[Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 1

por **A Nerd Girl** » Jue Nov 15, 2012 8:17 pm

El pacto confirmado, sentí alivio, miré a mi teléfono para ver que tenía una nueva opción: Estadísticas. Al parecer mi horquilla era mi arma, genial… Aunque me daba curiosidad, ¿Qué arma tendría Neas? Pero antes de preguntarle una voz me hizo callar la boca
.
—¡Eso ha sido espectacular!

¡Imposible! ¿No dijo el Maestro Ronin que habían muerto todos los maestros? Esa voz era la de mi Maestra… Lyn. ¿Estaba viva? ¿Una ilusión de mi subconsciente? ¿Habré perdido la cordura?

— —Oye, deberías... Espera. ¿Lyn?

Neas casi habló por mí, no era una ilusión. Estaba en verdad confusa, ¿Ronin nos ha mentido? ¿Cómo puede estar viva? Mi vista se dirigió para ver que miraba mi compañero. Sincorazón.

Perfecto, como se nota que son incordiosos

Miré bien el lugar, la caída era mortal. Teníamos que defendernos de una forma. ¡Electropulso! Recuerdo que ponía que tenía mi amado ataque, solo me bastaba con poder rozar a uno de ellos.

— Neas, pégales patadas o como puedas, yo solo necesito rozar a uno de ellos para lanzar un ataque. ¿Entendido? Luego me dejas ver tu teléfono.

Él no sabía leer, así que me tocaba ahora leerle todo. ¡Qué mal! Aunque no debo concentrarme en eso. Así que puse mi horquilla entre el dedo corazón y el anular de mi mano derecha. Me lancé al ataque, vigilando bien dónde pisaba. Solo me bastaba con rozarlos y lanzaría un electropulso.

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por **Final Fan** » Jue Nov 15, 2012 9:33 pm

El dolor que sentí cuando el acuchillador espetó a Rubí fue por partida doble: ver sufrir a mi eidolón de aquella manera por protegerme... y las consecuencias físicas que aquello parecía traer. Noté como si mi propio cuerpo hubiese sido acuchillado vilmente, y cuando Rubí fue lanzado como si se tratase de un simple muñeco me dio un vuelco el corazón.

—¡¡¡RUBÍ!!! —exclamé, con la voz quebrada.

Quise correr hacia él, pero el sincorazón parecía estar empeñado en segar mi vida por completo. Esta vez se encaró directamente a mí y se lanzó con las cuchillas por delante para cortarme como si fuese un trozo de tela...

—¡No, yo! ¡Yo no he aceptado el Pacto!

Aquel sitio se llenaba de gente a pasos agigantados. Otros dos aprendices habían llegado a la plaza desde el interior de la estación, y otra pareja había llegado trayendo consigo un espectáculo de luz bastante conveniente para la situación: el improvisado destello de energía acabó frenando el ataque del sincorazón, dándome vía libre para llegar a duras penas hasta mi eidolón y evaluar su estado.

Entonces así se veía un Pacto desde fuera. El chaval que gritaba como loco vestía ropa holgada y un gorro que me pareció bastante característico. Su cara de mal humor y el comentario que había hecho hicieron que me asaltase una duda: ¿cómo había hecho el Pacto si no estaba de acuerdo con él? ¿No era precisamente esa la única condición para que se diese? La ocasión no me daba cancha para pensar demasiado, sin embargo: otra cosa llamó mi atención.

—¡¡Sax...!! ¿Saxor? —exclamé.

¿Pero era Saxor de verdad? Había aparecido allí, como bajado de los cielos, y al verlo en lo primero que pensé fue en el día que pasamos juntos tras nuestra misión en el Coliseo del Olimpo (parecía que todo se reducía a aquel mundo últimamente), pero recordé algo, o, mejor dicho, a alguien: Xayim.

—Debes seguir jugando, Fykhjaal. Igual que todos. Igual que yo —continuó Alexis, con tono melancólico—. No siento nada. Sólo debo cumplir con mi función. Ojalá las cosas hubiesen sido distintas. Recuerdo el Coliseo y es tan raro...

—¡Pero...! ¡Si incluso los aprendices de Bastión Hueco están jugando! ¡No podéis...!

—¡Alexis! —interrumpió Yagami—. Más te vale que me cuentes porque Ariasu me ha metido a mí también en esto.

La chica contestó encogiéndose de hombros. No le importaba un comino de lo que le hablaba aquel chico, claramente.

—Por lo mismo que los demás, chaval.

Al final salía a la luz: no importaban los bandos, ni nuestras ideas, ni nuestras decisiones. Para los "amos del castillo" de Bastión Hueco no significaba nada que aquellos portadores estuviesen de su lado... al final todos éramos carne de cañón, los de un mundo y los de otro. O al menos eso era lo que llegaba a pensar dadas las circunstancias.

El acuchillador volvió al ataque céleremente, lanzándose esta vez hacia uno de los aprendices que había salido de la estación. Su compañera, una chica con orejas de gato que recordaba haber visto alguna vez en Tierra de Partida, intentó desarrollar un plan en el acto.

—¡Yagami! ¡Extraterrestre! ¡Intentaré golpearle en las piernas y cuando lo haga vosotros contraatacáis!

—¡No! ¡Pero...! —exclamé, alarmado.

Rubí no estaba en condiciones de luchar y yo tampoco, por extensión. Fuese cual fuese el plan que tenía aquella chica, y por mucho que Yagami pareciese estar de acuerdo con él, yo tenía que mantenerme al margen aquella vez. Miré a Saxor, implorante, deseando que bajo aquella máscara de Xayim siguiese existiendo aquel retraído chico con el que había visitado mi hogar. Deseando que nos ayudase en aquella ocasión.

—¡Á-Ánimo! —grité.

Tenía que apoyarlos a todos desde la distancia si quería sobrevivir. Si quería seguir jugando, tal y como me había dicho Alexis.

por **Saxor** » Jue Nov 15, 2012 9:41 pm

—¡Prefiero morir contigo antes que ayudarte, yo! ¡Jamás te perdonaré lo que le hiciste! ¡Cómo te burlaste de nosotros, cómo nos tendiste una trampa...! ¡Cómo mataste a Rhyme!

<<¿Maté a alguien?>> Mi mente se quedó en blanco. No recordaba nada, y parecía que Xayim tampoco. ¿Había hecho algo así? Esas acciones parecían demasiado propias de él...

—¡Y si debo caer, yo —entonces me sujetó de la muñeca, fuertemente—, tú te vienes conmigo!

Tiró de mí, a la vez que se soltaba de la torre. No pude aguantar el peso, y caí hacia abajo. Iba a morir, por ayudar a los demás. Qué fin más injusto... El tiempo pareció congelarse para mí. Recuerdos de mi vida pasaron por mis ojos, a un a velocidad lenta y rápida al mismo tiempo.

Debes haber pasado un infierno, muchacho. Te compadezco.
Acabo de llegar. Yo soy...Ragun
Soy Fykhjaal, aunque me suelen llamar Fyk.
Me llamo Light, soy el nuevo aprendiz de Maestro Ronin.
Saxor.

***

La televisión anunciaba más asesinatos. Decían que el número de esas criaturas, aparecidas de la nada ayer, había aumentado, y aparecían más cuantos más asesinatos ocurrían.

— Según los datos, mañana el número de criaturas oscuras acabará por exterminar a toda la población, si no se hace nada.

Esas criaturas invadido la mayoría de las calles, y la gente no salía de casa. Entonces, mi padre recibió una llamada telefónica. Tras colgar, decía que las criaturas habían atacado el castillo. Mi madre estaba muy preocupada. No dejaba de decirle a mi padre que se quedara en casa, protegiéndonos. Entonces, se quitó una de sus fundas de espada, con ella incluida. Se acercó a mí, muy serio.

— Saxor, voy a ir a proteger el castillo, y tú eres el único que puede proteger a tu madre de los monstruos. Toma esta espada, y sé digno de poseer el apellido Dakuraito.

***

Un haz de luz envolvió mi cuerpo, haciéndome flotar por unos instantes. Sentí cómo mis energías volvían, y me sentía más fuerte... pero un dolor punzante golpeó en mi pecho, apenas unas centésimas de segundo. Al final, acabé cayendo al suelo, desde tres metros... vivo.

—¡No, yo! ¡Yo no he aceptado el Pacto!

Miré a Beat. También había sobrevivido, pero... ¿no había aceptado el pacto? ¿Entonces por qué seguía con vida? Varias personas se encontraban allí, casi todas del bando de Bastión Hueco, incluyéndome a mí. El móvil vibró en mi bolsillo, pero no había tiempo para eso.

—¡¡Sax...!! ¿Saxor?

Fyk se sorprendió al verme, pero dudaba de mi identidad. Parecía malherido, y tenía que ayudarle. Una de las primeras aprendizas de Bastión Hueco estaba allí... con una cara muy extraña.

—Debes seguir jugando, Fykhjaal. Igual que todos. Igual que yo. No siento nada. Sólo debo cumplir con mi función. Ojalá las cosas hubiesen sido distintas. Recuerdo el Coliseo y es tan raro...

—¡Alexis! —llamó la atención otro de los aprendices—. Más te vale que me cuentes porque Ariasu me ha metido a mí también en esto.

—Por lo mismo que los demás, chaval.

<<¡Sabía que nos habían traicionado!>> Respondió Xayim, enfadado, afectándome ese enfado a mí también. Me sentía muy raro...

Un sincorazón, que parecía bastante fuerte y dañado, atacó a un chico que no conocía da nada. Automáticamente, invoqué por acto reflejo mi nueva arma... ¿Una hoz? Una chica gato enredó un ovillo de acero alrededor de los pies del sincorazón, y otro sincorazón, por órdenes del aprendiz de Bastión Hueco, disparó un rayo al otro desde arriba. No podía quedarme quieto.

─ ¡Beat, ayúdame a vencer al sincorazón!─ Le dije, mientras me lanzaba por el sincorazón, con cuidado de sus hojas.

Lo malo de la hoz es que había que atacar a una distancia relativamente corta... demasiado. Salté, para colgar la hoz en el cuello del sincorazón, y balancearme por su cuello, para aprovechar la forma de la hoz, a la vez que hacía una Doble Hélice. Intentaba, literalmente, rebanarle el cuello. Cuando viera que mi vida peligraba, haría desaparecer mi arma para retroceder rápidamente, y la volvería a invocar, para bloquear.

por **Quico** » Vie Nov 16, 2012 12:05 am

Las balas de corcho no tuvieron mucho efecto en el sincorazón, aunque le hizo retroceder un poco. En todo caso SetonciOS siguió mis órdenes y lanzó el ataque que le había mandado. Por una vez él me obedecía a mí. Y parecía que el ataque del robot hizo su función, pues golpeó al martillo con una pelota salida de la nada y que encima le congeló los pies. ¿Qué clase de habilidad era aquella? Pero no era el momento para ponerse a pensar.

El sincorazón sin capaz de moverse ni de deshacerse del hielo, intentaba romperlo para escapar. Ya solo faltaba darle el golpe final, pero de repente la gente de nuestro alrededor, con una extraña mirada odiosa, se lanzaron a por nosotros.

— ¿P…pero qué hacéis? ¿Qué pasa?

Intentaban agarrarnos, pegarnos. ¿Pero por qué? Todos ellos eran habitantes de Villa Crepúsculo, y yo uno de ellos. ¿Ni siquiera me reconocían?

En todo caso, mientras esquivaba los golpes, observé como dos niños intentaban partir a cierta persona en dos mitades.

— ¡No! N...no podéis hacer eso.

Me zafé de la gente como pude y fui a por el robot. Con un poco de forcejeo podría quitármelos de encima y conseguir a SetonciOS.

— ¡Hiro! ¡Tenemos que irnos!

por **RedXIII** » Vie Nov 16, 2012 12:28 am

La gente aprovechó el descuido de Hiro y le agarraron, junto a su nuevo compañero y aquel extraño ser que les acompañaba ¿Tenía algo que ver con aquellas miradas maliciosas anteriores? Seguramente, algo no parecía ir bien en aquel lugar, nunca había visto a la gente comportarse de aquella forma tan hostil.

Intentó apuntar al Sincorazón mientras era agarrado, pero era demasiado arriesgado, así que opto por la opción más sencilla —¡Apartaos de una puta vez! — Exclamó enfadado mientras se abría paso entre la gente con cabezazos, tirones y golpes disuasorios, a más de uno empujo con fuerza para poder salir de la muchedumbre, no le gustaba la idea de tener a tanta gente cerca tocándole y agarrándole, y menos de una forma tan hostil, le ponía muy nervioso, pero evitaba por todos los medios hacer daño a las mujeres, niños y ancianos que estuvieran cerca.

—¡ Abríos paso entre la gente vosotros dos! — Les gritó a los demás mientras intentaba salir lo máximo de lejos del Sincorazón , había mucha gente pero no creía que ninguna fuera tan rápida como para interponerse delante de Hiro y disparó, de todos modos seguía pensando que ahí pasaba algo raro ¿Como sabía la gente la existencia de los Sincorazónes y encima no temerlos, si no "ayudarlos" y más gente que tendrían que conocerle y que nunca se habían comportado así con el, aunque fuera un miembro mestizo de la raza Inukami.

— ¡Hiro! ¡Tenemos que irnos! — Exclamó su compañero, aunque no le gustara la idea no tenía más opción, así que se acerco lo máximo a su compañero.

—¡¡Avisada queda la gente que se me acerque, mi puño y mi cabeza son bastante duros, os podría partir la cabeza y los brazos como si fueran mantequilla, además de merendarme a gente como vosotros todos los días!! — Exclamó a la vez que soltó un sonoro y fuerte rugido con la intención de provocar una gran impresión y atemorizar a la gente para poder huir, así de ellos.

—¡¡Aaaaahhhhhhh!! — Exclamó mientras apuntaba y amenazaba a la gente que estaba alrededor de aquel muchacho y extraño robot —Aprovechad y salid corriendo —

Mientras, Hiro se acerco al Sincorazón, lo más que pudo, mientras arroyaba y apartaba a todo lo que se pusiera por delante suyo, y lanzo su más potente ataque haciendo lo imposible para que nadie se pusiera por en medio —¡Destruye! ¡¡Ten Kara Chijo Ni Ochiru!! — Alzo su arma y de ella salió una hoja, la cual le permitió usar su técnica contra el Sincorazón, una vez invocada, decidió pegarse a sus compañeros y darles unos cuantos empujones y cabezazos al que se acercara mientras intentaban huir

—¡Si no os apartáis, seréis los siguientes! —

por **James Bond** » Vie Nov 16, 2012 6:08 pm

Al poco de llegar a la Plaza. El sincorazón se dirigió hacia mi. Sin embargo, Kailee le lanzó su ovillo hacia las piernas. El otro sincorazón que controlaba el aprendiz que estaba junto al pequeño extraterrestre, como le llamó mi compañera, disparó contra el que hace un momento iba a por mí.
Dos chicos cayeron desde lo alto y parecía que tenían una conversación bastante acalorada. Sin embargo me preocupaba más el hecho del sincorazón que había estado dirigiéndose a mi. Ahora tenía una espada de madera en vez de una rama de árbol. Supongo que necesitaría otro PowerUp mínimo para tener algo que hiciera daño de verdad. Me dispuse a rematar al sincorazón enemigo cuando cayera al suelo.

—Escuchadme, ¡vamos a sobrevivir! ¿Entendido? No dejaré que nadie muera mientras esté yo con vida.—

La muerte de Ronin me afectó bastante. Creyendo que nos tendríamos que enfrentar a los aprendices de Bastión Hueco, tomé la decisión de matar si llegaba el momento. Pero ahora estábamos todos en el mismo barco. Aprendices tanto de un lado como de otro jugábamos al mismo juego. Pero había algo que me preguntaba, ¿por qué aquí para realizar su juego?

por **Soul Artist** » Sab Nov 17, 2012 2:30 am

Neas y Mei no pudieron hacerse cargo de los Sincorazón por sí solos. Antes de darse cuentas, ya estaban retrocediendo, rodeados de aquellos monstruos de oscuridad... Incapaces de escapar más lejos. Estaban completamente atrapados.

La desgracia no tardó en pronunciarse. Una de aquellas bestias se lanzó en contra de los dos, empujándolos hacia la calle... Y cayendo precipitadamente hacia el suelo. Tan cerca de la muerte, con los ojos clavados en la acera, cada vez más cercana...

Perdieron el conocimiento antes de llegar a tocarlo, mientras el reloj de la estación marcaba las ocho de la tarde.
* * *
Las amenazas de Hiro surgieron efecto. La gente se echó atrás cuando vio que estaban siendo apuntados por una pistola... Pero en cuanto se dieron cuenta de que era de juguete, comenzaron a avanzar hacia él y Fran de nuevo.

Se quedaron paralizados igualmente cuando vieron el tremendo ataque del muchacho hacia el martillo, que rompió el hielo en el cual se encontraba atrapado y salió volando hacia atrás, sin llegar a ser eliminado. Los habitantes de Villa Crepúsculo se asustaron ante el enorme poder que llevaba en su interior el chico perro y caminaron hacia atrás. Por fin imponía.

Pero de poco le sirvió. Al poco, la oscuridad se apoderó de la vista de Hiro y notó cómo caía hacia el suelo, sin poder hacer reaccionar a su cuerpo. En alguna parte de la ciudad, las campanas de un reloj marcaban las ocho de la tarde... El final del tiempo de la misión.

* * *

El acuchillador no vio oportunidad para acabar con sus enemigos. Gracias al ánimo de Fyk, todos vieron su poder de ataque aumentado gratamente.

La primera en atacar fue Kailee, que pese a su buen planteamiento, no fue capaz de tirar al suelo al Sincorazón al dañar sus piernas. Saxor vino después, intentando romperle el cuello al enemigo, pero este se agachó hacia adelante rápidamente para zafarse del aprendiz. Este pudo dañarle con su hoz, pero quedó tirado en el suelo, delante de él, mientras cargaba sus cuchillas para clavarlas en su pecho.

Sin embargo, el héroe favorito de todos salvó a Saxor: Centi, que con su imparable rayo destructor expulsó hacia atrás al Acuchillador. Hikaru corrió rápidamente hacia él para terminar con su existencia, pero su ataque no bastó para acabar con él. El Sincorazón se levantó de golpe y contestó girando sobre sí mismo con los brazos extendidos, lanzando al joven por los aires y con serios cortes en los brazos. Su determinación era clara: pensaba terminar con los aprendices, costara lo que le costara.

—¡Tú, Reaper!

Alexis giró la cabeza hacia Beat, que le observaba con el puño por delante de su boca.

—¡Neku ganó el juego, yo! ¿Por qué seguimos jugando? ¿Por qué no hemos vuelto a Shibuya?

La chica se encogió de hombros, sin saber qué contestarle. Volvió a darle la espalda para dirigirse hacia el Sincorazón, más interesada en el combate que cualquier cosa que le pudiese preguntar aquel rapero.

—¡No me ignores, yo!

Beat extendió su brazo hacia Alexis e invocó una tabla de skate con una calavera dibujada, parecida a la que llevaba en su gorro. Montó en ella y dio un brinco de al menos tres metros de altura, aterrizando directamente en la cabeza del Sincorazón. Este no soportó el golpe y nada más ser golpeado cayó hacia atrás... Mientras su cuerpo se desvanecía en el aire, liberando un corazón vacío hacia el cielo. De él surgieron tres esferas grisáceas que volaron a manos de Yagami, Hikaru y Beat, los que habían dado los golpes clave en aquel final del combate.

—Se acabó el tiempo.

Las palabras de Alexis dieron en el clavo. Nada más pronunciarlas, la vista de todos los allí presentes se nubló, siendo abrazados por la máxima oscuridad y viéndose inmersos en ella. Perdían el conocimiento mientras las campanadas alcanzaban sus oídos... Y no sabían qué pasaría después.

No, hasta el día siguiente.

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