Re: [Port Royal] El señor del mar (Parte I)
Publicado: Mar May 31, 2016 12:01 am
—Ja. Kaiser.
Cuando Ragun se arrodilló, Fátima pensó que ya estaba, se había vuelto loca. No comprendía nada de lo que estaba sucediendo excepto una cosa: que tenían que largarse de ahí si no querían morir o acabar en una mesa de disección.
Luego el chico se puso en pie y le dijo:
—[/b]Fátima.Ésto no tiene nada que ver contigo. Yo los contendré. Pide ayuda en Tierra de Partida.[b]
Fátima iba a responder que no fuera estúpido, que no podía enfrentarse a tres personas, pero los Cats no les dieron tiempo. El chico guapo con gafas de sol atacó con un ataque gravitatorio a Ragun. Fátima, echando a los niños atrás, iba a ayudarlo a defenderse cuando el tipo pelirrojo se arrojó sobre ella… Envuelto en fuego.
«Ah, ¿con que esas tenemos?»
Fátima activó el Estilo, que la sacudió con un desgarrón de energía. Sus ojos se volvieron azules y sintió cómo la magia chispeaba a su alrededor al tiempo que invocaba a Gran Ondina.
Fátima abrió una Prisión de agua en la que no consiguió encerrar al pelirrojo, pero sí frenar su impulso y además apagar su fuego. Luego Gran Ondina rodeó al tipo y lo atacó con un espadazo por la espalda.
—¡Corred!—ordenó a los prisioneros—. ¡Meteos dentro, estaréis a salvo!
Para que el tipo de fuego no pudiera perseguirlos sin más, extendió un Suelo Helado tras ellos al tiempo que se bebía varios éteres y abría un Portal Luz. Mientras Gran Ondina intentaba esquivar las bolas de fuego que el tipejo les arrojaba, el grupo se dirigió lo más rápido que pudo hacia el Portal, pero no era lo suficiente rápido. Y entonces el niño escamado tropezó… Y la otra niña se detuvo a su lado.
Fátima maldijo, cogió carrerilla e invocó un Oleaje sobre el que montó. Rodeó con violencia al pelirrojo, embistiéndolo, y luego hizo bajar la ola para atrapar a ambos niños y empujarlos por el Portal.
Luego aterrizó en el suelo y, Llave Espada en mano, se encaró al Cat, empapado y bastante cabreado.
—Bueno, ahora que estamos solos, grandísimo hijo de puta, ¿luchamos?—rugió. Estaba asustada, claro que sí, pero ante todo muy cabreada y asqueada.
Gran Ondina había sido destruida, pero ya comenzaba a regenerarse a toda velocidad y le transmitía lo que había averiguado de su enemigo: que era de los que se acercaban para pelear. Así que Fátima se dijo que mantendría toda la distancia que pudiera. Invocó un Tirabuzón y empezó a rodear al hombre, preparada para meterle un buen latigazo en la cara si intentaba acercarse o para desviar algún ataque de fuego.
Entonces el hombre echó a correr, envuelto de nuevo en fuego. Fátima maldijo y retrocedió lo más rápido que pudo, ordenando a Gran Ondina que se mantuviera alejada.
Y decidió jugárselo el todo por el todo. Se quedó quieta y esperó. Esperó. Casi estaba encima. Podía ver con claridad las lenguas de fuego apunto de explotar como una pequeña super nova alrededor del Cat.
«¡Ahora!»
Y activó su ataque final del Estilo: Marea.
El Cat estaba a menos de dos metros de distancia cuando un gigantesco géiser estalló bajo sus pies y lo arrojó hacia lo alto. Fátima no esperó a ver los resultados. Le latía violentamente la cabeza de tanta magia que había usado y estaba a cero, así que su Portal había desaparecido. Por lo que tendrían que salir por patas de otra forma. Transformó su Llave Espada en glider y montó de un salto, pegando un violento acelerón.
—¡Ragun, vamos!
Se bebió un éter y se dirigió hacia la compuerta que Ragun había abierto, mirando hacia atrás y preparando un Dragón de agua por si les perseguían.
Cuando Ragun se arrodilló, Fátima pensó que ya estaba, se había vuelto loca. No comprendía nada de lo que estaba sucediendo excepto una cosa: que tenían que largarse de ahí si no querían morir o acabar en una mesa de disección.
Luego el chico se puso en pie y le dijo:
—[/b]Fátima.Ésto no tiene nada que ver contigo. Yo los contendré. Pide ayuda en Tierra de Partida.[b]
Fátima iba a responder que no fuera estúpido, que no podía enfrentarse a tres personas, pero los Cats no les dieron tiempo. El chico guapo con gafas de sol atacó con un ataque gravitatorio a Ragun. Fátima, echando a los niños atrás, iba a ayudarlo a defenderse cuando el tipo pelirrojo se arrojó sobre ella… Envuelto en fuego.
«Ah, ¿con que esas tenemos?»
Fátima activó el Estilo, que la sacudió con un desgarrón de energía. Sus ojos se volvieron azules y sintió cómo la magia chispeaba a su alrededor al tiempo que invocaba a Gran Ondina.
Fátima abrió una Prisión de agua en la que no consiguió encerrar al pelirrojo, pero sí frenar su impulso y además apagar su fuego. Luego Gran Ondina rodeó al tipo y lo atacó con un espadazo por la espalda.
—¡Corred!—ordenó a los prisioneros—. ¡Meteos dentro, estaréis a salvo!
Para que el tipo de fuego no pudiera perseguirlos sin más, extendió un Suelo Helado tras ellos al tiempo que se bebía varios éteres y abría un Portal Luz. Mientras Gran Ondina intentaba esquivar las bolas de fuego que el tipejo les arrojaba, el grupo se dirigió lo más rápido que pudo hacia el Portal, pero no era lo suficiente rápido. Y entonces el niño escamado tropezó… Y la otra niña se detuvo a su lado.
Fátima maldijo, cogió carrerilla e invocó un Oleaje sobre el que montó. Rodeó con violencia al pelirrojo, embistiéndolo, y luego hizo bajar la ola para atrapar a ambos niños y empujarlos por el Portal.
Luego aterrizó en el suelo y, Llave Espada en mano, se encaró al Cat, empapado y bastante cabreado.
—Bueno, ahora que estamos solos, grandísimo hijo de puta, ¿luchamos?—rugió. Estaba asustada, claro que sí, pero ante todo muy cabreada y asqueada.
Gran Ondina había sido destruida, pero ya comenzaba a regenerarse a toda velocidad y le transmitía lo que había averiguado de su enemigo: que era de los que se acercaban para pelear. Así que Fátima se dijo que mantendría toda la distancia que pudiera. Invocó un Tirabuzón y empezó a rodear al hombre, preparada para meterle un buen latigazo en la cara si intentaba acercarse o para desviar algún ataque de fuego.
Entonces el hombre echó a correr, envuelto de nuevo en fuego. Fátima maldijo y retrocedió lo más rápido que pudo, ordenando a Gran Ondina que se mantuviera alejada.
Y decidió jugárselo el todo por el todo. Se quedó quieta y esperó. Esperó. Casi estaba encima. Podía ver con claridad las lenguas de fuego apunto de explotar como una pequeña super nova alrededor del Cat.
«¡Ahora!»
Y activó su ataque final del Estilo: Marea.
El Cat estaba a menos de dos metros de distancia cuando un gigantesco géiser estalló bajo sus pies y lo arrojó hacia lo alto. Fátima no esperó a ver los resultados. Le latía violentamente la cabeza de tanta magia que había usado y estaba a cero, así que su Portal había desaparecido. Por lo que tendrían que salir por patas de otra forma. Transformó su Llave Espada en glider y montó de un salto, pegando un violento acelerón.
—¡Ragun, vamos!
Se bebió un éter y se dirigió hacia la compuerta que Ragun había abierto, mirando hacia atrás y preparando un Dragón de agua por si les perseguían.