Nada más salir de los túneles, un tipo muy peculiar los había asaltado, intentando vender unos productos horrorosos a ambos chicos. Hana se quedó prendada de la moneda, porque era muy reluciente, pero era obvio que no iba a comprarla. Al fin y al cabo, irónicamente, ¡le costaría mucho dinero!
Por otro lado, se escuchaban ruidos cerca. Y no precisamente agradables. Mickael rechazó también su oferta, y la advirtió que se movieran. Hana asintió, pero en vez de marcar un camino, tuvo intención de preguntarle al tal Stan todo lo que supiera sobre el Juego. Craso error. Si hubiesen salido pitando al momento, probablemente no se habrían visto en una situación tan comprometida como la anterior.
Antes de que lo hiciese, Stan le hizo otra oferta, mucho más tentadora. El bikini era ridículo, MÁS que ridículo, pero si de verdad servía para lo que decía…
Aún no había tenido tiempo para meditar el precio cuando varios Jugadores corrieron en su dirección. Eran Exuy, un muchacho tartamudo que poco importaba a Hana; Kailee, a quien anteriormente había intentado matar; y otra desconocida. El caso es que habían sido perseguidos por un sincorazón, al que guiaron hasta la posición de Mickael y Hana.
—
¿¡Qué demonios creéis que estáis haciendo!? ¡Marchaos con vuestro problema a otro lugar! —les reprendió Hana.
Pero ya era tarde. La mole de oscuridad les rodeó, incluyendo entre sus presas a Hana y Mickael. La muchacha chasqueó. Además, Kailee se acercaba a ellos, reprochándoles de nuevo su anterior atentado contra ella. Realmente, poco le importaba la chica, pero bien se merecía la eliminación por vengarse de aquella forma, encerrándolos entre la espada y la pared, dejándoles con el sincorazón.
—
No tengo ningún interés en ti. ¡Cállate! —gritó, furiosa.
Y así lo hizo, pero no del modo que esperaba Hana, ni mucho menos, por orden suya. La mole atacó directamente a la chica, eliminándola tras unos segundos de intenso sufrimiento. Hana, a su lado, se quedó boquiabierta, viendo los últimos momentos de la chica. Había sido horrible, sí. Le había recordado a las ejecuciones de los piratas, que en varias ocasiones había visto, en las que la agonía duraba un tiempo similar, hasta que el cuello acababa por partirse.
Chistó de nuevo. Si el día anterior hubiese hecho bien la tarea, su muerte no habría sido tan dolorosa.
Al otro lado, escuchó el gritito asustado de Stan, que recogía sus cosas, evidentemente para salir por patas. Desde luego, con aquella última escena, Hana había tomado su decisión.
—
¡Dame ese bikini! —le exigió, sacando de su bolsillo las monedas justas—.
¡Y toma tu asqueroso dinero, capullo!Por supuesto, no podía desnudarse para ponérselo en aquel momento, así que esperaba que tuviera algún efecto para sustituirle la ropa. Si no, tendría que esperar a librarse de esa criatura para buscar un lugar con mayor privacidad donde ponérselo. Realmente, era una ropa ridícula. Pero a Hana ya se le había ocurrido el modo de emplearla bien.
Por otra parte, y dejando un poco de lado al monstruo, otras dos personas más venían a nuestro encuentro: Hiro, el excompañero de la nueva muerta; y Lyn… ¿¡Una Maestra!? En cualquier caso, no hubo tiempo para preguntas, porque el primero solicitaba, a los cuatro vientos, un nuevo aliado que sustituyera a Kailee.
—
Tsk. ¿Y te piensas que lo vas a encontrar por aquí, pardillo? —le ignoró Hana—.
Cada uno ya tiene a su compañero. Ellos dos, supongo; y nosotros dos… tres. Con Hitori —recordé. Hacía tanto que no sabía de él que a saber dónde estaría entonces—.
Si Hitori estuviese muerto, estaría dispuesta a aceptar la oferta, pero como estamos completos, no necesitamos a ningún otro idiota más.Lo que no sabía, obviamente, es que sí necesitaban a un tercer miembro. Y sin darse cuenta, con las condiciones puestas cumplidas, el Pacto había sido aceptado.
El sincorazón seguía en medio. Hana estaba segura de que tenían que acabar con él, sobre todo por lo tocado que parecía de la batalla ya librada. Por eso, también, se sorprendió al ver escapar a las otras parejas con tanto ímpetu de él. ¿Eran unas cobardes o ya estaban muy debilitadas?
—
¿De verdad necesitamos huir hacia el bosque?—puso los ojos en blanco—.
Somos seis contra uno, por Barbanegra. Si tanto afán tienen en huir, nos encargaremos nosotros dos solos de él. ¡Vamos, chico-rata! —le animó.
Inmediatamente, sacaría la concha y apuntaría con un hielo al sincorazón, disparando con la intención de provocarle el mayor daño posible. Era su mejor ataque, pero el tiempo apremiaba, y aquel bicho ya había demostrado ser lo suficiente rápido como para aprisionar a alguien, a Kailee, sin darle tiempo a defenderse.
Una vez acabase su ataque, y si Mickael no le seguía, entonces sí, usaría ese tiempo en el que la criatura se viese envuelta en el hielo para huir hacia donde ellos corrían, con los demás. Si mal no le parecía ver, se dirigían a una fisura en la pared que dejaba ver la maleza que había tras ella.
Hana estaba completamente concentrada en el sincorazón, por lo que no prestó atención a la vibración del móvil. El mensaje, y advertencia, de la Game Master, por tanto, nunca le llegó.
Aviso por aquí, por si no ha quedado claro: tanto Mickael como yo queremos hacer el pacto con Hiro. El problema es que, como no sabemos que Hitori ya no está, sino que hemos supuesto en todo momento que “anda por ahí perdido”, no habría forma de hacerlo sin caer en el metagaming.
Por eso he recurrido a esta forma de “si Hitori no estuviera vivo…” . Como no lo está, el pacto estaría sellado. Disculpad las molestias.