Zait Land (Little Sho)
Kousen Zephyr (Kousen)
Tierra de Partida > Bosque de los Cien Acres
Después del prólogo "Límites" y después de la trama "¿¡Es que nadie piensa en los niños!?"
Las primeras luces del nuevo Alba comenzaban a bañar Tierra de Partida... eso por supuesto varias horas antes de que un bulto envuelto en sábanas se quejase entre gruñidos incomprensibles y después se moviese en la cama, revelando una maraña de cabello negro y piel pálida. El joven dió un manotazo en sueños que hizo que su mano impactara contra el cabecero de la cama, propiciando una curiosa onda de dolor que lo sacó de sueño en el acto, de forma algo sonora.
- ¡Ay! - Me soplé la mano intentando mitigar la punzada de dolor y luego me alcé apartando la cortina (quedándome ciego unos instantes, todo sea dicho) solo para ver al astro rey bastante elevado en el cielo. - Soy un vago...-
Me incorporé de la cama para luego estirarme y darme una buena ducha para contrarrestar esa parte de mí que deseaba volver al reconfortante descanso que Morfeo ofrecía... no tanto en mi caso, la verdad. Mientras el agua me ayudaba a asearme, mi mente no hacía más que intentar recolectar los fragmentos que recordaba de mis constantes sueños -sin éxito- todo era un puzzle lleno de piezas de distintas noches, sin posibilidad de recuperar nada. - Odio soñar así, solo logra darme jaqueca -
Ya limpio, me sequé rápidamente y me puse la ropa que los Moguris habían lavado, convenientemente. Seguramente tendrían información de mi procedencia, pues un ligero aroma a una de las flores de mi mundo impregnaba las prendas.
- ¡Bueeeeenos días! - Sonreí radiantemente al salir de mi cuarto, silbando y dispuesto a llenar mi insaciable estómago con una buena carga de la comida del comedor.