La oscuridad les había tragado y reaparecieron en la supuesta sala del trono de Tierra de Partida. El estado de Light no había cambiado en absoluto, todavía se encontraba en el profundo coma. Los susurros de la voz diabólica habían cesado, pero ahora... se encontraba a su merced, y haría todo lo que le pidiese...
Escucha atentamente sus palabras...
Un hombre de cabello castaño y aspecto débil se encontraba allí, en la sala del trono, dispuesto a darles la bienvenida que se merecían. Les saludó con una reverencia y empezó a contarles todo, absolutamente todo. Pero...
Nada de lo que dijo alteró en absoluto a Light. Ni enfado, ni rabia, ni curiosidad, nada. Simplemente se limitaba a escucharle...
—Desde que pusisteis el primer pie en Tierra de Partida, los Maestros os han enseñado a erradicar a los sincorazón, a eliminarlos a fin de restablecer el equilibrio. Pero, ¿acaso éste no se haya tanto en Luz como en Oscuridad? ¿Por qué defender una y anular la otra? ¿Desde cuándo la Llave Espada ha estado sólo a favor de la primera? Tierra de Partida ha mancillado la sagrada tarea a la que se entregaron los antiguos Portadores de la Llave Espada. No acataré más órdenes de ella. Seguiré siendo un Maestro, fiel a las estructuras que rigen nuestro universo, pero no a las suyas.
»Y vosotros tenéis ahora la oportunidad de cambiar, como hice yo, el destino que os tienen reservado vuestros Maestros.
»Uníos a mí. Podéis seguir siendo la avanzadilla de Tierra de Partida, la primera línea defensiva de una guerra, aquellos que nunca regresan a casa con vida… O podéis ser más. Podéis participar realmente en el futuro que pronto forjaré.
Tal como la voz le había ordenado, terminó de escuchar todo lo que Ryota tenía que decirles. Para Light, solo existían él y la voz misteriosa, nadie más. Ni siquiera se había percatado de la entrada de Wix en la sala.
¿Qué elegirás?
¿Tengo... que elegir? A mi me gusta Tierra de Partida... pero...
Sí, pero... ¡Eres un asesino! ¿Cómo te replanteas posicionarte en el bando de la luz? Después de todo lo que has hecho, nadie volverá a acercarse a ti, nunca. Tu lugar no está con ellos, chico.
Supongo que es lo que me merezco por haber matado a un inocente. Axel y los demás deben odiarme...
Curiosamente, Wix no estaba muerta, se encontraba viva, pero Light no era capaz de darse cuenta. Estaba tan ciego... y la diabólica voz no paraba ni un segundo de hablar, parecía incluso desesperada.
¡Sí! ¡Tú la mataste! La mataste, y no ha sido tu primera víctima, claro que no. Tú mataste a alguien mucho más importante, ¿no te acuerdas? ¿Vergel Radiante no te ha refrescado la memoria lo suficiente? Cometiste allí un pecado imperdonable... por eso eres el demonio, eres la maldad reencarnada.
No... no puedo acordarme...
Su cabeza estaba a punto de explotar; el dolor era tal que por un momento temió por su vida. No quería llamar la atención a nadie, así que se aguantó las ganas de chillar...
¿No quería llamar la atención? ¿Temía por su vida? ¿Acaso Light estaba recuperando la conciencia?
Tú... tú la mataste. Tú mataste a...
La imagen de la persona a la que supuestamente había matado empezaba a volverse más clara, empezaba a recordar todo. Aunque al principio solo podía ver una silueta oscura, no se tardaría en revelar la verdadera identidad de la misteriosa silueta... de mujer. Estaba a punto de recordarlo todo...
¡Basta!
Ya no oía una voz, sino dos. Una nueva voz había frenado en seco a la otra, una muy poderosa y con mucha determinación. Esta voz... no era como la otra, le inspiraba confianza, y consiguió desconcentrar a Light por completo. La silueta desapareció de su mente.
¡Light! ¡Deja de buscar en esos recuerdos! ¡Si sigues haciéndolo, lo único que conseguirás será hundirte en la oscuridad! ¡Tu camino está en la luz!
¡No le hagas caso! ¡Averigua la verdad! ¡Admite tus crímenes! ¡¡No deberías vivir en la luz!!
Las dos voces se enfrentaban por atraer su atención a toda costa. Por alguna razón, Light no podía hacer caso a la voz diábolica, no podía cortar la conexión con aquella nueva voz.
¡Light! ¿Hace falta que te recuerde tu legado?
La nueva voz consiguió que recuerdos no muy lejanos resonaran en su cabeza.
“¡Maestro Ronin! Yo, Light Hikari, aceptando el legado de Licht y Dawn Hikari, juro proteger la luz y luchar sin piedad contra la oscuridad... aunque me cueste la vida”
Sí, era el juramento que había hecho a Ronin aquel día, el día en el que se convirtió en aprendiz, y en defensor de la luz. Lo recordaba perfectamente. Hizo un juramento aquel día, y no lo rompería por nada del mundo. Ahora lo veía todo claro...
Finalmente, había recuperado la capacidad de pensar. La voz fría ya no volvería a controlarle nunca más, había roto las cadenas que le mantenían atrapado en la demencia. Tampoco volvió a escucharla.
Aunque su crimen seguía resultando imperdonable...
¡¡Pero he matado a un inocente!!
¡No, tú no has matado a nadie! ¡Abre los ojos y mira hacia los tronos!
El cuerpo de Light se movió solo, como si estuviera actuando por su cuenta. Se levantó del suelo y miró hacia donde la voz le había dicho. Wix estaba viva, había sobrevivido a la caída del candelabro. ¿La otra voz había estado mintiendo? Entonces... ¿Por qué tendría que seguir obedeciéndole?
—Wix... está... viva —susurraba el joven sorprendido y emocionado. No pudo evitar soltar una lágrima.
Pero... estuve dispuesto a hacerlo... tenía que haber echo caso a Axel...
Bueno, ¿y qué? Axel es Axel, y tú eres tú. Tenías que avanzar a toda costa por el castillo para encontrarte con sus amos, ¿No querías preguntarles sobre tus padres?
Sí... pensé que quizás podrían encontrarse allí, en Bastión Hueco, o esa era mi intuición. Me ocurrió algo bastante extraño... es como si...
La otra voz terminó su frase, exactamente igual a como la habría dicho.
Como sí empezaras a recordar tus viejos recuerdos en Bastión Hueco, o debería decir... Vergel Radiante, tu mundo natal.
¿Nací... en Bastión Hueco?
La voz cálida y poderosa no le explicó más detalles, y siguió hablando, sin parar. Era como si estuviera al corriente de todos los detalles de su vida, absolutamente todos.
Pero... piensa una cosa, y es que tú dejaste atrás Bastión Hueco con solo tres años. Y no creo que un niño de esa edad sea capaz de matar a alguien. Obviamente, tampoco creo que recuerdes algo de esa temprana edad.
¿Quieres decir que...?
Alguien te ha estado manipulando todo este tiempo, desde que llegaste a ese mundo. No sé de quien se trataba, pero ha estado manipulando tus recuerdos. Ha estado inundándote de dolor y de odio desde que llegaste a Bastión hueco, pero... ya ha pasado todo.
¿Habían jugado con su memoria? Resultaba bastante increíble, y aterrador, ¿podía Light confiar en aquella voz de verdad? Por alguna razón... esa voz no podía mentirle. No confiar en él resultaba absurdo.
¿Pero cómo sabes tanto de mi?
La nueva voz no volvió a responderle, había desconectado cualquier conexión con ella, por lo que la duda se quedó sin responder...
Al fin, ya no sentía ningún dolor, ya no se consideraba ningún demonio, el sufrimiento y la desesperación habían desaparecido. Su ángel de la guardia le había mostrado el camino por el que tenía que seguir.
Había recuperado la luz.
—¡Si una cosa he aprendido...! —Xefil alzó la voz para que todos le pudieran escuchar mejor— ¡...es que la Luz más poderosa nace siempre de lo más profundo de las sombras!
Light era la prueba viviente.
—¡Traidores! —se colocó junto a Xefil e invocó a Teluria. La apuntó hacia Ryota, en señal de amenaza. Tras haber salido del trance, había conseguido recordar y razonar sobre todo lo que les había contado—. Iros de nuestro castillo, inmediatamente, y dejadlo como estaba.
¿Maestros traidores que habían decidido abandonar Tierra de Partida? ¿Protectores de la luz que aceptaban la oscuridad? Habían perdido el rumbo, y lo mismo podía haber sucedido con él. Si no hubiera sido por aquella voz cálida, habría abandonado a todos sus compañeros de Tierra de Partida...