[Epílogo] The Beginning

Nunca olvidarás que tomaste parte en alguno de estos jolgorios. Kazuki tampoco.

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It doesn't matter what they say

Notapor Soul Artist » Dom Ene 26, 2014 10:37 pm

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¡¡Eres un monstruo!! —el grito de Fátima hizo que la sonrisa de Andrei se borrara parcialmente. Esperaba una reacción como aquella de sobra, y un pataleo tanto de ella como de los demás programas; pero fueron sus palabras finales las que le tocaron hondo—. ¡No te importa a quién puedas hacer daño, con tal de conseguir lo que quieres! ¡Atacas a los que no pueden defenderse, te aprovechas de que eres más fuerte para imponerte a los débiles!

No. —corrigió Andrei, negando con la cabeza y recuperando su sonrisa. No iba a permitir que un simple programa le hiciese dudar de sus planes—. No soy el más fuerte, soy la mejor elección. Yo derroqué a Eileen, yo he tenido que luchar hasta aquí. ¡Y vosotros no sois más que desobedientes programas!

Los pañuelos volvieron a transformarse en corazones que regresaron con Andrei de inmediato, que invocó una llamarada que se dirigió hacia Fátima. Esta fue más rápida e invocó ocho estacas de hielo que, aunque tuvieron sus dificultades para atacar la barrera debido al fuego, su base de tierra sí llegó a chocar contra Andrei. La columna ígnea, sin embargo, no fue capaz de esquivarla.

Joker se lanzó contra el dios protegido por sus cartas y bloqueándole la vista, mientras la Locura invadía su mente para reforzar sus ataques. Primero usó un Naipe mágico que el enemigo no se dignó a esquivar, y después atacó con un puñetazo que desató una pequeña explosión en la barrera. Andrei frunció el ceño y extendió ambos brazos hacia los lados, ordenando a los corazones que capturaran al atacante con unas sogas en el aire. Una vez inmovilizado lo levantó en el aire e invocó un ataúd en el que introdujo al chico, cerrándolo tras de sí y haciendo aparecer tres espadas que atravesaron el ataúd.

No pude resistirme —se burló Andrei, guiñando el ojo al ataúd mientras dejaba que cayera al suelo con Joker aún dentro de él atrapado y agonizando.

Nadhia aprovechó la distracción de Andrei para atacar con sus flechas, concentrada en un mismo punto de la barrera. En cuanto el dios notó los molestos proyectiles de la chica alzó su mano hacia ella, enviando dos corazones a su lado.

Pero no llegó a completar ningún ataque, pues Felix se lanzó a una velocidad espectacular contra él. El chico chocó contra la barrera y varios sonidos de algo rompiéndose sonaron con fuerza; por un lado, la barrera mostraba importantes daños donde el chico había impactado, estando resquebrajada y con peligro de estallar en mil pedazos. Por otro lado, los huesos de Felix también habían sonado a roto, siendo enviado por los aires al chocar con él como rebote.

Andrei apretó los dientes con fuerza y cerró el puño con energía. Sus ojos brillaron de la rabia y se dirigieron hacia Nadhia y Fátima: podían dañarle. No se había dado cuenta hasta el momento, pero ahora era más que evidente.

¿¡Qué os creéis que hacéis!?

El joven se agachó y golpeó el suelo con su propio puño, aparentemente lleno de rabia. La plataforma tembló bruscamente y pronto los presentes se vieron atrapados en un terremoto con el cual el techo de Tierra de Partida comenzaba a romperse. El tejado se separó en dos mitades, dejando a Joker y Fátima a un lado y Felix y Nadhia al otro. Andrei se quedó entre ambos, en una plataforma menor.

Andrei levantó ambas manos y se dirigió hacia la luna de donde provenían todos los corazones digitales. Iba a terminar con aquello de una vez por todas.

He perdido demasiado tiempo con vosotros. ¡Kingdom Hearts! —los ojos de Andrei brillaron mientras se clavaban en el blanco corazón gigante—. ¡Yo te he creado, yo soy tu amo! ¡Destruye estos corazones, súmalos a tu existencia!

Las nubes volvieron a transformarse en corazones y se dirigieron hacia la luna. También los corazones que estaban con Andrei, y los que habían formado el ataúd de Joker. Un terrible poder comenzaba a acumularse en ella.

Y pronto lo vieron. Pequeñas esferas de fuego que amenazaban con precipitarse sobre la tierra prometida de Andrei. El dios ya no se iba a andar con chiquitadas: les había descubierto y no pensaba poner su vida y sus planes en peligro. Los meteoritos pronto caerían sobre los jugadores.

Todo por el mundo que os prometí —susurró el gitano para sí mismo, bajando la mirada.

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Fátima
VIT: 32/46

Nadhia
VIT: 20/30

Felix
VIT: 14/36

Joker
VIT: 31/50

Andrei Dios
VIT: 404/999


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Fecha límite: 18:00, miércoles 29 de Enero.
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Re: It doesn't matter what they say

Notapor EspeYuna » Mié Ene 29, 2014 3:39 pm

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Ante la espantosa imagen de atravesar a mi compañero con espadas estando atrapado dentro de un ataúd, ataqué furiosa con mis flechas al enemigo. Andrei sintió los proyectiles y se giró hacia mí, dispuesto a vengarse.

Sin embargo, algo chocó contra la barrera y le impidió atacarme. Y yo, en un principio, me quedé boquiabierta. El proyectil que había impactado contra la pared mágica, no era otro que Felix. El cabezota de Felix.

Escuché como la barrera se resquebrajaba como un sonido celestial. Pero todavía no la habíamos logrado penetrar del todo. Sólo unos golpes más, pensé. Me dirigí a Felix, quien rebotó tras el impacto y cayó al suelo.

Me agaché a él y comprobé sus nudillos con un suave agarre de mi mano: el quejido de dolor, mascullando entre dientes y con los ojos entrecerrados, me advirtió que no sólo el ruido a roto procedía de la barrera de Andrei.

Idiota, no vuelvas a hacer algo así.

Dejé que se recuperara y me puse delante suya para evitar cualquier ataque sorpresa de Saavedra, cuando me di cuenta de que éste alternaba la mirada entre Fátima y yo, con unos ojos brillantes... y furiosos.

Aquello tenía una buena y una mala noticia: la buena era que podíamos dañarle, que había oportunidad para acabar con su tiranía. La mala...

¿¡Qué os creéis que hacéis!?

... era que lo habíamos cabreado.

Hasta ahora, había estado jugando con nosotros con sus trucos. Pero tras comprobar que podía peligrar su mundo perfecto, el gitano se agachó y golpeó el suelo con el puño, mostrando la rabia con el efecto deseado: la plataforma en la que nos encontrábamos comenzó a temblar, haciendo que todos lucháramos por mantener el equilibrio ante un inminente terremoto. A duras penas pude, pero logré no caerme.

Para cuando nos dimos cuenta, acabábamos de ser divididos por el poder de Andrei. Joker y Fátima por un lado, mientras que por otro Felix seguía a pocos metros de mí

He perdido demasiado tiempo con vosotros. ¡Kingdom Hearts! —Andrei llamó entonces a las almas de su Reino de Corazones, dispuesto a acabar de una vez por todas—. ¡Yo te he creado, yo soy tu amo! ¡Destruye estos corazones, súmalos a tu existencia!

Mentiría si dijera que no tragué saliva al comprobar lo que estaba a punto de caer sobre nuestras cabezas.

Sin embargo...

¡¡Él no es vuestro amo!! —exclamé con todas mis fuerzas, recordando los sentimientos que habían fluido en mí hacía unos instantes cuando agarré el pañuelo que nos había obsequiado Andrei como gesto de burla— ¡Luchad, no dejéis que os esclavice! ¡Usad vuestro poder en su contra!

Sabía que había gritado cosas que, seguramente, no servirían de mucho. Pero nada perdía por intentarlo, al igual que concentré una gran cantidad de luz mágica en la palma de mi mano. Furiosa, y recordando alguna pequeña anécdota del pasado de Nadhia, lancé el Perla+ sobre la barrera de Andrei, antes de centrarme en los meteoritos que estaban a punto de caer sobre nosotros.

Preparé el arco, e invoqué una Flecha Celestial. La disparé contra el meteorito más cercano. Concentré otro Perla+ en cuanto mi flecha salió disparada, para lanzarlo hacia otro meteorito.

Y así, repetiría el proceso todo cuanto me permitiera el poder de Eileen. Tenía que protegernos, a mí y a Felix, de morir aplastados por grandes bolas incandescentes. A toda costa.

No podía comprobar si Joker y Fátima tenían algún plan entre manos. Lo importante en aquel momento era impedir que se me escapara algún meteorito. Felix tenía un par de huesos rotos y esquivar le sería más complicado.

Y, ¡rayos! Tenía el poder de Eileen. Mis flechas y mis hechizos de luz tenían que ser más poderosos que la última vez. Debía aprovecharlo, todo cuanto me había regalado Eileen antes de irse para siempre.

Y demostraría lo fuerte que era.

Si se me escapaba alguno, intentaría por todos los medios esquivarlo. Sabía que aquel poder era enorme, que Andrei estaba furioso, pero si lográbamos parar aquel apocalipsis, o burlarnos de él y su creador... la victoria sería nuestra.
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Re: [Epílogo] The Beginning

Notapor Suzume Mizuno » Mié Ene 29, 2014 6:53 pm

Fátima trató de ignorar el dolor que le produjo el impacto de la columna de fuego que Andrei le había arrojado. Se incorporó como pudo maldiciendo sonoramente y, al mirar al frente, vio cómo Joker era capturado en el aire. Soltó una exclamación de horror cuando el ataúd atrapó en su interior a Joker y lo atravesó con espadas. Se quedó unos instantes inmóvil, asqueada y desconcertada por la retorcida crueldad de Andrei, con las manos sobre la boca y los ojos abiertos como platos. Entonces Nadhia disparó y Fátima reaccionó echando a correr hacia Joker.

¡Joker! —chilló cuando llegó junto al ataúd. Se arrodilló y forcejeó con la tapa con manos temblorosas, evadiendo en la medida de lo posible las espadas—. ¡Joker, aguanta un…!

En ese momento escuchó un violento impacto y se volvió sobre sí misma para ver cómo Felix rebotaba por el suelo, malherido. La barrera que rodeaba a Andrei se había cubierto de grietas y parecía… Parecía que fuera a romperse… Contuvo el aliento. ¡Tenían que atacar ahora!

Entonces recibió la furiosa mirada de Andrei, que la dejó petrificada en el sitio. El joven golpeó entonces el suelo y el tejado comenzó a temblar violentamente hasta que, con un sonido seco y atronador, se partió. Fátima perdió el equilibrio y con un chillido invocó dos plataformas de tierra que levantó lo que pudo con viento, una para ella y otra para Joker. ¡Lo único que le faltaba al chico era que las espadas se le clavaran todavía más en su cuerpo! Si es que estaba vivo… Cuando acabó el temblor, dejó cuidadosamente a Joker e hizo desaparecer ambas plataformas.

He perdido demasiado tiempo con vosotros. ¡Kingdom Hearts! —gritó Andrei. Fátima sintió que un sudor frío le resbalaba por la espalda y se quedó en vilo escuchando las palabras de su padre.—. ¡Yo te he creado, yo soy tu amo! ¡Destruye estos corazones, súmalos a tu existencia!

Todos los corazones que Andrei había usado como arma regresaron a su forma original y ascendieron rápidamente hacia la luna, atraídos por una fuerza abrumadora. Fátima pudo notar que algo terrible se formaba en el cielo. Una fuerza de la que, aunque en ese momento no se dio cuenta, ya había sido testigo.

Sólo entonces vio que Joker se encontraba libre del ataúd y las espadas, y corrió hacia él, tendiéndole las manos para ayudarle a sostenerse y, si lo quería, incorporarse.

Esas heridas… ¿Crees que puedes tenerte en pie? —susurró Fátima, con la voz ronca por el miedo.

Algo arrastró su mirada hacia arriba y al ver los resplandores, titilantes como estrellas, sintió que el terror se extendía como un frío veneno por sus venas: meteoritos. Andrei había invocado meteoritos. Observó al joven, cuyos ojos resplandecían como si fueran los de un demonio. Iba a sacrificar aquel castillo con tal de acabar con ellos. ¡Estaba desesperado!

«Desesperado…» repitió para sus adentros y sus ojos se abrieron de par en par. «¡Está asustado! ¡Sabe que somos una amenaza para él!».

Tenían que hacer algo y rápido. ¡Rápido! ¡No les quedaba mucho más de un minuto antes de ser borrados y, esta vez, sería de verdad! Ya no tendrían ninguna Eileen que diera su vida por ellos para mantenerlos vivos. Su única opción era salvarse por sí solos. Miró a su alrededor con desesperación, buscando ideas, una salida, la que fuera. ¡No habían llegado tan lejos para dejarse matar sin pelear!

«¡Eso nunca!»

Volvió a clavar los ojos en el cielo, en el triste corazón gigante que resplandecía sobre ellos, llorando lágrimas de fuego.

«Llorando…».

Soltó una exclamación y recordó súbitamente el color rojo en el que se tornó Kingdom Hearts cuando Felix dirigió su poder hacia él. Recordó los sentimientos de aquel pañuelo, de la persona, de la conciencia que era en realidad y…

Es nuestra única oportunidad —masculló—. ¡Joker! ¡Tenemos que atacar a Andrei, con todas nuestras fuerzas! —exclamó—. ¡A muerte! Pero antes… ¡Necesitamos refuerzos!

Y arrancó a correr hacia la figura cristalizada de Crow. No sabía si iba a funcionar, pero Eileen le había dicho que «con desearlo bastaría» y ahora ellos eran depositarios del corazón de la joven. En cuanto llegó a su lado le puso una mano en el hombro y deseó con todas sus fuerzas que volviera a la normalidad.

¡Nadhia, Felix! —gritó con toda la capacidad de sus pulmones—. ¡Salvad a Jain, le necesitamos! ¡Con tocarle y desearlo bastará! —Y señaló a Crow, en un desesperado intento de que la imitaran—. ¡Tenemos el corazón Eileen! ¡Todos juntos somos el corazón de Eileen! ¡Si lo deseamos, podemos tener su misma fuerza! —Miró hacia los bólidos—. ¡Podemos detenerlos! ¡Ellos no quieren obedecer a Andrei! ¡Tenemos que intentarlo!

«Podéis ser libres, podéis hacerlo. ¡Debéis hacerlo!» pensó con desesperación. ¡Sólo podía desear que funcionara, que fuera verdad que con Eileen podían detener aquel caos!

No pensaba ya sólo en los meteoritos, sino en Kingdom Hearts.

¡No os rindáis a él, rebelaos! ¡Sois muchísimos más, no podrá con vosotros! ¡No dejéis que reduzca vuestras existencias a un estado tan miserable!

De lo contrario, ¿qué salida les quedaba? ¿Morir sin más?

«Ni hablar».

Se separó con determinación de Crow para dejarle espacio para atacar y lanzó una mirada a Joker, haciéndole un gesto con la cabeza para que atacara también, mientras se ponía en posición. Llamó de nuevo al fuego en su ayuda y éste crepitó en su interior antes de surgir de sus puños con un rugido amenazador. Enfiló los brazos hacia Andrei y disparó una llamarada inmensa, la más grande y potente que pudo.

No se detendría hasta agotar todas sus fuerzas. Destrozaría la barrera de Andrei.

Y si no había manera de detener a los meteoritos, se llevaría a su creador consigo.
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Re: [Epílogo] The Beginning

Notapor Zee » Mié Ene 29, 2014 11:01 pm

Parecía que todo a mi alrededor había estallado. Al caer yo con una fuerza y velocidad inhumanas desde las alturas, con el cuerpo echado hacia adelante y la daga al frente, la barrera de Andrei me recibió primero con un estruendo que me dejó los oídos hechos una sopa. Por un instante la fuerza irresistible se estrelló con el cuerpo inamovible y ambos quedamos en una estásis perfecta, congelándonos en nuestro sitio mientras la energía no sabía hacia dónde dispersarse.

Y luego, escuché el sonido de la barrera resquebrajándose. Cediendo ante la fuerza que mi daga transmitía, el escudo perdió casi al instante un séptimo más de su energía. Y no obstante, el impacto también se dispersó hacia el sentido contrario, golpeando mis costillas tan intensamente que incluso creí poder escuchar a un par de ellas agrietarse. Después de aquello, salí despedido por un impulso invisible que me mandó a volar cinco, seis, siete metros. Tal vez más, incluso.

Caí tan pesado como era en el suelo, lejos de Andrei, sintiendo los huesos de mi torso gritar en agonía debido al golpe. Mi mano derecha ardía como si bajo la piel estuviese en llamas y el aliento me era arrebatado a cada instant, además que ahora la cabeza me dolía terriblemente por culpa de aquel intenso rebote.

Intenté levantarme del suelo, pero una interminable punzada en el pecho me imposibilitaba. Cada que intentaba mover un músculo, sentía mi propia daga clavándose en mi torso y tirando de mí hacia el piso. Eso era signo claro de que al menos un hueso había terminado roto; y con mi mano experimentando algo similar, supuse que tendría que comenzar a usar la izquierda.

Intentando serenarme, Nadhia se acercó y me tomó de la mano. Obviamente, tuvo que hacerlo de la que acababa de romperme, por lo que tuve que morderme la lengua para no gritar o escupirle una maldición.

Idiota, no vuelvas a hacer algo así.

Sabes que lo volveré a hacer.

Resignándome, terminé por convencerme a mí mismo que levantarme era imposible. Por lo que, reanudando mi magia, volví a alzarme para levitar. Al menos así, pensaba, no tenía que mover tanto mi cuerpo, esperando que pudiese arreglármelas para moverme al manipular sólo mi eje de gravedad. "Me puse de pie" con éstos a sólo unos centímetros de hacer contacto con el suelo.

Cuando alcé la vista, contemplé cómo el cielo había enrojecido todavía más. Ardientes trozos de roca habían aparecido en las alturas, amenazando con caer sobre nosotros, obedeciendo a las órdenes de Saavedra. Al instante Nadhia comenzó a disparar flechas a los proyectiles, buscando interceptarlos o desviarlos por completo. Y, por alguna razón que no había terminado de comprender, el suelo bajo nuestros pies había terminado por resquebrajarse, dividiéndonos en tres plataformas diferentes.

Por suerte, yo podía cruzar. Confiando en que Nadhia podía encargarse, salí volando en dirección a Jain, tras ver que Fátima intentaba traer de vuelta a Edge. Sólo por si llegaba a estar en peligro, activé también mi Pseudo-Gravedad mientras me acercaba al joven.

Posé mi mano en su hombro de cristal puro:

¿¡Y tú qué te crees que estás haciendo, volviéndote cristal, jovencito!? —rugí, dándole un leve empujón a su escultura—. ¡O vuelves aquí en este mismo instante o te las verás conmigo!

Eso era ridículo. Girándome hacia Fátima, grité desesperanzado:

¡Esto no me va a funcionaaaaaar!

Alcé la mirada hacia los corazones en el cielo, que poco a poco se transformaban en los meteoritos de Andrei. Y al Kingdom Hearts. ¡Ya no tenía idea, ya no sabía qué hacer! Mientras Saavedra siguiese tuviendo a ellos en su poder, íbamos a seguir perdiendo fuerzas. Y con aquellas bolas de fuego en el cielo, la situación se ponía cada vez más peligrosa.

Tiré de ellos con Anti-Gravedad, como había hecho antes. Me respondieron con un destello rojo, pero no parecía funcionar. Al menos no con tan poco entusiasmo, no lo sabía claramente.

¡¡Por favor, tienen que ayudarnos!! —rogué, haciendo como si tirase de una cuerda invisible atada a la Gravedad para llamar la atención de las almas—. ¡¡No pueden quedarse allí arriba mientras hacemos todo por ustedes, maldita sea!! —rugí—. ¿¡Que acaso no tienen ganas de exiliar a este gitano!? ¿¡Quieren servir de pañuelos para siempre, o qué!?
—You're like that coffee machine: from bean to cup, you fuck up—

~Dondequiera que el arte de la medicina es amado,
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Re: [Epílogo] The Beginning

Notapor LightHelco » Mié Ene 29, 2014 11:19 pm

—¿Empiezas a temer ya por tu vida, Andrei? —me burlé al ver como fruncía el ceño este debido a nuestros ataques, pero antes de que pudiese empezar a retirarme unas cuerdas aparecieron del grupo de corazones sujetando mis brazos y manos — ¿Qué demonios?

Más corazones se unieron a los que habían formado las cuerdas creando una caja en la que me quedé encerrado. Intenté cortar las cuerdas con fuego y abrir aquella caja a patadas, pero ninguna de esas acciones pudieron llegar a hacerse cuando sentí como tres afiladas espadas me atravesaban de lado a lado. Solo podía gritar de dolor en aquella situación, la sangre manchaba mi ropa rápidamente y mi mente se nublaba con aquellas armas clavadas en mi cuerpo.

Me pareció escuchar la voz de alguien llamándome, supuse que sería Nadhia al haberme quedado cerca de ella.

—Yo…duele… —balbuceé incapaz de mantenerme despierto por el dolor.

Aun así pronto desapareció liberándome de aquella tortura. Mis ojos miraban al cielo donde unas pequeñas rocas de fuego se acercaban amenazantes contra nosotros, miré al frente para ver si la persona que se encontraba al lado mío era Nadhia tal y como había pensado, pero grande fue mi sorpresa al ver a una preocupada Fátima preguntándome por las heridas que acaba de sufrir.

—Sí, no son nada de lo que tengas que preocuparte —le contesté sin ganas levantándome y observando el cambio de escenario —. Al final parece que si empieza a tomárselo en serio.

Ahora teníamos el problema de los meteoritos que en cualquier momento nos caerían encima, pero Andrei se encontraba al fin en una posición en la que mostraba lo desesperado que estaba por matarnos, sabía que podíamos derrotarle y nosotros estábamos seguros de nuestra victoria.

—Es nuestra única oportunidad —masculló Fátima —. ¡Joker! ¡Tenemos que atacar a Andrei, con todas nuestras fuerzas! —exclamó—. ¡A muerte! Pero antes… ¡Necesitamos refuerzos!

—No necesito que me des ninguna orden, se hacer las cosas por mí mismo.

Aprovechando que Fátima iba a liberar a Crow, volví a llamar a todas mis cartas para que envolvieran al gitano y le impidieran escapar. Cuando todas estuviesen cerca suyo, tracé una línea en el aire para que las llamas de la Sota de Corazones ardieran bajo los pies de aquel desgraciado y lo quemaran, si las cartas seguían allí las usaría para que alimentaran el fuego y aumentaran la potencia del ataque.

Fátima se unió entonces a mí usando otra vez su fuego el cual aprovecharía la fuerza de mi ataque, viendo que ella ya tenía ese elemento asegurado, llamé a la tierra para que fuera envolviendo la esfera de Andrei y que con ayuda del fuego se endureciera de tal manera que le fuera imposible escapar y que Nadhia y Felix pudiesen atacarlo sin problemas. Alcé entonces mí mirada nuevamente hacia Kingdom Hearts tal y como lo estaban haciendo mis compañeros:

—Habitantes de Villa Crepúsculo —llamé a los corazones con fuerza —. Sé que no queréis seguid a Andrei, por eso os pido como Game Master de este mundo, como su guardián, ¡que luchéis contra su control!

>>¡Rebelaos contra este falso dios y luchad a nuestro lado!
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Notapor Soul Artist » Jue Ene 30, 2014 4:05 pm

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No quedaba tiempo. Los jugadores comenzaron a mover ficha empezando por acudir en la ayuda de Crow y Jain, a quienes habían olvidado desde el comienzo de aquella batalla final. Tanto Fátima como Felix acudieron en su ayuda, tocando sus pechos y despertando sus corazones con el poder de sólo desearlo; el poder de Eileen, después de todo.

Ambos jugadores cayeron al suelo desconcertados, pero agradecidos por la ayuda prestada. Y mientras se recuperaban los jóvenes procedieron a atacar a la barrera de Andrei en su desesperación por terminar aquello.

Nadhia atacó primero con un Perla+ al gitano, la cual fue absorbida por la barrera sin ningún problema. Andrei contestó con un rayo que atravesó su cuerpo, pero ella no se detuvo: invocó su arco y comenzó a atacar a uno de los meteoritos, aunque su acción no tuvo efecto en él. Pronto todos ellos caerían sobre sus cabezas.

Una serie de cartas envolvieron a Andrei, pero aquella estrategia tan usada por el Game Master no serviría: el dios invocó una serie de llamas a su alrededor y prendió todos los naipes, haciéndolos desaparecer y dejando su vista libre. La Sota de Corazones, por tanto, no se completó; su propio fuego incendió el posible ataque, inmunizándolo.

Sois idiotas —señaló el gitano mientras Fátima intentaba atacarle con fuego y Joker intentaba ayudarla con tierra, que tuvo poco efecto sobre el gitano—. Podríais haber tenido un mundo perfecto. Ahora sólo obtendréis eliminación.

La tierra alrededor de Andrei estalló y el gitano se alzó hacia el cielo, quedándos a decenas de metros sobre sus cabezas. Sonrió mientras su barrera brillaba con intensidad, evidenciando los daños que habían provocado en ella. Y todos ellos habían resultado inútiles.

Caed.

Los meteoritos comenzaron a precipitarse sobre el castillo de la Tierra de Partida virtual, amenazando con destruirla. Apenas un par de segundos era lo que les separaba de la total destrucción: nada podía salvarlos.

Y quizá por ello comenzaron a rezar. En sus últimos instantes de vida sólo vieron una salida: suplicar a los meteoritos, igual que a la luna situada sobre Andrei.

¡¡Él no es vuestro amo!! ¡Luchad, no dejéis que os esclavice! ¡Usad vuestro poder en su contra!

¡No os rindáis a él, rebelaos! ¡Sois muchísimos más, no podrá con vosotros! ¡No dejéis que reduzca vuestras existencias a un estado tan miserable!

Pero la fe de sus palabras no detuvo los meteoritos. Mientras seguían rezando cayeron sobre la plataforma, destruyendo bajo ellos todo el castillo al igual que ya habían hecho con Tierra de Partida.

¡Nunca os dará lo que buscáis! ¡Para él todos nosotros somos herramientas, no vida! ¡¡Rebelaos!!

¡¡Por favor, tienen que ayudarnos!! ¡¡No pueden quedarse allí arriba mientras hacemos todo por ustedes, maldita sea!! ¿¡Que acaso no tienen ganas de exiliar a este gitano!? ¿¡Quieren servir de pañuelos para siempre, o qué!?

Andrei comenzó a mostrarse molesto por aquellas palabras. Frunció el ceño y levantó su mano hacia Kingdom Hearts, transformándolo en un gigantesco meteoro final más grande que el propio castillo: a aquello no podrían escapar.

Eileen dio la vida por todos. ¡No podéis doblegaros así!

Habitantes de Villa Crepúsculo. Sé que no queréis seguir a Andrei, por eso os pido como Game Master de este mundo, como su guardián, ¡que luchéis contra su control! ¡Rebelaos contra este falso dios y luchad a nuestro lado!

Andrei lanzó el meteorito final y los jugadores callaron finalmente. Toda Tierra de Partida fue borrada de su existencia por el impacto del ataque definitivo de Andrei: sólo quedaron pequeños restos de algunas habitaciones, principalmente la sala del trono.

El silencio fue la mayor recompensa de Andrei. Observó la estrella de fuego y no pudo reprimir una risa nerviosa. Había eliminado a los herederos de Eileen de forma definitiva. Había terminado: tenía su mundo para él solo.

Con la palma de la mano atrajo hasta él lo que quedaba de la sala del trono y descendió hasta el asiento principal, sentándose en él y cruzando las piernas. Se pasó la mano por la cara y continuó riendo, relajado por el fin de la guerra. Había terminado. Pero no como a él le hubiese gustado.

El meteorito volvió a transformarse en Kingdom Hearts, pero con un color que no se correspondía al de su dominio. De blanco había pasado a rojo crepuscular, el color de aquellos que habían jurado proteger al mundo virtual. Seis sombras estaban proyectadas frente a él, volando en el espacio infinito.

No...

Andrei levantó su mano hacia Kingdom Hearts para llamar a sus corazones, pero ni uno sólo acudió en su ayuda. Todos se quedaron en la gigantesca luna, volando libres sin su control. El gitano tragó saliva.

¡Vuestra Creadora ha muerto! —gritó Andrei, levantándose de su asiento y extendiendo la mano hacia los corazones de nuevo—. ¡No queda nada de ella! ¡¡Esto es imposible!!

Pero siguieron sin acudir a él. Los corazones ahora estaban bajo la protección de un nuevo panteón de dioses completamente distintos a Andrei, con la capacidad y el deseo de volver a convertirlos en las personas que eran antes.

Los Reapers de Villa Crepúsculo.

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Fecha límite: 19:00 (hora peninsular española) del domingo, 2 de Febrero de 2014.
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Re: [Epílogo] The Beginning

Notapor Suzume Mizuno » Dom Feb 02, 2014 4:56 am

«¡Maldita sea, no voy a morir aquí! ¡No voy a morir aquí! ¡No quiero morir después de todo lo que hemos pasado!» gritaba Fátima en su fuero interno.

Los huesos de sus puños ardían casi al rojo vivo de la fuerza con la que desplegaba el fuego. Tenía la sensación de que se estaba quedando sorda entre las llamaradas de su poder y el grave, estremecedor rugido de los meteoritos. Rompían el aire, haciendo temblar la atmósfera, mientras se precipitaban hacia ellos. La luz se volvía más y más intensa a cada segundo y sabía que pronto se volvería cegadora. Pero no desvió ni por un instante los ojos hacia arriba. Sólo pensaba en dos cosas: que no iban a conseguirlo, que Kingdom Hearts sería para siempre esclavo de aquel mocoso, y que tenía que destrozar la barrera de Andrei. Era la única oportunidad que les quedaba; si conseguían quebrarla, entonces el joven tendría que detener los meteoritos para salvar su propia vida.

Sin embargo, Andrei no acusaba la furia de los ataques de los Reapers. Es más, se mostraba bastante tranquilo, repleto de insufrible desdén.

Sois idiotas. Podríais haber tenido un mundo perfecto. Ahora sólo obtendréis eliminación.

Fátima soltó un sollozo de pura frustración. ¡No iba a ganar! ¡No iba a acabar así, con él sonriendo despectivamente!

¡No podía acabar así!

Caed.

La lluvia de meteoritos alcanzó Tierra de Partida. Los cruentos silbidos le pusieron los pelos de punta mientras escuchaba los estallidos y sentía en cada vibración y cada detonación cómo una parte de aquel mundo se venía abajo.

¿Por qué Kingdom Hearts no se rebeleba? ¿Por qué no habían sido capaces de cambiar su destino? ¡Ellos eran parte del mundo, Andrei era un elemento ajeno! ¡Por qué no eran capaces de superarle, incluso si contaban con el corazón de Eileen!

Entonces los meteoritos comenzaron a estallar violentamente a su alrededor. La tierra temblaba y se resquebrajaba, las esquirlas y los pedazos de techo y muro saltaban por los aires en medio de una terrible lluvia de fuego. El suelo se despedazó bajo de sus pies y Fátima tuvo que detener su ataque para luchar desesperadamente por no caer. Una violenta ola de calor la azotó, abrasándole la piel. Era horrible, monstruoso, infernal.

«Al final… ¿No ha servido para nada?».

Le ardían los ojos, pero sus lágrimas se evaporaban antes incluso de salir.

De pronto, el mundo se volvió blanco y Fátima levantó los ojos para ver cómo un brillante y gigantesco meteorito, tan masivo que no era capaz de abarcarlo con un vistazo, caía sobre ellos con implacable fatalidad.

Cerró los párpados, si bien la luz atravesó su piel, quemando sus retinas, y dejó caer los brazos a los lados. Ya ni sentía el calor. Sólo podía aceptar lo inevitable.

«Hermano…»

****


Andrei reía. Triunfante. Convencido de ser el vencedor. Era una risa que resonaba en los oídos de Fátima.
Fue una risa que le hizo esbozar una sonrisa retorcida, embargándola de una satisfacción malsana.

Porque ahora sabía que habían tenido éxito. En su pecho latía la fuerza que les iba a dar la victoria. Se sentía, por primera vez, segura de que la muerte no pendía sobre su cabeza. En toda su corta existencia, por fin, sentía que estaba por encima de todos los peligros.

Kingdom Hearts resplandecía en el cielo, de un intenso color rojo. El rojo del crepúsculo. Alzó las comisuras de los labios. Era apropiado.

Al bajar la mirada a su alrededor, contepló a Andrei congelado en su sitio, incapaz de creer lo que estaba sucediendo. Alzó la mano, intentando invocar de nuevo a los corazones que le habían servido durante toda aquella pelea pero…

Ninguno respondió a su llamada.

¡Vuestra Creadora ha muerto! —gritó Andrei, insistiendo en intentar invocar a Kingdom Hearts—. ¡No queda nada de ella! ¡¡Esto es imposible!!

Se acabó, Andrei —dijo Fátima con suavidad—. No volverás a manipular así la vida de nadie. Nadie volverá a hacerlo —añadió, tendiendo la mano al cielo. Musitó:—. Volved a vuestra forma original. Todos.

No permitiría que los corazones volviesen a ser el juguete de nadie. Y si alguien intentaba volver a usarlos como si no fueran seres conscientes, tendría que pasar por encima de su cadáver.

Sólo entonces se volvió hacia Andrei e invocó un gran número de estacas de piedra que rodearon por todas partes la barrera del joven. A un gesto de Fátima, se precipitaron contra el escudo con agresividad, convirtiéndolo en una especie de puercoespín.

No atacó más. Sólo quería acabar con la protección de Andrei. Y sabía que sus compañeros seguramente no iban a reprimirse.
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Re: [Epílogo] The Beginning

Notapor EspeYuna » Dom Feb 02, 2014 3:46 pm

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Recibí el impacto del rayo de Saavedra en mi cuerpo como una cuchilla afilada me atravesara de la cabeza a los pies. Y aunque el dolor me rogaba soltar un par de lágrimas, me contuve y no perdí de vista mi objetivo: los meteoritos.

El caso era, ¿estaba siendo ilusa? Aquellas rocas gigantescas y estremecedoras, envueltas en ardiente fuego, se aproximaban a gran velocidad. Y aunque lancé todo mi arsenal contra ellas, no conseguí acabar con ninguna. Es más, ni siquiera fui capaz de desviar su trayectoria.

"¡Maldición, maldición, maldición!"

Cuando quise darme cuenta, lo teníamos encima.

Sois idiotas. Podríais haber tenido un mundo perfecto. Ahora sólo obtendréis eliminación.

"¡Asquerosa sabandija!"

No, aquello no terminaba ahí. Confiaba en Eileen, en el poder que les había obsequiado antes de irse para siempre. Pero, ¿hasta cuan era de poderoso Andrei para controlar los millones de corazones que flotaban en el cielo, acatando cada una de sus órdenes?

"Quizás es cierto que soy una ilusa."

Caed.

Escuché como los meteoritos comenzaban a estallar contra la tierra en la que nos encontrábamos mis compañeros y yo. El aire caliente empezó a quemar mi cuerpo y me protegí los ojos con ambas manos, cerrándolos con fuerza.

"Este no es el final. ¡No lo es...! ¡No...!"

****


La risa de Andrei logró demostrar que no éramos unos ilusos.

Cuando abrí los ojos, la luna de corazones, el Kingdom Hearts de Andrei, resplandecía en el cielo con un poderoso rojo crepuscular. Sonreí y compartí el momento con los demás, viendo en la lejanía como Andrei estaba pálido y era incapaz de controlar los corazones que, hasta aquel momento, habían sido sus esclavos.

¡Vuestra Creadora ha muerto! —exclamó furioso de nuevo—. ¡No queda nada de ella! ¡¡Esto es imposible!!

Se acabó, Andrei —dijo Fátima, sacándome una divertida mueca, triunfantes.

La Creadora no ha muerto —le corregí a Saavedra—. Sigue viva dentro de nosotros.

No volverás a manipular así la vida de nadie. Nadie volverá a hacerlo —Fátima tendió la mano en el cielo para pedir un último favor a los corazones—. Volved a vuestra forma original. Todos.

La imité alzando mi diestra, confirmando sus palabras:

Sois libres.

Si Saavedra se pensaba que utilizaríamos los corazones para acabar con su existencia, estaba muy equivocado. No íbamos a caer tan bajo como él.

Los Reapers nos bastamos solitos —dije, lanzando una mirada cómplice a Joker y a Felix, y luego a Crow y Jain.

Y para cuando fui a encontrarme con los ojos de Fátima, ésta ya se había lanzado a invocar su poderosa magia contra lo que quedaba de la barrera de Andrei. Numerosas estacas de piedra rodearon la defensa del joven gitano, y ante un gesto de manos, se precipitaron contra la pared mágica.

Guau —expresé, siendo escuchada únicamente por Fátima—. Recuérdame que nunca discutamos.

Le guiñé un ojo y me lancé contra Saavedra.

En medio de la carrera, y si sólo la barrera caía, alzaría mi arco y dispararía un par de flechas en dirección a sus pies, con el único propósito de inmovilizarlo en el suelo y que no pudiera esquivar ninguno de los ataques posteriores de mis compañeros. Si la barrera no caía, esperaría paciente a que lo hiciera y seguiría el mismo plan.

Y cuando todos hubiesen puesto fin a demostrar el poder de Eileen dentro de sus corazones, yo habría concentrado en mis manos un orbe gigante y rebosante de luz.

"Te lo dedico, Nadhia."

Alzaría el Perla+ con ambas manos en el aire, y cuando no pudiera hacerlo crecer más, lo lanzaría contra el cuerpo de Saavedra con todas mis fuerzas.

¡Trágate esto, Saavedra!

Sonreí con malicia mientras hacía que el ataque impactara contra él.

Ah, dulce venganza.
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Re: [Epílogo] The Beginning

Notapor Zee » Dom Feb 02, 2014 9:09 pm

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Tosí con fuerza, haciéndome más daño en el pecho todavía. Podía sentir una molesta espina clavándose en mis pulmones y haciéndome daño, interrumpiendo mis respiraciones y arrancándome el aliento momento a momento. Pronto mis heridas se volverían demasiado incapacitantes como para poder continuar, pensé, por lo que tendría que acabar con Saavedra tan pronto como fuese posible. Y sin embargo, mis propias heridas me lo impidían, creando así un círculo vicioso.

Sentí el sabor de la sangre en la boca tras carraspear, intentando calmarme.

Sois idiotas —insultó Saavedra, sin esforzarse por esquivar los ataques de Fátima y Joker, incluso cuando ya sabía que la integridad de su barrera peligraba—. Podríais haber tenido un mundo perfecto. Ahora sólo obtendréis eliminación.

El suelo bajo Andrei se resquebrajó todavía más, mientras el joven comenzaba a levitar en el aire, levantándose cada vez más alto sobre nosotros. Aunque técnicamente yo podía alcanzarlo con mi magia, dudé sobre si aquello era la mejor idea. Si me encontraba cara a cara contra él, allí arriba, no tendría mucha oportunidad. Pensando en eso, permanecí en mi sitio, flotando a unos centímetros del suelo, a la par que Saavedra se alzaba más y más en el cielo.

Caed.

En un instante, las cadenas invisibles que sostenían a los meteoros fueron seccionadas. Las ardientes rocas comenzaron su caída en casi el mismo instante, precipitándose en una lluvia de fuego que terminaría por acabar con todos nosotros. No había manera alguna de esquivar, desviar o bloquear aquello; nuestro fin era inevitable.

No ahora; por favor, no ahora. ¡Sobreviví ocho días, tengo que sobrevivir diez minutos más!

Salí disparado gracias a mi hechizo, contemplando (y sintiendo) los primeros proyectiles estrellarse contra el suelo. Todo a mi alrededor estallaba, escupiendo chispas y ceniza, mientras yo volaba veloz por la plataforma. Lo que había bajo mí desaparecía momento a momento; y de no haber usado Gravitón para levitar, ya habría caído mucho antes.

Esquivé una de las rocas por los pelos, dando un giro completo hacia un costado, mientras experimentaba un calor intenso quemar mi piel y encender mi vestimenta. Sabiendo que no podía hacer nada más por mi seguridad, ni siquiera me preocupé por apagar las ascuas mientras tomaba a Nadhia entre mis brazos e intentaba protegerla con mi cuerpo. Por encima de mí, una luz más brillante que la del sol comenzó a destellear con fuerza. Mi carne comenzó a arder en su sitio, quejándose por la temperatura.

Y de pronto, hubo un estruendo final que acabó con todo.

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Y sin embargo, seguíamos allí. De alguna manera, yo seguía allí, abrazando a Nadhia y cubriéndola tanto como podía, incluso cuando el fin del mundo había ocurrido a mis espaldas. Y cada centímetro de mi cuerpo se quejaba a gritos, seguía allí.

Apreté a Nadhia un poco más fuerte, haciéndome daño en la mano y en el pecho. Después le di un beso en la frente, sonriéndole por enésima vez en el día, y me di la media vuelta para encarar a Andrei.

No...

A nuestras espaldas, la inmensa luna brillaba con el color rojo de la Locura. Esta vez, todos los corazones estaban de nuestro lado. Como demonios desafiando al dios de aquel mundo, flotábamos en la inmensidad, acompañados por las inaudibles voces de aquellas almas clamando nuestros nombres.

La mano de Saavedra, extendida en dirección nuestra, no atrajo absolutamente nada.

¡Vuestra Creadora ha muerto! —rugió el joven, levantándose del asiento en el que se había recostado tras su supuesta victoria. Una sonrisa orgullosa se me escapó inevitablemente, sabiendo que las fichas habían cambiado radicalmente de lugar—. ¡No queda nada de ella! ¡¡Esto es imposible!!

Quedamos nosotros —respondí tajante.

Se acabó, Andrei —declaró Fátima, por otro lado.

La Creadora no ha muerto —y señaló Nadhia, también—. Sigue viva dentro de nosotros.

No volverás a manipular así la vida de nadie. Nadie volverá a hacerlo —dijo Fátima, abriendo su mano hacia los corazones—. Volved a vuestra forma original. Todos.

Sois libres.

Este mundo necesita de vuelta la belleza de la que gozaba —pedí, extendiendo mi brazo sano hacia un costado, primero abriendo mi palma y luego materializando mi daga en ella—. Traigan de vuelta nuestro hermoso atardecer. Nuestro crepúsculo.

Miré con decepción mi mano rota. Se había hinchado como un guante, quemaba como si hubiese sido golpeada por uno de los meteoritos y estaba tan enrojecida como el propio Kingdom Hearts. Usé la empuñadura de mi daga para obligar mis dedos a cerrarse hasta formar un puño, lo cual me hizo soltar un alarido de dolor. Mantendría aquella posición y al menos así, podría usarla para lanzar algún hechizo.

Cuando volví a levantar la vista, me encontré con Nadhia disparando un hechizo luminoso a la barrera de Andrei, mientras Fátima retrocedía para recuperarse de un ataque que no había logrado ver. Apretando mi daga con fuerza y tomando tanto aire como mis costillas me lo permitieron, reanudé mi vuelo en dirección al gitano. Como la primera vez, usé mi diestra para disparar varios Púlsares a la barrera conforme me acercaba más y más, para luego plantarme frente a ella.

Tú, gitano; yo, mestizo. Mírame a los ojos, Saavedra, y date cuenta que somos el mismo.

>>Y date cuenta qué tan diferentes fueron nuestros caminos.


Le asesté un amplio corte horizontal, tan amplio como era posible, buscando abrir finalmente aquel escudo.
—You're like that coffee machine: from bean to cup, you fuck up—

~Dondequiera que el arte de la medicina es amado,
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Re: [Epílogo] The Beginning

Notapor LightHelco » Dom Feb 02, 2014 10:15 pm

—Sois idiotas. Podríais haber tenido un mundo perfecto. Ahora sólo obtendréis eliminación.

Ignoraba las palabras del gitano con tal de conseguir encerrarlo en aquella esfera de tierra y que Fátima lo incendiase desde dentro, pero el hombre consiguío evadir nuestro ataque conjunto apagando las llamas de la mujer y haciendo que mi ataque volase hacia el cielo de forma inofensiva. Apreté los dientes intentando hacer volver la tierra en forma de estalagtitas para que acabese antes de la llegada de los meteoritos.

—Caed.

Los meteoritos caían con rapidez haciendo que la temperatura subiese rapidamente. La tierra que estaba usando se desintegró al sentir la cercanía de las rocas ardientes y el miedo a morir definitivamente se apoderó de mí al saber que no podíamos hacer nada para detener aquel ataque final.

En un último intento, imploramos a los habitantes del mundo que se unieran a nosotros, más Andrei los transformo en un meteorito mucho mayor que el propio castillo de Tierra de Partida.

—¡Aun no podeis rendiós, luchad! —volví a gritar desesperado mientras veía como los meteoritos terminaban de alcanzar el castillo.

Si no nos escuchaban ahora, nunca mas lo harían.


“¿Seguímos con vida?” fue lo primero que me pasó por la cabeza al darme cuenta de que no había sentido ningún golpe o cualquier cosa que indicase que el meteorito nos había dado.

Abrí los ojos para descubrir que así era, seguíamos con vida y para mejorar nuestra situación los corazones habían conseguido escucharnos y ahora se hayaban a nuestros lado libres al fin de la influencia de Andrei. Este nos miraba perplejo por descubrir que se habían cambiado las tornas a nuestro favor.

—¡Vuestra Creadora ha muerto! —gritó Andrei levantandose del asiento donde se encontraba y dirigiendose hacia los corazones —. ¡No queda nada de ella! ¡¡Esto es imposible!!

—¡Quedamos nosotros, Andrei! —exclamé preparando el contraataque que acabase con el gitano —. Eileen nos dio su corazón, ella vive en nosotros y los habitantes de su mundo lo saben.

>>Podéis volver a vuestro ser, pronto os devolveremos a vuestro mundo —les hablé a los corazones junto a mis compañeros —. Pero antes, permitidnos acabar con el tirano.

Una esfera de fuego apareció en una de mis manos lista para devorar al gitano. Fátima lanzó primero su ataque seguida de una potente Perla por parte de Nadhia, esperé a que Felix atacase para entonces enviar todas mis cartas contra Andrei, estas se separarían en dos grupos para atacar desde los dos flancos e intentar destruir la barrera que protegía al enemigo, llegaran a conseguirlo o no, me concentré en el trono en el que había estado sentado Andrei para liberar desde ahí una Sota de Tréboles para que lo volviera a sentar y atarlo ahí, encuanto lo tuviera bien amarrado, moldearía la esfera de fuego que tenía en la mano para que tomara una forma parecida a una serpiente y lanzarla directamente contra Andrei.

—Arde en el maldito infierno, Andrei.
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Notapor Soul Artist » Lun Feb 03, 2014 12:35 am

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http://www.youtube.com/watch?v=0ymXXOYL6Sc&feature=youtu.be&t=4m21s

Le tomo prestado el tema a Zero.

Los Reapers reaccionaron desafiantes ante su creador. Fátima, Xefil, Nadhia y Joker separaron los corazones de Kingdom Hearts y estos comenzaron a desmembrarse de la luna, haciéndola desaparecer frente al falso dios mientras caían sobre los restos del castillo.

Quedamos nosotros.

Se acabó, Andrei.

La Creadora no ha muerto. Sigue viva dentro de nosotros.

¿Qué estáis diciendo? —jadeó Andrei, cargando un rayo en su mano—. ¡No sois nada!

El rayo fue liberado y cruzó en un fracción de segundo la distancia que los separaba, pero se desvaneció poco antes de alcanzar a los jugadores. Sus pechos brillaban, y su luz había detenido el ataque del omnipoderoso dios. Andrei abrió los ojos desmesuradamente y se echó atrás, incrédulo.

No volverás a manipular así la vida de nadie. Nadie volverá a hacerlo. Volved a vuestra forma original —Fátima tendió su mano hacia lo que quedaba de Kingdom Hearts, al igual que sus compañeros.—. Todos.

Lo que quedaba de la prisión de los corazones implosionó, dejando volar libres a los cientos de datos por el cielo, como estrellas navegando a la deriva. Una lluvia de corazones inundó los restos del castillo de Tierra de Partida, destruyendo todos los planes de Andrei de una sola sentada. El gitano contempló cómo los corazones aterrizaban en fragmentos de murallas, de suelo, del tejado. Estaban en todas partes.

Sois libres.

Los corazones comenzaron a mostrar las formas fantasmales de aquellos a quienes habían pertenecido. Ragun, Hana, Yagami, Mei... Sólo unos pocos nombres para las decenas de jugadores que habían conocido tanto en vidas pasadas como en aquel mismo juego. No abandonarían aquel lugar: les apoyarían hasta el final.

Este mundo necesita de vuelta la belleza de la que gozaba. Traigan de vuelta nuestro hermoso atardecer. Nuestro crepúsculo.

El famoso sol del Mundo Virtual volvió a aparecer en el cielo, terminando con la eterna noche que Andrei había traído consigo. La luz del día permitió a los Reapers ver a un último fantasma, alguien que jamás les abandonaría y que había detenido el último ataque de Andrei.

Eileen se encontraba frente a ellos, sonriéndoles de forma sincera por primera vez. Parecía tranquila y relajada, porque sabía que podía confiar en ellos. Habían hecho lo que ella sola jamás hubiese podido hacer. Y por ello, un último gracias resonó en sus cabezas mientras la figura de la Creadora volvía a desaparecer.

¡¡No!! —gritó Andrei, llevándose las manos a la cabeza y mirando al suelo con el rostro demacrado—. ¡Mi mundo! ¡Mi utopía! ¡Yo soy Dios! ¡¡Yo iba a traer la paz al Reino de la Luz!!

El falso dios invocó su Llave Espada y se abalanzó contra ellos de un potente salto en el aire, materializando dos copias.

Ambas desaparecieron cuando Fátima invocó varias estacas hechas con roca y las lanzó contra la barrera del gitano, que se resquebrajó. Se cubrió el rostro con ambos brazos y se liberó de los ataques de la chica, lanzando su Llave Espada contra ella.

No llegó a tocarla, pues el Perla+ gigante de Nadhia se tragó el arma de Andrei y se dirigió directamente hacia la barrera, absorbiéndola con su luz. El gitano gritó lleno de frustración e invocó dos gigantescas alas de oscuridad que hicieron desaparecer el hechizo, a la vez que su barrera se desmoronaba pedazo a pedazo.

Felix lanzó varios Púlsares contra Andrei, arrojándole hacia la sala del trono de nuevo. Se dirigió a gran velocidad hacia él y se burló frente a su impotente rostro, atacando con su daga. El ataque del Reaper provocó un desgarrón en el escudo y acertó a Andrei, provocándole un corte en la mejilla que le obligó a apartar la mirada para llevarse la mano de inmediato a la cara.

De pronto decenas de zarzas surgieron alrededor de él, atrapándole en el mismo trono en el que había pretendido convertirse en el rey de aquel mundo. Joker cargó una esfera de fuego en forma de una gran serpiente. El fuego entró por la hendidura abierta entre todos, quemándole el pecho. Andrei resistió el dolor, pero su mente se vino abajo cuando definitivamente la barrera estalló.

El grito del Andrei pudo escucharse en todo el Mundo Virtual cuando fue lanzado varios metros hacia atrás mientras su protección le abandonaba y su prometido trono se veía destruido por el fuego del Game Master. Rodó varios metros en el suelo mientras los Reapers aterrizaban delante de él, hasta el borde de la plataforma.

Andrei se retorció en el suelo cabezabajo un instante y, haciendo un gran esfuerzo, colocó sus manos sobre el suelo. El corte de su mejilla sangraba copiosamente y largas gotas resbalaban por su rostro hasta caer al suelo delante de él. Su expresión estaba llena de rabia, furia y frustración.

No... Esto no es lo que me prometieron...

El dios caído apoyó una mano sobre la rodilla para ayudarse y se levantó temblando, dirigiendo sus ojos vidriosos hacia los Reapers.

Veía demonios frente a él, gente de mal que había destruido su mundo perfecto e ideal. Pero ya no podía considerarse a sí mismo una divinidad: sangraba, tenía el pecho con serias quemaduras y lo peor de todo, algo que cualquiera podía ver en sus ojos, sus labios.

Atrás... —el gitano invocó su Llave Espada de nuevo a su espalda, mientras extendía su mano izquierda hacia ellos, suplicándoles que acabaran con aquello. Dio dos pasos hacia atrás hasta que su pie derecho dio con el borde de la sala, con la infinita nada debajo de él—. ¡¡Parad!!

Tenía miedo. Miedo, porque ya no era el dios que aseguraba ser unos minutos atrás. Miedo, porque se encontraba ante las auténticas divinidades por derecho de aquel mundo. Y él no era absolutamente nada contra ellos y, posiblemente, contra nadie.

Ya no había ninguna barrera entre ellos.

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Re: [Epílogo] The Beginning

Notapor Suzume Mizuno » Lun Feb 03, 2014 1:54 am

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¿Qué estáis diciendo? —Andrei invocó un rayo, furioso, asustado, fuera de sí—. ¡No sois nada!

El rayo nunca llegó a acertarles. Fátima sintió el corazón de Eileen latir en su pecho y desprender una cálida fuerza protectora que los envolvió a todos con ternura. Andrei, con los ojos abiertos de par en par, retrocedió sin poder creer lo que estaba viendo.

Entonces Fátima dio orden de liberar a los corazones y Kingdom Hearts explotó sobre sus cabezas, deshaciéndose en una lluvia de datos que cayeron suavemente a su alrededor. Como si nevara luz.

Sois libres.

Fátima sonrió al escuchar a Nadhia. Parecía que, entre una cosa y otra, iban a poder llevarse bien. Giró sobre sí misma para ver cómo los corazones se iban convirtiendo, uno tras otro, en sus formas originales. Tantos fallecidos, tantos datos usados injustamente en aquel macabro juego, por fin habían sido liberados. Y, esta vez, para siempre. Fátima cerró los ojos un instante para embargarse de su presencia, que lo llenaba todo.

Este mundo necesita de vuelta la belleza de la que gozaba. Traigan de vuelta nuestro hermoso atardecer. Nuestro crepúsculo.

De pronto el sol surgió en el cielo, iluminándolo todo, incluído el eco del espíritu de Eileen. Fátima se conmovió al ver que, por primera vez, una sonrisa hacía resplandecer su rostro. Por primera vez, era feliz. Fátima escuchó su voz en su interior, suave y delicada, llena de amabilidad. Gracias.

Y se desvaneció en medio de la nada.

O quizás no, pensó Fátima mientras sentía un poderoso latido de su corazón.

¡¡No!! —el grito estridente de Andrei rompió la armonía de la despedida y trajo a Fátima de vuelta a la realidad. Vio al joven llevarse las manos a la cabeza, pálido, descompuesto—. ¡Mi mundo! ¡Mi utopía! ¡Yo soy Dios! ¡¡Yo iba a traer la paz al Reino de la Luz!!

En un ataque desesperado, se abalanzó contra ellos, invocando a unas copias para que le ayudaran en su tarea, pero Fátima efectuó su ataque y le detuvo antes de que pudiera avanzar.

Lo que vino a continuación fue doloroso, casi humillante. Fátima vio cómo el omnipotente Andrei recibía todos y cada uno de los golpes de sus compañeros, que lo arrojaron contra el trono y finalmente perdió su barrera en un ataque de Joker. Su grito taladró los oídos de Fátima. El muchacho rodó varios metros entre los escombros de su antiguo trono. Empujado hasta el mismísimo borde de la plataforma.

El borde del abismo.

Fueron tras él y Fátima nunca tuvo tanta conciencia de lo que debía experimentar un verdugo al acabar con la vida de un ser superior. Si era posible matar a un dios… ¿Sería así la sensación de tener su destino entre las manos?

No... Esto no es lo que me prometieron... —gimió Andrei, sangrando, herido, furioso y asustado.

Se incorporó a duras penas, enfrentándose a ellos, y Fátima contempló su aspecto demacrado, destrozado, y sintió lástima. Hacía unos instantes, nadie era más poderoso que él.

Ahora en cambio…

Atrás... —gritó entonces Andrei, extendiendo una mano al frente—. ¡¡Parad!!

Y Fátima le vio por primera vez asustado. Aterrorizado. Consciente de que podía morir.

De que iba a morir.

Fátima se adelantó en silencio. Ya no había barrera que le protegiera, no había nada.

Nada.

Andrei —dijo, deteniéndose frente a él—. Ya es suficiente, ¿no crees? Has perdido. Se acabó.

Extendió una mano lentamente, buscando la Llave Espada que había escondido el joven a la espalda, y se la quitó, lanzándola lejos.

Le miró con dureza y, a la vez, con pena.

Y unas palabras pronunciadas hacía poco tiempo, pero que parecían una eternidad, vinieron a su mente.

****


Había sido, probablemente, el único momento de paz que había vivido con Andrei, en ese mismo castillo destruido, en una de sala pequeñita y agradable. Andrei estaba tranquilo, satisfecho. Feliz.

Ha sido un viaje largo, Fátima. Más de lo que me hubiese gustado—cerró los ojos un segundo—.He pasado un año y medio descifrando los códigos de este ordenador, dedicando todos mis esfuerzos por esto. Toda mi vida he perseguido este objetivo…

¿Y ha valido la pena? —había preguntado Fátima—. Han sido… muchos sacrificios.

Demasiados, en realidad. Pero, por supuesto, se calló aquel amargo pensamiento.

No soy un monstruo. Mira lo que hemos logrado: corazones. ¿Sabes lo que puedo hacer con esto? Todo. Podría destruir a mis enemigos, acabar con tiranías, ser el gobernador del Reino de la Luz…Pero no quiero nada de eso. Yo sólo deseo una cosa.

Fátima le había mirado, expectante, sorprendida. El tono de Andrei era sorprendentemente amable, casi soñador. Sus ojos se perdían a través del cristal de la ventana con un brillo de emoción.

Un mundo feliz.

Pero eso es…

Desde que tengo uso de razón he vivido en la injusticia. Mis más cercanos compañeros han sufrido por ser diferentes. Acepté la Llave Espada pensando que podría cambiar eso, que podría encontrar otros mundos diferentes. Pero ent odso era lo mismo: los diferentes son marginados, apartados o enviados a la muerte. No somos nada para las mayorías… Nada en absoluto.

»Pero aquí puedo acabar con eso. ¿Lo ves, Fátima? Puedo crear un mundo para todos ellos. Puedo hacer un lugar justo, igual para todos. Un lugar donde nadie sufrirá por culpa de las mayorías. Un lugar perfecto y donde siempre podré vivir creando copias eternas de mí, de ti, de todos. Un mundo feliz.

»Mi propio pequeño mundo.


****


Te has equivocado, Andrei —dijo Fátima con pesar—. No se puede construir un mundo sobre la injusticia. Tus intenciones eran buenas, pero en el proceso te has comportado como esa gente a la que odias. Nos veías como datos pero… Pero tú querías que fuéramos personas reales —extendió las manos y creó unas esposas de roca, duras e irrompibles—. En ese caso, ¿por qué has matado a tantísima gente, Andrei? ¿Qué te diferencia de los tiranos a los que odias, a los que odiamos todos?

»¿Qué crees que has sido tú para nosotros?


Le tendió las esposas y trató de ponérselas.

Te has equivocado y vas a pagar por ello. Ningún mundo pertenece a una única persona, por poderosa que sea, y esa persona no puede hacer lo que quiera con los demás. Así que no volverás a dominarnos, nunca más.

Se volvió entonces hacia sus compañeros, los Reapers.

Sé que queréis matarle. Todos queremos hacerlo. Tenemos derecho. O, más bien, tenemos el poder para hacerlo. Ahora somos como él, hemos intercambiado posiciones. Pero pensadlo: no existiríamos sin él. No seríamos nada. Es nuestro Padre, después de todo. Y, lo más importante:

»Él es humano. Me niego a matar a un humano. No pienso ensuciarme las manos con sangre. No pienso rebajarme a ese nivel. ¡Si lo hacemos, entonces no seremos mejores que él, que cualquiera de los monstruos que pisotean a los débiles en el mundo real! No quedará sin castigo, pero la muerte… La muerte no sirve para nada. No enseña nada, no permite la redención. No borra el dolor, ni el sufrimiento. Sólo suma una pérdida más.


Fátima miró a Andrei.

Él quiso crear un mundo perfecto sobre datos que no consideraba vivos. Se equivocó. Ahora tenemos la oportunidad de enseñarle que nadie puede jugar a ser Dios sin pagar las consecuencias. Ahora podemos enseñarle cómo se crea un verdadero mundo justo.


Volvió la vista hacia sus compañeros, a la espera de que tomaran una decisión.

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El flashback se lo he pedido expresamente a Narra después de esta ronda. Me parecía necesario para explicar los sentimientos de Fátima. Ahora haced lo que querías, homicidas en potencia *sale corriendo y espera que Andrei no la apuñale ahora por detrás*
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Re: [Epílogo] The Beginning

Notapor EspeYuna » Lun Feb 03, 2014 2:31 pm

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La felicidad que me embargó al ver por última vez el rostro de una Eileen que sonreía, por primera vez, sincera, se desvaneció al escuchar los gritos de súplica de Andrei.

No... Esto no es lo que me prometieron... —gimió Andrei, con heridas en todo su cuerpo e incorporándose a duras penas en el sitio.

Una punzada de dolor atravesó el corazón que Eileen me había obsequiado, y miré con lástima el rostro aterrado de nuestro "Padre".

Atrás... —gritó, intentando protegerse con una mano al frente—. ¡¡Parad!!

Tenía miedo. Estaba completamente asustado, sabía que ahora él era el débil, la persona a la que podíamos...

"¿...matar?"

Al adelantarse Fátima, avancé yo unos pasos e hice ademán de detenerla con el brazo alzado, pero me contuve. En realidad, no sabía muy bien lo que teníamos que hacer en aquel momento.

Aquella persona... era un ser humano, de carne y hueso. Como mi original, como cualquiera del mundo real. Y, además, ¿qué diferencia habría si fuese una copia de datos? Nosotros lo éramos, y nos habíamos ganado el derecho a vivir con el último obsequio de la Creadora.

Todos éramos iguales, al fin y al cabo.

Andrei —Fátima extendió la mano y le arrebató la Llave-Espada, lanzándola lejos de su situación—. Ya es suficiente, ¿no crees? Has perdido. Se acabó.

>> Te has equivocado, Andrei. No se puede construir un mundo sobre la injusticia. Tus intenciones eran buenas, pero en el proceso te has comportado como esa gente a la que odias. Nos veías como datos pero… Pero tú querías que fuéramos personas reales. En ese caso, ¿por qué has matado a tantísima gente, Andrei? ¿Qué te diferencia de los tiranos a los que odias, a los que odiamos todos?

Un mundo sobre la injusticia. Andrei, entonces, había tenido buenas intenciones... en un principio. Pero se le había ido de las manos, usándonos a nosotros en pos de conseguir aquel mundo de paz que tanto anhelaba.

¿Qué crees que has sido tú para nosotros?

Fátima invocó unas esposas de dura roca y se las intentó colocar. Me puse tensa en el momento que se acercó aún más a él, con miedo de que Saavedra fuera a atacarla.

Pero no lo veía tan probable. No cuando en el rostro de Andrei sólo había confusión, frustración y... miedo.

Te has equivocado y vas a pagar por ello. Ningún mundo pertenece a una única persona, por poderosa que sea, y esa persona no puede hacer lo que quiera con los demás. Así que no volverás a dominarnos, nunca más.

Asentí en silencio. Y fue entonces cuando Fátima se giró a nosotros y mencionó la palabra que surcaba nuestras mentes en aquel momento:

Sé que queréis matarle. Todos queremos hacerlo. Tenemos derecho. O, más bien, tenemos el poder para hacerlo. Ahora somos como él, hemos intercambiado posiciones. Pero pensadlo: no existiríamos sin él. No seríamos nada. Es nuestro Padre, después de todo. Y, lo más importante:

» Él es humano. Me niego a matar a un humano. No pienso ensuciarme las manos con sangre. No pienso rebajarme a ese nivel. ¡Si lo hacemos, entonces no seremos mejores que él, que cualquiera de los monstruos que pisotean a los débiles en el mundo real! No quedará sin castigo, pero la muerte… La muerte no sirve para nada. No enseña nada, no permite la redención. No borra el dolor, ni el sufrimiento. Sólo suma una pérdida más.


Intercambié una mirada con Felix mientras le tomaba de la mano sana. Si él o Joker, o Crow o Jain cargaran con una muerte más... no me hacía a la idea de cuanto habían sufrido en el Reapers Game, y aquella última acción sólo les haría cargar con más dolor.

Él quiso crear un mundo perfecto sobre datos que no consideraba vivos. Se equivocó. Ahora tenemos la oportunidad de enseñarle que nadie puede jugar a ser Dios sin pagar las consecuencias. Ahora podemos enseñarle cómo se crea un verdadero mundo justo.

Me encontré con los ojos de Fátima y suspiré,

Yo me he podido apodar "asesina de tal y cual", pero no he... matado a ninguna copia ni ser vivo en sí, y preferiría que siguiera siendo así —recordé, explicando a continuación el por qué—. Todos contra los que he tenido que luchar estaban bajo el poder de la Corrupción... Corrupted, Erased... y Saeko.

>> Ni ella ni yo tuvimos que pelear contra los Reapers, ni hacer misiones para salvar el cuello, ni matar a otra pareja de jugadores para sobrevivir. Es más, ignoro por completo todo lo que ocurrió estos días, los dejamos muy atrás en aquella torre. Y no sé si me alegro por ello o no, sinceramente. Las dos pasamos igualmente un infierno en vida. Pero...

Hice silencio y me acerqué a ambos unos metros, encontrándome con los ojos de Andrei.

No quiero que nadie vuelva a mancharse las manos de sangre —dirigida a nuestro "Padre", asentí a la conclusión de Fátima—. Cierto, él nos creó y nos dio parte de la vida por la cual existimos. Y eso, en cierto modo, se lo debemos.

>> Y si él no nos hubiese creado, no habríamos podido detener su propio error.

Me agaché donde él, justo al lado de Fátima.

Jugando a ser Dios, podrías haberte convertido en algo como... el origen de la propia Corrupción.

>> Pero no lo eres. Y si tus intenciones eran nobles, nosotros promulgaremos en este mundo tu Justicia, la Paz que tanto querías. Pero de la manera correcta.

>>> Andrei, todo el mundo merece perdón. Incluido tú.

Le sonreí, sincera.

Y espero que estés ahí para poder verlo.

>> Pero entiende que no puedas regresar aquí sin que lo consideremos una amenaza. Serás desterrado y no permitiremos que vuelvas a pisar este mundo. Has hecho demasiado daño.

Si Joker o Felix avanzaban a nuestra posición, o Crow o Jain, me interpondría, aunque no con agresividad.

Si volvéis a matar por el odio, no me lo perdonaría.

>> No sólo corromperíamos nuestro nombre como nuevos Reapers... sino también la memoria de Eileen.

Con aquellas últimas palabras, miré fijamente a los ojos de Joker.

Puede que siga siendo igual de ilusa que la auténtica Nadhia Hoghes, que sea una blanda y sí, sienta lástima por él. Y podéis juzgarme por ello, tenéis todo el derecho de hacerlo. Pero eso no quita que, si le matamos, estemos a un paso más de traer de vuelta a la Corrupción... con la oscuridad que emane de nuestros nuevos corazones.

No aparté la mirada del Game Master y proseguí:

Sé que debe ser muy difícil para vosotros. No, ni siquiera sé hasta qué punto podría empatizar con esos días, con el juego en sí, no tengo la más remota idea de lo que se debe sentir. Pero... por favor...

>> No heredemos el legado de Eileen... ni el de Ariasu, ni el de Joshua... con sangre en nuestras armas.
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Re: [Epílogo] The Beginning

Notapor LightHelco » Mié Feb 05, 2014 2:25 pm

Al grito de Fátima, todos los corazones que componían Kingdom Hearts se separaron y uno tras otro cayeron sobre los restos de Tierra de Partida cubriéndola por completo y echando para el arrastre todos los planes de Andrei. Poco a poco todos empezaron a volverse unas versiones etéreas de lo que habían sido antes de su muerte, entre los fantasmas podía reconocer al niño que había salvado durante el segundo día y a compañeros como Hana o Yagami.

Y frente a nosotros se encontraba ella: Eileen nos sonrió de forma sincera por primera y última vez, confiaba en nosotros y sabía que podríamos seguir con su legado. Un gracias resonó en mi cabeza a la par que la imagen de la Creadora se desvanecía para no volver.

Aquello me hizo sentirme feliz por unos instantes, pero en cuanto todos los fantasmas aparecieron, tuve que llevarme rápidamente la mano a la cabeza al notar como esta tomaba todos los datos de los jugadores caídos. Una decena de Llaves Espadas con diferentes formas y efectos aparecieron ante mis ojos y un sinfín de habilidades que me resultarían imposibles de memorizar bombardearon mi mente. Me resultaba algo doloroso, pero aquello era lo que iba a ayudarme a defender mi mundo y a mis compañeros.

¡¡No!! —gritó Andrei consiguiendo que pudiese dejar de concentrarme en toda aquella nueva información y preparándome para el ataque pudiese realizar —. ¡Mi mundo! ¡Mi utopía! ¡Yo soy Dios! ¡¡Yo iba a traer la paz al Reino de la Luz!!

Fue entonces cuando todos atacamos. Andrei intento llegar hasta nosotros invocando su Llave Espada, pero nuestros ataques eran superiores y poco a poco conseguíamos romper su barrera. Terminé de darle forma al fuego y en cuanto vi la brecha que había abierto Felix, dejé escapar a la serpiente que se introdujo en la barrera del gitano quemándole por dentro.

La barrera estalló finalmente junto con un grito del portador. Aprovechamos entonces para descender sobre la plataforma y acercarnos al falso dios para acabar finalmente con él. Este no podía hacer nada más que retroceder asustado, podía ver la rabia que sentía en aquel momento, ya que era la misma que yo sentí el día en que se llevó a Shiki. Aquel momento era una repetición de aquella escena, pero en esta ocasión los papeles estaban cambiados.

No... Esto no es lo que me prometieron...

¿Lo que le prometieron? Alcé el brazo apuntando hacia Andrei, las cartas empezaron a girar a mi alrededor esperando a que diera la orden para acabar con el gitano. Pedían la muerte del falso dios y aquello es lo que les daría.

Atrás... —suplicaba Andrei amenazándonos con su Llave Espada, pero aquello no iba a afectarme en lo mas mínimo —. ¡¡Parad!!

¿Parar? ¿A caso te detuviste tú cuando destruiste toda Villa Crepúsculo? ¿O cuando sentiste el dolor de todos sus habitantes? —miraba al gitano lleno de rabia por todo lo que había hecho, por todo lo que nos había arrebatado sin escuchar nuestras suplicas para que se detuviese —. Ya es demasiado tarde para parar, Andrei.

Fui a enviar las cartas para que acabaran con la patética vida del hombre, pero Fátima se adelantó en ese momento posicionándose entre el gitano y nosotros, por lo que tuve que detener la orden que les había dado a los naipes para que no atravesaran a la joven por error.

Te has equivocado, Andrei. No se puede construir un mundo sobre la injusticia. Tus intenciones eran buenas, pero en el proceso te has comportado como esa gente a la que odias —y con ello se había ganado nuestro odio con razón —. Nos veías como datos pero… Pero tú querías que fuéramos personas reales —Fátima extendió las manos creando unas esposas de piedra que le puso al portador —. En ese caso, ¿por qué has matado a tantísima gente, Andrei? ¿Qué te diferencia de los tiranos a los que odias, a los que odiamos todos?

Era cierto lo de sus buenas intenciones, pero tal y como había dicho Fátima sus métodos no habían sido los correctos, matando gente, engañando a cuatro jóvenes angustiados por la soledad y la falta de su mundo, destruyendo todo lo que Eileen había creado y mantenido… buenas intenciones que quedaban enterradas bajo una montaña de errores y actos injustos.

La mujer se giró hacia nosotros tras asegurarse de que Andrei no podía hacer nada, pronunciando unas palabras que esperaba no oír:

Sé que queréis matarle. Todos queremos hacerlo. Tenemos derecho. O, más bien, tenemos el poder para hacerlo. Ahora somos como él, hemos intercambiado posiciones. Pero pensadlo: no existiríamos sin él —la cosa es que no debíamos haber existido —. No seríamos nada. Es nuestro Padre, después de todo. Y, lo más importante:

» Él es humano. Me niego a matar a un humano. No pienso ensuciarme las manos con sangre. No pienso rebajarme a ese nivel. ¡Si lo hacemos, entonces no seremos mejores que él, que cualquiera de los monstruos que pisotean a los débiles en el mundo real! No quedará sin castigo, pero la muerte… La muerte no sirve para nada. No enseña nada, no permite la redención. No borra el dolor, ni el sufrimiento. Sólo suma una pérdida más.

Miré durante unos segundos hacia el suelo pensativo e inseguro de si debía matarlo, pero recordé que Fátima era la que más tiempo había pasado con Avatar y por ende con Andrei, él le había dado ese nuevo aspecto que tenía y hablado de sus planes de tú a tú. No, no iba a confiar en la palabra de Fátima, ya que su estancia con Avatar le estaba ayudando a sentir pena hacia él.

Yo me he podido apodar "asesina de tal y cual", pero no he... matado a ninguna copia ni ser vivo en sí, y preferiría que siguiera siendo así —habló después Nadhia explicando el cómo había pasado aquellos días —. Todos contra los que he tenido que luchar estaban bajo el poder de la Corrupción... Corrupted, Erased... y Saeko.

Nadhia se fue acercando a Avatar mientras contaba lo vivido en la torre y explicaba la diferencia entre ella y los que habíamos vivido los seis días del Reaper’s Game en la villa.

No quiero que nadie vuelva a mancharse las manos de sangre. Cierto, él nos creó y nos dio parte de la vida por la cual existimos. Y eso, en cierto modo, se lo debemos.

En aquello no podía coincidir con mi compañera, por mucho que Andrei nos hubiese creado, yo no sentía que le debiese nada porque realmente no había creado personas, si no armas para ganar una guerra injusta. Mi vida había comenzado con los Reapers, antes de aquello solo había sido una herramienta en las manos de un tirano.

Mis compañeras seguían hablando, pero yo no podía contenerme más, debía matar a Andrei por todo lo que había hecho y lo que sería capaz de volver a hacer si le dejábamos marchar.

Sé que debe ser muy difícil para vosotros —noté como Nadhia me miraba directamente a los ojos, rogándome que no atacase —. No, ni siquiera sé hasta qué punto podría empatizar con esos días, con el juego en sí, no tengo la más remota idea de lo que se debe sentir. Pero... por favor...

>> No heredemos el legado de Eileen... ni el de Ariasu, ni el de Joshua... con sangre en nuestras armas.

Tomé aire para relajarme y pensar cuál era la decisión correcta. Busqué una última opinión en Felix, pero parecía que el joven no estaba muy dispuesto a hablar sobre aquello, miré nuevamente hacia Andrei conteniéndome para no acabar con su vida debido a todo lo que me recordaba su rostro.

Tenía miedo de tomar la decisión incorrecta, sabía que lo mejor era dejar a Andrei marchar para que nunca volviese, pero viendo todo lo que nos había hecho dudaba que no decidiese volver a intentar o buscar venganza por esto, el gitano había sido capaz de destruir toda Villa Crepusculo sin mover un pelo ¿qué no le impedía volver a hacerlo? Además, se encontraba el tema de que hubiese otros dispuestos a venir aquí, aquellos que había mencionado el tirano y que seguramente fuesen los que le ayudaron a lograr su objetivo. Si Andrei regresaba sabrían que habría fracasado y podrían venir ellos directamente a por nosotros, pero si no le veían volver quizás se lo pensaran antes de atacarnos.

En parte, yo tampoco puedo decir que sepa como vivieron el resto el Reaper’s Game —alcé la vista hacia Fátima —. Sé que vosotros acabasteis con los Reapers por sobrevivir, pero yo no mate por esa razón —pasé mis ojos a los de Nadhia entonces —. Mis manos ya han sido manchadas con la sangre de un inocente, Nadhia. Durante el quinto día maté a Saxor sin una razón más importantes que la de ser un jugador y por el mismo motivo lo intente con Light y Ragun.

>>Eileen sabía a qué se enfrentaba cuando me dio parte de su corazón, Joshua era consciente de lo que había hecho cuando aceptó que siguiera como el Game Master, Ariasu confió en mí para salvar la villa aunque le hubiese fallado en una ocasión —apreté los puños debido a la presión que sentía —. He cometido tantos errores durante estos días, que no soy capaz de decidir el que hacer ahora. Solo quiero encontrar la respuesta correcta a este problema, la solución que mas beneficie no solo al mundo y a sus habitantes si no también a vosotros.

Claramente poco me importaba que el precio de mi decisión fuese mi vida, no quería tener que sufrir lo mismo que Ariasu cuando su mundo se desmoronaba ante ella y todos sus seres más cercanos se encontraban muertos. Quería protegerlos a todos, evitar que alguien más tuviese que sacrificarse para que el resto viviésemos, elegir la opción que nos diese la felicidad finalmente.

He llegado a un punto, en que matarlo no es algo que quiera hacer, si no algo que me veo obligado a hacer por conseguir vuestra seguridad —remarqué aquellas últimas palabras para que los cinco me entendiesen —. Si falló ahora vosotros seréis los primeros en sufrir, yo solo me quedaré atrás viendo como caéis uno a uno sin poder hacer nada para evitar vuestra muerte. No tengo ningún problema con matar a un humano, Fátima. No quiero que el odio decida mi respuesta, Nadhia.

>>Solo quiero elegir bien.

Extendí el brazo tomando una de las cartas al azar y llevándomela al pecho para así no ver cuál había tomado. No podía decidirme y aquella era la única forma de obtener mi respuesta ahora, los naipes me habían guiado hasta ahora por el mejor camino y me habían alertado de todos los peligros que iba a encontrándome.

Muchas cartas habían aparecido hasta aquel momento durante el Reaper’s Game, la Reina de Corazones que representó a Ariasu en mi decisión para volverme un Reaper, la de Tréboles que me sugirió que salvara la vida de Shiki, incluso la Reina de Diamantes que me advirtió de mi reencuentro con Fátima y esperaba que aquella última carta fuese de igual ayuda.

Picas y Tréboles dejaré que vosotras saquéis a Andrei de este lugar. Corazones y Diamantes —miré desafiante a las dos Reapers antes de terminar la frase — no podréis impedir que lo mate.

La vara del Game Master empezó a transformarse entonces en una de las nuevas Llaves Espada que había obtenido, un arma de filo bastante fino y de un color negro como la oscuridad que retenía. Sujeté con fuerza la empuñadura de color rojo en la que terminaba la espada antes de mirar la carta.

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Suspiré al verla y empecé a andar hacia Andrei sin hacer desaparecer el arma. Me coloqué frente a él apartando si era necesario a Fátima y Nadhia y tiré la carta al suelo para que todos la viesen.

El As de Corazones.

No morirás tras esto, pero perderás algo que has demostrado no tener al crearnos y atacar este mundo —le hablé con tono serio a Andrei mientras preparaba el arma —. Esta es mi decisión.

Si alguno de todos intentaba detenerme, haría que las cartas los empujasen junto al viento que me permitía invocar el poder Fátima. Miré por última vez al gitano antes de atravesarle el corazón, el As de Corazones había decidido el destino del hombre y del futuro que tendría este mundo. Los Ases eran las cartas más importantes de la baraja en muchas ocasiones, a las que se le daba más valor o importancia. Para mejorar la cosa, el palo de Corazón era el que solía aparecer en los momentos importantes y en los de mayor necesidad.

Lo siento.

Bajé el arma atravesando con la Llave Espada Oscura el pecho de Andrei y arrebatándole su corazón.
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Re: [Epílogo] The Beginning

Notapor Zee » Mié Feb 05, 2014 4:15 pm

Yo no lo voy a hacer.

Me llevé la mano a la frente, sintiendo una migraña terrible que muy probablemente había sido disfrazada previamente por el disparo de adrenalina. Ahora que teníamos a Andrei Saavedrea a nuestra merced y todo había terminado, finalmente podía sentir las consecuencias de la batalla tal y como realmente se presentaban: mis huesos rotos ardían como si estuviesen en llamas, mis músculos estaban tan tensos que parecía que iban a romperse en cualquier momento y mis entrañas parecían haberse cambiado de sitio, provocándome unas terribles ganas de vomitar.

Habíamos... ganado. No podía creerlo. Tras arrebatarle a Saavedra su única arma, había quedado completamente indefenso. Tras ello no tardamos más que unos segundos en despedazar su barrera y, a partir de allí, las cosas finalmente salieron (por primera vez desde nuestra existencia) como lo esperábamos.

Y ahora teníamos que tomar una decisión que ninguno pensó que tomaría. Nadie estuvo consciente de ello... ¿Qué hacer con Saavedra? ¿Matarlo, dejarlo ir o hacerlo prisionero...?

¿Matarlo? No lo merece —expresé, llevándome la mano a la nuca y sintiendo mis músculos tan duros como el concreto—. Y con eso quiero decir que no vale lo suficiente.

Todos habían aclarado sus pensamientos en voz alta. Todos excepto yo. No podía decir que no había matado antes, pues había sido partícipe de las muertes de todos los Reapers de Villa Crepúsculo... y aun así, nunca directamente. Jamás le había arrebatado la vida a nadie. Y mucho menos a alguien indefenso como se encontraba Saavedra en ese momento.

Tenía mucho que decir. Mucho que preguntar. Pero no lo hice. Me sentía pésimo y sólo quería tirarme al suelo y descansar.

Me di la vuelta, me crucé de brazos y me alejé un par de pasos. Por un instante, me sentí como Neku.

No voy a detenerlos. Hagan lo que quieran con él —declaré amargamente.

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Lo siento, simplemente no tengo ánimos para escribir las Biblias de estas tres pringaas. Una que odia los discursos, una que odia los posts largos y otra quequiere dejar el drama... y mira. Uno nunca sabe dónde va a terminar, ¿eh?

I just can't be arsed about it

Buena suerte, Saavedra. Felix no va a hacer nada por ti.
—You're like that coffee machine: from bean to cup, you fuck up—

~Dondequiera que el arte de la medicina es amado,
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