[Encuentro] Entrenamientos, duros entrenamientos

por **Sheldon** » Lun Ene 16, 2012 7:22 pm

—No, no. Estoy perfecta, no importa. Creo, creo que deberíamos irnos ya a las habitaciones —dijo la chica algo tímida, cosa que a Enok le pareció muy raro —. En cuanto a la espada, algún día que haga sol tenemos que quedar en tu habitación o en la mía para investigar sobre el tema.

Dejay se alejó con paso tranquilo mientras el sonido de aquellos relámpagos acompañaba su pasear. Pronto la tormenta los alcanzaría y si Enok no se daba prisa aquellas minúsculas gotas que caían se convertirían en goterones que le empaparían. Sin embargo, Enok quería dejar a Dejay sola para que reflexionara, ya que la veía un poco tocada por aquella espada. De todas formas, sería fácil alcanzarla. Tras esperar a que Dejay se alejara un poco, emprendió su regreso a la habitación a una distancia prudencial, eso si, no quería que Dejay pensara que era un maltratador o algo parecido.

Durante el camino de regreso, Enok dio vueltas a todo lo que había pasado: su encuentro por casualidad con la chica, la aparición de la espada, la naturaleza tan exquisita de la chica, su cambio de humor y aquella extraña tormenta. De repente un fuerte viento comenzó a azotar la pradera por la que el chico caminaba. Enok sintió que el viento podía con él. Se cubrió con los brazos, para aguantar aquella ráfaga. Parecía algo sobrenatural. Enok perdía fuerzas a paso agigantado y le resultaba muy extraño todo aquello, parecía 'artificial'. De repente una roca de aspecto enorme apareció ante él, que impulsada por el descomunal viento, rodó en dirección a Enok.

- Ya está - exclamo esbozando una risa misteriosa.

Aprovechando el rebufo que le proporcionaba la enorme roca, emprendió un sprint hacia la academia. No sabía que haría después con la roca, pero en cualquier caso, su salud era lo primero. La imagen de el chico corriendo junto a la roca resultaba realmente cómica aunque a Enok le parecía todo lo contrario. Corría con todas sus fuerzas, nunca lo había echo así de rápido. A lo lejos, cada vez la imagen de Dejay se hacía mas nítida. << En menudo lío la voy a meter...>>.

- Dejay...DEJAY, corre - gritó el Enok intentando captar la atención de la chica.

Al menos, les quedaba muy poco para llegar...

por **Deja** » Lun Ene 16, 2012 8:08 pm

—DEJAY, corre —oí la voz de Enok gritando.

Una ráfaga de viento me empujó y me hizo perder el equilibrio ligeramente. Al darme la vuelta preguntándome que pasaba para que Enok hubiera pegado tal grito me di cuenta de que el viento no había sido mucho más fuerte de lo que lo había notado. Una gran roca se dirigía hacia nosotros con vida propia. Lo peor era que fuera en la dirección que fuera la roca me seguía, era como si el viento girara en dirección a favor nuestra para que la roca cobrara vida propia y nos tumbara. Alguien, más que probable estaba instigando para hacernos daño.

Enok había cogido ventaja y estaba un poco más alejado que yo de la roca. Con suerte saldría de esta, estaba casi seguro. Mi mente se puso a actuar rápidamente mientras seguía el mismo camino que Enok.

Vi un acantilado. Se me ocurrió la idea de ir hacia él y llevar la roca conmigo. A juzgar por el viento, seguía las direcciones de la persona que tuviera más cerca y tendría que alejar a Enok para poder llevarla conmigo. Cogí ventaja y atacándole con un empujón lo más fuerte posible lo lancé contra el lado izquierdo. Acelerando el paso y utilizando una técnica poco ética fui con paso firme hasta el acantilado.Una vez allí salté sin más, cercinándome de que la roca me seguía. Una vez que la roca cayó por delante mía casi rozándome utilicé una estrategia caótica que no había entrenado mucho.

—Doble salto, doble salto —repetí un par de veces para recordar su nombre. Consistía en impulsarse en el aire para obtener un salto más alto que el normal. Usé el movimiento para agarrarme a las duras y puntiagudas piedras de la colina. Me había sacrificado por el castillo.

—Enok. ¿Joder por favor puedes venir a ayudarme? —grité con todas mis fuerzas dando uso a las palabras más adecuadas para el momento. Contaba con que viniera, y pronto porque mis dedos empezaban a resbalar.

por **Sheldon** » Lun Ene 16, 2012 8:56 pm

Todo había ocurrido muy rápido, tan rápido que a Enok se le escapaba la situación. Dejay, que hasta ahora había estado por detrás de Enok le adelantao empujándole a su izquierda. Enok cayó al suelo, sufriendo numerosos rasguños. No le preocupaba mucho eso, lo mas importante era ver lo que Dejay iba a hacer. A Enok le desconcertó lo que ocurrió: la chica se tiró por un elevado precipicio como poseída. La piedra, y para alegría de Enok, cayó junto con ella. Enok se levantó rápidamente dando algunos traspiés. Unas lágrimas comenzaron a brotar por sus mejillas.

— Que he hecho...La he... matado. - dijo en voz baja Enok, agachando la cabeza.

Enok se adelantaba hacía el precipicio, quería al menos, despedirse de ella hasta que un grito le despertó de su absurdo lamento.

— Enok. ¿Joder por favor puedes venir a ayudarme? — pareció gritar la chica.

Rapidamente, el chico se frotó los ojos y corrió a ayudar a la joven chica, que se debatía entre la vida y la muerte. Con mucho esfuerzo, Enok consiguió alzar a la chica hasta ponerla en tierra firma. Se volvió a frotar los ojos, que delataban su llanto y cayó a tierra abatido.

— Perdón. - se limitó a decir el chico; no podía articular alguna otra palabra, sus fuerzas no le dejaban.

por **Deja** » Lun Ene 16, 2012 9:43 pm

—Ey, ey. No tienes que perdonarte, lo he hecho por mis propios principios y para salvar el castillo —dije aparentando alivio pero con el corazón en un puño—. De todos modos, muchas gracias por salvarme la vida. ¡En Agrabah he estado al límite muchísimas veces, un día me tienes que acompañar al planeta! ¿Te apuntas?

Entre ilusionada y frustrada intenté por cualquier medio y conversación olvidar lo ocurrido. Intenté de cualquier manera apartar mi mente de esos pensamientos. "Tenemos que ir los dos juntos a Agrabah o a algún mundo nuevo, sería divertido. Además, podríamos trabajar juntos en la investigación de mi espada. De momento teníamos una pista y era "Bazar" el pequeño mercado en el centro de Agrabah, lo había que visitar para descubrir lo que quería transmitirme aquella espada."

—La espada, antes leí en la espada la palabra Bazar y se refiere a un mercado que hay en el centro de mi ciudad natal de Agrabah. ¡Tienes que venir conmigo! —cada vez me afanaba más la idea de ir a Agrabah con Enok. Se podría decir que habíamos hecho buenas migas—. Pero el caso es que no creo que nos dejen salir de Tierra de Partida a sí que mañana u otro día libre quedamos en mi habitación para investigarla. ¿Qué te parece? ... Levanta hombre. Me voy, hasta otra. ¡Encantada de conocerte!

Con paso rápido y firme me dirigí hacia mi habitación. Una vez allí aparté bruscamente la puerta de mi camino y fui directa al baño. El espejo limpio e intacto se postraba ante mí, decidí pronunciar un pequeño soliloquio.

—Dejay, Dejay tranquilízate. No ha pasado nada, siempre te las jugabas en Agrabah, no es nada diferente. ¿Me estoy volviendo más blanda? Anímate Dejay que eso no fue nada, estás perfecta. ¡Como siempre! —una delicada sonrisa—. Vamos a mirar esa espada, pero otro día. Es hora de descansar.

Temblando y forzando una sonrisa con la cara me acosté en cama. Cerré los ojos y susurré al cielo.

—"Si hay alguien ahí, que me esté esperando en Agrabah que sepa que lo voy a encontrar."

por **Sheldon** » Lun Ene 16, 2012 10:05 pm

— Ey, ey. No tienes que perdonarte, lo he hecho por mis propios principios y para salvar el castillo —dijo Dejay mostrándose lo mas serena posible. De todos modos, muchas gracias por salvarme la vida. ¡En Agrabah he estado al límite muchísimas veces, un día me tienes que acompañar al planeta! ¿Te apuntas?

Enok pareció asentir levemente con la cabeza. Ciertamente le apetecía viajar a algún mundo, fuese cual fuese. Enok se incorporó hasta sentarse exhalando numerosos suspiros. Pareció haber un silencio en el cual el chico miró al horizonte.

— La espada, antes leí en la espada la palabra Bazar y se refiere a un mercado que hay en el centro de mi ciudad natal de Agrabah. ¡Tienes que venir conmigo! —exclamó al chica cambiando de tema —. Pero el caso es que no creo que nos dejen salir de Tierra de Partida a sí que mañana u otro día libre quedamos en mi habitación para investigarla. ¿Qué te parece? ... Levanta hombre. Me voy, hasta otra. ¡Encantada de conocerte!

Dejay se alejó a paso ligero mientras Enok la seguía con la mirada. El cielo se había despejado como por arte de magia aunque Enok seguía empapado por la lluvia que anteriormente había caído. Enok volvió a tumbarse en el húmedo suelo. Le daba igual mojarse mas, le daba igual todo. Se lo había pasado genial, a pesar de ese momento de tensión, y no pudo hacer otra cosa que esbozar una sonrisa de lo mas sincera.

El cielo parecía una acuarela, una acuarela desteñida, rasgada por unas puntuales nubes esponjosas. Cerro los ojos y se imaginó sobre ellas. Su mente deambulaba por todo aquel cielo. Veía a las preciosas aves volar sin un rumbo fijo, el castillo en miniatura, las variadas colinas extendidas por el vasto planeta. Aquello parecía un sueño.

- Si, yo también estoy encantado de conocerte.

Enok se incorporó finalmente. Había caído ya la noche en el castillo y una redondeada luna se dejo entrever en el despejado cielo. El chico, aún empapado entró en su humilde habitación.

- Mañana será otro día. - dijo Enok en un susurro casi imperceptible.

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