[NH] Ronda #3 - Datastream
Publicado: Mié Abr 30, 2014 1:59 am
Nadhia corría detrás de Fátima Data lo más rápido que podía, suspicaz al darse cuenta de que estaban regresando sobre sus pasos. No tenía claro a dónde quería ir Fátima Data, pero parecía que sabía el camino que tenía que tomar. Había dicho que iban a enfrentarse a Erased. Sufrió un escalofrío. Erased. Otra vez. Los recuerdos la asaltaron y tuvo que hacer un inmenso esfuerzo para no dejarse llevar por ellos.
No debía dudar. No podía hacerlo. Sabía que el más mínimo error podía ser un desastre si luchaban contra Erased. Se obligó por tanto a mirar con firmeza al frente y a no permitir que ni el más mínimo asomo de duda se pasara por su rostro.
No le sorprendió ver que habían llegado al estado donde había empezado todo cuando Fátima, de repente, gritó el nombre de Malik y se adelantó para reunirse con este y su grupo. Los repasó con la mirada y le alivió ver que estaban intactos. Aprovechó que su amiga se había detenido para hurgar entre sus cosas, extraer un éter y bebérselo. Estaba convencida de que iba a necesitarlo.
Se acercó a Fátima al ver que la conversación se alargaba, pero su amiga le indicó con un gesto que todo estaba bien y decidió continuar por donde iban Saeko y los demás. Antes de terminar de bajar las escaleras se quedó paralizada ante la visión que se extendía ante sus ojos.
Ronin, emergiendo de una columna de pesadilla, cubierta de ojos amarillos. Se estremeció.
«Erased», pensó al ver aquel resplandor dorado.
Vio a las figuras encapuchadas y su mirada se desplazó hacia abajo, sobre una fila de más enemigos de ojos relucientes que…
Soltó una exclamación ahogada.
—¿Ta-Tandy?
Exacto, era él. Nadhia se frotó los ojos, demasiado confundida con la aparición de su guardián en medio de aquel estadio, con las demás mascotas... y aquella monstruosidad que al frente llevaba cinco pilares por encapuchados. La inesperada estancia de Tandy en el centro de aquella imagen le era perturbadora y estaba dispuesta a llamarlo, cuando Malik la interrumpió a medio camino, por suerte:
—Ten cuidado, Tandy está corrupto y te hará daño si te toca. No te fíes de él.
"Corrupto". Nadhia giró sus ojos a Malik, con pavor en ellos. No, su Tandy no podía estar corrupto. Era imposible. No le cabía una idea tan absurda en la cabeza. Él no tenía copia...
Pero fue entonces cuando recordó a Gengar. Puede que la mascota de Saeko, quien por algún motivo estuvo presente en el juego del mundo virtual. Puede que existiera en el mundo real... no, tenía que existir. ¿Es que acaso...?
Asintió para sí misma, aunque algo cohibida y asustada. Y relajó los músculos de sus hombros. Agarró con fuerza su Llave-Espada y tomó una decisión. Su copia ya había eliminado a la corrupción de su amiga Saeko. Aquello no era diferente. Quería pensar que se trataba de un falso Tandy, al menos para estar concentrada en la batalla. Y aunque fuera su guardián, los recuerdos de la Nadhia de datos le obligaban a seguir caminando hacia él.
Pero no sin antes dejar ayuda a sus compañeros. Escuchando a Kousen entregándole a Xefil el disco de Abraxas, Nadhia se detuvo y sus ojos se encontraron con los de Xefil. O Felix, en otra vida.
Dirigió entonces su Llave-Espada hacia él y conjuró magia a su alrededor. Una Coraza, que le protegería de todo ataque físico. Y un Escudo, que le salvaría de los hechizos. No eran barreras poderosas, y Nadhia no sabía si servirían de algo. Pero si Xefil iba a ser el portador del disco, qué menos que darle gran parte de su poder mágico para apoyarle y alcanzar así a Erased.
—Suerte.
Y entonces, volvió sobre sus pasos hacia las mascotas, dirigiéndose a Tandy. Antes de que se diera cuenta de su presencia, invocaría una cadena de luz y esperaba conseguir atraparlo con su puntería. Cogiendo aire, gritaría con todas sus fuerzas:
—¡Tandy Vaan Hoghes! —dirigió su mano tatuada al guardián corrupto— ¡Recuerda quien eres! ¡Yo soy Nadhia Hoghes! ¡Soy quien te dio tu nombre y tu apellido! ¡Y eres mi guardián! ¡Yo tu protegida!
» ¿Recuerdas el pacto, verdad? ¡Prometiste serme fiel siempre!
Dejarse llevar por las emociones no resolvería nada. Eso era lo que se repetía una y otra vez Nadhia. Si estaba corrupto, era poco probable que le hiciera caso y acabara atacándole. ¿Era una copia? ¿Era su guardián? Quien sabe. Pero, dejando aparte el hecho de que fuera o no él, su misión era dar vía libre a Xefil, Kousen y compañía.
Si acaso el plan fallaba y no conseguía distraerlo de la principal amenaza de Erased, lanzaría un Electro para interponerse en su camino e impedir que hiciera daño a sus compañeros.
La suerte estaba echada.
No debía dudar. No podía hacerlo. Sabía que el más mínimo error podía ser un desastre si luchaban contra Erased. Se obligó por tanto a mirar con firmeza al frente y a no permitir que ni el más mínimo asomo de duda se pasara por su rostro.
No le sorprendió ver que habían llegado al estado donde había empezado todo cuando Fátima, de repente, gritó el nombre de Malik y se adelantó para reunirse con este y su grupo. Los repasó con la mirada y le alivió ver que estaban intactos. Aprovechó que su amiga se había detenido para hurgar entre sus cosas, extraer un éter y bebérselo. Estaba convencida de que iba a necesitarlo.
Se acercó a Fátima al ver que la conversación se alargaba, pero su amiga le indicó con un gesto que todo estaba bien y decidió continuar por donde iban Saeko y los demás. Antes de terminar de bajar las escaleras se quedó paralizada ante la visión que se extendía ante sus ojos.
Ronin, emergiendo de una columna de pesadilla, cubierta de ojos amarillos. Se estremeció.
«Erased», pensó al ver aquel resplandor dorado.
Vio a las figuras encapuchadas y su mirada se desplazó hacia abajo, sobre una fila de más enemigos de ojos relucientes que…
Soltó una exclamación ahogada.
—¿Ta-Tandy?
Exacto, era él. Nadhia se frotó los ojos, demasiado confundida con la aparición de su guardián en medio de aquel estadio, con las demás mascotas... y aquella monstruosidad que al frente llevaba cinco pilares por encapuchados. La inesperada estancia de Tandy en el centro de aquella imagen le era perturbadora y estaba dispuesta a llamarlo, cuando Malik la interrumpió a medio camino, por suerte:
—Ten cuidado, Tandy está corrupto y te hará daño si te toca. No te fíes de él.
"Corrupto". Nadhia giró sus ojos a Malik, con pavor en ellos. No, su Tandy no podía estar corrupto. Era imposible. No le cabía una idea tan absurda en la cabeza. Él no tenía copia...
Pero fue entonces cuando recordó a Gengar. Puede que la mascota de Saeko, quien por algún motivo estuvo presente en el juego del mundo virtual. Puede que existiera en el mundo real... no, tenía que existir. ¿Es que acaso...?
Asintió para sí misma, aunque algo cohibida y asustada. Y relajó los músculos de sus hombros. Agarró con fuerza su Llave-Espada y tomó una decisión. Su copia ya había eliminado a la corrupción de su amiga Saeko. Aquello no era diferente. Quería pensar que se trataba de un falso Tandy, al menos para estar concentrada en la batalla. Y aunque fuera su guardián, los recuerdos de la Nadhia de datos le obligaban a seguir caminando hacia él.
Pero no sin antes dejar ayuda a sus compañeros. Escuchando a Kousen entregándole a Xefil el disco de Abraxas, Nadhia se detuvo y sus ojos se encontraron con los de Xefil. O Felix, en otra vida.
Dirigió entonces su Llave-Espada hacia él y conjuró magia a su alrededor. Una Coraza, que le protegería de todo ataque físico. Y un Escudo, que le salvaría de los hechizos. No eran barreras poderosas, y Nadhia no sabía si servirían de algo. Pero si Xefil iba a ser el portador del disco, qué menos que darle gran parte de su poder mágico para apoyarle y alcanzar así a Erased.
—Suerte.
Y entonces, volvió sobre sus pasos hacia las mascotas, dirigiéndose a Tandy. Antes de que se diera cuenta de su presencia, invocaría una cadena de luz y esperaba conseguir atraparlo con su puntería. Cogiendo aire, gritaría con todas sus fuerzas:
—¡Tandy Vaan Hoghes! —dirigió su mano tatuada al guardián corrupto— ¡Recuerda quien eres! ¡Yo soy Nadhia Hoghes! ¡Soy quien te dio tu nombre y tu apellido! ¡Y eres mi guardián! ¡Yo tu protegida!
» ¿Recuerdas el pacto, verdad? ¡Prometiste serme fiel siempre!
Dejarse llevar por las emociones no resolvería nada. Eso era lo que se repetía una y otra vez Nadhia. Si estaba corrupto, era poco probable que le hiciera caso y acabara atacándole. ¿Era una copia? ¿Era su guardián? Quien sabe. Pero, dejando aparte el hecho de que fuera o no él, su misión era dar vía libre a Xefil, Kousen y compañía.
Si acaso el plan fallaba y no conseguía distraerlo de la principal amenaza de Erased, lanzaría un Electro para interponerse en su camino e impedir que hiciera daño a sus compañeros.
La suerte estaba echada.
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