[Tierra de Partida] Las Cámaras de Tortura

Lavanda, Leon18, ruan y Sorkas

La aparición del bando de Bastión Hueco ha colocado a la Orden de los Caballeros de la Llave Espada en una tensión creciente difícil de remediar. ¿Llegarán a enfrentarse ambos bandos en conflicto, o será posible la paz?

Moderadores: Suzume Mizuno, Astro, Sombra

[Tierra de Partida] Las Cámaras de Tortura

Notapor Nell » Vie Sep 21, 2012 12:29 am

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No importaba las veces que intentara librarse de las cadenas. Éstas, firmemente agarradas, le impedían mover sus patitas. Y, pese a que aún podía volar, de nada le servía si seguía encadenado a aquella cosa.

Alguien… por favor… —sollozó.

Hacía tiempo que había perdido de vista a su compañero. Incluso en aquella situación tan desesperada, el pobre Megiro no podía evitar preguntarse si éste habría conseguido escapar de aquel constante martirio. Aún tenía esperanzas de que hubiese ido a avisar a Tierra de Partida. Aún creía en la posibilidad de que fuesen a buscarlo.

Por otro lado, la mente maestra detrás de aquel plan tenía unas ideas muy diferentes respecto a su destino. Habían sido unas excelentes cobayas, eso era innegable. Sin embargo, como meros instrumentos para pulir su Juego, ya no le hacían ninguna falta.

Cualquier intento de rescate resultaría infructuoso.


[…]


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Las cosas estaban cambiando en Tierra de Partida. A pesar de que muchos acababan de llegar, se escuchaban constantes rumores de Maestros traidores, aprendices que se unían a sus filas y traviesas aventuras en un mundo, hasta entonces, prohibido… Puede que estuviesen bien informados del tema, o puede que no.

En cualquier caso, como aún no tenían prácticamente ningún tipo de influencia en la situación, tal y como estaban encerrados en aquel mundo hasta concluir el aprendizaje básico, apenas debía de interesarles.

Y no obstante…

Aquella misma mañana, un moguri les había notificado la orden del Maestro Kazuki, al cual podían o no conocer, de reunirse con ellos en los Jardines, después de comer.

En cuanto llegasen, encontrarían al Maestro, sí… durmiendo en un banco.


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¡Que comiencen los Septuagésimo Cuartos Juegos del Hambre!

No, ahora en serio xD Podéis conversar entre vosotros con un par de posts cada uno, para iros conociendo, llegando o lo que queráis.

Fecha límite: 25 de septiembre.
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Re: [Tierra de Partida] Las Cámaras de Tortura

Notapor ruan » Vie Sep 21, 2012 7:29 am

Me desperté sobresaltado con una de mis pesadillas que me asustaban tanto desde que llegué a Tierra de Partida.

Hacía ya varios días que había llegado en aquel mundo lleno de personas que tanto me molestaba, y aún no había tenido ningún entrenamiento con Ronin ni con nadie que no fuera con mi enemigo imaginario que había creado, tenía la ligera impresión de que el lunático no aparecería para ayudarme a hacerme más fuerte durante much tiempo.

Estaba cansado de pasar todo el día en el jardín del inmenso castillo practicando ataques a la nada mientras Liss correteaba por la hierba claramente agradable y apetecible para tumbar o de pasear de un lado para otro en los pasillos de mi nuevo e incomodo hogar.

Y también ya hacía varios días que estaba teniendo unas pesadillas extrañas que no me dejaban despertar.

En esas pesadillas podía observar el último momento que pasé en mi casa de cenizas. Tenía días que soñaba que después de mirar el ojo del águila una flecha se clavaba en mi pecho, otros días después de leer el libro infantil soñaba que veía a mi madre tumbada en el suelo con una espada en el abdomen con mi padre al lado riéndose y otros días observaba a que una flecha se clavaba en Liss al entrar en el terreno de la casa, y justamente fue esa mi pesadilla ese día.

Me levante de la cama con cuidado para no despertar a Liss que dormía en un cojín en el suelo y fui directo al baño que había en mi habitación (¡Era un lujo!) para olvidarme de aquel horrible mal sueño.

Pasé media hora bajo el agua caliente disfrutando cada gota hasta que oí alguien en la puerta así que me vestí mi ropa en un santiamén.

Al acercarme a la puerta me encontré con una de aquellas insoportable y molestas criaturas blancas que tenían un estúpido pompón en la cabeza. Criaturas que según había escuchado se llamaban moguris.

El moguri me había notificado que tenía un entrenamiento con un tal maestro Kazuki que no conocía de nada, pero me alegre al fin y al cabo de poder comenzar mi preparación para mi futuro con alguien experto, aunque odiase asumirlo.
Desperté a Liss para salir de aquella habitación, me la puse en mi hombro mientras esta abría los ojos perezosamente y me dirigí a la puerta que antes había cerrado en las narices del odioso bicho con pompón.

Cuando salí de mi habitación me acerqué al comedor para coger unas galletas para mi dragona y me las guardé en mi bolsillo mientras observaba como Liss intentaba cogerlas con sus garras, no cogí nada para mí ya que no tenía hambre y salí del castillo hacía el Jardín.

Me quedé en las escaleras de la entrada sentado dando una por una las galletas a Liss que las tragaba felizmente.
En ese momento de paz y tranquilidad me dispuse a pensar en los rumores que había oído sobre unos maestros que habían traicionado Tierra de Partida, pero claro, eran solo rumores inciertos y además ¿adónde irían esos maestros traidores? No lo sabía, pero también decían que era al mundo prohibido, pero ¿cuál era ese mundo prohibido? Tenía curiosidad por saber el porqué unos maestros querían traicionar a los moradores y defensores de aquí y que sería de ellos ahora, no tenía claro si todo aquello era verdad.

Mientras daba otra galleta a Liss no pude evitar sonreír con su ataque de hambre matutino que era difícil saciar y luego mire en busca de alguien que estuviera en el jardín que pudiera aparentar un maestro.
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Re: [Tierra de Partida] Las Cámaras de Tortura

Notapor Leon18 » Sab Sep 22, 2012 2:11 am

Otra noche sin dormir. Tanto calor me estaba haciendo pasar noches sin dormir, la única vez que lo hice fue una tarde de que con tanto sueño acumulado me quedé dormido toda una tarde, y vaya, resulta que ese día pasaron cosas importantes, según decían algunos rumores sobre si unos traidores, que si unos maestros en otro mundo que aceptaban aprendices para unirse con ellos… Por ahora no me interesaba para nada aquella oferta, aquí podía seguir haciéndome fuerte hasta llegar a superar a mis maestros, aunque la verdad es que no había tenido ningún entrenamiento con Akio aún. Otra cosa que hacía quedarme aquí es Rhía, aquella chica sabía lo de mi padre además de que le había hecho una promesa, la de buscar a sus padres también desaparecidos, no podía dejarla allí sola.

Entonces justo cuando iba a levantarme alguien llamó a la puerta.

-¡Ya voy! – Le grité.

Me levanté y me vestí rápidamente, abrí la puerta y vi que era una de esas criaturas que parecían peluches que podían volar llamadas Moguris, ya había visto algunas más por aquí aunque no había entablado conversación con ninguno de ellos. Antes de que pudiera preguntarle nada me dio una carta y se fue.

-A ver…-Me dije en voz baja.

La carta decía que teníamos que reunirnos con un tal Maestro Kazuki en los Jardines después de comer, no conocía a aquel Maestro, la verdad es que solo conocía al maestro Akio así que tendría que adivinar quién sería cuando estuviera en los Jardines.

Decidí ducharme porque con el calor no podía estar así, me di una ducha rápida y esperé tumbado en mi habitación a que hubiera pasado la hora de comer, no tenía hambre porque en mi hogar, que aquí lo llamaban el Mundo Inexistente (nombre que no iba a usar), estaba acostumbrado a comer muy poco y así iba a seguir aquí.

Cuando ya vi que había pasado la hora me puse en marcha hacia los Jardines, lo más destacable que había por allí era un hombre que estaba durmiendo y un chico que tenía a su lado a un dragoncito blanco, así que supuse que él era Kazuki, parecía que la criatura esa podía ser poderosa. Puse mi dirección hacia él y cuando estuve al lado suya le pregunté:

-Oye, ¿tú eres el Maestro Kazuki ese?-Le pregunté, quizás si no lo fuera podría ayudarme a encontrarlo.
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Re: [Tierra de Partida] Las Cámaras de Tortura

Notapor Sorkas » Sab Sep 22, 2012 8:21 pm

Día 13.

Me desperté. Me encontraba en una habitación bastante grande para lo que estaba acostumbrado en mi otra vida. El día en que llegué me dijeron que podría decorarla a mi gusto. Seguía igual. Tal vez la decorase con cosas de otros mundos… Pero la verdad es que no me dejaban salir de Tierra de Partida, al menos hasta que fuese más fuerte. Lo extraño de la situación es que no había empezado a entrenarme, ni siquiera había vuelto a ver a la Maestra.

Aparté esos pensamientos de mi mente. Era un Elegido de la Llave Espada, no había duda, estaba destinado a algo importante. Salí de mi cama y me dispuse a doblar las sabanas. En cuanto terminé me miré al espejo y con la luz del sol entrando por la ventana mis ojos despidieron ese brillo tan característico. Esbocé un amago de sonrisa y me pasé la mano por el pelo para ordenarlo un poco después de que se me despeinara durmiendo.

Me puse mi ropa preguntándome si hoy por fin comenzaría mi entrenamiento. Estaba realmente impaciente por usar mi recién adquirida Llave Espada y practicar con Nanashi...

¡No! Debo llamarla Maestra —pensé mientras me lo reprochaba interiormente.

En ese instante llamaron a mi puerta.

Por fin, algo nuevo.

Me fui apresuradamente a la puerta, respiré hondo en frente de ella y abrí esperándome encontrar con la Maestra. Pero no, era un moguri. Desde que llegué había visto varios moguris, no me centré en hablar con ninguno de ellos en especial, me había pasado los últimos años rodeados de ellos, no tenía ningún interés en conocer a más de los estrictamente necesarios.

El moguri ni siquiera le dirigió la palabra, simplemente le dejó una misiva y se fue volando con sus alitas. Le miré sorprendido mientras volaba a lo largo del pasillo.

¡Eh! —grité pero sin mucho ánimo—, ¿qué tenemos aquí?

Volví a entrar en mi habitación mientras inspeccionaba la carta. No había destinatario, ni remitente, ni nada escrito en el sobre. La abrí sin ningún miramiento y leí rápido lo que ponía, o más bien, lo poco que ponía.
Un tal Maestro Kazuki, del que no había oído jamás nada, le citaba después de comer en los Jardines.

¿Y ya está…?

Me tiré en la cama a reflexionar porqué me encontraba allí. También pensé acerca de los extraños rumores que había oído de otros aprendices, que si habían desaparecido aprendices, que si habían desaparecido Maestros, que si habían caído en la oscuridad. Yo acababa de llegar, así que nadie me contó lo que pasaba, no le di más vueltas y dejé que pasara el tiempo hasta la comida.

Después de comer, me dirigí derecho a los Jardines sin siquiera pasar por mi habitación, daba igual, no tenía nada que coger.

En cuanto llegué eché un vistazo y alcancé a ver a una persona joven tranquilamente dormitando en un banco.

Si sigo inactivo yo también haré eso —pensé mientras soltaba una exclamación de desprecio—. Espero no tener que trabajar con ese aprendiz.

Giré la cabeza y divisé a un par de personas juntas. Una de ellas daba de comer a una criatura blanca, pequeña y con alitas pero que tenía un aspecto feroz. El chico que le alimentaba debía tener mi edad. La otra persona, otro chico, tenía más altura por lo que le presupuse mayor edad, también estaba más musculado y vestía muy atrevidamente, tal vez fuese el Maestro Kazuki. Sorkas se acercó lenta pero decididamente, por fin parecía que iba a tener algo de acción.

Hola, ¿es alguno de ustedes el Maestro Kazuki? Me había citado en los Jardines a esta hora.
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Re: [Tierra de Partida] Las Cámaras de Tortura

Notapor Lavanda » Lun Sep 24, 2012 9:58 pm

-¡AH!- Exclamé inclinándome, al despertarme de golpe otra vez al volver a repetir el mismo sueño. "Papà..." Pensé. No podía acostumbrarme a la pesadilla de la muerte de mis padres, asesinados por el hombre encapuchado. "Pero no, no, no y no, no están muertos." Pensaba para consolarme.

Sentada en la cama miré por la ventana, solía despertarme pronto para aprovechar el día y el Sol, pero era más pronto de lo normal, dichosas pesadillas. Decidí levantarme, y tambaleándome por el sueño me dirigí hacia el baño donde me miré al espejo y me lavé la cara para despejarme. Cuando me sequé la cara, me dirigí a sentarme otra vez a la cama, no sabía que hacer. En los pocos días que había estado en Tierra de Partida no había establecido muchos contactos, la verdad es que solo había hablado con Paul, y aunque eso me había ayudado mucho, ya que creo que había encontrado una persona en la que confiar, allí la gente iba mucho a la suya y yo me sentía sola.

Después de haberle estado un rato dandole al coco, decidí ducharme. Oh que bien me sentó esa ducha, la verdad es que me pasaría el día en el agua, me gusta mucho, pero justo al salir de la ducha oí que llamaban a la puerta y del susto me resbalé y me di un golpe en el codo.

-¡Oh mierda, lo que faltaba! Ouch...- Me lamentaba, la verdad es que el golpe había sido fuerte, pero no había para tanto. Mientras me levantaba volvieron a llamar y respondí. -¡Sí, sí, un momento por favor!- Comprobé que podía mover bien el codo y así era. Me sequé rápido el cuerpo, me vestí y me enrollé el pelo mojado con una toalla, y me dirigí hacia la puerta.

-Perdón por la tardanza, es que... Em...- No vi a nadie, miré hacia la derecha, hacia la izquierda pero nada, pero luego miré hacia a bajo. -¡Vaya!- Era una de esas pequeñas criaturas llamadas moguris. En todos aquellos días nunca había tenido ningún contacto directo con ninguno de ellos, pero me parecían monísimos todos blanquitos, rechonchones y con ese gracioso rojo pompón en la nariz.-¿Que querías pequeño?- Me dio una carta y se fue.-¡Gracias!- le grité sonriendo y diciendo adiós con la mano mientras se iba, aunque no estaba segura de si me había visto, pero no importaba. ¿Que ponía en esa carta?

Cerré la puerta y me dirigí hacia el escritorio sentándome en la silla, puse la carta encima de la mesa y la abrí con delicadeza. Era la primera vez que me enviaban una carta ¿Sería importante?

-¿Así que un entrenamiento? ¡YUUUUUUJU!- Me puse a saltar por la habitación de alegría, por fin tendría un entrenamiento y aunque fuera con un maestro, conocería a alguien más. -Un momento, ¿Kazuki? Pero vaya nombre más raro- Pensé mientras me rascaba la coronilla, pero que más daba, por fin podría empezar el entrenamiento para hacerme fuerte y cumplir mis metas.

Guardé la carta bajo un pote con lápices que tenía nuevo y fui a quitarme la toalla al baño y a peinarme el pelo. Mientras me miraba al espejo y me desenredaba el pelo, me sonaba la barriga, que hambre tenía, deberían ser las 11 y yo estaba citada para entrenar hacia el medio día, tenía tiempo para almorzar y comer. ¡Comida, comida, comida! Me encantaba comer, a demás, en Tierra de Partida podía disfrutar de unos manjares exquisitos, era genial, al menos mejor que el potingue de Nathan o la sopa de Sarah, mi hermana, que a lo mejor no echaba de menos sus comidas, pero sí su presencia.

Fui un momento al comedor a cogerme algo para comer pero me lo llevé a la habitación ya que quería dibujar un rato. Dibujé un pájaro volando, libre, por el cielo. Sí, me encantaba plasmar mis sentimientos en el papel, y sí, quería ser libre y para ello primero que tenía que ser fuerte, así que tenía que entrenar duro. Pero un momento... ¡Entrenar! Di un bote y se cayó la silla hacia atrás, por suerte yo me había quedado de pié, miré la hora en un reloj de pared, ¡ya eran la una y media! Se me hacía tarde, pero yo quería comer, si señor, quería comer, así que de un sprint me planté en el comedor y con gula me zampé lo primero que pille. Las dos, dejé los cubiertos y el plato en su sitio y corrí hacia los jardines aun con la comida en la boca, no tenía tiempo de ir a lavarme los dientes.

Di unas vueltas por los jardines y al final vi a un grupo de tres chicos - Anda pero si está Paul, ¿lo llamo o le doy un susto? Bah.-Pensé. Al final fui corriendo hacia ellos mientras gritaba -¡Paul!- con una amplia sonrisa y moviendo la mano como una loca para saludarlo. Cuando llegué le di una colleja, sabía que se enfadaría, pero me gustaba chincharle. Por educación saludé a los demás.

-¡Hola chicos! Me llamo Rhía Davis.- Entonces los miré de arriba abajo. Los dos otros chicos eran morenos, pelo negro, ropa oscura... -¿Que pasa, se lleva la ropa oscura aquí?- Pensé. Aunque lo que más me llamó la atención de uno de esos chicos es que tenía un monísimo dragón blanco en el hombro, al cual le iba dando comida.

-Y bien, sabéis donde esta un tal... ¿Maestro Kazuki?
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¿Quieres que te lave la ropa?


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Gracias Shosho~


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Re: [Tierra de Partida] Las Cámaras de Tortura

Notapor ruan » Jue Sep 27, 2012 4:03 pm

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Ya paso el 25 y Nell no ha dicho nada hasta ahora sobre si tenemos que continuar nosotros o algo, supongo que debemos acabar de presentarnos tal como dijo al principio


Había pasado mucho tiempo en el jardín conservando cada galleta lo máximo posible para durar hasta después de lo hora de la comida, que era la hora exacta que tendría que estar el maestro de nombre Kazuki a tal sitio.

Después de mucho tiempo aburrido observe que un chico de pelo blanco enseñando todos sus músculos delanteros se aproximaba a mí. No me gustaba desde el primer vistazo, en general no me gustaban las personas.

Oye, ¿tú eres el Maestro Kazuki ese? — preguntó al acercarse a mí.

Sonreí con la pregunta, era la oportunidad perfecta para mentir un poco y después le tomaría el pelo un poco.

Pues claro— dije entusiasmado y luego añadí — ¿Y tú eres?

Sonreí alegremente otra vez mientras acariciaba mi pelo sin darme cuenta.

Seguidamente vino otro chico con pelo negro con muchas canas que llamaba mi atención, sin embargo el muchacho parecía horriblemente insoportable.

Hola, ¿es alguno de ustedes el Maestro Kazuki? Me había citado en los Jardines a esta hora— sonreí más ampliamente tras escuchar otra vez esa pregunta, por lo visto ya era un maestro o bien, tenía pinta de serlo.

Vaya, —pronuncie bien alto para que me escucharan bien— ¡no me puedo creer que tengo alumnos tan débiles!— afirmé con una sonrisa maligna solo para chincharles.

¡Paul! — escuché un chillido que para mí era un pitido insoportable y mire el lugar de donde provenía aquel grito tan incomodo de escuchar.

Vi a una chica de ropaje bastante sencillo dirigirse hacia nosotros mostrando un entusiasmo prácticamente insoportable saludando como si fuera su trabajo y ganase por comisión, claramente ya me había caído mal desde el principio. Luego dio una colleja al de pelo blanco que supuse que sería ese tal Paul al que había gritado exageradamente.

¡Hola chicos! Me llamo Rhía Davis— gire la cara para acariciar a mi pequeña dragona sin hacerle mucho caso a aquella loca.

Y bien, sabéis donde esta un tal... ¿Maestro Kazuki? — cambie la expresión de mi cara completamente después de escuchar aquello ¿Es que acaso todos acudían a mí para preguntar sobre Kazuki? ¿Es que todos tenían clase con él hoy? ¿Es que me tocaba con compañeros tan idiotas?

¡Mucho gusto! — fingí una falsa sonrisa —¡Yo soy el maestro Kazuki!— afirmé en alto mientras miraba si había alguna galleta sobrante en mi bolsillo, sin embargo no había más.

Supongo que los moguris os dieron la carta— dije poniendo una voz más seria de lo normal. — Vuestro primer ejercicio es luchar entre vosotros— y después di una carcajada que sonó a como si estuviera loco resonando por todo el jardín.
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Re: [Tierra de Partida] Las Cámaras de Tortura

Notapor Leon18 » Jue Sep 27, 2012 8:10 pm

El chico que parecía ser Kazuki me sonrió y me respondió.

Pues claro. ¿Y tú eres?

Pues al final sí que era Kazuki, quizás me lo esperaba más diferente aunque viendo como era Akio cualquier cosa podía ser un Maestro.

-Paul Neder.-Le dije secamente.

Seguidamente vino un chaval, casi igual que alto de yo, ¿A qué vendría?

Hola, ¿es alguno de ustedes el Maestro Kazuki? Me había citado en los Jardines a esta hora— Nos preguntó.

-Pues es éste.-Dije mientras señalaba a Kazuki.

Así que parece que este muchacho también tenía entrenamiento con Kazuki, parecía que podía ser un buen compañero aunque preferiría tener un entrenamiento a solas, pero qué le íbamos a hacer…

Vaya,¡ no me puedo creer que tengo alumnos tan débiles!— Nos dijo mientras sonreía.

Esto ya hizo que me cabreara, ¿Llamarme débil? No me iba a quedar de brazos cruzados.

-Te vas a…-Decía mientras me preparaba para meterle un puñetazo, pero una voz familiar gritando mi nombre hizo que parara, ya se la devolvería a Kazuki.

Me di la vuelta y vi que era Rhía, tan feliz como siempre saludándome agitando su mano rápidamente. Cuando llegó me dio una colleja, no muy fuerte pero no sé a qué venía eso, pero bueno, a ella se lo iba a dejar pasar, solo esperaba que no se acostumbrase, aunque ya le daría yo una cuando estuviese desprevenida.

-¿Tú como siempre no?- Le dije mientras le miraba con cara de asesino y me rascaba la cabeza por la parte que me había dado la colleja, pero en un intante volví a mi expresión normal.

Ella siguió presentándose y se mofó de las vestimentas de ellos, hoy se le veía muy animada.

Y bien, sabéis donde esta un tal... ¿Maestro Kazuki? — Así que ella también buscaba a Kazuki así que ella tenía también entrenamiento, al menos ella me caía bien.

¡Mucho gusto,yo soy el maestro Kazuki!— Se presentó a Rhía, intentó buscar otra galleta para su mascota pero no tenía, que se jodiera.

Supongo que los moguris os dieron la carta—Nos comentó, le afirmé moviendo mi cabeza. -Vuestro primer ejercicio es luchar entre vosotros— Nos ordenó mientras empezó a reírse como un maniático.

-Vaya loco el Maestro éste…-Pensé.

Según dijo teníamos que luchar entre nosotros, con Rhía no iba a luchar, además de que ganaría fácilmente y no le quería hacer daño, respecto al otro chico, no es que pareciera muy bueno luchando con armas, si quería mejorar debía de luchar con alguien mejor, además de que si podía se la devolvería por llamarme débil, aunque lo más seguro es que me ganara, pero mejor eso que pegarle una paliza a Rhía o al otro chaval.

-Kazuki, no creo que deba luchar contra ellos si lo que quiero es mejorar, así que ¿por qué no luchar contigo? ¡Venga demuéstrame cómo son los maestros luchando!-Dije mientras empuñaba mi espada y la apuntaba en dirección a Kazuki.
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Re: [Tierra de Partida] Las Cámaras de Tortura

Notapor Sorkas » Jue Sep 27, 2012 9:49 pm

Al formular mi pregunta, el chico que daba de comer a la bestia me sonrió. Su sonrisa me llamó la atención, no era la típica sonrisa de asentimiento, tampoco parecía que se estuviese riendo de mí, sino que era casi una sonrisa maliciosa. Sin embargo el que contestó fue el del pelo blanco:

Pues es éste. —dijo señalando al otro chico.

Así que, ese era el Maestro que me había convocado. Si hubiese tenido que apostar habría dicho que el Maestro era el otro, pero sin duda, esa mascota suya con alas debía de ser bastante poderosa. Y supuse que el otro chico de pelo blanco debía de ser otro aprendiz, tal vez tuviese que hacer una misión con él. La perspectiva de tener un compañero no me asqueaba por primera vez en mi vida. Desde que había llegado, observé como grupos de aprendices partían juntos hacia otros mundos, incluso en la zona que llamaban “El Gremio” los aprendices se apuntaban a misiones conjuntamente, pero si quería algún compañero, debía ser lo suficientemente fuerte. Desde luego, fuerza no parecía faltarle al pelo blanco.

Vaya, ¡no me puedo creer que tengo alumnos tan débiles!

No tuve tiempo de responderle al Maestro, cuando se oyó un chillido. Me di la vuelta hacia el origen del ruido y vi como una chica se nos acercaba saludando a alguien y corriendo como si le fuese la vida en ello. Nada más llegar a nuestra altura, le propició una colleja al pelo blanco. A lo que él respondió sin importarle demasiado. A mi parecer se conocían de algo.

¡Hola chicos! Me llamo Rhía Davis.—la chica, Rhía, vestía muy comúnmente, además se veía que era de las que no callan, y como había supuesto conocía al pelo blanco, pues no había dirigido su saludo a él, sino al Maestro y a mi.
Idénticamente a mi volvió a preguntar quien era el Maestro.

¡Mucho gusto! —otra vez esa sonrisa maliciosa, puse una cara extraña, me parecía un poco loco ese Maestro, echaba de menos a la Maestra— ¡Yo soy el maestro Kazuki! Supongo que los moguris os dieron la carta. Vuestro primer ejercicio es luchar entre vosotros.

¿Qué acababa de…? Apenas llevaba aquí dos semanas y lo primero que me dicen es que me pelee contra otros aprendices, pero justo después el Maestro se empezó a reír muy ruidosamente. Fue entonces cuando comprendí que allí había algo raro, se notaba que algo no cuadraba. Desde luego ese Maestro, si era un Maestro pues ya empezaba a sospechar lo contrario, estaba bastante loco.

Me giré dirigiéndome al otro chico y a la chica:

No se vosotros, pero yo no voy a hacer lo que éste me diga—dije dándome la vuelta y encaminándome hacia cualquier otra parte de los Jardines—. Solo respondo ante mi Maestra Nanashi.

Viendo la expresión del chico, que era el que me preocupaba que me atacase, supe que tampoco iba a obedecer la orden del Maestro, así que seguí mi camino hacia ninguna parte.

Kazuki, no creo que deba luchar contra ellos si lo que quiero es mejorar, así que ¿por qué no luchar contigo? ¡Venga demuéstrame cómo son los maestros luchando!

Tras oír esto último de boca del chico, decidí quedarme, al menos, a mirar. Podría ser interesante ver pelear a un Maestro, y también ver el nivel que presentaba el que podría ser mi compañero.

Mientras tanto me acerqué a la chica que me había saludado educadamente.

Por cierto, yo soy Sorkas —ante todo no iba a perder las formas, debía mostrarme tranquilo, fuerte. Seguro que era lo que hubieso hecho la Maestra—, encantado.
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Re: [Tierra de Partida] Las Cámaras de Tortura

Notapor Nell » Dom Sep 30, 2012 7:12 pm

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Siento el retraso. Como quizá ya sabéis, he estado mala, así que sin más esperas, al lío. La idea es que hicieseis dos posts cada uno antes del 25, pero incluso sin haber sucedido eso, no pasa nada, podemos continuar. Voy a empezar a dar más días debido al inicio del curso.

Post el viernes 5 de octubre.

PD. Como único apunte, ya que no daré más a nadie, cuidado Sorkas con mezclar primera y tercera persona.


Mientras los novatos mantenían su charla, Kazuki (el verdadero Kazuki) dormitaba. O, al menos, eso hacía, hasta que sin ninguna razón en particular, dio una sacudida y levantó la cabeza, despierto. Se sentó en el banco para incorporarse, miró a su alrededor y vislumbró a los chicos. Inmediatamente, se dirigió hacia ellos.

Sois Rhía, Sorkas, Paul y Jack, ¿no? —preguntó, aún con voz de grogui. Incluso sin respuesta, lo dio por hecho, por no haber nadie más alrededor que se ajustase a las descripciones—. Perdonad el retraso. Estaba, er… entrenando.

Todos sus movimientos parecían mecanizados. Sin embargo, para haberse acabado de despertar de la siesta, estaba más despejado de lo que cabría, lo suficiente para identificarlos y ponerse a parlotear. Esa gran hazaña sí que debía de requerir de un largo y dificultoso entrenamiento.

Vale, normalmente, uhm… dejamos tareas complicadas a aprendices más capaces…, pero no creo que hoy tengamos ningún problema… —murmuró—. Y… no os ayudaré demasiado, porque… tengo que seguir entrenando… La cuestión es que Mog quiere pediros algo y… Vamos a verle primero, mejor —finalizó.

La rocambolesca situación que había creado Jack se tambaleaba. ¿O no? Las palabras de Kazuki debían ser bastante confusas para los recién encontrados con su “Maestro”, pero el desconocido (que no se había presentado) no había admitido réplicas y había echado a andar hacia el interior del castillo nuevamente. Aun así, por el camino, mientras bostezaba, preguntó:

Y… ehm… ¿tenéis alguna pregunta? ¿Algún problema… estos primeros días?

Una buena oportunidad para resolver ciertas dudas…
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Re: [Tierra de Partida] Las Cámaras de Tortura

Notapor ruan » Lun Oct 01, 2012 5:27 pm

Después de que dijera que ellos tenían que luchar entre ellos el chico con canas comenzó a marcharse y Paul dijo que quería desafiarme. Me reí en su cara, ¿acaso él creía que podía vencerme?, era cierto que no tenía nada que hacer frente a Ronin pero yo era seguramente más fuerte que ese chico idiota e impulsivo, aunque no me podía arriesgar tanto a que me pillaran.

¿Crees de verdad que mejorarás enfrentándote a un maestro? — pregunté utilizando su propio argumento de mejorar a mi favor luego sonreí — Lo único que recibirás es una gran paliza. —

Dejé a Liss en el suelo, esta gimió enfadada, materialicé mi llave espada, me puse en posición de ataque y salí disparado hacía Paul imaginándome que él era la dragona que había acabado con mi vida.

Sois Rhía, Sorkas, Paul y Jack, ¿no? — me pare en seco con una expresión de terror en el rostro, aquella voz dijo mi nombre en el momento equivocado, no sabía qué hacer, tenía que pensar rápido — Perdonad el retraso. Estaba, er… entrenando. — no me podía creer que él estaba entrenando porque tenía una cara medio soñolienta.

Intente recoger a la pobre Liss que estaba en el suelo, yo miraba a Paul con ojos asesinos, sin embargo esta me rechazo y se fue corriendo en dirección a la pierna del chico de las canas que estaba cerca de la muchacha chillona, Liss comenzó a restregarse en sus piernas ronroneando felizmente, seguramente me estaba castigando por haberla dejado sola.

Vale, normalmente, uhm… dejamos tareas complicadas a aprendices más capaces…, pero no creo que hoy tengamos ningún problema… — murmuró como si se acabase de despertar, ¿Quién era ese tipo? — Y… no os ayudaré demasiado, porque… tengo que seguir entrenando… La cuestión es que Mog quiere pediros algo y… Vamos a verle primero, mejor. — ahora mismo lo odiaba por creerse mejor que yo, no necesitaba su ayuda.

Tenía que pensar en alguna cosa para encajar aquel hombre en mí mentira, no sabía quién era pero había dicho unas cosas que me había dejado un poco confuso y aparte había dicho mi nombre, ¿Qué haría?, tan pronto como decir chocolate se me ocurrió una idea.

Ese es nuestro guía— susurré nervioso a los chicos —En realidad vuestra verdadera misión está con ¿Mog?— rezaba para que no hubiesen escuchado mi nombre nunca y comencé a reírme para aparentar más seguro de lo que decía.

El hombre que se había entrometido en mi combate contra Paul se fue en dirección al castillo y yo corriendo cogí a Liss por la fuerza, ya que estaba agarrada a la pierna del tío de canas, me la puse en el hombro y fui corriendo a ponerme al lado del señor cara dormida.

Y… ehm… ¿tenéis alguna pregunta? ¿Algún problema… estos primeros días? — preguntó nuestro “guía”, yo me estaba muriendo por preguntar sobre los rumores que andaban por ahí pero no lo hice por miedo a que los demás aprendices me descubrieran.
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Re: [Tierra de Partida] Las Cámaras de Tortura

Notapor Sorkas » Mar Oct 02, 2012 8:45 pm

Ya estaba preparado para ver este combate tan prometedor. El Maestro Kazuki rio salvajemente ante la réplica del chico. Respondió que no era rival, parecía muy seguro de sus posibilidades. Debía permanecer muy atento a todo, no quería perderme ningún detalle, tal vez era cierto que el chico no iba a aprender nada, pero yo estaba convencido de que sí podía aprender mucho de verlo.

El Maestro depositó su mascota en el suelo. Yo me quedé medio segundo admirando la mascota, siempre me habían gustado los animales, a pesar de no haber visto nunca una criatura semejante. La criatura no parecía contenta del trato de su amo.

Cuando volví a centrarme en el combate, el Maestro ya había convocado su Llave Espada y se disponía a asestar el primer golpe.

Sois Rhía, Sorkas, Paul y Jack, ¿no? Perdonad el retraso. Estaba, er… entrenando.

Sin previo aviso, otra persona se nos había acercado. Se trataba de un hombre joven, de unos 25 años, vestía de rojo y blanco con una gran capa. Lo que más me llamo la atención fue su expresión, decía venir de entrenar pero estaba claro que se acababa de despertar de la siesta. Además, me conocía, había dicho mi nombre, aunque yo estaba seguro de no saber quien era. El resto de los nombres me era desconocido, Rhía era la chica, pero los otros dos…

A todo esto, el Maestro había interrumpido su ataque y estaba intentando recoger a la mascota. Sin embargo, salió disparada de sus manos directo hacia mí.

¡Pero que coñ…!

La criatura de repente se empezó a restregar cariñosamente en mi pierna, como si fuésemos viejos amigos. Por desgracia, no podía enfadarme con ningún animal. Me agaché tranquilamente y le acaricié suavemente intentando no espantarla.

Vale, normalmente, uhm… dejamos tareas complicadas a aprendices más capaces…, pero no creo que hoy tengamos ningún problema… Y… no os ayudaré demasiado, porque… tengo que seguir entrenando… La cuestión es que Mog quiere pediros algo y… Vamos a verle primero, mejor. —dijo el tipo que acababa de llegar con un hilillo de voz.

Ya me había olvidado de él. Malditos animales, esta afición mía me hacía abstraerme del mundo.
Me dispuse a preguntarle quien era cuando el Maestro interrumpió.

Ese es nuestro guía. En realidad vuestra verdadera misión está con ¿Mog?—dijo el Maestro con una especie de duda en su voz.

Dejé en paz a la criatura, pensando que todo esto era muy raro. Estaba claro que había algo que no cuadraba. Sin embargo, el nuevo parecía que no le importaba nada todo esto y se estaba encaminando hacia el castillo.

No tenía claro que hacer. Pero al parecer tenía una misión con Mog, cosa que no estaría nada mal, por fin alguien conocido. Por lo tanto, me apresuré a seguir al nuevo, nuestro “guía” según el Maestro.

Vi que también el Maestro se apresuraba a seguir al guía y había recogido a su mascota.

Y… ehm… ¿tenéis alguna pregunta? ¿Algún problema… estos primeros días? —dijo el guía a nadie en general.

¿Alguna pregunta? ¿Qué si tenía alguna pregunta? ¡Pues claro! ¡Ya llevaba casi dos semanas en Tierra de Partida y todavía no había hecho nada! Intenté tragarme de todo el malestar que tenía en aquel momento e intenté hablar con toda la tranquilidad posible:

Pues no estaría mal que empezaras por decirnos tu nombre.
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Re: [Tierra de Partida] Las Cámaras de Tortura

Notapor Lavanda » Mar Oct 02, 2012 10:45 pm

¡Mucho gusto! — Respondió el chico del dragón con una extraña expresión en su cara —¡Yo soy el maestro Kazuki! Supongo que los moguris os dieron la carta.

-Así es.- Afirmé. Tenía ganas de empezar a entrenar.

Vuestro primer ejercicio es luchar entre vosotros— Y seguidamente soltó una carcajada. Y las seguía teniendo pero la verdad es que eso me sonaba extraño. Se me cambió la expresión de la cara, me puse seria y crucé los brazos. Ni al pequeño Akio se le ocurriría algo semejante.

No se vosotros, pero yo no voy a hacer lo que éste me diga— Este estaba conmigo—. Solo respondo ante mi Maestra Nanashi.- Y por lo visto era leal.

Me di la vuelta, caminé y me senté en el césped, apartada, aún con los brazos cruzados, mientras veía al chico con canas apartarse también de todo aquello, en cambio Paul, como siempre, tan impulsivo dijo:

Kazuki, no creo que deba luchar contra ellos si lo que quiero es mejorar, así que ¿por qué no luchar contigo? ¡Venga demuéstrame cómo son los maestros luchando!

-Paul, no me has visto luchar, no me prejuzgues, aunque tampoco lucharía. Allá tú.- Dije con voz seca y seria.

¿Crees de verdad que mejorarás enfrentándote a un maestro? Lo único que recibirás es una gran paliza. — Akio era impertinente, pero él era imbécil.

Tras eso, el chaval canoso se acercó a mi.

Por cierto, yo soy Sorkas, encantado.

- Encantada.-Contesté aún seria y pensativa. -Oye, esto me huele a chamusquina, he visto algo en la mirada del chico del dragón.- dije más bajito.

Desde mi posición observaba cómo Kazuki dejaba el dragón en el suelo y materializaba su llave espada. Ese chico desprendía un aura bastante malvado, lo notaba. Ambos estaban dispuestos a luchar cuando de pronto se oyó otra voz.

Sois Rhía, Sorkas, Paul y Jack, ¿no? — Me giré, era un hombre somnoliento dirigiéndose hacia nosotros—. Perdonad el retraso. Estaba, er… entrenando.

El tal Kazuki cogió con mala leche el dragón de los pies de Sorkas mientras él lo estaba acariciando.

- Sí, buenos días chaval.- Dije aún con voz seca. El hombre parecía acabado de despertar, no me gustaban las mentiras y aunque fuera una mentirijilla sin importancia, ya estaba de mala leche. Espera...¿Jack?

Vale, normalmente, uhm… dejamos tareas complicadas a aprendices más capaces…, pero no creo que hoy tengamos ningún problema… Y… no os ayudaré demasiado, porque… tengo que seguir entrenando… La cuestión es que Mog quiere pediros algo y… Vamos a verle primero, mejor. — Mientras le escuchaba miraba a Sorkas y a Paul ¿Se habrían fijado ellos también que muchas cosas no cuadraban? Yo empezaba a estar harta, y el chaval del dragón fue el que provocó mi estado, que no era propio de mi, y yo me estaba dando cuenta, así que intenté ir calmándome.

Ese es nuestro guía— Nos susurró. —En realidad vuestra verdadera misión está con ¿Mog?— ¿Porqué susurra? ¿Mog? ¿Guía? Es un maestro, ¿no se tendría que conocer Tierra de Partida?

Sorkas y mi sospechoso número uno fueron detrás del guía. Yo me levanté con toda tranquilidad y con las manos en los bolsillos me puse a andar hacia ellos, sin prisas y aún con el ceño fruncido, seria, pensativa.

Y… ehm… ¿tenéis alguna pregunta? ¿Algún problema… estos primeros días? — Era el momento de aclarar las cosas.

-Sí, tengo un problema. ¿Quien es Jack y quien eres tú niñato engreído?- Grité señalando al chaval del dragón.
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Re: [Tierra de Partida] Las Cámaras de Tortura

Notapor Leon18 » Mié Oct 03, 2012 12:49 am

Tras decirle a Kazuki que quería luchas con él, se me acercó Rhía y me dijo algo con una cara muy seria.

-Paul, no me has visto luchar, no me prejuzgues, aunque tampoco lucharía. Allá tú.

Tenía razón, no la había visto luchar, pero tampoco es que pareciera muy fuerte, pero, ¿en serio se había cabreado conmigo por eso? No la había visto con tal cara de cabreada. Simplemente me quedé callado, estaba esperando a que me respondiera Kazuki y así lo hizo.

¿Crees de verdad que mejorarás enfrentándote a un maestro? Lo único que recibirás es una gran paliza. —Dijo tras reírse, después solo sonrió.

-No sé, vamos a probarlo.- Le dije mientras le guiñé el ojo y movía mi mano en forma de provocación.

Dejó su mascota en el suelo y materializó su Llave Espada, ¿podría mi espada aguantarla? Aquel era el momento de saberlo. Salió corriendo hacia mí y me puse en posición de defensa preparado para esquivar su ataque y contraatacar pero una voz hizo que parase.

-—Sois Rhía, Sorkas, Paul y Jack, ¿no? —Vi que era un hombre, muy parecido por cierto al que estaba dormido—. Perdonad el retraso. Estaba, er… entrenando.

Sin duda aquel era el hombre que estaba dormido, se le notaba en la cara que acababa de despertarse.

Miré de reojo a Kazuki por si iba a atacarme, pero parecía que no, iba a recoger a su mascota mientras me miraba con cara de cabreada, le sonreí con una sonrisa burlona, pero no guardé mi espada por si acaso. Me toqué el pelo y fui a ver qué decía el dormilón.

-Vale, normalmente, uhm… dejamos tareas complicadas a aprendices más capaces…, pero no creo que hoy tengamos ningún problema… Y… no os ayudaré demasiado, porque… tengo que seguir entrenando… La cuestión es que Mog quiere pediros algo y… Vamos a verle primero, mejor. — Nos dijo el dormilón, ¿cómo podía saber aquella información él? Además sabía nuestros nombres, algo que el otro no sabía.

Ese es nuestro guía. En realidad vuestra verdadera misión está con ¿Mog?

Entonces lo tuve claro, él no era Kazuki, se le notaba en la voz el nerviosismo. Además de llamarme débil me había mentido con ello, oí cómo el que se suponía que era el verdadero Kazuki nos preguntaba algo y el canoso le respondía pero no les hice mucho caso, estaba demasiado cabreado con ello, lo que sí escuché fue una pregunta de Rhía.

-Sí, tengo un problema. ¿Quién es Jack y quien eres tú niñato engreído?-Preguntó, entonces Rhía también sabía que aquel no era Kazuki.

-¡Es un maldito impostor!-Grité cabreado.

Decidido fui hacia él y le cogí del cuello con una mano, con la espada en la otra mano para intimidarlo, puede que me ganara un castigo por parte de Kazuki pero me daba igual, no me iba a quedar de rositas.

-Venga dime, debilucho, ¿Quién coño eres?-Le dije con una voz intimidadora.

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EDIT: para unos espacios mal puestos.
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Re: [Tierra de Partida] Las Cámaras de Tortura

Notapor Nell » Sab Oct 06, 2012 5:24 pm

La mentira de Jack fue deshaciéndose poco a poco. Además de las pequeñas pistas, las sospechas y la situación irreal, hubo otro dato más aclarador que terminó por despejarlo todo. Incluso antes de que Paul y Rhía llegaran a sus propias conclusiones.

¿Qué? —se giró un momento el hombre, al escuchar la pregunta de Sorkas. Seguramente no esperaba de verdad que le dijesen nada, o simplemente no estaba atento—. Soy el… Maestro Kazuki… Ya sabéis, os he… convocado… la tarea… en fin…

Sin embargo, y a pesar de las incriminaciones por parte de ambos jóvenes, Kazuki no pudo sino intervenir cuando Paul llegó a las manos con Jack. Se paró en seco, se dio la vuelta y le retiró la mano al chico del cuello de su compañero, al mismo tiempo que separaba la espada.

¿Qué… estáis haciendo? —se impresionó el Maestro. Cualquier otro tutor habría intervenido de una forma más severa—. Si tan mal os lleváis, no hace falta llegar a las manos… Y si no podéis aguantaros, tendréis que… uhm… marcharos. Os voy a dejar solos y no vais a tener más remedio que apañároslas entre vosotros.

A juzgar por sus palabras, creía que ambos chicos no se aguantaban. Ni siquiera se había enterado de la broma de Jack.

Finalmente, llegaron hasta el comedor, donde un par de moguris los esperaban. Uno de ellos era Mog, el líder de dicha raza. Tenía el pompón amarillo y, además, era bastante regordete en comparación con el resto. Le acompañaba un moguri más grande, con un gracioso gorrito y completamente dormido encima de la mesa.

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¡Al fin! Moglullón no aguantará más tiempo, kupó.

Siento el retraso —se disculpó Kazuki, antes de volverse de nuevo hacia sus alumnos—. Haced caso de… lo que os diga Mog. Tiene una muy… importante tarea que daros. Me pasaré… luego. Muy luego.

Sin más ceremonias, Kazuki puso pies en polvorosa, quien sabe hacia donde. Aunque quienes mejor le conocieran podría imaginarlo. En cualquier caso, quedaron a merced de Mog, que en ese momento agitaba una mogunuez en la nariz del moguri dormido.

Como imagino que sabréis, soy Mog, líder de los moguris de Tierra de Partida, kupó. Los cuales afrontan ahora un problema bastante serio. Así que lo primero que quiero es agradeceros vuestra implicación, kupó. Normalmente los aprendices no se preocupan mucho de nuestros asuntos, kupó —comentó, antes de empezar con el verdadero asunto—. Puede que ya lo sepáis, pero han desaparecido dos de los nuestros, kupó. Concretamente, no se sabe nada de ellos desde el día en el que gran parte de vosotros os fuisteis a Bastión Hueco, kupó.

»Hemos intentado buscarles por todos los rincones de Tierra de Partida, pero no ha habido éxito. Tampoco en sus mundos de origen, ni en los que frecuentemente visitaban, kupó. Tememos que ese día también se marcharan a Bastión Hueco… y no regresaran, kupó. Pero, para despejarnos todas las dudas, haremos una última revisión del castillo, kupó.

El moguri dormido había estado agitando la naricilla en la dirección que situaba Mog la mogunuez. Sin embargo, no abrió los ojos, sino que esperó impaciente hacia donde se dirigía el exquisito manjar, como si éste pudiera llegar a su boca en cualquier momento.

Éste es Moglullón, kupó —les presentó—. Es el moguri más perezoso y dormilón de todo el universo, kupó. Sólo está despierto catorce días al año, el resto inverna. Sin embargo, tiene un gran olfato, kupó. Si esos dos moguris siguen aquí, os guiará hasta su localización… Si conseguís mantenerlo despierto, kupoclaro. Y no hay nada como mogunueces para conseguirlo, kupó.

Lanzó la mogunuez que sostenía al suelo, para demostrarlo. Inmediatamente, Moglullón abrió los ojos, y se lanzó desesperado a por la comida, mordisqueándolo con un ansia insana.

¿Tenéis alguna pregunta sobre el encargo, kupó? —preguntó Mog, entregándole una bolsa llena de mogunueces a Sorkas, y un pequeño cofre a Rhía—. Contiene un objeto personal de cada uno de los moguris desaparecidos, kupó. Si se la dais a Moglullón, seguirá el olor.

Concretamente, dentro del cofre había un mini-moguri de peluche y lo que parecía ser un disfraz de humano del tamaño de un moguri. Cuando menos, curioso.

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Re: [Tierra de Partida] Las Cámaras de Tortura

Notapor Sorkas » Dom Oct 07, 2012 12:02 pm

¿Qué? —dijo el guía en respuesta a mi pregunta—. Soy el… Maestro Kazuki… Ya sabéis, os he… convocado… la tarea… en fin…

¿Pero qué…? Si éste era el Maestro Kazuki, ¿quién era el otro chico? A decir verdad, ya me olía yo que algo apestaba allí, así que no me sorprendió saber que el “Maestro falso” no era un verdadero Maestro. Solo esperaba que no fuese otro compañero más, porque sin duda no iba a contar con mi apoyo.

A pesar de que Rhía y el chico no nos habían seguido, al parecer descubrieron el pastel por ellos mismos, pues lanzaron sendos gritos interrogatorios al “Maestro falso”. Incluso el chico de pelo blanco agarró por el cuello al otro. Decidí no inmiscuirme, no era mi guerra.

Mientras tanto el Maestro Kazuki, el verdadero, separó a los dos chicos.

¿Qué… estáis haciendo? —exclamó el Maestro, aunque con un tono más de aburrimiento que de reprimenda—. Si tan mal os lleváis, no hace falta llegar a las manos… Y si no podéis aguantaros, tendréis que… uhm… marcharos. Os voy a dejar solos y no vais a tener más remedio que apañároslas entre vosotros.

Con esas palabras parecía dejar claro que todos éramos compañeros. Rhía y el chico de pelo blanco no parecían mala gente, pero sin duda el otro nos iba a causar problemas, alguien debería bajarle los humos.

Sin más, llegamos al comedor del castillo, donde nos esperaban dos moguris. Al instante, reconocí a Mog, aquel moguri que me había ayudado aquella primera vez que vi a la Maestra. Sin embargo, él no parecío reconocerme. No le di mucha importancia, apenas me había visto una vez.

En cuanto llegamos, el Maestro Kazuki se excusó diciendo que tenía otro encargo. La verdad es que no se le veía muy dispuesto para hacer cualquier otra cosa que no fuera dormir. No me causó ninguna buena impresión ese tal Maestro Kazuki, no era la persona que me gustaría tener cubriéndome las espaldas, daba la sensación de que se echaría a dormir en medio de cualquier combate. Pero sin duda, si había llegado a Maestro era por algo, seguro que escondía algún as en la manga.

El otro moguri estaba plácidamente dormido hasta que Mog sacó una mogunuez. Ya había visto como los moguris se pirraban por esa comida. El moguri dormido parecía estar despierto pues seguía con la nariz la mogunuez, sin embargo continuaba con los ojos cerrados. Esbocé una leve sonrisa, era el moguri perfecto para el Maestro Kazuki.

Entonces Mog nos explicó la razón de nuestra misión. Dos moguris habían desaparecido y debíamos encontrarlos por el castillo. También nos presento al moguri dormido, Moglullón, que nos ayudaría a encontrarlos.

También nos dijo que debíamos mantenerlo despierto a base de mogunueces. Dicho esto, lanzó la mogunuez al aire e instantáneamente Moglullón saltó y la engulló. Lancé un grito de asombro, pues me había pillado totalmente por sorpresa.

Acto seguido, Mog me entregó una bolsa de mogunueces y entregó a Rhía un cofrecito que contenía objetos de los moguris desaparecidos para que Moglullón los oliera y encontrara su rastro.

Yo tengo una pregunta —indiqué dirigiéndome a Mog—, el castillo está llenos de moguris, ¿cómo reconoceremos a esos moguris? Además, si tuviésemos un mapa del castillo nos resultaría más fácil.
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