[Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 2

por **Nell** » Dom Dic 09, 2012 10:37 pm

Todo salió bastante mal. Hana atacó a la muchacha, acertándola de pleno, pero en ese momento llegaba el otro chico corriendo, con las armas apuntándola, y pidiendo a la joven que hiciera un pacto con él. Así que sí habían perdido cada uno a su otro compañero… Qué mala suerte. Sobre todo si Mickael remataba el trabajo.

—¿Compañeros de quién? ¿¡Tuyos!? —se jactó Hana. Ni siquiera conocía al muchacho. ¿Es que no se daba cuenta de que aquello ya no era Tierra de Partida? ¡Sólo primaba la ley del más fuerte!

Sin embargo, no tuvo mucho más que decir, porque apenas se había apartado de Kailee para dejarle el paso libre a Mickael cuando, alertada, la chica-gato se tomó una poción y contratacó. Hana recibió la misma magia que la acababa de atacar, cubriéndose como pudo y con ganas de descubrir por qué Mickael se había rajado. Antes de volver al ataque, escuchó a su compañero detrás, respaldándola con… ¿ratas de juguete?

Definitivamente, tendría que haberle preguntado antes de nada cuál era su arma. No es que la de Hana fuera demasiado buena, pero, ¿¡ratas de juguete!? ¡Iban a ser los hazmerreír! Y, pensándolo bien… no sabía nada de su compañero. Era tan jodidamente callado que resultaba imposible.

Se quedaron un momento callados. Mickael apuntaba a Kailee, pero el chico-perro hacía lo mismo con Hana. La joven pirata chistó. No le gustaba nada la situación. Pero nada. Sólo había atacado porque creía en la victoria rápida y sencilla. No contaba con la poción que les había entregado el Maestro. ¡Maldito Ronin!

El chico-perro propuso un trato: que cada uno se fuera por su lado. Mickael, inmediatamente, aceptó. Lo cierto es que esa faceta del muchacho era totalmente desconocida para Hana, pero estaba bastante de acuerdo. El ataque había salido mal y prefería retirarse a insistir en el poco tiempo que le quedaban. Pero aquellos dos… la sacaban de quicio. Ojalá sí tuviera medios para eliminarlos.

—No seáis infantiles —les soltó Hana—. ¿Rebajarse a ser un asesino? ¿Rebajarse desde qué nivel? ¿Desde el tuyo? —echó una significativa mirada a los dos cuerpos que aún yacían en el suelo—. Es muy fácil criticar el Juego cuando piensas que eres el paladín elegido, la persona valiente, leal y honrada cuyo destino es rescatarlos a todos; el héroe que vencerá a los Reapers y liberará a los ciudadanos de Villa Crepúsculo. ¿Y acaso ése no es un bonito sueño? ¡Magnífico, diría! Ojalá se cumpliera, ¿verdad? Ojalá alguien llegara, acabara con esta horrible realidad y nos llevara de vuelta a casa.

»Es un bonito sueño hasta que tienes a tu cargo a un compañero y dejas que lo maten en pos de él. ¿Y me recriminas a mí? Tus manos también deben estar manchadas de sangre —señaló—. Pero no te sientas mal. Sólo los ignorantes culpan a otros de cosas así. Ya se lo dije a tu amiguita. “Matar o morir”. El Juego no es muy diferente a la vida que teníamos en Tierra de Partida.

»La diferencia es que preferís matar a un monstruo que a un humano para que no os remuerda la conciencia.

Terminó el discursito con un escupitajo al suelo. Sí, realmente, odiaba a los idealistas. La realidad era cruel, dura y aterradora. El que pensara lo contrario moriría joven. Ni siquiera sabía si el chico-perro encajaba con la descripción que acababa de dar. Le daba igual. Simplemente, la había sacado de sus casillas.

Kailee tampoco se quedaba atrás. Parecía mucho más remilgada que el chico-perro, pero estaba claramente enfadada por el ataque de Hana. La joven se encogió de hombros. Realmente, no se arrepentía de la acción, sólo de que no hubiese terminado de salir bien.

—¿Inmadura? Trato de sobrevivir, como todos. ¡Quién no arriesga, no gana! Del mismo modo que quien no lo hace, no vive.

Como ya no tenían nada que hacer allí, lo mejor era abandonar el lugar. Hana se fijó en que Andrei se había mantenido ajeno a la situación, lo cual no le dio buena espina. Seguramente encontrara interesante que se eliminaran entre ellos, como mínimo, para quitarse él trabajo, pero que las cosas no hubiesen salido bien… No sabía cómo se lo tomaría.

Le señaló a Mickael la estación. Si los otros dos se dirigían hacia lo que parecía ser el parque, Hana pensó que lo mejor sería retroceder sobre sus pasos para evitar al gitano. Quedaba tan poco tiempo de prefería dedicarlo a alejarse del Reaper, por lo que pudiera pasar.

—La oferta que nos hicieron termina al finalizar el día —les comentó a los otros, por última vez—. El plazo acabará entonces enseguida. Ya no estaremos interesados en vosotros… salvo que os interpongáis en nuestro camino.

Y sí se percató de la niña que también correteaba por allí. Sin embargo, estaba tan debilitada (haciendo esfuerzos por no tomarse la poción que llevaba), que prefería dejar pasar definitivamente el trato.

Y ya por último, mientras se alejaban de la zona, con un ojo sobre Andrei por si decidía intervenir (en cuyo caso Hana se tomaría la Poción, por si les atacaba o quería hacerles luchar), se dirigió nuevamente hacia Mickael:

—Luz y oscuridad… Qué absurdo —comentó, dando su opinión. Sin embargo, no lo hacía con la intención de reprochar a Mickael. Que no fuera un idealista como los otros dos le hacía más agradable frente a Hana—. Las dos son igual de inútiles. ¿Para qué catalogar cada cosa en uno u otro lado? Los valores cambian según la persona. La esencia, la magia… también.

Realmente, estaba interesada en saber qué había llevado a Mickael a inclinarse hacia el lado oscuro de la balanza... aunque no supiera cómo plantearlo disimuladamente. De todas formas, aún les quedaba tiempo. Cinco días.

por **Zee** » Dom Dic 09, 2012 11:09 pm

—¿Una niña...?

Ahora, no conocía a fondo las reglas del Reaper's Game... ¿pero una niña colaborando con los de Bastión Hueco? Sabía perfectamente que había Aprendices bastante jóvenes, e incluso Maestros, como Akio... ¿Pero un Reaper?

No tenía sentido. Aquello sólo podía ser un NPC... u otro Jugador.

Así que esperé. Pacientemente, esperé de pie en la entrada de la Biblioteca, ajeno a lo que Saxor y Beat podrían estar haciendo. Maldita sea, bien pude haberlos perdido de vista, pero preferí quedarme allí, expectante a algo que bien podría acabar con mi vida si cometía cualquier mínimo error.

—Proteger a los que lo necesitan... Recuperar un mundo inocente...

>>Y una promesa. La promesa de ayudar.

No podía arriesgarme. Tenía que llegar al final.

Pero antes de poder darme la vuelta para volver con Saxor y Beat, reconocía a la silueta que se acercaba a la biblioteca. Una pequeña niña, con un gigantesco sombrero en punta sobre su cabeza. Una figura familiar de Tierra de Partida... y por lo tanto, Jugadora.

—¿Maya...?

Lo preocupante era que la pequeña venía sola. Totalmente sola. No podía estar seguro, pero avanzar sin tu Compañero parecía algo imposible. Saxor y Beat parecían haber estado juntos antes de llegar al WildKat, y no precisamente porque se llevasen bien.

Era carnada de Reaper.

—¡Maya! —exclamé (una vez salí del edificio la biblioteca, claro), mientras me acercaba a la niña. Reconoció mi presencia y me llamó por mí nombre. Admiré su tranquilidad.

—Así que tú también estás en este estúpido juego... —me dijo, de manera un poco deprimente—. Escucha, no tengo mucho tiempo, mi compañero ha retado a Ariasu y no creo que pueda sobrevivir, así que tengo que encontrar a alguien con quien intentar hacer un pacto o quizá yo...

—¿Ariasu...? —repetí. Luego, hice una mueca. No me traía buenos recuerdos eso de "retar a la GameMaster". Especialmente cuando evocaba a los otros Jugadores, que no hicieron nada para ayudar (excepto la chica de cabellos azules). Era un juego sangriento, sin duda. ¿Cómo podían viejos compañeros dejarnos muriendo con tal de salvar sus propias vidas?

Yo no podía hacer eso. Y menos con Maya.

—Por favor, dime que tú puedes. Eres mi última esperanza...

Le tendí la mano.

—Claro que puedo.

>>Acepto el Pacto.

por **RedXIII** » Dom Dic 09, 2012 11:58 pm

Hiro escucho las palabras de aquel ser con una forma mixta entre Rata y humano, con atención, y más calmadorespondió, mientras el se interponía entre su pistola y su compañera.

—No hablo ni de luz ni de oscuridad, si prefieres sumirte en la más pura oscuridad, adelante, es tu camino, no el mio — Contestó —De todos modos, si eso fuera cierto ¿Que haces entre mi pistola y tu compañera? — Le preguntó, no creía que fuera ningún truco, así que le permitió moverse entre ambos, tampoco tenían tiempo para hacerles nada.

—No seáis infantiles — dijo su compañera —. ¿Rebajarse a ser un asesino? ¿Rebajarse desde qué nivel? ¿Desde el tuyo? Es muy fácil criticar el Juego cuando piensas que eres el paladín elegido, la persona valiente, leal y honrada cuyo destino es rescatarlos a todos; el héroe que vencerá a los Reapers y liberará a los ciudadanos de Villa Crepúsculo. ¿Y acaso ése no es un bonito sueño? ¡Magnífico, diría! Ojalá se cumpliera, ¿verdad? Ojalá alguien llegara, acabara con esta horrible realidad y nos llevara de vuelta a casa.

»Es un bonito sueño hasta que tienes a tu cargo a un compañero y dejas que lo maten en pos de él. ¿Y me recriminas a mí? Tus manos también deben estar manchadas de sangre. Pero no te sientas mal. Sólo los ignorantes culpan a otros de cosas así. Ya se lo dije a tu amiguita. “Matar o morir”. El Juego no es muy diferente a la vida que teníamos en Tierra de Partida.

»La diferencia es que preferís matar a un monstruo que a un humano para que no os remuerda la conciencia.

—Sí, tienes razón — Comentó mientras se giró para irse con Kailee al parque —Pero — Añadió —No soy un asesino ni te he atacado, al menos de momento, y nunca dije que fuera yo el que salvara a todo el mundo, ni siquiera se de que hablas — Añadió —No soy muy bueno dando discursos filosóficos ni esas cosas, de todos modos eres demasiado negativa, con ese pensamiento no llegaras a cumplir tus sueños, a no ser que sea dominar el mundo, matar a alguien o algo así

Hiro se alejó juntó a Kailee hacia el parque, con las manos sobre la cabeza, pero sin evitar escuchar la última parte de su discurso.

—La oferta que nos hicieron termina al finalizar el día. El plazo acabará entonces enseguida. Ya no estaremos interesados en vosotros… salvo que os interpongáis en nuestro camino.

—¡Mientras no nos intentéis matar no habrá problema! — Exclamó mientras se apresuraba hacia el parque.

por **Soul Artist** » Mié Dic 12, 2012 2:20 am

Saxor, por desgracia, no tuvo tiempo para encontrar nada de interés en la biblioteca. El tiempo apremiaba, y aunque pidió a Beat que buscase con él, por allí no parecía haber PowerUps. Sólo la bibliotecaria que les observaba con malos ojos cada vez que pasaban por su lado, la llamativa chica del ojo tapado por su pelo y algunos libros que quizás les interesase leer en otra ocasión, aunque de ninguna utilidad para el Reapers’ Game en un principio.

Al mismo tiempo, Xefil y Maya realizaron su Pacto, elevándose un par de centímetros sobre el suelo gracias a un haz de luz que cayó sobre sus cabezas. La bibliotecaria que había echado la bronca a Saxor echó humo al verlo, pero ya daba igual: no quedaban más que unos segundos de misión.

El tiempo límite terminó por agotarse. Los tres notaron sus cuerpos caerse a la oscuridad mientras perdían el conocimiento, adentrándose en un sueño vacío y oscuro. Al menos, había sido un día productivo…

* * *
Hiro y compañía no llegaron muy lejos en su intento de alejarse de Andrei. Después de que Hana formulase su discurso al completo, el Reaper intervino por primera vez aplaudiendo las palabras de la joven, incluso riéndose en alto. Era difícil saber si se estaba burlando o dando toda la razón.

—Bravo. Alguien con las ideas realmente claras —el joven dejó de apoyarse en el cañón y dio un paso al frente, lanzando una carta hacia Hana para que la tomase en su posesión—. Un regalo. Quién sabe, igual te es útil...

El naipe que le había dado entrega el chico era ni más ni menos que el Tonto, carta cero del Tarot. ¿Para qué serviría? Había visto usar una vez a Andrei, en ella misma, una de esas cartas, cuando colgó a todos cabezabajo y los humilló. Aquel regalo podía ser perfectamente una trampa...

—Os auguro un gran final a todos.

Y con aquellas palabras, los cuatro cayeron desmayados, abrazados por la oscuridad y perdiendo la noción de su existencia hasta el día siguiente...

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