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- No recuerdo haber hablado con el nunca, aunque su olor me suena. - Aclaro Hiro mientras hacia gesto de estar oliendo todo lo que había cerca suyo, algo muy común en el.

En el aire noto una fragancia que hacia mucho que no olía.

- Huele a mar - contesto a la vez que se giraba para ver a Kairi, la cual parecía estar sacudiéndose las hojas de su pelo, acto seguido se acerco lentamente a ella y le dijo con una sonrisa - Hueles a mar, me gusta - Algo que hacia mucho que Hiro no había olido - ¿Kairi verdad, y el de atrás Enok verdad? - Le pregunto para saber mejor sus nombres.

Kairi ayudó un poco la chico y le pregunto como se encontraba. Acto seguido le informó que Enok deseaba hablar con él. A pesar de ello, el joven no dio muestras de haber reconocido a Enok, simplemente parecía oler algo en el ambiente.

— Huele a mar - dijo mirando a Kairi y sonriendole Hueles a mar, me gusta -
¿Kairi verdad, y el de atrás Enok verdad?

Enok cayó en la cuenta de aquel olor. Verdaderamente, una suave fragancia cubría a la sonriente jovenzuela y provocaba una atracción hacia ella. Enok sonrió débilmente al observar la embobada cara que el chico tenía. Resultaban una pareja un tanto extraña.

— No recuerda tu nom...bre — murmuró Enok mirando de soslayo al joven.

-Oh... Gr-gracias... Se me habrá pegado del lugar donde vivía.- dijo Kairi, sonrojada y sonriente. Empezó a pensar por qué balbuceaba cuando Hiro estaba cerca, además de sentirse a gusto. -Ah, te acuerdas de mi nombre, yo también me acuerdo del tuyo.- añadió, muy alegre de que Hiro se hubiera acordado de ella.

Miró a Enok, que parecía esbozar una sonrisa tímida. Le ayudó a presentarse a Hiro.

-Enok, él es Hiro. ¿Te suena su nombre?- le preguntó. -¿Y tú? ¿Recuerdas haber visto a este chico en tu pueblo?- dijo dirigiéndose a Hiro.

( - Esta gente es muy extraña, se han aproximado a mi y hablan conmigo como si nada, no me conocen ni yo a ellos, son bien curiosos los humanos - ) Pensó Hiro para si, al ver la charla que le daban aquellas personas a las cuales casi ni conocía

- La verdad es que ese muchacho desprende la fragancia característica del barrio de las flores de villa Crepúsculo ¿Es que vives en una floristería o en un campo? - Pregunto Hiro, dirigiéndose primero a Kairi y luego a Enok, mientras se acercaba mas a la chica, la cual hacia que se sintiera mas a gusto, tal vez por sus ojos verdes, de los cuales nunca había visto en otros semejante color, o su fragancia a mar, pero le gustaba aquella sensación.

—La verdad es que ese muchacho desprende la fragancia característica del barrio de las flores de villa Crepúsculo ¿Es que vives en una floristería o en un campo? - pregunto el joven Hiro.

— Pues no...Solía pasear por las afueras de Villa Crepúsculo... — dijo tímidamente Enok.

Enok suspiró y alejo la mirada de aquellos jóvenes. Había notado algo especial en la mirada de Hiro, un resplandor vivaz que solo aparecía cuando observaba a Kairi. Recordó esa mirada como si fuera la de su amiga Rosa. Sonriendo para sus adentros , dejó que la suave brisa que soplaba del este jugueteara con sus mechones. Quizá habría sido una buena idea pasar el dia solo, a la sombra de uno de aquellos enormes árboles y alejado de cualquier persona. Desgraciadamente, aquellos chicos de llevarían una mala impresión si los dejaba tirados.

— Po...Podemos desayunar juntos. — propuso agachando la cabeza.

Kairi notó que Hiro cada vez se acercaba más a ella, pero no le importó. Es más, le gustaba. Le hacía sentirse protegida y a gusto, se sentía como en casa. Y parecía que Hiro sentía lo mismo.

Sonriendo, Kairi respondió a la propuesta de Enok:

-Claro, es una buena idea. Así aprovecharemos para conocernos mejor.

En ese momento, oyó un ruido procedente de su estómago. Entonces recordó que no había desayunado nada todavía.

-Uy... Perdón, es que aún no he comido nada y tengo hambre.- dijo sonrojándose.

- Mi abuelo siempre decía "Comer con hambre y no con gusta", así que si tenéis hambre vamos a comer algo - Comento, citando brevemente a su difunto abuelo con una mirada enérgica y con algo de salivera, la mañana le daba bastante hambre, sobretodo si se acababa de caer de cabeza de un árbol.

Con gran ímpetu se puso de camino a por algo para comer, haciendo una breve pausa para dirigirse cordialmente a sus nuevos amigos, los cuales parecían observarle por su sobresaltado ritmo hacia un lugar el cual no sabia - Sera mejor que vayáis vosotros delante - Ya que Hiro sabia que su propia orientación era nefasta.

Los dos chicos parecieron estar de acuerdo con la tímida propuesta del joven Enok. Emprendieron el camino hacia la cafetería, Hiro primero y a continuación los demás aprendices.

— Sera mejor que vayáis vosotros delante — comentó Hiro con una sonrisa cordial. Quizá no conocía muy bien donde se encontraba la cafetería. Enok se adelanto a los chicos haciendo un gesto para que les siguieran. Recorrieron todo el jardín principal, un jardín repleto de flores de vivos y espontáneos colores. No había muchos alumnos, posiblemente la multitud de los que se habían formado anteriormente, estaban ahora entrenando o simplemente descansando.

Llegaron a las puertas de la cafetería y pudieron observar un gran letrero que rezaba:

<<La cafetería estará cerrada durante el día de hoy debido a un problema en los suministros, kupó. Rogamos disculpen las molestias.
Att: Adelaida, jefa de cocina>>

Enok suspiró y escucho como las tripas de Kairi rugían de hambre. No podían hacer lo que habían echo así como así, ahora ¿Se donde sacarían la comida para todo el día? Lo único que Enok sabía es que debía ingerir algo cuanto antes, ya que su apetito se incrementaba a paso agigantado.

En cuanto llegaron a la cafetería y vieron el cartel, el vacío en el estómago de Kairi se hizo más grande de lo que ya estaba y no pudo evitar replicar.

-¡¿Qué?! ¿Pero por qué pasa esto precisamente ahora? ¡Tengo hambre!- exclamó indignada. Para Kairi, la comida era importante y no podía saltarse ni una sola en todo el día. Solo el hecho de imaginárselo le daba más hambre. ¿Qué podrían hacer ahora? Kairi no conocía ningún otro lugar donde se pudiera comer.

-Jo...- suspiró. -¿Conocéis algún otro lugar donde se pueda comer?- preguntó, a punto de caerse del hambre.

- Mmm... Creo que llevo unas pocas de golosinas en el bolsillo - Les comento viendo el hambre que demostraban, sobretodo Kairi, mientras se llevaba las manos al gran bolsillo de aquel trozo extraño de tela que llevaba a un lado de la pierna.

Rebuscando iba sacando diferentes cosas que iba dejando en el suelo como un revolver, unas pociones, unos llaveros, el móvil, con el cual no tenia cobertura, papel y bolígrafos "bic", un abanico, unas tijeras, una navaja pequeña, un gorro, un collar, un llavero, unas piedras extrañas, unas hojas con unos dibujos extraños y, por fin, unas "gominolas", entre ellas habían chucherías de toda la vida, barritas de chocolate, "chupa-chups" y de mas.


- Podéis pillar las que queráis, pero no os paséis - Expreso, a su vez, una cara de desconfianza por si se las comían todas, esperaba que al menos quedaran unas cuantas para el.

Empezó a guardar sus cosas de nuevo, no creyó que fuera muy buena idea dejar todo eso por ahí como si nada.

Kairi vio asombrada el montón de dulces que había sacado Hiro de su bolsillo y sus ojos brillaron. Empezó a cojer las barritas de chocolate con ansia, pero se dio cuenta y guardó las formas rápidamente.

- Perdón, es que tengo mucha hambre.- dijo sonrojándose y cogiendo sólo una barrita, dejando las otras. Le dio un mordisco.- Ñam... ¡Qué rico!- sonrió.

Hiro era una caja de sorpresas. Tenía de todo guardado en las mangas y bolsillos de sus ropas, hasta un revólver. Kairi nunca había visto un arma de fuego de cerca. Iba a preguntarle a Hiro acerca de ello, pero notó una especie de ausencia. Miró hacia todos los lados. Enok no estaba.

- Anda, ¿dónde está Enok?- preguntó extrañada. - No ha dicho nada ni he notado que se fuera.

- Enok... ni idea, hace un momento estaba aquí - Le respondió a Kairi, al igual que ella, no se había percatado de la ausencia de su compañero, el cual parecía haberse ido por algo, no sabia muy bien por que pero tampoco le daba muchas vueltas, no tenia porque vigilar a aquel chico, es mayorcito y tiene su vida.

- Si no quieres nada más lo guardo todo - le comento mientras guardaba todo lo que quedaba sin guardar en su complemento de cintura.

Hiro decidió merodear un rato por allí, aunque Tierra de Partida se podía sentir la luz, también se podía sentir la mas malvada oscuridad, aquel lugar no les protegía, ni mucho menos, de lo que había en el exterior e incluso la luz que contenía podía traer mas oscuridad, o eso pensaba Hiro algunas veces, sobretodo en aquel momento, cuando sintió una tremenda oscuridad recorrer los pasillos de "Tierra de partida" ¿Acaso alguien estaba abusando de sus poderes oscuros o había "alguien" que no debería de estar? Fuera lo que fuera el tufo de la oscuridad no le gustaba nada a Hiro.

- Que rápido ha cambiado la atmósfera. - Dijo.

Kairi sintió un escalofrío. La luz que los envolvía en aquel mundo parecia dejar paso a una oscuridad que se hacía cada vez más fuerte. Kairi se acercó más a Hiro, que parecía sentir lo mismo.

- Que rápido ha cambiado la atmósfera.- dijo Hiro.
- Sí, que raro.- añadió Kairi. Instintivamente le cogió del brazo a Hiro, pero le volvió a soltar al darse cuenta de lo que había hecho.

- Perdón...- dijo con voz tímida e intentando parecer seria. - ¿Por qué no miramos por ahí? Podría haber algo malo.- sugirió.

- No- Le respondió a Kairi - Una fuerza oscura tan elevada por aquí...es extraño, seguro que los maestros se darán cuenta y harán algo, puede ser peligroso... Mejor vayámonos a los jardines a pasar un rato- le explico a Kairi mientras, lentamente, tomo rumbo hacia los Jardines florecidos de aquel lugar, uno de los pocos sitios donde se podía respirar en paz y donde se podían ver a jóvenes, casi en su totalidad, chicos entrenar vagamente con sus armas.

En algún lugar de estas paredes, se esconde algo que nunca debe de ser abierto, eso pensaba Hiro y le asustaba, pero lo que le daba miedo era pensar que si eso es cierto ¿Que debe de haber encerrado por aquel lugar y por que nadie sabe sobre eso? Muchos misterios se formaban en la mente de Hiro, su sed de conocimiento crecía cada vez más, aquel mundo que le rodeaba era fantástico.

- Sí, tienes razón.- dijo Kairi, mientras se disponía a seguir a Hiro hacia los jardines.

Los Jardines de Tierra de Partida era el lugar preferido por Kairi de todo ese mundo, además de su habitación. Las flores y árboles la hacían sentir muy bien, amaba la naturaleza. Se podría pasar todo el día tumbada en la hierba leyendo algún manga o practicando con la llave espada.

Pero no podía dejar de pensar en aquella extraña sensación de oscuridad de hace poco. Creía que en un mundo habitado por Maestros de la Llave Espada no podría haber oscuridad alguna. O quizá hubiera alguien con demasiada oscuridad en su corazón, puede que algún aprendiz. De cualquier forma, Kairi se sentía preparada para cualquier cosa que viniera, buena o mala. No podía esperar a visitar nuevos mundos, esperaba con ansia alguna noticia que la hiciera viajar fuera de Tierra de Partida.