[Evento Global] OduE: Ruta 1

por **Mickael** » Lun Ago 20, 2012 12:59 pm

Mickael se levanto a duras penas del suelo. Había permanecido aturdido durante un buen rato tras el contraataque del sincorazón y aún se sentía un poco mareado, pero también sentía la necesidad de levantarse. Miro a su alrededor para comprobar lo que se temía, que sus compañeros habían seguido batallando mientras el dormía la mona. Se culpó a si mismo de ser tan débil, de no haber hecho nada en ese tiempo, igual que no hizo nada por salvar a Daichi, tan sólo pudo observar como moría y era transformado en sincorazón sin evitarlo.

No podía permanecer inmóvil, debía hacer algo, debía ayudar a sus compañeros que hasta ese momento habían estado combatiendo por su cuenta, debía ser útil. Observó la situación con detenimiento, el enemigo carecía de sus dos extremidades superiores, por lo que supuso que tal y como supusieran antes, cada parte era independiente, y en este caso, esas dos habían sido eliminadas. Sobre el resto del cuerpo, los dos pies seguían enteros, pero el aprendiz del collar estrellado estaba esforzándose por hacerlos desaparecer.

Busco a sus otros dos compañeros, Fran se encontraba sobrevolando la zona en su glider. El hombre-rata lo observó por unos instantes, ¿qué pretendía hacer? ¿Atacar directamente al cuerpo, servir de apoyo al resto? No lo tenía claro. Por último encontró al chico encapuchado a pocos metros de él, parecía que acababa de recibir un fuerte golpe, porque se veía muy magullado, sin duda lo había dado todo en la batalla. Mickael no se lo pensó dos veces.

—¡Cura! —dijo mientras dirigía su hechizo hacía él—. No la desperdicies, ¿vale? —le aconsejó.

Después dirigió su atención al campo de batalla, debía ayudarles a acabar con ese monstruo, debía liberar a Daichi. Apuntó su Llave-Espada hacía las piernas y gritó:

—¡Hey! ¡Chico del collar! —se avergonzó de no conocer todavía los nombres de todos sus compañeros—. ¡Aparta! —le ordenó—. ¡Piro! —lanzó el hechizo con la esperanza de que impactara en las piernas y ayudara a eliminarlas.

por **Nell** » Mar Ago 21, 2012 12:03 am

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La víctima del ataque conjunto entre Zeix y Mickael fue el pie derecho, al que se había lanzado este primero dada su cercanía. Y a pesar de que los golpes del muchacho apenas parecían hacerle cosquillas, el oportuno Piro consiguió dar un vuelco a la situación. La Armadura pareció sentir de nuevo el dolor, ya que la cabeza revoloteó alrededor de su cuello.

Por otra parte, Fran, o alguien en su interior que controlaba a Fran, se había alzado con el Glider, librándose de cualquier contrataque. Los demás, pendientes de terminar con un pie, aún no habían tenido tiempo de escuchar su advertencia. No iba a atacar sin ellos al cuerpo principal, por lo que esperó desde arriba.

Cuando, finalmente, los aprendices del suelo tuvieron tiempo para decidir si ir a por el último pie o subir con Fran, de repente la parte restante acudió a reunirse de nuevo con el torso, que cayó con un nuevo temblor al suelo, otra vez entero. Bueno, entero exactamente no, puesto que le habían mutilado todo menos el pie izquierdo. El nuevo temblor, sin embargo, no hizo efectos en ninguno de los aprendices, puesto que estaban todos demasiado alejados del cuerpo principal. Si no hubiese sido así…

Armadura no hizo nada más. De nuevo, disponían de tiempo para planear su próximo ataque.

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Fecha límite: 24 de agosto.

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Turnos perdidos: Ueki Expulsado; khsora (1); Axelpower (1); HappyDelice (1); Kousen (1); Deja Abandono; Final Fan (1); Hitori (1); Pharos (1); YuOchiga (1); saxor (2) [¿De vacaciones?].

Ausentes: Little Sho, Mickael, Light, LightHelco, HappyDelice.

(Aparecer como ausentes quiere decir que habéis avisado de que probablemente no estéis disponibles, por lo que quedáis exentos de postear, aunque no estaría de mal que lo hicierais si podéis, y de castigos hasta vuestro regreso).
Si no aparecéis como ausentes y habéis anunciado vuestra indisposición, avisadme por PM con el link donde lo hicisteis.

INFORMACIÓN IMPORTANTE:

El Evento Global Ocaso de una estrella acabará el 21 de septiembre, fecha que aún no se puede confirmar con rotundidad por lo que explicaré a continuación. Quedan, para entonces, siete turnos, cuatro de ellos de combate, para los que aún estéis en él. ¿Quiere decir esto que estáis a cuatro turnos de acabar con vuestro jefe? No, sino que os quedan cuatro turnos para derrotarlo. En un principio, no pensaba poner tiempo límite, sobre todo así, tan precipitadamente, pero me veo obligada debido a que acaba el verano y, con él, también tiene que hacerlo el evento.

No acabar con el jefe equivaldrá a derrota, lo que no resiente significativamente en la puntuación en determinados casos, si habéis hecho bien vuestros deberes, pero tendrá consecuencias en un futuro, lejos de este evento, no de mis garras, pero sí quizá de vuestros personajes (para entendernos todos, le cargaréis el muerto a otro).

Cualquier duda al respecto, reportadla por los medios de siempre.

por **Tsuna** » Mié Ago 22, 2012 12:00 am

Golpeaba sin descanso al pie de la criatura, pero era débil, apenas podía hacer nada más, estaba claro.
Seifer, si me hubiese visto en esa situación, me habría humillado por completo, a pesar de que no me gustaban los combates físicos, debía hacer algo por el aprendiz fallecido. Tenía que liberarlo. Ese fue el único pensamiento que invadía mi mente, junto con la escena de su muerte.
Acto seguido, pude ver como aquel chico usaba su Glider para volar.

Vaya, que razonamiento tan inteligente, pero si nos basamos en que cada parte de su cuerpo hace algo, te estás exponiendo a un nuevo peligro al encarar el torso por ti mismo. -Pensé para mí, mientras intentaba asestarle algún que otro golpe al pie, que ni parecía sentir mi presencia.-

Entonces, sin esperarlo, aquel otro aprendiz curó a Yu y empleó un Piro para derrotar al pie situado frente a mí. Magnífico, por unos momentos veía clara la victoria. Miré al otro pie, pero antes de poder hacer nada, mientras cogía aire, la Armadura cayó al suelo, quedando inmovilizada. ¿Qué pretendía hacer ahora?
Mi rostro marcó cierta sorpresa, no sabía muy bien qué era capaz de hacer en esa situación el enemigo, puede que estuviese a punto de atacarnos con todo su poder. Algo estaba claro, y es que tras la pérdida de tres miembros, su patrón de ataque había cambiado radicalmente, aún con una de sus piernas, la que podría habernos aplastado, pero no, ésta vez quedó totalmente inmovilizada en el suelo, estaba claro que pretendía hacer algo grande. Era un Sincorazón, al fin y al cabo, no estaba descansando.

Nosotros tampoco podíamos perder tiempo, la ira disminuyó considerablemente y el cansancio empezaba a controlarme. Recordé todo lo sucedido en el combate, el torso era más resistente que las otras partes de su cuerpo, por lo que la prioridad era liquidar el pie restante. Aunque fuera débil, había hecho algo.

Me aproximé al cuerpo, inerte en el suelo, para comenzar a golpear la última pierna sin descanso. Lo daría todo por Daichi.

-¡Vamos... no podemos perder tiempo... debemos acabar con la Armadura antes... antes de que haga algo verdaderamente peligroso! -Grité en voz alta, para que todos pudiesen oírme.-

Seguí ahí, arriesgándome a que la criatura empleara algún poderoso ataque y acabara conmigo, pero cómo decía aquel famoso dicho, muchas monedas de bronce podían igualar a una de oro. Pude también invocar mi Glider al igual que mi compañero, pero no, cada segundo era valioso, haría lo que estuviera en mi mano para ayudar a Daichi sin pensarlo dos veces.

por **Mickael** » Mié Ago 22, 2012 10:00 am

Todo salió a pedir de boca, el chico del collar estrellado se apartó y el piro impactó directamente con el pie derecho, que ya había sido debilitado anteriormente, por lo que desapareció de inmediato. Ahora ya sólo quedaban la cabeza, el torso y el otro pie, aunque pareciera que el torso y la cabeza, a diferencia del resto del cuerpo, eran inamomible. Entonces Mickael se dió cuenta del error que había cometido al comienzo del combate: aún cuando el grupo ya había supuesto que el sincorazón actuaría con cada parte por separado, él decidió atacarlo directamente, creyendo que así acabaría más rápido con él, pero visto lo visto, sin duda había sido más inteligente debilitarlo primero derrotando a sus múltiples partes.

Entonces el sincorazón reunió lo que quedaba de sí y cayó fuertemente al suelo, provocando un temblor que no llegó a dañar a los aprendices, pero que no significaba ni mucho menos que aquel ser hubiera dejado de ser peligroso, seguramente aún se guardaba algún ataque en la manga. En ese pequeño descanso que tuvo, el hombre-rata se percato de un detalle en el que no se había fijado antes: la chica culpable de aquel desastre, Alexis había desaparecido, ¿la habían derrotado sus compañeros? No, no era posible que ella fuera más débil que el sincorazón. Entonces, tenía que haber huído. Mickael la maldijo por tan cobarde acto, estaba decidido a que algún día la encontraría, evitaría que siguiera realizando aquellos horribles actos y le haría pagar por sus crímenes.

La situación en la batalla era la siguiente: Fran permanecia en el aire con su glider, parecía esperar a que sus compañeros acabasen con las extremidades para empezar a castigar al torso. El encapuchado se acababa de recuperar de sus heridas gracias a la magia de la rata. Por último, su compañero destroza-piernas se había lanzado con las fuerzas que le quedaban a derrotar a la que quedaba.

—¡Vamos... no podemos perder tiempo... debemos acabar con la Armadura antes... antes de que haga algo verdaderamente peligroso! —había animado a sus compañeros.

Mickael decidió hacerle caso y no perder más tiempo, rápidamente volvió a invocar piro, o eso le hubiera gustado, para su desgracia comprobó que ya no sería capaz de volver a usar la magia durante aquel combate.

—¡Maldición! —se quejó—. Entonces, habrá que arriesgarse... ¡Voy a ayudarte! —avisó a su compañero mientras blandía su Llave-Espada y se dirigía a acabar con ella con la última extremidad que le quedaba a su enemigo.

por **Quico** » Vie Ago 24, 2012 6:08 pm

Me desperté. Miré hacia mi alrededor, aún asustado. Estaba en mi cama, en Tierra de Partida. Miré a la ventana, hacía un día radiante, sin una nube en el cielo. Entonces me acordé de mi pesadilla. Había tenido un sueño horrible del que creí que no volvería a levantarme nunca jamás.

Había soñado que estaba en Bastión Hueco, la antigua Vergel Radiante, con otros aprendices. No me acordaba del por qué de estar allí con los demás. En todo caso estaba seguro de que sería mejor no acordarme.

Ya levantado y preparado para salir, me dispuse a abrir la puerta, pero pasó algo inesperado al agarrar el picaporte. Mi mano lo había atravesado limpiamente. Intenté volver a agarrarlo pero ocurrió exactamente lo mismo. Extrañado intenté empujar la puerta, esperando que con solo un empujón podría abrirla, y al contrario que con el picaporte no lo atravesé.
Dolorido me fui a sentar en la cama, pero ya había alguien ahí. O más bien, yo ya estaba allí.

Di un salto hacia atrás. La persona que se encontraba allí era muy parecida a mí, solo que tenía los ojos amarillos, el pelo más alocado y estaba rodeado de una especie de aura electromagnética. Además, llevaba algo en la mano, una especie de móvil.

—Oh, hola. Parece que me has pillado con mi emulador de WhiteBerry —dijo mientras hacía desaparecer el teléfono. Este se descompuso en ceros y unos en sus manos.

Iba a preguntarle quién era, pero antes él siguió hablándome:

—Te estaba esperando. Parece que has sufrido un error.

Acto seguido dio un chasquido. De repente el picaporte de la puerta desapareció entre más código binario. Al esfumarse este, el picaporte no parecía haber cambiado en nada.

Entonces, el otro chico se levantó de la cama y se dirigió a la puerta. Giró el mango y su mano no lo atravesó, permitiéndole abrir la puerta.

Hice un ademán de seguirle, pero inmediatamente mi copia se volvió hacia mí:

—¿Estás seguro de querer saber quién soy yo? ¿No lo sabes ya?

Y desapareció. Confundido aún por no sabernada de esa persona, decidí seguirle, así que salí de mi habitación sin ningún otro problema.

Por fin había conseguido controlar completamente el cuerpo de Fran, aunque no parecía que ahora mismo hubiera sido el momento perfecto. Estaba prácticamente al borde del desmayo. Sobre todo el golpe en el que le aplastó. Le dejó totalmente destrozado, aunque sorprendentemente fue capaz de levantarse otra vez.

Por lo menos yo aún podría hacer una nueva historia desde ahí, él no había vivido muchas experiencias, así que podría robarle su identidad facilmente. Además, seguramente estaría encerrado en esa invención durante mucho tiempo. Si volviera, nadie se acordaría de él tal y como era.

Seguía aún en el piso de arriba, montado en el glider, viendo como los amigos de Fran intentaban sobrevivir al ataque de ese sincorazón. Según había visto, parecía haber una organización detras de todo esto de la que no tenía absolutamente ningún dato. Muy interesante. Además, esa armadura quizás podría ayudarme a encontrar alguna información. Me lancé a por él. Entre los cuatro aprendices habían derrotado a dos manos y un pie.

El sincorazón lanzó otro ataque hacia los aprendices, pero estaban prevenidos y todos esquivaron el ataque. Justo después volvieron a lanzarse a por el último pie. Yo decidí desde arriba acercarme al objetivo para que, cuando estuviera cerca, golpearle con la Llave Espada.

por **Nell** » Sab Ago 25, 2012 12:37 am

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Aprovechando el periodo de calma, Zeix y Mickael se lanzaron contra la última parte de la Armadura, la cual estaba indefensa ante nuevos ataques. Y, en efecto, en un par de golpes del joven ratonil, se deshizo en pedazos, quedando finalmente el sincorazón por completo mutilado. Sólo le quedaba el torso.

Muy oportuno, Fran avanzó con su Glider hasta los restos de la Armadura, los cuales al golpear comprobó, con sorpresa, que parecían mucho más débiles que al comenzar la batalla, cuando habían intentado dañar el torso y la cabeza. Quizá el truco había estado, en todo momento, en debilitar sus otras partes.

Sin embargo, todo se torció. Repentinamente, Armadura comenzó a dar vueltas sobre sí misma, abarcando todo el campo de batalla, arrastrando consigo a los tres muchachos que le habían hecho frente (Yu estaba lo suficiente apartado como para no recibirlo), incluido Fran, quien se había tenido que poner a la altura del suelo para atacar el torso.

Una vez terminó el devastador ataque, cada uno de los jóvenes quedó tirado en el suelo, con la aún imponente Armadura alzándose sobre ellos. Y, también, con la victoria, porque en esta ocasión, ninguno encontró fuerzas para levantarse. Habían llegado al límite, también Zeix, pues el Cura no podía sanarle, de ningún modo, su escasa resistencia. Todos, menos Mickael y Yu. El primero estaba debilitado, aunque aún podría haber dado guerra. El segundo, tras su intento fallido de Hielo, se había quedado al margen.

—Patético —murmuró una voz que no parecía provenir de ningún lado pero que, sin duda, pertenecía a la anterior muchacha—. Simplemente, patético.

Algo comenzó a suceder con la Armadura. Un vórtice negro surgió de sus pies y, sin ésta resistirse, engulló al sincorazón, dejando completamente solos a los jóvenes. O… ¿no del todo?

—Ya veo de que estáis hechos los aprendices de Tierra de Partida. Sois demasiado blandos. Será más aburrido, pero al menos ahora sabemos que no supondréis ninguna amenaza —continuó la voz—. Ojalá os hubieseis traído al encantador muchacho azulado…

No volvió a intervenir más. Las barreras que se habían establecido en el perímetro volvieron a brillar, desapareciendo. Estaban solos. Y habían sido derrotados.

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Fecha límite: 28 de agosto.

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Turnos perdidos: Ueki Expulsado; khsora (1); Axelpower (1); HappyDelice (1); Kousen (1); Deja Abandono; Final Fan (1); Hitori (1); Pharos (1); YuOchiga (2); saxor (3) [Que me mande un PM cuando lea esto].

Ausentes: Mickael, Light, LightHelco, RedXIII, Pharos.

(Aparecer como ausentes quiere decir que habéis avisado de que probablemente no estéis disponibles, por lo que quedáis exentos de postear, aunque no estaría de mal que lo hicierais si podéis, y de castigos hasta vuestro regreso).
Si no aparecéis como ausentes y habéis anunciado vuestra indisposición, avisadme por PM con el link donde lo hicisteis.

por **Tsuna** » Sab Ago 25, 2012 5:30 am

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Finalmente, todos nos abalanzamos contra la Armadura en un último intento de derrotarla, pero fue en vano ya que al destruir su última pierna, el torso comenzó a girar alrededor del campo de batalla, venciéndonos definitivamente, al menos, a mí. Pude observar una última escena en la que la Armadura se desvanecía entre las sombras...

-Dai...chi... -Dije en un último intento por resistir, en vano de nuevo.-

Mis fuerzas llegaron al límite, ¿tan débil era? Perdí la conciencia y la noción del tiempo, allí, en el suelo... Todo se volvió negro, oscuro... a mis oídos no llegaba nada más, pude escuchar el eco de aquella muchacha murmurando algo, pero no fue totalmente claro.

De mi colgante comenzó a emerger oscuridad, pero yo no lo vi, estaba inconsciente.

***

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Recuperé mi conciencia, pero no era dueño de mis movimientos, sólo podía pensar y observar a mi alrededor... Me encontraba en un lugar oscuro, sin un atisbo de luz, parecía descender a una extraña plataforma circular, con grandes cristaleras, situada en medio de la nada.
Aterricé de pie, me miré por completo. Para mi sorpresa, no estaba herido, es más, no sentía dolor alguno. ¿Estaría muerto? No lo supe con certeza, hasta que unas intensas llamas de color azul hicieron acto de presencia, en el lado opuesto al mío de la plataforma.

De entre las llamas surgió un misterioso, y por qué no decirlo, siniestro individuo. Oscuro, su vestimenta era totalmente negra, y sus ojos, color rojos. ¿Quién era? ¿Dónde me encontraba?

-Hola... -Dijo ese sujeto algo confuso.-

Su mirada era penetrante, oscura, cualquiera se vería intimidado por la misma, estaba claro que no traía buenas intenciones, fuera lo que fuera. Yo simplemente estaba intentando liberar a Daichi momentos atrás, ¿por qué ahora me encontraba en aquel lugar? Sí, definitivamente, había muerto en la batalla. Decidí proseguir la conversación.

-¿Quién... eres? ¿Dónde estoy? -Dije mirando a mi alrededor, confuso.-

El tipo mostró una siniestra sonrisa al oír mis palabras, o eso me pareció, ya que momentos después volvía a estar serio, mirándome fijamente. Avanzó unos pocos pasos.

-Um, ¿Qué te ha pasado, sabes por qué estás aquí? -Preguntó.-

¿Acaso tenía yo pinta de saber nada? Estaba aún más perdido que él. Debía decir la verdad, quién sabe si él estaba en el mismo estado que yo.

-Pues no... la verdad... lo siento mucho. Si te soy sincero, me parece que he muerto. -Expliqué.-

El tipo volvió a sonreír y avanzó un poco más hacia a mí. Me fijé ahora mucho mejor, y se parecía a mí, bastante, en el fondo me daba miedo, pero no podía flaquear... ¿O quizá sí?

-Je, parece que he aprovechado el momento ideal, aunque si ahora yo te soy sincero, no me esperaba que fuera tan pronto. ¿De verdad no sabes qué haces aquí? Mh, mira que eres débil...

Qué cosas decía, me asustaba más y más por momentos, retrocedí un paso, su fulminante mirada, siniestro aspecto y llamas azules, me intimidaban. No supe qué contestar, no sabía si quiera qué hacía allí.

-...

-Mhmh, veo que no tienes ni la más remota idea de nada, parece que sí, definitivamente ha sido el momento perfecto. jajaj... -Paró de reír, intentando contener la risa.- Vale, te lo contaré todo, si eso quieres, de todos modos, será lo último que sabrás, ya que como bien dices, estás muerto. Bueno, realmente no, pero pronto lo estarás... -Dijo llevando una de sus manos a la barbilla, meditando.- Mejor negociemos, a cambio de responder a mi pregunta, te contaré todo lo que quieras saber, es fácil, ¿quieres poder? Te puedo ofrecer todo el que desees chico.

¿Qué clase de propuesta era esa? Yo realmente era débil, pero no, no podía ceder ante un engendro así, seguramente utilizaría la oscuridad, estaba cantado. Me negué rotundamente.

-No, no me interesas, ni tú, ¡ni la oscuridad!.

-Pf, es cierto eso que dicen de que el último rayo de luz es el más difícil de apagar. Mira que eres pesado, vale, cumpliré mi parte del trato... ¿Cómo empezar? -Volvió a llevarse una de sus manos a la barbilla.- ¿De verdad reniegas del poder de la oscuridad? Mira que eres patético, podrás seguir el camino correcto, tú, que hasta el momento has defendido la luz de esos inútiles maestros. La oscuridad te otorgará auténtico poder, mhmh, no entiendo como pudiste rechazar semejante oferta... Mira dónde has terminado, y ni siquiera sabes en qué consiste todo esto...

No tenía palabras para lo que me decía, ¿había llamado a los maestros inútiles? ¿De verdad pensaba así? Tenía que acabar con él, fuera lo que fuera, pero mi Llave-Espada no se materializó y, a pesar de parecer estar en perfecto estado, tampoco pude lanzar magias.

-Eres basura. -Dijo súbitamente para lanzarse hacia a mí.-

Una especie de espada formada por las propias llamas azules rodeó su brazo derecho y me cortó severamente el estómago, derramé aún más sangre, y caí de rodillas, o eso hubiera hecho, pero me agarró por el cuello y me levantó en el aire.

-Perfecto, la luz en ti desaparecerá pronto. Sí, ¡SÍ! ¡Al final fue buena idea aprovechar esta ocasión! Jajajajaja.... JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ... -Se detuvo en seco, parecía estar loco, y me agarró con más fuerza.- Mira, te diré todo lo que quieres saber. Tú, que has intentado defender la luz sin saber por qué y a toda costa, alguien tan DÉBIL como tú, y ahora ¡mírate! ¿A dónde te ha llevado esto? Sin saberlo, tu corazón fue cayendo en la oscuridad, y ni te percataste de ello. ¡Tampoco fuiste capaz de salvar a Daichi! Jajajaja, tantos años cuidando ese patético colgante tuyo como si fuera un amuleto de la suerte... ¡qué irónico! ¿Sabes acaso de dónde vino? Sí, eso es, yo nací aquel día, el día que la oscuridad engulló los corazones de tus queridos padres. Claro, que tú no te acordarás. -Apretó mi cuello con más fuerza aún, apenas podía respirar.- El colgante fue un verdadero amuleto de la suerte que protegió a tu familia durante generaciones, conectaba el corazón de su portador con la luz que encontraba a su alrededor para tener buena suerte, yo era ese espíritu protector, pero cuando tu madre murió y te entregó el colgante, una oscuridad aterradora lo cambió todo, así, nací yo. El efecto del colgante se invirtió, ¡has estado cuidando todo este tiempo un objeto maldito! Jajajajajajajaj, en serio, no se puede ser más patético. No esperaba actuar tan pronto, pero en fin, veo que tu inútil cuerpo ya no puede más, déjamelo a mí a partir de ahora. Si tengo suerte, podré llevarme por delante a uno de esos memos que ayudan a los todopoderosos maestros. Ciertamente, temí que pudieras vencerme, pero veo que me lo has servido en bandeja plata... Hasta nunca. -Concluyó.-

Acto seguido, una bruma oscura me engulló por completo. Perdí la conciencia... definitivamente...

***

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El colgante volvió a la normalidad, habrían pasado varios segundos desde que cayó al suelo.

Zeix abrió los ojos, si sus compañeros se fijaban bien, sus pupilas cambiarían a un color rojo, intenso como la sangre, cuando anteriormente sus ojos eran color celestes. A pesar de estar totalmente debilitado, Zeix se levantó sin decir nada, observando el campo de batalla. Intentó analizar todo lo sucedido, la Armadura ya no estaba, había desaparecido entre las sombras.

-Pf, en serio, qué asco de cuerpo, tan débil, y con este corazón afín a la luz. Psh, no me pudo tocar peor heredero.

Zeix, o la persona que ahora tomaba el control de su cuerpo, habló para sí misma, le daba igual si sus compañeros lo oían o no. Es más, los ignoró totalmente.

-Veamos, ¿dónde estoy? -Dijo mirando a su alrededor.- ¡Magnífico! En este mundo parece abundar la oscuridad. ¿Por qué ese memo no habrá ido al castillo? Habrá usado esa patética lógica suya, ¡y mira dónde ha terminado! Pues eso, que me las piro.

"Zeix" lanzó su Llave-Espada al aire, y es más, no parecía sentir las magulladuras anteriores, a pesar de estar en un estado deplorable. Seguramente, si recibía algún que otro golpe, caería de igual manera, ya que su cuerpo no era totalmente invencible.

-¿Era así no? -Dijo mientras lanzaba la Llave-Espada al aire, para invocar su Glider.- Pues eso, nos vemos pequeños aspirantes al título de inútil. -Dijo claramente para que todos lo escucharan.-

Acto seguido, se fue con su Glider por la otra entrada. La trasera, ya que la alcantarilla y la cornisa que mencionó su compañero antes, no le interesaban. Iría a ras de suelo con el Glider.

-Me da una pereza brutal caminar, y más en este estado, ¡mira qué regalo me ha dejado! -Hablaba solo, le daba igual si le escuchaban o no, y parecía estar loco.-

por **Nell** » Mar Ago 28, 2012 11:00 pm

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Mientras extraños sucesos ocurrían alrededor de Zeix, y éste huía sobre su Glider (o alguien lo hacía con su cuerpo), sus compañeros (ya fuera porque estaban cansados o porque aún no habían asimilado la derrota) se quedaron en su sitio, sin hacer nada.

—Parece que mi amo ha caído en las sombras…

La voz procedía de una diadema de rayas lilas y moradas. Dicho objeto, situado en el punto donde habían visto por última vez a Daichi, flotaba por sí solo, balanceándose en el aire por algo más que la brisa. No había estado presente durante el combate, por lo que resultaba aún más extraña su repentina aparición.

De repente, bajo ella, flotó una cabeza de gato, con la sonrisa más ancha que habían visto nunca, y unos ojos que realmente parecían poder escrutar sus almas. El resto del cuerpo también hizo acto de aparición, al cabo de unos segundos, formando la figura completa.

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—Y quién sabe si volverá —continuó hablando el gato—. Son muchos los que no pueden retornar de ellas.

El curioso animal se puso entonces a juguetear con la diadema, y más horriblemente, también con su cabeza, que nunca dejaba mucho tiempo quieta en su cuello.

—¡Como ese muchacho! —exclamó, advirtiéndoles—. Sus oscuros designios son un misterio para vosotros. Pero no necesariamente para todos —la cabeza dio una vuelta completa sobre sí misma—. El Gato Risón tiene todas las respuestas… pero no siempre las da.

Al mismo tiempo, Zeix, o quienquiera que fuese, sobrevoló a ras del suelo la siguiente zona, formada prácticamente por un canal de agua seco. Avanzó, sin rumbo fijo, con una bonita vista de la ciudad a su alrededor, la cual podría haber sido mucho más alegre si no fuera por el horrible tiempo que habían tenido desde que llegaron, seguramente cavilando sobre sus próximos movimientos cuando…

¡PAM! El golpe fue brutal, ya que la barrera, similar a la que había puesto Alexis durante el combate, sólo se tornó visible cuando estaba demasiado cerca como para parar. Zeix cayó del Glider al suelo. Con aún fuerzas para levantarse, podría comprobar por sí mismo que no había forma de rebasarla. Además, si se alejaba mucho de ella, se hacía invisible, causa que había provocado que no pudiese preverla.

Más allá, se escuchaba un combate, a un nivel inferior del que se encontraba el aprendiz.

Fecha límite: 1 de septiembre.

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Ausentes: Mickael, Pharos.

(Aparecer como ausentes quiere decir que habéis avisado de que probablemente no estéis disponibles, por lo que quedáis exentos de postear, aunque no estaría de mal que lo hicierais si podéis, y de castigos hasta vuestro regreso).
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por **Tsuna** » Vie Ago 31, 2012 6:23 pm

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Zeix pudo apreciar la "bonita" vista de la ciudad desde allí, aquel canal ya seco, que atravesaba sobre su Glider.
Simplemente no decía nada, sólo observaba, hasta que se golpeó con lo que parecía una de las barreras creadas por Alexis, o quien sabe por quién, era similar. El chico cayó al suelo, quedando aún más magullado de lo que estaba, con lo que parecía dolor, se levantó.

-Psh, ¿Quién habrá puesto esta barrera aquí? Lo que faltaba... -Se quejó llevando una mano a la cara, intentando aliviar el dolor.-

Mientras volvía a colocar el Glider en su posición inicial, el muchacho pudo escuchar lo que parecían unas voces, quizá se libraba un combate cerca, no supo distinguirlo bien, tampoco prestó mayor importancia. En cualquier caso, no podía avanzar. Quedó pensativo durante un rato... ¿Qué se proponía realmente aquel muchacho que había abandonado a sus compañeros y cambiado de actitud tan de golpe?

-Um, está claro que este mundo está por sucumbir a la oscuridad, eso es bueno pero... no me gustaría caer con éste insignificante cuerpo. Tampoco puedo avanzar... imagino que desde el comienzo nos han tenido como a unos ratones, dando vueltas y más vueltas. Al final ellos ganarán, y obtendrán lo que quieren. Ya que nos están guiando a propósito. -Habló él solo, mientras se sentaba en un bordillo del canal, cerca de la barrera.-

Suspiró y volvió a mirar el lugar del que provenían los gritos de lo que parecía un combate. Quedó pensativo durante unos instantes, para segundos después mostrar una cierta risa diabólica.

-Sí... eso podría funcionar... A juzgar por el canal y los acueductos, es posible que la ciudad lleve mucho tiempo destrozada, ese tal Daichi dijo algo sobre más gente que estaba con él, y también hay aprendices por todos lados. Resumiendo, todos los que están en la ciudad son capaces de luchar, si consigo librarme de éste cuerpo sin que nadie se entere... sí, estaría más cerca... más cerca de poder tener cuerpo propio. Aproveché un buen momento, menos mal que ese memo no usó todo su poder, podría haberme vencido, realmente... -Concluyó, temeroso.-

El chico se levantó y miró el camino a través del que estaba la barrera.

-Daichi era incapaz de usar su Llave-Espada, y a juzgar por los caminos que había anteriormente, es imposible que pudiera escalar aquello él solo, tampoco creo que los Sincorazón pasen el rato luchando entre sí. ¿De qué les serviría?
Alexis y "ellos", o con quién esté aliada la chica, tampoco creo que pasen el rato luchando... Eso me deja dos opciones, o aprendices, o compañeros de Daichi, y me temo que serán los segundos.

Zeix miró hacia atrás, pensando en sus compañeros ya derrotados. Estaba claro que podía sacar provecho de la situación para salirse con la suya. Se aproximó a la barrera y comenzó a gritar, asegurándose de que quien fuera que estuviese luchando, se acercara a curiosear.

-¡Por favor, ayuda! ¡Somos aprendices de Tierra de Partida, tenemos varios heridos, arriba! ¡Estamos arriba! -Exclamó.-

Esperó a ver si alguien subía o se aproximaba a la zona. Él sabía que si alguien más llegaba a portar el colgante, tendría un corazoncito más en su colección, y ese era su objetivo... Debía hacerse con un nuevo cuerpo, más fuerte, a toda costa, el de Zeix ya era inservible.

Cayó al suelo, fingiendo que todas las magulladuras y cortes que tenía en la ropa o cuerpo hacían efecto sobre él.

por **Quico** » Sab Sep 01, 2012 10:32 am

El pie no duró mucho a la ofensiva de los aprendices y cayó ante sus ataques sin ningún remedio, quedándole a la Armadura solo el torso.

Cuando los usuarios Zeix y Mickael Vavrinec ya derrotaron al pie, me lancé a por la última parte con el glider. Hice un amago de atacar con mi Llave Espada, pero me di cuenta de que justo en ese momento no estaba disponible. Un pequeño error de datos. No me quedó más remedio que atacarle con mis manos, aunque no fuera Fran muy fuerte. En todo caso, este ataque pareció hacerle más daño de lo que esperaba, pues pensaba que sería una parte muy dura después de los ataques de Yu Ochiga y Mickael. Añadida información sobre sincorazón Armadura.

Mientras guardaba los datos de espaldas al sincorazón, empezó a correr más aire de lo normal. Extrañado, me giré para ver como la Armadura empezaba a girar sobre sí misma, atrayéndonos hacia ella a los aprendices más cercanos, mientras Yu Ochiga se quedaba apartado, no recibiendo el ataque.

Cuando este dejó de dar vueltas, el cuerpo de Fran ya no podía más. Se desplomó al suelo, sin posibilidad de volver a levantarse en un rato. Vi también como Zeix y Mickael estaban como Fran espachurrados en el suelo. Mientras tanto la Armadura seguía aún flotando como si mostrara que era superior a nosotros.

Entonces me desmayé, suponía que agotado después de la derrota y de sumir en un pequeño sueño a Fran.

Un rato después, no sabía cuánto tiempo exactamente, me desperté, encontrándome un poco mejor. No parecía haber pasado mucho rato, pues seguíamos en el mismo sitio con un panorama desolador. Mickael desmayado y Yu Ochiga no parecía que tampoco estuviera despierto, pues no se había movido de su sitio. Me levanté poco a poco, aún mareado, realizando un análisis en busca de “bugs” aunque todo parecía estar en orden.

En todo caso, había algo que faltaba, Daichi. O al menos su sincorazón ya no estaba en la plaza. Se suponía que no habíamos sido capaces de derrotarlo. Por lo menos había añadido un par de datos sobre la Armadura para el
ordenador de Tierra de Partida.

Luego, girando alrededor de mí, vi que tampoco estaba Zeix por ninguna parte. Intenté buscarle con la mirada pero no le encontré. Lo que sí me encontré fue una especie de franja de color lila y morado que estaba flotando.
Me acerqué poco a poco para averiguar qué era hasta que esta empezó a hablar:

—Parece que mi amo ha caído en las sombras…

Entonces salieron gradualmente todas las partes de esa “diadema”. Una cabeza de un gato, con una sonrisa muy grande y unos ojos penetrantes. Luego empezó a salir el resto del cuerpo, del mismo color que la anterior franja: lila y morado.

—Y quién sabe si volverá. Son muchos los que no pueden retornar de ellas.

Definitivamente era un gato un poco raro. En mis datos no aparecía nada relativo a él, aparte de que un gato normal no creía que estuviera perdiendo la cabeza todo el rato.

—¡Como ese muchacho! Sus oscuros designios son un misterio para vosotros. Pero no necesariamente para todos.
El Gato Risón tiene todas las respuestas… pero no siempre las da.

De repente escuché un fuerte choque. Me giré, creyendo que era ese sitio el origen del sonido, pero antes de saber lo que era, seguramente preguntara algo al gato.

—Perdone, señor Gato Risón… —guardando datos en la memoria—. No sé si después de llamarle así sería un poco absurdo pero, ¿quién es usted?

por **Nell** » Sab Sep 01, 2012 10:33 pm

—¿Quién soy yo? —sonrió el susodicho, con aquella expresión perpetua de su rostro—. ¿Quién eres tú, más bien? O, ¿quién es el otro tú?

Sin esperar respuesta, el Gato Risón desapareció. La diadema aún quedó suspendida en el aire durante varios segundos, mientras las últimas palabras del animal surgían de ninguna parte:

—Hasta que vuelva, tendré que reservar mi ayuda a otros más perspicaces…

Y, finalmente, la diadema desapareció. Volvieron a quedar completamente solos. Y si esperaban que Alexis retornase, ésta no hizo acto de aparición.

Por otro lado, a pesar del grito de ayuda de Zeix, nadie acudió de inmediato. Tuvo que quedarse frente a la barrera, esperando que alguien le escuchase, o planeando su próximo movimiento.

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Fecha límite: 6 de septiembre.

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Turnos perdidos: Ueki Expulsado; khsora (2); Axelpower (1); HappyDelice (1); Kousen (1); Deja Abandono; Final Fan (1); Hitori (1); Pharos (1); YuOchiga (3) Expulsado.

Ausentes: Mickael, Pharos, HappyDelice.

(Aparecer como ausentes quiere decir que habéis avisado de que probablemente no estéis disponibles, por lo que quedáis exentos de postear, aunque no estaría de mal que lo hicierais si podéis, y de castigos hasta vuestro regreso).
Si no aparecéis como ausentes y habéis anunciado vuestra indisposición, avisadme por PM con el link donde lo hicisteis.

por **Tsuna** » Mié Sep 05, 2012 1:25 am

Zeix, o quien quiera que fuese, cayó al suelo fingiendo que estaba herido, pues realmente aquella entidad no sentía los golpes sufridos en el anterior combate por alguna razón.

"Vamos... ¿es que no va a venir nadie? Pf, si tardan tanto es que no son muy fuertes, imagino que estarán luchando contra los Sincorazón... Pero fijo que son más fuertes que éste inútil..." -Pensó.-

Antes de que apareciese nadie, se quitó el colgante y lo sujetó en una de sus manos, si lograba dárselo a alguien, alcanzaría todos sus objetivos. Por otra parte tendió su brazo hacia el Glider, que yacía a su lado apoyado en un muro, para materializar su Llave-Espada en su mano. Acto seguido la dejó caer al suelo, haciendo notar su supuesto cansancio...

El chico se aproximó a la barrera, para que ésta apareciese y nadie sufriese golpe alguno con la misma. Una vez en esa posición, gritó nuevamente con un tono de preocupación.

-¡Por favor, rápido, ha muerto un aprendiz! ¡Ellos son demasiado fuertes! Necesitamos ayuda, una poción... o algo... -Concluyó, con desesperanza y tristeza (Fingidas, claro).-

Ya lo tenía todo listo, su plan iba de maravilla, en cierto modo, Alexis le sirvió en bandeja todas las posibilidades de triunfo, era como cosa del destino... Todo era... demasiado perfecto.

por **Quico** » Mié Sep 05, 2012 10:33 am

— ¿Quién soy yo? —me respondió el Gato Risón—. ¿Quién eres tú, más bien? O, ¿quién es el otro tú?

Iba a contestarle con mi verdadero nombre, pero entonces el gato desapareció de repente, solo dejando la diadema flotando en el aire. Aun así, dijo una última cosa antes de evaporarse del todo:

—Hasta que vuelva, tendré que reservar mi ayuda a otros más perspicaces…—quizás la diadema…—.

Intenté lanzarme a por la diadema que había quedado del Gato Risón, pero desapareció justo antes de que empezara a moverme. Podría haber sido algo importante, una pena.

Sin nada que hacer, ni Gato Risón ni Armadura ni Alexis, empecé a recapitular lo que había pasado allí. Veamos, primero en los pasillos de Tierra de Partida, una especie de agujero negro engulló a Fran y le llevó hasta Vergel Radiante, ahora Bastión Hueco. Además cayó de culo, para su desgracia. Ya allí, bajaron por unas escaleras hasta el alcantarillado, donde se encontraron a Daichi y le salvaron. Siguieron avanzando hasta llegar a esta plaza, donde apareció Alexis y Daichi se convirtió en sincorazón. Entonces tomé el control de Fran, pero no fue suficiente y la Armadura nos derrotó y desapareció. Me desmayé y cuando desperté, me encontré al Gato Risón, que desapareció al rato seguramente por haber hecho algo mal.

De momento era un día bastante cargadito. Estábamos ahí los cuatro sin hacer nada, suponía que esperando algo. Me fui fijando en los demás aprendices derrotados. Seguía faltando Zeix. Entonces me acordé de la explosión, o más bien sonaba a golpetazo, que había oído antes. Decidí ir a investigar, ya que el resto no parecía dar señales de querer moverse y yo estaba cansado de esperar así que me dirigí hacia allí.

A la izquierda no se podía avanzar, pero a la derecha había un enorme canal que seguramente antes llevaba agua. Al fondo se encontraba Zeix, gritando por algo. Entonces vi delante de él una barrera que no le dejaba pasar. Quizás se hubiera golpeado contra ella esperando destrozarla o se haya chocado contra ella. En todo caso me fui acercando hacia Zeix para ver qué le pasaba, pues parecía que no iba a salir de allí nunca, atrapado entre una barrera y ninguna otra salida.

Cuando estuve cerca vi a Zeix lamentándose en el suelo. Quizás le dolieran bastante las heridas que le había causado la Armadura.

—Zeix, ¿estás bien? —le pregunté intentando imitar a Fran para que no me descubriera.

por **Mickael** » Jue Sep 06, 2012 7:26 am

La última extremidad de su enemigo no aguantó demasiado, siendo fácilmente abatida por el ratón. Tras ello, tan sólo quedaba el torso del sincorazón, que fue atacado por Fran desde el aire, demostrando que tras perder sus extremidades, estaba mucho más débil, aunque para desgracia de los aprendices, no lo suficientemente débil como para no poder lanzar un nuevo ataque contra ellos. El movimiento fue devastador, dejando muy debilitados a los portadores de la Llave-Espada. Mickael apenas lograba moverse, pero no conseguía reunir las fuerzas suficientes como para atacar de nuevo. Sus compañeros se encontraban en peores condiciones.

Finalmente la armadura desapareció entre una densa oscuridad, habiendo ganado el arduo combate. Alexis no hizo acto de presencia, pero a pesar de ello, pronuncio unas duras palabras, burlándose de la fuerza de los aprendices de Tierra de Partida, considerándolos inofensivos. Mickael se dejó caer totalmente al suelo.

—Da... Daichi... No... No he podido... —decía entre lágrimas—. ¡No he podido salvarte! ¡No soy lo suficientemente fuerte! ¡Perdóname Daichi! ¡Lo siento! ¡Lo siento de verdad!

Debido a que estaba demasiado ensimismado con su sentimiento de culpa, Mickael no se percato del cambio de actitud del aspirante del colgante, quien intentó escapar del lugar con su glider. Al poco, un misterioso animal que respondía al nombre de Gato Risón, apareció en escena, dándoles a entender que Daichi era su amo y que podía proporcionarles información. El hombre-rata reaccionó demasiado tarde y cuando se disponía a preguntarle, el animal desapareció misteriosamente, de la misma forma que había aparecido.

—¡Espera! —le gritó, inutilmente— ¿Daichi era tu amo? ¿Qué es lo que sabes?

Aguardo en silencio, esperando que aquel ser volviera a manifestarse, pero no obtuvo respuesta alguna para su desgracia. Volvió a hundirse en su culpabilidad por lo sucedido recientemente, por no haber sido lo suficientemente fuerte, por no haber sabido hacer mejor las cosas. Mientras tanto, Fran se dirigió hacia Zeix, quien chocara con una barrera tal y como la que rodeara el combate, interesándose por él. Al poco rato, el hombre-rata recordó algo.

—¡Sam! —gritó para sí mismo, dándose cuenta de que su cánido amigo aún seguía abajo. ¿Estaría bien? Necesitaba comprobarlo, era algo que podía reconfortarlo por el momento. Necesitaba saber si Sam estaba bien, su amistad le ayudaría a llevar adelante aquellos sentimientos de culpabilidad, entrenaría con él de ahora en adelante y se volvería más fuerte. Así que con esa pequeña esperanza, se dirigió hacia el lugar por el que habían accedido a la plaza, en busca de su compañero.

por **Nell** » Vie Sep 07, 2012 1:28 am

Mickael fue el único en percatarse de la situación ajena de Sam, que aún seguía en las alcantarillas. Al mirar abajo, comprobaría que no había trepado aún por la escalera y que, por lo que parecía, había estado dando vueltas por las cañerías. Quizá se hubiese perdido. Por otro lado, Yu aún seguía descansando del combate.

No obstante, nada de aquello importó cuando las sombras regresaron. Aparecieron a los pies de los aprendices, de los tres que allí se encontraban, engulléndoles de nuevo hacia la oscuridad.

Ni Fran (o quienquiera que fuera), ni la persona que habitaba en el interior de Zeix tuvieron más suerte. Apenas observaron aproximarse por el canal a un grupo de personas bastante variopinto, apreciaron que, a sus pies, las sombras volvían a hacer de las suyas, arrastrándolos junto a los demás.

Y, si tenía buena vista, vería que lo mismo sucedía con varias de las personas que se le habían aproximado, al intentar prestarles auxilio.

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