Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela
Publicado: Mar Abr 14, 2015 10:58 pm
Diana acudió con ella al combate contra la neosombra, y en un santiamén la tenían de vuelta con sus congéneres. Las chicas e compenetraban más o menos bien para no haber luchado antes nunca. Hana tuvo que reconocer que Diana, seguramente más fuerte (y perversa) que ella, se había estado portando bien.
Mientras tanto, atisbó a ver a Neru luchando junto a Assur contra el gigantesco dragón. Pues bien, ante la inquisitiva mirada de Diana, Hana tenía muy clara su respuesta: no, no y no. Una cosa era patear una neosombra solitaria (pobrecilla) y otra muy diferente hacerle cosquillas a un monstruo diez veces más grande que ellas.
—Se las apañarán ―mintió como una bellaca. Salvo que Assur fuera increíblemente fuerte, Neru ya podía correr para no ser zampado.
—¡Oh, oh! ¡Mira eso!
En aquel momento, la batalla había pasado a ser a contrarreloj. Los caballeros se retiraban al interior con rapidez, mientras trataban de seguir expulsando a los sincorazón que penetraban o intentaban dañar la barrera que se iba fraguando poco a poco. Al igual que la neosombra anterior, otros tantos seguían su ejemplo de escalar el muro.
Hana cavilaba acerca de si continuar con su papel allí o replegarse, cuando el ángel apareció de nuevo para resolver parte del problema, volatilizando a varios sincorazón. Aún quedaban, pero de un plumazo (nunca mejor dicho), se había desecho de unos cuantos.
—¡A mi señal, usad el cristal! ¡Vamos a acelerar el despliegue de la barrera! ―les gritó, antes de volver a marcharse.
Intercambiaría una mirada extrañada con Diana, hasta caer en qué cristal se refería. Con el glider, aterrizó al lado la máquina del cristal y la examinó. Por suerte, estaba hecha para civiles y no había millares de botoncitos que habrían vuelto loca a Hana. La mala noticia es que quemaba muchísimo. En su forma sirena, probablemente su instinto le habría incitado a correr/nadar lejos de allí.
—¡Se acercan!—señaló Diana, poniéndola nerviosa—. Vale, a ver. No corre prisa ni nada, tú con tranquilidad. ¿A lo mejor tienes que ponerlo de forma que una cara dé hacia el cristal de la barrera y la otra hacia el ángel? —Odiaba que dijeran eso. ¡Qué tranquilidad ni qué ocho cuartos, iban a ser rodeadas!—. Aunque… ¿Para qué es…?—Enseguida descubrieron qué hacía cuando, imitando lo que podría perfectamente haber hecho Hana en su lugar, la accionó y salió un rayo—. ¡Por Zeus! ¡Madre mía, ¿has visto eso?! ¡Podrías cargarte al dragón, o a los Sincorazón que vienen por debajo!
―Sincorazón ―respondió mecánicamente. No sería ella quien pusiera de mal humor al señor de los cielos.
Obviamente, eso esperaba el ángel que hiciera ella, ¿no? Si no, ¿para qué le había dicho nada? Aunque, supuestamente, tenían que usar aquella cosa a la señal de este... ¿Y eso serviría para crear la barrera con mayor rapidez? No, claro que no, algo se le escapaba. En todo caso, para reforzar la protección, habría que conectar los cristales. Si aquella cosa solo podía disparar, tenía que dirigirla hacia donde estaba el ángel.
Bueno, ella no era ninguna líder, pensó. Había recibido órdenes y tenía que cumplirlas. Si fallaban, sería culpa del ser celestial, no suya.
―No, no podemos arriesgarnos. Lo principal es levantar la barrera. Además, creen que somos de clanes menores, así que lo lógico es que obedezcamos órdenes. Hay que esperarle ―Se refería al ángel―. ¡Intenta retener mientras tanto a los sincorazón! ―pidió a Diana, previniendo que se resistirían a dejar que la barrera se alzara.
Si veía a alguien más dirigirse hacia las murallas, le gritaría lo mismo. Mientras tanto, enfocó la maquinaria hacia el cristal que manejaba el ángel, esperando a la susodicha señal. En caso de que no pudiera mantener el contacto con el dispositivo por culpa del calor, usaría Aero para mitigarlo y tratar de alargarlo un poco más.
Mientras tanto, atisbó a ver a Neru luchando junto a Assur contra el gigantesco dragón. Pues bien, ante la inquisitiva mirada de Diana, Hana tenía muy clara su respuesta: no, no y no. Una cosa era patear una neosombra solitaria (pobrecilla) y otra muy diferente hacerle cosquillas a un monstruo diez veces más grande que ellas.
—Se las apañarán ―mintió como una bellaca. Salvo que Assur fuera increíblemente fuerte, Neru ya podía correr para no ser zampado.
—¡Oh, oh! ¡Mira eso!
En aquel momento, la batalla había pasado a ser a contrarreloj. Los caballeros se retiraban al interior con rapidez, mientras trataban de seguir expulsando a los sincorazón que penetraban o intentaban dañar la barrera que se iba fraguando poco a poco. Al igual que la neosombra anterior, otros tantos seguían su ejemplo de escalar el muro.
Hana cavilaba acerca de si continuar con su papel allí o replegarse, cuando el ángel apareció de nuevo para resolver parte del problema, volatilizando a varios sincorazón. Aún quedaban, pero de un plumazo (nunca mejor dicho), se había desecho de unos cuantos.
—¡A mi señal, usad el cristal! ¡Vamos a acelerar el despliegue de la barrera! ―les gritó, antes de volver a marcharse.
Intercambiaría una mirada extrañada con Diana, hasta caer en qué cristal se refería. Con el glider, aterrizó al lado la máquina del cristal y la examinó. Por suerte, estaba hecha para civiles y no había millares de botoncitos que habrían vuelto loca a Hana. La mala noticia es que quemaba muchísimo. En su forma sirena, probablemente su instinto le habría incitado a correr/nadar lejos de allí.
—¡Se acercan!—señaló Diana, poniéndola nerviosa—. Vale, a ver. No corre prisa ni nada, tú con tranquilidad. ¿A lo mejor tienes que ponerlo de forma que una cara dé hacia el cristal de la barrera y la otra hacia el ángel? —Odiaba que dijeran eso. ¡Qué tranquilidad ni qué ocho cuartos, iban a ser rodeadas!—. Aunque… ¿Para qué es…?—Enseguida descubrieron qué hacía cuando, imitando lo que podría perfectamente haber hecho Hana en su lugar, la accionó y salió un rayo—. ¡Por Zeus! ¡Madre mía, ¿has visto eso?! ¡Podrías cargarte al dragón, o a los Sincorazón que vienen por debajo!
―Sincorazón ―respondió mecánicamente. No sería ella quien pusiera de mal humor al señor de los cielos.
Obviamente, eso esperaba el ángel que hiciera ella, ¿no? Si no, ¿para qué le había dicho nada? Aunque, supuestamente, tenían que usar aquella cosa a la señal de este... ¿Y eso serviría para crear la barrera con mayor rapidez? No, claro que no, algo se le escapaba. En todo caso, para reforzar la protección, habría que conectar los cristales. Si aquella cosa solo podía disparar, tenía que dirigirla hacia donde estaba el ángel.
Bueno, ella no era ninguna líder, pensó. Había recibido órdenes y tenía que cumplirlas. Si fallaban, sería culpa del ser celestial, no suya.
―No, no podemos arriesgarnos. Lo principal es levantar la barrera. Además, creen que somos de clanes menores, así que lo lógico es que obedezcamos órdenes. Hay que esperarle ―Se refería al ángel―. ¡Intenta retener mientras tanto a los sincorazón! ―pidió a Diana, previniendo que se resistirían a dejar que la barrera se alzara.
Si veía a alguien más dirigirse hacia las murallas, le gritaría lo mismo. Mientras tanto, enfocó la maquinaria hacia el cristal que manejaba el ángel, esperando a la susodicha señal. En caso de que no pudiera mantener el contacto con el dispositivo por culpa del calor, usaría Aero para mitigarlo y tratar de alargarlo un poco más.
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