Haber avisado de su presencia fue un error.
La pareja observó atemorizada las pistolas con las que cargaba Hiro. El muchacho, viendo como la vida de la razón de su existencia estaba en peligro, se puso en medio, desbaratando los planes del que era un asesino a sus ojos.
Las balas que iban dirigidas al chico fallaron, pero las que iban hacia el pecho de la muchacha atravesaron el corazón del joven enamorado.
Cayó al instante al suelo. Su amada profirió un grito desgarrador, agarrando con sus manos el rostro del joven.
—
¡No, no! ¡Te vas a poner bien, lo sabes!—
Me alegro... de que estés bien —el herido alzó su mano para acariciar por última vez las mejillas de su chica—.
Te quie...ro...Y su mano cayó en el césped, llevándose la última sensación de calidez en su cuerpo.
Estaba muerto. La chica se llevó las manos a la cabeza, gritando de histeria. Cuando de repente, sin que Hiro pudiese hacer nada por evitarlo, quizás por el shock de la situación, la joven se abalanzó sobre él, tirándolo al suelo.
—
¿¡Qué has hecho!? ¿¡Él... por qué lo has matado!? ¿¡Por qué!?Entre un fuerte forcejeo entre ambos, si es que Hiro se encontraba con fuerzas para matarla, la muchacha pudo arrebatarle la pistola con la que había matado a su amado. Encima suya, apuntó contra su cabeza. Sin embargo, la chica estaba temblando, sollozando y muerta de miedo.
—
¡Acabaré contigo! ¡¡Te mataré!! ¡¡Te mat...!!Pero antes de que consiguiese apretar el gatillo, la joven comenzó a escupir sangre por la boca. Había sido atravesada desde su espalda por algo afilado, una lanza.
—
Misión cumplida.El cuerpo de la chica cayó al suelo, justo al lado de su amado. Ambos parecían mirarse, con unos ojos vacíos y sin vida.
Hiro y Kairi contemplaron a quien había llegado justo a tiempo para salvar a Hiro. Una mujer alta y esbelta, muy hermosa, con unos cabellos tan rojos como la sangre que manchaba el filo de su lanza.
Puede que Hiro y Kairi la reconocieran, pues aquel día en que estuvieron atrapados en Bastión Hueco, ella estuvo presente. Aquella mujer resultaba ser ni más ni menos que Hisa Wix... o, por decirlo de otro modo, la Maestra Iwashi.
—
¡Uff, menos mal, pensé que no lo conseguiríamos! —esa voz avisó a Kairi y a Hiro de que existía otra presencia más. Un muchacho joven, de largos cabellos recogidos en una coleta, salió de entre los arbustos.
—
Hemos llegado justo a tiempo, Daichi —contestó Iwashi, sonriendo a quien se hacía llamar Daichi—.
Es una suerte que los hayamos encontrado. —
No, si he conseguido sobrevivir otro día más es porque tengo suerte de tenerte de compañera —confesó Daichi, rascándose la nuca.
De pronto, Hiro notó un dolor desgarrador en su pecho. A Kairi le pasaba igual, le costaba respirar y había sentido como si una cuchilla le atravesara el corazón... ¿qué estaba ocurriendo?
Oh. Lo comprendieron al instante cuando los dos intercambiaron miradas. El pacto no había funcionado. Kairi había aceptado el pacto de Hiro, pero éste había pedido compañero demasiado tiempo atrás. No servía... otro error fatal.
Sus móviles sonaron, avisándoles de que ambos habían recibido un mensaje de texto. Sin embargo, nunca podrían leer su contenido.
Ambos desaparecieron, quizás intentando consolarse mútuamente a través de sus ojos.
Eliminado
Eliminada* * *Los ataques de los jugadores que quedaban en la plazoleta, junto con una potentosa estocada de la Maestra Lyn, fueron suficientes como para que el extraño ser de oscuridad empezara a temblar como un flan. La barrera creada por su cuerpo alrededor de ellos fue desapareciendo, al igual que el monstruo en sí, que entre fuertes alaridos comenzó a desaparecer.
Ante sus ojos pudieron contemplar como unas esferas grisáceas demasiado familiares se acercaban a ellos. Como bien sabían, era una recompensa.
Aunque ellos no lo supieran, lo que acababan de eliminar no era ni más ni menos que un Nido.
Recibís 2 PU por pareja, o sea, 1 PU para cada uno.
Si los jóvenes observaban su alrededor, el Nido había desaparecido sin dejar rastro alguno. A su vez, tampoco pudieron encontrar con sus ojos al comerciante Stan, quien en cuanto tuvo ocasión salió corriendo de allí con el rabo entre las piernas... y su maletín, claro.
Justo en ese momento, los jugadores notaron la vibración y el sonido que les avisaba de que había llegado un mensaje de texto a sus móviles. Pudieron leerlo, al igual que comprobaron que el contador había desaparecido. La misión había sido cumplida.
Todo comenzó donde acabó: con un fantasma.
Un simple dato, una memoria atrapada en una celda eterna. Sin forma de entrar en contacto con el mundo exterior, en la absoluta soledad. Un puñado de números cuya función se limitaba a esperar a que su creador, si es que hubo alguno, decidiese aprovechase la información que contenía... Pero nunca fue recordada. Nadie puso fin a su espera.
Un día se cansó. Desconozco qué fue lo que la motivó, si estaba previsto entre sus funciones que actuara por su propia cuenta o si, simplemente, tomó conciencia de sí misma. ¿Existe el alma? ¿Puede tener alma algo que no está vivo? De ser así, todos mis conocimientos en el campo se tambalearían ante tal descubrimiento, pero es una posibilidad que me fascina. Seríamos dioses de una nueva raza.
Sea como fuere, empezó a crear a partir de los únicos datos que disponía: su propia esencia, toneladas de información en forma de datos que se multiplicaron a su alrededor. Recuerdos de los días más importantes, de la vida de su ciudad, de su historia y declive.
Durante dieciséis años se ha dedicado a construir todo cuanto ha podido, dato por dato, recuerdo por recuerdo. Ha expandido los límites de su prisión buscando una libertad que nunca obtendrá, ha recreado una realidad propia, un lugar donde se siente segura. Ha dado vida a un mundo entero.
El Mundo Virtual.
* * *
Existen otros mundos informáticos aparte de este. Espacio Paranoico, La Red... Sistemas operativos que funcionan también a partir de datos y códigos que han acabado adoptando vida. Pero se diferencian en un punto fundamental: fueron creado por ENCOM. Este mundo, en cambio, se ha valido por sí mismo, sin recurrir a programas o físicas ya existentes.
La diferencia está clara: en Espacio Paranoico, por ejemplo, sus habitantes tienen prefijada una función. No son más que máquinas sin mente, entidades que existen para cumplir su deber. En esta copia de Villa Crepúsculo las cosas no son así. Su creadora, y única habitante, está dotada de un don propio de los seres vivos: el libre albedrío
No está sujeta a una función específica. No tiene valores morales preestablecidos, ni obedece a las órdenes de nadie. Si ignoramos que no puede salir del ordenador, es libre. Y su mundo, creado a partir de ella misma, también lo es... Lo que significa que tiene otro don singular: el potencial.
Tiene una base de datos, ergo tiene el lienzo. Tiene libre albedrío, ergo tiene el pincel. Tiene recuerdos, ergo tiene la imaginación. Puede crear cualquier cosa. Es el mayor poder del universo, es la divinidad en su estado más puro. Mundos borrados, pasados perdidos, personas fallecidas... Corazones olvidados... Todo ello, concentrado en un único lugar y en un único entre...
Así que... ¿Por qué no compartirlo?
* * *
Desde que tomé la Llave Espada, he viajado e investigado a fondo los sistemas operativos de ENCOM, tanto que puedo considerarme un experto en el mundo informático a estas alturas. En Tierra de Partida se dispone de un ordenador que permite el acceso a ambos gracias a un aparato que digitaliza los cuerpos físicos. También puede reproducir programas y cuerpos virtuales en la realidad, por increíble que parezca...
Pero no funciona del mismo modo en Villa Crepúsculo. Por mucho que me he esforzado, no he conseguido extraer nada. ¿Por qué? Puedo introducir objetos y seres vivos. ¿Qué es lo que falla?
La respuesta es ella. El fantasma creador, furtivo como de costumbre, real. Incluso me envió un mensaje:
No traigas el pasado a la vida.
Su egoísmo nos está privando de corregir todos los errores que ha cometido la humanidad, de recuperar lo que nunca debimos perder, de conseguir algo mejor que lo que tenemos ahora.
Sólo está retrasando lo inevitable. Creo que por fin he dado con la solución: se trata de ella. Está fusionada con el código fuente, por lo que, si yo lo alcanzase, el Mundo Virtual me reconocería como su nuevo dios. Al ser alguien del mundo real, todo lo creado también debería serlo: podría crear y extraer lo que quisiera, podría destruir y construir mundos. Sólo necesito que alguien se atreva a abrirme paso hasta el código, además de un modo de retar a ese pequeño ente para que permita su acceso a él...
Mientras busco, he copiado una parte de la información y la he usado para recrear a otros portadores de la Llave Espada, además de una nueva Tierra de Partida virtual. Allí será donde comience mi gran plan. Mis peones, sus Maestros, sus aprendices. Todos con conciencia artifical propia, basados en las personalidades de sus originales. Y todos estarán bajo mi cargo sin sospechar su verdadera naturaleza.
¿Quién dudaría acaso del maestro de maestros? * * *—
Vosotros —dijo Lyn, acercándose a los jugadores después de que ellos leyeran el mensaje tan revelador que se les había enviado a sus móviles. Parecía confusa—
¿Habéis dicho „Maestra“, verdad? La mujer con rasgos animales se frotó la nuca, pensativa.
—
¿Acaso me conocéis de algo? —preguntó, perpleja—
Tengo la sensación de que se me escapa algo mirandoos. Lyn se acercó mucho más a ellos, invadiendo su espacio personal. Se paró frente a Mei, intentando hacer memoria.
—
¡Tú, a ti te conozco de algo, estoy segura! —señaló a la chica, y también se quedó mirando a Neas. Si, les sonaba de algo definitivamente. ¿Pero de qué? —
Esperad, yo...
>> ¿...tenía aprendices? Sus pupilos podrían estar felices de que la Maestra Lyn se acordara de ellos, al fin. Pero...
—
¡Agh! ¿¡Qué ocurre...!? —gruñó Lyn, quien se agarró la sien, mostrando sus dientes y marcando en su rostro dolor y confusión.
Algo extraño estaba sucediendo.
Al igual que la Maestra Lyn, todos comenzaron a sentir un fuerte e inexplicable dolor de cabeza. Los edificios, las tiendas, todo su alrededor daría vueltas como una peonza. Hasta que todo se volvió negro a sus ojos.
¿Qué estaba sucediendo?
* * *La oscuridad acabó por tragarles a todos por igual. Su visión pasó a ser negra, incapaces de distinguir qué tenían más allá de sus narices. Y así duró unos segundos, hasta que...Todo se volvió rojo.
Todo lo que podían ver era Tierra de Partida. Concretamente, la sala del trono del castillo, con sus honoríficos asientos... Los tres destruidos, con sus escombros repartidos en el suelo. La sala estaba en llamas, con las cortinas ardiendo eternamente y un círculo de fuego que evitaba cualquier huida a las escaleras. No es que tampoco pudiesen moverse, pues estaban viviendo una visión: pero era tan real, tan vívida... Que cualquiera podría pensar que de verdad podían echar a correr.
Y sentado de forma informal en los escombros del asiento principal les estaba esperando alguien. Una figura nada clara, de tamaño corpulento y ropajes pesados. Una Llave Espada se encontraba clavada junto a él, la cual chispeaba ligeramente con pequeños destellos saliendo de ella. Minúsculos unos y ceros cayendo al suelo como chispas.
—Mis creaciones...
El hombre dirigió la mirada hacia ellos. Uno de sus ojos brilló entre las llamas, como la luz divina imponiéndose entre las nubes.
—Os habla vuestro padre y creador. Os habla vuestro señor, quien os creó para servirle y obedecerle. Ahora sabéis la verdad, y lo que ello conlleva. Pero algunos no os lo creéis, ¿verdad? Os negáis a aceptar la cruda realidad de lo que sois, de despertaros de una mala pesadilla. Permitid que os ilumine.
» ¿Por qué es eterno el crepúsculo de la ciudad? ¿Qué sucedió antes de esa semana en Tierra de Partida sin vuestros Maestros? ¿Por qué no salisteis de allí antes? ¿Conocéis algún secreto que vuestro original sí supiera, y no se dejara por escrito en un ordenador?
» Sois copias. Copias que yo realicé a partir de un virus, llamado Corrupted Shibuya, que se introdujo en vuestras bases de datos a través de un formulario y tomó toda la información existente sobre vuestras personas. Los informes de vuestros últimos informes, algunos recuerdos de vuestro pasado, vuestros gustos y aficiones... Sois mis hijos.
» Y si todavía no me creéis... Podéis verlo en vuestros corazones digitales.
Quizá en ese momento no pudiesen cromprobarlo, pero en cuanto se presentase la ocasión, podrían hacerlo: su se llevaban la mano al pecho y recordaban que eran copias, su corazón saldría de sus cuerpos brillando entre dígitos y códigos. Si lo deseaban, podían atacarlo y dañarlo para acabar con su sufrimiento incluso... Pues con sólo verlo, sabrían que lo que aquel hombre decía era cierto.
—Soy vuestro amo y señor: yo os di la vida, yo podría quitárosla. Pero no lo haré. Sólo quiero que ganéis el Reapers' Game... Y que me traigais mi cuatro llaves. Rhyme, Shiki, Beat y Neku. Ellos son vuestros enemigos en realidad: son auténticos y ya han eliminado más como vosotros para quedarse en vuestro lugar. Os han asesinado.
» Los Reapers os intentarán engañar para que me deis la espalda o me ataquéis incluso. No me importa si decidís creerles, pero debéis tener algo en cuenta:
» Si no ganáis el Reapers' Game, al séptimo día, seréis eliminados.
» El Mundo Virtual no es vuestro lugar. Los Reapers jamás permitirán que os quedéis allí, y si cuando el juego acabe yo no he conseguido mi objetivo, no podré salvaros. Todo lo que quiero es daros la vida: dejar que lleguéis al mundo real, lo saboreéis, viváis en un lugar mejor. Pero no será posible si me dais la espalda.
El hombre se levantó de su improvisado asiento y se acercó lentamente, permitiendo ver claramente su rostro de una vez por todas. Su pelo negro recogido; sus ropas con extractos de armadura por todas partes; las cicatrices de la cara, que le hacían parecer un hombre temible; y sobre todo, su parche. Su condenado parche pirata.
—
Hacedme caso. Soy vuestro Maestro.Y con la visión de Ronin frente a ellos, el mundo volvió a caer en la oscuridad.
Día 3 finalizado.
El Día 4 dará comienzo el 1 de Febrero.
Eliminaciones:
Kailee, Exuy, RedXIII, Kairi.
Nota:
Sin duda alguna, este el Sector donde más bajas ha habido. La razón es simple: la organización ha sido nula y vuestras acciones caóticas. A ratos os enfrentabais todos juntos al Nido, luego echabais a correr todos a la vez... Además de que ibais algo bajos de nivel, pero os lo habéis podido cargar (con mucho esfuerzo, y no sé si del todo merecido).
Nell y Mickael son puntuados en sus respectivos sectores de inicio, lo recuerdo.
Puntuaciones:
Kailee
11 PX
19 PX para Nivel 7.
Yuehito
20 PX
17 PX para Nivel 8.
Kairi
23 PX
Level 9 reached!
43 PX para Nivel 10.
RedXIII
28 PX
27 PX para Nivel 11.
HappyDelice
25 PX
32 PX para Nivel 11.
Neas
29 PX
Level 5 reached!
10 PX para Nivel 6.