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No puedo creer que hice eso... ─pensé, sumergido en mi propia cabeza, mientras salía del local del Señor Hanekoma. Saxor, Beat y yo nos habíamos aventurado al exterior, esperando encontrar alguna cosa de utilidad, en lugar de quedarnos dentro del Wildkat, donde seguramente estaríamos seguros por el resto del día.
Probablemente seríamos carnada de Reaper en cualquier momento.
Así que terminamos en una calle rebosante de bares y cafeterías. Me pareció un poco extraño, pues estar rodeados de decenas de locales exactamente iguales no podía ser bueno para un negocio, pero terminé por restarle importancia. No era relevante en lo más mínimo y, al fin y al cabo, era un mundo diferente con un funcionamiento igualmente diferente.
Observé con detenimiento el mapa del Sector en mi teléfono móvil. Podíamos ir a una playa, a una tal Calle Noumass y a un parque infantil, desde el cual podía llegarse a un casino y a una biblioteca.
Recordé, de pronto, el libro que "había olvidado" en la Mansión, donde Ariasu. Me arrepentí al instante: quién sabría si contendría más pistas.
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Los mundos tienen corazón... ─recordé.
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Saxor, Beat, ¿os parece bien si nos vamos rumbo a la biblioteca? ─añadí en voz alta, expresando mis planes. A lo mejor había algo de utilidad por allí─.
Es eso o el casino, que tampoco parece mala...Pero fui interrumpido. Mientras pensaba en cuál sería la mejor manera de proceder, Saxor y Beat se habían enfrascado en una nueva conversación que, por desgracia, no pude entender claramente. Sin embargo, no había manera de evitar notar lo nervioso que se hallaba Calavera cuando me interrumpió sin darse cuenta:
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¿¡Tuvo algo que ver Xayim con la destrucción de tu mundo!?Xayim era el ente que había poseído a Saxor, ¿no era así? Pensando en ello, miré a mi compañero, esperando alguna clase de explicación a manera de respuesta. Aunque con no poca incomodidad, el chico comenzó a hablar, contándonos su historia con el tal Xayim:
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No es que Xayim tuviera algo que ver... en parte. Vergel Radiante, mi mundo, era un mundo rebosante de luz. Quién diría que pasaría lo que pasó. No recuerdo el día en el que Xayim invadió mi cuerpo, pero no se manifestó hasta unas semanas después de convertirme en portador. Un día, por lo que sé, Ryota y sus seguidores llegaron a mi mundo, y lo infestaron de sincorazón. Los sincorazón destrozaron cualquier ápice de luz que había en él, hasta convertirse en un mundo completamente dominado por la oscuridad: Bastión Hueco, ahora la vivienda y base de operaciones de Ryota. Mientras tanto, los sincorazón acabaron en un solo día con casi toda la población, salvo a mí... gracias a Xayim.Escuché las palabras de Saxor, sin interrumpir ni por un instante. Aquello me resultaba... interesante, aunque aquella no fuese la palabra más apropiada. Añadía más incógnitas al gran misterio que había descubierto gracias a Light. Tras decir aquellas frases, además, el chico se levantó la camisa, mostrándonos su pecho.
Tragué saliva. Aquel corazón de color negro con una cola en pétalo y unas cadenas o espinas en su centro... Era inconfundible: el emblema de los Sincorazón.
Y Saxor lo llevaba en el pecho. Destrozado, pero al fin y al cabo lo portaba en su propio pecho.
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Hace poco que comprendo por qué no me atacaron los sincorazón... Porque Xayim es uno de ellos. Un sincorazón con ansias de corazones... No sé cómo aún no ha devorado el mío. Los sincorazón detectaban su salvaje esencia, y por eso no intentaron matarme, pero poco a poco lo volvieron a intentar.Quise mirar a Beat para observar su reacción, pero me contuve. Seguramente Saxor esperaba que dijéramos algo al respecto, especialmente su compañero. Miré de un lado a otro por unos momentos, a la par que me cruzaba de brazos, buscando algo para decir. Cuando finalmente lo encontré, no fueron palabras de ánimo o de consuelo:
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No eres el único, Saxor ─me di la vuelta, dándole la espalda a los dos, mientras miraba sin mirar la palma de mi mano─.
Verás, he encontrado cierto... patrón en los Portadores de la Llave-Espada.
>>No son pocos los que nos vemos afectados por algo más allá de nuestro entendimiento. No diré nombres, pero... los que conozco ya alcanzan una cifra alarmantemente alta. No puede ser una coincidencia. ¿Y qué puede significar eso, te preguntarás? ¿Que los Portadores somos frágiles? ¿Es porque los Maestros comenzaron a reclutar gente sin descanso, y muchos de ellos no dan la talla?
>>O tal vez, igual que yo, prefieres pensar...Me di la vuelta, finalmente mirando a Saxor con una expresión de seriedad. Lentamente, alcé la mano a la altura de mi rostro y con ella apunté al cielo.
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Que somos parte de un plan más grande.Suspiré tras decir aquellas palabras. No podía estar realmente seguro de lo que decía, pero sin duda era algo que llamaba la atención.
¿Podría acaso... haber un plan que superase incluso a los Maestros de la Llave-Espada?
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¿Vamos a la Biblioteca? ─pedí, fingiendo que me olvidaba de lo que acababa de decir.