¿Un mensaje de Ragun?
"Tengo el USB, hay que salir de aquí por el Jardín Trasero. Es posible que estemos en peligro. Te veo ahora."
En efecto, Ragun había sido más afortunado que él, pero...
¿Estaban en peligro?
Light obedeció a rajatabla la propuesta de su compañero y salió vertiginosamente de la sala blanca, como si su vida dependiera de ello.
¿Qué demonios estaba pasando? ¿A qué se refería Ragun? Era obvio. Lo sabía, estaba clarísimo. La misión que Stan les había encargado era peligrosísima en todos los sentidos, un suicidio, una posible trampa incluso.
Al final, el objeto que Stan deseaba con tanto ahínco no estaba en la sala blanca después de todo. ¿Cuán valioso sería ese USB para él? ¿Qué haría ese objeto en un lugar peligroso como aquella Mansión? ¿Tendría algún tipo de información sobre el Reaper's Game?
Pero lo que más le preocupaba no era el contenido del USB, eso estaba claro. Ragun había especificado en su mensaje que él y Light estaban en peligro si se quedaban allí...
¿Quiénes vivirían dentro de la Mansión? ¿Qué secretos ocultaba la misteriosa residencia de Villa Crepúsculo que estaba cerrada a cal y canto? Seguramente... Ragun había descubierto las respuestas a estas preguntas y había detectado a tiempo el peligro que les concernía.
Light correría desde la sala blanca hasta el piso de abajo del Hall, a una velocidad desmedida, temeroso de lo que pudiera pasar con sus vidas. El sudor empezaría a recorrer su frente, el corazón le latiría a mil por hora...
Tenía un mal presentimiento, y solía acertar.
Bajaría raudamente las escaleras y se encontraría con Ragun. Ambos se reunirían en el lugar en el que se dividieron, en el piso de abajo de Hall. Light captaría con bastante facilidad el nerviosismo de su compañero.
Confundido y dubitativo por la intranquilidad que mostraba Ragun, se acercaría a él, igual de nervioso; indudablemente era contagioso.
─¿Qué está pasando?
─No hay tiempo para explicaciones. Nos tenemos que ir de aquí, ahora ─espetaría con bastante rotundidad.
Light no se entretendría en hacer más preguntas a su compañero, ni se quedaría allí parado como un pasmarote, faltaría más. Ambos aprendices se dirigirían rápidamente hacia el bosque a través de los Jardines Traseros, huyendo desesperadamente de cualquier Reaper que se apareciera ante ellos.
Correrían y correrían, hasta la extenuación, hasta que el tiempo del segundo día llegara a su fin. En el caso de que ningún Reaper les persiguiera, ambos aprendices optarían por detenerse en las profundidades del bosque, ocultándose allí de sus depredadores como animales indefensos, resguardándose de la luz crepúscular, entre las sombras de los gigantes árboles.
Esperando a que la oscuridad volviera a tragarles...
Esperando un nuevo día...
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