Re: [Evento Global] Ruta del Caído
Publicado: Mié Mar 11, 2015 11:14 am
El anciano seguía hablando con misterio, generando más preguntas que respuestas por cada palabra que salía de sus labios.
—Lo que has escuchado. Se supone que yo soy Nicolae Jasper. Pero, ¿lo soy? ¿Qué hago aquí y con qué propósito? Simplemente hago lo que se me pide que haga… Poneros a prueba. Necesito hacerlo—¿necesita? ¿Era algo que le pedía el castillo para salir o una necesidad con lo que "nació"? De todas formas, una hipótesis fue formulada por uno de los aprendices de Bastión Hueco.
—Recuerdos. Chihiro mencionó que este castillo está lleno de los recuerdos del Corazón de Tierra de Partida, y no sería de extrañar que todos los habitantes de este lugar tuviesen algo que ver con esos recuerdos. Me equivoco, señor Jasper?
—Muy perspicaz, joven Nikolai. —confirmó Jasper. Al parecer sí que se trataban de recuerdos... ¿Pero podían unos meros recuerdos actuar y moverse por su cuenta? Era algo difícil de imaginar, pero la prueba la teníamos ante nuestros ojos, si es que decía la verdad—. No puedo decir los detalles ya que no los conozco. Solo dispongo de una ínfima porción de información sobre este castillo y ahora ya la sabéis.
—¿Es posible entonces, que el arma que use el Castillo para impedirnos avanzar sean recuerdos? —el chico del sombrero de copa intervino después, haciendo otra hipótesis, aquella vez del castillo—. Es lo único que se me ocurre que podría dañar nuestros corazones de una forma tan eficaz que acabara destruyéndolos: Recuerdos ¿Esa es la prueba? ¿Qué el castillo use nuestros propios recuerdos como arma para destruirnos?
—El Castillo del Olvido es su propia arma, joven brujo. —el anciano parecía saber demasiado sobre nosotros... O más bien, el castillo—. No tengo conocimiento sobre las pruebas que tendréis que afrontar, pero tu teoría es plausible.
Las respuestas obviamente solo me dejaron con más dudas, aunque no parecía que fuera a responderlas. Y si yo estaba confuso, Guilmon todavía más. Miraba al hombre entrado en años de arriba a abajo, como si no pudiese entenderlo. Luego cerró los ojos fuertemente, mientras intentaba concentrarse tanto que su cabeza podría explotar.
—¿Qué haces, Guilmon?
—Guilmon intenta hacer un recuerdos-mon, pero no le sale.
—¿Q...Qué...?—me rasqué la cabeza casi inconscientemente. ¿En serio eso era en lo único en lo que estaba pensando? Verdaderamente tenía poca capacidad para entender lo que ocurría a su alrededor, menudo virus estaba hecho.
Entonces uno de los hombres cubiertos por su armadura se acercó a la puerta de la izquierda. ¿Iba a abrirla acaso? Al final no, ya que regresó hasta el anciano y le comentó algo en el oído. ¿De qué estarían hablando?
—No perdamos más el tiempo, muchachos. Habéis superado la prueba. Felicidades a todos. Pero tened en cuenta lo que os he dicho, muchachos.—para mi sorpresa, la respuesta correcta a aquella prueba había sido esperar allí quietos. La puerta que nos permitía descender se abrió de par en par, demostrando las palabras del anciano.
—Espera, ¿qué pasa con los demás?
—¿Y qué hay de los que se fueron por la derecha?
Al chico de Bastión Hueco y a mí nos llegó la misma pregunta, pero no parecía que nos fueran a dar la respuesta:
>>Ahora… Avanzad.
—Vamos, Guilmon—dije medio suspirando mientras veía que el reptil aún no había cesado en su intento de materializar recuerdos. Tras mis palabras lo dejó, pero se le veía un poco decepcionado de no haberlo conseguido. ¿Por qué tanto interés?
***
Al bajar las escaleras, nos encontramos con otra sala, aquella vez hexagonal. Además de por donde habíamos venido, había otras dos puertas. La que se suponía que nos haría descender más estaba claramente cerrada a cal y canto, solo dándonos opción de usar la de la derecha. En el centro de la sala había un pedestal rodeado de cuatro pilares, y encima de este unas cuantas cartas de una forma bastante extraña flotaban en el aire, invitándonos a que las cogiéramos.
Preguntándome si era un premio por haber superado la prueba o si era una trampa más, me acerqué receloso a las cartas y recogí una de ellas, tras lo que observé momentáneamente el dibujo de plumas que mostraba. Sin embargo, no pareció ocurrir nada peligroso... Hasta que una especie de película se mostró en la pared.
—No...
Nada más empezar esa proyección mostraron a todos mis compañeros siendo masacrados, sin ninguna posibilidad de contraatacar y casi sin poder resistirse. Ni siquiera el Maestro Kazuki se veía capaz de protegerse de aquellos ataques, sucumbiendo igual que los aprendices. Y entre ellos estaba Light, lo que me estaba destrozando.
—Están jugando con nosotros —dijo uno de los presentes, pero no le presté atención. Solo podía observar con odio y desesperación aquella criatura negra que había sido la causante de todo.
—¡No!—Apenas terminó la reproducción cuando las puertas se empezaban a cerrar. ¿Era una imagen del presente o una grabación del pasado? Eso daba igual, la cuestión era que estaban en peligro, y debía ir a ayudarles. Empecé a correr hacia las puertas sin consultar a nadie.
—Pensad bien que es lo que vais a hacer. Aunque fuese verdad lo que acabamos de ver, ¿creéis que va a cambiar en algo la situación si volvéis?
¿Eh?
Una bomba de realidad explotó en mi cabeza mientras corría por aquella sala hexagonal. Cierto, hasta Kazuki estaba siendo destrozado, ¿qué podría hacer un aprendiz como yo? La cosa no iba a cambiar nada, y menos si era el único que retrocedía. Fueron unos segundos de duda.
Unos segundos de duda que me costaron la vía para regresar con mi compañeros.
Con un sonido seco, las puertas se cerraron del todo delante de mis narices. Ya no había vuelta atrás. Ya no había forma de regresar. Y esos segundos de vacío me permitieron pensar en frío (¿o era una forma de auto-convencerme de que no los había abandonado?), recordé las palabras de Jasper: El castillo era su propia arma. Todo aquello era un juego, un juego en el que los corazones débiles sucumbirían. En ese espacio en el que las opciones solo estaban en el campo de la confianza... ¿Confiaría en el castillo que querría ponernos a prueba de forma tan brutal? ¿Aceptaría la posibilidad de que aquellas imágenes fueran reales, sean del presente, del pasado o del futuro? ¿O en cambio me aferraría a la existente posibilidad de que aquellas imágenes eran un engaño más?
Una vez que la opción de retroceder había sido vetada, solo me quedó una manera de mantener la compostura.
—Todo... es falso.
Apreté el puño con fuerza, y me parecía haber visto un aura oscura rodeándome por un par de segundos, pero no me importó. Si el Castillo del Olvido estaba en contra de nosotros... No debía confiar en nada.
—Lo que has escuchado. Se supone que yo soy Nicolae Jasper. Pero, ¿lo soy? ¿Qué hago aquí y con qué propósito? Simplemente hago lo que se me pide que haga… Poneros a prueba. Necesito hacerlo—¿necesita? ¿Era algo que le pedía el castillo para salir o una necesidad con lo que "nació"? De todas formas, una hipótesis fue formulada por uno de los aprendices de Bastión Hueco.
—Recuerdos. Chihiro mencionó que este castillo está lleno de los recuerdos del Corazón de Tierra de Partida, y no sería de extrañar que todos los habitantes de este lugar tuviesen algo que ver con esos recuerdos. Me equivoco, señor Jasper?
—Muy perspicaz, joven Nikolai. —confirmó Jasper. Al parecer sí que se trataban de recuerdos... ¿Pero podían unos meros recuerdos actuar y moverse por su cuenta? Era algo difícil de imaginar, pero la prueba la teníamos ante nuestros ojos, si es que decía la verdad—. No puedo decir los detalles ya que no los conozco. Solo dispongo de una ínfima porción de información sobre este castillo y ahora ya la sabéis.
—¿Es posible entonces, que el arma que use el Castillo para impedirnos avanzar sean recuerdos? —el chico del sombrero de copa intervino después, haciendo otra hipótesis, aquella vez del castillo—. Es lo único que se me ocurre que podría dañar nuestros corazones de una forma tan eficaz que acabara destruyéndolos: Recuerdos ¿Esa es la prueba? ¿Qué el castillo use nuestros propios recuerdos como arma para destruirnos?
—El Castillo del Olvido es su propia arma, joven brujo. —el anciano parecía saber demasiado sobre nosotros... O más bien, el castillo—. No tengo conocimiento sobre las pruebas que tendréis que afrontar, pero tu teoría es plausible.
Las respuestas obviamente solo me dejaron con más dudas, aunque no parecía que fuera a responderlas. Y si yo estaba confuso, Guilmon todavía más. Miraba al hombre entrado en años de arriba a abajo, como si no pudiese entenderlo. Luego cerró los ojos fuertemente, mientras intentaba concentrarse tanto que su cabeza podría explotar.
—¿Qué haces, Guilmon?
—Guilmon intenta hacer un recuerdos-mon, pero no le sale.
—¿Q...Qué...?—me rasqué la cabeza casi inconscientemente. ¿En serio eso era en lo único en lo que estaba pensando? Verdaderamente tenía poca capacidad para entender lo que ocurría a su alrededor, menudo virus estaba hecho.
Entonces uno de los hombres cubiertos por su armadura se acercó a la puerta de la izquierda. ¿Iba a abrirla acaso? Al final no, ya que regresó hasta el anciano y le comentó algo en el oído. ¿De qué estarían hablando?
—No perdamos más el tiempo, muchachos. Habéis superado la prueba. Felicidades a todos. Pero tened en cuenta lo que os he dicho, muchachos.—para mi sorpresa, la respuesta correcta a aquella prueba había sido esperar allí quietos. La puerta que nos permitía descender se abrió de par en par, demostrando las palabras del anciano.
—Espera, ¿qué pasa con los demás?
—¿Y qué hay de los que se fueron por la derecha?
Al chico de Bastión Hueco y a mí nos llegó la misma pregunta, pero no parecía que nos fueran a dar la respuesta:
>>Ahora… Avanzad.
—Vamos, Guilmon—dije medio suspirando mientras veía que el reptil aún no había cesado en su intento de materializar recuerdos. Tras mis palabras lo dejó, pero se le veía un poco decepcionado de no haberlo conseguido. ¿Por qué tanto interés?
Al bajar las escaleras, nos encontramos con otra sala, aquella vez hexagonal. Además de por donde habíamos venido, había otras dos puertas. La que se suponía que nos haría descender más estaba claramente cerrada a cal y canto, solo dándonos opción de usar la de la derecha. En el centro de la sala había un pedestal rodeado de cuatro pilares, y encima de este unas cuantas cartas de una forma bastante extraña flotaban en el aire, invitándonos a que las cogiéramos.
Preguntándome si era un premio por haber superado la prueba o si era una trampa más, me acerqué receloso a las cartas y recogí una de ellas, tras lo que observé momentáneamente el dibujo de plumas que mostraba. Sin embargo, no pareció ocurrir nada peligroso... Hasta que una especie de película se mostró en la pared.
—No...
Nada más empezar esa proyección mostraron a todos mis compañeros siendo masacrados, sin ninguna posibilidad de contraatacar y casi sin poder resistirse. Ni siquiera el Maestro Kazuki se veía capaz de protegerse de aquellos ataques, sucumbiendo igual que los aprendices. Y entre ellos estaba Light, lo que me estaba destrozando.
—Están jugando con nosotros —dijo uno de los presentes, pero no le presté atención. Solo podía observar con odio y desesperación aquella criatura negra que había sido la causante de todo.
—¡No!—Apenas terminó la reproducción cuando las puertas se empezaban a cerrar. ¿Era una imagen del presente o una grabación del pasado? Eso daba igual, la cuestión era que estaban en peligro, y debía ir a ayudarles. Empecé a correr hacia las puertas sin consultar a nadie.
—Pensad bien que es lo que vais a hacer. Aunque fuese verdad lo que acabamos de ver, ¿creéis que va a cambiar en algo la situación si volvéis?
¿Eh?
Una bomba de realidad explotó en mi cabeza mientras corría por aquella sala hexagonal. Cierto, hasta Kazuki estaba siendo destrozado, ¿qué podría hacer un aprendiz como yo? La cosa no iba a cambiar nada, y menos si era el único que retrocedía. Fueron unos segundos de duda.
Unos segundos de duda que me costaron la vía para regresar con mi compañeros.
Con un sonido seco, las puertas se cerraron del todo delante de mis narices. Ya no había vuelta atrás. Ya no había forma de regresar. Y esos segundos de vacío me permitieron pensar en frío (¿o era una forma de auto-convencerme de que no los había abandonado?), recordé las palabras de Jasper: El castillo era su propia arma. Todo aquello era un juego, un juego en el que los corazones débiles sucumbirían. En ese espacio en el que las opciones solo estaban en el campo de la confianza... ¿Confiaría en el castillo que querría ponernos a prueba de forma tan brutal? ¿Aceptaría la posibilidad de que aquellas imágenes fueran reales, sean del presente, del pasado o del futuro? ¿O en cambio me aferraría a la existente posibilidad de que aquellas imágenes eran un engaño más?
Una vez que la opción de retroceder había sido vetada, solo me quedó una manera de mantener la compostura.
—Todo... es falso.
Apreté el puño con fuerza, y me parecía haber visto un aura oscura rodeándome por un par de segundos, pero no me importó. Si el Castillo del Olvido estaba en contra de nosotros... No debía confiar en nada.
Spoiler: Mostrar