[Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Ruta de Hana, Neru, Adam, Saeko, Nadhia, Aru y Kairi.

Nunca olvidarás que tomaste parte en alguno de estos jolgorios. Kazuki tampoco.

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Tsuna » Jue Mar 19, 2015 11:35 pm

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Mi habilidad funcionó como la seda. Conseguí aturdir a la Sombra gigante gracias a que había decidido actuar rápido, y la otra portadora de cabello rosa que recordaba del Reaper’s Game me ayudó, dando algunos golpes básicos con su Llavero. Fruncí el ceño, disgustada por su estrategia y no por haber aprovechado para lanzar una magia poderosa. Aunque si estaba ahorrando fuerzas no iba a ser yo la que la obligara a cambiar de opinión.

Estuve dispuesta a comentárselo, al menos, pero por el rabillo del ojo distinguí cómo la Sombra parecía recuperarse. Tan rápida como mis reflejos me lo permitieron, logré salir de su alcance, esquivando aquel potente cabezazo que había aturdido a la aprendiz enemiga. Alcé una ceja, sorprendida por su pasividad, y gracias a que mi pequeño consiguió distraer al monstruo con uno de sus hechizos, le grité a esta, desesperada para que se levantara.

¡Así no vamos a ir a ningún lado! ¡Tenemos que luchar! —Y aunque estuviese gritando, sabía perfectamente que en mi voz era palpable la tensión y los nervios que estaba soportando

Sin embargo aquel fue un gran descuido, porque cuando quise darme cuenta la enorme criatura ya se alzaba sobre mí. Contuve un gemido, dispuesta a usar mis fuerzas restantes para contrarrestarla como fuera, pero no hizo falta. Un hombre que portaba consigo el emblema de los osos se interpuso entre nosotros, derribando a la bestia con un golpe tan increíble como salvaje. Quedé estupefacta, sin palabras.

Ni siquiera tuve tiempo para agradecerle, asombrada por sus habilidades, pues me alertó de que una Neosombra se nos acercaba por un lado a gran velocidad. Intenté espabilarme como pude, haciendo un gran esfuerzo para que mis neuronas trabajasen lo más rápido posible. Él era poderoso y no tendría problemas contra el gigante, yo en cambio era rápida pero no tan bruta. La apuesta estaba hecha.

¡Asegúrate de que no se levante! —ordené, alzando mi brazo libre hacia la colosal Sombra que ya se recuperaba— ¡Mi pequeño te ayudará!

Sin pensarlo más y confiando en ellos me lancé a la carrera sujetando la Llave Espada con ambas manos, a por la Neosombra. Me concentré para canalizar la energía oscura a través de mis brazos hasta el filo de mi arma*, y preparada, intentando sincronizarme con la criatura de oscuridad, saltaría al mismo tiempo que ella cuando emergiera del suelo para propinarle una fuerte estocada. La colisión sería inevitable, y esperaba que nada más fuese a salir mal. Entretanto Gengar le propinaría a la Sombra gigante uno de sus hechizos oscuros*, intentando cegarla para que el caballero la pudiese rematar.

Pude escuchar de fondo los gritos de los osos y varios toques de corneta, además de numerosas figuras volando sobre nuestras cabezas. Pero no tenía tiempo para pararme a contemplar lo que estaba sucediendo, tenía que luchar. Por supuesto llevaba muchos nervios encima, escuchaba mi respiración entrecortada y los frenéticos latidos de mi corazón, pero no me quedaba de otra. Intentaría estar a la altura. Así pues, con un fuerte grito, liberé el golpe al Sincorazón.

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*Saeko usa la siguiente contra la Neosombra en cuanto salte para atacar:
Tajo Oscuro (HC) [Nivel 6] [Requiere Afinidad a Oscuridad; Combate con Armas Blancas: 6; Fuerza: 6]. El personaje genera energía oscura en su arma blanca para propinar un corte con esta causando daño de elemento oscuridad.


*Y Gengar usa la siguiente en la Sombra gigante, preferiblemente antes de que el oso ataque para intentar cegarla:
Bola Sombra (HM) [Nivel 7] [Requiere: Afinidad a Oscuridad, Poder Mágico: 7, Puntería: 7]. El usuario carga en una de sus manos una esfera grisácea y oscura, de aspecto fantasmagórico, la cual podrá lanzar a sus enemigos provocando daño a los mismos. La habilidad tiene una posibilidad media de causar Ceguera en aquellos a los que golpea.
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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Darkness Seeker » Dom Mar 22, 2015 2:05 pm

El invencible resultó un sincorazón que parecía dar credibilidad a su propio nombre.

Mis dos Perlas le llegaron a dar, pero éste en vez de desvanecerse cómo me esperaba, se giró lentamente, mientras sus vítreos ojos apuntaban a una sola cosa. A mí. Hizo aparecer un sable rojo color sangre, y sin mediar palabra lo meneó, provocando para mi sorpresa una onda expansiva que acabó lanzándome por los aires. El golpe había sido increíble. ¿Tanta fuerza tenían esa clase de sincorazón?

¡Perla!

Sin embargo, ningún tipo de hechizo salió de mis manos. ¡¿Qué significaba esto?! No tenía tiempo para pensar, pues el demonio negro estaba ya a mi lado. Reinvocó su espadón, ante lo único que pude hacer fue interponer mi Llave Espada entre ambos, esperando que parara el golpe.

*SWING*


Abrí los ojos con dificultad, al darme cuenta de que no había sentido impacto alguno. Lo único que vi fue un montón de polvo oscuro cayendo lentamente, y al otro lado una figura conocida, la capitana del Clan del Zorro.

¡Arriba! —Instantáneamente sentí cómo las fuerzas volvían a mí, al igual que hizo Kazuki en nuestra misión al Espacio Profundo—. ¡Vamos, podemos detenerlos! ¡Serpientes! ¡Curad a los heridos, rápido!

Antes de que pudiera seguir dando órdenes, otro Invencible se acercó peligrosamente a la guerrera, dejándola al otro lado de mi campo de visión.

Tú, muchacho. ¡Ayúdame a librarme de este!

Asintiendo, y aprovechando que el demonio estaba de espaldas, evitando hacer cualquier ruido, salté sobre el demonio y traté de atravesarlo con la Llave Espada, al igual que había hecho mi salvadora unos instantes antes. En caso de que con eso no bastara, le atacaría varias veces con nuestra arma predilecta, puesto que al parecer los hechizos no le habían hecho demasiado.

Si lográbamos acabar con el enemigo, dirgiría mi atención al grupo de serpientes.

¡Hemos de ayudarles!—le comenté a la capitana con el emblema del zorro—¡Ayúdeme a distraerlos!

Tanto si asentía como si se negaba, me dirigiría raudo hacia el más cercano de ellos, a ser posible uno que estuviera de espaldas, y me acercaría rápidamente utilizando la Cadena de Agarre sobre él. Aprovechando la velocidad, asestaría una serie de mandobles cortos con Llave Espada en mano, intentando que se percataran en mí y dejaran a las Serpientes ayudar al grupo de los Osos. En caso de que lo necesitara, me valdría de Saltos Dobles para tratar de esquivar sus ondas y sus ataques frontales.

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Contra el Invencible de la Capitana:

1º Salto encima y le atravieso con la Llave Espada
2º Le ataco simplemente con la Llave Espada

En caso de derrotar a ese Invencible y pasar a ayudar a las Serpientes:

1º Arremeter contra el más cercano y distraído de los Invencibles, atacándole a base de combo cortos con la Llave Espada aprovechando la sorpresa inicial de utilizar la Cadena de Agarre:

▪ Cadena de Agarre (HC) [Nivel 5] [Afinidad a Oscuridad; Poder Mágico: 5] Usando una cadena materializada de Oscuridad, el usuario alcanza a un objetivo a distancia máxima de 5 metros y aprovechando su control sobre ella se impulsa a través de ella o incluso impulsa el objetivo hacía sí mismo.


2º Tratar de esquivar posibles utilzando saltos dobles.

Buena Suerte a Todos ~
LET YOUR HEART SURRENDER BY THE DARKNESS¡

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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Kairi » Dom Mar 22, 2015 8:41 pm

Debido al gran tamaño de aquel Sincorazón y el terror que le inspiraba, Kairi perdió el control y sólo se le ocurrió liarse a espadazos con el monstruo, algo que resultó un poco efectivo, aunque también podría haber sido por la magia de Saeko, esta última opción más probable.

Kairi notó la mirada de desaprobación de la chica. Era de esperar, su reacción no había sido la más acertada.

- ¡Sí, ya lo se! ¡Sólo he...! ¡Ah! - La aclaración de Kairi se vio interrumpida por un potente cabezazo por parte de la enorme Sombra, que la tiró al suelo con brusquedad. Saeko, por su parte, había logrado esquivar el ataque.

- ¡Así no vamos a ir a ningún lado! ¡Tenemos que luchar! - le gritó Saeko, nerviosa.

Ese ataque había hecho que Kairi por fin reaccionara como debería haber hecho antes. Se levantó rápidamente dispuesta a lanzar su mejor hechizo, pero la Sombra ya se había abalanzado sobre Saeko y no le daría tiempo...

De pronto, un guerrero con el emblema de un oso se interpuso entre su compañera y la Sombra, asestándole un potente golpe que lo derribó. Kairi había contemplado el ataque tan asombrada como Saeko.

- A un mismo tiempo, ¡vamos! ¡Se nos acerca una Neosombra!

La joven pudo comprobar cómo una Neosombra se acercaba a ellos, haciendo la batalla más dificil si cabía. Saeko se encargaría de ella mientras el caballero y la extraña mascota de la Aprendiza de Bastión Hueco iban a por la Gigasombra.

- ¡Te ayudo! - Kairi se puso cerca del caballero a una distancia prudencial de la Gigasombra y preparó su hechizo Perla para lanzárselo a esta y ayudar a derribarla. Si veía que Saeko se encontraba en apuros, no dudaría en usar Cura en su compañera.


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Hechizos usados:
Perla (HM) [Nivel 3] [Requiere Poder Mágico: 4] Ataque básico de elemento Luz. Proyectil de luz lineal en forma de esfera, con muy pocas probabilidades de cegar al enemigo.

En caso de que Saeko resulte dañada:
Cura (HM) [Nivel 5] [Requiere Poder Mágico: 7]. Cura las heridas más leves y alivia un poco la fatiga.
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Gracias Aru :D
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I love you Red ^^
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La Historia Del Hipercor By Rmedive92
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El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


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Ronda #3 - Ruta del Recuerdo Perdido

Notapor Astro » Dom Mar 22, 2015 9:34 pm


Jo-der, ¡eso ha dolido!

Adam apretó con fuerza los dientes, esforzándose por mantenerse consciente. Había acabado estampado contra una pared tras un violento golpe de uno de los Invisible. Además de un golpe con la espada que había recibido por parte de otro primero, claro. Esos sincorazón no se parecían en nada a los que se había enfrentado hasta la fecha, ¡eran muy fuertes!

Estaba emocionado por aquella pelea, teniendo que esforzarse de verdad por vencer. Pero... ¿Por qué volvía a tener esa extraña sensación de antes por todo el cuerpo? Sacudió la cabeza con fuerza, esforzándose por centrarse. ¡No podía dejar que los efectos secundarios de la maldita magia le afectaran ahora!

¡Estás loco!—respondió Hjalmar cuando Adam le preguntó por Zephyr.

Que sí, que sí, ya me lo has dicho. ¿Pero le conoces o n...? —Tarde, el leopardo ya se había marchado. O no le conocía, o no se había dignado a responderle.

El vampiro continuó luchando contra los Invisible que se ponían en su camino, a base de puñetazos, patadas, e incluso cabezazos si hacía falta. Pero no era tan fácil como podía parecer, y encima más sincorazón estaban apareciendo para atacar a los humanos que se esforzaban por entrar en el refugio. Aunque no era que le importara a Adam, que seguía intentando desahcerse de los enemigos cercanos.

De pronto, una voz de niño le sobresaltó.

¡Apártate!

¿Eh?

Un Invisible, que había estado apunto de atacar a Adam, de repente tenía unos puñales clavados con bastante maestría en la espalda. ¿Quién había sido? No fue difícil verle: bajito, rubito, que no debía tener mucho más de diez años, miraba con aspecto desafiante a los monstruos de ojos amarillos. ¿Quién puñetas era ese mocoso?

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¡Atácale por la espalda, idiota! ¡Con tu Llave Espada! —le gritó, esquivando la espada del Invisible al que había provocado.

¿Usar la Llave Espada? Nunca lo había intentado, lo de Adam no eran las espadas, ni siquiera sabía empuñar una en condiciones. Pero, por una vez, no perdía nada por intentarlo, a ver qué pasaba.

Encogiéndose de hombros, la Artesana del aprendiz se materializó en su mano. Siguiendo la idea del mocoso rubito, Adam saltó sobre la espalda del Invisible, y sujetando más la Llave Espada como un martillo que como una propia espada, golpeó con fuerza la zona entre las alas, intentando clavar el arma ahí.

Surtiera efecto o no, el vampiro lo tenía claro: seguiría luchando contra los Invisible. Alternaría golpes cuerpo a cuerpo con su espada (usándola más como un garrote que como una propia espada). Descargaría toda su rabia y sus ansias de sangre... Aunque, por algún motivo, no podía evitar ese cosquilleo por todo su cuerpo.

¡Malditos efectos secundarios!
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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Nell » Dom Mar 22, 2015 11:58 pm

Fue todo muy rápido. Intentó ayudar a Diana a subir a la caballero y, en su lugar, las dos se vieron balanceadas hacia atrás y hacia delante por la fuerza del agarre. Lo único bueno que salió de todo aquello fue que, tras dejarla caer unos cuantos metros, estaba lo suficiente cerca del suelo como para que la aprendiza la soltara. Para entonces, Géiser había intentado elevar a la Araña, sin éxito. Por lo tanto, las dos seguían en el camino de los cañoneros.

Dada su situación, pensaba que su única alternativa sería echarse al suelo y esperar que el cañonazo no les diera. Diana tenía una idea diferente: la cogió del brazo y echó a correr en dirección contraria, buscando algo que les resguardara. Al no hallarlo, les alcanzó la onda expansiva que dejaron a su paso los rayos de luz.

Hana se encontró volando por el aire, como una muñeca de trapo que no puede controlar su cuerpo contra una fuerza mucho mayor. La explosión hizo que se elevaran y, cuando esta perdió fuelle, se precipitaron contra el suelo.

No tuvo oportunidad de pensar en la papilla en la que se iba a convertir, porque algo retuvo su caída. Cuando alzó la vista para ver cómo se había salvado, no dio crédito a sus ojos.

¿Estás bien?

¡Un ángel! ¿Qué demonios hacía allí un ángel? ¿¡Y cómo es que existían siquiera!?

Vamos —dijo—. Tenemos que ayudar a tu amiga ―Pues no, amiga precisamente, no.

En serio, ¿¡un ángel!? No, no podía ser verdad. Se suponía que eran seres sagrados de las malditas religiones. ¿Qué hacía uno allí, en Tierra de Partida? Además, ¡era incluso demasiado cliché! Rubio, ojos verdes y bonitas alas blancas; vestido de blanco, bueno y justo (al fin y al cabo, acababa de salvar a una extraña). A alguien como Hana esa combinación le provocaban arcadas. Se las contuvo porque no olvidaba que seguía suspendida en el aire.

Diana se las había apañado por sí misma sujetándose con sus enredaderas. Su sorpresa por el ángel le constató a Hana que no era normal, ni siquiera en un vasto universo con tantísimos mundos.

Dejó a ambas de nuevo sobre la muralla, cerca de la torre. A su alrededor, los combatientes le recibieron con júbilo. No era ninguna sorpresa. Era un maldito ángel.

¿Dónde está Assur?

Enseguida se abrió paso el mencionado. En contraste con Nithael, tanto la túnica que le cubría la armadura como su cabello eran de color negro. Mayor fue la ironía, a ojos de Hana, cuando se percató de que llevaba un símbolo de serpiente bordado.

¡Aquí! ¡Nithael, ¿qué haces aquí?! ¡Creía que te encontrabas en el Templo!

No hay tiempo para esto, Assur. —Hana sí que prefería estar en ese Templo que allí. En cualquier otra parte, de hecho—. Estamos rodeados, vienen por los frentes del este y oeste. Cornelia ya se ha ocupado de los del oeste y viene hacia aquí, pero no resistiremos. También están atacando el interior de las murallas.

Hana no entendió nada de la conversación. La maldita burocracia de siempre. La conclusión era que a Tierra de Partida le estaban dando caña por todas partes, pero por algún motivo el tal Assur se detuvo a meditar. Tuvieron que sacarle de sus meditaciones toda una cuadrilla de ¿jinetes? voladores que se dirigían hacia el frente.

¿De verdad era aquello el pasado? A juzgar por las armas y la maquinaria, cada vez le parecía más que eran ellos los retrasados.

Gracias al Primero —¿Primer qué?—. Advierte a Cornelia. ¡Activaremos las piedras! —Se giró hacia todos los demás para ordenar—. ¡Nithael, da la señal! ¡Necesitamos todo el tiempo que podáis ofrecernos!

Para entonces, nadie les prestaba atención. Hana pensó en aprovechar el momento para escabullirse con Diana, a otro lugar lejos de la batalla, pero el ángel se volvió hacia ella para pedirle:

Defiende a Assur.

¡No, espera, no soy…!

«… no soy de aquí, ni siquiera soy de tu tiempo. Cuando regrese al mío, todos estaréis ya muertos. ¿Qué más da que ayude o no a Assur?». Las palabras se le ahogaron en la boca. Para entonces, Nithael había regresado al cielo y había dejado tras de sí una solitaria pluma blanca que le cayó sobre la nariz, de donde la recuperó. Era tan suave como había imaginado. Quién pudiera tener alas para volar.

A su alrededor, los batallones se organizaban para seguir la estrategia dictada por Assur. Hana no sabía qué se proponían hasta que no vio al líder sobre la torre, murmurando algo, con lo que hacía resplandecer una serie de cristales a lo largo de toda la muralla. Supuso que sería una magia ofensiva o defensiva y que, por tanto, tendrían que defenderlo hasta que hubiese acabado el conjuro.

Se sentía perdida. ¿Qué más daba si ayudaba o no? No creía ser tan vil como para escapar por patas a cumplir su propia misión, pero no se le quitaba la sensación de que aquel no era su lugar, ni mucho menos su batalla.

Observó la pluma y decidió que, ya puestos, ¿por qué no? Tenía dos días por delante para lograr su objetivo, y quizá ayudándoles localizaría más fácilmente a Zephyr más tarde. Se enredó el objeto en el pelo, para evitar que se le cayera en el fragor de la batalla, y se puso al lío.

Una de las Arañas había comenzado a escalar la torre, de la cual comenzaron a encargarse los principales guardias de Assur. Otra, en cambio, estaba justo en la entrada, frente a ella y a Diana. Al contrario que Hana, esta parecía tener claro siempre qué debía hacer, porque se lanzó al ataque.

¡Maldita sea! ¡Vamos, chica!

Hizo lo mismo. Convocó la Llave y se lanzó a por la Araña, con un Aturdidor. Supuso que eso sería suficiente, ya quizá no solo para captar su atención, sino para impedirle proseguir su camino hacia Assur.

En el caso de que el ataque compartido entre ella y Diana funcionara, y la Araña no supusiera un peligro, Hana convocaría el glider para elevarse hacia la otra Araña, dejando a Diana con ella (si se veía capaz). Desde el aire, atacaría con Aqua, tratando de hacerla retroceder. Y en el peor de los casos, estaba dispuesta a interponerse entre el líder y esta para ganar algo más de tiempo.

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▪ Aturdidor (HC) [Nivel 8] [Fuerza: 12] Aturde a los enemigos cercanos con un solo golpe, impidiéndoles lanzar ataques físicos.

▪ Aqua (HM) [Nivel 3] [Requiere Poder Mágico: 4]. Pequeña ola de agua fría con poca fuerza.
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Ronda 4

Notapor Suzume Mizuno » Sab Mar 28, 2015 3:38 am

Las puertas


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Nadhia


Nadhia decidió no escapar a pesar de sus heridas y apoyar a la líder de los Unicornios. Ésta no pareció reaccionar cuando los hechizos protectores la envolvieron, ya que siguió cargando al frente con fiereza. Sin Llave Espada. Aunque tampoco parecía necesitarla. Su Unicornio golpeó al Escorpión y se lo llevó por delante varios metros. Después el Unicornio se elevó hacia el cielo y cargó con violencia contra el cuerpo de la criatura. Ésta reventó en una nube de oscuridad. Los Caballeros estallaron en gritos de júbilo.

Pero no era el momento de celebrar nada. La mujer se volvió hacia el frente de batalla y lanzó al cielo una serie de sencillos hechizos de luz, que se dividieron y tornaron en distintos colores. Los Caballeros Unicornio reaccionaron reagrupándose en el aire. Sin embargo, en seguida quedó claro que si querían volver a realizar otra carga tendrían que alejarse demasiado y dejar a su suerte a los Osos, que resistían como podían a los Sincorazón. De modo que hicieron desaparecer sus Unicornios… Y los convirtieron en Llaves Espada. Cayeron al suelo y se dirigieron hacia las alas de los Osos para reforzar la defensa.

Al pasar por su lado, la mujer le dirigió una mirada de reojo; luego apuntó hacia ella con un dedo. El efecto de la Cura + fue inmediato y su brazo recuperó la sensibilidad. Es más, todas sus heridas desaparecieron:

Ahora únete a las filas, ¡no hay tiempo que perder!—ordenó, Llave Espada en mano y dirigiéndose hacia sus compañeros Unicornio.

No había terminado de decirlo cuando hubo una explosión de luz.

La mujer se giró hacia las murallas. Desde una de las torres, en cuyo pináculo una especie de piedra desprendía una luz cegadora, se había comenzado a extender una barrera. Lenta pero sin pausa.

¡¡Assur ha desplegado la barrera!! ¡Retirada! —rugió, lanzando una vez más una serie de señales luminosas al cielo—. ¡Quienes queden fuera estarán solos!

Sin embargo, en vez de echar a correr de regreso hacia la muralla, la líder de los Unicornios volvió a convertir su Llave Espada en una montura y se elevó en torno a un metro en el aire para dirigir la retirada. Los Osos, sin romper la formación, comenzaron a retroceder a excepción de una línea que permaneció junto a los Unicornios que se mantenían en pie. Se iban a quedar para intentar retener a los Sincorazón, que pugnaban por atravesarlos y atacar a los Caballeros en retirada.

La muralla no estaba muy lejos, no más ciento cincuenta metros. Pero era una larga carrera cuando uno pensaba que la barrera pronto cubriría las puertas… Y que en algún momento los defensores tendrían que volver grupas y escapar como alma que lleva el Diablo.

Nadhia podía escoger entre regresar y ayudar a sus amigos o quedarse a ayudar. Su salvadora ya estaba enfrentándose a un nuevo Escorpión. Pero era muy arriesgado. Quizás se arrepintiera más tarde.

Saeko y Kairi



¡Asegúrate de que no se levante! ¡Mi pequeño te ayudará!

¡Perfecto!—respondió el Oso, encarándose a la Gigasombra.

Gengar actuó con rapidez, provocando que la criatura volviera a caer cuando estaba en proceso de levantarse, y el joven pudo arrojarse sobre ella aprovechando su indefensión. Kairi intervino en ese momento con un Perla. El muchacho vio cómo la criatura se tambaleaba y cargó con un golpe de mano que provocó un estallido de luz y el Sincorazón se disolvió en medio de una nube de oscuridad.

Saeko, entre tanto, se enfrentó a la Neosombra con un tajo que la alcanzó de pleno. Pero no fue suficiente. El Sincorazón se tambaleó hacia atrás, como borracho, y aún así pudo aprovechar para lanzarse sobre ella y abrirle un feo tajo en un brazo. Por suerte para ella, Kairi estaba pendiente y ejerció sobre su compañera una Cura que cerró el sangrado, aunque no logró que cicatrizara.

Fue entonces cuando el rayo de luz los pilló a todos por sorpresa. Pudieron ver cómo desde una de las torres comenzaba a extenderse la barrera con lentitud, cubriendo como un manto la torre y una parte de la ciudad. En otras torres también brillaban unas piedras, pero estas no desprendían ninguna clase de barrera. Eso significaba que todavía tendrían tiempo para llegar a la Puerta antes de que esta la cubriera.

¡Están dando la retirada!—gritó el Oso, señalando hacia el frente, donde una especie de fuegos artificiales estallaban en el aire—. ¡Tenemos que regresar a las murallas!

¿Cuánta distancia habría? ¿Cien metros? No era mucho. Sin embargo, la Neosombra y otros tantos Sincorazón se interponían en su camino. Los Osos comenzaban a retroceder, pero lo hacían en orden y avanzando poco a poco, luchando contra las criaturas que, dispersas por el territorio, querían impedirles ponerse a cubierto.

No muy lejos de las dos muchachas, apareció Lyn. Estaba pálida, casi como un fantasma, y se aferraba una herida en el costado que sangraba. Parecía haber acabado con su Invisible pero algo debía haber pasado. Y lo había pagado caro. Cayó de rodillas y no pareció que fuera capaz de moverse más.

El Oso se puso al lado de Saeko, dio un golpe de espada a la Neosombra y exclamó:

¡Rápido, tenemos que retroceder! ¡Yo me ocupo de ella!

No les quedaba mucho tiempo, debían marcharse cuanto antes. Pero Lyn estaba herida y probablemente ninguna de las dos pudiera llevarla por sí misma. Además, ¿iban a dejar a Nadhia? ¿Y dónde estaba Neru? No podían verse los unos a los otros.

Y el tiempo corría.


Neru


A Neru no le sirvió nada intentar evitar hacer ruido ya que estaba en un estruendoso campo de batalla. Cualquier movimiento que no lo delatara, como un grito de guerra o un hechizo especialmente llamativo, le habría permitido atacar desde la espalda al Invisible. Más cuando estaba ocupado con enemigos más fuertes que él.

No logró hacerlo desaparecer, ni tampoco atravesarlo. Pero entonces la líder de los Zorros apareció a su lado y lo terminó con un rayo.

¡Hemos de ayudarles!—exclamó el muchacho—¡Ayúdeme a distraerlos!

Ella asintió y lo adelantó en un parpadeo. Veloz a pesar de la armadura, pasó por debajo de un Invisible que estaba a punto de partir el escudo de una Serpiente, dio un sablazo y lo obligó a retroceder. Justo entonces, Neru empleó su Cadena de Agarre, impulsándose contra la criatura. Entre tanto, la mujer se dirigió hacia otro enemigo. Neru golpeó al Invencible y recibió un potente codazo en el estómago. El daño, sin embargo, se redirigió contra Gengar. De modo que Neru pudo esquivar con facilidad el siguiente sablazo que sin duda le habría rebanado la cabeza y contraatacó. Una Serpiente se adelantó, extendió una mano y el Invencible se vio envuelto en un círculo de luz, que se constriñó con violencia hasta hacerlo explotar.

—¡Gracias, chico!

Liberados de la presión de los Invisibles, las Serpientes corrieron a curar a los heridos. Los pocos que parecían capaces de emplear magia de ataque se acumularon en torno a la líder de los Zorros y la ayudaron a acabar con el último Sincorazón.

Entonces estalló el rayo de luz. Neru era quien se encontraba más cerca de la barrera, a menos de cincuenta metros. No tendría problemas en alcanzar la entrada, que se mantenía abierta, antes de que la barrera la cubriera.

Sin embargo…

¡Los sanadores que ayuden a todas las personas posibles para que puedan caminar! ¡El resto de Zorros y Serpientes, tenemos que apoyar a la línea de Cornelia y Zaccharias! ¡Andando!

Invocaron sus glider y se elevaron un par de metros para arrojarse hacia el frente.

A su vez, Neru escuchó un chillido que le heló la sangre. Sobre él, algo batía las alas. Un Sincorazón inmenso, con forma de dragón.

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Y se dirigía hacia la torre que estaba invocando la barrera.

Neru debía elegir rápido. Quizás en la torre no necesitaran su ayuda. Tampoco los Zorros. Pero siempre venía bien una mano de más. ¿Y qué había de sus compañeros? ¿O sería mejor ponerse a resguardo?

Tic-tac.

La muralla

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Hana atacó a la Araña con un Aturdidor, que inmovilizó a la criatura lo suficiente para que Diana arremetiera también con su Llave Espada. No bastó para matarla, pero cuando la aprendiza vio cómo Hana invocaba su glider, asintió con la cabeza para indicarle que podía ocuparse de aquello sin muchos problemas. Hana atacó a la otra Araña con un Aqua. El monstruo se sacudió, molesto, y volvió el tronco en su dirección. Sus ojos resplandecieron y arrojó lo que parecía ser una telaraña de oscuridad, que atrapó el transporte de la muchacha. Tironeó, atrayéndola hasta que pudo golpearla con una pata que estuvo a punto de arrancarla del glider.

Por suerte, aquello les dio tiempo a los otros Caballeros para empujar a la Araña. Y ésta se tambaleó unos instantes antes de caer, muralla abajo, a plomo.

Dentro de la torre, Assur había levantado las manos y movía los labios, murmurando cada vez más rápido. Sobre la misma, el cristal despedía rayos deslumbrantes.

De pronto, el mago abrió los ojos y exclamó:

¡A la muralla! ¡Que todo el mundo vuelva a la muralla! ¡Tocad retirada!

Entonces la torre tembló desde los cimientos y un rayo de luz se precipitó hacia el cielo. Entonces una barrera de tonalidad blanca y reflejos azules comenzó a extenderse lentamente, expulsada por el cristal, por fuera de la muralla. Cubriéndola poco a poco.

Assur emergió de la torre sin un pelo despeinado, aunque algo más pálido, y musitó:

La barrera todavía tardará unos minutos en cubrir el sector. Entre tanto, tenemos que defender la muralla.[/b]

Indicó con un gesto a las otras Serpientes que se dirigieran hacia la torre del oeste para protegerla. Bajó entonces la mirada hacia Diana y Hana; entrecerró ligeramente los ojos al revisar sus armaduras y no encontrar ningún emblema. Sin embargo, su tono fue amable:

Os agradezco vuestra ayuda. Imagino que sois aprendices de un clan menor: estaréis mejor en el interior de la ciudad, ayudando a la gente. Ahora, antes de que…

Sus palabras fueron interrumpidas por un chillido infrahumano que les taladró los oídos. Cuando se volvieron, vieron cómo un Sincorazón-dragón volaba directamente hacia ellos.

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¡Corred, rápido!—ordenó, invocando su glider para salir a pelear.

Hana podía obedecer y largarse pitando de allí. ¡Ya había hecho más que suficiente! Sin embargo, ¿sería seguro alejarse de aquel poderoso mago? ¿Quién le decía que no entrarían Sincorazón en la ciudad, que parecía estar completamente desprotegida? Además, si desviaba aunque fuera un poco la mirada hacia el este, vería algo escalofriante: un Sincorazón Neosombra se arrastraba por la pared exterior de la torre. Y se dirigía hacia el cristal. Assur estaría ocupado con el dragón. Pero bueno, quizás no fuera para tanto. Sólo era una Neosombra…

¿No?


La ciudadela


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Llave Espada en mano, Adam arremetió contra el Sincorazón. Con su monstruosa fuerza y, aprovechando que le daba la espalda, pudo arrojarlo sin problemas hacia el frente. El chiquillo, ágil rodó hacia un lado y cuando se levantó atacó como un relámpago con una Llave Espada que materializó de la nada. Lanzó un Hielo + y el Invisible se desvaneció.

El muchacho soltó un suspiro de alivio y se volvió hacia Adam, que ya estaba emprendiéndola contra sus otros enemigos con una furia que sorprendió a su pequeño salvador. En cualquier caso no se detuvo demasiado; recuperó sus puñales y echó a correr tras él para apoyarlo desde la espalda.

Cuando Adam estaba enfrentándose a su último Invisible, Hjalmar saltó sobre los hombros de este y le rebanó la cabeza, haciéndolo desvanecer.

Hjalmar se quedó un momento mirando hacia donde habían quedado las armaduras de los Caballeros. Sólo había sobrevivido una, a la que atendían parte de los refugiados. Se acercó hacia ella y se agachó a su lado.

Mientras tanto, el chico dijo a Adam:

¿Por qué vas medio desnudo?—Le observó con una mezcla de desagrado y curiosidad—. ¿Y por qué no querías usar tu Llave Espada? Usar la fuerza bruta contra los Sincorazón es estúpido, al final siempre se regenerarán.—Procedió a desmaterializar los puñales—. ¿Y ese rayo fue...?

Los clanes menores deben estar siendo atacados también y han desplegado una barrera—dijo Hjalmar, que se había acercado sin que ninguno se diera cuenta—.Buen trabajo, chico.—El niño soltó un gruñido que bien podría haber sido un asentimiento o un «vete a la mierda». Hjalmar se encaró entonces a Adam, con el ceño ligeramente fruncido—. Supongo que he de darte las gracias, a pesar de todo. Pasaré por alto tu… actitud. —Calló un momento y luego se volvió hacia los escasos ciudadanos que todavía no se habían refugiado en el interior del edificio—. ¡Los Sincorazón han penetrado las defensas de la ciudad! Eso significa que hay alguien controlándolos. ¡Que nadie baje la guardia!

Dicho esto, invocó su glider y se preparó para salir disparado hacia la muralla.

Adam tendría tiempo de hacerle una única pregunta. Después, el Caballero se alejó a toda velocidad.

¿Qué vas a hacer?—preguntó el chico.

Eso es, ¿qué iba a hacer? Su misión era encontrar a Zephyr, así que lo lógico sería quedarse por la zona y preguntar. La gente le había visto pelear, quizás ya no recelaran tanto de su aspecto. Pero nada de lo aseguraba. Entonces, en la distancia, vio cómo otro rayo salía disparado hacia el cielo. Justo desde la zona de las murallas a las que se habían dirigido sus compañeros.

Bah, estaban desplegando una barrera. Seguro que se encontraban bien.



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Hana
VIT: 38/40 [+2 Anillo Coraza]
PH: 14/32

Saeko
VIT: 34/40
PH: 12/26

Gengar
VIT: 53/58
PH: 0/201

Adam
VIT: 51/60
PH: 8/16

Neru
VIT: 21/26
PH: 17/22

Kairi
VIT: 12/22
PH: 12/20

Nadhia
VIT: 50/50
PH: 6/38


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Faltas: Kairi I (justificado)


Fecha límite: domingo 5 de abril a las 23:59
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¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

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Re: Ronda 4

Notapor EspeYuna » Mié Abr 01, 2015 1:52 pm

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Nadhia observó, a una distancia prudente, como la mujer que lideraba a los caballeros montados en corceles metálicos cargaba contra el escorpión gigante... a la fuerza bruta. Sin una Llave-Espada a mano. La aprendiz, intentando permanecer alerta a su alrededor por si algún sincorazón decidía pillarla con la guardia baja, se encontraba absorta contemplando la batalla de la mujer. A pesar de haber visto combatir a sus maestros, y a enemigos y aliados más poderosos que ella... aquella figura era increíble. Quizás el aura que desprendía su aspecto, de nobleza y grandeza. Quizás fuera su voz, fuerte y autoritaria. O quizás, el hecho de que le hubiera salvado la vida. De cualquier manera, los ojos de Nadhia brillaban bajo su casco, observando a la líder de los Unicornios lanzar al sincorazón que le había dejado el brazo roto a unos metros considerables. Escuchó los gritos de júbilo a su alrededor cuando la montura de su líder cargó de nuevo contra el cuerpo del enemigo e hizo que estallara en una nube de oscuridad.

Pero la cosa no acabó ahí. La salvadora de Nadhia se volvió y lanzó hechizos hacia el cielo, creando un hermoso espectáculo de colores en el frente de batalla. Cuando los caballeros con el símbolo del Unicornio se organizaron en el aire de nuevo, Nadhia comprendió que aquellos conjuros sólo habían sido un aviso para reagruparse de nuevo.

«Es... es increíble.»

Y más que lo fue para Nadhia cuando los corceles de los caballeros desaparecieron y, en su lugar, aparecieron sus Llave-Espada en las empuñaduras de estos, preparados para ayudar al resto del batallón.

Nadhia hizo un intento por seguir a los demás y ayudar, pero el dolor le hizo recordar que tenía un brazo hecho trizas. Se mordió los labios, observando el percal de su estado. Ya no sabía si era mejor salir de allí o seguir luchando o apoyando con hechizos. Pero el dolor en la sien le advirtió que apenas le quedaba poder mágico en las venas: lo había empleado casi todo en la mujer que le había salvado de morir atravesada por un aguijón gigante.

Entonces escuchó unos pasos cerca de ella y se le erizó por completo la piel. Alzó su casco y allí estaba la mujer escondida bajo aquella flamante armadura, con su capa de color rojo sangre ondeando el aire. Pegó un respingo cuando la líder, tras observarla unos instantes, apuntó hacia ella con un dedo.

¿Q-Qué...?

Una sensación agradable y placentera recorrió el cuerpo de Nadhia, y comprendió lo que sucedía. Esperó que el efecto, inmediato por supuesto, llegara a su brazo. Suspiró de puro alivio cuando recuperó la sensibilidad de su brazo y, comprobando la movilidad abriendo y cerrando su mano, musitó:

Gracias...

Ahora únete a las filas, ¡no hay tiempo que perder! —ordenó con su Llave-Espada en mano.

Nadhia no tuvo tiempo de reaccionar o contestar, pues una explosión de luz la dejó totalmente ciega por unos instantes. Tras recuperar la visión, miró a su alrededor por si algún sincorazón decidía atacarles, pero la luz procedía de las murallas. Tanto ella como la mujer observaron que una de las torres desprendía una luz cegadora. Nadhia se llevó la mano a la frente para intentar ver mejor, pero resultaba bastante difícil. Agudizando la vista comprobó que una barrera mágica, o al menos eso era lo que parecía, comenzaba a extenderse por la muralla.

¡¡Assur ha desplegado la barrera!! ¡Retirada! —rugió la mujer, asustando a Nadhia. No por la situación, sino por la impresión que le dio la fuerza de su voz—. ¡Quienes queden fuera estarán solos!

Nadhia observó que muchos cumplían de inmediato las órdenes de su líder, y estaba dispuesta a salir corriendo tras ellos y volver a las murallas. De hecho, su prioridad era sobrevivir por su tiempo y buscar a Zephyr. Cierto, su prioridad era Tierra de Partida. Su Tierra de Partida, sus amigos, Light, Fátima, Malik, Akio, Tandy... todos le estaban esperando en el presente y no podía meterse en una batalla que no era la suya. Lo más sensato sería huir hacia las murallas y permanecer a salvo para cumplir su misión.

Pero se quedó en el sitio, observando como la líder se alejaba en el aire y, tras lanzar hechizos de alarma y dirigir la retirada, se enfrentaba a un nuevo escorpión que Nadhia ni siquiera había visto venir, quizás por las dudas que asaltaban su cabeza. Había perdido de vista a Lyn, no tenía ni idea de dónde se encontraban Saeko, Kairi y los demás. En aquel momento se dio cuenta de que se había quedado sola en medio de un batallón que no le pertenecía.

La muralla no estaba tan lejos, y tras haber sanado sus heridas podía correr lo suficiente y llegar a tiempo antes de que la barrera cubriera las puertas que había atravesado antes. Sin embargo, no podía evitarlo. La conciencia le decía que aquello era huir de una obligación. Independientemente de que no fuera su tiempo, allí había gente que estaba luchando contra una horda de sincorazón para salvar a inocentes. En la ciudadela había niños y ancianos, y fuera héroes que intentaban defender a sus familias y llegar sanos y salvos a casa.

Y por supuesto, no quería abandonar a esa mujer. Le había salvado la vida y sanado las heridas. Siendo un acto de bondad o simple estrategia militar para no tener a un arquero inútil entre sus filas, Nadhia decidió quedarse, por mucho que la idea fuera de locos.

Sabía que se arrepentiría más tarde si otro escorpión volvía a estampar su cuerpo contra el suelo. Dejó escapar un suspiro con los nervios que quedaban aún en su cuerpo, enfrió la cabeza y actuó con rapidez.

Le quedaba poco poder mágico, ni tan siquiera para una de sus flechas mágicas. Buscó en su armadura un hueco para encontrar entre sus ropas un frasco. Tenía sólo dos y no estaba muy segura de que fuera el mejor momento para usarlo. Chasqueó la lengua y decidió dejarlos en su sitio.

Encontró su arco en el suelo y lo agarró enseguida, temiendo que las pisadas de huida de su alrededor provocaran un desagradable accidente. Aunque más le valía a Montblanc que su arco durara, y más en condiciones como aquellas. Comprobando con rapidez que se encontraba en buen estado, corrió hacia donde la líder de los Unicornios se enfrentaba al sincorazón.

Nadhia había comprobado con el tiro anterior que era capaz de acertar en los ojos de aquella bestia si se concentraba lo suficiente. Por lo que, decidida, apuntó contra ella. Sin embargo, no quiso disparar hasta que la líder se lo ordenara:

¡¡Tengo su cabeza a tiro!! —gritó con todas sus fuerzas— ¡¡A su señal!!

Tampoco pretendía con ello acabar con el sincorazón, pero por el rabillo del ojo le llegaba el brillo cegador de la muralla, que se hacía cada vez más y más grande, con lentitud, pero sin detenerse. Tenían poco tiempo y si se quedaban atrapadas fuera de la ciudadela, estaban condenadas. Lanzó la primera flecha a la señal de la mujer, pero si no recibía respuesta, tendría que actuar por sí misma. Aunque fuera una líder, la capitana que debía ser la última en abandonar el frente si era necesario... no, Nadhia no estaba dispuesta a que muriera.

Se lo debía.

¡Tenemos que salir de aquí! —exclamó Nadhia, soltando una segunda flecha hacia el escorpión o cualquier sincorazón que intentara acercarse a ellas.

Tenían que salir de allí, fuera como fuera.

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Un mensaje a Sombra y a Suzu, más una súplica que otra cosa. Me gustaría postear en la siguiente ronda antes de marcharme a Manchester, y el jueves ya salgo de Badajoz. Si es posible que entre el lunes y el miércoles estén los posts, os lo agradecería muchísimo. Por favor y gracias.
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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Tsuna » Sab Abr 04, 2015 7:46 pm

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Concentrada en la Neosombra me lancé hacia adelante, agarrando el mango de mi Llavero con ambas manos y gritando con fuerza, a modo de darme valor a mí misma. Conseguí golpearla cuando saltó hacia mí, logrando que retrocediera unos pasos, pero aquello no había sido suficiente. Chasqueé con la lengua, frustrada, mientras escuchaba atenta los movimientos de los otros Caballeros a mis espaldas, gracias a los cuales imaginé que consiguieron mantener a raya la Sombra gigante.

Lo que no me esperé de ningún modo fue la velocidad del monstruo que tenía ante mí. Sin apenas tiempo para reaccionar me cortó parte del brazo, atravesando la armadura y provocándome un alarido de dolor. Me dejé caer sobre una de mis rodillas observando la sangre que brotaba de entre los trozos de metal, que caían sobre la tierra, mientras jadeaba con fuerza.

No me esperé tampoco que la aprendiza del cabello rosa decidiera ayudarme con un hechizo Cura, a la cual asentí todavía afectada por el dolor, a modo de agradecimiento. Me levanté como pude, cansada, y me giré rauda para contemplar mi alrededor, temerosa porque otro Sincorazón apareciese de la nada a hacer de las suyas, y en parte también para evaluar la situación del campo de batalla: unos Caballeros subidos sobre unicornios apoyaban a los osos y seguían enfrentando más escorpiones. Tragué saliva, intimidada.

¿Eh?


Un rayo de luz me pilló de improvisto cegándome por unos instantes. Asustada por lo que pudiese ser, me puse en guardia observando la torre desde la cual parecía extenderse una capa de magia, agarrando con más fuerza mi espada. Pero según las palabras del Oso, al cual escuché con un serio semblante, estaban dando la orden de retirada y teníamos que regresar. Visualicé nuevamente el campo de batalla, intentando encontrar de forma desesperada con la mirada a alguien que me recordase a Zephyr, pero fue inútil. Posé mi vista después sobre la barrera que empezaba a extenderse, comprendiendo que no faltaba mucho tiempo hasta que nos dejaran fuera.

Me giré lo más rápido que pude al hombre y le agarré por uno de sus hombros con mi mano libre, intentando detenerlo.

Zephyr… ¿Sabes dónde está? —y si ponía pegas, seguiría insistiendo— ¿No conoces a nadie que se llame Zephyr? —por mi tono de voz no era difícil imaginar que las prisas me estaban comiendo por dentro

En ese momento pude ver a la maestra de Tierra de Partida, que se acercaba lentamente en un estado lamentable. El Oso quería encargarse de ella y nos pidió retroceder hasta las murallas: un camino repleto de peligros por todos lados. Inevitablemente recordé las palabras del maestro Ryota antes de partir en aquella peligrosa misión. Nuestros bandos estaban en guerra, nosotros éramos una minoría y ellos muchos más. Si Ronin había sido capaz de atacar al maestro a traición y dejarlo durante meses en cama, estaba segura de que cuando volviéramos a nuestra época aprovecharían para acabar con nosotros sin dudarlo.

No…

Apunté con mi Llave Espada a la maestra. Mi mano temblaba, porque comprobé en ese instante que no estaba preparada para matar a nadie. En muchas misiones me habían ordenado luchar directamente contra aprendices del bando contrario, o incluso en el estómago de la ballena, cegada por la frustración del Reaper’s Game, estuve dispuesta a acabar con Nadhia. Pero hasta entonces no le había quitado a nadie la vida con mis propias manos, y menos a alguien en un estado tan lamentable. Al final no era más que una niña.

Esa mujer no merece ser salvada. —advertí al Oso, sin llegar a disparar ningún hechizo

Me di la vuelta y corrí como pude hacia las murallas con mi pequeño, Llavero en mano. Cogí toda la carrerilla que pude y pisé sobre la tierra una y otra vez, con tanta fuerza como mis energías me lo permitiesen. Gengar me acompañaría en todo momento, protegiéndome de cualquier posible Sincorazón. Lo que tenía claro es que no iba a quedarme tirada allí fuera: tenía muchas cosas por las que seguir viviendo.
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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Kairi » Sab Abr 04, 2015 11:24 pm

Kairi no creía que sólo un Perla bastaría para acabar con el gigante Sincorazón pero si contaba todo el daño recibido... La Sombra gigante acabo desvaneciéndose.

Gracias a eso la pelirrosa pudo comprobar cómo le iba a Saeko. Ésta había atacado con su Llave a la Neosombra, recibiendo a cambio un fuerte golpe en el brazo que comenzó a sangrar bastante. Kairi no dudó un segundo y usó su magia Cura, que si bien no era demasiado efectiva, serviría para cortar la hemorragia. Saeko asintió con la cabeza a modo de agradecimiento, a lo que Kairi respondió con una sonrisa.

Un rayo de luz llamó entonces la atención de las chicas. De una de las torres comenzaba a aparecer una barrera que cubriría la muralla y la ciudad.

- ¡Están dando la retirada! - gritó el hombre perteneciente al clan de los Osos - . ¡Tenemos que regresar a las murallas!

Entonces apareció la Maestra Lyn en un estado deplorable, desmayándose y cayendo al suelo.

- ¡Lyn! - Kairi sentía el impulso de correr a ayudarla, pero el caballero dijo que se ocuparía de ella y que regresaran a las murallas. ¿Qué haría? No podía dejarla allí...

Saeko apuntó hacia Lyn con su arma. Por su expresión, Kairi entendió que no iba a lanzarle ningún hechizo curativo sino que pretendía matarla. De inmediato se puso delante de la Llave de su compañera, protegiendo a Lyn. Entendía que estaban en guerra y que Bastión Hueco creía que Ronin había atacado a Ryota, la verdad es que ella no estaba segura de eso, pero conociendo a Ronin, no lo creía posible.

- ¿Se puede saber qué haces? - le espetó - . Mira, entiendo cómo te sientes, pero este no es el momento ni el lugar ni la forma.

- Esa mujer no merece ser salvada.

- Yo no lo creo así - respondió con seguridad. Como Aprendiza de Lyn conocía mejor a su Maestra que la mayoria de Aprendices de Tierra de Partida.

Saeko decidió no lanzar ningún hechizo y se fue hacia las murallas. Kairi suspiró y la siguó corriendo después de pedirle al caballero que cuidara de su Maestra. Con su Llave Espada asestaría un golpe a cualquier Sincorazón que se le acercara para apartarlo.
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El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Darkness Seeker » Dom Abr 05, 2015 12:12 am

Con una pasmosa agilidad, los invencibles cayeron derrotados en cuestión de segundos ante la capitana del Clan del Zorro, que no tuvieron más opción que redistribuirse sin éxito ante el grupo de serpientes y zorros. Por fin parecía que aquella batalla empezaba a conseguir una victoria más clara...

—¡Gracias, chico!

Me giré dudando hacia el grupo al oír a alguien dándome las gracias. Resultó ser uno de los caballeros de la Orden de las serpientes, mientras volvía a su posición para ayudar a los grupos del oso. Con tanta acción a mi alrededor, no era tiempo de perder minutos cruciales, por lo que me limite a asentir con la cabeza con una sonrisa de seguridad.

Me sentía... útil por una vez. En otras misiones siempre había estado ahí para ayudar o incluso en algunas me había sentido como un estorbo, por lo que me alegré de aquella sensación de "trabajo bien hecho", pese a que la verdadera heroína había sido aquella capitana.

¡Los sanadores que ayuden a todas las personas posibles para que puedan caminar! ¡El resto de Zorros y Serpientes, tenemos que apoyar a la línea de Cornelia y Zaccharias! ¡Andando!

Mi suerte empezaba a agotarse, y teniendo en cuenta la situación, era difícil que el destino estuviera dispuesto a ayudarme aún más. Teniendo esto en cuenta, me agrupé junto a los sanadores, y ayudando a un guerrero dejándole apoyarse en mi hombro, comencé a caminar junto a él en dirección a las puertas de la fortaleza.

¿Estás bien?—le pregunté sin siquiera fijarme en si el caballero sería un chico o una chica o su emblema o clan.

A poco que empezamos a caminar, un estruendoso sonido eléctrico me obligó a levantar la vista por unos segundos. Un gigantesco rayo dorado había alcanzado los cielos, y desde ahí comenzaba a bajar poco a poco, creando una especie de burbuja dorada alrededor de la ciudad de la Tierra de Partida del Pasado.

¿Un escudo?

Cuado ya estábamos a punto de entrar, oí un rugido que me heló la sangre, obligándome de nuevo a girarme, pero esta vez para encontrarme con una criatura negra como la noche, que me traía demasiados recuerdos del monstruo que nos atacó en el Bosque de los Enanitos...



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La criatura, evadiendo todo ataque que le alcanzaba, se dirigía a las murallas. Justo adonde Diana y Hana habían ido.

¿Eres capaz de continuar a partir de aquí?—le volví a preguntar al caballero, ayudándole a ponerse en pie sin necesidad de seguir sobre mis hombros.

Acto seguido, corrí escaleras arriba, adonde quisiera que el dragón se dirigiera... Si esa criatura lograba quedarse dentro del escudo antes de que cerrara... íbamos a tener muchos problemas.

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Ronda #4 - Ruta del Recuerdo Perdido

Notapor Astro » Dom Abr 05, 2015 11:45 pm


Entre el golpe de Adam, que mandó al Invisible hacia el frente con violencia, y un hechizo de hielo invocado por el mocoso (que también tenía una llave espada, por cierto) el sincorazón fue historia. Pero claro, el combate no terminó ahí. Tanto el vampiro como el resto de presentes siguieron peleando contra los monstruos de ojos amarillos, hasta que cuando sólo quedaba uno...

¡Eh, ese era mío! —protestó Adam, tras ver cómo Hjalmar había decapitado a su presa. ¡Ladrón!

No hubo respuesta por parte del leopardo, que fue corriendo a ayudar a los heridos. Rascándose la cabeza sin saber qué hacer, el aprendiz giró sobre sus talones para observar la zona, pero se topó con el mocoso frente a él, mirándole con la típica expresión que ponía la gente de aquel tiempo al verle. ¿Nunca habían visto a nadie sin camiseta o qué? Y bueno, sin zapatos.

¿Por qué vas medio desnudo?

¿Por qué vas vestido? —respondió, con aire divertido.

¿Y por qué no querías usar tu Llave Espada? Usar la fuerza bruta contra los Sincorazón es estúpido, al final siempre se regenerarán.

Meh, no me gustan las espadas, eso es todo. —Miró su propia llave espada, que todavía no había desmaterializado, con curiosidad. La verdad era que sí que la usaba poco.

¿Y ese rayo fue...?

Los clanes menores deben estar siendo atacados también y han desplegado una barrera. —El leopardo se había acercado hasta ellos, sigiloso cual ninja—. Buen trabajo, chico.

Su respuesta fue un gracioso gruñido que hizo que Adam soltara una risita. Pero no tuvo más tiempo para reír, pues Hjalmar se dirigía ahora a él.

Supongo que he de darte las gracias, a pesar de todo. Pasaré por alto tu… actitud.

¿De nada?

¡Los Sincorazón han penetrado las defensas de la ciudad! Eso significa que hay alguien controlándolos. ¡Que nadie baje la guardia! —gritó, dirigiéndose a los refugiados y guardias que todavía quedaban en la zona.

Genial, encima de estar siendo asediados por los ojos amarillos, tenían un traidor dentro de la ciudad, aquel tiempo era de locos. Aunque no era algo que afecta al aprendiz, claro.
El leopardo Invocó su glider, dispuesto a marcharse, pero el vampiro se adelantó para formularle una pregunta rápida.

¡Eh, espera! Estoy buscando a un tal Zephyr, ¿le conoces? Es calvo... Creo. ¿Te suena?

Con su respuesta en la mano, dejaría que se fuera.

¿Qué vas a hacer? —le preguntó el mocoso.

Seguir buscándole, supongo. Y picar algo por el camino. —El combate le había abierto el apetito, ahora de verdad. Si Hjalmar no le había dado ninguna pista sobre Zephyr, también le haría la misma pregunta al chico—. ¿Tú conoces al Zephyr que busco?

Si ninguno de los dos le daba una respuesta convincente, Adam no tendría más remedio que probar suerte preguntándole a más gente. Entraría en la catedral con el resto de refugiados, al grito de «Zephyyyyr~», a ver si sonaba la flauta.

En el caso de que Hjalmar o el crío le dieran una pista, la seguiría sin dudarlo.
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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Nell » Lun Abr 06, 2015 12:46 am

Ganaron el tiempo suficiente como para que Assur terminara de convocar la barrera que formarían los cristales alrededor de toda la muralla. En cuanto estuvo de nuevo libre, dio nuevas órdenes:

La barrera todavía tardará unos minutos en cubrir el sector. Entre tanto, tenemos que defender la muralla.[/b]

Hana creyó que se refería también a ella, hasta que vio al resto de caballeros marcharse a cumplir con la misión y Assur se dirigió específicamente a Diana y a ella. Supo enseguida que desconfiaba de ellas, o quizá le dio esa impresión porque realmente se había infiltrado en sus filas. Y aun dada la situación, fue educado:

Os agradezco vuestra ayuda. Imagino que sois aprendices de un clan menor: estaréis mejor en el interior de la ciudad, ayudando a la gente. Ahora, antes de que…

«¿De un clan menor?». Enarcó una ceja. ¿Qué significaría aquello? ¿Quizá los mayores tenían a los mejores guerreros, y viceversa? ¿Por eso no les habían destinado allí, a primera línea de batalla? Pues era una suerte entonces que hubiese clanes sin emblema, o habrían llamado mucho más la atención.

No tuvo tiempo para interrogarle, porque un grito les alertó de que algo más estaba a punto de acontecer. Hana vio al inmenso sincorazón y, si no hubiese conocido a Leviatán, probablemente su primera reacción hubiera sido salir corriendo de allí.

De hecho, Assur les acababa de instigar a que se marcharan a la ciudad, a campo seguro. Si el dragón no hubiese irrumpido en el panorama, que ya pintaba negro para defender los últimos minutos la muralla, habría accedido al consejo. Tenían que buscar a Zephyr, y tanto si estaba por allí como si no, nadie le respondería hasta que acabara la contienda. Pero después de haber luchado allí, con ellos, Hana se dio cuenta de que simplemente no podía abandonarlos de golpe.

¡Corred, rápido!

Por supuesto, ni loca iba a ayudarle en su lucha contra el dragón. En su lugar, se fijó en la neosombra y decidió seguir ayudando a desmantelar la muralla. Cuantos más méritos hiciera, más cooperativos se mostrarían luego.

¡Diana, hay que proteger el cristal! ―le gritó a la aprendiza, mientras volaba con el glider hacia la parte de la muralla por donde subía la neosombra. No era mentira, al fin y al cabo. De nada les serviría marcharse si la ciudad caía.

Otra vez, con más esperanzas de que funcionara, convocó un géiser bajo la neosombra, y esperó a que el agua lo desestabilizara. Una vez en el aire, le golpearía con la Llave Espada y esperaría que Diana le ayudase a rematarlo.

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• Géiser (HM) [Nivel 7] [Requiere Afinidad Agua]. Convoca una tromba de agua caliente que surge hacia arriba desde suelo, únicamente pudiendo llevarse a un enemigo a la vez.
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Ronda 5

Notapor Suzume Mizuno » Mar Abr 07, 2015 12:13 am

Las puertas



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Nadhia



¡¡Tengo su cabeza a tiro!! —gritó con todas sus fuerzas—. ¡¡A su señal!!

La mujer no le prestó atención, por lo que a Nadhia le debió quedar la duda de si había conseguido escucharla por encima del griterío. Quizás estaba demasiado ocupada dirigiendo las tropas. Entonces un grupo de Zorros y alguna que otra Serpiente pasó al lado de Nadhia y vio cómo se sumaban a la menguante fila de defensores. En cuanto los Zorros ayudaron a recuperarse a una parte de los Caballeros, la mujer de los Unicornios se volvió hacia Nadhia y asintió.

La flecha alcanzó en la cara a la criatura, dando una oportunidad para que los que estaban más cerca se arrojaran sobre ella y la alancearan con diversas armas o hechizos. Una Serpiente invocó un rayo de luz que la atravesó por la mitad y la hizo explotar en pedazos.

¡Tenemos que salir de aquí!

¡Cornelia, la barrera va a cerrar pronto la entrada! ¡Tenemos que volver a defender las murallas!

¡Debemos aguantar hasta que…!

No llegó a acabar la frase. En su lugar se quedó mirando al frente unos instantes. Más allá de la barrera de Sincorazón pudieron ver que se acercaban, junto a varios Escorpiones, unas criaturas a cuatro patas de gran tamaño:

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Eran, a ojo, más de quince.

¡Maldita sea, retirada! ¡A la muralla, rápido!

Apenas sí tuvieron tiempo para invocar sus gliders y girar cuando los ojos de los nuevo Sincorazón se tornaron rojos y comenzaron a disparar bolas de fuego oscuro. Una acertó de lleno a un Unicornio que volaba al lado de Nadhia. Pudo oír su alarido antes de que su transporte se estrellara contra el suelo: por un pelo no se la llevó por delante. Escucharon el retumbar del suelo cuando los Sincorazón, arrasando entre sus compañeros, echaron a correr tras los Caballeros restantes.

Habían recorrido la mitad del campo de batalla, abriéndose paso entre los Sincorazón, que los atacaban sin descanso, cuando una bola de fuego oscuro lanzada con mucha precisión estuvo a punto de convertir a Nadhia en una tea andante. Y lo habría hecho si Cornelia no la hubiera golpeado con su glider, apartándola del camino. Hubo una explosión y Cornelia rodó varios metros por el suelo. Cuando se incorporó, invocó su Llave Espada y se dobló de inmediato, llevándose una mano al costado. ¿Estaría herida?

Nadhia sólo tendría unos instantes para decidir si regresar para ayudarla o no. Porque un Ojo Rojo estaba prácticamente encima de ellos, y la muchacha no era enemiga para él.

Saeko y Kairi


Cuando Saeko detuvo al joven, que intentaba enfrentarse a la Neosombra, este se revolvió con un grito de irritación.

¡Pero qué haces, quita la m…!

Zephyr… ¿Sabes dónde está? —Su aliado, que iba a apartarla de un golpe, se quedó paralizado. Por culpa del casco no pudo ver su expresión, pero seguramente sería de sorpresa— ¿No conoces a nadie que se llame Zephyr?

No—gruñó de pronto, hostil—. El único Zephyr que ha habido en Tierra de Partida murió hace mucho tiempo… ¡Joder, cuidado!

Quizás con más fuerza de la necesaria, empujó a Saeko a un lado, derribándola para evitar que la Neosombra le cortara la cabeza. No volvió a prestarle atención, ocupado en hacer desaparecer a la criatura. Al menos hasta que escuchó la discusión de fondo entre ella y Kairi y vio que estaba apuntando a una persona. A un Caballero. Pero no pudo intervenir y para cuando eliminó a la Neosombra, Saeko ya había decidido no disparar.

Esa mujer no merece ser salvada.

Y salió corriendo. No mucho después la siguió Kairi, poniendo el destino de su Maestra en manos de un perfecto desconocido.

Sus acciones, sin embargo, les permitieron llegar a la muralla a tiempo para traspasar las puertas. Allí los Caballeros de mayor rango gritaban y se las apañaban para organizar la retirada para que no se acumulara demasiada gente. Ayudaban a levantarse a los que tropezaban, a los heridos y los redirigían hacia el interior.

—¡Acudid a la ciudadela o al hospital! ¡Allí os atenderán!

—¡Que los sanadores sólo apliquen las curas más urgentes a los heridos graves!

—¡Pasad, pasad, no impidáis que entre la gente!

Y entre empujones, algún doloroso codazo y muchos resoplidos, Saeko y Kairi traspasaron las puertas.

Ya que no estaban gravemente heridas nadie se molestó en atenderlas. Podrían charlar un poco mientras las instaban a alejarse de la entrada para poder permitir entrar al resto de la gente. Al menos hasta que el Caballero de los Osos al que habían dejado atrás se plantara ante ellas… Cargando a Lyn a la espalda. La mujer estaba pálida, con los ojos cerrados, pero al menos respiraba.

Él se quitó el casco, que hizo desaparecer, recolocó a Lyn y les dirigió una mirada de repugnancia e indignación.

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No sé qué tienes contra esta mujer o por qué tú no fuiste capaz de quedarte a ayudarla, pero las dos sois unas personas despreciables. Os importa más salvar vuestro propio culo que otra cosa. ¡No sé cuál de las dos es peor, la que abandona a una camarada o la que decide no matarla con sus propias manos para que se la carguen los Sincorazón! Sois la vergüenza de vuestros clanes.

Dicho esto, y casi conteniendo las ganas de escupirles a la cara, el joven, acalorado por el esfuerzo, echó a correr cuesta arriba, hacia al ciudadela.

Desde arriba les llegó entonces el rugido de una batalla, al mismo tiempo que la barrera se iba extendiendo.

Las chicas podían dirigirse hacia el hospital por si querían comprobar si había alguna información interesante o si alguno de sus compañeros había acabado allí; también ir tras el joven, a la ciudadela, donde probablemente estuviera Adam… O subir a la muralla a ayudar.

En cualquier caso, Saeko ya había obtenido su respuesta. Y no era precisamente halagüeña.

****
La muralla


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Neru decidió subir a pie, una vez los Caballeros le aseguraron que podían moverse por su cuenta, perdiendo un tiempo precioso cuando podría haber usado el glider.

Entre tanto, Diana escuchó el grito de Hana y se volvió en la dirección que apuntaba la aprendiza. Invocó su propio glider y salió disparada tras ella.

El Géiser de Hana impactó en el Sincorazón, que ya estaba levantando una zarpa, dispuesto a intentar quebrar el cristal. Antes de poder reaccionar la muchacha lo golpeó con su Llave Espada, pasando a su lado a toda velocidad. Instantes después Diana creó un látigo que lo aferró por el cuello y lo arrancó de la torre. La joven lo lanzó entones hacia el campo de batalla.

¡Buenos reflejos!—dijo en dirección a Hana.

Entre tanto, Neru alcanzó lo alto de la muralla y se encontró con una visión estremecedora:

El líder de las Serpientes luchaba desde su glider contra el dragón-Sincorazón, toreándolo y disparándole rayos de oscuridad y luz, alternándolos a toda velocidad en un intento de destrozarle las alas. El Sincorazón, furioso, aleteó con tanta fuerza que estuvo a punto de arrancar al Caballero de su glider, y a Neru lo lanzó contra el borde de la muralla. Por poco salió disparado. Entones el Dragón retrajo el cuello y abrió las mandíbulas, de las que brotó una lengua de fuego negro. El Caballero se ocultó tras un escudo, pero Neru no tuvo tanta suerte. Con todo, sólo le acertaron de refilón en un brazo.

Cuando al Dragón se le acabaron las llamas, Assur vio a Neru y gritó:

¡Las alas, muchacho, ataca a las alas!

Dicho esto se echó hacia atrás, esquivando una dentellada que podría haberlo partido en dos. Parecía que el Dragón estaba mucho más interesado en Assur, quizás por su corazón, mucho más fuerte que el del aprendiz. ¡Pero eso le venía bien!

Lo mismo podía decirse de Hana. Diana la miró, como preguntándose si querría ayudar al Caballero Serpiente o si opinaba que era hora de retirarse. La barrera había avanzado tanto ya que casi había ocupado la mitad de la puerta y la gente gritaba intentando llegar a tiempo. La fila que resistía en la distancia estaba muy lejos, si bien todavía podrían usar los glider y quedaba mucha muralla sin proteger.

¡Oh, oh! ¡Mira eso!

Los Sincorazón se acercaban lentamente, aprovechando el repliegue de los Caballeros, y empezaban a pegarse al muro para trepar.

Justo en ese momento el ángel pasó volando cerca de ellas, tan rápido que casi no le vieron, y un relámpago iluminó el mundo. La mayor parte de los Sincorazón se desintegraron, pero había más, muchos más. El ángel se detuvo sobre ellas, chasqueó la lengua y dijo:

¡A mi señal, usad el cristal! ¡Vamos a acelerar el despliegue de la barrera!

Y sin más salió disparado hacia la siguiente torre del oeste, sin darles más explicaciones. Desde el glider, Hana vería que el cristal —un octaedro— estaba rodeado por una maquinaria en forma de círculos. Si probaba, podría girar y manipular el cristal en varias direcciones: hacerlo girar hacia los lados, arriba, y abajo. El problema es que quemaba una barbaridad y cada vez brillaba más, hasta el punto de que en menos de un minuto sería imposible acercarse sin quemarse vivo.

¡Se acercan!—advirtió Diana, apuntando hacia lo bajo de la muralla, donde volvían a acumularse los Sincorazón—. Vale, a ver. No corre prisa ni nada, tú con tranquilidad. ¿A lo mejor tienes que ponerlo de forma que una cara de hacia el cristal de la barrera y la otra hacia el ángel? —titubeó—. Aunque… ¿Para qué es…?—Diana giró un poco el cristal, apretando lo que parecía ser una palanca, y un rayo salió disparado hacia el campo de batalla, con tanta potencia que hizo volar por los aires a varios Sincorazón—. ¡Por Zeus! ¡Madre mía, ¿has visto eso?! ¡Podrías cargarte al dragón, o a los Sincorazón que vienen por debajo!

Diana tenía razón: la potencia sería suficiente para destrozar a los Sincorazón. Claro que entonces no tenía ni idea de qué pasaría con la barrera. El ángel estaba trasteando con el siguiente cristal, así que no podría decirle nada si Hana decidía actuar por su cuenta. Además todavía quedaban muchos Caballeros fuera. Aunque tuvieran gliders, ¿de verdad Hana quería cerrarles la salida…?

Y mientras tanto, los Sincorazón trepaban por el muro a toda velocidad.


****
La ciudadela


Por desgracia para Adam, Hjalmar no parecía interesado en responderle. Se limitó a fruncir el ceño en su dirección antes de materializar el casco y salir disparado. De modo que le tocó preguntar al muchachito.

Este entrecerró los ojos, como considerando si le estaba tomando o no el pelo.

¿Zephyr? ¿Calvo? Ah… El clan de la Serpiente. Bueno, tampoco es que haya más gente que se llame Zephyr…—Esperó la confirmación por parte de Adam—. Pues no sé cómo quieres buscarle, hace mucho que la palmó. Que yo sepa ni tuvo hijos ni nada. Bueno, en realidad nadie sabe si está vivo o muerto, pero hace tanto que se largó que casi seguro que ya está fiambre, ande donde ande.

El chico se quedó mirándole, sin duda pensando una vez más que era un tipo muy raro, y después señaló hacia el edificio con un pulgar.

Si te pones ropa puedes entrar y pedir que te den algo de comer. Y oye, ¿por qué querías encontrar a ese Zephyr? ¿Seguro que no te estás refiriendo a algún otro tipo calvo?

No era una buena noticia, no señor.

Sin Zephyr, no habría forma de saber cómo devolver Tierra de Partida a la normalidad.

Lo cual significaba que su misión había fracasado. Y que si volvían al futuro, sería para morir con sus compañeros.

A lo mejor a Adam le convenía hacerse amigos en aquella Tierra de Partida.


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Hana
VIT: 38/40 [+2 Anillo Coraza]
PH: 7/32

Saeko
VIT: 34/40
PH: 12/26

Gengar
VIT: 53/58
PH: 0/201

Adam
VIT: 51/60
PH: 8/16

Neru
VIT: 17/26
PH: 17/22

Kairi
VIT: 12/22
PH: 12/20

Nadhia
VIT: 50/50
PH: 6/38


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Faltas: Kairi I (justificado)


Fecha límite: martes 14 de abril a las 23:59


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Aviso:

Esta es y será la única vez (a menos que haya problemas grandes) que Sombra o yo posteemos un tema sin coordinarnos. Es injusto para los demás jugadores y no queremos abusar de la paciencia de nadie. En esta ocasión lo hacemos en parte por la petición de EspeYuna, ya que viajar a otro país es un lío enorme, y también por problemas míos respecto al TFG: postear ahora me permite tener más tiempo para dedicarme al trabajo.

Pero, repito, será una única vez.


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Esta es la última ronda de lucha. ¡Pensaos bien todo lo que hacéis y mucho ánimo!
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¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

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Suzume Mizuno
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Re: Ronda 5

Notapor EspeYuna » Mar Abr 07, 2015 2:25 am

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En pocos segundos, Nadhia se olvidó por completo de lo que estaba ocurriendo a su alrededor. El ruido lejano de unas cadenas irrumpieron en sus tímpanos, le entraron arcadas y se encogió, víctima de los recuerdos, las pesadillas. Nunca, nunca hasta entonces había coincidido con aquel sincorazón, ni en las misiones más peligrosas. Tan sólo lo conocía de una sola vez, un momento que no olvidaría tan fácilmente, aunque tras días, semanas o meses hubiera logrado conciliar el sueño. Ni siquiera fue ella misma quien pasó por aquel infierno, pero... lo había padecido, fuera o no, en su cabeza. Y las cicatrices seguían ahí.

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Sabía cómo se movían aquella media de quince bestias que habían aparecido entre los escorpiones, que ahora, para Nadhia, parecían ridículas en comparación. Conocía su naturaleza, aun fuese instruida. Sabía qué era capaz de hacer con sus embestidas, sus garras o sus colmillos.

Ella misma lo había experimentado. Y no estaba dispuesta a quedarse allí para volver a revivir los recuerdos de su copia. Ni los de Eileen.

Y entonces escuchó a la mujer, de nombre Cornelia, gritar a las tropas:

¡Maldita sea, retirada! ¡A la muralla, rápido!

Nadhia no se lo pensó dos veces. Víctima del miedo incautado por unas memorias que no le pertenecían, invocó de inmediato su glider y, sin tan siquiera desplegar sus velas, se lanzó con el resto de caballeros hacia los portones. Hacia su salvación.

No quería mirar atrás, incluso cuando una bola de fuego de oscuridad acertó en un portador que hasta hacía unos instantes volaba a su lado. No podía, no era capaz de hacerle frente a aquello. No había logrado recuperarse de aquellos recuerdos que heredó meses atrás.

Escuchó a los sincorazón, correr y haciendo temblar el suelo, tras ellos. Nadhia aumentó la velocidad, aunque el glider no pudiera a más de lo que iba ya, pero en su cabeza no paraba de repetirse que tenía que salir de aquel infierno. No quería volver a experimentar ese dolor. El de una presa descuartizada. No lo soportaría de nuevo, incluso siendo, quizás la última vez.

Entonces, Nadhia vio por el rabillo del ojo como algo estaba a punto de impactar contra ella. Pero algo se interpuso en el camino de la bola incandescente y una explosión desequilibró su glider. Se detuvo, intentando controlar su transporte y seguir su camino, huir y atravesar las puertas. Pero en el proceso, vio a una persona en el suelo. La flamante y noble armadura, con su capa hecha una lástima.

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La mujer se incorporó con su Llave-Espada, pero de inmediato se dobló en el sitio, llevándose una mano al costado.

Otra vez. Le había salvado de nuevo la vida.

Y Nadhia no volvió a pensar. No dejaría que nadie más pasara por lo que ella.

Ni esa mujer tampoco.

Se lanzó con su glider hacia la nombrada Cornelia y la agarró como buenamente pudo, cargando con ella e invocando el soporte de las velas.

¡Agárrese, rápido! —exclamó, colocándose en el otro extremo de la tabla para que su cuerpo sirviera de soporte a la enorme armadura y Cornelia no cayera de nuevo al suelo.

Nadhia salió disparada junto a la mujer malherida en su medio de transporte. Sabía que tenía a uno de esos repulsivos sincorazón a pocos metros, incluso centímetros. La adrenalina corría por todo su cuerpo e intentaba por todos los medios concentrarse en su carrera por sobrevivir, esquivando los ataques y embestidas a sus espaldas.

Quedaba poco para atravesar las puertas... demonios, si tan sólo consiguiera llegar a tiempo...

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Debo dar las gracias, tanto a Suzu y Sombra, por permitirme postear en esta ronda habiendo adelantado la de esta ruta. Y siento mucho por los que estén esperando las suyas. Viajar al extranjero es mucho lío y necesitaba tener escrito esto entre hoy y mañana.

Ahora a saber si Nadhia no acaba siendo devorada por sus amiguitos (?)
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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Tsuna » Lun Abr 13, 2015 2:08 am

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Nada más me ataba al campo de batalla, por lo que escapé lo más rápido posible junto a otros Caballeros, corriendo a toda velocidad sobre la tierra llena de oscuridad y pedazos de metal. Se me pasó por la cabeza y en el último instante, la idea de lanzar mi Llave Espada al aire y subirme sobre el Glider en plena carrera, pero para la poca distancia que quedaba no merecía la pena.

Durante el recorrido, teniendo la mirada perdida en el campo de batalla, en las explosiones y sobre todo en la barrera mágica, pensé en las palabras que me había dedicado la aprendiza de cabello rosa, donde supuestamente entendía cómo me sentía pero no era el momento para nuestras disputas del presente. Yo no lo creía así, de lo contrario no habría dejado tirada a la maestra. No era capaz de asesinar a nadie, pero tampoco podía olvidar las palabras que el maestro Ryota nos había dedicado, los ideales por los que se había formado Bastión Hueco: los de acabar con la tiranía de la Luz; y esa mujer apoyaba a Ronin: el maestro de maestros que yo misma conocí en el Santuario de la Reminiscencia. Recordaba bien lo que había vivido ese día, y hasta el incidente de Erased Data en La Red nunca hubiera imaginado sus auténticas intenciones. Hasta yo me sentí profundamente traicionada por él.

¿Cómo esperaba que la ayudara? Sencillamente, no podía.

Y respecto al asunto de Zephyr… Ni siquiera sabía cómo tomármelo hasta estar a salvo. Aquel hombre ya no vivía en Tierra de Partida, nuestra razón de ser en ese mundo ya no valía nada. Estábamos perdiendo el tiempo, y puede que incluso no pudiéramos volver al presente… En ese caso tendría que asumir que todos allí habrían muerto, incluso Nikolai, o Saito, puede que la propia maestra Nanashi o quizás Light; todos los que conocía. La situación no podía ir a peor.

¿Eh?

Antes de darme cuenta ya había llegado a la muralla, y un Caballero que parecía importante me tendió la mano para ayudarme a pasar rápidamente entre la multitud. Ni siquiera me fijé en los demás, pues estaba apurada por entrar y ponerme a salvo. Le correspondí y di una zancada hasta alcanzar el interior de las puertas, donde torpemente recibí un codazo y perdí el equilibrio, cayendo al suelo y ensuciándome una de mis mejillas.

De nuevo, otra persona a la que no le pude ver el rostro me ayudó a levantarme y me dio un leve empujón para seguir adelante. Di unos pocos pasos entre jadeos por la carrera, extenuada. Hice desaparecer mi Llave Espada y me peiné un poco como pude el cabello usando mis propias manos, envueltas en el frío metal de la armadura. Me tomé mi tiempo para coger algo de aire y aliviar el rubor de mi rostro, así como aprovechar para secarme las gotas de sudor que me bajaban por la frente.

Al cabo de un tiempo me decidí por entrar más en la ciudadela, pero me encontré de frente al Oso que cargaba con la mujer que yo misma había abandonado. Fruncí el ceño, decepcionada porque siguiera viva, pero a fin de cuentas no podía culpar a aquella persona, ajena a nuestra situación; a Bastión Hueco y Tierra de Partida. Era consciente de que en una situación así cada Caballero valía su peso en oro, ¿pero con qué cara podría mirar a mis compañeros de bando si hubiese optado por salvarla?

Y más incómoda me sentiría cuando se dirigió tanto a mí como a la chica del pelo rosa, que supuestamente había abandonado a su propia maestra en el campo de batalla. No podía negar que tenía razón, y en una situación normal hasta yo habría ayudado a un compañero, como en efecto había hecho en La Red protegiendo a Gata o a Saito del monstruo de Erased Data. Aun así, no podía culpar a aquel muchacho de sus creencias, ¡éramos de épocas distintas!

Me crucé de brazos, frustrada, sin apartar mi mirada de la suya, a sabiendas de que tenía parte de razón. Y cuando marchó resoplé una bocanada de aire, dirigiéndome brevemente a la chica de Tierra de Partida:

Tú no tienes ni idea de cómo me siento ahora mismo —comenté fijando mi vista al frente, con una sensación amarga dentro del pecho—. No entiendo qué haces en Tierra de Partida.

Si había estado dispuesta a sacrificar a una de sus maestras, ¿qué demonios hacía en ese bando? ¿Acaso pensaba que por tener ventaja numérica estaría más segura? Si allí había alguien despreciable, sin duda se trataba de ella, no de mí.

Un rugido proveniente del cielo me sacó de mis pensamientos, logrando que me encogiese en mí misma por un momento. Me di la vuelta para contemplar de dónde venía: lo alto de la muralla. Ni siquiera lo pensé dos veces, invoqué mi Llave Espada y subí sobre mi Glider, dispuesta a ascender hasta la cima. Sabía que los Caballeros eran lo suficientemente poderosos como para encargarse solos, pero con las palabras del Oso en la cabeza, simplemente era incapaz de irme a descansar y dejarlos de lado.

Tenía que ayudar de alguna forma. Me demostraría a mí misma que yo no era como él me había definido. Encontrara lo que encontrara en lo alto, procuraría actuar con prudencia, empezando por la enorme criatura que amenazaba desde las alturas. Me aproximé a ella a toda velocidad con la intención de lanzar dos Flamas Tenebrosas con mis manos y retroceder lo más rápido posible, para evitar algún golpe fatal. Mi pequeño, en cambio, se las apañaría para saltar desde mi vehículo hasta la muralla, ayudando como pudiese a repeler a los Sincorazón. Emplearía un hechizo que le renovase las energías, y atacaría con Flamas Tenebrosas hasta agotar sus fuerzas.

Yo soy aprendiza de Bastión Hueco, no una asesina despreciable.


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Espero que no haya problemas. Saeko ayuda contra el dragón y Gengar contra los Sincorazón junto al cristal:

Flama Tenebrosa (HM) [Nivel 3] [Requiere afinidad con Oscuridad]. El usuario lanza una veloz bola de oscuridad que avanza en línea recta hasta diez metros. Ataque de Oscuridad de nivel bajo.

Éter Sangriento (HC) [Nivel 10] [Requiere: Resistencia-10, Poder mágico-10] El usuario sacrifica parte de su resistencia para recuperar puntos para habilidades gastados (4 puntos de Resistencia sacrificados = 10 puntos de habilidades). *Tras el empleo de esta habilidad no se podrá usar Cura sobre sí mismo.
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