¿Un Sincorazón? Qué demonios…En efecto, Yagami le había dejado al cuidado de un simpático Sincorazón bocina, bastante útil además, pues no tardó en hacer sonar su trompeta para liberar su poder curativo sobre él y Xefil.
Aunque… ¿Era ético utilizar Sincorazón en el combate? ¿Protegerlos en vez de acabar con ellos?
¿Era correcto que utilizaran la oscuridad, aunque fuera por el bien de la Luz? Light observó a Ragun de reojo. Seguramente aquella duda no residía en su corazón; él utilizaría la oscuridad para proteger a sus compañeros.
Luz y Oscuridad.
Su abuela le había enseñado sobre ambas, por igual, pero él nunca había aceptado a la segunda; le causaba terror en todas sus facetas. Por ejemplo, el muchacho no pudo dormir con la luz apagada hasta los cinco años. Sonaba un poco ridículo, sí, pero eso sólo sería el comienzo. Pasados unos años, escucharía sobre las sombrías criaturas conocidas como Sincorazón de la boca de su abuela: repulsivos monstruos devoradores de corazones que temería y odiaría con todas sus fuerzas, al igual que la odiosa oscuridad que utilizaban para engendrar.
Obviamente, Light nunca le había confesado a nadie todo esto. ¿Qué opinarían de un elegido de la Luz aterrado por la Oscuridad? ¿Qué dirían sus padres?
Debía dejar sus miedos aparte y luchar con su compañero.
Aquella sería la primera vez que utilizaría la Oscuridad.
El combate había comenzado y sus combatientes hicieron sus primeros movimientos. Fátima lanzó un boomerang ardiente que impactaría exitosamente contra Andrei, degenerando un poco la barrera de monedas y fichas que le protegía. Su compañero pelirrojo consiguió levantar mágicamente una de las mesas, con propósito de lanzársela contra su rival.
Así lo hizo; el ataque coordinado entre ellos funcionó a la perfección. El cañón de Yagami tampoco se quedaba corto, pues había conseguido herir a Andrei con uno de sus cañonazos.
—
¡Genial! —expresó un Light eufórico que no cabía en sí de gozo.
—
¿Me permites leerte el futuro?Extraña y amable sugerencia de Andrei que se tradujo en un ataque contra Fátima. El tahur lanzó una de sus cartas hacia la aprendiz, la cual chocó contra su pecho y activó el efecto de la ceguera.
—
¿Qué ha hecho? —preguntó Light, sin entender muy bien el efecto del inconveniente ataque, aunque lo comprendió fácilmente tras presenciar los movimientos desorientados de Fátima con los brazos.
¡Está ciega!—
¿Que nadie más va a morir hoy? —Andrei se rió descaradamente de la afirmación de Xefil—.
Te has tragado las palabras de Hanekoma. Igual que todos los demás... Pero nosotros sabemos la Verdad. Sabemos qué hay más allá de la eliminación.Materializó otro de sus peligrosos naipes en su mano. Light no lo reconoció, pero se trataba de la carta que representaba La Muerte.
—
¿Queréis saber la Verdad? ¿Por eso estáis aquí? Yo os la contaré. Si os rendís aquí y ahora, si desistís de lograr el disco, os narraré sus mentiras... Y quién maneja en realidad vuestras fichas de ajedrez, mis peones.—
No. No vamos a rendirnos sin intentarlo —le advirtió con firmeza, preparado para recibir su posible ataque.
—
Yo quiero saber la verdad de la que hablas, Andrei —contestó Ragun, acercándose a él sin más—.
Me parece un trato razonable ese del que hablas.Está mintiendo. Sabía que su compañero no podía estar habando en serio. Ambos eran invencibles, y no necesitaban parar este combate para conseguir esas respuestas. Los dos podían conseguirlas si tumbaban al Reaper, obteniendo el ansiado disco que éste protegía con tanto recelo.
No, no se iban a echar atrás ahora. Ragun no iba a aceptar ese trato, no podía hacerlo, ni hablar…
—
De todos modos... Tú eres un Reaper, pocas posibilidades tenemos los jugadores contra vosotros, ¿no? Sé reconocer cuando retirarme a tiempo.Light levantó la cabeza lentamente y clavó una mirada fría en su compañero vestido de sirvienta, atento en todo momento a cada sílaba de sus palabras, sin pestañear o desviar la vista...
Sin perder la confianza que tenía depositada en él.
“
Juntos somos invencibles, ¿verdad?”
“
No te quepa duda”
Así que es eso… —
¿Me tomas por tonto, niño? Está claro que sólo pre...Andrei adivinó sus intenciones, pero no antes que Light. Ragun le atacó de repente, disparando contra él un láser de oscuridad que consiguió acertarle en el costado. El adversario dolorido contraatacó utilizando una de las tragaperras, la cual chocó sin piedad contra el Sincorazón curativo que Yagami había invocado hace unos segundos, el que se encontraba justamente detrás de Light.
—
¡Mierda!A continuación, Maya, Fátima, Neku y el cañón de Yagami lanzaron sus ataques contra el enemigo. Prácticamente todos estos acertaron, aunque Light no pudo evitar sentirse un poco inútil. Sin armas a distancia como ellos, su protagonismo en el combate contra un contrincante volador inevitablemente disminuiría.
—
¿Rechazáis entonces mi oferta? Parece ser que he sido demasiado generoso. O quizás no seáis conscientes de a quién os enfrentáis, después de todo...El siguiente en recibir los desagradables naipes mágicos de Andrei sería Xefil. El pobre muchacho no pudo esquivar el ataque de ninguna manera y se vio obligado a sufrir los efectos de las cartas, a duras penas.
—
¡¡Xefil!! —
¡Sácalo, Saavedra! ¡¡Sácalo!! —Light se mantuvo inmóvil como una estatua, presenciado la cólera de Xefil, o mejor dicho: la Locura. ¿Estaría su compañero poseído por Nemésis otra vez?
>>¡¡Que lo saques, te he dicho!! ¡¡SÁCALO!! —
Ya es suficiente. Tenemos que derrotarle cuanto antes —sugirió, afligido por los dolorosos alaridos de su compañero
—
¡Fátima, Neku!Tués. Ten. Lo.Light se percataría del mensaje tras dirigir la vista una vez más hacia Andrei y la refrescante estatua sobre la que se había colocado, la que acababa de ser uno de los blancos del cañón Sincorazón. Si empapaban a Andrei de agua, podrían…
¡Electrocutarle con el cableado que quedaba descubierto!
—
¡Light, Ragun, conmigo! —exclamó Xefil, esperando que Ragun y él le apoyaran en el ataque.
—
Light, la Fusión es necesaria.Light asintió a sus sugerencias y apuntó inmediatamente a Andrei con una de las palmas de sus manos, abierta. Dispararía una
Onda Lunar tras el
Púlsar de Xefil. Si bien su contrincante esquivaba el primer ataque, difícilmente podría evadir de nuevo otro ataque seguido.
—
¡Saavedra! ¡Vamos a por ti! —agarró la red de oro con las dos extremidades y salió corriendo con los otros aprendices, hacia Andrei.
Al igual que Ragun, Light no se entrometería demasiado en el combate de Xefil. Se limitó a permanecer detrás de él, enarbolando su red y preparado para cazar al vuelo todas las cartas mágicas que Andrei pudiera utilizar contra él ó contra sus compañeros. Como si se tratara de la mariposa de Yami, y para evitar que los naipes chocaran contra sus cuerpos, se abalanzaría sobre las cartas en el momento justo y las cazaría.
Es decir, se mantendría protegiendo a sus compañeros, preparado para utilizar la Fusión en el momento preciso.
—
Light, ¡ahora! Después de que Andrei retrocediera con todos los ataques, Light hizo una seña a Xefil y a los demás para que se alejaran.
Era el momento.
La primera vez que utilizaría la Oscuridad.
—
¡¡Dame tú poder, Ragun!!Ragun levantó su brazo y se envolvió de un aura oscura. A su vez, Light concentró una energía dorada y radiante en sus manos; la luz lunar que le fortalecería y le haría más fuerte.
Con el poder de la Oscuridad, Ragun consiguió materializar una cadena que conectaba directamente con el corazón del adversario. Los eslabones llegaron hasta las palmas del joven Light, que en aquel momento brillaban con un misterioso fulgor de luz.
Una sensación indescriptible. Ragún y él ahora eran uno sólo; sus fuerzas se combinarían para lanzar un único y devastador ataque. La horrenda Oscuridad que tanto odiaba y que ahora le tocaba esgrimir había entrado en contacto con él, y la verdad…
No era tan horrible como se la había imaginado.
—
¡Mátalo! —como si hiciera falta decirlo. Light asintió a su orden con un rugido y tiró de la cadena sin más, con Andrei incluido, para agarrarla por un eslabón más alejado de él y facilitar así la ejecución del ataque que preparaba.
Inmediatamente, apretó la mandíbula y empezó a girar sobre sí mismo, sosteniendo la cadena con su fuerza descomunal, sin flojear lo más mínimo, paseando en círculos y por el aire al encadenado de Andrei, haciéndole pasar a través del chorro de agua a presión de la fuente (en el caso de que no se hubiera mojado con anterioridad).
Cogiendo impulso para el lanzamiento final…
Luna y oscuridad; las eternas compañeras cooperando juntas.
Su fuerza bruta y la Cadena de Memorias de Ragun, combinadas.
El Colapso de Memorias.
¡Sí! ¡La pareja de jugadores invencible lo daría todo con su ataque final!
—
¡¡Ahora!! Tués. Ten. Lo.Antes de que empezara a marearse por las vueltas y peligrara la ejecución de la Fusión, fijó visualmente el destino de su lanzamiento y soltó finalmente el eslabón, enviando de esta manera al húmedo Andrei contra el cableado que le electrocutaría, sumado además a los daños contundentes que tendría que afrontar por amortiguar con la fusión de lleno.
Pero... ¿Habría finalizado ya el combate?
—
¡¡Ya está!! ¡Pero no bajad la guardia en ningún caso! —exclamó, retrocediendo un poco para guardar las distancias con su adversario.
Tras advertir a sus compañeros, se mantuvo a la defensiva de nuevo, con la red alzada y preparado una vez más para evadir sus muebles voladores o para cazar al vuelo cualquiera de los ases que Andrei tuviera preparado. No permitiría que Xefil, Ragun, o cualquiera de los presentes sufriera más.
Nadie morirá hoy.