[Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Ruta de Hana, Neru, Adam, Saeko, Nadhia, Aru y Kairi.

Nunca olvidarás que tomaste parte en alguno de estos jolgorios. Kazuki tampoco.

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Nell » Mar Abr 14, 2015 10:58 pm

Diana acudió con ella al combate contra la neosombra, y en un santiamén la tenían de vuelta con sus congéneres. Las chicas e compenetraban más o menos bien para no haber luchado antes nunca. Hana tuvo que reconocer que Diana, seguramente más fuerte (y perversa) que ella, se había estado portando bien.

Mientras tanto, atisbó a ver a Neru luchando junto a Assur contra el gigantesco dragón. Pues bien, ante la inquisitiva mirada de Diana, Hana tenía muy clara su respuesta: no, no y no. Una cosa era patear una neosombra solitaria (pobrecilla) y otra muy diferente hacerle cosquillas a un monstruo diez veces más grande que ellas.

Se las apañarán ―mintió como una bellaca. Salvo que Assur fuera increíblemente fuerte, Neru ya podía correr para no ser zampado.

¡Oh, oh! ¡Mira eso!

En aquel momento, la batalla había pasado a ser a contrarreloj. Los caballeros se retiraban al interior con rapidez, mientras trataban de seguir expulsando a los sincorazón que penetraban o intentaban dañar la barrera que se iba fraguando poco a poco. Al igual que la neosombra anterior, otros tantos seguían su ejemplo de escalar el muro.

Hana cavilaba acerca de si continuar con su papel allí o replegarse, cuando el ángel apareció de nuevo para resolver parte del problema, volatilizando a varios sincorazón. Aún quedaban, pero de un plumazo (nunca mejor dicho), se había desecho de unos cuantos.

¡A mi señal, usad el cristal! ¡Vamos a acelerar el despliegue de la barrera! ―les gritó, antes de volver a marcharse.

Intercambiaría una mirada extrañada con Diana, hasta caer en qué cristal se refería. Con el glider, aterrizó al lado la máquina del cristal y la examinó. Por suerte, estaba hecha para civiles y no había millares de botoncitos que habrían vuelto loca a Hana. La mala noticia es que quemaba muchísimo. En su forma sirena, probablemente su instinto le habría incitado a correr/nadar lejos de allí.

¡Se acercan!—señaló Diana, poniéndola nerviosa—. Vale, a ver. No corre prisa ni nada, tú con tranquilidad. ¿A lo mejor tienes que ponerlo de forma que una cara dé hacia el cristal de la barrera y la otra hacia el ángel? —Odiaba que dijeran eso. ¡Qué tranquilidad ni qué ocho cuartos, iban a ser rodeadas!—. Aunque… ¿Para qué es…?—Enseguida descubrieron qué hacía cuando, imitando lo que podría perfectamente haber hecho Hana en su lugar, la accionó y salió un rayo—. ¡Por Zeus! ¡Madre mía, ¿has visto eso?! ¡Podrías cargarte al dragón, o a los Sincorazón que vienen por debajo!

Sincorazón ―respondió mecánicamente. No sería ella quien pusiera de mal humor al señor de los cielos.

Obviamente, eso esperaba el ángel que hiciera ella, ¿no? Si no, ¿para qué le había dicho nada? Aunque, supuestamente, tenían que usar aquella cosa a la señal de este... ¿Y eso serviría para crear la barrera con mayor rapidez? No, claro que no, algo se le escapaba. En todo caso, para reforzar la protección, habría que conectar los cristales. Si aquella cosa solo podía disparar, tenía que dirigirla hacia donde estaba el ángel.

Bueno, ella no era ninguna líder, pensó. Había recibido órdenes y tenía que cumplirlas. Si fallaban, sería culpa del ser celestial, no suya.

No, no podemos arriesgarnos. Lo principal es levantar la barrera. Además, creen que somos de clanes menores, así que lo lógico es que obedezcamos órdenes. Hay que esperarle ―Se refería al ángel―. ¡Intenta retener mientras tanto a los sincorazón! ―pidió a Diana, previniendo que se resistirían a dejar que la barrera se alzara.

Si veía a alguien más dirigirse hacia las murallas, le gritaría lo mismo. Mientras tanto, enfocó la maquinaria hacia el cristal que manejaba el ángel, esperando a la susodicha señal. En caso de que no pudiera mantener el contacto con el dispositivo por culpa del calor, usaría Aero para mitigarlo y tratar de alargarlo un poco más.

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▪ Aero (HM) [Nivel 5] [Requiere Poder Mágico: 7]. Una capa de aire rodea al usuario para reducir el daño de ciertos hechizos más débiles. Si el hechizo es muy potente, puede ser capaz de disiparla.
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Ronda #5 - Ruta del Recuerdo Perdido

Notapor Astro » Mié Abr 15, 2015 12:02 am


Con Hjalmar no hubo suerte. El leopardo torció el gesto, se puso el casco, y salió volando con su glider sin responder a las preguntas del vampiro.

¿Zephyr? ¿Calvo? Ah… El clan de la Serpiente. Bueno, tampoco es que haya más gente que se llame Zephyr…

Oh, ¿lo conoces? Bien, bien, tengo que encontrarlo —exclamó Adam, sonriente.

Joderos, gruñonas que os habéis ido a las murallas. El gran irresponsable iba a encontrar la solución a todos los problemas de Tierra de Pestida.

Pues no sé cómo quieres buscarle, hace mucho que la palmó.

Mierda.

Que yo sepa ni tuvo hijos ni nada. Bueno, en realidad nadie sabe si está vivo o muerto, pero hace tanto que se largó que casi seguro que ya está fiambre, ande donde ande.

Jodeeeer, qué cagada. —Se quejó el aprendiz, rascándose la sien. ¿Cómo iban a solucionar esto ahora?—. Entonces, está muerto, pero no es seguro, pero lo más probable que sí...

A este ritmo le iba a entrar dolor de cabeza de tanto pensar. Según el chaval, Zephyr estaba muerto. Sin Zephyr, no podrían solucionar lo del castillo mágico que se había ido al garete, así que el viaje sería un desastre absoluto y todos los del presente acabarían muertos.

Bueno, al menos él estaría a salvo en el pasado. Con esperar unos años...

Si te pones ropa puedes entrar y pedir que te den algo de comer. Y oye, ¿por qué querías encontrar a ese Zephyr? ¿Seguro que no te estás refiriendo a algún otro tipo calvo?

La sugerencia del rubito le sacó de sus pensamientos. No parecía mala idea entrar para ver el panorama y tal vez, con un poco de suerte, encontrar a alguien que supiera algo más sobre el dichoso calvo. O a alguien que le vendiese una casa, directamente.

Sólo sé que tengo que encontrar a un tal Zephyr, y según la descripción que me han dado, es calvo. Aunque yo no le he visto en mi vida. La razón es... ¿secreta? —Mentir no era su fuerte, no señor.

Golpeó la placa colocada en su pierna, activando la armadura. Se acabaron las malas miradas por no llevar camiseta ni zapatos, aunque se dejó el casco sin colocar.

Fue a dar un paso hacia la catedral, cuando una idea le vino a la mente. Igual era una tontería, sobre todo viniendo de él, pero no perdía nada por comprobarlo.

Oye... Una pregunta. ¿En qué año estamos? Es por... confirmarlo. Ya sabes, el golpe de antes en la cabeza me la ha dejado un poco atontada... y eso.

Qué mal mentía. Pero mientras le sirviera para conseguir la respuesta, sería suficiente. ¿Podía ser que la sosa de pelo blanco les hubiera mandado a una época equivocada? ¿...A propósito?

»Por cierto, me llamo Adam. ¿Y tú?

Con o sin el chico, el vampiro se dirigiría al interior de la catedral con el resto de refugiados. En aquel momento, para cumplir la misión no le quedaba otra que encontrar alguien que supiese más sobre Zephyr y confirmase si estaba muerto de verdad. O eso, o empezar a hacerse una idea de cómo era el estilo de vida de aquel lugar para ir acostumbrándose.

¡Menos mal que era inmortal!
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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Kairi » Mié Abr 15, 2015 12:50 am

Kairi pudo traspasar las puertas entre la muchedumbre que se arremolinaba, siendo organizada por otros Caballeros de aquel mundo del pasado. Se hubiera quedado de buena gana a ayudar a Lyn, pero habían ordenado la retirada y debía obedecer.

Más tarde apareció el caballero que las había ayudado cargando con Lyn. Kairi fue corriendo a comprobar cómo estaba. Se encontraba viva pero en mal estado. Por su parte, el caballero no parecía muy contento.

- No sé qué tienes contra esta mujer o por qué tú no fuiste capaz de quedarte a ayudarla, pero las dos sois unas personas despreciables. Os importa más salvar vuestro propio culo que otra cosa. ¡No sé cuál de las dos es peor, la que abandona a una camarada o la que decide no matarla con sus propias manos para que se la carguen los Sincorazón! Sois la vergüenza de vuestros clanes.

Eso le sentó a Kairi como una patada en el estómago. Ella sólo obedeció órdenes. ¿Qué hubiera pasado si se hubiera quedado con Lyn en vez de regresar? ¿Se habría enfadado igual el caballero? Ya no tenía remedio y el mal estaba hecho. ¿Qué pensarían los demás Maestros si la vieran? Desde ahora haría lo que a ella le pareciera correcto sin importar lo que dijeran otros.

Enfrascada en sus pensamientos, alzó la mirada y se encontró a Saeko delante suya.

- Tú no tienes ni idea de cómo me siento ahora mismo. No entiendo qué haces en Tierra de Partida.

- No te confundas, no quiero que nadie muera y menos alguien como mi Maestra - replicó - . En Tierra de Partida hay gente buena que se dedica a ayudar. Puede que no sepa cómo te sientes, pero lo que sí se es que nosotros no somos los malos aquí. Al menos yo no.

Después de decir esto, Saeko se marchó. Intentando enmendar su error, Kairi decidió ir por donde se había ido el caballero para cuidar mejor de Lyn. Le lanzaría Cura para que la aliviara un poco aunque no llegara a curarla del todo. De paso se disculparía con el caballero por haber actuado así y le diría que no volvería a pasar.


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Cuando vea a Lyn le lanza:
Cura (HM) [Nivel 5] [Requiere Poder Mágico: 7]. Cura las heridas más leves y alivia un poco la fatiga.
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Gracias Aru :D
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I love you Red ^^
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La Historia Del Hipercor By Rmedive92
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El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


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Kairi
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Ronda 6

Notapor Suzume Mizuno » Lun Abr 20, 2015 1:46 am

Las puertas


Nadhia descendió a toda velocidad y atrapó a la Caballero. Teniendo en cuenta el peso de la armadura y que no es fácil levantar un peso casi muerto, Nadhia sufrió un golpe contra el suelo que estuvo a punto de desestabilizarla. Pero Cornelia reaccionó y se aferró al soporte con fuerza, sin emitir ni un gemido, y Nadhia pudo intentar maniobrar.

Intentar, porque entonces, un Ojos Rojos, las alcanzó. Nadhia pudo sentir su aliento y ver sus inmensos colmillos cuando el Sincorazón abrió las mandíbulas.

Entonces, acompañado de un rugido digno del animal de su emblema, el líder de los Osos cargó desde su glider —prácticamente un acorazado volante— con tanta fuerza que derribó al Sincorazón.

¡Vuela chica, VUELA!

Y Nadhia voló con todas sus fuerzas, precipitándose hacia la muralla.

El problema era que su salvación no estaba en sus propias manos, sino en las de Hana.

Y fue entonces cuando la barrera comenzó a extenderse a más y más velocidad, cortándoles el camino.


****
La muralla


Hana, Saeko y Neru


Saeko ascendió a toda velocidad en su glider, justo a tiempo para echar una mano a Neru y a Assur. La muchacha tuvo que maniobrar para evitar estamparse contra la barrera para disparar contra las alas de la criatura varias Flamas Tenebrosas. Neru, entra tanto, no reaccionó a tiempo y una llamarada que lanzó el Dragón lo catapultó contra el borde de la muralla. Esta vez el golpe lo dejó semi-inconsciente y fuera de combate durante unos minutos… cruciales.

Assur maniobró de manera que volvió a atraer la atención de la criatura.

Mientras tanto, Hana decidió que merecía la pena arriesgarse para cumplir las indicaciones del ángel:

No, no podemos arriesgarnos. Lo principal es levantar la barrera. Además, creen que somos de clanes menores, así que lo lógico es que obedezcamos órdenes. Hay que esperarle ―Diana arqueó una ceja cuando vio a quién se refería la muchacha y le dirigió una mirada de «¿pero tú sabes lo que estás haciendo?»―. ¡Intenta retener mientras tanto a los sincorazón!

La aprendiza abrió la boca, quizás para protestar. Pero el sonido chirriante de un Sincorazón que hundía sus garras en el muro atrajo su atención. Resopló y exclamó:

¡No la fastidies!

Y se asomó al borde de la muralla, Llave Espada en mano, para intentar rechazar a los Sincorazón.

Hana, entre tanto, manipuló el cristal —se quemó un poco las manos, pero tampoco tuvo que recurrir a un hechizo— para dirigirlo hacia la torre donde se había dirigido el ángel. Este también parecía trabajar a destajo con su propio cristal, casi desesperado. Entonces sacudió una mano, dándole la señal. Hana sólo tuvo que presionar el mecanismo, igual que había hecho Diana antes.

El cristal se recalentó tanto que esta vez la joven sí tuvo que poner distancia, y un fino rayo salió disparado hacia la torre del ángel. Poco después el escudo por fin cubrió el sector de la puerta y tocó el cristal de la muchacha. De inmediato se expandió casi de golpe hacia la siguiente torre, cortando a todos los Sincorazón por la mitad y llenando el aire de un fuerte olor a ozono. Al estar tan cerca, tanto Hana como Saeko y Neru pudieron escuchar el zumbido que desprendía la barrera que, desde el interior apenas sí se distinguía. Era como mirar a través de una cortina de agua. Assur se precipitó contra el escudo, con el Dragón volando furioso tras él, y en el último segundo viró y se lanzó hacia arriba. El Sincorazón chocó con brusquedad contra la barrera, quedándose aturdido, y el líder de las Serpientes lanzó un rayo de luz desde lo alto que lo hizo desaparecer.

Desde abajo les llegaron los gritos de los Caballeros que se habían quedado fuera de la puerta. Muchos pudieron sobrepasar la barrera, otros fueron atrapados por los Sincorazón. Assur, sin embargo, descendió para organizar la defensa.

Los tres escucharon un batir de alas y se encontraron con Nithael, que había aterrizado junto a ellos.

Bien hecho —dijo, mirándolos a los tres—. Habéis sido muy valientes. Y vosotras dos habéis salvado muchas vidas—añadió, dirigiéndose a Hana y a Diana, que se acercaba con curiosidad. La joven sonrió y se apartó el pelo de la cara—. ¿Cuáles son vuestros nombres?

Mientras se presentaban, Assur cruzó la parte superior de la barrera y, sin llegar a aterrizar, escuchó sus respuestas.

No olvidaré esos nombres. Os agradezco que me ayudarais, no muchos se habrían enfrentado a tal Sincorazón —Al contemplar las heridas de Neru, Assur carraspeó—: Dirigíos a la ciudadela para que os atiendan los Sanadores de mi clan y…

¡Assur!

Volando en otro glider, se acercó un Caballero con el emblema de los Leopardos. Parecía cansado y su armadura estaba manchada de sangre, aunque no parecía ser suya.

¡Hjalmar! ¿Dónde estabas? Se suponía que…

¡Los Sincorazón entraron en la ciudad!—Lo interrumpió con sequedad. Assur empalideció—. Mataron a varios de mis chicos y he estado eliminando a los que encontré por el camino, antes de que hicieran daño a inocentes. Por eso he tardado. Assur, tenemos que hablarlo en el Consejo. Hay un traidor entre nosotros, si no, no entiendo qué está pasando.

Assur se mordió el labio inferior. Luego pareció recordar que no estaban solos y dijo:

Sin duda Cornelia convocará una reunión de emergencia. Lo plantearemos allí, ahora lo importante es ayudar con la barrera. Volved a la ciudadela—indicó a los aprendices—. Avisaré a los guardias para que os permitan hablar conmigo, aunque sería conveniente que trajerais… el emblema de vuestro clan. Así podré saber a quién debo honrar. Nithael, ¿qué vas a hacer?

Ayudaré a los heridos—respondió el ángel, plegando las alas—. En el hospital deben estar desesperados. Y si hay Sincorazón dentro de la ciudad, he de avisar y patrullar las calles. Pero asistiré a la reunión—dijo, con un tono que casi resultó desafiante.

Assur asintió con la cabeza y les deseó suerte a todos. Dicho esto, tanto él como el tal Hjalmar se alejaron volando. El ángel respiró hondo y extendió las alas, preparado para marcharse.

Si querían hacerle alguna pregunta, era el momento. Si querían, podían acompañarle. Si no, tenían la opción de ir a buscar a Nadhia u obedecer y dirigirse a la ciudadela a recuperar fuerzas y tratar de averiguar información.

Por supuesto, Saeko tenía información que compartir con ellos, si es que así lo quería. Es más, Diana miró en su dirección arqueando las cejas con una pregunta silenciosa: esperaba un informe.

En cualquier caso, aunque la batalla se desarrollaba todavía al otro lado de la barrera, parecía que por el momento estaban a salvo. A menos que se cruzaran con algún Sincorazón, claro.

****
Nadhia


Lo habían conseguido, aunque por poco. A Nadhia no se le olvidaría cómo estuvo a punto de estamparse contra la barrera, ni tampoco los gritos de aquellos Caballeros que, atrapados por los Sincorazón desde sus glider, no consiguieron refugiarse a tiempo en su interior.

Ella tuvo suerte. Cornelia la obligó a girar y le ordenó que siguiera hacia el oeste, hasta alcanzar una zona donde la barrera todavía no se había extendido, y se precipitaron a la muralla, perseguidos por los Sincorazón.

En cuanto Nadhia aterrizó, Cornelia bajó de un salto y se puso a dar órdenes:

¡Reunid a todos los Caballeros que podáis y manteneos tras la barrera para atraer a los Sincorazón! ¡Aquellos que hayan superado las pruebas de Primera Maestría que vayan a la siguiente torre y activen el cristal! ¡Luego…!

No pudo continuar. Se dobló por la mitad y empezó a toser. Cuando se recuperó, el gigantón y la líder de los Zorros estaban a su lado.

No te preocupes, yo me encargaré de ello—dijo Zacharias con voz amable.

Sí, lo dejo en tus manos—respondió Cornelia, con la voz algo temblorosa, si bien se mantenía firme—. Anisa, tenemos que mandar refuerzos a por los Caballeros que se han quedado fuera. Nos reuniremos dentro de una hora en el alcázar. Avisa a Assur.

Entendido.

Anisa reunió a un grupo de Caballeros y se marchó con su glider. Zacharias iba a hacer lo mismo, pero antes posó una de sus manazas en el hombro de Nadhia y dijo:

¡Buen trabajo, pipiola!

Después se fue a cumplir órdenes, de modo que Nadhia quedó rodeada por miembros de los Unicornios y no muy lejos de Cornelia. La mujer resopló y se quitó el casco.

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Se apartó el pelo sudado de la frente y se detuvo frente a Nadhia, mirándola con seriedad.

Te agradezco tu apoyo. Me aseguraré de que tu clan sea informado. ¿A cuál perteneces?

Entre tanto se les acercó uno de los Unicornios y susurró al oído de Cornelia:

—Mi señora, tenemos a cinco heridos graves. Deberíamos desplazarnos a la ciudadela cuanto antes.

Bien. Vamos a ir al alcázar—Cornelia se volvió a poner el casco—. Daré aviso para que te dejen venir a mis aposentos más tarde. ¿Cuál es tu nombre?

Una vez lo escuchara, Cornelia asentiría, le daría la espalda y comenzaría a organizar a su batallón para que cargaran con los heridos y se desplazaran hacia la ciudadela. Nadhia podía optar por acompañarles, o, si quería, recorrer la muralla hacia donde se había desplegado la barrera en busca de sus compañeros.


****
La ciudadela



Sólo sé que tengo que encontrar a un tal Zephyr, y según la descripción que me han dado, es calvo. Aunque yo no le he visto en mi vida. La razón es... ¿secreta?

El chico se quedó mirándole, extrañado, pero no comentó nada porque Adam decidió ponerse la armadura y desvió su atención.

Vaya, por el Primero, si tenías una. De verdad, ¿por qué no te la has puesto antes? ¿O es que en tu mundo todos van medio desnudos?—inquirió, sin duda pensando en la pregunta que le había hecho Adam sobre por qué él iba vestido.

Oye... Una pregunta. ¿En qué año estamos? Es por... confirmarlo. Ya sabes, el golpe de antes en la cabeza me la ha dejado un poco atontada... y eso.

De nuevo esa mirada de «a este tipo le falta un tornillo».

Estamos en el 8 del gobierno de los Unicornios, en el segundo de la señora Cornelia—Seguramente se le escaparía una carcajada cuando Adam se diera cuenta de que no podía sacar nada con ese tipo de fechas—. Oye, ¿de dónde te has caído?

Por cierto, me llamo Adam. ¿Y tú?

Aki. ¿Vamos para dentro? Eso si no quieres quedarte aquí, claro. Buscando el año en el que vivimos y tal —dijo con sorna.

El interior del edificio, que parecía una mezcla de catedral con palacio, con un gran vestíbulo semidesnudo e iluminado por la luz que atravesaba las hermosas vidrieras. Si no hubiera estado lleno de tanta gente o si el eco no hubiera multiplicado varias veces el llanto de los bebés y los niños pequeños, sin duda habría sido un lugar pacífico y repleto de dignidad. Si Adam se fijaba bien vería estatuas de distintos Caballeros y, al fondo, en lo que parecía ser una capilla, una imagen de un ángel de largo cabello sosteniendo una Llave Espada. En un muro cercano Adam encontró un inmenso mapa… De la antigua Tierra de Partida.

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SPAM TIME
¡Este pedazo de mapa lo ha hecho Keintial! Aquí os dejo su deviantart por si os apetece echar un vistazo
http://keintial.deviantart.com/
FIN DEL SPAM


Al lado había una placa de mármol en la que habían escrito los gobiernos de los distintos clanes. Si Adam decidía perder el tiempo leyéndola, vería que se remontaban a hacía unos cincuenta años. Había fechas anteriores y una referencia a una Gran Guerra. Así que si se molestaba en hacer cálculos, sabría que se encontraban, aproximadamente, en el 85 d.G.


Eh, Adam. Si quieres buscar a ese tipo deberías hablar con gente del Clan de la Serpiente—dijo Aki, restregándose la nariz con la manga—. Conmigo no cuentes. Esos tipos son raros.

Antes de que Adam pudiera responder se elevó un rumor y escucharon las pisadas apresuradas de alguien. Se trataba de un joven de melena negra, pálido, con el emblema de los Osos, y que cargaba con… ¡Lyn! ¡Y junto a él venía Kairi!

¡Ayuda, por favor! ¡Esta mujer está malherida!

Kairi se había unido a él durante su ascenso hacia la ciudadela y, cuando lanzó el Cura a Lyn, recibió un gruñido de agradecimiento. Pero no sería suficiente para salvarla. Además, él estaba cansado después de la pelea, si bien tuvo algo de resuello para explicarle que el hospital estaría hasta reventar y que en el alcázar habría gente capaz de de atenderla.

Ahora depositó a Lyn en el suelo y dejó sitio al anciano del bastón y a un par de mujeres entradas en años, que de inmediato empezaron a invocar conjuros sanadores. Resollando, el muchacho observó a Kairi y, todavía algo irritado, preguntó:

¿Estás herida?

Fecha límite: viernes 24 de abril a las 23:59



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Hana
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Saeko
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Gengar
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Adam
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PH: 8/16

Neru
VIT: 9/26
PH: 17/22

Kairi
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PH: 5/20

Nadhia
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Kairi I (Justificada)
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Darkness Seeker » Jue Abr 23, 2015 4:56 pm

El ligero sonido de un zumbido me despertó poco a poco. Lo último que recordaba era subir a la muralla, al caballero pidiéndome ayuda y... ¡El dragón! ¡¿Dónde está?! Una vez logré ponerme de pie, con bastante dificultad debido al dolor que llevaba encima, pude ver como la barrera dorada comenzaba a rodear la ciudad, y al sincorazón estampándose y destruyéndose en ella.

Mientras me llevaba una mano al hombro, me acerqué a Hana y Saeko, que parecían haber estado combatiendo mientras yo estaba inconsciente...

Bien hecho — habló de pronto un ángel rodeado de luz —. Habéis sido muy valientes. Y vosotras dos habéis salvado muchas vidas—añadió mientras se dirigía a Saeko y Hana—. ¿Cuáles son vuestros nombres?

Mientras esperaba que Saeko y Hana se presentaran ante el ángel, puesto que al fin y al cabo habían sido más útiles que yo frente al dragón y la muralla, pude ver como una figura que me recordaba en cierta manera al Maestro Kazuki alcanzaba la zona en la que estábamos.

Mi nombre es Neru — comenté una vez ambas aprendizas terminaran su presentación —.No creo haber sido de mucha ayuda en batalla, pero intentaré hacer lo que pueda por proteger la Ciudad.

No olvidaré esos nombres.— comentó el recién llegado—Os agradezco que me ayudarais, no muchos se habrían enfrentado a tal Sincorazón... —el hombre dirigió una mirada a través de sus gafas a mis heridas —Dirigíos a la ciudadela para que os atiendan los Sanadores de mi clan y…

¡Assur!

Del otro lado de la muralla, de cara a la ciudad, un glider surgió volando de los edificios. De dicho glider, una armadura grisácea con un emblema que parecía representar un guepardo se bajó rápidamente. Lo más preocupante era el hecho de que la armadura estaba llena de sangre... que claramente no debía de ser de sincorazón.

¡Hjalmar! ¿Dónde estabas? Se suponía que…

¡Los Sincorazón entraron en la ciudad!—¡¿Pero la muralla no estaba activada?! ¿Cómo habían podido entrar?—. Mataron a varios de mis chicos y he estado eliminando a los que encontré por el camino, antes de que hicieran daño a inocentes. Por eso he tardado. Assur, tenemos que hablarlo en el Consejo. Hay un traidor entre nosotros, si no, no entiendo qué está pasando.

Sin duda Cornelia convocará una reunión de emergencia. Lo plantearemos allí, ahora lo importante es ayudar con la barrera. Volved a la ciudadela—comentó dirigiéndose a nosotros—. Avisaré a los guardias para que os permitan hablar conmigo, aunque sería conveniente que trajerais… el emblema de vuestro clan. Así podré saber a quién debo honrar. Nithael, ¿qué vas a hacer?

Ayudaré a los heridos.En el hospital deben estar desesperados. Y si hay Sincorazón dentro de la ciudad, he de avisar y patrullar las calles. Pero asistiré a la reunión—comentó, como si le resultara molesta dicha "reunión".

Finalmente, todos los presentes se fueron, quedándonos solo nosotros 3. Era hora de planear algo, sobre todo respecto a la imagen del clan.

¿Que podríamos hacer respecto al emblema de clan? Si no llevamos uno, acabaremos levantando sospechas... Por cierto, ¿Habéis averiguado alguna cosa sobre el hechizo para proteger las cadenas o el Maestro?

Una vez acabaramos aquella reunión improvisada, haría caso del Maestro "Assur" y me dirigiría a la Ciudadela para ver si podrían ayudarme a recuperar fuerzas... y de paso encontrar más información sobre ésta Orden de la Llave Espada y esta época.

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Neru se dirige a la Ciudadela, haciendo caso a Assur.

*se sigue golpeando la cabeza cada vez que recuerda que confundió la fecha de una trama y del EG*
LET YOUR HEART SURRENDER BY THE DARKNESS¡

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Re: Ronda 6

Notapor EspeYuna » Vie Abr 24, 2015 9:39 pm

¡Vuela chica, VUELA!

Nadhia consiguió estabilizarse, emprender de nuevo el vuelo y salvarse junto a la líder de los Unicornios gracias al líder de los Osos, que había evitado que fuesen merienda para uno de aquellos sincorazón que tanto le aterraban. Se lo agradecería eternamente, aunque el susto de ver aquellos colmillos tan cerca de nuevo y sentir su aliento marcaba otro episodio que no olvidaría tan fácilmente. No creía poder recuperarse jamás de las heridas de esa raza en su vida.

Pero en aquel momento dejó atrás los miedos gracias a la adrenalina: tenía que volar más rápido con su glider, tenía que alcanzar los portones antes de que la barrera las dejara a su suerte en manos de aquella aterradora plaga de sincorazón.

«¡Mierda, mierda, mierda!»

La barrera se había extendido frente a ellas en una fracción de segundo, y no le daría tiempo a detener el glider a aquella velocidad. Escuchaba a sus espaldas los gritos de los demás, siendo seguramente atrapados por sus depredadores. E iban a chocarse. ¡Iban a chocarse contra la jodida pared!

¡Ah!

Pero su compañera de viaje fue rápida. Le obligó a girar su transporte en el último momento hacia un lado, alcanzando milagrosamente una zona donde la barrera todavía no había logrado extenderse. Se precipitó hacia la muralla, con decisión. Ya poco le importaría darse de bruces contra una pared o el suelo si era dentro de un lugar seguro.

Pero consiguió reducir la velocidad y aterrizar con algo de dignidad. Le impresionó que Cornelia bajara de un salto en su estado y se pusiera a dar órdenes con tanto ímpetu:

¡Reunid a todos los Caballeros que podáis y manteneos tras la barrera para atraer a los Sincorazón! ¡Aquellos que hayan superado las pruebas de Primera Maestría que vayan a la siguiente torre y activen el cristal! ¡Luego…!

Pero tal y como pensaba Nadhia, no se encontraba en condiciones. No cuando había necesitado de su ayuda para escapar. Hizo desaparecer su glider enseguida y tuvo el impulso de acercarse a ella y socorrerla, cuando se le adelantaron la gran armadura líder de los Osos y la delgada figura, líder de los Zorros.

No te preocupes, yo me encargaré de ello —dijo el grandote, con una voz amable que nada tenía que ver con el vozarrón que la impulsó a seguir adelante allá afuera con Cornelia.

Sí, lo dejo en tus manos—respondió ésta, manteniéndose a duras penas en pie—. Anisa, tenemos que mandar refuerzos a por los Caballeros que se han quedado fuera. Nos reuniremos dentro de una hora en el alcázar. Avisa a Assur.

Entendido.

Anisa, que era así como se llamaba la líder de los zorros, reunió a un grupo de los presentes y se marchó con ellos volando en su glider. Nadhia pegó un respingo al sentir alguien posando su enorme manaza en su hombro, y al girarse se encontró con el otro líder, al cual habría jurado escuchar en el campo de batalla que se llamaba Zacharias:

¡Buen trabajo, pipiola!

Nadhia no pudo evitar sonreír bajo su casco, quizás orgullosa por haber hecho lo que debía y salvar a un miembro tan importante para ellos. Pero de pronto recordó quien era, y por qué estaba allí. Se estaba dejando llevar demasiado por la situación y su misión no era quedarse en el campo de batalla a ayudar a gente del pasado. Era encontrar a Zephyr.

Pero dejó de pensar en ello cuando escuchó resoplar a la líder de los Unicornios, quitándose el casco.

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Nadhia sintió que se había detenido el mundo, al menos por un instante. Cornelia no era tan sólo capaz de portar una armadura noble y caballerosa, mostrar una firmeza y aguante envidiable frente a los suyos y ser formidable en el campo de batalla. Cuando se detuvo frente a ella, Nadhia evitó quitarse el casco, no porque quisiera ocultar su rostro e identidad, sino por vergüenza a que observara el careto que se le había quedado al verla por primera vez sin protección en la cabeza.

Su rostro era muy hermoso, que tampoco podía envidiarle a sus ojos o a su brillante pelo en llamas.

«Qué guapa es...»

Te agradezco tu apoyo. Me aseguraré de que tu clan sea informado. ¿A cuál perteneces?

Nadhia maldijo, balbuceando como pez fuera del agua. Pero antes de poder inventarse algo con sentido para evitar ser descubierta, un caballero se acercó para susurrarle algo al oído de la líder. Nadhia pudo entender que había unos cuantos heridos graves y que necesitaban atención cuanto antes.

Bien. Vamos a ir al alcázar—decidió la líder, colocándose de nuevo el casco—. Daré aviso para que te dejen venir a mis aposentos más tarde. ¿Cuál es tu nombre?

Yo, eh... —quizás embobada por la situación o el aspecto de Cornelia, dudó incluso de dar su verdadero nombre. Pero enseguida supo que sería una tontería cambiarlo si venía del futuro, y no del pasado— Na... Nadhia. Nadhia Hodges.

Cornelia asintió, dándole la espalda y organizando al batallón para cargar con los heridos para desplazarse a lo que ellos llamaban alcázar, una palabra que ella desconocía. ¿Sería un sitio para atender a la gente herida? Los vio marchar y por un momento le vino a la mente su Tierra de Partida, y de pronto sus compañeros del presente. Y pensó en ir a buscarles, cuando recordó las palabras de Hana.

«Tengo que confiar en ellos», se dijo, intentando convencerse de que todos estarían a salvo, de que habían sobrevivido al ataque y se encontraban todos dentro.

Y Cornelia le había dicho que más tarde querría hablar con ella. Quizás pudiera sonsacarle información sobre Zephyr, inventándose alguna historia que tuviera sentido. Comenzó a pensar en ello mientras alcanzaba a los Unicornios.

Tampoco iba a engañarse: aún siendo del futuro, Nadhia quería ayudar a los heridos. E irremediablemente, quería saber más sobre esa mujer que le había salvado la vida, aunque le hubiera devuelto el favor no mucho después.

Y tampoco quería perder la oportunidad de hablar con ella. Fuera por su misión o por extraño interés en conocerla.
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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Tsuna » Vie Abr 24, 2015 10:14 pm

Nada más alcanzar lo alto de las murallas y ver aquel gigantesco Sincorazón frente a mí, con un aspecto casi salido de una historia de terror, se me acongojó el corazón. Tragué saliva, asustada, intimidada por la presencia de aquel enorme monstruo, pero no estaba sola, claro que no, pues otros Caballeros ya luchaban contra él. Uno sobrevolaba a la criatura desde el aire, atacando a distancia, mientras que el otro…

Exclamé un gemido de sorpresa al ver cómo el monstruo lanzaba una llamarada cargada de fuego oscuro contra el aprendiz, que si mal no recordaba, se trataba del mismo Neru. Mi pequeño aprovechó para bajar del vehículo y aterrizar en tierra, antes de que yo misma me pusiera en marcha para enfrentar aquella cosa. Definitivamente, estaba loca.

Pero yo no soy como él ha dicho.


Maniobré como pude en el aire durante mi asalto, evitando chocar contra la barrera que empezaba ya a extenderse. Cargué oscuridad en las palmas de mis manos, tal y como había hecho anteriormente en el campo de batalla para luchar contra la Neosombra, y lancé mis hechizos sobre el enemigo sin pensarlo dos veces. Sabía perfectamente que hacía falta mucho más para abatir a semejante coloso, pero al menos aquel Portador agradecería mi ayuda, y Neru también a pesar de su estado.

Me alejé lentamente sobre el Glider sin perder de vista aquel monstruo, y sintiendo mis mechones del pelo bailar en el aire gracias al viento. A decir verdad, estaba exhausta y parte de mi armadura se había hecho pedazos con el ataque de la Neosombra.

De inmediato varios gritos de donde parecía estar aquel extraño cristal, el mismo que había visto al subir, captaron mi atención. No supe con exactitud qué pasó a continuación, o qué clase de magia era aquella, pero de pronto la barrera se extendió de forma impresionante y dejando tras de sí un hipnotizante zumbido. Traspasé con mi vista el campo de batalla asombrada, sin palabras, como si estuviese viendo frente a mí una cortina de agua.

Tampoco quise perder detalle de la jugada del Caballero que había luchado contra el Sincorazón todo ese tiempo. Éste lo condujo hasta la propia barrera, consiguiendo que chocase contra esta para rematarlo con un rayo de luz. Sencillamente no tenía palabras, me limité a tragar la poca saliva que me quedaba, abrumada.

Pasé unos momentos en trance, mirando aquel lugar en el que el enorme coloso había muerto, con los gritos de la batalla de fondo y mi corazón latiendo con fuerza en el pecho. Imaginé que no todos los Caballeros habían conseguido escapar de la barrera. Con ese último pensamiento en mente, descendí despacio hasta donde se encontraba Diana y la otra aprendiza de cabello azul.

Cuando mis pies tocaron el suelo desmaterialicé por inercia la Llave Espada, acercándome a los demás. Neru estaba bien, y un hombre de melena rubia y aspecto… ¿Místico era la palabra adecuada? Quizás sagrado; aterrizó desde el aire gracias a sus alas.

Soy Saeko. —decidí dar mi nombre también

Escuché las respuestas de mis, ahora, compañeros. El hombre que había fulminado al dragón con magia nos aconsejó acercarnos a la ciudadela para que los Sanadores de su clan nos atendieran las heridas. Mas no pudo continuar.

Escuché con atención toda la conversación intentando no perder detalle, desde que se habían infiltrado Sincorazón en la ciudadela y se sospechaba que había un traidor, hasta el acudir junto a la presencia de Assur con el emblema de nuestro clan. Tras que aquellas personas marchasen Neru se preguntó el asunto de los clanes, cosa que a mí también me interesaba saber porque no teníamos ninguno al no ser de la misma época. Y respecto al hechizo para proteger las cadenas… Exhalé aire, abatida.

Zephyr… Esta no es la época, Zephyr está muerto actualmente.

No sabía cómo se iban a tomar eso los demás, imaginé que igual que yo. En todo caso, iría junto al chico de Tierra de Partida hasta donde nos había indicado Assur, la barrera ya estaba desplegada y mi cuerpo caería de un momento a otro. Necesitaba urgentemente un respiro para poner en orden todas mis ideas: el Castillo del olvido, un viaje al pasado, la situación de Zephyr y el asunto de los clanes. Esperaba poder consultarlo más adelante con Diana y el resto, a fin de cuentas estábamos todos en el mismo saco. Y yo ya había cumplido con mi parte, por supuesto, aquel Oso estaba profundamente equivocado conmigo.

Pensé en Nikolai, preguntándome si estaba a salvo o qué. Hice una mueca de amargura, intentando no pensar más en ello hasta tomar un descanso.

Oye, sobre los clanes... ¿Y si le decimos la verdad? —le interrogaría al chico, curiosa por su respuesta

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Creo que ha quedado claro, pero por si acaso, Saeko va a la ciudadela a descansar con Neru.
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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Nell » Vie Abr 24, 2015 11:23 pm

Faltó poco, muy poco. Diana obedeció y acudió a repeler a los últimos sincorazón, mientras Hana esperaba con impaciencia la señal del ángel y soportaba el calor. Vio surcar por el cielo a una de las aprendizas que le habían acompañado en el viaje al pasado, luchando contra el dragón; en cambio, de Neru, ni rastro.

Una vez todo estuvo listo, hizo bien su parte. Apretó el mismo mecanismo que había accionado anteriormente Diana, conectando los cristales de la muralla y provocando que la barrera se cerrara con mayor rapidez. Al otro lado, se escucharon los gritos de pánico de quienes no habían logrado franquearla a tiempo, sabiendo que no les quedaba otra que morir. Intentó no pensar demasiado en ello. No eran sus compañeros, ergo, no estaba moralmente obligada a ir en su rescate.

Hana se apartó con rapidez del cristal, que quemaba como un demonio y se reunió con Neru (pues no, no estaba muerto), la aprendiza que había atisbado antes y el ángel. Ella aún guardaba su pluma anudada entre sus cabellos, para asegurarse de que no se cayera.

Bien hecho Habéis sido muy valientes —Oh, no, aquello no había sido valentía, sino supervivencia—. Y vosotras dos habéis salvado muchas vidas—aplaudió, mientras Diana regresaba—. ¿Cuáles son vuestros nombres?

Soy Saeko.

Lirio ―se presentó.

Aquella era una de esas ocasiones en las que intuía que le vendría mejor una identidad falsa. Seguramente su existencia en aquel lugar no quedaría grabada en ningún libro de historia, pero prefería no arriesgarse. Y no le apetecía ser Hana, la viajera del tiempo, a quien no le importaban las efímeras vidas de esos caballeros; prefería que se le recordara de otra forma.

Mi nombre es Neru. No creo haber sido de mucha ayuda en batalla, pero intentaré hacer lo que pueda por proteger la Ciudad. ―Le habría gustado darle un pisotón, para asegurarse de que no delataba su nombre, pero el gesto habría sido claramente percibido.

No olvidaré esos nombres. Os agradezco que me ayudarais, no muchos se habrían enfrentado a tal Sincorazón —«Pues claro, hay que estar loco»—: Dirigíos a la ciudadela para que os atiendan los Sanadores de mi clan y…

¡Assur!

Un hombre se acercó para hablar con el líder, a quien este reconoció.

¡Hjalmar! ¿Dónde estabas? Se suponía que…

¡Los Sincorazón entraron en la ciudad!—La cara de Hana se asemejó mucho a la de Assur, pero por otros motivos—. Mataron a varios de mis chicos y he estado eliminando a los que encontré por el camino, antes de que hicieran daño a inocentes. Por eso he tardado. Assur, tenemos que hablarlo en el Consejo. Hay un traidor entre nosotros, si no, no entiendo qué está pasando.

Sin duda Cornelia convocará una reunión de emergencia. Lo plantearemos allí, ahora lo importante es ayudar con la barrera. Volved a la ciudadela—les ordenó—. Avisaré a los guardias para que os permitan hablar conmigo, aunque sería conveniente que trajerais… el emblema de vuestro clan. Así podré saber a quién debo honrar. Nithael, ¿qué vas a hacer?

Ayudaré a los heridos—decidió este—. En el hospital deben estar desesperados. Y si hay Sincorazón dentro de la ciudad, he de avisar y patrullar las calles. Pero asistiré a la reunión —Hana había dejado de prestar atención hacía rato. Odiaba el politiqueo.

A continuación, después de haberles dado una vía de contacto, Assur se marchó con su esbirro y Nithael, como había dicho, despegó el vuelo hacia el hospital. Debido a la charla aburrida, Hana se había quedado empanada y tardó en reaccionar un poco después de que esta finalizara, dando paso a la de sus compañeros.

¿Que podríamos hacer respecto al emblema de clan? Si no llevamos uno, acabaremos levantando sospechas... Por cierto, ¿Habéis averiguado alguna cosa sobre el hechizo para proteger las cadenas o el Maestro?

Fácil: nos lo pintamos. O nos quitamos la armadura ―simplificó Hana―. Pero antes de eso, tenemos que reunir información. Lo mejor sería fingir que pertenecemos a un clan menor para no levantar sospechas, salvo que los clanes mayores sean extensos y muy numerosos, en cuyo caso pasaríamos más desapercibidos. Aún tenemos que averiguar cómo funciona este sitio.

»Por cierto, no me delates ―le susurró, aunque Saeko podría escucharlo si estaba atenta, ya que no trataba de ocultárselo.

Le costaba imaginarse que ese mundo, más de mil años después, se compondría básicamente de un gigantesco castillo donde convivían todos. ¿A qué venía el cambio? ¿Por qué habían abandonado la ciudad? A Hana le habría gustado vivir en un ambiente así, porque se correspondía mejor con el de su mundo natal. Cada aprendiz podría haber tenido su casita, su intimidad y trapicheos, y no verse obligado a aguantar a pelmazos como Derhe Yeno en el comedor a diario.

Si todo volvía a la normalidad, pensó en buscar las ruinas de dicha ciudad. Quizá quedara algo, no lo sabía porque nunca había explorado los alrededores. Pero primero, para eso, tenían que salvar Tierra de Partida, o no habría ni castillo al cual regresar.

Zephyr… Esta no es la época, Zephyr está muerto actualmente.

A Hana poco le faltó para que se desmayara.

¿¡Qué!? ¡Será una broma! ―Por supuesto, no lo era. Saeko no parecía ser alguien bromista (y se fijó en que no la había visto por Tierra de Partida)―. ¡Zephyr es nuestro objetivo! Si está muerto, ¿para qué demonios hemos venido? Él es el que creó las cadenas, y quien sabe todo sobre ellas. Este viaje no tiene sentido si no regresamos con una respuesta para recomponer…

¿Qué tonterías estaba diciendo? Como si se pudiera tratar de un error. En primer lugar, ¿quién había sugerido el viaje en el tiempo y quién les había llevado hasta allí? Claro que Chihiro no se había equivocado. Les había mandado justo adonde quería.

¡Puta, más que puta! ―saltó, enfadada, y dando una patada contra la pared de piedra―. ¡Traidora! ¡Nos ha engañado a todos!

La próxima vez que la viera, le arrancaría todos los pelos, la degollaría y la lanzaría al lago de Tierra de Partida para que Leviatán terminara de rematarla (él tenía sus razones). Aunque… el lago actualmente no existía. El único consuelo de Hana era que, a instancias de las amenazas de sus compañeros, Chihiro reabriría el portal que los llevaría de vuelta a casa. ¿O no? ¿Y si en ese momento, a cientos de años de distancia, la muy bruja estaba maquinando la manera de dejarlos allí encerrados? Porque, una vez volvieran con las manos vacías y contaran lo que había pasado, nadie dudaría de su traición.

A pesar de su convencimiento en los actos de Chihiro, puesto que ya la había conocido en el pasado, a Hana le desconcertaban algunas cosas. Básicamente, ¿por qué lo había hecho? Abrir el portal le había costado un esfuerzo tremendo, ¿y solo para librarse de ellos? Además, estaba encerrada junto a los demás en el Castillo del Olvido. Si su misión fracasaba, no podría escapar de los sincorazón; y gracias a ella, de hecho, no iban a cumplirla.

No les quedaba más remedio que perseverar y tratar de hallar otra solución. Puede que Chihiro les hubiera mandado a una época donde estuviese la información, o puede que todo hubiese sido un ardid para deshacerse de enemigos. Ajustaría cuentas con ella cuando recuperaran Tierra de Partida.

Tendremos que buscar a alguien con esa información. Si Zephyr ya ha muerto, habrá dejado en algún sitio la forma en la que se pueden crear las cadenas o se lo habrá dicho a alguien. Probablemente a un líder, como ese Assur... si no ha pasado mucho tiempo desde su muerte. ¿Cuántos años de diferencia llevaremos? ―preguntó, sin esperar respuesta―. Podríamos intentar abordarlos antes de esa reunión.

Neru y Saeko planeaban obedecer a Assur y dirigirse hacia la ciudad. A pesar de que el plan inicial de Hana había sido el mismo, lo mejor era que abarcaran todo lo que pudieran para hallar la solución rápido. Solo tenían dos días, y eso si aparecía portal alguno. Por lo tanto, la otra fuente fiable de información parecía ser el ángel. Había dicho que se dirigiría al hospital, y pese a que Hana aborrecía esos lugares, no le quedaba más remedio que seguirle.

Se despidió de los aprendices, advirtiéndoles que extendieran la noticia entre los suyos, y convocó el glider. Solo entonces recordó a Diana, que había permanecido en silencio.

¿Qué sabes de Chihiro? ―preguntó, sin ocultar su desconfianza hacia la mujer.

Diana se había quedado encerrados con ellos, así que supuso que no le tendría simpatía ya. Y seguía siendo una miembro de Bastión Hueco, quienes la habían llevado hasta su querida Tierra de Partida. Cualquier cosa que supiera quizá arrojara algo de luz a aquella historia.

Por último, convocaría el glider y se prepararía para seguir el mismo camino que el ángel (buscando y preguntando por el hospital, de ser preciso). Antes de hacerlo, se dirigiría otra vez a Diana:

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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Kairi » Vie Abr 24, 2015 11:50 pm

Kairi y el caballero llegaron a una especie de castillo que parecía una catedral. El vestíbulo estaba indundado de gente que hacía mucho ruído y el eco de la sala lo amplificaba aun más.

- ¡Ayuda, por favor! ¡Esta mujer está malherida!

Como era de esperar, la magia de Kairi no fue suficiente para curar a Lyn, de modo que unos ancianos se acercaron a la Maestra e invocaron hechizos sanadores. El caballero estaba exhausto, pero pudo explicarle que el hospital estaría lleno y que en ese edificio había gente capacitada para tratarla. Aún parecía enfadado por lo de antes y la Aprendiza lo entendía perfectamente.

- ¿Estás herida? - preguntó, sin embargo.

- No, yo estoy bien, es mejor que se centren en curar a Lyn - respondió mirando a su Maestra con cara de preocupación.

Mientras curaban a Lyn se fijó mejor en la sala. Estaba decorada con estatuas de otros Caballeros de la época y al fondo había una enorme vidriera que detallaba a un ángel con una Llave Espada. Cerca había un mapa muy grande de la Tierra de Partida del pasado. También había una placa con los gobiernos de los clanes, fechas y una mención a una Gran Guerra.

Entre todo el gentío, Kairi pudo distinguir al chico de Bastión Hueco que había ido con ella al pasado. Recientemente pudo escuchar al Caballero contarle a Saeko que Zephyr estaba muerto, de modo que se dirigió al chico.

- Oye... ¿has averiguado algo de ese tal Zephyr? - preguntó llevándose una mano a la cabeza - . He oído a ese Caballero decir que el único Zephyr que había aquí está muerto y me parece muy raro. Se supone que ésta es la época correcta, ¿no? - puede que Chihiro se hubiera pasado un poco de la fecha o simplemente lo hubiera hecho aposta para que murieran en la guerra. Pero no tenía sentido ya que también había gente de su bando en el grupo... si es que era realmente de ese bando.

Después de la conversación con el chico de Bastión Hueco, Kairi volvió con el Caballero aprovechando que ahora estaría algo más descansado.

- Perdona... Antes te oí decir que Zephyr había muerto hace mucho. ¿Cómo murió?
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La Historia Del Hipercor By Rmedive92
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El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


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Ronda #6 - Ruta del Recuerdo Perdido

Notapor Astro » Sab Abr 25, 2015 12:24 am



Vaya, por el Primero, si tenías una. De verdad, ¿por qué no te la has puesto antes? ¿O es que en tu mundo todos van medio desnudos?

Sí, algo así, supongo —respondió, encogiéndose de hombros. Era una buena excusa—. ¿Y tú por qué no usas tu armadura?

Estamos en el 8 del gobierno de los Unicornios, en el segundo de la señora Cornelia

A Adam se le quedó cara de idiota. Con esa información, seguía igual que antes. ¿Unicornios? ¿Cornelia? ¡¿Por qué tenía que ser todo tan difícil?!

Oye, ¿de dónde te has caído?

Eso me gustaría saber a mí —musitó, rascándose la cabeza con nerviosismo.

Este tema empezaba a tocarle las narices, por no decir otra cosa malsonante. ¿Acaso estaban en el año correcto? ¿O la sosa de Chihiro les había mandado a una época incorrecta para que murieran en medio de aquel caos o algo así? Agh, pensar tanto no podía ser bueno.

Aki —dijo el chico, tras la presentación del vampiro—. ¿Vamos para dentro? Eso si no quieres quedarte aquí, claro. Buscando el año en el que vivimos y tal

Lo buscaré dentro —contestó con una risa, caminando junto a él hacia el interior.

Aki... El nombre y el aspecto del rubito le recordaban bastante a alguien, aunque no conseguía ponerle cara. ¿Sería el antepasado de alguien conocido?

Dentro del edificio, la buena noticia fue que no era del todo una catedral. Y eso, para un vampiro, era bastante importante. Parecía más bien un palacio, con vidrieras, mucha luz, e incluso estatuas de Caballeros repartidas por la zona. Eso sí, al fondo había una pequeña capilla con la escultura de un ángel sosteniendo una llave espada que no hizo ninguna gracia al chupasangre.

Habría sido uno de esos sitios bonitos y llenos de paz, amor y arcoiris, pero los lloros y los lamentos de los refugiados estropeaban toda la escena.

Un gran mapa incrustado en una pared captó su atención. Debía de ser un mapa de la actual Tierra de Pestida, mostrando varias llamativas montañas y lo que parecía ser la ciudadela en mitad de una isla rodeada de agua. Encima, ¿estaban atrapados por el mar? Genial, eso parecía una ratonera.

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Qué mapa tan feo —comentó, tras observarlo un rato y memorizar las partes importantes.

Al menos, le sirvió para conseguir un dato muy importante. En una placa de mármol junto al plano estaban escritas varias fechas de los gobiernos de los clanes, o algo así, llegando a nombrar también la Gran Guerra. Lo que significaba...

Sumo ésto con ésto, y me llevo una... Más dos... —Adam tuvo que ayudarse con los dedos para asegurarse de no meter la pata—. ¿Ochenta y cinco...? Bueno, entonces estamos en la época correcta, creo. Agh, ¿dónde están los cerebrines cuando se les necesitan?

Eh, Adam. Si quieres buscar a ese tipo deberías hablar con gente del Clan de la Serpiente—La intervención de Aki sacó al aprendiz de sus pensamientos—. Conmigo no cuentes. Esos tipos son raros.

No hubo tiempo de respuesta: un tío de larga melena negra, que portaba el emblema de un oso, entró corriendo con una mujer en brazos. Una mujer que, por cierto, era familiar para Adam: la maestra medio animal. ¿Lyn, era su nombre? Y también venía con ellos la aprendiza pelirosa.

¡Ayuda, por favor! ¡Esta mujer está malherida!

Un grupo de gente, entre los que se encontraban el viejo del bastón, se pusieron a curar a la maestra. ¿Qué le habría pasado en las murallas? Tenía una pinta horrible... Apetitosamente horrible, claro. El vampiro tuvo que hacer esfuerzos para no abalanzare sobre la sangre que veía, apartando la vista para resistir la tentación. Maldición, ahora no podía hacerlo, o le echarían del alcázar a bastonazos. O algo peor.

Debía de mantener las formas....

Oye... ¿has averiguado algo de ese tal Zephyr? —Fue la chica del pelo rosa quien consiguió que se centrara—. He oído a ese Caballero decir que el único Zephyr que había aquí está muerto y me parece muy raro. Se supone que ésta es la época correcta, ¿no?

Lo mismo. Todos dicen que el único Zephyr que conocen la palmó hace tiempo. Creo que estamos en el 85 d.G., así que debería ser la época correcta, pero demasiado tarde, o algo así. Creo.

Como la aprendiza volvió con el oso, Adam tuvo que encontrar alguna manera de distraerse del olorcillo a sangre fresca. Y la mejor manera era...

¡Aki! ¡Colegui! —El aprendiz agarró al chico amistosamente por el hombro, sonriente—. Has dicho algo de que las serpientes pueden saber más sobre Zephyr, ¿verdad? ¿Puedes llevarme con ellos, porfa plis?

Pondría la mejor de sus sonrillas, esperando que colara. Ya fuera con Aki, o siguiendo sus instrucciones, Adam iría en busca de las serpientes para preguntarles por el dichoso calvo muerto.

¡Maldito calvo!
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Ronda 7

Notapor Suzume Mizuno » Dom Abr 26, 2015 11:54 pm

El hospital



¿Qué sabes de Chihiro?

No mucho más que tú —respondió Diana, encogiéndose de hombros—. Que se ha aliado con Ryota y que nos salió el tiro por la culata. Y que nos ha mandado a una época equivocada. ¡No me mires así! Me hace tanta gracia como a ti. Pero al menos sé que Ryota se ocupará de hacernos volver.

Con todo, desvió la mirada a un lado y frunció los labios. Cuando vio que Hana invocaba el glider, pegó un respingo.

¿Te vienes?

Asintió y materializó el suyo propio.

No tuvieron que buscar mucho para dar con el hospital: sólo había que seguir las riadas de gente que se dirigían hacia un bonito edificio blanco, de unos cuatro pisos, que ante todo era amplio. El ángel estaba cerca de unas de las puertas, hablando con una serie de personas que gritaban, asustadas y sostenían a heridos. Diana masculló algo cuando vieron la cantidad de cuerpos que había por el suelo, tumbados sobre capas, rodeados por compañeros. Algunos gritaban, agónicos, y otros furiosos. Vieron desaparecer a un par entre suaves resplandores de luz.

Tenemos que echar una mano—dijo la aprendiza de Bastión Hueco. Si Hana protestaba, añadiría—: Si ven que colaboramos, podríamos ganarnos su confianza. ¡Así que vamos!

E hizo descender su glider. Aterrizó al lado de Nithael, que se había arrodillado sobre un niño y mantenía las manos sobre su cabeza. Las palmas resplandecían una delicada luz dorada y la brecha en la cabeza del chiquillo se estaba cerrando. Al verlas sonrió ligeramente y dijo:

¿Alguna de las dos tiene conocimientos de hechizos sanadores?—Diana asintió—. Por favor, ayuda a los heridos más graves, lo suficiente para que puedan atenderlos dentro del hospital. Y Lirio, ven aquí y ayuda a acercarse a la gente.—Con un movimiento de la barbilla indicó al corro que se había formado a su alrededor. Adultos y niños sostenían a heridos y, sorprendentemente, se mantenían en silencio mientras esperaban su turno.

Hana podía echar una mano a los heridos a acercarse. Eran bastantes y algunos estaban inconscientes o al borde del desmayo. Sus compañeros no parecían en mejores condiciones. La mayoría parecían ser Caballeros armados que, por la sangre y el cansancio de sus rostros, sin duda habían luchado fuera. Un chaval poco más joven que la aprendiza sorbía por la nariz y decía:

—No entiendo qué ha pasado. ¿Vamos a morir todos?

—¡No seas ridículo! La señora Cornelia lo arreglará todo.

—Pero antes no había tantos Sincorazón…

Diana se había alejado y echaba Curas sobre los heridos, tal y como el ángel le había indicado. Hana, si quería, podía intentar recabar información sobre la situación. El año en que se encontraban, cuándo había comenzado el ataque… O los métodos de defensa. Estaba claro que todavía no se habían creado las Cadenas que tenía Tierra de Partida, pero poseían un sistema defensivo. La pregunta era por qué habían tardado tanto en desplegarlo, ¿no?

Y, por supuesto, podía indagar sobre Zephyr.


****
La ciudadela


Saeko y Neru se dirigieron a la ciudadela. Por el camino vieron que la gente empezaba a regresar a las casas, aunque muy lentamente. La mayoría parecía haberse concentrado en lo alto del pueblo, alrededor del alcázar. Fuera, en lo que parecía ser un jardín, había una fuente alrededor de la cual se acumulaba un grupo que repartía agua. Vieron también a unos jóvenes cuidando de ovejas y vacas, acumuladas en un extremo de la plaza que rodeaba al alcázar. Unos cuantos Caballeros parecían estar ocupándose de los animales, y también habían extendido sobre una manta una especie de puestecillo donde había frascos de cristal. ¿Éteres, pociones? No perdían nada por acercarse. Es más, una anciana que estaba atendiendo a un par de Caballeros les echó el ojo y se apresuró a hacerles gestos para que se acercaran gritando:

—¿Estáis muy cansados? Puedo venderos pociones reconstituyentes, éteres o lo que más os guste a mitad de precio. En situaciones así tenemos que ayudarnos los unos a los otros, ¿verdad?

—¡Serás bruja! ¡Tendrías que estar regalándolo! —protestó uno de sus clientes.

—Suficiente con que los grandes clanes se llevan prácticamente gratis todas nuestras pociones —refunfuñó ella.

A las puertas del alcázar se acumulaban heridos y gente que pedía a gritos información. Pudieron observar cómo un grupo de gliders se detenía frente a la entrada y desaparecía en el interior del imponente edificio. Si se fijaban bien, incluso reconocerían el glider de Nadhia.

Podían ir a hablar con la gente, a preguntarles lo que quisieran y recibirían diversas respuestas. Pero cuando hubieran terminado alguien les cortaría el camino.

—¡Perdón! —Una mujer se detuvo frente a ellos. Era joven, y tenía un brazo vendado y una pierna entablillada. Parecía que todavía no habían podido atenderla los sanadores. Se apoyaba como podía en una muleta apañada—. ¿Venís del frente? ¿Qué ha pasado? ¡He visto que los Unicornios han regresado! ¿Eso significa que han tocado retirada o que hemos ganado? —Esperaría a que comenzaran a responder y entonces mascullaría, al borde de las lágrimas—: Qué hemos hecho para merecer esto…

Justo entonces escucharon un gemido y Neru sintió un golpecito contra la pierna. Cuando bajara la vista vería a un niño moreno, muy pequeño, quizás de menos de cuatro años. Tenía la cara roja, llena de mocos y churretones, con los ojos inflamados por culpa de las lágrimas. Se había chocado sin querer contra él y retrocedió, asustado. No parecía que hubiera nadie por los alrededores buscándolo. Trastabillando y sin dejar de llorar, se alejó pasito a pasito de ellos.

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Podían recogerlo e intentar llevarlo hasta sus padres, estuvieran donde estuvieran. También podría venirles bien comprar éteres y demás pociones. ¿Quizás preferían buscar a algún grupo donde obtener información? O incluso ir al alcázar.

En cualquier caso, si echaban una mano con los heridos, seguramente pasarían más desapercibidos que si no hacían nada.


****
El alcázar


A la pregunta de por qué no llevaba armadura, Aki arrugó la nariz y gruñó:

Porque no me gusta que me juzguen por el clan al que pertenezco. Y no me gusta. Pesa.

Después le acompañó al interior.

*


¡Aki! ¡Colegui! —El chico, que se había acercado a echar un vistazo a Lyn, pegó un respingo cuando Adam lo aferró del hombro—. Has dicho algo de que las serpientes pueden saber más sobre Zephyr, ¿verdad? ¿Puedes llevarme con ellos, porfa plis?

Como todavía estaban cerca de la Maestra, Adam pudo percibir que el joven que la había traído se ponía en tensión.

- Perdona... Antes te oí decir que Zephyr había muerto hace mucho. ¿Cómo murió?

Nadie lo sabe—respondió con sequedad—. Abandonó Tierra de Partida hace mucho tiempo y se perdió en alguno de los mundos del extrarradio, donde nadie de la Orden pudiera encontrarlo.—Frunció el ceño y observó tanto a Kairi como a Adam—. ¿Por qué os interesa tanto Zephyr?]

Si la chica intentaba alejarse, el joven la cogería por una muñeca y no la dejaría ir hasta que le diera una respuesta.

Eso me pregunto yo. Ya te he dicho que no quiero acercarme a los Serpientes, son tipos muy raros[/b]—refunfuñó Aki, intentando deshacerse de su agarre. Aun así, el muchacho miró a su alrededor, entre la multitud. La mayoría de la gente no parecía tener un rango especialmente alto, aunque sin duda habría Serpientes que podrían servirle de ayuda—.No creo que quieran hablarte de Zephyr, pero si tienes que preguntar a alguien…

¡Muy bien, todo el mundo! ¡Haya orden! Se ha desplegado la barrera con éxito y es hora de organizarse.

Sería ella. Es la hermana de Assur. Seguro que sabe cosas.

La atisbó saliendo de una de las puertas del fondo de la estancia. No llevaba armadura, sino una túnica elegante y con estampados de mariposas, además de una banda en un brazo con el emblema de las Serpientes. Era alta, alcanzaba el metro noventa, y una melena de cabello negro le caía como una cascada por la espalda, resaltando su piel blanca. Sonreía con amabilidad mientras pedía a la gente que recogiera sus cosas y abriera paso.

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Llevad a los heridos por ese camino, por favor —decía—. Allí nos ocuparemmos de ellos. ¡Despejad el vestíbulo por favor! —Dio un par de sonoras palmadas para llamar la atención de todos.

Parecía ocupada, pero si Adam quería preguntar era libre para hacerlo. Aki le miró con el ceño fruncido y dijo:

He oído que es una mujer muy rara. Si te lía no vengas a pedirme ayuda.

Entre tanto, escucharon una serie de exclamaciones y de gritos de asombro.

—¡La señora Cornelia!

—¡Está herida!

¡Basta de gritos!—ordenó una voz potente.

Una figura se perfiló en la entrada. Se trataba de una mujer con el símbolo de los Unicornios en el pecho, el cabello rojo y la piel muy pálida, casi enfermiza. Aun así, caminó con la cabeza bien alta al frente de un escuadrón de Unicornios. A su paso debaja pequeños rastros de sangre.

¡Por el Primero! ¡Han logrado herir a Cornelia! Joder, esto es peor de lo que decían—dijo Aki, aunque no parecía especialmente afectado. Es más, miraba con cierta… ¿inquina? A la tal Cornelia.

Nadhia entraría con el resto de los Unicornios al alcázar. Había volado tras ellos y se habían dirigido directamente hacia el edificio. Recorrió el vestíbulo al final del grupo, mientras la gente se abría a los lados como una ola, y por eso pudo ver a Lyn en el suelo, todavía atendida por un viejo armado con un bastón y un par de ancianas. Kairi estaba a su lado. También pasó al lado de Adam y Aki.

La hermana de Assur se apresuró a reunirse con Cornelia. Intercambiaron unas palabras en voz baja, Cornelia meneó la cabeza y señaló hacia la multitud. La otra mujer asintió, algo a regañadientes, y se echó a un lado para dejarles pasar.

Si Nadhia intentaba seguir a los Unicornios más allá de las puertas dobles del final del vestíbulo, un par de Caballeros con el mismo emblema extenderían sus Llave Espada para impedirle el paso.

—Sólo miembros de los grandes Clanes con permiso pueden cruzar esta puerta. Retrocede —ordenó uno, clavándole unos ojos fríos y despreciativos una vez comprobó que la muchacha no portaba ningún emblema.

Cornelia había dicho que permitiría que entrara, pero estaba claro que todavía no era el momento. Tendría que intentarlo más tarde.


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Hana
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Saeko
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Adam
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Neru
VIT: 9/26
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Kairi
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Nadhia
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Kairi I (Justificada)
Darkness Seeker I


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Re: Ronda 7

Notapor EspeYuna » Mar Abr 28, 2015 7:19 pm

Nadhia seguía con cautela a los Unicornios al interior de la ciudadela. E iba trazando un plan en su cabeza, anotándose las mil y una posibilidades de meter la pata para poder arreglarlo a tiempo antes de que pudieran descubrirla.

No se iba a mentir: ella misma se consideraba un libro abierto. Le costaba bastante mentir y ya había tenido problemas en algunas misiones a la hora de pasar desapercibida en los mundos que había visitado. Bien que con sus compañeros no se notaba tanto, pero sola... tenía que tener mucho cuidado. Y se estaba arrepintiendo de haberle dado a Cornelia su verdadero nombre. Era cierto que allí nadie la conocía, pero quizás aquello tuviera represalias para su presente. Aunque esperaba que no llamara tanto la atención como para aparecer en papeles antiguos de la época.

No, rezaba porque no fuera así.

Siguiendo al batallón se dio cuenta de que las vestimentas de los habitantes de la ciudadela era bastante diferentes a las suyas y se mordió los labios: tendría que conseguir más tarde ropas de la época, pero en aquel momento no podía perder de vista a los Unicornios ni a Cornelia, si bien le había dicho que le dejaría pasar para hablar con ella. Sólo quedaba no desactivar la armadura en ningún momento. No hasta conseguir algo más apropiado y menos vistoso a ojos de los antepasados de Tierra de Partida.

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Parecían estar llegando al alcázar, un edificio que a Nadhia intimidó bastante. Tierra de Partida no se parecía en nada a su futuro. Pero también pensó que había el cuádruple de portadores (aunque su cálculo era una cifra ridícula con respecto al gran ejército que había visto luchar allá fuera) que en su castillo natal. Se estaba dejando llevar por la impresión, cuando al entrar se escuchó un barullo considerable al entrar Cornelia.

¡Basta de gritos!

Nadhia la observó desde su posición, la última de todo el batallón que había ido entrando junto a los heridos. No se acostumbraba a ella cuando su voz tronaba como una tormenta. Imponía y la conseguía asustar. Pero también era cierto que debía ser una mujer formidable. Todos parecían conocerla, así que seguramente tendría un puesto más que reconocido entre los Unicornios y el resto de clanes. Madera de mandar tenía.

Incluso podría atreverse a decir que al lado de Lyn, Cornelia le daba mil vueltas.

Y agradeció llevar al casco puesto y ahogar una exclamación. Pero no se detuvo en el momento, alerta. Por el rabillo del ojo, logró preocuparse al ver a algunos ancianos alrededor de Lyn. Estaba malherida y desde su posición parecía que también inconsciente. Apretó los nudillos, sintiéndose mal. La había perdido de vista durante la contienda y había acabado así.

Suspiró aliviada al percatar la presencia de Kairi cerca de la maestra, y aunque pareciera increíble, también se alegraba de que Adam estuviera allí. Sin embargo, no vio por ninguna parte a Hana, ni a Saeko ni a Neru.

«Tranquilízate», se dijo, intentando calmarse. «Hana y Saeko son muy fuertes. Seguro que no les ha pasado nada.»

Le costaba admitirlo, pero seguía preocupándose por la aprendiz de Bastión Hueco. Quizás por los recuerdos de su copia virtual, todavía le quedara a Nadhia razones para seguirla considerando alguien querido, después de todo.

Nadhia vio entonces a una mujer alta, delgada y estilizada acercarse a Cornelia. Tenía una larga cabellera negra, un rostro bastante bello y vestía con mariposas teñidas en su vestimenta. En su brazo portaba el escudo de las Serpientes. Ambas intercambiaron palabras en voz baja, y Cornelia lo último que hizo antes de seguir adelante fue ladear la cabeza hacia todo el pasillo lleno de heridos. La mujer se alejó con una expresión que Nadhia pareció reconocer.

La de Fátima. La recordó de manera inevitable, y se le revolvió el estómago pensando si su amiga estaría bien. Aquella expresión era la que su amiga dibujaba en su rostro muchas veces, la de resignación, cuando ella se ponía testaruda y no atendía a razones. Estaba segura de que le había dicho que le atendería las heridas y ella se había negado. Sonrió bajo su casco. Estaba bastante asustada a la hora de seguirla y de meter la pata, pero tenía ganas de hablar con ella. No todos los días se conocía a una auténtica líder de un pasado glorioso en Tierra de Partida.

Aunque tuviera que dejar de lado el hecho de que una plaga inmensa de sincorazón los tuvieran atrapados en una prisión de piedra, con aquellos murales como única protección.

Y ahora que lo pensaba...

—Sólo miembros de los grandes Clanes con permiso pueden cruzar esta puerta. Retrocede.

Nadhia retrocedió. Al parecer Cornelia no había dado permiso a que entrara con ellos. En parte, lo entendió, pero esperaba poder hablar luego con ella. Tendría que quedarse cerca para estar atenta y no perder la oportunidad.

Así que aprovechó y caminó hacia los suyos, pero de forma cautelosa. Y según lo planeado, miraría a su alrededor, a todos los heridos, con la intención de dar la sensación de que buscaba a alguien. Con el casco puesto, sería todo más fácil. Ya se complicaría más tarde el asunto.

Y se cruzó con Adam. Enseguida se detuvo para intercambiar unas palabras con él, las mínimas necesarias. Tenía que dar a entender que no conocía a nadie. Sólo esperaba que Adam la escuchara con el casco.

Adam, ¿habéis averiguado algo?

Querría haberle preguntado si todos se encontraban bien, pero no podía arriesgarse a hablar con él más de la cuenta. Tampoco sabía si la coartada de Adam sería descubierta enseguida. No podía mezclarse con él. Ni con Kairi. Aunque le costara.

Aaaaalgo. El calvito está muerto, o eso creen todos, porque desapareció o algo así. Yo tampoco lo entiendo muy bien.

Nadhia se quedó paralizada en el sitio. Sin saber si quitarse el casco, porque pensaba que no había escuchado bien. Pero Adam se lo confirmó, señalándole un mapa en la pared.

Estamos en el 85 d.G., según eso. ¿Nos han mandado demasiado tarde o qué?

Hizo memoria y creyó perder la sensibilidad de las piernas. Le recorrió un sudor frío por la frente. Sí. Era demasiado tarde. O eso pensaba, al recordar su visita al Templo de la Reminiscencia. Se acordaba más o menos de la fecha en la que Zephyr construyó el templo, durante la década del 30 d.G. ¡Pero eso quería decir que...!

No... pero eso no es posible. Eso significaría que Chihiro... —balbuceó, intentando digerir la información de la mejor manera posible. ¿Pero cómo? ¡Chihiro los había mandado con cincuenta años de diferencia a una época en la que Zephyr estaba vivo, y seguramente ya a una edad avanzada! ¿Aquella bruja los había engañado? Era imposible. Nadhia recordaba lo mucho que se había esforzado para mandarlos al pasado. Si hubiera querido deshacerse de ellos, sólo tendría que haberles tendido una trampa en el presente. Es más, había quedado exhausta. Se había arriesgado demasiado con su poder. Pero...

¿¡... qué demonios iban a hacer ahora!?

No sabía cuántos segundos se había quedado congelada en el sitio, pero sintió que Adam volvía a avanzar hacia su objetivo, fuera el que fuera.

Creo que voy a poder entrar en esa reunión dentro de un rato —Nadhia ladeó la cabeza con cautela hacia los portones que vigilaban los guardas—. Quizás pueda averiguar si es cierto o no que nuestro objetivo está muerto.

» Hasta que todo pase, haz como si no me conocieras. Si alguien te pregunta por lo que hemos hablado ahora, diles que parecía perdida y amnésica. Tengo un plan. Si ves a los demás advierte de ello también, por favor.

Intenta no gritarle a nadie, preciosa, voy a ver si esa serpiente sabe algo~

Tras aquello, Nadhia estaría un rato haciendo un poco de teatro, paseando entre heridos, como si estuviera buscando a alguien. Pero no pudo evitar querer acercarse a Lyn. Y viendo que Kairi estaba entretenida con un muchacho agarrándole de la muñeca, seguramente era su única oportunidad para intentar hablar con la maestra.

¿Podría ayudar...? —se atrevió a preguntar al encontrarse con los ancianos que trataban a Lyn— Tengo remedios y... creo que la conozco.

Se fueran o no, se adelantaría para acercarse a ella y sacar de su armadura una poción. Cogería a Lyn para acercarla a ella para darle de beber e intentar espabilar a la maestra un poco, lo suficiente para que pudiera escucharla. Se acercó todo lo posible con su casco a ella y aprovechó los pocos segundos dándole el remedio para contarle lo esencial.

Lyn, soy Nadhia. No sé si vas a poder escucharme, pero... según dicen, nuestro objetivo está muerto. O que desapareció hace muchos años, no lo tenemos claro. Creo que voy a conseguir infiltrarme con los peces gordos de aquí. Necesito que ninguno os acerquéis a mí. Tengo un plan para acercarme a ellos y conseguir más información. Quizás Zephyr tuviera familia, o que realmente no esté muerto... Lyn... te necesitamos más que nunca. No creo que podamos hacer esto sin ti.

Nadhia no supo qué más decir cuando vio que la poción ya se había acabado, ya fuera porque Lyn bebiera o se le hubiera escurrido por los labios. Pero realmente había dicho todo lo que tenía que decir. Es más, mientras se alejaba para buscar entre los heridos y prestar ayuda si era necesario, pensó en algo a lo que le había dado vueltas desde un rato antes de entrar en el alcázar.

Aquella barrera, la que habían usado, no se trataba de las cadenas de la actual Tierra de Partida. No tenían nada que ver: mientras la primera sólo se activaba cuando ellos querían y en el momento exacto, las cadenas repelían a los sincorazón de su mundo en su tiempo. ¿Cómo era posible aquella diferencia, si Zephyr ya estaba muerto? Él era quien había creado la protección de Tierra de Partida. Entonces, ¿cómo es que aún tenían una barrera tan poco estable y duradera? Estaba segura de que no era permanente, tan sólo tenía que mirar a su alrededor para darse cuenta.

Llegó a la conclusión de que quizás no fuera demasiado tarde. Si Chihiro no les había engañado con la información de Zephyr, todavía quedaban posibilidades de encontrarle a él, o a algún conocido, para conocer el secreto de las cadenas.

Se quedó un rato cerca de los portones, haciendo un poco más de teatro, mirando de un lado a otro, preguntando en qué año se encontraban a la gente que pasaba... Tenía que ir trazando poco a poco su coartada.

Sólo esperaba que de verdad Cornelia no se hubiera olvidado de ella.

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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Darkness Seeker » Mié Abr 29, 2015 6:15 pm

Zephyr… Esta no es la época, Zephyr está muerto actualmente.

Un inmenso nudo se me hizo en la garganta, que por poco me dejó afónico. ¿Zephyr... estaba muerto? ¿Habíamos viajado demasiado tarde en el tiempo? No, no era posible. Si estábamos en ésta época sería por algo, el Destino nos había enmarcado en esta guerra por algo, quizás incluso sin tener nada, o casi nada, que ver con Zephyr. Algo teníamos que hacer aquí, y ahora.

¿¡Qué!? ¡Será una broma! ―Conociendo a Saeko, era del todo improbable, no es del tipo de chicas que le gustasen las bromas en mi opinión―. ¡Zephyr es nuestro objetivo! Si está muerto, ¿para qué demonios hemos venido? Él es el que creó las cadenas, y quien sabe todo sobre ellas. Este viaje no tiene sentido si no regresamos con una respuesta para recomponer…

¡Puta, más que puta! ―comenzó a gritar pegando una patada a la pared―. ¡Traidora! ¡Nos ha engañado a todos!

¡Hana, tranquila! ― traté de reconducir la situación ― ¡Aún en el caso de que esté muerto, tenemos todavía posibilidades! Si no me crees, mira este gigantesco escudo de luz. Lo más probable es que dejara algún escrito o aprendiz con sus hechizos o habilidades. Sólo debemos de conseguir información sobre él y ayudar a proteger esta Tierra de Partida.

Una vez se calmara, nos dividimos. Saeko me acompañaba, mientras Hana se dirigía junto a Diana al Hospital. Me quedé durante unos segundos mirando a Saeko mientras bajábamos las escaleras de nuevo.


Oye, ¿Estás bien Saeko? — le pregunté con cierto interés — Tras todo lo ocurrido, quiero decir.

Me alegraba de tenerla de aliada, pero... ¿Qué pensaría de todo esto? Al fin y al cabo estaba ayudando a Tierra de Partida, su supuesto enemigo. No es que no confiara en ella, ni mucho menos, pero quizás fuera un punto para empezar. Un punto para reorganizar la Orden de la Llave Espada en una sola, sin guerras, ni miedos, ni luchas por poder o control...

Oye, sobre los clanes... ¿Y si le decimos la verdad?

Mhm... No creo que sea buena idea...―le comenté al girarme de nuevo―Tendríamos que dar alguna razón de peso para que creyeran que de verdad vinimos del futuro, además de que con todo esto...

Cuando bajamos a ras del suelo, la tensión, miedo y oscuridad se podía casi tocar en la Ciudadela. Niños tosiendo y llorando, llenos de polvo y sangre, adultos ayudando a llevar materiales, animales de granja y heridos a sus respectivas zonas. El caos reinaba en la ciudad.

>>...ya tienen suficientes problemas como para añadir más...

Atendí a cualquier respuesta de Saeko, o su mascota de lo más particular mientras avanzábamos por la plaza. Mientras, pasamos delante de una tienda en la que parecía haber un barullo o pelea. La tiendita, que me recordó muchísimo a los chanchullos de Agrabah, tenía miles de botellitas y frascos de cristal, por lo que deduje que se trataría de algún tipo de herbolario o parecido.

—¿Estáis muy cansados? Puedo venderos pociones reconstituyentes, éteres o lo que más os guste a mitad de precio. En situaciones así tenemos que ayudarnos los unos a los otros, ¿verdad?

—¡Serás bruja! ¡Tendrías que estar regalándolo!

—Suficiente con que los grandes clanes se llevan prácticamente gratis todas nuestras pociones.

Pidiéndole con un gesto a Saeko que me esperase, aproveché y compré 3 pociones aprovechando que estaban a mitad de precio. Una vez finalizada la transacción, me llamó la atención el parecido que tenían con las pociones de nuestra época, me imagino que por la escasa investigación al respecto o por la inexistencia de mejoras significativas.



Ten Saeko— le dije mientras le ofrecía una de las pociones recién compradasPuede que vayamos a necesitarlas si la cosa se tuerce ahí fuera.

>>Por cierto, gracias por la ayuda que me prestaste antes. De no haber sido por aquél hechizo no creo que hubiera aguantado tanto a los Invencibles.

En caso de que me agradeciera la poción, le respondería con un simple sonrisa y un "Es lo que hacen los amigos".

—¡Perdón! —nos preguntó de pronto una joven, vendada de arriba a abajo en brazos y piernas—. ¿Venís del frente? ¿Qué ha pasado? ¡He visto que los Unicornios han regresado! ¿Eso significa que han tocado retirada o que hemos ganado?

Sí, estuvimos en el frente. Logramos echar a los sincorazón y alejarlos de la ciudad, pero... aún quedan bastantes fuera...

—Qué hemos hecho para merecer esto…— fue lo único que contestó la chica mientras se llevaba las manos a los ojos, intentando aguantar las ganas de llorar. Era una tragedia. Todo lo ocurrido... era una verdadera tragedia.

Sin venir a cuento, noté cómo algo chocaba ligeramente con mi pierna. Sorprendido, bajé la cabeza con encontrarme, ni más ni menos, que con un niño pequeño. El niño lloraba, sin llegar a berrear, con su cara llena de polvo y algún arañazo. El pobre, quizás temiendo la oponente presencia de mi armadura, comenzó a alejarse poco a poco, torpemente.

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Casi como si me hubieran clavado un puñal en el corazón, la pena que sentía me obligó a ayudarle casi de inmediato. Me agaché un poco y le animé a acercarse, con mucho cuidado y mimo. Una vez se acercara, lo cogería en brazos y lo apoyaría sobre mi pecho, intentando calmarle.

Pobrecito...—fue lo único que comenté mientras lo meneaba un poco intentando calmarle mientras le dirigía una mirada un poco preocupada —No parece que nadie lo busque... Saeko... creo que voy a buscar a sus padres. ¿Tú que vas a hacer ahora? ¿Quieres que quedemos en algún lugar en una hora o antes?

Una vez Saeko respondiera, o quizás se burlara de lo "ñoño" de la situación, me dediqué a avanzar por las calles, preguntando al que pudiera si sabían algo sobre el niño o su familia y padres. Quizás incluso pudiera encontrar algo referente a los clanes, o alguna manera de crear alguna sobre la marcha para nosotros....

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Neru va por la Ciudadela buscando a los padres del niño pequeño. En cuánto a la tienda, al ser 3 pociones (de normalmente 3000 platines de precio) a mitad de precio, los 4500 platines correspondientes han sido mandados a la cuenta de GameMaster hace un rato.
LET YOUR HEART SURRENDER BY THE DARKNESS¡

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Ronda #7 - Ruta del Recuerdo Perdido

Notapor Astro » Vie May 01, 2015 8:35 pm



Antes de que Aki pudiera contestar, fue interrumpido por el tío del pelo largo que había traído a la maestra herida, al que Kairi le había preguntado por Zephyr.

Nadie lo sabe. Abandonó Tierra de Partida hace mucho tiempo y se perdió en alguno de los mundos del extrarradio, donde nadie de la Orden pudiera encontrarlo.

Genial, en el mejor de los casos, estaría perdido por vete-a-saber-tú qué mundo de todos los que existieran en aquella época.

¿Por qué os interesa tanto Zephyr?

Eso me pregunto yo —añadió Aki, incómodo por el agarre—. Ya te he dicho que no quiero acercarme a los Serpientes, son tipos muy raros. No creo que quieran hablarte de Zephyr, pero si tienes que preguntar a alguien…

¡Muy bien, todo el mundo! ¡Haya orden! Se ha desplegado la barrera con éxito y es hora de organizarse.

Sería ella. Es la hermana de Assur. Seguro que sabe cosas.

¿Assur...? —Estaba seguro de que había escuchado ese nombre antes, aunque ahora no caía.

Fue fácil encontrar a la mujer que se refería el chaval. Alta, largo cabello negro, piel pálida, sin armadura (¡para que luego le riñeran a él!), y con el emblema de las serpientes en el brazo. Adam sonrió al verla. Era guapa, de una forma exótica o como se dijera.

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Llevad a los heridos por ese camino, por favor —gritaba, intentando poner orden entre los refugiados—. Allí nos ocuparemos de ellos. ¡Despejad el vestíbulo por favor!

He oído que es una mujer muy rara. Si te lía no vengas a pedirme ayuda.

Las raras son las mejores —contestó el vampiro, con una sonrisa de oreja a oreja, soltando a su colegui y echando a andar hacia ella.

Pero apenas pudo dar dos pasos, antes de que un griterío captara su atención. Un nuevo grupo de personas habían entrado en la alcázar, y esta vez eran todos caballeros.

—¡La señora Cornelia!

—¡Está herida!

¡Basta de gritos!

La que gritó fue una mujer, la que lideraba la marcha, con una armadura de unicornios y el pelo rojo. De no ser porque parecía que acababa de vomitar diez veces, habría sido muy atractiva.

¡Por el Primero! ¡Han logrado herir a Cornelia! Joder, esto es peor de lo que decían —comentó Aki, con un tono cargado de algo de reproche.

¿Te cae mal esa tal Cornelia? —preguntó el aprendiz, aprovechando que no se había alejado del chico todavía.

Con la respuesta, y tras observar cómo la hermana de Assur hablaba con la líder de los unicornios, dejando que pasaran finalmente mientras ella se quedaba, intentó acercarse de nuevo.

Pero una vez más, tuvo una interrupción.

Adam, ¿habéis averiguado algo?

El vampiro enarcó una ceja, observando la mujer con armadura que se le había acercado. Tardó un momento en reconocerla (gracias al olfato, en parte) como Nadhia. Parecía que los otros aprendices ya se habían cansado de jugar en las murallas, poco a poco todos estaban llegando.

Aaaaalgo. El calvito está muerto, o eso creen todos, porque desapareció o algo así. Yo tampoco lo entiendo muy bien. Estamos en el 85 d.G., según eso. ¿Nos han mandado demasiado tarde o qué?

Señaló el mural que había al lado del mapa, esperando que ella supiera la respuesta a si estaban en el año correcto o no.

No... pero eso no es posible. Eso significaría que Chihiro...

Nos ha timado, qué bieeeen —Eso les pasaba por fiarse de una bruja temporal. ¡Maldita magia!

Nadhia tardó un momento en recomponerse, tras apretar los puños y reflexionar un poco.

Creo que voy a poder entrar en esa reunión dentro de un rato. —Señaló los portones por los que habían ido los unicornios—. Quizás pueda averiguar si es cierto o no que nuestro objetivo está muerto.

» Hasta que todo pase, haz como si no me conocieras. Si alguien te pregunta por lo que hemos hablado ahora, diles que parecía perdida y amnésica. Tengo un plan. Si ves a los demás advierte de ello también, por favor.

Esta chica debía de haber perdido algún tornillo en las murallas, pero Adam se limitó a encogerse de hombros. Él mismo había fingido que el golpe en la cabeza le había dejado aturdido para preguntarle el año a Aki, así que tampoco podía decir nada.

Intenta no gritarle a nadie, preciosa, voy a ver si esa serpiente sabe algo~ —Se despidió con un gesto de la mano, antes de echar a andar.

Aquella vez no hubo interrupciones que valieran. Sin dudarlo ni un ápice, se acercó con grandes zancadas hasta la hermana de Assur, colocándose a su lado con una sonrisa amistosa en la cara.

¡Hola, soy Adam! Me han dicho que podrías ayudarme, ¿tienes un momentito? ¿Sí? ¡Qué, bien!

El vampiro intentaba ser amable, a su manera. Preguntando por favor y eso, pero sin darle la opción a negarse.

»Estoy buscando a Zephyr, ¿te suena? Dicen que es calvo, y que está muerto. O que no, que está desaparecido, cada uno dice una cosa. ¿Sabes dónde podría encontrarle? Es muy... urgente... y eso.
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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Kairi » Vie May 01, 2015 10:58 pm

En esos momentos, tanto Kairi como Adam y el chico con el que se había puesto a hablar estaban cerca de la Maestra y del caballero que la había traído. A la pregunta de Kairi, este repondió agarrando a la Aprendiza del brazo:

- Nadie lo sabe. Abandonó Tierra de Partida hace mucho tiempo y se perdió en alguno de los mundos del extrarradio, donde nadie de la Orden pudiera encontrarlo. ¿Por qué os interesa tanto Zephyr?

Ahora que Zephyr estaba perdido por ahí, así que cabía la posibilidad de que siguiera con vida en alguno de los mundos de aquella época, solo que no sabían cuál.

- Eso me pregunto yo. Ya te he dicho que no quiero acercarme a los Serpientes, son tipos muy raros - le contestó el rubiales al Aprendiz de Bastión Hueco. El caballero no parecía dispuesto a soltar el brazo de Kairi hasta que le diera una respuesta convincente. ¿Pero cómo decirle que venía del futuro y que la Tierra de Partida de su época estaba en peligro? Sencillamente no podía.

- Es alto secreto - dijo ella tajante - . Pero es muy importante que contactemos con él - esperó que su respuesta fuera suficiente para soltarla. Mientras, escuchó al otro chico refiriéndose al clan de las Serpientes que había nombrado antes:

- No creo que quieran hablarte de Zephyr, pero si tienes que preguntar a alguien…

- ¡Muy bien, todo el mundo! ¡Haya orden! Se ha desplegado la barrera con éxito y es hora de organizarse.

- Sería ella. Es la hermana de Assur. Seguro que sabe cosas.

Una mujer alta y esbelta salió de una de las puertas del fondo. Su pelo era largo y negro y vestía una túnica decorada con mariposas. Parecia muy amable.

Al rato se empezaron a oir exclamaciones y gritos. Al parecer habían herido a una tal Cornelia. La mujer con el símbolo de un unicornio en su armadura puso orden de inmediato. Junto a ella venía alguien oculto por una armadura futurista, entendiendo Kairi que se trataría de una Aprendiza de su tiempo. Al dirigirse al otro Aprendiz sin quitarse el caso, dedujo que no quería ser descubierta, de modo que la dejaría estar. Después se acercó a Lyn y vio cómo le daba una Poción, algo que agradeció para sus adentros.

Si el Caballero la había liberado ya de su agarre, iría hacia la hermana de Assur para ver si conseguía información sobre Zephyr. El Aprendiz de Bastión Hueco ya había empezado a intentar sonsacarle algo.

- Yo me llamo Kairi - se presentaría la joven - . De verdad es importante que encontremos a Zephyr. Mi... hogar y el de muchas personas dependen de ello - le diría a continuación.
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La Historia Del Hipercor By Rmedive92
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El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


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