Nadhia decidió sentarse frente a la fuente mientras nos contábamos cosas. Era la primera vez que hacía eso con otra persona, pero sentía que Nadhia era especial, por alguna razón. Me sentía bien conmigo misma por el simple hecho de confiar en ella.
Miré al cielo, guardando el aparato aquel de nuevo en el bolsillo, y pensé acerca de todo lo que había mencionado mi compañera. Sí, ella sí merecía ser mi compañera, ¿qué hubiera sido de mí si hubiese seguido pensando de esa manera? Luchando y luchando, sin pensar en Gengar... Él fue el primer... No sabía que era Gengar exactamente, por lo que era mejor clasificar a éste como criatura. Fue la primera criatura en comprenderme, y gracias a él y a mi voluntad, pude salir de aquel lugar en el que estaba condenada desde un comienzo. Era alguien sin duda, muy especial.
El Maestro Ryota, Ariasu, y puede que Shinju... antes eran todos del mismo ideal que Ronin, o Akio. Los que decidimos quedarnos en Tierra de Partida estuvimos a punto de ser aniquilados en sus manos. Si no fuese por Akio y los demás... Supongo que no estás acostumbrada a tratar con la gente. Créeme, una de las razones por la que seguí al Maestro Akio es porque me ahogaba aquí, en mi mundo. Aunque sigo queriéndolo, sabía que mi lugar estaba en Tierra de Partida, desde que supe que podía volver a ser una niña con Akio.Me giré inmediatamente hacia ella, aún apoyada en la pared, y haciendo un gesto con mi mano derecha y un rostro lleno de dudas, le comenté el porqué mencionaba siempre a ese tal Akio. Parecía alguien verdaderamente importante.
—
Nadhia, mencionas demasiado a un tal Akio, ¿tan importante es? Has dicho que antes, Ariasu, Ryota, Akio, todos eran del mismo bando, pero los que a mí me salvaron la vida, decidieron hacer sacrificios por una presunta Verdad Absoluta. Yo no sé si sus motivos personales son siniestros o no, Nadhia, en un primer momento tampoco me importó lo del equilibrio entre la Luz y la Oscuridad, del mismo me habló la maestra Ariasu al conocerme... —Paré, pensativa, quería que no se volviese loca con la cantidad de información que le daba.—
Yo no le daba, ni le doy importancia a eso, mi maestra me dijo que en este lugar la luz había ganado demasiado terreno, y que era necesario que la oscuridad se hiciese notar, o eso entendí de sus palabras. Si el maestro Ryota a decidido hacer sacrificios, y Akio no se ha atrevido, quizás es porque lo que busca es realmente importante para él, al igual que lo que busco yo de manera desesperada. De hecho, si no hubiese sido por todos esos sacrificios, yo probablemente, ya hubiera dejado de existir... Tú jamás hubieras sabido de mí, ni yo de ti... Me rescataron cuando más lo necesité...Yo... —No sabía bien como expresar aquello, mis ojos se humedecieron, e intenté secar estos rápidamente con ambas manos, evitando mostrar mis sentimientos, no podía verme débil... Pero ante Nadhia y Gengar, podía ser una excepción. Estaba triste y frustrada por dentro, no sabía ni lo que era, ni qué estaba haciendo allí, seguía viva por Nadhia, Gengar, Ariasu... Me negaba a pensar que los que me salvaron fueran asesinos sin piedad cuyo único motivo era matar inocentes sin razón alguna, más que por la propia diversión personal.—
Me niego a creer que ellos sean tan crueles como los haces ver, yo también hubiera hecho sacrificios para lograr lo que me propongo, y no dudaría de ello. No me gustaría vivir una vida llena de incógnitas, vivir en un sinsentido... ¡Porque eso es mi vida! ¿¡Entiendes!?Giré mi cuerpo completo hacia ella, la miré con un rostro lleno de ira, desesperación, tristeza... Todos esos sentimientos me empezaban a afectar más de lo que yo pensaba, pero quería hacerle entender que esa posición tan extremista que tenía acerca de Ryota y Ariasu, era eso, superficial y extrema.
—
¿No recuerdas nada acerca de tu pasado? Quiero decir, antes de lo ocurrido en Espacio Paranoico. ¿Ninguna pista? Me gustaría ayudarte a recuperar tu memoria.Retrocedí un poco, intentando calmarme y pensando lo que me había dicho. No tenía nada en su contra pese a mi actitud, ni mucho menos, era Nadhia. Tenía claro que jamás le haría daño, pero quería, necesitaba que alguien, un humano, me comprendiera. Había estado sola siempre.
—
Efectivamente... No recuerdo nada, me he estado fijando en cómo vive la gente aquí, ¿vivía yo así antes? No me gusta para nada la idea, no sé, no soy la clase de persona que le guste hablar o tener amigos de esos. En cualquier caso, es todo una hipótesis basada en que soy Usuaria, la maestra y Shinju así lo consideraron, incluso Gengar en su momento. —Gengar surgió del suelo, se situó frente a mí y asintió con la cabeza, sonriente.—
¿De verdad me ayudarías? ¿Cómo lo harás?—
Por las Terrazas... hay una entrada hacia los túneles, pero definitivamente me niego a volver. Antes de ir al centro comercial... mmm... ¡oh! Podríamos pasar por la Colina del Atardecer. Se puede ver toda la ciudad desde allí arriba. Luego podríamos ir a las tiendas, en busca de PowerUps, pero... tengo la sensación de que te gustará contemplar el paisaje. Bueno, yo... ahora mismo, se me ha ocurrido algo. ¿Y si eres, por algún casual, de Villa Crepúsculo? Puede existir la posibilidad. La Colina es un sitio que, como dicen muchos habitantes de aquí, nunca se olvida. Pero si quieres ir a las tiendas...—
Estamos de acuerdo ambas en lo del túnel, no me gustaría volver ahí, jamás de los jamases, y ahora que caigo, ¿cómo completamos la misión de... ayer? Y sobre tu idea de que yo sea de... Villa Crepúsculo, así se llama esto, ¿verdad? Pues no lo sé, agradezco mucho tu ayuda. —No pude evitar soltar una cierta risa al terminar la frase, estaba alegre por saber que sus intenciones de ayudarme eran verdaderas.—
Vamos pues a la colina esa Nadhia, quizás sirva de algo...—
¡Entonces en marcha!Seguí a Nadhia a través de un pequeño camino ascendente, que poco después pasaría a ser una diminuta montañita llena de hierbas frescas y completamente vacía. Gengar me acompañó levitando, observando el paisaje, impresionado.
Mientras ascendía tras Nadhia, caí en algo que no me había atrevido a preguntar hasta entonces, más bien, se me había olvidado.
—
Nadhia, ¿por qué en este mundo hablan acerca de un día, cuando ni siquiera se hace de noche? Pensaba que eso era un día, el periodo de tiempo desde que se hace de noche y de día. No sé, aquí siempre hay nubes naranjas. —Esperé su respuesta sin dejar de mirar a mi alrededor con curiosidad.—
Mira, ya estoy un paso más cerca de la Verdad Absoluta, jeje —Me tapé mis labios con varios dedos e intenté mirar en otra dirección en cuanto comencé a reír, aquella situación con Nadhia hacia que mis sentimientos sugieran por sí solos, yo no era capaz de encontrarles sentido, ni controlarlos.
—
Los habitantes de Villa Crepúsculo estamos acostumbrados a una noche donde no existen las estrellas, ni la luna. Oscurece un poco, pero el sol sigue asomándose un poco en el horizonte. Leyendo libros desde hace años descubrí lo que podía ser una noche de verdad. Y, bueno.. "ayer" fue todo muy extraño. Parece que el día termina al acabar una misión. Y ni siquiera sobrepasamos unas horas. Un día tiene veint... ¿Saeko? —Se detuvo al verme reír de aquella manera. Intenté controlarme.
Una vez en lo alto de la colina me aproximé al borde, observando aquel paisaje. Debía admitir que era precioso. En Espacio Paranoico jamás hubiera llegado a ver tal cosa, la sola idea de saber que había estado allí tanto tiempo me mataba por dentro.
Gengar admiraba el paisaje tan impresionado como yo, aquella bola de gas, allí, levitando.
—
Esta vista en simplemente espectacular, Nadhia.—
Es de las pocas cosas que echo de menos de mi mundo.—
Pero yo no recuerdo ninguna cosa, nada me viene a la mente. Aunque agradezco mucho tu ayuda. —Le sonreí, tal y como había hecho con Gengar en la estación. A pesar de que ella no se diera cuenta, yo valoraba muchísimo lo que hacía. Inmediatamente un extraño tren, con diversas estrellas y un color azul oscuro, pasó bajo nosotras por las vías.—
Mira eso, no se parece en nada al de la est...—
Pero debo decirte que en la Torre de Reloj es aún mej... ¿¡Saeko!?Caí al suelo, un fuerte dolor punzante recorrió mi cabeza en menos de un segundo. Llevé ambas manos a la propia cabeza, intentando resistir el dolor. No pude oír nada, todo se volvía borroso... extraño... Nadhia y Gengar iban desapareciendo... ¿¡Qué me estaba pasando!? ¡No quería perderles! Si eso llegase a suceder...
* * *Todo se volvió más claro, sin embargo, no lograba distinguir bien dónde estaba, parecía estar soñando... O algo similar.
Me encontraba en una ciudad, era de noche. Frente a mí había una especie de puerta grande marrón. Intenté moverme, podía moverme con libertad, pero no escuchaba nada, tampoco sentía el suelo que pisaba, me observé a mí misma, y no vi nada extraño, mi visión era borrosa, eso sí. Levanté la vista, alcé mi brazo hacia la puerta, intentando tocarla, pero inmediatamente esta se abrió.
Yo. Yo pasé a través de la puerta y me traspasé a mí misma a gran velocidad, sentí en su mirada ira, puede que desesperación, ¿qué estaba pasando? La puerta se cerró sola, me giré, y allí pude distinguir una bifurcación, el camino de la derecha llevaba a unas tiendas y a una gran plaza, el camino de la izquierda permitía el acceso a las entradas de muchos edificios.
Pero sin duda lo que más me llamó la atención, fue mi propia presencia. Estaba yo allí, frente a la plaza, hablando con alguien, parecía un hombre mayor, con una bata blanca, gafas y un cabello rubio, destacaba su peculiar mechón de pelo azul. Yo estaba frente a él, escuchando lo que parecía decir, me acerqué. Desconcertada y asustada, ¿qué estaba presenciando? Mi otra yo mostraba un rostro de inseguridad, nerviosismo, sin embargo el hombre, al que pude ver mejor gracias a que mi visión mejoró, mencionó ciertas cosas y yo parecí tranquilizarme, mi otra yo adquirió un semblante... algo arrogante, quizás oscuro. Ambos miramos al cielo, un mar de estrellas.
—
...y para eso, lo primero que necesitas es Poder, Saeko.¿¡Qué!?Me agarré el cuello, mi voz no surgía de mi boca, ¿por qué?. Alcé la mano al hombro de mi otra yo, sin saber qué hacer, estaba perpleja viendo aquello, pero la traspasé como había hecho ella conmigo anteriormente ante la puerta. Otra persona llegó al lugar, pues mi otra yo y el hombre de la bata se giraron hacia mí, por un momento dudé de si me estaban observando, pero no, estaban mirando a alguien más, y antes de que pudiera girarme para observar...
Una luz lo engulló todo... Pude oír miles de voces y cosas desconocidas e incomprensibles para mí, nada tenía sentido.
* * *Volví en mí, estaba aturdida, me dolía la cabeza, aunque por el sonido de aquel tren sobre las vías, sabía que apenas había pasado tiempo desde que caí al suelo, quizás fueran uno o dos segundos. El dolor cesó, por lo que volví a recuperarme. No sabía ni qué me había pasado, preferí no decir nada, ni siquiera a Gengar, quién por su expresión parecía que iba a sufrir un infarto.
—
¿S-Saeko, estás bien? De repente te has caído al suelo. Estás pálida..—
Estoy bien... —Me limité a decir, con un tono más serio de lo normal. Quizás Nadhia se extrañara por ese cambio tan brusco, pero no tenía motivos para estar alegre en ese momento.
Nadhia se mantuvo en silencio durante unos instantes, como si dudase de mis palabras... O esa impresión me dio.
—
¿Has visto ese tren, verdad? No me puedo creer que una de las Maravillas sea verdad. Deberíamos ir a comprobarlo, o de seguro creeré que estoy perdiendo la cabeza. B-bueno, si tú te encuentras... ¿De verdad te encuentras bien?¿Qué se supone que debía responder? ¿Decirle que había tenido una alucinación extraña? No... preferí no decir nada, tenía que meditarlo yo sola pero, ¿por qué no me atrevía a contar nada, ni siquiera en presencia de Gengar? Tenía que meditarlo yo primero, sin duda.
—
S-sí, no te preocupes... No... no ha sido nada... Vayamos a por ese tren pues, pero pasear tanto por este lugar no me da buenas vibraciones, los Reapers terminarán apareciendo tarde o temprano... —Miraba al horizonte mientras hablaba, ignorando un poco a los allí presentes. Aquel imprevisto me superaba, ¿me estaría volviendo loca?—
Vamos Gengar. —Ordené de manera algo fría o directa, mi amigo no podía evitar aquel rostro invadido por la preocupación, pero simplemente no quería hablar de eso por ahora.
Me limpié la chaqueta la cual estaba sucia por la tierra del suelo. Nadhia sugirió de ir a por el tren debido a su relación con otra leyenda extraña de aquel mundo, por lo que Gengar y yo la seguimos rápido.
¿Qué... ha sido eso? ¿He visto... mi pasado o era una alucinación? ¿Estaré dándole al asunto demasiada importancia? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Ha tenido que ver la colina o... algo más? ¿Qué... No, quién soy yo?Edit: Aclarar que por supuesto, tengo permiso de EspeYuna para utilizar los diálogos de Nadhia que ella misma ha escrito con anterioridad.