En cuanto lo invoqué, el Líder de los Osos tomó un potente salto (que incluso quebró el suelo, demostrando su enorme fuerza) saltando hasta Nithael y siguiendo con el combate agarrado a él. Yo por mi parte me logré librar de las esposas de piedra junto con Guilmon y corrí hacia Nithael cuando vi que la reminiscencia lo tiraba hacia el suelo, logrando hacer mi Pseudo-Razzia al mismo tiempo que los ataques de mis compañeros (entre ellos uno de Maya, que acababa de llegar). Le logramos hacer bastante daño a juzgar por el grito cristalino que soltó.
La chica que nos acompañaba también atacó al ángel, aunque a costa de que la lanzara con una fuerza tremenda a lo que quedaba del capullo. El golpe fue muy potente, pero no parecía haberse hecho ningún daño... Quizá fuera alguna habilidad rara o uno de los naipes del Guía. Atacó inmediatamente después a Light, Gaomon y Colibritany, pero los dos primeros se salvaron del ataque gracias a Neizan y una de las plumas protegió a la otra... Realmente, era sorprendente que pudiéramos mantenernos contra alguien de tal nivel.
—¡Eh, NITHAEL, Gabriel te manda recuerdos!—mientras oía ese grito a la distancia, pude observar cómo un aura dorada envolvía a Nithael... Que probablemente fuera Lágrima de Fénix. Atacaron Nikolai, Malik y Neizan a nuestro oponente, que soltó otro gemido "celestial".
Inmediatamente después escapó con un batir de alas al ábside de la nave donde nos encontrábamos. Se oyó un chasquido extraño mientras me acercaba, que fue seguido de una Barrera de Luz.
—¡Acercaos, rápido!—mientras Guilmon y yo nos acercábamos corriendo al Maestro, el templo entero tembló mientras se distorsionaba a cada segundo. Árboles cayendo, vidrieras completamente destruidas... El efecto de esa llave espada sobre el castillo era tremendo—. ¡Rápido! ¡Está manipulando toda la sala!—llegamos por fin hasta él—: Nithael debe estar preparándose para hacer un Juicio Sagrado o Final. Saxor os explicará en qué consisten. Lo que importa es que necesita concentración. Si la rompemos, no sólo habrá gastado magia en vano, sino que quedará muy desconcertado durante un tiempo. Lo suficiente para que podamos tomar ventaja sobre él. Así que debéis sortear esa barrera y atacarle.
—Hecho. Puedo levantar a alguien con un pilar de roca para que le ataque desde arriba.
—Juicio Sagrado forma una esfera de 2 metros de radio con una cadena de luz. Quien esté dentro de esa esfera recibirá rayos de unas nubes que tendremos encima... Y Juicio Final forma un círculo de 4 metros de diámetro a nuestros pies y nos atacarán a discreción con estacas de luz. Estos dos ataques se pueden detener... o debilitar, si logramos desconcentrarlo, tal como ha dicho Neizan.
—Hay una forma de hacerle mucho daño, pero es peligrosa para todos. Tenéis todavía las plumas, ¿verdad? Podéis usarlas para cargar las piedras, una pluma por ataque, aunque no os aseguro que salgáis ilesos. Si las utilizáis contra Nithael, sin duda, tendréis oportunidades de vencer. Cómo las uséis depende de vosotros, si para destruir la barrera o preferís esperar a que esta se venga abajo por su cuenta, pero seguramente agotéis las plumas con un único ataque, así que pensaoslo bien antes de usarlas. Yo no puedo acercarme. Si lo hago, dejaré de ser yo, al menos mientras Nithael se concentre en el uso de la Llave Espada.
—De acuer-—me cortó un nuevo temblor, aunque al darme cuenta de que venía desde arriba, descarté a Nithael como causante... ¿Pero quién...?
—¡¡LOS SINCORAZÓN HAN CONSEGUIDO ENTRAR!! ¡MOVED EL CULO Y CONSEGUID LA LLAVE ESPADA!
¡Maldita sea, se nos acababa el tiempo! Guilmon y yo corrimos hasta Nithael mientras sacaba un Éter de mi bolsa y me lo bebía, aunque nos detuvimos (poco tiempo, ya que el lugar seguía cambiando a cada segundo) por la barrera. Pensando rápidamente como burlar sus defensas, se me ocurrió usar una vez más la Pseudo-Razzia, y lo repetiría una vez más si era necesario para que se destruyera la barrera. Retiraría mi llave y me apartaría a una distancia prudencial. Por su parte, Light y la chica se encontraban atacando psicológicamente a Nithael también. Esperaba que funcionara...
Si lográbamos romper la barrera y usar una piedra, aprovecharía para lanzar una Bomba Tenebrosa a las manos de Nithael antes de que Light se avalanzara sobre él.
Acciones de Sax: - Usa un Éter. - Lanza una Pseudo-Razzia (o dos, si es necesario). - En cuanto se use la piedra, lanza una Bomba Tenebrosa antes de que Light intente arrebatarle la llave.
▪ Pseudo-Razzia (HM) [Nivel 13] [Requiere Afinidad a Oscuridad, Poder mágico: 15]. El usuario clava su arma en el suelo para generar una única llama oscura bajo el enemigo en un radio de 10 metros. Tiene bajas posibilidades de causar ceguera.
▪ Bomba tenebrosa (HM) [Nivel 7] [Requiere Razia Tenebrosa, afinidad a Oscuridad]: El usuario genera una Razia Tenebrosa demasiado comprimida que, al impactar en el enemigo, genera una pequeña explosión.
—No sé si podré bloquearlo, este escudo no tiene nada de especial, así que...
—Del toque especial me ocuparé yo —le esclareció a Malik, vista su expresión de incertidumbre—. Vamos, el tiempo apremia.
Ya fuese porque andaban cortos de tiempo o no disponían de una opción mejor, Malik acabó cediendo a sus peticiones y echó a correr junto a Nikolai. En medio de la carrera atisbó al resto de los aprendices organizándose para afrontar a Nithael con los recursos de los que disponían.
El primero fue Saxor, que pese a ser presa de la magia de la Llave, pudo hacer uso del regalito que le brindó el Guía.
—¡Neizan, ven!
En respuesta de sus gritos, la figura de un joven, con una larga melena violácea y blandiendo su propia Llave Espada, se materializó en el acto. Una Reminiscencia con la que Niko no recordaba haberse topado en su trayecto por los sótanos. Era la recomendación personal a invocar del Guía, y desconocía de qué sería capaz. Pero eso pronto lo descubriría.
—Sin problema.
Con una celeridad digna de mención, el recuerdo materializado del tal Nathan se abalanzó a por Nithael, mandándole de bruces contra el suelo con una facilidad insultante, y sin siquiera molestarse en usar su arma. Al menos el Guía había estado fino sugiríendoles incluir a semejante bestia en su equipo.
Pero Neizan no fue el único nuevo en la sala. Cruzando el puente de piedra, llegó nada menos que una de las aprendizas de Tierra de Partida que se fue con el otro grupo, la niña con atuendos de bruja. Fue un alivio saber que los más rezagados aun tendrían posibilidad de unirse al combate. Necesitaban toda la ayuda posible.
<¿Dónde te has metido, Alec?>, pensó en su compañero que tomó una ruta distinta a la suya. A saber si estaría atrapado es esa prueba del demonio…
Y el segundo asalto comenzó: la contienda se convirtió en un espectáculo de proyectiles mágicos volando por todo el templo. Nithael dio bastante guerra, pero gracias a las precauciones de los demás y el apoyo de Neizan, las tornas cambiaron por completo. El ángel salió perdiendo en esta ocasión, llegando a soltar un grito desgarrador, similar al sonido de un cristal haciéndose añicos.
Nikolai y Malik alcanzaron al resto, y en cuanto tuvieron a Nithael a distancia, el mayor de los dos se encargó de llamar su atención de una forma no muy… sutil:
—¡Eh, NITHAEL, Gabriel te manda recuerdos!
—Eso es ser directo y lo demás tonterías —se jactó, adoptando una posición de combate y agarrando con firmeza su arma.
Directo o no, fue más que suficiente para que Nithael se volviese hacia Malik con un semblante colérico. El problema llegó cuando Niko advirtió que su enemigo alzó la Llave Espada; un error de cálculo que les podía salir caro.
—¡Malik, apártate!
Su aviso le llegó al aprendiz justo antes de que el poder de la Llave Espada dorada crease unas estacas de piedra que por poco le empalaron. Malik fue rápido y desvió el escudo para protegerse del impacto.
Su segundo intento de atacarles se vio frustrado por la intervención de Neizan, quien arrojó su Llave contra Nith y lo paró en seco, dándole a Nikolai la ocasión perfecta para llevar a cabo su idea.
—¡Ahora, el escudo!
Niko clavó su arma en el suelo y activó de inmediato su habilidad: el Tajo Planar. La hoja de energía brotó del escudo de Malik y pilló con la guardia baja a Nithael, arrancándole otro bramido cristalino. Su voz no era lo único que pareció tornarse en cristal, pues por una extraña razón, su piel comenzó tomar un tono transparente. ¿Sería cosa de su magia? Neizan dijo algo de una “Lágrima” que le sanaría las heridas poco a poco.
Nithael se propulsó con sus alas en un intento de escapar de su paupérrima situación, aleteando con las pocas fuerzas que le quedaban hasta un desagradable chasquido se oyó por todo el recinto. El ángel, con un ala gravemente dañada a consecuencia de los hechizos recibidos, se precipitó contra el suelo. ¿Una oportunidad para atacarle? Más quisieran, una barrera de luz se formó de inmediato, resguardándole mientras parecía concentrarse.
—¡Acercaos, rápido!
Nikolai trastabilló, a punto de caerse, antes de echar a correr hacia Neizan. El suelo empezó a retumbar, desatando el caos en el templo: grietas y desniveles brotaron de la superficie, los árboles se cayeron, y las vidrieras reventaron en una lluvia de cristal. Eso no era todo, ya que algunas de las paredes cambiaron a un tono blanquecino que le resultaba familiar.
Entonces, Neizan le confirmo sus sospechas de lo que estaba ocurriendo:
—¡Rápido! ¡Está manipulando toda la sala! —Niko tensó las facciones de su cara y contempló el desastre que Nithael había causado a su alrededor—. Nithael debe estar preparándose para hacer un Juicio Sagrado o Final. Saxor os explicará en qué consisten. Lo que importa es que necesita concentración. Si la rompemos, no sólo habrá gastado magia en vano, sino que quedará muy desconcertado durante un tiempo. Lo suficiente para que podamos tomar ventaja sobre él. Así que debéis sortear esa barrera y atacarle.
—Hecho. Puedo levantar a alguien con un pilar de roca para que le ataque desde arriba.
Le echó una mirada furtiva a Nith, sentado en su trinchera artificial, y abstraído en ese “Juicio”.
—¿La fuerza bruta será suficiente para cortar sus hechizos? —preguntó, huraño.
»Hay una forma de hacerle mucho daño, pero es peligrosa para todos. —Neizan apuntó a uno de los artefactos que usaron para romper el sello, tirado en el suelo y olvidado desde que comenzó la batalla—. Tenéis todavía las plumas, ¿verdad? Podéis usarlas para cargar las piedras, una pluma por ataque, aunque no os aseguro que salgáis ilesos. Si las utilizáis contra Nithael, sin duda, tendréis oportunidades de vencer. Cómo las uséis depende de vosotros, si para destruir la barrera o preferís esperar a que esta se venga abajo por su cuenta, pero seguramente agotéis las plumas con un único ataque, así que pensaoslo bien antes de usarlas. Yo no puedo acercarme. Si lo hago, dejaré de ser yo, al menos mientras Nithael se concentre en el uso de la Llave Espada.
—Yo aún conservo la pluma. Si os hacéis cargo de la barrera podría…
Una segunda sacudida, más feroz que la anterior, le interrumpió y derribó, cayéndose de rodillas.
<¡¿Qué dem…?!>.
Alarmado, alzó la vista hacia el techo. Ese último temblor no había sido obra de Nithael, eso seguro. Lo sintió desde arriba, como si un gigante hubiese pisoteado el castillo.
Por desgracia, no iba muy desencaminado.
—¡¡LOS SINCORAZÓN HAN CONSEGUIDO ENTRAR!! ¡MOVED EL CULO Y CONSEGUID LA LLAVE ESPADA!
—¡Joder, no ahora! —bramó desesperado, levantándose e intercalando una mirada llena de pánico y rabia entre el techo y Nithael. La cruda realidad le abofeteó con contundencia, se les agotaba el tiempo.
—¡Intentaré desconcentrarle! ¡Creo que puedo conseguirlo, reservad la piedra para hacerle daño directamente!
El chico del Yukata echó a correr como un condenado a por Nithael, dispuesto a llevar a cabo su idea. Si, como decía, lograba desconcentrarle, la barrera se vendría abajo, y Nikolai sabía bien que hacer en esa situación. Tenía una pluma de la Reminiscencia de Nithael en su poder, y un recurso que ya no valía la pena reservarse dada su situación: la piedra.
—¡Vosotros encargaos de la barrera, vamos! ¡Yo me ocuparé de la piedra! —apuró a los rezagados que estuviesen indecisos. Para activar la piedra solo haría falta una persona. Cuantas más personas presionasen a Nithael, más posibilidades tendrían de aturdirle.
Dicho eso, se impulsó de una patada y zigzagueó por el quebradizo patio, aprovechando que su punto fuerte era su agilidad para sortear las grietas y saltar los riscos que hiciesen falta. Haría todo lo posible para llegar hasta la piedra.
En el caso de que la consiguiese volvería con suma rapidez hasta donde estaba Neizan y le zarandearía de un hombro para que reaccionase y se le quitase el susto.
—¡La piedra, rápido! —se la mostraría—. ¿Cómo la uso para atacar a Nithael?
Si Neizan le confirmaba lo que pensaba, que bastaría con hacer uso de la pluma junto a la piedra para desatar cualquier tipo de ataque mágico, aguardaría a que sus compañeros se deshiciesen de la barrera (procurando moverse de sitio por los constantes cambios del terreno) y la activaría en cuanto Nithael estuviese desprotegido para atinarle, siguiendo cualquier directriz que la Reminiscencia le diese.
Tampoco descuidaría el hecho de que usar la piedra le dañaría, y mucho. Estaba mentalizado para aguantar cualquier dolor, pero en caso de necesidad, no dudaría en tomarse una poción para retomar fuerzas y no caer exhausto antes de hacer nada.
+Nikolai irá a por la piedra y esperará a que los demás desconcentren a Nithael y la barrera desaparezca para utilizarla. Se mantendrá en movimiento para que las grietas que se forman en el suelo no le pillen.
+Se tomará una poción en el caso de que le fallen las fuerzas mientras use la piedra.
La flecha de Colibritany impactó contra Nithael pero no pareció hacerle el suficiente daño como para detener el ataque que preparaba. Justo cuando iba a alcanzar a la bella aprendiza, ella agarró fuertemente su pluma y una barrera mágica la envolvió completamente. Si bien la hizo retroceder, no pudo sentir el daño. Una vez resistió el ataque, comprobó que la pluma parecía... débil; pronto no serviría de mucho.
En cualquier caso, tenía otras cosas de las que preocuparse: el ángel empezó a emitir un reconfortante brillo dorado, y sus heridas empezaron a sanarse lentamente.
—Mierda. Está usando Lágrima de Fénix —indicó Neizan veloz, que había sido invocado por Saxor—. Irá recuperando salud poco a poco.
—¡Eh, NITHAEL, Gabriel te manda recuerdos!
Y con esa frase de distracción, Nikolai y Malik emprendieron un plan de combate entre ellos dos. Nithael se mostró realmente agresivo contra ellos pero con la ayuda de Neizan, pudieron ejecutar su estrategia con éxito y dañarle. Esto hizo que soltara un poderoso alarido y también que, los aprendices, se dieran cuenta de que algo estaba cambiando en él.
Coli miró intensamente al ángel mientras no podía evitar preocuparse. Su piel se veía más extraña y distinta que antes... y eso no podía significar nada bueno. Nithael volvió a volar hacia la parte posterior del templo pero al parecer algo iba mal ya que cayó contra el suelo una vez llegó. Intentó recomponerse rápidamente y, sin que ellos pudieran reaccionar, se protegió con una impresionante barrera.
—¡Acercaos, rápido!
Sin pensárselo dos veces, la joven corrió rápidamente hacia Neizan, insegura de lo que iba a pasar en esos momentos... pero para su desgracia, su mal presentimiento se cumplió: sin previo aviso, el caos se apoderó del campo de batalla. El lugar empezó a ceder ante el poder de Nithael, y los elementos del templo no tardaron en quebrarse y romperse.
—¡Rápido! ¡Está manipulando toda la sala! —Avisó ferozmente—: Nithael debe estar preparándose para hacer un Juicio Sagrado o Final. Saxor os explicará en qué consisten. Lo que importa es que necesita concentración. Si la rompemos, no sólo habrá gastado magia en vano, sino que quedará muy desconcertado durante un tiempo. Lo suficiente para que podamos tomar ventaja sobre él. Así que debéis sortear esa barrera y atacarle.
—Hecho. Puedo levantar a alguien con un pilar de roca para que le ataque desde arriba. —Contestó un aprendiz de Tierra de Partida. Saxor también se encargó de explicar como funcionaban los ataques, datos muy útiles.
—Hay una forma de hacerle mucho daño, pero es peligrosa para todos. —Señaló con el dedo las piedras que habían dejado anteriormente—. Tenéis todavía las plumas, ¿verdad? Podéis usarlas para cargar las piedras, una pluma por ataque, aunque no os aseguro que salgáis ilesos. Si las utilizáis contra Nithael, sin duda, tendréis oportunidades de vencer. Cómo las uséis depende de vosotros, si para destruir la barrera o preferís esperar a que esta se venga abajo por su cuenta, pero seguramente agotéis las plumas con un único ataque, así que pensaoslo bien antes de usarlas. Yo no puedo acercarme. Si lo hago, dejaré de ser yo, al menos mientras Nithael se concentre en el uso de la Llave Espada.
Colibritany miró su pluma y vio lo frágil que parecía. No tenía pinta de que fuese muy potente para atacar por lo que dejó que otro se encargará de usar otra pluma para el ataque. Cuando todo parecía decidido, algo inesperado ocurrió y el lugar entero comenzó a temblar como efecto de un terremoto. Todos acabaron en el suelo debido a la potencia.
—¡¡LOS SINCORAZÓN HAN CONSEGUIDO ENTRAR!! ¡MOVED EL CULO Y CONSEGUID LA LLAVE ESPADA! —exclamó el Guía.
<<Vale... no te pongas nerviosa...>>
—Oye, querido —dijo Coli mientras dirigía su mirada a Light, el joven que habló antes—. Yo usaré tu... pilar raro. Necesitaré atacar desde bien alto para darle.
Con la ayuda adicional, la chica tenía una ventaja. Ahora que podía ver a Nithael desde arriba, invocó su extravagante arco de nuevo y colocó una flecha. Dejó de respirar por un momento y apuntó a la cabeza del ángel. Cuando sintió que iba a poder acertar, soltó la flecha que salió volando hacia su objetivo, con la esperanza de que pudiera herirle.
Después de su ofensa, Light soltó unas palabras muy duras contra él para intentar desestabilizarlo y después intentar arrebatarle la llave espada junto con otra de las chicas.
No supo cómo se libró de terminar como pulpa de carne, quizá fue el aviso de Nikolai.
—¡Malik, apártate!
Quizá fue una mezcla de sentidos, intruiciones y suerte...
—¡Ahora, el escudo!
... pero dio gracias al escudo y a aquella habilidad del aprendiz por detener el primer ataque del ángel y lograr alcanzar. Se le había dormido el brazo por el dolor, pero no le importó. Habían golpeado a Nithael y algo era algo. Se escabulló todo lo rápido que pudo de su rango de alcance, si es que no cubría toda la sala, mientras el ángel se elevaba.
Sin embargo, frenó cuando le vio caer como un plomo, con un ala aparentemente descuajaringada.
«¿Pero qué?».
Una barrera se levantó alrededor de Nithael y el ángel comenzó a emitir luz como una luciérnaga.
—¡Acercaos, rápido!
Con el aliento entrecortado, se acercó casi a la carrera a los demás aprendices y a aquella reminiscencia —salida de alguna de las cartas—. Entonces la sala tembló, las vidrieras saltaron por los aires, el suelo se agrietó y las paredes empezaron a empalidecer. Malik chasqueó la lengua mientras se masajeaba el brazo demasiado dolorido para hacer nada.
—¡Rápido! ¡Está manipulando toda la sala! Nithael debe estar preparándose para hacer un Juicio Sagrado o Final. Saxor os explicará en qué consisten. Lo que importa es que necesita concentración. Si la rompemos, no sólo habrá gastado magia en vano, sino que quedará muy desconcertado durante un tiempo. Lo suficiente para que podamos tomar ventaja sobre él. Así que debéis sortear esa barrera y atacarle.
—Vale, estupendo.
«¿De verdad siguen pensando en vencerle sin matarle?».
El plan era sencillo: tenían que desconcentrar al ángel para evitar una segura carnicería. Para ello, disponían de varios movimientos coordinados. Sin embargo, Malik no estaba seguro de qué iba a hacer para ayudar con eso. Tenía un brazo casi inutilizado, que no podía apenas mover y casi levantar por encima de la cintura. No contaba con magia y sus habilidades eran bastante limitadas. Tampoco contaba con demasiado aguante en esos momento, todo el trecho por el Castillo y la prueba psicológica le habían minado cuanto menos. Así que a la vez que los demás se ponían de acuerdo y en marcha, Malik se mantuvo en retaguardia y se palpó los bolsillos. Recordaba haberse llevado un par de pociones, de modo que sacó una y se la bebió de dos tragos esperando que le diera algo de fuerza.
Entonces oyó el chillido del Guía:
—¡¡LOS SINCORAZÓN HAN CONSEGUIDO ENTRAR!! ¡MOVED EL CULO Y CONSEGUID LA LLAVE ESPADA!
«No grites, no estamos sordos».
Malik lanzó el frasquito a un lado y flexionó el brazo. No se había quitado el escudo en todo ese tiempo. Avanzó a zancadas junto a Light, para al menos servir de ayuda mientras cogían la piedra. Intentaría proteger al muchacho y protegerse de los posibles ataques de Nithael, o esquivarlos si era demasiado para él. Y en cuanto pudieran arrebatarle la Llave al ángel, también serviría de posible escudo y tercer portador.
Increíblemente el Guía se apartó al escuchar su petición, quizás la brusquedad con la que había hablado sirvió de algo. No obstante dio exactamente igual porque detrás de él no había absolutamente nada. Miró a su alrededor y solo pudo ver a Alec, pero Maya no estaba allí. ¿Habría logrado avanzar? Corrió junto a Alec y su gata para comprobar su estado pero de camino un fuerte golpe en algún lugar hizo que ambos cayeran al suelo.
—¿Qué acaba de pasar?—farfulló mientras se levantaba y se situaba finalmente junto a Alec, que estaba bastante herido— ¿Cómo estás? No veo a Maya por ningún lado, y no entiendo nada...
No pudieron hablar por mucho más tiempo puesto que el Guía reapareció delante de sus narices. Nicoxa estaba desorientada, cansada y aún seguía enfadada con él, pese a que no parecía mostrar la misma actitud agresiva de antes. De hecho más bien parecía estar en tensión por alguna razón. Levantó el brazo y señaló hacia el techo.
—Los Sincorazón acaban de entrar en el vestíbulo. Vuestros Maestros están a solas, enfrentándose a ellos, pero no durarán demasiado, y ya noto cómo intentan recorrer los pasillos para dirigirse hacia las distintas plantas.
¿Acaban? Nicoxa ya estaba alerta por ese motivo desde que encontraron a Yami y ella misma lo había dejado caer, ¿les había mentido? ¿O estaría mintiendo el Guía? En cualquiera de los casos lo que había pasado era lo mismo así que la preocupación de la peliazul no pudo aumentar más.
»Alec, no estás capacitado para superar mi prueba. Si permito que sigas adelante, serás un estorbo en la tarea que concierne a la Llave Espada y te expondrás a un peligro innecesario, pues la Llave te destrozaría la cabeza. En cuanto a ti…—Era el turno de Nicoxa, que ya se estaba temiendo que aún no había acabado con ella—. Pocas veces he conocido a una persona tan poco empática. Consideraría eso aceptable si te ayudara en la tarea final, pero dudo mucho que lo haga.
Ella se cruzó de brazos y puso los ojos en blanco. Estaba hartísima ya de todo eso, no estaba dispuesta a seguir aguantando que se metiera con ella, pero sabía que no era rival para él. Se sentía tan impotente...
»Y tú, Nicoxa, te crees demasiado perfecta y crees que tus errores te forman como persona y debes estar orgullosa de ellos, pero eso sólo te vuelve débil mentalmente. Un día te romperán. No tengo tiempo que perder contigo, no con alguien cerrado que es capaz de justificar su estancia en otro mundo sin cumplir sus objetivos. Y sí —«Venga, a ver qué perla me suelta ahora»— esos aprendices «bordes y que se creen superiores» (no es un comportamiento tan distinto al tuyo, ¿ves?, que te crees que no están por encima de ti, cuando lo están y podrían aplastarte con un dedo) son superiores a ti, porque arriesgan sus vidas por algo mejor que la propia supervivencia. Y si no te sale del mismísimo comportate así, vete de aquí, no te necesito —Nicoxa intentaba calmarse mirando hacia el suelo pero con lo que escuchaba simplemente no podía. Estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por aguantarse y no volver a decirle todo lo que pensaba pero... ¿Para qué? ¿Acaso el Guía controlaba sus palabras para no hacerle daño a ella? En aquel momento estaba muy alterada y precisamente oír esas cosas no cambiaba la situación. No sabía si los demás aprendices habían tenido que pasar por ese momento tan horrible ni si habrían logrado superar la prueba, pero si lo hubieran hecho... les envidiaba. Después de todo lo que había pasado esa noche; lo del sincorazón gigante, sufrir la "muerte" de su amiga, el duro combate contra Jasper, el desprecio de Yami, volver a encontrar al sincorazón y tener que dejar atrás a su rescatadora, recibir el espadazo en su cuello por todo lo de Gabriel... No, simplemente no tenía ni la paciencia ni las ganas para aguantar todo eso. No era el momento, por eso admiró la extraordinaria fuerza que habían tenido que demostrar los demás para, pese a pasar por cosas así, tener la voluntad necesaria a esas alturas. Para ella no era nada fácil— ni te necesita ninguna Orden. Ve a hacer algo de provecho. Tu amiga Colibritany, por cierto, lo está haciendo. Si fueras con ella, sólo serías un estorbo, porque eres débily, ante todo, estás ciega de orgullo.
¡Coli! Escuchar su nombre hizo que levantara la cabeza y mirara al Guía directamente a los ojos. ¿Había pasado ella la prueba? Claro que sí, su amiga sabía controlar sus emociones mucho mejor que ella. Tenía que ayudarla de alguna forma.
»Ahora escoge.
El Guía chasqueó los dedos y una puerta apareció. A través de ella podían ver a Kazuki y a Chihiro, el primero visiblemente preocupado. Nico miró a Alec, que había fallado la prueba y no iba a poder continuar descendiendo. Ella tenía otra oportunidad para desafiar al Guía, pero ya había decidido lo que iba a hacer en cuanto escuchó el nombre de su amiga.
—Escúchame—dijo muy lentamente, controlando cada letra que pronunciaba con especial cuidado para que la ira ni la desesperación volvieran a hablar por ella—. Quizás... tienes razón. Pero a estas alturas, después de todo lo que he pasado hoy no estoy dispuesta a aguantar algo así. Se ha juntado todo y, sinceramente, no tengo ganas de explotar.
Se agachó al lado de Alec para indicarle que se apoyara en ella si lo necesitaba. Mientras volvía a ponerse en pie y dándole la espalda al Guía, continuó.
—Lo siento —una lágrima descendió por el rostro de la joven, no pudo aguantarla más—. Siento no haber cumplido tus expectativas ni las de nadie.
»Pero esto no acaba aquí. Haré todo lo posible por ganar tiempo, aunque sea enfrentándome yo misma contra el sincorazón gigante... El suficiente para que Coli y los demás logren hacerse con la llave.
Se limpió la cara con el brazo que tenía libre y sonrió a Alec para que no se preocupara. Juntos fueron hacia la puerta para reunirse con Kazuki.
No llegué a poder decir nada más antes de que el Guía desapareciera, lo mismo ocurrió con el encapuchado que se encontraba con Nicoxa dejándonos a los dos a solas en aquel eterno y blanquecino pasillo.
Aprovechando que el hombre nos había dejado, intenté hacer un esfuerzo para levantarme, pero no sirvió de nada cuando todo el edificio se sacudió manteniéndome en el suelo y enviando de paso a la otra Portadora.
—¿Qué ha sido eso? Parecía casi como un terremoto —hablé sorprendido volviendo a sentir la herida de la espalda debido a la sacudida.
La mujer se levantó primero y acercándose a mí, me ofreció su mano para ayudarme a levantarme, la cual no dudé en aceptar a la vez que prensaba una respuesta a su pregunta sobre si estaba bien.
—He estado mejor, es lo único que puedo decir —respondí con algo de sequedad sacando una poción del bolsillo y abriéndola para bebérmela —. Gracias por preocuparte aun así.
No tuvimos mucho más tiempo para hablar, ya que en ese momento un ser de color negro corrió por todo el pasillo hasta saltarme encima. La criatura me pilló totalmente desprevenido y por lo tanto no pude impedir que me lamiera la cara mientras sollozaba y movía su cola.
—Yo también te he echado de menos, Ilana —sonreí abrazándola y permitiéndola apoyarse sobre mi pecho —. Siento haberte preocupado.
Seguido de Ilana apareció nuevamente el Guía. Su capucha volvía a ocultarle totalmente el rostro impidiendo incluso verle la boca. Parecía bastante tenso y por un instante temí que fuera a acabar con mi vida tal y como había asegurado antes, haciendo que abrazara con más fuerza aun a Ilana al menos para protegerla a ella, pero a sabiendas de que me había tenido en el suelo inmóvil antes de que se fuera, dudaba que fuera yo el motivo de su preocupación.
—Los Sincorazón acaban de entrar en el vestíbulo —sentenció el hombre.
Tragué saliva al oír aquello, habíamos tardado demasiado en llegar hasta la Llave y ahora nuestros Maestros iban a tener que luchar y quizás hasta morir, contra aquel ejercito de monstruos. Y por si aquellas noticias no eran suficientes, el Guía se dispuso a informarnos de los resultados de la prueba. No había pasado, aun seguía siendo un peligro para la misión incluso ahora que tenía totalmente claro que lo que más quería en aquel momento era ayudar a mis amigos, el que intentara recuperar la Llave Espada podría estropearlo todo.
Bajé la cabeza derrotado. Ilana volvió a lamerme la cara en un intento por animarme, pero veía imposible que lo consiguiera, fallar la prueba me había dolido más aun que la herida de la espalda. No solo por el hecho de que sentía de que no había sido fiel a mí mismo, sino que tampoco lo había sido a las personas que se habían preocupado por mí.
—¿Qué puedo hacer entonces? —pregunté en voz baja, casi de forma que ni se me escuchaba.
—No superar la prueba sólo significa que tienes otras tareas que hacer, muchacho. Has dicho que no quieres condenar a Ilana, ni tampoco morir, porque tienes deudas pendientes —repitió el encapuchado las palabras con las que había intentado pasar la prueba —. Entonces sube al vestíbulo y lucha junto a Kazuki y los demás. Evita que lleguen al Corazón de este mundo porque, si lo hacen, se acabó lo que se daba.
Alcé la cabeza esperanzado, luchar contra el ejército de Sincorazón no era la tarea más segura del mundo, pero era algo que podía realizar sin problema alguno. El propio Guía lo había dicho, carecía de miedos tangibles y los Sincorazón por fortuna eran lo suficientemente tangibles como para poder partirlos en dos con mi Llave Espada. Plantarme delante del enjambre y luchar sin perder la cabeza sería una tarea más fácil incluso que enfrentarme a su prueba.
—Si esa es mi única forma de recuperar Tierra de Partida que así sea —acepté dejando a Ilana en el suelo.
Nicoxa también se unió a la tarea de enfrentar a los Sincorazón ofreciéndose nuevamente para que me apoyara en ella y andar. Realmente, hubiese preferido que la mujer intentara pasar la prueba, al menos que uno de los dos lo hiciera y así avisar al resto de que seguíamos vivos, pero no iba a ser quien para rechazar la ayuda de la Portadora. Nuestros Maestros iban a necesitar todo el apoyo posible. Lo que si iba a rechazar era el que me llevara, podía andar sin problemas.
Vi que la joven se limpiaba una lágrima con el brazo y me sonreía de forma que no llegara a ver lo dolida que estaba. No pude hacer otra cosa que devolverle la sonrisa, estábamos los dos igual prácticamente.
—Creo que yo soy aquí al que más gente esta decepcionando. Por eso espero que esto me haya enseñado una lección, estaba claro que llevaba tiempo andando sin rumbo alguno —le dije antes de acelerar un poco el paso al ver a Kazuki entrar por un boquete que antes no estaba.
Llamé al hechicero por su nombre corriendo los últimos metros hasta llegar hasta él.
—Maes… Maese Kazuki, permítame que le ayude con esto —me corregí en medio de la frase para después ofrecerme a cargar con Chihiro. Aceptara o no, pasaría un brazo de la mujer por encima de mi hombro y la agarraría por la espalda hasta tener todo su peso encima —. Se me hace raro estar ayudando a la persona que intentó degollarme en una misión, pero para usted parece importante.
Intenté mantenerme sonriente mientras hablaba con mi antiguo Maestro, pero pronto las palabras del Guía me recordaron el daño que había estado a punto de causarles y la traición que había cometido. Incluso habiendo admitido que no era fiel a la Orden, no podía hacer otra cosa que sentirme mal.
—Maese… ¿qué me hizo abandonar Tierra de Partida? —le preguntaría finalmente a Kazuki —. No conocía a ninguno de los Maestros de Bastión Hueco, no consigo entender la razón por la que decidiera abandonarle. Le tengo como el gran hechicero que es y no sé de otro que pueda superarle —confesé, aunque realmente sabía del gran Yen Sid que seguía dormido… ¿o no? —. ¿Qué me hizo traicionarle? ¿O atacar a los que fueron mis compañeros? No… No consigo entender nada… porque si realmente soy así, una persona que traiciona al resto a la mínima de cambio, entonces, ¿por qué sigo portando la Llave Espada? ¿por qué siquiera me la entrego?
Light, Yui, Keiko, Malik, Colibritany, Nikolai, Saxor y Maya
Light consiguió leer, más o menos, la nota de Zephyr, mientras el suelo se quebraba bajo sus pies, ascendiendo y descendiendo. Casi daba la impresión de que se encontraran en el mar. Se bebió un Éter y, entonces, apuntó:
La Esquirla surgió bajo Nithael y cogió al ángel completamente desprevenido. A la vez el aprendiz levantó su Pilar, sobre el que se subió Colibritany. La muchacha decidió no esperar a Light y se adelantó al muchacho disparando una flecha. El ángel, que la había visto ascender, hizo un brusco movimiento y atrapó la flecha con una mano. Luego la calcinó entre sus dedos.
Light comenzó a gritar:
—¿¡Qué clase de Guardián eres, Nithael!? ¡Yo lo sé! ¡Una simple réplica que no pudo salvar a su amigo Gabriel! —La mención de aquellas palabras clave, «Guardián», «réplica» y «Gabriel» consiguieron atraer la atención del ángel—. Porque estuvo en tu mano, ¿verdad? ¡Pudiste salvarle del exilio pero no lo hiciste! ¡No moviste un solo dedo, y era tu amigo! ¿¡Por qué!?
Durante un instante, Nithael lo miró sin llegar a reaccionar o a responder. La siguiente Esquirla terminó por espabilarlo y emitió un cristalino grito de protesta.
—¡Tienes que saber una cosa! ¡Llevas mil años durmiendo dentro de los sótanos del Castillo del Olvido, nosotros te hemos despertado! ¡La gente que conocías hace mil años está muerta, tu amigo Gabriel incluido, así que no te molestes en llamarlos! ¡El Neizan que ves es solo una reminiscencia!
—No…
El aura que envolvía su cuerpo parpadeó cual bombilla estropeada. La expresión enajenada seguía ahí, pero ahora parecía que estuviera más cerca de la cordura. Meneaba la cabeza con lentitud y en su rostro apareció un rictus de sufrimiento, en especial cuando lo alcanzó la Pseudo-Razzia de Saxor.
—¡Eres la simple réplica que ahora mismo va a condenar a Tierra de Partida porque no puedes superar el pasado! ¿¡Quieres eso!? ¡La realidad es dolorosa, Nithael, pero más vale que te vayas dando cuenta de tu situación y actúes en consecuencia como el Guardián que eres! ¡¡Espabila!!
A él, de paso, se unió Keiko con sus recriminaciones. Nithael miraba a su alrededor con angustia y la barrera comenzó a fragmentarse.
—¡CALLAOS!
La Llave Espada exhaló un latido de luz que quebró el Pilar que había elevado Light. Colibritany, que se encontraba en lo alto, tuvo tiempo para saltar y agarrarse a un saliente rocoso. Los demás lo pasaron peor cuando esquirlas de piedra surgieron del suelo y cayeron, a su vez, del techo.
El daño, sin embargo, estaba hecho. Las grietas se extendieron por la barrera, con sonidos cristalinos, y, de pronto, reventó.
Saxor aprovechó para lanzar una Bomba Tenebrosa que acertó de lleno a un desconcertado Nithael, que dejó de resplandecer. Jadeaba, se doblaba por la mitad y llevaba su mano libre al hombro desde donde colgaba el ala destrozada.
Nikolai, que había conseguido recoger la segunda piedra, y se había precipitado hacia Neizan para preguntarle:
—¿Cómo la uso para atacar a Nithael?
—¡Aproxímala a la piedra! ¡La cargarás de energía y luego solo tendrás que redirigirla!
El aprendiz no necesitó más. Obedeciendo a su instinto y las instrucciones de Neizan, acercó la pluma a la piedra. Esta se iluminó y comenzó a arder con tanta ferocidad que al chico se le escaparía un grito de dolor. Su mano hasta comenzó a desprender unos desagradables hilos de humo al tiempo que la luz que emitía la piedra se volvía casi cegadora. No podría soltar la piedra ni aunque quisiera: era como si sus dedos se estuvieran fusionando con su hirviente superficie.
De la piedra salió un rayo de luz tan potente que estuvo a punto de arrojarlo al suelo. Por suerte para él, Neizan se apresuró a sostenerlo por los hombros y empleó toda su fuerza para ayudar al muchacho a resistir el rebote del hechizo.
El rayo atravesó la habitación.El ángel no pudo ni gritar.
Cuando la energía se agotó, la piedra resbaló de las manos de Nikolai, completamente quemadas —menos mal que el joven se había preparado una poción— y el chico, exhausto, estuvo a punto de caer de rodillas, pero Neizan lo sujetó.
Nithael no tuvo la misma suerte. Tan blanco que parecía un fantasma, se derrumbó entre gemidos de dolor.
En ese momento Keiko y Light se arrojaron sobre él. Malik siguió a este último. Al percibir peligro, Nithael apretó la Llave Espada, que emitió un latido de luz y, de pronto una onda expansiva de fuego los golpeó de lleno. Keiko no acusó el dolor, si bien perdió a partir de ese momento su Inmunidad. Light tenía, por su parte, la suficiente resistencia como continuar adelante y Malik se comió buena parte del ataque.
Cuando Light trató de arrebatarle la Llave Espada de las manos, Nithael se rebeló con un rugido y trató de golpearles con su ala sana, pero estaba demasiado cansado. Así que, entre los dos, consiguieron arrebatarle de un brusco tirón, la Llave Espada.
En el momento en que los tres cerraron las manos sobre su empuñadura, escucharon un golpe violento, casi como el restallar de un trueno. Un gigante jugando a los bolos con sus oídos.
Y el mundo se alejó. Rápido, muy rápido, como si alguien lo absorbiera y ellos se hundieran en la oscuridad. Lo único que sabían era que estaban juntos en medio de la nada, conectados por las manos…
Hasta que llegó eso.
Los rodeó por todas partes. Arriba, abajo, a los lados. Su presencia era abrumadora, pesada y los cegó con una luz dorada tan intensa que abrasaba.
Las voces estallaron.
¡¿QUIÉNno me toqueCOBARDE¡¡fuera!!SO-is?!¡NO ERES DIGNA!Tan Débil, tan pequeñoOS DESTRUIRÉqué mente tan apetitosa, ¿no crée¡¡Puedo ver vuestro corazón!!is?PATÉTICO.¡No te rindas, hermanita!Él-está-aquí-con-noso¿Duele?¿QUEMA?Sé que lo hace, no meNo pienses que haré que tu culpa sea menos pesada¡Soltadla, rápido, u os destruirá!mintáis porque cómo os atrevéis a tocarla con vuestras sucias¿Volaste lejos, chocobito?Vuelve conmigo, por favorNO FUI YO, TENÉIS QUETierra de Partida nos volverá la espalda, debemos conseguir sus secretos antes deLo siento tanto. No podía decirlo. No podía, porque entonces, Chihiro¿A queos duele? SOLTADMe encargaré de todo, no se preocupe, señorpadre creó este sitio para proteger este mundo. Nithael estár a salvoFUERA¡Es la única forma o destruirá Tierra de Pa-![/b]Ya casi lo habéis conseguidoMi nombre es Gabriel, es un placer conocerte, Guardián¡Light!No haré nada más por Tierra de Partida. No contribuiré a crear un monstruoOS REVENTARÉ LA CABEZALa guerra no ha hecho más que comenzarNo os lo perdonaré, ¡cabrones!Moriría por este mundo. Es para lo que nacíYtúLightytúKeikoytúMalik¿moriríaisporTierradePartida?¡¡No debería haber nacido!! ¡No te rindas!DUELE, ¿VERDAD? ¡Malik!CREERME. Nunca haría daño aY empieza otra vez.
Dolía. Dolía muchísimo. Agujas afiladísimas les atravesaban una y otra vez el cráneo y activaban relámpagos de un dolor agudo e insoportable. Las voces eran ensordecedoras, les rodeaban en una vorágine de estallidos, risas y llantos, como si estuvieran dentro de ellos. Quemaba como si se estuvieran bañando en lava. Se les saltaron las lágrimas sin poder contenerlas. La energía que subía desde la Llave Espada les estaba destrozando las manos. No tenía nada que ver con las piedras. Era mucho peor.
Y, aun así, las voces sonaban entrecortadas. Cada vez más. Eran agresivas, pero no tanto como sabían que podrían haber sido. Lo podían notar; deseaban arrojarse sobre ellos. No lo hacían. O quizás sí y no lo sufrían como podrían haberlo hecho.
—¡¡Pensad en series de números!! ¡Cantad! ¡Haced algo!—exclamó la voz de Ronin con tal suavidad que casi se la tragó la tormenta de voces—. No os puede hacer daño, podéis controlarla! ¡No os dejéis arrastrar!
Unos brazos fuertes que les rodearon por la cintura —Malik chocó contra Light— y, de pronto, sus pies ya no tocaban el suelo. Podrían ver, con dificultad ya que la Llave absorbía toda su atención, que atravesaban la estancia. Ahora parecía más un templo destruido por un armagedón: las paredes blanquecinas estaban cubiertas de plantas secas; el agua se había salido de su cauce, el puente se había venido abajo y numerosos dientes de piedra surgían del suelo.
Neizan aterrizó con ellos cerca de la salida y los soltó con un gemido de dolor. El Caballero resplandecía con un brillo tenue y parecía que estuviera mudando de piel, porque la capa superior de su aspecto se desvanecía y dejaba a la vista… Nada. Como Reminiscencia, no podía acercarse tanto a la Llave Espada y ahora lo pagaba caro. Se alejó rápidamente, pero la infección se estaba comiendo su torso y sus manos. Neizan no les sería útil en el combate por mucho más tiempo. Les dirigió una sonrisa de resignación y se despidió con un gesto:
—Ha sido un placer. Ahora, corred. Tenéis que salvar Tierra de Partida.
—Eso es.—Ronin, no, el Guía con el aspecto de Ronin se materializó al lado de ellos con expresión seria—. Ya tenéis la Llave, ¡corred al vestíbulo!—La voz resultaba tan familiar que no cabía duda que el Guía la había escogido para que la reconocieran en medio de su tortura con la Llave Espada, que seguía haciéndoles daño, y se calmaran—. Y no bajéis la guardia bajo ningún concepto, no dejéis de repetir series de números, no perdáis la concentración.
Apenas sí había terminado la frase cuando Nithael emitió un grito de dolor y desesperación. Se levantó, con el ala herida chorreando sangre, se tambaleó y empezó a brillar una vez más.
—¡¡Vosotros lo matasteis!! ¡Vosotros!—Alzó una temblorosa mano, envuelta en luz dorada. Le resbalaban lágrimas por las mejillas—. ¡NO! ¡No puede ser! ¡NO PUEDEN ESTAR MUERTOS! No. No fui yo, ¿verdad? No. Fue culpa de ellos. Ellos fueron los que lo provocaron todo. No fue él. No fui yo. N-o. Lo salvaré. Lo salvaré. Losalvarélosalverélosalvaré. LO SALVARÉ.
De pronto, el cuerpo de Nithael se iluminó desde dentro con una luz abrumadora. Ya no era sólo que les cegara, sino que podían percibir cómo la atmósfera se espesaba alrededor del ángel y que cada vez resultaba más difícil respirar. Por no hablar del calor abrasador.
Neizan chasqueó la lengua y dijo:
—Se está volviendo loco. Va a intentar destruir este lugar con una explosión y se nos llevará a todos por delante. Qué recuerdos.
El Guía volvió a gritar para que se dieran prisa. El calor comenzó a acumularse alrededor de Nithael, que parecía un sol en miniatura.
Ya habían obtenido la Llave Espada. Su deber era regresar. Sin embargo, ¿podían arriesgarse a dejar a Nithael en ese estado? ¿Y si les perseguía? ¿Debían dividirse, quedarse a luchar? Sin duda debieron pensar en la Llave Espada, capaz de controlar el Castillo del Olvido… A pesar de que les habían advertido que no la usaran. Pero eran tres. ¿Serían capaces?
-Siendo tres sujetando la Llave Espada es casi imposible correr a buen ritmo, recordadlo. Con dos personas es más que suficiente para correr con la Llave. Otra cosa es que queráis usarla. Entonces ya seía conveniente que fuerais más.
-Neizan puede ayudaros en la pelea si decidís quedaros a luchar contra Nithael, pero será la última vez: la Llave le ha afectado y está a punto de desaparecer.
-Dependiendo de vuestras acciones el ángel puede haceros mucho daño o podéis ser capaces de detenerle.
-El Guía también está a vuestra disposición, si bien, de nuevo, no hará nada físico.
-Es posible usar la Llave Espada con órdenes simples. El precio que paguéis es un tema aparte~.
-Sol Invictus, la habilidad que está empleando ahora Nithael, se puede detener, pero serán necesarios varios factores y si no os dedicáis a fondo a pararle, no servirá de nada. Es decir, si limitáis vuestros ataques por miedo a perder todos los PH, o no arriesgáis vuestro físico, mejor que renunciéis y salgáis por patas. También es posible que haya otras maneras de detener a Nith: una es evidente, aunque necesitaría respaldo, ya que por sí sola es casi imposible que logre que Nithael recupere la cordura. Otra está clara, pero es muy peligrosa y puede volverse en vuestra contra.
-Me gustaría recordar que a Malik le queda una pregunta por hacer.
-Con esto y los datos del siguiente spoiler, si os organizáis bien, podéis decidir el destino de Nithael, tanto para bien como para mal.
Y eso. ¡Cuidado con lo que decidáis! ¡Estamos en la recta final finalísima del global y cualquier cosa que hagáis influirá de manera decisiva.
1). Recuerdo obtenido por Maya —al recibirlo lo asimila directamente en su cabeza y no tiene por qué describirlo hasta que le convenga—:
Un Gabriel adolescente, de unos doce años, vestido con unas prendas blancas similares a las que usaba de pequeño, se sentó junto a Nithael. El ángel se estaba pasando un cepillo por las alas; en la izquierda tenía varias revueltas y en una zona incluso parecía que se le habían caído bastantes, mientras que otras estaban chamuscadas.
Se encontraban en la orilla de la península del Templo, con los pies metidos en el lago. Era un buen día de verano, no especialmente caluroso, y el aire rizaba el agua. Desde el Templo llegaba una suave música de instrumentos de viento, acompañada de voces. Era una celebración en honor del Primero. Esa noche sería una de fiesta en Tierra de Partida.
—¿Qué tal te encuentras?—preguntó Gabriel, preocupado.
—No es nada. Hacía tiempo que no me ocurría. De joven solía extender mucho las alas cuando me ponía nervioso y eran un blanco sencillo.—Nithael sonrió con añoranza y luego se rió por lo bajo, algo avergonzado—. Ha sido un buen combate, ha merecido la pena.
—Cornelia ha sido cruel—refunfuñó Gabriel, jugueteando con unas briznas de hierba—. No es lo mismo atacar a unas alas que a un glider. No ha sido un combate aéreo jus…—Al darse cuenta de que Nithael lo miraba, sonriente pero sorprendido, Gabriel se sonrojó un poco y apartó la mirada—. ¡No estoy diciendo que Cornelia esté a tu altura! ¡Ni te roza la suela de los zapatos!
—Está bien. Gracias por preocuparte.—Nithael se pasó la mano por la zona herida. Su palma resplandeció y las plumas crecieron rápidamente. Terminó de acicalárselas—. Cornelia fue inteligente. Se aprovechó de mi estupidez: intento no hacer daño a la gente y, a la vez, quienes luchan contra mí no se atreven a hacerme daño. Vio mis debilidades y las usó para intentar ponerme contra las cuerdas. Es muy inteligente.
Gabriel masculló algo que sonó a lo que pensaba de la inteligencia de Cornelia y Nithael rió.
—Aun así, es muy ruin apuntarte a las alas. Es como cuando te dan una patada en la entrepierna o peor.
—Oh, es bastante peor. Las alas son delicadas en la zona de la raíz, en especial. Por eso siempre intento salvaguardar mi retaguardia. Solo se la ofrezco a la gente en la que confío. Recibir un ataque por la espalda es mucho peor para mí que por el frente. No estoy completamente seguro; padre nunca me lo confirmó y tampoco tengo forma de comprobarlo, pero creo que las alas conectan con mis pulmones. Y no sólo eso, son sensibles. Una vez…—Nithael se puso pálido y se estremeció—.Una vez no podía controlar mi poder y padre me agarró por la raíz de las alas y retorció. Todavía recuerdo el dolor. Me quedé completamente aturdido. Ah, qué mal recuerdo.—Nithael cerró los ojos y apretó los dientes. Todas plumas se le erizaron y tensó las alas. Gabriel se irguió y le puso una mano en el brazo. El ángel respiró hondo y se tranquilizó—. Así que ya conoces mi punto débil, por si alguna vez quieres luchar contra mí.
Gabriel resopló y sonrió.
—Yo jamás te atacaría por la espalda, pero gracias por contármelo. Guardaré tu secreto.—El joven miró hacia el lago un momento más y luego se puso de pie—. ¿Vamos? Tienes que cambiarte para la ceremonia.
Nithael asintió, se levantó y desperezó y luego echó a caminar junto al niño,sin prisa, disfrutando del camino.
2). Carta obtenida por Colibritany —puede haberla leído antes de entrar en combate—:
Querido Nithael:
No espero que te llegue esta carta, pero tampoco podría dormir si no te la escribiera, así que confiaré en que un día la puedas leer. Se la entregaré a un moguri que ha aceptado hacerme un favor —a cambio de buena parte de mis ahorros, pero qué se le va a hacer—. Intentará dársela a mi abuela para que pueda dártela a ti, aunque temo que su correo esté controlado. Los dos sabemos lo paranoicos que son los Unicornios.
Me he instalado en una posada en el mundo de la ciudad de los viajeros. Creo que pronto conseguiré un trabajo —mientras no grite a los cuatro vientos que era un Caballero, la gente acepta de buena gana a un mago a su servicio. Es un alivio. Estaba convencido de que tendría que pasar los próximos años fregando platos— como ayudante de un trotamundos que sabe muchísimo de magia. La verdad es que he recuperado las ganas de seguir aprendiendo gracias a él. Al principio será algo sencillo; le ayudaré a clasificar elementos de los diversos mundos para poder venderlos después en el mercado. No es lo que imaginaba que haría con mi vida, pero no está mal para comenzar.
Ahora que sabes que estoy bien, que no me muero de hambre y que tengo al menos suficiente dinero como para comprar papel y tinta, me gustaría aclarar unas pocas cosas, amigo mío.
Sé cómo eres y que debes estar culpándote, a pesar de que tú no tuviste nada que ver en mi exilio. Fue todo producto de mi propia estupidez, de mi incapacidad para morderme la lengua. Tendría que haberlo hecho, porque quería seguir viviendo ahí, cambiando las cosas desde dentro contigo, como habíamos planeado desde que yo era pequeño… O, más bien, había planeado yo. Tú sabías cómo era la realidad y sólo me seguías el juego porque eres una persona demasiado amable. Tanto que sé que te has rendido. Y no debes hacerlo.
Un día cambiarán las cosas, Nith. Para bien. Un día comprenderán que no pueden usarte como a un muñeco y que tienes derecho a salir, a opinar y a hacer lo que te plazca. Así que deja de presionarles para que te permitan venir a visitarme —los dos sabemos que no lo harán— y permite que pase el tiempo. Soy un buen mago, no voy a morir tan fácilmente. Volveremos a vernos.
No voy a negar que estoy asustado y me siento bastante desamparado. De pronto tengo una página enorme en blanco frente a mí, cuando siempre pensé que tendría al menos un guión, y me toca escribirla. Aprenderé a ver las cosas desde otro punto de vista, me quitaré la venda que cubre los ojos de los Caballeros y encontraré la forma de cambiar las cosas.
Hasta entonces, Nith, no pierdas la esperanza. Sé que es difícil. Lo sé. Sobre todo porque a ti no te expulsarán aunque les grites a la cara la verdad. Pero, conociéndote, seguirás esforzándote por ayudar y que las cosas vayan a mejor, y estoy seguro de que un día tu trabajo dará sus frutos.
Así que no te rindas, bajo ninguna circunstancia. Tú tienes la oportunidad de ver una época mejor a la nuestra. No dejes de querer vivirla.
▪ Barrera de Luz (HC) [Nivel 20]: Nithael despliega una barrera de luz frente a él, recta, que repele a enemigos y ataques mágicos/físicos inferiores a su nivel. Dura dos turnos —uno si se pierde la concentración—. Alcanza los dos metros de altura y los cuatro de extensión. Se puede sortear o saltar, pero rozarla implica perder vida.
▪ Lágrima de Fénix (HC) [Nivel 25]: Habilidad que permite recuperar 10 PV por turno.
▪ Lanza de Luz (HC) [Nivel 28]: Lanza lumínica que emerge desde la mano de Nithael y persigue a su objetivo hasta atravesarlo.
▪ Luz Sanadora (HM) [Nivel 30]: Aplicándola sobre sí mismo u otra persona, Nithael puede recuperar una cantidad variable de VIT, eliminando las heridas más graves.
▪ Juicio Sagrado (HM) [Nivel 32]: Con Nithael como epicentro, se extiende un cinturón de luz que forma una esfera de dos metros de radio y, sobre la misma, aparecen unas nubes de las que caen diferentes rayos divinos. Pueden acertar o no al enemigo que se encuentre en el perímetro del cinturón.
▪ Juicio Final (HM) [Nivel 50]: Un círculo mágico de cuatro metros se extiende bajo los pies de los rivales y ataca a todo el que esté en su perímetro con diversas estacas de luz. Se puede recibir más de un golpe o ninguno. Exige mucha concentración (un turno o dos) y cuanta más energía se consiga concentrar, más fatal resulta el ataque final.
▪ ????
▪ Sol Invictus (HM) [Nivel 58]: Nithael acumula una cantidad de energía capaz de pulverizar la vida de su alrededor en un radio de diez metros. Puede emplearla también no para matar, sino para purificar con luz. Tarda un turno en acumular la magia suficiente. Es imposible de esquivar, a menos que se emplee un hechizo de oscuridad de igual nivel o superior.
▪ ???? ▪ ????
Resistente a: luz, electricidad y fuego.
Accesorios: fragmento de la Llave Espada del Castillo del Olvido.
Keiko VIT: 5/12 [Pierdes Inmunidad] PH: 14/14 [Vuelves a tener acceso a tu magia]
Yui VIT: 6/6 PH:2/4 +Ultrapoción
Light VIT: 10/54 PH: 13/40
Gaomon VIT: 6/36 PH: 14/20
Malik VIT: 22/64 PH: 7/26
Colibritany VIT: 6/14 PH: 6/8
Nikolai VIT: 22/26 PH: 10/18
Saxor VIT: 42/50 PH: 8/34
Guilmon VIT: 22/30 PH: 10/14
Maya VIT: 31/34 PH: 15/32 +Ultrapoción
**** Alec y Nicoxa
—Escúchame.—El Guía asintió y observó a la chica, a la espera—. Quizás... tienes razón. Pero a estas alturas, después de todo lo que he pasado hoy no estoy dispuesta a aguantar algo así. Se ha juntado todo y, sinceramente, no tengo ganas de explotar.
Tras un instante, el Guía suspiró.
—Conocer los propios límites es importante, pero un Caballero ha de ser capaz de mantener la cabeza fría o terminará por perder la vida. En cualquier caso, es una buena decisión.
—Si esa es mi única forma de recuperar Tierra de Partida que así sea.
—Bien. Es lo único que os pido.
*
Cruzaron rápidamente la blanca estancia donde Gabriel les saludó con un gesto y luego les indicó que continuaran por la apertura oscura por la que se había marchado Kazuki con Chihiro. Les deseó suerte.
Al otro lado había un pasillo oscuro, donde la atmósfera se volvía pesadas. Casi como si algo malo lo estuviera invadiendo. ¿Sería cosas de los Sincorazón? Al menos, a su paso, las paredes se iluminaban con suavidad. El camino tenía una ligera pendiente cuesta arriba. Kazuki ya se alejaba, cargando como podía con Chihiro, pero se detuvo cuando Alec comenzó a llamarlo.
—¡Alec!—Al ver a Nicoxa se mostró un poco incómodo, pero luego se las apañó para sonreír a ambos aprendices—. Qué rápido. ¿Lo habéis…?—Calló. Al fin y al cabo, la respuesta era obvia—. Así que…vendréis conmigo. Será duro, lo sabéis, ¿verdad?
—Maes… Maese Kazuki, permítame que le ayude con esto. —Cuando Alec se acercó para coger a Chihiro, Kazuki retrocedió un paso, de súbito algo hostil, pero como Alec insistió, cedió a regañadientes—. Se me hace raro estar ayudando a la persona que intentó degollarme en una misión, pero para usted parece importante.
Kazuki suspiró, se masajeó un hombro con la mano y luego asintió.
—Lo más importante—corrigió con la garganta seca.
Apretó el puño y después echó a caminar, liderando la marcha.
—Maese… ¿qué me hizo abandonar Tierra de Partida? —El Maestro lo miró con sorpresa. La tenue luz acentuaba las ojeras bajo sus ojos, las mejillas chupadas y las raídas ropas—. No conocía a ninguno de los Maestros de Bastión Hueco, no consigo entender la razón por la que decidiera abandonarle. Le tengo como el gran hechicero que es y no sé de otro que pueda superarle. . ¿Qué me hizo traicionarle? ¿O atacar a los que fueron mis compañeros? No… No consigo entender nada… porque si realmente soy así, una persona que traiciona al resto a la mínima de cambio, entonces, ¿por qué sigo portando la Llave Espada? ¿por qué siquiera me la entregó?
—Bueno, bueno, ¿de verdad tenemos que ponernos sentimentales cuando lo que deberíais estar haciendo es correr como si os persiguiera el Diablo?—dijo el Guía, que había aparecido junto a ellos—. Kazuki, Alec perdió los recuerdos de un año. No sé si te acuerdas.
—Ah… —Kazuki sacudió la cabeza, agotado—. Viste algo que no te gustó, Alec. Algo terrible. Un engaño que yo no desmentí. Dejé que la culpa recayera sobre Ronin. Incluso aunque los dos sabíamos que no había sido él… No dije nada.—La mirada del Maestro se enturbió—. Por mi culpa, todos creyeron que Ronin atacó a Ryota.
Se detuvo y miró con extraña intensidad a Chihiro. Después continuó caminando entre resoplidos.
—No puedo valorar tu traición, Alec, porque la mía fue aún mayor. Di la espalda a la Orden y a mi amigo… Y apoyé a un enemigo.—Kazuki apoyó la mano en un costado. Respiraba cada vez con más dificultad—.Si decidiste que unirte a Ryota era suficiente para volverte contra tus compañeros y atacarlos, es… Ya cosa tuya. Todos comenzamos con gran potencial… Y en lo que nos convirtamos es, eh, algo que depende de nosotros… Y de nadie más. Somos los únicos responsables de nuestras acciones.
»Vamos.No hay tiempo… que perder.
El Guía flotó al lado de ellos, deslizándose cual fantasma, sin comentar nada. Con todo, miró a Nicoxa y sonrió de medio lado. Una voz cuchicheó, burlona, al oído de la joven que no deberían estar presentes ninguno de los dos en una conversación tan privada.
—¿A dónde nos lleva este pasillo y, eh, cuál es la situción arriba?
—Nos lleva directos al vestíbulo. Si consiguen la Llave Espada, los demás también seguirán esta ruta. Bien… Están agotados. Han pasado dos días, casi tres, desde que os fuisteis y se han estado turnando para salir al exterior y hacer retroceder a los Sincorazón. Ha sido un juego muy arriesgado. Ryota y Yami hicieron retroceder al Coloso y se quedaron muchotiempo fuera, haciendo guardia. Luego fueron rotando con los demás Maestros y aprendices, permitiéndose algunos descansos, pero ya no les queda casi magia.
»Y los Sincorazón que están entrando están afectando a mi visión de lo que ocurre en el Castillo, así que mejor que nos demos prisa y les ayudemos antes de que dejen entrar a la horda.
Kazuki se mordió el labio inferior, abrumado por la culpabilidad. Sin duda estaba pensando que, si se hubiera quedado, habría sido mucho más útil. Con todo, logró recomponerse y sonrió a Alec y a Nicoxa.
—No os precupéis. Llegaremos a tiempo. También lo harán… uf, los demás. Salvaremos Tierra de Partida y…—jadeó un poco— Y pondré fin a la guerra. No habrá más enfrentamientos, al menos, no culpando a Ronin por algo que no hizo.
—Muy bonito por tu parte —se burló el Guía—. En especial cuando sabías cómo se apreciaban el uno al otro a pesar de todo. Alec, por cierto, ¿no deberías tomarte algo? Como una Poción o así. Nicoxa va bien de energía, pero tú…
Durante unos minutos que se les hicieron eternos, no hicieron otra cosa que ascender por el interminable pasillo. Sus pisadas retumbaban en medio del silencio, acompañdas por sus respiraciones, cada vez más forzosas. La pendiente era pequeña, pero empezaban a arderles los músculos, en especial a Alec, por el esfuerzo.
Kazuki invocó su Llave Espada y los hizo frenar. Cuando se hizo el silencio, escucharon el familiar sonido que provocaba un Sincorazón al aparecer.
—Invencible. Se teletransportan. Lanzan bolas de oscuridad que pueden causar ceguera. Cuidado, eh, con su cola y su espada.—Kazuki susurró rápidamente la información y dio un paso al frente.
En ese momento, una serie de espejos se extendieron a lo largo del pasillo, creando una especie de laberinto. El Guía hizo el signo de la victoria en dirección a los aprendices:
—Usadlos para desconcertarlo. No durará mucho, porque intentará descubriros por vuestro corazón, pero al menos limitarán su movimiento.
Kazuki asintió, apuntó a la criatura y de pronto una especie de reloj se materializó sobre el Sincorazón, que ya alzaba su espada. Su gesto se ralentizó hasta casi detenerse. El Maestro resopló. Apenas sí le quedaba energía como para malgastarla.
—¡Rápido, quitadle la espada y matadlo! ¡Debemos despejar el camino para los demás!
Escucharon un quejido. Chihiro había comenzado a despertarse. Alec no tendría más remedio que dejarla a un lado si quería pelear.
Más allá, en lo alto del pasillo, se escuchó una brutal explosión y les llegaron gritos ahogados. ¡Estaban cerca del vestíbulo…!
Y así pudieron escuchar cómo se acercaban más Sincorazón. Kazuki maldijo por lo bajo. No debían permitirles avanzar. ¡Debían darse prisa y obligarlos a retroceder! Pero bajo ningún concepto podían dejar atrás al Invencible, pues sería un peligro para sus compañeros cuando trajeran la Llave Espada.
Era hora de demostrar hasta qué punto podían arriesgar sus vidas.
-Kazuki puede apoyaros si no conseguís destruir al Sincorazón; sin embargo, eso implica que su energía quedará muy, muy reducida y todavía podéis encontraros con más Sincorazón de alto rango. Sin olvidar lo que os espera en el vestíbulo. Pensad bien qué hacer.
-Chihiro no puede ayudaros en combate, todavía está muy débil.
-El Guía os apoyará, aunque no físicamente. Si le pedís consejos, como puntos débiles de los Sincorazón, o cómo proceder, os aconsejará sin problemas. Tenedlo en cuenta para siguientes post.
Ausencias: Tanis: II Saxor: II (Justificadas) LightHelco I (Justificada) Reimeow III (Justificadas) [Al ser las faltas justificadas, queda una última ronda antes de la expulsión]. James Bond I Sito I (Justificada) Zodiark I
Fecha límite:miércoles 23 de septiembre a las 23:59
Junto a Light, la táctica de Keiko funcionó. Nithael dejó de emitir aquella aura y emitió un grito de dolor cuando un ataque mágico de Light golpeó al guardián. Rápidamente, ambos aprendices corrieron a por el fragmento de la Llave. Sin embargo, el ángel pareció darse cuenta de lo que pretendían. Usó una especie de hechizo de fuego, y si bien Keiko no notó dolor alguno, intuyó de alguna forma, que no iba a ser tan afortunada.
Cuando Keiko posó su mano sobre la Llave-Espada, un trueno, o algo muy parecido sonó. Los pelos de la joven aprendiza se erizaron y empezó a sentir nervios. Y de pronto, como un déjà vu, la muchacha se dio cuenta de que estaban en medio de la oscuridad. Algo que ya había soñado antes. Solo que esta vez no estaba corriendo, ni los sincorazón la estaban atacando.
Como un flash, una luz dorada les dio de lleno y la aprendiza no pudo abrir los ojos, y menos cuando sin avisar, un montón de voces empezaron a resonar en su cabeza. Dichas voces parecían recuerdos de alguien, pero ella solo pudo distinguir uno: el “¡No te rindas, hermanita!” que la copia de su hermano pequeño le había dicho... ¿hace cuanto? Era difícil de decir. No sabía si llevaban horas o incluso días. El paso del tiempo era inapreciable en aquel lugar.
Las voces seguían resonando dentro del cerebro de Kei. Era como si le estuvieran clavando miles de puntiagudos alfileres. Sintió que se quemaba. Era una sensación dolorosa y extraña. ¿Todo eso lo estaba produciendo la Llave que sostenía en la mano? ¿Era un mecanismo de defensa, o era un hechizo que Nithael les estaba haciendo para que soltaran el arma?
—¡¡Pensad en series de números!! ¡Cantad! ¡Haced algo! ¡No os puede hacer daño, podéis controlarlo! ¡No os dejéis arrastrar!— pudo llegar a escuchar Keiko. Era la voz del Maestro Ronin. Llegaba con mucha claridad, como si estuviera a su lado.
La muchacha trató de pensar, no era buena cantando, aunque recordaba algunas canciones que le habían gustado mucho y que escuchaba hasta que se aprendía la letra de la canción. Pero menos ganas tenía de ponerse a contar. Así que rápidamente, empezó a cantar mentalmente Bravery Flame.
Bravery Flame
Entonces, Kei sintio que unos brazos la cogían por la cintura y pudo comprobar que el templo había sido casi destruido. Neizan fue quien les había salvado, pero parecía estar consumiéndose.
—Ha sido un placer. Ahora, corred. Tenéis que salvar Tierra de Partida. —Neizan...—lágrimas salieron de los ojos de Keiko. Puede que solo fuera un recuerdo, y que solo le conocía desde hace poco, pero a la aprendiza le dolía mucho ver como alguien que les había ayudado tanto iba a desaparecer. —Eso es— dijo el maestro Ronin. Espera... no sabían la ubicación de verdad del Maestro, así que seguramente era el Guía, quien había tomado su rostro y su voz.— Ya tenéis la Llave, ¡corred al vestíbulo! Y no bajéis la guardia bajo ningún concepto, no dejéis de repetir series de números. No perdáis la concentración. —¡D-De acuerdo!— dijo Keiko, con lágrimas en los ojos.
Pero todo no acabó ahí. Nithael pareció volverse loco y les acusó de matar a alguien, afirmando a su vez que le salvaría.
—Se está volviendo loco. Va a intentar destruir este lugar con una explosión y se nos llevará a todos por delante. Que recuerdos. —No es hora de ponerse nostálgico— regañó Keiko, sin darse cuenta, a Neizan.
El Guía volvió a gritarles que se dirigieran al vestíbulo. Pero la muchacha tenía claro lo que iba a hacer. Ya allí no era de ninguna utilidad. —Light, Malik, escuchad. Me encargaré de llevar la Llave. Pero no estoy segura si podré yo sola, necesito la ayuda de uno de vosotros. No tenemos tiempo. Si morimos aquí, todo lo que hemos hecho habrá sido en vano. Ahora mismo ya no puedo ayudar aquí. Si no estáis de acuerdo lo entenderé, pero... me gustaría poder hacer algo útil. Además...—miró a Light— parece que conoces a Nithael mejor que yo, espero que puedas lograr devolverle la cordura.
Kei miró fijamente a los dos muchachos, a la espera de que uno se decidiese. Una vez uno aceptase, la muchacha le daría las gracias, y comenzaría a correr hacia el vestíbulo. Pero antes de empezar a correr le haría una pregunta al Guía.
Resumen: -Keiko decide llevar la Llave hacia el vestíbulo. Malik le acompañará, esto ha sido ya acordado con el usuario. -Keiko preguntará lo último que dice al Guía, tanto si responde como si no, se dirigirá al vestíbulo lo más rápido que pueda ir.
Todo fue muy rápido la batalla contra Nithael, aquel hombre que me dió la espada y la pluma para que me pudiera proteger durante todas estas pruebas. Todo estaba siendo demasiado duro para todos nosotros, pero ahora mismoolo podía sentir las punzadas del estallido de voces que se había provocado, me estaba penetrando dentro de los oídos como finas agujas que se clavaban en mi cerebro.
Estaba bastante pérdida en aquella batalla, estaba siendo inútil en todos los sentidos...yo solo quería sobrevivir y salir de allí con vida.
Parecía que aquella batalla había finalizado, pero no era así, Neizan, que hizo acto de presencia en la batalla, nos advirtió de que el ángel pensaba en destruir todo aquello. ¡Teníamos que salir de allí! ¿Pero cómo? No se me ocurría nada así que me acerque a mis compañeros por si tenían algo planeado y si veía a alguno bastante malherido le ofrecería mi objeto, no dudaría en seguirles y apoyarles en lo que fuera, solo quería salir de allí con vida.
Su reprimenda, su magia y los ataques de sus compañeros hicieron efecto. El muro mágico que le protegía comenzó a fraccionarse. Quizás no fue necesario usar hechizos contra él: las meras palabras parecieron afectarle bastante. Esto quedó probado cuando el ser angelical exigió que se callaran.
La problemática llave liberó entonces un pulso luminoso que destrozó la torre que había levantado. Light retrocedió y se cubrió con su arma para protegerse de las esquirlas que surgían del techo y el suelo.
Lo habían logrado, su defensa se vino abajo y quedó desprotegido. Se viró muy rápido hacia sus compañeros: ahora les tocaba a ellos atacar. Saxor fue el primero en apuntarle: envió una bola de oscuridad que estalló al alcanzar a su objetivo.
El Guardián, que había dejado de brillar, se mostraba bastante debilitado en aquellos momentos; y lo estaría aún más en cuanto utilizaran la piedra contra él.
«Ni se te ocurra morirte», repitió, centrando la mirada en Nithael, tenso. Apretó los dientes por enésima vez en aquel día.
El tremendo rayo de luz que nació de la piedra le dio de lleno y los resultados fueron devastadores. Nithael básicamente se derrumbó, emitiendo gemidos de dolor. Parecía que le habían vencido, era obvio que estaba en las últimas y apenas podía defenderse, así que Light aprovechó ese instante para arrebatarle la llave.
No resultó tan sencillo de todas formas. El ángel contraatacó: les sorprendió con una onda ígnea que golpeó sin excepción a los tres (a Light, a Keiko y a Malik). Aun así el primero siguió hacia adelante tras soltar una maldición: tendría que utilizar algo más potente contra él si quería pararle. Su resistencia física y su voluntad no serían tan sencillas de quebrar.
Condujo raudamente su mano hacia la llave dorada nada más alcanzar al herido de Nithael, con la única intención de arrebatársela. Hizo ademán de golpearles para evitar que se salieran con la suya, pero estaba tan débil que no pudo tocarles un pelo.
Finalmente se la quitó, con la ayuda de sus compañeros. No tardaron en experimentar los efectos.
En primer lugar, sintió como si un relámpago hubiera caído muy cerca de su posición y se estremeció. El Guía ya les había advertido que podía destrozarles la mente, así que estaba preparado para lo peor... o no.
No podía explicar lo que estaba pasando, pero la oscuridad les tragaba y se alejaban de Nithael y los demás: parecía tratarse de un sueño que carecía de sentido. Light mantuvo agarrada el arma en todo momento y ni siquiera pestañeó, se encontraba aturdido.
Salió del trance, cerró los ojos y puso una mueca cuando algo, no supo decir el qué, les deslumbró. Estaba en todas partes y su tremenda presencia les atosigaba en gran medida.
¡¿QUIÉNno me toqueCOBARDE¡¡fuera!!SO-is?!¡NO ERES DIGNA!Tan Débil, tan pequeñoOS DESTRUIRÉqué mente tan apetitosa, ¿no crée¡¡Puedo ver vuestro corazón!!is?PATÉTICO.¡No te rindas, hermanita!Él-está-aquí-con-noso¿Duele?¿QUEMA?Sé que lo hace, no meNo pienses que haré que tu culpa sea menos pesada¡Soltadla, rápido, u os destruirá!mintáis porque cómo os atrevéis a tocarla con vuestras sucias¿Volaste lejos, chocobito?Vuelve conmigo, por favorNO FUI YO, TENÉIS QUETierra de Partida nos volverá la espalda, debemos conseguir sus secretos antes deLo siento tanto. No podía decirlo. No podía, porque entonces, Chihiro¿A queos duele? SOLTADMe encargaré de todo, no se preocupe, señorpadre creó este sitio para proteger este mundo. Nithael estár a salvoFUERA¡Es la única forma o destruirá Tierra de Pa-![/b]Ya casi lo habéis conseguidoMi nombre es Gabriel, es un placer conocerte, Guardián¡Light!No haré nada más por Tierra de Partida. No contribuiré a crear un monstruoOS REVENTARÉ LA CABEZALa guerra no ha hecho más que comenzarNo os lo perdonaré, ¡cabrones!Moriría por este mundo. Es para lo que nacíYtúLightytúKeikoytúMalik¿moriríaisporTierradePartida?¡¡No debería haber nacido!! ¡No te rindas!DUELE, ¿VERDAD? ¡Malik!CREERME. Nunca haría daño aY empieza otra vez.
El dolor era indescriptible: agujas le penetraban el cráneo sin parar y relámpagos le hacían mucho daño, muchísimo. Light no podía hacer otra cosa que rogar a gritos que se callaran: iba a explotarle la cabeza de un momento a otro, estaba seguro. No lo resistiría, incluso si eran tres personas las que mantenían cogido el fragmento dorado, se volvería loco de remate a este paso.
No podía existir algo más doloroso, ni siquiera lo pasó tan mal cuando sostuvo una de las piedras. Creyó con toda seguridad que iba a quedarse sin manos después de esto.
Oía la voz de su eidolon, que le llamaba y rogaba que resistiera, pero no era capaz de entenderle. Había demasiadas voces.
«PARAD PARAD PARAD PARAD PARAD POR FAVOR», quizás no había sido buena idea utilizar Berserker: ahora sufría locura por partida doble. ¿De verdad tenía la fortaleza mental suficiente? La angustia le superaba.
Se le salían las lágrimas a causa del dolor y la presión. Quizás podía soltar la llave. En ese caso, ¿estaría dispuesto a abandonar a Malik y a Keiko? Si para una persona resultaba letal agarrar el arma dorada y necesitaba a una segunda, llegó a intuir que tres personas lo soportarían mejor que dos. Ellos lo pasarían peor si retiraba las manos del objeto.
No, no podía pensar en eso. Tierra de Partida le necesitaba. Tenía que aguantar, tenía que ignorar las voces (cada vez más violentas, por cierto). ¡Claro! ¿No les había dado el Guía algún que otro consejo…?
—¡¡Pensad en series de números!! ¡Cantad! ¡Haced algo! —Oyó la voz de Ronin—. No os puede hacer daño, podéis controlarla! ¡No os dejéis arrastrar!
Ni se preguntó por qué había escuchado a Ronin, solo se limitó a aplicar su consejo. No se le ocurría ninguna canción en esos momentos, así que comenzó a contar mentalmente una serie de números pares.
«Dos, cuatro, seis, ocho, diez, doce…», debía ignorar las voces, debía centrarse en sus números…
Parecía que su situación había mejorado, se había calmado y las voces dejaron de afectarle tanto.
Unos brazos fornidos rodearon su cintura y les levantaron para trasladarles por la habitación. Apenas prestó atención a ésta, pues estaba enfrascado en su serie de números y en la llave dorada que no podía dejar de mirar. Por el rabillo del ojo distinguió el mal estado de la estancia.
Neizan les dejó en tierra firme, profiriendo un gemido. Las consecuencias de acercarse al fragmento fueron evidentes: la reminiscencia estaba desapareciendo. Light lo lamentó.
—Ha sido un placer. Ahora, corred. Tenéis que salvar Tierra de Partida.
—Eso es. —Light miró a “Ronin” con cierta extrañeza por motivos obvios—. Ya tenéis la Llave, ¡corred al vestíbulo! Y no bajéis la guardia bajo ningún concepto, no dejéis de repetir series de números, no perdáis la concentración.
El grito de Nithael atrajo su atención en aquel momento. Le costaba moverse y presentaba un aspecto lamentable. Resplandecía de nuevo y eso solo podía significar una cosa: problemas.
—¡¡Vosotros lo matasteis!! ¡Vosotros! —exclamó, levantando la mano, con el rostro húmedo por las lágrimas—. ¡NO! ¡No puede ser! ¡NO PUEDEN ESTAR MUERTOS! No. No fui yo, ¿verdad? No. Fue culpa de ellos. Ellos fueron los que lo provocaron todo. No fue él. No fui yo. N-o. Lo salvaré. Lo salvaré. Losalvarélosalverélosalvaré. LO SALVARÉ.
Light cerró los ojos inevitablemente. La luz que resplandecía dentro de Nithael era muy intensa, demasiado. La cantidad de energía que irradiaba era tal que aumentó de manera alarmante la temperatura de la habitación. Se había convertido en una estrella, en un sol.
—Se está volviendo loco. Va a intentar destruir este lugar con una explosión y se nos llevará a todos por delante. Qué recuerdos.
El Guía les avisó que se dieran prisa… ¿pero se atreverían a dejar así a Nithael? De ninguna manera. Keiko les comentó su prioridad, que no era otra que llevar la llave al vestíbulo.
—Además... parece que conoces a Nithael mejor que yo, espero que puedas lograr devolverle la cordura.
—Sí, eso espero. Yo tengo que quedarme aquí a ayudar, lo siento. ¿Y tú, Malik? —Despegó las manos lentamente del arma y sintió que se había quitado un enorme peso de encima. Se volteó hacia Nithael—. De acuerdo. Por favor, llevaros bien lejos esa llave, no podemos permitir que Nithael vuelva a tocarla. —Después de la tortura que habían experimentado no la quería ver en mucho tiempo, y menos en las manos del ángel.
Se pasó la mano por la frente sudorosa y se puso en guardia, preparado para poner fin a aquella pelea. A su enemigo no le quedaban casi energías, estaba claramente en las últimas y aun así seguía suponiendo una amenaza. Se mordió el labio, nervioso, ¿podrían parar la explosión de la que hablaba Neizan?
—¡No hay que matarlo! ¡Debemos aturdirle, encontrar una manera de detener su ataque! —bramó a sus compañeros, Neizan incluido. Aturdidor, Mutis… habilidades de ese tipo quizás les ayudarían. Pero debían ser cuidadosos: si atacaban con todas sus fuerzas y el ángel no vivía para contarlo, lo lamentarían.
Maya, quien tenía algo en mente, le confirmó el punto débil del Guardián. Podían aprovecharse de éste para detener su habilidad y hacerle muchísimo daño también.
Light esperaría a que el resto de aprendices lanzaran sus ataques y se mantendría a una distancia prudencial de Nithael, a la defensiva.
Gaomon se materializó en cuanto adivinó lo que tenía en mente y conjuró un Cura sobre él. Que sus heridas sanaran posiblemente implicaría perder los beneficios de Berserker, pero si planeaba acercarse a Nithael —una estrella ardiente en esos momentos— también le vendría bien tener parte de sus energías restauradas, o de lo contrario podría morir. Los escudos que materializaban sus accesorios y sus habilidades quizá no bastaran para sobrevivir al tremendo calor que emanaba el ángel enloquecido.
A continuación, su mascota realizaría un Tenue que le haría desaparecer. ¿La razón? Siendo invisible podría acercarse a su retaguardia y pillarle desprevenido más fácilmente.
Y después, si y solo si las acciones de sus compañeros no habían resultado suficientes para detener la explosión inminente y vencerle, actuaría. En un intento de desesperación, agarraría con mucha fuerza las alas de su contrincante, de la parte más cercana a la raíz o de ésta misma a ser posible. Y se las retorcería, poco a poco (no era su intención arrancárselas de cuajo), pero sin ceder. Hasta que le derrotara, no quería matarlo.
—¡¡Detente, por favor!!
Seguramente dolería una barbaridad teniendo en cuenta la energía calorífica que irradiaba. Pero si aquella era la única forma de salvarlos a todos, estaba dispuesto a jugarse el tipo.
Porque no quería acabar con la vida de otro inocente y podía comprender parte de su sufrimiento… de alguna manera, a pesar de no haberlo vivido. Era capaz de sentir su dolor: el dolor que experimenta alguien inmortal al ver como cada uno de sus seres queridos fallece y la cruel soledad que eso conlleva.
«Basta ya».
Una vez Nithael estuviera debilitado del todo, dejaría que Maya se encargara de él.
▪ Cura (HM) [Nivel 5] [Requiere Poder Mágico: 7]. Cura las heridas más leves y alivia un poco la fatiga.
▪ Tenue (HM) [Nivel 7] [Requiere Poder Mágico: 13]. Vuelve invisible al objetivo temporalmente.
- Si los intentos de los demás de vencer a Nithael no funcionan, Light se acerca por su espalda e intenta retorcerle las alas para eso, debilitarle (NO MATARLE), tal como hizo el padre de Nith según el recuerdo.
- Acciones acordadas con mis compañeros, como siempre.
—¡Aproxímala a la piedra! ¡La cargarás de energía y luego solo tendrás que redirigirla!
—Bien… —Nikolai asintió con decisión y alzó la piedra. Metió la otra mano en el bolsillo y se sacó la pluma de la Reminiscencia, envuelta en una luz palpitante.
Con el artefacto apuntando a Nithael, se quedó ojo avizor, esperando el momento justo a que sus compañeros actuasen para deshacer la barrera que le cubría. Pese a que trató de mantenerse sereno en todo momento, el temblequeo de su pulso delató su ansiedad, producto de la carga que recaía sobre él. Usar la piedra se llevaría gran parte de sus fuerzas, y encima solo disponía de una única oportunidad que, bajo ningún concepto, podía desaprovechar.
Respiró hondo y esperó, hasta que…
—¡CALLAOS!
La ola de luz que surgió del iracundo ángel le empujó levemente, sin apenas afectarle debido a su lejanía. Entonces, el momento que esperaba llegó: la barrera comenzó a desmoronarse en pedazos, dejando a Nithael sin defensa alguna.
<¡Ahora!>.
Su movimiento fue casi instintivo; acercó la pluma a la piedra, desatando el poder que guardaba en su interior la primera.
El rostro de Nikolai se torció de sumo dolor, sintiendo el elevado calor que desprendía la piedra, yendo en aumento con cada segundo que pasaba. Llegó a tal punto que no pudo aguantar más y soltó un grito agónico. Sabía que dolería, lo vio en las expresiones de Malik y el otro chico, pero una cosa era verlo, y otra muy distinta sufrirlo en sus propias carnes. Su cerebro reaccionó ante el incesante ardor y el olor a humo, insistiéndole en que soltase la piedra, pero por mucho que lo desease, sus dedos no respondieron a sus órdenes.
Justo en cuanto parecía que caería rendido ante el dolor, la energía almacenada en la piedra estalló en forma de un potente rayo que retumbó con un zumbido ensordecedor en sus oídos. El retroceso le cortó la respiración, a punto de caerse de espaldas hasta que unas manos le aferraron de los hombros. El joven no pudo hacer más que cerrar los ojos y aguantar la fuerte presión que empujaba sus brazos.
Hasta que todo acabó. Abrió lentamente los párpados, aturdido, y bajó la mirada. Observó las palmas de sus manos, calcinadas y temblándole de puro dolor. No pudo hacer mucho al respecto cuando las piernas le fallaron y se vino abajo. Sin embargo, Neizan (quien posiblemente le ayudase antes con el cañonazo de luz) le agarró antes de caer al suelo.
Notó que las manos se le humedecieron sin razón aparente. Se fijó con mayor detenimiento y comprobó que así era, las tenía impregnadas de un líquido que calmaba poco a poco las quemaduras. Su sorpresa fue mayor al alzar la vista y toparse con Saic, quien había salido al exterior y sostenía un frasco cristalino que asimiló al de una poción.
Nikolai boqueó, pero el asistente le tendió el frasquito antes de que dijese nada. Le dedicó una mirada melancólica, recordando lo injusto que fue con él hace escasos momentos. Pero ahí estaba, apoyando al cabezota de su dueño cuando más lo necesitaba. Alargó una mano tras recobrar parte de la sensibilidad en los dedos para agarrar lo que quedaba de la poción y bebérselo de un trago.
—Gracias… —dijo con un hilillo de voz al terminarse el frasco. Viró la cabeza hacia Neizan, quien lo seguía sujetando—. A los dos.
Antes de desaparecer en una nube de datos, el pequeño ser virtual dibujó una expresión ufana en su visor, sacándole una media sonrisa al joven.
Una explosión llameante le devolvió de un porrazo a la peliaguda situación en la que seguían; todavía quedaba un combate por librar. El aprendiz miró en derredor, y topó con un Nithael que estaba prácticamente en las últimas, pálido como la nieve. Le satisfizo saber que no se había quemado las manos para nada.
Los tres aprendices de Tierra de Partida se abalanzaron a por el ángel caído, tratando de arrebatarle la Llave Espada entre forcejeos y tirones. Nithael no pudo oponer mucha resistencia en su lamentable estado y acabó perdiendo contra el trío.
<¡La tienen!>, los ojos le centellearon nada más ver la preciada arma en posesión de Malik y sus dos compañeros.
Pero algo iba mal. Los tres se quedaron inmóviles cual estatuas, sosteniendo la Llave Espada. Niko frunció el ceño en cuanto sus rostros reflejaron malestar. Y fue a peor, pasando a expresiones de angustia y aflicción, como si estuviesen atrapados en una horrible pesadilla. Apretó los labios en una fina línea, temiéndose que fuese obra de la Llave. Ya les advirtió el Guía que si no tomaban precauciones al manipularla les destrozaría la mente.
Se quedó paralizado en el sitio, sin saber bien cómo proceder. ¿Bastaría con acercarse y “despertarles”? Le asaltaron las dudas. Temía que si les gritase o zarandease agravase su estado. La maldita Llave no era un juguete con el que podían trastear a la ligera, quien sabe cómo reaccionaría…
—¡¡Pensad en series de números!! ¡Cantad! ¡Haced algo!
No obstante, alguien que se conocía al dedillo los misterios que encerraba el arma se aproximó a socorrerles, adoptando la forma y voz del Maestro de Maestros, Ronin.
—¡No os puede hacer daño, podéis controlarla! ¡No os dejéis arrastrar!
<Muy agudo>, Niko comprendió las intenciones del Guía al usar la voz de una de las personas que más confianza les transmitiría a los tres aprendices de Tierra de Partida.
Neizan tomó cartas en el asunto en cuanto las palabras del Guía parecieron surtir efecto y salió volando hacia el trío. Volando literalmente, llegó hasta ellos con un buen salto. Los aferró como pudo y se propulsó con otro bote, atravesando la explanada del templo en cuestión de segundos. Nikolai no tardó en pisparse de que se estaba quedando atrás y echó a correr tras ellos. Apreció el devastado panorama a su alrededor, en el que parecía que un gigante hubiese arrasado con la paz y tranquilidad que antes se respiraba en el lugar.
Llegó a alcanzarles en cuanto Neizan tocó suelo. Antes de preguntar por el estado de los demás, los gruñidos lastimeros de la Reminiscencia le llamarón la atención. No presentaba herida alguna, pero comprendió el motivo de su dolor en cuanto su figura comenzó a tornarse traslucida.
—La Llave… —murmuró, consternado. Aquello era el precio a pagar por acercarse tanto a la Llave Espada dorada.
—Ha sido un placer. Ahora, corred. Tenéis que salvar Tierra de Partida.
—Eso es. Ya tenéis la Llave, ¡corred al vestíbulo! —les alentó el Guía, todavía con la apariencia del líder de Tierra de Partida—. Y no bajéis la guardia bajo ningún concepto, no dejéis de repetir series de números, no perdáis la concentración.
Un grito desgarrador hizo que se voltease en el acto. Nithael se alzó, empapado en sangre y envuelto en una luz que no podía significar nada bueno.
—¡¡Vosotros lo matasteis!! ¡Vosotros!—gritó entre lágrimas, haciendo un gesto amenazante con su mano—. ¡NO! ¡No puede ser! ¡NO PUEDEN ESTAR MUERTOS! No. No fui yo, ¿verdad? No. Fue culpa de ellos. Ellos fueron los que lo provocaron todo. No fue él. No fui yo. N-o. Lo salvaré. Lo salvaré. Losalvarélosalverélosalvaré. LO SALVARÉ.
El cuerpo del ángel exhaló una cantidad ingente de luz que obligó al joven a cubrirse los ojos con los brazos. No solo brillaba con la intensidad de un astro, también llegó a producir el calor propio de uno. Era como tener delante un reactor funcionando a máxima potencia.
—Se está volviendo loco. Va a intentar destruir este lugar con una explosión y se nos llevará a todos por delante. Qué recuerdos.
—Espera, ¿es que ya lo hizo antes? —Su tono denotó incredulidad y miedo al mismo tiempo.
La prioridad principal estaba clara. Tenían la Llave, por lo que nada les ataba a ese lugar y les impedía salir corriendo hacia el vestíbulo del castillo… ¿O tal vez sí?
Malik y otra chica de Tierra de Partida acordaron adelantarse con la Llave para llegar al vestíbulo cuantos antes. En cambio, gran parte del grupo se debatía el quedarse allí en un intento por salvar a Nithael de su propia cólera y desesperación. Aquello era extremadamente peligroso, pero Nikolai mentiría si dijese que no tuvo la necesidad de hacer algo al respecto.
Podía tratarse de un mero recuerdo del ángel que tomó vida propia, pero le debía muchísimo a la Reminiscencia de Nithael, quien les protegió de los peligros del Castillo a riesgo de desobedecer la voluntad del Guía. Claro, él tuvo todo el tiempo del mundo para meditar y asimilar lo que ocurrió en el pasado. Pero su auténtico “yo”, quien en esos momentos se atormentaba por no poder salvar a su único amigo, no. Nikolai entrecerró los ojos, cabizbajo. Daba igual que se tratase del verdadero o de un recuerdo, se lo debía. Por todo.
<He elegido un momento horrible para dejar mi egoísmo a un lado>.
Y salió escopetado hacia Nithael, uniéndose al grupo de aprendices que decidieron plantarle cara hasta el final. El corazón le latía más deprisa con cada zancada que daba, con la sensación de que se le iba a salir por la boca de la angustia y el insoportable calor. Pero ya no había vuelta atrás, le devolvería el favor a la Reminiscencia costase lo que costase.
Escuchó decir a la niña vestida de bruja que tenía algo en mente para frenar a Nithael. Posiblemente requiriese de ayuda externa para que llegase a funcionar, por lo que se concienció para brindarles a los demás el tiempo necesario: nada más tuviese al ángel a escasos metros, le dispararía un Vacuo en el pecho para llamar su atención.
—¡Basta ya, Nithael! ¡Nada de esto tiene sentido alguno! —le rugiría, tapándose la cara con la mano a causa de las altas temperaturas—. ¡Hace siglos que no lo tiene! ¡Gabriel ya no existe! ¡Aquellos a los que culpas de su desgracia tampoco! ¡Son tan solo meros recuerdos del pasado!
Haría acopio de las pocas reservas mágicas que le quedasen y le lanzaría un segundo Vacuo. Se acercó aún más a él, a expensas de abrasarse por la vorágine de luz.
—¡Entiéndelo de una puñetera vez! ¡No hay nadie a quien puedas salvar o recriminar! ¡Se acabó, Nithael! —declaró con una severidad brutal—. ¡Si tanto odias a los clanes que te quitaron a tu amigo, no te rebajes a su nivel! ¡Demuestra que eres mejor y no te conviertas en un monstruo como ellos!
>>¡Gabriel quería cambiar Tierra de Partida a mejor, demuéstrale que aún quedan esperanzas para cumplir su sueño!
Tal vez tuvieron que seguir el consejo de la Reminiscencia de Nithael y darle el descanso eterno en cuanto tuvieron la oportunidad. Tal vez, pero ya era demasiado tarde para siquiera replanteárselo. Quisieron aprovechar esa última oportunidad para librarle de sus mil años de tormento sin llegar a extremos como la muerte.
Era lo máximo que podía hacer, con su poder mágico al límite. El resto del plan dependería de los demás.
Nada más rozó la Llave-Espada y cerró los dedos en torno a un trozo de empuñadura, Malik oyó el sonido de aquel tremendo trueno y sintió que se hundía en el más vasto vacío oscuro. No vio nada aparte de a Light y Keiko, que sujetaban la Llave junto con él. Jo pensó en ningún momento en soltarla, pero...
—¿Qué... ?
De repente estalló el cúmulo de voces, y Malik sí que deseó entonces soltar la Llave, y alejarse de ese dolor infernal que le abrasó por todas partes, desde dentro de la cabeza hacia la piel.
¡¿QUIÉNno me toqueCOBARDE¡¡fuera!!SO-is?!¡NO ERES DIGNA!Tan Débil, tan pequeñoOS DESTRUIRÉqué mente tan apetitosa, ¿no crée¡¡Puedo ver vuestro corazón!!is?PATÉTICO.¡No te rindas, hermanita!Él-está-aquí-con-noso¿Duele?¿QUEMA?Sé que lo hace, no meNo pienses que haré que tu culpa sea menos pesada¡Soltadla, rápido, u os destruirá!mintáis porque cómo os atrevéis a tocarla con vuestras sucias¿Volaste lejos, chocobito?Vuelve conmigo, por favorNO FUI YO, TENÉIS QUETierra de Partida nos volverá la espalda, debemos conseguir sus secretos antes deLo siento tanto. No podía decirlo. No podía, porque entonces, Chihiro¿A queos duele? SOLTADMe encargaré de todo, no se preocupe, señorpadre creó este sitio para proteger este mundo. Nithael estár a salvoFUERA¡Es la única forma o destruirá Tierra de Pa-!Ya casi lo habéis conseguidoMi nombre es Gabriel, es un placer conocerte, Guardián¡Light!No haré nada más por Tierra de Partida. No contribuiré a crear un monstruoOS REVENTARÉ LA CABEZALa guerra no ha hecho más que comenzarNo os lo perdonaré, ¡cabrones!Moriría por este mundo. Es para lo que nacíYtúLightytúKeikoytúMalik¿moriríaisporTierradePartida?¡¡No debería haber nacido!! ¡No te rindas!DUELE, ¿VERDAD? ¡Malik!CREERME. Nunca haría daño aY empieza otra vez.
Gritó. Nunca sabría que su voz se perdió, muda, en la vorágine de aullidos, chillidos y gritos de la Llave. Malik no puedo evitar dejarse llevar por la nube, la afilada nube de tormento que eran las voces, a través de las risas ensordecedoras, las agujas ardientes, el baño de lava. No notó las lágrimas que le corrían por las mejillas, ni siquiera la quemazón horrible de las manos, mucho peor comparada con la de la piedra.
—¡BASTA!
Estuvo a punto de claudicar, presa del terror y el dolor, apenas consciente de que si lo hacía, Light y Keiko lo pasarían mucho peor. Sólo oír, salida de la nada, la voz del maestro Ronin, consiguió que no lo hiciera, y mantuviera sujeta la empuñadura.
—¡¡Pensad en series de números!! ¡Cantad! ¡Haced algo!
«Maestro... ».
—No os puede hacer daño, podéis controlarla! ¡No os dejéis arrastrar!
Notó que chocaba contra alguien (Light), que sus pies no tocaban el suelo como si flotara o volara o... algo. En su cabeza empezó a seguir el consejo del maestro a ciegas, sin comprender para qué o por qué. Poco a poco, dentro de su mente su propia voz se volvió más fuerte y cantó de forma casi inconsciente.
«Un mundo hay desde aquí hasta mi hogar, y hay tantas sendas por andar... La sombra la noche traerá y las estrellas la prenderán...».
Gracias a eso, la concentración en la canción, las voces se hicieron menos agudas y dolorosas y Malik contempló con algo de dificultad, cómo atravesaban la estancia, que parecía destruida por un terrible apocalipsis. Aterrizaron cerca de la puerta por la que habían llegado hacía lo que parecía una eternidad, dando cuenta de que había sido la reminiscencia la que les había llevado hasta allí. No sabía quien era pero le estaría agradecido por siempre. Ya bastante había sido agarrar la Llave, no quería pensar cómo habrían tenido que correr para alejarse del ángel con todas esas voces encima. Notó que se estaba deshaciendo y sintió... lástima.
—Ha sido un placer. Ahora, corred. Tenéis que salvar Tierra de Partida.
«Cierto».
—Eso es.—El Guía con el aspecto del maestro Ronin apareció entonces, totalmente serio—. Ya tenéis la Llave, ¡corred al vestíbulo!—Malik pensó que era un alivio escuchar la voz del maestro, aunque supiera que no era él de verdad, en medio del dolor que todavía sentía—. Y no bajéis la guardia bajo ningún concepto, no dejéis de repetir series de números, no perdáis la concentración.
«Números, vale, cantar, vale... ».
En su fuero interno intentó probar con los números, aunque fueran series de 1-2, para no perderse. El grito de dolor de Nithael le cogió desprevenido y se temió lo peor, aunque sencillamente era que ya tenía un ala herida del todo. El brillo que emitió el ángel le hizo retroceder un paso. ¿Otro ataque? ¿Cual?
—¡¡Vosotros lo matasteis!! ¡Vosotros! ¡NO! ¡No puede ser! ¡NO PUEDEN ESTAR MUERTOS! No. No fui yo, ¿verdad? No. Fue culpa de ellos. Ellos fueron los que lo provocaron todo. No fue él. No fui yo. N-o. Lo salvaré. Lo salvaré. Losalvarélosalverélosalvaré. LO SALVARÉ.
Tuvo que cubrirse los ojos con el brazo libre para que la luz no le hiciera tanto daño en los ojos.
—¿Qué demonios le pasa?
—Se está volviendo loco. Va a intentar destruir este lugar con una explosión y se nos llevará a todos por delante. Qué recuerdos.
—Pues qué bien —gruñó Malik.
—No es hora de ponerse nostálgico —dijo Keiko.
Asintió estando de acuerdo con la muchacha. No era momento ni lugar. Tenían que llevar la Llave arriba y no tenían mucho tiempo. El sincorazón...
—Light, Malik, escuchad. Me encargaré de llevar la Llave. Pero no estoy segura si podré yo sola, necesito la ayuda de uno de vosotros. No tenemos tiempo. Si morimos aquí, todo lo que hemos hecho habrá sido en vano. Ahora mismo ya no puedo ayudar aquí. Si no estáis de acuerdo lo entenderé, pero... me gustaría poder hacer algo útil. Además... parece que conoces a Nithael mejor que yo, espero que puedas lograr devolverle la cordura.
Malik miró a ambos. Por segunda vez estuvo de acuerdo con la aprendiza. Él tampoco iba a seguir siendo muy útil allí, de modo que si light se marchaba, quedaba como segundo portador de la Llave, lo cual no era moco de pavo. Las voces seguían quemando por todas partes, aunque contar números ayudaba bastante a que no se hicieran más aterradoras.
—Sí, eso espero. Yo tengo que quedarme aquí a ayudar, lo siento. ¿Y tú, Malik?
—Iré con ella y llevaremos la Llave, tú quédate con los demás y pateale el culo a ese ángel.
Observó cómo el joven soltaba muy despacio el arma. Al hacerlo notó el aumento de presión. Los números, los números... Su cabeza volvió a doler demasiado.
—De acuerdo. Por favor, llevaros bien lejos esa llave, no podemos permitir que Nithael vuelva a tocarla.
Malik asintió. No podría impedir que no le matasen, como deberían hacer... Nithael no había atendido a razones y si explotaba, tal y como había dicho la reminiscencia que haría... Luego los que lo sentirían y llorarían serían ellos.
«Pero tengo que ir con Keiko, no puedo dejar que haga esto ella sola».
Por más que le pesase, tendría que confiar en Light y en el resto del grupo para que consiguieran reducir al ángel. Quedaba en sus manos.
—Vamos —dijo a Keiko antes de echar a correr más o menos al unísono.
Le costó porque tenía las piernas más largas y la zancada más grande. De haber llevado la Llave él solo podría haber recurrido a Impulsos, pero no podía, ni debía. Tampoco tenía fuerzas para cargarla.
—¡Guía! ¿Estamos muy lejos del vestíbulo?
—Va a ser divertido cómo tengamos que pasar por todas las salas de la ida —comentó a sabiendas de que el Guía le oiría.
Pensó en la pregunta que podía usar, por el naipe de la prueba. No la había usado. Bien sabía que podría haberla usado durante el combate, aunque no se le había ocurrido hasta entonces. Seguía en blanco, sin saber qué preguntar. Lo bueno era que enfocarse en pensar eso mitigaba la migraña de la Llave y las voces, pero tampoco ayudaba mucho a pensar.
¿Qué podía preguntar, qué? Quizá, si se topaban con alguna encrucijada podría darle uso, quizá...
Siguió corriendo, no podían detenerse. Aunque el vestíbulo estuviera lejos, pisos por encima de sus cabezas, tenían que ser rápidos.
La flecha iba bien apuntara pero el ángel pudo fácilmente parar el ataque. En cualquier caso, Light y Keiko decidieron continuar con su plan de intentar derrumbar emocionalmente a Nithael mediante palabras y, cuando el ángel no pudo soportar más... gritó.
—¡CALLAOS!
Nithael atacó violentamente el pilar en el que se encontraba la bella aprendiza por lo que no tuvo más remedio que saltar e intentar salvarse. Sus compañeros, sin embargo, no gozaron de la misma suerte cuando el derrumbe ocurrió.
A pesar de todo, un rayo de esperanza surgió: la barrera que protegía al ángel empezó a resquebrajarse y explotó, dejándole totalmente expuesto a los ataques de Saxor y Nikolai. Cuando el compañero de Coli usó su pluma junto con la piedra para lanzar un potente rayo, dio de lleno al enemigo, que no pudo hacer nada más que sentir el dolor más absoluto.
Ahora que estaba completamente indefenso, se apresuraron en arrebatarle de una vez por todas su llave espada y, tras tanto esfuerzo, lo consiguieron. Colibritany suspiró, aliviada... aunque no por mucho tiempo, ya que cuando vio por lo que pasaban sus compañeros cuando agarraron su arma, la preocupó bastante. Parecía tan... cruel y desesperanzador.
—¡¡Pensad en series de números!! ¡Cantad! ¡Haced algo! —aconsejó el Guía, simulando al maestro de Tierra de Partida—. No os puede hacer daño, podéis controlarla! ¡No os dejéis arrastrar!
Neizan corrió raudo hacia ellos, intentando ayudarles. Los agarró y los elevó, facilitándoles el trayecto hacia la salida... pero cuando los dejó, se veía ya bastante afectado por haberse acercado a la llave espada.
—Ha sido un placer. Ahora, corred. Tenéis que salvar Tierra de Partida —dijo mientras se mostraba ligeramente tenue y empezaba a desvanecerse.
—Eso es —continuó diciendo el Guía—. Ya tenéis la Llave, ¡corred al vestíbulo!
»Y no bajéis la guardia bajo ningún concepto, no dejéis de repetir series de números, no perdáis la concentración.
La muchacha, que había observado silenciosamente la situación hasta ese momento algo asustada, se limitó asentir mientras se preparaba para huir. Pero de repente, alguien les detuvo:
—¡¡Vosotros lo matasteis!! ¡Vosotros! —Nithael comenzó a reincorporarse a duras penas—. ¡NO! ¡No puede ser! ¡NO PUEDEN ESTAR MUERTOS! No. No fui yo, ¿verdad? No. Fue culpa de ellos. Ellos fueron los que lo provocaron todo. No fue él. No fui yo. N-o. Lo salvaré. Lo salvaré. Losalvarélosalverélosalvaré. LO SALVARÉ.
El ángel brilló de forma intensa. Su luz se extendía por todo el lugar y llegaba a resultar casi cegador para todos los presentes. Debían hacer algo y rápido.
—Se está volviendo loco. Va a intentar destruir este lugar con una explosión y se nos llevará a todos por delante. Qué recuerdos.
—¡Pero no lo digas tan calmado!
Ante tal extrema situación, el grupo pensó rápidamente en un plan que llevar acabo. Keiko y Malik se encargarían de cargar con la llave espada y huir con ella, mientras los demás intentarían —dentro de sus pocas posibilidades— calmar la furia de Nithael y evitar su temible ataque kamikaze.
Colibritany pensó en qué podía hacer. No tenía ningún modo de aplacarle sin tener que acercarse así que sacó la poción que conservaba en su bolsillo y se la bebió de un trago.
«Muy bien, acabemos con esto».
La joven se acercó hacia él, mientras agarraba fuertemente su pluma. Una vez estaba dentro del radio de alcance de su hechizo Percepción, lo usó contra el ángel caído. Si él tomaba represalia contra ella de nuevo, volvería a usar su débil pluma para defenderse.
- Se acerca lo máximo que pueda a Nithael y usa Percepción:
▪ Percepción (HM) [Nivel 3] [Requiere Poder Mágico: 4] Ataque básico de elemento Ilusión. Ligera nube de niebla que se proyecta hacia adelante, confundiendo a los enemigos en un corto alcance, y con pocas probabilidades de causar sueño.
- Si él contraataca, usará su pluma.
"La nostalgia es como el alcohol; arruina tu juicio".
—Conocer los propios límites es importante, pero un Caballero ha de ser capaz de mantener la cabeza fría o terminará por perder la vida. En cualquier caso, es una buena decisión.
Al escucharle decir eso se dio cuenta, aunque ya no serviría de mucho. Todo lo que había dicho el Guía había sido por el bien de ellos, para ayudarles. No había empleado unas palabras muy suaves que digamos, pero al menos logró entenderlo al final. Mejor tarde que nunca, ¿no?
—Si esa es mi única forma de recuperar Tierra de Partida que así sea.
Alec, Ilana y Nicoxa regresaron a la habitación donde antes se abasteció de comida. Ahí les esperaba aún el Gabriel decente, que les indicó el camino a seguir para alcanzar a Kazuki y a Chihiro antes de que se alejaran demasiado. También les deseó suerte, cosa que probablemente iban a necesitar. Le despidió con la mano y corrieron por el pasillo en busca de esos dos. Para estar uno mutilado y otra incapacitada se habían desplazado más de lo que pensaba.
Parecía que los aprendices iluminaban con su presencia el sombrío pasillo, que por otro lado tampoco recordaba así de antes. Al final, gracias a los gritos de Alec con los que le llamaba, Kazuki se detuvo y pudieron reunirse con él.
—¡Alec!—cuando reparó en la presencia de Nico pareció un poco incómodo. Ella no sabía ya si era por lo guapa que iba pese a todo lo que había pasado o si era por pertenecer al otro bando. Esperaba que fuera lo primero—. Qué rápido. ¿Lo habéis…?—Calló repentinamente. Nicoxa miró hacia un lado, algo avergonzada—. Así que…vendréis conmigo. Será duro, lo sabéis, ¿verdad?
—Maes… Maese Kazuki, permítame que le ayude con esto. —Alec cogió a Chihiro para aliviar su carga—. Se me hace raro estar ayudando a la persona que intentó degollarme en una misión, pero para usted parece importante.
—Lo más importante—corrigió con la garganta seca.
Nico se llevó una mano a la boca sin poder ocultar su sorpresa. Estaban en una situación peligrosa pero aun así no podía evitar interesarse por la posible relación que tenían esos dos ¿Sería amor, rivalidad, nada en absoluto pero lo dice porque la necesitan para que los del pasado regresen? No se atrevió a preguntar pero se aseguró de acercarse a ellos para poner la oreja.
—Maese… ¿qué me hizo abandonar Tierra de Partida? —Alec cambió el tema de conversación, pero como también era uno bastante interesante a ella no le importó. Tenía que haber cogido más comida a la vuelta para poder espectar todo eso con más intensidad... —. No conocía a ninguno de los Maestros de Bastión Hueco, no consigo entender la razón por la que decidiera abandonarle. Le tengo como el gran hechicero que es y no sé de otro que pueda superarle. . ¿Qué me hizo traicionarle? ¿O atacar a los que fueron mis compañeros? No… No consigo entender nada… porque si realmente soy así, una persona que traiciona al resto a la mínima de cambio, entonces, ¿por qué sigo portando la Llave Espada? ¿por qué siquiera me la entregó?
—Bueno, bueno, ¿de verdad tenemos que ponernos sentimentales cuando lo que deberíais estar haciendo es correr como si os persiguiera el Diablo?—dijo el Guía, que apareció de repente—. Kazuki, Alec perdió los recuerdos de un año. No sé si te acuerdas.
Aunque le doliera admitirlo tenía razón. Nicoxa se puso delante de todos y les instó a que fueran más rápido.
—Es verdad... Nadie dice que no le respondas pero mejor que lo hagas mientras nos movemos, a ser posible más rápido —para ella era muy fácil decirlo puesto que ni le faltaba un brazo ni cargaba con otra persona. Dio un par de palmadas en dirección hacia ellos—.¡Venga!
—Ah… —Kazuki parecía bastante cansado, pero aun así respondió al mago—. Viste algo que no te gustó, Alec. Algo terrible. Un engaño que yo no desmentí. Dejé que la culpa recayera sobre Ronin. Incluso aunque los dos sabíamos que no había sido él… No dije nada.—Se le veía afectado. Nico le miró fijamente, expectante para que continuara la historia—. Por mi culpa, todos creyeron que Ronin atacó a Ryota.
Se detuvo para mirar a Chihiro de una manera especial.
—No puedo valorar tu traición, Alec, porque la mía fue aún mayor. Di la espalda a la Orden y a mi amigo… Y apoyé a un enemigo.—a Nico empezó a darle pena escucharle decir todo eso, mas aún en su estado—.Si decidiste que unirte a Ryota era suficiente para volverte contra tus compañeros y atacarlos, es… Ya cosa tuya. Todos comenzamos con gran potencial… Y en lo que nos convirtamos es, eh, algo que depende de nosotros… Y de nadie más. Somos los únicos responsables de nuestras acciones.
»Vamos.No hay tiempo… que perder.
Alrededor de ellos flotaba el Guía, en silencio. Se acercó a Nicoxa y le susurró con voz burlona al oído que ninguno de los dos debería estar presente en una situación tan personal. Ella intentó reprimir una sonrisa pero no pudo, así que volvió a ponerse delante para que no le vieran la cara.
—¿A dónde nos lleva este pasillo y, eh, cuál es la situción arriba?
—Nos lleva directos al vestíbulo. Si consiguen la Llave Espada, los demás también seguirán esta ruta. Bien… Están agotados. Han pasado dos días, casi tres, desde que os fuisteis y se han estado turnando para salir al exterior y hacer retroceder a los Sincorazón. Ha sido un juego muy arriesgado. Ryota y Yami hicieron retroceder al Coloso y se quedaron muchotiempo fuera, haciendo guardia. Luego fueron rotando con los demás Maestros y aprendices, permitiéndose algunos descansos, pero ya no les queda casi magia.
»Y los Sincorazón que están entrando están afectando a mi visión de lo que ocurre en el Castillo, así que mejor que nos demos prisa y les ayudemos antes de que dejen entrar a la horda.
—¡¿Dos días?! —se sorprendió notablemente—. Normal que estemos todos tan cansados y desesperados ya...
Ahora se preocupó, porque estaba segura de que seguía luciendo bella pero con todo el tiempo que había pasado era posible que hasta tuviera ojeras ya. ¡Qué horror!
—No os precupéis. Llegaremos a tiempo. También lo harán… uf, los demás. Salvaremos Tierra de Partida y…—jadeó un poco— Y pondré fin a la guerra. No habrá más enfrentamientos, al menos, no culpando a Ronin por algo que no hizo.
—¡Así se habla! ¡Pese a todo lo que ha pasado tenemos que ser positivos, aún hay una salida! —le empezó a caer bien el maestro, pese a la reacción inicial que había tenido. Si todos los portadores fueran así sería mucho más fácil.
—Muy bonito por tu parte —el Guía llevaba un rato ya bastante guasón—. En especial cuando sabías cómo se apreciaban el uno al otro a pesar de todo.
Después de tanta charla aceleraron la marcha. Tuvieron que subir cuestas bastante rato, aunque por suerte no les salió ningún enemigo al paso. Nico ya empezaba a notar la fatiga más seriamente cuando Kazuki se detuvo, invocando su llave espada.
¡Un sincorazón acababa de aparecer! Tenía un aspecto bastante imponente.
—Invencible. Se teletransportan. Lanzan bolas de oscuridad que pueden causar ceguera. Cuidado, eh, con su cola y su espada.—les alertó el maestro en un susurro.
Como por arte de magia las paredes se llenaron de espejos, aunque con las cosas que había visto desde que entró al castillo no le pilló demasiado por sorpresa. Por fin podría resolver la duda que tenía sobre las ojeras... pero no era momento para detenerse en esos detalles.
—Usadlos para desconcertarlo. No durará mucho, porque intentará descubriros por vuestro corazón, pero al menos limitarán su movimiento.
El Guía había sido el responsable de esa extraña modificación del terreno. Nico se preguntó cómo podrían usar eso a su favor. Kazuki decidió ayudar pese a lo herido que aún estaba y con un conjuro ralentizó de forma notoria los movimientos del Invencible.
—¡Rápido, quitadle la espada y matadlo! ¡Debemos despejar el camino para los demás!
Nico asintió, no podían perder la oportunidad que les dio. Por otro lado Chihiro parecía estar despertando, lo cual no terminó de agradar a la joven. La prefería dormida.
—Señorita Nicoxa, es algo arriesgado lo que le pido, pero necesito que derribe y le robe la espada al Sincorazón —le pidió Alec con mucha educación—. En cuanto esté en el suelo lo inmovilizaré y entonces necesitaré que le clave tanto la espada como su propia Llave Espada, ¿cree que podrá hacerlo?
—¡Pan comido, Aleccito! —le guiñó el ojo de una manera que derretiría el corazón de cualquier muchacho—. Bien, vamos allá... —intentó no sonar demasiado nerviosa: tenía que calmarse en ese tipo de situaciones.
Salió disparada, invocando su llave espada y corriendo pegada a los espejos que había invocado el Guía en dirección al sincorazón. Aprovechando su estado se abalanzó sobre él y le atacó con todas sus fuerzas en el brazo que sostenía su arma, esperando que la soltara. Si no lo hacía de primeras se vería obligada a usar un Vacuo para lograr su objetivo.
Si conseguía que el Invencible soltara la espada la cogería con la mano libre y le golpearía usando las dos armas simultáneamente cuando Alec lograra inmovilizarle, esperando provocar daños severos al sincorazón. Seguro que con la ayuda que seguramente también brindaría Ilana acabarían con él.
Kazuki me miró confundido cuando le pregunté sobre mi traición, se me olvidaba que el hombre no sabía que había perdido mis recuerdos, el Guía tuvo que decírselo para que entendiera mi preocupación.
—Ah… —. Sacudió la cabeza el hechicero tras entender que ocurría —. Viste algo que no te gustó, Alec. Algo terrible. Un engaño que yo no desmentí —. ¿Un engaño? ¿De qué estaba hablando? —. Dejé que la culpa recayera sobre Ronin. Incluso aunque los dos sabíamos que no había sido él… No dije nada. Por mi culpa, todos creyeron que Ronin atacó a Ryota.
Trague saliva al escuchar aquello. Entonces… ¿eso me había hecho volverme contra mis compañeros? Un falso ataque de Ronin hacia Ryota tras que todos aceptáramos la paz, podía unir las piezas para saber porque ahora vivíamos en guerra. El puzle empezaba a tener forma y también podía llegar a comprender en parte mis motivos. El ataque debía haber sido grave para que se declarara la guerra y por cómo había mirado a Chihiro creía adivinar que ella era la culpable real. Podía creérmelo, después de todo era una criminal.
—Tuve miedo entonces —dije casi sonriendo por ver que no había dejado atrás a mis amigos por avaricia —. Según el Guía los recuerdos de Joker podrían afectarme y él se volvió un asesino que acababa con sus enemigos sin darles oportunidades para redimirse. Si realmente vi a Ronin hacer eso, tuve que temer el poder convertirme en copia si seguía al lado de alguien con tan poco respeto a la vida —teoricé empezando a estar más tranquilo gracias a la explicación de Kazuki, aunque también me sentía decepcionado con él, ya que no impidió que tomara aquella decisión que tantos problemas me ha causado —. Tengo tan pocos miedos que cuando los sufro actúo como un idiota… siento haberle dado la espalda, Maestro.
>>Cargaré siempre con esta traición, pero no voy a dejar que vuelva a afectarme como lo ha hecho en este Castillo. Es mejor afrontar los problemas que rodearlos como he estado haciendo hasta ahora.
Un aviso del Guía nos hizo acelerar el paso para alcanzar más rápidamente el vestíbulo del Castillo. Por el camino, el encapuchado nos fue informando de la situación del resto de Maestros y aprendices que se habían quedado reteniendo al Sincorazón y como seguramente estuviesen al límite de sus fuerzas.
Miré a Kazuki preocupado, el hombre parecía sentirse mal ante el hecho de haber venido con nosotros. Nos dirigió una sonrisa asegurándonos de que llegaríamos a tiempo, aquello parecía más dirigido a él que a nosotros, pero preferí preguntar nada más.
—Y pondré fin a la guerra. No habrá más enfrentamientos, al menos, no culpando a Ronin por algo que no hizo —añadió además consiguiendo que yo también sonriese.
En cuanto recuperase mis recuerdos aquellas palabras me ayudarían mucho para poder soportar mi error. Nicoxa animó también para que nos diésemos más prisa, incluso Ilana maulló de felicidad. Yo fui a unirme al grupo cuando el Guía me recomendó usar alguna Poción para recuperarme.
—Ya la he tomado —le respondí negando con la cabeza para dejarle claro que no hacía falta —. El aspecto escuálido no voy a poder curarlo tan fácilmente, pero gracias por preocuparte.
Continuamos ascendiendo por el interminable pasillo. No sé cuánto tiempo anduvimos, pero tras tanto tiempo Chihiro empezaba a pesar más de la cuenta y mis músculos gritaban pidiendo que les diese un descanso. No estaríamos muy lejos cuando Kazuki invocó su arma y nos hizo un gesto para que nos detuviésemos.
Al instante un Sincorazón hizo acto de presencia. No pude reconocerlo del todo, pero por su forma sabía que pertenecía a la familia de los Invisibles, quizás más fuerte que estos. Kazuki fue el que nos dio el nombre del monstruo, Invencible y tal y como había pensado, era más poderoso que su variedad de color más negruzco.
El Guía y el Maestro fueron los primeros en moverse, el primero hizo aparecer una gran cantidad de espejos que, según nos informó, desorientarían a la criatura antes de que empezara a buscarnos por nuestro corazón. Kazuki actuó de forma más directa, lanzando un poderoso hechizo de Tiempo al ser y paralizándolo, Paro, no era la primera vez que lo veía. Justo la persona que lo cargaba era la que me había permitido saber de su existencia.
—¡Rápido, quitadle la espada y matadlo! ¡Debemos despejar el camino para los demás!
Con aquel aviso del Maestro miré hacia todos los lados explorando todas las opciones hasta lograr realizar un plan. Mientras lo hacía, dejé a Chihiro en el suelo y le hice una señal al hechicero para que la apartara.
—Ilana, voy a necesitarte en esto —le hice saber a la gatita que se colocó en posición de ataque lista para saltar contra el Invencible —. Bien, vete a por su cola, quiero que se la cortes de raíz, después rajale los ojos, intenta dañárselos todo lo que puedas para que junto a los espejos le empiece a ser imposible localizarnos.
Con un maullido a modo de afirmación, la felina salió corriendo en dirección al Invisible para llevar acabo la tarea que le había encomendado. Tras eso, me giré hacia Nicoxa, mirándola directamente a los ojos… básicamente porque no podía mirarla de cuello para abajo sin sentirme intranquilo.
—Señorita Nicoxa, es algo arriesgado lo que le pido, pero necesito que derribe y le robe la espada al Sincorazón —le pedí a la mujer esperando que siguiera mi plan —. En cuanto esté en el suelo lo inmovilizare y entonces necesitaré que le clave tanto la espada como su propia Llave Espada, ¿creé que podrá hacerlo?
—¡Pan comido, Aleccito! —accedió la mujer guiñándome un ojo de forma que sentí un escalofrío recorriéndome la espalda y un rubor en mis mejillas.
Ladeé la cabeza intentando concentrarme mientras mis dos compañeras hacían lo que les había pedido. En cuanto el Sincorazón estuviera en el suelo, usaría la Sota de Tréboles para hacer crecer varias zarzas por la zona central de su cuerpo y atarlo temporalmente. Si la embestida de Nicoxa no funcionaba, la apoyaría golpeando al monstruo con las dos esferas de aire que me permitía crear la Sota de Picas.
El siguiente paso volvía a ser de la portadora de Bastión Hueco, la cual iba a encargarse de clavarle las dos espadas al demonio. Si aún seguía con vida tras eso, terminaría el asalto alargando el brazo y dibujando una línea en el aire, invocaría una Sota de Corazones bajo el cuerpo del Invencible para quemarle lo máximo posible.
Poción usada en el post anterior, pero ya lo aviso en este.
Acciones realizadas por Ilana y Alec:
—Ilana intentará cortar y arrancar la cola del Invencible
—En caso de que los simples zarpazos a la cara no sirvan: Corte cegador (HC) [Nivel 3][Requiere Fuerza 5] Ataca con las garras al rostro del enemigo con bajas probabilidades de provocar ceguera.
—Si Nicoxa no consigue tumbar al Sincorazón se usará esto: Sota de Picas[Nivel 5][Puntería requerida: 6, Poder mágico requerido: 8]. El usuario crea dos esferas de aire del tamaño de una pelota de tenis y las lanza contra uno o mas objetivos.
—Tras que el Sincorazón este en el suelo: Sota de Tréboles (HM) [Nivel 5] [Requiere Poder Mágico: 8]. Unas zarzas salen del suelo y se adhieren a los pies del rival impidiéndole moverse durante ese turno (un post). El movimiento de las manos no se ve limitado, por lo que el oponente aún puede usar hechizos y armas a distancia.
—Y si con las espadas aun sigue vivo: Sota de Corazones [Nivel 5][Poder mágico requerido: 9]: Crea una pequeña hilera de fuego bajo los pies del enemigo causándole pequeñas quemaduras e hiriendo a cualquiera que esté cerca.
No, la Sota de Diamantes no la uso xD tampoco es que me haya comido todos mis PHs con esto
