La Puerta Final (Fic para KH III) ^^

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Notapor Saori Kido » Lun Dic 22, 2008 5:12 pm

Hola :D
estubo de fabula OwO
y estan mejor asi los dialogos ;DD
jeje. Ahora q me doy cuenta...
Tanto Roxas como Namine no han hablado aun O.O
q raro... :S
me duele el alma con eso que les paso a los BbS (para abreviar -_-)
Tambn feliz navidad a ti ^^
nos vemos. Bye bye
Saori Kido
 
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Notapor Sophonax » Mar Dic 23, 2008 2:16 pm

Así esta mucho mejor xDD

Este es el mejor capítulo que has escrito :D
[center] Una obra de arte de Risoka
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Gracias Kiba
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Notapor Yari is watching you » Sab Dic 27, 2008 7:22 pm

Bien, vuelta a los guiones narrativos :3
Me ha gustado mucho un concepto que he sacado: Los unbirth nacen a partir de los retazos de recuerdos de los que nos desprendemos, nuestros temores, nuestras pesadillas...
Me están dando un poco de miedo las OC que has metido en la historia, que encima tienen mucha importancia en la historia. Temo haber visto rasgos marysuescos en ellas >_<
Pero vamos, está muy bien narrado, sigue así ^^
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Notapor Lynx » Dom Dic 28, 2008 9:25 pm

Gracias a todos por comentar.
Aquí dejo el siguiente capítulo. Espero que les guste y comenten.
Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo :D .

CAPÍTULO XIX: El comienzo de una aventura

Todo en calma de nuevo, y sin embargo aquellas imágenes seguían inundando la mente de Lenneth… personas felices que ni siquiera conocía, y a las que sin embargo creía echar de menos, momentos que no había vivido y que echaba en falta como el aire para respirar…

Notó algo extraño.
Se giró rápidamente… y allí no había nadie. Trató de tranquilizarse mientras aquellos extraños recuerdos dejaban de agitarse en su interior.
Se giró de nuevo, tranquila.

Un chico de pelo rubio y ojos azules la miraba. Ella no se asustó.
Aquel chico era quien había aparecido antes que aquella extraña mujer… le había ayudado. Y, por alguna extraña razón, se sentía bien teniéndolo allí. El chico parecía triste… ella le sonrió con dulzura.

— Hola—dijo la chica, sin parar de sonreírle— ¿Puedo preguntarte quién eres?
— Me llamo Ventus—contestó el chico, algo animado por la sonrisa de Lenneth—Pero puedes llamarme Ven. Mis amigos me llaman así.
— Encantada, Ven. Yo soy Lenneth, y mis amigos me llaman así—la chica soltó una tímida risa al percatarse de la tontería que acababa de decir. El chico también sonrió.
Ambos se quedaron un silencio un rato. La situación era algo extraña… y los dos no sabían muy bien qué decir. Seguían sonriendo, sin saber qué otra cosa hacer…
— ¿Sabes?—dijo Lenneth de repente, para romper el silencio—Tienes una sonrisa muy bonita… Deberías sonreír más a menudo.
El chico soltó un lacónico suspiro, aunque sin dejar de sonreír.
— Quizá sí… Pero me cuesta sonreír.
— Tú… ¿conocías a ese chico?—preguntó Lenneth, señalando el lugar en el que hacía escasos segundos había estado el chico de pelo castaño.
— Es… era… mi mejor amigo—contestó el chico, otra vez con la expresión de tristeza en el rostro.
— ¿Era? ¿Ya no sois amigos?
— Bueno… digamos que hemos perdido contacto… Pero supongo que… seguimos siendo amigos.
— A mí me han dicho que no importa lo lejos que estén las personas unas de otras… siempre que las llevemos… aquí—Lenneth puso su mano sobre el pecho, justo sobre el corazón.
Ven no pudo evitar una sonrisa nostálgica. El chico hizo lo mismo.
— El corazón…—los dos retiraron las manos—Adivino quién es la persona que te ha dicho eso…
El chico sonrió de nuevo. Lenneth se ruborizó ligeramente. Estaba muy claro quién se lo había dicho… y seguramente Ven, que la había protegido antes, conocería a esa persona.
— Gracias por lo de antes—dijo Lenneth.
— No tiene importancia… Yo prometí que te protegería…
— ¿Prometer? ¿A quién…?
— No puedo decírtelo—se limitó a contestar el chico. Lenneth se entristeció ante esa respuesta—Lo… lo siento.
— No pasa nada—la chica le dedicó otra sonrisa.
— Creo que yo… quizás debería irme ya…
— ¿Nos volveremos a ver?—preguntó Lenneth.
— Claro que sí… Iré donde tú vayas.
— Entonces… somos amigos—Lenneth sonrió esta vez de una manera diferente. Sus ojos cielo hicieron que Ven se sintiera… vivo. Por primera vez desde hacía mucho tiempo se volvió a sentir como alguien normal, y no un… fantasma.
— Sí… amigos—el chico también sonrió. Lenneth se acercó a él y le abrazó.

El chico se puso colorado como un tomate. Los primeros segundos fue algo embarazoso, pero después notó… un latido.
Otro más. Y otro…
Él le devolvió el abrazo. Ven volvió a sentir como un corazón latía en su interior. Volvía al pasado. Recordaba todos aquellos momentos felices que había vivido junto a sus amigos… y volvía a sentirse como se sentía antes. Feliz y… vivo.

La maravillosa sensación se fue desvaneciendo poco a poco mientras se separaban.
— Nos vemos pronto, ¿vale?
— Sí. Pero… será nuestro secreto. Se suponía que tú no debías saber nada de esto…
— No te preocupes, no se lo voy a contar a nadie—la chica le guiñó un ojo, divertida, y se marchó de allí diciendo adiós con la mano.

Ven se quedó solo.
Se sentía inundado por una maravillosa sensación de alegría. Aquella chica tan dulce le había hecho el mejor regalo que él habría podido pedir… le había devuelto la vida durante unos escasos pero felices segundos.

Una lágrima resbaló por su mejilla.
Ahora no le importaba lo que pasara… Ya no se trataba de él, o de una princesa…

Ahora… protegería a su amiga.

********************

Aqua había desaparecido tan pronto como había aparecido.
Onix se maldijo cuantas veces pudo para sí misma. Lo único que había hecho Aqua había sido distraerles para que Terra pudiera ir tras Lenneth…
Pero se alegraba, porque Lenneth se había defendido sola. Quizá no hiciera falta tener que seguir haciendo de mala… aunque a la chica le encantaba representar ese papel.

No iba a dejar que nadie la destrozara como hicieron con su madre.
No, a ella no le iba a pasar eso…

— Onix—la voz de su hermana la sacó de su ensimismamiento.
— Dime… ¿qué pasa?
— Lenneth, Sora, Donald y Goofy ya se han marchado de Vergel Radiante. ¿No deberíamos seguirles…?
— Sí… está bien. Vamos.
— Ven viene con nosotras. Riku, por su parte, parece haber partido antes que Sora y los demás, hacia otros mundos, para buscar más cristales de la memoria. Kairi, Roxas y Naminé se quedarán en Vergel Radiante… al parecer, usarán la casa de Merlín como un punto de conexión… una especie de base.
— Bien, lo tienes todo bajo control. Nosotros seguiremos a Lenneth… tenemos que proteger a la princesa, eso, ante todo.
— Bueno, tenemos que proteger a… nuestra hermana.
— Llámalo así si quieres—contestó secamente la muchacha de pelo plateado.

Onix se desvaneció en medio de un portal de oscuridad.
Xion no se enfadó por la sequedad de su hermana. Probablemente había estado pensando de nuevo en su madre, y aquello siempre la hacía ponerse triste.
Onix no había superado la pérdida de su padre. Jamás había podido soportar los sufrimientos de su madre, y cuando finalmente la perdieron, Onix se había enmascarado tras una coraza de frío carácter, ocultando las heridas de su corazón…

Tal vez… cuando llegaran al final de todo…
Cuando Onix estuviera junto a sus dos hermanas, quizá lograrían hacerla volver a su antiguo ser… sonriente como antes.
Eso era lo único que Xion pediría… volver a estar juntas, pero con una hermana más…

Miró hacia la casa de Merlín desde lo alto del muro en el que se encontraba… Roxas paseaba por allí. Apartó la vista… Aquello le dolía, y no iba a estar más tiempo torturándose con un amor imposible. Se desvaneció en medio de un portal… y se dirigió a recoger a Ven.

Al cabo de unos pocos segundos, la chica se había marchado de Vergel Radiante… sin volver la vista atrás.

********************

Roxas miró hacia lo alto del muro…
Juraría que allí había alguien, pero… no había nadie. Sin embargo, el chico habría jurado que…

— ¡Roxas!
Naminé lo llamó, saliendo de la casa de Merlín.
— ¿Vas a dar un paseo? Te acompaño, ¿vale?—dijo la chica, sonriendo.
— Ah… vale. No hay problema.

Ambos subieron las escaleras, y se quedaron mirando, a través de las verjas de metal, la vista del castillo en ruinas que se alzaba en la lejanía…
— No es una vista muy bonita—comentó Roxas.
— Sería bonito poder volver a ver el mar…
— ¿El mar?
— Sí… El mar es como… si fuera libertad.
— ¿Libertad?—el chico no entendía lo que Naminé quería decir.
— Sí, ya sabes… Ahora que somos humanos… me pregunto… ¿Qué haremos cuando todo esto acabe?
— ¿Acabar? ¿A qué te refieres?
— Si Sora logra finalmente cerrar la última cerradura… los mundos quedarán separados de nuevo, ¿no?
— Eso creo…—ahora Roxas lo entendía. Naminé y él ahora eran humanos, pero no eran de ningún mundo. Quizá acabaran en Villa Crepúsculo, donde todo empezó… o quizá no…—Pero, pase lo que pase, seguiremos juntos. Lo hemos prometido.

Roxas sonrió, y Naminé hizo lo mismo.
— Gracias, Roxas…
Por un instante, el rostro de Naminé pareció transformarse en el de una chica de pelo morado… alguien que ya había pronunciado esas mismas palabras tiempo atrás…
Roxas parpadeó y aquella extraña sensación se desvaneció…

Se quedaron en silencio, mirando el castillo.
No importaba donde fueran. Estarían juntos, y siempre recordarían a sus amigos.
Eso era lo que importaba.

********************

Mientras tanto, Lenneth se encontraba en la nave con Sora y los demás.
Pensaba en todos los amigos que había hecho, y los que haría en el futuro. Ahora no pensaba en lo que podría pasar… sólo le importaba estar con sus amigos.

Ahora le importaba lo que sabía que había empezado…
Aquello era el comienzo de su viaje.
Primero los colores. Luego los humanos...
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Notapor xara » Dom Dic 28, 2008 9:53 pm

Como siempre te digo,la historia esta genial.
Sigue asi y feliz navidad.
PD:Siempre soy la primera en comentar es verdad xDD
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Notapor Lynx » Lun Dic 29, 2008 11:21 pm

Bueno, gracias xara, por comentar. Te lo agradezco de veras que siempre comentes, y en este capítulo vas a ser la única xDDD
Yo pongo ya el siguiente, que anoche no podía dormir y me puse a escribirlo, a ver si les gusta, y espero que comenten xDDD porfaaa T.T

(Gracias otra vez, xara ;D)
Felices Fiestas a todos =D

CAPÍTULO XX: Ciudad de la Navidad (1ª Parte)

La nave había aterrizado en una plaza con una fuente en el centro. Todo estaba repleto de adornos navideños, y la apariencia de Sora y compañía había cambiado por completo. Tanto Sora como Donald y Goofy llevaban trajes rojos y blancos, con sus respectivos gorros con pompón.

La única que seguía igual era Lenneth.
La chica comenzó a reírse a carcajadas al percatarse del aspecto de sus acompañantes.

— ¡Ah, qué graciosos estáis!—exclamaba la chica entre risas, sin poder apenas contenerse.
— ¿No es ésta la plaza de Ciudad de Halloween?—preguntó Goofy, apartándose el pompón de la cara—Esta vez si que está adornada para Navidad.
— Y tanto… Ni siquiera parece Ciudad de Halloween. Hasta nuestros trajes se confunden—dijo Sora, mirando su traje de Papá Noel.

En ese momento Lenneth resbaló con la nieve, y cayó dando de bruces en la mullida capa blanca que cubría el suelo de la plaza. Ahora eran sus acompañantes los que se mofaban de ella.
La chica tenía los ojos lagrimeando, en parte por la risa, en parte por el dolor que sentía debido a la caída. Cogió un puñado de nieve, que le dio a Sora en pleno rostro.

El chico miró a Lenneth con expresión de sorpresa. La chica se levantó de un salto, riendo, y se alejó de ellos corriendo.
— ¡Guerra de bolas de nieve!—exclamó la chica, lanzando sendos puñados de nieve a Donald y Goofy.
La chica siguió corriendo, riendo. Sora salió tras ella, al igual que Donald y Goofy. Comenzaron a jugar entre la nieve.

********************

Onix caminaba a paso ligero por la nieve.
Xion y Ven la seguían sin mucho ánimo. Xion se agachó un momento, cogió un puñado de nieve, y…

— Ni se te ocurra—dijo Onix, sin apartar la vista del camino.
— Oh… ¿es que tienes ojos en la espalda?—se lamentó la chica, soltando un bufido.
— No, pero te conozco lo suficiente como para saber que te encanta hacer tonterías con la nieve…
— No son tonterías… son bolas.
— ¿Se supone que eso era un comentario ingenioso?—replicó su hermana, mirándola irónicamente.
— Odio cuando haces eso.
— ¿El qué?
— Ser tonta—dijo Xion, enfurruñada.
— Mejor seguimos andando…

Onix se giró y siguió caminando.
Xion ya se disponía a seguirla sin rechistar, pero Ven le guiñó un ojo, con una bola de nieve en la mano…
Las dos bolas de nieve dieron de lleno en el objetivo, y Onix se tropezó y cayó, acabando con la cara enterrada en la nieve. Ven y Xion rompieron a reír a carcajadas.

— Ah, no… Ah, no…—repetía Onix mientras se levantaba y se quitaba la nieve de encima—Ésta me la vais a pagar…
— ¡Pues ven a por nosotros!—exclamó Xion, riéndose. Ella y Ven corrieron, alejándose de la enfadada Onix.
— ¡Os vais a enterar!—exclamó la chica de pelo plateado, persiguiéndolos y lanzando bolas de nieve. Parecía que ellos también se divertían…

********************

— Jack… Jack… ¡Jack! Tenemos… tenemos que hacer algo… ¡ya! Nuestra ciudad está plagada de nieve, arbolitos, y decorados de… Navidad… ¡Esto es muy grave!
— Ya lo sé, alcalde… Trato de pensar en la manera de solucionarlo.
— ¡Piensa más rápido! Por todos los murciélagos del mundo, si esto sigue así, ¡Halloween se irá al garete!
— ¡Ahora mismo estamos en Navidad! Quizá Santa Clavos nos haya prestado la Navidad después de todo. Al fin y al cabo, Halloween fue hace poco, e hice un trabajo digno de mí. A lo mejor…
— ¡Noooo! ¡Ni hablar del peluquín!—exclamó el alcalde. Su cabeza había girado, y ahora mostraba la cara triste. Otra vez estaba agobiado—Ya tuvimos suficiente con la otra vez. ¡Esto es Ciudad de Halloween! ¡No Ciudad de la Vanidad!
— Navidad—corrigió el rey calabaza.
— ¡Cómo se llame!—exclamó el alcalde, dando saltitos de impaciencia con sus cortas piernas—Hay que arreglar este lío como sea.

El alcalde salió del laboratorio corriendo.
Jack le siguió, dejando al doctor y a Sally en el interior del laboratorio. Sabía que no podían dejar que Ciudad de Halloween acabase convertida en la Ciudad de la Navidad, pero Jack aún no había renunciado del todo a su deseo de ser “Santa Clavos” por un día.

— ¡¡¡Jack, mira allí!!!—exclamó el alcalde.
Jack salió de repente de su ensimismamiento. En la plaza de la guillotina (que ahora llamaban plaza de la serpentina, por los adornos de Navidad) había cuatro personas jugando entre la nieve. Y tres de ellas…
— ¡Sora! ¡Donald! ¡Goofy!—exclamó Jack, eufórico, bajando hasta la plaza rápidamente.
Sora y compañía exclamaron su nombre, dejando la guerra de bolas de nieve, y corrieron hacía él.
Jack los abrazó a los tres con sus largos brazos.

Lenneth se quedó mirando la extraña escena, mientras se sacudía la nieve del pelo. Un esquelético personaje vestido de negro, con una cabeza semejante a una calabaza, de color blanco… que se llamaba Jack. Al parecer conocía a Sora y los demás. Ya le habían contado los viajes que Sora, Donald y Goofy habían hecho, pero jamás había pensado que pudiese existir un sitio y unas personas así…

Pero aún más extraño le resultó ver al alcalde; un hombrecillo pequeño y rechoncho, con dos caras que cambiaban según su estado de ánimo, al Dr. Finkelstein; con una enorme cabeza que se podía abrir y cerrar a su antojo, y una cara semejante a la de una rana, en silla de ruedas; y a Sally, una muñeca hecha a partir de retales, fabricada por el Dr. Finkelstein.

Una vez hechas las presentaciones, y habiendo expuesto el problema a Sora y compañía, el Dr. Finkelstein propuso que fueran todos a Ciudad de la Navidad, para consultar a “Santa Clavos”.
Se pusieron en marcha, añadiendo al grupo a Jack, que les guió a través de la ciudad hasta el bosque donde se hallaba la puerta a Ciudad de la Navidad.
— ¿En serio Santa Claus va a saber por qué la Ciudad de Halloween está como la Ciudad de la Navidad?—preguntó Lenneth, mientras Jack abría la puerta con forma de árbol de navidad de uno de los troncos del bosque.
— Pues…—Sora no sabía muy bien qué contestar—No sé. ¡Pero podremos ver a Santa Claus de nuevo!
Donald miró a otro lado, poniendo los ojos en blanco. Goofy y Jack no hicieron nada en especial. Sora se percató de su infantilismo y se ruborizó ligeramente. Lenneth le sonrió. Se había dado cuenta de la vergüenza del chico.
— Está bien. Será la primera vez que vea a Santa Claus…

********************

Onix, Xion y Ven ya estaban en Ciudad de la Navidad.
Vieron llegar a Sora y los demás. Como de costumbre, al llegar por la puerta del árbol, los cinco se dieron un monumental batacazo contra el suelo. Mientras se levantaban del suelo, los otros tres los observaban desde el tejado del taller de Santa Claus.
— Bien, ahí los tenemos. Sora, Donald, Goofy, Lenneth, y el admirador de “Santa Clavos” —comentó Onix con parsimonia.
— Jack Skelleton—puntualizó Xion.
— Sí, Jack—Onix permaneció en silencio un rato. Sora y compañía bajaban por la ladera en dirección a la casa de Santa Claus. De vez en cuando alguno resbalaba y caía al suelo. Todo muy tranquilo…— ¿Qué unbirth crees que ha hecho esto?
— Ni idea… Debe ser uno que se duerme, porque aún no he visto ni un solo unbirth—contestó Xion.
— No tardarán mucho en aparecer, eso seguro.
— Pues ojalá que lo hagan pronto—dijo Xion—Necesito algo de acción. Me aburro como una ostra…
— Móntate en el tiovivo—sugirió su hermana, irónicamente.
— Yo pensaba en algo más… no sé… ¿entretenido?
— ¿Siempre tenéis conversaciones tan raras?—preguntó Ven, mientras Sora y los demás entraban en la casa.
— Sólo si nos aburrimos—contestó Xion.
— Pues creo que ya tenemos algo para entretenernos—dijo Onix, señalando la ladera de nieve que conducía a la casa de Santa Claus. Una criatura redonda de color rojo y negro se movía por ahí—Parece que por fin van a empezar las presentaciones.
— ¡Bien!—exclamó Xion, poniéndose en pie de un salto—Voy a darles una patada en el culo a esos unbirths y…
La chica no pudo acabar la frase. Resbaló con la nieve del tejado y cayó al suelo produciendo un terrible estruendo. Ven y Onix bajaron a ver cómo estaba.
— ¡Xion! ¿Estás bien?—preguntó su hermana, preocupada. Xion se incorporó como pudo, frotándose la espalda.
— Sí… nada como una buena caída desde el tejado… no te fastidia…
— Eso es que está bien—le dijo a Ven, que parecía preocupado. Onix sonrió mientras su hermana intentaba recomponerse.
— Bueno, ¿qué tal si les enseñamos a esos bichos quién manda aquí?—Onix asintió con la cabeza. Los tres se dirigieron hacia la figura. Ya no había tan sólo una… Los unbirths habían comenzado a aparecer uno tras otro, sin parar, e inundaban la plaza de Ciudad de la Navidad.

Xion, Onix, y Ven comenzaron a luchar contra los unbirths.

********************

Lenneth ahora también vestía con un traje rojo. El regalo de Navidad que le había ofrecido “Santa Clavos” había sido un traje especial, como el de Sora, que cambiaría de aspecto en algunos mundos.
Mientras tanto, habían consultado el problema de Ciudad de Halloween.
— Es posible…—musitó el hombre de barba blanca. Se quedó pensativo un rato…
— ¿Qué? Por favor, Santa Clavos, necesitamos solucionar esto como sea—Jack estaba ansioso, mientras los demás esperaban a que Santa les diera una solución.
— Hace unos días ocurrió algo extraño en el taller… Varios muñecos desaparecieron.
— ¿Acaso merodeaban por aquí Lock, Shock, y Barrel?—preguntó Jack.
— Eso pensé yo… Pero uno de mis ayudantes aseguró haber visto a los muñecos caminar solos, saliendo del taller…
— Ah… Lamento interrumpir la charla, pero… ¿habéis visto lo que hay ahí fuera?—Lenneth señaló la ventana con gesto de preocupación.
Fuera había cientos de unbirths, y aquellas chicas y el chico parecido a Roxas estaban combatiendo contra ellos.
— ¡Los unbirths!—exclamó Sora. El chico salió de la casa, seguido por el resto del grupo. Lenneth se dispuso a seguirles, pero Jack le cortó el paso.
— Es demasiado peligroso. Mejor que te quedes aquí. Nosotros podremos con ellos.
La chica se dispuso a replicar, pero Jack le cerró la puerta en las narices. Lenneth volvió para dentro, enfurruñada.
— Vamos, vamos…—le dijo Santa—No te enfades. Puedes irte al taller. A lo mejor encuentras algo para hacerle un regalo a Sora.
Lenneth se puso colorada como un tomate, y miró a Santa Claus con expresión de sorpresa.
— ¿Yo…? ¿Por… por qué iba a…? Eh… Oh…—la chica se quedó sin saber qué decir. Santa había dado en el clavo (n. del a: no es un juego de palabras malo xD salió sin querer).

Santa señaló la puerta que daba al taller.
Lenneth se dirigió hacia allá, dándole las gracias a Santa. Le pareció que el hombre se había divertido un poco a su costa, pero no le dio mayor importancia. Al menos tendría algo que hacer mientras tanto.
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Notapor Sophonax » Mar Dic 30, 2008 12:02 am

Alabado seas Lynx :midios: :midios: :midios: :midios: :midios: :midios:
me gusta como narras, me recuerdas un poco a Laura Gallego xD

Me gustaria ser tan culto como tu :midios:

PD:siento no poder comentar mucho ultimamente, me han quitado la torre y solo me puedo conectar (a duras penas) con mi portatil, que por cierto se llama Regina y es alucinante :beso:
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Notapor Yari is watching you » Mar Dic 30, 2008 10:31 pm

Pese a que hay mucho diálogo está muy bien, además, ha habido momentos muy divertidos ^^
Has mejorado mucho la redacción y se nota, ¡sigue así! =D
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Notapor Lynx » Dom Ene 04, 2009 7:29 pm

Bueno, pues muchas gracias a Roxas_7 y a Yari por tomarse la molestia de opinar. Aquí les dejo el siguiente capítulo, a ver si ya opina más gente T.T me hacía ilusión que opinase más gente T_T

CAPÍTULO XXI: Ciudad de la Navidad (2ª Parte)

El taller de Santa Claus era bastante acogedor, y de todas formas, a Lenneth no le importaba demasiado tener que quedarse allí mientras los demás luchaban contra los unbirths… Al menos, estaría más tranquila, pero no podía evitar cierto enfado por haberla dejado al margen. Si precisamente había querido aprender a luchar era para evitar situaciones como ésa… Se dijo a sí misma que no conseguiría nada con esa actitud, y decidió ponerse manos a la obra. A lo mejor conseguía hacer un buen regalo con los materiales que allí había.

********************

Terra se sentía satisfecho.
La chica había aprendido a defenderse de una manera realmente rápida, y eso significaba que El Maestro optaría por otra táctica que no fuera el ataque directo. Lo cierto era que se había dejado ganar con facilidad… el golpe de Lenneth fue fuerte, pero ni por asomo lo suficiente como para tumbarle.

Lo único que le preocupaba era… lo que había pasado cuando la chica se había acercado a él. Sus recuerdos habían cobrado vida propia, y durante un instante, la chica y él habían quedado… ¿conectados? El muchacho no sabía muy bien qué había pasado, pero seguía dándole vueltas, angustiado.
Se tumbó en la cama, mirando al grisáceo techo. Como de costumbre, todo el castillo se encontraba en penumbra, y la poca luz que había provenía de las antorchas de los pasillos. A través del ventanal de su habitación, Terra podía ver el cielo de la eterna noche de aquel lugar.

Una luna azul con forma de corazón se reflejaba en el iris marrón de sus ojos, mientras aquellas imágenes volvían a su cabeza…
No comprendía por qué las cosas se tuvieron que torcer de aquella manera… Años atrás habían pasado por un martirio, y ahora… ¿se iba a repetir la historia? Mientras los ojos se le anegaban en lágrimas, se repitió a sí mismo que no iba a dejar que ocurriese de nuevo.
Se incorporó, sin derramar una sola lágrima. No iba a perder tiempo recordando el pasado… Iba a hacer todo lo posible por acabar con aquella historia lo más pronto posible.

— ¿Terra?—Aqua asomó por la puerta de su habitación. La chica entró, dejando la puerta abierta del todo. La habitación se iluminó un poco más con las luces del pasillo.
— ¿Ocurre algo?—preguntó el muchacho, mientras Aqua se sentaba a su lado—Di, ¿qué pasa?
— Nada—se limitó a contestar la chica—Xehanort no tiene intención de hacer nada de momento. Sólo vine a hacerte compañía.
— …
— ¿Crees… crees que Xion y Onix nos odian?
— ¿A qué viene eso?—el chico parecía desconcertado.
— Cuando luché con ellas para distraerlas, como ordenó Xehanort… Sólo vi odio en sus ojos…
— Bueno… al fin y al cabo, capturamos y encerramos a su madre. Es normal si nos odian.
— Pero…—Aqua bajó la mirada, apenada—Hace diez años, nos ayudaron. Éramos amigos…
— Hace diez años Ven seguía vivo, y yo era humano—respondió el chico con sequedad—Y ellas sólo nos ayudaron para salvar a su hermana, por orden de su madre. No te engañes, para ellas no significamos nada.
— ¿Eso crees?—Aqua levantó la mirada. Los ojos, bañados en lágrimas, parecían reflejar cierto resentimiento hacia el muchacho—Ellas te salvaron en más de una ocasión; arriesgaron su vida por ti, por Ventus y por mí… Hicieron más de lo que deberían haber hecho, y estoy segura que lo hicieron por amistad.
— Aunque así fuera, no creo que sigamos siendo amigos—el chico no parecía dispuesto a discutir.
— Deberíamos hablar con ellas… explicarles lo que está pasando. Nos ayudarían a salir de este infierno—la voz de Aqua temblaba—No aguanto más…
— …

Un largo silencio inundó la habitación.
Terra permanecía en silencio, y Aqua luchaba por contener las lágrimas. El chico se sentía incómodo en aquella situación, pero no sabía qué decir. No quería arriesgarse más de lo que debiese…

— Otra vez lo mismo, Terra…—dijo la chica, dejando escapar las lágrimas. Parecía realmente enfadada—Rechazas la posibilidad de que los demás te ayuden, te refugias en ti mismo, y ni te planteas la posibilidad de salir de aquí… ¿Sabes por qué lo haces…? Porque tienes miedo… Miedo. A acabar como Ven, a que todo se te vaya de las manos… Eres un cobarde, y te da más miedo aún aceptarlo. Tienes miedo de tus miedos…
— ¡¡Cállate!!
El chico se paró.
No podía creer lo que había estado a punto de hacer… Su puño cerrado se había frenado a escasos centímetros de la chica, que lo miraba con sorpresa y rabia.

— Aqua… yo…
La chica se levantó y se fue de la habitación sin decir una palabra.
Terra se quedó a solas de nuevo, con la cabeza hecha un lío, y sintiendo un dolor que le resultaba familiar desde hacía tiempo. Otra vez se dejaba inundar por la tristeza.
¿Cómo había podido ponerse de esa manera…? Aqua había destrozado su vida para que él pudiera volver, y se lo agradecía así…
— Lo siento…—musitó el chico, cerrando los ojos, y dejando la mente en blanco. Se durmió al poco rato, mientras el manto de estrellas de Moonlight World fulgía sobre el castillo…

********************

Parecía que Sora y los demás ya habían vuelto…
Seguramente, Xion, Onix y Ven se habrían marchado, como de costumbre. Lenneth contempló su obra ya acabada.
Un llavero con un peluche con forma de Sora… no le había quedado tan mal después de todo. Sonrió. A ella le bastaba con que a él le gustara… pero… Por un segundo pensó en lo tonta que estaba siendo. Se estaba enamorando de un chico que ni siquiera la quería… había hecho un regalo aún sabiendo que no sería nada especial…
Se descubrió a sí misma celosa, y no podía ni creérselo.
Algo explotó de repente, haciéndola saltar del sitio. Asustada, comprobó que tan sólo había sido la máquina de envolver regalos. Algún fusible habría estallado, o algo por el estilo…

O quizá…
Algunas veces, cuando aún vivía en su antigua ciudad, como Cecilia, solían pasar cosas raras cuando se alteraba… Quizá sus celos hubiesen provocado…
— Qué tontería…—se dijo a sí misma. No obstante, decidió no pensar en ello. Sabía que sólo conseguiría hacerse daño dándole vueltas al asunto… Y si estaba celosa de Kairi tampoco era nada raro. Pero se hizo prometer que no se metería en medio… sólo quería que Sora fuese feliz… o eso se obligaría a pensar…

Se puso triste. Sintió los ojos húmedos.
— ¿Qué te pasa?
La chica se giró. Una niña pequeña había aparecido de la nada. La niña tenía los ojos y el pelo de color negro, y la miraba de forma extraña. Lenneth se tranquilizó al comprobar que sólo era una niñita.
— ¿Por qué lloras?
— Oh, no es nada…—Lenneth se enjugó las lágrimas. Le daba un poco de vergüenza que la niña la viera llorar— ¿Qué haces tú por aquí, pequeña?
— Busco a alguien con quien jugar—contestó la niña inocentemente.
— ¿Alguien con quién jugar? ¿Y qué…?

Lenneth no pudo acabar la frase.
Los ojos de la niña parecían atontarla. De pronto se olvidó por completo de los celos y la tristeza que la habían estado rondando. Se olvidó de Sora y de lo que sentía por él.
— ¿Vamos a jugar?—preguntó Lenneth.

La niña sonrió.
Algo maligno parecía esconderse tras su sonrisa…
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Notapor Sophonax » Dom Ene 04, 2009 7:53 pm

Pues te ha quedado bastante bien este capítulo.En mi opinión, creo que el punto fuerte del fic es la história de Terra y Aqua. Me gusta la importancia que le das a los personajes femeninos (mi preferido es Onix xD) y la seriedad que le das al fic. También me gusta que no predominen las escenas de batalla en el fic, porque normalmente me resultan un poco aburridas de leer en los fics . Aunque lo que no termina de convencerme (casi nunca estoy satisfecho completamente con algo xD) es como terminas los capítulos. Se que es para darle misterio al asunto pero personalmente prefiero no saber determinados detalles cruciales al final de cada capítulo, como la sonrisa siniestra de la niña xD.

Pero no olvides que lo más importante es que te guste a ti. De momento ya me tienes ganado :D
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Notapor xara » Dom Ene 04, 2009 9:36 pm

Soy tonta me olvide de comentar el otro capítulo :cry: :cry:
Bueno,como siempre,esta perfecto.Me encanta tu historia.
Sigue asi :bravo: :bravo:
PD:Ya veo que no soy la unica que tiene escased de comentarios en su tema.

Feliz 2009!!!!
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Notapor Aru-sama » Dom Ene 11, 2009 12:10 am

:nervous: o simplemente es genial tu fic, pues aunque no lo creas antes de registrarme lo lei desde el primero, y revisaba constante a que pusieras el sig. capi., sigue asi siento igual que vas mejorando capitulo tras capitulo.

Ya quiero ver que paso con lenneth, y esa niña, :cry: odio el suspensé(como yo le digo :3)
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Notapor Lynx » Lun Ene 19, 2009 8:52 pm

Gracias a todos por comentar. A xara por comentar siempre, a Roxas_7 porque su comentario me ha dejado impresionado (creo que es de los mejores OwO) y a Aru-sama, que me alegra que te guste la historia :D

Lamento tardar tanto, pero tengo problemas para conectarme a internet (el vecino puso contraseña xD), y además esta semana ando muy liado. Intentaré poner el siguiente capítulo lo más pronto posible, perdón por las molestias. T_T

Ciao
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Notapor xara » Lun Ene 19, 2009 9:32 pm

Bueno,aquí te esperaremos xD.
Tu vecino tenía que poner contraseña :abatido:
Suerte con lo del internet y gracias por toda la historia que nos escribes :wink:
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Notapor Lynx » Lun Feb 23, 2009 11:17 pm

Dejo el siguiente cap, muy corto y bastante mal escrito, pero teniendo en cuenta que probablemente me vaya del foro y que ni siquiera tenía pensado seguir el fic, espero que me disculpen T3T no sé si comentarán mucho después del largo tiempo sin actualizarlo, pero aquí lo dejo por si acaso.

Ciao!!


CAPÍTULO XXII: Umbría

Cuando Sora y los demás llegaron al taller se encontraron con una desagradable sorpresa: Lenneth había desaparecido. Nadie la había visto salir, así que era probable que se la hubieran llevado de allí.
— ¿Creéis que han podido ser ellos?—sugirió Sora, refiriéndose a Ven, Xion y Onix.
— Pero ellos no mandaron a los unbirths—dijo Donald, pensativo—Además, nos ayudaron…
— Sí… Pero, ¿quién ha sido entonces?
— Chicos, ¿habéis visto eso?—preguntó Jack, señalando por la ventana del taller. Fuera, algunos de los adornos de Navidad habían comenzado a cambiar y a transformarse en adornos de Halloween. Además, habían vuelto a aparecer unbirths, esta vez de aspecto más siniestro.
— ¡Oh, no!—se quejó Donald, llevándose las manos a la cabeza— ¿Aquí también se está poniendo todo del revés?
— ¡Mirad eso!—exclamó Goofy. Por entre aquellos seres corría una niña pequeña, en dirección a la Plaza Nevada, donde en su última estancia Sora y compañía habían derrotado al experimento de Finkelstein. Y delante de aquella niña iba…
— ¡¿Lenneth?!—exclamaron todos al unísono, mientras la niña y ella desaparecían de su vista, sin que los unbirths hicieran nada por detenerlas.

Sin pensarlo dos veces, salieron tras ellas, eliminando a los unbirths a su paso. A su llegada a la plaza, tan sólo estaba la niña, mirándolos con una sonrisa extraña…
— ¡Eh, tú!—exclamaron todos— ¿Qué le has hecho a Lenneth?
— ¿Yo?—preguntó la niña, señalándose a sí misma con gesto inocente—Yo no he hecho nada… A propósito, ¿queréis jugar?
De la nada aparecieron tres balones que impactaron sobre Donald, Goofy y Jack, haciéndolos caer al suelo. La niña se abalanzó sobre Sora que, distraído, también cayó al suelo.
— ¡Ah!, qué mal jugáis—se quejó la niña—Sobre todo tú—le dijo a Sora, tirándole de un mechón de pelo—Oye, ¿con qué te peinas? ¿Una vaca te da lametones hasta que se te queda el pelo así?—la niña rió su propio comentario, mientras Sora y los demás se levantaban del suelo.
— Mira, niña—bufó Donald, irritado—Si tú no has sido quien se ha llevado a Lenneth, ¿quién ha sido?
— Ha sido él…

De repente apareció un monstruo gigantesco, una especie de robot de coloridos chillones, que llevaba a Lenneth atrapada en una de sus enormes manos metálicas.
Todos se prepararon para entrar en acción, pero entonces el robot se quedó quieto, para luego comenzar a tambalearse peligrosamente.
Sora reaccionó a tiempo y cogió a la chica al vuelo, mientras el robot caía, desvaneciéndose en la nada.

********************

Aqua yacía en el frío suelo de mármol, con la sangre borboteando de su herida. Luchaba por contener el dolor, mientras el Maestro la miraba con ira, y Terra apenas sí se atrevía a decir una palabra.
— ¿Puede saberse cómo siquiera has llegado a pensar que saldrías impune de esto?—bramó el hombre— ¡Si todavía no te necesitase, te habría destripado como a un perro!
El Maestro le lanzó una mirada furiosa y se alejó con fuertes pasos.

La chica se incorporó a duras penas, cubriéndose la herida con la palma de la mano.
— ¿Cómo has hecho eso? ¿Destruir a un unbirth, uno de los Diez Líderes?—le preguntó el chico, preocupado.
— Necesitarían ayuda, y me he limitado a facilitarles el camino…
— ¿Estás bien?
— Sí…—contestó fríamente la chica, alejándose—No es nada. Ahora más vale que me vaya a dormir…

Terra quería decirle algo antes de que se fuera.
Abrió la boca… pero nada salió de sus labios. Mientras, Aqua desaparecía entre las sombras del pasillo…
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