Re: [Evento Global] OduE: Ruta 3
Publicado: Lun Sep 03, 2012 1:15 am
No pude entenderlo. ¿Por qué ella, quien estaba obligada a deshacerse de nosotros, a quien habíamos atacado sin razón alguna, cuyo sufrimiento habíamos ignorado...? ¿Por qué ella precisamente nos había salvado?
Cuando llegué junto a Axel, la Guardiana nos tomó a ambos con una velocidad increíble. Rápidamente uní mis dos dagas en una Llave completa, esperando poder responder al ataque que, pensé, venía hacia nosotros. Sin embargo y para mi sorpresa, Wix nos empujó fuera de su alcance con la mayor fuerza que fue capaz; con la guardia baja, tropecé mientras mi desequilibrio me obligaba a retroceder y caí junto a Axel fuera de la destrucción que se aproximaba.
El candelabro cayó con una fuerza tremenda... sobre Wix. Debí sonreír orgulloso, satisfecho porque nuestro plan hubiese resultado. ¡Habíamos vencido! ¡No había manera de que sobreviviera aquel golpe!
No obstante... ¿cómo podía sentirme feliz por aquel resultado? Ni siquiera pensaba en aquel duelo como una buena idea, desde un principio. Actué en defensa propia y de mis amigos. Yo no quería luchar; no quería ninguna clase de victoria. ¡No quería que aquello terminara así!
Pero me di cuenta demasiado tarde... me di cuenta cuando el plan ya estaba en ejecución y todo lo que quedaba por hacer era intentar salvar a mi amigo. Indirectamente, había... ¿había matado a alguien? No hice nada para detenerme. La locura se apoderó de mí, sí... ¿pero no había habido alguna manera de deshacerme de ella? ¿No fui lo suficientemente fuerte?
No había hecho nada. Había aceptado la batalla tan naturalmente, ignorando por completo lo que Axel sí había podido ver... Me había comportado como un animal, sin pensar en lo que hacía ni por un instante.
¿Había luchado a causa del control de la locura...? ¿O había enloquecido porque... quería luchar? ¿Cuál era la causa y cuál la consecuencia?
—No todo está perdido.
Se alzó de entre los restos, con un aspecto horrible. ¿Cómo... cómo pudimos hacerle eso a Wix? Nosotros no queríamos eso... No, yo no quería eso. Ni Axel. Pero... ¿Light? ¿Mei? ¿Ragun? Y... ¿y aquello que se había apoderado de mi cuerpo? Apreté los puños con fuerza y me puse de pie, sintiéndome mucho peor de lo que esperaba. Ahora que habíamos terminado con aquel duelo, la adrenalina de mi cuerpo había comenzado a desaparecer, haciendo que la herida del pecho me doliera horrores y mis extremidades me quemaran por el cansancio.
Quise ayudar a Wix, pero ésta se desplomó en el suelo sin fuerza. Trozos de ella comenzaron a desvanecerse en el aire, como si su voluntad de seguir luchando fuese tan poca que incluso desaparecer le parecía una buena idea. Pero... ¿realmente iba a hacerlo? ¿Era aquello normal? ¿Era acaso... porque no tenía un corazón?
Alcé mi mano y miré las pequeñas manchas de sangre que la Guardiana había dejado en ella cuando logré golpearla con las espinas. Temblaba. ¿Acaso, al igual que aquellas manos habían sido movidas por alguien más, lo había hecho también mi corazón? ¿Había, en serio, deseado acabar con ella en aquel instante?
—Tú no eres el enemigo. No tienes por qué morir.
Ragun tenía razón. E hizo bien en llevar una Poción a los labios de Wix. ¿Pero funcionaría? Aquella mujer no era normal. ¡Se estaba deshaciendo como un espectro, por Dios!
Pero recé porque funcionara. Quería que funcionara. Tal vez así, tal vez si ella evitaba el terrible destino que se le venía encima, entonces mi pecado no dolería tanto. No me sentiría tan culpable como lo hacía en aquel momento. El hueco en mi corazón no sería tan grande.
—Lo siento... lo siento tanto... —murmuré, apretando la Llave con fuerza. Quise hacer algo, ¡lo que fuera! Pero era tan incapaz: no sabia sanar, no tenía ninguna Poción... y había sido culpa mía.
—¡Muere!
Mi cuerpo respondió por sí sólo cuando escuché aquella terrible sentencia resonar por la estancia. No tuve razón sobre el movimiento de mis piernas, las cuales me llevaron hasta quedar frente a Wix, ni de mis brazos, los cuales intentaron bloquear el fuerte ataque de Mei. ¡No iba a dejarla!
—Nadie merece morir. Nadie. —gruñí, haciendo un amplio movimiento de brazo para apartar el arma de la chica. Intentando parecer más tranquilo de lo que realmente me hallaba, expresé—: Es tarde, pero he llegado a una decisión. Nadie va a acercarse a Wix hasta que sepamos que hacer con ella. Yo mismo me encargaré de ello si es necesario —amenacé a Mei con una mirada—. Axel —llamé, haciéndole un gesto con la cabeza pero sin dejar de apuntar a la chica que tenía en frente. No estaba en posición alguna de dictar órdenes, y mucho menos para él, pero... pero hacer sugerencias era lo menos que podía hacer—. Tienes todo el derecho de hacer lo que creas necesario. Veremos si la Poción tiene algún efecto. Mientras tanto, usemos el Glider como camilla y vámonos de aquí antes de que cualquier cosa llegue a suceder —en mi mente apareció la imagen de uno de esos Portales de Oscuridad. El inteligente titiritero los estaba usando para su ventaja. Teníamos que evitar a toda costa que Wix llegase a estar cerca de alguno que pudiese abrirse de la nada; y llevarla en el aire era lo mejor que podíamos hacer—. Pema puede llevar a la mayoría una vez estemos fuera, seguramente; y si alguno de vosotros —miré a Saxor y a Light, intentando verme lo más fiero posible. Ellos dos, especialmente el último,debían entender que la batalla había terminado— pudiese abrir esa enorme puerta que muy posiblemente lleva al exterior, entonces todo será más sencillo y yo le estaría muy agradecido.
Le hice una señal con la cabeza a Axel. Él tenía todo el derecho de decidir sobre si aquello eran buenas ideas o no. Él debía ser el líder de ahora en adelante y quien se ocupara de Wix personalmente. Era el único que había mantenido la cabeza en todo momento, y el único que, al parecer, había sido capaz de entender a la Guardiana.
—Y no olvidéis pedirle disculpas a la señorita por semejante salvajada. Es lo menos que podemos hacer. Eso... y mostrarle que no todo está perdido.
Intenté mirar a Wix con sinceridad, queriendo hacerle ver que no íbamos a dejarla así. No era el mismo Xefil que había luchado a muerte con ella, e iba a dejarlo claro. Sí que íbamos a salvarla. Y no sólo su vida.
Cuando llegué junto a Axel, la Guardiana nos tomó a ambos con una velocidad increíble. Rápidamente uní mis dos dagas en una Llave completa, esperando poder responder al ataque que, pensé, venía hacia nosotros. Sin embargo y para mi sorpresa, Wix nos empujó fuera de su alcance con la mayor fuerza que fue capaz; con la guardia baja, tropecé mientras mi desequilibrio me obligaba a retroceder y caí junto a Axel fuera de la destrucción que se aproximaba.
El candelabro cayó con una fuerza tremenda... sobre Wix. Debí sonreír orgulloso, satisfecho porque nuestro plan hubiese resultado. ¡Habíamos vencido! ¡No había manera de que sobreviviera aquel golpe!
No obstante... ¿cómo podía sentirme feliz por aquel resultado? Ni siquiera pensaba en aquel duelo como una buena idea, desde un principio. Actué en defensa propia y de mis amigos. Yo no quería luchar; no quería ninguna clase de victoria. ¡No quería que aquello terminara así!
Pero me di cuenta demasiado tarde... me di cuenta cuando el plan ya estaba en ejecución y todo lo que quedaba por hacer era intentar salvar a mi amigo. Indirectamente, había... ¿había matado a alguien? No hice nada para detenerme. La locura se apoderó de mí, sí... ¿pero no había habido alguna manera de deshacerme de ella? ¿No fui lo suficientemente fuerte?
No había hecho nada. Había aceptado la batalla tan naturalmente, ignorando por completo lo que Axel sí había podido ver... Me había comportado como un animal, sin pensar en lo que hacía ni por un instante.
¿Había luchado a causa del control de la locura...? ¿O había enloquecido porque... quería luchar? ¿Cuál era la causa y cuál la consecuencia?
—No todo está perdido.
Se alzó de entre los restos, con un aspecto horrible. ¿Cómo... cómo pudimos hacerle eso a Wix? Nosotros no queríamos eso... No, yo no quería eso. Ni Axel. Pero... ¿Light? ¿Mei? ¿Ragun? Y... ¿y aquello que se había apoderado de mi cuerpo? Apreté los puños con fuerza y me puse de pie, sintiéndome mucho peor de lo que esperaba. Ahora que habíamos terminado con aquel duelo, la adrenalina de mi cuerpo había comenzado a desaparecer, haciendo que la herida del pecho me doliera horrores y mis extremidades me quemaran por el cansancio.
Quise ayudar a Wix, pero ésta se desplomó en el suelo sin fuerza. Trozos de ella comenzaron a desvanecerse en el aire, como si su voluntad de seguir luchando fuese tan poca que incluso desaparecer le parecía una buena idea. Pero... ¿realmente iba a hacerlo? ¿Era aquello normal? ¿Era acaso... porque no tenía un corazón?
Alcé mi mano y miré las pequeñas manchas de sangre que la Guardiana había dejado en ella cuando logré golpearla con las espinas. Temblaba. ¿Acaso, al igual que aquellas manos habían sido movidas por alguien más, lo había hecho también mi corazón? ¿Había, en serio, deseado acabar con ella en aquel instante?
—Tú no eres el enemigo. No tienes por qué morir.
Ragun tenía razón. E hizo bien en llevar una Poción a los labios de Wix. ¿Pero funcionaría? Aquella mujer no era normal. ¡Se estaba deshaciendo como un espectro, por Dios!
Pero recé porque funcionara. Quería que funcionara. Tal vez así, tal vez si ella evitaba el terrible destino que se le venía encima, entonces mi pecado no dolería tanto. No me sentiría tan culpable como lo hacía en aquel momento. El hueco en mi corazón no sería tan grande.
—Lo siento... lo siento tanto... —murmuré, apretando la Llave con fuerza. Quise hacer algo, ¡lo que fuera! Pero era tan incapaz: no sabia sanar, no tenía ninguna Poción... y había sido culpa mía.
—¡Muere!
Mi cuerpo respondió por sí sólo cuando escuché aquella terrible sentencia resonar por la estancia. No tuve razón sobre el movimiento de mis piernas, las cuales me llevaron hasta quedar frente a Wix, ni de mis brazos, los cuales intentaron bloquear el fuerte ataque de Mei. ¡No iba a dejarla!
—Nadie merece morir. Nadie. —gruñí, haciendo un amplio movimiento de brazo para apartar el arma de la chica. Intentando parecer más tranquilo de lo que realmente me hallaba, expresé—: Es tarde, pero he llegado a una decisión. Nadie va a acercarse a Wix hasta que sepamos que hacer con ella. Yo mismo me encargaré de ello si es necesario —amenacé a Mei con una mirada—. Axel —llamé, haciéndole un gesto con la cabeza pero sin dejar de apuntar a la chica que tenía en frente. No estaba en posición alguna de dictar órdenes, y mucho menos para él, pero... pero hacer sugerencias era lo menos que podía hacer—. Tienes todo el derecho de hacer lo que creas necesario. Veremos si la Poción tiene algún efecto. Mientras tanto, usemos el Glider como camilla y vámonos de aquí antes de que cualquier cosa llegue a suceder —en mi mente apareció la imagen de uno de esos Portales de Oscuridad. El inteligente titiritero los estaba usando para su ventaja. Teníamos que evitar a toda costa que Wix llegase a estar cerca de alguno que pudiese abrirse de la nada; y llevarla en el aire era lo mejor que podíamos hacer—. Pema puede llevar a la mayoría una vez estemos fuera, seguramente; y si alguno de vosotros —miré a Saxor y a Light, intentando verme lo más fiero posible. Ellos dos, especialmente el último,debían entender que la batalla había terminado— pudiese abrir esa enorme puerta que muy posiblemente lleva al exterior, entonces todo será más sencillo y yo le estaría muy agradecido.
Le hice una señal con la cabeza a Axel. Él tenía todo el derecho de decidir sobre si aquello eran buenas ideas o no. Él debía ser el líder de ahora en adelante y quien se ocupara de Wix personalmente. Era el único que había mantenido la cabeza en todo momento, y el único que, al parecer, había sido capaz de entender a la Guardiana.
—Y no olvidéis pedirle disculpas a la señorita por semejante salvajada. Es lo menos que podemos hacer. Eso... y mostrarle que no todo está perdido.
Intenté mirar a Wix con sinceridad, queriendo hacerle ver que no íbamos a dejarla así. No era el mismo Xefil que había luchado a muerte con ella, e iba a dejarlo claro. Sí que íbamos a salvarla. Y no sólo su vida.