo hiciera.

Light se encargó inmediatamente de impedir que huyera mientras el resto inspeccionábamos un poco el lugar. Los cuatro nos fijamos en las pantallas de los ordenalotodos en las cuales aparecía el mismo mensaje que en los móviles de mis compañeros (y seguramente el mío si seguía entero). Me giré hacia el niño colocándome junto a Light y mirándole furioso.

¿Tú? ¿Tú eres el que nos ha encerrado en esta pesadilla de juego? —le pregunté hecho una furia casi, pero al segundo cerré los ojos y respiré hondo para calmarme —. Sabes, Light. Siendo tan pequeñajo no tendría muchos problemas para meterlo en una olla sin siquiera cortarlo —le empecé a hablar a mi compañero con una sonrisilla en mi rostro, imaginaba que el niño tenía acceso a todo tipo de datos sobre nosotros, incluyendo el hecho de que pertenecía a una raza de monstruos —. Dicen que los niños pequeños son un buen ingrediente para hacer una poción crece-pelo.

No sabía si eso asustaría al chico, pero no teníamos mucho más que hacer hasta que Fátima nos avisó de que debíamos irnos a casa de alguien llamado Merlín y además llevarnos al crío con nosotros.

Merlín es amigo mío, seguro que nos ayudará —informó Light dejándonos un poco más tranquilos, tener aliados en Ciudad de Paso era todo un lujo.

Ahora el problema iba a ser que el niño se dejara llevar, no fue hasta que Maya se adelantó para lanzarle un hechizo Morfeo que tuvimos la primera oportunidad para arrastrarlo con nosotros. La puñeta fue que Light y Fátima se adelantaron a nosotros para ir limpiando el camino de posibles Sincorazón y Umbríos. Miré a Maya y después al niño que esperaba estuviese dormido ¿en serio me iban a dejar a mí la tarea de cargarlo?

Luego no digáis de que os eche una mano si nos atacan —refunfuñé agachándome para coger al niño y cargar con él entre mis brazos, algo que sería fácil para cualquier persona que no fuese un fideo con patas como yo —. No prometo dejarlo en la primera farola que vea si se despierta y me muerde la mano.

Spoiler: Mostrar
No me pillaran con un movil!
ImagenImagenImagenImagen



Logros:
Spoiler: Mostrar
ImagenImagenImagen


Awards:
Spoiler: Mostrar
ImagenImagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
LightHelco
111. Roxas Organización
111. Roxas Organización
The Unknowns
 
Mensajes: 3303
Registrado: Jue Jun 07, 2012 10:42 am
Dinero: 320,406.83
Banco: 15,568.00
Ubicación: Un lugar con lapiz y goma
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 16

Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Zodiark » Jue Oct 15, 2015 3:24 am

Por poco... —dije jadeando, recostándome con una mano en el pecho en la pared— no lo cuento...

Comenzamos a descender las las oscuras escaleras, ayudándonos con la luz de nuestros móviles para no caer de bruces al suelo. Al fondo, no obstante, se vislumbraba luz, aunque era tan débil, en medio de aquella oscuridad, que resultaba incluso siniestra. Y, después de la situación con la que nos acabábamos de topar, que parecía ser una trampa, quién sabía lo que nos aguardaba al final de aquellas escaleras.

¿Qué es esto? —susurré al llegar a la puerta por la que se filtraba la luz y echar un vistazo en el interior, justo antes de ser siseada por Light para que guardase silencio—. L-Lo siento...

La sala que se ocultaba tras la puerta estaba llena de ordenadores que, igual que la sala en la que acabábamos de estar, desentonaba un poco con un mundo urbano y sencillo como Ciudad de Paso. En el centro, tecleando con ahínco, se encontraba una persona, aunque desde aquella pequeña abertura de la puerta entreabierta y que llevaba una capucha, era difícil distinguir si era un hombre, una mujer o... algo distinto.

Siguiendo el liderazgo de los demás, nos introdujimos en la habitación sigilosamente. Estábamos a punto de pillarle por sorpresa, pero entonces...

Maldita sea —dije llevándome la palma de la mano a la cara, tras sobresaltarme por el pitido simultáneo de nuestros cuatro móviles, que resonó por toda la sala.

Pero los móviles también alertaron al encapuchado, que dio un bote en su silla, haciendo que su capa saliera volando. Fue entonces cuando se giró y... descubrimos quién se ocultaba tras aquella capucha...

¡¡¿Q-qué eztáiz haciendo aquí?!! ¡¡¿Cómo me habéiz encontrado?!!

Arqueé una ceja mientras observaba, atónita, a aquella persona. Su estatura, que era incluso inferior a la mía, su cabello revuelto y verde y su cabezón no pasaban desapercibidos. Parecía casi... ¿un bebé? Pero llevaba gafas e iba vestido de científico, o algo por el estilo.

¡¡Me dijo que nunca me encontraríaiz!! Puez... ¡¡Nunca me cogeréiz vivo!!

Pero este... ¿quién leches es...?

El tipo de pronto sacó una granada. Al principio me asusté, pero en seguida pensé que seguramente era de juguete. Y no teníamos tiempo para juegos.

En serio, ¿quién er...?

Fue entonces cuando lanzó la granada hacia nosotros. El pesado sonido metálico de la granada al caer al suelo me alertó, dándome a entender que, de hecho, se trataba de una granada de verdad, y asustada di dos pasos velozmente hacia atrás y me tapé la cara con los brazos. Pero, tras unos segundos, me di cuenta de que no había sucedido nada.

Al retirar los brazos de mi cara, vi que la granada seguía en el suelo, y también me di cuenta de por qué no había funcionado: el cabezón no le había retirado la anilla. Light se apresuró a cogerla y guardarla. Estaría mejor en sus manos que en las de aquel niño descerebrado, eso sin duda.

El chico salió corriendo, pero chocó y cayó de culo. Me volví a llevar la palma de la mano a la cara y negué con la cabeza, resignada. Aquel tipo, fuese quien fuese, estaba haciéndonos perder un valioso tiempo. ¿Por qué J nos había mandado allí? Tenía serias dudad de que lo que quería era que encontrásemos a aquel crío cabezón, pero en cualquier caso aquel sitio parecía de lo más sospechoso y el peliverde tendría respuestas.

Chicos, dejemos de perder el tiempo. Saquémosle información e investiguemos este lugar de una vez.

Comencé a curiosear las pantallas mientras Light y los demás acorralaban al chico y le hacían frente. En la pantalla más grande, la que parecía ser el ordenador central, había escrito un texto que me resultaba bastante familiar:

TERCERA MISIÓN. COMPLETADA. ENHORABUENA.

CARGANDO RECOMPENSA.


Entonces recordé que nuestros móviles acababan de sonar a la vez. Lo saqué y observé el mensaje de texto que había recibido: exactamente el mismo texto que en el ordenador.

¿Qué significa esto? —pensé en voz alta—. ¿Acaso ese criajo es el que ha estado... controlando el juego... desde aquí?

Ezto no debía de zer azí, ¡lo eztáiz echando todo a perder! ¡Aguafieztaz!

Me giré hacia él, comenzando a mosquearme. Clavé mi mirada sobre él e, incrédula, volví a analizarlo de arriba a abajo. ¿Quién era? ¿Cómo alguien así podía controlar algo como un Reaper's Game? No podía creerlo. Además, si él de veras era el que había estado manejando todo, ¿tenía alguna relación con los Villanos Finales? ¿Y con Joshua?

Con la mosca detrás de la oreja, seguí observando las pantallas. Algunas de ellas estaban llenas de números y gráficas bastante complejas, que era incapaz de descifrar. Una de ellas en particular me llamó la atención, ya que en ella se encontraban los retratos de los seis participantes del juego, incluído, obviamente, el mío, y todo tipo de información sobre nosotros. En mi caso, toda aquella información era totalmente verídica, lo cual no hacía más que asustarme un poco más por lo que se estaba cociendo en aquella habitación.

Fue entonces cuando la encontré. La pantalla que realmente hizo que un escalofrío recorriese mi espina dorsal, y que tragase saliva como si hubiese visto un fantasma. Recorrí toda la sala con la mirada de nuevo, buscando otras pantallas similares a aquella, pero no encontré ninguna. Era única.

¿Qué demonios...? ¿Por qué...? ¿Por qué sólo yo...?

Una pantalla completamente llena de imágenes de mí. Corriendo por Ciudad de Paso, durmiendo... era como si todo mi paso por aquel juego estuviera registrado en aquel monitor. ¿Pero por qué? ¿Era porque aquellas imágenes eran importantes para el desarrollo del juego? No, lo dudaba, yo solamente era una jugadora más, y nadie más tenía una colección de imágenes como aquella en la sala. Entonces, ¿era algo más...?

Negué con la cabeza, incrédula, y preferí no pensar más en ello por el momento. Los demás estaban interrogando al niño cabezón así que decidí acercarme a ellos para comprobar si habían logrado sacarle alguna información. Visto lo visto, prefería no seguir investigando aquellos ordenadores.

Tenemos que llevarlo a la casa de Merlín. Ahora.

Merlín es amigo mío, seguro que nos ayudará.

Les observé extrañada. ¿Merlín? Había oído hablar de él, era un famoso mago que vivía en Ciudad de Paso, pero no entendía qué tenía que ver él en todo aquel asunto. De cualquier forma, Fátima parecía tener prisa, ya que aquella era una misión de J por lo que pude comprobar cuando eché un vistazo a la pantalla de su teléfono roto. Así que no debíamos perder mucho tiempo con preguntas innecesarias, y ya hablaríamos sobre ello por el camino.

Bien.—Fátima se aproximó en ese momento a mí y acercó sus labios a mi oído. Incliné ligeramente la cabeza para oír mejor lo que tuviera que decirme—. Parece que le… bueno, que le gustas. ¿Podrías preguntarle si hay alguna otra salida?

Una mueca de asco absoluto se dibujo en mi cara, y de nuevo, arqueé una ceja mientras clavaba mi mirada una vez más en el chico. A continuación, observé la pantalla repleta de imágenes mías y volví a mirar al peliverde.

¿Así que... se trataba... de eso...? —susurré a mi compañera, asqueada y, en parte, decepcionada. Pensaba que se trataba de algo importante y relevante en el juego pero simplente era que...

«¿Eres alguna clase de perturbado sexual o algo así...?»

Los demás continuaron cuestionándole, y cuando todos hubieron acabado, resoplé, resignada, y di un paso al frente. Era mi turno de hacer preguntas. Y, también, de demostrar mis dotes como actriz.

Chicos, no os paséis con él... —comenté, comenzando a meterme en el papel—. Verás... —le dije, caminando hacia él mientras me quitaba el sombrero y mis dos coleteros para deshacerme las trenzas y soltarme el cabello, tras lo cual me lo despeiné un poco con mi mano libre—. Me preguntaba si podrías decirnos dónde... —Al llegar frente a él, me coloqué de cuclillas para ponerme a su altura, y, con una sonrisita picarona en el rostro, posé mi dedo índice sobre su mejilla y lo bajé lentamente hasta la barbilla, después por el cuello y, finalmente, hasta el pecho, donde le dibujé un corazón suavemente con la yema de mi dedo—...dónde hay otra salida...

Finalmente, le guiñé un ojo y le puse la mano en la cabeza y le acaricié suavemente, despeinándolo todavía más, y acerqué mi boca a su oído.

¿Cómo decías que te llamabas...? —pregunté, con una voz suave y traviesa.

Me quedé de cuclillas frente a él, esperando una respuesta, y cuando todas nuestras dudas hubiesen sido respondidas, me levantaría y, sin previo aviso, le soltaría un hechizo Morfeo en toda la cara.

Dulces sueños, baboso —Acto seguido, me giré hacia mis compañeros, y mientras me volvía a hacer mis trenzas, les dije—: Vamos. No tenemos tiempo que perder —Entonces miré a Alec y, poniéndome el sombrero, le dediqué una mirada suplicante y le señalé al peliverde con la cabeza. Era muy pequeño así que podría cargarlo sin problemas, pero a mí me costaría un poquito más, y ya que Light y Fátima irían al frente, parecía la mejor opción para cargar con él.

Luego no digáis de que os eche una mano si nos atacan —respondió mi compañero, no muy entusiasmado con la idea, agachándose para coger al niño—. No prometo dejarlo en la primera farola que vea si se despierta y me muerde la mano.

Bueno, si nos damos prisa llegaremos a tiempo antes de que despierte, así que en marcha —le respondería al chico si, efectivamente, el hechizo había surtido efecto en él y se encontraba en el mundo de los sueños en aquel instante.

Tras ello, nos pondríamos en marcha. Si el cabezón no nos había dado ninguna ruta alternativa para salir de allí, volveríamos a pasar por la sala de los engranajes, que posiblemente estaría a rebosar de Umbríos, así que preparé mi Llave Espada para abrirnos paso cuando llegásemos a base de ataques físicos básicos.

Spoiler: Mostrar
Morfeo (HM) [Nivel 15] [Poder Mágico: 16] Duerme a un único objetivo. Puede despertar con objetos o magias curativas o de manera natural, al cabo de un rato.
Imagen
Imagen
Imagen

~Awards~
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen

ImagenImagenImagen
Avatar de Usuario
Zodiark
72. Ducky Goose
72. Ducky Goose
The Unknowns
 
Mensajes: 2142
Registrado: Lun May 14, 2012 3:40 am
Dinero: 5,145.82
Banco: 1,816,912.05
Ubicación: Ultimate Academy for Gifted Juveniles
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Tumblr: sodasalvaje
Youtube: Dacobue
Instagram: @soda_93
Estantería de objetos
Karma: 103

Ronda #10 - The Game Never Ends

Notapor Astro » Vie Oct 16, 2015 9:06 pm

Imagen

Simbad & Saeko


La expresión de Andrei no cambió un ápice mientras Simbad hablaba. Cuando acabó, seguía igual. Tan impasible, que asustaba. Casi ni parpadeaba, por lo que era imposible saber lo que ocurriría a continuación. ¿Le había creído? Los samuráis desenvainaron levemente sus espadas, lo que no podía suponer nada bueno. Fue entonces cuando Saeko intervino, en un intento de salvar a su compañero, pero...

¿Confiar en vosotros? Imposible.

Fue todo demasiado rápido. Saavedra se llevó una mano a la muñeca al mismo tiempo que Saeko y Simbad se preparaban para lo peor, pero un sonoro pip les dejó a ambos paralizados. Literalmente, inmóviles. Solo podían mover la cabeza, y ligeramente el cuello, pero muy poco. Las demás partes de sus cuerpos no les respondían, aunque al menos les mantenían en pie.

Aunque fuerais copias, no podría confiar. No puedo confiar en nadie. —El tono de su voz era tan frío que daba miedo—. Por vuestra culpa.

Chasqueó los dedos. Rhyme ahogó un grito, mientras Beat intentaba taparle los ojos para que no viera la escena. Los samuráis habían desenvainado del todo sus katanas, y en un rápido movimiento habían atravesado con ellas a los inmóviles aprendices por el estómago. Pero lo peor era que aunque no pudieran mover sus cuerpos, sí que sentían el dolor. Y era horrible.

Ambos incorpóreos recogieron sus katanas con cuidado, pasando a vigilar a la pareja de hermanos que no se atrevía a intervenir. Andrei, que examinó de arriba a abajo a Saeko antes de nada, se acercó lentamente hasta Simbad, con una carta del tarot en concreto en la mano: la Parca. O la muerte, representada con el número XIII.

Última oportunidad, y esta vez quiero la verdad. Dime de qué conoces a mi hermano.

Levantó el brazo, dispuesto a utilizar la carta sobre el aprendiz, pero... Un molesto sonido empezó a sonar de repente, y venía de uno de los bolsillos de Andrei. El ex-maestro apartó la mirada un momento, y entonces ocurrió.

El mundo de Simbad y Saeko se puso patas arriba. Algo tiró de ellos, casi como succionándoles hacia un vacío, y haciendo que dieran vueltas y vueltas. Pudieron escuchar en la lejanía una exclamación por parte de Saavedra, antes de que todo se volviera demasiado oscuro y ambos perdieran el conocimiento.

Imagen

Light, Fátima, Alec & Maya


¡¡Zúeltame, zo bruto!! ¡¡Eztáz oprimiendo mi individualidad!!

El pequeño, que por supuesto había mordido con ganas la mano de Light cuando se acercó, pataleaba y se revolvía intentando liberarse del agarre tan incómodo del aprendiz. Aunque oye, conseguía que no se le cayeran las gafas de la cabeza, todo un logro.

Mientras, los demás no perdieron el tiempo. Alec y Maya examinaron las pantallas, sin encontrar nada en claro salvo la que tenías las fotos de la brujita; mientras que Fátima cumplía con las órdenes de J: al acercar el móvil a la pantalla principal, el aparato soltó un doloroso chispazo que provocó que la chica tuviera que soltarlo por puro instinto. Pudo agarrarlo en el aire o recogerlo del suelo, aparentemente sin cambios: seguía roto, y sin respuestas cuando ellos querían.

A ver, vamos a ir desembuchando, ¿de acuerdo? ¿Quién te dijo que nunca te encontraríamos? ¿Andrei, él también es responsable del Reaper’s Game como tú? ¿Cómo acabamos aquí? ¿Por qué estáis haciendo esto, es cierto que esto es una Ciudad de Paso virtual? ¿Sabes dónde está mi mascota, Gaomon? Contesta

¡¡No diré nada!! ¡¡Quiero un abogado!! ¡¡Oprezorez!!

Nada, no había remedio. El pequeño se negaba a soltar prenda, y ni siquiera las amenazas de Alec sirvieron para ablandarle. ¡Era duro como la piedra! Y cabezón como él solo, además de escandaloso.

Tras dejarlo en el suelo, el primer impulso del ahora prisionero fue salir corriendo, pero Light hacía de barrera humana. Y una gigantesca además, porque la diferencia de tamaño era bastante grande, por lo que el pequeñajo no tuvo otro remedio que cruzarse de brazos, enfurruñado, mientras los aprendices discutían el plan para ir a la casa de Merlín.

Al poco, Fátima se acercó para hacerle una pregunta:

Nos has estado vigilando, así que tienes que saberlo. ¿Qué pasó con la chica que se parecía a mí? Estaba con nosotros cuando nos atacaron los Villanos Finales.

¿La de laz tetaz grandez? —Se encogió de hombros—. No zé. Él dijo que no funcionaba bien y que la zacaba del juego para reiniciarla, como el pirata. Qué tiquizmiquiz.

El último intento para sacarle información fue de Maya. ¿Antes había dicho que el pequeño gafotas era duro como una piedra? Bueno, lo fue hasta que la brujita se acercó a él con la melena al viento. Se puso colorado casi al instante, tal vez demasiado. No, en serio, su cara se puso literalmente roja y... empezó a salir humo de sus orejas.

¡M-me llamo Verdín! ¡Líder, fundador, y único miembro de loz Tecnocorzarioz! —proclamó, hinchando el pecho con orgullo, aunque volvió a embobarse al mirar a Maya—. Bueeeno, para ti... Hay otra zalida que él me dijo que utilizara ci tenía problemaz.

Se remangó para mostrar un reloj de pulsera bastante futurista, y señaló una pared al fondo.

¡Tacháaaaan! —grito, a la vez que pulsaba un botón del reloj.

Pero no ocurrió nada en la pared. En su lugar, una multitud de sirenas rojas empezaron a sonar por la sala, como si acabara de activar una alarma. Pese a la cara de la cara de Verdín de no entender lo que sucedía, la reacción de los aprendices fue rápida y natural: Fátima le tumbó con un Aqua y Maya le deseó las buenas noches con un Morfeo.

Ahora sí que tenían que salir de allí. Y rápido. Con Alec como mula de carga para llevar a Verdín, los cuatro aprendices subieron las escaleras y tuvieron que volver a hacer frente a los umbríos. Por suerte, esta vez no fue tan difícil como la anterior: había muchos menos, y las barreras habían desaparecido. Entre Light, Fátima y Maya y sus armas, pudieron abrir un camino seguro para Alec sin problemas y salir todos de allí.

De un salto, bajaron a la plaza del Distrito 2 y salieron a la carrera hacia las puertas del Distrito 3. Sin embargo, cuando llegaron al callejón que daba a las puertas de cambio de distrito, se encontraron con una sorpresa inesperada. Dos incorpóreos, de tipo Samurái, surgieron cuando los chicos estaban a mitad de callejón. Ambos monstruos plateados desenvainaron sus katanas, demostrando de sobras que no dejarían que pasaran tan fácilmente.

Spoiler: Mostrar
x2
Imagen


Pero la cosa no quedó ahí. No, mucho menos. El sonido de un portal de oscuridad formándose bastante cerca fue lo primero que les alertaría, y el observar que los incorpóreos movían la cabeza para mirar hacia arriba les indicó dónde estaba el portal.

La persona que salió del portal era alguien que todos conocían. De sobras. Iba envuelto en una capa marrón, pero la capucha se le había caído y se podía ver su cara a la perfección. La cara de Andrei Saavedra. Les había encontrado.

Spoiler: Mostrar
Imagen


ESO es mío. —Señaló hacia Alec, más concretamente al niño que llevaba a cuestas: Verdín—. Y ahora vosotros también.

El ahora incorpóreo estaba sobre el tejado de las casas que formaban el límite del callejón, observando a los aprendices con total ventaja. No miraba a nadie en concreto, ni parecía estar contento por haberles encontrado. En su cara se mantenía una expresión neutra total.
Los aprendices tampoco podían olvidar a los los samuráis que bloqueaban el paso hacia el Distrito 3... Mal asunto.

«NNoOoO LuuCheIIss connnTRa Éeeeeeelll»


Por si no había suficiente, una voz sonó de repente. Provenía del bolsillo de Fátima, del móvil roto mejor dicho. ¡J les hablaba! Con una voz distorsionada y con un sonido pésimo, pero el mensaje había conseguido llegar entero. Incluso podían reconocer un tono familiar en la voz...

«cOooOooOOrrrrrrrredddddDD»


Ya habían oído. ¿Huirían, como les habían sugerido? ¿O lucharían contra Andrei? Eran cuatro, y Andrei sólo tenía dos incorpóreos como ayuda... ¿Acaso podrían con él?

Imagen

Saeko & Simbad


Saeko y Simbad despertaron casi al mismo tiempo. La cabeza les volvía a doler a los mil horrores, aunque la poca iluminación del lugar en el que se encontraban hacía el despertar un poco más fácil. Era una casa de una única habitación, circular, toda de piedra, con multitud de libros derramados por todas partes y apenas un par de velas colocadas en el centro para iluminar la estancia.

Los aprendices estaban tumbados en una larga cama, uno al lado de otro (¿les importaría despertarse así?), y pudieron levantarse sin problemas. Recordaban a la perfección todo lo sucedido antes de desmayarse: Andrei, los samuráis, la herida del estómago... ¡Sus heridas! ¡Les habían atravesado! Cuando ambos se levantaran la camiseta para mirarse el estómago, no notarían dolor ni verían sangre alguna, pero sí que verían una extraña pasta naranja donde debía estar la herida. Cuando el primero de ellos fuera a tocarla...

Yo que vosotros no tocaría eso. Es lo que os mantiene con vida, cachorros.

La voz, áspera y seca, provenía de alguien que hasta el momento había estado al otro lado de la habitación, oculto por la oscuridad de la casa. Era bajito, bastante bajito, y con una silueta rara cuando le vieron entre las sombras. Pero cuando salió a la luz... Ya le conocían. Salvo que ahora andaba a dos patas, llevaba un sombrero y unas botas que había sacado de alguna parte y miraba a los aprendices con los brazos (¿o patas delanteras?) cruzados.

Era el gato. Sí, el mismo que les había estado siguiendo desde el principio del juego. Ese gato.

Dejad de miradme así y levantaos de una vez. Tenemos mucho trabajo que hacer si queréis salir con vida de esta.

¡¿El gato hablaba?!

Spoiler: Mostrar
Nota: por si no ha quedado claro, estáis en la casa de Merlín de Kingdom Hearts 1.


Imagen

Spoiler: Mostrar
Light Hikari
Arañazos leves. Mordisco doloroso en la mano.
PH: 23/44
Inventario:
· Poción x1
· Éter x1

Alec Ocus
Arañazos leves.
PH: 34/34

Simbad
Heridas en tratamiento.
PH: 17/24
Inventario:
· Poción x1

Saeko
Heridas en tratamiento.
PH: 28/28
Inventario:
· Poción x2
· Éter x1

Fátima Laforet
Arañazos leves.
PH: 36/50
Inventario:
· Poción x1

Maya Zawrid
Arañazos leves.
PH: 19/34

Fecha límite: martes 20 de octubre.
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen

Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Astro
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
 
Mensajes: 1689
Registrado: Jue Sep 06, 2012 12:49 pm
Dinero: 598,528.05
Banco: 15,646.59
Sexo: Masculino
Estantería de objetos
Karma: 7

Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Light » Lun Oct 19, 2015 12:02 pm

El bebé no les dio mucha información. Light, a la vista de su tozudez, puso los ojos en blanco y echó un suspiro. Le depositó en el suelo y se limitó a vigilarle para impedir cualquier intento de escape.

Fátima y Maya lograron sacarle información. A la primera le dijo que alguien había tenido que reiniciar a su copia virtual y a un pirata. Intercambió miradas con Alec, nervioso. ¿Y si estaba equivocado, y si ellos también eran copias? No quería ni pensarlo.

Cuando Maya se dirigió a él se ruborizó… en exceso.

¡M-me llamo Verdín! ¡Líder, fundador, y único miembro de loz Tecnocorzarioz! —«Único miembro, guau»—. Bueeeno, para ti... Hay otra zalida que él me dijo que utilizara ci tenía problemaz.

Verdín les mostró una pulsera con un botón incorporado y señaló una pared: parecía que la salida estaba ahí.

¡Tacháaaaan!

Pulsó el botón de la pulsera y… no se abrió ninguna salida. ¡Perfecto!

Las sirenas rojas que se activaron no le hicieron demasiada gracia. Nervioso, abandonó el salón de los artilugios con sus compañeros y Verdín (este último inmerso en el mundo de los sueños gracias a la brujita). Tras subir por las escaleras, Light, Fátima y Maya arremetieron contra las criaturas blancas para abrirse paso y escapar de allí.

Descendieron de inmediato a la plaza del Distrito 2 y se dirigieron sin más preámbulo a la entrada del Distrito 3. Se metieron en un callejón —esperaba no haberse confundido a la hora de escogerlo— y corrieron por éste.

Volvió a pasar, unos Incorpóreos se interpusieron en su camino. Esta vez eran más amenazantes que los anteriores: un par de Samuráis que desenfundaron sus espadas. Light también se puso en guardia y agarró su Llave Espada con las dos manos, serio.

Se disponía a iniciar combate cuando un ruido raro le alarmó. Supo de dónde procedía por la reacción de las criaturas. Una persona cubierta con una capa salió de un portal oscuro, alguien que todos ellos habían conocido en alguna ocasión. Light, específicamente, recordaba que le vio por primera vez en Ocaso de una Estrella, en aquella época era uno de los aprendices de Bastión Hueco. Gracias a que se le cayó la capucha fue capaz de reconocerle.

«¡Andrei!», se mordió el labio inferior.

Andrei Saavedra, el Maestro responsable de la celebración del Reaper’s Game, les observaba desde un tejado.

ESO es mío. —Se refería al bebé que Alec cargaba—. Y ahora vosotros también.

Más quisieras —contestó desafiante, mirándole con cara de pocos amigos. ¿Quién demonios se creía? Lo llevaba claro si pensaba manipularles como a las copias.

No despegó la mirada del gitano por el momento. A Light le resultaba imposible descifrar el gesto de Andrei: su expresión era completamente neutra. ¿Acaso él había organizado aquel Reaper’s Game? Sospechaba que sí, pero seguía sin tener ninguna certeza.

«NNoOoO LuuCheIIss connnTRa Éeeeeeelll»


¿Qué? —El sonido procedía del famoso móvil de Fátima. La voz, nada conocida para él, se oía distorsionada, pero llegó a captar su mensaje. La persona que hablaba con ellos… ¿estaría observándoles desde algún sitio?

«cOooOooOOrrrrrrrredddddDD»


Vamos —musitó.

No se detuvo a hacer ningún plan, ojalá hubiera tiempo para eso. No estaba seguro de que escapar fuera la decisión correcta, ya que Andrei quizá tenía las respuestas que buscaban, pero sí sabía una cosa: se fiaba más de J que de ese gitano.

Escapó hacia el Distrito 3. En cuanto estuviera lo suficientemente cerca de los Incorpóreos, liberaría su Aturdidor más potente (quizás no bastara para eliminarlos, pero no se le ocurría una mejor manera de atontarlos) y continuaría corriendo a máxima velocidad: no se entretendría en cerrar la puerta tras atravesarla, no se pararía.

No hasta que llevaran a Verdín a la casa de Merlín.

Solo dejaría de correr si por algún casual Andrei u otro enemigo lograba atrapar al bebé o a uno de sus compañeros (en especial a Alec, que sujetaba a Verdín). Arremetería contra el captor con todas sus fuerzas para facilitarles a los demás el escape y luego intentaría huir con ellos a toda prisa.

Spoiler: Mostrar
▪ Aturdidor (HC) [Nivel 8] (Fuerza: 12) Aturde a los enemigos cercanos con un solo golpe, impidiéndoles lanzar ataques físicos.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Light
144. Xion Forma Final
144. Xion Forma Final
The Unknowns
 
Mensajes: 4309
Registrado: Mar Ago 24, 2010 7:20 pm
Dinero: 116.22
Banco: 474,840.29
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 59

Re: Ronda #10 - The Game Never Ends

Notapor xXOrbOOkXx » Lun Oct 19, 2015 9:40 pm



No... No tenía corazón. Fue lo único que pensé cuando terminé de hablar. Y no solo porque Saeko me lo hubiera dicho hacía lo que me parecía una soberana eternidad. Era porque no había dicho nada. Ni siquiera un gesto que me indicara si me iba a eliminar ya o dentro de cien años. Nada. El corazón es lo que atrae a la Llave Espada, los elegidos tenían los corazones más fuertes del mundo. No sabía con certeza si el hermano de Yerai era portador, pero era lo más probable por lo que decía el chiquillo. Si eso era así y según Saeko había perdido el corazón, eso significaba que no podía portar la Llave Espada porque literalmente se la habían arrancado. No me podía imaginar lo que sería vivir con eso.

¿Confiar en vosotros? Imposible.

Los Incorpóreos desenvainaron sus espadas. Escuché un grito de Saeko clamando mi nombre, pero era tarde. Toda posibilidad de escapatoria se había evaporado en cuanto Andrei se llevó una mano a la muñeca. Tenía que haberle dicho que corriera, que se salvaran ella y los hermanos. Después de un sonido, Saavedra nos dejó parados, literalmente. Intenté resistirme con todas mis fuerzas, pero era inútil del todo. Y tampoco podía lanzar un hechizo. Un goterón de sudor frío me recorrió la frente, como si quisiera huir de un barco que estaba por hundirse. Al menos tenía el consuelo de que no me había equivocado al saber que me mataría de todas formas, me alegré de haberle mentido.

Aunque fuerais copias, no podría confiar. No puedo confiar en nadie. —Helado. Frío. Era el tono con el que se podía describir—. Por vuestra culpa.

<<Te lo mereces. Te pareces tanto a su hermano...>>


La frase me chocó más de lo que estaba dispuesto a admitir. Ariasu había conocido esa parte de mí, la desconfiada, la cruel, la que mataría por salvarse. Había cambiado demasiado. Y quizás por esa razón ahora mismo estaba metido hasta el cuello en aquel lío. Cerré los ojos fuertemente y negué interiormente. La Maestra se equivocaba. Punto. Nunca fui como Andrei, ni lo sería jamás. Pero la duda estaba allí, intensa y enterrada.

Una parte de mi cerveau registró que no éramos copias y que Andrei nos controlaba con un aparato que llevaba en la muñeca, pero esa parte racional estaba sofocada por el miedo que sentía. Quizás el miedo era lo que me hacía pensar en cosas que no tenían sentido.

Chasqueó los dedos. Escuché un grito femenino, ahogado, pensé que era Saeko, pero me equivoqué con creces. No dolió. Puede que mi mente hubiera desconectado justo cuando la espada atravesó mi estómago, o cuando la vi sobresalir por mi pecho en el tiempo que tardé en abrir los ojos un microsegundo. Volví a cerrar los ojos, noté el sabor metálico de la sangre. Todo giraba a cámara lenta.

<<No te desmayes, no te desmayes, no te desmayes>> me susurraba una voz interior, la que estaba registrando todo el dolor. <<Si te desmayas matará a Saeko y a los hermanos. La matará, la matará, la matará, la matará...>>

Escuché sus pasos, acercándose. Abrí los ojos, con la mirada más determinada que supe poner. Andrei estaba delante de mi, había sacado una carta de no sabía donde, y la sujetaba con gesto amenazador. Me pareció irónico. Timar con el tarot era lo que me daba de comer en la Cité, y ahora la misma carta me iba a dar muerte allí mismo.

Última oportunidad, y esta vez quiero la verdad. Dime de qué conoces a mi hermano.

Solté una carcajada sin poder evitarlo, con la mirada borrosa. Pensaba que no se creía la parte de los aprendices y no la de su hermano, que era justo la única en la que había dicho la verdad. Tuve ganas de pegarle un puñetazo. No iba a responder, para qué, me iba a matar igual, aunque algo me evitó hacerlo.

Un sonido le hizo volverse. Entonces algo comenzó a tirar. Era la muerte. La muerte me llevaba por fin. No quería morir allí. No iba a morir allí. Escuché un grito, no sabía que alguien que no parecía sentir nada podía gritar. Me aferré al sabor de la sangre, si dejaba de sentirla... Moriría.

****


Y entonces, respiré. Di una gran bocanada de aire. El mundo volvió a dar vueltas. Me aferré a las mantas hasta que el mundo se estabilizó un poco. Tenía sudor frío en la frente y un sabor rancio en la boca, una pesadilla, había sido todo una pesadilla.

Abrí los ojos poco a poco. Lo primero que vi fue el techo empedrado de una habitación. Mis esperanzas de que todo hubiera sido un sueño se esfumaron en cuanto registré que no era mi habitación de Bastión Hueco, ni siquiera la iluminación era la misma, era mortecina, como si estuviera prendida por una vela. Más tarde descubriría que así era.

Giré la cabeza. Me debatí entre el infarto de encontrarme a Saeko tan de repente o el alivio de verla viva y despierta. Me incorporé, los recuerdos me atravesaron la cabeza de golpe.

Beat, Rhyme, espero que hayan conseguido escapar. —Miré hacia todas partes, pero no los vi por ningún lado—. ¿Dónde estamos?

Un momento... ¡Me habían atravesado con una katana! Había sido muy borroso, pero ahora que estaba completamente consciente, y no sentía el dolor, supe que estaba muerto. O en un sueño extrañísimo. En el caso de que fuera un sueño maldeciría a mi subconsciente por no visualizar dos camas en vez de una. Me levanté la camiseta con cuidado, aunque no hizo mucha debido a las quemaduras de la explposión del Distrito 2. En lugar de la mayor úlcera que jamás hubiera podido tener, había una pasta naranja.

Spoiler: Mostrar


Yo que vosotros no tocaría eso. Es lo que os mantiene con vida, cachorros.

Me giré rápidamente hacia la voz. Era una voz seca, áspera, de esas perfectas para cantar en las tabernas a reventar de muchachos con el corazón en otra parte. Provenía de las sombras de la casa, me puse completamente en tensión, aunque que nos hubiera curado no hizo que me levantara e invocara la Llave. Entonces apareció el gato. Mis ojos se abrieron como platos.

Me froté los ojos y me pellizqué un par de veces en el brazo izquierdo. El mismo gato del inicio de la misión estaba hablando, iba relativamente vestido y nos había salvado de Andrei.

Dejad de miradme así y levantaos de una vez. Tenemos mucho trabajo que hacer si queréis salir con vida de esta.

Revolví la cabeza. Me volví a frotar los ojos y volví a mirar. Seguía allí, de brazos (¿o patas?) cruzadas. Dirigiría la vista a Saeko, cuestionando con la mirada de si me había vuelto loco yo, ella, o los dos.

Esto tiene que ser una broma... —Miraría al suelo mientras lo asimilaba. Cuando me tranquilicé lo suficiente me levanté de la cama—. Vale, como supongo que no eres una alucinación, te doy las gracias por habernos ayudado, ahora y al principio de todo este lío. —Me acercaría al... gato, dispuesto a aclarar todas las dudas que tuviera—. ¿Quién eres? ¿Por qué nos has estado ayudando? ¿Dónde estamos? ¿Sabes si Rhyme y Beat han conseguido escapar? Y más importante. —Me agacharía para ponerme a su altura—. Y más importante, ¿qué está pasando?

Una vez todas mis dudas resueltas (o no) le preguntaría qué teníamos que hacer para salir con vida, sin perder más tiempo.

Esto se está volviendo una locura. Aunque ahora al menos sabemos que no somos copias —diría Saeko—. ¿Estás bien?
~Un cuarto de hora de risa, equivale a un año más de vida...~


Proyectos:



UseBars:

Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen

Imagen

Imagen


Rol:

Ficha

Wiki

Spoiler: Mostrar
Tercera Saga:

Prólogo de Simbad
"Bastión Hueco" Choque de culturas (Encuentro)
"Bastión Hueco" Novatos bajo la lluvia (Primer encuentro - Saga Novatos)
"Tierras del Reino" El nacimiento de un príncipe (Trama)
"Islas del Destino" ¡Buscad a mi perro! (Misión)
"Castillo de Bestia" Solos entre lobos (Primer encuentro - Saga Délaissé)
"La Cité des Cloches" Los miserables (Encuentro)
"Villa Crepúsculo" Una visita guiada (Encuentro)
"Selva Profunda" Día de monos (Encuentro)
"Port Royal" Los muertos no cuentan cuentos (Trama)
"Tierra de Dragones" Linda Flor (Misión)
"Bastión Hueco" Novatos bajo el amanecer (Segundo encuentro - Saga Novatos)
"Ciudad de Paso" Lo que vale la pena (Encuentro)
"Ciudad de Paso" The Game Never Ends (Trama)
"Torre de los Misterios" Orden en la Biblioteca (Misión)
"Evento Global" El esclavo del olvido
"Evento Global" Ruta de los perdidos

Evento Halloween 2014
"Especial libre" El laberinto de los corazones
"Especial libre" San Valentín III
"Islas del Destino" Yincana veraniega
"Evento libre" La Mansión Encantada II: La Venganza

Cuarta Saga:


"Ciudad Inexistente" Dos velas para el diablo (Encuentro)
"Port Royal" De copas con la muerte (Encuentro)
"Bastión Hueco" De magdalenas y vicios franceses (Encuentro)
"La Cité des Cloches" Insomnia (Primer encuentro - Saga La Musique du Silence)
"La Cité des Cloches" Somnia (Segundo encuentro - Saga La musique du Silence)
-"Port Royal" El barco que desaparece en la niebla (Misión)
"Tierras del Reino" Donde duermen los gigantes (Trama)
"País de los Mosqueteros" Todos Para Uno (Trama)
"Ciudad de Paso" Un nuevo Crepúsculo (Trama)
"Ciudad de Halloween" El ataque de Boogieman (Trama)
"La Cité des Clochés" Fuego Infernal (Trama)
"Espacio Profundo" Planta 313 (Encuentro)
"Mundo Inexistente" Pasajes Oscuros (Trama)
"Tierra de Partida" Penúltima Parada (Encuentro)
"Evento Global" El principio del fin
"Atlántica" Perdona pero quiero casarme contigo (Encuentro)

"Especial libre" El laberinto de los corazones II: Escape
"Especial libre" World War Christmas
"Especial libre" El San Valentín está aquí
"Especial libre" ¡Exámenes finales
"Especial libre" La inocencia perdida
"Especial libre" Misión: Salvar la Navidad

Timeskip (Finales 1013-1017)

"Tierra de Partida" Examen de Maestría (30 Diciembre 1013)
"Jardines de Tierra de Partida" Doomsnight (Libre) (31 Diciembre 2013)
"País de las Maravillas" El último regalo (Minitrama) (Julio 1014)
"Jardines de Tierra de Partida" El Regreso (Libre) (Finales de Marzo de 1017)

Saga final:

"La Cité des Clochés" Santuario (Trama)
"La Cité des Clochés" La última noche en París (Libre)
Avatar de Usuario
xXOrbOOkXx
51. Rueca Fatal
51. Rueca Fatal
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 1528
Registrado: Jue Dic 27, 2012 10:39 pm
Dinero: 278,842.76
Banco: 0.00
Ubicación: Detrás de tí. !Bu!
Sexo: Femenino
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 8

Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Suzume Mizuno » Mar Oct 20, 2015 12:13 am

¡Tacháaaaan!

No se abrió ninguna puerta: en su lugar estallaron alarmas por todas partes. Maldiciendo, Fátima disparó contra el niño y Maya automáticamente después lo durmió. Con los nervios a flor de piel, la chica salió tras Light para abrirse paso entre los malditos Umbríos.

Por suerte, esta vez estaban preparados y no les cogieron desprevenidos, por lo que pudieron abrirse paso sin demasiado esfuerzo entre ellos. Salieron a la calle y echaron a correr, dirigiéndose hacia el Distrito 3. Ya creía Fátima que lo iban a conseguir cuando dos Incorpóreos enormes, tipo Samuráis, se interpusieron en su camino. Fátima soltó una maldición, frenó en seco y se mantuvo a una distancia prudente de ambos.

Spoiler: Mostrar
x2
Imagen


¡Alec, Maya, vosotros seguid de largo y nosotros…!

Se interrumpió al escuchar el característico sonido de un portal de oscuridad que se abría. Los Incorpóreos alzaron la cabeza y, algo recelosa, Fátima siguió la dirección de su mirada y una garra helada le apretó el corazón.

«Mierda.»

Spoiler: Mostrar
Imagen


ESO es mío.Y ahora vosotros también.

Fátima en seguida notó la ausencia de emoción en la voz y la cara de Andrei. Por algún motivo, eso la puso todavía más nerviosa. Estaba acostumbrada a las insufribles muestras de arrogancia de Andrei. Que ahora pareciera una estatua lo volvía tan… aterrador…

Más quisieras


El tono desafiante de Light la devolvió en sí. Cerró las manos en torno a su Llave Espada y flexionó las rodillas, preparándose para que la atacaran desde arriba o desde la calle, donde los Samuráis les bloqueaban el camino. Intentó pensar desesperadamente una salida cuando una voz fantasmal que venía de abajo estuvo a punto de arrancarle un grito.

«NNoOoO LuuCheIIss connnTRa Éeeeeeelll»


Tardó unos instantes en comprender que la voz venía, una vez, del móvil.

«cOooOooOOrrrrrrrredddddDD»


Intercambió una rápida mirada con Light. A ella le parecía una advertencia u orden más que razonable. No tenía ningún interés porque Andrei les diera una paliza. Si no estuviera el niño y si no hubiera Samuráis sería otro tema. Se moría por preguntar por Clío, pero dudaba mucho que Andrei fuera a responderla. Además, iba a por el niño. Era motivo más que suficiente para salir por patas si así podían torcer sus planes.

Vamos —susurró Light.

Fátima asintió y se arrojó hacia el Samurái libre casi al mismo tiempo que su compañero. Atacaría con su Llave Espada y trataría de obligarlo a retroceder para abrir paso a Maya y a Alec. Su objetivo no era destruir al Incorpóreo —aunque si a base de fuerza bruta, que tampoco tenía tanta, y de golpear lo conseguía, maravilloso— sino dejar que los otros escaparan y después salir corriendo tras ellos para proteger su retaguardia.

Intentaría protegerles sin usar magia pero, en caso de necesidad —si los Incorpóreos lograban sobrepasar a Light o, peor aún, si lo hacía Andrei— arremetería con una Serpe acuática en un intento de desviar el ataque. Si era absolutamente necesario, se quedaría atrás para luchar y dejar que los otros escaparan.


Spoiler: Mostrar
-Reitero lo de absolutamente necesario (y con eso me refiero a que Andrei se vaya a llevar al nene).

▪ Serpe acuática (HM) [Nivel 11] [Requiere afinidad a Agua; Poder Mágico 21]. Invoca a una serpiente de dos metros y medio de largo y 40 cm de grosor que adquiere vida propia y perseigue a un enemigo, estallando contra él. Sirve también para objetos fuera de combate. Por ejemplo, mantener pulsado un interruptor que funcione a peso.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor LightHelco » Mié Oct 21, 2015 3:19 am

Alarmas sonando, Umbríos atacándonos… y yo teniendo que cargar con el criajo este.

Light nos guió rápidamente por las calles y callejones de Ciudad de Paso, intentando buscar el camino más rápido para llegar a la casa de Merlin. Me había costado bastante mantener el ritmo de mis compañeros antes cuando no cargaba con nada, me estaba empezando a ver algo incapaz llevando al niño. Pero aunque me estuviese empezando a cansar, no iba a hacer al grupo detenerse por mi mala forma física, me iba a tocar aguantar como el que más y llegar en una pieza hasta nuestro objetivo.

Es por ello que me resultó algo extraño que Light y el resto se detuviesen en un momento, no tardé mucho en darme cuenta de que lo habían hecho por la repentina aparición de dos Incorpóreos armados con espadas. Me quedé atrás debido a que aun llevaba al chiquillo y luchar con él en brazos se me iba a hacer complicado, aun así estaba listo para apoyar como pudiese a mis dos amigos y Fátima.

Pero claro, las cosas no podían ser tan fáciles como enfrentarnos a dos Incorpóreos, no, el ruido de un portal de oscuridad abriéndose nos alertó de la presencia de un nuevo individuo. Alzamos la vista para ver quien había aparecido en escena. A poco estuvo de dejar caer al niño cuando vi el rostro del hombre.

A-andrei —murmuré sintiendo como todo mi cuerpo se paralizaba al recordar la mirada de odio que había dirigido a Joker durante su muerte.

El ex-Maestro señaló hacia mí, más bien al niño, pero no estaba muy seguro de que se pudiese olvidar de mi cara… bueno, la de mi copia, pero quitando el sombrero y que yo tenía el flequillo más largo éramos prácticamente iguales. Realmente, me sentía demasiado raro en su presencia, como… como si tuviera miedo, un miedo que no llegaba a ubicar del todo como el resto, pero miedo después de todo.

Tuve que agradecer que Light se abalanzara contra los dos Incorpóreos armados antes para salir corriendo con el chiquillo en brazos. Antes de eso, use mi nuevo hechizo para crear la manta que nos cubriese tanto al niño como a mí y volvernos invisibles, teniendo más opciones de huída de esa forma. Sentía el cuerpo pesado, pero lo ignore centrando únicamente en correr y salir de allí cuando antes, seguramente acabara costándome llegar a la casa de Merlin, pero de esa forma podía librarme de Andrei . Aun así, de vez en cuando miraría hacia atrás para comprobar que el hombre no les estuviese atacando a mis compañeros, en el caso que lo hiciera, haría crecer zarzas bajo sus pies para darles una oportunidad de huída.

Spoiler: Mostrar
▪ Truco de magia: Visto y no visto (HM) [Nivel 7] [Personalizada] [Requiere Poder Mágico: 15, Afinidad a Ilusión] Alec chasquea los dedos haciendo aparecer una manta con la que cubre a un solo objetivo u objeto de tamaño medio o grande, lo que queda cubierto por la manta desaparece al instante, volviéndose invisible durante poco tiempo. Alec puede dar por finalizado el truco chasqueando nuevamente los dedos cuando quiera, al igual que alargar más la duración gastando de nuevo 7 PH.

▪ Sota de Tréboles (HM) [Nivel 5] [Requiere Poder Mágico: 8]. Unas zarzas salen del suelo y se adhieren a los pies del rival impidiéndole moverse durante ese turno (un post). El movimiento de las manos no se ve limitado, por lo que el oponente aún puede usar hechizos y armas a distancia.
ImagenImagenImagenImagen



Logros:
Spoiler: Mostrar
ImagenImagenImagen


Awards:
Spoiler: Mostrar
ImagenImagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
LightHelco
111. Roxas Organización
111. Roxas Organización
The Unknowns
 
Mensajes: 3303
Registrado: Jue Jun 07, 2012 10:42 am
Dinero: 320,406.83
Banco: 15,568.00
Ubicación: Un lugar con lapiz y goma
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 16

Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Tsuna » Mié Oct 21, 2015 1:49 pm

Aunque fuerais copias, no podría confiar. No puedo confiar en nadie.—argumentó, ignorando mis propuestas sobre obecederle aun siendo copias virtuales—. Por vuestra culpa.

Parecía muy convencido de sus palabras, que expresaba con un tono tan frío que daba miedo. Sin duda no se trataba de la misma persona que había conocido como aprendiz, ahora era alguien completamente diferente.

Y lo peor de todo es que, ni yo ni Simbad podíamos movernos. Me encontraba paralizada, tanto que mover el cuello o los ojos se me hacía una auténtica tortura, así que al final opté por quedarme quieta, a merced del antiguo maestro. Quería pensar que quizás, en el último momento, pudiese reflexionar y dejarnos vía libre, o utilizarnos como mejor viese. Pero no fue así.

¡Ah...!


Escuché a Beat y Rhyme a nuestras espaldas por los pequeños sonidos que emitían, pero contemplar a los dos incorpóreos desenvainando sus armas logró que se me acelerara el corazón. Ni siquiera pude evitar que me atravesaran de lado a lado con su filo.

Primero sentí una terrible punzada recorrer todo mi cuerpo, y pasados unos segundos vino el dolor. Di una arcada, dolorida por tener la katana dentro del estómago, sintiendo cómo la iba extrayendo de nuevo cubierta por mi sangre. Por lo que pude ver de reojo Simbad también pasaba por lo mismo, y deseé con todas las fuerzas de las que fui capaz que aguantara como yo misma lo estaba haciendo. Porque mi prioridad en ese momento era sobrevivir, sin importar qué había motivado a Andrei a hacer aquello, o cómo demonios nos había paralizado.

Última oportunidad, y esta vez quiero la verdad. Dime de qué conoces a mi hermano.

Tenía que vivir, todas las partes de mi cuerpo se esforzaban por conseguirlo. Y Yerai... entonces se trataba del hermano de Andrei. Era la primera vez que escuchaba sobre que tuviese un hermano, y también me pilló por sorpresa que Simbad lo conociera. A decir verdad no sabía mucho sobre mi compañero y sus orígenes, ni sus motivaciones para seguir a nuestro lado en Bastión Hueco.

Pero mencionar a Yerai en presencia del loco de su hermano fue lo peor. En el fondo pensaba que Andrei nos habría atacado sin importar qué.

¡Simbad, no!


Intenté moverme como pude, resistiendo la punzada de dolor proveniente del estómago, mientras contemplaba impotente cómo el antiguo maestro alzaba su naipe frente a mi compañero. No pude ver bien la carta de la que se trataba, pero seguro que las intenciones serían las mismas: acabar con él.

Pero de pronto me sentí todavía más extraña, como si algo estuviese tirando de mí, agarrándome por el pelo para alejarme del gitano. Pensé si era aquello lo que se sentía al morir, y gritaba desde mi interior con todas mis fuerzas, valerosa y mostrando todo el coraje del que fui capaz, en un intento por no cerrar los ojos. Pero para mi horror me fue imposible, todo empezó a dar vueltas y sentí la necesidad de vomitar.

Sin saber qué estaba pasando escuché en la lejanía una exclamación de Saavedra, sorprendida porque, irónicamente, se hubiese sorprendido.

****


Beat... yme, es... o que hayan... guido escapar. —Escuchaba de fondo una profunda voz ya familiar, aturdida. Me debatía entre la realidad y el sueño, desorientada y apretujada sobre una cama, al lado de otra persona. Al final, tras revolverme un poco, escuché con mayor claridad—. ¿Dónde estamos?

Buena pregunta. Tragué saliva como pude, con la garganta seca y un extraño dolor de cabeza. Llevé mis dedos a los ojos, buscando aclararme, a la vez que me intentaba incorporar sobre la cama.

Lo primero que pudieron captar mis sentidos fue el olor del lugar, fuerte y cerrado, así como la densa oscuridad, apenas alumbrada por unas tristes velas en algún punto que todavía no lograba vislumbrar. La habitación era pequeña, cerrada y de piedra, bastante desordenada por lo que logré ver de refilón.

Y al girar la cabeza y ver a Simbad a mi lado ahogué un grito. No es que fuese aficionada a que invadieran mi espacio personal, y menos él, pero ya había tenido una experiencia similar con cierta persona y no fue en absoluto agradable. Como pude busqué salir de aquella cama a toda prisa, incluso pasando sobre mi compañero si hacía falta hasta quedar a un lado de pie y cruzada de hombros, exhausta.

Hasta tenía los pelos revueltos, menudas pintas.

Yo que vosotros no tocaría eso. Es lo que os mantiene con vida, cachorros.

La nueva voz, áspera y masculina, consiguió que girase la cabeza hacia el punto del que provenía. Entonces una pequeña figura surgió de las sombras, golpeando el suelo con sus botas y adornado por un sombrero la mar de elegante. Aun así, lo primero que me vino a la cabeza era si todavía estaba dormida o aquello era un mal sueño, porque... se trataba del gato, en efecto, el mismo gato que nos había acompañado y que formaba parte de nuestro grupo.

Arqueé una ceja, alucinada. No entendí sus palabras hasta ver a Simbad mirando su estómado, donde se podía ver una sustancia naranja y con aspecto asqueroso. Me di la vuelta, aprovechando las sombras para ocultarme, y comprobé que yo también la tenía en mi cuerpo. La rocé con mis dedos, llena de curiosidad, hasta que recordé lo que nos había explicado el gato extravagante: podíamos morir si la perdíamos.

Tragué saliva y sentí un escalofrío al recordar la katana del incorpóreo atravesarme el cuerpo de lado a lado. Expresé una mueca de disgusto y, todavía adormilada, me encaré a los presentes. Observando al gato.

Dejad de miradme así y levantaos de una vez. Tenemos mucho trabajo que hacer si queréis salir con vida de esta.

Ni siquiera terminaba de asimilar que el gato naranja nos estuviese hablando.

Esto tiene que ser una broma...

Reí por no llorar al escuchar a Simbad. Sí, yo también estaba igual de asombrada que él, pero aquello era el Reaper's Game, cualquier cosa podía ser posible. Tampoco entendía cómo es que seguía viva. ¿Dónde estaba Andrei?

A continuación mi compañero, todavía atónito, empezó a lanzar un montón de preguntas sin descanso, casi con nerviosismo. Aquello no me gustaba. Sí, teníamos muchas preguntas que hacer, pero si algo había aprendido durante mis años como aprendiz era que esas formas no eran las adecuadas.

Me acerqué a Simbad y posé una mano en su hombro cuando hubiese terminado de preguntar, negando con la cabeza cuando me dirigiera la mirada. No merecía la pena continuar lanzando preguntas sin ton ni son. Y tampoco me terminaba de fiar del gato, que él tuviese toda la información y nosotros no, nos colocaba en una posición de desventaja, porque eso le daba derecho a aprovecharse de nosotros, y bastante se habían aprovechado de mí a esas alturas. Por supuesto, escucharía todo lo que tuviera que decir.

Esto se está volviendo una locura. Aunque ahora al menos sabemos que no somos copias. ¿Estás bien?

No estoy tan segura de que no seamos copias —respondí mirando al gato, con el ceño fruncido—. Si sigues siendo nuestro compañero y necesitas nuestra ayuda, cuéntanos todo lo que sepas. Porque yo no me voy a mover de aquí para seguir avanzando a ciegas. Ni siquiera tenemos misión —corroboré, buscando el móvil y mirando la bandeja de entrada. Nada de nada, menos mal—. ¿Por qué Rhyme explotó? ¿O por qué controlan nuestras Llaves Espada?

Di unos pasos adelante, intentando intimidar al gato. La verdad es que, como había dicho, no tenía intenciones de salir de allí mientras no tuviese la suficiente información. Estaba harta de andar a ciegas. Y si el gato pensaba manipularnos también, iba listo.

>>No vamos a salir de aquí sin saber qué está pasando.

Estaba preocupada también por Fátima y los demás. Con los Villanos Finales y Andrei rondando por la ciudad nada bueno podía salir de aquello. Con suerte, el antiguo maestro seguiría las indicaciones de Simbad y terminaría perdido. Era el único consuelo que tenía. Eso y que el gato decidiera ayudarnos.

Spoiler: Mostrar
Saeko no va a cooperar con el Gato a menos que de respuestas convincentes o se comporte de manera positiva, vamos, que se gane su confianza.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Zodiark » Jue Oct 22, 2015 4:52 pm

¡M-me llamo Verdín! ¡Líder, fundador, y único miembro de loz Tecnocorzarioz! Bueeeno, para ti... Hay otra zalida que él me dijo que utilizara ci tenía problemaz.

¿Él? ¿Entonces Verdín no era realmente el que estaba detrás de todo aquello? ¿Había alguien por encima, alguien que le daba órdenes y le ayudaba? ¿Era a eso a lo que se refería cuando hablaba de "él"?

¡Tacháaaaan!

Verdín pulsó un botón de su ¿reloj? de pulsera, y señaló hacia la pared. Esperaba que el chico dijese la verdad, y allí se abriera una puerta secreta, o algo así, pero el resultado no fue el esperado. En su lugar, la sala se iluminó de rojo, y unas molestas sirenas comenzaron a sonar.

Spoiler: Mostrar

Entré en tensión. Había que correr, quién sabía lo que implicaba aquella alarma... Fátima tumbó a Verdín con un hechizo acuático, y yo le apliqué mi Morfeo, tras lo cual Alec cargó con él en brazos y salimos corriendo de aquella sala. Nos libramos rápidamente de los Umbríos que seguían en la sala de los engranajes y una vez fuera bajamos a la plaza del Distrito 2 de un salto.

Maldita sea, ¡este crío nos ha hecho el lío! —me quejé, mientras corríamos hacia el callejón que conducía al Distrito 3.

Por suerte, saber que habíamos salido de aquel edificio me alivió, la alarma sonaba cada vez más lejana. Pero mi tranquilidad pronto se vería interrumpida, cuando, al alcanzar el portón que conducía al siguiente distrito, fuimos interceptados por otros dos Incorpóreos, esta vez, con un aspecto mucho más feroz y peligroso.

¡Alec, Maya, vosotros seguid de largo y nosotros…!

Frené en seco, y cuando los dos seres desenvainaron sus katanas, di dos pasos hacia atrás y me puse en guardia. Pero no hubo tiempo, ni para ellos ni para nosotros, de iniciar la ofensiva, pues un ruido extraño, que alertó a los Incorpóreos, se escuchó desde lo alto de un tejado. Éstos giraron su cabeza para observar el origen de dicho ruido.

Reconocí aquel sonido enseguida, no era la primera vez que lo oía. Era un portal abriéndose. Lo que no esperaba al girar la cabeza y mirar hacia el lugar que estaban contemplando aquellos monstruos era verle a él.

Spoiler: Mostrar

«Andrei... Sabía que de alguna forma esto tendría algo que ver contigo...»

Creo que no va a ser tan fácil, Fátima... —murmuré, quejumbrosa, mientras clavaba mi mirada en los ojos de Andrei.

Su expresión estaba totalmente vacía, tanto que asustaba. Sus ojos inexpresivos y su rostro sereno no permitían vislumbrar ni un atisbo de sentimientos ni emociones. ¿Estaba enfadado? Posiblemente sí, seguramente deseaba vengarse. Pero era imposible notarlo, pues mirarle a la cara era como mirar a un maniquí.

ESO es mío. Y ahora vosotros también. —Su voz tampoco se quedaba atrás. Era totalmente plana, vacía y deprimente. Realmente costaba creer que aquel hombre fuera humano... Porque lo era, ¿no...?

Miré a Verdín, que seguía en un profundo sueño, mientras Saavedra le señalaba, asegurando que quería recuperarlo. ¿Significaba aquello que la persona a la que se refería Verdín era Andrei? ¿Él era, en efecto, el que estaba detrás de aquel juego? Pero entonces, ¿qué papel tenía Joshua en todo aquello? La cabeza me iba a explotar.

Más quisieras —dijo Light, atreviéndose a ser el primero en intercambiar unas no precisamente bonitas palabras con el gitano.

Apreté el mango de la Pétalo de Hada con fuerza, y miré a los Samurái de nuevo, para después volver a clavar mi mirada en Saavedra. Por si fuera poco enfrentarnos a aquellos dos seres, ¿también teníamos que hacer frente a Andrei? ¿Seríamos capaces? Andrei no era precisamente moco de pavo, y lo sabía porque mi versión digital se había enfrentado a él durante el primer Reaper's Game, y por poco no lo cuenta. Temblaba al pensar en el increíble poder que habría adquirido durante todo el tiempo que había estado desaparecido.

La tensión se podía palpar en el ambiente, pero pronto algo nos alertó a todos. Una voz distorsionada y algo siniestra resonó por el callejón. Observé a los lados, confusa, bajando la guardia, y no tardé en darme cuenta de que dicha voz provenía del bolsillo de Fátima. ¿Se trataba, de nuevo, de aquel móvil roto?

«NNoOoO LuuCheIIss connnTRa Éeeeeeelll»


¿Era el emisor de aquella voz el que nos había estado guiando, mandando mensajes para hacernos encontrar a Verdín y el que nos había dicho que lo llevásemos a casa de Merlín? ¿Era... J?

«cOooOooOOrrrrrrrredddddDD»


Tras esa distorsión horrible, pude reconocer una voz familiar, aunque no tuve tiempo de darle vueltas al asunto.

Vamos.

Light decidió tomar la iniciativa, y se acercó a los dos Incorpóreos, a los que propinó un Aturdidor, y abrió el portón hacia el Distrito 3 sin tardar. Estaba claro lo que pretendía: no iba a luchar, sino a abrir paso para escapar de allí.

Alec reaccionó con presteza, y se volvió invisible a él mismo y a Verdín con el hechizo que anteriormente había usado sobre mí. Fátima, mientrastanto, se quedó en la retaguardia con Light, cubriendo a Alec desde allí.

Alec, te cubro desde el frente —susurré.

De un par de saltos, me coloqué en la vanguardia, liderando el grupo, y eché a correr hacia el Distrito 3. Si Andrei nos interceptaba por delante, o sólo trataba de frenar a Alec colocándose entre él y yo, si es que conseguía descubrir dónde estaba, combinaría mis fuerzas con mi compañero y, después de que éste le inmovilizara, le lanzaría un Morfeo y seguiríamos avanzando hacia la casa de Merlín.

Nuestra prioridad en ese momento, además de sobrevivir, era no permitir que el gitano se llevase a Verdín, así que estaría atenta en todo momento a mi retaguardia, aunque no supiera exactamente el lugar donde se encontraba mi compañero. Además, también tenía que vigilar si los Incorpóreos volvían en sí y atacaban a la otra pareja, ya que en ese caso tendría que intervenir con mis poderes curativos.

Spoiler: Mostrar
Si y sólo si Andrei intenta interceptar a Alec o a la propia Maya (y con ello, a todo el grupo) desde delante:

Morfeo (HM) [Nivel 15] [Poder Mágico: 16] Duerme a un único objetivo. Puede despertar con objetos o magias curativas o de manera natural, al cabo de un rato.
Imagen
Imagen
Imagen

~Awards~
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen

ImagenImagenImagen
Avatar de Usuario
Zodiark
72. Ducky Goose
72. Ducky Goose
The Unknowns
 
Mensajes: 2142
Registrado: Lun May 14, 2012 3:40 am
Dinero: 5,145.82
Banco: 1,816,912.05
Ubicación: Ultimate Academy for Gifted Juveniles
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Tumblr: sodasalvaje
Youtube: Dacobue
Instagram: @soda_93
Estantería de objetos
Karma: 103

Ronda #11 - The Game Never Ends

Notapor Astro » Vie Oct 23, 2015 9:45 pm

Imagen

Simbad & Saeko


Parrad el carro los dos, pimpollos. ¡Estos jóvenes, se creen el ombligo del mundo! —exclamó el gato, que se había mantenido en todo el momento en silencio mientras los dos aprendices hablaban, sin inmutarse ni cuando Saeko intentó intimidarle—. Pensaba que Ronin y Ryota os criaban mejor.

»Me llamo Julio Gatstantino Tercero. Responderé a todas vuestras preguntas, pero tendréis que esperar un poco a que el crío digital llegue con vuestros compañeros. Estoy demasiado viejo para repetirme.

Les señaló la mesita del centro de la casa, donde había una jarra llena de agua fresca y un puñado de tazas de té vacías que podían usar como vasos. Seguramente necesitarían y agradecerían un buen trago de agua. Minetras, Julio había avanzado hasta el rincón contrario a la cama, donde había instalado un enorme aparato que parecía un ordenador demasiado moderno incluso para aquel mundo.

Deberían llegar en cualquier momento, poneros cómodos mientras tanto —explicó el gato, que había tenido que subirse a un taburete para alcanzar el teclado del ordenador—. Esta es una zona segura, así que no tenéis nada que temer.

Apenas dijo la última palabra, cuando la pantalla transmitió un mensaje urgente con luces rojas.

Por todos mis bigotes, ¡no puede salir nada bien! —protestó, bajándose del taburete y avanzando a toda prisa hasta los dos jóvenes—. Hay problemas. Quedaros aquí y no toquéis NADA. volveré enseguida con vuestros compañeros... o los que queden.

Dicho y hecho, se esfumó en el aire. Puf, sin más. ¿Volvería? ¿Sólo, o acompañado... de cuántos?

Imagen

Light, Fátima, Alec & Maya


Todo fue muy rápido, todos corrían lo máximo que podían. Light consiguió hacer gran daño a un Samurái con su Aturdidor, dejándolo tan débil que Fátima pudo destruirlo de un golpe cuando le alcanzó. El segundo incorpóreo, en cambio, esquivó a ambos con un ágil salto en el aire y aterrizó en la parte de detrás, rozando con su espada la espalda de Alec, que pudo esquivarle por los pelos antes de volverse invisible.

Los aprendices corrían, con Light y Maya al frente, Alec invisible en el medio con Verdín, y Fátima cubriendo la retaguardia. Pero Andrei no iba a darse por vencido tan fácilmente: había bajado del tejado con bastante destreza, flotando unos centímetros en el aire antes de tocar el suelo para evitar la caída, y se movía muy rápido hacia el frente acompañado de su incorpóreo.

Fue el Samurái el más rápido, que llegó a chocar su arma contra Fátima, la más rezagada del grupo cuando estaban a muy poco de alcanzar las puertas del Distrito 3. La chica pudo bloquear los ataques del incorpóreo, pero una carta afilada le pasó rozando la cara, haciéndole un corte en la mejilla. Andrei también podía atacar a distancia.

Alec intervino entonces, viendo a Fátima en apuros, lanzando su hechizo de plantas hacia el ex-maestro, pero... Algo salió mal. Muy mal. Las zarzas, en lugar de crecer bajo los pies de Saavedra, lo hicieron bajo los pies del propio Ocus, que en plena carrera acabó cayéndose al suelo. No soltó a Verdín por poco.

Andrei aprovechó ese momento. Con Fátima ocupada con el Samurái, el incorpóreo dio un gran salto, apoyándose sobre una pared para coger más impulso, y se dispuso a caer sobre Alec. Daba igual que siguiese siendo invisible: de alguna manera sabía que estaba allí. Los demás hicieron lo que pudieron ante tal situación: Fátima disparó una Serpe acuática qué, en el momento de impactar contra Andrei, rebotó y se llevó por delante a la propia aprendiza y al incorpóreo Samurái, tirándoles al suelo y alejándoles un par de metros de la escena.

Maya también intentó salvar a Alec casi al mismo tiempo que Fátima, usando un Morfeo sobre el incorpóreo. Pero quien acabó cayendo dormida en el suelo cual angelito fue la propia Maya, víctima de su propio hechizo. Andrei, que se había librado de ambas aprendizas, lanzó una carta con tanta puntería que atravesó el estómago del derribado Alec cual cuchilla afilada. La manta que producía la invisibilidad se deshizo del golpe, desvelando del todo tanto al brujo como al bebé.

Esperaba más de vosotros.

Se agachó para recoger a Verdín del suelo, pero Light arremetió justo a tiempo para empujarle hacia atrás, rechazándole y cogiendo él al bebé. Todos los presentes (menos Maya, que seguía frita en el suelo) se prepararon para el segundo asalto, pero algo ocurrió que lo cambió todo.

Una sombra naranja surgió en pleno callejón, agarrando con una pata una pierna de Light (y éste, a su vez, ya tenía a Verdín) y un brazo de Alec con la otra.

Lo siento.

Todo se volvió muy confuso para Light y Alec. Sintieron que algo tiraba de ellos con una fuerza impresionante, como si les succionase, y en un parpadeo todo se había vuelto oscuro.

Fátima, por su parte, sólo pudo observar desde detrás cómo sus dos compañeros desaparecían en el aire junto con... ¿Un gato? ¿Con sombrero y botas? Sí, es lo que había visto. Ahora, se había quedado sola con dos incorpóreos peligrosos y una Maya que seguía dormida.

No importa. —Andrei se giró, despacio, clavando sus ojos en los de Fátima. Por primera vez en mucho tiempo, sonrió levemente mientras apretaba algo en su muñeca—. Te tengo a ti.

Un pinchazo en el cuello, ya familiar, acabaría con cualquier intento de huida o de contraataque de Fátima. Su cuerpo dejó de responderle, y por mucho que luchara acabó cayendo de bruces contra el suelo. Un Andrei Saavedra acercándose hasta ella fue lo último que vio antes de caer inconsciente.

Imagen

Light, Simbad, Alec & Saeko


No había pasado ni un minuto desde que Julio había desaparecido de la casa de Merlín, cuando volvió a aparecer en la misma posición. Pero no venía solo: Light y Alec estaban con él, con el primer sujetando un extraño bebé cabezón con gafas y bata de laboratorio. Los recién llegados se sentirían extremadamente mareados, con todo dándoles vueltas y con ganas de vomitar. Sobre todo Alec, con una herida considerable en el estómago.

Lo hemos traído. No pude salvar a las chicas, lo siento.

El gato (o Julio, como lo conocían Simbad y Saeko), había hablado hacia el ordenador instalado en la casa de Merlín (donde Alec y Light estaban ahora, por cierto), como si esperase que le contestase. Esperó un poco y después giró sobre sus patas traseras, acercánose hasta el brujo y obligándole con una fuerza inesperada a sentarse en la cama.

Ahorraos vuestras pociones y curas mágicas —pronunció la última palabra con bastante desdén. Después, hizo como si se remangase y levantó la camisa a Alec para poder ver bien la herida—. Veamos...

Hizo una gárgara bastante desagradable y, ni corto ni perezoso, escupió una bola de pelo llena de babas en la herida de Alec. Por asqueroso que resultase, el efecto fue casi inmediato: el pelo, que parecía una pasta naranja, se amoldó a la herida, taponándola y deteniendo la sangre, consiguiendo a la vez que el dolor desapareciese. Sí, Simbad y Saeko podrían deducir que a ellos les había hecho lo mismo con sus heridas respectivas.

Espero que mi socio os haya tratado bien.

Aquella voz resonó por todas partes de la casa. Seguido, y con un fuerte pitido, una figura holográfica surgió de la pantalla del ordenador. Pelo apagado, camisa azul y unos ojos violetas que se clavaron en todos y cada uno de los presentes. Alguno le reconocería nada más verle: Joshua.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Su cuerpo se volvió "normal" a la vista tras unos momentos, aunque al andar hacia ellos podían verse que varias partes volvían a ser hologramas de vez en cuando.

Cuánto tiempo —saludó, sonriente, antes de dirigirse al gato—. Así que no pudiste hacer nada con las chicas...

Demasiado arriesgado, Joshua. Si me hubiese visto, les habría bloqueado a todos.

Entiendo. Tomad asiento, por favor. Creo que todos tenéis preguntas que merecen una respuesta, sobre todo si queremos acabar con el malvado Dex Rain.

Joshua permaneció en pie, esperando a que los aprendices se sentasen y se pusieran cómodos, incluso sugiriéndoles que bebieran algo de agua si lo necesitaban. El gato, por su parte, había vuelto al ordenador tras haber recogido a Verdín del suelo. Por extraño que pareciese, había conectado un cable del aparato a la nuca del bebé, como si fuese lo más normal del mundo.

¿Por dónde debería empezar...? —Se llevó una mano a la barbilla, pensativo—. Supongo que presentándonos. Para quien no me conozca (menuda ofensa), soy Joshua. Soy quien ayuda a Neku y su panda a recuperar Shibuya, GameMaster de los Reaper's Game, etcétera. Él, es Julio.

Señaló al minino.

Julio Gatstantino Tercero. Detective de la Flota Galáctica encargado de la búsqueda y la captura de Andrei Saavedra. O Dex Rain, como se hace llamar ahora. —Soltó un gruñido, mientras seguía tecleando en el ordenador con bastante soltura pese a sus cortas patitas—. Llevo meses intentando coger a ese maldito chiflado.

Lo que nos lleva al día de hoy. Punto uno: no, no sois copias virtuales otra vez. Me sorprende que hayáis dudado tanto, creía que no caeríais dos veces en la misma piedra. —Soltó una leve carcajada—. Punto dos: por ende, tampoco estáis en una Ciudad de Paso virtual, estáis en la real. Nuestro gitano psicópata favorito utiliza algún tipo de sensor que engaña a los Villanos Finales de Mateus para ocultar vuestra señal y moverles como más o menos él quiere.

Desde que vuestros maestros le perdieron la pista, he estado siguiendo a Saavedraa por distintos mundos. Y no ha sido fácil, ese bastardo sabe cómo ocultar su rastro —prosiguió Julio, mientras Joshua examinaba de cerca al durmiente Verdín—. Ha pasado todos estos meses preparándose. Y no digo sólo a sus poderes, magias o como queráis llamarlo. Ha reunido dinero, recursos, y, sobre todo, tecnología de este idiota cabezón.

Señaló con una garra al bebé (a quien se le caía la baba mientras dormía).

»Es biónico. Para que lo entendáis, es humano, pero tiene partes de robot dentro de él, sobre todo en el cerebro. Su origen es... largo de contar, pero en la Federación creíamos que le teníamos localizado. Nos equivocamos. Saavedra le sacó hasta el último ápice de su tecnología y le convirtió en su esclavo sin que él siquiera se diera cuenta.

Dicho esto, punto tres. He mencionado que no sois copias virtuales, pero a efectos prácticos sí que lo sois. Dex Rain os infectó a todos antes de empezar con unos nanobots muy avanzados que Verdín creó para él. Son una tecnología impresionante que ha llegado a sorprenderme hasta a mí, y eso no es fácil —Se sentó, a pesar de que técnicamente no era sólido, al lado de Light. Bastante cerca—. Se han propagado por todo vuestro cuerpo, incluyendo vuestro corazón. Así es como os controla. Desde regular vuestra magia interior, hasta dejaros inconscientes con sólo apretar un botón. La mala noticia, es que con la tecnología que tengo aquí me es imposible destruirlos o sacároslos. Bueno, podríais desangraros para que salieran, pero dudo que ninguno quiera intentarlo. —Se quedó callado un momento, con las cejas levantadas y aire divertido, por si alguno se ofrecía voluntario al suicidio—. La buena noticia es que ahora que tenemos a Verdín, podemos acceder a sus archivos internos y crear una solución temporal que desactivaran los nanobots el tiempo suficiente como para que podáis hacer frente a Andrei sin que os controle con un dedo. O al menos no mucho.

Poneros cómodos, esto llevará un tiempo —aclaró el gato, que seguía trabajando.

Qué más os tendría que contar... Bueno, supongo que ya os lo habréis imaginado, pero fue Andrei quien montó este Reaper's Game. Su retorcida mente y su pecho hueco pensaron que su venganza merecía que pasarais de nuevo por el juego y, cuando estuvierais agotados física y mentalmente, hacer algo con vosotros. No he logrado descubrir el qué. Justo antes de empezar su juego, como no quería que os pudiera ayudar durante el mismo, me encontró e intentó matarme. Él cree que lo consiguió, pero en realidad lo que hice fue esconderme delante de sus narices: dentro de su sistema de datos. He podido guiaros lo mejor posible, pero no ha sido demasiado fácil: ¿alguna vez os disteis cuenta de que los mensajes iban en singular? ¡No fue nada fácil ocultar vuestra señal para que no os encontraran cuando decidisteis ir en grupito y dejasteis a los dos más débiles a cumplir las misiones!

»No os ofendáis —añadió, mirando a Simbad y a Saeko.

Al grano: el plan es sencillo. En cuanto vuestros nanobichos estén tomándose una siesta, buscaremos a Saavedra y le daremos una paliza. Con un poco de suerte, vuestras amigas seguirán vivas cuando lleguemos. Si no, lo siento por ellas, pero en este estado ninguno tendría oportunidades contra alguien que puede mataros apretando un botón.

Descansad y preparaos. Dex Rain ha aprendido a controlar a los incorpóreos que el Emperador tiene por la ciudad, convirtiéndoles en su propia arma. No será un combate fácil.

Gato y holograma se centraron en el ordenador, avanzando entre los dos por avanzar con el parche para los nanobots. Los aprendices debían asimilar toda la información que acababan de recibir y prepararse para el combate que pondría punto y final a este Reaper's Game. Pero era muy posible que todavía tuvieran dudas (o muchas dudas) sobre lo que estaba sucediendo, y eran libres de preguntarle a los dos Js sobre lo que quisieran.

Imagen

Fátima & Maya


El molesto ruido de una máquina despertó a ambas chicas. Estaban en una amplia sala cuadrada, muy pobremente iluminada, tumbadas cada en unas camillas metálicas. Por suerte, nada les ataba a ellas, y las dos pudieron levantarse, aunque bastante despacio porque sus cuerpos estaban bastante entumecidos. Les costaba moverse.

Maya en particular tuvo un problema para levantarse, ya que conectada a su camilla había una extraña máquina (la que hacía el irritante sonido) que subía y bajaba, como si hubiera estado escaneando a la brujita con su luz verde mientras dormía. Tuvo que esperar que estuviera en un extremo para levantarse y no chocar con ella.

Aparte de la máquina y de los ruidos que ellas mismas hicieran, no se oía nada. Todo estaba demasiado tranquilo, tal vez. No había ventanas, así que no tenían forma de saber dónde estaban, y todo objeto que tuvieran antes en sus bolsillos (incluso los móviles del juego) habían desaparecido. Una puerta, ya abierta, parecía el único camino disponible... Hasta que se fijaran en un cristal al fondo de la habitación.
El cristal mostraba otra sala prácticamente idéntica a la que estaban, incluso con dos camillas ya ocupadas por caras conocidas: Clío y Crow dormían plácidamente en ellas, mientras la misma máquina que había estado analizando a Maya les escaneaba ahora a ellos.

No había ninguna puerta ni forma directa de entrar y llegar hasta ellos, aunque el cristal era muy fino y sus habilidades estaban disponibles, incluyendo la materialización de sus llaves espadas. Clío y Crow no estaban cerca del cristal, así que podían romperlo para cruzar hasta ellos... O salir por la puerta principal de su propia sala y buscar una forma de llegar hasta ellos sin armar ruido. ¿Qué harían?

Y lo que era más importante, ¿dónde estaban?


Imagen

Spoiler: Mostrar
Light Hikari
Arañazos leves. Mordisco doloroso en la mano.
PH: 15/44
Inventario:
· Poción x1
· Éter x1

Alec Ocus
Heridas en tratamiento.
PH: 22/34

Simbad
Heridas en tratamiento.
PH: 17/24
Inventario:
· Poción x1

Saeko
Heridas en tratamiento.
PH: 28/28
Inventario:
· Poción x2
· Éter x1

Fátima Laforet
Daños leves. Cuerpo entumecido.
PH: 25/50

Maya Zawrid
Arañazos leves. Cuerpo entumecido.
PH: 4/34

Fecha límite: martes 27 de octubre.
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen

Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Astro
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
 
Mensajes: 1689
Registrado: Jue Sep 06, 2012 12:49 pm
Dinero: 598,528.05
Banco: 15,646.59
Sexo: Masculino
Estantería de objetos
Karma: 7

Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Suzume Mizuno » Mar Oct 27, 2015 9:35 pm

Cuando la Serpe acuática se volvió contra ella, Fátima soltó un grito. Chocó contra el Incorpóreo y luego rodó por el suelo. Empapada de pies a cabeza y con unas agobiantes punzadas de dolor en las sienes. Gimió y rodó para incorporarse, justo a tiempo para ver cómo Maya caía inconsciente al suelo y Andrei atacaba a Alec, cuyo hechizo de insivibilidad se rompió. Fátima soltó un grito al ver la sangre.

Esperaba más de vosotros.

Fátima gruñó y se intentó poner de pie, aturdida y mareada por culpa del golpe. Light consiguió que Andrei no se llevara a Verdín, pero no era suficiente. A este paso Andrei iba a machacarlos. Otra vez. Reprimiendo un grito de frustración, Fátima invocó su Llave Espada y se preparó para atacar por detrás a Andrei cuando algo naranja —¿el gato?— apareció entre sus compañeros.


Lo siento.

Y desaparecieron. Fátima parpadeó un par de veces, desconcertada.

Qué…

El miedo le contrajo el estómago y miró a su alrededor con espanto. No entendía qué había pasado pero en ese momento importaba bien poco: estaba sola. Maya se había quedado inconsciente y si no llegaba hasta ella las dos iban a morir ahí y ahora.

Flexionó las rodillas y se preparó para saltar sobre la brujita cuando Andrei dijo:

No importa. —Se volvió hacia ella con lentitud y, por primera vez, Andrei sonrió. Fátima se estremeció—. Te tengo a ti.

¡Y una mierda!—gritó, obligándose a superar el miedo y sustituirlo por furia. Siempre que Andrei aparecía, todo se torcía. No le había bastado con todo lo que había hecho en China, o crear a Clío y todas las demas réplicas para usarlas a su gusto. Ahora les había metido en esta pesadilla.

¡No! ¡No había llegado tan lejos, no había trabajado tanto para que ese cerdo volviera a hundirla en la mierda! Cogió aliento y se preparó para atacar con un Dragón de Agua cuando vio que tocaba algo en su muñeca y a continuación volvió a experimental aquel pinchazo.

«¡No! ¡Otra vez no…!»

Cayó aparatosamente de bruces en el suelo al tiempo que todo se oscurecía a su alrededor. Escuchó cómo se acercaba Andrei y maldijo para sus adentros una vez más.

****


Lo primero que pensó al abrir los ojos fue que la luz era preciosa. Se le saltó una lágrima y aspiró una larga bocanada de aire. La emoción la embargó con tanta intensidad que por unos instantes no pudo moverse. La cabeza le daba vueltas de puro alivio. No había esperado despertarse.

Cuando se calmó un poco miró a ambos lados y dio un respingo al ver a Maya acostada en una especie de camilla sobre la que pasaba un escáner. Fátima se incorporó sobre los codos y comprobó que ella misma estaba en una cama muy similar. Se palpó por encima para asegurase de que no había nada roto y silbó entre los dientes porque tenía el cuerpo entero adormecido y le respondía mal. Le costó más de lo esperado sentarse y bajar las piernas; no se atrevió a saltar al suelo. Todavía no.

¿Maya? —Tosió y carraspeó. Tenía la garganta seca—.¿Estás bien?—preguntó con preocupación.

Asintió cuando la chica respondió y luego miró a su alrededor. Estaban solas en una especie de habitación cerrada, con una única salida y un gran panel cristalino a través del cual se veía… Soltó una exclamación, saltó adelante casi sin pensarlo —y estuvo a punto de caer al suelo. Suerte que las piernas, algo temblorosas, soportaron su peso— y corrió hacia el cristal, en el que apoyó las manos.

Al otro lado estaban Clío y Crow, inconscientes y tumbados en camas que , igual que en el caso de Maya, los escaneaban de arriba abajo. Fátima contuvo un gemido de alivio. ¡Clío estaba viva! Aunque al pensar que Andrei la había traído hasta ahí, sin dejarla vivir en paz, rechinó los dientes y apretó los puños. Se despejó de golpe y recordó todo lo que había sucedido. Se llevó una mano al cuello. ¿Cómo lo lograba? ¿Qué le había hecho, qué clase de habilidad era? Hirvió de rabia e impotencia a partes iguales y las ganas de romper el cristal de un puñetazo estuvieron a punto de superarla.

Al final se apartó con un resoplido y se cruzó de brazos, intentando controlarse. No le serviría de nada ponerse como loca cuando debían estar en la guarida de Andrei. Esto también debía ser un juego suyo. Seguramente las estaba vigilando: ¿por qué iba a dejarlas sin atar, si no? A Andrei siempre le había encantado jugar.

La pregunta era si lo seguía haciendo ahora. Si es que era posible que lo hiciera. No estaba segura. En teoría, los Incorpóreos no tenían sentimientos ni empatía, pero todo aquello era una venganza personal. No podía ser otra cosa. ¿Le estaba impulsando alguien más o Andrei tenía la capacidad de odiar…?

Respiró hondo y se palpó los bolsillos. Gruñó al comprobar que, claro, les habían quitado los escasos objetos que poseían. Invocó la Llave Espada. Al menos eso no se lo habían llevado. Se giró hacia Maya y dijo:

¿Recuerdas lo que sucedió? Andrei empezó a devolvernos todos los ataques y… No sé por qué nos ha traído aquí. No te preocupes por Light, Alec y el niño. Están bien. Se… marcharon antes de que Andrei nos cogiera… No sé cómo lo hace. Tiene que tener una habilidad que refracta hechizos, pero dejar inconsciente sin más es algo que me cuesta imaginar. Quizás nos esté vigilando ahora mismo pero, por si acaso, cuantos más mejor. Tenemos que ayudar a Clío y a Crow. —Señaló con un gesto hacia la puerta—.No quiero dar una excusa rompiendo el cristal a Andrei para que venga a ver qué pasa, así que… ¿Vienes?

Invocaría la Llave Espada y la pistola. Sería la primera en asomarse y mirar a ambos lados de la puerta. Si no había peligro, haría una señal a Maya para continuar con su camino, buscando un pasillo o un acceso que les acercara a donde estaban Clío y Crow.

Si había enemigos le indicaría a Maya que no hiciera ruido. Dependiendo de cuántos fueran —menos de tres— y si no se alejaban, atacaría con un par de disparos antes de arremeter contra ellos con su Llave Espada. Si eran más, esperaría a que se marcharan. Si estaba Andrei a la vista o podía escuchar algo, se detendría a escuchar para obtener toda la información posible e intentaría no hacer ruido.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Light » Mar Oct 27, 2015 11:29 pm

Fátima, con la ayuda de Light, logró destruir a uno de los Incorpóreos. El otro les esquivó, para desgracia de ellos. De todas formas no estaba dispuesto a perder el tiempo con esa criatura a menos que les arrebatara al bebé.

«¡Fátima!».

Se giró hacia atrás para comprobar los movimientos de Andrei y la criatura blanca. Tenso, contempló con los ojos muy abiertos cómo los aprendices más rezagados tenían bastantes problemas. Y gordos, tan gordos que se vio obligado a detenerse en seco y hacer algo al respecto.

Lo que sucedió resultó muy confuso para él. Cada uno de los hechizos que enviaban sus compañeros rebotaban. Las zarzas de Alec —las conocía, no era la primera vez que veía aquella habilidad—, la serpiente de agua de Fátima y el conjuro adormecedor de Maya no afectaron a Andrei o al otro Incorpóreo, sino a sus respectivos invocadores.

«¿Qué demonios? ¿Estará usando… Reflejo?», contempló con horror cómo Maya caía en un profundo sueño.

Esperaba más de vosotros.

No dudó en actuar en cuanto vio que Andrei se disponía a llevarse a Verdín. Corrió hacia el gitano a toda velocidad, con llave en ristre, decidido a golpearle. Su actuación sirvió para alejarle del crío y otorgarle el tiempo suficiente para cogerlo.

Con la mano libre, le apuntó con su Llave Espada, dejando claro que cobraría de lo lindo si osaba acercarse a Verdín.

«Parece que no nos lo vamos a quitar de encima tan fácilmente», pensó mientras le vigilaba, fastidiado.

El combate se hubiera alargado más para él de no ser por una sombra naranja que le sorprendió.

«¿Qué?».

Lo siento.

Todo resultó tan rápido como confuso. Ni siquiera había tenido tiempo para ver qué le había agarrado, y por supuesto no pudo resistirse a su descomunal fuerza. Algo le había succionado y después… vino la oscuridad.

***


De repente estaban en casa de Merlín, no tardó en darse cuenta de ese significativo detalle. Habían aparecido allí de alguna manera.

Se llevó la mano a la frente, cerró los ojos y resopló, mareado pero sobre todo aliviado: seguían teniendo a Verdín con ellos, lo habían logrado. El malestar que experimentaba en aquellos momentos era terrible y pensaba que vomitaría allí mismo en cualquier momento. ¿Qué demonios acababa de pasar?

Respiró hondo y analizó su actual situación. Vio a Alec, a Saeko, a Simbad, a un gato con botas…

Se restregó los ojos y los abrió lentamente. ¿Un gato con botas? No se trataba de la primera vez que veía a una criatura peculiar como aquella —en la ópera de cierto mundo ya vio a animales que vestían y actuaban como humanos—, pero le sorprendió de alguna manera su presencia. Y se hizo la inevitable pregunta: ¿quién demonios era?

Lo hemos traído. No pude salvar a las chicas, lo siento.

Ya se había dado cuenta de su ausencia antes de que lo indicara. Light agachó la cabeza, tragó saliva y apretó los dientes. Temía lo que podría haberles sucedido y no tenía ninguna certeza de que estuvieran con vida. Aun así Fátima y Maya eran aprendizas veteranas que sabían defenderse muy bien, así que confió en que siguieran de una pieza.

Vaya… —dijo sin mucho ánimo. Luego se fijó mejor en Alec y vio de cerca la herida alojada en su estómago—. ¡Alec, tu herida…! —Agarró a toda la prisa la poción guardada en su bolsillo y la sacó, con una intención muy clara.

Ahorraos vuestras pociones y curas mágicas —recomendó con cierto desaire y se dispuso a examinar de cerca la herida de Alec—. Veamos...

Al final no hizo falta usar su poción, el felino trató su herida… usando una bola de pelo que salió de su boca. Light puso una mueca de asco que no pudo disimular… ¿de verdad aquello iba a funcionar? Al menos parecía que servía para detener la hemorragia, así que se guardó el brebaje sanador.

Espero que mi socio os haya tratado bien.

Light buscó por toda la casa el origen de la voz y el fuerte pitido. Poco después lo descubrió: un holograma que representaba a un chico joven de ojos violetas surgió de la pantalla del ordenador. Les observó a cada uno de ellos.

Al rato algo cambió en él y se asemejó menos a un holograma.

Cuánto tiempo. Así que no pudiste hacer nada con las chicas...

Demasiado arriesgado, Joshua. —El joven del que le habló Alec al fin hacía acto de presencia. Por lo que le dijo el brujo supuso que era un aliado—. Si me hubiese visto, les habría bloqueado a todos.

Entiendo. Tomad asiento, por favor. Creo que todos tenéis preguntas que merecen una respuesta, sobre todo si queremos acabar con el malvado Dex Rain.

«¿Dex Rain?».

Estaba deseando escuchar una explicación, descubrir la razón de su presencia en esa ciudad, saber si realmente eran copias. Al final iba a recibir las tan ansiadas respuestas… y tenía miedo de la verdad.

Light buscó un sofá en el que apoyarse y desde ahí escuchó las explicaciones, muy interesado. Aceptó la sugerencia de Joshua y se bebió un vaso de agua de un trago.

Siguió con la mirada los movimientos del gato, quien había recogido a Verdín del suelo. Le conectó un cable en la nuca por alguna razón que no se imaginaba ni por asomo.

¿Por dónde debería empezar...? Supongo que presentándonos. Para quien no me conozca (menuda ofensa), soy Joshua. Soy quien ayuda a Neku y su panda a recuperar Shibuya, GameMaster de los Reaper's Game, etcétera. Él, es Julio.

Julio Gatstantino Tercero. —El gato con botas se presentó—. Detective de la Flota Galáctica encargado de la búsqueda y la captura de Andrei Saavedra. O Dex Rain, como se hace llamar ahora. —Gruñó—. Llevo meses intentando coger a ese maldito chiflado.

Así que Andrei Saavedra era ese tal Dex Rain… ¿Por qué demonios se habría cambiado el nombre? ¿Para despistar a quienes le buscaban, quizás?

Lo que nos lleva al día de hoy. Punto uno: no, no sois copias virtuales otra vez. Me sorprende que hayáis dudado tanto, creía que no caeríais dos veces en la misma piedra. —«Por supuesto que no somos copias, ¿cómo he podido pensar en esa absurda posibilidad?», nada más descubrir la verdad se sintió realmente estúpido; qué malas podían ser las paranoias. También se alivió, aunque todavía había una incógnita. ¿Por qué Crow dijo eso...?—. Punto dos: por ende, tampoco estáis en una Ciudad de Paso virtual, estáis en la real. Nuestro gitano psicópata favorito utiliza algún tipo de sensor que engaña a los Villanos Finales de Mateus para ocultar vuestra señal y moverles como más o menos él quiere.

Desde que vuestros maestros le perdieron la pista, he estado siguiendo a Saavedraa por distintos mundos. Y no ha sido fácil, ese bastardo sabe cómo ocultar su rastro. Ha pasado todos estos meses preparándose. Y no digo sólo a sus poderes, magias o como queráis llamarlo. Ha reunido dinero, recursos, y, sobre todo, tecnología de este idiota cabezón.

Al final sus sospechas se terminaron confirmando. El crío claramente había sido cómplice de aquel loco. Desvió la vista hacia el bebé, algo preocupado.

Es biónico. —Light puso una mueca de extrañeza—. Para que lo entendáis, es humano, pero tiene partes de robot dentro de él, sobre todo en el cerebro. Su origen es... largo de contar, pero en la Federación creíamos que le teníamos localizado. Nos equivocamos. Saavedra le sacó hasta el último ápice de su tecnología y le convirtió en su esclavo sin que él siquiera se diera cuenta.

«Pobre…».

Dicho esto, punto tres. He mencionado que no sois copias virtuales, pero a efectos prácticos sí que lo sois. —De nuevo, el aprendiz puso otra mueca de extrañeza—. Dex Rain os infectó a todos antes de empezar con unos nanobots muy avanzados que Verdín creó para él. Son una tecnología impresionante que ha llegado a sorprenderme hasta a mí, y eso no es fácil. —El holograma (en teoría) se sentó a su lado. Light se echó a un lado inconscientemente para estar más cómodo—. Se han propagado por todo vuestro cuerpo, incluyendo vuestro corazón. Así es como os controla. Desde regular vuestra magia interior, hasta dejaros inconscientes con sólo apretar un botón. La mala noticia, es que con la tecnología que tengo aquí me es imposible destruirlos o sacároslos. Bueno, podríais desangraros para que salieran, pero dudo que ninguno quiera intentarlo.

Creo… que paso. —Se cruzó de brazos mientras seguía asimilando lo que acababa de oír, sin pestañear. Respiró hondo e intentó mantenerse tranquilo.

No, no se tranquilizaría tan fácilmente. Se llevó la mano al corazón y tragó saliva. No era la primera vez que experimentaba ese miedo. Aquel maldito bastardo les había metido algo extraño en el cuerpo y podía manejarles con ello. Le horrorizaba, ¿y sí también les destruía con solo apretar un botón? ¿Y si esos nanocosos resultaban gravemente perjudiciales para su salud? ¿Y si morían?

La buena noticia es que ahora que tenemos a Verdín, podemos acceder a sus archivos internos y crear una solución temporal que desactivaran los nanobots el tiempo suficiente como para que podáis hacer frente a Andrei sin que os controle con un dedo. O al menos no mucho.

Poneros cómodos, esto llevará un tiempo —indicó Julio mientras seguía trabajando (en esa solución temporal, podía suponer).

Qué más os tendría que contar... Bueno, supongo que ya os lo habréis imaginado, pero fue Andrei quien montó este Reaper's Game. Su retorcida mente y su pecho hueco pensaron que su venganza merecía que pasarais de nuevo por el juego y, cuando estuvierais agotados física y mentalmente, hacer algo con vosotros. No he logrado descubrir el qué. —Un escalofrío le recorrió la espalda—. Justo antes de empezar su juego, como no quería que os pudiera ayudar durante el mismo, me encontró e intentó matarme. Él cree que lo consiguió, pero en realidad lo que hice fue esconderme delante de sus narices: dentro de su sistema de datos. He podido guiaros lo mejor posible, pero no ha sido demasiado fácil: ¿alguna vez os disteis cuenta de que los mensajes iban en singular? ¡No fue nada fácil ocultar vuestra señal para que no os encontraran cuando decidisteis ir en grupito y dejasteis a los dos más débiles a cumplir las misiones!

»No os ofendáis.

Al grano: el plan es sencillo. En cuanto vuestros nanobichos estén tomándose una siesta, buscaremos a Saavedra y le daremos una paliza. Con un poco de suerte, vuestras amigas seguirán vivas cuando lleguemos. Si no, lo siento por ellas, pero en este estado ninguno tendría oportunidades contra alguien que puede mataros apretando un botón.

Es un buen plan. —Light lo apoyó y se levantó de su sitio, como si estuviera preparado para marcharse. Realmente quería deshacerse de esos nanobots, no podía quedarse ahí sentado sin hacer nada—. Maldito. Va siendo hora de darle una paliza a ese malnacido para enseñarle que no puede ir por ahí jugando con la vida de la gente. —Hizo crujir sus nudillos. Después, miró a Saeko y a Simbad—. Aunque perteneciera a vuestro bando y fuera compañero vuestro en el pasado comprenderéis que no puede quedar impune después de esto —advirtió por si las moscas, lo último que quería ver era una escena dramática en medio de la batalla.

Descansad y preparaos —aconsejó el conocido de Alec—. Dex Rain ha aprendido a controlar a los incorpóreos que el Emperador tiene por la ciudad, convirtiéndoles en su propia arma. No será un combate fácil.

Chasqueó la lengua. Ya habían visto con sus propios ojos a los Incorpóreos cooperando con él. Resultaba un fastidio; en efecto, aquellas criaturas blanquecinas supondrían todo un estorbo.

Light, quien no tenía nada que hacer en ese momento, se dejó caer sobre el sofá. Tal como recomendó Joshua, se dedicaría a reposar ahí. Durante ese descanso le surgiría una duda que compartiría con los demás.

Algo sigue sin encajar. Creo en lo que nos habéis dicho, pero Crow me dijo que era una copia y me atacó. Es un aliado nuestro, y precisamente él no hubiera mentido sobre eso ni en broma —aseguró, serio—. ¿Creéis… que Andrei, digo, Dex Rain está controlando a las copias del otro Reaper's Game, a Crow y a Clío? —Quiso conocer su opinión, quizás supieran algo importante de ellos... o no—. Los dos nos atacaron antes, y es posible que también les utilice de nuevo para jodernos. Maldición…

«Maldito seas, Dex Rain».

Y gracias. —No se olvidaría de agradecerles su valiosa ayuda—. Desde que estamos aquí solo hemos encontrado enemigos y trampas, al menos yo —confesó cabizbajo—. Me alegra saber que tenemos aliados. —Sonrió débilmente.

No molestó más a Joshua y a Julio, permitiendo que siguieran concentrados con su trabajo en el ordenador. Aunque Light no podía estar más impaciente: quería marcharse de allí ya para pararle los pies al loco de Dex Rain.

«Maya, Fátima, resistid», rogó, angustiado.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Light
144. Xion Forma Final
144. Xion Forma Final
The Unknowns
 
Mensajes: 4309
Registrado: Mar Ago 24, 2010 7:20 pm
Dinero: 116.22
Banco: 474,840.29
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 59

Re: [Ciudad de Paso] The Game Never Ends

Notapor Tsuna » Mié Oct 28, 2015 1:37 am

Spoiler: Mostrar

Parrad el carro los dos, pimpollos. ¡Estos jóvenes, se creen el ombligo del mundo! Pensaba que Ronin y Ryota os criaban mejor.

Me crucé de brazos ante la mención del maestro Ryota, y antes de que continuara, decidí añadir con una pizca de enfado:

Pues de Ronin no sabría decirte...

»Me llamo Julio Gatstantino Tercero. Responderé a todas vuestras preguntas, pero tendréis que esperar un poco a que el crío digital llegue con vuestros compañeros. Estoy demasiado viejo para repetirme.

Suspiré resignada, suponiendo que no iba a haber manera de sacarle todas las respuestas allí mismo. Ignoraba qué era de los demás aprendices, pero al parecer terminarían llegando como nosotros a la casita en la que ahora me encontraba con Simbad, acompañados por un supuesto avatar virtual, como hacía Andrei. O eso entendí del término de "crío digital".

Y el nombre... ¡Menudo nombre! No era necesario que se presentara con todos sus apellidos y títulos, y veía inncesario memorizar semejante retahíla de palabras, así que a partir de ahora lo llamaría por su nombre de pila: Julio.

Deberían llegar en cualquier momento, poneros cómodos mientras tanto. Esta es una zona segura, así que no tenéis nada que temer.

No tardé ni un segundo en acercarme a la mesa para sentarme y ponerme cómoda, lejos de Simbad, que había invadido mi espacio personal de mala manera. Me crucé de piernas y cogí una tazita, observé mi reflejo en el agua y bebí, buscando saciar la sed que sentía en ese momento.

Julio por su parte se adelantó hasta un ordenador. Tenía que admitir que me alarmó un poco ver uno allí, pues mis experiencias con ellos no habían sido del todo buenas. Incluso me pregunté si, de estar en un mundo virtual, serviría para salir al exterior. La loca idea de salir allí y encontrarme con mi original me resultaba ridícula, no estaba dispuesta a eso, no sabiendo cómo se lo tomaría mi Yo real, que era yo misma al fin y al cabo, así que lo dejé estar.

Debía confiar en el gato, a fin de cuentas, había sido nuestro compañero... Luego se quejó y murmuró algo de que estaban saliendo mal las cosas, nos pidió quedarnos allí encerrados y se esfumó en el aire. Lo normal.

Miré a Simbad, todavía con la taza en la mano.

Escapó así de la explosión. —acusé sin reparos, señalando con mi mano libre al lugar donde había estado Julio momentos atrás.

De haber sabido que nuestro tercer compañero podía hablar y teletransportarse, sin duda, me habría ahorrado muchos problemas. Pero ya no servía lamentarse por ello, así que me tocaba esperar, como invitada que era.

****


Pegué un respingo desde la silla cuando aparecieron de la nada Julio con varias personas más. Curiosamente, dos eran bastante altos: Light y Alec; a excepción del tercero, que se trataba... ¿De un bebé cabezón? ¿Dónde demonios se habían metido para terminar en esa situación?

Spoiler: Mostrar
Imagen


Lo hemos traído. No pude salvar a las chicas, lo siento.

Imaginé que se trataban de Maya y Fátima. Sentí un sabor amargo en la boca, preocupada por lo que le hubiese podido suceder a ambas. Aunque fuesen de Tierra de Partida, una me había salvado de unos bandidos en una montaña y la otra era una niña. Por la reacción de los dos aprendices supuse que no estarían tan graves, porque según Julio no habían tenido escapatoria... ¿De quién? ¿Los villanos finales? Dudaba que se tratara de Andrei, más que nada por las indicaciones que le había dado Simbad, pero también podía estar pecando de tonta.

Andrei era demasiado listo.

Vaya… ¡Alec, tu herida…!

Me fijé en la fea herida que exhibía Alec en el estómago. Light, como si fuese un compañero de toda la vida y no un terrible enemigo del bando contrario, como lo podía ser yo, se ofreció a sacar una poción, pero el gatito se interpuso, a punto de revelar su fórmula mágica.

Ahorraos vuestras pociones y curas mágicas. Veamos...

Desconocía qué tenía en contra de nuestros hechizos, pero aun así, quedé allí sentada sobre la silla, con la taza y cruzada de piernas. A continuación, tras las gárgaras, escupió una bola de pelo naranja muy parecida a... Sí, a la pasta que tanto yo como Simbad teníamos ya en el cuerpo. Por inercia busqué con los dedos el sitio donde fui atravesada sin piedad con la katana, sintiendo la misma pasta que ahora se adaptaba al brujo.

Espero que mi socio os haya tratado bien.

Esa voz... sí, me era tremendamente familiar, y no fui capaz de reconocerla hasta que una figura surgió del mismo ordenador que antes andaba toqueteando el gracioso gato con botas, después de un molesto y chirriante pitido.

Tú... —comenté muy sorprendida, y con los ojos bien abiertos.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Él, era la última persona que esperaba encontrar allí. El mismo muchacho que me salvó aquel funesto día con Nadhia, cuando Andrei nos había atacado sin piedad de la misma forma que hizo con Simbad y conmigo momentos atrás.

Me puse tensa y rígida por inercia. Apenas pude compartir un par de palabras con él durante el juego, pero sí era conocedora de que estaba contra Saavedra, y que además era aliado de Neku y sus amigos. Esa última parte más por mi experiencia como Erased Data, pero bueno, lo importante es que se trataba de un aliado, un muy buen aliado.

Cuánto tiempo —saludó sonriente, a lo que yo le correspondí el gesto con mi mano libre, pues en la otra seguía sujetando la taza—. Así que no pudiste hacer nada con las chicas...

Demasiado arriesgado, Joshua. Si me hubiese visto, les habría bloqueado a todos.

Entiendo. Tomad asiento, por favor. Creo que todos tenéis preguntas que merecen una respuesta, sobre todo si queremos acabar con el malvado Dex Rain.

Dex Rain... por su nombre lo primero que me vino a la cabeza fue la extravagante figura de un villano final, como la tal Barbariccia o el engendro de la capa. Pero no me vi en la necesidad de interrumpir, al menos no de momento. Callada como estaba y vista la situación, lo mejor era escuchar todo cuanto pudiese decirme Joshua.

Cogí la jarra de agua y volví a rellenar la taza, sintiendo cierta incomodidad por tener a Light rondando a mi alrededor, bebiendo agua y buscando un asiento. No estaba acostumbrada a la presencia de los aprendices de Tierra de Partida, menos a la de él, sabiendo los problemas personales que habíamos tenido en el pasado.

¿Por dónde debería empezar...? —Arqueé una ceja. Si no lo sabía él, yo menos podría ayudarlo—. Supongo que presentándonos. Para quien no me conozca (menuda ofensa), soy Joshua. Soy quien ayuda a Neku y su panda a recuperar Shibuya, GameMaster de los Reaper's Game, etcétera. Él, es Julio.

Julio Gatstantino Tercero. Detective de la Flota Galáctica encargado de la búsqueda y la captura de Andrei Saavedra. O Dex Rain, como se hace llamar ahora. Llevo meses intentando coger a ese maldito chiflado.

En resumen, Julio, el gatito que nos había hecho compañía a Simbad y a mí durante los primeros momentos del Reaper's Game... Se trataba de un detective de la Federación Galáctica. Ya no sabía si podía sorprenderme más o si es que vivía sin fijarme en las cosas. Porque sentía que todo se me escapaba. Y Andrei... Hasta tal punto había llegado que incluso hacía uso de un falso nombre.

La situación me resultaba cada vez más compleja.

Lo que nos lleva al día de hoy. Punto uno: no, no sois copias virtuales otra vez. Me sorprende que hayáis dudado tanto, creía que no caeríais dos veces en la misma piedra. Punto dos: por ende, tampoco estáis en una Ciudad de Paso virtual, estáis en la real. Nuestro gitano psicópata favorito utiliza algún tipo de sensor que engaña a los Villanos Finales de Mateus para ocultar vuestra señal y moverles como más o menos él quiere.

Desde que vuestros maestros le perdieron la pista, he estado siguiendo a Saavedraa por distintos mundos. Y no ha sido fácil, ese bastardo sabe cómo ocultar su rastro. Ha pasado todos estos meses preparándose. Y no digo sólo a sus poderes, magias o como queráis llamarlo. Ha reunido dinero, recursos, y, sobre todo, tecnología de este idiota cabezón.

»Es biónico. Para que lo entendáis, es humano, pero tiene partes de robot dentro de él, sobre todo en el cerebro. Su origen es... largo de contar, pero en la Federación creíamos que le teníamos localizado. Nos equivocamos. Saavedra le sacó hasta el último ápice de su tecnología y le convirtió en su esclavo sin que él siquiera se diera cuenta.

Dicho esto, punto tres. He mencionado que no sois copias virtuales, pero a efectos prácticos sí que lo sois. Dex Rain os infectó a todos antes de empezar con unos nanobots muy avanzados que Verdín creó para él. Son una tecnología impresionante que ha llegado a sorprenderme hasta a mí, y eso no es fácil. Se han propagado por todo vuestro cuerpo, incluyendo vuestro corazón. Así es como os controla. Desde regular vuestra magia interior, hasta dejaros inconscientes con sólo apretar un botón. La mala noticia, es que con la tecnología que tengo aquí me es imposible destruirlos o sacároslos. Bueno, podríais desangraros para que salieran, pero dudo que ninguno quiera intentarlo. La buena noticia es que ahora que tenemos a Verdín, podemos acceder a sus archivos internos y crear una solución temporal que desactivaran los nanobots el tiempo suficiente como para que podáis hacer frente a Andrei sin que os controle con un dedo. O al menos no mucho.

Hasta ese entonces había estado alternando la vista sobre Joshua y Julio, uno detrás de otro, dando explicaciones cada vez más locas y surrealistas. Pero sí podía estar segura de que estaba en el mundo real, y no era una copia, era yo misma, la de siempre —lo cual no quitaba que me sintiera extraña reflexionando de esa forma—, pero estaba, al igual que todos mis compañeros, controlados por Andrei Saavedra, o como se quisiera llamar.

El muy impresentable nos había inyectado unos robots tecnológicos en nuestro cuerpo para controlarnos gracias al bebé cabezón que traían los chicos consigo, y además, estaba engañando a los villanos finales de Mateus Palamecia, el famoso líder de Ciudad de Paso. Por mucho que me negara a creer nada de eso sí tenía que admitir que las piezas empezaban a encajar.

Poneros cómodos, esto llevará un tiempo.

Suspiré y dejé la taza sobre la mesa, sin estar segura de querer seguir averiguando más cosas de lo que sucedía allí.

Qué más os tendría que contar... Bueno, supongo que ya os lo habréis imaginado, pero fue Andrei quien montó este Reaper's Game. Su retorcida mente y su pecho hueco pensaron que su venganza merecía que pasarais de nuevo por el juego y, cuando estuvierais agotados física y mentalmente, hacer algo con vosotros. No he logrado descubrir el qué. Justo antes de empezar su juego, como no quería que os pudiera ayudar durante el mismo, me encontró e intentó matarme. Él cree que lo consiguió, pero en realidad lo que hice fue esconderme delante de sus narices: dentro de su sistema de datos. He podido guiaros lo mejor posible, pero no ha sido demasiado fácil: ¿alguna vez os disteis cuenta de que los mensajes iban en singular? ¡No fue nada fácil ocultar vuestra señal para que no os encontraran cuando decidisteis ir en grupito y dejasteis a los dos más débiles a cumplir las misiones!

»No os ofendáis.

Ya he tenido suficiente.

La verdad es que estaba empezando a perder la paciencia. Lo último que me faltaba era que me recordaran la ventaja que llevaba Tierra de Partida por encima de Bastión Hueco. Y eso sin contar a los bichos que tenía dentro de mí misma.

Al grano: el plan es sencillo. En cuanto vuestros nanobichos estén tomándose una siesta, buscaremos a Saavedra y le daremos una paliza. Con un poco de suerte, vuestras amigas seguirán vivas cuando lleguemos. Si no, lo siento por ellas, pero en este estado ninguno tendría oportunidades contra alguien que puede mataros apretando un botón.

El botón. Entonces sí era cierto. Andrei nos controlaba por los bichos mecánicos que llevábamos encima. Me miré los brazos y mi propio cuerpo asustada, imaginando que los tenía allí mismo en ese momento, esperando las órdenes del loco que los había inyectado. Menuda anécdota tendría para contar si salía viva de esa. Nikolai se quedaría estupefacto.

Light entonces se levantó, animado como siempre. No entendía cómo podía tomarse las cosas con ese optimismo, igual es porque de verdad confiaba en su fuerza. Pero yo no estaba tan segura, y aunque nunca tuve la ocasión de ver a Andrei en combate, sus propias hazañas hablaban por él: organizar una guerra en mi mundo natal, crear copias virtuales de todos nosotros para arrebatarle el mundo a Eileen y ahora inyectarnos nanobots, o como se llamaran.

Aunque perteneciera a vuestro bando y fuera compañero vuestro en el pasado comprenderéis que no puede quedar impune después de esto.

Calladito estarías más guapo. —le escupí casi sin pensar, ¿de verdad se pensaba que le íbamos a defender?

Tampoco podía culparlo, porque no tenía ni idea de nada. Como se podía esperar de un aprendiz de Ronin.

Descansad y preparaos. Dex Rain ha aprendido a controlar a los incorpóreos que el Emperador tiene por la ciudad, convirtiéndoles en su propia arma. No será un combate fácil.

Encima eso. Tenía que hacerme a la idea de que no iba a salir ilesa de esa situación sin plantarle cara a ese malnacido de Andrei y sus trucos. Y por primera vez en mucho tiempo tampoco vi a los aprendices del bando enemigo, como enemigos propiamente dichos, pues estábamos en las mismas. Íbamos a tener que colaborar juntos, y por mi parte no me vendría mal darle una lección al gitano. Por todo el asunto de mi copia, vamos.

A continuación Light expuso sus dudas, llegando al punto de corregirse por mencionar "mal" el nombre del antiguo maestro. Crow y Clío, las dos copias virtuales del Reaper's Game... Sí, debían de tratarse de los que nos ayudaron en La Red, estaba segura. No se me ocurría nadie más.

Una vez todas las dudas de Light tuviesen su respuesta me levantaría yo misma de la silla, dispuesta a preguntarle a Joshua lo de la falsa Rhyme y aclarar mi posición respecto a Saavedra.

Y entonces... ¿Qué era esa Rhyme? ¿Otro robot? A mí al principio también me costaba creer que esto fuese el mundo real, pero tengo que admitir que todo tiene sentido. Y sobre Andrei... Él ya no forma parte de nosotros, ¿cómo crees que me siento —confesé, mirando esta vez a Light con decisión, esperando que me tomara en serio— sabiendo que creó y utilizó a una copia mía?

>>No soy la más poderosa, cierto, pero tampoco me voy a dejar vencer.

Esperé allí de pie, apoyada contra la pared más cercana, esperando a que Julio y Joshua terminaran lo que estuviesen haciendo para poner a raya a los nanobots y vigilando al Verdín de reojo, que seguía durmiendo. Imaginar que tenía aquellas cosas dentro me seguía causando náuseas. ¡Era impensable!
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

AnteriorSiguiente

Volver a Tercera Saga

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado

cron