[Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 3

[Soul Artist]

Zait, Edge, Sorkas, Paul, Kousen y Rhía despertaron para dar comienzo al tercer día.

El lugar en el que habían recuperado la consciencia era una estación de trenes; si alguno había estado alguna vez en Villa Crepúsculo, sabría que aquella estación era la de las Terrazas del Atardecer. Y como venía siendo habitual, el sol brillaba con intensidad en el horizonte con su eterno crepúsculo.

Zait y Edge, por un lado, podían agradecer estar allí. Habían huido asustados de un niño con un arma de juguete, temerosos de que les hiciera pupa en la cabecita. Además, habían logrado engañar a la Reaper del paraguas, algo de lo que sí deberían tener miedo: si Alexis se daba cuenta del engaño, seguramente les haría lo mismo que hizo con Saito. O peor.

Sorkas y Paul, por su lado, se habían salvado de una situación crítica por el tiempo límite por segunda vez en el juego. Shinju casi acababa con ellos gracias a dos factores: el Sincorazón con los cañones incorporados, al que esperaban no ver, y el intento de separación de ambos. Ahora al menos sabían que no era posible viajar cada uno a diferentes sectores a menos que uno de los dos muriese cruelmente... O tuviesen la concesión de la Game Master.

Kousen y Rhía no tenían mucho que agradecer. Resultaba que, al llegar a la mansión el día anterior, les entró el sueño y se echaron la siesta entre las plantas del jardín. Estaban vivos, al menos...

Los seis notaron cómo sus móviles vibraban con la llegada de un nuevo mensaje de texto. Al ir a recogerlo, podría notar uno de cada pareja un objeto circular en sus bolsillos que, al sacarlo, comprobarían que se trataba de un PowerUp.

El mensaje de móvil de la misión era bastante sencillo. Sencillo, y terrorífico en cierto modo:

<3

180 minutos.

Tenían el tiempo de la misión, pero no más. ¿Qué significaba aquel corazoncito? La misión más críptica no podía ser para su desgracia. Al fin y al cabo, si no la cumplían, serían eliminados. ¿Qué clase de injusticia era aquella por parte de la Game Master?

Spoiler: Mostrar

Fecha límite: 24 de Diciembre, 17:00 p.m., hora peninsular.
Fecha de la próxima ronda: 25 de Diciembre, hora desconocida (madrugada).

Recuerdo a los presentes que no permito ningún post más allá de la hora.

[Leon18]

Conseguimos esquivar las balas de cañón evitando la explosión de los Sincorazones. Seguimos el plan de separarnos pero justo cuando iba a entrar al Bosque ago me impidió pasar. Antes de que pudiera reaccionar para irme una bala impactó en mi dejándome tirado en el suelo temiéndome lo peor. Intenté levantarme como pude, pero no fue posible. Sólo me quedaba esperar que se acabase el tiempo y me salvara como el día anterior que por suerte pasó. Noté la oscuridad enbriagándome y terminó el día.

**

—¡Eh! ¡Despierta dormilón!

La voz de Sorkas y su zarandeo me despertaron, parecía que se había despertado antes, ¿habría alguna pareja más con nosotros?

-¿Qué tal te fue con el plan?

-Joder Sorkas, espera-Le dije mientras me desperezaba y me ponía en pie- Fue bien, me siguió a mí al final pero antes de que pudiera atacarme la oscuridad me engullió.

Le mentí sobre lo de que Shinju estuvo a punto de matarme, si no lo sabía mejor, no quería parecer débil. Aunque sí debía decirle lo del muro invisible que me impidió el paso al Bosque. Antes de decirle nada miré a mi alrededor y aprecié que estábamos en una estación de trenes y... ¡Rhía estaba por allí! Me alegré de ver que seguía bien. También estaba por allí Lemmons con otro al que no conocía, al menos las dos parejas que estaban con nosotros eran conocidas. Tras pensar un rato recordé que debía decirle eso a Sorkas.

-Ah sí, también me pasó una cosa muy rara, al ir al Bosque un muro invisible me impidió entrar, ¿se te ocurre por qué pudo pasar?

—Realmente extraño… No sabría asegurarte el porqué, pero lo mejor sería que permaneciésemos siempre juntos. Creo que el Pacto que hicimos entre nosotros es más importante que unas simples armas… Pero no te pienses nada raro, ¿eh?

Podía tener razón, quizás no podíamos separarnos, habría que tenerlo en cuenta.


—Bueno, como veas cerebro —Le dije—, además, creo que mientras estemos juntos mejor, tendremos más posibilidades ante el enemigo, que por cierto, le tengo muchas ganas a la zorra de las preguntitas. Aunque puede esperar, tenemos que cumplir la misión de hoy, que a saber cuál será.


Y justo al hablar de la misión sonó el móvil con ella seguramente escrita en un mensaje. Pero al meter la mano en el bolsillo vi que había algo más. Lo saqué y vi que era uno de aquellos PowerUps.

-Eh, mira lo que tengo por aquí -se lo enseñé alegremente a Sorkas y me lo apliqué en el pecho- Toma-Le dije y se lo eché.

Spoiler: Mostrar

Paul aumenta su vitalidad

—¡Oh! Guay —Exclamó feliz y se lo aplicó en sus garras—. Será por cumplir la misión de ayer.

Aquello me extrañó, el primer día también superamos la misión y no recibimos nada, aunque no le di mucha importancia.

Saqué el móvil y vi el mensaje, no entendí el mensaje, lo cual me extrañó mucho, y como ayer, eran tres horas otra vez el día de hoy.

—Es rara esta misión… —Me dijo enseñándome el móvil—Mira, no tiene remitente. En los otros ponía “El Game Master” o algo por el estilo.

-¿Pero qué mierda es esta? Si quieren acabar con nosotros que lo hagan ya-Dije poniéndome bastante cabreado-Bueno, a lo de que tenga remitente o no, no le veo mucha importancia,ahora lo que tenemos que saber es qué hacer, ¿le preguntamos a Rhía y a Lemmons? Nos vendrá bien compañía en caso de que aparezca un Reaper.

—¿Quién es Lemmons? —le pregunté extrañado— ¡Oh! Supongo que será uno de la otra pareja, ¿no? Bueno, si te fías de él no hay problema.

-Sí, el de los pelos azules, hice una mierda de misión con él, pero es buen chaval, aunque su forma de hablar te resultará rara. Bueno, vamos ¿no?

-Vamos.


Nos dirigimos entonces hacia Rhía y Kousen mientras miraba el móvil intentando saber qué significaba la misión. Cuando ya no pude adivinarlo volví al menú y vi lo de las llamadas y pensé que intercambiar los móviles con Rhía y Lemmons vendría bien en caso de que nos separáramos o algo. Cuando estuve lo bastante cerca de Rhía la rodeé con el brazo sonriendo.

-¡Hey Rhía!Veo que estás bien y hemos caído otra vez juntos ¿no? Esta vez vamos a ir juntos por si acaso. Ah, ¡e intercambiemos nuestros móviles por si acaso! Bueno, ahora vengo-Le dije mientras me acercaba a Edge

-¡Lemmons!¿Tú por aquí también? A ver si podemos sobrevivir este día. Ah, y también quiero que intercambiemos móviles-Tras intercambiar nuestros móviles me puse a hablar en voz alta para que me oyeran todos.

-A ver chavales, no tengo ni puta idea de qué va la misión, pero algo habrá que hacer, ¿nos quedamos aquí o nos movemos?-Luego le dije en voz baja a Sorkas- Oye, tú decides cerebro qué hacemos, eh.

Decidiera lo que decidiera Sorkas iría con él y en el caso de que todos decidieran ir a algún lado los seguiría.

[Sorkas]

Volví a despertarme.

Esta vez estaba en una estación de trenes. Al parecer siempre despertábamos a la misma hora, pues juraba que el sol siempre estaba en la misma posición.

Me levanté del suelo echando un vistazo alrededor, volvíamos a despertar al lado de Rhía y su compañero, me alegraba de que hubiesen sobrevivido. Luego había otra pareja que no conocía de nada, pero que tampoco me sonaba ninguno que fuese de los traidores, al menos no debía estar preocupado por eso este día.

Me dirigí hacia Paul agitándole para que se despertase.

—¡Eh! Despierta dormilón —le dije—. ¿Qué tal te fue con el plan?

A mi me había ido bastante bien, apenas una pequeña explosión y poco más, pero eso ya daba igual, como el día anterior, me había recuperado de todas las heridas.

—Joder Sorkas, espera —espetó Paul despertándose—. Fue bien, me siguió a mí al final pero antes de que pudiera atacarme la oscuridad me engulló.

Así que la peor parte se la había llevado Paul. Bueno era un cincuenta por ciento de posibilidades que le tocase a uno o a otro, estaba convencido de que antes de que todo esto acabase me iba a tocar a mi también algún que otro golpe, y habría que ver si volvíamos a tener tanta suerte.

—Ah sí —comentó ya más despierto—, también me pasó una cosa muy rara, al ir al Bosque un muro invisible me impidió entrar, ¿se te ocurre por qué pudo pasar?

“Interesante”, pensé para mi. Al pasar los dos por el agujero no habíamos tenido ningún problema para llegar a la plaza. ¿Lo habría puesto la niña de las preguntas? ¿O había otro motivo? En todo caso, estaba claro que no debíamos actuar solos.

—Realmente extraño… —respondí pensativo—. No sabría asegurarte el porqué, pero lo mejor sería que permaneciésemos siempre juntos. Creo que el Pacto que hicimos entre nosotros es más importante que unas simples armas… Pero no te pienses nada raro, ¿eh?

—Bueno, como veas cerebro —me dijo—, además, creo que mientras estemos juntos mejor, tendremos más posibilidades ante el enemigo, que por cierto, le tengo muchas ganas a la zorra de las preguntitas. Aunque puede esperar, tenemos que cumplir la misión de hoy, que a saber cuál será.

Sí, yo también le tenía muchas ganas a la niña esa. Apenas llevaba tiempo como Aprendiz de la Llave Espada pero ya me la había cruzado las suficientes veces como para cogerle bastante manía. Tal vez si nos la volvíamos a encontrar Paul iba a tener toda la guerra que quisiese.

En ese momento otro pitido junto con vibración me indicó la llegada de un nuevo mensaje. “La misión”. Y efectivamente, al mirar el mensaje en el móvil:

<3

180 minutos.

“¿Pero qué narices?”

—Eh, mira lo que tengo por aquí —me dijo Paul lanzándome un PowerUp—. Toma.

Vaya sorpresa, no nos hemos casi ni despertado y ya teníamos un PowerUp.

—¡Oh! Guay —contesté aplicándome en mis cuchillas el nuevo PowerUp—. Será por cumplir la misión de ayer.

Spoiler: Mostrar

Aplico el PowerUp en el arma

Después de la sorpresa del PowerUp, volvía a centrarme en el mensaje que acabábamos de recibir.

—Es rara esta misión… —le dije enseñándole el mensaje—. Mira, no tiene remitente. En los otros ponía “El Game Master” o algo por el estilo.

—¿Pero qué mierda es esta? Si quieren acabar con nosotros que lo hagan ya —soltó Paul notablemente airado—. Bueno, a lo de que tenga remitente o no, no le veo mucha importancia, ahora lo que tenemos que saber es qué hacer, ¿le preguntamos a Rhía y a Lemmons? Nos vendrá bien compañía en caso de que aparezca un Reaper.

Tenía razón. Por dos veces en dos días ya lo habíamos pasado mal, pero tampoco había que escoger a cualquiera como compañeros.

—¿Quién es Lemmons? —le pregunté extrañado— ¡Oh! Supongo que será uno de la otra pareja, ¿no? Bueno, si te fías de él no hay problema.

—Sí, el de los pelos azules, hice una mierda de misión con él, pero es buen chaval, aunque su forma de hablar te resultará rara. Bueno, vamos ¿no?

Eché un breve vistazo al chico que había mencionado. Tampoco podía sacar muchas conclusiones tan solo mirándoles, pero si Paul conocía a aquel muchacho y confiaba en él, no tenía ninguna objeción.

—Vamos.

Dicho esto, Paul se encaminó primero a Rhía y luego al otro chico, Lemmons. Yo me dediqué a revisar los mensajes que habíamos ido recibiendo y los conceptos de los que tenía dudas. Allí no decía nada de porqué Paul no había podido volver al bosque él solo.

Después de que Paul hablase con los demás me acerqué a los que aceptasen el intercambio de códigos de los móviles.

—A ver chavales, no tengo ni puta idea de qué va la misión, pero algo habrá que hacer —dijo Paul en voz alta—, ¿nos quedamos aquí o nos movemos? —prosiguió esta vez solo a mi—. Oye, tú decides cerebro qué hacemos, eh.

—Quedarnos no es una opción —comenté a Paul tras echar un vistazo por el sitio—. Seguramente los Reapers ya sabrán que estamos aquí y vendrán a buscarnos. Aun así solo tenemos un camino para seguir y fijo que es una trampa pero si vamos todos podremos sorprenderles.

Y dicho esto nos pusimos en marcha bajando las escaleras.

[Demyx]

Tanto Edge como Zait despertaron en otra estación de trenes, distinta a la de la última vez. Habían huido del chico que había matado a un jugador el día anterior, de hecho le había parecido que, antes de que terminara la misión, habían conseguido derrotarle y sacarle de aquel estado de confusión, como León en Bastión Hueco. El joven se sintió mejor consigo mismo, quizá tampoco eran tan débiles como pensaban.

Su móvil vibró y les llegó una nueva misión, un tanto extraña.

<3

180 minutos.

―Parece un corazón ―comentó en voz alta, pensativo.

En su bolsillo encontró otra esfera de aquellas. Sin pensarselo dos veces hizo aparecer su arma y la introdució en ella. Luego se la pasó a Zait.

Antes de que pudiera seguir pensando una cara conocida le sorprendió, era Paul, un chico que había conocido en una curiosa misión en Tierra de Partida. Era un tanto informal, pero le resultaba simpático, parecía alguien resuelto y eso era, sin lugar a dudas, una buena cualidad.

―¡Señor Paul! ―exclamó sonriente―. Yo también me alegro de verle por aquí, es un alivio ver que hay otros jugadores sobreviviendo a esta calamidad ―saco su móvil para darle su número y añadió―. Aquí tiene, pero la verdad es que desconozco si tenemos línea ―le haría una perdida a su amigo para averiguarlo.

No eran pocos los que estaban allí reunidos, la misión era un tanto peculiar, por lo que quizá no estaría mal cooperar con ellos. Así pues decidió presentarse.

―Permítanme que me presente, no veo muchas caras conocidas ―empezó―, mi nombre es Edge Lemmons, encantado ―sonrió―. Espero que podamos cooperar en esta misión ―después de trastear un rato con su móvil prosiguió―. Podríamos ir hacia el centro comercial, quizá encontremos alguna pista ―dijo a la vez que empezaba a andar.

[Soul Artist]

El grupo avanzó hacia adelante, dejando a Kousen y Rhía detrás de ellos, en la estación. Estos se quedaron quietos, de pies y mirando fijamente a una nube en el cielo con forma de pie. Estaban realmente absortos en esta... Igual que el día anterior, que se quedaron tonto perdidos con las plantas del jardín interior de la mansión.

Por un lado, Sorkas y Paul se quedaron por las terrazas del Atardecer, sin hacer mucho por allí. Al poco de caminar, mientras Zait y Edge se alejaban en dirección al centro comercial, escucharon unas risas femeninas entre los callejones del barrio.

Si quisieron investigarlo de inmediato, no pudieron. En aquel callejón en el que se habían metido, dos Sincorazón Sombra aparecieron delante de ellos y justo detrás otro tipo nuevo, más alto y alargado, con forma antropomorfa: un Neosombra.

Habían ido a meterse en todos los problemas posibles. El Neosombra, desde luego, no esperó a que estos reaccionaran: se metió en el suelo a toda velocidad y salió entre ambos, invocando una onda expansiva que les dañó considerablemente. El enemigo se quedó quieto entre las dos Sombras, apretando su puño con garras y moviéndose lentamente de un lado a otro.

* * *
Zait y Edge llegaron a la entrada del centro comercial, donde tenían disponibles sus tres establecimientos más famosos: las recreativas, la tienda de discos y por supuesto, la tienda de cómics. Varios carteles anunciaban el lanzamiento de un nuevo disco del grupo Zapato Endiablado, cuyo vocalista había acudido a firmas ejemplares; en la tienda de cómics, por otro lado, parecía haber alguna especie de convención friki donde acudían cientos de jóvenes disfrazados de sus personajes favoritos de la novela “El Señor de los Martillos”; y por último, en las recreativas no parecía haber nada especial aquel día comparando con los otros dos, aunque nunca se sabía qué clase de juegos podían encontrar allí.

Qué camino tomar a partir de allí dependía de ellos.

Spoiler: Mostrar

Faltas: Yuehito (1), Little Sho (1), Kousen (1), Lavanda (1), Hitori (1)

Fecha límite: 28 de Diciembre, 20.30 hora peninsular
Fecha de posteo: 29 de Diciembre, 00.00 hora peninsular

[Little Sho]

—Zait.

—Zait.

—Zait.

—Zait, despierta.

Spoiler: Mostrar

Mi cabeza daba profundas y repetidas vueltas. Mi vista estaba nublada, diría que incluso veía los colores invertidos. Me movía muy despacio y todo parecía ir completamente lento. Cada movimiento dejaba un rastro, un aura difuminada que repetía el sentido de cada acto. El mundo parecía desmaterializarse. Cerré los ojos y, al volver a abrirlos, contemplé una figura enfrente de mí.

Spoiler: Mostrar

—Zait, despierta. Despierta y contempla el mundo. Abre… Tus ojos. Aviva… tus sentidos.

La forma de lo que parecía un joven comenzó a moverse en dirección opuesta a mí. Me levanté como pude y, con pasos torpes y muy lentos lo perseguí.

—¿Qué harás Zait? ¿Qué harás cuando todos ellos mueran?

Todo comenzó a alcanzar una fría, aunque eléctrica, tonalidad azul que llegó hasta el interior de mi pecho.

—Mantente vivo, y las respuestas llegarán a ti.

Comencé a correr. Aunque mis piernas doliesen y pesasen. Aunque mi corazón no pudiese bombear más sangre. Aunque mi alma quisiese salir de mi cuerpo, corrí, corrí para alcanzarlo.

Mi vista se nublaba y mis sentidos caían. Una gran masa de oscuridad se cernía sobre mí. Y lo único que podía ver era la imagen distorsionada de una figura alejarse de mí.

—P… Yo… ¿Dónde… Dónde estás?

***

—¿¡Dónde estás!?

Desperté repentinamente, cogiendo una gran bocanada de aire. Me puse de pié enseguida y miré a todos lados, buscando aquella extraña imagen. Entonces, el peso de la realidad cayó sobre mí y me di cuenta de que todo había sido un sueño. Me había despertado en una estación de trenes de Villa Crepúsculo. Por muy poco que me gustase, seguía dentro de aquel dichoso lugar. Había más jugadores allí.

Pude reconocer a Kousen junto a una joven rubia. Edge, quien me había dado el Power Up conseguido por realizar la misión del día anterior, saludaba a un compañero.

Yo permanecí al margen de todo aquello y coloqué el dicho Power Up en mi querida capa, deseoso de que alcanzase su forma final. Quizá era una estúpida esperanza, una ferviente creencia que de nada valdría. Pero mi roto corazón lo necesitaba, necesitaba esa crédula fe que le diese un empujón para continuar. Quería dejar de sentirme solo. Aunque Edge me ayudaba en aquella labor, no había por qué negarlo.

El joven que saludó a Lemmons habló de intercambiar móviles. No me interpondría en aquello, pero sí que me parecía una idea bastante precipitada.

El peliazul se presentó a los demás. Yo me quedé callado, exceptuando que el propio Edge me presentase, no veía una razón para hablar. Por otro lado, mi compañero demostró una gran conexión conmigo al proponer el mismo sitio que yo tenía en mente. Empezó a andar, por lo que yo lo hice a su lado.

De camino al centro comercial contemplé el mensaje de la misión.

—Edge, ¿qué crees que significará? —escuché paciente a mi amigo y, después, añadí—. Puede ser. Creo que lo mejor será buscar información, recaudar datos…

Me llevé una mano a la barbilla y me mantuve pensativo. Sin embargo, y como de costumbre, un recuerdo surgió en mi cabeza con un poder asombroso.

Spoiler: Mostrar

—Edge… Tú… ¿Tienes padres? Es decir… ¿Los has visto alguna vez?

Callé durante un instante. Seguramente fue fugaz, pero desde mi interior, desde mi corazón, fue eterno. Fueron segundos pasados a milenios, en los que intentaba asimilar lo que significaba mi vida. Siempre estuve maravillado por las aventuras, por los personajes de los cuentos. Nunca supe valorar que mi vida ya era lo suficientemente dramática. De todas formas, ¿por qué iba a contársela a Edge? Y entonces lo replanteé. ¿Por qué no?

—Edge. Hemos corrido juntos para salvar nuestra vida. Hemos caído juntos… Hemos sentenciado juntos. Y más veces nos aguardan. Es más, la vida de una persona recaerá sobre nuestras conciencias. Quizá no tanto sobre la mía. Yo me siento perdido y abstracto. Antes solía considerarme un luchador por la luz. Ahora… Ahora me he perdido en el crepúsculo, en la penumbra. Y no sé qué es lo que será de mí. Pero… ¡Hay algo que sé! Algo que tengo claro. Si queremos sobrevivir… Seamos uno solo. Es decir… Seamos un equipo. Yo debo conocer tus puntos fuertes y débiles. Y tú los míos. Tus ventajas y desventajas, tus alegrías y tus penas… Y tú las mías.

Miré al suelo cabizbajo y seguidamente puse la mirada en lo más alto del cielo. Intentando no llorar. En lo que llevaba de periplo, más de una vez me llamaron llorica. Supuse entonces que tendría que aceptarlo.

—Yo… Yo una vez formé un equipo. Formé una familia, una hermandad, una amistad. Yo tuve a alguien en quien confiar ciegamente, alguien a quien proteger y alguien que me protegía. Puede… Puede que tenga miedo a volver a perderlo. Puede… Que aún siga buscándolo sin descanso. Pero… De los errores se aprende. Ya he fallado una vez. Y si quiero alcanzar algún día la sabiduría, tendré que fallar otra. Y estoy dispuesto a fallar contigo. A caer, a estamparme contra el suelo, a gritar de rabia y levantarme, a correr y poner hasta la última gota de mi esfuerzo, contigo. No me falles. Y confío en que nunca lo harás.

Me acerqué al joven y le ofrecí mi mano.

—Tómalo como un trato, como un acuerdo o como una promesa. Incluso si quieres como un juramento. Pero… Como ya te dije. Yo te ayudaré en tu aventura, y tú en la mía.

[Demyx]

El grupo se puso en marcha hacia el centro comercial, delante Zait y Edge, detrás Paul y su compañero. Poco a poco se fueron distanciando y, sin siquiera darse cuenta, Edge, absorto en sus pensamientos, perdió a la otra pareja de vista.

Al cabo de un rato, Zait, quien había estado bastante ausente desde que habían despertado, le preguntó acerca de la misión. El joven sacó nuevamente su móvil y miró el mensaje de la misión… ¿un corazón? El chico se llevo la mano a la barbilla y lo meditó durante unos instantes.

Spoiler: Mostrar

—La verdad es que por ahora un humilde servidor no ha logrado descifrar el significado de la misión. Puede que se trate de algo relacionado con la llave espada y la estrecha conexión que guarda con los corazones de las personas, por otro lado también podría ser que la misión consistiera en alcanzar un alto grado de compenetración con tu compañero de juego —el chico sonrió, como de costumbre—. Mas paréceme que, por ahora, es inútil que sigamos dándole vueltas —su compañero estuvo de acuerdo y propuso buscar pistas por los alrededores, a lo que Edge asintió.

El joven hizo el ademán de seguir andando, pero se detuvo cuando vio que Zait no le seguía.

—¿Ocurre algo, señorito Zait? —se acercó a su amigo y arrodilló mientras le ponía una mano en el hombro—. Si hay algo que la angustie, sea lo que sea, debe saber que puede confiar en mí.

—Edge… Tú… ¿Tienes padres? Es decir… ¿Los has visto alguna vez?

La pregunta sorprendió al chico, quien parpadeó un par o tres de veces antes de responder. Se percató entonces de que aunque habían mantenido una estrecha conversación el día anterior, aún desconocían muchísimas cosas el uno del otro. ¿Quizá Zait había perdido algo más que a su mejor amigo? No le pareció el mejor momento para preguntar, indagaría en el tema más adelante, cuando viera al zagal algo más animado. Edge lo tenía claro, sobrevivirían, y así podría conocer mejor a su nuevo amigo.

—Así es, tuve que despedirme, temporalmente, de ellos cuando abandoné Port Royal para convertirme en un aprendiz más de la llave espada. Son gente honrada y trabajadora —frunció el ceño—. ¿Es que ocurre algo?

La respuesta de Zait le hizo conocer mejor al chico sus dudas y preocupaciones. Edge podía comprender bastante bien los sentimientos de su compañero, Zait vivía en la incertidumbre, no del mismo modo que él, pero sí parecido, y eso le destrozaba por dentro. Ambos hicieron un apretón de manos.

—Ganaremos este juego, señorito Zait, lo ganaremos y seguiremos adelante, se lo prometo —hablaba con firmeza, convencido de lo que decía, y esperaba poder transmitir esa seguridad—. Un humilde servidor tan solo busca respuestas, comprobar si el mundo tal y como hasta ahora lo había concebido es verdadero, o si por el contrario he estado viviendo en una burbuja todo este tiempo. De ser así mi cometido ya lo conoce, deseo un mundo mejor en el que todos podamos vivir tranquilos, sin guerras y disputas —el joven volvió a sonreir—. Un objetivo tan ambiguo sólo me permite empezar actuar en mi entorno más inmediato. Le ayudaré en su búsqueda, señorito Zait, le ayudaré a recuperar todo aquello que ha perdido.

Para cuando hubo terminado, ya habían llegado al centro comercial, y Zait y Edge se encaminaron hacia la tienda de cómics.

[Sorkas]

Después del intercambio de números con la otra pareja, Paul y yo nos encaminamos escaleras abajo. Mientras bajamos cotilleé en el móvil por donde estábamos. Al parecer habíamos despertado en la Estación del Atardecer, en un nuevo sector. Y estábamos accediendo a las Terrazas del Atardecer.

“En este mundo todo tiene que ver con el atardecer”, pensé. Cuando me quise dar cuenta nos habíamos distanciado mucho de la otra pareja, tanto que los habíamos perdido de vista.

—¡Hey! —exclamé en alto—. ¿A dónde van esos dos? ¿No se supone que íbamos juntos?

—¿Qué? —saltó Paul—. Maldito Edge, otro igual.

—¿Otro? —pregunté curioso—. ¿Acaso estás acostumbrado a que te dejen tirado?

La verdad era que estaba algo aburrido y una conversación no me iba a venir nada mal. Y algo de curiosidad sí que tenía.

—Bueno, sí —dijo visiblemente incómodo—. Pero no te preocupes, tampoco es algo muy importante.

Por desgracia para Paul, eso no era algo que me fuese a detener. Nos habíamos quedado solos y nuestros enemigos no habían hecho ningún movimiento de momento.

—Tú sabrás… —dije sin perder ni un ápice de curiosidad—. Pero quiero que sepas que yo no te voy a dejar a parte. No sabría muy bien decir porqué, pero estoy seguro que lograremos salir de aquí y volver todo a la normalidad. Además, creo que te sentirías mejor soltándoselo a alguien, es mejor que quedártelo guardado para ti. Te lo digo por experiencia.

—Pf, vale pesado, te lo contaré entonces —dijo convencido—. A ver pues cuando yo tenía 15 años, mi padre desapareció, por lo que estuve más de tres años solo en aquella ciudad, una putada sí, pero aquello me hizo más fuerte, tan fuerte que saldremos de esto.

Lo que había comenzado siendo una manera de pasar el rato, se había convertido en una intromisión directa en la intimidad de Paul. No estaba preparado para ello y se hizo notar en mi cara. La mención de la desaparición del padre de Paul me recordó al instante a mi propio caso. Sin embargo, rechacé de inmediato aquellos recuerdos, pues no era momento de dejarme llevar.

—Tú vivías en el Mundo Inexistente o algo así, ¿no? —dije conmovido—. No suena como un lugar ideal para vivir solo durante tanto tiempo… —hice una pause forzándome también a sonreír—. ¡Pero ese es el espíritu!

Nos encontrábamos en frente de un callejón sin salida que me llamó la atención, no sabría decir muy bien porqué. De repente, unas risas que identifiqué como femeninas llegaron a mis oídos desde el fondo del callejón. Miré a Paul extrañado y comencé a dar un paso hacia el callejón. Sin embargo, apenas había empezado a mover el pie cuando dos sombras que precedían la llegada de sendos Sincorazones me pusieron en alerta. Se formaron delante nuestra dos Sombras que no parecían ser muy problemáticas, pero al momento un tercer Sincorazón que no logré identificar se les unió. Se asimilaba bastante a una Sombra pero tenía unos rasgos más afilados.

El nuevo Sincorazón desapareció de repente dejando una especie de agujero negro en el suelo. Yo, que no logré salir de mi asombro, vi como ese agujero negro redujo su distancia con nosotros a una velocidad más grande de lo que hubiese creído capaz. Cuando llegó a ponerse entre Paul y yo, el Sincorazón surgió del suelo creando una onda expansiva.

“¡Es el mismo movimiento que los Sombras!”, deduje demasiado tarde. La onda expansiva nos lanzó a Paul y a mí contra la pared resultando bastante dañado.

Dolorido y furioso por mi incompetencia me levanté a duras penas e invoqué mis armas. Dirigí una mirada a Paul que no había quedado mucho mejor que yo y vi como se bebía la poción. Moví mi mano hasta el bolsillo, pero cuando agarré la poción decidí que era mejor guardarla, tal vez la necesitásemos luego, pues no pensaba morir allí.

Volví a centrarme en nuestros enemigos. El Sincorazón extraño se había reagrupado con sus aliados. Ya no me quedaba ninguna duda de que era como una Sombra mejorada. Chasqueé la lengua mientras pensaba en nuestras opciones, observé las direcciones por donde habíamos venido y la otra dirección de la calle.

“En este estado no podemos plantarles cara”, me vi forzado a reconocer. Sin apartar ojo de nuestros enemigos, volví al lado de Paul.

—No te va a gustar —empecé a decirle—, pero no tenemos otra opción. —concluí sin que hiciese falta más explicación.

—¡Venga ya!

—Vigila al Sincorazón raro —dije sin hacerle caso—. Yo me ocuparé de los otros. Paul… Golpea fuerte.

Dicho esto y sin dejar de observar a los Sincorazones, nos pusimos en carrera hacia, según recordaba, la Colina de, sí, del Atardecer.

Si en algún momento alguna de las Sombras me hubiese atacado, hubiese bloqueado con una cuchilla su ataque sabiendo que se pueden ocultar en el suelo, y contratacado rápidamente con la otra. Si me hubiese atacado el Sincorazón raro, hubiese observado cuidadosamente su movimiento, para golpear con Razia Tenebrosa en cuanto saliese del suelo o estuviese lo suficientemente cerca. Si, sin embargo, los Sincorazones nos atacaban todos a la vez, yo me encargaría de proteger los golpes de los Sombras mientras mi compañero golpeaba al Sincorazón raro.

Durante la huida, me cuide de mirar varias veces hacia atrás poniendo en práctica el plan anterior si alguno de los enemigos decidía seguirnos.

Spoiler: Mostrar

Por cierto Narra, en la ficha del menú del móvil, no nos has subido los 2 PowerUps que hemos usado. Yo los gasté en VIT y en Armas.

[Leon18]

Tras ponernos en marcha todos estuve sumido en mis pensamientos, había estado a punto de morir dos veces en dos días y salvado por el final del día, no creo que la próxima vez tenga tanta suerte.

Miré al frente y vi a Edge y a su compañero, el cual no se había presentado,parecía un poco raro, ¿habrían ellos estado a punto de morir también o quizás no tuvieron tantas complicaciones como nosotros?

Miré hacia atrás y Rhía no estaba con nosotros, ¿qué le pasaría a la chiquilla? Ayer cuando la vi tampoco quiso venir conmigo y Sorkas, que yo supiera no le había hecho nada, y a Kousen no lo veía muy capacitado para protegerla, cuando terminara toda esta mierda, ya hablaría con ella.

—¡Hey! —Exclamó Sorkas, me puse en guardia por si eran Sincorazones-¿adónde van esos dos? ¿No se supone que íbamos juntos?

Pero lo que colmó el vaso fue lo que había pasado, Lemmons y su compañero se habían alejado mucho, ¿es que todo el mundo iba a dejarme solo? Primero mi padre, ahora Rhía por segunda vez y Lemmons ahora, ya estaba empezando a cabrearme.

-¿Qué? Maldito Edge, otro igual...

—¿Otro? —preguntó Sorkas, ya la había liado, todos los recuerdos de mi padre iban a aparecer de nuevo, y no valía la pena estar deprimido-¿Acaso estás acostumbrado a que te dejen tirado?

-Bueno, sí...-Le dije con la voz un tono extrañado- Pero no te preocupes, tampoco es algo muy importante-Le dije para que dejara de hablar de ello

—Tú sabrás…Pero quiero que sepas que yo no te voy a dejar a parte. No sabría muy bien decir porqué, pero estoy seguro que lograremos salir de aquí y volver todo a la normalidad. Además, creo que te sentirías mejor soltándoselo a alguien, es mejor que quedártelo guardado para ti. Te lo digo por experiencia.

Aquello me tranquilizó algo, sin duda era un gran chaval y sin duda era bueno tenerlo de compañero. Así que se lo decidí contar, como hice ya con Rhía.

-Pf, vale pesado, te lo contaré entonces- le dije y empecé a soltárselo todo, al menos no me había puesto tan triste como cuando se lo conté a Rhía- A ver... pues cuando yo tenía 15 años, mi padre desapareció, por lo que estuve más de tres años solo en aquella ciudad, una putada sí, pero aquello me hizo más fuerte, tan fuerte que saldremos de esto-Le dije con una sonrisa, aunque en realidad estuviera muy triste.

—Tú vivías en el Mundo Inexistente o algo así, ¿no? —me dijo un poco ¿triste?-No suena como un lugar ideal para vivir solo durante tanto tiempo… —tras decir eso intentó sonreír, quizás para animarme-¡Pero ese es el espíritu!

Ya cansado de hablar de ese tema no le respondí, simplemente caminé serio hacia un callejón. Al poco tiempo escuché un ruido extraño, ¿unas risas? Si eran Reapers estábamos jodidos.

Pero algo que también me molestaba aparecieron, Sincorazones, dos de los que estuvieron a punto de matarme aquel día que me encontré a Rhía aparecieron, me puse en guardia con mi katana, pero no era la última sorpresa que me quedaba, apareció una hormiga de esas evolucionadas contra las que luché con Akio, pero esta vez no estaba él para salvarme.

Antes de que pudiera darme cuenta la hormiga evolucionada se metió debajo del suelo y saltó entre medio de nosotros provocando una onda expansiva que al menos a mí me dañó mucho, no sabía si podria sobrevivir a otro golpe, por lo cual cogí la poción que nos dio el fallecido Ronin y me la bebí, en cuanto me puse mejor me puse al lado de Sorkas esperando su plan.

—No te va a gustar, pero no tenemos otra opción.

Ya sabía lo que significaba aquello, huir, aquel hombre no quería nada más que huir,!no me dejaba ni un momento de diversión! Maldecía aquel día en el que acepté su trato,y si huía y yo me ponía a luchar, no iba a conseguir nada bueno de ello.

—¡Venga ya!-Le dije en forma de queja.

—Vigila al Sincorazón raro.Yo me ocuparé de los otros. Paul… Golpea fuerte.-Me dijo, yo le asentí, me había dejado al otro al menos.

Sin esperar más, Sorkas salió corriendo y yo detrás de él sin dejar de mirar hacia atrás y al suelo, en el caso de que se metieran dentro para intentar esquivar su ataque. Si la estrategia me haía quedado clara, yo me encargaba del otro Sincorazón, al que atacaría con un Golpe Contundente, y seguiría corriendo, si en cambio viniesen las dos Sombras se las dejaría a Sorkas, pero si se las viera chungas les atacaría, y si viniesen todos nos encargaríamos cada uno de lo acordado. Pero lo qe teníamos que hacer era huir, seguiría el camino de Sorkas, que parecía que se dirigía a una colina.

Spoiler: Mostrar

Sí, a mí tampoco me lo pusiste, los dos que utilicé fueron en Vitalidad ;D

[Sombra]

Spoiler: Mostrar

Por falta de tiempo, ayudo a Narrador en esta ronda, espero que no os importe.

Edge y Zait

Nada más entrar en la tienda de comics los dos se darían cuenta enseguida de que aquel lugar era muy variopinto. Había disfraces de todo tipo, incluso uno recordaba un poco a las habituales vestimentas de Zait.

Por todo el local había enormes carteles con artworks de aquel evento que se estaba realizando.

Toda la gente se estaba aglomerando entorno a una especie de "ring" en el que un tipo, también disfrazado acababa de despachar con su espada de gomaespuma de color azul a un rival que parecía haberle retado.

—¡Bien! ¿Quién es el siguiente que se atreve enfrentarse a mí? —preguntó con un tono arrogante—. ¿Tal vez tú, Frudo el Gobit? —señaló a un tipo bajito con pelo afro que iba descalzo y llevaba colgando del cuello un enorme martillo dorado que parecía pesar lo suyo. Tras dar un repaso con la mirada a sus posibles rivales se fijó en una pareja en concreto... Una pareja de curiosos Jugadores del Reaper´s Game que se había atrevido a pisar aquella tienda de comics.

> ¿Qué me decís de vosotros? ¿Cosplayer de Lonk de La Desventura de Cerda, Tipo de pelo-azul que parece sacado de un manga? ¿Alguno de los dos se atreve a combatir contra mí? Yo, el fantástico Jogorn, hijo de Cebollagorn Heredero del trono de Llorasburg reta a uno de los dos.

Si decidían aceptar el duelo, el muchacho que se hacía llamar Jorgorn ofrecería al luchador una de aquellas inofensivas espadas de gomaespuma.



Paul y Sorkas

Los tres sincorazón se prepararon rápidamente para atacar.

Las dos sombras se lanzaron contra Sorkas. Una de ellas se acercó para asestarle un zarpazo, pero falló gracias a que el muchacho esperaba justo aquello con antelación. Sin embargo, la otra sombra se había metido en el suelo y se había situado a su espalda en un abrir y cerrar de ojos donde le dio una patada con una de sus patas antes de volver a meterse en el suelo perdiéndose de vista durante unos instantes hasta que reapareció cerca de Paul, al cual estaba dando la espalda.

Finalmente, la neosombra recibió el ataque de Paul sin poder hacer nada para evitar ser lanzada hacia la pared, justo en el mismo sitio en el que Sorkas había acabado estampado por la onda expansiva que había producido al salir del suelo.

La neosombra, como venganza se dirigió contra Sorkas ya que era el que tenía más cerca.

¿Podría el joven bloquear el ataque?

Spoiler: Mostrar

Zait y Edge- Consiguen Fusión
Sorkas y Paul- Consiguen Fusión

Spoiler: Mostrar

Faltas: Yuehito (1), Little Sho (1), Kousen (2), Lavanda (2), Hitori (2), Final Fan (2), Nell (1)

Fecha límite: 31 de Diciembre, 19.00.
Fecha de la siguiente ronda: 1 de Enero de 2013.

[Sorkas]

Apenas nos habíamos movido del sitio cuando pude ver como nuestros enemigos no iban a dejar que huyamos y rápidamente se lanzaron contra nosotros.

Pude observar a una Sombra fundirse en el suelo y avanzar hacia mí. El zarpazo que lanzó pude bloquearlo sin problemas, pero a cambio había perdido de vista al resto de los Sincorazones.

Lo próximo que sentí fue un duro golpe en mi espalda. Algo me había dado una fuerte patada que me impulsó. Este golpe me desconcentró lo suficiente como para no ver al Sincorazón extraño que surgía del suelo cerca de mí. De nuevo, una onda expansiva me lanzó contra la pared.

Después del impacto, me obligué a mí mismo a levantarme. Dolorido pude ver como Paul lograba golpear al Sincorazón y lanzarlo bastante cerca de mí. El Sincorazón se rehízo rápidamente y pude ver como se lanzaba contra mí.

Con las pocas fuerzas que me quedaban levanté mi brazo equipado con mis cuchillas y lancé mi Razia Tenebrosa contra él. Si lograba derrotarle utilizaría la poción para recuperar las fuerzas y me giraría para buscar a las Sombras restantes y ayudar a Paul contra ellas, si no, me lanzaría lo más rápido posible para golpear con las cuchillas al Sincorazón antes de que pudiese reaccionar tras mi habilidad.

[Leon18]

Spoiler: Mostrar

Sorkas y yo intentamos huir como siempre, pero esta vez parecía que no nos íbamos a salvar, primero vi como Sorkas pudo bloquear el ataque de una de las hormigas con éxito, pero no tenía tiempo para distracciones, la hormiga evolucionada se dirigía hacia mí.

Con toda la fuerza que pude, la ataqué y conseguí estamparla contra la pared, pero el plan no salió bien, Sorkas estaba a su ladoy parecía estar cabreada.

Lo primero que pensé fue en atacarla, pero me di cuenta de que faltaba una de las hormigas y como me llevara un ataque sorpresa por ella estaba la cosa chunga, así que dejé que Sorkas se la arreglara solo, no es que lo dejara a su suerte, sino que confiaba en que acabaría con aquel bicho, además creía haerlo dejado muy debilitado.

Me di la vuelta en busca de la hormiga perdida y vi que estaba de espaldas, no me lo pensé y fui a atacarla, le daría muchos espadazos con mi katana y en cuanto hubiese acabado con ella daría una voltereta por si tenía a la otra detrás.

Después de la voltereta miraría si Sorkas ha acabado con la hormiga evolucionada, en el caso de que no la hubiera matado, iría a atacarla, si en el camino se interpusiera la hormiga que quedara la atacaría y seguiría corriendo para atacar a la hormiga evolucionada que debería estar distraída para acabar con ella y me dirigiría a rematar después a la otra hormiga.

En el caso de que Sorkas hubiera acabado con ella, iría a por la otra hormiga e intentaría acabar con ella.

Lo que estaba claro es que ninguno de los dos íbamos a morir allí.

[Demyx]

El destino que habían escogido era cuanto menos sorprendente. En esa peculiar tienda casi todo el mundo parecía ir disfrazado, quizá fuera por el evento que se estaba celebrando allí, el cual respondía al nombre de “El Señor de los Martillos”. , El hecho es que la mayoría casaba bastante con la vestimenta y aspecto de su amigo Zait, y dado que Edge también era un tipo de aspecto singular… pasaban desapercibidos.

El joven peliazul fue abriéndose paso entre la multitud junto a su compañero Zait hasta descubrir un “ring” donde peleaban un par de hombres disfrazados con una espada de gomaespuma, igualita a la que empleaba el chico del gorro que habían derrotado el día anterior.

Algo inesperado ocurrió para Zait y Edge. Uno de esos tipos despachó a su contrincante y el vencedor, tras examinar detalladamente a todos los presentes, se dirigía a ellos para retarles a un combate. A Edge le resultó tan agradable para sus oídos la magnificencia con la que hablaba aquel hombre que se olvidó por completo que estaban en aquel juego infernal, extremadamente motivado dio una palmadita en el hombro de Zait y avanzó decidido hacia el “ring”. Cogió con firmeza aquella espada de gomaespuma que le ofrecía su rival, sonrió y se presentó:

―Yo, Edge Lemmons, aprendiz y soldado, hijo de una humilde familia de mercaderes de limones, acepto el duelo.

Edge se puso en guardia. En cuanto empezara el combate acometería directamente hacia su contrincante, sin embargo, en el último momento, trataría de efectuar una finta saltando hacia atrás, rodar hacia la derecha y propinarle un buen golpe con la espada de gomaespuma.

[Sombra]

Spoiler: Mostrar

Sorkas... ¿De dónde has sacado que chocaste contra la pared por una Onda Expansiva? Yo no puse eso en ningún momento...

Edge y Zait

Jogorn no se esperaba ni de cerca que Edge lucharía tan bien, y es que lo que no sabía es que él había estado entrenando con una llave espada durante bastante tiempo. Si lo supiese, no habría retado a aquel muchacho en primer lugar.

Todo el plan de Edge salió a la perfección.

El muchacho intentó bloquear el ataque que Edge iba a realizar con un espadazo, pero no esperaba que aquel no era su objetivo por lo que dejó una gran apertura que su enemigo aprobechó sin dudar para tirarle al suelo.

Edge había ganado sin apenas esfuerzo. Aquel era el poder de un verdadero espadachín contra un simple aficionado.

Jorgon se levantó del suelo, bastante molesto, sin embargo acabó sonriendo forzadamente tendiéndole la mano a su rival para que un fotógrafo les sacase así una foto conmemoratoria que acabaría colgada en un tablón tras el mostrador llena de fotografías con otros eventos y sus participantes. La gente aplaudió al vencedor, muchos de ellos con cierto recelo.

—No está nada mal. En este evento el que me venciese a mí, el "mejor espadachín" de esta tienda de comic recibiría un premio por lo que... —de un bolsillo sacó una esfera grisacea que Edge y Zait reconocerían al instante como un Power Up—...ahí tienes. También toma esto —y se dirigió hacia una mesa que había al lado del improvisado ring para coger un grueso libro y entregarselo—. Es la adaptación a comic de "El señor de los Martillos", en la última página están las firmas de los actores de la película así como el escritor del libro y el dibujante del comic. ¡Una verdadera joya!

Con razón tenían algo de envidia los que habían aplaudido con recelo...

Bueno, ya podían marcharse de allí si lo querían.

Sorkas y Paul

Por algún motivo, Sorkas se había tirado al suelo como si le doliese algo. Tal vez intentaba dar pena a los sincorazón, pero obviamente no se iban a detener por ello.

Con la Razia Tenebrosa, por suerte no le costó encargarse de la NeoSombra, que ya había sido muy herida por Paul al darle aquel tremendo golpe.

La Sombra que no se había enterado de que tenía a Paul detrás acabó también completamente eliminada, sin embargo todavía quedaba una que... estaba mirándoles completamente quieta.

Una encantadora risa femenina captaría la atención de los dos jóvenes que no podrían evitar ver a una joven de cabello corto y rubio que caminaba hacia ellos por el mismo lado en el que estaba el sincorazón que había acabado sin ser eliminado.

Spoiler: Mostrar

Tanto Paul como Sorkas no podrían evitar sentirse extrañamente atraídos por aquella hermosa chica cuyas ropas dejaban mucho a la imaginación, sobre todo por esa especie de liana que estaba enredada por todo su cuerpo pasando por su abdómen hasta llegar a su brazo.

—Hola, chicos —sonrió la mujer cariñosamente, provocando que el efecto de enamoramiento que estaban sufriendo los dos Jugadores aumentase en aquel momento—. Os voy a dar un regalito por ser tan monos —canturreó lanzando un objeto grisaceo con forma redonda, se trataba de un Power Up que cualquiera de los dos podría coger al vuelo.

>Por cierto, hay una obra muy buena en el teatro. Estáis invitados, si queréis.

Y dicho eso, se fue seguida por el sincorazón dejando la decisión de ir o no al teatro en manos de los dos.

Spoiler: Mostrar

Faltas: Yuehito (1), Little Sho (1), Kousen (Falta), Lavanda (Falta), Hitori (Falta), Final Fan (Retirado)

Fecha límite: 5 de Enero, 20.00.

[Little Sho]

Las palabras de Edge llegaron a mi interior. Las acogí con verdadero cariño. Al finalizar aquella pequeña charla nos dirigimos hacia el centro comercial, como habíamos planeado.

Una vez allí, en una tienda de cómics pudimos apreciar algo parecido a una extraña convección de disfraces. Si bien por la decoración o por palabras de los participantes no me equivocaba, aquello era una reunión de fans de la saga del Señor de los Martillos. Aquello me sonaba como un especial rumor que acogía mi mente.

Tuvimos la buena idea, a la vez y hablarlo entre nosotros, de ir hacia allí. Me pareció bien, pues ya que mis puntiagudas orejas y mi aspecto desdichado, al igual que el azulado pelo de mi compañero, pasarían desapercibidos entre tanto disfraz.

Una vez dentro de la tienda, encontramos algo parecido a un pequeño campo de batalla. Un ring, si no erraba. Pudimos observar como un forzudo terminaba con su contrincante en una batalla con espadas de gomaespuma. Si algún día Nate se enterase de que corrí peligro al ser perseguido por un psicópata con un arma de gomaespuma y una joven con un paraguas, se reiría de mí durante más de una semana.

El vencedor de aquella batalla buscaba un nuevo contrincante. Teniendo en cuenta mi ya famosa mala suerte y el hecho de que estábamos realmente cerca, me esperaba sin ningún nerviosismo que nos llamase al combate.

—Ve tú. Sé que lo disfrutarás. Además, eres mejor espadachín que yo —comenté dando una palmada en su hombro.

―Yo, Edge Lemmons, aprendiz y soldado, hijo de una humilde familia de mercaderes de limones, acepto el duelo.

Aquello sin duda me sorprendió. ¿Debía a eso su singular apellido? A diferencia de otras personas que había conocido hasta entonces, Edge parecía haber tenido una vida sencilla y humilde como la mía. Y pensar que mi ascendencia era noble hasta hartar. Pero mi padre era algo que no quería tener en mente.

Edge demostró una gran valía. Noté cómo se mantenía firme en todo momento, fuerte y sin una pizca de duda o nervios. Se le daba bien, sin duda.

Y cómo fue de mayor mi sorpresa al ver que habíamos ganado un Power Up. En comparación con los anteriores, éste parecía ser un mejor día. Y no sólo eso, ¡habíamos conseguido una adaptación al cómic de aquel libro! Única y limitada. Quizá algún loco querría cambiarla por algo suculento.

Desde que empezó el juego desarrollé una extraña, pero intensa, fiebre por Power Ups. Me sentía como aquel mercader que persigue el dinero a toda costa. Pero a mí no me interesaba el dinero, ni quizá tanto lo que simbolizaba el poder. Yo me movía por algo más íntimo y personal. Por una idea utópica. O quizá no tanto. Pero lo que sí era cierto era que quería descubrir el potencial de mi querida capa. Faltaba poco, lo presentía, lo notaba.

Ahora había desarrollado unas oscuras garras que tan malos recuerdos traían a mi mente. Mi arma, mi fría capa, traía a mí odio y amor al mismo tiempo. Entonces, pensé… ¿Cómo de fina es la línea que separa ambos intensos sentimientos?

—Zait, el amor y el odio están separados por el destino.

Reí al recordar aquellas palabras. Estaba harto del destino. Empezaba a suponer que tanta profecía, que tanto cuento chino no era más que una sarta de mentiras. ¿Y quién era el culpable? Mi padre. ¿Quién sino?

De un modo u otro, y una vez que Edge hubiese finalizado con el uso del Power Up, lo cogí entre mis manos y se lo otorgué a la capa. Sabía que no era una capa. Sabía que era algo más que un simbionte. Aún no sabía cómo ni por qué, pero creía que podía recuperar a mi amigo.

Si mis ideas no eran alejadas, aquella capa, poco a poco, empezaría a tomar la forma de la bestia que tiempo atrás cambió mi vida. Si era capaz de controlar a la bestia en la que Nate se había transformado… Quizá… Quizá podría ayudarle. Y haría lo que fuese necesario.

—Todo lo que fuese necesario —susurré.

Acaricié mi capa y noté como mis dedos se congelaban. Me recordaron a los escalofríos que sentí aquella noche de niebla.

—Si hace falta abrazar la oscuridad, lo haré. Si hace falta mirar directamente a la luz cegadora, lo haré. Si hace falta cruzar el crepúsculo hasta su fin, lo haré. Si tengo que cambiar mi mente, encoger mi corazón y engañar a mi alma, lo haré. Aunque tenga que cruzar todos los mundos que existan, aunque tenga que mentir o aclamar a la verdad. Sea todo destino o casualidad. Si tengo que matar… Mataré. Si… Si tengo que dejar que el oscuro frío de esta capa controle mi cuerpo y mi mente… Lo haré.

“Pero yo… Nate, te recuperaré”.

Al poco tiempo me di cuenta de que ya no teníamos nada más que hacer. Por lo que empecé a andar, aunque no sabía muy bien hacia donde.

Saqué el móvil y miré el mapa. Ya que estábamos explorando el lugar y recabando información, sería una buena idea seguir en el centro comercial, al menos hasta haber recorrido la zona. Lo siguiente que llamó mi atención fueron las recreativas. Cuando escuché el nombre de aquello muchas cosas vinieron a mi imaginación. Aunque tenía alguna que otra idea acerca de ello. ¿Serían como la vez en la que entré en el ordenador de Ivan Kit junto a él? No sé por qué me imaginaba algo que tuviese que ver con un martillo dorado. Quizá por influencia de nuestra anterior desventura. Pero… Uno mágico, uno con el cual pudieses reparar todo tipo de cosas. Con algo así… Sería capaz de arreglar muchas cosas en mi vida.

—Vamos Edge, por aquí. Hacia las recreativas. A ver qué nos encontramos esta vez.

Spoiler: Mostrar

EJEM, EJEM. Voy a EJEMEJEM ROmperlo todo. *Guiño*. *Guiño*, *guiño*.