-Es mi Maestra. Se llama Iwashi. Es una persona increíble, aunque supongo que no la conocisteis, ¿verdad? De lo mejor de Tierra de Partida. Siempre era muy atenta al trabajo de los aprendices, y le encantaba enseñar, aunque tampoco le gustaba la vaguería. Ese mundo no sería lo mismo sin ella. Así que, cueste lo que cueste, ¡nos iremos juntos!
Mientras subíamos las escaleras y salíamos al exterior, Daichi seguía hablando sobre él o sobre algunas experiencias como aprendiz, conocía perfectamente Tierra de Partida y, es más, nombró a una maestra que yo desconocía totalmente. ¿Seguiría aún allí? Las únicas maestras que llegué a conocer fueron Rebecca y Yami, del resto, no sabía nada. Me mantuve callado durante todo momento, y mis palabras parecieron reconfortar a Daichi, me alegró un poco, pero seguía sospechando de él, si no era capaz de usar su Llave-Espada, no tendría corazón. Decidí esperar poco más a ver qué pretendía Daichi realmente. Finalmente, al salir de aquel peligroso agujero, me encontré junto al resto del grupo en una plaza, bajo aquel enorme cielo grisáceo. Parecía estar en algún lugar de la ciudad, no lo sabía realmente, hasta el momento Daichi nos había guiado, perdí totalmente la orientación... sólo nos quedaba confiar en él. Avancé pocos pasos más, observando el suelo, transparente y azul celeste.
-¡Tú!
Daichi exclamó nervioso, volví mi mirada inmediatamente hacia él, que señalaba a una persona bastante curiosa, de extravagante peinado y vestimenta, además, llevaba un paraguas. ¿Sería algún aprendiz de los que habían llegado con nosotros, algún aliado de Daichi, o... quién sabe quién?
Daichi inmediatamente se interpuso entre nosotros y aquella mujer. Me llegó a preocupar un poco.
¿Quién iba a pensar que sería yo quien te encontrase? Les dije a los demás que no me involucrasen en tu búsqueda. Y, fíjate, al final no has supuesto ningún esfuerzo. No puedo pasarte por alto y fingir que no te he visto, ¿sabes? Aunque me gustaría mucho. Pero, ¡mira! Me has traído a los demás aprendices. Gracias. Los habíamos perdido de vista.
¿De verdad tenía el descaro de decir aquello tan a la ligera? Había revelado muchísima información a simple vista, deduje que se trataba de una enemiga de Daichi, pero quien sabe si aliada nuestra o no, su actitud me hizo sospechar aun más de mi compañero. Sobre lo que mencionó de los aprendices, estaba claro, podía ser una de las responsables en traernos hasta aquí, ¿intentaban controlarnos o confinarnos en este mundo? No lo sabía a ciencia cierta, pero si estaba involucrada en el secuestro de aprendices, porque eso es lo que había sido, un secuestro forzoso, usaría el poder de la oscuridad. La conversación prosiguió, me mantuve callado en todo momento, era una oportunidad única para poder sacar algo de información y averiguar que pasaba realmente en ese mundo.
-No dejaré que me volváis a atrapar, Alexis. ¡No la escuchéis! ¡Es una de ellos!
-¿Capturarte? ¿Para qué? Sellaste tu destino cuando rechazaste nuestra oferta. Y, ¡mírate! ¿Ha servido para algo? Es una lástima, Daichi. Que te hayas sacrificado por nada.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------
Lo que sucedió a continuación me dejó sin palabras, totalmente. Daichi pretendió utilizar su armadura, era cierto entonces que fue caballero de la Llave-Espada, pero acto seguido esa tal "Alexis" invocó otra con la que perforó su corazón. Quedé perplejo ante aquello, no podía creerlo, murmullé muy bajo una típica palabra, intentando resistirme a lo que contemplaban mis ojos.
-No...
Daichi caía mientras se desvanecía, no pasarían muchos segundos hasta que brotó de su ser una esfera color rosa, que fue a parar ni nada más ni nada menos que a las manos de Alexis. Daichi se desvaneció totalmente... Aquel pobre aprendiz aun tenía anhelos de huir de aquel tenebroso mundo, y fue liquidado ante nosotros.
No supe explicarlo bien, pero me reconfortó el hecho de que muriera, pudo ser porque así demostraba que decía la verdad, que eran capaces de robar Llaves-Espada, o quizá... ¿por algo más? No supe describir aquel extraño sentimiento.
-Esto... esto demuestra que tenía razón, son capaces de robar Llaves-Espada...
No sabía muy bien qué decir, Alexis prosiguió con su charla.
-¿Sabéis? Era muy ingenuo. Muchas veces lo engañaba para que cumpliese las misiones que me mandaban. Sólo por eso le daré el honor de hacer un último encargo especial para mí.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Alexis dejó caer la esfera al suelo, fundiéndose ésta como si de un Sincorazón se tratase, para poco después, surgir un ser abominable. Una criatura gigante de color morado, una Armadura.
¿En aquello se había transformado Daichi? Fue lo mismo que sucedió cuando conocí a Yami, pude contemplar como un aldeano se transformaba en una de esas criaturas, ¿tenía esa tal Alexis el poder de transformarnos en Sincorazón?
-¿Qué tal si me demostráis que sois lo suficiente capaces como para que pueda plantearos la misma oferta? Y, por si se os ocurre, por un casual, intentar eludir esta prueba…
-Está claro que esto no es un juego...
Chasqueó los dedos y unas extrañas barreras surgieron a nuestro alrededor. Debíamos encarar sí o sí a aquel ser de gran tamaño... ¿Y de qué oferta hablaba? Lo primero era vencer a aquel monstruo para resolver dudas luego, aunque el hecho de que robaran Llaves-Espada me hizo temer aún más.
-Pues tenemos pocas opciones... mirad bien su estructura, sus manos y sus pies están separados del cuerpo principal, imagino que tendrá capacidad de mover éstas a su antojo como si del pequeñín amarillo de antes se tratara. Creo... -no sabía muy bien qué estrategia seguir frente a aquella cosa, desconocía de qué era capaz-. Creo que tenemos dos opciones... -Intenté analizar la situación, eramos pocos y visto lo visto antes, yo no duraría mucho contra la cosa esa, debía pensar algo bien-. O bien hacemos piña y aguantamos para centrarnos en sus miembros e ir mermando sus fuerzas poco a poco o... que cada uno se encargue de un miembro para luego atacar el cuerpo principal... pero eso será difícil, yo solo no podré...
Intenté analizar la situación lo mejor que pude ante este inesperado acontecimiento. Nos jugábamos la vida allí, en medio de la nada, en ese instante comprendí la responsabilidad que era tener una Llave-Espada, yo, que había sido una persona común más en Villa Crepúsculo, ahora debía enfrentar a aquel ser. No podía echarme atrás.
-¿Qué decís? El primero en atacar llevará ventaja.
Me mantendría en la retaguardia, observando sus movimientos. Por ahora esperaría allí mismo e intentaría evitar cualquier golpe que diera si se acercaba demasiado, y si tenía la oportunidad, contraatacar con mi Llave-Espada.
Y fue en ese momento cuando comprendí por qué me frustró la muerte de Daichi, no pude sacarle suficiente información cuando estuve a tiempo.