Volví >D
El aroma a salitre era denso y agrio.
La muchacha se sentó en el borde de la popa de aquel velero medio desmigado por el tiempo y el hambre voraz del mar.
Allí apostada, y sintinedo la el suave beso del viento, rocordó momentos vividos cuando su alma aún pertenecía al cielo.
Atrapó un mechón de su aùreo cabello y lo colocó tras su oreja.
El susurro de las olas sobre la cubierta del navio la hipnotizaba y la aturdía la mente.
Con un suspiro de liberación se deslizó por la desconchada pintura y se sumergió en el agua salada, sientiendo que renacía a medida que sus brazos la implsaban hacia las profundidades.