Re: [Evento Global] Ruta de los Perdidos
Publicado: Sab Abr 04, 2015 9:32 pm
La voz hizo que mirara de un lado a otro, con la esperanza de ver a su propietario, pero nada. Sin embargo, cuando casi por reflejo miré al suelo, mi otro yo estaba acuclillado en el suelo. Mirándome. Quizá no hubiera sido tan extraño de no tratarse de mí con una mirada altanera.
La voz del doble de Enok era fría, como un ser Sincorazón. Pero una mano, surgida de mi clon, me cogió del tobillo y se impulsó hasta atravesar la superficie como si de agua se tratara. Lo mismo pasó con las otras copias.
Era una situación desconocida, por lo que fingí una máscara neutral, en lugar del recelo que estaba sintiendo. Porque el clon de Enok estaba allí, insultándole o diciéndole las verdades más profundas. Fruncí el ceño. Ahí estaba la clave: Quizá desmotivarnos para no poder ganar y obtener un destino fatal.
—Claro que nunca podrías cambiar nada. Sólo te has guiado por ese velo de mentiras durante toda nuestra vida. ¿Cobardía? No, lo tuyo es egoísmo puro. Es mejor no hacer nada, es mejor no intentarlo. ¡Es más fácil, uno sale menos herido! Es mejor hacer daño a los demás a que te lo hagan a ti, ¿verdad? ¡Vete con tu ridícula música y tu paciencia con los niños! ¡No estás hecho para ser un Caballero ni para ayudar a nadie! ¡Nunca serás capaz de hacerlo! —Parpadeé ante las rápidas y duras palabras de mi reflejo—. Siempre he estado dentro de ti. Pero por fin tengo esta oportunidad de hablarte a la cara y soltar todo lo que siempre he querido decirte: Te odio, y pienso derrotarte.
No pude evitar emitir una sonrisa socarrona. Era del todo irónico. Era un reflejo basado en mis anteriores respuestas, pero ni yo mismo sabía si eran sinceras o no. ¿Hacer daño a los demás? Si era realmente mi otro yo, debería saberlo con creces. Yo no actúo para nadie y era totalmente cierto. Y tampoco supliqué ser Caballero, acepté porque sí, quizás para no tener que robar más en las calles, o por que Ariasu me convenció.
—¡Ya basta de jugar a la heroína de una vez por todas! —gritó el espejismo de la pelirrosa—. ¿Sacrificar tu vida para salvar a otros? Una mierda, si de verdad lo hubieses intentado, si de verdad hubieses intentado salvar a nuestros padres adoptivos no tendríamos una tonta cicatriz.
¿Una cicatriz? Arqueé una ceja. ¿Sus padres muertos? Pensé en que las verdaderas cicatrices que de verdad dejaban marca eran las que no se veían. Pero no pude divagar más, porque la voz omnisciente surgió de nuevo.
”Cada uno debe luchar contra su propio reflejo y ganar. De lo contrario seréis parte de las sombras que habéis visto en la sala anterior.”
Invoqué mi Llave-Espada con hartazgo, y miré a mi contrincante... Que era yo. Nunca me había visto aquellos ojos bañados en ira, pero me aseguraría de que no volverían a resurgir jamás. Me centré en que sólo era una copia, pero quizás una copia mucho más rápida que yo.
Lancé una estocada para medir mi contrincante, si la esquivara, me apresuraría a moverme a un lado para evadir su seguramente siguiente ataque; pero no me quedé ahí, porque invoqué un Zarza en un murmullo y si le alcanzaba, intentaría derribarle de nuevo con la Llave y me alejaría, si mi hechizo no surgía efecto, directamente me alejaría de su radio de alcance.
—Es curioso —le dije mientras intentaba esquivar sus siguientes ataques (fueran muchos o pocos)—. Porque yo no soy de luchar, si fueras un clon mío lo sabrías. Ya sabes, un cobarde.
Intentaría correr hacia él y utilizar la típica estrategia de ataque vertical, pero en el último momento realizar un ataque horizontal con la misma Llave, una maniobra de despiste que quizás no resultara efectiva; dado que era un reflejo de mí mismo tendría que conocer mis ataques... O no.
—Además—añadí mientras lanzaba otra estocada—. Si me vences, tú desaparecerías conmigo. Pero si te venzo, como eres una parte de mí; tú no desaparecerás a no ser que yo muera. Por lógica más que nada.
Me sentí un poco idiota por hablarle a algo que seguramente no tendría sentido de la razón, pero lo hice de todas formas.
Para finalizar y si tenía oportunidad (y fuerzas) intentaría librarme de él mediante un Electro. Estaba demasiado agotado para realizar más magia, por lo que me dediqué a intentar derribarle con la Llave.
La voz del doble de Enok era fría, como un ser Sincorazón. Pero una mano, surgida de mi clon, me cogió del tobillo y se impulsó hasta atravesar la superficie como si de agua se tratara. Lo mismo pasó con las otras copias.
Era una situación desconocida, por lo que fingí una máscara neutral, en lugar del recelo que estaba sintiendo. Porque el clon de Enok estaba allí, insultándole o diciéndole las verdades más profundas. Fruncí el ceño. Ahí estaba la clave: Quizá desmotivarnos para no poder ganar y obtener un destino fatal.
—Claro que nunca podrías cambiar nada. Sólo te has guiado por ese velo de mentiras durante toda nuestra vida. ¿Cobardía? No, lo tuyo es egoísmo puro. Es mejor no hacer nada, es mejor no intentarlo. ¡Es más fácil, uno sale menos herido! Es mejor hacer daño a los demás a que te lo hagan a ti, ¿verdad? ¡Vete con tu ridícula música y tu paciencia con los niños! ¡No estás hecho para ser un Caballero ni para ayudar a nadie! ¡Nunca serás capaz de hacerlo! —Parpadeé ante las rápidas y duras palabras de mi reflejo—. Siempre he estado dentro de ti. Pero por fin tengo esta oportunidad de hablarte a la cara y soltar todo lo que siempre he querido decirte: Te odio, y pienso derrotarte.
No pude evitar emitir una sonrisa socarrona. Era del todo irónico. Era un reflejo basado en mis anteriores respuestas, pero ni yo mismo sabía si eran sinceras o no. ¿Hacer daño a los demás? Si era realmente mi otro yo, debería saberlo con creces. Yo no actúo para nadie y era totalmente cierto. Y tampoco supliqué ser Caballero, acepté porque sí, quizás para no tener que robar más en las calles, o por que Ariasu me convenció.
—¡Ya basta de jugar a la heroína de una vez por todas! —gritó el espejismo de la pelirrosa—. ¿Sacrificar tu vida para salvar a otros? Una mierda, si de verdad lo hubieses intentado, si de verdad hubieses intentado salvar a nuestros padres adoptivos no tendríamos una tonta cicatriz.
¿Una cicatriz? Arqueé una ceja. ¿Sus padres muertos? Pensé en que las verdaderas cicatrices que de verdad dejaban marca eran las que no se veían. Pero no pude divagar más, porque la voz omnisciente surgió de nuevo.
Invoqué mi Llave-Espada con hartazgo, y miré a mi contrincante... Que era yo. Nunca me había visto aquellos ojos bañados en ira, pero me aseguraría de que no volverían a resurgir jamás. Me centré en que sólo era una copia, pero quizás una copia mucho más rápida que yo.
Lancé una estocada para medir mi contrincante, si la esquivara, me apresuraría a moverme a un lado para evadir su seguramente siguiente ataque; pero no me quedé ahí, porque invoqué un Zarza en un murmullo y si le alcanzaba, intentaría derribarle de nuevo con la Llave y me alejaría, si mi hechizo no surgía efecto, directamente me alejaría de su radio de alcance.
—Es curioso —le dije mientras intentaba esquivar sus siguientes ataques (fueran muchos o pocos)—. Porque yo no soy de luchar, si fueras un clon mío lo sabrías. Ya sabes, un cobarde.
Intentaría correr hacia él y utilizar la típica estrategia de ataque vertical, pero en el último momento realizar un ataque horizontal con la misma Llave, una maniobra de despiste que quizás no resultara efectiva; dado que era un reflejo de mí mismo tendría que conocer mis ataques... O no.
—Además—añadí mientras lanzaba otra estocada—. Si me vences, tú desaparecerías conmigo. Pero si te venzo, como eres una parte de mí; tú no desaparecerás a no ser que yo muera. Por lógica más que nada.
Me sentí un poco idiota por hablarle a algo que seguramente no tendría sentido de la razón, pero lo hice de todas formas.
Para finalizar y si tenía oportunidad (y fuerzas) intentaría librarme de él mediante un Electro. Estaba demasiado agotado para realizar más magia, por lo que me dediqué a intentar derribarle con la Llave.
Spoiler: Mostrar