[Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 5

Sector 1 - Crepúsculo

Nunca olvidarás que tomaste parte en alguno de estos jolgorios. Kazuki tampoco.

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 5

Notapor Zee » Mar Abr 23, 2013 9:13 am

Cuando una desgracia cae de pronto y uno sabe que pudo haberla prevenido para evitar el daño a sus seres queridos, mas sin lograrlo, el sentimiento de impotencia y culpabilidad se convierten en una tortura. Uno jamás podrá deshacerse de aquella dolorosa espina que supone el "Si hubiese..." y, con el tiempo, el hecho de extrañarlos siempre se verá acompañado de una terrible e insoportable culpa.

Sobraría decir que fueron esos sentimientos los que me embargaron, entre otros como la incredulidad y la más profunda tristeza, cuando Shinju atravesó de lado a lado con sus armas a Ragun. Cuando mi hechizo llegó demasiado tarde y, aunque pude haber hecho algo, mi debilidad me lo impidió.

Lo que hicimos más tarde no tuvo importancia: lo hecho, hecho estaba. Ragun se había sacrificado por Light, tomando el lugar de su compañero, recibiendo de lleno el "último aliento" de Shinju. Y eso era innegable. Ya había sellado su destino. Ragun ya había caído desde el momento que había decido interceptar el golpe de la Reaper.

La herida fue mortal y no pude hacer nada para evitarlo.

¡No, Ragun! —grité con desesperación; añadiendo luego, después de unos instantes, esta vez con ira—: ¡¡Shinju!!

Un hechizo de Light empujó a la Reaper, haciéndola saltar por el aire unos cuantos pasos. Cayó con brusquedad en el suelo, sin hacer nada para evitarlo, provocando el característico sonido de alguien que, o ha sido derrotado, o finalmente se ha rendido.

Obviamente, seguí su trayectoria, con mi daga en mano.

Me detuve a un costado suyo, observándola con detenimiento. En mis ojos carmesíes, si la Reaper alzaba la vista, no encontraría ni la más diminuta pizca de piedad. Ni siquiera alegría por haber visto cumplida mi venganza. Solamente encontraría desaprobación, una mueca levemente indiferente ante su sufrimiento.

Rió. Mi reacción fue inexistente. Simplemente permanecí en mi sitio, contemplando la lenta partida de la última Reaper. Luego de eso tosió sangre, la cual observé con curiosidad. ¿No le dolía aquello? ¿Cómo era capaz de reírse en sus últimos momentos?

Eres interesante.

Me puse en cuclillas a su lado. Si ella hubiese sido una vieja amiga o, al menos, una conocida a la que le tuviese algo de respeto, habría tomado su mano o le habría acariciado brevemente el rostro. Pero lo que hice fue juguetear con el cabello que le caía en la frente usando la empuñadura de mi daga.

Sin Reapers' Game no gano yo ni tampoco vosotros —comenzó diciendo, ante lo cual volví a sostenerle la mirada. Las palabras ya costaban salir de sus labios—. Los siete días retenían vuestra enfermedad. Avatar os tiene donde quería, y ahora es cuando pasaréis a lamentar vuestra existencia. Cuando llegue a cero, os convertiréis en parte de él...

Si crees que-- —comencé a replicar, sólo para detenerme al instante al sentir un dolor punzante en la mano derecha. En aquel descuido, dejé caer la daga, que rebotó varias veces junto a Shinju.

Cuando miré qué me había provocado semejante incidente, me encontré con algo bastante curioso.

Un contador grabado en mi propia carne, descendiendo lentamente hacia mi final.

Lamentad vuestra existencia, hijos del Corrupto...

Antes de que la Reaper cerrara los ojos, sin embargo, dediqué mis últimas palabras. Una promesa que había estado determinado a cumplir:

Prometí que mis ojos serían lo último que verías.

***
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Ragun, no te mueras. ¿Ragun?

Aquello se convertiría en un día de luto y tristeza. Cada paso que di en dirección a Ragun, alejándome del cadáver de Shinju, me pareció más pesado que el que había dado anteriormente. Y cada que mi mirada se posaba sobre su cuerpo agonizante, la espina que se había clavado en mi corazón avanzaba todavía más profundo.

¡Vaya! Que tarde es. Tengo sueño y todo. Creo que debería irme a dormir…

Tomé una distancia prudente mientras Ragun dedicaba aquellas palabras. Para mí no quedaba más sino observar, con un peso en el estómago y con mis lágrimas a punto de escapar, cómo Light se negaba rotundamente a la partida de su nuevo amigo. Cómo lo sacudía y le gritaba con agonía y desesperación. Cómo lo obligaba a quedarse más tiempo del que le correspondía.

Era increíble lo que aquellos dos habían logrados juntos. El Reapers' Game los había unido, a la Luz y a la Oscuridad.

Y ahora les obligaba a separarse...

Xefil, Maya, Yagami, Hana, Neas, Light...

Estamos aquí para ti... así como tú lo estarás para nosotros —balbuceé apenas, con un esfuerzo hercúleo. Mas una vez las hube pronunciado, no pude contenerme por más tiempo y me vi obligado a sollozar para poder deshacerme del nudo en mi garganta. Casi de inmediato, las lágrimas descendieron por mis mejillas.

Ragun alzó su mano al cielo en aquel momento, como queriendo alcanzar algo más allá, o como vaticinando su destino. Aprendiz Oscuro o no, original o no, sabía que desde allí nos estaría observando.

Gracias... por todo... Y sobrevivid.

Y nos vería ganar, sobrevivir por él. A su memoria y a la de todos a los que ya habíamos perdido.

¿Ragun? ¡¡Dime algo…!! ¡¡¡Dime algo!!!

Giré la cabeza hacia un lado, indispuesto a seguir contemplando aquel espectáculo. Intentando encerrarme en mí mismo, cubrí mis ojos, y con ello mis lágrimas, con mi mano derecha. El brillo rítmico del contador se escabullía por entre mis párpados y se refractaba en lo vidrioso de mis ojos, creando un fenómeno cegador.

¡Ra-Ragun…!

Ante el dolor de Light por la pérdida de su compañero, no pude evitar llevar mi otra mano hasta donde estaba Maya, buscando poder encontrarme con la suya propia. Si la encontraba, la apretaría con fuerza, esperando que entendiera mi mensaje.

<<No podría perderte así>>

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Continué llorando en silencio (o al menos, el que era posible) y en el refugio de mi mano, pensando no sólo en Ragun, sino en todos aquellos que se habían ido frente a mis ojos o sin que yo me enterase siquiera. Mei me había abandonado ese mismo día, y la pareja del anterior se había sacrificado por nosotros... El compañero de Hana había sido eliminado con tanta sencillez... ¿Dónde había quedado Nadhia en todo aquel caos? ¿Y Alec y Hiro, a quienes no había visto desde el día de nuestra llegada? ¿Exuy, cuya pequeña figura me parecía haber visto cuando Ariasu nos capturó a todos? ¿Saxor y su peculiar compañero de Shibuya, Beat? ¿Fátima y Neku, dónde habían terminado? ¿El Maestro Kazuki, la Maestra Yami...? ¿Akio, Lyn y Rebecca? ¿El chef Higashizawa?

Y Hanekoma, que se había convertido en mi última esperanza...

Aunque lo intentase con fuerza, mis sollozos serían audibles, especialmente para Maya a mi lado. Y, de vez en cuando, una lágrima caería al suelo cuando ya no pudiese luchar más contra la gravedad o cuando mi cuerpo se sacudiese por el dolor.

Me costaba incluso respirar. ¿Cómo era que dolía tanto, cuando no tenía ninguna herida física? ¿Cómo podía compararse aquello con las veces que había caído con fuerza, me habían golpeado, me habían quemado o congelado con un hechizo, me habían apuñalado, desgarrado, magullado, rasguñado...? ¿Cómo podía superar a todos aquellos momentos, combinados incluso?

¿Por qué... por qué siempre pierdo lo que más quiero...? ¿Por qué me quedo solo?

Aquello se suponía que debía haber sido un pensamiento para mí, pero con mis sentimientos a flor de piel no noté haberlo dicho en voz alta. Maya contemplaría aquel momento de fragilidad, aquel punto débil en el compañero que tanto presumía de querer protegerla.

Vaya broma estaba hecho. Era un inútil. Y por sobre todo eso, un egoísta.

Devuélvemelo… —¿pero no lo éramos todos, cuando perdíamos nuestras cosas más queridas? ¿No se nos permitía pensar en nuestro corazón y en el amor que sentíamos? Sino, ¿qué significaba aquella agonía?

Cuando finalmente pude destapar mis ojos y limpiarme las lágrimas, advertiría de inmediato lo mucho que Light se había alejado, como pude sospechar por el sonido de su voz. Había cargado con Ragun, tan lejos...

...como así cargaríamos con los recuerdos de todos los caídos. Hasta el final, llegase cuando llegase.

¡¡Devuélveme a Ragun, padre!! ¡¡Si me salvaste a mí deberías poder hacer lo mismo con él!! ¿¡Por qué no le salvaste!? ¿¡A QUÉ ESPERAS PARA TRAERLE DE VUELTA!?

¿Tú crees que llegará el momento en el que alguno de los dos sufra tanto como Light? —pregunté a Maya, sin apartar la vista de mi amigo. Tuve que aspirar por la nariz y carraspear un poco para tranquilizarme.

¡¡Participaré en doscientos Reaper’s Game más si es necesario!! ¡¡Haré cualquier cosa por él!! ¡¡Devuélvemelo…!!

¿Es nuestra amistad así de significativa, Maya? ¿O sólo somos compañeros? Ambos somos Aprendices de Kazuki. Vivimos en el mismo castillo, entrenamos juntos, comemos donde mismo... Y ahora terminamos juntos en el Reapers' Game.

¡¡¡¡DEVUÉLVEMELO TE HE DICHO!!!!

¿Es eso todo lo que tenemos, pequeña? Porque si es así, entonces no entiendo por qué... —tragué saliva, sintiendo las palabras como espinas al salir— ¿Por qué me cuesta tanto mirarte a los ojos, sabiendo que tal vez en algún momento no seré lo suficientemente fuerte para protegerte?

Light miró hacia el cielo y yo lo acompañé en aquel gesto, creyendo que tenía un significado más poético que el que en realidad el joven le había dado. Apreté la mano de Maya con un poco más de fuerza.

No quiero que termines como los demás. Quiero que salgamos de ésta juntos.

Contemplé el contador que llevaba en la mano derecha. Y continuaba descendiendo.

Al menos... los que quedamos.

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Solté finalmente a mi compañera y comencé a caminar en dirección a Light. Mi mano derecha se deslizó, algo nerviosa, hasta donde se encontraban los dos pines hermanos que llevaba colgados encima del corazón.

Había decidido que, si de mí dependía, no iba a morir nadie más, quedasen cuantos quedasen.

Tenía que estar seguro de ser el único que se aproximase a Light. De lo contrario, no podría llevar mi plan a cabo. Pero esperaba que, respetuosos, los demás Jugadores tomasen su distancia. Después de todo, mi amistad con Light debía decir, cuando menos, mínimamente conocida.

Me quedé de pie a su lado, tomándome mi tiempo para hablar, mientras contemplaba el atardecer a la lejanía. Mis dedos seguían jugueteando alrededor de los dos pines que llevaba colgados, mientras me esforzaba por no mirar al cuerpo de Ragun, que descansaba a un costado mío.

Aún tienes ganas de luchar —afirmé con fuerza en el momento que me pareció más adecuado. De reojo, contemplé a mi amigo—. Conozco tu mirada, lo creas o no. Casi tan bien como conoces la mía.

Dejé que Light contemplara mis ojos carmesíes, para luego soltar un suspiro. Apartando la mirada, mi mano descendería un poco, sólo unos cuantos centímetros, hasta encontrarse con el vértice de mi corazón. Como tomando cinco hilos invisibles, mis dedos se deslizaron sobre mi piel y luego, lentamente, comenzaron a jalar algo que se hallaba en el interior.

Mi corazón salió a la luz. Aquel caótico mar de dígitos que latía rítmicamente, mientras sus caracteres saltaban de un lado a otro. Continuaba siendo el mismo de antes, de color rojo y con un mensaje tétrico grabado:


c̼̜͛ͨͤͫ͐ͨ͝ȏ̺̺̼̮̝ͪ́̔̽̋͌͋̇͞D̢͕̺̱̜̼̤̗̋͆̈ͭ̈ͨͮ͐į̪̘̪͙̹̜͎̜̂͒͗̌̇͗͋̚͘N̨̞̝̾͗ͧ̇̽̚͝G̲̬̮̤͛ͫ̑̎͜͞ͅ ̸̡̣͔͔̟͖̩͇̹͍ͤ͌̓̉͛̓̚e̖̩̖̲̍̽͌̇ͧ̽̃̊ͫR̡̖̰̼͈̼ͯ͗̓Ŗ̹͇͚ͫ͊̇̓ͧ̽ͯ̀ǫ̮̮̯̚͜r̡̞͗ͬ͌ͫ̽̆̽̈


Pero era aquello exactamente lo que quería mostrar. En voz baja, expresé:

Este Juego nos ha hecho perder tantas cosas...

Regresé mi corazón a su lugar. Y luego, con decisión, arranqué el pin blanco de mi ropa. El pin de Falso Compañero.

Nuestras vidas son lo último que quiero perder —añadí, agachándome junto a Light y tendiéndole el pequeño adorno de plástico por lo bajo, donde nadie podría vernos—. Por favor, déjame explicar. Y, por favor, mantén el secreto.

Tomé su mano y lo obligué a tomar el pin, para luego cerrar sus dedos a su alrededor. Después de eso, le di unas leves palmaditas en la espalda.

Puedes traer de vuelta a Ragun si quieres, pero hasta entonces necesitas un compañero o de lo contrario... —tragué saliva, con miedo a terminar aquella frase—. D-De cualquier manera, este pin te proporcionará todo lo que necesitas. Te lo aseguro, lo he usado antes.

>>Es un Falso Compañero. Te dejará usar tu arma, pero no podrás usar más los PowerUps. Lo vale si te mantiene vivo, supongo. Guárdalo donde puedas, pero no te lo pongas en la ropa como lo hacía yo; no queremos que nadie lo note.

>>A estas alturas, es un tesoro invaluable. Y no sólo eso...
—bufé y luego me relamí los labios varias veces, evadiendo la mirada de Light—. Me lo dio el Compositor personalmente. Puede ser importante.

Finalmente me puse de pie. Me limpié la nariz con el desliz del dedo índice y un breve respiro. Luego me sacudí las manos, como satisfecho por mis acciones.

Me giré hacia la congregación de Jugadores que descansaba junto a la Estación de Trenes.

Como ya dije, mantén el secreto. Si te preguntan cómo es que sobrevives, culpa al fin del Reapers' Game o a la muerte de Hanekoma, lo que sea, pero no les hables sobre ese pin. Alguno de ellos podría matarte por él en un arrebato de desesperación; incluso yo mismo... Especialmente yo mismo.

>>Están Yagami y Hana todavía, de todas maneras. El pin no te limita en cuanto a Pactos, así que puedes hacer uno con ellos si aceptan. Nada como un par de buenos comp-- De buenos amigos, quiero decir.


Me metí las manos a los bolsillos, sintiendo los PowerUps dentro todavía. Ya vendría siendo hora de usarlos. Pero podían esperar para más tarde; tal vez hasta el día siguiente.

¿Regresamos, Light? No debe quedarle mucho al día ya...

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Felix le da el pin de Falso Compañero a Light. EN SECRETO. Nada de metagaming, por favor.

Edit: No me dio tiempo de un segundo post, así que añado que todos los PX para mi mascota.
—You're like that coffee machine: from bean to cup, you fuck up—

~Dondequiera que el arte de la medicina es amado,
también hay un amor a la humanidad~


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Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 5

Notapor Nell » Mar Abr 23, 2013 1:08 pm

En un principio, no prestó atención a la destrucción que podría haber apreciado desde el horizonte del Sector 3. Se limitó a mirar la puesta de sol, como había estado haciendo hasta entonces, esperando la muerte. Por el rabillo del ojo sí vislumbraba algo, pero poco.

Y al final, cómo no, la curiosidad la venció. Se puso en pie, con dificultades, y observó el terrible derrumbamiento que estaba teniendo lugar. ¿Se extendería por el resto de Villa Crepúsculo? ¿Morirían todos en breves momentos, absorbidos por el propio mundo que los había visto nacer? ¿O algo más grave había sucedido únicamente en ese sitio?

De repente, el suelo tembló y perdió el equilibrio, precipitándose al vacío, mientras abajo todos sufrían el terremoto. No tuvo tiempo ni para una mísera revelación antes de pensar en que estaba a punto de morir, porque su cuerpo se hizo ligero, como una pluma, y aterrizó en el suelo hasta con cierta gracia. Sin embargo, cedió a la debilidad y se derrumbó sobre las piernas.

Miraba la escena sin ver, con ojos vidriosos a los que nada podía hacer reaccionar. Shinju movía los labios, se desesperaba y, repentinamente, atacaba a Light, pero ni siquiera eso le importaba a Hana. ¿Había dicho algo sobre un tal Hanekoma…? ¿O sobre unos tramposos…?

También pasó desapercibido para ella todo lo siguiente. ¿Por qué interesarse en algo? Estaba a punto de morir. Lo sabía. El día se acababa, y ella no tenía ganas de vivir. Creía que, si se dejaba llevar por los deliciosos brazos de la muerte, el vacío que amenazaba con tragarla cesaría. Iría a parar al mismo lugar que Mickael. Se rencontraría con él. Y con tanta otra gente a la que había perdido…

Lo que no esperaba era despertar. Precisamente, con un grito, que ni siquiera estaba dirigido a ella.

Ragun…

[...], no te mueras.

¿Ragun?

¿Dónde había oído antes esas palabras? Ah, sí. Estaban en su propia memoria. Pero no era el nombre de Ragun el que se repetía, sino el de otra persona. ¿A quién había perdido también en sus propios brazos?

¡¡No puedes morir!!

No me dejes sola… ―rememoró Hana, murmurando las mismas palabras del recuerdo que había recuperado, en voz baja y monótona. Pero, ¿de verdad era suyo? ¿Había sucedido realmente así?―. El mundo me da miedo… Es terrible… Y solitario…

¡¡Perdóname por haber sido tan débil…!!

Tienes un sueño que cumplir… Y yo sólo te tengo a ti…

Devuélvemelo

Devuélvemelo.

Finalmente, despertó por completo del trance. Vio a Light, en vez de a sí misma, y comprendió el infinito dolor de aquel desesperado muchacho. Ella misma había sentido lo mismo. O, al menos, alguien como ella. ¿Quién era el chico que había perdido? No recordaba nada de él, ni su nombre, ni su rostro, pero sabía que había sido alguien muy importante en su vida. No obstante, no podía lamentarse de la muerte de a quien ni siquiera recordaba. En cambio…

… sí había alguien por quien sí quería suplicar.

Se puso en pie, y a trompicones, comenzó a avanzar hacia Light. Parecía una zombie, con semejantes heridas y haciendo esos enormes esfuerzos para andar. No entendía cómo no caía, o por qué no se moría del sobresfuerzo, pero el caso es que lo logró. Había otro chico que había acudido también a hablar con Light, más rápido que Hana, claro, pero poco le importaba qué tema hubiesen tratado, y ni siquiera le prestó atención.

Yo… Yo también he perdido a alguien… Alguien importante ―le dijo a Light―. Podría morir para volver a verlo, pero, ¿y si él me culpa? ¿Y si sabe que soy la responsable? ¿Cómo le miraré a la cara y le diré que he muerto para estar con él?

Bajó la cabeza, porque no era capaz de sostener la mirada de nadie. Todos los ojos parecían culparla de la muerte de Mickael. Porque, finalmente, había decidido hacerse responsable. No supo cuidarlo bien, ni tampoco ayudarlo. Y por ello, pretendía cargar con las culpas. También tendría, por lo tanto, que disculparse con Yagami, con quien había sido injusta.

Padre… o Señor… Él puede. ¿Verdad? Recuperarle. Traerle de vuelta. Si nos creó a todos… también tendrá el poder de resucitarle ―cambió la perspectiva del suelo al cielo, como si de verdad hubiese un Dios en lo alto―. Podría solucionar mi error si vivo… Y haría cualquier cosa para hacerlo… Hasta lo único que me mantiene en esta inútil Vida…

»Cambiaré el sueño del Paraíso por el suyo.

En algún lugar de su mente, se preguntó si había tomado una decisión parecida en otra ocasión.

Aún no puedo morir ―sentenció, con una mayor determinación―. Tengo un nuevo objetivo. Y una misión. Light… ―volvió a mirarle―. Déjame hacer un Pacto contigo. Recuperemos ambos lo que nos han arrebatado.

»Y sólo hay una forma de conseguirlo.

Las llaves.



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Hana pide Pacto a Light.
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Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 5

Notapor Neas » Mar Abr 23, 2013 9:02 pm

Shinju ha caido, pero el precio es demasiado alto pues Ragun, el chico del vestido, sufre el mismo destino. Así, cualquier alegría que pudieramos sentir por la victoria se disipa por la pérdida de tres compañeros.

Dolor. Lo veo en los ojos de los que quedamos vivos y no puedo más que compartirlo. Mickael, Ragun y... Kemu. Con cada una de estas muertes me he sentido perecer también por dentro. Aunque no conozco más que a la que fue mi compañera, me basta con haberlos visto luchar para saber que no merecían acabar así. Me siento destrozado, pero sé que no he de sucumbir a la tristeza. Eso no ayudaría a nada.

Entonces, mientras aún seguimos sumidos en nuestros pensamientos, noto un punzante dolor en la palma de mi mano y, viendo la reacción del resto del grupo, me quito el guante para encontrarme una sucesión de números. No sé demasiado de estas cosas, pero todo apunta a que se trata de un contador, una cuenta atrás hacia nuestro final. Una cuenta atrás que no se detendrá hasta conducirnos al mismo destino que nuestros compañeros. ¿Acaso ya nada vale la pena?

No. Las últimas palabras de Shinju parecen encerrar la clave para evitar tal desenlace: debemos derrotar a Ariasu, la Game Master. Y no solo para salvarnos, sino por hacerle pagar por estos 5 días y por lo que sus siervos han hecho a los que ya no están con nosotros.

Sin embargo, aun hay algo que me escama. ¿siguen teniendo validez las mismas reglas? ¿necesitamos pactar? Sea como sea, la única manera de comprobarlo es intentándolo. Una vez Felix hubiera terminar de hablar con el chico de la red dorada, me acerco a él para decirle lo poco que puedo sin acabar echándome a llorar.

―Light, ¿verdad?

>>Solo... No te rindas. Tu compañero ha dado la vida por tí. Has de llegar al final, por él, por todos los que han caído. Todos hemos de hacerlo.


Tras una palmada en la espalda en un, me imagino, vano intento de animarle, hablo a todo el grupo.

―Da igual que Shinju diga que el Juego ha terminado. Deberíamos intentar pactar entre nosotros. Me da igual con quien sea pero...

No puedo seguir hablando pues una terrible verdad surge en mi mente: no podemos pactar todos. Ha de quedarse alguien. Pero ¿quién? No puedo señalar a nadie, sin embargo, tampoco puedo quedarme yo. Si tengo que morir, será intentando vengar a los que han dado su vida para que nosotros siguiesemos aquí.

―Debemos encontrar a Ariasu y derrotarla. Hay que terminar con este maldito Juego.
Se lo debemos a los que han dado su vida por nosotros.


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Dan aceptará cualquier Pacto (incluyendo el pin). Sin embargo, si me da tiempo intentaré realizar un post aceptándolo yo mismo.
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Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 5

Notapor Light » Mar Abr 23, 2013 9:24 pm

Spoiler: Mostrar
El 100% de los PX para mi mascota. Los 2 PU para arma y maximizo stats. También acepto el pin de Xefil y el pacto que Hana me ofrece, como señalaré a continuación.
EDIT: No he leído tu post, Neas, pero como comprenderás, tengo que aceptar el pacto que Hana me había ofrecido antes. Lo siento.


En ningún momento dejó Light de observar el ocaso rojizo. Pudo escuchar que alguien se estaba acercando a él, pero no se lo molestó en girarse para comprobar que se trataba de su amigo Xefil, que se posicionaría al lado suyo en cuanto los demás Jugadores se encontraran algo alejados.

No se percató de que era él. Sin perder la fe, seguía esperando una respuesta o cualquier señal que el todopoderoso le enviara. Sin desviar sus ojos de color avellana del cielo, que rogaban una segunda oportunidad para su compañero. Sin soltar el cuerpo frío de éste.

Aún tienes ganas de luchar —comentaba su compañero, refiriéndose a su mirada desafiante—. Conozco tu mirada, lo creas o no. Casi tan bien como conoces la mía.

Light se giró hacia su compañero, sin cambiar su expresión ceñuda. Las miradas de ambos se cruzaron en aquel momento. Al igual que Xefil podía observar los ojos verdosos desafiantes de Light, éste pudo contemplar los ojos rojos de Xefil, rebosantes de locura. El corazón digital del aprendiz también presentaba un color carmesí que lo hacía bastante diferente a los otros corazones. Éste también irradiaba la locura que tanto caracterizaba a Xefil.

Este Juego nos ha hecho perder tantas cosas...

Nuestras vidas son lo último que quiero perder —el Monarca de la Locura se encogió y le tendió un pin que, a simple vista, parecía normal y corriente, sin ninguna utilidad especial. Light no hizo ademán de cogerlo—. Por favor, déjame explicar. Y, por favor, mantén el secreto.

Light, más apagado que de costumbre, lo observó sin interés mientras su compañero lo acercaba hacia su mano. Después cerraría su puño, con el pin dentro. ¿Devolvería a Ragun a la vida o ayudaría a conseguirlo? Si no servía para eso…

Puedes traer de vuelta a Ragun si quieres, pero hasta entonces necesitas un compañero o de lo contrario... —abrió los ojos, sorprendido. Puede que Xefil hubiera encontrado la manera de traerle de vuelta. Desgraciadamente, no sería así—. D-De cualquier manera, este pin te proporcionará todo lo que necesitas. Te lo aseguro, lo he usado antes.

>>Es un Falso Compañero. Te dejará usar tu arma, pero no podrás usar más los PowerUps. Lo vale si te mantiene vivo, supongo. Guárdalo donde puedas, pero no te lo pongas en la ropa como lo hacía yo; no queremos que nadie lo note.

Cierto. Todavía no había pensado en las consecuencias de perder a su compañero. ¿De qué habría servido el sacrificio de Ragun, si ahora moría él por carecer de compañero? ¿Cómo podría traerle de vuelta si desaparecía como él? Ese Falso Compañero no podría sustituir a Ragun de ninguna manera, pero le serviría al menos para mantenerse con vida...

Xefil...

Aunque seguía de luto por la muerte de Ragun, se sintió muy feliz en aquel momento. Una débil y disimulada sonrisa se asomaría por su rostro tras escuchar los consejos de su amigo... no, su hermano.

Sus hermanos: Xefil y Ragun lo habían sido, de alguna manera. Ragun, Xefil, Maya... si había llegado tan lejos en el Reaper's Game, había sido gracias a ellos. Ellos habían luchado fieramente en todos sus combates, le habían apoyado, le habían salvado la vida en múltiples ocasiones. Juntos habían derrotado a todos los Reaper's que habían intentado acabar con ellos.

Todo se lo debía a ellos. Después de todo, no estaba solo.

Gracias...

Carecía de las palabras para agradecérselo. Obedecería a Xefil a rajatabla, así que buscaría rápidamente el bolsillo más seguro de sus pantalones vaqueros, donde metería el valioso pin.

Y cerró la cremallera. Nada podría hacerlo salir.

—A estas alturas, es un tesoro invaluable. Y no sólo eso... Me lo dio el Compositor personalmente. Puede ser importante.

El Compositor...

Sus tripas se revolvieron. El Compositor era la entidad suprema del Reaper's Game que había fallecido, si recordaba bien. Cuanto se había alegrado de su muerte y del fin del Reaper's Game; tanto, que se había olvidado de su enemiga. Cuan ingenuo había sido...

Aquel sería el error que jamás se perdonaría.

Como ya dije, mantén el secreto. Si te preguntan cómo es que sobrevives, culpa al fin del Reapers' Game o a la muerte de Hanekoma, lo que sea, pero no les hables sobre ese pin. Alguno de ellos podría matarte por él en un arrebato de desesperación; incluso yo mismo... Especialmente yo mismo.

>>Están Yagami y Hana todavía, de todas maneras. El pin no te limita en cuanto a Pactos, así que puedes hacer uno con ellos si aceptan. Nada como un par de buenos comp-- De buenos amigos, quiero decir.

Guardaré este secreto, lo juro —le confirmó, y se lo agradecería sin más preámbulo. Finalmente, había reunido todas las fuerzas para dejar salir aquellas palabras de agradecimiento, impacientes por salir de su boca—. Gracias, Xefil. Gracias por todo…

Te prometo… que no desaprovecharé la vida que Ragun y tú me habéis dado.

Light se restregó las manos por su rostro para quitarse las últimas lagrimas que había derramado. Sin más dilación, el muchacho se levantó del suelo para seguir a Xefil a los demás, allá donde fueran, todavía cargando a Ragun entre sus brazos. Realmente era incapaz de separarse de él.

Hana se aproximó hacia él como podía, severamente herida por el combate anterior.

Hana...

Yo… Yo también he perdido a alguien… Alguien importante ―contaba la aprendiza. En verdad, su compañero había resultado aplastado por uno de los meteoritos del pájaro de Shinju. Se podía decir que Light y ella habían pasado por la misma experiencia―. Podría morir para volver a verlo, pero, ¿y si él me culpa? ¿Y si sabe que soy la responsable? ¿Cómo le miraré a la cara y le diré que he muerto para estar con él?

Yo… voy a luchar por él ―agachó la cabeza para observar a su compañero, que descansaba en paz. Rápidamente la levantó para volver a concentrar su mirada en Hana―. Por Ragun y por todos los que cayeron en este juego, y me llevaré por delante a todo aquel que intente impedirme llegar hasta padre.

Sincorazón gigantes. Misiones imposibles. Un ejército de Reaper’s.

Que viniera lo que tuviera que venir. Lo conseguiría, aunque tuviera que pasar por todo tipo de contratiempos.

Padre… o Señor… Él puede. ¿Verdad? Recuperarle. Traerle de vuelta. Si nos creó a todos… también tendrá el poder de resucitarle ―fijó su mirada en cielo. Light se fijaría en Hana y copiaría su gesto. Tenía las esperanzas de que fuera así―. Podría solucionar mi error si vivo… Y haría cualquier cosa para hacerlo… Hasta lo único que me mantiene en esta inútil Vida…

>>Cambiaré el sueño del Paraíso por el suyo.

Yo tengo una promesa que cumplir ―confesaba, observando el cielo de la prisión que les rodeaba. Era irónico pensar que volvía a estar encerrado en aquel mundo, sin poder salir. Al igual que en su día de nombramiento de aprendiz, sería Ronin el que le abriría las puertas de la libertad―. Y haré cualquier cosa por verla cumplida. Nuestro padre… rebosa de amor, y nos adora a todos nosotros ―sabía de lo que hablaba: después de todo, había sido testigo de su misericordia durante el cuarto día―. Él será capaz de traerles de vuelta... Él debe hacerlo.

Aún no puedo morir ―pronunció, resuelta―. Tengo un nuevo objetivo. Y una misión. Light… ―los ojos de ambos se encontraron. Ambos pensaban en lo mismo: traer de vuelta a los camaradas caídos. Debían cooperar―. Déjame hacer un Pacto contigo. Recuperemos ambos lo que nos han arrebatado.

>>Y sólo hay una forma de conseguirlo.

Cumpliendo la misión que se nos ha sido encomendada ―indicó, contagiado por la determinación de Hana―. Acepto tu pacto, Sirena.

Esta vez, desvió la vista hacia el compañero de Hana, Yagami. Sólo necesitaban su palabra para que el trío volviera a las andadas; como en cierta misión en la que habían cooperado, aunque esta vez no habría que lidiar con un ejército de pequeños y débiles monstruos, sino con uno bastante grande...

La responsable de todo, la Game Master del Reaper’s Game.
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Re: [Evento Global] The End Is Where We Begin - Día 5

Notapor Zodiark » Mar Abr 23, 2013 10:19 pm

Todo iba de mal en peor. Hanekoma había muerto, y con él la promesa que le había hecho a Felix. Ya no podía cumplirla. Y no sólo eso, sino que Shinju había eliminado a otro de nuestros compañeros. Todavía le quedaban unos segundos de vida, pero sabía que ni siquiera mis hechizos curativos podían sanarle. No era la primera vez que veía a un compañero morir durante aquel juego, pero esperaba que fuera la última.

Ragun... —murmuré cabizbaja.

Aquel chico me asustaba, le tenía pánico. No me caía bien. Pero ni siquiera él, uno de los traidores de Tierra de Partida, merecía un final así. Y lo peor es que Light estaba sufriendo lo que era perder a un compañero. Yo también había sentido esa impotencia, yo sabía lo que era estar en el límite entre continuar en el juego o ser eliminado. Podía entender a la perfección lo mal que lo estaba pasando mi amigo.

Xefil, Maya, Yagami, Hana, Neas, Light...

Estamos aquí para ti... así como tú lo estarás para nosotros

Gracias... por todo... Y sobrevivid.

Aquellas fueron las últimas palabras que nos dirigió Ragun, las cuales provocaron que un sabor agridulce inundara mi boca. Había visto a tantos compañeros morir... Incluso Fyk, que era como un hermano para mí, había sido borrado también. Era demasiado duro.

¿Ragun? ¡¡Dime algo…!! ¡¡¡Dime algo!!! ¡Ra-Ragun…!

Aquellos cinco intensos días y todos los que habían ido cayendo por el camino me habían hecho fuerte, pero yo, copia digital o no, seguía siendo solo una niña, y todo aquello era demasiado para mí. No pude contener las lágrimas, pero aquellas lágrimas no eran solamente por Ragun, sino por la impotencia que sentía. Eliminación tras eliminación, había tenido que aguantar mucho dolor, y acabé explotando. En silencio, mis lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas.

Vamos a ganar —musité levantando la cabeza mientras mis lágrimas seguían cayendo.

Fue entonces cuando noté la mano de Felix acercándose a la mía. Miré a mi compañero a los ojos mientras agarraba su mano, pero giré la cara rápidamente al darme cuenta de que no quería que me viera con la cara empapada. Con la manga del brazo libre, me sequé las lágrimas y volví a dirigir mi mirada hacia él, con las manos todavía agarradas con fuerza. No sabía qué decir, simplemente quería que aquel horrible día acabase de una buena vez. Quedaba tan poco...

¿Por qué... por qué siempre pierdo lo que más quiero...? ¿Por qué me quedo solo?

Mi expresión triste cambió por completo a una sonrisa cándida y reconfortante hacia Felix. Apreté su mano un poco más fuerte y me acerqué un poco a él para hacerle entender que yo estaba allí todavía, junto a él.

No estás solo.

¡¡Devuélveme a Ragun, padre!! ¡¡Si me salvaste a mí deberías poder hacer lo mismo con él!! ¿¡Por qué no le salvaste!? ¿¡A QUÉ ESPERAS PARA TRAERLE DE VUELTA!? —exclamó Light, lleno de dolor. Yo no podía hacer otra cosa más que observar con impotencia aquella trágica escena.

¿Tú crees que llegará el momento en el que alguno de los dos sufra tanto como Light? —me preguntó mi compañero sin dejar de mirar a su compañero y amigo.

¡¡Participaré en doscientos Reaper’s Game más si es necesario!! ¡¡Haré cualquier cosa por él!! ¡¡Devuélvemelo…!!

¿Es nuestra amistad así de significativa, Maya? ¿O sólo somos compañeros? Ambos somos Aprendices de Kazuki. Vivimos en el mismo castillo, entrenamos juntos, comemos donde mismo... Y ahora terminamos juntos en el Reapers' Game.

¡¡¡¡DEVUÉLVEMELO TE HE DICHO!!!!

¿Es eso todo lo que tenemos, pequeña? Porque si es así, entonces no entiendo por qué... ¿Por qué me cuesta tanto mirarte a los ojos, sabiendo que tal vez en algún momento no seré lo suficientemente fuerte para protegerte?

No respondí. No sabía qué decir. Noté cómo mi compañero apretaba mi mano con más fuerza, y giré mi cabeza lentamente para volver a dirigir la mirada hacia Light y luego mirar a mi alrededor, al resto de mis compañeros.

No quiero que termines como los demás. Quiero que salgamos de ésta juntos. Al menos... los que quedamos.

Felix... —dije volviendo a mirarle—. No tienes que protegerme. No es tu deber ni tu obligación. Somos compañeros, y eso significa que tenemos que colaborar para superar los obstáculos. No puedes dejar que todo recaiga sobre tus hombros, ya has visto que sé cuidarme por mí misma, ¿no? Si alguna vez no eres lo suficientemente fuerte para protegerme, sacaré fuerzas de flaqueza y te ayudaré, ¿vale? Para mí, eso es lo que significa nuestro Pacto... Eso es lo que significa ser compañeros.

Respiré hondo y miré al cielo. Aquel hermoso cielo anaranjado que nos había acompañado durante toda aquella semana. Aquel cielo bajo el que había conocido y había perdido a tantos compañeros, bajo el que había sido víctima de un dolor, tanto físico como psicológico, inhumano para una cría como yo. Aquell cielo que me vería ganar el Reaper's Game junto a mi compañero.

Además —volví a dirigirme a Felix todavía mirando las nubes de aquel cielo—, ya me salvaste la vida cuando aceptaste mi Pacto. Pase lo que pase, jamás olvidaré eso, y es algo que agradeceré durante toda mi vida virtual —dije soltando una risita.

Felix soltó mi mano y se dirigió hacia Light. Yo me quedé en el lugar y volví a dar una vuelta con la mirada por todo el lugar. Era cierto que habían caído muchos compañeros... Pero todavía quedaban amigos en pie, amigos con los cuales quedaba camino por recorrer en aquel juego infernal. No estaba todo perdido, todavía no había acabado todo.

Todavía no —pensé en voz alta, sonriendo, mirando de nuevo a Felix, que seguía hablando con Light.

Entonces recordé la promesa que le había hecho a Felix, tenía que pedirle perdón por no haberla podido cumplir. Cuando volviera junto a mí, le diría que lo sentía corazón.

¡Oh! —exclamé al recordar también que tenía dos PU por usar todavía.

Saqué ambas esferas de mi bolsillo y utilicé una en mi sombrero y otra en mi pecho. Cuando mi compañero volviera conmigo, le pasaría los Power Up para que él también los utilizara.
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Zodiark
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Ronda Final

Notapor Soul Artist » Mié Abr 24, 2013 1:29 am

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Felix y Maya, Fusión Nivel 2 lograda.

Desgraciadamente para Hana y Neas, no todos habían aceptado el Pacto. Sus cuerpos desaparecieron lentamente frente a sus compañeros, siendo eliminada por siempre su existencia: el único que pudo salvarse fue Light gracias al regalo que le había hecho Felix.

El fin se acercaba. El Sector Ocaso había desaparecido, y muchas habían sido las muertes por el camino, pero ya podían oler la victoria.

Todo terminaría aquel mismo día.

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Quedáis 8/31 Jugadores, uno de ellos Reaper y otra desaparecida. Mucha suerte.

Light:
48 PX
Muy bien hecho. ¿Pero por quñe no perfecto? Bueno, pese a que la reacción de Light me parece la más correcta y normal ante la situación de la muerte de Ragun, la fuerza con la que está narrada la escena es... Incorrecta. Exagerada, más bien. No me ha gustado, soy así de sincero. Evita sobre todo los "noooooo", porque la verdad, quedan ridículos.
Nivel 9 alcanzado.
35 PX para Nivel 10 [Máximo].

Sombra:
46 PX
RIP Ragun. Bonita muerte, pero lo contrario que Light; creo que la situación de cómo se despediría no es realista. Te ha fallado mucho eso al final.
Nyx sube al Nivel 7.
40 PX para Nivel 8.
Ragun sube al Nivel 17.
80 PX para Nivel 18.

VaniRoxy801:
45 PX
No te vas a ir, así que yo te puntúo.
Nivel 11 alcanzado.
34 PX para Nivel 12.

Zero:
49 PX
El mejor de la zona. ¿Qué quieres que te diga de nuevo? Si no tienes la puntuación perfecta es porque has tenido un mínimo altibajo. Me da rabia que no fueses con Hanekoma, pues se ha perdido mucha historia, pero bueno, ha sido tu decisión quedarte en el combate.
Nivel 10 alcanzado.
8 PX para Nivel 11.

Nell:
47 PX
Adiós, Hana. Fue un placer.
Nivel 10 alcanzado.
46 PX para Nivel 11.

Mickael:
44 PX
Un placer haberte tenido en el Global, Mickael. Espero volver a verte pronto por el foro. Me gustó tu despedida, la verdad; puedo ser polémico, pero más que la de Ragun. Hala, lo he dicho, qué pasa.
16 PX para Nivel 12.

Zodiark:
46 PX
Hola.
Nivel 12 alcanzado.
56 PX para Nivel 13.

Little Sho:
31 PX
Antes de cagarte en mi madre y todos sus ancestros:
Todos sabemos a qué es debida esta puntuación, y se trata del ataque a Neas. Tuvieses los motivos que tuvieses, fueron completamente off rol, y por tanto fue el más puro de los metagamings. He analizado mucha esa escena y, aunque se intente justificar por medio de una de tus personalidades, no es aceptable. Achacarlo a sencilla locura no es motivo suficiente, y de ser algo más profundo, lo siento, pero no se conoce.
Sin embargo, empezaste bien el día. Presentaste on rol a las personalidades; no de manera suficiente, pero fue un buen comienzo, aunque llegara tarde. Y ese es el camino.
Nivel 11 alcanzado.
37 PX para Nivel 12.

Demyx:
44 PX
¡Has estado fuerte este Día! Excepto por esas dos rondas faltantes, pero bueno, lo entiendo por tu situación. Los PX son debido a ello, tranquilo.
Nivel 10 alcanzado.
34 PX para Nivel 11.
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¡Gracias, Flan, por Alexis e Ivan!
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