[Evento Global] Ocaso de una estrella

Nunca olvidarás que tomaste parte en alguno de estos jolgorios. Kazuki tampoco.

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Ivan Kit #2

Notapor Soul Artist » Vie Jun 29, 2012 8:51 pm

Mientras atravesaba el portal me pareció escuchar que la voz decía algo más. Sin embargo, no terminé de oírla gracias a los mismos cascos que me aislaban a mi propio pequeño mundo. Muchos aprendices me siguieron; todos estaban deseosos de las promesas que acabábamos de escuchar.

Aquella oscura "puerta" me terminó llevando al centro de una plaza, aparentemente de aspecto gastado y marchito a su alrededor, junto con edificios destruidos y nubes oscuras que bloqueaban la entrada de la luz del sol. Un escalofrío me recorrió la espalda al sentir la atmósfera de aquel lugar. Aquellas casas, aquel suelo... Tragué saliva e inmediatamente pensé que me encontraba en el lugar de mis recientes pesadillas. Pero no. El enorme castillo que se levantaba ante mí me confirmaba que volvía a estar allí.

Miré a Fátima de reojo. Pichu se quejó al reconocer el lugar, soltando un gemido de miedo y agarrándose con más fuerza a mi hombro, a lo que contesté acariciándole la cabeza. Habíamos vuelto allí.

Estábamos en Bastión Hueco.

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Tenía tantas dudas de aquel lugar. Dudas que por fin podría contestar, aunque en caso de volver, me hubiese podido llevar la Caja de Pandora conmigo. ¿Quién me iba a decir que iba a regresar tan pronto? Hacía apenas una semana de mi visita...

Lo bueno es que conocía parte de la ciudad. Parte, que era bien poco, pero quizá lo suficiente. Aunque con toda la huida de los Sincorazón que tuve, debía admitir que mi memoria no era del todo completa... Pero, por suerte o por desgracia...

Observé a mi alrededor. Como imaginaba, había entrado después de mí... Fátima Laforet. La zorra que me había intentado destrozar de todos los modos posibles con un tortazo y un discursito, precisamente en aquel mismo mundo.

Me acerqué a ella y me quedé unos segundos observándola fijamente. Quizá le molestase, pero me daba igual. Buscaba las palabras para poder hacer frente a la situación.

Hola.

Un aplauso, por favor. Así de ingenioso andaba aquel día. Pero estaba quemado, frustrado con aquella mala mujer. Sin embargo, me intenté mostrar todo lo respetuoso posible:

Ahora mismo nuestra relación es, cuanto menos... Mejorable —señalé para comenzar a introducirme, ignorando al resto de la gente que comenzaba a desperdigarse por el mundo—. Pero habrás reconocido el castillo. Hemos vuelto. Y no puede ser una casualidad que los dos lo hayamos hecho.

»Mira, dudo que tú tampoco tengas ganas de venir conmigo, pero el día que estuvimos aquí corrimos y no pudimos fijarnos en demasiados detalles. ¿Ves aquel camino? —señalé en dirección al sureste, que se alejaba del llamado Bastión Hueco—. Por la posición del castillo, que está situado precisamente en el centro de la ciudad, diría que es la zona que visitamos. Juntos, quizá podamos lograr llegar a ese "conocimiento" prohibido.

Esperé unos segundos a la mujer. Entendía que necesitase su tiempo para tomar aquella decisión; su orgullo le diría que no, pero quizás de camino le podría enseñar quién era el mejor. Le di la espalda y me llevé la mano a la cabeza de Pichu, intentando relajarla.

Tómate tu tiempo para decidir. Te espero en cinco minutos en el extremo que lleva por ese camino.

Tenía mucho que hacer. Fátima me vendría bien para reconocer el terreno y poder guiarme por aquel lugar sin problemas mayores; sin embargo, seguía necesitando un equipo de confianza. Huir y correr de todos los monstruos que nos surgiesen no me llevaría a ninguna parte, y menos si nos acorralaban o nos veíamos obligados a luchar.

Una de las personas que pensé inmediatamente llevar conmigo fue Ragun, pues su preparación física sería ideal para llevar adelante una situación como aquella. Sin embargo, le vi yendo directo hacia el castillo, acompañado de su lobo. No me pregunté por qué una acción tan suicida; solo dirigí mi vista hacia otro lado, buscando con la mirada a alguien que me pudiese ayudar. Alguien como...

Hitori.

Él era una de las pocas personas que podía considerar un "amigo" en Tierra de Partida. Bueno, quizás aquella palabra fuese un poco exagerada. Éramos compañeros, habíamos pasado muchas cosas... Pero, en general, sí que era uno de los pocos hombres de los que me fiaría.

Estamos en Bastión Hueco. El mundo prohibido. ¿Crees que podrás sobrevivir por ti mismo?

No me estaba preocupando por él realmente. Me movía por mi espíritu egoísta, mi deseo de poder tenerle cerca de mí y solo para mí.

Creo que deberíamos hacer equipo. Como la Maestra Nanashi ordenó —le propuse, colocándole la mano en el hombro y hablando muy seriamente—. Conozco este mundo. Con una mujer, a la que si quieres te puedo presentar, podremos desenvolvernos bien. Aunque no te la recomiendo, es una zorra...

Esperé unos segundos a ver su respuesta. Me crucé de brazos mientras tanto, buscando a más personas con la mirada que pudiese reconocer. Vi a Nadhia entre la multitud y le hice una señal de espera a Hitori.

Es tu decisión. Si decides venir conmigo, te esperaré en la saluda sureste en un par de minutos.

Me abrí paso entre la multitud, intentando llegar hasta la loca y violadora de Nadhia Hoghes. ¿Por qué me lanzaba a por ella? No sabría decirlo. Quizás estaba algo preocupado por ella después de todo, como si realmente me importase. O tal vez solo me interesaran sus dotes en magia curativa, después de todo. En aquel momento me dio igual: solo quería llegar y tomarle el brazo.

¡Nadhia!

Observé sus ojos fijamente. Ni rastro de los efectos de su broche, el cual no lograba entender por qué lo seguía llevando. Suspiré, tranquilo de poder estar hablando con la completa Nadhia, y no otra persona.

Estamos en Bastión Hueco. Si quieres vivir, ven conmigo. En dos minutos nos reuniremos en la salida sureste; no me falles.

Fue la conversación más breve que tuve, pues me encontraba nervioso en su presencia. Era el mejor, pero ella... Seguía provocando algo en mí desde lo que sucedió en Ciudad de Paso. Fue la única vez que había dudado de mí mismo, de mi confianza y seguridad... Y no quería ver aquellas debilidades en mí. Menos tras nuestros encuentros en Tierra de Partida.

Seguí caminando, controlando el tiempo que podía tener para seguir buscando miembros en mi equipo. Pensé en Fyk o Zait, pero desgraciadamente no les encontré por ningún sitio de la plaza. ¿Dónde se habrían metido? ¿Quizás no hubiesen cruzado el portal? Pero...

Me olvidé de ellos al ver una mujer con ojos verdes fluorescentes perdidos en la multitud. Su piel pálida y el pelo negro como la pura oscuridad me captaron de inmediato, pues su belleza era sencillamente cautivadora. Sonreí para mí mismo y me acerqué a ella, dispuesto a lanzar todo mi arsenal sobre ella.

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Buenas tardes, signorina. ¿Cómo puede encontrarse alguien tan pura como usted en un mundo tan oscuro como este? ¿Acaso ha caído del cielo?

Hice gala de todo mi encanto y tomé su mano para besarla con cuidado, mostrándole mi educación y lo maravilloso que era. Su respuesta, sin embargo, me dejó sorprendido. ¿Cómo podía...? Lo tomé como una broma, pues no había mucha mayor explicación lógica para aquello.

Bueno, signorina... ¿Se ha planteado qué hacer? ¿No sabe adónde ir ni con quién ir? —le pregunté, llevándome la mano al pecho—. Venga conmigo. No, no aceptaré un no por respuesta. Tras ver algo tan bello, jamás podría perdonarme si algo le pasase... Como, por ejemplo...

La joven me interrumpió para poner ella misma un ejemplo. Fruncí el ceño, nuevamente sorprendido con lo que había dicho, y lo pensé un momento. Tenía sentido, pero...

Sí... Claro... Mi nombre es Ivan Kit, y está invitada a venir conmigo y mi grupo. ¿El suyo es...? —esperé a su respuesta para quedarme bien con ella—. Precioso nombre, como el de un ángel. Le esperaré en la salida sureste...

No vi a nadie más allí que me pudiese interesar. Tras hablar con aquellas personas, avancé hasta la salida.

* * *

Llegaron. Quizás las cuatro personas con las que había hablado, quizás alguna más o alguna menos. Me aparté de la barandilla en la que estaba apoyada y dirigí una mirada a todos los integrantes de mi nuevo grupo. Me detuve observando concretamente el rostro de Fátima; no había otra opción. Había que colaborar con ella.

Nos vamos.

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Esto lo tengo hablado de antemano, así que lo voy anunciando:

Fátima Laforet, Ivan Kit, Nadhia Hoghes y Adelaida Sepultura van juntos por la Ruta 4. Hitori no sé lo que hará, Ivan se lo ha propuesto y a partir de ahí que decida.

Quien quiera venir por esta ruta adelante, pero que tenga en cuenta que ya es la más transitada, con cuatro/cinco personas xD
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¡Gracias, Flan, por Alexis e Ivan!
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Re: [Evento Global] Ocaso de una estrella

Notapor Saxor » Vie Jun 29, 2012 9:15 pm

Por cada paso que daba dentro del negro y denso pasillo, sentía que mi corazón palpitaba cada vez más rápido, y el pecho me empezaba a doler muy ligeramente. Sentía que cada vez me gustaba más estar allí dentro, y eso me ponía los pelos de punta. Intentaba evitar usar mi oscuridad a toda costa, pero entonces estaba rodeado de ella, y me empezaba a gustar. Empecé a correr, aumentando cada vez más mi velocidad, para salir de esta oscuridad que me estaba rodeando, pues no quería que acabara por quererme quedar dentro del pasillo. Ahora el pecho parecía comprimirse más, y me costaba respirar.

***


Lo que vi al terminar de pasar por el portal me sorprendió en parte, pues todo lo que veía hacía seis meses que no lo veía, y no parecía haber cambiado en nada. Era el mundo en el que nací: Vergel Radiante, ahora llamado...

Bastión Hueco.─ Pensé en voz alta. La ciudad estaba como yo la recordaba, lleno de arañazos y mordiscos por todas partes, debido a la batalla que hubo antes de que todos murieran... Las flores de la plaza se habían marchitado, pero también había flores que ya prácticamente no existían. Oí unos pasos de Guilmon a mis espaldas, indicando que ya había salido del oscuro portal. Me giré para mirarle. Estaba olisqueando al aire, seguramente para registrar el olor de la ciudad, cuando el portal negro desapareció. De repente, aparecieron por toda la plaza más alumnos de Tierra de partida, de los que pude distinguir a Fyk y a Zait. Alguien nos había traído aquí a propósito, pero podía estar en cualquier parte del mundo. Miré a mi alrededor, buscando todos los caminos posibles. Había cuatro, uno que llevaba a la entrada de la ciudad, otra que llevaba a las ruinas de la zona residencial, y dos caminos que llevaban al inmenso castillo que en este mundo se encontraba, uno más largo que el otro. Había que explorar la zona, pero teníamos que organizarnos para encontrar lo que aquí se ocultaba. Algunas personas, como Ragun, se habían empezado a mover a las salidas de la plaza, para explorar. Empecé a contar el número de personas que éramos, antes de que se fueran.

Deberíamos dividirnos en grupos iguales.─ Dije al aire. Eramos veinticinco personas, así que calculé que debía haber tres grupos de seis y uno de siete, para explorar todo el lugar satisfactoriamente.

Ivon Pit parecía estar reclutando a aprendices para su expedición, que parecía ser hacia la destrozada zona residencial. Yo personalmente me decantaba por ir al castillo, que era el único lugar de aquí que no había visitado tras el ataque. Ragun y Light, quien este último lo conocí el mismo día que conocí a Guilmon, ahora olisqueando las flores, también parecían querer ir al castillo. Hice una señal a Guilmon para meterse en el móvil, que aceptó sin rechistar. Me acerqué a ellos dos, y les miré, sin decir aún nada. Había oído algo tarde los rumores sobre el asesinato de una persona en la Copa Phil a manos de Ragun. Yo no quería creer en esos rumores porque, aunque era muy misterioso, sabía que era una buena persona, o eso creía.

Hola─ Les saludé a ambos, con una sonrisa, aunque la cambié enseguida por una expresión seria, pues me entristecía mucho cómo había caído la Ciudad de la Luz, y no era motivo este momento para sonreír.─ Antes de nada, este castillo es muy peligroso, y también es un laberinto. Por suerte, lo recorrí palmo a palmo de pequeño. Tendremos que procurar no separarnos.─ Les aconsejé, mientras esperaba a ver si se apuntaba alguna persona más a explorar el castillo.

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Me elijo la Ruta 3. Por no vayáis todos a por el castillo. Tenemos que ir equilibrados en gente xD
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Gracias a Ita por la firma~
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RolKHWorld: Cronología
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Primer Arco: Corrupción

1ª Saga
Prólogo: Sólo los más fuertes... [Bastión Hueco]
Encuentro: Recién llegado [Tierra de Partida]
Trama: Un paso atrás [Tierra de Partida]
Trama: Y digo ¡salta! [Coliseo del Olimpo]
Encuentro: La ciudad eterna [El Mundo Inexistente]
Encuentro: Persecución enmascarada [Villa Crepúsculo]
Encuentro: Un lugar al que regresar [Espacio Profundo]
Trama: ¿¡Es que nadie piensa en los niños!? [Islas del Destino]
Misión: Cuidado con los asteroides [Espacio Profundo]
Encuentro: Perros, lagartos y osos parlantes [Bosque de los 100 Acres]
Encuentro: Las apariencias engañan [Tierra de Partida]
Trama: ¡Se me ha metido placton en la nariz! [Atlántica]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Primera parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella: Ruta 3 (Segunda parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Parte final) [Bastión Hueco]

Segundo Arco: Perdición

2ª Saga
Misión: Dulces olores [Monstruo] (Inconclusa)
Trama: Ángeles Caídos [Intersticio entre los mundos]
Encuentro: Laberinto Paranoico [Espacio Paranoico]
Trama: Alianza en las Penumbras [El Mundo Inexistente]
Encuentro: ??? [???]
Encuentro: Pasado olvidado [Ciudad de Paso]
Encuentro: Coincidencias alarmantes [País de Nunca Jamás] (Inconcluso)
Trama: Cada loco con su tema [País de las maravillas]
Evento Preglobal: The End Is Where We Begin (Day 0: The Introduction) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 1 - Sector 1: Crepúsculo) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 2 - Sector 3: Ocaso) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 3 - Sector 4: Túneles) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 4 - Sector 3: Ocaso) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 5 - Sector 2: Atardecer) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: Datastream (Primera parte) [La Red]
Evento Global: Datastream - Ruta de la Eliminación (Segunda parte) [La Red]
Evento Global: Datastream (Parte final) [La Red]

Tercer Arco: Rebelión

3ª Saga
Trama: Crisis de tierras sin dueño [Ciudad de Paso]
Encuentro: Día de monos [Selva Profunda]
Trama: Asalto a la Torre [Torre de los Misterios]
Trama: De cero a héroe [Coliseo del Olimpo]
Trama: En busca del corazón [Espacio Paranoico]
Evento Global: El Esclavo del Olvido (Primera parte) [Castillo del Olvido]
Evento Global: El Esclavo del Olvido - Ruta del Caído (Segunda parte) [Castillo del Olvido]
Evento Global: El Esclavo del Olvido (Parte final) [Castillo del Olvido]
Secret Episode: Another Side, Another Story - The Last Twilight [Villa Crepúsculo]

Cuarto Arco: Colisión

4ª Saga
Trama: Leyendas se contarán [Tierra de Dragones] (en proceso)


No Canon
Especial libre: San Valentín [Tierra de Partida] [Corrupción]
Especial libre: Halloween [Ciudad de Halloween] [Perdición]
Especial libre: ¡Feliz Navidad 2012! [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: Historias de San Valentín [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: Venid, mis pequeños [Villa Crepúsculo] [Perdición]
Especial libre: ¡Feliz Navidad 2013! [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: La mansión encantada [Ciudad de Halloween] [Rebelión]
Especial libre: El laberinto de los corazones [???] [Rebelión]
Especial libre: ¡Los reyes han llegado! [Tierra de Partida] [Rebelión]
Especial libre: La Mansión Encantada II: La Venganza [Ciudad de Halloween] [Rebelión]
Especial libre: World War Christmas [Tierra de Partida] [Colisión]
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Re: [Evento Global] Ocaso de una estrella

Notapor A Nerd Girl » Vie Jun 29, 2012 9:29 pm

Tras cruzar el portal, aparecimos en un lugar nuevo para mí. Ví a los Aprendices...¿Y los maestros? Sentí un escalofrío al ver las plantas marchitas ¿Qué es este lugar? Observé como la gente se dispersaba por distintos caminos ¡¿Qué es esto?! Estaba al borde de gritar. Miré los caminos, uno, dos tres... cuatro posibles caminos ¿Qué debería hacer? Me sentí algo mareada, demasiada gente, demasiado movimiento. ¿Qué tengo que hacer?

Distinguía a Flynn y a... ¿Xefil? Me puse a mirarlo. ¿Dónde irá? ¿Por qué vino? ¿Qué pasa? No dudé en irme por la que tenía delante. ¿Adonde iré? ¿A qué me llevará? Vi como la gente se seguía dispersando. ¡Tengo que actuar! Fuí corriendo a el camino que tenía por delante...¡Tengo que saber que es este sitio! Pero... ¿Por qué he de seguir adelante?

Ya estaba en el camino cuando me paré en seco. Me sentí mareada, confusa, ¡¿Por qué hago esto?! Muchos lo hacían por que eran curiosos, otros por una razón en especial bajo el nombre de Sueño.¿Tengo alguno? No. Seguí andando de forma pausada. Me siento... Vacia.

- ¿Por qué? ¿Por qué me siento así?- pensé en alto...

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Ruta 3...
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Re: [Evento Global] Ocaso de una estrella

Notapor Kousen » Vie Jun 29, 2012 10:17 pm

La Oscuridad nos tragó sin esperarlo, pues al desaparecer el portal, las sombras bajos nuestros pies nos engulló. Una voz estridente se rió de nuestro destino y dijo solo un nombre:

- ...en Bastión Hueco.

El mundo perdido, prohibido, engullido por los Sincorazón. Había escuchado sobre aquel sitio, la antigua capital de la luz que repentinamente fue atacado y dominado por las fuerzas que ahora combatíamos. Maestros y aprendices desaparecieron en aquel lugar, y nunca jamás volvió a saberse de ellos.

- ¡M...maldición! - exclamé - Si acabamos en semejante sitio tenemos muy pocas oportunidades, probablemente ni salgamos de allí.

Dentro de aquel torbellino de tinieblas, esta parecía amenazadora y deseando hacerse con mi corazón... pero no se acercaba a atacarme, sino que me dejaba pasar a través de ella sin tocarme y apartándose de mi cuerpo. Tras unos segundos de aquella dificultad para respirar, el portal me escupió y me dejó caer en un suelo pavimentado cerca de aquellos que se lanzaron a los portales por voluntad propia.

Me puse de pié y observé los alrededores. Edificios destrozados llenaban el lugar, fragmentos de roca llenando el suelo y paredes llenas de marcas de zarpazos y tejados derribados. Cerca de nuestros pies, antiguos jardines estaban destrozados y solo quedaban los cadáveres de lo que antaño fueron flores cuidadas, sobre una tierra cenicienta; mientras que en los interiores de la ciudad juraría que había fragmentos de hielo.
Y sobre todo aquello imperaba un siniestro Castillo, que no dejaba de ser monumental. Puede que en un tiempo fuese ominoso y opulento, gobernando justamente sobre la brillante ciudad de Vergel Radiante... sin embargo ahora solo era un recuerdo distorsionado y lleno de Sincorazón, su símbolo notable en la pared principal, bajo un cielo nuboso y con tonalidades de atardecer en los pobres cantidades de luz que iluminaban tétricamente el ambiente.

Houma gruñó desde mi hombro y pude ver por el rabillo del ojo como una sombra se arrastraba por el suelo en dirección a unas escaleras que daban a un nivel inferior. Muchos de los aprendices no tardaron en agruparse en torno a las direcciones que pensaban tomar, y pude distinguir a algunos de los que conocía, como Hitori, Zait, Yu o Fátima, la última estaba cerca de aquel extraño chico con el ratón amarillo.
Miré hacia el cielo, pensando en qué hacer. Quien nos había metido en todo esto probablemente se encontraba escondido
en el lugar más fortalecido y defendido de aquel lugar... El Castillo. Seguramente abominaciones enormes y amenazas de un poder excepcional nos esperaban en aquel lugar para poner fin a la ténue luz que resistía a la creciente oscuridad. Recordé lo que me dijo aquella voz.

- ¿Que harás?

Apreté el puño alrededor del mango de la Llave Espada. Aquí no teníamos a los Maestros para decirnos qué hacer, ni ninguna forma de salir seguramente sin seguramente acabar muertos o algo peor. Teníamos que encontrar una forma de salir de allí por nosotros mismos, sin acabar en las garras del Sincorazón o en las manos de quién sabe.

- ¿Por dónde avanzar? - pregunté lo suficientemente alto para que algunos aprendices cercanos me oyesen - El Castillo es como la boca del lobo, pero el resto de la ciudad estará infestado de Sincorazón... supongo que casi todo se reduce a la propia suerte.

Dirigí mi mirada hacia el lugar donde se había esfumado aquella cosa, pero di unos pasos hasta un par de aprendices que se reunían en la verja que dirigía hasta el monumental Castillo. Sin embargo, me detuve a mitad de camino y me llevé la mano a la barbilla. Ir hacia aquel lugar directamente desde donde estábamos era sin duda lo que esperaban que hiciesen la gran mayoría de aprendices.
Debo decir que el Castillo me atraía en cierto modo, pero mi objetivo se volvió un camino cercano que parecía dirigirse a unos jardines cercanos al castillo, en apariencia vacíos. Acaricié la cabeza de Houma y caminé hacia el lugar, donde parecía que unos cuantos aprendices habían llegado a la misma conclusión que yo.
Pude ver a Hitori detenido cerca del lugar, al parecer indeciso. Le dirigí una mirada y un saludo mientras pasaba a su lado.

- Buena suerte, Hitori. Yo creo que cogeré por este camino, me parece menos arriesgado que ese tan directo de ahí atrás. En cuanto a esa ciudad... no me apetece mucho perderme en un nido de Sincorazón.

Sonreí intentando dar ánimos, pero no creo que resultase muy convincente.

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Re: [Evento Global] Ocaso de una estrella

Notapor Zee » Vie Jun 29, 2012 10:39 pm

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Acabo de escribir una novela. Mis condolencias para quien quiera leerse todo. Aviso que la primer parte es lo que se borró por doble post, antes de entrar al portal; no veo problema alguno en resubirlo para llenar el hueco.



¿Qué importa...? Ve...

¿Busco el conocimiento? ¿Busco la verdad...? ¿Y eso para qué? ¿Por qué es relevante para mí y mi Misión?

Yo hice una promesa a cambio de una oportunidad. Me juré que sería protector de los débiles y defensor del balance de la luz y la oscuridad en el universo; todo a cambio de, algún día, poder liberar a aquellos que amaba de la mágica prisión en la que habían sido encerrados.

El sueño eterno... ¿por qué era yo tan especial? ¿Qué me había hecho capaz de romper la maldición y despertar como si fuera un día como cualquier otro? ¿El poder de la Llave-Espada? Eso no podía ser... en mi reino tenía que haber muchos más corazones puros capaces de blandirla.

¿Había algo más entonces?

¿Alguien, incluso?

El mito de la bruja se había cumplido... Pensaba que era sólo una leyenda, aquella maldición que fue lanzada sobre la Princesa Aurora durante la celebración de su nacimiento. Aquel feliz día donde el reino entero se reunió en el castillo a celebrar un banquete y el rey regaló a todos estuches de oro puro como si fueran simples caramelos.

Y la bruja no había sido invitada. Se le creía muerta, encerrada en su castillo, más allá del profundo bosque. Pero llegó, enfurecida, y otorgó, igual que las otras hadas que habían llegado al gran banquete, su “don” a la recién nacida niña:

La Muerte.

Afortunadamente, después de la partida de la bruja, un hada logró debilitar la maldición con ayuda de su magia. No podría destruirla por completo, pero aseguró a todo el mundo que, en lugar de morir en su décimo octavo cumpleaños cuando se picase el dedo con un huso, como había dicho la malvada, caería en un profundo sueño que duraría cien años.

Y Nanashi me había encontrado en un castillo... no, en un reino entero, sumido en un sueño inquebrantable.

Me había encontrado a mí, y sólo a mí justo después de que la princesa regresara al castillo después de largos dieciocho años de recibir educación en Dios sabría dónde.

A mí. Solo. Rodeado solamente por el silencio del reino vacío. Y me había salvado...

¿Y ahora allí me encontraba hoy, dispuesto a entrar a un Portal de Oscuridad? ¿Allí nos hallábamos nosotros traicionando la confianza de nuestros Maestros con tanta facilidad? ¿Por qué? ¿Cómo es que podíamos caer en la tentación tan pronto? ¿Cómo podíamos llamarnos Aprendices de la Llave-Espada si nos sumergíamos de lleno en la oscuridad a la primera oportunidad?

Había bajado de Pema de un salto y había estado a punto de entrar al portal, sino fuese porque mi mente comenzó a darle vueltas al asunto en el último instante. Me había quedado ausente, contemplando a los Aprendices entrar casi en fila india; algunos sin siquiera dudarlo un momento, como hizo Ragun; otros lanzándose impulsivos y entusiastas, como Flynn.

Otros queriendo proteger a la luz, otros ansiando el conocimiento, otros ansiando ser superiores, otros fielmente siguiendo a sus amigos...

Y otros, como yo, curiosos... tentados...

Es una trampa, idiota... No hay ningún conocimiento relevante detrás.

>>Sólo está el décimo tercer don de la Princesa Aurora:

>>La Muerte


Yo no iba a entrar. No iba a traicionar la confianza de Nanashi... no por segunda vez. Iba a salir corriendo de allí a buscarla inmediatamente. Y si no a ella, a Kazuki o a Yami... A Akio, Ronin, Rebecca o Lyn. Quien fuera. Ellos eran los Maestros, mis Maestros. Ellos eran la autoridad allí: los más fuertes, los más sabios, los de mayor entrenamiento y experiencia.

Eran ellos quienes debían entrar por el Portal o examinar la roca estelar. No nosotros. No nos correspondía. No éramos suficientemente fuertes.

Los débiles nunca podrían valerse por sí mismos.

¿Soy débil? ¿Quiero huir y probarle a Nanashi que tiene razón?

Mi propia conciencia me traicionaba. Una parte de mí, deseosa de romper las reglas y obtener el conocimiento y el poder a toda costa había despertado. Una parte oscura en un guerrero de supuesto corazón puro.

La tentación. El pecado.

Algo me tiró al suelo. Un fuerte empujón en mi espalda me hizo perder el equilibrio y la fuerza de convicción.

¿Por qué...? ¿Por qué todos se están yendo...?

No vi quién me había empujado. Sólo vi la cabellera de Mei caminar por el oscuro pasillo y ser envuelta por las sombras hasta desaparecer.

¿Por qué me dejáis solo de nuevo...?

Ragun ya había cruzado antes, y también Flynn...

¿Por qué cedéis tan fácil...? No... No vayáis... No quiero... No quiero quedarme solo otra vez...

Yo estaba dentro a medias. Aún podía retroceder. Podría volver al castillo y buscar a los Maestros aunque tuviese que recorrer cada habitación. No sería la primera vez. Encontraría a Nanashi y le comunicaría lo sucedido. La acompañaría, Llave-Espada en mano, y bajaríamos la escalinata tal y como habíamos bajado juntos la del Reino Encantado. Como Maestra y Aprendiz, ambos investigaríamos lo sucedido. Tal vez me dejaría acompañarla, tal vez podría...

No quiero quedarme solo y en silencio otra vez...

Me puse de pie.

Decir que mi respiración estaba agitada era poco. Mi corazón corría a mil por hora. Miré hacia atrás, al castillo. Todo parecía tan tranquilo, igual que siempre... salvo por aquel cráter en medio de los jardines.

¿Cómo podía hacerlo? ¿Cómo podía volver y quedarme allí, solo? ¿Cómo podría armarme de valor para caminar de un lado a otro por la Academia, con nadie para acompañarme?

No... La soledad había sido insoportable.

Y el silencio. El horrible silencio.

La sensación de muerte.

No quieres volver, ¿verdad, Xefil? No... claro que no quiero volver...

Miré hacia las profundidades de la oscuridad. Detrás de mí, otros Aprendices esperaban pasar. Le hice una señal a Pema.

Y di mi primer paso.

Como al resto de mis amigos las sombras me engulleron, llevándome lejos de Tierra de Partida y del terrible silencio que pronto la envolvería.


*****

Me arrepentí de inmediato. El portal de oscuridad se cerró a mis espaldas, dejándome completamente a solas en un túnel de penumbras. ¿Dónde estaban los demás? Varios Aprendices habían entrado antes, y seguramente muchos otros me habrían seguido. ¿Entonces por qué...? ¿Por qué me hallaba solo de nuevo? ¿Cómo funcionaba aquello?

La presión de la oscuridad y el miedo de hallarme solo fue terrible. Bien podría hallarme en Atlántica, con las centenas de metros cúbicos de agua salada aplastando mis pulmones, y aquello seguiría sin compararse. ¿Era así, acaso, como la oscuridad debía de sentirse? ¿Era por ello que tan pocos confiaban en ella? ¿Era por eso que sólo contadas personas blandían una Llave pese a disfrutar de la compañía de las sombras? Yami y Ragun... ¿se sentirían cómodos bajo aquella incesante presión? ¿No sentían miedo?

¿O acaso la Oscuridad los llenaba de vida, tal y como la Luz hacía lo mismo para el resto?

Me sentí atrapado, débil e impotente. La oscuridad era una prisión aplastante que parecía despojarme de mi propia alma. ¿Era natural sentirse así dentro de la oscuridad? ¿O era acaso que la luz del deber había roto el equilibrio dentro de mí mismo?

No importaba.

La odiaba. La temía. La repudiaba.

¿La admiraba?

Las penumbras se arremolinaban a mi alrededor, confundiéndome y provocándome dolor de cabeza. ¿Era aquello un túnel, un capullo, una habitación...? Entre las sombras no podía distinguir nada excepto mi propio cuerpo y las extrañas figuras que se formaban en las paredes, como si me rodeara un denso vapor.

Me llevé la mano al pecho. ¡No podía más! ¡Si no salía de allí me iba a volver loco! Intenté golpear las paredes, ¡pero no había ninguna! Mis manos no encontraron más sino aire, pese a que podía ver la oscuridad a sólo unos palmos de mi nariz. Empecé a sentir que, debido a mi agitada respiración, me faltaba el aliento. La cabeza me dolía, tenía ganas de devolver el desayuno, mis piernas me fallaban...

¡Luz!

Me lancé hacia adelante al instante, desesperado por hallarme finalmente fuera de aquella sombría prisión. Mis manos y rodillas se quejaron de dolor cuando al aterrizar se encontraron con duras y rasposas losas de piedra en lugar del suave césped de los jardines. Temblante, alcé la cabeza, esperando encontrarme con el cielo azul del mundo donde había sido recibido, tal vez con un alto árbol bloqueándome la vista.

Pero no... Todo lo que pude ver fueron una capa de nubes, infranqueable y sin hueco alguno, y un castillo color bronce a la lejanía.

De inmediato agaché la cabeza de nuevo, sintiendo cómo mi estómago se esforzaba por expulsar lo que llevaba dentro. Asqueado, intenté tragar, pero mis impulsos naturales me vencieron: allí, a cuatro patas como me hallaba, vomité sobre el gris suelo.

Honor ante todo...

Gruñí, enfadado conmigo mismo, y me obligué a ponerme pie. Escupí varias veces en el suelo y me limpié la boca con el pañuelo que llevaba al cuello, el cual después tuve que arrojar lejos, para que el viento se lo llevara. Respiré varias veces y, para intentar calmarme, intenté actuar como lo haría en una cacería con la nobleza.

—Porte, gracia, confianza, soltura, clase, precisión...

—¿Soy un guerrero de la Llave-Espada o una bailarina?

Estudié aquel extraño paisaje. Todos los Aprendices que habíamos estado en los jardines (inclusive aquellos que prefirieron estudiar el meteorito en lugar de ir por el portal) habíamos aterrizado en el mismo sitio: una plaza no muy distinta a la que teníamos en Tierra de Partida, aunque más destrozada y muerta si se podía: losas rotas y arrancadas de su sitio por allí y por allá adornaban el lugar, al igual que las flores marchitas y los retorcidos árboles sin hojas de lo que antes habían sido bellas jardineras.

No pude evitar notar que Pema se hallaba, inquieta, detrás de mí, donde la entrada a un túnel oscuro señalaba peligro. Llevaba a las alcantarillas o a una red de caminos subterráneos, o algo que aquel mundo hubiese ocultado bajo tierra. Bajo ninguna circunstancia dejaría que mi mascota se adentrara por allí, por lo que le hice una seña para que se acercara.

Mientras lo hacía, me giré a mi siniestra, advirtiendo cómo un grupo de Aprendices acababa de formarse y decidía tomar un camino rumbo a lo que parecían ser jardines; aunque por su color muerto y amarillento, no podría estar tan seguro. No reconocí a nadie de importancia.

Por otro lado, al frente se alzaba aquella brillante, aunque caótica, estructura. Ahora que la miraba bien, había sido un castillo, pero ahora decenas de tuberías, chimeneas y cables lo rodeaban, como si la fortaleza hubiese sido alterada para albergar alguna especie de fábrica o edificio tecnológico.

Y finalmente, a mi derecha, la calle se adentraba a lo que antaño fue una ciudad. Incluso desde la lejanía podía distinguir los tejados destrozados y las casas derrumbadas, como si se tratase del escenario de una... guerra...

No... no podía ser...

¡Pema, yipyip! —ordené a mi bisonte, mientras materializaba mi Llave-Espada en mi mano derecha. A la par que ésta ascendía al cielo, esperando transformarse en mi Glider, añadí a mi indicación—: ¡Vuela bajo y no te alejes!

Me monté en mi tabla y despegué raudo como una bala en dirección al castillo. Mi vista se había dirigido irremediablemente allá donde la bufanda de Ragun y el llamativo cabello de Mei desaparecían... directamente rumbo a la boca del lobo.

Pero algo me detuvo unos instantes...

Todos se estaban separando. Alguno habían decidido ya tomar sus respectivos caminos, ya fuese en solitario o en compañía de amigos. A todos les parecía tan sencillo... ¿No se habían dado cuenta de que habíamos caído en una trampa? ¡Habíamos sido tentados por la oscuridad, con un cebo tan simple como la promesa de la verdad!

Me olvidé por completo de Ragun y Mei, quienes hablaban con otros dos Aprendices, ya muy lejos como para que pudiesen escucharme. Me olvidé por completo de la vasta biblioteca que seguramente se hallaba en el castillo, recolectando conocimientos que, con suerte, podrían ayudarme a revivir mi Reino. Me olvidé de todo, excepto de aquel mundo que ahora se había quedado sin guerreros para defenderlo.

¿¡Qué estáis haciendo!? —rugí, mientras me elevaba en mi Glider sobre las cabezas de los que quedaban en la plaza—. ¿Acaso no habéis advertido lo obvio de esta trampa? ¡Somos ratones que estúpidamente siguieron el queso, mientras el gato se ríe a carcajadas de nosotros! ¿Qué haremos si Tierra de Partida está en peligro? ¿Qué haremos si los Sincorazón se apoderan de ella? ¿Acaso creéis que la oscuridad nos ofrecería algo como “la verdad” y “el conocimiento” sin pedir nada a cambio? ¡Somos Portadores de la Llave-Espada y hemos caído como si nada! ¡Es vergonzoso! 

No supe si la gente me miraba o no. Con mi volumen de voz, tan alto que mi garganta quemaba, era casi imposible que no hubiesen escuchado mi mensaje. De todas maneras, decidí no comprobarlo. Por mi mente sólo pasaban las imágenes del castillo de Tierra de Partida, el castillo que se había convertido en mi nuevo hogar, destruido y conquistado por los Sincorazón, cuyo emblema brillaba con malicia sobre sus gigantescas puertas, al igual que lo hacía sobre el castillo de Bastión Hueco.

No iba a perder mi hogar por segunda vez. Me giré hacia el castillo, esperando que aquellos que realmente me importaban me pudiesen escuchar y, finalmente, con la mayor fuerza que me fue posible, grité lo primero que se me había pasado por la mente apenas había llegado:

¡Ragun, Mei...! No... ¡Aprendices! ¡Tenemos que salir de aquí!

No pude escuchar ni ver la respuesta. De nadie. Lo único que pude razonar era cómo mi Glider súbitamente desaparecía bajo mis pies, produciendo el sonido de algo resquebrajándose y soltando decenas de pequeños fragmentos brillantes, para luego dejarme caer por lo menos cuatro metros hacia el suelo.

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Xefil no elige ninguna ruta, en principio. Sin embargo, a depender del resultado, puede terminar siguiendo la ruta 3. Con esto quiero decir que, si al final es posible salir pitando de Bastión Hueco, lo hará. Pero si resulta una vez estando dentro ya no podemos salir, entonces se j*de y decide seguir a las dos personitas a las que quiere proteger en la ruta 3.
—You're like that coffee machine: from bean to cup, you fuck up—

~Dondequiera que el arte de la medicina es amado,
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Re: [Evento Global] Ocaso de una estrella

Notapor Tsuna » Vie Jun 29, 2012 11:14 pm

La oscuridad me envolvió totalmente, perdí la noción del tiempo.
Algo en mí decía que esas palabras no eran de plena confianza, la oscuridad por la que me había introducido me recodaba a aquella que vi en mi villa, cuando conocí a Yami. Algo no me daba buenas vibraciones, muchos estudiantes entraron sin saber realmente que sucedería con ellos. ¿Acaso pondrían en duda los ideales de los maestros, de verdad, tanto querían librarse de ellos y sus normas?
Quizá, si me esforzara un poco, podría convencer a alguno que otro para que no caiga en las garras de la oscuridad, no me gustaría ver a compañeros, como Ueki o Mei, transformados en esas cosas, deseosos de buscar corazones.

—…, en Bastión Hueco.

La voz resonó nuevamente en mi cabeza... ¿Bastión Hueco? ¿Qué clase de lugar sería ese?
No supe cuanto tiempo había pasado, solo me encontraba relajado en aquel mar de oscuridad, supuse que era inútil perder los nervios, fue en ese momento cuando me di cuenta que ya estaba a merced de la oscuridad...
La luz volvió a mis ojos. Volví a sentir los latidos de mi corazón, el respirar y espirar constante, el distinguir colores, todo aquello que había perdido segundos atrás. Ante mí se encontraban todos aquellos aprendices, que uno tras otro, entraban por el portal de manera irresponsable e inconsciente, es más, aun seguían apareciendo.
En un principio no distinguí a nadie, estaban todos mezclados, era nuevo y a pocos conocía... ¿Qué debía hacer en una situación así? Fue lo primero que reflexioné, antes que nada, intenté ubicarme.

-Pero si esto parece... No, no es igual.

Miré a mi alrededor, solo veía plantas marchitas, edificios en ruinas, un cielo grisáceo, en cierto modo, podía competir con el de Villa Crepúsculo en nubes. Solté una pequeña y tonta sonrisa ante ese planteamiento tan absurdo que se me pasó por la cabeza. Seguí girando lentamente, todos los aprendices se dispersaban, unos conversaban con otros, algunos se adentraron por la ciudad y por las escaleras del... aquel inmenso castillo. Un escalofrío me recorrió el cuerpo, debía admitir que el castillo imponía bastante.

Simplemente esperé quieto, mirando atónito el lugar, me recordaba a las historias de mi abuela, cuando era pequeño. Irónicamente, las recordaba más que a mis propios padres, que triste situación.
"Una ciudad llena de impecables edificios, relucientes jardines y vistas maravillosas, pero lo más asombroso, es el gran castillo del centro..."
Una frase típica de ella, siempre la decía al comenzar la historia. A pesar de ello, era imposible que se tratara del mismo lugar, este era todo lo contrario... me sentí extraño.

Al rato, cuando todos los aprendices despejaron la zona y pude respirar con menos presión, vi a un chico en el centro de la plaza, advirtiendo a cada uno de ellos.

—¿¡Qué estáis haciendo!?
¿Acaso no habéis advertido lo obvio de esta trampa? ¡Somos ratones que estúpidamente siguieron el queso, mientras el gato se ríe a carcajadas de nosotros! ¿Qué haremos si Tierra de Partida está en peligro? ¿Qué haremos si los Sincorazón se apoderan de ella? ¿Acaso creéis que la oscuridad nos ofrecería algo como “la verdad” y “el conocimiento” sin pedir nada a cambio? ¡Somos Portadores de la Llave-Espada y hemos caído como si nada! ¡Es vergonzoso!


¿Qué debía decirle? Escuché atentamente su comentario, no podía negar que tuviera toda la razón, pero lo notaba demasiado alterado, si era cierto lo que decía, en ese estado el podría ser el primero en caer, me aproximé a él e intenté hablarle como pude, con un tono algo asustadizo. Me sentía intimidado por algunas miradas, tampoco es que le conociera de nada, quien sabe como reaccionaría.

-Chico, no deberías alterarte tanto, aunque nos adentremos en esta trampa para ratones, ya estamos dentro, si quieres esperar sentado a que te coman los bichos, hazlo tú si gustas, pero cálmate, así no podrás luchar bien llegada la hora del combate.

Miré la zona de nuevo, no esperaba ninguna respuesta, es más, no quería escucharla, me hacía sentir incómodo la palabra "Gracias", si es que la iba a decir.
Lo primordial era analizar la zona, y nuestra situación, quien quiera que fuese nos trajo hasta un mundo, que por cierto, me parecía fascinante, pero triste, buscaba algo en concreto de nosotros, debíamos avanzar, hacer algo. Vi como muchos aprendices se juntaban en un determinado camino, no me gustó, prefería no llamar la atención...
Allí, al fondo, vi a un chico algo asolado, llevaba una capucha negra, lo cual hacía el paisaje algo más tétrico.

-Sí, creo que sería mejor inspeccionar los alrededores para hacernos una idea de dónde nos encontramos.

Avancé hacia el joven, despacio y con calma. Le saludé, esperando su reacción. Me mostré físicamente algo desinteresado por lo que había pasado, pero en mi interior me carcomía la idea de que pudiera ser aquel mundo, el de las historias que me contaban cuando era pequeño, debía comprobarlo.

-Hola. ¿Vamos por aquí? Creo que será mejor inspeccionar esto fuera, así habrá más aire.

Dije eso último de manera irónica, haciendo referencia a la cantidad de aprendices que habían.
Invoqué mi Llave-Espada, me aproximé a las escaleras, parecían llevar a un lugar oscuro.

Me llamo Zeix.

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Zeix decide ir a la ruta 1.
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Re: [Evento Global] Ocaso de una estrella

Notapor LightHelco » Sab Jun 30, 2012 12:40 am

La oscuridad me envolvía completamente no permitiéndome ver nada, siquiera a algún que otro aprendiz que hubiera entrado antes que yo. No me importaba el estar rodeado de ella, solo que me molestaba el hecho de que no me permitiera ver, por suerte pronto recupera la visibilidad llegando al centro de una plaza en la que ya había otros aprendices y muchos más llegaban.

La mayoría acabamos en el centro de este, pero otros se vieron dispersados por la plaza y unos pocos no tuvieron una llegada muy agradable. Los portales de oscuridad solo se abrían para traer a los aprendices y cerrarse al momento dejándonos atrapados en aquel mundo, mundo del cual no podía sacar mejor adjetivo más que “siniestro” y eso era bastante grave proviniendo de un habitante de un mundo tan oscuro y tétrico como lo era Ciudad de Halloween.

Mirase a donde mirase, solo podía ver los jardines sin vida y los edificios y suelos destruidos de aquel lugar, era de esperar que el resto del mundo fuese igual o por el contrario, peor. Este lugar debía de ser aquel que estaba prohibido, “Bastión Hueco” lo había llamado la voz que escuché antes de salir de la oscuridad. Bastión Hueco era el nombre de aquel lugar prohibido que los Maestros nos recordaban siempre. Y ahora estábamos allí atrapados.

Entre los Aprendices, uno se subió a su Glider y se hizo escuchar con sus palabras:

¿¡Qué estáis haciendo!? ¿Acaso no habéis advertido lo obvio de esta trampa? —gracias por la obviedad, compañero, pero incluso los que habían decidido no entrar se encontraban en el lugar, por lo que trampa o no estábamos destinados a venir aquí, tal y como el As de Corazones me había señalado —¡Somos ratones que estúpidamente siguieron el queso, mientras el gato se ríe a carcajadas de nosotros! ¿Qué haremos si Tierra de Partida está en peligro? ¿Qué haremos si los Sincorazón se apoderan de ella? ¿Acaso creéis que la oscuridad nos ofrecería algo como “la verdad” y “el conocimiento” sin pedir nada a cambio? ¡Somos Portadores de la Llave-Espada y hemos caído como si nada! ¡Es vergonzoso!

Al poco de terminar su discurso el chico cayó al suelo, otro se acercó a ayudarle y hablar con él, por lo que decidí dejar a los dos tranquilos. Miré al resto de elegidos, algunos ya estaban haciendo grupos y marchándose de la plaza por una de las cuatro salidas que esta tenía, cada una más tétrica que la anterior.

La primera llevaba hacia unas escaleras de bajada que se perdían en la oscuridad “Un buen lugar para ser cazado” pensé al verlas, la segunda se abría paso por los derruidos edificios “Si hay algún superviviente aun, lo más probable es que se esconda ahí” fue mi opinión sobre esta salida. La tercera daba a una verja abierta que llevaba a un inmenso castillo, el cual di por hecho que sería un precioso nido de Sincorazones gigante. La última salida era la de los jardines, los cuales probablemente estarían tan muertos como la vegetación de la plaza, siendo un lugar bastante bueno para no ser sorprendido por el enemigo.

También estaba la opción de quedarme en la plaza junto con otros aprendices que no se decidiesen por un camino. Pero aquel mundo me intrigaba, quería explorarlo y descubrir que lo había convertido en un lugar tan tétrico y oscuro que dejaba a mi mundo natal como el lugar más cálido y colorido del espacio. Muchos aprendices habían ido hacia el castillo y los jardines, unos pocos bajaron las escaleras que darían a un distrito inferior y casi ninguno se adentró en la ciudad derruida.

Prefería no juntarme con un grupo demasiado numeroso como el del castillo y los jardines y las escaleras me resultaban una trampa mortal y tampoco me llamaba mucho el acabar solo en unas ruinas. Las cuatro opciones eran difíciles, por lo que por segunda vez en aquel día, deje mi destino en manos de la diosa fortuna y saqué una carta.

Corazones, boca de lobo, Picas, ciudad en ruinas, Diamantes, castillo tenebroso, Tréboles, jardines muertos —confirmé antes de mirar la carta.

Seis de Picas.

La ciudad en ruinas era mi siguiente destino y esperaba que el seis fuera el número de aprendices que tomáramos ese camino.

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Y el destino ha decidido que Alec vaya por la Ruta 2… No uso cartas, pero sí que ha sido una decisión pasada por random
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Re: [Evento Global] Ocaso de una estrella

Notapor Quico » Sab Jun 30, 2012 8:53 pm

Dormía. No soñaba nada, pero tampoco estaba profundamente dormido. Me sentía como si estuviera flotando en el limbo. Los entrenamientos de las últimas semanas habían sido agotadores, y estaba intentando recuperar las fuerzas perdidas ese día, ya que no había ningún entrenamiento planeado, ni tampoco alguna misión exclusiva.

Entonces de repente se oyó un fuerte estruendo. Sobresaltado, abrí los ojos. Mi corazón latía a cien por hora del susto. El ruido venía de fuera, así que cogí mis gafas y decidí abrir la ventana de mi habitación para ver qué es lo que pasaba. Era un buen día, con sol y alguna nubecilla por ahí perdida, pero me llamó la atención un cúmulo de aprendices alrededor de un punto en concreto en el jardín. Parecía que habían cogido algo que por la lejanía del objeto no pude atisbar. Decidí ir hacia el jardín para analizarlo yo mismo o quizás con ayuda de SetonciOS, así que me cambié rápidamente y me dirigí hacia allí.

Hoy el castillo estaba muy silencioso, seguramente la razón fuera porque todo el mundo estaba fuera, curioseando con ese objeto. Entonces, sin previo aviso, apareció una especie de círculo negro debajo de mis pies. Intenté esquivarlo, saltarlo y pisarlo, pero no ocurrió absolutamente nada, y el agujero empezó a tragarme hasta que me engulló por completo.

Era un agujero lleno de oscuridad, no se veía absolutamente nada. Me entró miedo. Esa oscuridad tan cerrada me ahogaba, me agobiaba, quería salir. No me encontraba muy bien, tenía un gran dolor de cabeza y una especie de sentimiento de atracción a quedarme aquí, sentado, dejando que la oscuridad se me lleve para siempre. Aunque estaba un poco mareado, intenté moverme. Entonces oí una voz. Podía avanzar así que fui caminando hacia donde creía haberla oido. La oí con más claridad:

…, en Bastión Hueco.

De inmediato se hizo la luz. Aparecí en un sitio lleno de nubes, a una altura más alta de lo normal. ¿Podría ser de verdad Bastión Hueco, el mundo prohibido? No tenía ni idea, ni tampoco tenía tiempo para pensar en eso, pues estaba cayendo al suelo.

¡Ay! — fue una caída corta, de apenas un segundo. Por lo menos caí de culo, y no me hizo serios daños, aunque sí alguna magulladura, aunque para mí fuera como si me hubieran aplastado todo el cuerpo.

Ay… qué daño…

Cuando me levante aun quejándome, observé a mí alrededor. Estaba en una plaza bastante grande rodeada de vegetación muerta. En algunos sitios dónde deberían reposar las plantas, solo había tierra removida. Pero además, los edificios de los alrededores también estaban destrozados, con trozos de paredes por allí, escombros por allá y un montón de marcas de garras. Parecía que había pasado por allí un huracán, o puede que los sincorazón, quizás ambos.
Miré hacia arriba. El agujero que me trajo hasta aquí desapareció, lo que me permitió ver el cielo. Había un ambiente triste en él.

Fui acercándome hacia el centro de la plaza y me encontré a algunos aprendices de Tierra de Partida que me sonaban de haberlos visto antes, o al menos de un vistazo.

Sobre todo me fijé en un aprendiz que se dirigía hacia unas escaleras, más o menos cerca de dónde yo estaba. Fui corriendo hacia donde estaba él, no me apetecía quedarme en un sitio así de tenebroso solo.

¡E…espera!

Me detuve junto al chico y le saludé.

H…hola. ¿Podría ir contigo? No me apetece quedarme solo por aquí…

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Fran se va por la ruta 1

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Siento lo del primer turno, pero estaba de baja vacacional. Espero estar el resto del evento disponible xD
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¿Os acordáis del tal HushHush? Digamos que le falta un rato largo.
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Nadhia Hoghes #2

Notapor EspeYuna » Sab Jun 30, 2012 8:59 pm

Siguiendo a Kit entré en el portal sin dudarlo. ¿Qué le habría ofrecido aquella voz? ¿Aquello que tanto anhelaba conseguir? Cuando estuve ayudándole a atrapar a Pichu, su tierna mascota y compañera de juegos, le pregunté cuál era su aspiración, qué le había llevado a Tierra de Partida.

Ser el mejor


Era su sueño, lo cual lo respetaba, pero... algo dentro de mí me advertía de que aquel deseo era demasiado peligroso. El mejor. Poder. Aquellos que habían abusado de él... habían acabado malparados. Los Maestros bien lo habían dicho: la Oscuridad puede cegar por otorgar más poder, proteger al portador de sus problemas, cegarlo... ¿podía ser esa la razón por la que me lancé a por Kit? ¿Tenía miedo de que le pasara algo? Era algo absurdo, pues él no era afín a la Oscuridad. De hecho, debería estar más preocupada por Ragun. ¿Acaso no era él quien portaba una Llave-Espada Oscura?

"Porque Kit es un niño", mi mente me respondió al instante. Sí. Ivan Kit se hacía el maduro, el que tenía todo bajo control y no le temía a nada. Pero no era así. Se alteraba con facilidad, no como Ragun. Mi amigo encapuchado me había demostrado que podía controlar la situación y, seguramente, quisiera saber la verdad: sobre su pasado, su verdadero nombre, su identidad... su memoria, a pesar de que podía ser una trampa él debía haberlo supuesto ya. Y con Nyx a su lado, me sentía más aliviada. Pero Kit... no, definitivamente tenía que ir en su busca y hacerle entrar en razón.

Una risa malévola a mis espaldas hizo que me estremeciera. Provenía de Tierra de Partida, pero no pude echar la vista atrás. Antes de que pudiese pestañear, el portal de oscuridad me condujo a una enorme plaza. Todo tenía un aspecto deplorable y triste. Nublado, sin apenas unos míseros rayos de sol. ¿Estábamos en algún mundo? Las flores de la plaza que deberían decorar el lugar estaban marchitas. Algunas casas en la lejanía y... más allá...

N-no... no puede ser...

Más allá de las casas y de la plaza, un enorme castillo se alzaba con majestuosidad... pero tenía un aspecto aterrador. No por parecer un castillo maldito, típico de un cuento de terror, sino que... había visto ese castillo antes. Jamás había estado allí, pero los Maestros nos hablaron de él, nos enseñaron su aspecto. Un mundo prohibido.

¿B-Bastión Hueco...?

Una trampa. Era obvio que todo aquello era una sucia trampa para los aprendices. Sin Maestros, y sin Aprendices en Tierra de Partida, nuestro mundo... y aquella risa que escuché, que estremecía cada uno de mis nervios provocando cientos de escalofríos.

Observando el castillo, sentí de repente una gran presión en el pecho. Mareada, me agaché de rodillas y agarré con fuerza... mi broche. ¿P-por qué...? ¿A-acaso era aquel el castillo de... de...?

Inspiré aire de forma pausada para luego expulsarlo poco a poco, intentando amortiguar el dolor. Todo a mi alrededor me daba vueltas: preocupada por Tierra de Partida, por los Moguris... por Mogara. Escuchaba como la gran multitud de aprendices llegaban a la plaza y cuchicheaban, y otros sin dudarlo corrían hacia uno u otro camino de la plaza.

Tierra de Partida sin protección. Me levanté lentamente, observando a los aprendices que se adentraban en aquel mundo prohibido. Al ver a Ragun dirigirse al castillo, me asusté. ¿A dónde iba? ¿Todavía no se había dado cuenta? Quien quiera que fuese el que nos había conducido allí, había mentido sobre alcanzar el conocimiento: nos estaban llevando al matadero.

Un pequeño Sincorazón, una sombra, apareció en uno de los escalones. Nos observó por unos instantes, para luego largarse. Aquello pintaba muy mal. Un montón de aprendices, la mayoría novatos, en el mundo más infestado y más peligroso de todos. Éramos presa fácil para ellos. Y sin ningún Maestro allí para ayudarnos. En ese momento un muchacho de cabellos verdes y Fran, junto con Zait, Fyk y otros, aparecieron en otro tipo de portales. ¿Cómo? ¿Incluso los que se habían quedado también? Me encontraba paralizada, sin saber qué hacer.

De repente, un muchacho invocó su Glider y llamó a su enorme mascota para salir de allí. Sus palabras...

¿¡Qué estáis haciendo!? —exclamó, bastante enfadado con la situación—. ¿Acaso no habéis advertido lo obvio de esta trampa? ¡Somos ratones que estúpidamente siguieron el queso, mientras el gato se ríe a carcajadas de nosotros! ¿Qué haremos si Tierra de Partida está en peligro? ¿Qué haremos si los Sincorazón se apoderan de ella? ¿Acaso creéis que la oscuridad nos ofrecería algo como “la verdad” y “el conocimiento” sin pedir nada a cambio? ¡Somos Portadores de la Llave-Espada y hemos caído como si nada! ¡Es vergonzoso!

Sin embargo, muchos de los aprendices comenzaban a moverse. Algunos en solitario, otros en grupos, se dirigían hacia la boca del lobo. Y el pobre aprendiz no pudo marcharse: su Glider desapareció haciéndose mil añicos.

No podíamos escapar.

Todo iba de mal en peor.

Mi corazón se aceleraba, incapaz de ocultar el miedo que se estaba apoderando de mí. Incluso yo había caído bajo el poder hipnótico de esa voz con facilidad, al principio. Sin embargo, al percatar el rostro de Fyk, desperté de mis deseos, los deseos de saber más sobre el broche.

Pero todo el mundo se iba yendo. Di vueltas a mi alrededor: había perdido de vista a Zait y a Fyk. Ragun se había ido al castillo, pero me daba miedo ir yo sola. No.

Las piernas no me respondían. Me estaba quedando sola. Nadie podría ayudarme. Nadie se acordaba de mí.

Los Sincorazón acabarían conmigo... no... no...

¡Nadhia!

Sentí cómo alguien me cogía del brazo. La oscuridad de aquel miedo irracional se esfumó, pues esa voz fue la luz que me sacó de ella.

K-Kit... —balbuceé. Ivan Kit estaba frente a mí, observándome con sus ojos, tan penetrantes como siempre. Pero noté inseguridad en ellos, miedo... el mismo que yo sentía.

Estamos en Bastión Hueco. Si quieres vivir, ven conmigo. En dos minutos nos reuniremos en la salida sureste; no me falles.

Y sin más, se alejó, dejándome de nuevo sola. No. No quería que se fuese.

¿Que si quería vivir? ¡Claro que quería! Mis piernas comenzaron a moverse, librándose del entumecimiento a causa del miedo. Seguí de cerca a Kit, quien estaba hablando en la lejanía con una chica de larga melena negra como el carbón. ¿Alguna aprendiz que conocía? No lo sabía, pero parecía que Kit estaba reuniendo a gente para sobrevivir.

"Sobrevivir"

Y las últimas palabras de Kit abordaron mi corazón:

"No me falles"

Por supuesto que no. No podía fallarle a Kit, ni a los aprendices que viniesen con nosotros. No podía dejarme vencer por el miedo. Invoqué mi Aguacero y lo dirigí hacia el castillo, alzándolo en el aire. Con la otra mano, rocé la cicatriz de una de mis cejas... un Sincorazón me la hizo, y me prometí que nunca jamás dejaría que me pusieran de nuevo las manos encima.

Kit me necesitaba. Todos. Incluso aquellos a los que había perdido de vista por el camino. Zait, Fyk, Fran, Ragun... tenía que ser fuerte, por ellos.

Al llegar a la zona donde había quedado con Kit, la muchacha de cabellos oscuros se encontraba allí. Otra chica, de pelo más corto, se nos unía también. Una vez estuvimos todos, marchamos hacia la zona que mi compañero había escogido.

Nos vamos.

Antes de adentrarme junto a ellos, eché un último vistazo a la plaza. Estaba quedando ya aislada, vacía. ¿Qué habría pasado si Kit no me hubiese alcanzado?

Y recordé a los amigos que había perdido de vista...

¿...los volvería a ver?
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Re: [Evento Global] Ocaso de una estrella

Notapor Hitori » Dom Jul 01, 2012 12:47 am

Durante unos instantes, la oscuridad impidió que el joven Hitori viese algo. Mientras todavía había algo de luz, el chico había creído ver una sombra, pero eran imaginaciones suyas. Se encontró solo durante unos minutos, caminando por la oscuridad, hasta que una débil luz brilló. El aprendiz corrió hacia ella, y pronto salió al exterior a través de un portal idéntico al otro por el que se había metido.

El chico observó el mundo donde se encontraba, tras acostumbrarse al cambio de luz. El panorama era desolador: el cielo estaba cubierto por nubes de tormenta, y el mundo tenía un aspecto desértico y oscuro. Hitori vio que todos sus compañeros se encontraban en el mismo sitio que él: una plaza, que tenía algunas zonas cubiertas de tierra y abono, donde seguramente antes había flores. Algunas baldosas de la plaza estaban rotas y levantadas, y toda la zona mostraba signos de una batalla o una masacre, tales como arañazos. Además, el mundo tenía un extraño olor, curiosamente familar para el chico.

Hitori estaba tan ensimismado observando los alrededores, sin salir de la plaza, que no se fijó en que alguna gente se iba hasta que ya se encontraban lejos.

Supongo que tendrán sus propios objetivos... —pensó Hitori, observándolos desde la plaza—. ¿Y yo...?

Por primera vez, un sentimiento de angustia llenó a Hitori. Nunca había pensado seriamente en qué estaba haciendo, y por qué lo hacía. Se había ido con Akio, a ser su aprendiz, sólo porque era un cambio en su monótona vida... ¿o había algo más?

¿Qué es lo que quiero...? ¿Por qué hago esto? —el chico bajó la cabeza y se quedó mirando el suelo de baldosas rotas—. Si en el fondo está claro... por más que huyo de ello, y me digo a mí mismo que no es así, está claro qué es lo que deseo.

>>Papá... Ese hombre. ¿Qué fue de él? ¿Dónde está? ¿De verdad murió, como me dijo mamá? Un día estaba, y al día siguiente ya no... Aún así...

Una punzada de dolor atravesó la cabeza de Hitori, obligándole a llevarse una mano a la cara. Tenía la sensación de que estaba entrando en un terreno pantanoso y prohibido.

Aún así... —continuó, a pesar del dolor—. Casi no lo recuerdo... ¿Por qué? ¿Por qué los recuerdos de mi padre son tan borrosos?

Hitori —el chico se giró, sobresaltado, al escuchar su nombre. Se trataba ni más ni menos que de Ivan Kit—. Estamos en Bastión Hueco. El mundo prohibido. ¿Crees que podrás sobrevivir por ti mismo?

¡P-pues claro que puedo! No soy un inútil... —protestó, sonrojándose—. Um... Bastión Hueco...

Creo que deberíamos hacer equipo. Como la Maestra Nanashi ordenó. Conozco este mundo. Con una mujer, a la que si quieres te puedo presentar, podremos desenvolvernos bien. Aunque no te la recomiendo, es una zorra...

Ya sabes que no me interesan las mujeres... —dijo, pero Kit estaba mirando a otro lado y parecía no escucharle—. Hmph, gracias por la atención —añadió, por lo bajo.

Es tu decisión. Si decides venir conmigo, te esperaré en la saluda sureste en un par de minutos —le informó, antes de alejarse sin avisar.

¡Eh, espera! ¡Kitty! —soltó, sin darse cuenta. Le había puesto ese mote de broma a su compañero, pero sonaba realmente ridículo—. Mierda...

El chico miró a los pocos aprendices que quedaban. Uno se había puesto a gritar poco antes, y ahora estaba montado en su Glider. Sin embargo, éste se rompió e impidió que el aprendiz saliese del mundo.

¿Qué voy a hacer...? Maldita sea, no soy capaz ni de tomar una decisión. Estoy confuso, no sé ni qué hago siendo aprendiz. Quiero saber qué coño pasó con mi padre, ¿pero por qué? ¿Para qué? ¡Ni siquiera soy tan buen aprendiz! —gritó, al borde del llanto. La cabeza de Hitori estaba a punto de estallar, pero no le importaba. Ni él mismo entendía sus pensamientos ni lo que quería.

Idiota, eres realmente un inútil.

Esa voz. La voz que escuchaba siempre, volvía a hacerse presente una vez más. Hitori empezaba a sospechar que la voz que escuchaba en su cabeza era la del encapuchado, pero no podía estar completamente seguro. En su cabeza, la voz sonaba mucho más ahogada y profunda.

¿Para qué piensas en estas tonterías ahora? Lo que haya pasado con tu padre no es de tu incumbencia —le dijo. ¿Acaso la voz intentaba ayudarle? Hasta ese momento, aquella persona sólo había buscado confundirle y controlarle. Y de repente, parecía querer echarle una mano—. Estarías mejor viviendo tu vida y disfrutando de lo que te queda. Total, no es que sea mucho.

Aquello sonaba más bien a una amenaza. Sin embargo, cuando Hitori quiso contestarle, notó que ya no podía hablar con él. La "conexión" se había desvanecido. Hitori soltó un gruñido.

¡Agh, maldita sea! ¡Estoy harto, harto de todo! ¡Harto de esa maldita voz, del encapuchado, de mi padre, de la oscuridad y de este puñetero mundo! ¡Voy a ser un aprendiz y se acabó! ¡Y si no hago nada de mi vida, me dará igual! ¡A la mierda!

Quizás algún aprendiz se había quedado mirándolo al verlo gritar sin más. Hitori respiró agitadamente y se dirigió hacia la zona residencial, a paso rápido, algo cabreado.

No necesito ir con Kit. ¿Para qué le necesito? Para nada... Para na-

Buena suerte, Hitori —Kousen caminaba hacia él, en otra dirección. Hitori se detuvo en seco y se sonrojó, sin saber si el aprendiz había escuchado sus murmullos—. Yo creo que cogeré por este camino, me parece menos arriesgado que ese tan directo de ahí atrás. En cuanto a esa ciudad... no me apetece mucho perderme en un nido de Sincorazón.

Al parecer, Kousen se iba por el mismo sitio que Kit. Su compañero, mayor que él, le sonrió, cosa que hizo que Hitori se sonrojase más.

S-suerte... —dijo, únicamente. Observó al chico alejarse, sin moverse del sitio—. S-supongo que Kit no necesita más ayuda...

Hitori levantó su mano izquierda y miró el anillo que Ben le había dado. De algún modo, se sentía mal y, curiosamente, algo sucio. Después de vacilar unos segundos, Hitori se dio la vuelta y fue en la misma dirección que Kousen.

Quizás... sí quiera ir con Kit... —murmuró, algo apenado.

* * *


Hitori llegó a la zona donde había quedado con Ivan. Un grupo reducido de aprendices estaba esperando. El joven se acercó a ellos y saludó tímidamente con la mano.

N-no es que venga contigo porque me lo hayas pedido, que lo sepas —soltó Hitori, mirando a Kit.

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Hitori coge la Ruta 4.
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Vanitasmásde8000 y Death escribió:Vanitas: premio lol

Death: Yaaaaay
¿Qué he ganado?

Vanitas: un nada muy bonito .u.

Death: Bieeeeen
¡He ganado un Nada Bonito!
Descripción: No te permite hacer nada. No da ningún tipo de bonus.
Stats: Fuerza +0, Magia +0, Velocidad +0, Defensa +0, Suerte +0

Lee-kun y Death escribió:-Lee-kun:
http://chzmemeafterdark.files.wordpress.com/2012/02/naughty-memes-untitled7.jpg
-Death:
8<
*Your sanity is reaching lowest levels*
-Lee-kun:
Lol xD
Dotho y su miedo por las vaginas
-Death:
u.u
Las vaginas son más terroríficas que cualquier cosa de Amnesia
-Lee-kun:
No, son pestosas
Pero, saben muy bien (????)
-Death:
Y tienen tentáculos
Y echan babas espaciales que corroen cualquier material
Y además, dicen que si tocas una, absorbe tu alma
-Lee-kun:
Lol
http://youtu.be/5ZXreMV3HQY
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Re: [Evento Global] Ocaso de una estrella

Notapor Suzume Mizuno » Dom Jul 01, 2012 4:09 pm

Después atravesar el portal se encontró rodeada de oscuridad. Aguardó con una sensación de inquietud hasta que notó que su alrededor se aclaraba un poco.

… en Bastión Hueco — escuchó decir a la misma voz que había hablado en los jardines de Tierra de Partida.

Se encontró en el centro de una gran plaza, acompañada por numerosos aprendices que, al igual que ella, miraban a su alrededor con desconcierto.

Lo que debían haber sido en su momento unos bonitos parterres de flores ahora no eran más que espacios llenos de tierra removida, seca, con flores marchitas. Parecía que estaban en el centro de una fortaleza, porque podía ver gruesas murallas rodeándoles. También había casas y…

Tragó saliva.

Aquella visión le sonaba demasiado.

“Bastión Hueco” repitió en su interior.

Un escalofrío trepó por su espalda.

No podía ser que hubiera vuelto a ese sitio.

Alzó la cabeza. El cielo estaba encapotado, oscuro, apenas sí conseguían algunos tímidos rayos de sol. Así, las sombras se acentuaban en los cientos de marcas de lo que parecía haber sido una feroz batalla. Había profundos arañazos, zonas del suelo arrancadas como de un mordisco, tejados y paredes derribados…

Una terrible verdad cayó sobre sus hombros como un mazazo. Había regresado a ese lugar en el que ella e Ivan estuvieron a punto de perder la vida. Vergel Radiante. O Bastión Hueco, según había investigado un poco al regresar a Tierra de Partida, tal y como había anunciado la misteriosa voz.

Buscó a su alrededor. Ya no había portales por los que regresar. Soltó una mezcla de risa y quejido. ¿Qué se había esperado?

“Eres una rematada imbécil, Fátima. Pero al menos ahora no estás sola… Somos muchos…”

Y, como pudo comprobar, los aprendices se estaban dividiendo, dirigiéndose con titubeos o con firmeza a una de las cuatro salidas de la plaza.

Ensimismada como se encontraba en sus pensamientos, no se dio cuenta de que un chico alto se acercaba a ella.

—Hola.

Fátima cerró los ojos. Conocía esa voz. Con lentitud, se giró hacia Ivan Kit, al que miró con neutralidad.

Hola — respondió arrastrando las sílabas.

Se quedaron en silencio, sintiéndose incómodos y deseando perderse de vista mutuamente. Pero Ivan continuó, con más respeto del que cabía esperar:

Ahora mismo nuestra relación es, cuanto menos… Mejorable — arqueó una ceja, conteniéndose para soltar un resoplido. "Mejorable" era un en ridículo eufemismo para describir la relación que había entre ellos —. Pero habrás reconocido el castillo. Hemos vuelto. Y no puede ser una casualidad que los dos lo hayamos hecho.

“Claro que no lo es, estúpido. Todos los presentes somos unos gilipollas que hemos caído en una trampa como si no tuviéramos una maldita neurona”.

—Mira, no dudo que tú tampoco tengas ganas de venir conmigo, pero el día que estuvimos aquí corrimos y no pudimos fijarnos en demasiados detalles. ¿Ves aquel camino? Por la posición del castillo, que está situado precisamente en el centro de la ciudad, diría que es la zona que visitamos. Juntos, quizá podamos lograr ese “conocimiento” prohibido.

Si Ivan esperó que le respondiera en ese preciso instante, se llevó una decepción. Poque a Fátima lo último que le apetecía era unirse a él cuando sabía que podía volver a dejarla tirada como señuelo para que acabaran con ella los Sincorazón mientras Ivan se daba el piro.

—Tómate tu tiempo para decidir. Te espero en cinco minutos en el extremo que lleva por ese camino.

Le vio alejarse y se planteó qué hacer. Regresar a la biblioteca le parecía muy tentador pero… Tragó saliva. Pero enfrentarse de nuevo a hordas de Sincorazón no le atraia en absoluto. Lo importante en ese momento era escapar de allí, regresar a Tierra de Partida. Y si tenía que usar el maldito glider, lo haría. Quedarse allí era de idiotas.

“Y aun así…”

Algo dentro de ella la impulsaba a investigar, a encontrar ese "conocimiento". Seguía pensando que los Maestros tenían mucho que ver con esa repentina aparición. No creía que su intención fuera dejarlos morir en aquel lugar. Pero el caso es que ningún Maestro apareció cuando cruzaron los portales de oscuridad, como si les estuvieran incitando a que lo hicieran…

Sacudió la cabeza. También podía ser que estuviera completamente equivocada. Al fin y al cabo, ningún Maestro le merecía su confianza. Ni aunque gracias a los entrenamintos de Nanashi hubiera sobrevivido a su anterior visita a Bastión Hueco. Después de su ingreso en Tierra de Partida se dio cuenta de que casi todos los aprendices accedieron a ser parte de los caballeros de la Llave Espada, al contrario que ella, a la que Nanashi obligó a decantarse por aquella opción. Los Maestros parecían desesperados por conseguir alumnos… aunque tuvieran que recurrir al chantaje, como en su caso. En ese caso, ¿por qué arriesgarse a que murieran en Bastión Hueco?

Podía haber cientos de respuestas. Y, de todas formas, si quería marcharse con el glider no lo haría sola, sino que esperaría a que un grupo decidiera irse porque con su escasa capacidad para conducirlo no creía que llegara muy lejos.

Como si la providencia estuviera burlándose de ella, se escuchó el gripo de un aprendiz que les reprochaba su estupidez y les instaba a regresar a Tierra de Partida que, posiblemente, estaba bajo ataque. Fátima se dio la vuelta, siguiéndole con la mirada, dispuesta a unirse a él. Pero, entonces, su glider se destrozó y cayó al suelo.

No supo si fue coincidencia o no. En cualquier caso, no parecía que fueran a poder salir de ahí con tanta facilidad.

“Obvio, si es una trampa…”

Resopló. Vio que varios aprendices se dirigían hacia donde esperaba Ivan Kit.

“Así que ha conseguido un grupito…”

Entre ellos reconoció a Kousen.

Se lo pensó.

Tal vez no estaría tan mal ir por allí.

Se acercó a Ivan sin dirigirle más que una fría mirada. La próxima vez que estuviera en peligro no sería ella la que se quedaría sin magia para salvarle. No señor.

Saludó a Kousen con una mano, intentando sonreír. Luego examinó a los otros miembros del grupo.

Una de ellas era una chica más o menos de su edad, de cabello castaño ondulado y bonitos ojos marrones. Parecía un poco insegura y miraba hacia los demás aprendices que todavía se movían por la plaza con aprensión.

La otra era una joven de largos cabellos oscuros y una sonrisa bailándole en los labios que la puso un poco nerviosa, tenía una expresión soñadora, como si estuviera en su propio mundo interno.

En cuanto al último chico, al que había visto alguna vez con Ivan, era alto, castaño, y supuso que muy tímido por el saludo que les dedicó antes de mascullar algo a su compañero.

Ivan, entonces, los recorrió a todos con la mirada como hace un general antes de mandar a sus soldados a la batalla, deteniéndose en Fátima. Ella se cruzó de brazos y alzó la barbilla, desafiante. Si quería decir algo, que lo dijera.
Pero Ivan no hizo ningún comentario, se limitó a anunciar:

Nos vamos.

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Fátima escoge la Ruta 4
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¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

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Re: [Evento Global] Ocaso de una estrella

Notapor Little Sho » Dom Jul 01, 2012 10:13 pm

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Esto es larguísimo, Dios mío. Os doy un resumen, por que en serio, es demasiado largo XDDD
Zait habla de cómo Tak aparece antes de ser absorbido y entre tanto caos es engullido por las sombras y aparece medio inconsciente en la plaza. Tak lo despierta y observa lo que ocurre. Encuentra a Lemmons y se une a él. Decide ir hacia la Ruta 2. Encuentra a Maya y le pide que le acompañe.
Por lo tanto, y aclarado de antes;

Zait Laind, Edge Lemmons y Maya Zawrid cogen la Ruta 2 esperando que Fyk les acompañe :333


Y allí estaba yo, tranquilo, calmado y profundamente sumido en una gran burbuja que me abstraía de todo lo que sucedía a mí alrededor. Una gran muchedumbre de alumnos iba de un lado a otro, causando inquietud. Inquietud que yo no llegué a sentir. Cogí aquel meteorito, lo sostuve en mis manos, lo examiné. Y de pronto, mi mente cayó rápidamente de las nubes, al igual que el objeto que sostenía entre mis manos, y se precipitó de lleno en la realidad. Mis pupilas se contrajeron fugazmente y, con algo de preocupación en el rostro, miré alrededor.

Todos los alumnos iban en tropel, directos hacia el portal como moscas hacia la miel. Algunos parecían dudar, pero otros penetraban entre las sombras con una facilidad que me asombraba. Después de varias clases aclarándonos que debíamos combatir, de un modo u otro, la oscuridad, ¿por qué se adentraban en ella tan fácilmente?

De pronto, algo llamó inesperadamente mi atención. Se trataba de un joven con una curiosa piel azul que, después de haber visto lo que vi en Espacio Profundo, no me sorprendió. En su cara se dibujaba el terror. Se encontraba petrificado frente al portal, o eso a mí me parecía. Varios aprendices chocaron con él, seguramente al no verle por su baja estatura, seguramente por estar absortos en la oscuridad a la que todos se dirigían.

Miré fijamente el portal. Tenía mucha curiosidad, tenía ganas de entrar. Pero no me moví. No tenía miedo, ni temor, lo que me invadió fue la tristeza. Una semana antes de conocer a Yami, vi cómo la oscuridad engulló a un guardia del parlamento, vi cómo esa misma oscuridad acabó con la vida de mi amigo y se llevó su corazón. Y esa oscuridad me ofrecía respuestas, sabiduría. ¿Estaba yo preparado para afrontarla? No. ¿No me encontraba acaso allí, en Tierra de Partida, para obtener esa sabiduría? Lo que no quería era encontrarme nuevamente con él, sentirle, cómo le sentí cuando toqué el broche de plata que Nadhia guardaba con recelo.

Notifiqué entonces la presencia de otra persona cerca de mí. Me giré y pude contemplar a una joven aprendiza de rojizos cabellos. ¡Sus ropajes eran los propios de una joven bruja! Vestía con una túnica blanca y llevaba un bonito sombrero púrpura que creaba una bonita armonía de colores con su ropa. Me observaba con sus profundos ojos verdes.

¿Habrá sido esto?

Giré mi cabeza hacia un lado mostrando duda.

¿Esto? —pregunté—. Esto es el meteorito que ha creado tanto caos.

Un ladrido a lo lejos encendió al completo todos mis sentidos, y enseguida empecé a correr hacia la dirección de la que provenía. Escasos segundos después pude ver a Tak corriendo hacia mí, seguramente preocupado por todo lo ocurrido. Lo acogí entre mis brazos y le susurré unas palabras para que se calmase. Vislumbré nuevamente lo ocurrido.

Pasando cerca de la joven aprendiza del cabello rojo y los ojos verdes, me dirigí hacia el joven azulado.

Me acerqué hasta el aprendiz y me agaché para ponerme a su altura.

¿Te encuentras bien?

¡Zait! —escuché una voz familiar desorientándome aún más. Me giré y pude ver a Kousen. Saludé con la mano, a la vez que le pedí que se acercase.

Me dolía la cabeza, todo era un caos. No sabía, no comprendía, no entendía nada de lo que ocurría a mi alrededor. Solté el fragmento, sin atender ya a las razones que me hicieron sostenerlo entre mis manos. El portal se había cerrado y unos cuantos seguíamos aún en el jardín. Ni siquiera me centré en ellos, pues ya que poco después de que el portal de sombras desapareciese, muchas más se esparcieron a lo largo del jardín tratando de engullirnos igualmente, como si fuese aquello un destino imposible de evitar.

Salté e intenté evitar que aquellas sombras me envolvieran, pero fue inútil.

***


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Me desperté repentinamente tras comprobar cómo Tak me lamía la cara en un intento de comprobar que estaba bien. Me levanté y observé el lugar. ¡Todos estábamos allí! Pese a no haber sucumbido a la oscuridad como lo hicieron aquellos que entraron en el portal, comprobé aterrado que nos había engullido a todos, lo hubiésemos querido o no.

El lugar ofrecía una imagen penosa, malgastada y llena de heridas. Había restos de batallas, de luchas, de sufrimiento y dolor por doquier. Parecían restos de una locura que parecía contagiarse cuando vi a un aprendiz montado en una mascota de enorme envergadura gritar palabras a las cuales no presté atención. Vi cómo aquellos que también se habían negado a entrar en el portal de oscuridad habían sido arrastrados a la fuerza al igual que yo.

Me encontraba en una enorme plaza destrozada, con restos de lo que en su día seguramente fueron jardines de flores. Los edificios que rodeaban el lugar mostraban el mismo aspecto; desolador.

Yo sin embargo, parecía apartado del mundo, rodeado única y exclusivamente por mi propia burbuja que me abstenía de todo lo demás. Observé cómo los aprendices hacían grupos de exploración por la ciudad, yendo en grupos, eligiendo direcciones. Comprendí entonces que escapar de aquel lugar con nuestro Glider no era una opción.

Seguí andando, concentrado en mí mismo, sin pensar en nadie; seguido por Tak, quien parecía preocupado por mí. Repentinamente y sin darme cuenta hasta haber caído al suelo, vi que me había chocado con alguien sin darme cuenta.

¡Lo siento mucho! Perdón por mi intromisión. No me había percatado de… —pedí disculpas mientras me levantaba, hasta que dibujé una profunda nota de sorpresa cuando descubrí de quién se trataba. Era un joven de azules cabellos, con un registro muy culto, que había visto escasos minutos antes, antes de que las sombras nos engullesen y que parecía desconcertado, tanto antes como ahora, por todo lo que estaba sucediendo.

Eres nuevo, ¿no? ¡Yo soy Zait Laind! —me presenté con mi singular sonrisa—. Vengo de Londres, en Nunca Jamás, un mundo muy lejano, pero precioso. Supongo que estarás igual de confuso que yo. ¡Ven conmigo! Tak y yo cuidaremos de ti —enuncié señalando con mi mano a mi querido compañero canino.

Volví a comprobar el caótico lugar en el que me encontraba, y no encontré mejor opción que adentrarme por el pueblo para averiguar qué era aquello que nos había llevado a adentrarnos en aquel lugar. ¿Penetrar al castillo? No me parecía la mejor idea, siendo un sitio cerrado… No ofrecía mucha confianza. ¿Seguir a una sombra que había aparecido remotamente en aquel lugar? Sería ir directo hacia el enemigo. Nada sabía de aquel lugar, ni siquiera su nombre. Por lo visto, había otras dos rutas que seguir… Pero no llamaban mi atención, así que simplemente me encaminé hacia aquella que me resultaba más tentadora. Que me prometía un mayor índice de supervivencia. Y sin saber por qué, pensé que el interior del pueblo me otorgaría una mayor protección.

Indiqué a mi nuevo acompañante que me siguiese y me encaminé hacia la ruta que había elegido. Paré en seco al notar otra presencia familiar. Me giré y pude observar a la joven vestida de brujita con aquellos profundos ojos verdes y su característico pelo rojizo. Le sonreí y simplemente le pedí que me acompañase ella también. No sabía por qué, pero quería proteger a los demás. En aquella situación de peligro, únicamente quería ofrecer seguridad. Igual, estaba arriesgando demasiado.

Hola. ¿Sabes ya qué hacer? Si quieres, ven con nosotros. Entre tanto caos, uno no ya no sabe qué es lo que debe hacer.

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Al final no era tan largo, lol. En fin, no me ha gustado casi nada. Lo veo muy... Pobre >_>

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EDIT: Código de youtube >_>
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Re: [Evento Global] Ocaso de una estrella

Notapor Mickael » Lun Jul 02, 2012 2:06 am

La fría oscuridad que lo rodeaba le provocó algún que otro estremecimiento durante el breve trayecto. Durante un instante dudó de la decisión que tomara, siendo culpado por su conciencia, por haber caído tan fácilmente en la tentación, por dejarse llevar por su innata curiosidad. ¿Pero acaso no era eso lo que quería? Al fin y al cabo, ya no había vuelta atrás, el ratón debía afrontar sus miedos para ser más fuerte. Pero, ¿a dónde llevaría aquel portal? La voz que con tan llamativas palabras les había invitado a entrar pronto les resolvió la duda a los aprendices.

…, en Bastión Hueco.


¡¿El mundo prohibido?! —se sorprendió Mickael al escuchar el nombre del lugar.

Bastión Hueco... el único mundo totalmente prohibido para los aprendices. Un misterio en sí mismo. Se decía que el mundo había sido totalmente consumido por la oscuridad y por eso se les impedía el acceso, pero esta vana explicación no servía para frenar todas las leyendas que pululaban sobre el lugar. Al fin y al cabo, quizás sólo los maestros y unos pocos afortunados conocieran toda la verdad. Quizás hoy el joven ratón humanoide también la fuera a conocer.

Él sabía algo sobre aquel lugar, era uno de los preferidos de Merlín, de hecho, era su antigua residencia. Cuando el viejo mago se ausentaba durante un largo tiempo, la mayoría de las veces era para visitar aquel mundo. El día que el aprendiz fue reclutado por Nanashi, Merlín había llegado a su residencia de Ciudad del Paso claramente enfadado, maldiciendo a los cuatro vientos, después se calmara y le explicara que su amada Vergel Radiante había caído en la oscuridad presa de los sincorazón, siendo totalmente destruido. Aquel día Mickael podría comprobar cuan ciertas fueran las palabras de su tutor.

Nada más llegar al lugar se encontró con un panorama desolador: los edificios en ruinas, las flores marchitas, los restos de una gran batalla inundaban el lugar, erizando el vello del ratón. A su alrededor se encontraban prácticamente todos los demás aprendices, que por lo visto también habían decidido cruzar el seductor portal de oscuridad. Cuando aquel mundo cayera en la oscuridad, tres maestros y cinco aprendices desaparecieran al poco tiempo allí, pero ahora eran muchos más, aunque sin ningún maestro, igualmente, ¿conseguirían salir todos sanos y salvos de aquella aventura? Bastión hueco era ahora un nido de sincorazones, aunque ninguno les había recibido. Aquel era el comienzo y el final de todo, el lugar donde comenzara la amenaza de los sincorazón que llevara a Mickael a empuñar una Llave Espada con el fin de proteger a sus seres queridos.

Pensar que aquellos aprendices lograrían erradicar la oscuridad de aquel mundo y devolverle su esplendor era utópico, aunque a Mickael le gustaba la idea de pagarle a su tutor todas las horas de enseñanzas con aquel regalo. Lo más sensato era aprovechar la sorpresiva visita para explorar cautelosamente el lugar y obtener información. Aunque una parte del aprendiz le gritaba que buscara la forma de volver, muerta de miedo, él decidió actuar en consecuencia a sus actos, él decidiera ir allí y no pensaba desaprovechar la oportunidad que se le había presentado.

Observó a su alrededor y se fijó en el gran castillo que se alzaba sobre todos, misterioso y aterrador. Miró hacía otro lado y contempló la ciudad en ruinas. Otro giro de cabeza le permitió observar unos jardines lejanos, y un último, una boca hacia algún nivel subterráneo “¿Unas catacumbas, unas alcantarillas quizás?” se preguntó el hombre-rata. Sin duda si aquella puerta conducía a algo así como el alcantarillado de la ciudad, no había mejor lugar para moverse para el ratón humanoide, y seguramente, si así era, diera acceso a casi cualquier punto de aquel mundo. Por otra parte, le ofrecería una cierta seguridad que no parecían darle las otras rutas. Decidido, se encaminó hacía allá cuando reparó en alguien conocido.

Hola Sam —saludó al gran cuadrúpedo—, ya veo que eres un valiente, ví como saltabas sin dudarlo hacía el interior del portal ¡ja, ja! —se sentía bastante a gusto con él—. ¿Sabes dónde estamos, no? Vergel Radiante, ahora conocido como Bastión Hueco, probablemente un nido de sincorazón —le explicó por si acaso—. Mira, lo cierto es que hay una parte de mí que está muerta de miedo, pero hay otra que me pide que aproveche esta oportunidad para investigar y conseguir toda la información que pueda, al fin y al cabo, no se nos permite venir aquí ordinariamente. Así que he decidido comenzar por aquel lugar que parece dar a una zona inferior, probablemente unas alcantarillas o algo parecido, creo que por allí me podré desenvolver bien y llegar a cualquier punto de la ciudad sin correr demasiado peligro. ¿Qué dices, te vienes? —le ofreció—. Yo me iré adelantando, ¿vale? —le dijo, seguro de que le seguiría, mientras se dirigía al lugar indicado, del cual provenía un olor a humedad que reafirmaba las hipótesis del roedor.

Tras las escaleras, frente a la puerta que conducía al lugar a donde Mickael deseaba ir, se encontraban algunos aprendices que también parecían dispuestos a elegir la misma ruta que él a pesar de que se mantenían inmóviles. El roedor se abrió paso con la cabeza baja entre ellos.

Co-con permiso —los apartó educadamente y comenzó a adentrarse por la ruta que había elegido—. ¡Vamos, Sam! —le gritó a su fiel amigo, conocedor de que lo estaba siguiendo.

Una vez en la trampa... ¿lograría el ratón hacerse con el queso sin acabar atrapado?

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Mickael y Sam se van por la Ruta 1
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Re: [Evento Global] Ocaso de una estrella

Notapor Zodiark » Lun Jul 02, 2012 9:21 pm

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Uffff, qué mal me ha salido... xD No estoy inspirado :0

La masa de aprendices había desparecido casi por completo y sólo quedábamos unos pocos en el jardín de Tierra de Partida. Yo no quise ser tan impulsiva, así que me acerqué al chico que tenía algo en las manos para investigar un poco las circunstancias.

¿Habrá sido esto?— pregunté en voz alta, observando lo que el joven tenía en las manos.

El muchacho me miró, y pude comprobar que se trataba de un joven bastante apuesto que sería bastantes años mayor que yo.

¿Esto? —se dirigió a mí—. Esto es el meteorito que ha creado tanto caos.

Miré al chico muy extrañada. ¿Aquella roca que era tan pequeña como para que él pudiera cogerla en sus manos era lo que había provocado tal estruendo? Observé el "meteorito" con atención y curiosidad, cabía perfectamente en la palma de su mano y tenía forma de estrella, lo que hacía que me pareciera un objeto bonito. No parecía algo destructivo.

Entonces, se oyó un ladrido a lo lejos. El chico reaccionó y comenzó a correr hacia el lugar del que provenía. Se trataba de un perro que el chico, aún con la roca con forma de estrella en la mano, envolvió con sus brazos. Supuse que era su mascota, así que decidí dejarles en paz y me quedé observando la escena en silencio.

No obstante, el joven soltó al perro y comenzó a caminar hacia otro lugar. Me fijé mejor y se dirigía hacia alguien familiar para mí.

¡Fyk! —exclamé mientras echaba a correr hacia él.

El chico del meteorito se agachó para ponerse a su altura al mismo tiempo que yo llegaba junto a ellos.

¿Te encuentras bien? —le preguntó.

—Me alegra ver que tú tampoco has cruzado el portal... —le dije al joven Fyk con la típica sonrisa que se dibujaba en mi rostro cuando estaba con él, esta vez con un matiz de alivio.

¡Zait! —exclamó una voz a nuestras espaldas.

Era otro aprendiz que tampoco había cruzado el portal, al parecer. El otro muchacho parecía conocerle, pues le saludó con la mano. Supuse entonces que "Zait" era el nombre del joven del perro.

Pero, antes de tener tiempo para presentaciones, aparecieron unos misteriosos vórtices oscuros en el suelo, de aspecto similar al portal que acababa de cerrarse sin que me diese cuenta hasta aquel momento. Antes siquiera de poder evitarlos, fui engullida por uno de ellos. Mientras veía como la oscuridad me tragaba y todo frente a mí se teñía de negro, una carcajada resonó con fuerza en mi cabeza.

***


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Desperté en el suelo, confundida por lo que acababa de pasar. Me levanté, comprobé que llevaba puesto mi sombrero y me lo ajusté. Comprobé que estaba en un lugar desconocido para mí, totalmente diferente a Tierra de Partida, en el que había bastante tumulto.

¿Dónde narices...?

Observé a mi alrededor. Estaba en la plaza de una ciudad desde la que se podía vislumbrar un gran castillo. El lugar en cuestión daba cierta sensación de desolación, pero ésta se disimulaba a causa de la multitud que rondaba por la plaza.

Metí la mano derecha en el interior de mi túnica, saqué mis prismáticos y comencé a observar con ellos a la gente que había por allí. Pude comprobar que a muchos les conocía de vista, así que llegué a la conclusión de que, efectivamente, todos los aprendices habían ido a parar allí a través del portal.

A lo lejos, pude ver una extraña criatura negra que escapó corriendo de la plaza. También vi al chico que tenía en sus manos la roca con forma de estrella hablando con otro muchacho de pelo azulado y acompañado por su perro. Como fue la primera cara familiar que vi, me acerqué corriendo a ellos dos.

Mientras corría, me percaté de que los aprendices de la plaza estaban, en grupos o en solitario, saliendo de ella por los diferentes caminos que había. Algunos iban hacia el castillo, otros optaban por ir hacia la ciudad...

Al acercarme, me di cuenta de que los dos muchachos estaban a punto de marcharse, pero frenaron al verme.

Eres Zait, ¿cierto? —le dije recordando cómo le había llamado aquel chico en Tierra de Partida.

Hola. ¿Sabes ya qué hacer? Si quieres, ven con nosotros. Entre tanto caos, uno no ya no sabe qué es lo que debe hacer. —me dijo el que ya me había conocido en Tierra de Partida.

Claro, pero... ¿adónde? —le pregunté observando los diferentes caminos que podíamos escoger para marcharnos de allí.

"¿Estará Fyk por aquí?", me pregunté mirando a la gente de la plaza, intentando encontrarle, pero sin resultado. Seguramente tanto su pequeño tamaño como el mío, acompañado por mi confusión en aquel momento, fue lo que no me permitió verle. O quizá no estaba allí y con un poco de suerte seguía en Tierra de Partida. O había ido a otro lugar...

Bueno, seguro que está bien... —musité—. Ah, me llamo Maya, Maya Zawrid —me presenté a los dos chicos— Deberíamos buscar alguna forma de volver a Tierra de Partida, ¿no? Por cierto... —después, me quedé mirando al chico del "meteorito"— No sigues teniendo la roca aquella, ¿verdad?

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Maya va con Edge y Zait por la ruta 2~
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Re: [Evento Global] Ocaso de una estrella

Notapor Kairi » Lun Jul 02, 2012 11:14 pm

- No debí haber entrado aquí...

Kairi estaba rodeada de Oscuridad por todas partes. El portal por el que había entrado había desaparecido a sus espaldas. No se sentía bien, aquella Oscuridad la atemorizaba y la hacía tener escalofríos. Desde pequeña, siempre le había tenído miedo a la oscuridad porque no sabia qué podría encontrarse dentro de ella.

Pero aquella estancia en la Oscuridad no duró mucho. Momentos antes de desaparecer, Kairi pudo oír esa voz por última vez:

- …, en Bastión Hueco.

- ¿Bastión Hueco?- pensó con temor. Cuando las sombras se hubieron dispersado por completo, Kairi se encontró en el centro de lo que parecía una plaza, junto con el resto de aprendices de Tierra de Partida. El sitio en cuestión estaba muy descuidado, las flores estaban marchitas (las que quedaban), las paredes y el suelo estaban llenos de desperfectos, así como arañazos, mordiscos y boquetes. Aquello era Bastión Hueco, el mundo al que los aprendices tenían prohibido visitar. Kairi comprendió enseguida por qué. Debía de haber muchos Sincorazón pululando por aquel mundo, de ahí que el sitio estuviera destrozado. Y el cielo no ayudaba, pues estaba nublado y ello oscurecía más el paisaje.

Además de los aprendices, no parecía que hubiera nadie más allí. El sitio estaba completamente desierto... o eso parecía, porque de repente salió un Sincorazón de la nada y volvió a esconderse en las sombras rápidamente, antes de que Kairi se diera cuenta, pues estaba ocupada echándole un vistazo al lugar para encontrar un camino de salida del mundo.

Vio cuatro posibles rutas, las cuales no sabía qué tipo de peligros esconderían. Posiblemente no se podía salir de allí con vida, pero Kairi no quería pensar demasiado en eso. Tenía que estar convencida de que saldría de aquel mundo sana y salva. Vio que muchos de los aprendices estaban haciendo grupos y cada grupo se iba por un camino distinto. Era una buena idea, en grupo podrían enfrentarse mejor a los enemigos que en solitario. Se preguntó dónde estaría Hiro, si había sido absorbido por la Oscuridad como todo el mundo. De todas las personas que había conocido desde que llegó a Tierra de Partida, Hiro era el que mejor le caía y con el que más a gusto estaba. Decidió buscarle por la plaza. Caminó por allí, pero no vio ni rastro de él. Puede que se fuera por una de las rutas, pero ¿cuál?

Llegó el momento de decidir qué camino debía escoger. No era nada fácil, pues no sabía a qué tendría que enfrentarse exactamente, ni cómo sería los Sincorazón que habitaban allí. Con miedo, decidió ir por el camino que se adentraba en lo que parecía ser una ciudad abandonada. Un numeroso grupo de aprendices también iban por allí, de modo que podría buscar a Hiro con más seguridad. Sin pensar demasiado en las otras opciones por si se arrepentía, partió hacia la ciudad.

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Kairi toma la Ruta 2.
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Gracias Aru :D
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La Historia Del Hipercor By Rmedive92
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El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


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