—
¿Alegría? ¿Hasta este punto llega tu lealtad a Bastión Hueco, Saito? —Me extrañé por sus palabras, ¿qué tenía que ver la lealtad a mi bando con que a ese chico no quisiese ver la realidad? —
. ¿Al punto en que estás ciego y eres incapaz de ver la cruda realidad? Aquel día no se celebró un asesinato, nadie se alegró por las acciones de Ronin. Mis antiguos compañeros mostraban sorpresa, desacuerdo, miedo y pena, pero no esa alegría de la que intentas convencerme.—
Si aquello no acabó en asesinato, fue por puro milagro Alec, ¿o me vas a decir también que aquel ataque también se realizó sin querer? —le miré incrédulo. ¿Quién era leal a quién ahora?—
Quizá Ronin solo quería demostrar sus ansias de tregua apuñalándonos por la espalda, sí. Seguro que todo ha sido un claro malentendido. —dejé aquel tono que mezclaba sorna e incredulidad y volví a estar lo más serio que pude—
Yo sé lo que ví Alec, y como ya he dicho había gente que mostraban lo que tu dices, pero otros no; y no intento tratar de manipularte ni mucho menos, por lo que eres libre de creer tu propia versión.En aquel momento el muchacho decidió darme la espalda y dejar que su mascota se interpusiese entre ambos. ¿Acaso creía que me iba a liar a golpes en un momento tan trivial como aquel, o es que daba por zanjado su discurso sobre lo supuestamente equivocado que estaba?
—
Mis ideales y razones son las que me guian por los mundos y me hacen estar en este lugar, pero eso no significa que deba olvidar lo que me ha llevado hasta este punto —su gato me maulló, pero realmente no sabía como interpretar aquello. —
. Si es cierto que ahora estoy en una nueva familia, esta me aceptará como soy y no como quieren que sea, sermonéame cuando abras los ojos, Saito.—
Nadie te ha pedido que abandones tus ideales o que te olvides del resto, eres tú quién brama por motivos para confiar en la gente que te ha abierto las puertas de su casa, y la gente que efectivamente te acepta por como eres. —añadí, cansado porque el muchacho parecía realmente no entender nada de lo que le decía—
Creo que el que debería abrir los ojos sobre la realidad que estamos viviendo eres tú, Alec.>>
O quizá simplemente aceptar el hecho de que sigues siéndole más fiel a Tierra de Partida de lo que te creías.Ryota avanzaó entonces hacia Alec y hacia mí, tras haber frenado a una Maestra Nanashi que parecía dispuesta a todo con tal de castigar aquel comportamiento. El corazón me latía con fuerzas tras haber pronunciado aquellas últimas palabras hacia Alec; en un principio me había planteado el irme y dejar a Ryota para que hablase con el joven pero, ¿y sí a mi también me caía parte de lo que fuese que el Maestro hubiese planeado para él?
Visto desde la perspectiva de los Maestros, quizá había actuado mal al casi amenazar a Alec, pero por algún extraño motivo no me sentía en absoluto mal por aquello, pues seguía con mi misma opinión: Bastión Hueco debía estar más unida que nunca en momentos así.
—
Gracias, Saito. —exhalé por dentro un suspiro de alivio al saber que no era yo el que estaba en problemas—
Alec. —el Maestro parecía estar a punto de descargar un torrente sobre el muchacho—.
Tal y como tu compañero ha dicho, cuando viniste a nosotros asumiste una responsabilidad… Y sus consecuencias. Estamos en guerra. Tierra de Partida defiende unos ideales distintos a los nuestros. No busca un equilibrio, trata de rechazar la oscuridad que todos poseemos en nuestro interior, en mayor o menor medida. Vosotros no lo vivisteis, pero antes… La Orden se imponía sobre los mundos, eliminando todo aquello que no fuera luz. Borrando lo diferente. —Tal y como pensaba, Tierra de Partida no era el bando tan “hospitalario” que decía ser, ¿por qué querían borrar la oscuridad?—.
Los que han permanecido allí apoyan esa ideología. Ahora sólo hay niños en Tierra de Partida, pero son muchos. Y un día, siguiendo las directrices con los que se los instruye, volverán a las andadas, aprovechando el conocimiento, el poder que les legó una Orden tirana y cruel. Nosotros buscamos la igualdad, el conocimiento. Si se usa bien, sin imponer, puede ser beneficioso para todos. Pero Tierra de Partida rechazó nuestro ofrecimiento. Y esa es nuestra realidad. El mundo no es agradable, la realidad no es suave. Lo cierto es que estamos en inferioridad de condiciones, que somos una minoría.—empezó entonces a mirar uno por uno a los aprendices que habían demostrado disconformidad con el plan—.
Los que crean que es una estrategia arriesgada, pueden quedarse. Quien no quiera venir, es libre de permanecer. Sin embargo…—Fue entonces cuando volvió con el resto de Maestros—.
Quienes se queden solos deben comprender que si Tierra de Partida nos atribuye este ataque, estarán a su disposición y tendrán que defenderse por su cuenta y riesgo. Y tras esto, no dudéis que nos odiarán, aunque no hayamos perpetrado el ataque.
»Cuando aceptasteis uniros a la Orden debisteis imaginar que os pediríamos algo a cambio. Si no podemos contar con vuestra lealtad, tampoco merecéis las armas que os hemos entregado. Si queréis defender Tierra de Partida, hacedlo. Si queréis invitarles a unirse, intentadlo. Si optáis por quedaros atrás, sabed que habéis traicionado a Bastión Hueco.Tras aquel potente discurso del Maestro, quedé boquiabierto, pues a pesar del estado en que se encontraba, este había hablado más de lo que recordaba que lo hubiese hecho nunca. Mientras se nos otorgaba una pausa final —supuse que para si había algún renegado más que quería puntualizar algo— aproveché para recordar la información que tenía acerca de la misión.
A la respuesta de mi compañera Yui, se había confirmado mi teoría: iríamos todos, incluidos los Maestros. Aquello hacia que una parte de mi tuviese miedo a que en nuestra ausencia, se aprovechase para atacar el castillo, pero imaginaba que alguno de los guardianes se encargarían de que aquello no sucediese.
Respecto a mi amiga Saeko, el Maestro Ryota dejo claro que había sido Chihiro la que se había encargado de avisar acerca de aquella oportunidad que nos brindaba la posibilidad de descubrir lo que se escondía en las entrañas de Tierra de Traidores; a pesar de eso, seguía sin fiarme de ella, pero confiaba en que si esta intentaba algo raro el resto de Maestros que nuestro bando poseía podría encargarse de ella inmediatamente. Le dirigí una disimulada mirada, realmente parecía tan poderosa como pretendía hacernos ver con aquel porte tan tranquilo y relajado frente a todos los Maestros que allí se encontraban; aquello hizo florecer en mi la curiosidad de cuales serían sus habilidades, habilidades que la hacían una enemiga digna para Bastión Hueco y un peligro para Tierra de Partida..
Fue entonces cuando el Maestro gritó, una vez que nos creyó a todos suficientemente preparados y calmados:
—
¡Aprendices! Es hora de partir rumbo a Tierra de Partida.Entonces un portal de oscuridad se presentó frente a nosotros, en medio de la Sala del Trono. Era el momento de que aquellos que aún no se habían decidido lo hiciesen: ¿vendrían con nosotros, ya fuese para intentar salvar a los suyos o para seguir a nuestro lado, o rehusarían a proporcionar la ayuda que el bando necesitaba?
A pesar de querer saberlo lo más rápido posible, al ver que tanto Chihiro como los Maestros habían traspasado ya el portal, me dirigí a él, con tal de no esperar al último segundo y quedarme fuera de aquella interesante “investigación” que se iba a llevar a cabo.
—
Tienes una idea bastante peculiar de lo que es una familia —me giré, para observar a un extraño aprendiz del que no me había percatado hasta aquel momento—.
Aunque las “familias” no suelen lavarles el cerebro a los demás e intentan disuadirles de sus propios ideales.>>
Eso es más propio de las sectas. Por lo visto a alguien no le había sentado bien que la "revolución" fracasase.
—
En ningún momento le he lavado el cerebro a nadie ni he cambiado la opinión de nadie de aquí —me limité a decir, encogiéndome de hombros—
como ya han dicho, eres libre de quedarte aquí y perderte por el resto de la noche, llorando muertes y muertos que seguramente ni conozcas. O por otro lado, también puedes intentar ayudarles.>>
Pero si aún sigues perteneciendo a esta “secta”, ¿no demuestras ser un hipócrita?Y con aquello, giré sobre mis talones y atravesé el portal. No era el mejor momento para perder tiempo con aprendices que no tenían claras las prioridades a seguir en casos de emergencia como aquel.
***Mi primera reacción fue más sorprendente de lo que pude haber imaginado en un principio, pues todo aquel lugar que supuestamente resultaba idílico e ideal para los aprendices de Tierra de Partida se encontraba hecho pedazos prácticamente; Chihiro no había exagerado en absoluto respecto a lo de que pronto caerían en la oscuridad.
El espectáculo era fascinante, pues desde el sitio en que el portal nos había dejado éramos capaces de contemplar aquella cruda batalla, de la cual aún no se decidía el ganador absoluto.
¿Pero como han logrado estos Sincorazón romper la protección del Castillo..?Fue entonces, mientras trataba de divisar las cadenas de las que había hablado mi Maestro, cuando pude verlo con mayor claridad. Al principio me pareció una sombra en aquella extraña situación bélica, un espejismo provocado por todo aquel caos que se estaba formando y que no se sabía como iba a acabar... pero al mirar una segunda vez, comprendí perfectamente que aquello no era nada más y nada menos que la perdición de Tierra de Partida. El Sincorazón gigante en cuestión, me infundía una especie de sensación que hacía que casi me temblasen las piernas y que me pedía a gritos que abandonase aquel escenario lo más rápido posible, pero lamentablemente no podía hacer aquello; de todas formas nuestros Maestros estaban todos con nosotros, y ese en concreto estaba demasiado ocupado destrozando la otra cadena que defendía aún aquel lugar, por lo que no debía preocuparme que decidiese tomarnos como próximo aperitivo.
La batalla ya ha quedado decidida...Aún así el bando resistía a su manera, no se les podía negar un cierto valor por seguir intentándolo, pero con los intentos no bastaba: su destino ya estaba escrito.
Y entonces la bella Diana pareció hartarse de tener que esperar — ni pareció inmutarse por el colosal Sincorazón que se encontraba relativamente “cerca” de nosotros. — y preguntó por el siguiente movimiento. Ariasu iba a responderle, cuando noté que alguien tiraba de mi camisa lentamente, desconecté por completo de lo que fuese que la Maestra dijese al girarme y encontrar allí a Yui.
—
Hola... —la muchacha de pelo rosado había hablado en un murmuro, pero al centrarme en ella puede entenderlo sin demasiadas dificultades.
—
Hola Yui —dije sonriendo—
¿Es la primera vez que veías al Maestro Ryota, cierto? —comenté, con curiosidad.
Volví a girarme rápidamente al escuchar como este hablaba, parecía que iba a dar instrucciones sobre lo que hacer en aquella situación. La acción empezaba ahora.
—
Eso si no surge antes la otra cara del mundo —¿A que se refería el Maestro con aquello?—.
No queda tiempo.Lo último que vi, fue la cara del Maestro Ryota antes de poder gesticular una sola palabra: luego, la luz más intensa que había visto nunca me cegó al instante.
***Mientras acababa de recuperar la visión, notaba como Yui parecía asustada y se escondía detrás de mi, utilizándome como si de un escudo humano se tratase; no podía reprochárselo, con el ambiente y tensión constantes que había no era para menos.
Una vez mis ojos se hubieron acostumbrado, miré extrañado a mi alrededor; ya no nos encontrábamos en una colina, ni podíamos ver aquel cielo ni aquel castillo que nos habían acompañado antes: parecía que todo se hubiese substituido por un ambiente más lúgubre, y oscuro... aquello ya no era Tierra de Partida. Sin ninguna duda aquello era a lo que Ryota se había referido como “la otra cara” de Tierra de Partida.
El nuevo camino en el que nos encontrábamos parecía algo totalmente ficticio, puesto que parecía flotar sin ninguna clase de apoyo... ¿sería obra de algún hechizo? Fuese como fuese aquello era muy extraño, puesto que todo aquel lugar que se encontraba a oscuras parecía demasiado irreal como para ser verdad.
Y allí, omnipotente, reinando en toda aquella confusión y oscuridad que nos envolvía, se encontraba alzado un nuevo Castillo.
¿Qué diablos es este sitio..? —
El Castillo del Olvido. —dijo el Maestro Ryota, el cual parecía haberme leído la mente, y que además padecía una mezcla de asombro y horror.
Entonces todos acabamos sobresaltados por un inesperado rugido que hizo temblar el camino en el que nos encontrábamos; mientras nos girábamos casi en un preciosos unísono de exclamaciones por lo que acababa de pasar, todos vimos exactamente lo mismo en aquella ocasión: El colosal Sincorazón junto al resto de su ejército nos miraba. Ahora que ya no estaba ocupado con Tierra de Partida, parecía comprender el festín que tenían él y sus compañeros en sus propias narices.
Chihiro habló entonces, dejando más claro aún que con todos aquellos enemigos no estábamos precisamente muy seguros, a lo que la Maestra Shinju intervino también, dándonos la orden de que nos adentrásemos en aquel nuevo Castillo que había surgido.
—
¡¿Ryota?! —exclamó una voz que se me hizo conocida antes de que se quitase el casco de su armadura. Se trataba de nada más y nada menos que Kazuki.
Y antes de que pudiese darme cuenta, un montón de cosas sucedieron y yo apenas me había movido del sitio.
Aparte de la acusación inicial y previsible por parte de Tierra de Partida de que todo aquello era culpa nuestra, el Maestro Ryota se puso a hablar con Kazuki, pero de aquella conversación no fui capaz de sacar nada en claro: había un caos ensordecedor a mi alrededor como para ser capaz de captar alguna palabra de lo que se estaban diciendo. ¿Cual era la estrategia que teníamos que seguir ahora?
—
¡Al Castillo todos! La voz de Nanashi me hizo volver de nuevo a la realidad: había que correr, o los Sincorazón acabarían con nosotros; pero la Maestra no fue la única que me alentó mientras se disponía a defendernos junto a Shinju y Diana. La voz de Yui destacó fugazmente mientras hacia alusión a que me diese prisa.
Mierda... habrá que arriesgarse y enfrentarse a Tierra de Partida... hay que lograr entrar pase lo que pase.Tras aquello no perdí más tiempo y materialicé mi Glider al tiempo que me ponía la armadura y saltaba en mi vehículo personal mientras aceleraba lo más rápido que podía, esquivando al resto de aprendices que también se dirigían al interior de aquel nuevo y tenebroso lugar.
Pude captar las quejas de los aprendices que a simple vista acababan de perder su hogar, incluso parecía que algunos se encontraban dispuestos a querer enfrentarnos. Fuese como fuese, resultó una sorpresa oír a Ryota diciendo que nos abrirían las puertas: ¿habría hecho entrar en razón a Kazuki respecto a lo de que nosotros no habíamos iniciado aquel ataque?
Fuese como fuese hasta el propio Kazuki advirtió a sus aprendices que nos dejasen entrar y que ni se les ocurriese atacar, por lo que en un principio no tenía que haber ningún problema con ellos.
¿Cual será el secreto de Tierra de Partida..?Aquella era la curiosidad que más me inquietaba y preocupaba mientras cruzaba las puertas del Castillo del Olvido.
Edit: He posteado y al segundo he visto que había posteado Helco, así que no he tenido más remedio que cambiar una parte del post xD