[Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 6

We Are

Nunca olvidarás que tomaste parte en alguno de estos jolgorios. Kazuki tampoco.

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 6

Notapor Light » Vie Jul 19, 2013 4:51 pm

El futuro de aquel combate era incierto, pero sobre todo, negrísimo a la vista de las oscuras expectativas. Allí, en el hall de la mansión, todos los Jugadores excepto Zait se habían arrimado a las esferas de luz para protegerse de la oscuridad. En cualquier momento, ésta cubriría toda la sala y les atraparía.

Zait y Neku todavía no habían regresado: sus vidas claramente peligraban. Por un lado, estaba la lámpara de la habitación, que caería estrepitosamente en cualquier momento. Después, estaba Ariasu, quien trataba de asesinar a Neku desesperadamente, tras la jaula eléctrica.

Los últimos momentos del combate transcurrieron a una velocidad desorbitada. Zait y su capa atravesarían el campo eléctrico para darle el golpe de gracia a Ariasu. La Game Master acorralada intentó lidiar con todos ellos, casi con éxito, mas el destino no estuvo de su parte al final.

Zait, cubierto por su capa, había decidido girar sobre su propio eje, rasgando el aire con el espectro y devolviéndole a Ariasu su propia Llave Espada, derrotándola en el acto.

¡Lo hizo! —declaró Light eufórico, contemplando la delgada figura de la Game Master desmoronándose. No se levantaba, definitivamente habían acabado con ella.

No obstante, la lámpara ya se había soltado del techo. Atraída por la fuerza de la gravedad, se dirigía a una velocidad alarmante hacia Neku y Zait. De no ser por las habilidades magnéticas de Xefil, ambos hubieran perecido al instante. En cambio, para Ariasu, aquella lámpara había supuesto su improvisada tumba.

Ariasu se había ido definitivamente, aunque la oscuridad les había acorralado. De ninguna manera se podían alejar de aquellos focos luminosos que, desesperadamente, el compañero de Zait intentaba conservar, haciendo uso de su arma eléctrica.

¿Y ahora? —Light oteaba a en todas direcciones, pero únicamente daba con oscuridad. Oscuridad, oscuridad y más oscuridad. Minutos después, algo más nervioso, se dirigió a Maya y los demás—. Qué va a ser de nosotros... Espera, ¿y Fátima? —recordó que se la había tragado la tierra, literalmente—. ¿Qué demonios…?

Me pregunto si Fátima habrá sido eliminada realmente... —comentaba Maya, preocupada por la desaparición de su compañera—. Ella me salvó cuando estaba a punto de morir en la batalla contra Andrei, no podría soportar la idea de pensar que ha muerto después de haber llegado tan lejos.

Que haya podido morir es una posibilidad —indicó fríamente, sin cuidar el tacto de sus palabras. Había visto a tantos compañeros morir que empezaba a tomárselo con naturalidad—. Pero también ha podido sobrevivir, no nos pongamos en el peor de lo casos.

>>Y hablando del peor de los casos: ¿Qué se supone que vamos a hacer ahora…?

Tarde o temprano, los móviles de todos los Jugadores sonaron para avisarles de que habían recibido un nuevo mensaje. Light buscó entre sus bolsillos y comprobó la bandeja de entrada para leerlo.

Enhorabuena, Jugadores. Veo que Ariasu, finalmente, ha caído. Ya puedo liberaros de las prisiones de este mundo.

Reuníos conmigo en la estación del Crepúsculo. Ignorad a las cosas blancas que encontréis en vuestro camino: las he programado para que no os ataquen a menos que lo hagáis vosotros.

Estoy muy orgulloso de vosotros.
~Avatar


Así que este es el final —la puerta de la entrada se abrió repentinamente, permitiendo que un rayo de luz entrara y penetrara la oscuridad, otorgándoles una salida a los Jugadores. "Qué detalle por tu parte, Avatar", se dijo a sí mismo. Sin esperar a los demás, se adelantó para salir cuanto antes de la gran mansión, rodeando la lámpara y atravesando la puerta que se había abierto.

La luz del ocaso, el sonido del viento, el sabor de la libertad...

La calma antes de la tormenta. Light saboreó cada segundo de aquella libertad reconfortante, y se preguntó si duraría para siempre. ¿Realmente no iba a haber más obstáculos en su camino? ¿Realmente se habían acabado las batallas?

Y la pregunta más importante de todas, que seguramente empezaba a rondar por las cabezas de los Jugadores: ¿Realmente iban a abandonar el mundo digital? ¿Cumpliría Avatar su palabra…?

Recordad que Avatar no es nuestro Maestro. Tampoco es nuestro padre… biológicamente, quiero decir —comentó a sus compañeros sin girarse hacia ellos. Definitivamente lo había aceptado: él no era Light Hikari, y Avatar no era su Maestro de Tierra de Partida—. Él es nuestro Creador, y nosotros sólo somos eso: programas creados por él para cumplir sus objetivos. Una vez hayamos cumplido nuestro trabajo, Avatar no tendrá la obligación de ayudarnos —les advirtió con voz amarga, haciendo énfasis en la última frase.

He sido tan ingenuo todo este tiempo...

Quizás, en el fondo, lo seguía siendo, al contrario que el astuto de su compañero Ragun.

Sin perder de vista el horizonte, escucharía a todos sus compañeros y continuaría andando, preguntándose qué ocurriría con ellos a partir de ese punto. Avanzaría hacia delante sin pararse, hasta que alcanzaran el lugar acordado por el Creador.

La estación de Villa Crepúsculo, donde el verdadero Light Hikari vio a Ronin por primera vez. El mismo lugar donde Ariasu, sus compañeros Reaper’s y la población de Villa Crepúsculo les recibieron, donde empezó oficialmente el Reaper’s Game.

El lugar donde todo comenzó.
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Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 6

Notapor Demyx » Vie Jul 19, 2013 6:24 pm

El cuerpo inerte de Ariasu, derrotada por Zait, fue aplastado por la lámpara. Gracias al hechizo magnético de Felix, su amigo y Neku evitaron correr la misma suerte que la Game Master. El combate había terminado y, sin embargo, allí se encontraban, todos reunidos, rodeados de la oscuridad más absoluta, salvando aquellas esferas de luz que Crow alimentaba con su lanza eléctrica.

Bienvenidos ―se limitó a decir con una sonrisa discreta. El muchacho peliazul estaba demasiado ocupando tratando de que aquellas esferas no se desvanecieran.

Zait estaba bastante malherido, no en vano había recibido no sólo la descarga del campo eléctrico de la Reaper sino también la furia de los ataques en su último respiro. Por suerte Maya no tardó en curarlo.

Me pregunto si Fátima habrá sido eliminada realmente... —dijo la niña manifestando su preocupación la morena, desaparecida en combate—. Ella me salvó cuando estaba a punto de morir en la batalla contra Andrei, no podría soportar la idea de pensar que ha muerto después de haber llegado tan lejos.

Que haya podido morir es una posibilidad ―respondió Light―. Pero también ha podido sobrevivir, no nos pongamos en el peor de lo casos.

En cualquier caso lo único que sabemos del cierto es que ahora mismo no se encuentra aquí ―añadió Crow.

Y hablando del peor de los casos: ¿Qué se supone que vamos a hacer ahora…?

Buena pregunta, no sé cuánto más podré aguantar ―dijo el joven de la lanza―, pero tenemos que encontrar alguna salida.

No fue necesario. De pronto e inesperadamente los móviles de los jugadores volvieron a sonar por primera vez desde el inicio del quinto día. Venía firmado por Avatar y les felicitaba por su victoria, les esperaba en la estación del Crepúsculo, o por lo menos eso les decía. Crow sonrió para sí mismo con amargura. Ronin o no, le resultó gracioso que su opinión en el inicio del cuarto día estuviera tan cerca de la realidad.

Recordad que Avatar no es nuestro Maestro. Tampoco es nuestro padre… biológicamente, quiero decir —intervino Light—. Él es nuestro Creador, y nosotros sólo somos eso: programas creados por él para cumplir sus objetivos. Una vez hayamos cumplido nuestro trabajo, Avatar no tendrá la obligación de ayudarnos

Crow hizo desaparecer la lanza y se dirigió hacia la puerta del hall que se había abierto de par en par y bañaba toda la estancia de luz.

“Eres un debilucho… Edgie”.


Soy mucho más que eso, soy mucho más que un simple programa creado por un necio. Ya lo he dicho varias veces en el pasado, puede que sea una réplica, pero seré erdadero si me abro paso a mi manera. Ha llegado la hora de ver qué clase de hombre es ese tal Avatar ―espetó Crow― Saldré de aquí con o sin su ayuda y viviré la vida que quiera, cómo y dónde quiera. Solo espero… que aún no sea tarde.
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Mentos escribió:Lemons es Don gato pardo bañado en diarrea galletosa comiendo limones con su mayordomo viejo que se tira pedos llamado Mentos que se quedó encerrado en el congelador

Hollowriku escribió:Pues que mal ¿no? =(

Hollowriku escribió:Omg, ¡muchas gracias por el primer puesto en User invisible! No me esperaba algo así :cry:
En realidad he trabajado duro para conseguirlo, creo que me lo merezco xD

Edgar13 "en resultados en el test de kh ¿k personaje sois?" escribió:Primer post: lo hago para buscar gente compatible con otras personas y hacer amigos :)
Doblepost: esto es para hacer amigos
Triplepost: asi k si alguien cree ke su personaje es compatible con otros ke aya , k venga
Cuadruplepost: tanto chicos como chicas pueden entrar

Kiba/Littlesho escribió:Es que no sabeis hacer otra cosa que insultar?=Nop, topotamadre

Jeanny escribió:Demyx: What?
Jeanny: No sé, what tú.

Kurogane escribió:No sex, no fun here

Claus escribió:Maldito psicópata, la has cagado tio, porque en el remite viene tu dirección, y pienso ir allí pegarte una paliza por listo

Artema escribió:Antes se pilla a un Zerkdo que a un cojo

En una multi de verano escribió:Red: Yo soy especial
Demyx: Especialmente tonto
Vanitas: xDDDDDDDDDDDDDDDD

CHRIS IN THE LiGHT escribió:a finales de este verano sere mod
apuesto tds mi platines
os jugais muxo tu i mentos
sere el rei de los mods

^Sure
Vanitas3, actual Velacrow, & Demyx escribió:Demyx: Darcnesssss es true pawah qVanitas3
Vanitas: Demyx, puta xDDD

Gambit Van Cooper escribió:
Sombra escribió:Una opcion es crear un foro completamente nuevo en otro servidor como puede ser puntoforo o ir al foro de Miké que ya está echo y seguramente os daría a los Mods y Admin los rangos que aqui teniais

Buen chiste.

La derrota de Mentos: http://khworld.webcindario.com/phpbb/viewtopic.php?p=608521#p608521

Jrucsora escribió:OYE SITO TU QUE DICES DE QUE TENGO LOS PECHOS PROMINENTES Y GLUTEOS COMPACTOS MENTIROSO ¬¬

RedXIII en la KHW Family escribió:Dios ¿Porque coño no me despierto como el calvo de los serrano?

RedXIII escribió:COMUNISTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS *Señala el gorro de Soda*

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#Y todo el mundo sabe, al fin y al cabo, que Nell es Larxene.

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Re: We are 420 minutes from the end

Notapor Zee » Vie Jul 19, 2013 6:46 pm

¿Debe terminar así... siempre?

La lámpara del vestíbulo finalmente cedió bajo su propio peso, cayendo con fuerza sobre el cuerpo sin vida de Ariasu. La Game Master no reaccionó en ningún momento, prueba acertada de que la mujer había perdido la vida a manos nuestras. El cadáver quedó atrapado bajo la dorada estructura mientras, con rapidez, la oscuridad engullía la estancia.

Ya... ¿Ya está? —inquirió Maya. No pude culparla por su incredulidad, realmente, pues era difícil aceptar la idea de que el Reapers' Game había terminado con la derrota de Ariasu. Había parecido tan complicado... incluso mientras nos enfrentábamos a ella, había sido tan complicado... y ahora todo había terminado.

Dibujé una amable sonrisa y asentí con la cabeza, intentando tranquilizar a la niña.

Pronto las penumbras se apoderaron del lugar, dejándonos sólo a nosotros, aferrándonos con desesperación a la poca luz que Crow era capaz de producirnos con su electricidad. Afortunadamente, mi hechizo fue suficiente para arrastrar a Neku y Zait hasta nosotros, donde estarían a salvo siempre y cuando no salieran de la luz. Este último se hallaba bastante lastimado por la defensa de Ariasu, por lo que Maya inmediatamente se preocupó por sanarle.

Finalmente el cansancio y las heridas hicieron mella en mí. Sin poder sostenerme por más tiempo, me permití sentarme en el suelo con las piernas cruzadas. Descubrí que me dolía terriblemente la cabeza, y no sólo por las quemaduras de Ariasu, por lo que me llevé una mano a la frente intentando amainar la migraña.

Me pregunto si Fátima habrá sido eliminada realmente... —señaló Maya, preocupada. Esperé alguna clase de reacción por parte de Neku, por lo que lo observé de reojo—. Ella me salvó cuando estaba a punto de morir en la batalla contra Andrei, no podría soportar la idea de pensar que ha muerto después de haber llegado tan lejos.

Un amargo silencio se extendió sobre nosotros; roto sólo, como por mala costumbre, por las palabras de Light. Ya no tenía ganas de darle importancia al resto del mundo, todo había terminado...

...no, difícilmente había terminado. Aunque la Game Master había caído, todavía quedaba Avatar. Y aunque le había prometido a Neku su vida y su mundo, sabía perfectamente que no había seguridad alguna de que iba a cumplir con su parte del trato. Quería al chico y a sus amigos por sus propias razones, y difícilmente les otorgaría la libertad.

Y nosotros teníamos aquel terrible virus dentro, amenazando con convertirnos en monstruos que acabarían con el mundo.
Tragué saliva y, nervioso, volví a ponerme de pie.

Teníamos que llegar a Avatar.

Tenemos que salir de aquí —murmuré. Como si algo allá afuera estuviese esperando mi señal, nuestros móviles timbraron al unísono. ¿Un mensaje... en ese momento?

Lo abrí de inmediato, esperando ver alguna luz de esperanza. ¿Quién más quedaba vivo, sino...? Tenía que ser Hanekoma, tenía que haber sobrevivido de alguna manera. El Compositor era la única autoridad por encima de Ariasu que, tal vez...

Enhorabuena, Jugadores. Veo que Ariasu, finalmente, ha caído. Ya puedo liberaros de las prisiones de este mundo.

Reuníos conmigo en la estación del Crepúsculo. Ignorad a las cosas blancas que encontréis en vuestro camino: las he programado para que no os ataquen a menos que lo hagáis vosotros.

Estoy muy orgulloso de vosotros.
~Avatar


Tuve el iracundo impulso de arrojar el teléfono móvil al suelo. ¿¡Avatar!? ¡Maldita sea, maldita sea...! ¿¡Por qué él!? Sin embargo, me detuve cuando mi futuro episodio de ira se vio interrumpido por una luz colándose a la mansión. La puerta principal había sido abierta como por arte de magia, otorgándonos la posibilidad de escapar de aquella prisión de oscuridad.

Light fue el primero en salir, y luego siguió Crow. Pronto la esfera de luz se apagaría, por lo que tuve la intención de apresurar a Maya; no obstante, no hubo necesidad: la niña salió prácticamente corriendo del lugar. Apreté con fuerza el teléfono móvil y también me dirigí hacia la salida de la mansión.

¿Quedaba, todavía, una posibilidad de ganar nuestra libertad...?
—You're like that coffee machine: from bean to cup, you fuck up—

~Dondequiera que el arte de la medicina es amado,
también hay un amor a la humanidad~


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Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 6

Notapor Little Sho » Vie Jul 19, 2013 6:57 pm

Zait se quedó pasmado. Anonadado. Se miró las manos, sus palmas llenas de sangre y su cuerpo repleto de aquel líquido rojo. Difícilmente se podía sostener. Le temblaban las rodillas. Su párpado derecho parecía haber cedido por completo y se movía sin control. De repente, una pequeña sonrisa brotó de su boca. Miró hacia Crow, casi riendo, con todos sus dientes formando una hilera desde una de sus orejas hasta la otra.

Estaba completamente desgastado, herido, moribundo. Pero, aún así, lo había logrado. Había terminado con la Game Master Ariasu. Con el apoyo de Neku, de Felix, de Light, de Fátima, de Maya... Pero, por supuesto, jamás lo habría logrado de no ser por Crow.

Aceptó con gran agradecimiento la bebida que el joven de pelo naranja le ofreció, y la bebió con mucho gusto. Suspiró tras acabarla de un trago y sentirse mucho mejor.

Entonces, se asustó al ver cómo la enorme lámpara que se encontraba encima suya caía hacia el suelo. Pero comprobó, con un gran suspiro, que Felix les había salvado. Le ofreció una gran sonrisa, y varias palabras de agradecimiento.

Se giró al escuchar la voz de Maya, que le ofrecía su hechizo Cura+, para terminar de sanar sus heridas. Una pequeña lágrima casi sale de la cuenca de su ojo. Se alegraba de tener amigos en los que poder confiar, y con los que poder reír.

Seguro que Vaas se acordará muy bien de ti, Maya.

Entonces, la expresión de Zait cambió drásticamente. Dudó por un instante y cerró los ojos, buscando algo en su interior. Frunció el entrecejo y sus ojos mostraron una mirada de preocupación.

¿Se… Se han ido? —se dijo a sí mismo. Quizá alegre. Quizá triste.

Un mensaje llegó hasta sus móviles, provenía del tal avatar del cual todo el mundo halaba. Zait miró a Crow, su compañero, con una cara que él conocía. Ninguno de ellos se enteraba muy bien de lo que pasaba. Pero luchaban codo con codo y espalda con espalda para sobrevivir. Algo que había forjado su pequeña fraternidad.

Las puertas de la Mansión se abrieron y una bella, suave y dulce luz atravesó la oscuridad que cubría el hall. Zait se pegó a Crow, algo asustado de lo que pudiese pasar. Al fin y al cabo, no se había terminado de aferrar a la idea de que todo había terminado. Se sentía orgulloso de haberse dejado la piel y, con su último esfuerzo, haber derrotado a la Game Master. Pero sabía que cantar victoria demasiado pronto sería un desperdicio de energía.

Crow comenzó a andar y Zait siguió sus pasos como una sombra.

Voy detrás de ti, hermano.
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We are 390 minutes from the end

Notapor Soul Artist » Sab Jul 20, 2013 12:47 am

We are 390 minutes from the end



Maya fue la primera en salir de la mansión mientras dudaba de cuál iba a ser su futuro. El exterior de la mansión quizás fuese capaz de despejarlas, de dejarle claro que a partir de aquel momento podría decantarse por ayudar a Avatar o luchar contra él. Ver la ciudad una vez podría ayudar a todos los Jugadores a comprender su rol y cuál sería su destino en aquel juego de locos. Ir al bosque les haría comprender la situación, y el espectáculo de miles de corazones volando hacia la Torre de la verdad abrirles los ojos por completo.

Mas nada de todo aquello esperó a Maya Zawrid nada más salir, ni tampoco a ninguno de los Jugadores. Sólo la oscuridad. La más absoluta y abrumadora oscuridad.

No habían escapado. Bajo los pies de la chica y aquellos que la siguieron no había más que lo primero que vieron cuando accedieron al juego: vidrieras en blanco. Donde debían encontrarse sus figuras y las de sus amigos, los sucesos y lugares más importantes de sus vidas, no había nada. Sólo el color transparente que daba a la oscuridad, sin iluminar en absoluto su camino.

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Si echaban la vista a más allá verían que había un total de seis vidrieras, conectadas entre sí por estrechos caminos de cristales de colores de aspecto peligroso. Entre las seis había una vidriera mayor, mucho más amplia que el resto y el único punto de luz de todo el lugar, pero demasiado alto como para ver su suelo. No había modo de llegar hasta él, por mucho que quisieran.

Y mirando más allá, acabarían notando que había más que eso. Se encontraban rodeados de decenas de vidrieras rotas, todas ellas por cada Jugador caído en combate. Cristales de sus rostros volaron cerca de ellos, recordándoles el largo camino que habían recorrido.

¿Dónde estamos? —preguntó Neku asustado, saliendo tras Light—. ¿Qué lugar es este?

Son los corazones de este mundo. Yo os he traído hasta aquí.

Neku se giró para comprobar que el miedo de algunos era cierto: Ariasu había sobrevivido al combate, situada justo detrás de ellos, junto a la puerta por la que habían accedido. Se encontraba malherida y sujetándose el brazo izquierdo con fuerza mientras mantenía en este la vara, con la frente sangrante. No estaba furiosa, ni tan siquiera recelosa: parecía débil, lo suficiente como para no volver a intentar atacarles.

La mujer cerró la puerta tras ella y esta desapareció en la oscuridad, dejándoles a solas sobre la vidriera en blanco. Jadeaba: su final era cercano. Aunque era imposible que sobreviviera al ataque final de Zait, y más a la lámpara que había aplastado su cuerpo. Las heridas de ambos sucesos se podían apreciar por todo su cuerpo, por desgracia para ella.

Puedo usar cualquier habilidad —explicó la mujer mientras clavaba la mirada en Maya—. Cualquiera. Aunque cuando usé Lázaro+ de entrar en combate no imaginé que me dejaríais tan mal.

La Game Master intentó dar un paso hacia adelante, pero su rodilla se dobló cuando dio el primer paso. Ariasu se agachó, debilitada y jadeando, intentando contener el dolor de su cuerpo. Casi daba lástima: la gran Maestra que tantos problemas había ocasionado de rodillas ante sus vencedores.

El jadeo de Ariasu pronto se volvió en sollozo. Miró hacia los Jugadores con los ojos encharcados en lágrimas, llena de determinación.

No os vais a detener, ¿verdad? He hecho todo lo que he podido y no ha sido suficiente. He luchado contra vosotros, os he traído hasta aquí para que vieseis la verdad. Lo he dado todo y no ha sido suficiente. Sólo...

La mujer dejó de apretarse el brazo con fuerza, revelando una jeringa en su mano con un líquido grisáceo. La observó un segundo, asustada.

Esto es lo último que queda... Una de las dos muestras controladas de Corrupted Data de Higashizawa. Él creía poder crear una vacuna para vosotros con una de ambas, y con la otra destruir por completo a la Corrupción. Pero ya no podrá hacer ninguna de ambas cosas.

Ariasu clavó su mirada en los Jugadores, asustada y con lágrimas descendiendo por sus mejillas. El miedo se había apoderado por completo de ella.

Este es mi sacrificio final.

La Game Master agarró la jeringa y la clavó con fuerza en su brazo. Soltó un grito de dolor y soltó el instrumento, cayendo al suelo con fuerza. Su cuerpo comenzó a sufrir serias convulsiones y el iris de sus ojos desapareció frente a los Jugadores mientras seguía gritando de dolor. Ariasu intentó apoyarse en su vara, la cual comenzó a transformar por instinto en múltiples Llaves Espadas con las que probablemente pensara atacar a los Jugadores. Pero en cuanto la piel de sus manos se extendió como gelatina hasta su arma, esta se multiplicó.

Primero dos, después cuatro, ocho, dieciséis... Perdieron la cuenta de cuántas Llaves Espada digitales creó Ariasu a partir de su vara. Al principio sólo se desperdigaron por el suelo de la vidriera, como basura tirada por la mujer, pero en cuanto esta se llevó las manos a la cabeza para gritar con más fuerza reaccionaron. Las armas volaron hasta ella y se apegaron a su cuerpo, alzándola varios metros por encima de los Jugadores. Las Llaves tomaron forma antrpomórfica, enorme, preparadas para aplastar a sus rivales.

Ariasu se había convertido en un monstruo. Sólo dependía de ellos darle un descanso.

* * *

No te daremos ese poder. No queremos esos sucios corazones.

Las voces del sombrero no estaban en absoluto interesadas en ayudar a Nadhia si no tenía que ver con Avatar. Lo cierto es que era natural, pues para ellos todos aquellos datos eran inútiles: e igualmente, Nadhia no tendría lugar donde guardarlos. ¿Dentro del sombrero, perceptibles a la Corrupción? Quizás no fuera muy buena idea.

Dar fin a los cuerpos de los jóvenes, sin embargo, fue muy sencillo. Los monstruos no intentaron defenderse, ni tan siquiera cuando vieron que la joven les atacaba. Era como si no tuviesen conciencia alguna de su existencia, ni tan siquiera de la suya propia: eran cascarones vacíos, sin mente ni corazón.

Y, atraídos por los corazones digitales, un par de pequeños Sincorazón Sombra surgieron bajo los pies de Nadhia. Ignoraron a esta y se dirigieron raudos hacia el barranco, buscando alcanzarlos con un salto que dieron con todas sus fuerzas: sin embargo, un enorme monstruo blanco equipado con una maza surgió de la barandilla y acabó con ambos de un golpe, evitando que alcanzaran los datos digitales. Observó a Nadhia un momento y cargó su maza, pero la aparición de un Sincorazón Armadura a unos metros de ellos interesado en los corazones le distrajo. Olvidó a la chica y fue a por él, derribándolo antes de que alcanzara su objetivo.

¿Qué está pasando?

Cuando Nadhia se giró encontró una figura familiar para ella: el chico que le había salvado el segundo día, Joshua, se encontraba allí. Miraba asustado el panorama de la plaza de la estación, con algunos Sincorazón e Incorpóreos peleándose entre sí, unos por defender los corazones y otros por intentar salvarlos de que siguieran volando hacia la Torre. Clavó la mirada en Nadhia, impresionado.

Eileen me dijo que habías muerto. ¿Y además me encuentro esto? ¡Los Sincorazón están siendo masacrados! Por algo Avatar se eliminó a sí mismo antes de que le alcanzara. ¡Planeaba esto! ¡Miles de corazones digitales a su disposición! ¡Es genocidio!

»¿Cómo sobreviviste? ¿Qué ha sido del Corrupto? ¿Qué llevas en la...?

El chico abrió los ojos con impresión al comprender lo que significaba que Nadhia llevara el sombrero en la cabeza. Después su semblante se volvió serio, bajando la mirada para analizar los ojos de Nadhia con profundidad.

No estás corrupta. Por ahora —pese a ser unas palabras tranquilizadoras, la voz de Joshua mostraba duda e incertidumbre—. Si estás viva, si estás en la ciudad, significa que lograste derrotarle, aunque a un alto precio. Chica, ¿qué es lo último que...?

Pero Nadhia no pudo seguir atendiendo a lo que el joven le decía. Otro flash le vino a la mente provocándole fuertes dolores de cabeza: el encapuchado se enfrentaba a un chico con sombrero, Alec Ocus, en unas alcantarillas. Estaba riéndose de él, jugando con su impotencia ante su gran poder.

¡Chica! ¿Estás...?

Otro flash vino a la mente de la chica. Un lugar oscuro, sin apenas luces, triste y frío. El encapuchado reía con Alec Ocus tirado en el suelo a su lado, sin conciencia, mientas este observaba desde lo alto cómo un titán metálico de diez metros de alto intentaba aplastar a seis personas que intentaban escapar de él a oscuras, sobre una vidriera sin color alguno de aspecto frágil.

Y un flash más le vino a la mente. El desconocido viajaba en la oscuridad para aparecer en el núcleo del titán, donde el rostro de una mujer con los ojos blancos se clavaba en su mente: Ariasu. Y, en un instante, los ojos de la mujer se apagaron. El titán cayó sin energías, su vara se clavó en el suelo y los Jugadores se acercaron impresionados.

Y entonces, el encapuchado les clavó la mirada con una gran sonrisa. Nadhia sabía perfectamente, de algún modo, lo que aquello significaba.

¡¡Nadhia!!

Joshua pegó un tortazo a la joven, haciendo desvanecer la imagen de su mente y devolviéndola al campo de batalla que estaba siendo Villa Crepúsculo. Estaba asustado, agarrando a la chica por la muñeca y esperando alguna reacción por su parte. Pero esta no podía quitarse las palabras del encapuchado resonando en su mente:

Si quieres a tus amigos, ven a por ellos.

* * *

Encantado.

Lo había hecho. Aquel encapuchado había aparecido de la vidriera más alta, se había transportado al interior del monstruo en el que se había convertido Ariasu y había acabado con ella de un solo golpe. Lo que ellos no habían sido capaces de terminar en casi tres horas, él lo había hecho en menos de un minuto. Y no tenían forma de saber si aquello era bueno o malo.

El desconocido caminó en dirección a Felix, dando un par de pasos tranquilo y lleno de seguridad. Por mucho que lo analizara, no era capaz de ver nada a través de la oscuridad de su capucha: todo un manto negro cubría los secretos de su interior.

Sin embargo, detuvo su camino para centrar su mirada en Crow. Ladeó la cabeza, interesado en su figura, y extendió la mano hacia él.

Pecador. —se dirigió hacia Zait, a su lado—. Pecador. —su siguiente objetivo fue Maya, la pequeña niña inocente—. Pecadora. —tampoco se libró Felix—. Pecador. —en Light se quedó unos segundos quieto, meditando acerca de algo en su mente— Pecador. —el último fue Neku, junto a Light—. Aburrido. Ni un sólo niño bueno: Ttdos malos. Merecéis unos azotes.

El encapuchado desapareció y surgió tras la sombra de Maya, agarrándola del mentón para dirigir sus ojos directamente hacia él. Se rió para sí mismo y la soltó con violencia, alzando ligeramente los brazos.

¡Sois tan divertidos! Todo este mundo es divertido a medida que recuerdo más. Vuestros pecados, la oscuridad de vuestros corazones, me alimenta. Os tengo que dar las gracias por ello. Mirad a vuestro alrededor: ¿qué veis? Nada. Oscuridad. La misma que me da poder, pues estamos en vuestros corazones. Corazones digitales vacíos de copias baratas, sencillas réplicas de originales que sí se ganaron su vida. Y no os engañéis: sé de lo que hablo. Yo también soy uno de los vuestros.

»Yo fui la primera réplica de todas.

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El hombre caminó en dirección a Felix de forma lenta con las manos en alto. En cuanto le alcanzó, tanto se pretendía defenderse como si no, colocó su mano en su hombro para calmarle.

No pasa nada. Eres amigo de Nadhia, ¿verdad?

Una hoja de oscuridad invocada por el propio encapuchado atravesó a Felix por el costado, dejándole sin fuerzas e impresionándole por la velocidad de movimiento de su nuevo enemigo. Este retiró su arma de inmediato del cuerpo del Jugador y volvió a colocar su mano en su hombro.

Eh, eh, tranquilo. Cura++.

La herida de Felix sanó y volvió a sentirse mucho mejor, aunque todavía en shock por el ataque. Pero, sin tiempo a recuperarse, el hombre volvió a atravesarle con su arma, esta vez para dejarla clavada en él.

El encapuchado desapareció antes de que nadie le alcanzase con un ataque para volver a surgir a espaldas de Light, del cual se alejó con un salto hacia atrás. Alzó ligeramente sus brazos para invitarles, a todos ellos, a atacarle. No perdía ni un segundo.

Estoy esperando a que vengan dos amigas mías. Creo que mientras tanto podemos divertirnos un poco, ¿no os parece? Tenemos todo el tiempo del mundo. Y vuestros corazones están vacíos.

»Pintémoslos con vuestra sangre.

Spoiler: Mostrar
Crow
VIT 38/38
PH 3/3

Zait/Antizait/David/Vaas/Raiden
VIT 50/50
PH 3/3

Maya
VIT 48/48
PH 6/6

Felix
VIT 21/36
PH 4/4

Fátima
VIT 46/46
PH 1/1

Light
VIT 30/30
PH 4/4



Nombre: Erased Data
VIT: 0/???
PH: ???
Observaciones:
* ???
* ???
* ???
* ???
* ???
* ???

Habilidades:
>>TODAS<<

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Fecha límite: lunes 22 de julio de 2013, 14.00 hora peninsular española.

Siento si la hora pilla un poco mal: aviso de que el próximo límite será a la misma hora.

LightHelco puede unirse al combate cuando quiera despertando a Alec Ocus y saltando del lugar en el que está (la vidriera superior) a la que están todos. El cuerpo de Ariasu sigue ahí, y la vara clavada en el suelo. Igual que Fátima, aunque ella aparecerá de un agujero invocado de la nada.
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Re: We are 390 minutes from the end

Notapor EspeYuna » Dom Jul 21, 2013 1:59 am

No te daremos ese poder. No queremos esos sucios corazones.

¡No son suc...!

Me detuve. Mi cordura seguía intacta y me advertía del peligro inminente si me atrevía a contradecir los deseos del sombrero. Aquellas visiones o dolores de cabeza podían llegar a más... tenía que tener cuidado si no quería ser la nueva Corrupción.

Pero no pude evitar contemplar con suma tristeza el paisaje. Tras acabar con aquellas tres criaturas, recordé a las personas más queridas por Nadhia: sus padres, su hermano Dan y el viejo Sendh. Habitantes de la villa que quizás habían hecho lo mismo que aquellos chicos.

"Suicidarse."

A pesar de la idea que había surgido en mi mente, no me salían las lágrimas con las que mi original habría llorado desolada. No es que me hubiese vuelto más fría, porque esos sentimientos seguían regocijados ahí, en mi corazón digital. Pero había aprendido a amainar de alguna manera el dolor.

El contacto con Eileen había sido muy fuerte.

La oscuridad se cernió a mis pies, y poniéndome en guardia me llevé una sorpresa cuando los sincorazón me ignoraron y, desesperados, intentaron alcanzar los corazones que ascendían al cielo. Sin embargo, antes de llegar a su objetivo un enorme monstruo blanquecino surgió de la nada y con un fuerte ataque del mazo que portaba acabó con ellos de inmediato.

"¿Qué demonios ha sido eso? ¿Por qué querrían proteger los corazones?"

Me había dado yo misma la respuesta, al igual que me acordaba de las palabras mencionadas por el fallecido muchacho de pelo rubio: eran marionetas de Avatar. Sus esclavos, sus súbditos. Haciendo caso a sus promesas, a una especie de creencia que se me escapaba tras haber estado ausente durante tanto tiempo —o no, quién sabe—, estaban defendiendo los datos que volaban a la Torre.

Me puse en guardia cuando vi como su maza se cargaba contra mi cuerpo, pero al momento ambos dirigimos nuestros ojos en dirección a otro sincorazón que saltaba ansioso a por los corazones digitales.

¿Qué está pasando?

Nunca esperé encontrarle de nuevo. Aquel chico que nos había salvado a mí y a Saeko el segundo día. Joshua. Miraba impresionado el panorama del horizonte, la batalla entre los sincorazón y aquellos seres que Avatar había corrompido para alcanzar su objetivo, fuera cual fuera. Entonces sus ojos se clavaron en los míos, y percaté cierta sorpresa en su rostro.

Eileen me dijo que habías muerto. ¿Y además me encuentro esto? ¡Los Sincorazón están siendo masacrados! Por algo Avatar se eliminó a sí mismo antes de que le alcanzara. ¡Planeaba esto! ¡Miles de corazones digitales a su disposición! ¡Es genocidio!

¿Qué... qué acabas de decir? —pregunté, con la boca abierta— ¿De qué conoces a Eileen?

"¿Ella dijo que había muerto? ¿Avatar se eliminó a sí mismo?"

Un momento.

Me llevé las manos a la cabeza, apretando los dientes con fuerza. De rabia. ¿Acaso aquella persona de la que nos defendió Joshua era el mismísimo Avatar? Y otra cosa más, ¿quién era aquel chico? ¿Jugador? Por lo que sabía, lo dudaba.

¿Cómo sobreviviste? ¿Qué ha sido del Corrupto? ¿Qué llevas en la...?

Entonces Joshua tornó seriedad en sus ojos, analizando los míos. Sabía perfectamente lo que estaba intentando comprobar a primera vista.

No estás corrupta. Por ahora —asentí, algo aliviada porque él me lo confirmara, aunque puede que algo asustada también porque no se descartara la posibilidad—. Si estás viva, si estás en la ciudad, significa que lograste derrotarle, aunque a un alto precio. Chica, ¿qué es lo último que...?

¡¡Agh!!

El ser que se adueñaba de mis pesadillas regresó a mi cabeza con otro rápido flash, torturando a alguien que reconocería al instante.

"¡¡Alec!!"

¡Chica! ¿Estás...?

El segundo flash fue más desconcertante. Un paisaje oscuro, triste y helado. Alec en el suelo, inconsciente o muert...

"¡¡Chicos!!"

Otro flash. Uno más nítido y oscuro, que sentí en mis carnes, como si estuviera allí. Un titán. La Maestra Ariasu. El gigante cayendo en aquella vidriera donde reinaba la oscuridad.

Mis amigos. Y él.

"¡¡¡No!!!"

¡¡Nadhia!!

Recobré la conciencia cuando Joshua, completamente asustado y agarrándome por la muñeca, me dio un tortazo. La imagen se desvaneció de mi mente y regresé a la batalla campal frente a la estación.

Spoiler: Mostrar


Si quieres a tus amigos, ven a por ellos.

Y de repente, se hizo el silencio. Pero el eco de aquellas palabras aún resonaban dentro de mi cabeza, como fuertes martillazos. Joshua seguramente querría explicaciones, por lo que tragué saliva e intenté hablar con lo primero que me vino a la mente:

No es la Corrupción. Es él, en la oscuridad... en un lugar frío, con vidrieras —dije, intentando explicarme, mas sólo salieron nombres de forma atropellada—. L-Light, Xefil... Maya, Zait... hay otros dos chicos más —agudicé la memoria—. Uno tiene una cicatriz en el rostro, no le conozco. Y el otro... lleva unos cascos puestos.

» Están bajo su poder, ¡maldición!

Había llegado tarde. Los tenía en sus manos, en sus gélidas y crueles manos. Si era tal y como fue en su momento, podía temer por la seguridad de ellos. Quizás, los torturarían. Y le prometí a Eileen que nadie más volvería a sufrir lo mismo. Nunca más.

Joshua, el sombrero quiere que lo conduzca hasta Avatar —le dije, haciendo ademán por recuperar el equilibrio por mi propia mano—. Son voces que me dicen que quieren... recuperar Shibuya, o algo así. No tengo ni idea de lo que ha pasado aquí, pero sé de Eileen.

» Tú... no eres un Jugador, ¿verdad?

Alcé mis ojos.

"Así que nací, cree todo el mundo y a un compositor que me ayudara a ello."


Dijiste que habías hablado con Eileen. Que puedas hablar con ella significa que tú... puede ser que tú...

» Joshua, ¿eres el Compositor?

Esperaría su respuesta, pero añadiría algo más:

Sé que puede ser una trampa, Avatar me quiere. Tiene a mis amigos, y sabe que iré. Quizás quiera el poder que tengo ahora mismo, o eliminarme como posible amenaza, no lo sé.

» No puedo quedarme aquí de brazos cruzados. De hecho, no tengo otra opción. Si me niego a los deseos del sombrero, caeré corrupta. Y no creo que sea la opción más acertada.

»» Tú no nos detuviste a Saeko y a mí. Nos recordaste que debíamos tomar aquel tren, Joshua. Sabías lo que había allí, y nos enviaste. No sé si agradecértelo o no. Pero me debes una. Aunque Avatar tenga un plan, desconozco cuál es. Por favor, Joshua. Dime qué tengo que hacer para llegar a ese lugar, y salvaré este mundo y a mis amigos.

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No considero que haya hecho Metagaming, pues Nadhia tenía suficientes pistas por parte de Eileen y Joshua como para deducirlo.
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Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 6

Notapor Light » Dom Jul 21, 2013 8:39 pm

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Oscuridad.

Habían sido escasos segundos de libertad. Las tinieblas recibieron a todos los Jugadores, impidiéndoles que siguieran con su camino a la estación, donde habían quedado con Avatar. ¿El último de los obstáculos, la libertad definitiva? Demasiado bonito para ser cierto.

Nictofobia: el miedo a la oscuridad, aunque a lo desconocido también. Esa fobia no sólo le había perseguido durante su niñez, sino que se había extendido por más años, aunque en menor medida.

En la oscuridad se sentía indefenso. Cualquier ataque podría venir de cualquier dirección, podría morir en cualquier momento y no podría hacer nada para evitarlo. Al contrario que en Struggle, no podría ver venir al enemigo ni podría evadir sus ataques. Ninguno de sus ataques acertaría. No podría hacer nada.

Sonaba ridículo: sin luz alguna que le mostrara el camino, pasaría de ser un Caballero de la Llave Espada a un cachorrito indefenso. Deseaba cambiar eso, cuanto antes; de algo tenían que haber servido aquellos días con Ragun, definitivamente.

Ragun no se asustaría por esto.

El muchacho levantó ligeramente los brazos y respiró hondo, dejándose abrazar por la oscuridad que les había rodeado. Continuaría andando, observando con interés la plataforma que se había presentado bajo sus pies.

Una vidriera vacía y sin color, acompañada por otras cinco cristaleras exactamente iguales. Todas ellas estaban conectadas por medio de caminos de cristal: estrechos y aparentemente no muy fiables. Mirando más a lo lejos se daría cuenta de que había más vidrieras, completamente destruidas. Algunos trozos de éstas volaron hasta su rostro; trozos de las vidrieras de Hana, Mei, y como no, Ragun. Dichos trozos rozaron su rostro y se perdieron en la más profunda oscuridad, para siempre, como sus respectivos Jugadores.

Resultaba doloroso ver aquellas vidrieras. Light giró la cabeza para contemplar la vidriera más alta de todas. Inalcanzable desde su posición, aquella torre de cristal iluminaba al resto de sus compañeras apagadas.

¿Dónde estamos? —preguntaba Neku. Light tampoco sabía la respuesta, pero aquellas vidrieras le resultaron familiares sin duda—. ¿Qué lugar es este?

Esas vidrieras…

Son los corazones de este mundo —aquella voz no podía ser de ella. Aturdido, se volteó para confirmar lo imposible: Ariasu seguía viva—. Yo os he traído hasta aquí.

N-no puede ser…

Habían golpeado a la Game Master incontables veces. Había recibido la lanza de Crow, la red dorada y la Onda Lunar de Light. Xefil la había rajado con su daga, y su compañera la había golpeado con su sombrero también. Neku la había electrocutado, con la ayuda de Fátima, quien además había lanzado flechas de fuego contra ella. Zait le había clavado a la Game Master su propia arma…

¡Y una lámpara había aplastado su cadáver, para colmo! ¿¡Cómo cojones podía mantenerse con vida!?

Y no era una ninguna ilusión ni ningún sueño. Realmente, la Game Master había aparecido tras ellos. Se encontraba en un estado deplorable y parecía incapaz de luchar; sus heridas hablaban por ella. Inofensiva o no, Light levantaría su brazo derecho, hacia Ariasu, preparado para descargar una Onda Lunar.

Puedo usar cualquier habilidad —afirmó—. Cualquiera. Aunque cuando usé Lázaro+ de entrar en combate no imaginé que me dejaríais tan mal.

Se tropezaría y caería. Tan herida y tan débil que no podía dar ni un solo paso; mucho menos enfrentarse a ellos. Sólo podía permanecer de rodillas y sollozar ante los Jugadores que la habían derrotado.

¡No bajéis la guardia! —bramó Light alterado, sin descender el brazo tembloroso; curiosamente, incapaz de disparar y rematarla. ¡Maldición! Si la mujer no podía luchar, ¿por qué se presentaba ante ellos? ¿Para ablandarles con lágrimas de cocodrilo y después eliminarles…? No, no descansaría tranquilo hasta que todos los Reaper’s hubieran muerto, aunque… se la veía tan sincera y decidida…

Que era incapaz de matarla.

No os vais a detener, ¿verdad? He hecho todo lo que he podido y no ha sido suficiente. He luchado contra vosotros, os he traído hasta aquí para que vieseis la verdad. Lo he dado todo y no ha sido suficiente. Sólo...

Revelaría su último recurso: una jeringuilla con líquido blanco en su interior.

Esto es lo último que queda... Una de las dos muestras controladas de Corrupted Data de Higashizawa. Él creía poder crear una vacuna para vosotros con una de ambas, y con la otra destruir por completo a la Corrupción —¿Una vacuna para salvarles? Light abrió los ojos como platos y retiró lentamente el brazo con el que apuntaba a Ariasu. Contemplaría el contador de su mano, emocionado. De todas maneras, la esperanza duraría bastante poco—. Pero ya no podrá hacer ninguna de ambas cosas.

¿Por qué?” cerró la palma de la mano, consternado. Desafortunado destino.

Este es mi sacrificio final.

Nadie pudo detenerla. Se clavó la jeringuilla en el acto, y sufrió las consecuencias de inmediato. Ariasu empezó a dar violentos espasmos en el suelo mientras chillaba, con los ojos en blanco y otorgando una visión terrorífica a los Jugadores de su sacrificio final. Rápidamente, Light se interpuso delante de Maya para que la pequeña muchacha no viera aquella desagradable escena.

Ariasu perdió el control, y se dedicó a invocar incontables Llaves Espada que se desperdigaron por el suelo. La piel de sus manos había cambiado radicalmente; y pronto, lo haría todo su cuerpo, cuando absorbiera todas las Llaves Espada que había materializado previamente. Ariasu se había envuelto en una masa antropomórfica, formada por todas las armas de los aprendices.

Ariasu ahora era un titán: un gigante de metal, perfectamente capaz de aplastarles de un simple pisotón. El monstruo no se lo pensaría dos veces y se dispondría a aniquilarles.

¡¡Rápido, tenemos que movernos!! ¡¡Si nos movemos a otra vidriera no podrá alcanzarnos!! —bramó, lleno de pavor, suponiendo que el gigante no pudiera pasar por aquellos puentes estrechos. Desde allí, sólo tendrían que atacar al enemigo con ataques a distancia y...

¿Se ha… detenido?

No hizo falta ni estrategia ni maniobra alguna. El monstruoso titán metálico se derrumbó, por obra de una única persona que pudo acabar con él sin problemas. Desde la plataforma más alta, aquel misterioso individuo viajó hasta el centro del titán, alcanzando a Ariasu y rematándola.

¿Qué acaba de pasar...?

El desconocido descendió hasta la plataforma en la que se encontraban.

Encantado —la figura encapuchada se presentó a los Jugadores.

Qué coño…

Light permaneció en shock durante breves segundos, aturdido por la espontánea aparición del encapuchado, que sin duda lograría alzar todos los vellos de su piel. Había... destruido a aquel gigante...

No sabía qué pensar, qué decir; y mucho menos qué hacer.

Su mera presencia le aterraba. Sólo podía mirar, observar cómo se dedicaba a jugar con ellos durante aquellos instantes, incriminándoles de pecadores. Cuando llegó su turno, Light se quedó mirando al encapuchado por el rabillo del ojo, paralizado como una estatua e incapaz de mirar directamente a la capucha que ocultaba su rostro.

Aburrido. Ni un sólo niño bueno: Todos malos. Merecéis unos azotes.

A continuación, cogió a Maya por el mentón, obligando a la muchacha a mirarle directamente, para luego soltarla. Mofándose de todos ellos, alzó los brazos.

¡Sois tan divertidos! Todo este mundo es divertido a medida que recuerdo más. Vuestros pecados, la oscuridad de vuestros corazones, me alimenta. Os tengo que dar las gracias por ello. Mirad a vuestro alrededor: ¿qué veis? Nada. Oscuridad. La misma que me da poder, pues estamos en vuestros corazones. Corazones digitales vacíos de copias baratas, sencillas réplicas de originales que sí se ganaron su vida. Y no os engañéis: sé de lo que hablo. Yo también soy uno de los vuestros.

»Yo fui la primera réplica de todas.

¿Tú eres… como nosotros?

¿Corazones vacíos? Eso habrá que verlo.

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El enigmático individuo se acercaría a Felix, con dudosas intenciones. Light se colocó en posición defensiva, sosteniendo la red dorada con ambas extremidades y sin despegar su vista ceñuda de aquel ser.

No pasa nada. Eres amigo de Nadhia, ¿verdad?

¿Qué acaba de decir…?

¡Eh!

El siguiente ataque alertaría a todos los jóvenes, con toda seguridad. El encapuchado atacó a Xefil directamente, atravesándole con una hoja de oscuridad. Sorprendentemente le sanaría después, por alguna ilógica razón, ya que volvería a atravesar al joven Xefil con otro ataque.

Después, aparecería tras la espalda de Light. El muchacho, confundido por sus ilógicas acciones, se volteó vertiginosamente, a la vez que agitaba con violencia el arma. El encapuchado se echó para atrás en el momento preciso, evadiendo así el ataque preventivo de Light.

Estoy esperando a que vengan dos amigas mías. Creo que mientras tanto podemos divertirnos un poco, ¿no os parece? Tenemos todo el tiempo del mundo. Y vuestros corazones están vacíos.

>>Pintémoslos con vuestra sangre.

Sádico, sin duda.

Neku —Light retrocedería lentamente y acudiría al compañero de Fátima. Esperaría al momento idóneo para hablar con el pelirrojo; a ser posible, cuando el encapuchado se distrajera con alguno de sus compañeros. Con el semblante serio, le sugeriría discretamente—: ¿Recuerdas el pin de luz que utilizaste en el combate contra Ariasu? Probemos a utilizarlo ahora, cuando baje la guardia.

>>No te lo tomes como una orden, sino como una sugerencia —añadió sonríente.



Si se alimentaba de la oscuridad de sus corazones, posiblemente el elemento opuesto, la luz, fuera su punto débil. No sabían mucho más de su enemigo, así que no perdían nada por intentarlo.

Suspiro Lunar —pronunció, liberando el hechizo lunar que le sanaría sus heridas lentamente.

>>¿De qué conoces a Nadhia, si se puede saber? —lanzaría la pregunta tarde o temprano, sin bajar la guardia y cuidando su espalda, si las circunstancias se lo permitían—. ¿Y cómo sabes que Xefil es su amigo? Contesta.

>>¿Quién eres tú?

Antes de comenzar a luchar, al menos, quería saber a quién se estaban enfrentando.
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Re: We are 390 minutes from the end

Notapor Zee » Lun Jul 22, 2013 11:14 am

Más allá de las puertas que debían suponer nuestra salvación y nuestra libertad no se hallaba lo que esperábamos. Lo que nos recibió no fue el jardín que habíamos cruzado para entrar a la mansión, con su verde césped y con sus viejas estatuas; no fue la luz del crepúsculo, tan especial en aquella ciudad, la que iluminó nuestro camino; no fue la ciudad que se había convertido en un sanguinario coliseo, ni el oscuro bosque que la delimitaba.

Lo que nos recibió al salir por aquellas puertas fue el abrazo de las penumbras, las mismas de las que intentábamos escapar, si no es que más amenazantes todavía. Completa y sobrecogedora oscuridad, con la melodía del silencio acompañándola.

Nuestro intento de escape demostró ser infructuoso. Si aquello había sido una trampa premeditada o un astuto transporte a distancia, no lo sabía; pero lo que sí era cierto era que nos habían tomado con la guardia baja, en el peor de los momentos, y ahora nos hallábamos atrapados. Y atrapados nos quedaríamos, pues lo único que rompía aquel interminable velo de oscuridad era el suelo bajo nuestros pies: cristal, brillante y pulcrísimo cristal.

Seis vidrieras, unidas entre ellas por sinuosos caminos hechos del mismo material. En el centro de todas ellas, una mayor que se hallaba fuera de nuestra alcance, y de cuyo interior provenía la luz que apenas iluminaba aquellas tinieblas. Y todas ellas, vacías, como un lienzo en blanco... Excepto que aquel vacío no reflejaba las posibilidades ni el potencial; sencillamente reflejaba... vacío.

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Varios cristales pasaban flotando frente a nuestros ojos. Algunos, irreconocibles, sencillas manchas de color; otros, sin embargo, llevaban en ellos trozos de rostros familiares. Semblantes de personas a las que habíamos perdido, todos los que habían caído en aquella hecatombe que había sido bautizada como Reapers' Game. A lo lejos, esparcidas en el espacio, se hallaban decenas de vidrieras, todas rotas, despedazadas, simbolizando la muerte de todos aquellos que ya no estaban allí.

Son los corazones de este mundo. Yo os he traído hasta aquí.

Definitivamente, era imposible que yo fuese el único que se girara hacia el origen de aquella voz. La voz de la Game Master, a la que habíamos dado por muerta hacía unos minutos... Había sobrevivido a nuestra lucha y nos había llevado hasta aquel infierno. Débil, sin embargo, cubierta de sangre y polvo, rasguños y magulladuras.

No había manera de que pudiese con nosotros.

Puedo usar cualquier habilidad —aclaró la mujer, señalando a Maya con la mirada. Chasqueé la lengua de inmediato, pues sabía lo que aquello significaba—: Cualquiera. Aunque cuando usé Lázaro+ antes de entrar en combate no imaginé que me dejaríais tan mal.

Ariasu se aproximó hacia nosotros, provocando que de inmediato alzara mi arma en su dirección. Sin embargo, su propio cuerpo la traicionó, arrastrándola hasta el suelo. Se detuvo de rodillas, respirando con una dificultad tremenda, con sus ojos comenzando a ponerse vidriosos. La poderosa Game Master, la dama de hierro... tan frágil y a punto de perder su vida... era entonces cuando decidía mostrar su faceta más humana. Lamentable.

No os vais a detener, ¿verdad? He hecho todo lo que he podido y no ha sido suficiente. He luchado contra vosotros, os he traído hasta aquí para que vieseis la verdad. Lo he dado todo y no ha sido suficiente. Sólo...

La traidora de Tierra de Partida... en zapatos de nuestros propios Maestros. Determinada, había hecho lo posible para mostrarnos su verdad, para llevarnos por el camino que ella había considerado correcto... y nosotros habíamos acabado con su vida, sin darle ni una pizca de esperanza.

Había sido una pena que Reapers y Jugadores nunca hubiesen podido entenderse, que todo siempre terminase en una lucha en la que poníamos en juego nuestras propias existencias. De otra manera... las cosas habrían sido muy distintas.

Esto es lo último que queda...—declaró Ariasu, mostrando una jeringa con un líquido plateado en su interior—. Una de las dos muestras controladas de Corrupted Data de Higashizawa.

¡Estás demente!

Él creía poder crear una vacuna para vosotros con una de ambas, y con la otra destruir por completo a la Corrupción. Pero ya no podrá hacer ninguna de ambas cosas.

>> Este es mi sacrificio final.


¡Para, vas a-!

Pero intentar detenerla fue inútil. Nadie pudo hacer nada al respecto ante aquella situación, que tan rápido se había convertido en la desesperante escena que se presentaba ante nosotros. Ariasu clavó la muestra en su brazo, inyectándose todo el líquido de inmediato. La Game Master comenzó a aullar de dolor, a la par que su cuerpo se sacudía en salvajes convulsiones.

Extendió su mano hasta su vara, que comenzó a multiplicarse en dos, cuatro, seis... pronto docenas y docenas de Llaves Espadas, todas a partir del cetro dorado. Todas distintas, únicas, pertenecientes tanto a los Jugadores caídos como a los pocos supervivientes, y seguramente muchas otras más cuya naturaleza era desconocida. Las armas continuaron creciendo en cantidad, acomodándose alrededor del cuerpo de Ariasu, adaptándose a su silueta y pronto tomando una forma propia...

Una gigantesca criatura hecha de Llaves-Espada, dispuesta a aplastarnos a todos.

El titán de metal hizo amago de lanzarse contra nosotros, capaz de mandarnos al abismo con un solo movimiento de sus extremidades. Aquel monstruo podía acabar con nosotros de un solo movimiento si alguien no hacía algo al respecto. Con los engranajes de mi mente funcionando a mil por hora, decidí que debía haber una manera de alterar la fuerza que mantenía las armas en su sitio. De tal manera que alcé mi brazo en dirección al ser, dispuesto a intentar derribarlo con un hechizo gravitatorio, cuando de pronto...

Se cayó a pedazos.

La bestia se derrumbó cuando, desde algún lugar oculto en las tinieblas, una figura encapuchada la atravesó por completo como una lanza. Desde el interior, tomó el cuerpo de Ariasu y lo arrastró hasta separarlo del monstruo, que de inmediato se deshizo justo frente a nosotros.

Y tras acabar con aquel ser en cuestión de segundos, se presentó burlón:

Encantado.

Tú.

Pero negué con la cabeza de inmediato. Creí que lo reconocía de alguna parte, pero no era así... me había topado con una figura encapuchada el primer día, eso era seguro, aquella que me había mostrado los recuerdos de una joven Aprendiza que...

Oh. La Aprendiza. La chica. La Creadora.

¿Había sido ella? De cualquier manera, aquella silueta no se había vuelto a mostrar ante mí jamás, por lo que había sido natural confundirla con la que teníamos al frente. Pero aunque este individuo llevaba el mismo atuendo, su complexión era completamente distinta, al igual que el aura que lo rodeaba.

Lentamente... fue acercándose hacia mí. Intenté sostenerle la mirada, pero me fue imposible encontrarla. Bajo la capucha que cubría su rostro no había más que sombras, una oscuridad más profunda que la que llenaba el abismo. Sencillamente, era imposible ver qué había debajo de aquel velo, incluso teniéndolo tan cerca.

Apreté con fuerza la empuñadura de la daga cuando señaló a Crow y lo acusó de ser un "Pecador". Prontamente repitió aquella declaración con Zait, y luego con Maya... Después yo mismo y Light; sólo Neku se salvó de ser llamado así, aunque el encapuchado no tuvo problema en generalizar de inmediato: todos éramos.... "niños malos".

La figura desapareció justo frente a mis ojos. Alarmado, me giré sobre mis talones para intentar buscarlo por si había decidido aparecerse por otro lado. Y así fue... justo junto a Maya, a quien había tomado del mentón. ¡Qué descaro! Intenté hacer algo al respecto, pero la figura soltó a la niña antes de que pudiese moverme, para poder continuar con sus acusadoras sentencias:

¡Sois tan divertidos! Todo este mundo es divertido a medida que recuerdo más. Vuestros pecados, la oscuridad de vuestros corazones, me alimenta. Os tengo que dar las gracias por ello. Mirad a vuestro alrededor: ¿qué veis? Nada. Oscuridad. La misma que me da poder, pues estamos en vuestros corazones. Corazones digitales vacíos de copias baratas, sencillas réplicas de originales que sí se ganaron su vida. Y no os engañéis: sé de lo que hablo. Yo también soy uno de los vuestros.

»Yo fui la primera réplica de todas.

¿Qué cosa...? ¿La primera réplica? ¿Incluso antes que los Reapers, que Ariasu? ¿Qué era aquel individuo...? ¿Un doppelgänger del Maestro Ryota, quien había caído en un juego anterior? Su voz no sonaba parecida en lo más mínimo... ¿entonces qué, qué pudo haber venido mucho antes?

El tren de mi pensamiento se vio interrumpido cuando la figura avanzó en mi dirección. Dispuesto a no ser sorprendido esta vez, alcé la daga hasta la altura de mis ojos, en posición defensiva. Sin embargo, el desconocido se las arregló para que sus manos se colaran por algún hueco y llegasen a mis hombros, como si intentase tranquilizarme. ¡Que lo intentara! ¡Aquello sólo lograba ponerme más nervioso!

No pasa nada —declaró. Y, por un momento, mi mente comenzó a explorar otras posibilidades: es decir, aunque nos había criticado como "Pecadores", había acabado con Ariasu. E insistía en que era como nosotros. ¿Podía ser que... él no era el enemigo?

No obstante, las siguientes palabras que pronunció se me clavaron en el pecho con una fuerza tremenda y toda posible empatía, el beneficio de la duda que aquel individuo había logrado ganarse, se derrumbó de inmediato:

Eres amigo de Nadhia, ¿verdad?

¿¡Nadhia!? —exclamé de inmediato, casi sin pensarlo. Su nombre se escapó de entre mis labios antes de que mi cabeza pudiese poner en orden lo que iba a decir—. ¿Está viva...? ¡Qué has hecho con-!

Me detuve.

El sabor a sangre subió hasta mi boca, mientras mi vista comenzaba nublarse. Mis ojos se abrieron en una expresión de terror cuando descubrí que, tan rápido que apenas lo había sentido, un filo me había atravesado de lado a lado perfectamente.

El encapuchado se había aprovechado de mi guardia baja y... había acabado conmigo, así como así.

De inmediato me recorrió una ola de dolor tremendo, pero no me quedó fuerza alguna para dejar salir siquiera un gruñido. La hoja salió de mi cuerpo con una velocidad tremenda, haciendo todavía más daño al abandonar mi carne.

Perdí el equilibrio casi de inmediato y estuve a punto de desplomarme. No obstante, algo me sostuvo en mi sitio y... milagrosamente, me trajo de vuelta.

El encapuchado había pronunciado unas palabras que no había terminado a entender y, cuando miré hacia abajo, descubrí que la herida estaba cerrando a una velocidad increíble. En unos instantes, recuperé toda mi fuerza y fui traído de vuelta a la realidad.

Muerto y vivo de nuevo en cuestión de segundos. El terror y el alivio que se apoderaron de mi cuerpo, luchando el uno contra el otro, sencillamente no tenían descripción alguna.

¿Qué estás-?

Una vez más. Como el mito de Prometeo, condenado a ser herido, sanado y herido de nuevo, la figura volvió a atacarme con su hoja. Esta vez, sin embargo, con menos fuerza. Aunque no tuvo ningún problema en dejar la hoja incrustada en mi vientre.

Retrocedí un par de pasos, sorprendido por la velocidad de mi rival. No había podido pronunciar ni una palabra y ya había acabado conmigo una vez y media. ¿Quién demonios era?

Ah, mierda... —gruñí, llevándome la mano al costado y sintiendo la tibieza de mi propia sangre empapar mis dedos.

¿Tan sencillo era para aquel desconocido acabar con nosotros... o sólo se había aprovechado de mi debilidad?

Estoy esperando a que vengan dos amigas mías. Creo que mientras tanto podemos divertirnos un poco, ¿no os parece? Tenemos todo el tiempo del mundo. Y vuestros corazones están vacíos.

Miré al suelo bajo mis pies, advirtiendo cómo mis heridas habían comenzado a dejar un charco carmesí en el cristal.

Pintémoslos con vuestra sangre.

Muy apropiado.

¿De qué conoces a Nadhia, si se puede saber? —cuestionó entonces Light, esperando que aquel encapuchado le respondiera—. ¿Y cómo sabes que Xefil es su amigo? Contesta.

>>¿Quién eres tú?

Caminando con dificultad, me acerqué hasta donde estaba Maya, para colocarme a su lado. Señalé con mi dedo índice la hoja que llevaba incrustada en el costado, con una mueca en el rostro, y luego me encogí de hombros:

¿Tienes algo para el dolor? —pregunté, aunque luego me arrepentí de haberlo pedido y me negué con un movimiento de mano—. Olvídalo, todavía puedo patear con suficiente fuerza a ese cabrón. Cúbreme: voy al frente.

Pensé en dejar el arma en mi cuerpo, tal y como estaba; si la retiraba, la hemorragia podía empeorar. Molestaba bastante, era cierto, y me dolía horrores cada vez que me movía... pero la herida seguiría ardiendo de todos modos. Al final, sin embargo, decidí que no era buena idea ir por allí con aquello haciéndome más daño; por lo que mordí con fuerza la manga de mi saco y, con la mano libre, saqué la hoja de un tirón.

Me doblé sobre mí mismo por el dolor, pero me obligué a enderezarme de inmediato. Si aquel bastardo era un enemigo todavía más cruel y poderoso que Ariasu, no podía permitirme ni un sólo quejido.

¿Está viva? —pregunté simplemente, sin que mi mente pudiese pensar en nada mejor que preguntar. Alcé mi mano y apunté al encapuchado con mi arma, repitiendo mi pregunta—. Nadhia. ¿Ella está viva, entonces? Porque si le has hecho algo...

>>Más te vale quedarte callado.


No llevaba armas consigo. No en aquel momento, al menos. Pero había visto ya que era capaz de materializarlas del mismísimo vacío, pues las manos las había llevado vacías antes de atacarme... dos veces. ¿Era prudente atacarle de frente, entonces? No tenía ni idea de cómo iba a responder a mis ataques. ¿Bloquearía? ¿Se haría a un lado? ¿O usaría algún truco mágico para interrumpirme?

Lo siento, Felix, te ha tocado la lotería: prueba y error.

No tenía muy clara mi estrategia. Llevaba mi daga en la mano, y eso era todo lo que necesitaba saber. Mi mente comenzó a barajar varias posibilidades: fintas, estocadas, cortes horizontales, giros rápidos... pero al final decidí ir por lo más simple. Clavarle la daga en el torso.

Lo menos que podía hacer era agacharme un poco, intentando evitar cualquier movimiento de sus brazos para evitar mi golpe. De cualquier manera, esperaba que Maya me apoyase con su sombrero como se lo había pedido, con tal de mantener algo ocupado al desconocido. Hice ademán de rajarle el cuello con mi mano izquierda, cuando en realidad llevaba la daga en la derecha. Era poco probable que cayese en aquel truco barato, pero valía la pena intentarlo; con la diestra intentaría clavarle mi hoja en el pecho.

Todo dependía de qué brazo intentaba detener. Un puñetazo en el rostro o una estocada en el pecho; era decisión suya, no mía. Y si de alguna manera lograba parar ambos frentes...

¿Podría intentar escupirle?
—You're like that coffee machine: from bean to cup, you fuck up—

~Dondequiera que el arte de la medicina es amado,
también hay un amor a la humanidad~


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Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 6

Notapor LightHelco » Lun Jul 22, 2013 3:01 pm

¡Iwashi!

No podía ir aquello así, no podía dejar morir a otra persona. La oscuridad se tragaba rápidamente a la mujer a pesar de la ayuda que le había enviado. Preparé otro grupo de cartas para salvarla, pero el encapuchado fue más veloz volviéndome a atravesar con uno de sus sables y lanzándome contra el suelo seguidamente, lugar donde podía contemplar horrorizado como Iwashi luchaba desesperadamente por librarse de la oscuridad.

Mira atentamente, pecador, mira y siéntete impotente —se burlaba el enemigo amenazándome con uno de sus sables.

Apreté los puños para contener la rabia que sentía en aquel momento, era igual que cuando me peleé con Yagami o el momento en que se llevaron a Shiki, no había movido ni un dedo en aquellas dos ocasiones, no había hecho nada porque era…

Débil

La palabra que más odiaba y la que mejor me definía. Un brujo incapaz de usar la magia y ayudar a los que más le importan. Escuchaba al hombre hablarme, insistiéndome en que alimentase la Oscuridad que había en mi corazón, porque la Oscuridad era poder y con poder se podía conseguir cualquier cosa.

No, jamás me dejaría llevar por la Oscuridad, salvaría a Iwashi sin ella.

Porque mientras haya oscuridad en vosotros, yo seguiré existiendo.

No hice caso a sus palabras, intenté levantarme, salvar a mi compañera de aquel fatal destino. Iba a conseguirlo, solo necesitaba mover una mano y enviar una sola carta, solo…No podía, la pérdida de sangre empezaba a marearme y el dolor de las heridas no ayudaba. Sentía perder el conocimiento, todo se volvía oscuro en aquel momento.

Iwashi…lo siento.

* * *


Cuando desperté descubrí que no estaba en los túneles y que tampoco había rastro del encapuchado. Todo a mi alrededor era oscuridad, no había nada allí salvo la plataforma donde me encontraba, una enorme vidriera blanca que parecía ser el único punto de luz de allí.

Me levante con dolor debido a las heridas más me valía encontrar alguna poción o algo para sanarlas. Al avanzar un poco unos ruidos y voces llegaron a mis oídos. Me acerqué al borde de la plataforma para encontrarme mas abajo otro grupo de vidrieras. En ellas encontré para mi sorpresa a Light, al que daba por muerto, Xefil, Maya, Edge, Zait y Neku, los seis parecían estar enfrentándose al...

No, ¿ahora va a por ellos? —solté al ver que era el mismísimo encapuchado.

Sabía que ahora eran mis enemigos, pero debía advertirles del poder de aquel hombre. Rápidamente lancé el As de Copas al cielo y este aumentó su tamaño lo suficiente para colocarme encima y empezar a descender al lugar. En la bajada llamé al resto de cartas para que fueran a por el enemigo.

¡Light! ¡Alejaos de él ya! —grité con fuerza para que me escucharan.

Mientras las cartas mantenían ocupado al hombre, descendí del todo colocandome junto a Edge.

Se que es mucho pedir, ¿pero alguno tiene una poción de sobra? —pregunté con una sonrisa mostrando las heridas —. La mía la gasté para salvar a Shiki.

Con aquella última frase intenté llamar la atención de Neku, me imaginaba que estaría al tanto de lo ocurrido aquel día.
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Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 6

Notapor Demyx » Mar Jul 23, 2013 12:07 pm

El monstruo en el que Ariasu se había convertido había sufrido una derrota sin paliativos a manos de un misterioso encapuchado que había entrado en escena. Crow no podía dar crédito de lo que acababa de ver, pero lo que realmente le preocupaba eran las intenciones de aquel extraño. No podía ver su rostro, ¿era enemigo o aliado? Pronto lo descubriría.

Poco a poco el encapuchado iba avanzando hacia ellos, se detuvo ante el joven peliazul y le llamó pecador. Del mismo modo prosiguió e hizo prácticamente lo mismo con el resto.

Crow suspiró. Otra vez una charla de palabras vacías, tanto por parte de él como de sus compañeros. Obviamente comprendía las reacciones de los últimos pero nada de aquello tenía que ver con él: Tierra de Partida, Bastión Hueco, Avatar, Nadhia fuera quien fuese... Todo aquello tenía que ver con Edge Lemmons pero ¿con Crow? Nada. O así él lo consideraba, todo aquello le resultaba ajeno y absurdo. Él solo quería salir y vivir una vida tranquila sin tener que comprometerse con todo aquello. Pero como de costumbre, aquel encapuchado ya había empezado a atacarles.

-¿Es que nunca terminarán las intromisiones? -se quejó-. Desde el primer día del que soy consciente de mi propia existencia me habéis estado atacando sin motivo aparente -estaba furioso-. ¡¿Pecador dices, desgraciado?! -cerró los ojos y respiró hondo-. ¡¿Quién eres?!

Algo brilló discretamente en las pupilas de Crow.

"Libra".
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Mentos escribió:Lemons es Don gato pardo bañado en diarrea galletosa comiendo limones con su mayordomo viejo que se tira pedos llamado Mentos que se quedó encerrado en el congelador

Hollowriku escribió:Pues que mal ¿no? =(

Hollowriku escribió:Omg, ¡muchas gracias por el primer puesto en User invisible! No me esperaba algo así :cry:
En realidad he trabajado duro para conseguirlo, creo que me lo merezco xD

Edgar13 "en resultados en el test de kh ¿k personaje sois?" escribió:Primer post: lo hago para buscar gente compatible con otras personas y hacer amigos :)
Doblepost: esto es para hacer amigos
Triplepost: asi k si alguien cree ke su personaje es compatible con otros ke aya , k venga
Cuadruplepost: tanto chicos como chicas pueden entrar

Kiba/Littlesho escribió:Es que no sabeis hacer otra cosa que insultar?=Nop, topotamadre

Jeanny escribió:Demyx: What?
Jeanny: No sé, what tú.

Kurogane escribió:No sex, no fun here

Claus escribió:Maldito psicópata, la has cagado tio, porque en el remite viene tu dirección, y pienso ir allí pegarte una paliza por listo

Artema escribió:Antes se pilla a un Zerkdo que a un cojo

En una multi de verano escribió:Red: Yo soy especial
Demyx: Especialmente tonto
Vanitas: xDDDDDDDDDDDDDDDD

CHRIS IN THE LiGHT escribió:a finales de este verano sere mod
apuesto tds mi platines
os jugais muxo tu i mentos
sere el rei de los mods

^Sure
Vanitas3, actual Velacrow, & Demyx escribió:Demyx: Darcnesssss es true pawah qVanitas3
Vanitas: Demyx, puta xDDD

Gambit Van Cooper escribió:
Sombra escribió:Una opcion es crear un foro completamente nuevo en otro servidor como puede ser puntoforo o ir al foro de Miké que ya está echo y seguramente os daría a los Mods y Admin los rangos que aqui teniais

Buen chiste.

La derrota de Mentos: http://khworld.webcindario.com/phpbb/viewtopic.php?p=608521#p608521

Jrucsora escribió:OYE SITO TU QUE DICES DE QUE TENGO LOS PECHOS PROMINENTES Y GLUTEOS COMPACTOS MENTIROSO ¬¬

RedXIII en la KHW Family escribió:Dios ¿Porque coño no me despierto como el calvo de los serrano?

RedXIII escribió:COMUNISTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS *Señala el gorro de Soda*

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We are 360 minutes from the end

Notapor Soul Artist » Lun Jul 29, 2013 1:14 am

We are 360 minutes from the end

Joshua, ¿eres el Compositor?

El chico tragó saliva tras la pregunta de Nadhia. Desvió su mirada de la chica con disimulo, con una ligera sonrisa en el rostro y los ojos llenos de melancolía, recordando algo lejano. Más allá de aquel propio juego, del mundo virtual.

No el de este mundo, aunque sigo teniendo el poder de un Compositor. Es una historia... Complicada.

Tú no nos detuviste a Saeko y a mí. Nos recordaste que debíamos tomar aquel tren, Joshua. Sabías lo que había allí, y nos enviaste. No sé si agradecértelo o no. Pero me debes una. Aunque Avatar tenga un plan, desconozco cuál es. Por favor, Joshua. Dime qué tengo que hacer para llegar a ese lugar, y salvaré este mundo y a mis amigos.

Joshua suspiró y negó con la cabeza. Negándose a tomar el contacto visual con la joven, mantuvo su mirada en el grupo de seres blancos enfrentándose a los Sincorazón. Estaban siendo masacrados: el exterminio de los Nidos por parte de los Jugadores había permitido que el número de Sincorazón decreciese, y con ello estos no pudieran salvar los corazones digitales de todo Villa Crepúsculo.

Te debo una disculpa, Nadhia. Soy un poco... Manipulador —explicó el joven, observando cómo uno de los encapuchados borraba la existencia de tres Sombras de un sólo mazazo—. Sí, te utilicé para que fueses a la Torre y ayudases a Eileen. Después ella me habló de ti, de que te hizo ver su vida y su sufrimiento, y cómo te sacrificaste enfrentándote a la Corrupción. No has sido la única persona a la que he manipulado: hubo alguien especial para mí, un chico al que le debo mucho, que utilicé también para participar en un Juego igual que este y ganar. Soy un perfecto manipulador, y quiero pedirte perdón por ello.

Joshua miró a Nadhia finalmente, clavando sus ojos grises en ella. Pero el contacto visual no duró demasiado: la vista del muchacho fue a parar finalmente en el sombrero, el cual comenzó a susurrar cientos de cosas a la cabeza de su portadora en cuanto notó la mirada sobre él.

Pero eso fue hace tres días. Te sacrificaste por Eileen y por todos los Jugadores. Supimos que saliste victoriosa cuando la masa de Corrupted Data atacó uno de los sectores, buscando un nuevo cuerpo sin éxito. Es imposible que estés aquí hablando conmigo: aunque sobrevivieses al combate no tendrías modo de salir de allí. Incluso deberías haber sido eliminada al haber perecido tu compañera. Por lo que sólo hay dos posibles respuestas a tu presencia aquí, y una de ellas es que no eres Nadhia. La Corrupción ha logrado alcanzar este mundo y utiliza tu cuerpo para dominarlo. Claro que... Ya es tarde.

Joshua se giró y alzó la mirada hacia la Torre, con los corazones congregándose en lo más alto de esta. La visión de la pequeña isla en el cielo que la mantenía flotando en el rojizo cielo le hizo estremecerse, bajando la mirada de nuevo.

El sitio que me describes es la congregación de corazones. Todos los corazones digitales dotados de vida tienden a perderse en la oscuridad, alejados unos de otros. Pero uno de ellos sirve de faro para los demás.

»Quiero pensar que eres de verdad Nadhia. Pero si lo eres no te queda tiempo. El sombrero es la marca de la Corrupción: eres su marioneta. Igual que fuiste la mía, recordándote hacia dónde ir y esperando que salvaras a Eileen.

Joshua se limitó a suspirar y a encogerse de hombros. Alzó las manos al aire y cerró los ojos despreocupado y tranquilo, como si no fuese con él lo que acababa de decir.

Por ahora confiaré en que sólo la auténtica Nadhia sería tan tonta como para ir a salvar a sus amigos en vez de a ella misma.

Una puerta doble de mármol rosado de tres metros de alto se materializó a su lado, invitando a la Jugadora a abrirla y enfrentarse a su destino. Joshua se hizo a un lado para que pasara hacia ella, invitándola a entrar.

No sé qué clase de peligro debe preocuparte para querer salvar a tus amigos tan desesperadamente, pero te ayudaré. Sólo porque, en fin... —Joshua se rascó la mejilla con una media sonrisa—. Me he hartado de manipular. Me quiero disculpar a un viejo amigo. Y tú misma has dicho que se encuentra allí.

Los seres blancos de la plaza dejaron de masacrar a los Sincorazón, borrados del Sector, para centrarse en Joshua y Nadhia. Algo brilló en sus ojos amarillos y caminaron lentamente hacia ellos, con sus armas en alto. Las voces del sombrero comenzaron a gritar a la cabeza de Nadhia que corriese, huyese a través de la puerta lo más rápido posible mientras pudiese. Joshua, por su parte, dio la espalda a la chica y cogió su teléfono móvil, dirigiéndolo hacia un grupo de los seres sin mente.

Una lluvia de pequeños objetos como ladrillos y bicicletas comenzó a llover sobre los enemigos, los cuales se alarmaron y corrieron hacia ellos para derribarlos. Joshua los mantuvo a línea, invocando tres coches que aplastaron a algunos pocos enemigos y bloquearon el camino a otros; pero estos no tuvieron ningún problema en sortearlos, dispuestos a alcanzar al muchacho lo más rápido posible. Otros de aquellos enemigos comenzaron a llegar en masa a la plaza, por la cornisa del acantilado, los túneles y las calles de la ciudad.

Yo me encargo, Nadhia. ¡Tú vete! ¡Sólo tú tienes la llave para abrir la puerta a los corazones de tus amigos!

Joshua se alzó en el aire con un haz de luz, invocando rayos luminosos con los cuales comenzó a masacrar a sus enemigos de forma despiadada. Estos a duras penas eran capaces de avanzar hacia él, pero el número creciente de ellos complicaba al chico mantenerlos a raya. A cada segundo eran más, y cuanto más tiempo pasaba, peor era.

¡No te preocupes por mí, boba! No moriré hasta que me disculpe ante él. ¡Vete de una vez!

El tiempo para Nadhia corría. La puerta le esperaba.

* * *

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¿De qué conoces a Nadhia, si se puede saber?

El encapuchado ladeó la cabeza, ligeramente decepcionado por la pregunta de Light. Bajó la guardia para mirar fijamente al joven, guardando silencio unos segundos.

Nadhia y yo hemos compartido mucho. Probablemente, la conozco mucho mejor que cualquiera de vosotros. ¿Alguien aquí ha podido observar sus pensamientos y sentimientos de primera mano? Oh, yo pude. Si pudiese definirla con dos palabras, lo haría con "íntima amiga".

¿Está viva? —preguntó Felix, llamando la atención del encapuchado, el cual no se giró a mirarle—. . Nadhia. ¿Ella está viva, entonces? Porque si le has hecho algo... Más te vale quedarte callado.

El desconocido se llevó la mano al interior de la capucha, riéndose por lo bajo. Tras unos segundos de pequeñas risas dirigió su mirada hacia Felix, con un tono sádico en su voz:

Abrí sus entrañas tantas veces que finalmente se suicidó tirándose desde lo más alto de la Torre del Reloj.

La respuesta de Felix no tardó en llegar. Probablemente cegado por la rabia se lanzó contra el desconocido con su daga en mano, intentando atravesar su cuerpo y con su torso como objetivo. El chico intentó engañar a su enemigo con su mano izquierda, pero la respuesta por parte de Erased Data fue probablemente impactante para el chico: ninguna. No reaccionó, no intentó bloquearle ni tampoco esquivarle. Y cuando Felix intentó rajarle con su daga, desapareció frente a él en un parpadeo, volviendo a aparecer tras la sombra de Crow. Le clavó por la espalda uno de sus sables de oscuridad y le atravesó con él, cogiéndole del cuello y alzando su vista para susurrarle al oído de forma íntima.

¡Libra! Buena habilidad. ¿Por qué no compartes tus descubrimientos con ellos? Sé un buen chico, trabaja en equipo con ellos. Si lo haces, te curaré.

Erased Data esperó a que Crow hablara de sus descubrimientos a los demás. En cuanto hubiese compartido la información, o si simplemente decididió no hacerlo mientras le tuviera sujeto, sacó su arma de su cuerpo y le puso el hombro encima para comenzar a curarle. Pero en cuanto empezó apretó con todas sus fuerzas el hombro de Crow y aplastó su hombro para, de inmediato, volver a clavar su arma en él.

Sssh, sssh. No pasa nada. Sólo te he mentido un poco.

El enemigo dejó que el cuerpo de Crow cayera al suelo, contento con la situación ante él. Neku reaccionó atacándole con la luz que Light le había señalado, pero los haces de luz se detuvieron alrededor del enemigo, bloqueándolos alrededor de una esfera reflectora hecha de sombras puras. Erased Data rió para sí mismo y liberó todos los haces de luz, golpeando a todos los Jugadores presentes en la vidriera.

Decenas de cartas surgieron de los cielos para intentar derribar al enemigo, pero este las desvío con los sables, cortando una X en el aire y eliminando algunos de los naipes enviados contra él.

¡Light! ¡Alejaos de él ya! —advirtió Alec en alto, uniéndose al combate descendiendo gracias a una de sus cartas.

Ah, el pecador mayor de une a los pequeños. ¿Desesperado, Reaper? ¿Soy demasiado poderoso para vosotros? Tranquilos... Llamaré a alguien de vuestra altura.

El encapuchado se agachó y dos alargadas sombra surgió del suelo, saltando al aire para encontrarse con sus nuevos enemigos. Dos Sincorazón habían sido creados de su propio cuerpo y se agitaban en dirección a los Jugadores, preparados para atacar en cuanto su amo lo ordenase o notaran peligro sobre su recién adquirida existencia.

Detente, Erased.

Una joven con los mismos ropajes que el desconocido surgió entre los Jugadores con un haz de luz surgido desde el cielo. Su simple presencia tranquilizó, de algún modo, los corazones de todos ellos; durante unos segundos pareció que el miedo y la incertidumbre de los corazones que el encapuchado había podido provocarles desapareciese para dar paso a la tranquilizadora y calmante voz de la chica ante ellos.

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Oh, Eileen, creadora de este mundo... ¿Vienes finalmente a combatirme?

Eileen observó a los Jugadores y se acercó a Crow, retirándole el arma del encapuchado y curándole las heridas para, automáticamente después, ofrecerle su hombro para que se levantara junto a ella. Una vez se pudiese levantar por sí mismo se acercó a Felix y le curó también, relajando sus músculos y cerrando su grave herida.

No. —contestó la joven de forma terminante y definitiva una vez atendidos los dos Jugadores con peores heridas, clavando su mirada en el enemigo—. Noté tu presencia en este mundo cuando atacaste a Joshua y me negué a creer que todavía existieras. Y cuando lograste descender aquí me vi obligada a comprobarlo.

Aquí estoy pues —el encapuchado hizo una reverencia a la joven, inclinando su cuerpo hacia ella con la mano en el pecho—. Y pronto estará el equipo completo. Nadhia se nos unirá pronto.

Nadhia está...

Viva —interrumpió el encapuchado con un tono de satisfacción en su voz, incorporándose de nuevo mientras Eileen abría ligeramente su boca sorprendida por las palabras del desconocido—. ¿Crees que yo estaría aquí si ella hubiese caído? Es mi razón de ser. Por eso quiero que sea la siguiente.

La joven desvió la mirada de su enemigo. Lanzó una mirada a los Jugadores y bajó la mirada.

Os necesito —explicó la joven algo apenada—. No me he presentado, y todo tiene un momento y lugar. Ese momento no es ahora. Él es peor que Avatar, que Corrupted Data, que todo lo malo que hayáis conocido en este mundo y en cualquier otro. Yo prometí no volver a luchar cuando creé este mundo. Necesito que vosotros le combatáis, pero... Jamás podréis derrotarle en vuestro actual estado.

»Estos son vuestros corazones. Acceder a este lugar no ha sido cosa del azar: es vuestro destino estar aquí. Si habéis llegado hasta este punto es porque estáis preparados. Sólo cuando sepáis quiénes sois, sólo cuando lo aceptéis y dejéis atrás vuestro pasado podréis decir que estos son de verdad vuestros corazones. Hasta entonces, no serán más que vacías copias digitales.

Jamás seréis más que eso —interrumpió Erased Data—. Podéis cambiar vuestros nombres, prometer crearos vuestro propio futuro. Pero siempre seréis copias, y jamás nada más.

No —negó Eileen, agitando su cabeza lentamente de un lado a otro—. Tú y yo lo somos. Ellos son distintos. Ellos son únicos.

¿Y qué les hace tan especiales?

Eileen apartó la mirada de Erased Data y miró directamente a los Jugadores, uno a uno. Les sonrió ligeramente, confiando en ellos y en sus propias palabras.

Eso depende de ellos.

El haz de luz que invocó a Eileen volvió a aparecer para llevársela hasta la cristalera superior, desde donde observaría el resto del combate. Podían moverse por distintas cristaleras para el combate como viesen e hiciese falta, pero debían tener en cuenta que había un total de seis sin contar la central.

Está bien. Si ella cree que podéis hacerme frente dadme al menos un ratito de diversión antes de que llegue Nadhia.


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Crow
VIT 38/38
PH 3/3

Zait/Antizait/David/Vaas/Raiden
VIT 48/50
PH 3/3

Maya
VIT 46/48
PH 6/6

Felix
VIT 36/36
PH 4/4

Fátima
VIT 46/46
PH 1/1

Light
VIT 30/30 [Suspiro Lunar 1/3]
PH 3/4

Alec
VIT 50/50
PH 5/5



Nombre: Erased Data
VIT: 646/666 [-20 Quemaduras]
PH: 17/20 [+1 PH oscuridad]
Observaciones:
* Es capaz de transportarse a la sombra de un Jugador.
* ???
* Invulnerable en la oscuridad.
* No puede curarse a sí mismo.
* Recupera +1PH cada turno en la oscuridad
* Los datos digitales del enemigo son inestables. Desprende información constantemente de su cuerpo, quemándolo a cada segundo; la retiene toda de forma forzada.

Habilidades:
· [Invocación] Neosombra
· [Invocación] ¿¿??
· ¿¿??
· Corte sombrío
· ¿¿??
· Exilio
· ¿¿??
· Cura++

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Fecha límite: lunes 31 de julio de 2013, 18.00 hora peninsular española.

Siento si la hora pilla un poco mal: aviso de que el próximo límite será a la misma hora.

Suzume se une a la batalla. Ella decide en qué punto se une, pero preferiblemente, antes de la llegada de Eileen.

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Re: We are 360 minutes from the end

Notapor EspeYuna » Mié Jul 31, 2013 9:17 am

La reacción de Joshua confirmó mis sospechas. Y ante su disculpa y llamarse a sí mismo "manipulador" no pude hacer otra cosa que bajar la mirada y negar con la cabeza. Si lo había hecho por salvar a Eileen, entonces sí había merecido la pena.

Porque la había salvado, ¿verdad?

Al alzar la mirada me encontré con Joshua contemplando mis ojos, pero me puse tensa cuando su vista fue a parar al sombrero: éste comenzó a susurrar con sus cientos de voces en mi cabeza e inconscientemente chasqueé la lengua en señal de molestia.

Pero eso fue hace tres días. Te sacrificaste por Eileen y por todos los Jugadores. Supimos que saliste victoriosa cuando la masa de Corrupted Data atacó uno de los sectores, buscando un nuevo cuerpo sin éxito. Es imposible que estés aquí hablando conmigo: aunque sobrevivieses al combate no tendrías modo de salir de allí. Incluso deberías haber sido eliminada al haber perecido tu compañera. Por lo que sólo hay dos posibles respuestas a tu presencia aquí, y una de ellas es que no eres Nadhia. La Corrupción ha logrado alcanzar este mundo y utiliza tu cuerpo para dominarlo. Claro que... Ya es tarde.

¿Q-Quieres decir que... yo en realidad... puede que yo esté...? —no me salía la voz del cuerpo, asustada por lo que acababa de decir— ¡Pero eso es imposible! ¡Hace nada que he vuelto en tren de ese lugar! ¿¡Tres días!?

¿Acaso el flujo del tiempo funcionaba de una forma diferente cuando me había enfrentado a Corrupted Data en la Torre? ¿O es que acaso lo que estaba diciendo Joshua era verd...?

Me negaba rotundamente. Seguía siendo Nadhia Hoghes. O, al menos, la copia de la original. Todavía seguía teniendo cordura suficiente como para aguantar las voces del sombrero.

El sitio que me describes es la congregación de corazones. Todos los corazones digitales dotados de vida tienden a perderse en la oscuridad, alejados unos de otros. Pero uno de ellos sirve de faro para los demás.

»Quiero pensar que eres de verdad Nadhia. Pero si lo eres no te queda tiempo. El sombrero es la marca de la Corrupción: eres su marioneta. Igual que fuiste la mía, recordándote hacia dónde ir y esperando que salvaras a Eileen.

No dejaré que me corrompa. No hasta que haya salvado a mis amigos —sentencié, con ojos serios—. Y si llega a pasar, haré todo lo posible porque mi existencia desaparezca y nadie resulte herido. O usarla en beneficio de todos.

Por ahora confiaré en que sólo la auténtica Nadhia sería tan tonta como para ir a salvar a sus amigos en vez de a ella misma.

Sí, muchas personas cercanas a Nadhia saben que puede llegar a ser muy testaruda a veces —sonreí, aliviada de ver como Joshua invocaba una gran puerta ante nosotros.

No sé qué clase de peligro debe preocuparte para querer salvar a tus amigos tan desesperadamente, pero te ayudaré. Sólo porque, en fin... —dijo Joshua con media sonrisa, la cual amplió la mía—. Me he hartado de manipular. Me quiero disculpar a un viejo amigo. Y tú misma has dicho que se encuentra allí.

La puerta atrajo a las criaturas. Alertada, me dispuse a combatir, pero Joshua se adelantó, sacando un aparato de su bolsillo: un teléfono móvil.

Yo me encargo, Nadhia. ¡Tú vete! ¡Sólo tú tienes la llave para abrir la puerta a los corazones de tus amigos!

¡No, Joshua! —eran demasiados. Mas me quedé con la boca abierta al sentir como miles de objetos caían del cielo para aplastar a nuestros enemigos— ¡No voy a dejarte aquí! ¡Son demasiados!

¡No te preocupes por mí, boba! No moriré hasta que me disculpe ante él. ¡Vete de una vez!

Mi mirada estaba clavada en la espalda de Joshua. Luego giró a la gran puerta que el mismo Compositor de un mundo lejano había invocado. Me encogí de hombros y esbocé media sonrisa.

¡Más te vale alcanzarme en cuanto termines! —exclamé, abriendo el portón y adentrándome en él— ¡Gracias, Joshua!
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Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 6

Notapor Light » Mié Jul 31, 2013 1:08 pm

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Nadhia y yo hemos compartido mucho. Probablemente, la conozco mucho mejor que cualquiera de vosotros. ¿Alguien aquí ha podido observar sus pensamientos y sentimientos de primera mano? Oh, yo pude. Si pudiese definirla con dos palabras, lo haría con "íntima amiga".

Qué cojones estás diciendo…

Tenía que estar burlándose de ellos, o quizás se estaba tirando un farol. ¿Cómo había podido observar sus pensamientos y sentimientos? ¿Su intima amiga? ¡Y ni se había dignado a presentarse, la identidad del desconocido encapuchado seguía siendo un misterio!

Sólo podía rezar por la vida de Nadhia, desear que todavía siguiera viva. Era una posibilidad remota...

Abrí sus entrañas tantas veces que finalmente se suicidó tirándose desde lo más alto de la Torre del Reloj.

Inicialmente, el impacto de aquellas palabras cargadas de malicia fue tremendo. Sí, era cierto que estaban en el final del juego, y también era verdad que el número de vidrieras apagadas coincidía con el número de jugadores presentes: estaba claro que ellos seis eran los Jugadores supervivientes. Light era muy consciente de que el resto de sus compañeros (Nadhia incluida) habían sido eliminados, y lo había asimilado, pero…

El combate ha terminado. No tengas un mal perder.


Él afirmaba que se había suicidado. Nadhia había perdido las ganas de vivir, y se había tirado de la torre. Todo porque… él había abierto sus entrañas incontables veces…

Ni de coña.

Borró aquella desagradable imagen de su cabeza inmediatamente. Light, completamente ido, sacudió la cabeza al segundo. Se trataba de una locura. Aquello no podía ser verdad, tenía que estar tomándoles el pelo… sí, tenía que ser eso. Ella era una luchadora y una testaruda, después de todo. Aquel sádico les estaba gastando una broma muy cruel.

Light, gracias. Esa ha sido una jugada muy buena


Es mentira, ¿verdad? —balbuceó, permaneciendo como un pasmarote en su sitio. Al contrario que Xefil, él no se lanzó contra el sádico individuo. Sus piernas no le respondieron, ni sus brazos tampoco. El pánico se había apoderado de su cuerpo y le impedía moverse.

Clavó la mirada en el suelo, y se resignó. Él era mucho más poderoso que todos ellos. Él se movía como pez en el agua en aquella oscuridad, mientras que ellos eran sus torpes e indefensas presas, incapaces de acertar con un ataque. Si Xefil, que era mucho más astuto y rápido que él, no lo había conseguido, ¿qué posibilidades tendría él?

¿Qué podría hacer?

¿¡Qué hago!?

¡Crow! —simplemente exclamó, tras advertir que su compañero estaba a merced del encapuchado.

Está jugando con nosotros.

Les diera o no les diera la información aportada por Libra, Light permaneció en el sitio y sugeriría a Neku cuanto antes que utilizara el pin que le había sugerido previamente. Una vez liberado el compañero de Zait, el chico pelirrojo atacó con dicho pin, sin éxito alguno. Su enemigo se cubrió con un manto de oscuridad, rechazando así todos los rayos luminosos que iban dirigidos hacia él y enviándolos de vuelta hacia los Jugadores.

Yo tengo fe en que regresarán. Ragun. Era mi mejor amigo, antes de que cayéramos en poder de ellos. Pero sé que voy a recuperarle. No sé cómo, pero tengo a Ángel a mi lado.


¿En serio?

Uno de los haces luminosos impactó contra el pecho de Light, lastimándole ligeramente. No tendría que preocuparse en absoluto por un rasguño como ese, pues podría curarse sin problema alguno con su Suspiro Lunar.

Nunca lo sabré si no me arriesgo. No sé si podré ganar o fracasaré, pero creo y quiero salvarle. Es todo cuanto necesito para tomar esta decisión.


En cambio, de lo que tendría que preocuparse es del futuro de aquel combate. El misterioso encapuchado era intocable, extremadamente, letal…

Pero, ¡por supuesto! ¡Vamos a ganar! ¡Contad con mi arco!


Y Nadhia seguía en su cabeza, incesante y permanente. Los recuerdos de su original resonaban en su cabeza sin parar, momentos que él realmente no había vivido. Conversaciones y momentos especiales con su amiga, que no le pertenecían. Ojalá pudiera eliminarlos. Ojalá recordara momentos vividos por él de verdad, pero felices...

Ojalá fuera real.

¡Light! ¡Alejaos de él ya!

¿Alec? —Light se giró para comprobar que se trataba de Alec, el joven brujo que se había rebelado contra Avatar. No había vuelto a saber nada de él desde el fatídico cuarto día.

Ah, el pecador mayor de une a los pequeños. ¿Desesperado, Reaper? —Light, desconfiado, observó la reacción Alec por el rabillo del ojo—. ¿Soy demasiado poderoso para vosotros? Tranquilos... Llamaré a alguien de vuestra altura.

Sin más dilación, invocó dos nauseabundos y terroríficos Sincorazón. Más esbeltos que las sombras normales y corrientes, estas sombrías criaturas resultaban más terroríficas. Se lanzarían contra ellos en cualquier momento…

Detente, Erased.

Una muchacha descendió desde el cielo, a través de un rayo de luz. Aquella cándida joven logró de alguna manera desaparecer el terror y la desesperanza que residían en sus corazones. La misteriosa chica vestía las mismas prendas que el otro individuo, pero al contrario que él, su rostro estaba descubierto: un rostro pálido y sereno.

Una presencia indescriptible capaz de calmar sus corazones. Light la examinó cuidadosamente, y se preguntó si sería una aliada del encapuchado.

Oh, Eileen, creadora de este mundo... ¿Vienes finalmente a combatirme?

¿¡La creadora!? —exclamó sorprendido. Esa chica seguramente tenía que ser más poderosa que Avatar. Desesperado e ingenuo, el muchacho daba por hecho que ella podría parar los contadores, resucitar a todos los caídos, derrotar a aquel individuo sin problema...

No —negó, ayudando al compañero de Zait y al resto de heridos—. Noté tu presencia en este mundo cuando atacaste a Joshua y me negué a creer que todavía existieras. Y cuando lograste descender aquí me vi obligada a comprobarlo.

Aquí estoy pues —saludó a la Creadora con una reverencia—. Y pronto estará el equipo completo. Nadhia se nos unirá pronto.

Nadhia está...

Viva.

Viva —confirmó el encapuchado, contradiciéndose con lo dicho anteriormente. La simple idea de que se hubiera suicidado era tan absurda, que Light no dudaría de aquella afirmación—. ¿Crees que yo estaría aquí si ella hubiese caído? Es mi razón de ser. Por eso quiero que sea la siguiente.

¿La siguiente…?

¿Su razón de ser…? ¡Qué absurdo!

Os necesito. No me he presentado, y todo tiene un momento y lugar. Ese momento no es ahora. Él es peor que Avatar, que Corrupted Data, que todo lo malo que hayáis conocido en este mundo y en cualquier otro —Light creyó eso último: indudablemente era el demonio—. Yo prometí no volver a luchar cuando creé este mundo. Necesito que vosotros le combatáis, pero... Jamás podréis derrotarle en vuestro actual estado.

¿Por qué?

Estos son vuestros corazones. Acceder a este lugar no ha sido cosa del azar: es vuestro destino estar aquí. Si habéis llegado hasta este punto es porque estáis preparados. Sólo cuando sepáis quiénes sois, sólo cuando lo aceptéis y dejéis atrás vuestro pasado podréis decir que estos son de verdad vuestros corazones. Hasta entonces, no serán más que vacías copias digitales.

Light apretó el puño, emocionado. Su corazón se le salía del pecho, y es que se trataba de su objetivo, ni más ni menos. Cambiar, dejar de temer a la Oscuridad, y ende, demostrar que ya no era igual que el Light Hikari original, que ya no era una copia exacta de él.

Tenía que creerlo.

Jamás seréis más que eso —añadió—. Podéis cambiar vuestros nombres, prometer crearos vuestro propio futuro. Pero siempre seréis copias, y jamás nada más.

No —desmintió la Creadora—. Tú y yo lo somos. Ellos son distintos. Ellos son únicos.

¿Y qué les hace tan especiales?

Eileen no contestó inmediatamente. Dedicó unos segundos a observar a todos los Jugadores. Cuando conectó con los ojos de Light, sonriente, éste la imitó con otra sonrisa, inspirado por su presencia reconfortante y su inocente rostro. Era tan opuesta a Erased…

Eso depende de ellos.

La Creadora abandonó la plataforma para situarse sobre el pilar central e inaccesible. Parecía que, a partir de ahora, el resultado de aquel combate dependía exclusivamente de ellos, y de nadie más.

Está bien. Si ella cree que podéis hacerme frente dadme al menos un ratito de diversión antes de que llegue Nadhia.

Había llegado la hora de enfrentarse a la Oscuridad, cara a cara. Allí, abrazado por las tinieblas y sin luz alguna que les protegiera, acompañados por los Sincorazón. Luchando contra lo desconocido, contra alguien que había logrado asesinar a Ariasu sin despeinarse.

De acuerdo —afirmó tajante, y sin pensárselo, dio un paso al frente, aproximándose a los seres de oscuridad—. Mi yo original odiaba a la Oscuridad, y la temía. La odiaba, luchaba ciegamente contra ésta —avanzó otro paso, algo más decidido—. Pero… ya no huiré. Ni de ti, ni de tus Sincorazón —confirmó seriamente. Levantó ligeramente los brazos, como si se dejara abrazar por la Oscuridad, simbólicamente—. Me desenvolveré dentro de la más profunda y siniestra oscuridad si es necesario. Seré parte de ella.

>>Así que empecemos. Soy Light Hikari, supervivente del Reaper’s Game —se presentó a su adversario, colocado ya en posición de combate, armado con su inseparable compañera: la red dorada. Sin meditar o pensar sus palabras, soltó automáticamente—: La luna que ilumina la Oscuridad, su eterna compañera, y aliada.

Luz y Oscuridad, igual de eternas y válidas. Acompañadme las dos.

Tendría ese concepto en mente todo el rato. Aún sabiendo que aquel combate era una locura, solamente podía avanzar. Ahora que sabía que Nadhia seguía con vida, las preocupaciones y la angustia desaparecerían. Nada le detendría a partir de aquel punto de inflexión.

¡Vamos!

Esperaría a que Alec intentara controlarlos. Si el brujo no tenía éxito, Light se lanzaría directamente a la boca del lobo: se dirigiría hacia una de las Neosombras invocadas por Erased Data, observando fijamente sus ojos amarillos y brillantes, al igual que su repulsivo cuerpo, sin ningún ápice de miedo. Decidido, arremetería con un simple mamporro de red contra una de ellas; y si le evadía por tierra como solían hacer, retrocedería y se cubriría con la red dorada. El joven esquivaría con una voltereta en el momento justo a ser posible, cuando cualquiera de las Neosombras salieran del suelo para atacarle. Después, si las circunstancias se lo permitían, contraatacaría rápidamente.

¿La razón de sus acciones? Según su compañero Crow, su contrincante era intocable mientras se encontraba en la oscuridad, así que poco podrían hacer mientras no lograran algo de luz. Además, aún consiguiendo dicha luz, convenía terminar cuanto antes con los enemigos más débiles para que dejaran de estorbarles.

Y procuraría no mantenerse quieto en un sitio determinado, para no otorgarle oportunidades a Erased de apuñalarle por detrás. Intentaría no pestañear ni perder de vista a Erased, para reaccionar en cuanto éste desapareciera de su rango de visión; guardaría su propia espalda e intentaría por todos los medios evadir los ataques traicioneros del encapuchado.

Definitivamente, aprendería a moverse en las penumbras.

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Las acciones de Alec y Crow han sido acordadas previamente, así que no debería haber ningún problema.
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Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 6

Notapor Suzume Mizuno » Mié Jul 31, 2013 2:19 pm

Neku extendía la mano hacia ella e intentaba alcanzarla. Fátima, aterrorizada, estiró el brazo mientras sentía cómo las sombras tiraban de sus piernas y su ropa hacia abajo, hacia la oscuridad.

Entonces, cuando pensó que sus dedos iban a rozarse, sintió un violento tirón y se hundió.

****


Fátima se aferró al borde del agujero y se impulsó, espoleada por el dolor y la desesperación, con tanta fuerza que consiguió extraer la mitad del cuerpo, hasta la cintura. Se apoyó unos segundos en el suelo, fresco, frío, para recuperar el aliento y realizó un último esfuerzo para sacar las piernas y rodar hacia un lado con un gemido de esfuerzo.

Se tumbó de espaldas, respirando agitadamente. Por primera vez en lo que le había parecido una horrorosa eternidad podía aspirar hasta llenar los pulmones y dejar escapar el aire entre los labios sin que este se convirtiera en un alarido de agonía.

Ya no sentía cómo se le desgarraba la piel ni cómo diminutos dedos tiraban de ella, arrancándole pedazos, hasta dejarla en carne viva. Pero percibía el eco del dolor. Tenía todos los músculos en tensión, le temblaban las manos, y estaba llorando silenciosamente, incapaz de creer que hubiera salido de esa oscuridad absoluta.

Escuchaba voces, lejanas, alteradas, pero le parecía que estaban a un mundo de distancia. Abrió lentamente los ojos y por un momento estuvo a punto de romper a gritar, porque sólo la rodeaba la negrura y pensó que no había escapado, que sólo había recibido unos segundos de descanso antes de que volvieran a atacarla.

Pero no. Había luz. Débil, cierto, pero la había. Cuando la mirada se le enfocó, se dio cuenta de que a su alrededor flotaban fragmentos cristalinos, con imágenes. Algunas parecían partes de cuerpos, otras simplemente estaban coloreadas. Le recordó… Sí, al día que empezó la pesadilla.

El día que ella nació.

¿Por qué no había muerto? Dios, habría sido todo mucho más fácil.

Levantó las manos y le sorprendió ver que tenía la piel intacta, tan blanca como de costumbre, sin una herida. A pesar de que lo único que quería hacer era quedarse tumbada, disfrutar de la frialdad del suelo contra la espalda y olvidarse de todo, fue repasando poco a poco su cuerpo. Podía mover los dedos de los pies y las rodillas. También le respondían los brazos.

A decir verdad, quitando las réplicas de los violentos tirones que le habían rasgado la piel, juraría que estaba bien.

No entendía nada.

Se incorporó silenciosamente, aturdida, y miró a su alrededor. A pesar de que apenas había luz, a ella le parecía tan deslumbrante después de la oscuridad total que no le costó distinguir distintas plataformas suspendidas en la nada y unidas entre sí por finos puentes de cristal. En total contó siete vidrieras, aunque la más grande y de la que provenía la luz estaba demasiado alta para que pudiera ver si estaba tan vacía de diseños como las demás.

Reunidos en otra vidriera, no muy lejos de ella, reconoció a los compañeros con los que había estado luchando hacía… ¿Hacía cuánto? No lo sabía. Pero estaban todos vivos. No debía haber sido mucho.

Experimentó sentimientos encontrados al ver que Neku estaba sano y salvo.

Contempló y escuchó todo lo que ocurrió desde lejos, acostada bocabajo para que no la vieran y pensando a toda velocidad. Cuando apareció Ariasu la furia llameó en su pecho y sintió la tentación de abalanzarse sobre ella y cortarle la garganta.

Pero Ariasu sucumbió. Y el mundo se volvió loco. Apareció ese encapuchado, que invocó a las Neo Sombras, y luego Alec bajó sobre un naipe gigante desde la vidriera principal. Entonces hizo su aparición la chica. Entre tanto, Fátima había permanecido muda, disfrutando de cada aliento, de cada respiración, y pensando. Mientras la chica hablaba con un tono que la sacó de quicio, se dijo que allí estaba a salvo.

Nadie se ha fijado en mí. Todos creen que estoy muerta” se dijo, cansada. “Podría no hacer nada y quedarme aquí hasta que se termine todo”.

El hombre encapuchado estaba protegido por las sombras. No parecía que fueran a poder matarlo. Incorporarse a la lucha sería un suicidio. Además, ese tipo era un sádico. ¡Había pasado por lo suficiente para que la hirieran de nuevo!

Pero… Pero. Tenía un límite de tiempo. Se miró la palma de la mano con aire ausente. Podría simplemente esperar a que llegara el final, o suicidarse aunque quizás incluso entonces se convirtiera en ese monstruo que había profetizado Avatar.

¿He hecho… todo este camino, incluso después de saber lo que soy, para rendirme ahora?” pensó, exhausta.

Pero le costaba tanto, tantísimo, levantarse… ¿No había hecho suficiente? Nadie podría reprocharle que se rindiera ahora. Porque nadie sabía lo que había visto allí abajo.

El problema era que nadie se lo iba a reprochar porque a nadie le importaba lo que fuera de ella. Dependía de sí misma, tanto para morir como para vivir.

Qué triste” pensó con una sonrisa amarga. “Hermanito…

Sintió un pinchazo en el corazón. Era cierto. ¿No había decidido que lucharía? ¿Que haría lo imposible por verle al menos una sola vez?

Meditó acerca de lo que había dicho la chica.

Sólo cuando sepáis quiénes sois, sólo cuando lo aceptéis y dejéis atrás vuestro pasado podréis decir que estos son de verdad vuestros corazones. Hasta entonces, no serán más que vacías copias digitales.

Miró a la vidriera vacía que había bajo ella.

¿Solo cuando sepa quién soy?” pensó, frunciendo el ceño. Y se lo preguntó. “¿Quién soy?

Era muchas cosas y, a la vez, ninguna. Era Fátima Laforet, porque ese era el nombre que le habían dado, y era la copia de una Fátima que vivía en un mundo no-digital y que, a su vez, era Caballero de la Llave Espada. Ella, por el contrario, era una aberración digital creada para un destino estúpido. Era un cúmulo de datos.

Pero…

Pero tengo sentimientos. No sé lo que sentirá un humano de verdad, pero yo no voy a limitarme a obedecer y a hacer lo que quieren de mí, ni otros programas ni Avatar. No importa de qué esté hecha. Lo que me importa es que no quiero morir. Y que voy a salir cueste lo que cueste.

»Soy Fátima Laforet y nada más. Sólo he vivido unos días y ya quieren matarme. Pero como ser consciente, como… Como ser vivo que soy no me voy a rendir. Si sobrevivo a esto, ya me ocuparé de forjarme una verdadera personalidad. Quizás en el mundo real”. Pensó con una sonrisa triste y a la vez esperanzada.

Sí, seguramente luchar era una locura, pero no quería quedarse sentada a esperar. No iba con ella. Si no, no se habría levantado todas las otras veces. Si no, no estaría allí y habría muerto, como tantos otros.

Se agazapó, tratando de no llamar la atención, y agradeció estar entera a pesar de todo lo que le había ocurrido. Iba a necesitar toda su salud para el siguiente combate. Si el encapuchado era invulnerable, tendrían que encontrar una forma de matarle pero, antes de nada, tenían que librarse de los estorbos, de modo que fijó su vista en una de las Neosombras. Sin embargo, Light se le adelantó y cargó contra ellas. Así que Fátima no se movió y se limitó a esperar, dispuesta a aprovechar el elemento sorpresa.

Si Erased atacaba a alguno de sus compañeros, en especial a la pequeña Maya, aprovecharía para materializar dos bumerán de piedra, que rodearía de llamas y calentaría al rojo vivo, para arrojarlos contra él con la esperanza, sino de herirle, al menos de arrojarlo fuera de la plataforma o de darle la oportunidad a su víctima de escapar. Después, retrocedería y se prepararía para protegerse a sí misma. Había visto lo que podía hacer ese hombre y no tenía la menor intención de acercarse a él a menos que fuera estrictamente necesario.

Si se veía obligada a lanzar los bumerán y veía que aun así Erased insistía en atacar a sus compañeros, gritaría:

¡Neku, protege con una barrera!

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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 6

Notapor LightHelco » Mié Jul 31, 2013 6:51 pm

Ah, el pecador mayor de une a los pequeños. ¿Desesperado, Reaper? ¿Soy demasiado poderoso para vosotros? Tranquilos... Llamaré a alguien de vuestra altura.

Ignoré la burla del encapuchado girándome hacia mis compañeros para advertirles de lo peligroso que era, pero Edge parecía haber descubierto los secretos sobre nuestro enemigo, entre lo que parecía encontrarse la capacidad de invocar Sincorazones, cosa que no dudó en mostrarnos haciendo aparecer dos Neo Sombras listas para atacarnos.
Hice aparecer mis alas listó para alzar el vuelo y poder escapar de los ataques por la espalda del hombre, pero una voz hizo que todos nos detuviésemos.

Detente, Erased.

Una joven se materializó frente a nosotros vistiendo las mismas ropas que el encapuchado, pero dejando a la vista su rostro infantil y su larga cabellera castaña, por no mencionar que al contrario que el encapuchado ella parecía desprender un aura luminosa que hizo que relajase los músculos, como si alrededor de ella supiese que nada malo podía ocurrir, aunque también me sentía inferior a su lado.

Oh, Eileen, creadora de este mundo... —¿la creadora de aquel lugar? ¿Aquella era la que menciono Ariasu? —¿Vienes finalmente a combatirme?

Ahora entendía aquella sensación de inferioridad, aquella joven era la que había creado la ciudad que los Reaper debíamos proteger, y aunque no estábamos obligados a seguirla, sabía que debía hacerlo ya que sin ella yo siquiera habría podido nacer. Pero si ella era la creadora ¿Por qué no nos había ayudado a proteger este lugar? ¿por qué no detuvo la desaparición del Sector 3?

Eileen se dispuso a atender tanto a Edge como a Xefil, mientras seguía conversando con Erased. Cuando acabó, se giro hacia nosotros, pero no nos miraba fijamente, como si se sintiera culpable por alguna razón.

Os necesito —explicó la joven algo apenada—. No me he presentado, y todo tiene un momento y lugar. Ese momento no es ahora. Él es peor que Avatar, que Corrupted Data, que todo lo malo que hayáis conocido en este mundo y en cualquier otro. Yo prometí no volver a luchar cuando creé este mundo. Necesito que vosotros le combatáis, pero... Jamás podréis derrotarle en vuestro actual estado.

>Estos son vuestros corazones. Acceder a este lugar no ha sido cosa del azar: es vuestro destino estar aquí. Si habéis llegado hasta este punto es porque estáis preparados. Sólo cuando sepáis quiénes sois, sólo cuando lo aceptéis y dejéis atrás vuestro pasado podréis decir que estos son de verdad vuestros corazones. Hasta entonces, no serán más que vacías copias digitales.

¿Quién era? Era una pregunta difícil de responder, en los últimos días había aceptado mi nueva identidad como Reaper, pero no había querido dejar atrás las emociones y recuerdos del Alec original. En aquel momento solo era alguien que pretendía ser otra persona, no era muy diferente de un Comodín, la carta obligada a ser todas las cartas, aun en contra de su voluntad no puede decidir si ser una Sota o un Dos, Corazones o Diamantes. Nadie quería ser un Comodín, ya que eso supondría no tener una identidad.

Y si quería obtenerla, debería desprenderme de todo aquello que me volvía como él.

Alec siempre buscó el poder y el saber para demostrarse a sí mismo que era igual al resto de Brujos, pero yo no soy uno, no necesito demostrarles mi poder y saber —comencé a hablar quitándome el sombrero y observándolo, recordaba haber llevado uno desde la más tierna infancia, un sombrero de copa era su rasgo más característico, un objeto del que casi nunca se separaba —. Yo no quiero volver a Ciudad de Halloween, aquí me siento bien, porque realmente es lo único que conozco es mi hogar de nacimiento y aquel que quiero proteger con mi poder, el lugar donde he descubierto el significado de la amistad y ¡el que no pienso dejarte destruir!

Arrojé el sombrero a un lado junto a unas cartas que lo destrozaron, no lo necesitaba, ya que solo era un simple accesorio anticuado.

Obtendré mi identidad aquí, en este mundo virtual y lo haré protegiéndolo con mi vida, usaré ese saber para detener el avancé de cualquiera que intente destruirlo, hasta entonces no seré más que un Comodín en busca de su propia verdad.

>No seré más que Joker.

Extendí las alas alzando el vuelo y alejándome de la vidriera en la que se encontraban mis compañeros. Desde las alturas Erased tendría más difícil el alcanzarme y también podría asistir a mis compañeros enviando cartas para detener al enemigo.

¡Sincorazón! El puede haberos llamado, pero no es a quien debéis obedecedlo. Un Reaper es al que seguiréis y si no juro que acabaré con vuestra insignificante existencia.
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