[Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 4

Sector 2 - Atardecer

Nunca olvidarás que tomaste parte en alguno de estos jolgorios. Kazuki tampoco.

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Ronda #4

Notapor Soul Artist » Vie Mar 01, 2013 2:26 am

El centro comercial, el único lugar al que podían huir en condiciones. Los Sincorazón les siguieron en todo momento, preparados para atacar a los jóvenes en cuanto tuviesen ocasión. Ragun y Light no se iban a dar por muertos tan sencillamente: no hizo falta que contraatacaran ninguna ofensiva, pero sí que corriesen mucho.

El ave volvió a aparecer en los cielos, soltando un potente graznido que hizo temblar a ambos Jugadores. Después de que la sombra pasase por encima de los dos, pudieron ver el centro comercial a unos metros de ellos. Ya casi estaban.

Pero no sería tan fácil. No sólo los Sincorazón les pisaban los talones, sino que el monstruoso animal había decidido entrar también en la ofensiva. Un zumbido alertó a ambos de la llegada de algo grande y rápido a sus espaldas, y aterrizó a un metro escaso de Ragun, destrozando parte del asfalto y levantando una gran cortina de polvo: un ardiente meteorito del tamaño de una pelota de baloncesto por poco le atravesaba el cuerpo.

El ave era su origen. El monstruo disparó dos de aquellos proyectiles nuevamente, los cuales aparecieron entre sus alas. Los fragmentos de meteorito pasaron a unos centímetros de la mano de Light y otro justo delante de Ragun con el objetivo de cortarles el paso: pero no se iban a detener, no estando tan cerca. Los Sincorazón estaban deseosos de capturarles y alimentarse de sus corazones virtuales, y el monstruo...

Pero el inevitable destino les alcanzó. Un nuevo proyectil cayó justo entre Ragun y Light, lanzando a este último por los aires y chocando contra un muro. Había perdido por completo la concentración, y los Sincorazón habían aprovechado la ocasión.

Antes de que pudiese contraatacar, se lanzaron sobre su cuerpo. Pero el ave no se dio por satisfecha: para asegurarse de que no había supervivientes, invocó un nuevo meteoro y lo lanzó en contra de la ubicación de Light. Los Soldados saltaron por los aires, mientras un gran agujero se hacía en el edificio... Sin dejar rastro del cuerpo del Jugador.

Ragun no podía hacer nada. Nada, excepto seguir corriendo hacia el centro comercial, o intentar luchar contra el ave que surcaba los cielos.

* * *

El Carcelero tomó de inmediato la orden del Reaper, sabiendo lo que tenía que hacer. Le cogió violentamente y lo lanzó en el aire para engullirlo de inmediato.

El efecto fue curioso. El Sincorazón brilló un instante y apareció vestido con un pequeño sobrero de copa, una larga copa y una varita de mago. Apuntó hacia un par de los enemigos de blanco y unas cartas surgieron de su arma, las cuales se dirigieron hacia estos y los atraparon en el papel. Dos de ellos cayeron, pero los otros tres le dieron alcance y comenzaron a golpearle enloquecidamente, obligándole a soltar al Reaper de su boca. Alec cayó a varios metros de distancia de su anterior ubicación, justo frente a la actriz.

Dos de los francotiradores dispararon en dirección a Alec, y con muy buena precisión atravesaron las muñecas de sus manos. El primer disparo sólo le dañó, pero el segundo fue tan potente que se vio pegado en el suelo, incapaz de moverse mientras sus manos se desangraban. Desde aquella posición pudo ver cómo el pequeño Sincorazón Verde era disparado por el tercero de aquellos monstruos, desapareciendo en la oscuridad. Y al Carcelero tampoco le iba bien: los enloquecedores no le daban tregua alguna, machacando su cuerpo y golpeándolo contra la pared.

Reaper naciste y Reaper morirás...

La mujer actriz colocó su talón en el pecho de Alec, apuntándole con la daga ceremonial que portaba. Sus ojos, a través del antifaz, podían mostrar el mayor de los desprecios posibles por la vida de su enemigo.

Me habéis engañado y hasta el mismísimo final lo habéis intentado seguir haciendo. Avatar es sabio y omnipotente, Avatar es la auténtica palabra divina. Él es sinceridad, él es amor... Yo quiero ser parte de ese amor. Sólo quiero ser... Real...

La doncella se agachó hacia Alec. Antes de que pudiese defenderse con su mano libre, asestó una rápida cuchillada en su mano libre, clavándola contra el suelo y dejándole sólo las piernas libres, cosa que solucionó colocándose justo encima de él. Chasqueó los dedos y uno de los francotiradores se materializó junto a ella, dándole entrega de su arma.

Todo es falso. Todo son datos, números, ¡mentiras! ¡Quiero salir de esta obra! ¡Quiero vivir, ser real, dejar de actuar! Ariasu fue mi palabra, ¡mi palabra llena de veneno y morfina! ¡Quiero seguir mi camino, y no el que un Reaper me sentencie!

Apuntó hacia la cabeza de Alec, con el arma a escasos centímetros de su frente. La voz de la mujer ya sonaba quebrada, e incluso divertida: estaba desesperada. Casi reía de pura perdición.

Que acabe la función.

¡¡No!! ¡¡Alec!!

La mujer disparó el arma, justo a tiempo para que algo negro desviara la trayectoria. El misterioso salvador, con vida propia, aprovechó la sorpresa de la mujer para golpearla en la cara y echarla hacia atrás, y automáticamente después centrarse en el enemigo blanco que la acompañaba.

Antes de que Alec se pudiera recuperar incluso de la sorpresa, notó cómo alguien le arrancaba la daga y el proyectil morado del Francotirador de las muñecas. Todavía débil, notó cómo quien le había salvado le tomaba de la cabeza para ayudarle a levantarse y beber de un frasco un brebaje que rápidamente le hizo recuperar sus fuerzas de nuevo. Una poción...

Perdóname, Alec, perdóname por lo de ayer, no pensaba...

El chico pudo reconocer el rostro de su salvadora justo encima de su vista: Shiki. Su propio objetivo había acudido a él para salvarle, sabiendo que se había convertido en Reaper y que si lo dejaba pasar no correría peligro alguno. Sus ojos estaban llenos de lágrimas y su voz sonaba quebrada, pero allí estaba.

Debí escucharte, debí confiar en ti. Alec, lo siento, no debí...

Shiki calló en cuanto un proyectil atravesó su hombro. La actriz se había levantado de nuevo, con la nariz sangrándole, y había disparado en contra de la Jugadora: parecía realmente enfadada, y tenía a Mr. Miau justo debajo de si pie, preparada para atravesarle con sus tacones.

La segunda llave... Qué oportuna eres...

Un Enloquecedor saltó al escenario rápidamente para dirigirse hacia Alec. Tenía pocos segundos para efectuar un contraataque.

* * *

Levántate, hijo mío.

Light despertó en la confortable luz. No estaba en Villa Crepúsculo, eso lo tenía asegurado. Sentía su cuerpo cálido, plácido y perezoso... Sin ganas de moverse de su sitio. Sin curiosidad alguna. Nunca se había sentido mejor en su vida virtual, puede que ni siquiera en sus recuerdos.

Ronin apareció frente a él entre la luz, colocándose por detrás de su cabeza tumbada. Le sonreía de palmo a palmo, contento de verle. Le ayudó a levantarse y le colocó la mano en el hombro.

¿Recuerdas cuando nos conocimos, Light? Fue un día realmente especial. Ese día te tomé como aprendiz, aceptaste mi arma tras tener el aprobado de tu abuela. Desde que te vi sabía que llegarías lejos. No me has decepcionado hasta ahora, y no veo por qué debes empezar en este momento.

El Maestro echó una carcajada y golpeó el hombro del chico con energía, esperando alguna clase de respuesta por parte de este.

Tienes que ganar. Tienes que llegar hasta el final, Light. Quiero que conozcas al otro Light, que hagáis un equipo formidable... De veras. No te rindas nunca.

Ronin sonrió sinceramente al aprendiz. Un portal se abrió frente a ambos, invitando al chico a atravesarlo y volver de nuevo a Villa Crepúsculo.

Ve. Te estaré vigilando y protegiendo, como tu ángel de la guarda. A ti y a los demás...

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Fecha límite: domingo 3 de Marzo, 20:00, hora peninsular.
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Re: Ronda #4

Notapor Sombra » Sab Mar 02, 2013 4:35 pm

Los tres Soldado nos siguieron todo el camino mientras atravesabamos las calles de la ciudad. Veía en ellos ese instinto asesino, esperando que nos detuviesemos o nos cansasemos para alcanzarnos y... Acabar con nosotros. Y todo aquello estaba pasando por culpa de aquel sincorazón bomba.

Si no fuese por él estaríamos en el Sector 1 y habríamos acabado la misión.

No podíamos parar ante nada, no hasta que Light estuviese recuperado. Si nos deteníamos nos alcanzarían los sincorazón, ni siquiera el potente graznido nos detuvo.

Mierda.

Una mancha negra, pasó por el suelo veloz como un rayo, pero no nos preocupó pues el Centro Comercial ya estaba en frente.

¡Un poco más! —animé a mi compañero a que diésemos un buen último sprint antes de meternos directamente al Centro Comercial.

Antes de que pudiesemos siquiera entrar escuché algo acercándose, como un misil cayendo. Sentí algo abrasador a mi espalda, que no me había quemado realmente y un fuerte golpe que hizo que varias piedras se estanparan contra el vestido que llevaba puesto.

¿Qué cojones? —miré hacia una parte del asfalto donde parecía haber explotado algo y de donde surgía una humareda mezclada con el polvo que había levantado aquello que había caído.

¿Aquello era un meteorito? Si me hubiese caído encima no lo habría contado, eso estaba claro. Tragué saliva y mir

Pero no sería tan fácil. No sólo los Sincorazón les pisaban los talones, sino que el monstruoso animal había decidido entrar también en la ofensiva. Un zumbido alertó a ambos de la llegada de algo grande y rápido a sus espaldas, y aterrizó a un metro escaso de Ragun, destrozando parte del asfalto y levantando una gran cortina de polvo: un ardiente meteorito del tamaño de una pelota de baloncesto por poco le atravesaba el cuerpo. Miré hacia arriba, el ave era el que había hecho eso, no podía ser de otra forma.

En sus alas se generaron otras dos "bolas" de roca ardiente que rapidamente se lanzaron contra Light y yo. Empecé a correr para esquivarlo, hacia el Centro Comercial esperando que Light hiciese lo mismo... Pero uno de los proyectiles no había ido a por mí, sino por el frente evitando así que pudiesemos huír.

¡Light, vamos! Estamos cerca —grité—. ¡No podemos rendirnos ahora!

Intenté acercarme a su posición cuando un nuevo meteorito cayó justo en medio de los dos. Yo estuve a punto de caer al suelo, pero Light no tuvo esa suerte, el meteorito había explotado muy cerca de él lanzándolo contra un muro cercano.

Los sincorazón aparecieron entonces corriendo hacia Light. Empecé a correr para socorrerlo sin embargo... Fue demasiado tarde.
¡uro. Había perdido por completo la concentración, y los Sincorazón habían aprovechado la ocasión.

Los Soldado se lanzaron contra él sin que pudiese hacer nada. En ese momento el ave también lanzó otro meteorito contra Light.

¡Light! —grité con todas mis fuerzas cuando el objeto llameante se precipitó sobre él envolciendose en una explosión que hizo que inclu los Soldado fuesen borrados facilmente.

No había nada. Todos habían muerto.

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Por que no era lo suficientemente fuerte como para proteger algo. Si fuese más fuerte podría hacerlo, solo era un montón de dígitos pero aquello no significaba que no pudiese sentir... Y lo que sentía era un odio mayor del que jamás había sentido antes.

Sentía un odio muy profundo contra el ave en aquel momento. Un sentimiento de repulsión total. Quería matar aquel pajarraco a toda costa.

Reí, no de una forma simpática. Como un desquiciado, la risa de un psicópata.

Estúpido pájaro... No sabes con quién te estás metiendo —sonreí con maldad—. Voy a arrancar esas alas tuyas y dejaré que te desangres.

>Láser Oscuro

Apunté a una de sus alas, intentando apuntar a la articulación que separaba el cuerpo de su ala. Pretendía poder tirarle al suelo dejando inutilizada una de sus alas.

Te voy a matar. Matar, matar, matar, matar, matar, matar, matar, matar, matar, matar, matar, matar.

Si conseguía derribar al loro no dudaría en lanzarme por uno de sus laterales (ya que no me fiaba de su pico) y me subiría a su costado para intentar envolver su cuello con mis cadenas para asfixiarle. En caso contrario retrocedería hasta el Centro Comercial desde donde esperaba que pudiése encontrar algo.

Light había sido eliminado. Y él no tenía nada que le hiciese volver.

Yo ya estaba muerto.

Asesinaré tu vida*.

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No, no es un fallo. Es un guiño a un personaje llamado Munakata Kei de Medaka Box.
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Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 4

Notapor Light » Dom Mar 03, 2013 3:17 pm

Light y Ragun seguían corriendo hacia el centro comercial del sector, escapando de los tres depredadores de corazones que no se rendían tan fácilmente. ¿Qué podía decir el joven Light? Escapar de unos Sincorazón tan débiles le revolvía el estómago y dejaba su orgullo por los suelos, pero era el único camino para sobrevivir. Su única posibilidad, y la de Ragun.

Todo habría sido perfecto, de no haber sido por el ave gigante…

¡Un poco más!

El gigantesco pájaro parecía haberlo decidido: no permitiría que ambos Jugadores pudieran refugiarse en el centro comercial. Para ver cumplido su deseo, en primer lugar se abalanzó sobre sus víctimas, advirtiéndoles previamente con uno de sus graznidos que, inevitablemente, les aterrorizaría.

Light, quien no había perdido de vista al colosal animal en la carrera, aceleró aún más, apartándose lo suficiente de la gran sombra proyectada para evitar ser aplastado. Preso de la adrenalina y el miedo, la puerta del centro comercial era el único objetivo que tenía en mente en esos segundos. ¡Ya faltaban escasos metros! Unos segundos más y llegarían…

¿Qué cojones?

¡¡No te pares!! —bramaba Light, sin girarse hacia el pajarraco para comprobar la destrucción y la cortina de polvo que el gigante había levantado. Esperaba que su compañero no frenara su velocidad e hiciera lo mismo que él.

El monstruoso e inteligente ser insistía en impedir su huida a toda costa. Plegó sus majestuosas alas para bombardear con más meteoritos, los cuales se dirigieron hacia ambos aprendices para impedir su avance, aunque afortunadamente no resultaron golpeados por estas bolas de fuego; sólo pasaron rozando. La eliminación, una vez más, había estado a escasos centímetros…

¡Light, vamos! Estamos cerca —indicaba Ragun—.¡No podemos rendirnos ahora!

¡Ya no queda nada! —le respondió mientras jadeaba por el esfuerzo, convencido de que lo conseguirían. Habían sobrevivido tres días, aún no podían ser eliminados; no después de todo lo que habían pasado—. ¡Hagámoslo!

Tenían que aprovechar ese golpe de suerte. ¡La puerta estaba allí mismo! ¡Sólo un par de pisadas más…!

Pero la suerte era algo cambiante, y no siempre estaba de la parte de uno. Un nuevo meteorito colisionó contra ellos. La bola ardiente había conseguido separar a Light y a Ragun, mandando a éste primero hacia un muro. Para su fortuna nuevamente, no le golpeó directamente, y tampoco resultó dañado por el choque con el muro, en parte porque había interpuesto sus extremidades entre el muro y él para amortiguar de algún modo el impacto.

Demonios…

Arrojado de rodillas sobre el suelo, el joven se llevó la mano hasta la frente; todavía en estado de shock por el impacto. Permaneció ligeramente aturdido durante unos valiosos segundos que podría haber utilizado para levantarse y reunirse con Ragun. Escuchó perfectamente su nombre de la boca de su compañero, pero igualmente no pudo hacer nada. Las piernas no le respondieron a tiempo, y los Soldados ya se le echaban encima…

¡Los Sincorazón!

Levantó la mirada para avistarles. Demasiado tarde…

Demasiado tarde para esquivar otro nuevo meteorito. Acorralados por la enorme criatura, Light resultaría de nuevo el blanco del ataque de la criatura. El Jugador, incapaz de hacer movimiento alguno, vislumbró a cámara lenta como otra esfera ígnea se abalanzaba sobre ellos, incluyendo los Soldados que ya le habían acorralado.

Cerró los ojos, y cuando se pudo dar cuenta… ya no estaba allí.

***



Levántate, hijo mío.

Una luz.

¿Un deja-vu? No… realmente había experimentado exactamente lo mismo escasos minutos atrás, en casa del Maestro Kazuki. De nuevo, una conocida voz interrumpía su sueño profundo para invitarle a despertar.

Remolón, se tomó su tiempo para abrir los ojos. Si dependiera de él, habría continuado con su sueño; su cuerpo era incapaz de moverse, pero no porque estuviera cansado o dolorido, sino porque se sentía realmente bien en aquel lugar, fuera cual fuera.

Un lugar que irradiaba de luz, donde la Oscuridad no existía. Como no… ¿Qué otro lugar mejor sería lugar que el paraíso? Una armonía y una calma perfecta, sin caos, sin la destrucción que acarreaban los siniestros Sincorazón.

Un lugar como aquel no era normal.

¿Estoy... en el cielo?

¡Maestro! —exclamó pasmado tras dar con Ronin, que le observaba con cierto aire sonriente desde arriba. Con la ayuda del líder de Tierra de Partida, el aprendiz se reincorporó inmediatamente, dejando de lado su lado perezoso.

No tenía la menor duda, su sonrisa se lo confirmó. Se trataba del Ronin de toda la vida.

Maestro, yo lo siento…

¿Recuerdas cuando nos conocimos, Light? —éste abrió los ojos, no menos pasmado que antes. Cómo podría haberlo olvidado, si lo había rememorado hace escasos minutos en casa de Kazuki—. Fue un día realmente especial. Ese día te tomé como aprendiz, aceptaste mi arma tras tener el aprobado de tu abuela. Desde que te vi sabía que llegarías lejos. No me has decepcionado hasta ahora, y no veo por qué debes empezar en este momento.

No merezco tales palabras, en serio —receptor de los amistosos golpes de su Maestro, no dudó en confesar sus pecados—. Sentí desprecio por usted. Desconfié de usted durante el Reaper’s Game y me negué a ver la realidad con mis propios ojos. Me imagino que tengo merecida la eliminación…

Tienes que ganar —afirmó, para sorpresa de su aprendiz, una vez más—. Tienes que llegar hasta el final, Light. Quiero que conozcas al otro Light, que hagáis un equipo formidable... De veras. No te rindas nunca.

Hacer equipo… con el otro Light… —pronunciaba incrédulo el deseo de su Maestro. ¿Sería aquello posible? Salir del mundo virtual para ver la realidad con sus propios ojos; para conocer a su ser original. Para vivir en paz, fuera del Reaper’s Game, fuera de un mundo en el que él y todos los Jugadores no eran bienvenidos—. Espera. ¿E-estoy vivo? El pájaro y los meteoritos, yo pensaba que… —tras escuchar las palabras de su Maestro finalmente se dio cuenta. Al igual que Kazuki, una vez más, le habían salvado la vida. Por unos segundos, la emoción del momento le impidió soltar palabra alguna.

Un hombre con una sonrisa tan cálida y sincera no podía estar mintiendo. Su salvador estaba siendo sincero con él, después de todo, Ronin quería salvar a todos sus hijos, a todos los aprendices.

Gracias por confiar en mí, señor. Por sacar de Villa Crepúsculo a mi original y por darme la vida. Gracias por ser el padre que nunca tuve, jamás podré devolverle el favor —aseguró con firmeza, agachando la cabeza a modo de reverencia.

De repente, se abrió a su lado un portal de luz que invitaría a Light a retomar el juego de nuevo, tras aquella pequeña pausa.

Ve. Te estaré vigilando y protegiendo, como tu ángel de la guarda. A ti y a los demás...

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¡Maestro Ronin! Yo, Light Hikari, aceptando el legado de Licht y Dawn Hikari, juro proteger la luz y luchar sin piedad contra la oscuridad... aunque me cueste la vida

Tal como aquella vez…

Juro que seré el escudo que le proteja a usted, a los jugadores y a sus valiosas llaves. Lo veo todo claro, los Reaper’s deben desaparecer de esta ciudad, inmediatamente. Sus pecados no pueden ser eximidos de ninguna manera, después de todo, ellos tiñeron de Oscuridad la ciudad de la luz: Vergel Radiante. Ahora es nuestro turno de arrebatarles su mundo virtual.

>>Juro que seré la espada que destruya el Mal. Me encargaré de que el peso de la justicia recaiga sobre ellos, al fin. Expulsaremos a los Reaper's y a los Sincorazón de este mundo para siempre —confesó emocionado, apretando con ímpetu sus puños y sin desconectar el contacto visual con el Maestro.

Venganza; ojo por ojo y diente por diente. Ellos convirtieron su vida y la de muchos en un infierno durante aquel día, durante los acontecimientos conocidos por la mayoría de todos como Ocaso de una Estrella. Muchas amistades habían sido prácticamente destruidas: como por ejemplo, la de Axel; y otras muchas habían quedado en el olvido, como el caso de Nadhia con su amistad con Ragun. Alguna que otra vida extinguida también, como las de Flynn y Zeix.

Amistades que no tenían nada que ver con él, pues él no era el verdadero Light Hikari, aunque compartía los mismos sentimientos con él...

Y con eso bastaba.

Pero… Maestro, ¿por qué mi compañero Alec Ocus no lo entiende? ¿Por qué no puede darse cuenta de la verdad? ¿Por qué quiere destruir una de sus llaves? ¿Qué gana con eso? En momentos como este, todos los aprendices debemos mantenernos unidos, sin importar las circunstancias, nuestro propósito es el mismo.

Ahora sólo tendría que escuchar las palabras de Ronin, en el caso de que las hubiera. Una vez llegaran hasta sus oídos las explicaciones, continuaría.

Entiendo. Ayer eliminamos a Andrei, pero le aseguro que no será el único en morir. Jugadores o Reaper's: todos los que se interpongan en nuestro camino serán eliminados —dijo serenamente, sin importar lo que el Maestro le hubiera respondido anteriormente. No había ni miedo ni odio en su mirada, en sus palabras tampoco—. Yo y Ragun sobreviviremos y ganaremos este juego. Se lo juro, padre.

Dio media vuelta para internarse dentro de la puerta resplandeciente que había aparecido, con red dorada en mano. Puede que su compañero Ragun estuviera en esos momentos en peligro, y no permitiría que esa monstruosa ave levantara una sola zarpa contra él.

Le necesitaba para ganar ese juego y cumplir su cometido.

Y gracias de nuevo…

Definitivamente seré su espada. Seré la espada que destruya el Mal.

Y finalmente, el joven se alejó para perderse en el pasillo de luz, esperando encontrar a su compañero de una pieza. Había recuperado completamente la determinación que le caracterizaba, después de tanto tiempo.

La luz en su máxima expresión regresaba.
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Re: Ronda #4

Notapor LightHelco » Dom Mar 03, 2013 6:59 pm

No sé que pudo haber pasado en el tiempo en que el Carcelero me engullese y el acabar frente a aquella mujer. Seguramente se debiese a que el Sincorazón había recibido daños, pero ya tenía mala suerte el acabar tan cerca del enemigo.

Estando frente a ella, solo tenía que lanzarle unas pocas cartas para matarla, pero sus monstruos particulares fueron más rápidos y con dos certeros disparos que no pude esquivar, me destrozaron las muñecas dejándome de esa forma incapacitado para combatir. Uno de los disparos, además, había conseguido tumbarme y con el dolor que sufría y la poca fuerza que podía hacer con aquellas heridas, me era imposible el levantarme, por lo que silbé para atraer a Verde y que me sanase, pero desafortunadamente este fue abatido de un simple disparo.

Reaper naciste y Reaper morirás... —soltó aquella mujer colando uno de sus talones sobre mi pecho, asegurándose así de que no pudiese moverme.

La cosa pintaba demasiado mal, yo no podía luchar y el Carcelero tampoco podía ayudarme al tener sus propios problemas.

Mejor ser Reaper y libre para decir mis actos, que una mera muñeca con la que juegan —respondí al ver cómo me apuntaba con un cuchillo.

Me habéis engañado y hasta el mismísimo final lo habéis intentado seguir haciendo. Avatar es sabio y omnipotente, Avatar es la auténtica palabra divina. Él es sinceridad, él es amor... Yo quiero ser parte de ese amor. Sólo quiero ser... Real...

Con un rápido movimiento, atravesó con el cuchillo mi mano sacándome un grito de dolor, el cual callé apretando los dientes con fuerza, no le iba a dejar el gusto de verme sufrir a aquella loca. Esta no se quedó en simplemente agujerearme una mano, por lo que tras aplastarme las piernas con su peso, le pidió a uno de los seres morados que le dejara su arma. Al menos si disparaba con eso a la cabeza no sufriría ningún daño.

Todo es falso. Todo son datos, números, ¡mentiras! ¡Quiero salir de esta obra! ¡Quiero vivir, ser real, dejar de actuar! —¿qué problema había con este lugar? Si no fuera por él ella no existiría y ser real significaría ser un clon de alguien, y si mal no recordaba de las clases de magia, no era recomendable que hubiese dos tús en el mismo mundo —. Ariasu fue mi palabra, ¡mi palabra llena de veneno y morfina! ¡Quiero seguir mi camino, y no el que un Reaper me sentencie!

La pequeña lucecita de la extraña ballesta se colocó sobre mi frente preparando a la flecha para dar en ese punto. No podía hacer nada para impedir aquel disparo, empezaba a notar la pérdida de sangre y no tenía ningún aliado cerca, iba a morir, lo tenía que asumir, pero me daba demasiada rabia el hacerlo de esa manera. El morir sin luchar y en manos de esa actriz, no quería morir de esa forma y no sin terminar mi trabajo.

Ignorando el dolor, empecé a mover mi mano derecha para materializar alguna carta con la que cortarle el cuello a mi enemiga.

Que acabe la función.

¡No pienso dejar que ganes esta partida!

¡¡No!! ¡¡Alec!!


El tiempo en que intenté reconocer aquella tercera voz, diría que fue el que pasó más lentamente. Pude ver la bala de la devota venir hacia a mí, al igual que a un ser de color negro colocarse entre ella y mi cara, deteniendo el disparo y salvándome. El ser, al que distinguí una larga cola, no dudó en golpear a la actriz alejándola de mí de esa forma.

El misterioso salvador saltó a por uno de los seres blancos a la par de que otra persona me liberaba de los punzantes objetos que atravesaban mis manos. Sabía quién era, pero no podía creérmelo tras lo que había pasado, quise llamarla, pero ella me hizo beber un extraño brebaje que supuse era una poción ¿estaba usando ese recurso conmigo? ¿con aquel enviado a matarla?

Shiki… ¿por qué me ayudas?

Perdóname, Alec, perdóname por lo de ayer, no pensaba...

Al sentarme pude verle el rostro, estaba llorando y destrozada, pero yo no podía culparla de nada, había actuado con miedo en aquel momento y yo estaba actuando por razón, yo era allí el que debía disculparse.

No tienes que decir nada. Me has salvado aun sabiendo que soy, con eso me demuestras que eres de confianza —sonreí para que supiera que no estaba enfadado.

Debí escucharte, debí confiar en ti —siguió la joven —. Alec, lo siento, no debí...

Un disparo en su hombro cortó la frase de Shiki, me giré para ver de dónde había venido pudiendo ver de esa forma a la loca actriz empuñando aun la ballesta y con el pequeño gatito bajo su pie. Se notaba que estaba enfadada, pero en ese momento también los estaba empezando a estar yo.

La segunda llave... Qué oportuna eres...

¿Vida? ¿Libertad? Esas palabras que ofrecía Avatar a cambio de de la vida y libertad de otros. ¿Bueno y Bondadoso? Con la que se le describían aun haciendo sufrir a quienes no le llegaban a la altura.

Shiki era la llave para la libertad, pero ella iba a perderla. Mi objetivo era matarla…o más bien ese había sido mi objetivo hasta ese mismo instante.

Toca a ese peluche y a su dueña y juro, que no será la vida lo que desees, ¡si no la muerte de lo que sufrirás!

Vi a uno de los grandes blancos lanzarse contra mí, por lo que invoqué toda la baraja y separando dos cartas, las cincuenta restantes las envié en un tornado contra el monstruo para que lo envolvieran y detuviesen. Tras que los naipes hicieran ese trabajo, corté el aire con una mano conjurando así bajo el ser una Sota de Corazones que no tardaría en hacer arder las cartas y de esa forma al que retenían.

Las dos últimas las lancé en dirección a la mujer para que alcanzaran su corazón.

Tres personas habían conseguido enfadarme hasta la fecha. A esa mujer le había tocado la lotería.
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Notapor Soul Artist » Vie Mar 08, 2013 12:18 am

Antes de que Light se marchara, Ronin sonrió al chico por su pregunta. Sus labios se habían tornado de un modo triste, como si intentara simular su dolor interno cuando le preguntó acerca de Alec. Sus palabaras debieron impresionar al joven Light:

Me temo que Alec se ha... Perdido en la oscuridad. Me ha rechazado, y... Ha aceptado un legado contrario al mío.

Entiendo. Ayer eliminamos a Andrei, pero le aseguro que no será el único en morir. Jugadores o Reaper's: todos los que se interpongan en nuestro camino serán eliminados. Yo y Ragun sobreviviremos y ganaremos este juego. Se lo juro, padre.

Ronin rió en alto y golpeó con fuerza la espalda de Light, casi tirándole al suelo. Le costó unos segundos contestarle, demasiado ocupado con sus características carcajadas, pero cuando lo hizo había vuelto a su sonrisa habitual:

No, Light, no quiero que nadie más muera: sólo los Reapers son nuestros enemigos. Si alguien no comparte tus ideas pero sigue siendo Jugador, acéptale tal y como es. Quizás en el futuro sea nuestro enemigo, ¿pero merece morir ahora por un crimen que todavía no ha cometido?

Tras tales sabias palabras, Light decidió marchar. Avanzó hacia el portal de luz dando la espalda a Ronin y, decidido, lo atravesó.

* * *

Light volvió de la más acogedora luz para volver a verse inmerso en un mundo de caos y destrucción. De nuevo estaba frente a las puertas del centro comercial, justo a tiempo para ver cómo el ave gigante era estrangulado por Ragun, montado sobre este.

El resultado no fue tan bueno como el chico de las cadenas esperaba. El animal, al verse tan seriamente atacado, desplegó sus alas y antes de que se diera cuenta echó a volar hacia los cielos, esperando zafarse de su enemigo. Pero Ragun se había sujetado firmemente a él, por lo que lo cabalgaba sin problemas... Excepto porque el viento pretendía soltarle.

El animal se alejó de Light, que acabó perdiéndolo de vista. Ragun se vio con serias dificultades, ya que el ave volaba demasiado bajo, intentando pasar por los edificios para ver si golpeaba al Jugador y le hacía golpearse contra estos. Ragun pudo esquivarlos con serias dificultades, pero se las arregló lo suficiente.

Sin embargo, el animal terminó por llegar a la Colina del Atardecer, y allí había empezado a alzar demasiada altura. Ragun se veía en un serio problema: podía seguir estrangulando al animal, o incluso atacarle de alguna nueva forma, pero verse arriesgado a alejarse demasiado del Sector y de Light, y probablemente siendo arrojado colina abajo a una distancia muy considerable. O podía saltar en la colina, con un aterrizaje duro y doloroso a unos cuantos metros sobre el suelo, pero seguro.

Light, por otro lado, tenía sus propios problemas. A la marcha de su compañero a lomos del ave, dos nuevos Sincorazón surgieron de la nada, fijando su mirada en Light. Su aspecto era ciertamente conocido para el chico, y para nada amistoso.

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Antes de que pudiese pensar en retroceder al centro comercial, uno de los Sincorazón le lanzó un Electro de sus extremidades, el cual pudo esquivar a duras penas. El hechizo fue a dar en la entrada y una barrera de metal bajó de golpe, encerrando a las personas del edificio dentro y no dando opción a Light de escapar de ellos.

La batalla era la única opción. La batalla con apenas fuerzas en el cuerpo.

* * *

El ser vestido de blanco no tuvo oportunidad contra el enfurecido ataque de Alec. Las cartas acabaron destruyendo su cuerpo, el cual desapareció en unos pocos dígitos que rápidamente se borraron en el aire, sin dar oportunidad alguna de siquiera identificarlos.

Las dos cartas restantes de Alec se dirigieron hacia la actriz, la cual no los vio venir. Esta esquivó la primera con un rápido movimiento de su cuerpo, pero la segunda se clavó en su pecho, haciéndola inmediatamente soltar un grito de dolor.

La mujer se arrancó la carta y su pecho comenzó a desangrarse, mientras observaba con los ojos abiertos como platos de qué naipe se trataba. Se quitó el antifaz y lo dejó caer al suelo, volviendo a clavar la mirada en su enemigo.

¿Dos de tréboles? ¿Qué significa...?

En un veloz movimiento y aprovechando la confusión por su pregunta, la actriz arrojó su daga en contra del Reaper. Alec pudo esquivarlo o bloquearlo sin problemas, pero tras hacerlo comprobó que su enemiga había escapado corriendo cobardemente, llevándose consigo la carta y dejando atrás a Sr. Miau en el suelo... Y seriamente herido.

El peluche había sido atravesado por el tacón de la mujer, dejando un rostro de algodón por el suelo. Y ello había tenido consecuencias en Shiki.

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Se encontraba a su espalda. La excompañera de Alec se encontraba apoyada contra unas cortinas del escenarios con las manos sobre su estómago, el cual mostraba un serio corte profundo y sangrante. Sus ojos estaban perdidos, mirando a la nada, mientras aceptaba lo que estaba sucediendo.

Alec...

Shiki extendió la mano derecha hacia su compañero, dibujando una forzada sonrisa en su rostro. La chica esperó a que este acudiera a él, y bajó la mano lo hiciera o no. Apartó la mirada hacia su derecha y dejó su cabeza caer, riendo por lo bajo.

Al final he sido una inútil...

Una lágrima comenzó a caer por la mejilla de Shiki, pero aguantó la voz para que no se quebrara. Apretó los dientes de dolor y rabia y su puño tembló, llena de dolor. No físico, sino... Emocional. Lo que más le afectaba de todo aquello era la situación en la que se encontraba, cómo había fallado a su compañero, a Neku... A todos los Jugadores.

Quería disculparme, Alec. No he hecho nada bien desde que llegué. Perdí mi cuerpo en la tercera semana... Otra vez... Y siempre tengo que ser rescatada por Neku. Y para colmo, te dañé pensando egoístamente, como siempre hago.

»Sé que ahora eres un Reaper, sé que viniste a eliminarme. Avatar se apareció ante mí hace una hora escasa y me dijo que no me preocupara, que iba a acabar contigo antes de que me hicieras daño. Fue entonces cuando me di cuenta de lo que te he hecho. Necesitabas mi apoyo, y yo no sólo te di la espalda... Te ataqué con mi corazón...

Shiki extendió su mano hacia el Sr. Miau, todavía tirado en el suelo. Este no contestó a su llamada: sólo se quedó tirado, inerte, como un peluche dañado cualquiera. La Jugadora dejó de hacer el esfuerzo de llamarle, sabiendo que nunca más acudiría.

Yo sólo quise recuperar Shibuya. Nunca quise que más gente sufriera, me dijeron que todo sería como un juego de ordenador. No me di cuenta de que sentís, sufrís, os alegráis... Hasta que te conocí, Alec.

Un hilo de sangre cayó por el labio de Shiki mientras hablaba. La chica volvió a mirar a los ojos al Reaper, débil y cansada: sus ojos estaban quebrados y llenos de arrepentimiento. Su voz, ronca y con dolor en cada una de sus palabras. Su cuerpo, dañado y dolido.

Perdóname, Alec.

El Reaper tenía una clara misión que cumplir: acabar con la segunda llave. Había sido creado para aquel momento. Podía traicionar a los Reapers y llamar a Avatar de algún modo, entregándoselo a él: podía desobedecerle y terminar con su sufrimiento en aquel juego, tal y como había aceptado hacer al aceptar el cargo de Reaper. Todo llegaba a ese punto: el punto donde debía aceptar y elegir su destino.

Shiki tosió, bajando la mirada de nuevo. Su voz sonaba cada vez más débil, sin fuerzas.

Perdóname, Alec...

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Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 4

Notapor Light » Dom Mar 10, 2013 1:40 am

Él es Ronin, sin ninguna duda.

Alentado por su maestro, recorrió decidido el pasadizo luminoso para enfrentarse a su destino. Lo sabía, sabía que tarde o temprano tendría que regresar a la lucha. Copia o no copia de Light Hikari, su destino no cambiaba en absoluto. El mismo objetivo de siempre…

Destruir la Oscuridad. ¿Qué otro sino…?

Más te vale que cuando ganemos esto me invites a uno de esos Helados de Sal Marina

El de avanzar hacia adelante.

***


¡Ragun!

No le costó reconocer donde había aparecido. Había regresado a las Terrazas del Atardecer, al fin.

Rápidamente vio como la estocada oscura intentaba asfixiar al ave gigante con sus cadenas, del mismo modo que Ronin hizo con él anteriormente.

Sin esperar un segundo más, se subió una de las mangas de la camisa para dejar uno de sus brazos al descubierto. Intentaría apuntar con la palma de la mano hacia el cráneo del pájaro, con la intención de disparar una de sus ondas cortantes hacia éste. Desgraciadamente le resultó demasiado difícil, ya que no paraba de dar tumbos y podría golpear a su compañero en su lugar.

Inevitablemente, el monstruoso pájaro terminó echando el vuelo, alejándose de su posición. El aprendiz chasqueó la lengua e internó sus manos en los bolsillos. Ni se imaginaba lo que le venía encima.

¿Y ahora?

Sincorazón.

Oscuridad.

Y por tanto, alergia. Su sangre ardía.

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Dos Sincorazón conocidos acudieron desde la perversa Oscuridad hasta allí, sedientos de corazones. De la misma especie que el Sincorazón que se había encontrado durante el primer día; sí, el mismo que casi le elimina. Aquel que le había obligado a utilizar su única poción, aquel que era el responsable de todo lo que le estaba pasando.

Vosotros alteráis el equilibrio.

Criaturas que habían nacido de la Oscuridad no merecían existir. Tenían la culpa de todo, y había que eliminarlas a toda costa. Por culpa de ellos, Ragun y él casi habían perdido la vida en la violenta explosión. Por culpa de ellos, Bastión Hueco había perdido toda su luz. Por culpa de ellos, puede que sus padres (de su original) estuvieran muertos.

Vosotros sois la reencarnación del mal.

Había jurado a su Maestro que lucharía contra la Oscuridad, así que eso haría.

Impasible y conteniendo todos los sentimientos que había estado guardando durante todo el Reaper’s Game, contempló como uno de los Sincorazón le señalaba con una de sus extremidades.

Seres de la Oscuridad como vosotros no deben existir. NO DEBEN EXISTIR.

Todo ocurrió muy rápido. Sin otorgarle tiempo para planear qué hacer, uno de estos le atacó sin previo aviso, disparando un hechizo electro que resultaría fatal en su estado actual, si le acertaba. Enloquecido, Light se retiró a tiempo de su posición para evitar el ataque, ejecutando un rápido movimiento lateral para desviarse de la trayectoria del conjuro, por los pelos. El ataque alcanzó la entrada del centro comercial, obstruyendo así la única salida que le quedaba.

OSCURIDAD MALDITA.

La furia que le invadía se materializaba, finalmente. Rodeado por un aura luminosa de color celeste y exhibiendo su torso desnudo repleto de heridas, se hallaba en aquel instante sano y salvo. Parecía que las prendas superiores del muchacho habían sido destruidas al haber entrado en contacto con su piel, que por un momento había ardido de locura, de desesperación.

Ahora era más poderoso, pero también más vulnerable: todos los vendajes y heridas estaban al descubierto.

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Light utiliza Locura.


No había salida, y Ragun tampoco estaba con él. Allí, en Villa Crepúsculo, estaba sólo en el ring, delante de los adversarios que tenía que eliminar a toda costa, por su orgullo. Un sólo golpe podía cambiar por completo el resultado de ese combate, sí, era como…

El Struggle.

Yo soy la luna que ilumina la Oscuridad más profunda. Yo soy la hoja que desgarra a la Oscuridad, que la destruye.

Sin pensárselo un segundo, abrió la palma de su mano y señaló con ella a uno de los Sincorazón. Liberaría toda la energía luminosa concentrada de golpe, en forma de media luna celeste. Una Onda Lunar potenciada por la locura saldría disparada y se llevaría por delante a uno de los enemigos, acabando con éste si había suerte.

Después, procedería a intentar esquivar el siguiente ataque de su adversario, en el caso de que estuviera a punto de lanzar un ataque inminente: ¿una descarga letal como la del primer día, quizás? Si alguno de esos Sincorazón decidía no andarse con rodeos, no le pillaría desprevenido, eso seguro. Volvería a desplazarse lateralmente para esquivar una nueva descarga.

No distraerse, centrar la atención en tu adversario y su espada.

No confiarse jamás, no despegar la mirada del rival.

No esperar ni un segundo, no dejar respirar al enemigo.


Astucia ante todo. Él tenía una única bola y sus adversarios noventa y nueve, ese era el panorama actual del combate en términos de Struggle. Si recibía otro ataque y perdía la última bola que le quedaba, sería el final del juego.

Jamás. La Oscuridad jamás me vencerá.

La detestaba, y habría corrido como un poseso para eliminar a uno de los Sincorazón con su red, pero no. Pese a que la locura le poseía, se le iluminó la bombilla de su salvación. En su lugar, procedería a utilizar de nuevo Onda Lunar contra la criatura que no había atacado anteriormente: el restante, si su anterior ataque había bastado para eliminar al otro.

Pero… ¿Por qué no aplastarlos con un golpe de red para desahogarse y ahorrar energías? ¿Por qué no utilizar alguna otra de sus habilidades? Puede que la nueva habilidad que había conseguido fuera más efectiva y le permitiera despachar a los Sincorazón más fácilmente y sin problema alguno.

¿Entonces…?

Oscuridad vil y retorcida, no pienso caer en tu trampa. Sé que el oro es un perfecto conductor de tu electricidad. ¡NO CAERÉ EN LA MISMA TRAMPA DOS VECES!

Si lo que decía el mercader era cierto, su arma estaba construida a partir de ese material. Por tanto, no sería buena idea utilizarla contra seres como aquellos que rebosaban electricidad por todos los costados. No volvería a cometer el mismo error del primer día: guardaría las distancia con sus enemigos y atacaría desde lejos con la última Onda Lunar.

Analizar a tu adversario: su forma de vestir, de hablar, de mirar, de coger la espada, de esquivar los ataques, de recoger las bolas de Struggle...

Predecir. Después, terminar con él.


Con la Oscuridad.

Yo soy la luna que ilumina la Oscuridad más profunda. Yo soy la hoja que desgarra a la Oscuridad, que la destruye.

Si no había ocurrido ninguna clase de contratiempo, transcurrirían escasos segundos desde la primera Onda Lunar hasta su siguiente movimiento. Teniendo especial cuidado y tal como había planeado, volvería a abrir la palma de su mano y estiraría ésta hacia uno de los Sincorazón. Una vez más, la segunda y última Onda lunar sería lanzada contra uno de sus adversarios.

¡Unos seres de la Oscuridad como vosotros jamás podrán conmigo!

De ninguna manera podía perder ese combate de Struggle. De ninguna manera permitiría que la Oscuridad rompiera su racha de victorias, por nada del mundo.

Era el combate de Struggle más importante de su vida. ¿El premio de incalculable valor por ganar aquella lucha? Una promesa que cumplir.

Un Helado de Sal Marina.
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Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 4

Notapor LightHelco » Dom Mar 10, 2013 1:52 am

¿Dos de tréboles? ¿Qué significa...?

La actriz viéndose en un apuro, lanzó el cuchillo con tal de darme, pero aquella acción era muy previsible, por lo que apartándome un poco pude esquivar sin problemas el arma.

Ya desarmada, no tendría problemas en acabar con aquella mujer, aunque esta había aprovechado para huir. Si volvía a encontrármela la mataría, pero por ahora lo importante era ver si Shiki se encontraba bien, así que me acerqué para recoger al Sr. Miau y devolvérselo a su dueña, cuando me fijé que este tenía un agujero en el centro del que salía algo de algodón.

De forma instantánea me giré hacia Shiki a la par que los nervios se apoderaban de mí al ver la herida sangrante de mi ex compañera y salvadora. Solté el peluche corriendo hacia la muchacha.

Alec...

Shiki…tú, tienes que aguantar —hablé obligándola a sentarse y quitándome la chaqueta para intentar detener la pérdida de sangre.

Al ver que la ayudaba, esta agachó la cabeza mirando hacia otro lado, le pude escuchar reír, pero eso no conseguía calmarme, ni siquiera terminaba de entender aquella reacción.

Al final he sido una inútil... —admitió dejando escapar una lagrima.

No podía dejar que pensara así, no después de venir hasta aquí sabiendo que mi intención era eliminarla.

No eres ninguna inútil, Shiki, aun no has acabado con este juego, aun puedes seguir ayudando —intentaba hablar con calma, pero notaba que mi voz empezaba a quebrarse presa de emociones que no había llegado a sentir nunca.

¿Por qué me sentía así al escuchar las palabras de Shiki? Cada vez que hablaba más me convencía de que no estaba haciendo lo correcto, pero aunque intentase descubrirlo, aquellos extraños sentimientos me impedían pensar con claridad, lo único que hacían que estuviese en mi mente era el estado de Shiki, el cual empeoraba cada vez mas.

Esta intento llamar a su animalillo de peluche, pero este no se movió, al igual que no se movería cualquier muñeco. El Sr. Miau estaba muerto y pronto lo estaría también su dueña.

Yo sólo quise recuperar Shibuya. Nunca quise que más gente sufriera, me dijeron que todo sería como un juego de ordenador. No me di cuenta de que sentís, sufrís, os alegráis... Hasta que te conocí, Alec.

Descubrí al fin que era aquello que me estaba destrozando. No quería que muriese, no quería que ahora desapareciera, esa tristeza, ese dolor eran los que estaban acabando conmigo. Durante toda mi vida había estado triste en alguna que otra ocasión, pero siempre era por soledad o acababa volviéndose enfado y decepción, pero por primera vez estaba sufriendo por alguien.

Perdóname, Alec.

Notaba como los ojos se me llenaban de lágrimas y estas empezaban a descender por mi cara. ¿Por qué siendo un ser sin datos estaba sintiendo lo que mi verdadero nunca había sentido? No le había llorado a nadie jamás, siquiera había llorado por mí.

No tienes que disculparte…yo te traicione también —la voz se me entrecortaba, se me era difícil hablar así —. Estaba enfadado y no me importaba lo que hacía, porque pensé que tú eras igual a ellos y por eso no merecías más que lo peor, pero me equivoqué.

>Viniste hasta aquí para salvarme, aunque eso significara tu eliminación. Me pides perdón por algo que ocurrió en un momento de miedo. Yo soy el que debe disculparse, yo actué de forma egoísta…

Por mucho que habláramos, la vida de Shiki iba apagándose, debía salvarla y tenía que hacerlo rápido. Saqué la poción que tenía en el bolsillo y abriéndola se la hice beber.

Tú me has salvado, es mi turno ahora. No pienso dejar que caigas y tampoco voy a dejar que Avatar llegué hasta ti. Buscaré una forma de sacarte de este lugar, Shiki, te lo prometo, no vas a morir, no lo permitire...porque eres mi amiga.

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Re: Ronda #5

Notapor Sombra » Dom Mar 10, 2013 7:04 pm

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El pájaro fue derribado por mi ataque, cayendo contra el suelo levantando una ligera polvareda que llegó hasta mis pies. No me quedé quieto para fijarme mucho en detalles. Bordeé el ave utilizando como un escalón su ala herida y subiendo a su "lomo". Enganché las cadenas al cuello del Loro y empecé a tirar de los extremos.

Matar, aquella era la única palabra que pasaba por mi mente.

Pero no pude evitar aflojar mi agarre sin darme cuenta cuando vi de una luz surgir a mi compañero. No estaba muerto, al fin y al cabo. Eso me aliviaba mucho. Sonreí para mí mientras suspiraba.

"Menos mal"

Pero poco duró nuestro cruce de miradas. El ave empezó a zarandearse advirtiendo de que alzaría en breves el vuelo. No me dio tiempo a bajar. La criatura empezó a ascender a una vertiginosa velocidad. me sujeté con todas mis fuerzas apretando con mis manos las cadenas. Mi corazón palpitaba con fuerza ante aquella situación.

Los edificios rozaban mi cabeza cada vez que bordeabamos uno. Incluso noté en un momento como mi pelo rozaba a una alta velocidad uno de los edificios, lo cual quería decir que si no hubiese reaccionado mi cabeza estaría convertida en una especie de tomate con algo de un color mezcla de púrpura y gris por toda la pared.

Estaba en un dilema. En aquel momento era difícil que fuese capaz de aterrizar sin darme un buen golpe. Sin duda, aquello estaba decidido por alguna "fuerza mayor" llamada Fuerza de la Gravedad, cosa que me convertiría en una masa que habría que recoger con una espátula si no pensaba algo rápido.

Al menos quería asegurarme de herir severamente al pájaro de las narices. A gran velocidad, solté una de las manos de la cadena haciendo que esta empezase a soltarse. Coloqué mi mano sobre la cabeza del ave (en todo caso, la parte de atrás de esta) y utilicé otro Láser Oscuro con el que trataría de hacerle un bonito agujero que le atravesase de lado a lado. No dudaría en saltar para no arriesgarme demasiado. Si alcanzase mucha altura podría haberme herido de gravedad... Y romperme una pierna en aquella situación no era algo que quisiese.

En cuanto me tirase lo haría de tal forma que pudiese rodar a base de varias volteretas. Sería doloroso, seguro. Pero al menos estaría seguro de no romperme ningún hueso.

Finalmente, nada más pudiese levantarme (cosa que no tardaría en hacer ni estando muy herido) miraría hacia el enemigo mientras corro calle arriba en caso de que no hubiese sido derrotado completamente esquivando cualquier posible ataque tirándome hacia los lados si hacía falta. En cuanto llegase arriba me metería por los lugares más inaccesibles posibles para el ave a la par que me dirigía a por mi compañero para poder reunirme con él y aumentar nuestras probabilidades de sobrevivir.

De todos modos, tenía que preguntarle como había sobrevivido. ¿Alguna habilidad secreta de la arma que había comprado a Stan? No sería raro, yo mismo había pasado por aquella experiencia. Aunque él no parecería sufrir ningún Estado Alterado.
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Ronda Final

Notapor Soul Artist » Mié Mar 13, 2013 11:11 pm

Los dos ataques de Light, acompañados de la infundida locura de este, fueron suficientes para acabar con sus enemigos. Estos no tuvieron oportunidad alguna; en cuanto las ondas lunares de este alcanzaron sus digitales cuerpos, desaparecieron con el rastro de un corazón falso volando hacia los cielos. Una bola grisácea surgió de uno de los cuerpos de sus enemigos, la cual cayó como una pluma en el suelo, esperando a que el joven Jugador la recogiese y se hiciese con su poder.

El chico lo había logrado. Sobreviviría un día más y lucharía en nombre de su Maestro, Ronin. La fuerza psicológica que este le había proporcionado sería más que suficiente para que nadie se interpusiera en su camino.

Sería su luna en la noche más oscura.

* * *

El ave gigante no había sido derrotada: Ragun tenía problemas.

Saltar de los lomos de aquel monstruoso pájaro al suelo quizás no fuera buena idea, pero la realidad es que no había tenido más opción. Al caer el suelo notó un crujido en su pierna izquierda y cómo se abría algunas heridas en la cara, pero rodó por el suelo con el objetivo de no provocarse mayores heridas que aquellas.

Su enemigo no tardó en reaccionar: visto por fin libre de la insistencia de su preciada presa, giró en el aire para volver a dirigir sus negros ojos hacia el chico mientras este se levantaba y observaba alguna salida o algún método de defensa. Estando en la colina del atardecer y no en mitad de la ciudad le resultaba difícil: sólo podía descender lo más rápido posible y esconderse en los túneles. Era su mejor apuesta.

Pero al poco de echar a correr con la pierna mal, el ave volvió al ataque. Esta vez, prevenido de los posibles ataques con las molestas cadenas del Jugador, lanzó tres nuevos meteoritos en contra del chico, los cuales no acertaron en él de milagro. La cojera le hacía un blanco sumamente fácil, y el pájaro parecía querer sólo jugar con Ragun, torturarlo de las peores maneras posibles.

Pero el chico tuvo buena suerte por una vez: el sueño le invadió, y todo a su alrededor se volvía negro como la noche. Su compañero también sufrió los mismos efectos y ambos cayeron en picado hacia la oscuridad virtual.

Vivían un día más para contarlo.

* * *

Shiki sonrió ante el ofrecimiento de Alec. Se encontraba débil, pero levantó su brazo hasta él y tomó el brebaje lentamente, con su rostro lleno de alegría pese al dolor. Dirigió sus ojos hacia el Reaper, su amigo, y estos se llenaron de lágrimas de felicidad.

Gracias, Al…

Shiki no pudo terminar su frase. Algo le atravesó el estómago y un destello cegó a Alec, el cual se vio obligado a cerrar los ojos. Y al volver a abrirlos, encontró el horror frente a él.

Shiki seguía estando allí, pero ya no en carne y hueso. Su cuerpo no se movía, se había quedado congelado eternamente con su sonrisa y los ojos con lágrimas de felicidad… Envuelta en cristal puro, brillante, transparente y capturada para siempre.

Cada día más blandas, ¿eh?

Un chico delgado de pelo azul oscuro, ojos característicamente morados y horribles gafas apareció tras la figura de cristal de su amiga, invocado por un portal de luz y con lo que parecía ser una pistola en la mano derecha. Antes de que el Reaper pudiese reaccionar, el chico disparó a su hombro, el cual se inmediato se congeló y cristalizó, dejándole inmóvil.

La realidad es que no era alguien completamente desconocido para él. Le había visto antes, como mínimo una vez: durante la tortura de Ronin a los traidores de Bastión Hueco, esclavizado como uno más y que también debió volverse un Jugador como cualquier otro. Sabía, por lo que había visto de él, que era oscuro y malvado. ¿Cómo no serlo? Y aquellos ojos…

¿No nos conocemos? —preguntó el chico, situándose frente a Alec e inspeccionándole por encima con prepotencia—. Sí, ya me acuerdo. Eras Alec, el bicho raro. Yo soy Saxor, encantado.

El desconocido colocó su hombro sobre el cuerpo congelado de Shiki, dedicándole una sonrisa atrevida. Pasó sus dedos por su mejilla, notando el frío tacto del cristal en ella, y después posó sus ojos sobre Alec.

Precioso, ¿verdad? Avatar va a estar contento. Dos llaves ya… Y mañana caerá Beat antes de que se dé cuenta…

Saxor volvió a apuntar con su arma a Alec, dirigiéndose esta vez hacia su cabeza mientras no pudiese moverse a causa de su hombro. Deliberó durante unos segundos con el ojo izquierdo cerrado, manteniendo la pistola en alto con la derecha. Tambaleó unos segundos, hasta que finalmente…

Nah, no merece la pena. Eres un Reaper tan inútil y tan bobo que no supondrás ningún problema para Avatar de aquí en adelante. Ya ves, ni siquiera pudiste defender a tu amiga de mí…

El joven volvió a dirigirse hacia el portal, levantando a Shiki en el aire con un hechizo y haciendo que lo atravesara primero. Pero antes de irse, volvió a dirigirse hacia el Reaper con media sonrisa por encima del hombro. No le preocupaba en absoluto su presencia ni sus poderes: le consideraba, completamente, tan amenazante como una mosca.

Chao.

Y tras tal despreciante despedida, desapareció al otro lado del portal de luz.

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Día 4 completado.

Bueno, comentario general: me ha gustado este Sector. Ha tenido sorpresas bastante cachondas (el tren), un acercamiento a Kazuki precioso, el dramón de Shiki y un Light x Ronin bastante tierno. No tengo quejas generales sobre vosotros.

Puntuaciones:

LightHelco
Veo fuerza, muchísima fuerza. El drama y el combate te han acompañado y has sabido jugar con ellos y sacar lo máximo de ti, lo cual me ha gustado; la escena con Shiki y tu modo de llevar el papel de Reaper tanto con Ragun y Light como enfrentándote a la actriz te han dado una actuación sublime que has sabido llevar a la perfección. ¿La pega? Tu narrativa ha estado más floja que de costumbre. Y es una pena, porque otros días sí la he visto mejor, y si hubieses tenido una narración menos acelerada y más pausada (abuso de comas), habrías ganado la puntuación perfecta. Pero te quedas cerca.
48 PX.

Light
Me ha gustado Light. En especial su monólogo interior con respecto a Ronin, aunque el monólogo que le presenta me pareció algo superfluo y anodino. Pero tienes la mejor narración de la sala, y eso te da puntos; y la interpretación interna de tu personaje es asombrosamente buena, como siempre.
48 PX.

Sombra
En tu caso has tenido menos momentos fuertes concedidos por la situación que tus otros dos compañeros. El diálogo con Kazuki queda ensombrecido con el de Light, la verdad, pero tienes un buen punto a favor: tras la supuesta muerte de tu compañero has ganado fuerza, especialmente al interpretar la reacción de Ragun ante esta. ¿Conclusión? Intentáis ambos llevar lo mismo, poniendo las frases de ambos en un mismo post y dependiendo el uno del otro, y eso lleva, inevitablemente, a verte eclipsado por la luna que representa Light. Pese a todo, buen trabajo.
45 PX.
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