Destino

[Capítulo 3]

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Re: Destiny

Notapor Tsuna » Mié Jun 27, 2012 1:04 am

Deja escribió:Omg define más las situaciones y todo eso, casi me pierdo con la manada de centrílopes.



Sí, es un duelo diario cada vez que escribo el intentar describir más las situaciones y las acciones de los personajes, sumando a la lista los diálogos, en dos meras páginas de Word.
Me sorprende que alguien lea esto la verdad.
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Re: History of a Destiny.

Notapor Tsuna » Sab Jul 07, 2012 8:03 pm

Doblepost para actualizar, lo de esta semana está listo.

Actualizaré todas las semanas (como he ido haciendo, fines de semana) aunque no escriba un post explícito donde lo aclare.
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Re: History of a Destiny.

Notapor Tsuna » Dom Jul 15, 2012 8:16 pm

Actualización especial.

Para celebrar mi cumpleaños, esta semana he publicado el doble de capítulos, es decir, 4, la próxima semana también publicaré el doble de capítulos, otros 4. A partir de ahí seguiré publicando 2 los fines de semana.
Espero que sea de su agrado (a pesar de las posibles faltas que se puedan encontrar) :)
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Re: History of a Destiny.

Notapor Tsuna » Lun Oct 15, 2012 3:03 am

Wiii~ ¡POR FIN! No, aún no he terminado la historia, pero sí he corregido muchísimas cosas en los capítulos que tenía publicados, he podido añadir uno nuevo, y bueno, iré subiendo más y bien hechos por aquí a partir de ahora.

No había actualizado desde hace meses, vaya :(

He intentado poner todo mi empeño en desarrollar la historia, en fin, todavía queda muchísimo, pero muchísimo para que llegue al final, si alguien está dispuesto/a a seguirla, pues por aquí andaré.

Muahaha platines venid a mí.

Espero que os guste y tal~
Aunque el primer capítulo (Arco argumental) sea algo precipitado y haya mucha pelea cómo me dijeron una vez, ya todo se aclarará con el time :)

PD. Sí, me ha dado por poner la ost, principalmente, de la saga Final Fantasy con el objetivo de ambientar, si simplemente no os agrada, pues la leéis sin música xD
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Re: History of a Destiny.

Notapor Tsuna » Mar Nov 20, 2012 11:47 pm

Capítulo primero finalizado, he eliminado la ost pues al abrir los Spoilers se lagea muchísimo y no quiero que nadie tenga problemas al leer. Probablemente, si empiezo el segundo capítulo, sea en un nuevo post, puesto que el primero está sobrecargado ya de cosas, con un nuevo Bestiario, Personajes, etc, propios del nuevo arco argumental.

Espero que os haya gustado, pese a todo, sigue siendo una introducción a esta historia.
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Re: History of a Destiny.

Notapor Tsuna » Jue Dic 27, 2012 6:41 am

Capítulo Segundo. El mundo de Armonia. (1ª Parte)

Un nuevo comienzo.
Spoiler: Mostrar
Sapien 1: ¡Abrid la puerta!

Sapien 2: ¡Es Paradox!

Multitud: ¿Cómo, de verdad es él? ¿Para qué ha vuelto? ¡Nos traerá su desgracia! ¿¡De verdad le han perdonado!? ¡Nos obligará a quebrantar las leyes!

El pétreo y gigantesco monumento lleno de moho se dividió en diversas rocas, estas comenzaron a levitar en el aire gracias a una energía color celeste. En el centro, donde antes se hallaba el símbolo principal del monumento, se abrió una especie de portal dimensional. A través del cual se podía apreciar un camino de hierbas que se adentraba en la profundidad del bosque.

Paradox: Entremos.

Atravesaron la puerta, llegando así a Whilhem, la polis del saber.

El tiempo pasó.

Una vez allí Nilan y Suly pudieron encontrar una buena posada en la que dormir, gratis además. Entre tanto la ciudad, invadida de edificios construidos en piedra muy similares al monumento de la entrada, junto con sus peculiares habitantes, en su inmensa mayoría de baja estatura y con rostros llenos de arrugas y barbas, hacía de la misma un lugar acogedor, en aquel páramo perdido, entre la fantasía y la realidad, dentro del Bosque de Whilhem, pero en una zona inaccesible para los demás seres vivos. Su única entrada era aquel antiguo monumento, y se necesitaba de una fuerza especial para poder activarlo.

A lo largo de las calles podía apreciarse las habilidades mágicas de los Sapiens, seres longevos y afines a la magia. Incluso algunas estructuras de decoración, como la fuente de la plaza, manipulaba de manera curiosa el agua que emanaba de la misma y cambiando su propio color en tonos de todo tipo, o por ejemplo, El Centro del Saber, una inmensa biblioteca en la que se recopilaban manuscritos y papiros de todas las épocas posibles y de cualquier lugar del mundo. La biblioteca se mantenía gracias a objetos animados, objetos en los que se aplicó Hechicería y ahora, portan el don de la vida y la palabra, como libros, escobas o cuadros.

Pasaría aproximadamente un año y poco hasta que Paradox, recibió permiso para entrenar a los dos jóvenes en La Cueva de la Sabiduría, pues debían estar preparados en cuerpo y alma. Nilan progresó de manera sombrosa a lo largo del bosque y del tiempo, perfeccionó su Hechicería Negra, además de mejorar notablemente en la Blanca, aun portaba su espada, que cuidaba sin descanso día a día. Suly tampoco fue a menos, el chico mejoró de manera asombrosa su Hechicería Naranja, además, se llegó a iniciar en la Morada, en ese momento ambos ya más crecidos, se dirigían a la Cueva de la Sabiduría. Caminaban entre los troncos y matorrales del bosque sin perderse, era su pan de cada día a pesar de que Paradox les prohibiera salir al mundo exterior.

Nilan: Woa. Como el primer día que llegué aquí, me sigue sorprendiendo el mirar hacia abajo y no ver el fondo del bosque, solo árboles, árboles y más ramas.

Suly: El bosque es inmenso, por eso es reconocido oficialmente como un reino.

Nilan: Se nota que has estado estudiando mucho por las noches, ¿eh? Jeje.

Nilan se llevó las manos a la nuca mientras caminaba. A diferencia de las finas telas que llevaba antes de llegar a Whilhem, ahora vestía una vestimenta más adecuada para un guerrero, unas sandalias marrones típicas de los Sapiens al igual que las que llevaba Suly, y una coraza de acero, sumamente resistente y pesada, aunque algo fina y no muy ancha, bajo la misma llevaba una ropa color rojo, tono muy similar a la sangre, además de llevar los típicos adornos como chapas, bolsitas con algunos alimentos o incluso cuchillos atados en las piernas, en ese momento ya llevaba consigo una funda en la que guardar su valiosa espada. Suly, por el contrario, vestía una vestimenta color azul y verde claro, además, había cambiado de lanza, su actual arma seguía siendo una lanza pero de madera, con una punta afilada de hierro, a primera vista podía parecer frágil, pero llevaba dibujados unos símbolos a lo largo de la misma que aumentaban el poder mágico de su portador, y estaba hecha de ramas de Alce, unos árboles mágicos que crecían por el bosque, sumamente resistentes y fornidos, implacables ante el paso de los años.

Suly: Sí bueno, en nuestro último viaje me di cuenta de que no fui muy útil, espero haber mejorado algo.

Nilan: ¡Claro que sí, no digas tonterías!

La charla les hizo perder la noción del tiempo y ahora enfrentaban una tenebrosa cueva. Por la zona se podía apreciar el típico silbido de los pájaros, el sonido de las hojas rozándose entre sí por el viento y las tranquilas aguas de las cascadas cercanas a la cueva. El olor que había por allí era magnífico, a pesar de la falta de aire y el calor, era un lugar agradable, a medida que se adentraban en la caverna, el olor fue cambiando, ahora olía a agua y a humedad, el pesado calor del bosque se disipó, dejando a los adolescentes ante un ambiente más fresco y en cierto modo, tenebroso. En el interior de la caverna, sumamente amplia y llena de estalagmitas y estalactitas hechas de roca, se podía apreciar el bosque a través de las fisuras que habían en las paredes, incluso algunas ramas habían crecido hasta el interior de la misma cueva. El sonido del agua cayendo al vacío se incrementó, algunas cascadas recorrían su interior.

Una vez dentro, allí, quieto y mirando al horizonte, estaba Paradox con su bastón. Su barba había crecido bastante más, se notaba que la vejez iba acorralando su vida poco a poco.

Nilan: Buenos días Paradox.

Suly: ¿Qué hay viejo?

Paradox: Que educado eres con este anciano, Nilan, no me lo merezco, Suly, tu por el contrario sigues como siempre. En fin, comencemos con el entrenamiento final.

Nilan: ¿Final? ¿Qué quiere decir, acaso no nos va a entrenar más?

Paradox: Lamentablemente no, si os quedáis más tiempo aquí es posible que terminen atacando Whilhem, llevan ya un tiempo presionándome con eso. A lo que íbamos, hasta ahora no se os había permitido entrar en La Cueva de la Sabiduría, es tradición que solo entren en ella los Sapiens. Aquí dentro podréis perfeccionar vuestra última técnica, no espero que lo logréis de inmediato, pero por ahora tenéis tiempo de sobra para entrar y salir cuanto queráis.

Suly: En serio, ¿qué hubiéramos hecho sin el viejo hace un año? Le debemos demasiado.

Paradox: Dejad los sentimentalismos para la noche, la vida continúa y cada día se hace más difícil vivir en este mundo. Comencemos.

Una vez dentro de la cueva se les presentaría la prueba final. ¿La pasarían o por el contrario, suspenderían?

Nilan: ¿Qué técnica final es?

Paradox: Sencillo, debéis dominar vuestro alter ego.

Suly: ¿Nuestro alter ego? Creía que eso eran mitos.

Paradox: No, escuchad atentamente, en esta caverna situada en la profundidad del bosque, se encuentra el portal hacia el pasillo espiritual. ¿Qué es el pasillo espiritual? Una especie de corredor de energía, invisible, en el que se depositan vuestras almas para llamar energías del más allá, una vez hecho esto, la energía creará una bestia que sabrá todo sobre vosotros, será parte de vosotros, a diferencia de la Hechicería Azul, que domina la invocación de criaturas de épocas diferentes u otras dimensiones, la técnica de Invocación invoca una sola criatura al espacio físico, dicha criatura será una parte de vosotros, un pedazo de vuestra alma, por lo que se requiere una elevada fuerza de voluntad y de espíritu para dominar a la misma, ya que además de consumir grandes cantidades de energía de sus invocadores, en principio, hay que domarlas, y suelen ser sumamente poderosas, dependiendo de lo poderosa que sea esa persona. Por ejemplo, el Capitán Ridley fue capaz de invocar un HipoGrifo, esa Invocación la obtuvo mediante técnicas de la Orden, al contrario que los Sapiens, que lo trabajamos todo en esta cueva, ya casi en el olvido.

Suly: A ver si he entendido bien, ¿en esta cueva seremos capaces de crear un ser todopoderoso al que podremos invocar cuando queramos, siempre que tengamos energía, nos ayudará y será parte de nosotros?

Paradox: En efecto, pero hay un pero. Nilan, sobre todo para ti, escucha atentamente, quiénes dominen la técnica de Invocación, les será arrebatada la afinidad por la Hechicería Azul, es decir, tú que eres afín a la Azul, perderás toda tu afinidad por la técnica de Invocación y te arriesgas a que la criatura que vayas a domar sea débil o no. Aunque ésta al final se desarrolla a medida que lo hace uno. ¿Cuál es tu elección?

Suly miró con preocupación a Nilan, ambos eran ya algo altos, empezaban a desarrollarse como hombres. Nil bajó la cabeza, pensando detenidamente.

Nilan: Creo... Sí, anciano Paradox, prefiero aprender la técnica de Invocación.

Paradox: Ya no hay vuelta atrás, Suly, tú no te preocupes, en principio no eras afín a la Azul.

Suly: Sí, ¿cómo comenzamos?

Paradox: Fácil, sentaos en el suelo y cerrad los ojos, simplemente meditad, mantened la mente en blanco. No os asustéis por nada, y pensad, vosotros podéis domarlas, SIEMPRE podréis domarlas, son parte de vuestro yo, si por el contrario pensáis de manera negativa, podríais incluso morir. Suerte muchachos.

Los dos ya permanecían en el suelo, sentados y con los ojos cerrados.

Suly: ¿M-morir?

Nilan: No te preocupes, ha dicho que siempre podremos domarlas, esto solo será una vez.

Suly: Um, vamos allá.

La oscuridad les envolvió a cada uno de ellos, con el tiempo, dejaron de escuchar el sonido propio del agua y de los animalillos del bosque, ahora, solo escuchaban sonido del viento, como si viajaran a kilómetros por cada segundo que pasaba. Ninguno abrió los ojos, aunque lentamente todo se iba aclarando.

Nilan, ante sus ojos, veía un abismo sin fin, un lugar tenebroso, un cielo cubierto de truenos y cenizas, la tierra firme estaba invadida por magma y vapores tóxicos propios de los volcanes. La velocidad disminuía a medida que lo hacía la altura. Descendió.

Nilan: ¿D-dónde estoy ahora? ¿Será esto parte de la prueba?

Inmediatamente, una criatura de gran tamaño y color oscuro, muy similar a un depredador salvaje, apareció como de la nada frente a sus ojos. Poseía grandes cuernos negros en la cabeza, un hocico similar al de un perro con afilados dientes, y una cola llameante. Del cuerpo de la criatura emergían diversas llamas que no le quemaban la piel.

Nilan: ¿Es esta la criatura que tengo que domar? Pues no parece débil, en absoluto.

Ifrit: ¡Awwwwwwww!

La criatura aulló, como si de un can se tratase.

Nilan: Vaya, no tengo mi espada. Imagino que tendré que domarla con Hechicería o... ¿Cómo se supone que la tengo que domar?

Ifrit: Grrrrrr.

El monstruo se aproximaba al muchacho, sus increíbles zarpas intimidarían a cualquiera pero Nilan no parecía asustado.

Nilan: Me imagino que tendré que luchar contra ella, de verdad, parece poderosa.

La bestia se impulsó hacia él con intención de liquidar al joven a base de rasguños y cortes. Nilan extendió un brazo y sin apenas concentración, emitió una intensa llamarada hacia la bestia.

Ifrit: …

El monstruo se detuvo y ojeó su cuerpo, no estaba herido.

Nilan: Viendo el panorama, puedo suponer que el fuego no le hace daño.

Sin pensarlo, abrió la mandíbula y emitió una inmensa llamarada contra Nil, abrasando la zona más de lo que estaba. El chico evitó el fuego de un salto, pero le habían quemado el brazo derecho.

Nilan: Sí, es afín al fuego, por tanto nada de fuego. Esta quemadura... bah, nada que la Hechicería Blanca no pueda curar.

La quemadura se disipó de su brazo sin dejar marcas. Ahora que Nilan sabía los puntos fuertes del monstruo, comenzaría su contraataque.

Nilan se abalanzó contra el monstruo llameante, esta vez intentaría emplear agua.

Ifrit: …

La bestia, aún de identidad desconocida, abrasó el agua, evaporando el líquido antes de que tuviese contacto alguno con su cuerpo. Acto seguido golpeó el suelo con la palma de su mano y unas almas en pena emergieron del cuerpo de Nilan.

Este, poco a poco, sentía que su propia vida iba desvaneciéndose.

Nilan: Siento... ¿cómo si fuera a salir de mi cuerpo? Recuerdo esto, es Hechicería prohibida, si no hago algo en un determinado tiempo, o acabo con la bestia que la generó, la misma me sacará de mi cuerpo y si eso pasa moriré. Ya veo, ¿quieres que te dome o muera? ¡Vamos!

Ifrit: …

Nilan: ¡Ha!

Nilan lanzó unos potentes relámpagos del propio cielo, devastando el terreno y a la bestia con él.

Ifrit: …

Nilan: ¡Aun no he terminado!

Nilan creó varias estalagmitas de hielo tocando el suelo, estas atravesaron el cuerpo de la criatura. El monstruo cayó al piso derrotado y el hielo se derritió en el acto.

Nilan: ¿Crees que eso es todo?

Nilan lanzó por último agua a presión, impactando la misma contra su adversario y debilitando a éste todavía más. Lamentablemente, no se esperaba que la bestia pudiera usar Hechicería Blanca y regenerarse completamente.

Ifrit: …

Esta saltó mientras generaba una esfera de magma en el hocico. La sostuvo con las manos y se la lanzó a Nil.

Nilan: ¿¡Pero qué!?

Saltó para evitar el golpe a pesar de que se limara las piernas y los brazos con el suelo. El monstruo cayó a tierra, y volvió a cargar otra esfera.

Nilan: Oh no... Si es invencible, ¿cómo debería domarlo?

La segunda esfera, mucho más grande que la primera, fue disparada hacia el chico, quién empleó grandes cantidades de agua para que explotara en el camino, método ineficiente, la onda expansiva lo envió varios metros atrás y el suelo ardía cada vez más.

Nilan: ¿¡Cómo!?

El monstruo se abalanzó contra él, golpeándole con las garras y cortando su cuerpo de punta a punta con las mismas. Agarró el cuerpo del muchacho como si de un muñeco se tratase y lo tiró al otro lado de la plataforma. Gracias a sus habilidades, Nilan se recuperó las heridas casi al instante, pero comenzaba a jadear y a sufrir dolor de cabeza. Por no decir que su muerte se aproximaba lentamente pero sin pausa.

Nilan: Ya lo entendí, claro, con que era así...

Por otro lado, Suly se enfrentaba en una isla desierta contra una tortuga de colosales dimensiones. Esta bestia arremetía potentes pero lentos golpes, la isla cada vez estaba más devastada e inundada.

Suly: No me queda mucho, noto como si yo fuera a salir de mi propio cuerpo, como si me elevara en el aire lentamente pero permaneciendo en tierra. Hechicería prohibida, ¿eh? A pesar de lo que diga la Orden, ellos también emplean Hechicería prohibida, al igual que lo haré yo cuando dome a este monstruo gigante.

Pandemorium: ...

La tortuga dio una fuerte pisada en el suelo, desestabilizando al chico y partiendo la isla por la mitad. Una de sus cuatro patas estaba congelada, Suly se encargó anteriormente de tal proeza, pero en vano, tras el pisotón el hielo se resquebrajó, quedando liberada de nuevo.

Suly: No me lo puedo creer, esta cosa es más grande que el castillo de Ferión, ¿¡cómo voy a vencerla!? No me queda otra opción que congelar totalmente su cuerpo, pero antes no pude por esa molesta...

La cola de la tortuga, ahora congelada, arremetió contra los montículos en los que se encontraba el ya adulto. Parte de la isla volvió a sacudirse y el hielo se deshizo al igual que en la pata de la bestia.

Suly: Uf, no me queda mucho, siento que voy perdiendo la conciencia.

Pandemorium: ...

La tortuga volvió a pisotear el suelo, provocando un terremoto, y con ello, un Tsunami. La isla se inundó completamente durante unos momentos. Suly aguantaba, no se dejaba intimidar.

Suly: No hay manera, luchando es imposible vencerla. ¿Con qué se habrá topado Nil? Fijo que está como yo.

Pandemorium: ...

Suly: Entiendo, ya sé cómo debo domarla. Fue eso todo el rato, je.

Nilan aguantaba a duras penas los golpes del monstruo ígneo.

Nilan: Bien, es hora de domarte y que seas parte de mí. ¡Ifrit!

Suly, tras el último tsunami, apenas podía respirar y aun andaba atragantado por el agua.

Suly: Vamos, tortuguita. Únete a mí ¡Pandemorium!



La Guardiana del Bosque.
Spoiler: Mostrar
Nilan en la inmensa oscuridad, recordando vagamente qué le había sucedido, abrió los ojos. Miró a su alrededor confuso, hacía frío y el ambiente era oscuro.

Suly: Por fin despiertas, ya me empezaba a asustar.

Nilan: Suly, ¿terminaste antes que yo?

Nilan se levantó, pues todavía permanecía en aquella posición. Miró por los boquetes de las paredes, pudo notar penumbra a través de los árboles, había anochecido.

Nilan: Es de noche ya... ¿Dónde está el anciano Paradox?

Suly: No lo sé, cuando desperté no estaba aquí. Habría ido al pueblo, ¿volvemos?

Suly estaba en la entrada de la cueva, apoyado con los brazos cruzados, llevaría ahí bastante tiempo esperando a su compañero. Ambos salieron de la cueva, avanzando por aquel tronco cubierto de moho resbaladizo. Una ráfaga de viento azotó el camino. Nilan se cubrió la cara.

Nilan: Uf, sí que hace frío.

Suly: Sí. Podré parecer pesado como el viejo, pero ten cuidado y no te caigas, ni si quiera podemos ver el fondo. Paradox me dijo una vez que el Bosque de Whilhem tiene una profundidad inmensa y conecta con el Manglar subterráneo.

Nilan: ¿Es posible que esté conectado también y de alguna forma a las ruinas aquellas?

Suly: Pues no lo sé. Paradox me dijo esta mañana que tras finalizar el entrenamiento fuera junto a ti al Árbol Sagrado.

Los dos siguieron el único camino posible hasta la aldea, que no se encontraba muy lejos. Una vez en la plaza, notaron como el resto de los Sapiens, ya tuvieran la piel color verde, morada, azul o amarillenta, ya fueran altos y delgado o enanos robustos, todos, sin excepción, miraban a los dos jóvenes de peculiar manera, intimidando a ambos.

Nilan: ¿Ha pasado algo?

Suly: Ni idea...

Susurraron ambos a la par que atravesaban la plaza y se dirigían a la casa de la Guardiana del Bosque. Subieron las curiosas escaleras formadas en el árbol más grande del bosque y, una vez arriba, un Sapien les concedió permiso para entrar dentro del árbol por la única puerta posible.

Sapien: Oh, caballeros Humes, pueden pasar, así lo desea nuestra Guardiana.

Abrió la puerta y así se adentraron en el Árbol Sagrado. Su interior era cálido, mucho más que la Cueva de la Sabiduría sin duda. Una inmensa sala de madera les encaraba ahora, donde se podía distinguir en las paredes los pequeños surcos y líneas típicas de los troncos de los árboles, allí, en el centro, se encontraba Paradox frente a un gran cristal muy luminoso y brillante, color blanco.

Voz Misteriosa: Adelante, muchachos, esta es vuestra casa, avanzad.

Una voz femenina resonó en las cabezas tanto de Nilan como de Suly, los chicos se miraron perplejos. Avanzaron como había dictado la voz sin discutir nada, sentándose junto a Paradox en unos pequeños troncos de madera, alrededor del cristal.

Paradox: Veo que habéis dominado las invocaciones, excelente. Notable para vuestra edad.

Nilan: Anciano Paradox, vinimos hasta aquí porque...

Paradox: Silencio, escuchad a la guardiana, hasta ahora se os había prohibido entrar, pero estáis preparados.

Suly: ¿Qué guardiana? No veo a ninguna mujer.

Voz Misteriosa: Precisamente, no tengo porqué ser un ser orgánico, joven.

Suly: ¿Qué? ¿La guardiana que protege Whilhem y el bosque entero, es... ¡es!?

Paradox: Exacto, es el cristal que está frente a nosotros. Solo los seres mágicos de gran Espíritu pueden oírla, en el pasado, se la denominó como Guardiana por su voz femenina. Siempre ha velado por nuestra seguridad, este lugar es intocable, es sagrado.

Nilan: Fascinante, no tengo palabras...

Guardiana del Bosque: Eso es, y ahora jóvenes, permitid que os explique vuestra situación. Agradecería que se guardara silencio hasta que finalice la sesión.

La estancia inmediatamente perdió todo su esplendor, dejando a los tres presentes a oscuras, frente a aquel cristal de cegador resplandor. Una energía mágica envolvió el ambiente y la voz volvió a escucharse.

Guardiana del Bosque: Habréis sospechado que a partir de ahora tenéis que iros de éste nuestro hogar. Ninguno de vosotros pertenece a estas tierras, y hemos quebrantado varias leyes por poneros a salvo durante un año y poco más, considerando vuestro caso como una excepción especial. Ahora muchachos, debéis partir, pero no antes de conocer nuestra historia y la de vuestro salvador. El mundo que os rodea es extremadamente fiero y peligroso, aun sois inocentes y jóvenes. Antes de nada, yo soy la Guardiana del Bosque, el cristal situado frente a vosotros, poseo un poder mágico inhumano, inalcanzable para todo ser vivo conocido, así, durante varios siglos he dotado a este bosque de vida, naturaleza y paz. La raza Sapien fue la única en percatarse de mi existencia, cualquier otra no habría deducido jamás que tengo conciencia propia. Que existo. Ahora mismo os hablo directamente a vuestras mentes, por telepatía, y que unos Humes reconozcan mi voz es digno de admiración. Le encomendé a Lauz... Paradox, que os protegería hasta que pudieseis defenderos por vuestra cuenta en el exterior, y ha llegado ese momento. Actualmente sois peligrosos criminales en Ferión, se desconoce vuestra ubicación, pero sí vuestros rostros y nombres, el incidente de Los Montes Lunares reveló mucha información. Por último, debo aclarar que Paradox, vuestro mentor, también es un peligroso criminal, en el pasado cometió un grave error que le costó la expulsión de este bosque y de todo reino, pero este caso es una excepción, mejor pensado, Nilan, tú eres la excepción. En tu interior posees un poder descomunal, es lo que ansía Ferión, por esa razón liquidaron tu aldea, debes protegerlo a toda costa... Sin embargo, no debes preocuparte, tal poder no es nada peligroso, lo llevas desde hace un año en tu interior por razones que desconozco, y según lo que me ha contado Paradox, la Hechicería que empleaste en el pasado fue gracias a tal poder. Ha pasado un año y no ha sucedido nada alarmante, el poder en tus manos es seguro, pero si Ferión se apodera de éste, el mundo podría entrar en un nuevo holocausto como el sucedido hace milenios atrás.

Nilan: ¿Ho-olocausto?

Guardiana del Bosque: Efectivamente, es la historia prohibida que Ferión quiere borrar. Hace varios miles de años el mundo sufrió un cambio brusco, tal cambio es comparable con un inmenso holocausto, el mundo casi cae en el olvido por tal devastación, aunque casi por obra divina todo se reconstruyó. Tuvieron que pasar incontables siglos hasta que las plantas y los seres vivos volviesen a vivir con tranquilidad. Sin embargo, de toda esta catástrofe, escaparon tres cosas.

Suly: Con que historia prohibida que Ferión quiere ocultar...

Nilan: ¿Qué cosas escaparon al holocausto?

Guardiana del Bosque: Muy simple, la primera son descendientes de los Humes que dominaban el mundo por ese entonces, aunque con el tiempo otros Humes aparecieron y surgieron notables diferencias entre ambas razas. La segunda cosa que ha llegado hasta nuestros días es el poder que portas en tu interior, el poder que salvó el mundo, aunque en malas manos, puede conducir a un nuevo holocausto que acabe finalmente con éste. Y el último legado de esa época... Incluso yo, como ser semi-divino, no comprendo lo que es, es algo terrorífico, simplemente ten cuidado a partir de hoy... No podemos seguir manteniendo a ambos , incluso hemos incumplido reglas y leyes para protegeros, es justo que os marchéis ya. Suerte.

La sala volvió a iluminarse y la voz femenina desapareció. El cristal perdió su brillo característico.

Paradox: Pues ya sabéis, os tenéis que ir de aquí. Ahora que sabéis algo de la historia prohibida, sufriréis persecuciones constantemente, pero confío en que podréis haceros fuertes. Tampoco podéis vivir huyendo siempre, pero Ferión por ahora no ha mostrado intenciones hostiles contra nosotros, no os preocupéis.

Suly: Al final mi propio reino se terminó volviendo mi enemigo... ¡Cómo es la vida!

Nilan: Bien, debo encontrar a unos amigos míos, así que ese será nuestro objetivo por ahora.

Paradox: Muchísima suerte muchachos, tened cuidado. Yo no podré acompañaros, pues tengo otros asuntos que atender.

Nilan y Suly se despidieron de los Sapiens tras recoger todas sus pertenencias. El monumento de piedra se elevó y el portal dimensional se abrió hacia el bosque. Llegó el momento de partir a una nueva aventura.



La Costa Oceánica.
Spoiler: Mostrar
Una vez en el bosque los dos adolescentes se pararon en seco, sin saber qué hacer ni adónde ir. Era de noche, por lo que tendrían que buscar refugio de alguna manera.

Suly: Ni siquiera han esperado al amanecer, se ve que sus leyes son muy importantes.

Nilan: Bueno Suly, ¿qué hacemos ahora, se te ocurre algo interesante? Yo quiero buscar a Bel y a Cecil.

Suly: ¿Esos eran amigos tuyos verdad? Supervivientes como tú, me refiero. No está mal, sin embargo, podemos ir hasta la Costa Oceánica al Este de éste bosque.

Nilan: ¿La Costa Oceánica? ¿Para qué?

Suly: Muy fácil, la sede del clan de Bismarck está allí. Yo fui una vez de hecho.

Nilan: ¿¡Qué!? ¡Nunca me lo dijiste!

Suly: Se supone que era un secreto entre Bismarck y yo, me dijo que una vez terminara el encargo de Gravity fuera a visitarle, y aproveché hace unos meses para ir. ¡Hay un montón de gente fuerte! ¿¡Vamos!?

Nilan: Perfecto, así podremos encontrarnos a alguien conocido y entrenar un poco.

Los dos chicos se animaron a aventurarse en el bosque, gracias a sus resistentes armaduras y trajes no pasaron tanto frío. Sin embargo, nadie sospechaba que ya estuviesen siendo espiados por un enemigo en las sombras...

Viria: Je, parecen los típicos pardillos a quiénes no conocen ni en su casa. Me voy a forrar de lo lindo con sus cosas.

Tras estar varias horas caminando entre los troncos de los árboles, Nilan y Suly llegaron a lo que parecía la costa.

Pudieron contemplar el vasto mar color negro, las aguas turbulentas por los fuertes vientos de la noche y una profunda cueva contra la que chocaban las olas del mar.

Suly: Tenemos que atravesar la cueva para llegar al campamento de Bismarck. ¿Seguro que no quieres descansar antes? Hay monstruos salvajes dentro.

Nilan: Nah, no le des más vueltas. En el fondo estoy desesperado por ver qué clase de lugar será. No podría dormir ni aunque usaran Hechicería en mí. ¡Vamos!

Suly: Tan lleno de energía como siempre, yo no tengo tanta vitalidad y energía como tú. ¡Y espera un segundo que me dejas atrás!

Los chicos se adentraron en la cueva. El olor a sal y agua era fuerte, tanto que Nilan tuvo que taparse la nariz a pocos pasos de entrar en la cueva.

Nilan: ¡Uf, la cueva apesta!

Suly: Bastante, eso te pasa por ir corriendo a todos lados. Bueno, pues tenemos que atravesar la Cueva Marina para llegar a la Costa Oceánica. Ten cuidado que pueden haber monstruos y bichos raros, ¡y aguanta el olor machote!

Suly le dio una palmada en la espalda y se aventuró corriendo en la cueva. A Nil no le quedaba más remedio que seguirlo.

La mayor parte del suelo estaba húmedo y encharcado de agua, en las paredes florecía en exceso el moho y los hongos, normal cuando la cueva recibía golpes de las olas del mar durante veinticuatro horas sin descanso.

Durante el camino se vieron obligados a subir y bajar numerosas rocas y atravesar estrechos caminos resbaladizos, hasta que finalmente... Unas criaturas se interpusieron en su camino. Se trataban de un Basilisco y dos Cangrejos Rocosos.

Nilan: ¡Oh, cuidado Suly!

Suly: Tranqui, cuando atravesé la cueva yo me enfrenté solo a dos Basiliscos.

Suly por Basilisco se refería a aquella extraña serpiente de color verde brillante, cuya penetrante mirada intimidaría a cualquiera. Sin embargo los Cangrejos Rocosos portaban una fuerte concha de piedra encima, junto con sus dos pinzas negras eran enemigos a considerar.

Suly: El Basilisco es la serpiente, ten cuidado, si la miras fijamente te puedes traumatizar.

Nilan: ¿Eh? ¿¡Qué!?

Suly salió corriendo hacia uno de los cangrejos junto con su lanza. Durante el corto trayecto los símbolos de su arma se iluminaron, y Suly fue recubierto por distintas auras al mismo tiempo. Incluso comenzaron a surgir chispas de la lanza hasta el punto de cargarla con electricidad, tanto esta como su brazo se cargaron.

Suly: ¡Toma esto!

Nilan: ¡Yeah!

Suly clavó la lanza en la coraza de la criatura, inmediatamente un trueno resonó en el interior de la cueva, provino del golpe. La coraza de la criatura no pudo soportar la potencia y se partió por la mitad entre una peculiar humareda y chispas.

La criatura, herida y paralizada por el trueno que le había caído encima, huyó rápidamente entre las piedras y se lanzó al mar. Iría a buscar más rocas y arena para hacerse una nueva coraza.

Suly: Bien, y ahora...

El Basilisco no esperó y se deslizó sin pensarlo dos veces hacia Nilan, con el que cruzó su mirada. El chico fue incapaz de moverse, una sensación terrorífica lo mataba poco a poco por dentro, sin embargo la serpiente avanzaba con agilidad hacia él.

Suly: ¡Cuidado, te dije que no lo miraras!

Suly fue a socorrerle, pero el otro Cangrejo no se quedó quieto. Escupió un extraño líquido al suelo, este en pocos segundos recubriría toda la zona.

Suly, Nilan, incluso el Basilisco, no eran capaces de moverse por la pegajosa sustancia del cangrejo, quién huyó entre las rocas en busca de su compañero herido.

Suly: Oh no, no me puedo despegar de esta cosa. Y Nilan tampoco es capaz de moverse por el terror que causa la mirada del Basilisco.

Sin esperarlo, una chica de cabello rosa y bellísimos ojos anaranjados, similares a los de un gato con ropa oscura y ajustada, vaqueros y chaqueta gruesos, saltó sobre el Basilisco, cortando su cabeza con una cimitarra.

Viria: Perfecto, así no me arriesgo a que me aterrorice a mí también.

Suly: Oh, ¡has venido a ayudarnos! No te conozco, pero muchas gracias, de verdad.

Tanto Nilan como Suly permanecían sobre la sustancia de color blanca pegajosa, no podían despegar los pies del suelo, aunque Nilan a diferencia de Suly, era incapaz de moverse por la mirada del Basilisco. La curiosa chica se aproximó a él, analizándolo de pies a cabeza.

Viria: No estás mal, la verdad. Es una lástima que tenga que hacerle esto a un chico tan guapo, pero mi estómago tiene prioridad a lo que tú tienes entre las piernas.

Suly: ¿¡Pero qué!?

La chica cogió la funda en la que Nilan guardaba su espada, la desenvainó para observarla con detalle. No la decepcionó. Volvió a envainar la espada.

Viria: Esta espada es magnífica, me voy a forrar vendiéndola. Podré ir al Paraíso de los Sueños a desvivirme como una reina.

La chica esta vez abrió la maleta de Nilan y comenzó a sacar cosas de allí, agarró todo lo que tuviera valor junto con los alimentos y, evitando la sustancia pegajosa del suelo, se adentró en la cueva por la misma dirección en la que estaba la sede del clan de Bismarck.

Viria: Me llamo Viria, la gatita ladrona que os ha robado delante de vuestras narices, pardillos. Suerte, y que no os coman los monstruos.

Dicho esto, la chica se fue con agilidad, saltando de roca en roca con todas las cosas encima, no tuvo problemas para ejecutar aquellas maniobras, estaba más que acostumbrada.

Suly: ¡Pero bueno, ¿quién se cree que es esa niñata!?

Nilan poco a poco recuperó el rubor de sus mejillas junto con su movilidad, pese a todo, seguía mareado con dolor de cabeza.

Nilan: Ugh, Suly, lo siento, no podía moverme. Tenemos que ir tras ella... ¡O lo venderá todo!

Suly: Sí, para nuestra suerte, se ha ido hacia el campamento de Bismarck.

Nilan: Pero para nuestra mala suerte, no podemos despegarnos de esta cosa.

Suly: ¡Empezamos bien el viaje!

Nilan: Tranqui, a ver si con esto lo soluciono.

Nilan apuntó con la palma de su mano al suelo, de esta emergió una llamarada y en efecto, la sustancia pareció derretirse o evaporarse.

Suly: Bien, pero ten cuidado de no quemarme la ropa, que eso no se regenera con Hechicería Blanca.

Tras unas cuantas horas lidiando con la sustancia pegajosa del Cangrejo, ambos jóvenes lograron escapar de esta y salir de la cueva sin más problemas.

Amaneció.

Las aves volaban con total libertad por la playa, el amplio y vasto mar se abría ante los dos chicos, que lo miraban con admiración. Aquella costa podía medir kilómetros, era inmensa, y había muchísimas cabañas junto al agua o sobre esta, cerca de la orilla. El tiempo era espléndido. Los turistas y los paisanos vivían felices allí. Y si se detenían a observar el horizonte, podían distinguir una especie de ciudad portuaria al fondo.

Nilan: ¡Esto es alucinante, qué calorcito hace! ¿Dónde dijiste que estaba Bismarck?

Suly: Pues por aquí cerca, a uno o dos kilómetros de la cueva, la sede del clan es bastante grande la distinguirás a la primera. Pero Nil, en vez de preguntar por Bismarck, ¿por qué no preguntas por dónde se pudo haber ido esa Viria?

Nilan: Bueno, supongo que la gente de su clan la habrá visto, y si va a vender las cosas un clan sería ideal para encontrar clientes, ¿no crees?

Suly: Si tú lo dices... En fin, ¡sígueme!

Suly echó a correr por la arena de la orilla a toda velocidad, aunque debido a su armadura y a la resistencia que ofrecía la propia arena, fue incapaz de ir rápido. Nil le siguió a su ritmo, intentando proteger sus ojos del sol que asomaba por el horizonte, con la mano.

A las pocas horas el dúo llegó a lo que parecía una especie de campamento, una casa enorme, mucho más que el resto, se situaba sobre la orilla, y muchos guerreros disfrutaban de un baño o sencillamente entrenaban entre ellos en la arena. Suly se detuvo ante la casa.

Suly: Es aquí. Ahí dentro debería estar Bismarck.

Nilan: Woa, es cierto eso de que está lleno de tipos fuertes, todos aquí lo parecen. ¡Qué vergüenza!

Suly: Así me sentí yo al principio, pero no te cortes, son todos muy majos.

Antes de poder entrar en la cabaña un tipo no muy alto, sin camisa y bañador, moreno hasta las cejas y rubio, se acercó a Suly, pues parecía conocerlo de algo. Éste llevaba dos mitones en ambas manos, de los cuales surgían varias cuchillas afiladas.

Fox: ¡Ey Suly, tú por aquí!

Suly: ¡Fox, eres tú! ¿Qué tal todo?

Fox: Todo genial colega, buena onda, ¿y tú qué? Parece que te has traído a un compañero hasta aquí, ¿es que acaso os vais a unir al clan? ¡Qué flipe!

Suly: Oh no, hemos venido a visitar a Bismarck más que nada.

Suly se llevó una mano al cuello, algo impresionado por las esperanzas de ese tal Fox, y por otra parte decepcionado por haberlas hundido.

Fox: No te preocupes tronco, ¡pásalo bien por aquí, tú siempre eres bienvenido! ¿Y el pibe que te acompaña cómo se llama?

Nilan: Me llamo Nilan, Nil para los amigos, un placer.

Nilan le tendió la mano y Fox la agarró extrañado, más que nada por cortesía, pues él no necesitaba esa clase de saludos.

Fox: Oookay, Nil. ¡Genial tío! Yo me llamo Fox, mira, ¿te apetece luchar contra mí? Si me vences, ¡yo y los demás miembros del clan te respetaremos de por vida!

Nilan: Bueno, no tengo armas con las que luchar, a decir verdad no habrás visto por aquí a una...

Fox: Nah tronco, no le des más vueltas, ¡solo diversión! ¿Lo pillas?

Suly: Vamos Nil, a mí me hizo lo mismo en su día, ¡y perdí! Es fuerte.

Fox: ¡Pero no le digas nah Suly, que lo descubra él mismo!

Nilan: ¡Pues venga, un combate me vendrá bien para quitarme las preocupaciones de encima!

Fox: ¡Esa es la idea! Tú y el menda se van a llevar de maravilla.

Suly: Bueno, yo entraré en la cabaña y buscaré a Bismarck, ¡suerte y no te confíes!

Nilan: ¡Nos vemos!

Suly entró en la gran cabaña mientras Nilan enfrentaría sobre la arena a Fox, quién no tardó en adoptar una pose ofensiva.

Fox: Nil, ¿vas a luchar acaso con todo eso encima? Venga, quítate la ropa y a luchar, que así lo pasarás peor.

Nilan: No, así está bien.

Fox: Bueno, ¡cómo veas!

Zetrya: No te pases mucho con el novato, Fox.

Del agua emergió una mujer bastante bella y dotada en bikini, de cabello oscuro y piel porcelana.

Fox: Nah, no te preocupes.

Nilan: Oh...

Nilan se quedó embobado por unos instantes con el físico de la mujer, aunque todo eso terminaría al recibir una patada en toda la cara de Fox.

Fox: Pero tío, ¡tienes que estar atento!

Zetrya: Jejeje, en fin... Seguiré a lo mío.

La mujer volvió al agua a nadar y Nilan se levantó algo avergonzado y furioso a la vez.

Nilan: ¿Quieres luchar? ¡Pues vamos allá!

Fox: ¡Esa es la mirada hermano!

Fox retrocedió algunos metros de un salto, fue impresionante para Nil pero no tanto para los presentes.

Miembro del Clan 1: ¡Venga, yo apuesto por el novato!

Miembro del Clan 2: Jajaja, ¡qué hablas tío, Fox le va a dar una paliza como hace con todos los nuevos!

Nilan corrió hacia Fox, pero comparado con éste último era muy lento, demasiado. La agilidad de Fox sobre la arena era impresionante y Nilan por primera vez combatía sobre aquel terreno, y es más, llevaba la armadura encima.

Nilan: ¡Toma esto!

Nilan disparó diversos picos de hielo por la zona a través de una de sus manos, para su sorpresa, Fox los evadió todos y con una velocidad inhumana apareció frente al chico, dejando las cuchillas de uno de sus mitones a pocos milímetros de su cara, dando a entender su superioridad.

Nilan: ¡Qué rápido!

Fox: ¡Nada mal, Hechicería Negra!

Fox en un abrir y cerrar de ojos volvió a una distancia prudencial.

Nilan: ¿¡Usas Hechicería para aumentar tu velocidad acaso!?

Nilan recordó en ese instante el amargo momento en el que enfrentó por primera vez a aquel tal Jack en la mina, tipo capaz de duplicar su velocidad con Hechicería.

Fox: ¡No, lo mío es natural, te dije que te separaras de todo eso que llevas encima, pero no me hiciste caso!

Nilan: Te ganaré, ¡cueste lo que me cueste!

Fox: ¡Ese es el espíritu!

Nilan en apenas un parpadeo recibió otra fuerte patada en la cara, su cuerpo cayó sin remedio al suelo. Fox sin duda era un rival a tener en cuenta, y a ese ritmo el protagonista no duraría mucho más.

Fox: ¡Ouh yeah!

Nilan se recuperó en apenas un segundo y disparó a través de sus dedos unas ligeras llamas, que quemaron a duras penas y de milagro un hombro de Fox. Éste desapareció al momento para reaparecer de nuevo a una distancia prudencial de Nil, observando con cierta preocupación la diminuta quemadura del hombro.

Nilan: Esta vez acerté... Je.

Fox: ¡Wow hermano, eso ha estado cerca! ¡Venga, que a poco a poco vas espabilando!

La arena se elevó y Fox desapareció de nuevo, ni medio segundo había pasado hasta que Nilan recibiera una fuerte patada en el estómago, levantando al joven en el aire un metro y poco. Era impresionante la fuerza que podía tener aquel tipo.

Nilan: ¡Qué fuerz..!

Al instante Fox se situó por encima para propinarle una nueva patada y enviarlo directo a la arena. Nilan sangró por la nariz y por la boca, esos últimos golpes lo superaban, pero el chico no podía rendirse, no podía.

Nilan: ¡Te he dicho que no perderé!

Fox: ¡Si no sabes hacer mucho más, esto está terminado!

Nilan: ¡Ahora verás!

Nilan concentró una energía positiva y blanca en una de sus manos, se la llevó a la cara y la sangre frenó.

Fox: ¡Y Hechicería Blanca, tienes potencial pero no sabes usarlo!

Fox cayó al suelo, esperando el siguiente movimiento del novato.

Nilan: ¡Vale, pues veamos de qué pasta estás hecho!

Nilan se enfureció, no le cabía en la cabeza que tras año y poco de entrenamiento estuviese recibiendo tal paliza de un don nadie. El chico con un gesto de la mano pudo controlar la arena de su alrededor, y también el agua de la orilla, no en grandes cantidades, pero era algo.

Fox: ¡Yeah, parece que no lo has dado todo, pero el show se termina aquí!

Fox se lanzó directo a por Nilan, y esta vez no para propinarle una patada, sino para atravesar su cabeza con las cuchillas de su mitón. Su velocidad era impresionante. Nilan se concentró y con la seriedad propia de un muerto agarró uno de los pies a Fox con arena, éste perdió un poco el equilibrio, pero no era suficiente para detenerlo.

Fox: ¡Buena jugada, pero no!

Nilan: ¡Toma!

Nilan con otro gesto de su mano logró disparar agua a presión de la propia orilla hacia a Fox, quién era incapaz de evadir el impacto, sin embargo, salió ileso al cortar el líquido que iba dirigido hacia él con las cuchillas, pero Nilan no había terminado ni mucho menos, mientras Fox encaraba el agua a presión, él congeló la arena hasta la que le agarraba la pierna al miembro del clan. Recordó el mal trago por el que pasó la noche anterior, si le inmovilizaba ganaría el combate.

Fox: ¡Uh, creo que te he subestimado! ¡Nada mal para un crío!

Su estrategia funcionó. El pie de Fox se congeló pues se encontró arrinconado entre el agua y el hielo.

Nilan: ¡Sí, el show termina aquí Fox!

Nilan apuntó con un dedo a Fox para disparar varias llamas hacia su enemigo. Pese a todo, la estrategia falló. Fox se agachó evadiendo las llamas, luego cortaría el hielo que lo retenía con un golpe en seco gracias a las cuchillas.

Fox: ¡Casi, pero no chaval! ¡Y no te emociones!

Nilan: ¡No hay manera de darle! Si tan solo tuviese mi espada...

En cuanto Fox partió el hielo que retenía su pie continuó su ofensiva pero de manera distinta. Se situó bajo Nil y con una pierna junto con un giro golpearía los pies del chico, desestabilizando a éste y tirándolo al suelo para después darle una fuerte patada en el estómago.

Nilan voló nuevamente por los aires, a más altura que antes, sin duda, ya superaba la altura de la cabaña del clan. Nil sabía del próximo movimiento de Fox, atacaría desde arriba y le mandaría directo a la arena. La idea de recibir un golpe como ese le hacía temblar de miedo, pero no podía dejarse vencer, era el momento del todo o nada.

Fox: ¡Sí, el show termina aquí, volvemos a tierra hermano!

Fox apareció tal y como esperó por encima, dispuesto a propinarle una patada con todas sus fuerzas. Aunque no contó en su plan con que el adolescente creara una capa de hielo entre ambos.

Al miembro del clan no le dio tiempo de evadir la capa de hielo pues ya el ataque final sería mecánico, por lo que golpeó con todas sus fuerzas el hielo, rompiéndolo y dañándose seriamente la pierna en el proceso. Nilan también recibió la patada pero con poca potencia. Ambos caían heridos de nuevo al suelo.

Fox: ¡Buena jugada chaval, no me lo esperaba!

Nilan: ¡Podemos dejar esto en empate si quieres!

Fox sonrió con energía, a pesar de no haber ido en serio le impresionaban las habilidades de Nilan, tenía un potencial inmenso.

Antes de que pudieran tocar la arena, su velocidad se fue reduciendo, hasta mantenerse en el aire y al ras del suelo gracias a un peculiar remolino de viento.

Zetrya: Es la primera vez que Fox, el sublíder del clan, tiene un empate contra un novato. Me ha maravillado veros a ambos en acción.

El remolino de viento desapareció y ambos cayeron en la arena sin sufrir daño alguno. La mujer se acercó a ambos y con un gesto del brazo, surgió un velo de energía, blanco y translúcido, misterioso, mágico. Tanto Nilan como Fox vieron sus fuerzas y sus heridas recuperadas al momento.

Fox: ¿Nil verdad? ¡Ha sido una pasada! Si quieres puedes unirte al clan, ¡tú estás más que bienvenido chico!

Nilan: No, gracias, realmente no pretendía unirme a ninguno la verdad... Jeje.

Nilan se llevó una mano a la nuca, algo avergonzado por rechazar la petición de Fox, quién le invitó al clan impresionado, aunque el hombre no se sintió decepcionado por la respuesta, de hecho, se la esperaba.

Fox: Tranqui colega, tú tienes tu ritmo, eres libre de guiar tu vida como quieras.

Zetrya: Encantada, yo me llamo Zetrya, Nil.

Nilan observó a la mujer de pies a cabeza, se quedó algo paralizado al verla, no le salían las palabras de la boca, no sería extraño que se sonrojase de un momento a otro. Para su suerte, Suly salió de la cabaña acompañado por Bismarck, quién portaba su reluciente armadura y su gran espada.

Suly: ¿Qué tal Nil? Mira, ya he hablado con Bismarck acerca de lo de tu espada, dice que nos ayudará.

Nilan: Oh, ¿de verdad?

Bismarck: Claro que sí, vosotros me ayudasteis en el pasado a encontrar al ente lunar, es lo mínimo que puedo hacer. Según lo que me dijo Suly, fue una tal Viria la que os robó vuestras cosas cuando os atacaron los monstruos, muy astuta he de decir, sin embargo, se habrá dirigido a la ciudad portuaria que veis allí.

Bismarck señaló a la ciudad situada en el horizonte, al norte, solo debían seguir por la costa hasta llegar, habría aproximadamente unos dos kilómetros y medio entre la cabaña y el puerto.

Nilan: ¿Y sí la ha vendido ya? ¡Qué problemón!

Suly: Nah, descuida, buscaremos por todos lados.

Fox: Ey jefazo, el chico ha empatado conmigo en el combate, así que si pillamos al mercader que compró esa ganga, le pagaremos un pastón y listo. ¡Asunto solucionado!

Suly: ¿¡Qué!? ¡¿De verdad empataste!?

Nilan: Sí, bueno...

Suly: ¡Increíble, a mí me dio una paliza y de las grandes!

Zetrya: Sí Bismarck, se lo merece. Bueno, podemos ir ya, yo no tengo nada mejor que hacer.

Nilan: E-espera, ¿vas a ir así tal cual?

La mujer apenas iba vestida, llevaba su biquini simplemente. Esta miró extrañada al joven.

Zetrya: Sí, ¿por qué lo preguntas?

Suly, que captó las cosas al vuelo, le dio una fuerte colleja a Nilan para que se callase.

Suly: Nada Zetrya, no le hagas caso, vamos. ¡No hay tiempo que perder, esa niñata se va a enterar cuando la vea!

Zetrya: Jejeje, bueno, sí, vamos. Fox, ¿tú te quedas?

Fox: Sí, es mejor que yo me quede ruleando por aquí, así me aseguro de que no hay follones. ¡Suerte tía buena, adiós jefazo!

Zetrya: ¡Pero bueno, lo que hay que oír! Jajajaja.

Bismarck: Partamos pues.

Suly, Nilan, Bismarck y Zetrya se pusieron en marcha, no sin antes recibir miradas de asombro por parte de algunos habitantes de la zona o miembros de aquel clan. Bismarck se había ofrecido a ayudar a unos desconocidos, visto desde sus ojos, era algo impresionante.

Bismarck: Bueno, pues supongo que ya os habréis presentado todos, ¿o este humilde servidor se equivoca?

Suly: ¡Claro que sí, no te preocupes!

Bismarck: Y a todo esto, me he acordado de ello ahora. ¿Qué ha sido de Félix, vuestro amigo?

Nilan y Suly se quedaron en blanco, cierto era que se habían olvidado por completo de él y desapareció sin dejar rastro en Los Montes Lunares. Se miraron, confusos, sin saber qué responder.

Nilan: Pues no estamos seguros, desapareció...

Bismarck: ¿Así tal cual?

Suly: Sí, no sabemos qué ha sido de él desde hace un año y poco.

Zetrya: ¿Félix es aquel que mencionaste la otra vez?

Bismarck: Así es, creo que es hora de seros sincero, ¿vosotros supisteis en algún momento que él utilizó Hechicería Verde en sí mismo?

Nilan: ¿¡Qué!?

Bismarck: Lo he meditado bastante desde la última vez que os vi juntos en la Llanura Central, al comienzo Duendecillo y yo, ambos, tuvimos un mal presentimiento de ese joven, parecía ocultar algo, y analizando mejor sus características llegamos a la conclusión de que usaba Hechicería Verde.

Suly: ¿Pero qué estás diciendo Bismarck? Analizar a alguien por verlo una primera vez no quiere decir que sea correcto tu planteamiento, las primeras impresiones son malas.

Bismarck: Sí, el problema está en que lo he visto ya en alguna que otra ocasión, en la ciudad portuaria a la que nos dirigimos.

Suly: ¿Y qué se supone que hacía allí?

Bismarck: No lo sé, pero sí pude confirmar que era bastante astuto, ese individuo no es tonto. Le acompañaban una chica y otro chico, uno se hacía llamar Cecil, creo recordar. En cualquier caso, ¿para qué demonios iba con vosotros utilizando esa clase de cosas?

Nilan se quedó de piedra prácticamente al oír eso. Cecil. Era la persona que estaba buscando, ¿y estaba con Félix? ¿Qué los relacionaba? Era una idea bastante loca, pero puede que no lo fuese tanto, al fin y al cabo.

Suly: Nil, ¿no era Cecil a quién buscabas? ¿Crees que será el mismo?

Nilan: Bismarck, ¿ese Cecil qué edad tenía?

Zetrya: Aproximadamente la tuya.

Suly: Pues va a ser él.

Nilan: Imposible... ¿Félix y Cecil? ¿Qué hacen ambos juntos, por qué? ¿Dices que Félix utilizó Hechicería Verde en sí mismo durante nuestro viaje? No tiene sentido, ¿¡por qué haría eso!?

Suly: A fin de cuentas, no es tan extraño, date cuenta que a partir de la mina cambió de actitud...

Suly se detuvo, sin saber qué más argumentar, hasta que su rostro se iluminó como si una inspiración divina vislumbrase.

Suly: ¡Y se desmayó varias veces durante el viaje, ¿recuerdas!?

Nilan: Oh no... ¿Por qué iba a hacer eso? Sería por el calor, es normal.

Suly se cruzó de brazos para después llevarse una mano a la barbilla, analizando la situación.

Suly: Espera, Paradox también sospechó de él cuando lo conocimos, pensaba que el viejo se equivocaba, pero aquí tenemos testigos de que no. Y también me parecía sospechoso que lo supiese todo siempre, vamos, era demasiado perfecto, tan noble, tan buen chico, con una pasta inmensa encima para comprar las Kazurras, un mapa, conocimiento acerca de todo excepto de las ruinas y... ¡Oh! Aquel tal Jack también mencionó que Félix era el más peligroso de nuestro grupo. Además, ¿cómo demonios se infiltró en la mina con Alyse si había como unos trescientos y tantos guardias? No sé tú Nil, pero a mí me huele raro este asunto.

Zetrya: Y ahí están todas las pruebas que confirman definitivamente nuestras sospechas, muchas gracias Suly.

Bismarck: En fin, lo que haga o no, no es asunto nuestro. Ya llegamos, la ciudad es grande así que es mejor que nos separemos en parejas.

Suly: ¡Yo voy con Bismarck, por supuesto!

Nilan, que hasta entonces permanecía casi en shock por aquella discusión, volvió a la realidad al saber que le tocaría ir con aquella atractiva mujer, vista desde sus ojos, que se iba a pasear por la ciudad prácticamente desnuda. ¿Cómo iba a poder hacer frente a eso?

Nilan: ¿¡Q-qué!? ¿¡Parejas!?

Zetrya: En efecto, parece que nos toca juntos, jejeje.

Nilan: ¡Suly, ya te vale!

Suly: ¿Por qué te molesta? ¿No quieres recuperar la espada? Zetrya no es ninguna cualquiera, por algo es la co-líder de su clan.

Bismarck: Bien entonces, pongámonos en marcha, ¿sabéis cómo es la espada? Según Suly tiene una preciosa perla rosa en el mango, así que es algo que salta a la vista.

Nilan: B-bien...

Suly y Bismarck se adentraron entre la muchedumbre de la ciudad, dejando a solas a Zetrya y Nilan. El joven intentaba mirar en cualquier otra dirección, evitando la mirada con la mujer, a pesar de que esta se diese cuenta de sus intenciones desde que comenzó el combate contra Fox.

Zetrya: Entonces Nil. ¿Vamos? La ciudad es grande, lo más seguro es ir al puerto para vigilar que ningún barco se marche con tu espada.

Nilan: Oh, s-sí, claro, el puerto...

Zetrya suspiró ante el comportamiento de Nilan, aquello les acarrearía problemas en el futuro, por lo que decidió zanjar el asunto de una vez. Agarró al chico por el hombro y puso su cara a pocos centímetros de la suya, mirándolo con seriedad y determinación, se comía al chico con la mirada. Este no lo pudo evitar, se sonrojó totalmente y no había vuelta atrás.

Zetrya: Mira, si quieres mirarme el cuerpo porque te atraigo, no tengo queja, tú tampoco te quedas corto, guapetón, pero estoy haciendo esto por ti, así que espabila, mueve el culo, piensa con la cabeza de arriba y deja esas tonterías de una vez, o tendré que pasar de ti e ir yo a mis cosas, ¿te quedó claro, Nil?

La mujer le guiñó un ojo y se separó de él bruscamente. El adolescente no tenía palabras y tras escuchar eso, sus mejillas volvieron a la normalidad con el paso del tiempo. Era la primera vez que una mujer le decía eso, y se sintió decepcionado consigo mismo por su aparente actitud sin fundamento, la cual sólo servía para poner impedimentos a su tarea. Su espada estaba en juego.

Nilan: Vale, claro como el agua, te sigo...

Zetrya: Bien, así me gustan, obedientes y con sentido común, puede que al final te de una oportunidad y todo.

Nilan: Ug, ¿pero qué le pasa a esta mujer?

Su compañera pareció ignorar ese último comentario y se adentró en la ciudadela, más le valía al protagonista adelantarse y seguirla, de lo contrario la perdería de vista. En esta ocasión, la pareja se dirigió al puerto.

Durante el trayecto fueron muchos los que observaron el cuerpo de aquella hembra, Nilan se sintió incómodo por eso, llamaban demasiado la atención, pero a ella no le parecía importar lo más mínimo, de hecho, se diría que disfrutaba con tales acciones.

Una vez llegaron al puerto, Zetrya se detuvo en seco ante una taberna, en una pequeña plaza situada frente al vasto e inmenso océano. Se giró hacia el chico para preguntarle acerca de la identidad de la ladrona.

Zetrya: A todo esto, no me has descrito la apariencia de esa tipa que te robó, ¿cómo era?

Nilan sorprendido se puso recto, intentando contestar con todos los detalles posibles, otro error del que debía aprender, tenía que espabilar más.

Nilan: Pues tenía el cabello de color rosa, ojos naranjas, delgada, no muy alta, vaqueros ajustados y chaqueta negra. Creo que no me he dejado nada. Fui incapaz de moverme por el Basilisco, y aprovechó la ocasión para robarme. Soy un desastre.

Nilan se llevó una mano a la nuca, reflejando en su rostro cierta vergüenza y decepción por bajar la guardia de aquella manera.

Zetrya: Vale, pues iré a buscar información, tú simplemente quédate por aquí y no hagas nada que te ponga en peligro. Sería una lástima que un chico como tú terminara sin un brazo o algo similar. Chaito.

Zetrya le volvió a guiñar un ojo y se perdió entre la gente. ¿Qué se suponía que tenía que hacer Nil allí? ¿Esperar? Eso no era suficiente, pues pudo observar diversos barcos y navíos zarpando a quién sabe dónde, en cualquiera de ellos podía estar la espada y sus pertenencias. La desesperación se lo comía por dentro.



Travesía por el mar.
Spoiler: Mostrar
Nilan: ¿Pero adónde va ahora esta? En fin, tendré que esperar por aquí.

El chico se apoyó en una barandilla de la plaza frente a las olas del mar, las que salpicaban de vez en cuando sus pies. Aquella ciudad portuaria tenía mucha vida, a pesar de todos los problemas y misterios que le rodeaban, disfrutó bastante al ver tanta gente y un paisaje tan bello. Se sumió en sus propios pensamientos, olvidando el mundo exterior.

* * * * *


Daril: ¡Rápido hijo, huye, ahora!

Nilan: Padre... ¿¡Por qué!?

Daril: No hay tiempo que perder, debes huir, eres la única esperanza que nos queda...

Nilan: ¡No entiendo nada!

Daril, su padre, de cabello rubio, piel blanca junto con una llamativa y atractiva barba dorada, vestía en ese momento las ropas típicas de un campesino, pues su familia no era muy reconocida en Mystical, no poseían poderes económicos muy grandes, a pesar de ello, eran importantes, eran la última esperanza.

Tanto Nil como aquel hombre, ambos, se hallaban en un bosque en llamas bajo la luz de la inmensa luna color rosa. Los soldados de Ferión se aproximaban a la zona y no podían permitirse perder ni un instante, cada segundo era valioso. Daril se giró para agarrar a su hijo por ambos hombros y mirarlo con desesperación y amargura.

Daril: Hijo... Nunca quise hacerte esto, nunca quise cargar tal responsabilidad en tu vida, pero puedes confiar en mí, siempre, SIEMPRE, te estaré apoyando en todo. Ahora, ¡ve! ¡Huye!

Nilan estalló en llanto, no podía creer lo que estaba escuchando.

Daril: Cecil, Bel, tu madre, todos tus amigos, los profesores, el alcalde Wattson, todos sin excepción, han muerto. Ferión ha exterminado nuestro pequeño reino. Eres nuestra única esperanza, debes sobrevivir, aunque ahora no entiendas nada, todo llegará a su momento, ¡siempre contarás con mi apoyo!

Nilan: Pe-pero... ¡No, no quiero dejarte, sé que vas a morir, no te dejaré solo!

Daril se intentó secar el sudor de su frente, completamente amargado y desesperado.

Daril: Hijo, vete de una vez. No hay vuelta atrás, ya verás que con el tiempo todo mejorará, ahora huye. Corre, sólo debes avanzar recto y salir del bosque hacia la frontera de Ferión, una vez allí intenta huir hacia cualquier lugar, pero que los soldados no te encuentren, ¿entendido?

Nilan: Bi-bien... Lo intentaré...

Las lágrimas se secaron al instante por efecto del abrasador calor de la zona.

Soldado de Ferión: ¡Por allí, ahí los veo!

Daril: Vamos, huye, no... ¡Vive!

Los ojos del muchacho se abrieron como platos al escuchar la última palabra, intentó con todas sus fuerzas no mirar atrás y corrió desesperado entre llantos hacia la frontera de Ferión y el reino de Leithard. Pudo escuchar diversas explosiones y gritos en el interior del bosque, no era el único que estaba huyendo, algunos aldeanos más lo intentaban pero... Les estaban dando caza, uno por uno, sin piedad.

Capitán Leonard: ¡Uno menos por aquí!

Aldeano: ¡Aaaaah, s-socorro, noo por favor! ¡Aaah!

Soldado de Ferión: ¡Muerte a los traidores!

Aldeana: ¡No, aaahh!

Nilan debía seguir corriendo, no mirar atrás, tenía que sobrevivir a cualquier coste... Y así lo hizo. Sobrevivió, fue el único superviviente de la masacre que se llevó a cabo entre las llamas y la sangre. Sin embargo, no comprendía qué hacía allí, ¿cómo es que corría entre el fuego y gritos de agonía? ¿Cómo es que su padre se había sacrificado por él? Nada tenía sentido, pero él, debía sobrevivir.

Nilan: Uf... No puedo más, ayuda...

El chico llegó a un pequeño risco, comenzó a llover y las montañas se aclararon un poco más. Se hacía de día. Se intentó tapar con los brazos, pues sus ropas no le protegían lo más mínimo. El chico se quedó allí, completamente traumatizado por lo que había sucedido, lo último que recordaba era esta la tarde del día anterior jugando con Cecil, con Bel y con Tom cerca del corral de Kazurras pero... ¿Cómo es que terminó en el bosque? Nilan, por muy sorprendente que pareciese, no recordaba absolutamente nada.

Pasaron las horas.

Nilan: Padre, madre... Bel, Cecil... Tom... Viejo Wattson...

Soldado de Ferión: ¡Aquí hay alguien!

Nilan se sobresaltó por el terror que recorrió todas y cada una de las células de su cuerpo. Miró a su alrededor, no tenía posibilidad de escape, solo le quedaba el suicidio. Entonces las palabras de su padre le vinieron a la mente...

“Vive”

No podía morir. Esperó allí, completamente congelado y destrozado, aguardando a los militares que vendrían a rematar su lamentable existencia, sin embargo, habían pasado ya muchas horas desde la matanza, ¿seguirían teniendo sed de sangre?

Soldado de Ferión: Mira, es éste crío, ¿quién es y de dónde es? Será mejor apresarlo y llevarlo a las Mazmorras del castillo.

Junto a aquel soldado venía otro, éste último sacó de una gran maleta de cuero unas cadenas y grilletes, se disponía a capturar a Nil allí. El chico no opuso ninguna resistencia, no debía cometer ninguna locura, no debía morir.

Fue entonces cuando ambos militares lo llevaron por un sendero de rocas saliendo del bosque. Media hora después la lluvia seguía y frente a ellos se alzaba un puente...

* * * * *


Viria: Vaya, vaya, el tío bueno por aquí, ¿qué me cuentas guapetón?

Nilan volvió en sí tras escuchar esa voz femenina tan familiar, todavía permanecía apoyado en la barandilla frente al mar, en la pequeña plaza junto al bar. Miró a su lado, y allí, apoyada también, estaba la chica que le robó la noche anterior. ¿Cómo se atrevía tan descaradamente a presentarse allí? Nil se sobresaltó.

Nilan: ¡Tú! ¡Tú fuiste quién me robó en la cueva!

El chico la señaló completamente nervioso, miró a su alrededor intentando ver a Bismarck, Suly, o Zetrya, pero no encontró a nadie a primera vista, había mucha gente.

Viria: Oye, señalar es de mala educación, ¿no te lo habían dicho?

La chica se aproximó y le bajó el brazo, agarrándole de la mano y mirando al mar, sin soltar esta.

Viria: No me puedo creer que fueras tan pardillo, ¿has venido a la ciudad para buscarme y vengarte o algo así? Bueno, aquí me tienes.

Nilan soltó su mano de manera agresiva y brusca, evitando darle cualquier confianza. Estaba claro que la adolescente no era de fiar, en absoluto.

Nilan: ¡Oye, qué me has robado mis cosas! ¿¡Tú de qué vas tía!?

Viria: Pero bueno, ya te lo dije, mi estómago iba antes que lo que llevas entre las piernas, tengo que comer, ¿sabes? Una linda chica como yo tiene que estar bien alimentada, ¡y mírame! ¡En los huesos estoy!

Nilan: ¡Cállate, deja de irte por las ramas, dime dónde están mis cosas a la de ya o...!

Viria: ¿O qué? ¿Me vas a pegar? Lo estoy deseando...

La astuta mujer se acercó rápidamente al chico, apoyando una de sus manos sobre su pecho y dejando su rostro a centímetros del suyo. Éste se vio presionado, no debía dejarse llevar, estaba claro que sus intenciones no eran buenas para nada, le volvería a robar o hacer alguna jugarreta sin duda. Éste la apartó bruscamente de un golpe.

Nilan: ¡Tía, no te enteras, que me devuelvas mis cosas!

Viria: Grr, ¡estás hecho una fiera! Mira, ¿qué tal si vamos a comer a la taberna? Yo invito, es lo menos que puedo hacer por ti después de haberte dejado sin blanca.

Nilan: ¿¡Qué...!?

El chico no soportaba más aquello, su paciencia estaba en sus límites, sin embargo, un rugido proveniente de su estómago lo calmó. Se llevó una mano hacia éste y miró avergonzado a la chica.

Nilan: Vale, tú invitas, pero te tendré vigilada.

Viria: Je, parece que tu estómago ha hablado por ti machote. Vamos.

Y así la escurridiza mujer se adelantó entre la gente y las mesas hasta adentrarse en la taberna de la plaza. Nilan obviamente la siguió con extrema cautela. Una vez en su interior la chica se sentó al fondo, junto a unas preciosas vistas del mar, la brisa jugaba lentamente con su alborotado y descuidado cabello. Nil se sentó al otro lado de la mesa, sin saber bien qué decir, la tal Viria le iba a invitar a comer después de haberle robado, ¿qué se proponía realmente? Difícil era saberlo, o tal vez no.

Nilan: ¿Y bien?

Viria: Pide lo que te parezca, todo lo que quieras y hártate a comer, yo misma haré eso. ¡Camarero!

Un camarero que rondaba por la zona se aproximó para tomar nota de sus pedidos. La chica no se quedó corta, pidió de absolutamente todo, tenía pensado darse un buen banquete, Nil por el contrario dudaba de qué pedir, no estaba seguro de estar haciendo lo correcto, pero por el momento decidió seguir su juego.

Viria: Mmm, esto está delicioso, ¿qué te pasa? ¿No comes?

Nilan: Oh, sí, sí, pero primero he de ir a lavarme un poco las manos, ahora vuelvo.

El chico se levantó de la mesa y se dirigió a los lavabos, su higiene era lo primero. Viria que era muy astuta aprovechó la ocasión para sacar un pequeño frasco de uno de sus bolsillos, en su interior se podía distinguir un extraño líquido de color rosa. Lo derramó en la bebida de su invitado y disolvió éste con una cuchara, impecable, ni siquiera se notaba. Siguió comiendo como si nada pasase tras tirar el frasco rápidamente al mar por la ventana, nadie se percató de sus acciones.

Nilan: Ya estoy, vaya, ¿he tardado?

Viria: Un poco, creo que se te ha enfriado, espabila y come, pide todo lo que quieras, ¡qué yo invito!

Y así el jovencito aprovechó la invitación de la mujer y se hartó a comer, aunque en ningún momento bebió agua. Viria comenzaba a desesperarse, si él no bebía ella misma tendría que pagar, pues la idea era dejarlo dormido y cargarle el muerto.

Viria: ¿No bebes?

Nilan: ¿Em? No, no tengo sed la verdad... Por cierto, dime de una vez dónde has metido todas mis cosas, si me lo dices prometo no hacerte nada ni delatarte.

Nilan tenía que aprovechar aquella ocasión para sacarle toda la información posible, era una oportunidad única, y también ganaría tiempo hasta que llegaran sus compañeros.

Viria: Bueno vale, te lo diré si es lo que quieres...

Nilan: ¿De verdad? Vamos mujer, no te cuesta nada, solo espero que no las hayas vendido.

Viria miró al suelo tras escuchar sus últimas palabras, mostrando un aparente arrepentimiento, obviamente, fingía.

Viria: Pues me temo que ya las vendí, pretendía gastarme el dinero para invitarte a comer, ¿acaso he hecho algo malo?

Aquello de hacer teatro le venía en la sangre. Sus ojos se mostraron llorosos por unos instantes, llegando incluso a preocupar al inocente hombre que se hallaba al otro lado de la mesa.

Nilan: Oh, si esa era tu intención... No, no has hecho nada malo, pero deberías haberme preguntado primero, esas cosas eran muy valiosas para mí.

Y tanto que lo eran, la ladrona se había forrado como nunca. Cargarle la cuenta de aquel banquete a él y no gastarse ni un Bíbel para luego gastárselo todo por ahí, sin duda, no era ninguna tonta. Pese a todo, si Nilan no bebía su plan fracasaría estrepitosamente, necesitaba que comiera y comiese hasta que sintiera la necesidad de beber algo.

Viria: L-lo siento mucho... Es que de hecho, el mercader al que se las vendí se dirigía ahora mismo a Lemuria, por eso ya no es posible recuperar tus cosas.

De sus ojos brotaron unas pocas lágrimas, lo peor es que el chico se creía al pie de la letra su actuación, y algún que otro personaje de por allí les miró con malos ojos, pues pensaban que Nil le había dicho algo inapropiado a la jovencita. Éste intentó corregir eso a toda costa.

Nilan: Oh, Lemuria...

No tenía ni idea de lo que era. Se levantó algo nervioso y se dirigió hasta ella.

Nilan: Si me acompañas durante el viaje te prometo que no le diré nada a nadie cuando todo termine, podrás seguir campando a tus anchas, pero por favor, esto sí te lo ruego... ¡Dime cómo llegar!

El chico hasta se arrodilló suplicándole.

Viria: Vale, pero primero, terminemos de comer. Anda, bebe un poco de agua, te vendrá bien.

El chico asintió y volvió a su asiento, las pocas personas que se preocupaban por la situación volvieron a lo suyo inmediatamente, más que preocuparse, querían enterarse de asuntos ajenos.

Nil bebió un trago de agua, en ese momento los ojos de la chica brillaron como nunca, había triunfado. Sin embargo, en ese preciso instante llegó Zetrya al bar.

Zetrya: ¡Ahí estás!

Viria: ¿Y está quién es?

Viria se molestó por la presencia de aquella mujer, ¿sería acaso amante o pareja del chico? Fuera lo que fuese, ya no podría elaborar su plan, le tocaba pagar pero... Siempre había una manera de escapar. Nilan comenzó a verse algo confuso o mareado, no tardaría en caer al suelo, y ni siquiera había terminado de beberse el vaso entero.

Zetrya: Vaqueros ajustados, cabello rosa, chaqueta... Con que tenemos aquí a la misma que ha provocado todo este lío, ¿eh?

Viria se encogió de hombros, presionada, fulminó con una mirada llena de odio a la mujer que inesperadamente había hecho acto de presencia allí.

Viria: ¿De qué estás hablando? Bueno, ¡yo no tengo más tiempo que perder, me piro a Lemuria, nos vemos!

Viria se levantó descaradamente intentando huir de allí lo más rápido posible, pero fue incapaz, Zetrya le agarró del hombro con fuerza, inmovilizándola allí.

Zetrya: ¿A dónde te crees que vas, niña?

Viria: ¡Quita tus sucias manos de encima golfa!

Nilan no pudo seguir la conversación, cayó dormido al suelo. Por otro lado la ladrona salió disparada hacia la salida, saltando sobre algunas mesas y empujando a los camareros que en su camino se encontraban.

Zetrya: ¡Vamos chico, corre que se escapa!

La mujer se viró hacia el muchacho, pero para su sorpresa éste estaba fuera de juego. Intentó cargar con el cuerpo del chico hasta la salida, no sin antes observar la bebida, en ese momento lo comprendió todo, pues sus amplios conocimientos la ayudaron a lograrlo.

Zetrya: Vaya, vaya, muy astuta la niña.

Sin embargo, al final el plan de Viria mordió el polvo estrepitosamente. Suly y Bismarck entraban en la taberna cuando ella estaba dispuesta a salir, se chocó con estos y cayó al suelo, disgustada y nerviosa.

Viria: ¡Pero quién...! ¡No me jodas, tú!

Suly: ¡Ella, ella misma es la que nos robó anoche!

Bismarck: ¿Y qué hace aquí? Bueno, mira el lado positivo, ya no tenemos que buscar.

Viria: ¡Lo que me faltaba, perdeos pringados!

La chica sacó de su bolsillo una bola gris que pretendía lanzar al suelo y, con ello, llenar la taberna de gas para poder escapar, pero Bismarck apareció fugazmente a su espalda y le agarró fuerte el brazo con el que sujetaba dicha esfera, para después cogerla él mismo y guardarla.

Bismarck: No amiga, resígnate, has perdido.

Suly: ¡Por fin, sabía que Bismarck no nos fallaría, al fin te atrapamos niñata!

Viria: ¡Cómo es posible! ¡No, esto no puede estar pasandooooo!

La chica forcejeó con todas sus fuerzas, pero en vano, la resistencia de Bismarck era inquebrantable, el hombre no se movía del lugar.

Había sido capturada definitivamente.

Zetrya subió por las escaleras concentrada, el cuerpo de Nilan levitaba en el aire gracias a unas peculiares corrientes de aire que lo mantenían ahí.

Zetrya: Al fin te hemos capturado, pretendías burlarte otra vez de este chico, muy lista.

Suly: ¡Juas, no contabas con que teníamos aliados, ¿verdad!?

Suly se acercó y le agarró los mofletes, burlándose de ella y en parte, vengándose. Esta reaccionó de forma violenta y agresiva, apartando su mano de su cara.

Viria: ¡Cállate, mantén esa boca cerrada hijo de...!

Bismarck: Basta ya, has perdido, ahora salgamos de aquí, claro, después de que hayas pagado todos los destrozos.

Viria: ¡No, no, me niego, tengo que escapar!

Seguía forcejeando, pero Bismarck no se movía ni un centímetro.

Camarero: Perdonad pero...

Zetrya: Sí, ahora mismo te pagamos.

La mujer agarró un bolso que llevaba la ladrona cerca de la cintura y lo abrió, en efecto, estaba a rebosar de dinero, el que había obtenido tras vender las pertenencias de Nilan.

Zetrya: Para usted, lamentamos los destrozos.

Y le lanzó el bolso al camarero, quién no se lo pensó dos veces y lo atrapó en el aire.

Camarero: Perfecto, es impresionante, ¡cuánto dinero! Pero por favor, ¿pueden irse ya? No queremos ver más estragos aquí dentro.

El hombre mostró una amplia sonrisa al ver la desorbitada cantidad de dinero que le habían entregado, daba para pagar todos los desperfectos e irse de vacaciones al menos tres o cuatro años. Viria miró perpleja la escena, se había quedado completamente pálida, lo perdió todo.

Viria: ¡No, noo, dadme eso malnacidos! ¡Es mío, yo lo conseguí! ¡Qué me lo deis de una puta vez jodeeeeeer!

Zetrya le bofeteó en la cara con fuerza, la chica calló asustada y resignada. Había perdido.

Zetrya: Nos vamos.

Y salieron todos del local, Suly tuvo que cargar con el cuerpo de su amigo, pues éste todavía estaba durmiendo. Una vez en la plaza el grupo se detuvo a interrogar en una esquina algo aislada a la chica, ahora presa entre los fuertes brazos de Bismarck.

Zetrya: Bien, ya vas soltando qué has hecho con las cosas de estos chicos.

Viria no respondió, se limitó a mantenerse en silencio, impotente y furiosa. Fulminaba con la mirada a la otra mujer.

Zetrya: No dices nada, bien...

Otra bofetada.

Zetrya: Venga, desembucha niña, no tenemos todo el día.

La chica siguió callada, retando a Zetrya a que le bofeteara cuantas veces quisiese, ella no diría absolutamente nada.

Bismarck: Creo que esta no es la solución, así no soltará prenda.

Suly colocó a su amigo junto a un muro para adentrarse luego en el núcleo de la discusión.

Suly: Si llevaba toda esa pasta encima, quiere decir que ya ha vendido las cosas, ¿pero a quién?

Viria: Seguid soñando si creéis que voy a decir algo hijos de...

Zetrya: La niña está hoy respondona.

Y le pegó otra bofetada en la cara.

Suly: Te lo tienes merecido.

Viria fulminó en un primer momento con su mirada a Suly, pero luego comprendió que sería absurdo seguir así, solo lograría que le golpearan de nuevo.

Viria: ¿Qué haréis una vez os lo diga? ¿Acabaréis conmigo? ¿Me llevaréis a una mazmorra? Pf, vosotros no necesitáis robar para sobrevivir, ¿verdad? Me dais asco, hipócritas.

Bismarck soltó a la chica y esta se vio impresionada por tal acto, ¿acaso querían que escapase? Viria no tomó tal acción, estaba completamente rodeada, intentar escapar le serviría para llevarse otro bofetón.

Zetrya: ¿Qué pretendías con Nilan en la taberna?

Viria: Lo veis durmiendo, ¿verdad? Si yo me largaba de allí él tendría que pagar todo, yo no quería gastar absolutamente nada, dormir a ese memo era la mejor opción, quería aprovecharme de él una última vez. ¿Feliz ya?

Suly: Madre mía con la niña... Si tonta no es.

Bismarck: Suponiendo pues que todos esos Bíbeles eran de lo que vendiste, ¿dónde están sus pertenencias pues?

Viria suspiró, no quería seguir respondiendo nada, pero la impotencia y las ganas de querer irse de allí podían con ella.

Viria: Se lo vendí todo a un mercader, éste se fue a Lemuria antes en un barco. ¿Feliz ya?

Suly: ¿¡Qué!? ¿¡Lemuria!? ¿¡Cómo vamos a llegar ahora!?

Suly se llevó las manos a la cabeza debido a los nervios.

Zetrya: ¿Lemuria? Bismarck...

Zetrya miró con seriedad al líder de su clan, ¿qué querría decir?

Bismarck: Entiendo, bien. Viria, si nos ayudas a recuperar las cosas te pagaremos lo que habías recuperado al vender las mismas, ¿te parece? Buen trato es he de admitir.

Viria: ¿Qué? ¿Cómo estáis tan seguros de que vais a hacerlo y no me llevaréis a unas mazmorras luego?

Suly: No te fías ni de tu sombra, ¿eh?

Viria: No.

Zetrya: Bismarck, tú puedes volver a la sede del clan, yo los llevaré hasta Lemuria, y Viria, si quieres que nos ganemos tu confianza, lo mínimo que puedes hacer es ayudarnos para compensar lo que has hecho, ¿no te parece? Si no aceptas, podemos detenerte aquí mismo y llevarte a unas mazmorras.

Viria retrocedió, casi asustada por sus palabras. ¿Confianza? Eso le daba mucho miedo a la chica, auténtico terror. Sin embargo, podía sacar provecho si viajaba, incluso podría huir, aceptaría con mucho recelo.

Viria: Bien, acepto, no tengo alternativa.

Suly: ¿Podremos fiarnos de ella?

Bismarck: Si quiere recuperar lo que ha perdido y ganarse nuestra confianza, así será. Yo volveré con la gente, si queréis algo, usad a Duendecillo.

Una nube de humo surgió en el hombro de Bismarck, en cuanto se disipara todos podrían ver a un pequeño duende que ya conocerían de antes, excepto Viria.

Bismarck: Podéis confiar en él ciegamente, es muy leal, ¿a qué sí?

Bismarck le acarició la cabeza y la mimosa criatura respondió con alegría.

Suly: Pero, esperad, ¿qué se os ha perdido en Lemuria? ¿Estáis dispuestos a ir tan lejos?

Zetrya: Es cierto, tenemos asuntos que resolver allí, si no los tuviésemos da por hecho que no os hubiésemos podido acompañar.

El diminuto duende saltó al hombro de Zetrya, esta no pareció incomodarse por su presencia.

Viria: ¿Entonces, nos vamos ya o qué?

Suly: ¿Desde cuándo tienes tanta prisa por ir?

Viria: ¿A ti qué te importa?

Viria había encontrado sus razones para viajar con ellos: Encontrar al mercader al que le vendió las armas y robárselas.
Otro infalible plan, ¡qué interesada!

Bismarck: Bien, os dejo pues. Os desearía suerte, pero sé que no la necesitáis.

Y Bismarck se perdió entre el populacho. Nilan seguía dormido, aquel potente veneno lo había dejado soñando con los angelitos más dulces, o angelitas. Suly cargó con su cuerpo de nuevo y junto a las dos mujeres, se dirigieron al puerto, al norte de la ciudad.

Suly: ¡Hala, hoy sí que hay barcos!

Viria: Chico, ¿de dónde has salido, de una cueva?

Inmensos galeones atracaban y zarpaban ese día, muchos otros barcos traían ingentes cantidades de criaturas marinas entre sus redes, otros simplemente llevaban turistas en sus cubiertas. Un bonito paisaje junto con el fuerte olor del agua del mar.

Zetrya: Creo recordar que el alcalde de la ciudad nos avisó de que había todavía un barco que zarpaba a Lemuria hoy. Debe ser ese...

Viria: Pues andando.

Capitán del barco: ¡El barco hacia Lemuria está a punto de zarpar, rápido!

Zetrya se acercó al capitán del barco, pues ya estaban soltando marras y en apenas unos segundos zarparían.

Zetrya: Hola capitán, ¿podemos subir?

Capitán del barco: ¡Oh, dichosos ojos, Zetrya! ¿Tú eres la invitada especial hoy? Muy bien, sube.

Zetrya: Sí, pero me gustaría que estos chicos que me acompañan subiesen conmigo hacia Lemuria.

Capitán del barco: ¡Oh claro, todos los que te acompañan son bienvenidos, mucho gusto!

El capitán saludó a todos y cada uno de los presentes a medida que fueron entrando en el barco, se extrañó bastante al ver a Nilan durmiendo sobre Suly, y Viria le miró de mala gana, pero acompañaban a la famosa Zetrya, por lo que les dejaría a su aire.

Una vez a bordo, el galeón zarpó. Su destino, Lemuria.

Esa misma tarde Nil se despertó aturdido en su cama correspondiente, Suly y Viria estaban allí sentados sin decirse nada, desconfiaban el uno en el otro y esperaban con paciencia a que su amigo se despertase.

Nilan: Ug, ¿qué ha pasado? ¿Dónde estoy? ¿¡Por qué se mueve el suelo!?

Viria: Estás en un galeón, nos vamos a Lemuria.

Suly: Una historia muy larga Nil, descansa que te vendrá bien.

Nilan: Pero... Lemuria... ¿Eso qué es? Yo estaba comiendo en la taberna junto a ti.

Y señaló a la chica de cabello rosa y llamativos ojos.

Viria: ¿No sabes lo qué es Lemuria? ¿Qué has salido, de una cueva?

Suly: Nah, simplemente explícaselo. La chica esta que tenemos aquí al lado te puso una especie de suero en la bebida para dejarte allí durmiendo e irse sin pagar. Estaba forrada hasta las cejas gracias a tus cosas.

Nilan: ¿Pero cómo pudiste? ¡Qué descarada, yo confié en ti y te creí!

Viria: Porque eres idiota...

La chica miró en otra dirección, se negaba a aceptar que alguien confiase en ella. ¿Qué le había sucedido para terminar siendo tan desconfiada? Una vida dura, lo más probable.

Nilan: ¿Fue cuándo fui al lavabo? ¿Utilizaste el suero ahí? Jo, si es que no se te puede dejar ni un momento.

Viria: ¡Vale, ya ha pasado, os ayudaré, POR AHORA! Nada más que decir.

Nilan: Oh, vale...

Suly: A ver, que cuando te quedaste dormido entramos en la taberna a buscarte. Fui con Bismarck a la casa del alcalde a preguntarle unas cosas acerca de Félix, luego nos topamos con Zetrya por las calles y volvimos hasta la plaza aquella junto al mar, pero no estabas. Y nada, entramos de casualidad en la taberna de allí y vimos a Viria intentando huir, al final no le quedó otra que ayudarnos, pues dice que el mercader que tiene tu espada está allí, en Lemuria.

Nilan: Ahora me lo cuentas otra vez...

Nilan se rascaba los ojos y la cabeza, estaba completamente aturdido y el balanceo del navío no ayudaba en absoluto a mejorar, al contrario, empeoraba.

Suly: Te dije que era una historia muy larga. Y creo recordar que Paradox nunca te enseñó nada acerca de Lemuria, por lo que te lo explicaré ahora.

Viria: ¿¡Paradox!?

Viria se giró de inmediato hacia los chicos, ¿qué relación tenían con aquel anciano? Su curiosidad por ellos se despertó de pronto pero se mantuvo al margen de la conversación en todo momento, acechando entre bostezo y bostezo.

Suly: Lemuria es un reino situado al sur... Veamos, tengo un mapa por aquí, mira, es este.

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Nilan observó con curiosidad y asombro el mapa, cierto era que había estudiado ese último año acerca de las distintas localizaciones y reinos del mundo, pero desconocía todo lo referente a Lemuria.

Nilan: Parece que ese mapa es más reciente que el que nos entregó Félix.

Suly: Sí, el de Félix creo recordar que se lo habían dado en la escuela cuando era pequeño, uno muy, muy viejo. Y en definitiva, eso, vamos hacia Lemuria, qué es allí a dónde ha ido el comerciante, ¿cierto?

Suly le dedicó una mirada incómoda a la muchacha, esa se lo tomó de mala manera y estuvo a punto de contestar con insultos, pero debía sacarles información acerca de Paradox, y ganarse una falsa confianza con ellos para traicionarlos y robarle todas las cosas al mercader.

Viria: Sí, allí mismo se dirigía el tipo aquel. Has oído bien, Lemuria. ¿Te lo repito?

Nilan: Oye Viria, ¿así te llamabas no? ¿Por qué hiciste eso? Quiero decir... Mira en el lío en el que te has metido por robar a cualquiera, ¿qué es de tu familia? ¿Acaso no tienes?

Viria escuchó cada una de sus palabras, al comienzo se burló del pobre muchacho, ¿lío? ¿Cuál? Iba a ganar más beneficios que nunca y les iba a dar para el pelo, sin embargo, se quedó de piedra al escuchar acerca de su familia. Ella no tenía familia, nunca la tuvo. Se mantuvo unos momentos pensativa.

Viria: Pues... No, no tengo familia, nunca la tuve, ¡pero eso no os incumbe!

La chica molesta por verse obligada a hablar de sus miserias se enfureció y salió del camarote golpeando con fuerza la puerta al salir, necesitaba coger aire y alejarse de allí.

Nilan: Qué genio tiene...

Suly: Las tienes a todas loquitas, jajaja.

Nilan: ¡Su-suly! ¡Deja de pensar en eso todo el rato!

Suly: ¿Yo? ¡Pero sí eras tú quién se volvió loco con Zetrya en la playa! ¿Te fijaste en las miradas que te echaba? Vamos, le gustas.

Nilan: ¡Deja de decir tonterías, hazme el favor!

Suly: En fin chico, tienes menos sentido del humor que el Capitán Zack, oh diosa, siempre quise decir eso, jajaja. Cuando lo vea se lo diré.

Nilan suspiró y volvió a echarse en la cama, tapándose con las mantas.

Nilan: Te matará.

Suly: Pues nada, yo me piro para afuera, tardaremos unos dos o tres días en llegar, ¡así que descansa!

Nilan: Ten cuidado...

Nilan volvió a echarse una siesta allí, los efectos secundarios del suero de Viria le habían mareado, no sería de extrañar que tuviese que ir al baño de un momento a otro.

Por otro lado Suly subió a la cubierta para admirar el paisaje, el eterno océano. Entre la increíble cantidad de personas que rondaban por allí, el chico miró al horizonte en todas las direcciones, y el mar lo cubría todo. La tierra había desaparecido. También pudo ver a Viria apoyada en una de las barandillas, decidió acercarse y conversar con ella, pues era bastante misteriosa.

Suly: Parece que te has enfadado cuando han nombrado a tu familia...

Suly se apoyó igual que ella frente al mar, el galeón era inmenso y las olas ni siquiera se aproximaban a ellos. Comenzaba a hacerse de noche, ambos fueron testigos de un atardecer espectacular.

Viria: Es que eso no os incumbe, cotillas. ¿Qué habéis hecho vosotros para que merezcáis saber eso? ¡Nada!

La chica suspiró, realmente no quería hablar de sus asuntos, pero la puesta de sol era realmente hermosa desde allí, merecía la pena quedarse.

Suly: Mmm, no te lo tomes todo tan mal, para las pocas veces que nos hemos visto me has dado la impresión de que te ves presionada por algo, no sé, engañando a la gente y siempre a la defensiva, ¿qué te lleva a hacer eso chica? Nosotros no te hicimos nada, ni nunca te lo hubiésemos hecho.

Viria: Jajajaja, tienes que estar bromeando, vosotros no, pero yo tengo que comer, ¿sabes? Yo nací en una familia adinerada, en Leithard.

Suly: ¿De verdad? ¿Y por qué estás así ahora? ¿Los perdiste o algo?

Suly se empezó a preocupar, su bajo tono de voz en las últimas palabras así lo mostraba, no quería hacerle recordar nada malo a la chica pero a esta no le importó en absoluto, habló sin remilgos.

Viria: Sí, perdí a mi familia, la perdí desde el momento en el que los conocí. ¿Que qué quiero decir? Muy simple, me daban asco. Lo abandoné todo, prefería vivir yo sola a vivir allí una vida propia de una hipócrita, no me sentía a gusto con ellos, de hecho, sufría estando allí. Eran unas personas simplemente asquerosas, no en higiene, sino moralmente. Y bueno, aquí he terminado. ¿Contento ya? ¿Qué más quieres saber?

Viria se intentaba cerrar a Suly, pensó que si se ganaba su confianza contándole su vida le sería en un futuro más fácil robarle, sin embargo, la única a la que estaba engañando era a ella misma, realmente decía todas esas cosas porque quería tener amigos, quería tener a alguien en su vida.

Estaba completamente sola.

Suly: ¿De verdad? Es muy triste, en serio, aunque en parte te pareces a mí, mi familia es de Ferión, de hecho uno de sus Capitanes es mi padre, y hace ya un año que no voy para allá, me han tildado de criminal por ayudar a Paradox, el famoso Sapien.

Viria se vio impresionada por dentro, hablaba con alguien que tampoco tenía familia, decidió abandonar a la misma porque lo tomaban como un criminal. En ese instante sintió gran curiosidad por Nilan y el propio Suly, ¿qué les había llevado hasta allí? Parecían más importantes de lo que aparentaban... Y la muchacha también, por primera vez en su vida, sintió felicidad, la felicidad de poder conocer a alguien similar. Aunque al final siguió intentando engañarse a sí misma y continuó con aquella faceta suya tan antipática y misteriosa.

Viria: Una pena, también. En fin, el mundo es un asco, tanto que predican lo de La Diosa y nosotros así, de verdad, ¿a quién pretenden engañar? A mí por supuesto que no, esa deidad no es más que un invento para manipular al populacho. Todos hipócritas, todos viviendo en esa utopía falsa que se han inventado, llenos de ego y poder en esa burbuja de locura enfermiza mientras yo tengo que pasar hambre y robar por ahí para poder sobrevivir. He soportado lo insoportable, ¿y ha hecho La Diosa algo por mí? ¡Nada de nada!

Aquel discurso impresionó de sobremanera a Suly, Viria le estaba confesando sus ideales, y tenía mucha razón. Era realmente sabia e inteligente, decidió pasar por mil y una penurias para intentar alejarse de ese mundo tan cruel que llevaba el planeta al inminente colapso. La chica continuó.

Viria: En serio, no lo entiendo, ¿por qué Ferión y Leithard provocan tantas guerras por esa cosa que ni siquiera existe? ¡Es todo mentira! ¡Interés puro y duro! Están todos como cabras, ¿y tú vienes de allí? Lo siento mucho por lo que he dicho, pero es lo que pienso.

Suly: No, en absoluto, de hecho es impresionante que tengas tan claras las cosas... ¿Sabes? Creo que tienes razón.

Viria: ¿Crees? Le estás dando cuartelillo al ideal de Ferión. Piensa lo que quieras.

Suly: Mujer, no es fácil para mí pensar así de golpe, he crecido allí, me cuesta creerlo, no, mejor dicho, me cuesta aceptar la verdad, pero lo que dices tiene mucha razón.

Viria: ¿Acaso lo dudabas? ¿Y vosotros? ¿Qué os ha traído hasta aquí? ¿Cuál es vuestra historia?

Suly sonrió un poco, lleno de nostalgia. Comenzaba a oscurecer.

Suly: Pues fue toda pura casualidad, como cosa del destino, no sabría decirlo bien.

Viria arqueó una ceja confusa, ¿se terminaría explicando aquel muchacho o seguiría mareando la perdiz?

Suly: Veamos, yo vivía tan feliz en Ferión con mi padre, el Capitán Barock. Mi madre murió años atrás y bueno, a partir de ahí él fue incapaz de atenderme por toda la responsabilidad que llevaba encima, así que hizo un trato con Paradox, que vivía cerca de la frontera entre Leithard y Ferión, y vamos, el trato consistía en irme yo allí de vacaciones para que me entrenase, si el viejo cumplía sin hacer ninguna locura podría incluso vivir en paz... Mejor dicho, mi padre se encargaría de dejarlo vivir en paz, sin necesidad de Pactos ni nada.

Viria: Entonces esa es tu relación con él...

Suly: En efecto, sin embargo, un día todo cambió. Por aquel entonces mi reino estaba en guerra con Mystical, arrasaron ese pequeño lugar sin dejar apenas supervivientes y de pura casualidad viajando hacia la casa de Paradox me topé con uno de ellos. ¿Adivinas quién?

Viria: ¿El guap...? Digo, ¿tu amigo?

Suly: Sí, Nil. Me lo llevé a la casa de Paradox conmigo, no supe bien porqué, pensé que necesitaba ayuda y me parecía muy injusto que unos militares apresaran a un niño, es más, pude ver como lo maltrataban por el camino. Al final el Capitán Ridley nos dio caza y nos vimos obligados a asesinarlo, no... ¡no tuvimos opción!

Suly parecía realmente arrepentido por la muerte de aquel hombre.

Viria: ¿¡Asesinasteis a uno de esos!? ¡Vaya, vaya, al final sí que me caeréis bien! Algo había oído de que un Capitán murió en la guerra, y ahora me entero de que lo vencieron unos niños y un anciano. ¡Esto es de risa!

Suly: Sí, pero lo siguiente sí fue más espectacular, nos vimos obligados a huir pues el ejército de Ferión nos buscaba sin descanso por aquellas tierras. Huimos al norte, a Los Montes Lunares, una vez allí cogimos un encargo para poder burlar a los militares y nos fuimos hasta Argón a por unas piedras preciosas, ¡imagínate! Aquello fue una completa locura, y en dos meses nada más. Terminamos venciendo a una banda criminal llamada T.A. o algo así, vete tú a saber los nombres raros que les ponen, terminamos en unas ruinas ancestrales a Kilómetros o quién sabe cuánta altura bajo tierra, y todo, para salir de allí por Dishael. Cumplimos el encargo y nada, escapamos por los pelos de los Capitanes que enviaron.

Viria escuchó asombrada todo su discurso, aunque aparentemente mostraba poco interés. Anocheció totalmente y el frío hizo acto de presencia.

Viria: Bueno, yo me estoy congelando, me voy a dormir. Y por cierto, bonita historia, casi me duermo.

Suly: Ya te vale, encima que lo cuento todo... Descansa.

Viria pareció ignorar sus últimas palabras y se adentró en el barco, apenas quedaba nadie ya en la cubierta excepto unas pocas personas, el joven se estiró completamente agotado, aquel día no había parado.

Suly: Uf, creo que me quedaré por aquí un poco más antes de irme a la cama...

Inmediatamente se le acercó una mujer de extravagante y siniestro vestido, ojos y cabello azules, éste último con cierto tono plateado similar al gris. Parecía joven, eso sí, rondaría los veinticinco años a simple vista. Lo primero que le llamó la atención fue su serio semblante, no mostraba emociones, era totalmente neutro.

Mujer misteriosa: Hola joven, ¿acaso no vas a dormir? Ha anochecido.

Suly se extrañó en un primer momento, pero no le dio importancia, al fin y al cabo era una pasajera más que quizás buscaba conversación.

Suly: No, no tengo sueño la verdad, ¿y qué hay de ti, cómo te llamas?

Martiria: Me llamo Martiria, un placer.

La dotada mujer se llevó una mano al pecho cuando dijo su nombre y en ningún momento modificó su semblante. ¿Quién demonios era esa mujer? Seguramente, alguien normal.

Suly: Yo me llamo Suly, mucho gusto también. Dime, ¿qué te ha llevado hasta Lemuria?

Martiria: Realmente no lo sé, viajo y viajo, intentando recordar pero... No logro obtener lo que deseo.

Suly no sabía a lo que se refería, aun así prefirió dejar un poco ese tema de lado, no es que le interesase saber la vida de cualquiera que pasase por allí, con Viria tenía suficiente.

Suly: Sea como sea, nunca te rindas, los problemas están para hacernos fuertes. Estoy seguro de que podrás recuperar eso que tanto deseas.

Por un momento los ojos de la mujer se abrieron como platos, sin embargo, sería un momento efímero, Suly no distinguía entre si realmente fue imaginación suya o algo real.

Martiria: Quién sabe, éste mundo es tan misterioso... Todavía quedan muchas cosas por descubrir, creo que me iré a la cama, realmente ha sido de agrado conversar con usted, Suly.

Suly: Buenas noches, Martiria. Creo que yo también debería irme a dormir...

Y así ambos se fueron a sus respectivos camarotes, otro día pasaría...

Las horas pasaron y Nilan sufrió de nuevo una de sus raras alucinaciones en sus sueños. ¿Qué significaban?

Voz enigmática: Nilan... ¿Me escuchas?

Nilan: ¿Quién... eres?

Voz enigmática: No sé por cuánto tiempo más aguantará esto... Debes... Una de ellas... Dishael.

Nilan: ¿Qué sucede... con Dishael?

Voz enigmática: Al norte... otra, Nilan debes... cuidado, ellos...

Nilan: No entiendo nada... lo siento...

Voz enigmática: ¡Nilan...!

Inmediatamente el chico visualizó las ruinas ancestrales que había visitado hace ya año y algo, parecía viajar a gran velocidad por ellas, atravesando los objetos que se interponían en su camino y, poco a poco, escuchando un rugido se hacía cada vez más fuerte, rugido que terminó transformándose en el grito agónico de alguien... Nilan despertó de golpe, estaba en la cama de su camarote y era de día, estaba completamente solo allí.

Un escalofrío le recorrió de pies a cabeza, estaba claro que algo no iba bien... ¿¡Pero el qué!? Estaba claro que por ahora no iba a encontrar la respuesta.

Nilan: Uf, creo que me estoy volviendo loco o quizás... ¿Será ese poder del que habló la Guardiana de los Sapiens? ¿Por qué tengo yo ese poder? No entiendo nada.

El chico se llevó las manos a la cabeza sin saber bien qué hacer o qué pensar acerca de eso, pero a ese ritmo se volvería loco, estaba claro.

Al poco de vestirse y prepararse, Nil encontró sobre la mesilla situada junto a la salida una nota, era de Suly.

“Nil, Viria y yo estaremos por la cubierta del barco cogiendo aire, si quieres vernos, estaremos por allí. Zetrya estuvo toda la noche emborrachándose con el capitán así que dudo que se vaya a levantar hoy, ¡y no hagas nada raro!
Atentamente: El pesado de Suly”


Nilan: A sus órdenes, don pesado. Vamos a salir afuera pues.

El chico no tuvo que coger nada puesto que se lo habían robado dos noches atrás. Salió de su camarote y avanzó por el interior de aquel inmenso galeón, sentía curiosidad por explorarlo.

Entre sus inmensos pasillos pudo apreciar alucinantes estatuas de peces u otros animales acuáticos, estatuas de oro puro que decoraban el interior del lugar, dándole un aspecto acogedor e impresionante. Además, se topó con una banda de música compuesta por cuatro seres de lo más variopintos. Uno de ellos era un Hume, como él, otro era un Sapien se bajísima estatura y no parecía tener barba, de hecho tenía una perilla muy atractiva, y los últimos dos miembros eran una especie de oso bastante peludo color blanco y negro, con un sombrero del cual salía una pluma color negra, y una especie de Hume, femenina, pero con alas blancas y curiosos cuernos en su cabello dorado.

La gente de la zona acudía allí a escuchar a la banda tocar, a esa hora no salían a la cubierta pues hacía demasiado calor, tampoco había dónde sentarse.

Nilan: ¡Halaa, qué chulo! Tocan muy bien.

Efectivamente, la banda compuesta por esos cuatro seres tocaba canciones excelentes, deleitantes y maravillosas, su técnica era magistral. Saltaba a la vista que los cuatro poseían mucha experiencia. Nilan se aproximó a ellos pero sin llegar a adentrarse en la muchedumbre que los rodeaba, con escuchar desde allí se conformaba.

Félix: ¡Anda, tú por aquí!

Nilan se sobresaltó al ver a... ¿¡Félix!? Efectivamente, era él, aunque algo cambiado y con su característico cabello castaño más largo, esta vez llevaba una ligera coleta.

Nilan: ¿¡Fe-félix!? ¿¡Eres tú!?

Félix: Claro, ¿no me ves? Ha llovido mucho desde entonces, ¿verdad?

Nilan: Oh, increíble, no esperaba verte aquí, vaya.

Félix: Jeje, yo tampoco. Veo que has crecido bastante, incluso te ves más fuerte que por aquel entonces, ¡me empiezas a intimidar!

Félix apoyó una de sus manos en el hombro de Nilan entre risa y risa. Sin embargo el protagonista no se lo tomó tan a broma, le quitó bruscamente su mano del hombro y le miró con seriedad. Era la oportunidad más inesperada y perfecta para sacarle toda la información posible a aquel chico.

Nilan: Félix, sé sincero por una vez, ¿conoces a Cecil?

Félix retrocedió un poco, ¿quizás alterado por el inesperado comportamiento de Nilan o confuso por la brusquedad de éste? Fuera como fuera, fingió de lo lindo.

Félix: ¿De qué hablas Nilan? Yo no conozco a ningún Cecil. Oye, ¿te encuentras bien? ¿Qué tal si vamos a un lugar más tranquilo para hablar?

Nilan: Sí, me parece bien la propuesta, vamos.

Nilan lo desconocía en ese momento, pero se dirigía a una potencial trampa. Una vez llegasen a un lugar aislado, retomarían la conversación.

Félix: En fin, ha pasado mucho tiempo y me he preguntado que te había sucedido. Realmente me llegué a preocupar.

Mentía como un descosido, ¿o quizás no?

Nilan: No te vayas por las ramas Félix, sé que conoces a Cecil, le estoy buscando. Por favor, dime dónde se encuentra.

Félix: Oye, que te he dicho que no conozco a...

Para sorpresa de ambos una mujer hizo acto de presencia, agarrando fuertemente la mano del Félix situado a espaldas de Nilan. Éste último se sobresaltó un poco.

Nilan: ¿Pero qué...?

Martiria: Sería muy triste que un chico como él muriese tan joven, ¿no le parece?

El Félix con el que hablaba Nilan se evaporó como si de un espejismo se tratase... El chico miró hacia atrás impresionado y vio a Félix con una daga, efectivamente, lo iba a asesinar por la espalda, suerte que aquella misteriosa mujer de cabello azul y expresión triste o neutra le había salvado. Nilan retrocedió, poniéndose en guardia.

Nilan: ¡Félix, ¿qué pretendías!?

Félix: Psh, estaba a punto de matarte por fin y... ¡Aparece esta de la nada!

Félix forcejeó con fuerza liberándose de la mujer, más bien ésta lo soltó, ¿hacía lo correcto? Félix estaba armado, pero sin nadie esperarlo, guardó su arma de nuevo en la riñonera que llevaba en la cintura.

Nilan: ¿¡Matarme!? ¿¡De qué estás hablando, por qué!?

Félix: Je, Nilan, Nilan... ¿Es que no te has dado cuenta? En el momento en el que te toqué el hombro caíste en mi ilusión, sigues siendo tan patético como siempre. Y pensar que tú...

Martiria se mantuvo al margen pero observaba cada detalle de la conversación.

Nilan: ¿¡Qué yo qué!? ¿Por qué aquí todos parecen saber cosas de mí y yo lo desconozco todo? ¡¡Félix, dime dónde está Cecil!!

El rostro de Nilan mostró ira y cierta desesperación, iba en serio. Félix se mantuvo tranquilo, seguro de sí mismo y sin cambiar esa cara llena de arrogancia. Era completamente opuesto a la persona con la que se había topado Nil minutos atrás.

Félix: Pf, como si te lo fuera a decir, ¿qué vas a hacerme para que te lo diga? Sí que lo conozco y sé dónde está, pero te quedarás sin saberlo.

Nilan se abalanzó y le golpeó un fuerte puñetazo en la cara, tirándolo al suelo.

Félix: No eres más que un crío que piensa que ir por ahí montando en Kazurras y venciendo criminales para hacer justicia es lo correcto o divertido. ¡Eres un chiste! ¡Y encima tienes el Oráculo contigo! ¿¡Con qué derecho!? ¡No me jodas!

Félix parecía un auténtico lunático gritando aquellas cosas en el barco. Nilan se quedó perplejo al escuchar eso de un tal Oráculo, estuvo a punto de preguntarle pero Félix se marchó de allí, no sin antes dirigir una mirada de odio a la mujer.

Félix: Nilan...

Se detuvo.

Félix: ... Ten bien claro que nos veremos las caras de nuevo, y la próxima vez me encargaré de matarte con mis propias manos.

Nilan tragó saliva, intimidado pero a la vez enfurecido. ¿Ese sujeto era realmente Félix? Corrió directamente hacia él con el fin de alcanzarle y obligarle a responder, pero la mujer extendió su brazo ante él, impidiéndole avanzar.

Nilan: ¡Déjame pasar!

Martiria: No puedo, si le sigues morirás.

Nilan: ¡Esto no es asunto tuyo, debe responder!

Martiria: Un no es un no.

Nilan se resignó, no quería herirla y por eso permaneció allí, impotente.

Nilan: ¿A qué se refería con Oráculo? Yo no tengo nada de eso... Aquí todos saben todo de mí, ¡pero yo no sé nada!

Martiria: No le des más vueltas, vamos, ve con tus amigos.

Y la mujer se marchó tranquila sabiendo que Félix era ya un destino inalcanzable para el joven.

Nilan: Amigos, sí... Espera, ¿cómo sabes tú...?

Se quedó con la palabra en la boca pues la mujer desapareció sin dejar rastro alguno.

Nilan: Ahora estoy más preocupado... ¿Qué es eso del Oráculo? Yo no tengo nada de eso, que yo sepa al menos...

La profunda reflexión de Nilan se vio interrumpida por un fuerte golpe en el casco del navío, el galeón se zarandeó con muchísima violencia. La gente comenzó a gritar en la cubierta.

Nilan: ¿¡Pero qué...!?

El chico de vio obligado a agarrarse a lo primero que pilló, pudo ver como diversas personas cayeron por las ventanas al mar abierto, rompiendo las mismas en el proceso. Tras ellas les siguieron diversos muebles y objetos de todo tipo.

Nilan: ¡No, Suly y Viria estaban en la cubierta!

Nilan se apresuró a ir hacia arriba, fue difícil, los bruscos movimientos del barco parecían querer impedir que llegase hasta la cubierta. Sin embargo, no fue más que el comienzo, la tarea se dificultó todavía más cuando extrañas criaturas con escamas y garras afiladas subieron a bordo a través de las ventanas rotas. Eran criaturas marinas, sin duda.

Nilan: ¡Lo que me faltaba!

Las criaturas comenzaron a asesinar a los pasajeros indefensos que no veían ninguna salida, hubo quiénes se encerraron en los camarotes en masa y otros que se tiraron al mar por propia voluntad. Las criaturas de escamas y garras afiladas no tardarían en percatarse de la presencia del joven. Se abalanzaron hacia él sin piedad, rodeándolo.

Nilan: ¿Queréis que os dé leña? Bien, vosotros os lo habéis buscado.

Asesino del Océano: ¡Kyahh!

Las criaturas, apodadas como “Asesinos del Océano” por su fama de cazar gente en medio del océano, no esperaron ni un segundo y se lanzaron hacia el chico con la intención de almorzar. Uno de ellos saltó, pero gracias al brusco movimiento del barco se desvió y le aruñó levemente la mejilla al chico, cayendo luego por una ventana al mar.

Nilan: ¡Son rápidos! Tengo que tener cuidado si voy a luchar aquí, no me gustaría que los inocentes muriesen por mi culpa... Bien, solo queda una opción.

A Nilan le rodearon aproximadamente unas trece o quince criaturas, si con una apenas fue capaz de reaccionar, ¿qué haría frente a quince de ellas? Estaba perdido.

Nilan: ¡Vamos, Ifrit, yo te invoco!

Extendió el brazo derecho al techo y unas llamas lo rodearon lentamente hasta recubrir su cuerpo, sin hacerle ningún daño, inmediatamente una explosión de llamas surgió del propio Nilan y abrasó a todos los enemigos que allí se encontraban, ahora eran peces listos para servir en bandeja. De la humareda surgió la feroz criatura a la que se tuvo que enfrentar en la Cueva de la Sabiduría.

Nilan: ¡Bien, directos a la cubierta!

Y se subió en el hombro del monstruo, éste concentraría gran poder mágico a su alrededor y con una inmensa llamarada disparada al techo, saltó hasta la cubierta por las diversas plantas del navío.

Mientras tanto, en la cubierta Suly y Viria se enfrentaban a más y más peces de aquellos.

Suly: ¡Genial, con éste ya van cinco!

Viria: Parece que sabes luchar, te subestimé, aunque yo ya he derribado a seis. Voy ganando.

Una explosión de fuego surgió en la cubierta del barco, abrasando la madera de esta. Inmediatamente un monstruo en llamas emergió del agujero con un gran salto hasta caer ante los dos chicos. Nilan se bajó del hombro de Ifrit y Suly silbó, impresionado.

Viria: ¡Impresionante! ¡Oh vaya, pensaba que eráis más débiles!

Suly: Suerte que has decidido ayudarnos, somos bien fuertes, y tenernos en tu contra es lo peor que te puede pasar.

Viria: ¡No lo jures!

Nilan: ¡Chicos, estáis bien!

Pero antes de seguir con la conversación, el culpable de aquella situación salió de las entrañas del océano. Un pulpo inmenso, uno de sus tentáculos era más grande que el propio galeón, se trataba del Kraken. Los peces asesinos huyeron al mar o al interior del barco en busca de víctimas, aterrorizados por la presencia del tirano de los mares.

Nilan: ¡Mirad eso, es enorme!

Y tanto que lo era, el cielo se oscureció por la inmensa criatura dejando así a todos bajo la oscuridad. Un espectacular rugido proveniente del coloso marino los paralizó a todos, estaba dispuesto a devorar el barco.

Viria: ¡No puede ser, yo todavía soy muy joven y guapa, no puedo morir aquí, en la flor de la vida!

Suly: ¡Vamos, nosotros podemos con esto!

Viria: ¡¿Pero tú lo has visto bien!? ¡Bueno, cómo para no verlo!

Suly: ¿Y qué pretendes, quedarte quieta sin hacer nada?

Nilan: ¡Ifrit, sin piedad!

Nilan materializó una especie de arco de llamas en sus brazos, apuntaba al inmenso monstruo para después atacar con flechas de fuego, su invocación tampoco se quedó quieta y comenzó a disparar potentes ráfagas de fuego por su hocico.

El Kraken no se inmutó ante ningún ataque, de hecho, ni los sintió.

Martiria: Permitid que os ayude.

Suly: ¡Martiria!

Viria: ¿Mari-qué?

Nilan: Oh, con que así te llamabas... ¡Claro, acabemos con esta cosa!

Martiria: Excelente.

La mujer avanzó varios pasos y con un gesto del brazo invocó una inmensa ráfaga de truenos que devastó una zona de grandes dimensiones en la piel del monstruo, éste retrocedió dolorido.

Suly: ¡Alucinante!

Martiria: Segunda parte, Magia Doble.

La mujer extendió el brazo derecho, mantuvo en todo momento su triste rostro, ¿acaso no sentía emociones? ¿No le preocupaba su vida? Parecía ser que no. En su brazo se fueron acumulando grandes cantidades de aire, las cuales serían disparadas hacia el gigantesco cuerpo del Kraken a una velocidad descomunal.

Ninguno de los protagonistas vio la ráfaga de aire, pues en menos de un segundo dos tentáculos del Kraken se separaron de su cuerpo debido a la potencia y velocidad del ataque. A los dos segundos apreciaron en el horizonte, kilómetros y kilómetros en la lejanía, como el mar salía despedido hacia arriba debido a la potente ráfaga que disparó la mujer.

Se quedaron con la boca abierta.

Viria: ¡Wow, pero, wow! ¿¡De dónde ha salido esta!?

El Kraken agonizó, furioso, estaba claro que se vengaría en cuanto se recuperase. Por otra parte, Martiria no sintió ningún cansancio ni nada similar, tan seria como siempre.

Suly: En serio, ¿quién eres realmente?

Suly se arrepintió de no haber cotilleado la noche anterior acerca de su vida, parecía esconder grandes secretos y mucho potencial.

Nilan: ¡No nos rindamos, Ifrit!

La criatura creó esferas de fuego en la palma de ambos brazos, las golpeó y estas salieron disparadas al cuerpo del monstruo, exactamente la zona dañada por los truenos, pareció sentir algo de dolor. Sin embargo, Nilan cayó de rodillas al suelo jadeando, ¿tantas fuerzas consumían la invocación? Se vio obligado a retirar a su fiel aliado ígneo.
Nilan: Para ser la primera vez que nos ayudamos, no has estado nada mal, Ifrit. Puedes retirarte.

Suly: ¡Bien, ahora mi invocación, Pandemorium!

Viria se quedó sin palabras ante aquello, ambos sabían utilizar invocaciones y en el fondo, no se lo esperaba ni por asomo.

La invocación de Suly surgió del fondo del mar también, una inmensa tortuga, muchísimo más grande que el Kraken, el enorme galeón ya parecía una hormiga comparado con los dos titanes allí presentes.

El monstruo no perdió ni un segundo más y agarró con sus inmensos y pegajosos tentáculos a la invocación de Suly, levantando olas de varios kilómetros de altura.

Viria: ¡Cuidado, agarraos a lo primero que pilléis!

Nilan: ¡No tengo fuerzas para ir a ningún lado!

Suly: ¡Nil, corre!

Zetrya: ¡Ven aquí muchacho!

Martiria: Impresionante, para ser tan jóvenes tienen muchísimo talento. Aunque al fin y al cabo, no es tan extraño sabiendo que...

Las olas impactaron contra el barco, éste de milagro no se hundió, pero eso sí, todos terminaron empapados y, Martiria desapareció, nadie fue capaz de escuchar sus últimas palabras. ¿Había muerto junto con algunos pasajeros que contemplaban aterrorizados el espectáculo? Nadie supo la respuesta.

Nilan: ¡Ze-zetrya!

Zetrya: Hola guapo, ¿qué tal estás hoy? ¿Quieres desayunar conmigo?

En efecto, la mujer agarró al adolescente y lo puso a salvo, muy cerca de su cuerpo apenas sin ropa. Viria infló los mofletes y frunció el ceño al verlos juntos, celosa.

Suly: ¡Vamos Pandemorium, acabemos con esto!

El Kraken, por más que quisiese, era incapaz de agarrar el cuerpo de la gigantesca tortuga, a lo sumo le podía inmovilizar una o dos patas, pero era demasiado grande para él. La enorme invocación rugió y todos los que se encontraban allí se vieron rodeados por un aura dorada. Nilan, Suly, Viria y Zetrya, sin excepción, todos vieron como sus heridas, su cansancio, sus habilidades y su poder, ¡todo aumentaba! De sus cuerpos emanaban un ligero polvo dorado.

Suly: Ya veo, Hechicería Naranja a la máxima potencia, ¡nada mal!

Viria: ¡Me siento muy pero que muy fuerte!

Nilan: ¡A mí se me ha quitado el cansancio! ¿¡Qué tal si saco de nuevo a Ifrit!?

Zetrya: No lo hagas, cuando el efecto de su invocación termine sentirás el doble de cansancio y terminarás muriendo. A partir de aquí me encargo yo.

Nilan: Oh...

La inmensa tortuga rugió de nuevo, hundiendo su colosal cuerpo en el mar. Desapareció. ¿En aquello consistía Pandemorium? ¿En ofrecer inmunidad a cualquier Hechicería y aumentar todas las habilidades y cualidades de los usuarios afectados por su poder? Nada mal.

El Kraken no pudo impedir que la tortuga desapareciese, y de nuevo, se centró en el galeón, lo aniquilaría con todas sus fuerzas. Empleó varios tentáculos para destrozar el navío, y así fue, destrozó varias velas y mástiles de éste que no tardaron en precipitarse sobre el mar o el mismo barco, provocando grandes destrozos.

Pasajero: ¡No puede ser, a este paso estaremos perdidos!

Pasajera: ¡Hija, por favor, quédate aquí y no te muevas!

Otro profundo rugido del monstruo marino los intimidó a todos, ¡pero no debían perder tiempo! Zetrya juntó sus manos e invocó una especie de cangrejo gigante, éste se limitaría a pellizcar con fuerza la jugosa piel del coloso, arrancándola en pedazos.

Zetrya: Y esa es mi invocación, ahora pasemos al ataque.

Nilan: ¡Increíble, no podía esperar menos de ti!

Viria: ¡Oye, que también estamos nosotros por aquí, no nos olvides!

Zetrya lanzó de sus brazos diversas cuchillas de aire que impactaron en el Kraken, provocando ligeros desgarros en su cuerpo. Éste cada vez más furioso empleó un tentáculo para partir el galeón por la mitad.

Suly: ¡Cuidado!

Nilan: ¡Y no se rinde! ¿¡De dónde ha salido!?

Zetrya: Es el...

Viria: ¡Es el Kraken, un monstruo enorme del océano, suele aparecer en alta mar para destrozar navíos y comerse a sus pasajeros!

Sin duda, los celos podían con ella.

El barco se partió por la mitad, ambas partes se hundían irremediablemente en el líquido. No tenían salvación, la fuerza bruta de aquel monstruo era muy superior.

Nilan: ¡A por él, ataquemos con todo!

Todos asintieron y comenzaron a atacar, Nilan lanzó incontables ráfagas de fuego, hielo, y truenos, aunque el monstruo ni las sentía. La invocación de Zetrya seguía provocando heridas en el Kraken y la propia invocadora se dedicó a lanzar cuchillas de aire sin descanso. Viria prácticamente se quedó al margen, pues desde aquella distancia no podía luchar. Y Suly, éste clavó la lanza en el suelo y comenzó a congelar el mismo hasta llegar al Kraken, su intención era congelar su cuerpo de coloso.

Nilan: ¡Un poco más, que ya cae!

Pese a todo, fallaron, o mejor dicho, fue un empate. El Kraken tras la oleada de ataques cayó sobre el barco, derrotado y sin fuerzas expresando su último alarido. Todos fueron aplastados sin remedio por su gigantesco cuerpo y el hundimiento del inmenso monstruo provocó un remolino de proporciones enormes que terminó hundiendo a los protagonistas en el fondo del mar...

¿Sobrevivieron Félix o la extraña mujer llamada Martiria?



Lemuria, la ciudad sumergida.
Spoiler: Mostrar
Nilan pudo escuchar el sonido del agua a lo lejos, junto con diversas gotas cayendo al suelo. Abrió lentamente los ojos, aturdido y confuso, ¿dónde estaba? El suelo que tocaba con sus propias manos era duro y extremadamente frío.

Viria: Venga vago, ¿es que piensas quedarte durmiendo todo el día?

¿Viria? Efectivamente, se trataba de la delgada muchacha pelirosa y ojos anaranjados. El joven abrió los ojos y se apoyó, sentado, en una pared cercana a él, fue entonces cuando vislumbró mejor la zona...

Nilan: ¿Estoy muerto?

Viria: ¿Pero qué dices? ¿Cómo vas a estar muerto?

Viria permanecía sentada sobre una especie de pilar blanco a metro y medio de altura. Por la arquitectura del lugar, parecían estar en el interior de un templo o algo similar, pero se hallaban ahora en lo que parecía un pasillo o pasadizo, completamente derruido e inundado. Si los dos jóvenes se proponían bajar pasadizo abajo, ambos serían incapaces pues el agua del océano lo recubría todo. Solo quedaba una salida, una extraña puerta de piedra algo destrozada con diversas rocas encima que no dejaba ver lo que a sus espaldas existía, pues la oscuridad era tremenda, aunque entre los agujeros de las rocas podían adentrarse en el interior de quién sabe qué lugar.

Nilan: ¿Qué es esto? ¿Qué ha pasado con Suly y Zetrya?

Viria se molestó al escuchar el nombre de esa mujer, ocultó sus celos y saltó al suelo, colocándose a la altura de su compañero y manteniendo la calma. Después se sentó junto a él, aproximándose demasiado, lo suficiente como para invadir el espacio personal del chico.

Viria: Olvídalos, hemos terminado en el fondo del océano por pura casualidad, estamos solos... Ellos ya son historia.

Nilan: ¿Cómo puedes decir eso? Por lo menos puedo fiarme de ellos, a diferencia de ti.

El adolescente suspiró, agotado. La chica se sorprendió por aquel comentario suyo, ¿cómo lograría seducirlo? Parecía difícil, pero no imposible. Y solo a ella se le ocurriría intentar seducir a alguien allí abajo, ¿tan desesperada estaba o realmente deseaba tener a Nil cerca de su cuerpo?

Viria: Oye, estamos solos, olvídate de la espada que perdiste, olvídate de esos dos que desaparecieron, me tienes a mí aquí. No lo pienses más, déjate llevar.

La chica se subía lentamente sobre el adolescente, ¿¡en qué estaba pensando!? Nilan no tardó en reaccionar y le dio un fuerte empujón, levantándose.

Nilan: ¿Crees que voy a caer otra vez? Ya me la jugaste en el puerto, no me fío de ti ni un pelo, así que contrólate o te dejaré tirada aquí, y no estoy bromeando.

La jovencita se quedó de piedra, sus sentimientos eran reales y por culpa de sus absurdas estrategias y maquinaciones, Nilan ya era un objetivo inalcanzable. La vida daba muchas vueltas sin duda.

Nilan: Mejor que siga yo solo, buscaré a Suly y a Zetrya. Nos vemos.

Realmente estaba dispuesto a dejar allí tirada a la chica, esta sintió cierta impotencia por ser incapaz de hacer buenas migas con él, no tuvo más remedio que seguirlo desde la distancia y sin decir nada. Ambos atravesaron la puerta, adentrándose en un túnel verdaderamente oscuro. Los dos adolescentes tuvieron que tener bastante cuidado, pues los desniveles del suelo y las piedras ayudaban a una caída rápida y dolorosa.

Nilan: ¿Es que piensas seguirme durante todo el viaje? Es mejor que te quedes aquí, le harías un favor al mundo.

La chica casi estalla con el último comentario de su compañero, si es que podía considerarlo como tal. Sin embargo, prefirió mantener la calma y guardar silencio, era obvio que no se quedaría allí para morir de frío y hambre. Tampoco quería discutir.

Finalmente ambos atravesaron el negro pasillo para dar con una sala exageradamente grande. Columnas blancas partidas por la mitad, escaleras destrozadas con impactos a lo largo y ancho de su estructura, y algunas zonas inundadas por el agua del mar. Nilan no pudo evitar sorprenderse por la similitud de esa zona con la de las ruinas misteriosas que año y poco atrás halló. Se podía decir que incluso pertenecían al mismo lugar, pero sin pruebas que lo confirmaran era incapaz de afirmar o negar nada.

Viria: No hay maner...

Nilan: Mejor cierra la boca, quién sabe a cuántos pobres inocentes habrás engañado con ella.

Nilan sin duda se mostró frío con la muchacha, no se fiaba de ella en absoluto y por su culpa sus amigos ahora podían estar muertos. Si simplemente se hubiese quedado quietecita sin robar nada, la vida de nadie peligraría. Esos eran los pensamientos del protagonista, se negaba a aceptar cualquier ayuda de esa vulgar y descarada ladrona, cuando realmente no la conocía en absoluto. Esta permaneció callada, tenía la intención de ayudar pues se sentía culpable de haber robado todas las pertenencias a esos chicos y haber intentado tomar el pelo al que estaba frente a ella, pero gracias a los comentarios ofensivos de su compañero decidió dejarlo ir por libre.

Nilan: Bien, veamos... Hay tres salidas en total, cuatro si contamos el camino por el que acabo de llegar. No me queda otra que ir uno por uno, solo espero que estén bien...

Y así Nilan se adentró por aquel inmenso templo sumergido sin saber con exactitud lo que le deparaba el destino, estaría a kilómetros bajo el mar, pero gracias a la fuerte resistencia de la piedra que formaba el propio templo la presión del agua no lo había aplastado allí abajo.

Nilan: Elijo el camino de la izquierda primero.

Y así se adentró por una puerta en mejores condiciones que el resto. Viria permaneció atrás, ya había ido a explorar ella sola anteriormente y tal y como había intentado decir, no existía ninguna salida, por lo que no le dio más vueltas y se sentó en una roca, deprimida.

Viria: Encima de que lo intento salvar y mira como se me pone... Será gilipollas.

Los ojos de la muchacha se humedecieron, a lo que esta reaccionó con rapidez secándolos con las manos, esperó allí a que su compañero volviese.

Nilan por otro lado se topó con el final del camino, completamente derrumbado y obstruido por decenas de piedras. Tenía que cambiar de ruta, esta vez eligió adentrarse por el pasadizo derecho del gran Hall o templo. Una vez allí obtuvo el mismo resultado que el anterior, pero de manera distinta.

Nilan: ¿Otra vez? ¡Suly! ¡Zetrya! ¿¡Dónde estáis!?

El suelo de la nueva sala se rompía a los pocos metros de entrar en ella, mostrando una zona sumergida completamente, no podía avanzar por allí. Esta vez se adelantó a ir por el camino del centro, ¿obtendría el mismo resultado?

Nilan: ¿No hay manera de salir?

En efecto, por el camino central se topó con una gran puerta de cemento en cuyo centro se podía apreciar el símbolo de una esfera. Los cuatro caminos al fin y al cabo eran infranqueables. ¿Tendría que nadar por la ruta de la derecha? Si hacía eso no sería capaz de volver a subir, pero quién sabe si encontraría una ruta viable bajo el agua.

Estaban perdidos allí abajo. Aislados.

Nilan: No... Esto no puede ser real... ¿Moriré aquí acaso?

Viria se adentró por el pasillo central, indignada por la actitud de aquel chico.

Viria: Deberías aprender a confiar en los demás, ¿sabes?

Nilan que hasta entonces no se había percatado de su presencia se giró ante ella, dejando la puerta del símbolo a sus espaldas.

Nilan: Anda ya, ¡mira quién lo fue a decir! ¿A cuántas personas más has llevado a esta situación? Si no fuera por ti, ni yo estaría atrapado y condenado aquí abajo, y ni Suly o Zetrya estarían perdidos, o algo peor.

Se aseguro de recalcar las últimas tres palabras. La chica no le podía quitar la razón, pero él tampoco la conocía a fondo y se estaba equivocando respecto a su actitud. Esta se cruzó de brazos, dispuesta a darle una lección de comportamiento.

Viria: Oye, no sé si lo recuerdas, pero fui yo quién te salvó cuando el Kraken aplastó el barco, de ahí a que terminásemos juntos aquí. Os he acompañado durante éste viaje con la intención de ayudaros y así es como me tratas. Y es más, antes te iba a decir que no había ninguna salida porque quería ayudarte y ni me escuchaste. ¿Y luego soy yo la que te quiere arruinar aquí? ¡No me jodas tío! ¿Eres retrasado o qué? ¿Qué ganaría yo robándote en éste lugar? ¡Ni siquiera hay salida! ¡Y tampoco tienes nada de valor que me convenza, cabezota!

El joven se quedó sin palabras, pensativo. Reflexionó acerca de su actitud, sin duda se pasó un poco con la chica al no querer confiar en ella sin darle ninguna oportunidad. Pero antes de poder decir nada la puerta tras ellos se abrió, levantando cierta humareda.

Nilan: ¿Pero qué...?

Viria: Milagro, cuando vine yo hace unas horas no se abrió. ¿Has hecho tú algo?

Nilan: No, yo no he hecho nada.

Viria: Pues qué raro...

Viria comenzó a sospechar de su compañero, no cabía duda, ella horas atrás intentó hacer de todo para pasarla y no cedió de ninguna forma, allí había pasado algo, pero no encontraron respuestas en ese preciso momento.

Nilan: Oye Viria... ¿Cómo decírtelo? Emm... ¿Lo siento?

Viria: Venga, vamos antes de que nos mate el frío, y esas disculpas no las voy a aceptar, ¿qué te has creído?

El chico se arrepintió por dentro, pero tampoco quería causar más problemas de los que ya tenían por lo que prefirió mantenerse callado hasta encontrar una buena disculpa. A Viria por su parte le dolía que le hubiese tratado de semejante manera cuando ni la conocía, ahora lo tenía a sus pies disculpándose, era la oportunidad perfecta para hacerle sufrir un poco y luego seducirlo.

Los dos jóvenes se adelantaron por el pasillo que se abrió frente a ellos. No se oía absolutamente nada excepto alguna que otra gotera y sus pasos. Muy siniestro.

Nilan: Dijiste que...

Viria le lanzó una mirada amenazante, intimidando al pobre.

Nilan: ... Hace unas horas que estamos aquí, ¿cierto?

Viria: ¿Y?

Nilan: Pues que me impresiona que te adentraras tú sola en un lugar así sin compañía, ¿no tuviste miedo?

Viria: ¿Lo tuviste tú cuando te dio por irte solo?

Nilan: No pero... en ese momento estaba furioso, me daba igual si me sucedía algo o no.

Viria se llegó a asustar por su comentario, ella no quería que le sucediese nada, debía quitarle de la cabeza esas locas ideas.

Viria: Te dije que me tienes a mí aquí... Y me ignoraste.

Se cruzó de brazos inflando los mofletes, angustiada por la estupidez del chico.

Nilan: Oye...

Nilan se detuvo en seco, obligando a Viria a detenerse.

Nilan: ... Lo siento muchísimo, de verdad. Es cierto que no te conozco de nada y te dije algunos comentarios algo crueles, he de admitir que quería pagar contigo la desesperación que sentía por pensar en perder a mis amigos. Lo siento, en serio.

Incluso se arrodilló, agachando la cabeza. Viria sonrió, pero para cuando éste volviera a elevar su vista la vería tan seria como hace unos instantes. Ella tenía que seguir así, poco a poco se lo iría ganando.

Viria: Bueno, vas mejorando, pero no te creas que voy a perdonarte así como así, lo que dijiste de que le haría un favor al mundo si me quedara aquí... Eso simplemente fue cruel, ¿sabes? Si tienes dudas, pregúntale a Suly cuando lo veas, no tengo ganas de hablar de mí aquí. Vamos. Espabila.

Ordenó. Nilan no esperó y la siguió preocupado por no querer ganarse su enemistad. Se toparon con una inmensa oleada de escaleras que tuvieron que subir les gustase o no. Una vez arriba cruzaron una nueva puerta para adentrarse en lo que parecía un nuevo templo, de tamaño similar al anterior pero mucho más destrozado y aniquilado, parecía como si se hubiese librado una batalla de lo más cruel en ese lugar, pilares arrasados, escaleras prácticamente mutiladas, y muchos más pedruscos, escombros y desperfectos en la zona.

Viria: Me pregunto dónde demonios hemos terminado… Mira esto, está todo arrasado.

Nilan: A decir verdad se parece en cierto modo a las ruinas que encontré con Suly en Dishael, un año hace ya de aquello.

Viria: Pues mira, con más razón. Estamos a kilómetros bajo el mar, es evidente que estas ruinas tienen relación… Vamos solo un tonto no se daría cuenta de eso.

Los adolescentes se adentraron en la zona, atravesando el mar de escombros y ruinas.

Nilan: Oye Viria...

Viria: ¿Dime? No te quedes así, dilo directamente, que no te voy a comer.

Nilan: ... ¿Es necesario seguir pidiéndote perdón? En serio, estoy muy, pero que muy arrepentido y tú pareces ignorarlo o no verlo. Tenía que decírtelo, siento molestarte tanto con esto.

La chica permaneció pensativa, maquinando algo.

Viria: Vale, hagamos una cosa...

Nilan arqueó una ceja, confuso. ¿Qué se propondría esta vez esa chica? No, no debía desconfiar de ella.

Viria: Será divertido, ¡pero tienes que confiar en mí! ¿Eh? Si confías en mí te perdonaré.

Nilan: Está bien, ¿qué quieres hacer?

Viria: Cierra los ojos, ¿muy simple verdad? Venga, estás tardando.

Nil no entendía para nada su manera de pensar, pero tenía que hacerlo, tenía... no, debía demostrarle que no habría más disputas en el grupo por ninguna tontería. Éste cerró los ojos, confiando ciegamente en ella, aunque de su interior se le escapa alguna que otra duda, era inevitable.

Viria: Muy bien, ahora apóyate en esa columna de ahí y relájate. No pienses en nada.

El chico retrocedió varios pasos, apoyando su espalda en la columna situada detrás para esperar alguna reacción o algo por parte de ella.

Viria no se lo pensó dos veces y se abalanzó sobre él, abrazándolo y besándolo, sus labios tuvieron contacto por primera vez. De hecho era la primera vez que el protagonista besaba de esa manera a una mujer. El chico no se lo esperó en absoluto, se quedó de piedra, sin palabras, perplejo, impresionado. Tras pocos segundos la chica se separó de él para susurrarle.

Viria: ¿No ves que me gustas, idiota?

Inmediatamente ambos escucharon unos aplausos al fondo, cerca de ellos, a unos veinte metros aproximadamente. Allí, apoyado en una roca se encontraba Félix con una sonrisa de no muy buenas intenciones.

Félix: Jajajajaja. Con que una parejita feliz perdida por aquí. ¿Qué se os ha perdido?

Los chicos se sobresaltaron al ver a aquel individuo allí, Viria no lo conocía de nada, ¿pero Nilan? Éste abrió los ojos, recordando las últimas palabras de aquel tipo en el interior del navío, gracias a esa tal Martiria no estaba muerto, ¿qué había sido de la mujer que desapareció sin más del barco?

Viria: ¡O-oye! ¿¡Quién coño eres para interrumpir lo nuestro!?

Viria se sonrojó por completo.

Nilan: ¡Félix! ¿¡Qué haces tú aquí!?

Félix: Vaya, vaya, ya veo. He de admitir que parecías más tonto, sin embargo, aquí se os acaban las aventuras esas de vencer a los malos y reírse de cosas sin sentido.

Y sacó una daga de su bolsillo.

Nilan: ¿De qué estás hablando? ¡Oh! ¡Sí! ¡Recuerdo que me debes ciertas explicaciones!

Félix: ¿Explicaciones de qué pardillo? Morirás aquí y nadie recordará tu rostro nunca más, es lo mejor que te puede pasar, aunque si queréis puedo dejaros terminar. Jajajajaja.

Viria: ¿¡Cómo!?

Nilan: ¡Viria, ten cuidado! ¡Éste tipo es demasiado peligroso, no te acerques a él!

Félix: También puedo darte una paliza y violar a tu novia delante de tus narices, ¿te gusta más ese plan?

Nilan: ¡¡¡Félix!!! ¡Dime dónde mierdas está Cecil!

La furia emanaba de él, Viria incluso se amedrentó, retrocediendo uno o dos pasos.

Félix: Eso te lo tendrás que ganar, inepto. En serio, ¿cómo puedes ser feliz? ¿Cómo puedes llevar esa ridícula vida de vencer a los malos y reírse con los amigos? Los amigos algún día desaparecerán, te abandonarán, y tú... Tú morirás.
Félix lo señaló antes de terminar de hablar para luego correr directamente a por él, ¿qué tenía contra el pobre Nilan? ¿Por qué le echaba en cara esas cosas? Ambos furiosos corrieron contra su contrincante con la intención de matar, cada uno con sus propios y justificados motivos.

Félix: ¡Pf, a ver qué puede hacer un crío como tú contra MÍ!

Nilan: ¡Ahora lo comprobarás!

Nilan se situó a menos de un metro de distancia de su rival, quién ejecutó un rápido y potente corte a la cabeza del protagonista, para su sorpresa éste lo evadió con valor, situando sus manos sobre el pecho del antagonista y propinándole una fuerte quemadura. Félix retrocedió rápidamente, herido.

Félix: ¡Buenos reflejos, pero veamos cuánto te duran cuando te des cuenta de que no tienes posibilidades!
Las quemaduras de Félix se evaporaron en un instante, recuperando sus fuerzas. Nilan recordó en ese instante la impresionante capacidad de éste con la Hechicería Blanca. Félix no esperó ni un segundo y comenzó a saltar rápidamente de piedra en piedra, rodeando de manera veloz al joven para propinarle un fuerte corte con el que acabar con su vida.

Nilan: Todo lo que hagas será inútil, Félix. Ahora tengo ante mí tu verdadero rostro, y te sacaré por las buenas o por las malas la ubicación de mi amigo.

Félix entre salto y salto se aproximó con una velocidad pasmosa hacia Nilan, colocándole el filo de su arma a pocos centímetros del cuello.

Viria: ¡No, cuidado!

Nilan no se movió del sitio, agarró con su mano el filo de la daga, frenando esta con su sangre.

Félix: ¿¡Qué!?

Y en su mano libre materializó una potente masa de piedra con la que golpeó en el costado a Félix, rompiendo esta con el golpe. Éste tosió sangre y retrocedió de nuevo para subirse sobre una roca blanca, agonizando.

Nilan: Que me digas dónde está, te he dicho.

Félix: Pf, te he subestimado, sin duda. Bien, te tendré que matar rápidamente, no podré disfrutar del combate, una lástima.

Félix se llevó la palma de su mano libre al costado, generando un aura blanca y curándose por completo. Nilan no se demoró tampoco y se curó la herida de su mano, quedando en ella una leve cicatriz del corte.

Félix: Parece que has mejorado durante todo este tiempo, sabes incluso usar Hechicería Blanca, nada mal. Lamentablemente, perdiste desde el momento en el que tocaste mi arma, ingenuo. Jajajajajaj.

Félix lanzó su daga desde aquella distancia, ¿de verdad pensaba que iba a acertar? Nilan no cambió su serio rostro hasta que se vio impresionado por la nueva ofensiva de quién fue su amigo en el pasado.

Nilan: ¿Pero qué...?

La daga de Félix se desvaneció en el aire, reapareciendo desde otro ángulo, desapareciendo y volviendo a aparecer en la posición inicial para luego reaparecer en distintas posiciones y sin detener su avance. Hechicería Verde. Estaba bajo un falso efecto óptico, ¿qué daga era la real? No tenía mucho tiempo para pensarlo pues esta estaba a pocos segundos de matarlo.

Viria: ¿¡Pero qué haces mirando para todos lados!? ¡Muévete que va a por ti!

Gracias a aquel comentario de Viria, Nilan se percató de la estrategia de Félix y dio un salto rápidamente hacia atrás, sin embargo no fue suficiente para evadir la daga, que en ningún momento cambió de trayectoria desde su lanzamiento y esta impactó de lleno en su estómago. Cayó de rodillas, malherido.

Félix: Bien y ahora... Ya que tú tienes el arma. Mátate.

El protagonista se giró y pudo ver a Félix con Viria entre sus brazos. El villano sonrió.

Félix: Si no haces lo que te digo le partiré el cuello.

Y apretó con fuerza el cuello de la muchacha, casi dejándola sin respiración.

Nilan: ¿Por qué estás obsesionado con matarme? ¿Qué ganas tú con eso?

Dijo dolorido, sacando el arma lentamente del estómago mientras la sangre descendía al piso a chorros.

Félix: Que te mates he dicho.

Y apretó con mucha más fuerza el cuello de la chica, a ese ritmo la pobre perdería la consciencia, o la vida.

Nilan: Viria... Lo siento. ¿Te vale esta disculpa ahora?

Colocó la daga ante su corazón con ambas manos, realmente pretendía matarse para salvar a la chica. Esta llegó a desprender alguna que otra lágrima desde sus ojos. Félix por su parte sonrió satisfecho, por fin moriría aquel tipo.

¿¿??: ¡Pero bueno, me ausento un rato y me encuentro con esto!

Félix: ¿¡Quién...!?

Y una silueta salida de entre las rocas como por arte de magia golpeó a Félix de lleno en la espalda, tirándolo al suelo malherido con un buen corte, se lo merecía. ¿O quizás no?

Viria: ¡Suly!

Suly: ¡El héroe de turno ha llegado!

Nilan: Oh... ¡Suly! ¡Suly estás vivo!

Viria aprovechó para darle una fuerte patada a Félix en la cabeza, quién no pudo defenderse pues agonizaba en el suelo con el corte que le propinó Suly con su lanza.

Félix: ¡Hija de perra! ¡Te vas a cagar!

Y retrocedió de manera cobarde hasta subirse sobre una columna mientras empleaba Hechicería Blanca en su espalda, curándose de nuevo. Nilan hizo lo mismo con su última herida, se le agotaban las fuerzas, pues jadeó.

Suly: Le encontré hace ya unas horas en las ruinas y me aseguré de seguirlo sin que me descubriera. Venga Félix, ahora nos tienes a todos aquí juntitos, ven si tienes lo que hay que tener.

Viria: ¡El que se va a cagar, eres tú!

Viria lo fulminó con una mirada asesina gracias a la cual lo llegó a intimidar.

Nilan: Bien, ya estamos todos reunidos, ¿y Zetrya?

Suly: Ni rastro de ella, de todos modos hay una salida al este de aquí que lleva directamente a Lemuria.

Viria: Pues terminemos con este payaso y vayamos rápido, ¡que aquí tengo frío!

Félix: ¿Pero qué os creéis? ¿De verdad pensáis que me podéis vencer? Mhmhmh, Suly, no tengo nada contra ti, ni contra la chica, pero sí contra Nilan, acabad con su vida y os dejaré vivir.

Nilan: Te recuerdo que tu arma la tengo yo.

Y blandió la daga con destreza.

Viria: Pues para no tener nada contra mí, ¿lo que me hiciste hace unos segundos qué era? ¿La declaración del matrimonio? Eres un chiste.

Suly: Félix, hasta aquí han llegado tus extrañas ambiciones.

Félix: Pf, jaja... JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ.

Rió como un verdadero lunático.

Félix: ¿Extrañas ambiciones? Si ni siquiera sabes nada de mí, ¡lerdo! ¡Y tú Nilan, ¿crees que por llevar mi arma me vas a vencer!? ¡Qué risa!

Viria: En serio, ¿vosotros conocisteis a este pirado?

Nilan: Es una historia muy larga...

Félix: Aquí termina todo para vosotros. Haré uso de mi propia Hechicería Roja...

Suly: ¡En guardia! ¡Viria, ten mucho cuidado, quédate atrás!

Nilan observó impresionado a su amigo, él sí confiaba plenamente en ella. Ya no había motivos para desconfiar, eran un equipo.

Nilan: ¡Sí, nosotros nos encargamos!

Viria: Bien pues... ¡Pero dame eso antes!

Viria retrocedió, no sin antes quitarle la daga a Nilan, ¿pero de verdad se quedaría al margen? No, se escondería entre las rocas para aprovechar un posible ataque sorpresa.

Félix: Morid de una vez.

Félix acumuló un aura negra en ambas manos y con un rápido movimiento de brazos liberó la energía acumulada en ellas, disparando extrañas esferas negras hacia los protagonistas que lo encaraban.

Suly: ¡Cómo si eso nos fuera a detener!

Nilan: Suly ten cuidado, asegúrate de no tocar esas cosas.

Las esferas oscuras se desplazaban a gran velocidad y Félix parecía poder controlarlas a voluntad, una con cada mano, había un total de dos. Por mucho que los jóvenes intentaran evadir las esferas, estas terminaron por introducirse en sus cuerpos, desapareciendo.

Nilan: No siento nada raro...

Suly: ¿Ugh?

Félix: Je. ¿Preparados?

Inmediatamente unas fuertes quemaduras surgieron en el pecho de ambos, obligando al dúo a caer en el suelo de rodillas. En el pecho de Félix también surgió la quemadura forzando a su cuerpo a caer también, y si Nilan se fijaba bien se daría cuenta de que era la misma quemadura provocada al inicio del combate.

Nilan: ¿Esta es la quemadura que le provoqué?

Suly: Arg... Pues lo tenemos jodido.

Félix se llevó la palma de su mano al pecho, curándose la quemadura por completo.

Félix: Segunda ronda.

Y los tres sufrieron y sintieron un potentísimo golpe en sus respectivos costados, como si una piedra de cemento les hubiese partido los huesos en esa zona. Félix por supuesto, volvió a curarse a sí mismo.

Nilan: ¡Aaaah! ¡Nos está devolviendo nuestros ataques!

Suly: ¡Pues sí que le diste fuerte! ¡Joder có-cómo duele!

Ambos cayeron al suelo, escupiendo sangre y sin fuerzas, sin embargo, allí no terminaba el ataque de su enemigo.

Félix: Suly, ¿recuerdas el golpe que me diste por detrás? Quien da, recibe. Jajajajajajajajajajaj. Hasta nunca.

Pero antes de emplear el movimiento final...

Viria: ¡Sí, hasta nunca pringado!

Félix: ¿¡Cómo!?

... Viria apareció por detrás clavándole la daga en el pecho, el joven cayó completamente herido y debilitado. Viria no se quedó ahí, movió la daga con fuerzas hacia abajo, cortando aún más su cuerpo. Éste reaccionó de manera agresiva, propinándole un fuerte golpe en la cara y tirándola al suelo.

Félix: ¡Hija de la grandísima puta! ¡Arg! ¡Buagh! ¡Aaaaaah! ¡Maldita sea! ¡Mierda, mierda!

Félix vomitó sangre de manera exagerada sobre la blanca superficie de la columna, impactando a los presentes. Fue entonces cuando tanto de Nil como de Suly emergieron unas bolitas oscuras, desvaneciéndose en el aire al poco de salir de su cuerpo. Se habían librado de la horrible y macabra Hechicería de Félix.

Suly: Félix, has perdido. Cierto es que no sé nada de ti ni de los motivos que te han llevado por ese camino, pero mírate, ¿de verdad eso es lo correcto? Estás desangrándote de tal manera que das lástima.

Félix le dedicó una mirada asesina a Suly.

Félix: ¿¡Cómo no pude ver a esa perra!? ¡Buaaaah!

Y volvió a vomitar más sangre, a ese ritmo no duraría mucho.

Nilan: Por la Diosa, es simplemente deprimente. Félix, dime dónde está Cecil, has perdido. Somos superiores a ti.

Viria volvió rápidamente y con sigilo hasta sus dos compañeros.

Viria: ¡Qué se joda! Para nada me amenaza de muerte y me interrumpe mis...

Suly: ¿Tus qué?

Viria: ¡Nada, nada!

Viria se sonrojó de nuevo y Suly pareció olvidarse del tema al no entenderlo. Por otro lado a Félix pareció afectarle de sobremanera lo dicho por Nilan.

“Somos superiores a ti”

Félix: ¿¡Superiores a mí!?¿¡Unos críos!? ¡Imposible! ¡Arg!

Nilan: Félix, simplement...

Félix: ¡Qué te calles la boca! ¡Buaah!

Suly: Te dejaremos aquí, no parece que vayas a hablar, y nosotros tampoco tenemos nada en tu contra.

Viria: ¡Es verdad! ¡Fue él el que empezó obsesionado con matar a mi nov... a Nilan!

Nilan: Félix, yo al menos te dejaré hoy con vida por el simple hecho de querer preguntarte dónde está Cecil, y recuerda, cuando nos volvamos a encontrar si sobrevives, te lo volveré a preguntar.

Y los tres fueron directos hacia la salida de la que habló Suly anteriormente, guiados principalmente por éste y dejando allí a un Félix al borde de la muerte, cubierto totalmente de sangre. Los tres chicos se perdieron al poco en el mar de ruinas, desapareciendo de la vista del agonizante adulto.

Félix: ¿¡Cómo unos críos como estos van a poder...!? ¡No! ¡Argh! ¡Es imposible!

El tiempo pasó. Los tres chicos se adentraron en un laberíntico complejo, gracias a que Suly había seguido a Félix por esa zona horas y horas atrás, conocía la salida.

Viria: Oye Suly, ¿y cómo es posible que te toparás con Félix? Quiero decir... ¿Despertaste aquí como nosotros?

Suly: Sí, al poco de adentrarme en estas ruinas lo encontré de pura casualidad, aturdido y desorientado. ¿Pero cómo llegó él aquí? Qué casualidad, oye.

Nilan que hasta entonces seguía enfrascado en sus pensamientos y en el combate que se había librado tiempo atrás reaccionó.

Nilan: Oh, yo me lo encontré en el barco, de hecho intentó matarme.

Viria: ¿¡Qué!? ¡Espera que vuelto a por él!

Suly: No Viria, quédate quieta. A ver, si lo viste en el barco lo lógico es que sufriese nuestro mismo destino, por desgracia, no he visto a nadie más...

Nilan: Y aquella tal Martiria me salvó, vaya. La mujer que empleó varios hechizos contra el pulpo gigante.

Viria: Kraken.

Suly: Bueno, dejemos de lado todo eso, estamos a salvo, lo importante ahora es encontrar a Zetrya y buscar al mercader ese. Viria, ¿recuerdas cómo era?

Viria: Sí, se llamaba Yao o algo así, un gordo bastante feo con pinta de mafioso y estafador. Aunque al final la que lo estafó fui yo.

Suly: ¡Yao! ¡Si es el mismo que nos vendió las Kazurras por los Montes Lunares!

Nilan: ¿¡Entonces está en Lemuria!? Será fácil localizarlo, bendita la suerte.

Viria: Sí, subió a bordo de un barco que iba directo a Lemuria, pero vete tú a saber si se toparon con el Kraken al igual que nosotros. En ese caso, olvídate de tu bonita espada.

Nilan se quedó mudo al escuchar esa última y alocada idea, ¿su espada en el fondo del mar para siempre? No, se negaba a admitirlo.

Suly: Lo primero es buscarlo, venga, arriba esos ánimos.

Viria: Sí, y parece que ya hemos llegado a Lemuria, mirad.

La chica señaló a una enorme puerta que se hallaba frente a ellos, mediría cientos de kilómetros de alto y a través de la misma se podía apreciar un túnel de roca. A los pies de dicha puerta vieron a dos guardias, protegidos con armaduras de aspecto similar al de unas caracolas color naranja, quiénes se percataron de la presencia de los tres jóvenes y fueron a interrogarlos. Cada uno de los militares portaba una lanza consigo. Los tres adolescentes se detuvieron sin hacer nada.

Guardia 1: Vosotros, ¿quiénes sois? ¿Qué hacíais en las ruinas sagradas?

Guardia 2: Estar en esas ruinas es ilegal, ¿cómo habéis osado profanarlas?

Suly: No, esperad, esto tiene que ser un malentendido...

Guardia 1: No queremos explicaciones, iréis directamente ante nuestra majestad y allí confesaréis. Lo más probable es que seáis encarcelados de por vida.

Nilan: ¡Pero tiene que ser un error!

Guardia 2: No se hable más, seréis trasladados ante su majestad por el crimen de profanar las ruinas sagradas, andando y no intentéis nada extraño.

Viria se mantuvo callada en todo momento, tenía que aprovechar cualquier despiste de los guardias y de sus propios compañeros para huir. No tenía la intención de abandonarlos a su suerte, pero sí debía encontrar al mercader Yao cuanto antes. Los guardias los llevaron a través de un gigantesco pasillo de piedra a través del cual distinguieron a pocos guardias más que les miraron con malos ojos.

Una vez salieron del túnel pudieron apreciar una gran ciudad sumergida, literalmente, los tres chicos pudieron ver asombrados el fondo del mar alrededor de ésta, completamente oscuro y con decenas de criaturas marinas gigantescas, sin embargo el líquido no inundaba la ciudad, permanecía a una determinada distancia.

Nilan: ¿Cómo es posible que el mar no inunde la ciudad?

Viria: Por una burbuja, hay aire aquí dentro gracias a esta, y si te fijas bien, allí…

La chica señaló al sur de la ciudad, ellos habían entrado por la zona Oeste. En la dirección señalada por la chica apreciaron una gigantesca columna de agua que enviaba abismales cantidades de la misma hacia la superficie.

Viria: ... podrás ver uno de los dos grandes Pilares Ascendentes.

Nilan: ¿Pilares Ascendentes? Me suena haber escuchado que había un total de dos, y de hecho, aprendí que uno de ellos estaba localizado en la Llanura gigante esa, al norte de la misma.

Suly: Sí, se supone que cada Pilar Ascendente comunica el Mundo de Armonia con Zyria, la ciudad de las nubes y la tecnología, situada a miles de kilómetros de altura.

Nilan: ¿Entonces éste es el Pilar restante? ¿Si nos subimos a él llegaremos a Zyria? Es ahí donde vivía Félix si no recuerdo mal.

Guardia 2: ¡Silencio!

Viria: A sus órdenes, pero hay demasiado macho rodeándome y me siento agobiada.

Y la chica para sorpresa de todos salió corriendo del lugar, alejándose de los guardias a una velocidad asombrosa. Ninguno de los dos se arriesgó a perseguirla pues sino podrían perder a los dos restantes que ya tenían capturados.

Guardia 1: ¡Atrapadla! ¡Que no huya esa descarada mujer que ha profanado las ruinas!

Guardia 2: Será mejor llevar a estos primero, ya la capturarán a esa, no tiene a dónde huir.

Suly: ¡Y nos deja aquí tirados! En fin, supongo que ya se las apañará para ayudarnos.

Guardia 2: Olvidaos de eso, todos seréis encarcelados, vamos, ¡rápido!

Y el guardia clavó levemente la punta de su lanza en la espalda de Suly, dándole a entender que avanzara. Así lo hicieron hasta llegar al palacio real de Lemuria, no era muy grande de hecho, tenía forma de caracola y su interior era lujoso a más no poder.

Una vez entrasen en la cámara real en la que se hallaba la princesa del Reino de Lemuria, se toparían con una escena de lo más peculiar.

Zetrya: Así es, fue el propio Bismarck quién me envió.

General Zao: No tienes pruebas de ello, y además, ha profanado las ruinas sagradas, ¿cómo se atreve? ¿Cómo tiene el descaro de seguir con esta farsa?

Nilan: ¡Zetrya!

Suly: ¿¡Estabas aquí!?

La mujer se giró y todos los presentes se centraron en los cuatro sujetos que habían llegado al lugar.

Guardia 1: Su majestad, estos dos polizones han profanado las ruinas sagradas, ¿qué hacemos?

Guardia 2: Además, iban con una más pero se escabulló rápidamente y fuimos incapaces de capturarla, ahora está en busca y captura por la ciudad.

General Zao: Pero bueno, ¡esto es una insolencia! ¡Un insulto a nuestro reino! ¡Un ultrajeeeeee! ¡Su majestad, ordeno de inmediato ejecutar públicamente a estos criminales!

Zetrya: Oh chicos, al final habéis sobrevivido. ¿Y Viria escapó? Jejeje, no podía esperar menos de ella.

Nilan: Sí, ¡pero menos mal que tú estás bien!

General Zao: ¡¡¡A ver, silenciooooooooooooooooooooo!!!

Todos callaron ante el terrorífico grito de aquel hombre, delgado, alto y de peculiares y finos bigotes, quién necesitó unos pocos segundos para coger aire.

Guardia 1: Situaos junto a la otra criminal, su majestad decidirá qué hacer con vosotros.

Los dos chicos obedecieron extrañados y se situaron junto a Zetrya, que seguía vestida con su biquini, ¿acaso no tenía frío? Ciertamente, desprendía de su cuerpo un olor no muy agradable.

La princesa de Lemuria, una chica joven y con mirada bella e impredecible de tez pálida y extraños atuendos marinos, los analizó a los tres en silencio.

General Zao: Estos tres criminales, junto con la que dicen que ha huido por la ciudad, se han atrevido a profanar las ruinas sagradas por las que tanto hemos velado aquí en Lemuria durante generaciones y siglos. Es un crimen que no podemos pasar por alto, y está penado con la cadena perpetua en el mejor de los casos, llegando a la ejecución pública o a la tortura. Su majestad, ¿qué ordena?

Princesa Etsuko: Mmm, antes de nada, soy la princesa Etsuko de Lemuria, y ahora, ¿podría saber los motivos que os llevaron a entrar ahí? ¿Con qué finalidad? Responded de uno en uno, por favor.

General Zao: ¡Pero majestad, es absurdo preguntar! ¡Van a mentir, es obvio!

Princesa Etsuko: Por favor, responded en orden.

El general permaneció callado, impotente, la princesa había decidido aquello y nada se podía hacer.

Zetrya: Bien, en mi caso, desperté en las ruinas tras ser arrastrada por la marea, y aquí estoy. Soy Zetrya, compañera de Bismarck, usted misma nos había solicitado que viniésemos aquí para ayudar en el Pilar Ascendente, y yo misma he venido. No tuve ninguna intención de atacar las ruinas ni robar absolutamente nada de allí, por mi vestimenta es más que obvio que no escondo nada.

Princesa Etsuko: Entiendo, siguiente.

Nilan: Yo al igual que Zetrya, desperté en las ruinas con mi compañera Viria tras ser arrastrados por las corrientes oceánicas, no teníamos intención de profanar nada.

Suly: Lo mismo aquí, nada que añadir.

General Zao: ¡Es evidente que están mintiendo! ¿¡Princesa, no lo ve!?

La princesa extendió la palma de su mano derecha hacia el general, ordenando con ello a que permaneciese en silencio.

Princesa Etsuko: Según tenía entendido, el navío que enviaría a miembros de vuestro clan no ha llegado, por lo que es posible que al menos tú, mujer, estés mintiendo. ¿Tienes alguna prueba?

Zetrya: Obviamente la tengo, el barco fue atacado por el Kraken en plena travesía, hundió el navío tras un arduo combate. Ellos dos y la chica que los acompaña iban conmigo a ayudar, lamentablemente las corrientes del océano nos han traído hasta aquí, siento muchísimo todo. No tenemos ni la más mínima intención de hacer daño.

General Zao: ¡Eso es mentira!

Princesa Etsuko: Mmm, entiendo, he preguntado y me has dado un argumento lo suficientemente válido sin dudar de tus palabras lo más mínimo, además de que tiene sentido. Bien, podéis marchar, pero id inmediatamente al Pilar Ascendente, no queremos correr ningún riesgo ni que los aldeanos sufran daño alguno. Zao, si tanto desconfías de sus palabras, llévalos hasta el propio Pilar y asegúrate de que cumplan su cometido, de ser así, serán enviados inmediatamente a Zyria a través del mismo para comprobar su estado.

General Zao: Bien, bien, como ordene. Pero sigo sin fiarme un pelo, su majestad.

Los tres acusados se levantaron, dispuestos a seguir al general en silencio, más les valía callar.

Princesa Etsuko: A todo esto, ¿podría tener el honor de conocer vuestros nombres?

Nilan: Me llamo Nilan, el honor es mío, princesa.

Suly: Yo soy Suly, encantado.

Zetrya: Supongo que ya lo habréis oído varias veces, aún así me presentaré, Zetrya.

Princesa Etsuko: Entiendo, Nilan, Suly, Zetrya. Id al Pilar Ascendente y reparadlo, una vez hecho eso tendréis permiso para montarlo gratis y ascender hasta Zyria. Os deseo suerte en vuestro cometido.

General Zao: Venga, seguidme.

El general no parecía muy convencido, sospechaba de ellos y sus palabras por lo que no les quitó el ojo de encima durante todo el trayecto. Los dos guardias encargados de vigilar las ruinas sagradas se apartaron abriendo la puerta, todos salieron a la calle.

General Zao: Bien, el Pilar Ascendente es aquel de allí, aunque si os han enviado para repararlo, es más que obvio que ya lo sabíais, ¿cierto?

Zetrya: Sí, ¿pero qué quiere decir con eso? No perdamos más tiempo, Bismarck me envió a mí porque soy la persona ideal para la tarea.

General Zao: Jum, bien, adelante.

Todos se dirigieron al sur, Lemuria era una inmensa ciudad de piedra, muy habitada y bajo el mar, protegida por una gran burbuja. Al sur de esta se hallaba el Pilar Descendente, que conectaba directamente con las entrañas del planeta, al oeste se protegían las ruinas sagradas de desconocida procedencia. Al norte se hallaba el palacio real, y al este estaba construido el elevador marino, una gran torre que conectaba la ciudad sumergida con el mundo de la superficie, con la región de Lemuria que se distinguía en los mapas.

Mientras tanto, Viria seguía correteando por la ciudad, evadiendo a centenares de guardias que la atacaban sin descanso.

Guardia: ¡Atrapadla, es solo una cría!

Viria: Pf, a estos guardias les falta mucha práctica todavía para poder alcanzarme. ¡Perdón!

Y empujó a un pobre hombre que llevaba su cesta llena de alimentos recién comprados, todos los frutos cayeron al suelo y varios guardias se resbalaron al pisarlos. Viria logró huir hacia el este, hasta un arrecife algo aislado, se escondió sin dudarlo entre los corales que allí crecían.

Viria: Genial ya no hay nadie por aquí que me siga.

Suspiró, agotada.

Viria: Y ahora tengo que buscar al Yao ese, espero de verdad que su barco no se topara con el Kraken.

La chica caminó con cuidado por el arrecife abandonado, ya lejos de la ciudad. Entre tanto, el grupo que seguía al General Zao tenía una conversación de lo más interesante.

Nilan: Por cierto, Zao...

General Zao: General Zao, por favor.

Nilan: Oh, perdone, General Zao, ¿sabe algo acerca de un mercader llamado Yao?

General Zao: ¿Yao el mercader? ¡Por supuesto! ¿¡Por quién me tomas!?

Nilan: Bueno verá, quería saber si había llegado a Lemuria por algún casual, me gustaría hablar con él sobre ciertas cosas.

General Zao: Sí, cierto es que llegó a Lemuria hace unos días pero ya partió de nuevo, creo recordar que fue a Ferión en barco volador, pues los remolinos impiden el viaje por mar hasta tal reino. ¿Y hablar con él? Por favor, como si un mercader tan importante y de tal prestigio tuviese tiempo de hablar con un don nadie.

Nilan: ¿Entonces se fue a... ¡Ferión!?

Suly: Oh Diosa mía...

Suly se llevó una mano a la cabeza, en un estado de completa amargura.

Nilan: Entonces habrá que ir a Ferión luego, pedazo viaje nos espera, solo rezo para que no haya vendido la espada.

General Zao: Sí, sí, pero primero debéis reparar el Pilar Ascendente, ¿podrán unos críos hacer eso? ¡Es de risa! Solo os llevo porque la princesa quiere probaros, ¡si fuera por mí ya os habrían cortado la cabeza!

Zetrya: General, por favor, démonos prisa para que pueda comprobarlo usted mismo.

El general bufó de mala gana y siguió su camino.

Viria: ¿Uh? ¿Quién es ese? ¡N-no puede ser!

Viria en su escapada terminó en lo más profundo de un arrecife de coral aislado y apartado de la ciudad, cerca del Pilar Ascendente, al sur, en los límites de la burbuja. Allí se topó con un tipo realmente misterioso, era alto, buena forma física y delgado, cabello corto y perilla atractiva. Además, llevaba un monóculo y vestía una bata azul con símbolos dorados, tenía aspecto de ser alguien muy rico y poderoso, pero a ella que conocía ese mundillo, ni le sonaba su cara. ¿Quién era?

Viria: ¿¡Dónde demonios las consiguió!? Es imposible... No me jodas, de todos modos, estoy de suerte, vaya que sí.

Lo más extraño de ese sujeto que se hallaba de pie ensimismado con sus cosas no era su prestigio, sino que portaba en sus manos la espada de Nilan y junto a él, en el suelo, tenía todas las cosas que le robó Viria en el pasado, no faltaba absolutamente nada, ni había nada de más. Estaba todo.

Vira: Esto, perdone, ¿puedo hablar con usted?

Viria se acercó al hombre con las manos a la espalda, simulando una supuesta inocencia. Tenía que hacerse con esas pertenencias costara lo que costase. El individuo la miró extrañado, dejando la espada en el suelo.

¿¿??: Dime, querida, ¿necesitas algo?

Viria: Sí, bueno... me gustaría saber si tiene todas esas cosas en venta por algún casual, al menos la espada.

El hombre se impresionó por el interés que mostraba la chica en sus cosas, especialmente en la espada. Fuera como fuera, el tipo invitó a la chica a subir unas pocas rocas y situarse a su altura para hablar de igual a igual.

Viria: Espero no molestarle con mi inesperada intromisión.

Magnus: En absoluto, de hecho apareces en buen momento. Antes de proseguir con la conversación, me gustaría presentarme, mi nombre es Magnus. ¿Y el tuyo?

Viria: Viria, señor.

Viria siguió con esa falsa faceta suya de niña buena e inocente, no quería espantar a aquel tipo, debía obtener las cosas costase lo que costase, fue entonces cuando un pensamiento le vino a la mente: ¿Robarle de nuevo todas sus pertenencias y venderlas a mayor precio o devolvérselas a su amado? No quería traicionar a Nilan ni a Suly, eran fuertes y en cierto modo, especiales, distintos a los demás.

Magnus: Perfecto, Viria, ¿y dices que te ha interesado la espada? ¿Podría saber para qué? Bueno, eso ya no es asunto mío ciertamente.

El hombre elevó la espada con ambas manos, agarrándola por el mango y observándola de extremo a extremo, quizás impresionado, asombrado, puede que para Viria su mirada no mostrara nada especial, lo único que supo es que no era capaz de adivinar los sentimientos de Magnus. Era imposible saber en qué pensaba.

Viria: Sí, asuntos personales si me permite decirlo.

Magnus: Me has caído bien, toma, para ti, pero ten cuidado con ella.

Viria abrió los ojos como platos, aquel hombre le entregó la espada en sus manos sin pedir nada a cambio. Éste avanzó alejándose un poco de ella, dándole la espalda y mirándola de reojo con una sonrisa.

Magnus: Entrega la espada a su dueño, y no te dejes el resto.

Viria: ¿¡Cómo sabes tú...!?

Y se quedó con la palabra en la boca, confusa. En lo que duró un solo pestañeo el hombre desapareció sin dejar rastro alguno, como si nunca hubiese existido. ¿Había sido una ilusión? No, sus cosas eran reales y estaban allí. La chica se asustó un poco.

Viria: ¿Qué demonios...?

Y Comenzó a recoger las cosas, nuevamente se planteó la idea de venderlas y abandonarlos a su suerte, pero había hecho buenas migas con Suly y Nilan le gustaba bastante, lo amaba en el fondo. Tomó la decisión de devolver las cosas, pensando que quizás pudiese arrepentirse para el resto de su vida. Así se puso en marcha hacia el Pilar Ascendente, era lo más cerca que quedaba.

Viria: Espero no tener que arrepentirme de esta oportunidad única... ¿Habrán logrado escapar de los guardias? Siendo ellos, lo dudo.

Y suspiró.

General Zao: Bien, hemos llegado, manos a la obra. No quiero veros descansando ni un instante, ¿entendido? De lo contrario, ¡os cortarán la cabezaaaa!

Suly: Este tío grita demasiado, joder.

General Zao: ¿¡Cómo te atreves!?

Zetrya: ¡Basta ya! Tanto el general como Suly, parecéis ambos unos críos.

El general ante la última frase se puso recto y refunfuñó para sí mismo, negándose a seguir rebajando su presencia a la de Suly, un simple don nadie desde sus ojos.

Nilan: ¿Y se supone que tenemos que reparar esta cosa? Zetrya, ¿de verdad que es posible eso?

Zetrya: Sí, de hecho soy la única del clan capaz de hacerlo… Vamos, Duendecillo, sal.

Y el pequeño duende de Bismarck salió del sujetador de la mujer, el protagonista se quedó de piedra observando esa zona de la mujer, sin palabras.

Duendecillo: Wiiiih.

Nilan: ¿Pero d-d-dónde l-lo estab-bas guardando?

Zetrya: Oh, es que no tenía alternativa, y el pobre casi se ahoga con el lío del Kraken.

Zetrya se entristeció por la diminuta criatura, olvidando por completo que Nilan le miraba directamente su pecho y al diminuto ser mágico, quién se situó en el hombro derecho de la mujer.

Viria: ¡Pero bueno! ¿¡Se puede saber qué estás mirando!?

Viria apareció en la lejanía cargando las cosas de Nilan, enfurecida por ver a su chico ojeando el cuerpo de la otra mujer. Estalló.

Nilan: ¡Viria, qué bien que estás a salvo!

Suly: Pensaba que nos iba a dejar colgados, qué detalle.

General Zao: ¿¡Es esta otra de vuestro grupo!? ¿¡La que huyó!?

Viria: ¡Sí, huí! ¿¡Qué pasa con eso!? ¿¡TIENES ALGÚN PROBLEMA!?

Viria se acercó furiosa y dando gritos al general, quién no se dejó amedrentar y continuó la disputa.

General Zao: ¡Qué insoleeeente! ¿¡Es que acaso no te han enseñado modales maleducada!?

Viria: ¿¡¡Qué!!? ¡Repite eso si se atreves feo!

Y Viria le propinó una fuerte patada en sus partes íntimas, dejado K.O. al general en el suelo.

Viria: ¡Y ten el valor de volver a levantarte!

Suly: Jajaja, esta niña no se corta un pelo, hasta es capaz de cargarse al general de Lemuria.

Viria: ¿General? ¿Este debilucho bocazas? Ha debido ser un milagro que ascendiera a general.

Nilan: ¡Viria, has recuperado mis cosas!

El jovencito se acercó dando saltos de alegría hacia sus pertenencias, incrédulo y asombrado.

Viria: ¿Eso? Oh, sí, verás...

Viria estuvo a poco de contar lo sucedido allí, pero como ni ella misma comprendía lo que había pasado con ese tal Magnus, decidió mentir, dando una versión más creíble. Al fin y al cabo, recuperó sus pertenencias, era lo importante.

Viria: ... las encontré tiradas en un arrecife cerca de aquí, ¡pura casualidad vamos!

Aquella excusa improvisada, a pesar de no tener mucho sentido, era más coherente que lo del tal Magnus, que fue un visto y no visto, ¿quién demonios era? ¿Cómo sabía acerca de Nilan?

Nilan: Oh, en serio, muchísimas gracias Viria. No tengo palabras.

La chica suspiró, no le gustaba llamar demasiado la atención ni estaba acostumbrada a recibir halagos. Nilan ya no tenía motivos para desconfiar de ella, la trataría como a una verdadera aliada. De pronto el general volvió a colocarse en pie, dolorido.

General Zao: ¡Maldita niña insolente! ¡Todos... todos pagaréis esto con la ejecución pública! ¡Era más que obvio que la Princesa se equivocaba, la habéis engañado! ¡Otro crimen más, engañar a su majestad! ¡Seréis torturados hasta el fin de los tiempos!

Zetrya: General, cállese por favor, hace demasiado ruido y... ¿No ve que el Pilar Ascendente ya está reparado?

Todos se giraron impresionados ante la velocidad de la mujer, ¿de verdad reparó el Pilar en tan pocos segundos?

General Zao: ¡I-imposible! ¡Es impresionante!

Nilan: ¿Y qué se supone que ha arreglado?

Viria: Yo nunca he montado en uno, así que ni idea.

Suly: Eso os pasa por no prestar atención, mirad mejor, allí.

Todos dirigieron la mirada al lugar exacto que apuntaba el dedo de Suly. La gigantesca base del pilar era natural, un arrecife submarino del cual emergían abismales cantidades de agua a gran potencia y velocidad hasta la superficie, lo que algunos llamaban como torre de agua. La base del propio pilar estaba ubicada a cientos de metros desde el risco en el que se hallaban ellos, en el límite sur de la burbuja que cubría Lemuria, y dicha base había sido modificada con una maquinaria gracias a prestigiosos ingenieros navales para asegurar el viaje hasta la ciudad de los cielos. El problema se presentó cuando la maquinaria se averió por un gran temblor ocasionado aproximadamente hace un año atrás en el tiempo, temblor de origen desconocido para la mayoría de los mortales.

La invocación de Zetrya, el enorme crustáceo marino que les ofreció apoyo contra el Kraken, se hallaba en bajo el agua y cubierto de un precioso polvo dorado gracias a la Hechicería que usó el Duendecillo sobre él. La criatura marina logró encajar diversos engranajes descolocados y de la boca del propio Pilar comenzó a surgir más agua, con mucha más potencia. En cuanto los engranajes volviesen a girar un puente se elevaría hasta el risco en el que se hallaban, siendo protegido al instante por la burbuja.

Zetrya: Ya está, reparado. Era la única del clan capaz de llevar a cabo esta tarea. Gracias al poder mágico del Duendecillo mi invocación es capaz de resistir la enorme presión del mar, y la fuerza bruta de éste ha servido para volver a encajar los engranajes, por lo que el Pilar ya funciona con normalidad. General, según tengo entendido fue un gran y misterioso temblor subterráneo ocasionado hace un año el que desencajó los engranajes un poco y estos hasta hace nada se separaron por completo, ¿cierto?

El general no daba crédito a lo que sus ojos y oídos le transmitían. Se limitó a responder, perplejo.

General Zao: Sí, efectivamente, fue hace poco cuando los engranajes se descolocaron por completo, nadie era capaz de llegar hasta el pilar y reparar la maquinaria sin ser aplastado por el mar. Parece que me he equivocado con vosotros, muchas gracias. Podéis usar el Pilar Ascendente gratis.

Suly: ¿Un temblor subterráneo misterioso de hace un año…? Podría ser casualidad, sí debe ser eso.

Suly se cruzó de brazos, pensativo, ceño fruncido y ojos cerrados.

Nilan: ¿A qué te refieres Suly? ¿Sabes algo acaso?

Suly: No, no es nada, déjalo.

Suly sospechó de la inmensa criatura que encontraron de pura casualidad en las ruinas ancestrales, el hechizo ofensivo que utilizó devastó varios kilómetros, no era de extrañar que relacionase ambos sucesos, su amigo no pareció darse cuenta de ello, sin embargo, prefirió no decir absolutamente para evitar más interrogatorios y sospechas por parte del general.

Viria: En fin, ya os he ayudado a recuperar las cosas. ¿Qué hacemos entonces? ¿Tenéis algún plan?

Suly: Oh, ¿vienes con nosotros Viria?

Viria: ¡Pues claro! ¿Acaso me ibais a dejar tirada aquí? Increíble.

Nilan: No, en absoluto, de hecho, me gustaría que vinieses.

Nilan le sonrió de cierta forma que solo ella pudiese averiguar su verdadero significado.

Suly: Yo tampoco tengo problema, de hecho me cae bastante bien.

Suly la miró de manera afable, dándole a entender lo sucedido en el barco aquella tarde. La chica sonrió, era feliz, y muy raro verla así, su decisión de no vender las cosas y ayudarles había merecido la pena. Por algún motivo sentía que su lugar estaba con esos dos chicos…

Viria: Perfecto, ¡nos lo pasaremos bien! ¡Ya veréis!

Y le guiñó un ojo a quién consideraba como futuro novio.

Zetrya: Bien, bien, se os ve muy ilusionados entre vosotros chicos, sin embargo, aquí se separan nuestros caminos. Yo debo volver a la sede del clan en la Costa Oceánica, no tengo razones para ir hasta Zyria. Si vosotros que no tenéis ningún plan en particular queréis vivir algo fascinante, montad ahora en el Pilar, funciona a la perfección, no os preocupéis.

Nilan: Oh, entonces te vas... ¡Ha sido un auténtico placer contar contigo durante este viaje, Zetrya!

Se despidió con un tono enérgico y optimista.

Zetrya: Jeje, me alegra escuchar eso.

Viria fue incapaz de controlar los celos y se cruzó de brazos, manteniéndose al margen.

Suly: Igualmente mujer, siempre tan admirable como siempre, suerte en tu viaje de vuelta.

Zetrya: Claro, tened cuidado vosotros también.

General Zao: Oh, Zetrya, permita a servidor acompañarla hasta la superficie, allí podrá elegir un barco volador con el que volver de vuelta a su ciudad, y por supuesto, gratis, faltaría más.

El general pese a la actitud molesta e infantil que había mostrado durante todo ese tiempo, pareció ganarse el respeto de los presentes. Zetrya se fue con el general hasta la torre este que los llevaría directos al mundo de la superficie.

Suly: Bien, ¿pero ahora qué? ¿Subimos en el Pilar Ascendente? ¿Cómo lo hacemos?

Nilan terminó de recoger todas sus cosas, blandió su espada satisfecho.

Viria: Pues no tengo ni idea la verdad, yo tampoco había subido en ninguno hasta ahora…

Suly: Será mejor esperar a que venga alguien aquí que se entienda con esto, no me arriesgo a cruzar el puente y lanzarme directamente a la columna de agua.

La gente comenzó a rodear el pilar, asombrada por la hazaña lograda. De entre la muchedumbre surgió a quién menos esperaban, Augusto.

Augusto: Me preguntaba quién había arreglado el pilar, ¿y con quién me encuentro? ¡Esto sí que es una sorpresa!

Nilan y Suly: ¿¡Augusto!?

Augusto: El que viste y calza, juas juas juas, ¡qué de tiempo muchachos! ¡Habéis crecido bastante!

El robusto hombre moreno, con gafas de sol, cabello y barba blancas que conocieron los dos varones en la Mina de Gravity estaba allí, frente a ellos. ¿Cómo era posible? ¿Tanta casualidad? Eso parecía.

Viria: ¿Augusto? ¿De verdad conocéis a éste hombre? ¡Vaya, una sorpresa tras otra!

Nilan: Sí bueno, lo conocimos en Argón hará un año o así.

Suly: ¿Pero qué hace aquí usted?

Nilan: ¿Suly ha dicho usted? ¿Qué has hecho con mi amigo?

Dijo Nil con tono irónico, a lo que su compañero actúo ignorándolo por completo.

Augusto: Oh, creo que no os lo llegué a decir pero... Soy ingeniero y me especializo en barcos voladores, navíos, y los Pilares Ascendentes. Yo y muchos otros ingenieros famosos hemos venido hasta aquí a Lemuria para trazar un plan con el que poder reparar el Pilar, pero vaya, ¡ya lo han hecho unos niños! ¡Juas juas juas!

Viria: Realmente fue Zetrya, una compañera nuestra. Ya no se encuentra aquí.

Augusto: Je, por lo que veo el Pilar funciona a la perfección, simplemente se desencajó por un temblor submarino, o subterráneo mejor dicho, pues se encontraron movimientos sísmicos incluso en Argón.

Suly abrió los ojos como platos, aquello confirmaba sus sospechas. ¿Tan destructivo fue el poder del monstruo gigantesco que permanecía en la eterna penumbra de las ruinas? ¿Qué hacía allí? ¿Qué clase de criatura era? En ningún libro vio jamás nada que se asemejara.

Antes de poder decir nada Augusuto los agarró a los tres con su corpulento cuerpo y avanzó por el puente que separaba el Pilar del límite sur de Lemuria, la burbuja gigante los protegió.

Viria: ¡Oye, ¿qué pretendes!? ¡Estate quieto!

Augusto: Vamos, disfrutad del Pilar Ascendente de Lemuria, os llevará desde el fondo del mar hasta los cielos. ¡Juas juas juas!

Nilan: ¿¡Qué!? ¿¡Así tal cual os va a tirar ahí!?

Suly: Oye Augusto, creo que podemos hablarlo primero…

Viria: ¡No te atreverás! ¡Imposible!

Nilan que se temió lo peor agarró con fuerza su espada y sus pertenencias, no las volvería a perder jamás.

Augusto: ¡A disfrutar del viaje!

A pesar de lo que los tres jóvenes le reprochasen, el hombre los lanzó directamente a la inmensa corriente de agua que ascendía hasta los cielos, en menos de un segundo desaparecieron de su vista. El agua los llevaría hasta arriba, kilómetros y kilómetros sobre tierra firme... ¿Qué aventuras les deparaban en las alturas? No debían olvidar que, se dirigían al hogar de Félix.



Sombras.
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Entre tanto, en el castillo de Ferión el Capitán Zack andaba más furioso y frustrado que nunca. Avanzaba a paso lento sobre uno de los puentes de la zona superior del castillo, desde dónde se podía observar la capital entera de Ferión hasta que esta se perdiese en el horizonte.

Anochecía.

Capitán Leonard: ¿Qué es lo que tanto te preocupa, Zack? Llevas unos días algo aislado en ti mismo. No es normal, algo debe rondar por esa cabeza. ¿Sabes que el Pilar Ascendente de Lemuria ha sido reparado esta mañana?

El Capitán Leonard seguía desde la distancia a Zack, vigilando sus pasos, manos cruzadas en la espalda y analizándolo, deseando averiguar qué rondaba por su mente. La brisa del viento hizo bailar los cabellos rosas del afeminado capitán, mientras que el corto y rubio cabello del capitán más poderoso de Ferión apenas sufría movimiento por parte del viento. Sus impresionantes capas se elevaron del suelo por una fuerte e inesperada ráfaga.

Capitán Zack: Nada que te incumba, Leonard.

Capitán Leonard: Vamos, no seas así conmigo, sabes que no tienes elección, sea como sea estás obligado a decírmelo, aunque la gente y el Primarca te consideren el Capitán más poderoso de Ferión, tu pasado sigue estando ahí, plasmado y cicatrizado como una bella herida en un noble corazón.

Leonard mostró una amplia sonrisa llena de satisfacción, se moría de ganas por saber en qué pensaba su Capitán favorito, quién no se giró en ningún momento a mirarle su rostro, permanecía en trance, observando la ciudad.

Capitán Zack: Ha costado bastante, pero finalmente elegimos un sustituto para Ridley, aunque ese tal Makarov no tiene las aptitudes del anterior Capitán, es ridículo. Si no cumple su cometido con la eficacia requerida para el cargo de Capitán, lo mataré yo mismo. ¡Cómo se atreven a colocar a ese lerdo inepto en un cargo como ese, y para colmo sustituyendo a Ridley!

Capitán Leonard: Pf, razón tienes querido, incluso Cornelius sería mejor candidato para el puesto que ese memo, pero es lo que han decidido.

Capitán Zack: Completamente de acuerdo contigo respecto a Cornelius.

Capitán Leonard: Sin embargo, eso no es lo que te preocupa, ¿me equivoco?

El Capitán Zack quería evitar hablar sobre el asunto tan importante que lo mataba por dentro, pero Leonard seguiría allí, y sabía a la perfección que si no hablaba lo obligarían por la fuerza.

Capitán Zack: Kyadara...

Capitán Leonard: ¿Um?

Capitán Zack: ... ese individuo se prestó a colaborar con nuestro ejército hace años ya, mostró habilidades sobresalientes en las pruebas y pensé que utilizándolo podría capturar definitivamente a Chiu-Nan, ese maldito traidor. Sin embargo, le encomendé la tarea de terminar con la guerra de Mystical y que trajese el Oráculo consigo.

Capitán Leonard: Es decir, que matara a los niños supervivientes.

Capitán Zack: Básicamente, pero ha desaparecido del mapa por completo, como si nunca hubiese existido. He investigado durante meses y meses acerca de él, pero ni rastro, nadie lo conocía, nadie sabía quién era, ni documentos, ni reino de procedencia... ¡Joder, nada!

Y golpeó con fuerza el muro que lo separaba del abismo, agrietando el mismo.

Capitán Leonard: Y para colmo ese traidor imperfecto sigue acosando a Ferión, je, no creo que se vaya a rendir, la ayuda de ese Kyadara nos hubiese venido de perlas.

Capitán Zack: Barock, aunque te duela, he de hacerlo yo mismo.

El Capitán Barock, que hasta entonces había permanecido ausente, alejado del núcleo de la conversación pero escuchando, vio el momento de intervenir.

Capitán Barock: Entiendo, hace un año ya que Suly se vio involucrado en todo ese dilema de Mystical y Paradox, aunque, si estás dispuesto a terminar la faena tú mismo, te encomendaré que lo traigas, y no cortado por la mitad precisamente, quiero que venga entero. Sabes perfectamente a qué me refiero, que no se repita lo sucedido en Los Montes Lunares.

Capitán Leonard: Je, no tienes elección, al fin y al cabo no eres más que una marioneta, Zack.

Capitán Zack: Eso es lo que menos me importa… Bien, ya que no puedo contar con la ayuda de Kyadara pues ha desaparecido sin dejar rastro, me encargaré yo mismo, pero Leonard, te vendrás conmigo, y Drake también nos vendrá bien, esta vez no escaparán.

Capitán Leonard: Perfecto, me gustaría ver en primera persona a esos escurridizos fugitivos, quizás haya alguno que esté buen... Perdón, digo, que sea de mi agrado.

Capitán Barock: Sin embargo, no tienes ni la más remota idea de dónde pueden estar, ha pasado un año y ese sujeto en quién confiaste ha desaparecido del mapa, puede que incluso esos fugitivos hayan muerto, en tal caso recuperar el Oráculo sería imposible.

Capitán Leonard: Jujuju, no te preocupes cariño, me aseguraré de averiguar dónde se encuentran. El hogar de Félix, uno de los aliados del traidor, es Zyria, deberíamos ir hacia allí y sacar toda la información posible.

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Re: History of a Destiny.

Notapor Tsuna » Mar Feb 12, 2013 6:22 pm

Capítulo Segundo. El mundo de Armonia. (2ª parte)


Zyria, la ciudad de los cielos.
Spoiler: Mostrar
El trío de jóvenes ascendió a gran velocidad por el Pilar Ascendente, en pocos segundos sobrepasaron la superficie del océano para en medio minuto más tarde verse atrapados en un mar de nubes. La presión que el agua ejercía sobre sus cuerpos para elevarlos era inmensa, estuvieron a punto de perder la conciencia y la respiración, pero finalmente llegaron al lugar de destino antes de que alguna tragedia se diese.

Viria: Oye Nil, despierta, ¿estás bien?

El chico se despertó, mareado. Observó a su alrededor y distinguió una gran plaza llena de gente, muchos de ellos con cuernos y alas que le recordaron al miembro de la banda de música del barco, ¿seguiría con vida? Poco importaba ya pues se sobresaltó ante tanta mirada.

Nilan: ¿¡Dónde estamos!?

Suly: En Zyria, ¿dónde si no? Augusto nos lanzó al Pilar, ¿recuerdas?

Nilan: Oh, cierto, ya lo recuerdo… Me olvidé de preguntarle cómo estaban en el pueblo, me refiero, a Alyse y los demás.

Viria: ¿Alyse?

Suly: Probablemente estén bien, de lo contrario nos lo habría dicho.

Suly permanecía de pie con los brazos cruzados, Viria se agachó para ayudar a que su hombre favorito se levantara.

Nilan: ¿Y por qué hay tanta gente mirando? ¿Hemos hecho algo malo?

Viria: No, simplemente se han sorprendido de que el Pilar volviese a funcionar.

Nilan: Ya veo… Y bueno, ¿cuál es el plan ahora? ¿Ir por ahí de aventuras venciendo malos y todo eso?

Suly: No, he pensado que ya que estamos en Zyria podemos aprovechar para investigar acerca de Félix, recuerda, él era de aquí.

Viria: ¿Pero de qué conocéis vosotros dos a ese loco?

Los tres se adentraron entre la muchedumbre y con ello alejándose de la plaza, quedando cerca de unas terrazas desde las que se podía apreciar el inmenso y vasto cielo, muy al fondo se vislumbraba un enorme mar de nubes. Allí, entre las reconfortantes brisas de la tarde se sentaron sobre los bellos ladrillos decorativos, observando el paisaje, nadie les siguió ni preguntó nada raro.

Nilan: Es una historia muy larga, ¿por dónde debería empezar?

Suly: En Los Montes Lunares, allí nos lo encontramos pidiendo auxilio, unos mercenarios de una banda criminal ya extinta lo acosaban, si no llega a ser por nosotros hubiese muerto.

Viria: ¿Y no era mejor dejarle morir?

Viria hizo un gesto con ambas manos, dando a entender la lógica que sostenían sus argumentos.

Nilan: Pero Suly, ¿no deberíamos empezar por lo básico?

Suly: No, ella ya lo sabe todo, lo hablamos en el barco.

Nilan: ¿¡Qué!?

Viria: Así es, sé que tú eres un superviviente de la guerra esa, no te preocupes, que si falta algo por averiguar de ti ya me las apañaré para saberlo.

Nilan: Um.

Suly: Y como decía, yo recuerdo haber salido corriendo a salvarlo pensando que era un inocente, Paradox sospechó de él al comienzo, le vio algo raro, aunque nunca me dijo el qué. Más tarde me enteraría de que usó Hechicería Verde en sí mismo para lavarse el cerebro y que no sospecháramos nada.

Viria: Ya veo, ¿y por qué vosotros precisamente? Si llegó a tal extremo fue principalmente para recopilar información acerca de algo. Eso es lo que hace un espía al fin y al cabo.

Suly: Lo sé, pero desconozco muchas cosas de ese tipo… Pensaba que lo conocía, nos contó que nació y creció en Zyria, este lugar, luego que desde pequeño se le daba bien la Hechicería Blanca, pero ya está, ahí se quedó la cosa.

Nilan: Y además, Cecil está aliado con él.

Viria: ¿Cecil?

Nilan: Sí, un amigo mío de la infancia, se supone que Bel, otra amiga mía estaba junto a él, o eso recuerdo que me contó. Desconozco los motivos por los que Cecil debería estar aliado con ese desgraciado…

Viria: ¿Y por qué no está contigo y sí con él? Fuisteis amigos, y supervivientes de una guerra.

Nilan: No, el decía estar empeñado en vengarse de Ferión y que se alió con un tipo cuyo nombre más raro imposible, me propuso unir fuerzas y abandonar a Suly y Paradox pero… Me negué, simplemente no fui capaz.

Viria: Vaya, hombre… Pues a mí no me suena de nada ningún Cecil, de hecho ni sabía acerca de Félix.

Suly: Podríamos preguntar por la ciudad acerca de él, ¿qué os parece?

Viria: Eso, si realmente se llama Félix, porque vete tú a saber si os mintió en eso también.

Suly: Dudo que fuese capaz de llegar tan lejos, pero pensándolo mejor… Quién sabe.

Nilan: En cualquier caso chicos… No nos separemos, ¿entendido? La ciudad parece bastante grande y perdernos aquí sería una completa locura.

Viria: Estoy de acuerdo, de ti no me separaría nunca.

Y le guiñó el ojo, obligando al joven a mirar en otra dirección, sin saber qué decir.

Suly: Perfecto, pues andando.

Suly ignoraba por completo la evidente relación sentimental que se cocía entre sus dos compañeros, y sin más dilación los tres se pusieron en marcha perdiéndose con cuidado entre las gigantescas calles repletas de gente de todo tipo. También fueron testigos de toda clase de objetos y mecanismos extraños, como por ejemplo unas rampas automáticas por las que acceder a ciertas zonas de la ciudad situadas en el mismo cielo, también vehículos que empleaban un cristal púrpura en la base del mismo para levitar, incluso elevadores en el interior de grandes y gruesos tubos de cristal. No era la ciudad de la tecnología por nada, el reino de Ferión dejaba mucho que desear en comparación.

Nilan: ¿A quién se supone que hay que preguntar?

Viria: ¿Qué os parece ir allí? A ese edificio grande, quizás sepan algo.

Viria señaló un gran edificio con una especie de cristal púrpura en el tejado, tenía aspecto de ser bastante amplio y algunos guardias custodiaban la entrada. Éste estaba situado en un inmenso círculo en el centro de la gigantesca isla flotante de Zyria, una de esas rampas tan modernas conectaba dicho islote circular con el resto del continente.

Suly: Si está separada del resto de las casas y se sitúa en el centro de la ciudad, quiere decir que es importante, allí deberíamos encontrar información.

Viria: No perdemos nada por intentar. A mí aquí no me conocen.

Nilan: Bien, pues manos a la obra, si averiguamos algo sobre Félix quizás tengamos a nuestro alcance el paradero de mis viejos amigos.

Ninguno de ellos se quedó atrás, todos se adentraron en la rampa color azul que conectaba Zyria con ese islote central perdido en el cielo y en las nubes, en cuyo centro se hallaba un imponente edificio rodeado de cristales púrpuras. Nada más situarse frente a la edificación varios guardias con alas y cuernos salieron a su encuentro.

Guardia 1: Vosotros, alto ahí, ¿qué se os ha perdido?

Suly: Buenas tardes, verá, necesitamos algo de información a ser posible.

Nilan: Olé Suly, ¿desde cuándo te has vuelto tan formal? Me lo habré perdido, je.

Nil cruzó ambos brazos en la nuca, sonriente. Viria no paraba de echarle ojeadas a ese chico tan optimista, estaba coladita por él, pero intentó controlarse.

Guardia 2: ¿Información acerca de qué? Podríamos ayudar nosotros mismos, no hace falta que entréis en la Cúpula de los Cielos. El Pilar Ascendente fue reparado por lo que hoy estamos de buen humor, habéis tenido suerte chavales.

Suly: Pues a decir verdad, nos gustaría saber algo sobre un tal Félix. Experto en Hechicería Blanca.

Los guardias cruzaron miradas, perplejos, no se esperaban ni por asomo una pregunta así.

Guardia 1: Es cierto que Félix es un joven que desapareció de manera misteriosa hace años ya de Zyria, absolutamente nadie sabe qué sucedió con él, y es una pena, pues era un buen chico, alguien admirable y noble, un ejemplo a seguir.

Los protagonistas no pudieron evitar sentirse raros al escuchar esas palabras, ellos confirmaron en persona el verdadero rostro de aquel joven en las ruinas y era completamente opuesto. Los tres permanecieron en silencio, escuchando.

Guardia 2: En efecto, un buen día desapareció sin dejar rastro, era buen estudiante y como bien habéis dicho, la Hechicería Blanca se le daba de miedo. Hará de eso unos tres o cuatro años, desde entonces ni noticias hemos tenido aquí en Zyria sobre su presencia. Muchos creen que ha muerto.

Guardia 3: Sin embargo, si lo que queréis es averiguar más cosas sobre él, podéis ir a la escuela en la que estudiaba a preguntar, está al norte, no tiene pérdida, la escuela Matthew, la veréis por el camino.

Nilan: ¡Bien, se agradece muchísimo la ayuda! ¡Mucha suerte!

Viria: Lo mismo.

Suly: Tened un buen día, gracias.

Y así los tres corrieron entusiasmados al norte de Zyria, la escuela Matthew, ¿de verdad estaban a punto de descubrir todo lo relacionado con Félix? ¿Qué motivos tenía para actuar de esa forma? Esa misma tarde, entre la bella puesta de sol varios capitanes de Ferión entrarían a preguntar lo mismo… La escuela, un destino en común.

Las horas pasaron.

Suly: ¡Por fin!

Suly cayó rendido al piso, intentando coger aire, Nilan y Viria no se quedaban atrás tampoco, estaban cansados. Miles de vueltas habían dado por toda la zona norte de la ciudad para buscar la endemoniada escuela.

Viria: La escuela está al norte, no tiene pérdida. ¡Anda ya!

Se burló la jovencita con un cierto tono lleno de sarcasmo.

Nilan: Bueno, mirad el lado positivo, los cristales púrpuras de la ciudad comienzan a brillar al presenciar la noche, es bellísimo.

¿¿??: Oh, jóvenes, ¿qué os trae por aquí? No me suenan vuestras caras.

En la entrada del instituto se toparon con un hombre de avanzada edad, constitución débil y algo enfermiza, no le quedaba mucho tiempo de vida, sus canas y arrugas así lo dictaban. El individuo cerró con un candado la puerta de la escuela y se aproximó a ellos, con curiosidad.

Suly: ¿Es usted un profesor? Nos gustaría preguntarle unas cosas.

Director Matt: ¿Profesor? Al contrario, soy el mismo director de la escuela Matthew.

Y señaló un cartel de la entrada bien grande que así lo mostraba:

Escuela Matthew.

Director Matt~


Nilan: ¡Esto es perfecto! Parece ser el último que quedaba ahí dentro, ¿o me equivoco?

Director Matt: No, no te equivocas, soy el último en salir. ¿Y vosotros? ¿Qué os trae por aquí? ¿Queríais algo de la escuela?

Nilan: Sí, ¿aquí estudió Félix hace años ya verdad? Queremos saber de él.

Director Matt: ¡Oh, qué sorpresa! ¿Félix? Hacía ya mucho que no escuchaba nada de él, vaya, le echo mucho de menos, me pregunto si estará bien…

Viria suspiró, intentando por cualquier medio no soltarle la verdad a la cara al pobre e ignorante hombre. Prefirió que fuera mejor no darle disgustos a su edad, ella misma había dejado a Félix al borde de la muerte en unas ruinas, en un estado crítico. Siempre y cuando hablaran del mismo individuo.

Suly: Y nos gustaría saber además dónde podemos encontrar información acerca de él, es decir, su antigua casa por ejemplo.

Director Matt: ¿Y a qué viene tanta curiosidad por mi antiguo alumno Félix?

Viria: Digamos que son asuntos personales.

Director Matt: En fin, supongo que no tengo más remedio, no puedo negarle eso a tres muchachitos que se han esforzado por llegar hasta aquí para preguntar. ¿Por dónde debería empezar? Ah, sí. Félix estudió desde pequeño en esta escuela, siempre fue un chico algo tímido e introvertido, pero muy habilidoso y gentil, era muy pacífico y buen chico. Muchos en Zyria lo valoramos por eso, y bueno, finalmente demostró un talento impresionante por la Hechicería Blanca, la única a la que era afín, de hecho le regalé hasta un antiguo mapa de mis abuelos que guardó con mucho cuidado y cariño.

Nilan entonces recordó el mapa que le había entregado Félix en Los Montes Lunares como si fuese un simple objeto, ¿de verdad estaban hablando de la misma persona? Eran prácticamente polos opuestos.

Director Matt: Finalmente un buen día Félix desapareció de manera extraña y una amiga suya de la escuela lo siguió, hará ya unos cuatro o tres años y medio de ello. Me pregunto si estará bien, lo extraño bastante, un chico así no debería echarse a perder bajo ningún concepto, con su talento podría traer mucho beneficio a nuestra sociedad. Si queréis ir a su casa, yo os puedo acompañar, queda cerca.

Nilan: ¡Gracias señor Matt!

Nilan sonrió, provocando una sonrisa también en los demás que lo rodeaban. Tardaron varios minutos en llegar hasta la antigua casa de Félix, un cuarto de hora aproximadamente.

Suly: Entonces es aquí… Está algo vieja y abandonada.

Director Matt: Así es, nadie más ha venido a vivir a su casa ni se han molestado en reconstruirla para en caso de que Félix volviese algún día, pues la encontrase igual que como la dejó.

Viria: A todo esto, director, ¿Félix no tenía familia ni nada así?

Director Matt: Tenía, su madre era lo único que le quedaba pero finalmente pereció por una fuerte enfermedad, no la pudieron salvar a tiempo, se dice que estudió Hechicería Blanca como nadie para poder curar a cualquier persona que necesitase ayuda, pero son eso, rumores. Vamos, entrad si queréis, nadie ha tocado nada desde que se marchó.

El director se aproximó y sacó unas llaves del bolsillo, abriendo la puerta de la casa con ellas. Todos entraron tras cerrar la vieja y decrépita puerta.

Viria: Uf, se nota que no vive nadie desde hace años…

El estado interior de la casa dejaba muchísimo que desear, polvo, telarañas, ratas y mal olor por todas partes, las sábanas de la cama y la madera de diversos muebles habían sido infectadas por varios insectos que devoraban estas lentamente. Viria se tuvo que tapar la nariz al entrar, asfixiada. Nilan y Suly no lo llegaron a hacer, pero se sentían igual de mareados.

Director Matt: Jejeje, suerte la mía que yo estoy acostumbrado. Y eso, aquí vivía Félix.

Tras husmear por todos los rincones posibles Nilan agarró un cuadro de la mesilla de noche, allí estaba Félix junto con una mujer mayor, sería su madre. Efectivamente se trataba del Félix que le había mentido y engañado pero… ¿Cómo llegó a ser tan malvado? Al chico no le entraba en la cabeza que alguien tan bueno fuese quién le intentó matar y le dijera insultos de todo tipo. Suly no encontró nada interesante, de hecho no quería vérselas con nada raro y no investigó demasiado. Respecto a Viria, esta halló una carta de lo más peculiar escondida en unas gavetas infestadas de alimañas, la leyó por encima y rápidamente sin que nadie se diese cuenta de nada, para luego guardarla en el bolsillo, prácticamente impactada por lo que acababa de leer. ¿Había descubierto algo?

Director Matt: Oh, parece que hay jaleo afuera, veré qué sucede.

El director salió al exterior cerrando la puerta, pues al parecer había mucha gente hablando y discutiendo en la calle. Suly pudo ver de reojo por una sucia ventana de quién se trataba a pesar de que la oscuridad de la noche caía ya sobre sus cabezas. Los ojos del joven se abrieron como platos y retrocedió evitando en la medida de lo posible ser descubierto.

Nilan: ¿Qué ha pasado afuera Suly?

Viria: No nos asustes de esa manera.

Suly: Pues asustaos, ahí afuera hay tres capitanes de Ferión, Zack y Drake son dos de ellos. El otro lo conozco por mi padre, es Leonard.

El vello de Nilan se erizó al momento, ¿¡el Capitán Zack estaba a pocos metros de él!? ¿¡Cómo demonios les habían logrado encontrar!? ¡Era imposible!

Nilan: ¡Mierda, tenemos que salir de aquí pero corriendo! ¿¡Cómo nos encontraron!?

Suly: No hace falta que lo repitas dos veces, y ni puta idea.

Viria: Chicos, mantened la calma, podemos buscar alguna salida trasera y huir, antes me pareció ver una. La calma es fundamental para el oficio del ladrón, iros acostumbrando, je.

El trío de adolescentes discutía en el interior prácticamente a susurros y buscaba una salida desesperadamente, mientras que en el exterior…

Director Matt: ¿Um? ¿Qué os trae hasta aquí? Mucha gente pregunta hoy sobre Félix, mira que es raro, ¿eh? ¿Le ha sucedido algo?

Capitán Zack: Eso no es asunto tuyo, simplemente limítate a decirnos si esta es su casa.

Capitán Drake: Fuimos a la escuela pero estaba ya cerrada. Una pérdida de tiempo, suerte la nuestra que un aldeano nos dijera dónde encontrar la casa.

Capitán Leonard: ¿Más gente ha preguntado hoy acerca de Félix? ¿Se puede saber quiénes eran?
El pobre hombre se vio intimidado por la inesperada presencia de tres temibles capitanes. Mientras tanto los chicos buscaban desesperadamente una salida trasera por la que huir, si les atrapaban allí, estaban acabados. Una situación límite.

Director Matt: A ver, a ver, vamos por partes. Sí, esta casa de aquí es en la que vivió Félix años atrás, pero desapareció, desconozco si sigue con vida o no, de todos modos podéis entrar a investigar. Lamentablemente, tendréis que esperar a que se vayan las personas que han entrado primero, son los mismos que me preguntaron por Félix, unos chicos de diecisiete o dieciocho años, no sabría decirlo.

Capitán Zack: ¿¡Cómo!? No… Es imposible, sería demasiada casualidad.

Capitán Leonard: Con abrir la puerta o esperar a que salgan tenemos, nos gustaría compartir información con esos tipos, a ser posible.

Capitán Drake: ¿Tan jóvenes? Pues me pregunto quiénes serán…

Entre tanto Viria encontró de milagro un pasadizo secreto bajo la cama por el cual se podían internar, no lo dudaron dos veces y entraron en él, avanzando a gatas entre alimañas hasta salir varias calles más arriba.

Capitán Zack: Tardan demasiado. Que le den a éste cuchitril, si ya no sirve.

Y así el impaciente Capitán golpeó con fuerza la puerta, derribándola y levantando grandes cantidades de polvo y humo.

Capitán Drake: ¿Era eso necesario?

Capitán Leonard: Mira cómo me has dejado la armadura. Estarás contento.

Director Matt: Oh…

El director más que sorprenderse por la actitud de aquel hombre, se impresionó por el hecho de que no hubiese nadie, los tres adolescentes se esfumaron como si de un fantasma se tratase, como si nunca hubiesen existido.

Capitán Leonard: ¿No había más gente dentro? ¿Qué ha sucedido?

Capitán Zack: No nos intentes tomar el pelo, vejestorio.

Director Matt: No, en absoluto, tres chicos me acompañaron.

Capitán Drake: ¿Sabrá al menos sus nombres, no?

Director Matt: Oh, vaya, se me olvidó preguntarles, y si los mencionaron, se me han olvidado.

Capitán Zack: ¿¡Pero qué!? ¡Esto es el colmo de lo absurdo!

Capitán Leonard: ¡Zack, cálmate!

Y el capitán se frenó en seco, frustrado y reflexionando, debía obedecer a Leonard y a Barock, no podía causar revuelo. Los tres militares de alto rango inspeccionaron la casa de arriba abajo, pero no hallaron nada útil. Por otra parte, los tres protagonistas huyeron con rapidez hasta una especie de torre que se vislumbraba en la lejanía, alcanzando así una enorme plaza ante la propia torre, sellada totalmente por gruesos muros arcaicos.

Suly: Uf… Si no fuera por esas rampas no hubiésemos podido alejarnos tan rápido.

Nilan: ¿Pero cómo nos encontraron? No tiene sentido.

Diversas antorchas y minerales purpúreos iluminaban la plaza, dando una sensación mágica. La torre blanca y vieja que se hallaba frente a ellos parecía ser el extremo noroeste de Zyria.

Nilan: ¿Dónde estamos ahora Suly?

Suly abrió el mapa, confuso, sin embargo como Zyria se hallaba sobre los cielos no pudo orientarse pues no aparecía, eso sí, una peculiar torre situada en el mar, al norte, le llamó la atención. En efecto, era la misma que se hallaba ante él.

Suly: Imagino que esta será la Torre de Arguan, se encuentra encima del Reino Incoloro, en el mar, y se conecta con Zyria. Durante siglos y siglos nadie ha podido entrar, se desconoce el motivo de su fabricación y la manera de acceder.

Nilan: Interesante, y en fin, ¿qué hacemos ahora? Quiero decir, ¿cómo bajamos a tierra de nuevo? Será cuestión de tiempo que esos capitanes nos cacen.

Suly: Ni idea, deberíamos…

Viria: Ey, ey, parad un poco, coged aire. Bien, así, respirad hondo, despacio.

Suly: Viria… ¿No eres consciente de nuestra situación? Dos de esos capitanes conocen nuestras caras, si nos ven no lo contaremos, y encima tú que nos ayudas correrás peligro.

Nilan: Suly tiene razón, no deberías haberte quedado con nosotros Viria.

Viria: Pero bueno, yo soy quién ha decidido seguiros, y si te puedo proteger, así lo haré, cabezota. En cualquier caso, vais muy rápido, primero sentaos por ahí y echadle una ojeada a esto, no tiene desperdicio.

La muchacha sacó del bolsillo la carta que encontró en una gaveta de la casa de Félix y se la pasó a sus amigos, que se sentaron junto a los muros de la torre. Estos agarraron con fuerza el papel evitando que el viento se lo robase de las manos.

Viria: No os alarméis cuando la leáis, que os voy conociendo.

Viria entretanto se dedicó a pasear por allí, observando el inmenso mar de nubes oscuro que se abría paso bajo sus pies, incluso llegó a tiritar en alguna que otra ocasión. Respecto a la carta, los dos jóvenes no daban crédito a lo que leían.

Escribo esta carta únicamente para ti, Dalia.

Debes saber que cuando la leas yo ya habré desaparecido de la ciudad, no te alarmes por nada, no es necesario pues estaré bien.

Antes de todo… ¿Cómo debería explicar esto? ¿El motivo de mi marcha? Primero he de admitir que agradezco haberte conocido, si no hubiese sido por ti no me hubiera planteado muchas de las cosas que cuestionas siempre. De seguir así el mundo se irá a la ruina tarde o temprano, basta con ver lo maltrecho que han dejado Argón esas absurdas guerras, créeme, yo podré cambiar eso, debo actuar, ahora o nunca, y Ferión se arrepentirá de todo lo que está llevando a cabo, aunque no solo se trata de Ferión, las injusticias y la pobreza se dan por alto en muchos otros lugares.

Ayer he conocido a un tipo llamado Chiu-Nan, como sabrás, es un antiguo capitán de Ferión, no, mejor dicho, era, pues decidió traicionar a ese despreciable reino por diversos motivos que no puedo escribir aquí. Lo conocerás de sobra por la de veces que hemos estado criticando a los capitanes, sin embargo, fue pura casualidad encontrarme con él, toda una sorpresa. Me dijo que no le quedaba mucho tiempo de vida y mi talento era necesario para cambiar el mundo, debía llevarlo en la dirección correcta, me pidió ayuda, y yo se la ofreceré sin dudar. Puede que algunos de sus métodos no sean necesariamente correctos, pero el fin justifica los medios, no tengo ninguna duda, siempre es necesario hacer sacrificios para alcanzar un bien mayor.

Dalia, tú también tienes mucho talento, pero la gente en Zyria me ha dado el visto bueno a mí, sabes que tú eres mejor que yo, aún así, me gustaría que no le dijeses a nadie acerca de esto, no quiero que se preocupen, actuaré desde las sombras y algún día… Cambiaré el mundo.

Lo salvaré.

Si quieres acompañarme, todavía estás a tiempo, me encontrarás en el Pilar Ascendente de la zona norte, el que lleva a las llanuras. Esperaré dos horas por si decides venirte, pasado ese plazo, desapareceré. No le digas de esto a NADIE.

Atentamente: Félix~


Cambiar y salvar el mundo. ¿Eso es lo que buscaba Félix? ¿Lo que le obligó a marcharse de Zyria? ¿Un joven tan noble y de férreos ideales terminó transformado en aquel tipo arrogante que enfrentaron en las ruinas? Ahora todo tenía más sentido, Cecil también estaba aliado con ellos por sus deseos de venganza, eran los principales enemigos de Ferión, los capitanes no esperaron ni un segundo y decidieron mover ficha para investigar acerca de Félix, no es que les estuviesen siguiendo a ellos.

Suly: Claro… Se ha aliado durante estos cuatro años con un traidor de Ferión, recuerdo a mi padre hablar de su persona, le habían tendido una trampa y no hacía falta preocuparse por él, pero no sé porqué. Más tarde el Capitán Zack lo sustituyó.

Nilan: ¿Pero quién es Dalia? ¿Una amiga suyo acaso? Por la manera en la que se dirige a ella, ¡eso parece! ¡Bueno, sigamos sus pasos, vayamos a la llanura por el Pilar!

Viria: ¿No tenéis sueño? Yo no puedo más chicos.

Suly: Yo tampoco, estoy destrozado, de todos modos… Ya sabemos lo que quiere Félix, ¿vosotros queréis decirle algo en particular? A mí me da lo mismo lo que haga, pero a éste paso hasta mi padre se verá involucrado… Debemos pararlo y yo convenceré a mi padre.

Nilan: Suly… Bien, eso has decidido, perfecto. Yo tengo que encontrar a Cecil y hablar con ese Chiu-Comosellame, a ver quién se cree para manipular a mis amigos.

Viria: A mí no me importa seguiros, vayáis a dónde vayáis, eso decidí en Lemuria así que… Contad conmigo.

Y Viria les guiñó un ojo, en especial a su chico favorito.

¿¿??: Bien, aquí estáis los tres entonces.

El trío se sobresaltó al escuchar esas palabras, sin embargo no se trataba de nadie conocido. En esta ocasión se enfrentaban a un tipo alto, fuerte, con cara de tipo duro y varias cicatrices que recorrían su brazo izquierdo. Canoso. Llevaba dos grandes sables a sus espaldas y una enorme espada atada en la cintura, ¿quién era?

Brian: Me llamo Brian, no os asustéis pues soy vuestro aliado, y Paradox me envía a por vosotros.

Suly: ¿El viejo? ¿Cómo sabe dónde estamos?

Viria: ¿El propio Paradox? ¿Lo-lo conoceré…?

Viria se quedó prácticamente muda al escuchar acerca de Paradox, ¿cómo sabía el poderoso mago Sapien de ella?

Brian: Es una larga historia, pero debemos irnos rápido, hay tres capitanes en Zyria y si nos ven, estaremos en apuros. No tengo ganas de destrozar casas ni dejar la ciudad maltrecha, así que apurémonos.

Nilan: ¡Pero… ¿Dónde está Paradox ahora!?

Brian: En el Reino Incoloro, debemos bajar por el Pilar Ascendente hasta la llanura. Venga.

Y todos lo siguieron sin rechistar hasta bajar por el Pilar Ascendente con un gran ascensor, debido al cansancio apenas hablaron durante el trayecto, ni siquiera pensaron en que podían estar cayendo en una terrible trampa o nada parecido, sus neuronas les pedían a gritos una cabezadita…



La primera Luz.
Spoiler: Mostrar
Un enorme ascensor, ese fue el artilugio mediante el cual descendieron hasta tierra firme de nuevo, llegando a una gran estación completamente desolada y sin nada ni nadie, excepto los respectivos encargados de su mantenimiento que eran unos pocos.

Viria: Entonces ese Augusto nos lanzó al Pilar sin esperar a que activasen un chisme como éste…

Nilan: Lo haría por nuestro bien, Viria. Yo al menos sigo teniendo mi preciada espada y mis cositas.

La chica no supo que contestar pues el cansancio podía con ella.

Brian: Por aquí, en esta posada, nos alojaremos esta noche.

Suly: Perfecto, me estoy cayendo…

Todos entraron y el tiempo pasó, Brian pagó la debida cantidad de dinero para los cuatro. Viria durmió en una habitación aparte y los dos chicos en la misma, Brian se dedicó a ir por libre. ¿Quién sería ese Brian? Todos le siguieron sin plantearse nada sobre él, pero si conocía a Paradox, debía ser alguna clase de aliado.

Nilan: ¿Cómo es que hemos terminado aquí? Si hace unas horas estábamos con el Director Matt. ¿Qué habrá sido de él?

Suly: No lo pienses mucho, yo ya me dejo llevar. Al menos bajamos por dónde íbamos a hacerlo en un principio. Simplemente duerme y listo.

Nilan: Oye Suly… He recordado que hablaste con Viria en el viaje del barco, ¿qué te dijo?

Suly: No creo que le moleste si te lo digo, al fin y al cabo nos ayuda y apoya, somos un equipo. Pues verás…

Y las horas pasaron. Amaneció.

Viria: ¡Buenos días!

Nilan: Buenas Viria, ¿qué tal todo?

Los dos jóvenes se encontraban en el comedor de la posada, no era muy amplio y no ofrecía grandes lujos, pero tampoco se podían quejar, apenas había nadie esa mañana. La chica se sentó en la misma mesa que su compañero, junto a una ventana a través de la cual una fina brisa de viento les acariciaba los rostros continuamente, así ambos empezaron a zampar y engullir lo poco que había en la mesa, estaban hambrientos.

Viria: Come, come, que esto no nos lo regalan todos los días.

Nilan: Jeje sí, tienes razón. Por cierto, gracias por lo de mis cosas, apenas hemos tenido tiempo de hablar tranquilamente.

Viria: ¿Eso? No es nada... Venga, calla y come.

Nilan: Sí…

Al terminar de comer salieron de la posada, sentándose en la hierba fresca y admirando el paisaje, una llanura inmensa se extendía a sus pies, ¡y hacía bastante frío! Algunas zonas estaban cubiertas de la más pura nieve.

Nilan: ¿Sabes? Anoche estuve hablando con Suly acerca de ti, Viria… Realmente me llevé una imagen equivocada, lo siento.

Viria: ¿Todavía te disculpas por lo que me dijiste en las ruinas? En fin, hombres…

Nilan: Oye, y sobre lo que pasó allí…

Viria: Oh, ¿el beso?, no te preocupes que el siguiente te lo tendrás que ganar de verdad.

Nilan: Um, en cierto modo… Nunca había besado así antes a una chica, he estado internado en Whilhem con Paradox y Suly, estudiando y entrenando sin descanso. Apenas conozco mundo, lo único es…

Viria: Sí, lo poco que viajaste durante el año pasado, oye, siento mucho que le haya sucedido eso a tu familia. Ojalá hubiese tenido yo una así aunque sea.

Nilan: Supongo que siempre tenemos problemas con nuestras familias, mira a Suly, ahora su padre está en su contra también. Me pregunto dónde terminaremos.

Viria: ¿A qué te refieres?

Nilan: Sí, a cómo terminará todo esto, ahora Paradox nos busca pero… Ciertamente no sé qué hacer ni cómo actuar, parece que Ferión me busca por algo y apenas me queda nada. Mi reino fue arrasado de la noche a la mañana y todos parecen conspirar por su cuenta.

Viria: Ya te lo he dicho unas cuantas veces, me tienes a mí aquí, y a Suly también. Eso es suficiente para seguir adelante.

Nilan: ¡Y os lo agradezco muchísimo!

Sonrió, feliz por tener amigos así a su lado.

Viria: Jeje, qué curioso, hace unas semanas ni me planteaba el terminar de esta forma, y mira, como cosa del destino o algo estoy aquí plantada, en fin, no me quejo. Tú ya me entiendes, cari.

Nilan: ¿Ca-cari? ¡Creo que vas muy deprisa!

Se sonrojó como un tomate, avergonzado.

Viria: ¿Te vas a echar atrás ahora? ¡No me lo puedo creer!

Nilan: Em… cambiando de tema, ¿tú no conoces al Brian ese no?

Viria: Sí, sí, ahora cambiando de tema, ¿¡será posible!? Y no, no tengo ni idea de quién es… ¿Crees que será buena idea fiarnos de él?

Nilan: Yo creo que sí, no sé, hasta que no volvamos a ver a Félix o algo tendremos que seguirlo, no tenemos a dónde ir.

Viria: No sé si tomarme eso como algo bueno o como algo malo, el no tener a dónde ir. A decir verdad ya estoy acostumbrada.

Nilan: Yo creo que mientras tengamos gente que nos ayude, no habrá problema alguno que no podamos superar.

Viria sonrió levemente y sin quitarle el ojo de encima a la persona que muy en el fondo, amaba, sus palabras la ayudaban mucho a pesar de las apariencias. Entonces llegaron Brian y Suly a sus espaldas.

Brian: Es hora de irnos, pequeños.

Suly: No os lo vais a creer, Brian es una bestia, me derribó con un solo movimiento.

Brian se alejó, dispuesto a marcharse sin ellos si no se daban prisa.

Nilan: Oh, ¡ahora vamos, espere por favor!

Viria: ¡Qué prisas tiene este hombre!

Brian ante las palabras de la chica se detuvo, mirando a los tres de reojo.

Brian: Es que no hay tiempo que perder, Paradox os quiere ver a la de ya.

Viria: Pero bueno…

Los tres chicos recogieron sus cosas rápidamente para seguir a Brian hacia el norte, a unas tierras cubiertas por un precioso y blanco manto de nieve. Sin embargo en la entrada de la posada Nilan se chocaría con alguien inesperado, debido a las prisas no se percató de su presencia.

Nilan: ¡Ouch!

Cayó al suelo con todo encima.

Capitán Leonard: Oh, mira a quién tenemos por aquí, querido, ten más cuidado la próxima vez, las prisas son malas así que por mucho que no te guste, la clave es saber organizarse bien.

El capitán le tendió la mano para ayudar a levantar al joven. Ninguno se conocía con anterioridad, así que no hubo sospechas de ninguna clase.

Nilan: Gra-gracias por el consejo.

Fue lo único que pudo decir, Nil al ver que el capitán no lo reconocía intentó jugársela y salir de allí corriendo, era obvio que pertenecía a Ferión por el símbolo de la cruz que portaba en su armadura.

Capitán Leonard: De nada guapo, que tengas buen viaje. Bonita espada por cierto.

Esas palabras desconcertaron al chico, pero prefirió olvidarlo y darse más prisa de la que llevaba encima para salir de allí corriendo cuanto antes, no vio a ningún capitán más por la zona así que no tuvo problemas para huir y reunirse con su grupo.

Pasaron las horas. El equipo atravesaba entonces un sendero perdido en los bosques y las montañas del Reino Incoloro. Entre inmensas cantidades de nieve pura y reluciente.

Suly: Brian, no te hemos preguntado hasta ahora, ¿cómo nos reconociste? ¿Quién eres?

Brian no contestó, no le gustaba hablar de sí mismo pero como esa mañana Suly y él entrenaron un poco, a petición del mayor para evaluar sus habilidades, tenían algo de confianza entre ambos y éste misterioso personaje decidió hablar, sin duda, si la pregunta la hubiesen formulado Nilan o Viria, no hubiese soltado prenda.

Brian: Como sabéis, me llamo Brian. Conozco también a Paradox, y me pidió que os llevase hasta el Templo del Volcán, en los límites del continente.

Suly: Pero… ¿Qué es de ti? ¿De dónde has salido? ¿Cuál es tu historia?

Brian: Amigo de Daril, Nilan, tú deberías saber a qué me refiero.

Daril… era el fallecido padre del chico. ¿Brian era su amigo?

Nilan: Pero mi padre está…

Brian: Muerto.

Viria: ¡Ey, no es necesario ir por ahí recordando las desgracias de la gente!

Brian: Jum, encima que me tomo la molestia de buscar a Paradox para ayudaros, y me lo agradecéis así.

Viria: Si era eso… ¡Es que no explicas nada don misterioso!

Brian: Hace un año Daril murió, fue mi culpa no percatarme de las intenciones de Ferión y cuando me di cuenta, era demasiado tarde. No imaginé que fuesen capaces de llegar tan lejos para recuperar… No, robar el Oráculo. En cualquier caso, no pude hacer nada, lo mínimo que puedo hacer es ayudar a su hijo. Esta es ahora tu historia, Nilan.

Suly: ¿Oráculo? ¿Qué es eso?

Nilan: Otra vez con eso… Félix también lo nombró.

Brian se detuvo en seco para girarse hacia ellos, perplejo, no daba crédito a lo que decían. ¿¡No sabían lo que era el Oráculo!? El rostro del corpulento hombre se desencajó por completo.

Brian: ¿No sabéis… lo que es el Oráculo? ¿Me tomáis el pelo acaso?

Viria: No, ¿tenemos cara de saberlo? Por algo preguntamos.

Brian: Vaya, es-esto no me lo esperaba… ¿Un año desde eso y no habéis oído nada acerca de él? Nilan, incluso tu padre debió nombrarlo en alguna que otra ocasión, de hecho lo custodiaba en tu aldea… ¿Ni siquiera Paradox os lo mencionó?

Nilan: No, nada de nada, estamos en blanco.

Brian: Diosa mía… Me temo que tengo mucho que explicaros, lo que me sorprende es que hayáis llegado tan lejos sin tener idea de nada. Simplemente admirable.

El grupo continuó caminando, los tres chicos escucharon atentamente la fascinante historia que emergería de los labios del adulto.

Brian: ¿Por dónde debería comenzar? Bien, ya sé. Os explicaré qué es exactamente el Oráculo. El Oráculo es un objeto con forma esférica brillante y blanco, es indestructible, ningún arma en éste mundo puede hacerle ni un rasguño. El Oráculo es de origen desconocido, se encontró por primera vez en unas ruinas ancestrales bajo tierra hace miles de años, junto a una gran estatua de La Diosa misma, la gente creyó que ese objeto pertenecía a esta y les acercaría a la divinidad, por eso lo empezaron a utilizar sin descanso para manipular a la gente con historias que realmente no se sabía si eran ciertas o no. Finalmente, fueron los habitantes de Mystical quiénes decidieron guardarlo a buen recaudo, para no causar guerras ni conflictos innecesarios.

Suly: En la escuela jamás aprendí nada de eso…

Brian: Claro que no, todo lo referente al Oráculo está vetado por Ferión, Leithard siempre se negó a utilizarlo para nada, ellos viven tranquilamente ahí, al margen de todo. Y como decía, el reino de Ferión fue el que en principio, como predican todo lo relacionado con La Diosa, deseó negociar con Mystical para adquirir el Oráculo.

Viria: Y ahí empezó todo, ¿verdad?

Brian: En efecto, los años y el tiempo pasaban, yo pensaba que Ferión no llegaría al punto de llevar a cabo una guerra para arrasar Mystical y recuperar el Oráculo pero… Algo les incitó a hacerlo, los conozco bien, juraría que nunca hubiesen tenido esas intenciones pero…

Brian parecía confuso, le daba vueltas a algo en concreto, algo que no quiso revelar.

Nilan: En cualquier caso, ¿qué tiene que ver el Oráculo con Paradox y con nosotros?

Brian: Sí, ¿no lo recuerdas acaso? Fue tu padre quién te dio el Oráculo, Nilan, tú lo llevas en tu interior ahora mismo.

Suly: ¿Nilan tiene el Oráculo? Claro, de ahí a que Ferión esté tan desesperado por encontrarte, enviaron un total de tres capitanes hace un año para capturar a un niño.

Viria: Ahora entiendo lo de las ruinas… claro, una esfera, como en la puerta…

Viria murmuró para sí misma, ajena a la conversación.

Brian: Es increíble que no lo supieseis, me extraña que Paradox o la Guardiana de Whilhem no os dijeran nada.

Nilan: Entonces… Ese es el poder que llevo dentro.

Nilan se llevó las manos al pecho, impactado por la información que acababa de recibir.

Brian: Sí, en ti el Oráculo está a salvo, pero en otras manos, quién sabe lo que podría suceder. Respecto a Paradox… A decir verdad, fue él mismo quién en el pasado intentó proteger el Oráculo y ponerlo a buen recaudo para siempre, pero todos malinterpretaron sus intenciones y lo consideraron como un criminal, alguien verdaderamente peligroso. Y por supuesto, hubo quién se aprovechó de eso para alarmar a la población y ponerlo en contra de todos cuando sus intenciones eran nobles.

Suly: Fue por eso… Si no hubiese sido por mi padre, ahora estaría muerto.

Brian: Exacto, pero eso me gustaría que no se lo dijeseis, es un secreto y algo que quiere ocultar, le avergüenza tener que cargar con ello y hace todo lo que puede por protegeros, es lo mínimo que puede hacer llegados a éste punto. ¿Y bien? ¿Ya estáis contentos? ¿Sigo pareciéndoos el don misterioso?

Nilan: No, no, en absoluto… je.

Nilan intentó mantener la calma, pero en su interior le alteraba la idea de poseer tal poder, algo tan valioso… Su vida corría mucho peligro, ¿y por qué su padre hizo semejante cosa? ¿Cargarle tal destino? Antes de encontrar respuestas Brian se paró en seco, ante ellos.

Brian: Bien, ya hemos llegado, al templo. Aquí es donde Paradox quiere entrenaros.

Viria: ¿Entrenarnos? Bueno, sabiendo todo el peligro que corremos ahora, es normal.

Suly corrió hacia adelante para observar mejor el paisaje a pesar del frío que los azotaba constantemente. Ante ellos y junto a un lago cristalino, una enorme plaza con columnas y arcos de piedra se hallaba, había poca gente, quizás peregrinos que rezaban allí, todos vestían batas típicas de monjes y sacerdotes a pesar del clima.

Nilan: ¿Y dónde está el templo exactamente?
Aparte de la plaza de piedra cubierta por la nieve, pudieron apreciar al fondo unas escaleras que se introducían bajo tierra.

Brian: Seguidme. Las escaleras, tenemos que bajar.

Viria: Uf, me estoy muriendo… ¡Os espero abajo!

Viria fue incapaz de aguantar el frío y corrió desesperada hasta la plaza, bajó por las escaleras sin esperar a nadie y se perdió de la vista de sus compañeros.

Brian: Lo mejor que hace, en realidad.

Y todos bajaron el corto y estrecho camino de tierra hasta llegar a la plaza, perdida entre incontables montañas heladas. Nilan estuvo atento en todo momento por si aparecía Paradox, pero en vano. Una vez descendiesen por los respectivos escalones contemplarían un paisaje realmente espectacular.

Nilan: Wow… Increíble.

Suly: Sí, es alucinante.

Brian: ¿No salís mucho de casa verdad?

Viria: A mí me da igual, yo solo quiero calorcito. ¡Cari ven!

Y se abrazó a su chico en busca de calor, éste reaccionó de igual forma y la abrazó con delicadeza.

Ante ellos se vislumbraba un camino de piedra casi congelado, muy estrecho y extremadamente largo. No tenía barandillas de ninguna clase ni protección que evitase que cayesen el vacío si se tropezaban, porque eso es lo que tenían ante sus ojos, un cráter de dimensiones desconocidas, completamente cubierto de hielo como si de una cueva se tratase, se podía incluso suponer que era todo agua congelada, pues tanto en las paredes como en el suelo habían criaturas enormes, inmóviles, como si fueran parte del decorado, en su día fueron seres vivos pero ahora dormían congelados en el hielo. Y en el centro de la colosal y helada cueva, en el aire como si fuese la cúspide de una torre que perforaba los límites bajos del cráter y sostenido por diversos pilares más, se encontraba el llamado Templo del Volcán. Allí esperaba Paradox.

Brian: Ahí es dónde entrenaréis. Paradox os espera en el interior. Tened cuidado al caminar, que un solo descuido al pisar puede resultar fatal.

Razón no le faltaba a Brian, ¿cuántos metros o kilómetros de distancia había entre el camino y el abismo de la cueva? Viria se mareó del vértigo al mirar curiosa el fondo.

Suly: Pues adelante.

Nilan: S-sí.

Nilan intentaba por todos los medios no perderse en sus pensamientos, pues la idea de llevar consigo el Oráculo aquel no era fácil de asimilar. Poco hablaron durante el camino, cada uno observando el precioso paisaje helado y con cuidado de no tropezarse, una caída significaba la muerte. Una vez atravesasen las puertas del templo apreciarían las grandes estatuas que decoraban su interior, estatuas que representaban a grandes monjes o hechiceros del pasado, todos humanos. La sala principal del templo era circular, estaba adornada con diversos ornamentos y objetos o esculturas de gran valor, y era iluminada por cuatro hileras de velas que recorrían la estancia de lado a lado.

Viria: ¿Qué serios todos no?

Brian: Guardad silencio, aquí no se habla.

Varios monjes vieron interrumpidos sus rezos por las palabras de la hiperactiva adolescente. Al fondo de la sala circular pudieron ver unas escaleras de piedras, no muy grandes, quizás seis o siete escalones hacia arriba, y una puerta que se abría lentamente. Tras ella hicieron acto de presencia Paradox y otro monje más viejo, parecía ser el encargado de mantener el templo en condiciones. Éste vestía una gran bata azul, imponente.

Nilan: ¡Paradox!

Suly: Nil, han dicho que no debemos armar jaleo.

Viria: ¡No me lo puedo creer, es él de verdad!

Brian: A ver, ¿cómo os tengo que decir que…?

Paradox: Brian, no le des más vueltas, estos chicos son así. Me alegra ver que estáis vivitos y coleando, tan llenos de energía como siempre.

Los monjes que allí se encontraban no tuvieron más remedio que marcharse al exterior, indignados por los jóvenes que no respetaban sus rezos. Paradox y su acompañante bajaron los escalones, situándose frente a los nuevos viajeros.

Suly: Viejo, ¿cómo es que sabías dónde encontrarnos?

Paradox: Jojojo, muy fácil… La respuesta es simple, ejem, ejem, Hechicería muchacho, Hechicería. Me impresionó que llegaseis a vencer al Kraken. Os enseñé bien. El día que muera podré descansar en paz.

Nilan: ¡No digas eso!

Paradox: Jojojo, algún día tendréis que aceptar mi pérdida…

Viria: ¡Increíble! ¿Es usted el famoso Sapien? ¿¡Paradox!? ¿¡El Sabio!? Es un honor.

Viria llegó a hacer una reverencia, le tenía mucho respeto a aquel anciano, quién no pudo evitar reírse para sus adentros, alegre porque una chica así acompañara a sus pupilos.

Paradox: No es nada pequeña y el gusto es mío, imagino la de quebraderos de cabeza que te habrán dado estos dos bribones. En fin, a lo que íbamos. El aquí presente es el sacerdote mayor, Leopoldo, encargado de vigilar el Templo del Volcán. A petición de Brian y la Guardiana del Bosque, le he pedido permiso para que os adentréis en el templo y afrontéis sus peligros. Es necesario que os fortalezcáis, se avecinan tiempos de cambio y… necesitáis ser fuertes.

Leopoldo: Un placer, caballeros. Será un honor tener al portador del Oráculo con nosotros, por aquí por favor.

Y todos siguieron al hombre subiendo los escalones y adentrándose en una especie de elevador, del que llegaron Paradox y el monje.

Suly: Perdone que le moleste, señor, ¿pero adónde nos llevará este elevador?

Leopoldo: Como habréis podido observar antes de llegar, el templo está sujeto por una torre que perfora el suelo de la Cueva Helada, el elevador se encargará de descender hasta el fondo, el templo está situado bajo un volcán. Grandes pruebas os esperan adentro. Os deseo mucha suerte.

Viria: ¿Un volcán? Espero salir entera, bueno, al fin y al cabo te tengo a ti, amor mío.

Nilan: Jeje, oh sí, ¡yo te protegeré Viria! ¡Cuenta conmigo!

Y sonrió con energía, golpeando su pecho con el puño cerrado. La chica, muerta de frío, volvió a abrazarlo.

Paradox: Sin embargo, para superar las pruebas del interior todos debéis tener al menos el don de la invocación, y por lo que siento no habrá problema alguno. Jojojo.

Suly: Viria, ¿tú también sabes invocar? No me lo esperaba.

Viria: Sí bueno, es una larga historia…

Brian: En marcha pues.

Y el elevador descendió a gran velocidad torre abajo, dejando a Leopoldo en la superficie. Habrían pasado varios minutos, cinco, incluso diez, cuando llegaron a las profundidades del templo bajo la inmensa capa de hielo que apreciaron anteriormente desde el estrecho camino. Ahora se hallaban en las entrañas de un volcán, increíble, pero el frío seguía estando más presente que nunca.

Viria: Oh maldita sea… ¿se supone que esto es un volcán?

Todo el escenario ante ellos estaba prácticamente congelado, atravesaron con cuidado y calma diversos pasillos, llegando a una enorme sala con cinco estatuas de colosal tamaño en total. En el centro vieron una gran lápida que decía así:

Oh, portador del Oráculo, si el poder es lo que más anhela tu corazón,
antes deberás demostrar tu sabiduría,
superando la primera prueba.
Avanza por cada una de las salas para obtener las llaves que allí se guardan celosamente,
Cuando demuestres tu valía, tu fuerza deberás mostrar
para ante ti el camino del fuego hallar.


Nilan: No lo entiendo mucho, excepto que debemos obtener unas llaves.

Paradox: En efecto, observad los pies de las estatuas, bajo cada una hay una pequeña puerta, en su interior debéis resolver un acertijo y obtendréis una llave. Son necesarias todas las llaves para que algo suceda. Brian, yo me encargaré de la primera estatua, tú de la segunda.

Suly: Espera, parad el carro, se supone que esto es para fortalecernos nosotros, ¿por qué nos ayudáis?

Viria: Suly tiene razón, señor.

Paradox permaneció pensativo, acariciando su gran barba.

Paradox: No tenemos tiempo, la verdadera prueba vendrá más adelante, no os preocupéis.

Brian: Vamos pues.

Y así Paradox se adentró en una de las estatuas, Brian decidió afrontar la segunda. ¿Qué elegirían los tres jóvenes? ¿Irían juntos o separados?

Nilan: ¡Vamos juntos! Nada nos detendrá.

Suly: ¿Y esos ánimos? En cualquier caso, así se habla.

Viria: Yo de ti no me voy a separar, y lo sabes.

Nilan: Estaremos juntos, siempre.

Los tres asintieron con determinación y con valor se internaron bajo una de las enormes estatuas de la enorme sala congelada. Una vez entrasen la puerta quedaría sellada por una barrera mágica de la que resaltaba su peculiar brillo morado, esta vez se encontraban en otra habitación más pequeña y a varios metros de distancia pudieron ver una estatua con cuatro brazos. En cada uno de sus brazos sostenía orbes, uno de ellos era color Naranja, otro color Negro, el tercero color Blanco y el cuarto color morado.



Sin embargo, muy lejos del templo, concretamente en la posada en la que los protagonistas pasaron la noche anterior una escena de lo más peculiar tenía lugar en una de las habitaciones.

Capitán Drake: Al final no hemos encontrado nada útil, ¿estáis seguros de que ese tal Félix es un peligro? A mí no me lo parece, si intenta algo lo derrotamos y se acabó.

Capitán Zack: Lo es, y hasta que no le demos caza, yo al menos no me rendiré. No debemos subestimarlo bajo ningún concepto.

Capitán Leonard: Oh vamos, está aliado con el traidor de Ferión, es obvio que es una amenaza para nosotros. Debemos eliminarlo sin importar el coste, todo sea por la “Paz”. Cambiando de tema, ¿sabéis que he visto a un chico realmente hermoso esta mañana? Y portaba una espada de lo más peculiar, si nuestros caminos se cruzasen de nuevo, no dudaría en invitarle al castillo.

Capitán Drake: ¿Un chico con una espada? ¿Qué clase de espada?

El Capitán Drake pareció alterarse al escuchar acerca de un joven. ¿Sería el mismo que se le escapó de entre las manos un año atrás? Zack también pareció abrir los ojos como platos, sin embargo se mantuvo callado, esperando pacientemente una respuesta.

Capitán Leonard: Sí, la espada llevaba un bello cristal rosa. ¿Por qué? ¿Acaso lo conoces? No sabía de esa faceta tuya Drake.

Y le guiñó un ojo, disgustando al capitán con tal gesto.

Capitán Zack: ¿A dónde fue?

Capitán Leonard: ¿Eh?

El Capitán Zack se levantó de su sitio, cargando todo su equipamiento y dispuesto a partir hacia algún lugar. Más serio que nunca.

Capitán Zack: Que adónde fue.

Capitán Leonard: Al norte, me pareció verlo con otro grupo pero no estoy seguro. ¿Tan importante es?

Capitán Zack: Es el que lleva el Oráculo.

El Capitán Leonard abrió los ojos como platos, ¿cómo no pudo darse cuenta?



Una vez los jóvenes resolviesen el acertijo correspondiente de los orbes, del centro de la sala aparecería un fugaz resplandor, dejando tras de sí un objeto circular más bien diminuto, destacaba por su color rojo brillante.

Viria: Era muy fácil… usar hechicerías en cada orbe.

Suly: Sí, ya tenemos una de las llaves.

Nilan: ¡Genial, pues volvamos!

La barrera mágica de la puerta desapareció y los tres volvieron a la sala principal. Una vez allí observaron a Paradox y Brian, estos poseían ya cuatro llaves en total, lo que significaba que habían completado las pruebas restantes y antes que ellos. Admirable.

Paradox: Tal y como esperé, no me habéis defraudado, jojojo.

Brian: Pensaba que no saldrían nunca, si estas pruebas son muy simples.

Suly: Danos un respiro Brian.

Nilan: Aquí está la llave, ¡avancemos pues!

Paradox agarró la llave de Nilan y juntando así las cinco. Estas al hacer contacto entre sí comenzaron a brillar, la sala se oscureció y los cinco artefactos comenzaron a volar formando un círculo en el aire que brillaba con intensidad.

Viria: ¡Ah, mis pobres ojos!

Todos los resplandores provenientes de las llaves se fusionaron, disparando al instante un potente laser a la pared del fondo tras las estatuas, dejando así al descubierto un pasaje hasta ahora oculto.

Unas palabras resonaron en sus cabezas:

Vuestra sabiduría habéis demostrado.

Ahora de vuestra fuerza debéis hacer uso.


Brian: Atentos, ahora viene lo complicado.

Suly: Estamos preparados, no permitiré que os pase nada.

Nilan: ¡Suly, yo también os protegeré, juntos siempre!

Viria: Yo no os voy a abandonar llegados a este punto. Es obvio.

Paradox: Jojojo, al fin y al cabo parece que saltarme unas pocas normas en mi tierra natal ha servido de mucho. Avancemos.

Todos se adentraron expectantes en el nuevo camino, el frío desaparecía a cada paso que daban adelante, la temperatura aumentaba y ellos descendían. Finalmente llegaron a una enorme cueva de forma cilíndrica en posición vertical con incontables cavernas y pasadizos a lo largo y ancho de las paredes, bajo sus pies, muy al fondo, pudieron apreciar implacables corrientes de magma, y en lo alto del todo, una gran puerta de acero con el dibujo de una llama.

Viria: Mejor, necesitaba calor.

Suly: Uf, pues ahora yo me estoy abrasando aquí… Esto no tiene gracia.

Nilan: ¡No os quejéis, nosotros podemos con todo!

Y asintieron con confianza y determinación ante sus palabras, que en cierto modo, fortalecían la moral del grupo.

Paradox: ¡Aquí viene, cuidado!

Sin esperarlo del magma una enorme y colosal criatura surgió enfurecida. Poseía numerosas extremidades con las que se sujetaba perfectamente a las paredes, escalando hasta su altura. También gozaba de la ayuda de su gran cola, con la que iba arrasando todo a su paso. Nilan se fijó con más detalle y no vio ningún camino posible para ascender hasta la puerta con el símbolo de la llama. Debían derrotar a la gigantesca criatura que ascendía hambrienta a por ellos.

Brian: Debemos vencerlo, no bajéis la guardia.

Brian y Paradox echaron a correr por distintos túneles en un intento de ponerse a salvo contra el monstruo o quizás, intentar algo más. Éste una vez estuviese a la altura de los tres chicos los observó con furia, la criatura tenía aspecto de dragón, cuerpo rojo con escamas negras, incontables patas gracias a las que lograba escalar por las paredes de la caverna, una gran cola, ojos verdes y un fiero hocico. El monstruo pareció cargar algo en su mandíbula…

Suly: ¡Corred, poneos a salvo!

… para escupir segundos después una gran llamarada que abrasaría la entrada por la que llegaron.

Afortunadamente ninguno tuvo problemas para esconderse tras las rocas o túneles de la zona. Sin duda sus reflejos les salvaron de una muerte dolorosa. Suly sin esperarlo usó todas las magias protectoras sobre él mismo y sus dos amigos que estaban cerca. Por otro lado Nilan desenvainó su preciada y majestuosa espada.

Nilan: Viria, cuidado, no corras peligros innecesarios, yo me encargo.

Viria: Oye…

Nilan salió disparado a otra punta de la cueva desde la que poder elaborar una ofensiva con más facilidad, en cierto modo, dejó el orgullo de la joven un poco tocado, la subestimaba demasiado y ella lo sabía, le dolía que pensase eso cuando no tenía ni idea de lo que era capaz de hacer.

Viria: ¿Quién se cree que soy? ¿Un bebé?

Suly: ¡Toma esto monstruo! Ya me dirás que te parece.

Suly, tras segundos de profunda concentración, de su lanza creó una largo y fino hilo de agua que nada más tocar a la criatura comenzó a crecer a su alrededor formando así una gran burbuja, la bestia molesta por el líquido escupió dos esferas de magma a su adversario, no alcanzó a Suly de milagro.

Suly: No te rindes, ¿eh? Pues yo tampoco. ¡Ha!

Y a través del hilo de agua generó una corriente eléctrica que rodeó la burbuja de agua en pocos segundos, aturdiendo así al gigantesco monstruo, el cual pareció desprenderse de las paredes unos segundos y caer pocos metros para sostenerse con más fuerza y furia que antes. La criatura expresó un terrorífico grito de guerra provocando desprendimientos en la caverna, para a continuación expulsar de su cuerpo una llamarada gigante, evaporando la burbuja de agua y tumbando a Suly al suelo, mareado a causa del calor recibido de golpe.

Suly: Es resistente, no cabe duda.

El monstruo volvió a escalar de manera violenta hasta la altura de quién intentó segundos atrás matarlo con un cortocircuito. Lo miró con odio, estaba a pocos segundos de acabar con la vida del joven.

Paradox: No tan rápido, jojojo.

Paradox se asomó a través de un agujero, pocos niveles por encima de Suly. El brujo extendió su brazo hacia el enemigo, generando con ello una fuerte capa de hielo que congeló parte de su colosal cuerpo. El anciano separó la palma de su mano del hielo generado a través de esta para caer algo cansado al suelo.

Paradox: No nos vencerás… tan fácilmente…

Suly: Gracias viejo, je, ahora me toca seguir, ¿no?

Suly se levantó ante el cuerpo congelado de la criatura, sin embargo sus ánimos no durarían mucho, el monstruo se resistía a morir allí congelado, pues la capa de hielo se resquebrajaba a cada segundo, y a pesar del calor esta no se derretía, dando a entender el inmenso poder mágico del Sapien.

Nilan: ¡Esto no ha terminado!

Nilan invocó a Ifrit desde otro punto de la caverna, gracias al ambiente la invocación no tardó en aparecer y no consumió apenas fuerzas, tanto el joven como su invocación combinaron sus habilidades y gracias al calor de la cueva la potencia de sus ataques se vio incrementada. Junto a la invocación que cargaba y escupía esferas de magma puro, Nil extendió sus brazos, apuntando al monstruo con sus dedos y disparando a través de estos pequeñas pero rápidas y letales ráfagas de magma. ¿Sería buena idea atacar a un monstruo que vivía en el magma con su propio elemento?

Nilan: ¡Suly, ahora!

Suly: Descuida, esto está controlado.

Suly generó un gran manto de agua ante los ataques de Nilan e Ifrit y volviendo estos roca sólida, pues eran prácticamente magma, el resultado de su magnífica combinación impactó contra el cuerpo de la criatura, la misma que se desestabilizó y cayó varios metros, sujetándose fuertemente con sus últimas fuerzas e intentando deshacerse de la molesta capa de hielo que inmovilizaba parte de su cuerpo, a pesar de que esta fuese debilitada y perforada considerablemente por el último ataque.

Nilan: Je, nunca pensé que una estrategia que usábamos contra muñecos de madera funcionase en esta ocasión. Eso sí, ahora contamos con Ifrit.

Suly: Sí, yo también estoy impresionado la verdad.

Brian: Es mi momento pues.

Brian, quién había permanecido oculto durante toda la batalla, saltó al vacío preparando sus afilados sables. Se concentró y pocos segundos después asestó un potente tajo que cortó a la criatura por la mitad, en el momento un chirriante sonido metálico recorrió la caverna. Brian al no tener donde apoyarse cayó sobre la piel del monstruo, que con sus últimas fuerzas intentó llevárselo con él al abismo de magma.

Suly: ¡Oh, no!

Nilan: ¡Ifrit!

La bestia que Nilan domaba no lo pensó dos veces y se preparó para saltar, pero se detuvo al ver como unas sombras rodeaban el cuerpo de Brian y éste desaparecía. Ante esto, el monstruo que caía sin remedio al abismo se atravesó con sus extremidades, pues su objetivo se evaporó inesperadamente en el último segundo. Tras un intenso y último grito de agonía, el dragón, o lo que fuese, se sumergió en el magma posiblemente para desaparecer y no volver jamás. Ifrit a los segundos se desvaneció entre cenizas, retirándose.

Viria: Deberíais darme las gracias.

Nilan: ¿Cómo? ¿Qué ha pasado?

Brian apareció junto a Viria como por arte de magia.

Brian: No sabía que tuvieses una invocación de ese nivel. Qué sorpresa.

Nilan: ¿Invocación?

Viria: Sí, ¿viste esas sombras? Digamos que mi invocación no es una criatura en sí, sino sombras. Podría explicártelo con más detalle cariño, pero no tenemos tiempo, me estoy asando y no lo vas a entender.

Viria sonrió de manera forzada dando a entender su malestar, tanto por la temperatura como porque fuese subestimada por posiblemente, una de las personas más importantes que le quedaban. Suly se aproximó al resto del grupo, y Paradox apareció mediante una especie de portal dimensional, idéntico al que los salvó un año atrás de los capitanes.

Suly: Eso ha sido épico, la cuestión ahora es… ¿Cómo llegamos a la puerta? ¿Viejo?

Paradox: Jojojo, no te apresures bribón, observa.

Y el anciano señaló con su bastón al centro de la caverna, un brillo celestial lo cubrió, dejando tras de sí unas escaleras blancas mediante las que se podía acceder a la cumbre.

Nilan: Perfecto, ¡vamos! No hay tiempo que perder.

Brian: Ojalá tuviese yo tanta energía…

Paradox: Jojojo, Brian, ambos nos estamos quedando atrás, estos muchachos nos superarán con el tiempo.

Brian: No hace falta que lo jures.

Suly: En fin, Viria, ¿subimos?

Viria: Sí, será lo mejor, vamos Suly.

Nilan corrió desesperado sin esperar a nadie y subió las escaleras antes que cualquiera, Viria, quién ascendía junto a Suly, suspiró decepcionada por la actitud de su amado, que la ignoraba por completo y para colmo, la subestimaba.

Una vez llegasen todos a la entrada el símbolo de la llama se iluminó con un resplandor carmesí, activando con ello alguna clase de mecanismo y elevando la puerta de piedra. Todos se internaron en la nueva sala, donde hacía mucho más fresco y lo único que se llegaba a ver era una bola de fuego sobre un altar, levitando.

Paradox: Perfecto, he aquí la primera Luz.

Brian: …

Nilan: ¿Luz? ¿Qué quieres decir Paradox?

Viria: A mí esto ya no me suena de nada la verdad.

La muchacha se llevó una mano al mentón, pensativa. Suly permaneció en silencio y en guardia por si algo más osaba atacarlos. Brian simplemente no dijo nada, quién sabe por qué razón, estaría cansado, ¿o quizás ocultaba algo más profundo ante aquella situación? Nadie se fijó en él, ciertamente.

Paradox: Jojo, todo a su tiempo joven, ya lo descubrirás por ti mismo algún día, ahora solo debes aproximarte, la Luz hará el resto. Tomaos esto, Viria tú también, como la última prueba de vuestro entrenamiento conmigo, vuestro mentor.

Nilan, con más confusión de la que ya llevaba encima, se acercó temeroso a la esfera luminosa de fuego, tras subir varios escalones en el altar esta brilló de forma intensa, cegando a todos los presentes, quienes pudieron observar como el místico artefacto se adentraba en el pecho del joven protagonista, iluminándose su propio cuerpo durante unos instantes. Por otra parte, Nil perdió la conciencia tras sentir un fuertísimo dolor de cabeza, todo se tornó oscuro…

Nilan: ¿Qué es esto…? ¿¡Qué me pasa!?

Viria: ¿¡Estás bien!?

Suly: ¡Nil tío, aguanta!

Nilan escuchó como las voces de sus amigos y todo su alrededor se iba desvaneciendo, perdía la conciencia lentamente y el fuerte dolor de cabeza no cesaba, de inmediato observó ante él y de forma borrosa un inmenso continente, mucho más grande que el propio Wildrum. Pudo apreciar en persona como éste se despedazaba, centenares de fragmentos de tierra se elevaban de forma violenta ante la potentísima onda expansiva de una gigantesca explosión que crecía y crecía en la lejanía. Eso no fue todo, varios gritos de agonía inundaron su mente, aterrorizándolo y llenando su corazón con sensaciones negativas, miedo e incomprensión. El cielo se oscurecía, relámpagos, truenos, mares de llamas y terremotos sacudían el mundo entero, presenciaba un auténtico apocalipsis que lo intimidaba a cada segundo, sumando gritos y gritos de dolor en su mente, la sensación fue insoportable, sintió una presión increíble en su pecho, el dolor de cabeza aumentaba, y el mundo se destruía de forma violenta, la colosal explosión que podía medir miles de kilómetros lo arrasaba todo a su paso, pudo ver civilizaciones enteras elevándose en el aire y sumándose al caos que aniquilaba el paisaje.

Todo oscureció de nuevo…

Paradox: Se pondrá bien, he usado Hechicería Blanca por si acaso, pero confío en mi pupilo.

Viria: Si le llegase a pasar algo yo… yo…

Nilan sintió una gota de… ¿agua? en su mejilla izquierda, visto desde sus ojos. Poco a poco su mente se aclaraba y su visión se restablecía.

Brian: Al final nada grave sucedió.

Suly: Joder, me has preocupado demasiado. Viejo, ¡exijo una explicación!

Viria: ¡Opino lo mismo, vale que le respete como gran hechicero, pero esto es intolerable!

Nilan: ¿Qué… Dónde estoy?

Nilan no supo bien cómo reaccionar, la cabeza le daba vueltas, recordaba vagamente lo vivido con anterioridad pero las angustiosas sensaciones que invadieron su corazón… de ellas no había rastro alguno. Viria se giró hacia él y lo abrazó con fuerza, llorando.

Viria: ¡Menos mal que estás bien!

Paradox parecía algo arrepentido, su mirada lo delataba.

Paradox: Descuidad, la prueba está completada, debemos partir de inmediato.

Brian: Sí, vamos, aprisa.

Los tres jóvenes permanecieron en su sitio, observando cómo los dos adultos se alejaban de allí sin siquiera mirarles. ¿Acaso no les importaba la salud del chico? ¿Qué estaban ocultando? ¿Qué era eso de la primera Luz? Suly se adelantó un paso, indignado, furioso y preocupado.

Suly: ¿¡Qué se supone que le habéis hecho!? ¿¡Qué es éste lugar!? ¿¡Entrenarnos!? ¡Yo no me lo trago, lo siento viejo!

La furia podía con él, por primera vez sentía decepción por las acciones de su mentor. Los dos adultos permanecieron inmóviles ante la salida de la oscura habitación.

Paradox: Debemos marcharnos, no hay tiempo que perder.

Expresó de manera tajante. Brian ante sus palabras se adelantó al exterior sin esperar a nada ni a nadie.

Suly: ¿¡Marcharnos, tiempo que perder!? ¡¡Responde maldita sea!!

Nilan: Suly, no importa…

Suly: ¿¡Qué…!?

Viria: Nil…

Nilan apoyó una de sus manos en el hombro derecho de su compañero, visto desde su perspectiva. Ante esto salió de allí aturdido, su tono de voz era similar al de alguien que estaba a punto de morir, sus dos amigos lo siguieron preocupados hasta las escaleras blancas. Paradox por alguna razón permaneció atrás, en silencio, meditando. ¿Qué pasaría por su mente en ese momento?

...


La acción se trasladó entonces a otro lugar no muy lejano, de hecho era una vivienda algo descuidada, la nieve podía colarse en su interior para formar pequeños cúmulos de la misma gracias a diversas grietas. La puerta principal se abrió, él entró.

Chiu-Nan: Has llegado, al fin.

Dalia: Por tu cara creo que no lo has pasado bien, ¿puedo ayudar?

Félix: No te preocupes Dalia, es algo… sin importancia aquí.

Félix se adelantó, sentándose en una silla de madera y vieja de forma brusca, su mal humor se notaba. Chiu-Nan, un individuo de piel pálida y extraña mirada, vestía un kimono color púrpura y su cabello color negro le daban un aspecto fantasmagórico para quiénes no lo conociesen. Dalia, una chica de cabellos grises, algo dotada, delgada y de edad similar a la de Félix, se situaba sentada en una silla junto al otro individuo ya mencionado, sobre sillas viejas de madera.

Félix: Lo único que puedo afirmar, es que sí, ellos lo están vigilando constantemente. Incluso fue “esa” quién se cruzó ante nosotros de forma descarada para salvarlo, je. Les da igual que descubran sus intenciones, ese memo que porta el Oráculo no se va a enterar ni queriendo.

Apretó los puños con fuerza bajo la mesa, una ira indescriptible brotaba en su interior.

Chiu-Nan: ¿Y entonces? ¿Por qué se molestaron en ir a Lemuria?

Félix: Fue una coincidencia que nos cruzáramos todos en el mismo viaje, para ser sincero, les perdí la pista y fui incapaz de localizarlos, pero lo dicho, sus acciones me han confirmado lo que he argumentado antes. Algo es algo, a pesar de desconocer sus objetivos.

Cecil: ¿Has dicho ese memo? ¿Por qué razón le tienes tanta manía? ¿Y desde cuándo? Aunque en cierto modo, tienes razón, es un memo.

Cecil no pudo evitar soltar una risa cansada al pensar sobre Nilan, el portador del Oráculo. Éste ahora se apoyaba en una pared con los brazos cruzados, en su mirada se notaba bastante seriedad.

Chiu-Nan: En cualquier caso esos tipos no son de nuestra incumbencia, nuestro objetivo es Feri…

Y comenzó a toser de manera brusca, cayendo al suelo. Dalia se levantó a socorrerlo de inmediato, alarmada. Ni Félix ni Cecil parecieron darle importancia, a los pocos segundos Chiu-Nan logró recuperarse gracias a la mujer.

Chiu-Nan: Ferión.

Félix: Lo sé, ahora un nuevo capitán sustituye a Ridley, pero es un inepto, no se compara con ninguno de los otros.

Chiu-Nan: Ja, ¿sabes? Zack, Drake y Leonard… Están en el Templo del Volcán ahora, quizás sea buena idea ir a por ellos, han entrado en nuestro territorio, no podemos perder la oportunidad de llevarnos alguno por delante. Sabes que le tengo especial manía a Leonard.

Félix abrió los ojos como platos al escuchar las palabras de su compañero.

Félix: ¿Qué los ha traído hasta aquí? ¿Acaso está Nilan también?

Chiu-Nan: Sí, Paradox ya se ha puesto en marcha, no pierde tiempo, no.

Félix: Pues seré yo quien se las vea personalmente con ese payaso que sueña con ir de aventuras. Cecil, avisado estás.

Cecil comprendía perfectamente a qué se refería, acabar con la vida de quién fue su mejor amigo en el pasado. No encontró una respuesta inmediata, pero sí respondió algo a su manera, sin revelar sus verdaderos sentimientos. Sin dar una respuesta concreta.

Cecil: Sí.

Félix se llevó una mano al pecho, recordando el dolor de la puñalada que sufrió. Apretó de nuevo el puño pero con más fuerza que nunca. Ardía por dentro en deseos de vengarse.



El Reino Incoloro.
Spoiler: Mostrar
El viaje de vuelta al templo no fue tan apacible como hubiesen imaginado en un principio, ninguno habló y Suly le dirigió varias miradas de odio y desprecio a su mentor, el mismo que fingía no verse afectado por estas. Paradox se detuvo en seco, ante el elevador, el resto del grupo le siguió expectante ante lo que pudiese revelar el anciano.

Paradox: Escuchadme bien, una vez lleguemos a la superficie, haced todo lo que os diga, ¿ha quedado claro?

Suly: ¿¡Cómo!? ¿¡Después de esto pretendes qué... qué…!?

Nilan: Suly, en cuanto lleguemos a la superficie nos iremos a cualquier parte, ¿vale? Olvidemos todo éste asunto del Oráculo… Y vivamos tranquilos.

Suly: ¿Pero qué dices ahora…?

Viria permaneció callada, asustada por la idea de que pudiese desatarse un combate allí mismo.

Paradox: No, no ha quedado claro, vamos otra vez… Escuchadme bien, una vez lleguemos a la superficie, haced tod…

Suly: ¡Vale ya viejo! ¿¡Qué pretendes con todo esto!? ¡Meremos una explicación! ¡Nil casi la palma!

Viria: Suly, será mejor subir, ya lo hablaremos arriba. No parece que esto nos vaya a llevar a ningún lado.

Paradox no dijo nada más, simplemente se limitó a subir sobre el elevador con el resto del grupo, Suly no tuvo más remedio que subir también, a regañadientes. Nil a diferencia del resto sentía decepción y miedo en su interior, quería olvidar todo lo sucedido y vivir tranquilo, eso era lo que comenzaba a pensar… Olvidarse del mundo. El joven mantuvo su mirada en el suelo durante el trayecto, sin mediar palabra con nadie. Viria lo observaba con mucha preocupación, el grupo se estaba rompiendo poco a poco… y todo por culpa de Paradox, ¿por qué no decía nada? ¿Qué ocultaba? La muchacha también se percató de la actitud de Brian, quién tampoco decía nada, ensimismado. Algo había pasado y ella no tenía ni idea. De todos modos no servía de nada discutir allí.

Paradox: Hemos llegado. Escuchad, en cuanto salgáis no esperéis, simplemente corred hacia la salida en cuanto tengáis oportunidad. Nos veremos en las montañas del oeste e iremos a la capital del Reino Incoloro. Brian, guíalos.

Brian: Sí.

Suly: ¿¡Cómo!? ¿¡De qué va todo esto ahora!? ¿Y si me niego?

Paradox: En cuanto salgas, obedecerás. Eso si valoras tu vida joven.

Suly: ¿Um?

Viria: Avancemos pues…

Una vez se asomasen a la sala principal del templo, sobre las escaleras, pudieron ver como Leopoldo se aproximaba a ellos desde la derecha, lentamente y con paciencia.

Leopoldo: Es impresionante que lo hayáis logrado, aunque tampoco podía esperar menos de usted, Paradox.

Paradox: Sí, ahora si nos disculpa…

Leopoldo: Lo siento, pero me temo que tenemos un asunto más importante que tratar…

Suly: ¿El qué si se puede saber? No tenemos todo el día.

Se notaba el mal humor de Suly, quién le habló de manera grosera al monje.

Leopoldo: Estamos en la misma situación me temo.

Capitán Zack: Vaya, vaya, vaya, mira a quién tenemos por aquí… ¡Cuánto tiempo!

Los ojos de Nil, Suly y Viria se abrieron como platos al contemplar a tres capitanes apareciendo tras las estatuas situadas junto a la salida del templo.

Suly: ¿¡Qué!? ¡Lo que nos faltaba!

Viria: ¿¡Cómo nos han localizado!? ¡Son capitanes de Ferión! No podremos contra ellos…

Nilan sin embargo siguió adelante, observando el suelo con su triste y desconcertada mirada. Leopoldo le agarró del hombro, deteniéndolo a mitad de los escalones.

Leopoldo: Lo siento joven, me temo que no podrás escapar de aquí con tanta facilidad. Queremos hablar contigo acerca de unos asuntos.

Nilan: ¡Suéltame!

Nilan golpeó con violencia la mano del monje, obligándolo a retroceder. Ahora mostraba furia en su mirada, aquel hombre mayor tan importante allí se llegó a intimidar por esta.

Leopoldo: ¡Malcriado! ¿Cómo te atreves?

Capitán Drake: Han crecido bastante, esto es una sorpresa. ¿Estás seguro de querer luchar aquí Zack?

Capitán Leonard: ¿Por qué no deberíamos capturarlos? Su espada lo delató en la posada, está perdido. Una belleza como él… Es una pena.

Suly: ¿Posada? Nil tío, ¿qué pasó ahora? ¿Por qué la gente se dedica a ocultar las cosas? ¡Somos un equipo!

Nilan: Me encontré con ese tipo de pelo rosa y gafas, pero huí rápidamente de allí. Y ahora, si me permitís, me voy.

El joven siguió bajando los escalones uno a uno y con calma e ira contenida.

Capitán Leonard: Oh, oh, para el carro precioso, ¿a dónde crees que vas?

Nilan se detuvo en seco, observando a los tres capitanes con furia, retándolos a acercarse.

Nilan: A dónde no pueda veros nunca más, esto del Oráculo y todas las guerras… Me tiene ya bastante cansado y harto, ¿fue correcto asesinar a mi familia para nada? Lo único que me importa ahora es… poder estar con los amigos que perdí por vuestra culpa. No seguiré el camino de venganza de Cecil, no tengo intención de derramar sangre, pero si os interponéis, no tendré más remedio que defenderme. También quiero encontrar a Félix, estoy seguro de que convenciéndolo podría cambiar su actitud, ¡juntos cambiaremos el mundo sin matar a nadie! A diferencia de vosotros.

Y continuó su marcha con calma, aproximándose más y más a los capitanes que bloqueaban la salida, sin ningún miedo.

Viria: Nil.. ¡Espera!

Suly: ¡Viria para es muy peligroso!

Brian: Paradox…

Paradox: Lo sé.

Viria se lanzó corriendo escaleras abajo para agarrar la mano de su amado, frenándolo en seco con un rostro invadido por la preocupación y desesperación, le dolía que él estuviese pasando por una situación tan dura y tuviese a sus mayores enemigos ante él. Sin embargo, no contó con sus amigos, ni con ella misma.

Viria: ¡No te abandonaré!

Capitán Drake: En cierto modo… el chico tiene razones para sufrir, ¿realmente hicimos lo correct…?

Capitán Zack: ¡Calla Drake! ¡Tenemos nuestro objetivo delante de nuestras narices! Si hace falta despedazarlo y sacarle el Oráculo por la fuerza, así será.

Capitán Leonard: Jeje, Zack querido, eres muy bruto, las cosas hay que resolverlas con elegancia ante todo. Muy bonito tu discurso hijo, ¿quiénes eran los miembros de tu familia? Quizás sepa algo de ellos, puede que incluso sigan con vida como prisioneros de guerra.

Nilan: Mi padre se llamaba Daril…

Capitán Leonard: ¿¡Daril!? ¿De verdad eres su hijo? Oh, qué vueltas da la vida. ¿Me odiarás si te confieso que fui yo quién le arrancó su último grito de dolor? Je.

Nilan: ¿¡Cómo!?

Suly: Leonard… tú…

Capitán Leonard: Sí, le quité la vida, mira que era terco, intentó escapar varias veces, me enfrentó con valor y astucia, no fue un rival sencillo y lo felicito por ello, sin embargo… Un campesino tan vulgar como él no se pudo igualar a un Capitán, el resultado era más que obvio desde el principio.

Y sonrió de manera macabra, ajustándose las gafas.

Nilan: ¡Tú…!

Capitán Leonard: ¿Qué? ¿No te vas a vengar precioso? Jeje, no importa… el resultado seguirá siendo el mismo, tomes la elección que tomes…

Capitán Zack: ¡Basta ya de charla! ¡Acabemos con esto!

El Capitán Zack desenfundó su sable rápidamente y corrió hacia Nil con agresividad. El chico asimiló a quién se estaba enfrentando y con temor, intentó prepararse para el ataque. Sin embargo Viria se interpuso entre ambos, extendiendo los brazos de par en par, dispuesta a recibir el mortal ataque del capitán.

Capitán Zack: ¡Quítate de ahí pedazo de peste!

Capitán Drake: ¡Es una niña…!

Capitán Leonard: Drake, si debe morir, morirá. Somos los representantes de La Diosa, no lo olvides.

Capitán Drake: Pero…

Suly: ¡Viria no!

Suly pegó un gran salto desde arriba, pasando así todos los escalones y dando una vuelta en el suelo para amortiguar la caída, a pesar de todo, fue muy tarde…

Paradox: ¡Ha!

O quizás no. Antes de que el sable pudiese cortar la sensible piel de la joven Paradox colocó su bastón en el suelo, creando así una cúpula de energía transparente que rodeó el templo por completo, tanto Leopoldo como los capitanes permanecieron quietos en su sitio, inmóviles.

Paradox: ¡Brian, llévatelos al lugar acordado!

Brian: ¡Por supuesto! ¡Vamos chicos!

Nilan: Viria…

Una lágrima descendió por su mejilla. La joven se giró hacia él, incrédula porque el Capitán Zack, situado a unos pocos metros, se hallase ahora completamente inmóvil.

Viria: Cari… No vuelvas a hacer gilipolleces así.

Y se abalanzó contra el chico, abrazándolo con fuerza. Éste también la abrazó, acariciándole el cabello con suavidad. Entonces lo comprendió, no estaba solo, tenía a Viria, a Suly y al viejo Paradox también, y a Brian incluso. Todos se arriesgaban a luchar contra los capitanes para protegerlo. Pero él tampoco quería ser una carga para nadie.

Nilan: No volveré a cometer una estupidez como esa…

Viria: Eso espero…

Suly: Bien parejita, debemos irnos, ¡corred!

Todos siguieron a Brian, dejando a Paradox allí solo con el bastón colocado fuertemente en el suelo. Nilan lo observó una última vez antes de marcharse, extrañado por todas sus acciones, estaba seguro en el fondo de que su maestro no tenía malas intenciones, jamás las había tenido, y ahora se iba a sacrificar para salvarlos… No podía ser un villano, de ninguna forma, o eso quería creer.

Nilan: Gracias señor.

Paradox asintió con la cabeza. Nilan lo observó una última vez y se marchó raudo tras el grupo hacia el exterior. Los capitanes permanecieron inmóviles, como si el tiempo se hubiese detenido para ellos, pero el hechizo no duraría para siempre.



Pasarían pocas horas hasta que el grupo se detuviese en la colina de una gran montaña, al oeste, la tormenta de nieve los colocaba al borde de la hipotermia, sobre todo a la muchacha, pero debían aguantar y sobretodo, huir. ¿Qué habría sido de Paradox? ¿Estaría a salvo?

Suly: Hemos escapado por los pelos… y el viejo ha…

Viria: Al final se sacrificó por nosotros, y le dijimos de todo, nos equivocamos con él.

Nilan: No le deis más vueltas, estoy seguro de que no pretendía nada malo.

Suly: Casi te mata, yo no se lo perdonaré jamás. Lo siento.

Nilan: Es normal que pienses eso Suly, pero yo quiero creer en él.

Viria: ¿Y a dónde se supone que vamos don misterioso? ¡El frío me va a matar! ¡Brrr!

La chica tiritaba sin parar, Nil se levantó para darle su chaqueta.

Nilan: La necesitas más que yo, te debo mucho al fin y al cabo.

Sonrió, provocando la misma reacción en la jovencita.

Brian: Vale, no entraba dentro del plan que apareciesen tres capitanes de buenas a primeras, de hecho, nuestro siguiente movimiento era ir a la Gran Llanura Central, pero viendo lo sucedido, lo mejor será ir a la capital del Reino Incoloro y planear por allí nuestra siguiente acción. Vamos, no tenemos tiempos que perder.

Suly: Qué remedio, supongo que ya habrá allí tiempo para pensar con más claridad y menos frío en el cuerpo.

Viria: ¡Yo te acompaño!

Nilan intentó por todos los medios aguantar el frío, recuperó entonces la confianza que lo caracterizaba, apretó el puño con fuerza y les siguió con una sonrisa. Ellos jamás lo abandonarían, a diferencia de Cecil o Bel… El joven encendió unas llamas con suma facilidad en las palmas de sus manos, otorgando algo de calor a los presentes.

Nilan: ¡Vamos, contad conmigo! ¡Todos juntos!

El tiempo pasó, atravesaron colinas y acantilados muy peligrosos, el frío los azotó durante todo el trayecto, mermando sus fuerzas en el proceso, en unas ocasiones Viria se decayó por éste, en otras Suly estuvo a punto de caer al vacío por no ver con claridad el camino… Pero todos lo lograron, llegaron a una ciudad situada al pie de la montaña, en el lado opuesto al que habían venido. Anochecía ya.

Brian: Será mejor buscar un hotel o posada, vamos.

Viria: ¡Necesito una ducha!

Nilan: Jeje, todos la necesitamos.

Suly: Las damas primero.

Viria: Oh, que caballero tú, ¿desde cuándo?

Y así se alojaron en un hotel de la ciudad con tranquilidad, hasta el momento no habían tenido noticias de Paradox o algún capitán… ¿Estaría bien el anciano? Costaba imaginarlo.



Una fuerte explosión resonó en lo más profundo de un cañón congelado, la tormenta de nieve era más fuerte que nunca, pero allí, en las entrañas de la misma montaña que atravesaron los jóvenes horas y horas atrás, se llevaba a cabo un duro combate.

Capitán Zack: ¡Maldito vejestorio! ¿¡Hasta cuándo piensas resistir!? ¿¡No fue suficiente acabar con el monje!?

Y dio un fuerte tajo contra el suelo, quebrando toda la plataforma sobre la que se hallaban, si esta se despedazaba y caían al agua podían darse por muertos, pues su temperatura era extremadamente baja, sumado a las heridas, la tormenta de nieve y ya las de por sí bajas temperaturas de la noche, morirían sin remedio

Paradox: Aguantaré hasta el final, capitán. Sabe perfectamente que no me rendiré.

Paradox estaba malherido, la sangre manchaba su barba y su túnica, jadeaba sobre el hielo sin su bastón, ¿lo había perdido acaso? Era lo más probable. En ese instante el Sapien se encontraba frente al temible capitán Zack, apoyado en el suelo con una rodilla, casi sin fuerzas.

Capitán Zack: Jajaja, la edad al final ha sido tu mayor desventaja viejo. Antes de darme el lujo de acabar con tu vida, quiero preguntarte una cosa, ¿por qué te esfuerzas tanto en proteger a ese niño? Sabes que está todo perdido, no se salvará, tú morirás y lo dejarás solo, nosotros volveremos y lo derrotaremos. Es simple. Malgastar tus últimas fuerzas para proteger a alguien tan débil… No me entra en la cabeza.

Paradox: A una bestia descerebrada como tú… claro que no le entrará en la cabeza algo así. He hecho todo lo que ha estado en mi mano para protegerlo, fue mi decisión salvarlo hace un año, y estaba… estoy preparado para morir.

Capitán Drake: ¿Cómo dice?

Capitán Leonard: Eso de bestia descerebrada… Uf, Zack tiene que estar ardiendo, jeje.

Capitán Zack: Continúa tu explicación, Lauzaliet.

Lauzaliet: Supongo que ya mi apodo… de poco sirve aquí. Sabéis perfectamente la razón de que quisiese proteger el Oráculo, se lo arrebaté a Mystical hace ya muchísimas décadas, me esforcé por ponerlo a salvo, la Guardiana del Bosque me lo encomendó, no podía defraudarla, ni a ella, ni al mundo, ni a mí. Sin embargo fuisteis vosotros los que me tildasteis de criminal, antes de poner el mundo bajo un peligro innecesario decidí rendirme y aceptar mi condición de criminal. Me asenté a vivir tranquilamente en Los Montes Lunares, sin dar problemas a nadie, incluso mi propia raza me despreciaba, y lo sigue haciendo. Pero al ver a ese joven… que un niño de su edad tuviese que cargar con semejante responsabilidad… Se me ocurrió acabar con él y ocultar el Oráculo a buen recaudo, pero tenía potencial, era y es un chico admirable, me negaba a arrebatarle la vida de manera tan injusta.

Mientras hablaba, el anciano ponía todo su empeño en poder levantarse.

Lauzaliet: Al final decidí protegerlo, él mismo se presentó ante mí dándome la posibilidad de redimir el fracaso que no pude remediar en el pasado, incluso si tenía que encarar la muerte… Lo protegería, no solo por el Oráculo, sino para salvarlo a él. No me perdonaría jamás si le llegase a suceder algo, puede que tras lo sucedido en el templo me odie, no confíe plenamente en mí, pero ya comprenderá en un futuro lo que he hecho por él. Lo he ayudado y apoyado hasta el final, no me arrepiento de haber hecho lo que hice, ni de haber asesinado a Ridley, a pesar de que no ha sido suficiente para perdonarme por haberme rendido tiempo atrás, dejando el Oráculo en manos inseguras y causando con ello más destrucción… No me arrepiento de haber ofrecido toda la ayuda que he podido a ese chico.

Capitán Zack: Admirable… Simplemente admirable, viejo.

Lauzaliet: ¡Y no permitiré que acabéis con su vida, antes moriré yo!

Lauzaliet extendió su mano izquierda y disparando a través de esta una fuerte onda psíquica que hizo retroceder al capitán Zack incontables metros atrás, golpeándolo contra una pared y derrumbando esta, ocultando su cuerpo entre los fríos escombros.

Capitán Drake: ¿Es buena idea asesinarlo aquí? Nos hace ver como a los malos…

Capitán Leonard: No, no lo liquidaremos aquí, se me ocurre una mejor idea.

Los ojos de Leonard brillaron por unos instantes, sin duda algo interesante recorría su mente.

Capitán Drake: ¿Qué propondrás?

Capitán Leonard: Capturarlo aquí y ahora, ejecutarlo públicamente dentro de unas semanas y tildar a ese Nilan y sus compañeros de criminales, el mundo estará de nuestra parte. Obtendremos el Oráculo de una santa vez.

Capitán Drake: Ugh… ¿Es necesario llegar a ese extremo? ¿A mentir tanto? No sé yo si…

Capitán Zack: ¡Drake!

Capitán Drake: ¿¡Eh!?

Capitán Zack: Me gusta esa idea, una ejecución pública. El temible criminal Paradox ha sido capturado, atentaba contra La Diosa y manipuló a unos delincuentes jóvenes para causar estragos en el mundo. Todos nos apoyaran y buscarán a ese grupo de delincuentes, obtendremos el Oráculo y Ferión dominará el mundo. Es el plan perfecto, todo sea por la “Paz”. Sin embargo, me gustaría que tú, Leonard, te adelantaras para cazar a esas alimañas.

Capitán Leonard: Claro, de esa forma las mantendremos ocultas hasta que finjamos su captura. Brillante. Nos vemos pues, amores míos.

El Capitán Leonard, sin ningún reparo en lo que pudiese sucederle a Lauzaliet avanzó hacia un camino ascendente, dispuesto a seguir la pista de los jóvenes que se escabulleron.

Capitán Drake: ¿Y cómo sabes dónde están?

Capitán Leonard: Lógica querido, lógica. Habrán ido a la ciudad más cercana a refugiarse. Tened cuidado con el prisionero. ¿Vais a ir a pie u os abro un portal?

Capitán Zack: Un portal no nos vendría mal.

Capitán Leonard: Listo.

El Capitán Leonard extendió uno de sus brazos, se concentró y momentos después generó una extraña magia que abrió un portal amarillo en el camino, muy similar al que usó el gran mago en Los Montes Lunares para escapar de los capitanes. A través de éste se podía apreciar el castillo de Ferión.

Lauzaliet: Mis fuerzas… me abandonan… No, no puedo rendirme… ¡Ah!

El capitán Zack, rodeado de un aura azul, le propinó una fuerte patada en el estómago elevándolo así en el aire varios centímetros. El anciano tosió sangre, herido y sin fuerzas sobre el hielo.

Capitán Zack: Has perdido. Ríndete.

Capitán Drake: Entonces lo llevaremos preso al castillo…

Capitán Zack: Sí, andando.

Y los dos capitanes se internaron en el portal llevándose al malherido Sapien con ellos. Leonard continuó el camino por su cuenta, a las pocas curvas usaría un portal él mismo para dirigirse a la ciudad más próxima.

La noche cubrió el mundo.

Nilan: No me puedo creer que Félix piense hacer lo mismo que Cecil…

Suly: ¿Um? ¿En qué te basas para decir eso?

Los tres jóvenes se hallaban sobre unas literas en el interior de una cómoda, cálida y reconfortante habitación. Era ya madrugada, muy tarde. Nilan observaba la carta de Félix tumbado sobre la cama, pensativo.

Nilan: Claro, Cecil quiere vengarse de Ferión por lo que le hicieron a nuestros padres, y Félix también quiere cambiar el mundo, ambos están juntos.

Viria: En cualquier caso, no tenemos ninguna pista de dónde encontrarlos.

Y la muchacha se acurrucó bajo las mantas de la cama, a punto de caer dormida y rendida.

Suly: Lo que no puedo quitarme de la cabeza es al viejales, ¿qué era eso de primera Luz? ¿Y estará bien? Se quedó allí enfrentando a tres capitanes, y el monje aquel.

Nilan: Yo confío en él.

Suly: Pues yo no, soy incapaz de perdonar lo que te hizo, lo siento.

Viria: Chicos, ¿qué tal si mañana vamos por la ciudad? De compras y eso…

Suly: No me importa, aunque me pase todo el día pensando en qué habrá sido del viejo, pero en fin. Nos vendrá bien para despejarnos un poco de todo, Nil, ¿todavía quieres irte a vivir por ahí tú solo?

Nilan: Pues no lo sé, creo… Creo que si sigo huyendo lo único que lograré es que la gente se sacrifique por mí u otros inocentes caigan por mi culpa, mirad a Paradox. Prefiero ver qué sucede en los próximos días, observar mejor los acontecimientos, ya tomaré una respuesta por mí mismo.

Viria: Ay, dejad de una vez eso, quiero dormir… Callaos ya.

Suly: Vale, vale, pues a dormir se ha dicho, ¡hasta mañana!

Y los tres se fueron a dormir, un incómodo y molesto silencio interrumpió en la estancia, esperando pacientemente a que cada uno cayese preso de sus sueños.



Por otra parte, muy cerca del hotel en el que se alojaban se hallaba una lujosa mansión de varias plantas, muy similar a un castillo, vastos jardines exquisitamente decorados y cuidados rodeaban la misma, y pequeños torreones asomaban tras la mansión, en el patio interior de esta.

Padre de Keiko: Jajaja, ¡mañana será la boda hija! ¡Ha pasado mucho, mucho tiempo! Pero por fin… Muaaaaaaahahahahahahahah…

En la habitación de una de las plantas superiores, bajo la luz de las miles de estrellas una muchacha intentaba dormir angustiada y de mal humor por el comportamiento de su padre y la idea de casarse con un tipo de más de 40 años de edad, cuando ella no superaba los 20.

Keiko: Claro, padre, ahora si me disculpas, he de dormir para estar preparada.

Padre de Keiko: Oh, así me gusta, así me gusta, que obedezcas sin rechistar, Snaider no podrá estar más complacido, jajajajajajaj, MUAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAH…

Y cerró la puerta de un portazo para seguir riendo como un verdadero lunático por el pasillo y escaleras abajo, pobre Keiko, por dentro se sentía realmente frustrada, su familia únicamente la deseaba por poder ascender socialmente, en su interior la repudiaban, la rechazaban, la veían como un mero objeto. Les importaba tan poco la dignidad de la pequeña que ya incluso la madre la había obligado a quedar en privado con aquel sujeto. Ante esos recuerdos la muchacha lloró, agarrando con fuerza e ira las sábanas que le otorgaban protección y calor. Al día siguiente sería la boda, se casaría oficialmente con ese depravado y su familia se forraría todavía más de lo que estaba. ¿Y de ella, qué sería después de eso? Un simple pedazo de carne a ojos de aquel hombre con quién se iba a casar.

Keiko: No… no lo permitiré… de ningún modo… Maldita sea…

Contuvo las lágrimas, se guardó el torrente de sentimientos negativos que afloraba en su interior. No lo pasaba precisamente bien y a ese ritmo terminaría muy mal.



A continuación la acción se trasladó a otro lugar, en las afueras de la ciudad, próxima a las montañas nevadas, en el interior de una casa bastante deteriorada.

Félix: ¿Al final? ¿Los encontró el Basilisco?

Una serpiente de gran tamaño, color blanca y de un único ojo se adentró por un hueco del techo, aproximándose a Chiu y tocando con su lengua la mano izquierda de éste. Segundos después la criatura se desvaneció, como si nunca hubiese existido.

Chiu-Nan: Jeje, parece que Lauzaliet será ejecutado en las próximas semanas, sin embargo… Tanto el portador del Oráculo como el Capitán Leonard están en la ciudad, ¿podrás resistir la tentación?

Cecil: ¿Qué Nilan está en la ciudad? Mh, me gustaría verle, Bel, ¿qué dices?
Bel: Yo no le he visto desde aquella tarde en el pueblo, si sigue vivo, ¡está claro que me gustaría reunirme de nuevo con él!

Cecil: Perfecto.

Félix: Ey, ey, ey, parad el carro. ¿El Capitán Leonard has dicho? Está claro que no sabe nada sobre nosotros, por lo tanto, va tras Nilan. No puedo permitir que sea él quién le arrebate la vida, acabaremos con el capitán, y después seré yo quien le arranque el último suspiro a ese memo.

Cecil: Estoy de acuerdo, lo principal es el capitán.

Bel: ¿Pero podremos contra él?

Dalia: Claro que sí, ¿tanto tiempo con nosotros y aún dudas de nuestras capacidades? No me lo creo.

Chiu-Nan: ¿Entonces a por Leonard? Deberíamos ir a una zona en la que no armemos mucho jaleo y nos dé tiempo a liquidarlo. Si lo derrotamos, ya habrán caído dos capitanes importantes, Ridley y Leonard.

Félix: Es la oportunidad perfecta, nos lo está sirviendo en bandeja. ¿Cómo se puede ser tan ignorante o confiado?

Dalia: La fama se le subió a la cabeza, así terminan todos.

Cecil: Pues mañana reduciremos esa fama a la nada. ¿Seguiremos la estrategia planeada?

Félix: ¿La que estaba prevista en caso de enfrentarnos a Leonard? Por supuesto, yo me encargaré de hacer el primer movimiento, aunque no hayáis visto sus habilidades en persona, las habéis estudiado muchas veces, así que no será un gran problema.

Cecil: Bien, pero primero mataremos a Leonard…

Bel: Espero que todo salga bien…



Y finalmente, amaneció.

Nilan: ¡Qué bien he dormido! Necesitaba una cabezadita como esa.

Suly: Ni que lo digas.

Viria: En fin, ¿entonces estáis preparados para ir de compras con la fémina del grupo?

Suly: ¿Comprar? Uf…

Nilan: Bueno, la verdad es que…

Viria: ¡Sed hombres por una vez! Oh, cierto, ya lo sois, mira que esperar algo de un hombre, si es que… Nunca cambian. Viria, eres tonta.

Suly: Ey, ey, ¿tenemos elección? Sabes que te acompañaremos.

Nilan: Yo me prepararé enseguida.

Viria: Okay, os espero afuera valientes.

Y se fue tan a gusto hasta la salida del hotel. Una vez se hubiesen vestido y preparado seguirían el camino de la joven para verse las caras afuera. Las calles estaban cubiertas de nieve, pudieron ver numerosos animales corpulentos transitando la zona, cargando grandes variedades de productos y gente de todo tipo, desde pobres hasta nobles con grandes y lujosas vestimentas.

Suly: ¿Y Brian? ¿No lo has visto Viria?

Nilan: Cierto, ¿dónde se habrá metido?

Viria: Pues ni idea, no lo vi salir, quién sabe dónde habrá terminado. En cualquier caso, no creo que nos pase nada malo.

Suly: Eso espero, Viria, eso espero. Paradox no ha vuelto… No puedo dejar de preocuparme.

Nilan: Confía más en él, fue nuestro profesor, sabrá arreglárselas.

Nilan en el fondo no quería admitir la muerte de su mentor, quién sabe lo que le había sucedido, cualquier cosa era posible. A pesar de la firmeza de sus palabras, su corazón dudaba.

Viria: Pues eso, nos vamos, que si no me terminará saliendo barba.

Nilan: Eres chica, se supone que a las chicas no…

Viria: ¡Por eso mismo! Vamos.

Los tres se pusieron en marcha y anduvieron por las calles, ojeando todas y cada una de las tiendas que sus ojos vislumbraban, todas las casas y construcciones estaban hechas de piedras y grandes ladrillos color beige. Viria se interesó por varias prendas, haciendo a los chicos esperar por fuera muertos de frío.

Nilan: Oh, cierto Viria, yo pensando y terminé recordando lo que hiciste ayer para ayudar a Brian. Tu invocación, la sombra aquella, ¿en qué consistía exactamente?

Suly: Qué buena memoria, yo ni lo recordaba.

Viria: Pues cómo decirlo… Mi invocación son las sombras, mejor dicho, es una criatura especial.

Suly: ¿Especial?

Viria: Sí, en efecto, vosotros invocáis unas criaturas determinadas que son materiales, físicas, se manifiestan ante vuestros ojos, mientras que la que yo invoco solo existe en las sombras, en otra dimensión, pero unida al mundo real por mí. Es una clase extraña de ser.

Por mucho que Viria hablase, supo de inmediato que sus dos amigos no se iban a enterar de nada, sus caras les delataban. Suspiró, pensando en una manera simple de explicarlo.

Viria: Digamos que mi invocación son las sombras, puedo controlarlas y moverme entre ellas, además de lograr que otras personas sean trasladadas a zonas de sombra gracias a las mismas. En la caverna aquella no hubo problema porque estábamos en la oscuridad, lo único que iluminaba era el magma. ¿Lo entendéis?

Nilan: Increíble, ¡nunca imaginé que existiesen cosas así!

Suly: Yo me he quedado atónito, pero en fin, nunca me iré a dormir sin aprender nada nuevo.

Y así siguieron hasta que finalmente se toparon con una gran multitud que rodeaba una mansión.

Suly: ¿Qué pasará aquí?

Viria: Cotillear es mi especialidad.

Y le agarró de la muñeca a su novio para adentrarse entre el populacho, empujando y escabulléndose entre las personas a gran velocidad, Suly intentó seguirla pero fue imposible, los aldeanos furiosos por la actitud de la chica la cogieron con él, bloqueándole el paso.

Suly: Esto… yo… No es lo que parece…

La muchacha logró junto a su amado llegar a la entrada de los jardines, desde donde pudieron observar como un hombre, con notable sobrepeso y perteneciente a una alta clase social pues estaba rodeado de soldados y vestía prendas típicas de la realeza, avanzaba sobre una elegante alfombra roja hasta un altar situado en el centro del jardín. Allí se encontraba un sacerdote, con libro en mano, numerosos soldados e incontables sillas con nobles sentados.

Suly al verse incapaz de avanzar decidió dar un rodeo a la mansión, llegando así hasta el patio trasero de esta, cerca de un pequeño torreón y un establo. En el nuevo lugar vio a un hombre desesperado, varios criados asustados y una mujer preocupada.

Padre de Keiko: ¡Pero bueno, ¿qué está haciendo esa niña!? ¡Baja de una vez! Será incompetente esa malcriada. Como le haga esperar…

Madre de Keiko: Cariño, ya me encargaré yo de darle su respectivo castigo una vez finalice la boda y el señor Snaider se haya cansado de ella por hoy. No te preocupes.

Padre de Keiko: Más te vale, a ver si aprende la lección de una vez esa niñata.

Suly: ¿Pero qué pasa aquí…?

Suly se aseguró de ocultarse perfectamente para que ningún perro o persona se percatase de su presencia. Entonces aquel hombre tan desesperado y su mujer se internaron en el casi castillo situado a sus espaldas refunfuñando cosas. El joven miró con curiosidad el torreón, ¿había alguien arriba? ¿Una niña? Decidió escalar por los ladrillos con cuidado hasta llegar a los barrotes de la zona más alta, la curiosidad le mataba.

Suly: Si Viria y Nil me han dejado colgado, de ninguna manera me perderé lo que se cuece aquí. Tú puedes Suly, solo hay que escalar un poco más…

Y finalmente se agarró con firmeza en uno de los barrotes de la última planta, quizás a seis o siete metros de altura, evitó por todos los medios mirar hacia abajo para no caer víctima del vértigo. Allí, ante un espejo y rodeada de armarios con incontables trajes de boda y accesorios de todo tipo, pudo ver a una chica de piel porcelana, dorados cabellos, un rostro que reflejaba una belleza y cuerpo propios de una diosa. La muchacha lloraba en el suelo, amargada.

Keiko: ¿Qué puedo hacer… por qué, por qué a mí…? Ojalá pudiese salir de esta pesadilla…

Y alguien tocó en la puerta de manera brusca.

Criado: Señorita Keiko, por favor, dese prisa, su padre la espera impaciente. La boda se está comenzando a retrasar, ya sabe lo que significa esto para la familia, no haga esperar al señor Snaider.

La muchacha se limpió las lágrimas con rapidez, adoptando así un rostro sereno y frío.

Keiko: Soy consciente de las consecuencias, y ahora, por favor, retírate si no quieres hacerme perder más tiempo.

Criado: Oh, ¡por supuesto! Lamento haberla retrasado, de verdad que lo siento.

Aquel sujeto pareció marcharse hacia algún lugar, Suly no pudo averiguarlo pues apenas se podía mantener allí agarrado y la puerta de madera le impedía ver más allá. La muchacha, con una mirada sumamente triste, llena de frustración y desesperación, decidió finalizar con su tarea a regañadientes, por mucho que intentase ganar tiempo era imposible que pudiese escapar, y si lo hacía, ¿a dónde iría? No tenía escapatoria, estaba condenada a ser un mero objeto.

Suly: Oye, ¿estás bien?

La muchacha se sobresaltó al ver a Suly, con una mirada invadida por el miedo.

Keiko: ¿Quién eres tú? ¿Qué haces ahí? Si no te vas de inmediato, llamaré a los guardias.

Suly: Eso es lo que menos me importa, he enfrentado a capitanes de Ferión, cuatro guardias de pacotilla no van a poder con el invencible Suly.

Eso de tirarse flores se le daba mejor a cada día que pasaba.

Keiko: ¿Capitanes de Ferión? Anda ya, ejem, ejem. Por favor, desaparece de mi vista, tengo cosas más importantes que hacer.

Suly: Pero si estabas llorando hace un momento, ¿hay algo en lo que pueda ayudar? Jejeje, supongo que esto es lo que diría Nilan.

Keiko: ¿Cómo? ¿Nilan? ¿Quién eres?

Mostró interés, aproximándose a los barrotes para ver mejor al joven.

Suly: Yo y unos amigos más estamos de paso en esta ciudad por… diversos problemas. Nos iremos en breve supongo, en cualquier caso, me daría muy mal sabor de boca irme de aquí sin al menos ayudarte en algo, aunque no te conozca. Sé que lo pasas realmente mal.

Keiko: Pues… Me han obligado a casarme con un tipo de… No, tipo no, con un cerdo. Y si no me caso con él… Miedo me da lo que me puedan hacer mis padres y sus criados.

Suly: Oh vamos, no me lo puedo creer, ¿no tienes valor suficiente como para dejar claras las cosas? Si no quieres, no quieres.

Keiko: Es imposible, mi familia pertenece a la Nobleza de Bronce, y obsesionados con tener mayores riquezas me han obligado a casarme con ese cerdo, de la Nobleza Dorada. Por mi posición social, no puedo negarme. No puedo escapar. Pero en fin, pese a todo, tú no me podrás ayudar.

Suly: ¿Cómo que no? Ya lo estoy haciendo. ¿Sabes? Mis amigos, incluyéndome a mí, lo hemos pasado muy mal en nuestro viaje, aun así nos hemos enfrentado a toda clase de peligros porque estábamos juntos, nos tenemos los unos a los otros. Si crees que es lo correcto obedecer sus órdenes, no soy quién para obligarte a hacer lo contrario, pero no debes nunca rendirte, ¿okay? Me llamo Suly, ¿y tú?

Keiko: Yo me llamo Keiko. En fin, muchas gracias.

Suly: Keiko, confío en que tomarás la decisión correcta…

Y entonces el padre de Keiko abrió la puerta de par en par, golpeando esta contra la pared.

Padre de Keiko: ¡Pero bueno! ¿¡Quién es ese ahora!? ¡Fuera de ahí sabandija! ¡Guardias, guardias!

Keiko: No es nada padre, ya estoy preparada.

Suly: ¡Nos vemos! ¡Wola!

Y antes de que ningún guardia pudiese hacerle nada, el escurridizo muchacho saltó desde esa altura, usó su Hechicería Naranja y pudo aterrizar sin sufrir daños mayores. Escapó como pudo entre las hierbas, volviendo así hasta donde se concentraba la gente, ante los jardines de la mansión, quizás allí pudiese ver a sus dos amigos. En el fondo sentía pena por Keiko, pero no le quedaba de otra que dejarla allí, no podía intervenir. Ella debía decidir lo que hacer.

Brian: ¿Cómo? ¿Por qué nos ha seguido solo Leonard? ¿Acaso te han capturado, Lauzaliet?

Entretanto, Brian observaba impresionado una nueva escena en algún lugar de la ciudad, cerca de las afueras, oculto. Ante él podía ver un gran puente de piedra cubierto de nieve en los extremos, bajo éste un inmenso río llevaba agua casi congelada al mar del norte, pero lo más impresionante fue ver allí al Capitán Leonard enfrentando a varias personas.

Capitán Leonard: Oh, qué sorpresa verte por aquí, traidor. No era consciente de que tuvieses tu escondrijo en esta región, según tenía entendido era en Los Montes Lunares.

Chiu-Nan: Hehe, teniendo a Ferión como enemigo… ¿Crees que estaba, y estoy, en condiciones de actuar de manera predecible?

Félix: Supongo entonces que te imaginarás a que se debe nuestra presencia aquí.

Capitán Leonard: Oh, tú debes ser Félix, un placer querido. Y sí, me lo imagino, esto me viene de perlas, de hecho te estaba buscando precisamente a ti, eres un grave peligro para Ferión y por eso debo eliminarte.

Félix: Oh, me siento halagado con tus palabras, capitán.

Cecil: ¿Es éste maricón el que busca a Nilan? ¿Cómo ha llegado a capitán un payaso semejante?

Capitán Leonard: ¿Perdón? ¿He oído bien?

El capitán se ajustó las gafas a la par que agarró el mango de la espada que portaba en su cintura, preparado para la inevitable batalla que estaba por librarse. Los únicos que se adentraron en el amplio puente para encarar al capitán fueron Félix y Cecil, Chiu-Nan, Dalia y Bel permanecieron atrás, sentados sobre unas rocas o bancos de la zona, sin dejar de observar cada detalle.

Cecil: Si quieres te lo repito, ¿cómo era? Ah, sí, maricón.

Félix: Cecil, debes mostrarte superior a esta basura, no te rebajes a su nivel.

Cecil: Lo intento, no pude evitarlo. Perdón.

Capitán Leonard: Jejeje, no sé si sabéis con quién os estáis metiendo, sin embargo… Todo acabará aquí para vosotros. Me viene de perlas, eliminaros y luego obtener el Oráculo.

Félix: Leonard, este lugar será tu tumba.

El capitán no pudo evitar mostrar un rostro de sorpresa e incredulidad, ¿le estaban retando acaso? ¿Le amenazaban incluso con la muerte? ¿Unos niños? Mostró fascinación por las palabras de sus enemigos. Desenfundó su ligera y fina arma ante ellos junto a una pícara sonrisa.

Capitán Leonard: Hablas demasiado Félix, te imaginaba distinto, menos charlatán y más obediente.

Chiu-Nan: Pf, Leonard… Si les vences tendrás que enfrentarte a mí, sabes que no te dejaré escapar. De entre todos los capitanes, especialmente tú… Eres al que más manía le tengo. Las razones son más que obvias.

Capitán Leonard: Sí, y las comprendo bien… Es lógico, al fin y al cabo, eres mi querido experimento fallido e imperfecto. Como tu creador, tengo derecho a eliminarte o utilizarte cuando lo desee, pero te has vuelto también muy rebelde y desobediente.

Félix: Chiu-Nan era el primer sujeto de esa investigación secreta, con el objetivo de crear un ser humano capaz de dominar todas las Hechicerías a corta edad y sin necesidad de entrenamiento, usaste a uno de tus compañeros, a otro capitán, para la prueba y sin importar qué.

Capitán Leonard: Veo que estás bien informado, supongo que ya no hay nada que ocultar aquí. Sí, la prueba consistía en crear un capitán mucho más poderoso que el resto, uno que fuese capaz de controlar toda clase de habilidades, Naranja, Morada, Negra, Blanca, Verde, Roja, Amarilla, de La Orden, Azul, incluso invocaciones. Chiu-Nan fue el primer sujeto del experimento, cierto es que lo obligamos, pero no se pudo negar al Primarca al comienzo. El experimento funcionó… a medias. Chiu logró controlar toda clase de hechicerías, sí, pero el precio a pagar fue el acortamiento de su esperanza de vida, su cuerpo pasó a ser más propenso a las enfermedades y se agotaba demasiado al usar sus habilidades. Fue un completo fracaso, lo que viene a ser… Mierda.

Cecil: ¡Basta ya! ¡Vosotros asesinasteis a mis padres y a todos mis conocidos! ¡Le hundisteis la vida a uno de vuestros compañeros por mero interés! ¡Y no os importa lo más mínimo! ¡Seguís adelante sin importar qué! La mierda sois vosotros.

Capitán Leonard: Oh, qué fiero. ¿Sabes? Me recuerdas a ese joven… el que lleva el Oráculo, él mismo me echó en cara cosas parecidas ayer, je, pero no pretendía vengarse.

Cecil: ¿Cómo? ¿Todavía sigue pensando igual? No puede ser…

Capitán Leonard: En cualquier caso, es eso, corregí los errores del experimento y probé de nuevo con el soldado llamado Zack, a diferencia del caso anterior, fue un completo éxito, el plan era que Chiu fuese asesinado, no nos servía ya, y Zack le sustituyese, todo también se llevó a cabo… a medias, pues Chiu nos traicionó. Qué valor. Admirable, eres un héroe disfrazado de villano. Me derrito ante ti.

Chiu-Nan: Muérete de una vez, Leonard.

Félix sin esperar a proseguir con la charla sacó de su bolsillo una daga y se abalanzó contra el capitán, éste se preparó para hacer frente a su adversario propinando un tajo hacia adelante cuando lo tuviese cerca. Para sorpresa de Leonard, Félix fue lo suficientemente escurridizo como para evadir el golpe y tocar su hombro con la palma de su mano, Cecil corrió hacia la dirección opuesta en la que se encontraba Félix para poder apuntar al cuerpo del capitán con su mano, concentraría energía y un cúmulo de aire se materializaría alrededor de su brazo.

Capitán Leonard: No me pillaréis con un truco tan viejo, uno distrae y otro ataca. Qué estrategia tan pobre.

Félix retrocedió de inmediato y Cecil disparó una ráfaga de la propia energía ya mencionada hacia el capitán, quién retrocedió con agilidad de un salto, evadiendo el golpe que logró romper unos pocos ladrillos del suelo.

Cecil: Supongo que no era tan fácil darle.

Capitán Leonard: Bueno, bueno, imagino que si quiero eliminaros a todos tengo que ponerme serio a la de ya. Vamos pues.

Félix: Estabas tardando.

El capitán gracias a un brusco movimiento de brazo logró cargar el filo de su arma con una energía de color rosa brillante, la cual emanaba y se desprendía constantemente del metal, cubriéndolo por completo en todo momento.

Cecil: Aquí viene.

Félix: Ten mucho cuidado, pues puede usar eso como…

Capitán Leonard: ¿Esa basura de traidor no os ha enseñado que en combate no se habla?

El capitán desde aquella distancia empuñó con destreza su espada, y con un solo giro de muñeca el filo de esta se extendió hasta donde se encontraba Cecil a una velocidad pasmosa. Félix empujó a su compañero hacia la izquierda, recibiendo un profundo corte en el hombro derecho a causa de la espada.

Félix: ¡… Cómo un látigo! ¡Arg!

El filo rosado retrocedió de inmediato hasta recupera su posición original. El capitán volvió a ajustarse las gafas con una sonrisa de superioridad, se permitió el lujo de haber derramado las primeras gotas de sangre en la batalla. Sin esperar a que ninguno de los dos se levantase del suelo, Leonard dio un gran salto hacia adelante mientras giraba y realizaba extrañas maniobras, y a pesar de cargar con la armadura de acero no tuvo dificultad alguna en realizar tales acciones, su agilidad debía ser asombrosa. Mientras daba vueltas, el filo de su espada rodeado por la energía rosada se extendía en todas las direcciones posibles, cortando absolutamente todo lo que pillara por delante.

Félix: ¡Cuidado Cecil!

Cecil: ¡Lo sé, no me quedaré quieto dos veces!

Los dos muchachos tuvieron extremo cuidado, mostrando la máxima atención posible en aquel extraño látigo cortante tan peligroso que se desplazaba como loco en todas las direcciones. Félix ni siquiera tuvo tiempo para curarse la herida que tanto le escocía, un solo golpe de aquel filo podía ser fatal.

Capitán Leonard: Je, hábiles.

El capitán aterrizó colocando una rodilla sobre el suelo y de manera elegante, se volvió a ajustar las gafas. En cuanto su espada volviese a su posición original, numerosas zonas del puente mostrarían los profundos cortes que les había tocado sufrir, para momentos después expulsar una leve cortina de humo de las respectivas fisuras.

Bel: ¡Será mejor que ayude!

Bel desde atrás logró invocar con Hechicería Azul a una especie de hadas que revolotearon sobre Cecil y Félix, dejando caer un bello polvo de estrellas, la herida del hombro de este último sanó de inmediato en cuanto mantuvo contacto con el misterioso polvo mágico. Al instante las hadas se esfumaron.

Cecil: Un solo despiste puede ser fatal.

Félix: Por esa razón no me da tiempo a curarme…

Capitán Leonard: Jum, me pregunto cuánto tiempo podréis seguir manteniendo esa concentración y habilidad.

Entre tanto, Nilan y Viria presenciaban junto a prácticamente el resto de ciudadanos como se llevaba a cabo la boda, varios músicos comenzaron a tocar sus instrumentos, como trompetas, ¡incluso había un piano!

Nilan: Oh, mira eso que bonito, parece que alguien se va a casar.

Viria: Algún día tendremos nuestra propia boda, cariño, no te impacientes.

Viria no soltó en ningún momento su mano, la apretaba con fuerza en un intento de no perderlo. A lo lejos pudieron ver como una chica de rubios cabellos, metida dentro de un gran vestido de boda, se aproximaba al altar, ¿iban a casar a una niña con aquel hombre tan mayor? Era… una locura.

Nilan: ¿Se va a casar esa chica con ese tipo? ¿En serio sus padres han permitido eso? Vaya…

Viria: A mí también me desconcierta, esto me está empezando a oler mal, fíjate… esa chica parece estar algo triste, ¿no?

Nilan miró con más detalle a la jovencita que subía lentamente al altar.

Viria: ¡No, mejor no te fijes! ¡Mírame a mí!

Nilan: ¿Pero qué dices ahora?

Suly: ¡Buah! ¡He tardado lo mío en llegar!

Nilan: ¡Suly! ¿Dónde has estado metido?

Suly: Pues no pude pasar porque alguien que yo me sé empujó a la gente y la puso de mal humor.

Miró a Viria, indignado. La chica suspiró, mirando otra dirección.

Viria: Perdón, aunque tampoco fue para tanto hombre.

Suly: Cambiando de tema, esa chica lo está pasando muy, pero que muy mal. Sus padres la están obligando a casarse contra su voluntad, me la encontré llorando antes en el torreón aquel. En la última planta.

Nilan: ¿Y subiste tú solo?

Suly: Sí, escalé.

Viria: ¿¡Pero qué…!? ¿Y si te llegas a matar?

Suly: No estoy muerto, ¿verdad?

Sacerdote: Señoras y señores, comencemos pues con la ceremonia. En nombre de nuestra majestuosa Diosa, ambos estaréis unidos a partir de aquí para siempre. Honorable señor Snaider, ¿desea pasar el resto de sus días con la muchacha que nos honra con su presencia hasta que la muerte os separe?

Snaider: Por supuesto, acepto.

Keiko cada vez estaba más cabizbaja, desde aquella posición pudo ver a Suly, junto a otro chico y una chica, ¿eran ellos los amigos de los que habló? Juntos parecían muy felices… pero ella no tenía la fuerza necesaria como para escapar de su destino, estaba condenada. Sintió un escalofrío en cuanto el sacerdote cruzó su mirada con la suya.

Sacerdote: Y usted, señorita Keiko, ¿desea con todo su amor pasar el resto de sus días con el honorable señor Snaider hasta que la muerte os separe?

Keiko: …

Padre de Keiko: Vamos, venga… Di que sí niña del demonio.

Madre de Keiko: Debe aceptar, no le queda otra opción. Calma querido.

Nilan: Oh, me pregunto qué dirá.

Suly: Me planteo lo mismo que tú tío…

Viria: ¿De verdad va a aceptar? Yo ni loca.

Snaider: Vamos querida, no hagas esperar al público, acepta.

Sacerdote: Perdone señor, pero es ella quién debe decidir.

Keiko se moría por dentro… Tenía que aceptar, no tenía a donde ir, aunque ese tal Suly le hubiese dado ánimos… ¿Qué tenía ella que ver con él y sus amigos? Nada, sus vidas eran completamente distintas, era absurdo negarse, solo quedaría en ridículo y recibiría una cruel paliza por parte de sus padres cuando nadie les observase. Su corazón se hizo trizas, estuvo a punto de romper a llorar allí mismo, suplicando piedad, pero no, no podía quedar mal, bajo ningún concepto, ella era un títere, nada más. Su existencia se limitaba a eso.

Keiko: Sí, acepto.

Sacerdote: ¿Perdón?

Keiko: ¡Acepto!

Aquel Snaider mostró una amplia sonrisa, los ojos de sus padres brillaron, veían un futuro brillante ante sus ojos, serían más ricos de lo que ya eran, pasarían a ser de la famosísima Nobleza Dorada, la clase social más elevada, solo unos pocos lograban llegar hasta ella.

Suly: No… no me lo puedo creer.

Viria: ¿De verdad ha aceptado? ¿Qué se le pasa por la cabeza a esa chica? ¿Tan joven y… con esa foca peluda? ¿Va en serio? La compadezco.

Nilan: Ha sido su elección, supongo. Aunque tampoco estoy de acuerdo que una chica tan joven tenga que casarse con alguien tan mayor, y menos contra su voluntad.

Sacerdote: Muy bien, señor Snaider, puede besar a la novia.

Keiko permaneció cabizbaja, todo el mundo aplaudió y vitoreó, sus padres aplaudieron también, pero no orgullosos de ella, sino de que no hubiese salido nada mal, estaban orgullosos de la hija tan buena y noble que tenían, pues fue incapaz de negarse a esa petición.

Snaider: Ven cariño, relájate.

El hombre agarró a la chica por la cintura y la miró de manera arrogante, como si su cuerpo le perteneciese, la utilizaría para lo que quisiese, cumpliría toda clase de macabras fantasías, ella ya estaba atada a él, y lo estaría para siempre.

Keiko: S-sí…

Y Snaider aproximó el delgado cuerpo de la joven contra su enorme barriga, presionándolo contra su grasa, entonces la besó ante todos.

Viria: Diosa mía…

Suly: ¿No decías que no creías en La Diosa Viria? En cualquier caso, pienso lo mismo que tú.

Viria: Es una expresión, cerebro de cacahuete.

Nilan: Me sabe mal que esa chica tenga que pasar por eso, pero si lo hace, es porque quiere. No hay de otra.

Suly: Te equivocas, te repito Nil, que cuando la vi en el torreón preparándose estaba llorando destrozada, lo hace todo en contra de su voluntad. Al final no tuvo el valor suficiente como para oponerse.

Nilan: ¿Pero por qué?

Suly: No tiene a dónde ir, si rechaza ahora eso, se moriría de vergüenza, sus padres la torturarían y bueno… En definitiva, está sola.

Viria: Me da mucha pena, la verdad. Yo decidí abandonar a mi familia porque era incapaz de vivir una vida así, y ella, a diferencia de mí, se lo guarda y traga todo, sin importar qué. Debe estar sufriendo muchísimo la pobre.

Nilan: ¿Qué está sola? ¡No me lo perdonaría si la dejase aquí tirada! Sería incapaz de dormir por las noches.

Keiko tuvo que soportar y sufrir el beso de aquella asquerosa bestia, muerta de asco por dentro.

Padre de Keiko: ¡Felicidades! ¡Felicidades hija mía!

Madre de Keiko: Oh, ¡qué orgullosa estoy de ti querida!

Sacerdote: Sed felices, que La Diosa os guíe el resto de vuestra vida.

Snaider: Perfecto, ¿te apetece venirte conmigo toda la tarde a solas, amor mío?

Keiko: Pues… Sí.

No tenía opción, no se podía negar, nadie la ayudaría… O eso pensaba.

Suly: ¿¡Pero qué haces ahora colgado!?

Viria: ¡Ay madre, aquí se arma! Si es que me lo paso pipa siempre con vosotros.

Nilan: ¡¡Alto ahí!!

Snaider: ¿¡Eeeeh!? ¿¡Quién es ese enano, quién le ha invitado!? ¡Fuera de mi vista, campesino pulgoso!

Padre de Keiko: ¡Pero bueno! ¿¡Esto ahora qué es!? ¡¡¡Guardias!!!

Nilan se saltó las vallas de seguridad y corrió por el jardín hasta situarse frente al altar, varios guardias y soldados le salieron al paso, pero en un instante invocó a Ifrit con suma facilidad y manejando con destreza su espada, logró abatir a estos en un instante, aplastándolos contra el suelo o provocándoles heridas con el filo de la espada envuelta en llamas. Una vez los liquidase su invocación desaparecería entre cenizas.

Keiko: ¿Pero qué…?

Nilan: ¡No permitiré que esa pobre chica se case con un cerdo como tú! ¡Suéltala!

Y le amenazó con la espada, al pie del altar. El padre de Keiko se levantó, furioso y fuera de sus casillas, incrédulo ante lo que sucedía, ¿perdería todas las riquezas que tenía ante sus manos por un don nadie? Debía defender a Snaider bajo cualquier circunstancia, sin importar que su hija sufriera.

Padre de Keiko: ¡Tú niñato! ¿¡Quién te crees que eres para entrar aquí y…!?

Nilan: ¡Aléjate!

Y le propinó un fuerte corte en el hombro. El hombre cayó al suelo malherido.

Padre de Keiko: ¡Aaah! ¡Maldita sea! ¡Noooo! ¡Noooo! ¡Me muerooo! ¡Me muerooooo! ¡Keikooooo, ni se te ocurra desobedecer a tu… a tu maridooo! ¿¡Me oyes!? ¡No lo hagas! ¡Aaaaaaah!

Nilan: Éste tipo está fatal.

Snaider: ¿¡Quién eres tú si se puede saber!?

Nilan: ¡Soy quién va a salvarla!

Snaider: ¿¡Salvarla!? ¡Jaaaaajajajajajajaj! No me hagas reír, ella ha aceptado, no necesita ayuda de ningún tipo, piérdete de una vez.

Keiko observaba atónita la escena, realmente no le importaba que su padre se desangrara, realmente no lo consideraba como tal, le gustó en el fondo de su corazón que el hombre que la trataba como un objeto agonizara en el suelo. Snaider le agarró con más fuerza, en un intento de que nadie los separara.

Nilan: ¡Me llamo Nilan! ¡Métete bien mi nombre en la cabeza!

Respecto a la encarnizada batalla que se libraba en el puente, el capitán Leonard presentaba ya algunas magulladuras en su armadura junto a una capa completamente destrozada, y el cansancio comenzaba afectarle tanto a él como a sus adversarios, pero ninguno se echó atrás, no llegados a ese punto. Cecil había colocado flechas de aire en diversos puntos del espacio, inmóviles. El joven apretó con fuerza el puño y todas las flechas salieron disparadas hacia el capitán, éste último dio un salto seguido de una voltereta hacia atrás en el aire, evadiendo así las veloces armas mágicas. En medio del giro el filo del sable del capitán se extendió hasta tocar el suelo, momento en el que se dobló noventa grados prosiguiendo su camino a gran velocidad, y rozó la mejilla de Cecil, quién fue incapaz de evitar el corte por el cansancio y la falta de reflejos.

Capitán Leonard: Psh.

Félix: ¡Cuidado! Su arma puede girar en cualquier dirección, puede doblarse desde distintos ángulos, etc. Es muy peligroso luchar contra él cuerpo a cuerpo. Retrocede más.

Cecil: Sí, lo pillo.

Y retrocedió siguiendo las indicaciones de su aliado. Leonard se volvió a poner de pie, ajustándose las gafas y cansado.

Capitán Leonard: Es increíble que dos mocosos duren tanto, parece que os he subestimado. Tendré que llevar el combate a otro nivel, obteniendo así mi definitiva victoria.

Cecil: ¿Qué dice ahora este?

El capitán Leonard ignoró los comentarios ofensivos dirigidos a su persona y con su mano libre chasqueó los dedos, materializando así en un lado del puente a una criatura gorda, color rosa y morada, enroscada en sí misma y con una trompa grande en el hocico.

Félix: Ha decidido usar su invocación.

Cecil: Ya veo, ya.

Sin mediar palabra, con un elegante movimiento la energía rosa que cubría el sable de Leonard se traspasó a la nueva criatura que levitaba a poca altura sobre el puente, rodeando el cuerpo de esta y creando así lo que parecía una barrera rosada, de la cual se desprendía un polvo de estrellitas blancas. El sable del capitán volvió a ser rodeado por una nueva energía rosa.

Capitán Leonard: Ya estoy listo, amores. ¿Seguimos?

Félix: Según la información que tengo, esa criatura es capaz de usar Hechicería Verde en todos sus enemigos cuando lo crea oportuno, en pocas palabras, Leonard ha ganado… de momento.

Cecil: ¿Y esa barrera? ¿Se puede traspasar acaso?

Félix: Prueba.

Félix le lanzó la daga a Cecil para que éste la agarrara en pleno vuelo, de inmediato lanzó dicho objeto a la invocación de Leonard con el objetivo de herirla evidentemente, sin embargo, la daga fue limada por completo al entrar en contacto con la barrera que rodeaba la criatura, quedando en unas pocas motas de polvo. Una protección impenetrable.

Félix: ¿Has visto? Tenemos que ir a por Leonard.

Capitán Leonard: Oh, qué monos, intentando por todos los medios vencerme, pero si estáis perdidos. Fue una osadía enfrentarme tan directamente.

El capitán no se demoró más, se adelantó varios pasos y extendió el brazo con el que cargaba su afilada arma, el filo de esta se extendió hacia adelante a gran velocidad, giró de nuevo noventa grados a su derecha y en esa nueva dirección, giró lo suficiente como para ir a por Félix y cortar su pecho de lado a lado, éste retrocedió de un salto, malherido.

Félix: ¡Argh! ¡Joder! ¡Fue más rápido esta vez!

Capitán Leonard: Je.

Ahí no terminó la cosa, el sable del capitán volvió a girar, llegando a triplicar su velocidad por alcanzar este su tercer giro, cortó la espalda de Félix y volvió a girar numerosas veces a su alrededor, provocando peligrosos cortes en sus brazos, piernas, cara… Llegando un punto en el que Félix se hallaba en el aire cayendo lentamente al suelo dentro de aquella jaula creada a partir del filo de la espada del capitán, que volvió a la normalidad en menos de un segundo. Félix cayó al suelo perdiendo mucha sangre en el proceso.

Capitán Leonard: Siéntete orgulloso por haber sufrido el número máximo de cortes, a cada giro que realiza mi espada su velocidad se va incrementando, dos giros, doble de velocidad, tres giros, el triple… El número máximo de veces que puede cambiar de dirección es quince veces. No se puede evadir llegado a ese punto. Mala suerte chico, perdiste. Aunque has luchado con valor, eso no te lo quita nadie.

Félix: Mal… maldita sea…

Cecil: ¡A ver si pierdes tú para variar!

Capitán Leonard: ¿Um?

Cecil desprendió de sus brazos parte de aquella energía, aire, colocando las ya vistas flechas aéreas, entonces apuntó al capitán con el brazo y disparó una nueva ráfaga, en cuanto éste saltase para evadir el impacto dirigiría todas las flechas colocadas previamente en el aire a por él, en pleno salto sería incapaz de maniobrar al no poder apoyarse en ningún lado…

Cecil: ¡Sí!

… pero el sable del capitán se extendió cual látigo y como una barrera, bloqueó en el aire cada una de las flechas de energía.

Capitán Leonard: Je, muy astuto, pero todavía te falta mucho para alcanzarme, no te canses ¿vale? Besis de fresa.

Cecil: No hay manera de darle, tengo que concentrarme bien y analizar toda clase de posibilidades, no puedo volver a fallar…

El capitán Leonard confiaba en que llegado el momento oportuno su invocación emplease Hechicería Verde para manipular las mentes de sus rivales y que estos cayesen en una ilusión, visto así, hicieran lo que hiciesen estaban perdidos. ¿Cómo podrían ganarle? El combate se estaba complicando demasiado…

Nilan: ¡Ella no te desea! ¡Ni siquiera te ama! ¿¡Qué clase de boda es esta!?

Suly: Uf, este se va a meter en problemas gordos, será mejor ir a ayudarlo..

Viria: ¿A qué estamos esperando?

Y ambos se adentraron en el jardín también ante las atónitas miradas del público.

Snaider: ¡Jum! ¡Silencio insolente! ¡Guardias, ejecutad a esta peste!

Nilan: ¿Keiko te llamabas? ¡Lucha! ¡No te rindas!

Keiko: Por favor, cállate, yo no conozco a este hombre de nada amor mío…

Snaider: ¡JA! ¡Si ya lo sabía yo! Ahora… desaparece de mi vista, sucia rata.

Suly: ¡A Nil no le conocerás, pero a mí sí!

Viria: ¡Como oséis tocar a mi chico, no tendré piedad!

Padre de Keiko: Oh… No, por favor, esto tiene que ser un mal sueño…

Madre de Keiko: Cariño aguanta…

Y el padre de Keiko se desmayó allí mimo.

Snaider: ¿¡Cómo os atrevéis…!?

Suly: ¡Keiko! ¡Lucha! Nos tienes a nosotros, no estás sola, es ahora o nunca.

Nilan: No me podría perdonar el dejar a una chica como ella así, no he podido evitarlo.

Snaider: Querida, diles de una vez que tú perteneces a un único hombre, a ver si así sus diminutos cerebros de clase baja comprenden la locura que han cometido.

Snaider soltó a Keiko de entre sus brazos, la joven avanzó pocos pasos con una mirada sumamente seria. ¿Cuál sería su decisión? ¿Marcharía con esos desconocidos que intentaban ayudarla por todos los medios? En cierto modo, habían hecho más que sus padres durante toda su vida.

Keiko: Cierto lo que dices amor mío, yo solo pertenezco a un hombre…

Snaider: Jajaja… Eso es, dilo.

Keiko: … ¡pero ese hombre todavía no ha aparecido!

Y la muchacha de entre sus grandes ropas sacó tres katanas, una la colocó en su boca y el otro dúo las sostenía con cada mano, en un veloz y fugaz movimiento cortó el cuerpo de Snaider de lado a lado, sin matarlo. El hombre cayó agonizando al suelo, herido y furioso. La madre de Keiko cayó desmayada sobre el cuerpo de su esposo.

Keiko: ¡La peste aquí descerebrada eres tú!

Keiko estuvo a punto de saltar para rematarlo, al fin y al cabo los guardias les estaban rodeando, si iban a ser capturados al menos se llevaría a ese engendro por delante. Había hecho lo correcto, tenía miedo, pero fue gracias a Suly que decidiera ocultar aquellas armas en el vestido de novia. Estaba enfrentando por primera vez a aquellos a los que más temía… No podía echarse atrás llegado a ese punto.

Nilan: Oye, tampoco es necesario llegar a tanto, ¡detente!

Sacerdote: Oh Diosa mía por favor, apiádate de nosotros, castiga el mal…

Keiko: Bien, ¿no os importa si me voy con vosotros? Total, no tengo a donde ir, y aquí no quiero ni podré seguir viviendo, está claro.

Suly: Por supuesto que sí, cuantos más seamos más risas habrá en el grupo, aunque no será fácil.

Viria: ¿Estás segura de querer venir con nosotros? Ni siquiera nos conoces…

Keiko saltó todos los escalones, situándose frente a los tres jóvenes con las armas en mano.

Keiko: Os debo mi libertad, a pesar de tener muchos lujos… mi vida era un auténtico asco. Me habéis dado la fuerza necesaria para enfrentarme a todo esto. Es una deuda que jamás podré saldar.

Nilan: Pero.. ¿Y tus padres? ¿Los vas a dejar así?

Y señaló a los dos adultos que se encontraban inconscientes en el suelo.

Keiko: Esos dos… Yo no los considero como tal.

Y miró al césped bajo sus pies, cabizbaja.

Suly: Bueno… a este paso terminaremos formando un equipazo de huérfanos.

Nilan: Suly, no digas esas cosas, ¿Keiko verdad? Por supuesto que puedes venir, jeje. ¡Vámonos!

Viria: No creo que sea tan fácil, mira a los soldados.

Keiko: No serán un problema.

Cierto era que numerosos guardias los estaban rodeando, el público observaba sin palabras la escena, en cierto modo la boda estaba resultando más divertida y entretenida que de costumbre, aunque hubiese heridos, aquel espectáculo no sería olvidado con facilidad.

Nilan: No tenemos intención de ser capturados aqu… ¡!

Suly: ¿¡Qué es eso!?

Viria: ¡Guau!

Keiko: Hoy es un día lleno de sorpresas, vaya que sí.

Snaider: ¡Aaaah! ¡Dueleee! ¡Un médico, un médico! ¡Arg! ¡Maldita pu…!

Todos los guardias, aldeanos, incluso el sacerdote y los protagonistas se quedaron impactados por un inmenso temblor que sacudió la ciudad, una enorme cortina de humo se elevaba a lo lejos, cerca de las afueras de la ciudad. Ante el desconcierto de los presentes los cuatro jóvenes se pusieron en marcha, logrando escapar de los jardines para adentrarse en la ciudad. Era la primera vez que aquella muchacha de buen ver, Keiko, salía de allí… ¿Sería buena idea dejar todo atrás? Miró una última vez el infierno en el que había crecido con nostalgia… Todos los amigos que ella tenía la terminaron abandonando por culpa de sus padres a temprana edad, pues estos le prohibieron salir de la casa, ni siquiera la dejaban salir al jardín, fueron estos la que la entrenaron en el manejo de las armas para que se casase con un famoso espadachín de la ciudad, que terminó falleciendo en combate en tierras lejanas. Finalmente fue Snaider el candidato, aquel que gracias a sus padres se dio el lujo de arrebatarle su primera vez.

Suly: ¿Keiko?

Viria: Déjala, la comprendo bien, no es fácil abandonar el lugar en el que naciste.

Ante ese enorme torrente de recuerdos la muchacha agarró con fuerza el mango de su arma. Prefería ir con unos desconocidos a permanecer allí por más tiempo, sin duda, fuesen quienes fuesen, se molestaron en interrumpir la boda cuando ella fue incapaz, dándole los suficientes ánimos y el pequeño empujón para que pudiese obtener las fuerzas necesarias y revelarse contra aquella injusticia. Sí, era lo correcto, les debía muchísimo.

Keiko: No es nada, podemos seguir. ¿Iréis a donde el humo?

Nilan: ¡Sí, quizás sea el anciano Paradox!

...



Decisión.
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La batalla en el puente se prolongaba demasiado, Félix permanecía casi muerto en el suelo, desgarrado por el temible ataque que el capitán le propinó. Cecil hacía lo que podía por enfrentarlo, pero el enemigo era muy hábil, más que él. Su orgullo estaba por los suelos.

Dalia: ¿Seguro que estarán bien? Hasta yo estoy empezando a dudar.

Chiu-Nan: No te preocupes, si no, me encargaré yo mismo de él.

Bel: ¡Cecil, usa eso! ¡No hay tiempo! ¡Seguro que así le vences!

Cecil: Lo sé Bel, no tengo opción.

Capitán Leonard: Oh, ¿qué te propones esta vez? ¿Todavía te quedan más ases en la manga ricura?

Cecil: Deja de decirme esas cosas, no me interesan los hombres, y menos tú.

Capitán Leonard: Pf, todos son iguales al comienzo. Hagas lo que hagas, el destino está decidido, Lauzaliet ha sido capturado por Ferión, en unas semanas lo ejecutarán públicamente, Chiu, tú por mucho que te resistas ahora… Terminarás igual que él tarde o temprano, morirás sin remedio. Nuestro imperio es invencible.

Chiu-Nan: Al menos habré derrotado a dos capitanes, podré descansar en paz.

El capitán se ajustó las gafas con elegancia, observando de manera prepotente a sus adversarios… Brian, quien todavía permanecía oculto por una zona cercana al gran puente, lo escuchó todo… Paradox fue capturado.

Brian: Entonces así están las cosas…

Cecil sin esperarlo extendió su brazo derecho, concentrándose y cargando mucho poder mágico en su miembro. Una energía oscura comenzó a rodearlo formando así una esfera negra en la palma de su mano. Los ojos del capitán se abrieron como platos, sorprendido.

Capitán Leonard: ¿Ese traidor te ha enseñado Hechicería prohibida? Je, más razones para tildarte de criminal, lo ponéis todo muy fácil…

Cecil: ¡Calla!

Y disparó toda la energía acumulada hacia el capitán, éste por los pelos evadió el cañonazo mágico que impactó al otro lado del puente, devastando numerosas casas y provocando un fuerte temblor por toda la ciudad, una cortina de humo lo recubrió todo. Félix aprovechó tal oportunidad para recuperarse con Hechicería Blanca.

Félix: Bien… una cortina de humo, perfecta para anular su campo de visión, y el de su invocación también. Me ha dado tiempo a recuperarme sin correr peligro.

Cecil: Aaah… aah… ah…

Cecil apenas se podía sostener en pie, se aguantaba y agarraba el brazo derecho como podía, malherido, la sangre brotaba de su hombro, numerosos moratones surgieron en su miembro y varios huesos se habían resquebrajado. Aquel ataque mágico fue todo lo que tenía y… falló.

Capitán Leonard: Jum, son más hábiles de lo que creía pero… No, no hay duda, ya están manipulados por mi invocación. Je. Esto lo ganaré yo…

Antes de que la cortina de humo dejase de cubrir el puente, Félix se apresuró y utilizó su Hechicería más potente… aquella que puso en aprietos a sus mayores rivales en las ruinas submarinas. De su mano emergió una esfera negra que salió disparada a una velocidad vertiginosa, adentrándose en el cuerpo del capitán, quien fue incapaz de evadir el golpe por culpa del humo.

Capitán Leonard: ¿¡Pero qué…!?

Félix: A ver qué te parece… que te den de tu propia medicina.

Cecil: Jajaja, esto no me lo quiero perder.

Y la hechicería actuó. La humareda se despejó por las corrientes de aire que comenzaban a recorrer la zona, esa mañana estaba el cielo nublado, y comenzaba a hacer frío. Todos los presentes, incluyendo a Brian, observaron como el capitán Leonard sufrió cortes y heridas por todos los extremos y costados, sufrió el mismo destino que Félix con su último ataque.

Capitán Leonard: …

Félix: ¿Te ha gustado?

Cecil: Yeah. Ahora mi turno, es hora de terminar con esto…

Félix: ¡Aprisa!

El capitán se colocó de rodillas sobre la fría nieve del suelo, agotado y malherido… nunca esperó sufrir una técnica semejante, cada corte le escocía, ardía, el cansancio y el sudor mermaban sus fuerzas a cada segundo que pasaba, no aguantaría mucho a ese ritmo, sin embargo… Cecil logró materializar un filo de aire en la mano izquierda, la sana, y sin darle tiempo para descansar se lanzó a por el propio capitán con la intención de ensartarlo.

Cecil: ¡Hasta nunca! ¡Un capitán menos!

Capitán Leonard: Deberías cuidar más…

Y ambos se cruzaron, Cecil atravesó el pecho del capitán con el filo de aire, que rompió su armadura como si de papel se tratase. Grandes chorros de líquido carmesí se derramaron sobre la nieve, por otro lado… la escena que contemplaron todos a continuación fue más espeluznante, Cecil había muerto a pocos centímetros del capitán, el verdugo fue el filo de su espada que lo atravesó un total de quince veces por distintas partes del cuerpo, sus rodillas, su pecho, sus brazos, su cuello… Cataratas de sangre cayeron al piso ensuciando la pura nieve. El cuerpo de Cecil también cayó, muerto.

Capitán Leonard: … tú defensa.

Bel: ¡No… Diosa mía!

Dalia: Uf… pobre muchacho, morir a esa edad y de tal manera…

Félix: Es necesario hacer sacrificios para cumplir un objetivo común. Si no estás preparado, jamás lograrás nada.

El capitán cayó al suelo, intentando resistir con sus últimas fuerzas y agarrando su pecho, gravemente herido. Y aun así al final, sonrió, orgulloso.

Capitán Leonard: He… ganado. Gracias a mi invocación… estas heridas pasarán a ser… un mal recuerdo… y ya uno de los vuestros ha caído… jejeje…

Y tosió más líquido rojizo, incrédulo, volvió a alzar la vista. Esta vez era Félix quien sonreía orgulloso, una amplia sonrisa de victoria. ¿Qué había pasado? ¿Por qué no caían bajo los efectos de la invocación de Leonard?

Capitán Leonard: ¿Pero… qué…?

Félix: Parece que sigues sin verlo… Oh, vamos, pensaba que un capitán no caería en una… ¿Cómo lo llamaste? Ah, sí, estrategia tan pobre.

Capitán Leonard: ¿C-cómo…?

Y entonces, todo volvió a la normalidad. Félix jadeaba, casi sin fuerzas, y Cecil seguía vivo a su lado, con el brazo derecho en deplorables condiciones a raíz del potente ataque mágico que lanzó. Leonard, incrédulo, volvió a sentir la profunda herida de su pecho.

Capitán Leonard: Imposible… ¿cuándo…?

Félix: Al principio… cuando te toqué el… hombro…

Cecil: La maestría de Félix con las hechicerías Blanca y Verde es admirable, puede imbuir ilusiones en cosas que toca, te lo explicaré de manera simple capitán de pacotilla. Al tocarte en el hombro al comienzo del combate, perdiste, a raíz de eso has estado engañado constantemente, de ahí a que mi muerte fuese… falsa, el dolor lo sigo recordando, sí, pero nunca morí.

Félix: Y respecto a tu invocación… No es que no hiciese nada, es que fue incapaz, la atrapamos en una doble ilusión, por lo que lo que hacía y sigue haciendo… no está afectando a nadie aquí. ¿Cómo es posible provocar una doble ilusión? Muy sencillo, con manipularte a ti fue suficiente, y con la daga que impactó en su barrera… también, la daga tenía el mismo efecto que mis manos, le pasé mi efecto ilusorio y si la tocas, caes en mi ilusión. ¿Cómo es posible que caigas en una ilusión? Pues para eso está hecha la Hechicería Verde, para manipular la realidad de cada persona sin alterar el mundo real. Tu cerebro… Es el que recibe toda la información a través de los sentidos, si se altera su comportamiento, todo lo que reciba estará alterado, será falso, estuviste engañado durante todo el combate y… ni te percataste de ello. ¿Ahora qué, Leonard? ¿Te ha gustado la clase de hoy? Me temo que vas a suspender.

El capitán impresionado por la explicación se quedó mirando al suelo, cabizbajo y mordiendo su labio inferior con rabia. Su espada cayó sobre la nieve, el cadáver de Cecil que a su lado se hallaba había desaparecido, por lo que la única sangre que manchaba la nieve era la suya propia. Ante las pocas fuerzas del capitán la barrera de su invocación desapareció, y tal criatura se esfumó entre un humo color rosa.

Capitán Leonard: Imposible… llegar a tal nivel… tener tanta habilidad… No… no…

La intimidada y aterrorizada mirada del capitán se cruzó con la de Félix, cargada de aires de superioridad. El combate había acabado, el resultado era claro. O quizás no, el capitán se negaba a perder… Extendió su brazo derecho hacia atrás e invocó un portal dimensional que le permitiría huir…
Por otro lado, el grupo de Nilan se aproximaba al puente, todos quedaron expectantes ante la escena de ver a Félix y su grupo ante un Leonard abatido y asustado.

Nilan: Cecil…

Suly: ¿Ese no es Leonard?

Keiko: ¿Un capitán de Ferión? Que aspecto tan lamentable.

Viria: Si él está aquí, significa que Paradox ha..

Nilan: ¡No! ¡Paradox nunca moriría!

Capitán Leonard: No… no…

Félix: Ríndete, se acabó todo para ti.

Cecil: Un capitán menos… ¿Eh? ¿Aquel es Nil?

Félix: ¡Dalia! ¡Rápido!

Dalia: ¡Sí!

Antes de que el capitán pudiese huir a través del portal, aquella Dalia invocó un gran golem de color azul sobre el puente, tal criatura mediría unos dos metros y medio, casi tres. Uno de sus brazos estaba prácticamente cortado por la mitad, sostenía una placa de acero con imanes. De su otro brazo los músculos rebosaban. El cuerpo del capitán se vio atraído por el potente imán del monstruo, no pudo evitarlo, estaba encerrado en aquella armadura de acero.

Capitán Leonard: ¡No!

Y en cuanto Leonard estuviese a una distancia asequible para la criatura, esta última le propinaría un potentísimo golpe en la cabeza rompiéndole las gafas y algunos huesos, fue tal el golpe que el cuerpo del capitán atravesó el puente de arriba abajo partiendo todas y cada una de las piedras que se cruzaban con su cuerpo, cayendo al río y perdiéndose para siempre.

Bel: ¡Sí, lo hemos logrado Cecil!

Y la muchacha corrió alegre hasta donde estaba su compañero, éste sonrió por unos instantes, pero al recordar que frente a él estaba Nilan volvió a mostrar seriedad. Félix se adelantó varios pasos, decidido. Dalia y Chiu permanecieron atrás en todo momento, observando. El golem desapareció.

Nilan: ¡Félix! ¡Cecil! ¡Bel! ¡Por fin os encuentro!

Viria: Al final ese loco de Félix sobrevivió…

Suly: Han… han asesinado a Leonard…

Keiko: ¿Quiénes son estos? ¿Vuestros compañeros?

Félix: ¿Compañeros? Jajajajaj, no me hagas reír. No ha pasado mucho desde que nos vimos por última vez…

Y se llevó una mano al pecho, dando a entender a lo que se refería. Viria se encogió de hombros.

Félix: ¡Tú! ¡Maldito memo! ¿¡Por qué precisamente tienes que ser tú el que lleve el Oráculo!? ¡Mírame! ¡He acabado con otro capitán de Ferión gracias a mis aliados! El que debería llevar el Oráculo… soy yo.

Y se señaló con furia.

Nilan: Félix, alto ahí, no hace falta ir derramando sangre innecesaria… ¡Habéis matado a una persona!

Félix: Je, vosotros asesinasteis a Ridley, ¿me equivoco?

Nilan: No… eso fue distinto…

Félix: Excusas.

Nilan: ¡En cualquier caso… aquí acabará todo Félix!

Félix: No me hagas reír, ¿qué quieres? ¿Qué vayamos a correr por la llanura con cuatro pollos enfermos? No me apetece, tengo que salvar el mundo de esa peste. Poco a poco se va limpiando.

Bel intentó aproximarse asustada a Nilan, pero Cecil le agarró de la muñeca, deteniéndola y negando con la cabeza.

Nilan: No me refiero a eso…

Suly: Se refiere a que sabemos todo sobre ti…

Viria: Y sobre Dalia, encontramos la carta en tu casa.

Nilan: Eso es, mira.

Y el joven sacó del bolsillo la nombrada carta que le escribió Félix a su amiga años atrás.

Félix: ¿Qué…? ¿Cómo es que vosotros tenéis eso…?

Félix retrocedió pocos pasos, impactado, en shock.

Viria: Conocimos al majo director Matt de la escuela en la que estudiaste, y nos guió a tu casa. Simple.

Félix: ¿Qué…? ¿El profesor Matt? ¿E-está bien…? ¿Ahora es… director…?

Nilan: Sí, pero Félix… él te extraña muchísimo, todavía mantiene la esperanza de que ese chico tan noble siga con vida y no se haya echado a perder. Mírate de nuevo, ¿es eso lo que él quería? ¿Qué terminases así?

Félix: Oh… profesor…

Dalia: Félix… Parece que han tocado su vena sensible, y la mía también.

Félix cayó de rodillas en el suelo con ojos llorosos.

Nilan: ¡Cecil! Por si preguntas, te lo vuelvo a repetir, no, no seguiré tu camino, no hay porqué derramar sangre sin sentido.

Cecil: …

Bel: Cecil, Nilan…

Félix: Sin embargo… aunque lo sepáis todo de mí… Yo… ¡Yo soy la única persona que puede cargar con tal responsabilidad! ¡No me importa hacerlo yo solo! ¡Yo cambiaré el mundo! ¡Le demostraré a mi profesor que siempre hice lo correcto! ¡Y la auténtica paz volverá! Nadie tendrá que pasar ninguna clase de penuria nunca más.

Keiko: Sus objetivos son puros y bondadosos, no veo razón para tildarlo de villano.

Suly: El problema que tiene es que quiere asesinar a todos los que se pongan en su contra, como el capitán Leonard, o nosotros.

Keiko: Ya empiezo a ver con quién me he juntado…

Viria: Nah mujer, no te preocupes, somos buena gente.

Félix: Nilan, te lo diré claro, aquí y ahora que nos volvemos a encontrar… Yo cambiaré el mundo, solo yo puedo hacerlo, y si es necesario quitarte la vida para obtener el Oráculo, así será. No me arrepiento, es el camino que he elegido, y Dalia, Chiu, Cecil, Bel, todos me apoyan.

Se adelantó unos pocos pasos con la intención de acercarse a su mayor rival, porque eso era visto desde sus ojos, un rival.

Nilan: No Félix, hay otras maneras de solucionar las cosas…

Félix: ¡Tonterías! ¿¡Qué has hecho tú por el mundo!? ¡Nada! Llevas el objeto más importante que existe contigo y te dedicas a divertirte por ahí, ignorándolo todo. Mil y un peligros te acechan, pero ni te das cuenta. Y lo peor… Es que cada vez que te veo, tienes a alguien más en tu grupo, ¿¡qué coño tienes tú para que esa gente decida seguirte!? ¡Es que no lo comprendo! ¡Es absurdo!

Nilan: ¿Qué que tengo… yo…?

Suly: Yo te responderé a eso Félix, Nil es el mejor tío que he conocido, es mi colega, somos amigos y nos ayudamos mutuamente desde que nos conocimos, tenemos problemas y nos enfrentamos juntos a estos, por esa razón le sigo, porque me inspira confianza, es alguien en que se pueda confiar… Mi padre es un capitán de Ferión y ni se ha molestado en intentar comprenderme, al contrario, me envía matones para llevarme de vuelta. Junto a Nil, y Paradox, y Viria… junto a todos he podido seguir adelante.

Viria: Yo le he seguido por mi propia voluntad, al igual que Suly, mi cari es alguien en que se pueda confiar, y demás, le quiero, ¿qué más se puede pedir? Al principio nunca imaginé que fuese a pasar a ser alguien importante, pero mira, estoy sola igualmente, no me queda nadie, mi hermano Ivan desapareció hace tiempo ya… Y tanto él como Suly, a pesar de haberles hecho trastadas en el pasado… Me ofrecieron su apoyo.

Keiko: Yo… no tengo mucho que decir, simplemente me han ayudado a escapar de esa horrible prisión en la que vivía, les debo una deuda que jamás podré saldar, no me queda nada, simplemente seguir con ellos, es lo que he elegido, me inspiran más confianza que mis padres y… que tú, aunque no te conozca de nada.

Ante todas y cada una de las palabras y argumentos de los jóvenes, Félix retrocedía lentamente, impactado e impresionado. No, de ninguna manera iba a permitir que ese chico tuviese algo tan importante y no pretendiese cambiar nada, a diferencia de él mismo, que tenía los objetivos y las metas claras. No, no le entraba en la cabeza…

Félix: ¡Bien, pues esto lo zanjaremos aquí y ahor…!

Los ojos de todos los presentes se abrieron como platos. El ambiente pasó a ser más tenso que nunca, comenzó a nevar, los copos de nieve caían lentamente sobre todos… Cecil, que se mantuvo atrás en todo momento, ahora atravesaba el corazón de Félix de lado a lado con un filo de aire de su brazo sano.

Suly: ¿¡Qué!?

Nilan: ¡Cecil no!

Viria: Oh…

Keiko: …

Félix giró su cabeza levemente, sin palabras. Un filo hilillo de sangre fue expulsado de sus labios.

Dalia: ¡No! ¿¡Qué hace ese idiota ahora!? ¡Félix! ¡¡Félix!!

Chiu-Nan: Detente Dalia.

Dalia: ¡Pero…!

Y el hombre negó con la cabeza. Un mensaje claro como la nieve que caía del cielo.

Félix: Ce…cil… ¿Qué… ha…ces…? No, de… bo… sal… var… el… sol… o yo… pued…

Félix se tambaleó unos pocos hacia adelante en cuanto Cecil hizo desaparecer el arma mágica.

Félix: Yo… solo quería…

Pocos segundos después cayó al suelo con la mirada perdida en el horizonte.



Murió.



Cecil: El único que tiene derecho a acabar con la vida de ese payaso… soy yo. Espero que te haya quedado claro. ¡Nilan! ¿Lo has visto bien? ¡Esto es lo que les espera a todos los que se interpongan en mi camino! Los capitanes de Ferión correrán esta misma suerte… No tengo nada contra ti, pero ya lo verás, cuando vengue a todo el pueblo y a todas las víctimas de esos locos… Iré a por ti, por no haberme ayudado en su día. Por haber huido.

Bel se alejó, aproximándose a donde Nilan y su grupo.

Cecil: Bel, ¿qué haces?

Bel: Lo siento Cecil, no puedo seguir a tu lado, no así.

Cecil: ¿Cómo dices?

Suly: Lo que oyes tío, que estás flipando.

Nilan: Félix…

Nilan cayó de rodillas ante el frío cadáver de Félix, llorando.

Nilan: Él no merecía esto…

Cecil: Pf, ¡tonterías! Me marcho, hasta nunca, idiotas. Lo resolveré todo yo solo.

Y dio media vuelta para irse con Chiu-Nan.

Chiu-Nan: En fin, supongo que no nos queda otra opción. Tendremos que planear nuevas estrategias. Vámonos Cecil.

Cecil: Sí, estar junto a estos pacifistas me pone enfermo.

Dalia: E-esperad… ¿vais a dejar el asunto de Félix así?

Chiu-Nan: No puedo hacer nada ya por él. Mucha suerte Dalia.

Dalia: ¿De qué hablas?

Chiu-Nan: Tú estabas con nosotros por Félix, supongo que ya no tendrás más motivos para seguir a nuestro lado, fue un placer contar con tu ayuda. Adiós.

Y tanto él como Cecil se esfumaron en una nube de polvo, sin dejar rastro. Dalia, asustada, huyó también de allí corriendo con todas sus fuerzas hacia algún lugar, lloraba.

Brian: Veo que no hemos empezado bien el día…

Suly: ¡Brian! ¿¡Dónde estabas metido!?

Brian: Ocupado, en fin… ¿Queréis enterrarlo o algo?

Viria: Es lo mínimo que podemos hacer…

Viria se arrepentía en el fondo de haber asestado aquella puñalada trapera a Félix en su día, ahora que sabía de sus intenciones y su manera de morir, le daba mucha pena, le entristecía como a todos los presentes que aquel chico tan joven no hubiese tenido posibilidad de hacer nada más. Murió sin más.

Las horas pasaron, el grupo se encontraba frente a una colina nevada. Nilan se encargó personalmente de enterrar a Félix para que al menos, intentase descansar en paz. Tarea complicada.

Suly: ¿Y ahora…?

Keiko: Yo os seguiré sin importar qué.

Nilan estaba sentado con las piernas cruzadas ante la tumba de Félix, meditando.

Brian: Al final… Paradox fue capturado por Ferión, lo ejecutarán dentro de unas semanas públicamente.

Keiko: ¿El famoso mago? ¿Lo conocéis acaso?

Viria: Es una historia muy larga, Keiko.

Suly: El viejo capturado… Nil, ¿qué piensas?

Tardó unos pocos segundos en dar una respuesta firme.

Nilan: Félix pretendía cambiar el mundo, no era una mala persona… Lo deseó con toda su alma pero se equivocó de camino, aun así, al final tampoco pudo hacer nada, murió sin poder cumplir su sueño. No te preocupes Félix, yo me encargaré de cambiar el mundo, cargaré con aquello que tú no pudiste completar, aunque mis métodos serán distintos a los tuyos, lo haré a mi manera.

Y se levantó.

Nilan: Sobre Paradox… Iré yo personalmente a Ferión a rescatarlo.

Suly: ¿¡Qué dices!? ¿Se te ha ido la olla? Además, no le perdono lo del templo, casi te mata, por mí… que sufra su merecido castigo, por no contar con nosotros no confiarnos nada.

Viria: Suly, lo que hizo puede que no fuese lo correcto pero… me sabría mal dejarlo tirado.

Nilan: Podéis acompañarme o no, yo confío en él, no le dejaré tirado. Si tengo que enfrentarme a cuarenta mil capitanes, los enfrentaré. Pero no lo abandonaré.

Brian entonces vio su momento de intervenir.

Brian: Hablas mucho, sabes que si vas tú solo no saldrás vivo de esa, lo que harás es cargarle la culpa de tu muerte a Paradox, se sacrificó para que pudieseis huir. ¿Cómo se sentiría si supiera que por culpa de su decisión os han arrebatado la vida?

Nilan: No pienso abandonarle, podéis seguirme si queréis… Pero yo no le dejaré tirado, nunca.

Keiko: Yo tampoco te abandonaré, fuiste tú quién me sacó de allí, Nilan. En menos de un día te has vuelto muy importante… te ayudaré, aunque mi vida peligre.

Nilan: Perfecto Keiko, me alegra contar con tu ayuda. ¿Alguien más se viene?

Bel: Yo claro que voy contigo, hace muchísimo que no nos vemos y… No puedo dejarte aquí.

Viria: Yo claro que no te voy a abandonar, bobo.

Suly suspiró con los brazos cruzados, no tenía opción.

Suly: En fin, supongo que no me queda otra opción, tampoco te abandonaré. No te salvé hace un año y poco para dejarte tirado a estas alturas de la película.

Brian: Alto ahí, ninguno dará un paso más.

Suly: Brian, no nos harás cambiar de opinión.

Viria: Eso, ¿por qué no nos ayudas? Paradox es tu compañero también.

Brian: Paradox… Vamos a llamarlo por su nombre, Lauzaliet.

Nilan: Brian… Esta ahora es mi historia, yo decido qué hacer y que no. Lo rescataré sin importar qué. ¿Podremos contar contigo?

Los ojos de Brian mostraron asombro ante las palabras del joven… Tenía mucho más valor que él, y visto lo visto, sabía a lo que se estaba enfrentando. Todos allí eran más fuertes que él.

Brian: Bien, si tan decididos estáis, os ayudaré a infiltraros en el castillo. Pero antes… me gustaría explicaros ciertas cosas sobre las invocaciones.

Keiko: ¿Podéis invocar? Qué sorpresa, yo también.

Brian: El asunto está en que hay una manera de perfeccionar vuestro vínculo con la invocación… fusionándoos con ella. Esto acortará vuestra esperanza de vida drásticamente, pero también obtendréis un inmenso poder. Lauzaliet nunca os lo dijo porque era muy arriesgado, pero estamos ahora enfrentando al mismísimo reino de Ferión, debemos usar todo lo que esté en nuestra mano para ganar. Aunque queden menos capitanes, todos son realmente poderosos y hábiles, Zack, Sheyla, Drake, Jena, Barock… Tendremos que darlo todo.

Nilan: Brian, muchas gracias.



Mientras tanto en el interior de una vivienda, Dalia preparaba todas sus cosas para partir cuanto antes a quién sabe dónde. Lloraba, los recuerdos la asfixiaban, caería en una irremediable depresión. ¿Sería lo correcto volver a Zyria con el profesor Matt y contarle todo lo sucedido? Era lo mejor…

* * * * *


Dalia: Mira Félix, parece que esos capitanes han arrasado Argón… Muchas víctimas, otra vez.

Félix: El mundo va de mal en peor… como dices tú, el mundo está podrido. ¿No podríamos hacer algo nosotros?

Dalia: ¿Nosotros? No digas tonterías, ¿cómo unos críos vamos a poder cambiar el mundo? Es imposible, lo mires por donde lo mires.

Félix: ¿Sabes? Yo no pude hacer nada por mi madre, murió de una terrible enfermedad, por esa razón he estado estudiando Hechicería Blanca como nadie, no permitiré jamás que nadie vuelva a perder un ser querido o persona importante por algo así… La muerte de mi madre no fue en vano.

Dalia: Y lo admiro, ¿pero qué tiene que ver con nosotros y este asunto? No me digas, déjame adivinar… ¿Tenemos que esforzarnos como has hecho tú?

Félix: ¡Eso mismo te iba a decir Dalia! Juntos podemos, con tu inteligencia y mi Hechicería Blanca… ¡Ningún villano nos parará!

Dalia: Pf, déjalo Félix, será mejor que vivamos una vida tranquila…

Félix: ¿Es esto una vida tranquila? Algún día nos matarán a nosotros, a ti, a mí… ¡Incluso al profesor Matt!

Dalia: ¿Pero cómo piensas empezar? Es imposible, de momento. Además, desde que te conocí en el jardín de infancia… me has caído siempre bien, si te pasara algo por culpa de todo esto, yo no me lo perdonaría jamás. Tonto.

Félix: Oh… Lo-lo siento…

Dalia: Debes tener paciencia Félix, ya llegará un momento en el que podamos hacer algo.

Félix: Claro, te prometo que tampoco me pasará nada. ¡Salvaremos el mundo los dos juntos!

Dalia: Jeje, sí, claro… Suena tan fácil… Eres muy inocente.

Félix: ¡Oye, no te rías de mí!

Dalia: Jajaja, vamos, cómete eso y calla de una vez.

* * * * *


Dalia: No éramos más que unos críos… ¡Maldita sea! ¿¡Por qué!? ¡Lo sabía! ¡Soy estúpida!

¿¿??: No te eches toda la culpa tú sola…

Dalia se sobresaltó, miró hacia atrás incrédula, ¿quién era aquel tipo? ¿Cómo había entrado allí? Éste estaba sentado en una mesa, vestía ropas oscuras y una máscara negra cubría todo su cuello y se estiraba hasta su nariz, dejando al aire únicamente sus ojos azules. Pudo ver diversos mechones rubios revueltos junto a su gorro circular de color negro.

Ivan: Me llamo Ivan.

Dalia: ¿Có-cómo…? ¿Qué quieres de mí?

Ivan: Te lo diré de manera simple…

Y una sombra surgió junto a su mano, materializando así un arma llamada Kunai. La joven supo de inmediato a lo que se refería… Acabar con su propia vida.

Ivan: Me das mucha lástima, por esa razón te responderé lo que desees, aunque vaya en contra de las órdenes.

Dalia: … Supongo que no tengo elección, bueno, al fin y al cabo, me harás un favor, prefiero ir con él a vivir angustiada.

Ivan: Sabia decisión.

Dalia: ¿Qué buscas de mí? ¿Quién eres y… quién te envía?

Ivan permaneció callado durante unos instantes, serio.

Ivan: Como ya he mencionado, me llamo Ivan. Te haré un resumen, soy líder de la Nueva T.A., ¿qué que busco? Me han ordenado asesinar a aquellos que acabaron con la organización tiempo atrás… Tanto Félix como tú estáis metidos en esa lista, pero tu amigo murió.

Dalia: Si eres el líder… ¿Cómo es que recibes órdenes? ¿Con qué propósito habéis fundado una nueva? No tiene sentido, la primera simplemente se dedicaba a acumular riquezas en la mina aquella, pero el pueblo cercano a esta ya ha prosperado, no tiene sentido.

Ivan: Sí, si tiene sentido, la ha fundado el mismo que la anterior, y yo recibo sus órdenes, así de simple. El individuo en cuestión ya te lo imaginarás, Kyadara. ¿Las razones? Por ahora nuestro objetivo es vengar a la anterior, con tu sangre lo cumpliremos, ¿no hay nada más que desees saber?

Dalia recapacitó por unos instantes… Estaba dispuesta a aceptar su muerte, aquel mundo de locos ya le daba igual, sin Félix… ¿Qué sentido tenía su vida?

Dalia: No, nada más. Acaba ya con esta tortura.

Ivan: Un auténtico placer hablar contigo, no me guardes rencor, por favor.


Fin del Capítulo Segundo.
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Re: History of a Destiny.

Notapor Tsuna » Mié May 01, 2013 5:05 pm

Capítulo Tercero. El poder del Oráculo (1ª parte).


La Fusión.
Spoiler: Mostrar
Pasó una semana exacta desde la inesperada y dolorosa muerte de Félix. El grupo de protagonistas se dirigió raudo al sur a través del montañoso reino de Leithard para rescatar a Paradox, sin embargo la ausencia del capitán Leonard también se hacía notar…

Capitán Barock: Zack, ¿me puedes decir de nuevo cuándo viste a Leonard por última vez?

Capitán Zack: Te dije que en las montañas del norte, decidió ir a por el Oráculo solo, ¿por qué? ¿Acaso te preocupa?

Capitán Barock: Es obvio que sí. Si le hemos perdido por algún casual, ya irían dos contando a Ridley… No sé, pero tengo una mala sensación acerca de todo esto.

Capitán Zack: Jum, si ese idiota se ha dejado derrotar es su culpa, el mundo seguirá sin él, en cualquier caso el plan no se detendrá por una minucia como esa.

Capitán Barock: ¿Acaso no entiendes la situación? La caída de dos capitanes hará que la gente pierda la confianza en nosotros y eso podría derivar en una guerra civil. Si han sido capaces de arrancarle la vida… significa que no son unos novatos, nos enfrentamos a gente poderosa.

Capitán Zack: Pues claro, ¿qué esperabas? Entre ellos está tu hijo, ahora, déjame en paz. Si estalla cualquier revuelta, yo me encargaré de frenarla a mi manera.

Y se marchó dejando allí a su compañero, el cual se cruzaba de brazos, confuso.

Capitán Barock: Suly… ¿Ahora qué pretendes con todo esto? ¿Por qué no volviste cuando tuviste la oportunidad?

Pocas horas después, Barock, aquel capitán de cabello castaño y cuya zona inferior de su rostro era cubierta por una ligera barba del mismo tono, descendería personalmente hasta las oscuras y tenebrosas profundidades de las mazmorras, bajo el castillo. Una vez allí, se aproximó hasta la cámara en la que se hallaba el anciano Sapien, el mismo que permanecía prisionero, cuello, manos, piernas, tronco… Completamente inmovilizado con grilletes de acero y muy pesados, mostrando así magulladuras por todo el cuerpo.

Capitán Barock: Es la primera vez que tengo el honor de hablar contigo después de lo sucedido hace un año. Confiaba en ti, viejo, te salvé también el pellejo pensando que no merecías ningún castigo hace ya muchos años, pero eso es cosa del pasado…

Lauzaliet: ¿Y a qué has venido ahora entonces? ¿A salvarme de nuevo? Lo dudo mucho.

El capitán se llevó la mano a la nuca, pensativo, su rostro parecía mostrar cierto arrepentimiento, ¿por qué razón iba a estar arrepentido aquel hombre?

Capitán Barock: Eres consciente de que no he visto a mi hijo desde hace mucho, nunca pensé que llegaría a formar parte de esa guerra como otra posible víctima…

Lauzaliet ante todo, permanecía callado y pensativo, con una mirada penetrante y directa dirigida al militar, esperando a que éste fuese al grano.

Capitán Barock: Dime, ¿está bien mi hijo?

Y por fin lo soltó, el anciano suspiró, aliviado.

Lauzaliet: Suly es mucho más fuerte de lo que piensa, su hijo se ha vuelto muy hábil, no tiene de qué preocuparse yo mismo me encargué de adiestrarlo durante un año.

Lauzaliet prefirió no revelar la ubicación en la que se refugiaron, no se lo perdonaría si su propio pueblo sufría consecuencias por sus actos. El rostro del capitán cambió por completo, éste parecía más tranquilo ahora que sabía acerca de su hijo.

Capitán Barock: Ya veo… Que esto quede entre nosotros, viejo, sabes perfectamente que yo confío en ti, lo hice desde el comienzo, sé de primera mano qué clase de persona eres y te admiro por ello. Me sabe mal que vayan a asesinarte… ni siquiera sé si puedo ayudarte una última vez. Bueno, no importa.

Una vez revelados sus sentimientos, el capitán dio media vuelta dispuesto a marcharse, aunque en el fondo deseaba tener algo más de conversación. Conocía muy bien a aquel gran mago y se oponía rotundamente, le entristecía y amargaba la sola idea de que fuese a ser ejecutado por mero interés político y económico. Con el Oráculo Ferión dominaría el mundo y no tenía ningún reparo en culpar a aquel que intentó protegerlo en el pasado, acusando a este de querer atentar contra La Diosa.

Lauzaliet: Suly tiene buenos amigos… Amigos increíbles y poderosos, está en buenas manos.

El capitán se detuvo a pocos metros de distancia, giró levemente su cuerpo, observando al anciano una última vez.

Capitán Barock: Gracias, muchísimas gracias.

Lauzaliet: Capitán, ¿si se ve obligado a cumplir con su deber o proteger a quién ha cuidado de su hijo? ¿Dónde quedaría su lealtad? ¿Sería capaz de eliminarme sin compasión?

Y sin mediar palabra continuó su camino, el eco de sus pasos se fueron perdiendo en la penumbra. Lauzaliet no recibió ninguna respuesta, el capitán era incapaz de responder aquello, al menos en ese momento.

Entretanto en las profundidades de Los Montes Lunares, en una guarida completamente en desuso y destartalada…

Chiu-Nan: ¿Ahora qué pretendes hacer Cecil? ¿Seguirás tú solo la lucha contra Ferión?

Cecil: ¿A qué te refieres?

Chiu-Nan: No me queda mucho tiempo de vida… al menos he podido vengarme, fue Leonard quien inició ese proyecto tan macabro, prohíben determinadas clases de Hechicería cuando luego ellos las emplean sin compasión ni escrúpulos. En cualquier caso, eventualmente el destino nos separará a ambos. No lo podremos evitar.

Cecil: Chiu, me gustaría preguntarle algo a ese viejo, a Paradox.

Chiu-Nan: Se llama Lauzaliet, ¿qué le vas a preguntar?

Cecil: La razón por la cual no se opuso a Ferión cuando intentó salvar el Oráculo por su cuenta, también me gustaría preguntarle acerca de cómo obtener más poder y… por qué confió en Nilan.

Chiu-Nan: Lo ejecutarán pronto, ¿acaso vas a infiltrarte en el castillo? Es una locura y lo sabes.

Cecil: Si no puedo hacer eso no seré capaz de lograr nada, el imperio de Ferión está debilitado, han perdido dos capitanes, es el momento ideal para atacar. Si logramos liberar a ese anciano tendríamos ayuda extra, ¿no crees?

Chiu-Nan: ¿Y qué te hace pensar que nos ayudará?

Cecil: ¿Acaso es mejor morir perdiendo la cabeza? No tendrá alternativa si sigue valorando su vida.

Chiu-Nan: Vale, como prefieras, me conozco todos los atajos del castillo así que… no será un problema infiltrarnos. Preparémonos pues.

Cecil: Bien.

Chiu-Nan: Sin embargo, antes de partir me gustaría preguntarte una cosa que me he estado callando todo este tiempo.

Cecil: ¿El qué? Dispara, no te guardes nada.

Chiu-Nan: ¿Por qué mataste a Félix? ¿Qué ganabas con ello?

Cecil permaneció pensativo, ensimismado, serio. No lograba encontrar una respuesta.

Chiu-Nan: ¿Y bien?

Cecil: Cargaría su muerte a mis espaldas. La principal razón de que lo asesinase venía de su rivalidad con mi viejo amigo, estaba dispuesto a matarlo, y no, el que debe hacer eso… soy yo. Luego, lo que he dicho ya, cargar con su muerte, asesinarlo sirvió para demostrarme a mí mismo que sería capaz de afrontar cualquier cosa. No podía vacilar.

Chiu-Nan: Vale, si eso decidiste no soy quién para obligarte a pensar lo contrario, pero no fue lo correcto…

Cecil: ¿Vas a empezar como Nil?

El hombre cerró los ojos, triste. Le apenaba muchísimo la muerte de Félix, su antiguo aliado, tampoco supo más de Dalia, la que sin duda debería estar sufriendo una fuerte depresión, en caso de seguir viva, claro.

Chiu-Nan: No, déjalo, vamos…

Y ambos se pusieron en marcha.

Por otra parte, cerca de aquel acogedor pueblo que ya Suly y Nilan conocerían, en Los Montes Lunares, el grupo se preparaba para entrar en territorio imperial.

Suly: Cuántos recuerdos me trae esto. Fue aquí donde conocimos a Félix.

Viria: Con que fue aquí. Hace un año.

Nilan: Debemos superar el pasado, Félix no murió en vano.

Nilan a pesar de intentar mostrar determinación y fortaleza emocionalmente se iba debilitando. Keiko y Brian se aproximaron también al trío de jóvenes, el gran halcón del adulto se esfumo entre una densa niebla, sin dejar rastro.

Brian: Bien, antes de nada, será mejor practicar y aprender la fusión. Si no sois capaces de dominar esta técnica, será una pérdida de tiempo ir a rescatar a Lauzaliet.

Keiko: Por mí no os preocupéis, yo ya poseo en mis manos tal poder.

Viria: Keiko, no nos has dicho mucho de tus capacidades, ¿cuál es tu fuerte? Pregunto, pues lo apropiado será conocer todos nuestros puntos fuertes y débiles, solo así lograremos ser un equipo imparable.

Keiko: Pues… domino la Hechicería Amarilla, mis técnicas consisten en mermar los atributos de mis enemigos, dependiendo de la concentración y la energía que acumule en mi interior, mis golpes provocarán una disminución en su ataque, en su defensa, en su espíritu, en su velocidad…

Viria: Entiendo, entiendo, al menos sabes hacer más que yo.

Suly: Curioso, ¿y qué hay de la fusión esta, Brian?

Brian: Respecto a la fusión… Supongo que tendré que explicaros como va todo esto. En primer lugar, se debe dominar la invocación. Aquellos que utilizan la invocación son incapaces de emplear Hechicería Azul, y el proceso para obtener la invocación puede llevaros a la muerte también, supongo que todos habéis pasado por eso, ¿verdad?

Todos asintieron, atentos a la explicación de Brian. No había nadie por la zona, por lo que bajaron completamente la guardia.

Brian: Bien, la invocación es parte de vosotros, de vuestra alma, al utilizarla vuestras fuerzas y capacidades merman considerablemente, pero esto es compensado con la propia criatura invocada.

Nilan: Paradox nunca nos dijo eso.

Brian: Tampoco os dijo que os podéis fusionar con ella, la fusión llevará vuestro cuerpo a un nivel de tensión extremo, liberaréis todo vuestro potencial, obteniendo así un poder abrumador, sin embargo, hay un pero. La fusión os otorgará un poder inmenso, y a la vez os acortará la esperanza de vida. Si abusáis de ella, terminaréis muriendo.

Todos tragaron saliva, abrumados por la idea de morir utilizando la fusión. Brian se adelantó unos pocos pasos, dispuesto a salir del pueblo e ir a un descampado apartado y aislado, los jóvenes le siguieron. Allí aprenderían la famosa fusión, o eso pensaba Brian.

Brian: Bien, Keiko, ¿tú sabías utilizar la fusión cierto? ¿Podrías hacernos una demostración?

Keiko: Por supuesto.

Brian: Si logras hacerla en frío, aquí mismo, te felicitaré. Para poder utilizarla el cuerpo debe ser fuerte y el espíritu, inquebrantable, durante una batalla esto va incrementando, sacando nuestro potencial poco a poco, por eso, cuánto más cerca estamos de la muerte con más facilidad podemos usar la fusión, pero sin el suficiente espíritu no funcionará, y cuando nos veamos obligados a finalizarla, no podremos seguir combatiendo debido al cansancio del cuerpo.

Keiko se preparó mientras Brian daba su respectiva explicación. La mucha cogió aire, cerró los ojos y se concentró. El mundo exterior se aisló para ella, no escuchaba absolutamente nada. Solo existía su propia presencia. Una energía amarilla la rodeó de pies a cabeza.

Brian: Eso es.

De inmediato, un gran samurái cuya armadura era color naranja surgió a su lado, éste portaba varias katanas y un sombrero de paja le cubría la cabeza y el rostro. Tuviera el aspecto que tuviera, aquella criatura no podía ser humana.

Suly: Increíble, pensar que esa criatura es tu invocación Keiko… Sin duda tenemos una poderosa aliada.

Nilan: ¡Juntos rescataremos a Paradox! No hay duda.

Viria: Jeje, ¡pues claro! ¡Eso no se duda!

Brian: No es necesario invocar para poder utilizar la fusión, uno puede emplear la fusión sin necesidad de invocar, pero para ello se necesita muchísimo poder. Keiko ha decidido invocar primero, muy bien.

Keiko no decía nada, seguía inmersa en su mundo, aislada y concentrada. La joven juntó sus manos y un aura amarilla rodeó tanto al siniestro espadachín como al cuerpo de la jovencita, la invocación brilló mágicamente, emitiendo cegadores destellos de luz, para poco después desaparecer en el cuerpo de Keiko.

Nilan: ¡Cuánta luz!

Suly: Cada vez que usemos la fusión dejaremos ciego al enemigo, es otra ventaja, ¿no?

Viria no pudo evitar soltar una carcajada ante aquella estrategia tan ridícula.

Brian: Espectacular.

¿El resultado? De aquel cuerpo centelleante surgió una criatura del mismo tamaño que Keiko, de hecho, seguía siendo ella, pero esta vez una armadura cubría su cuerpo por completo, a sus espaldas y cintura colgaban un inmenso repertorio de armas blancas afiladas, el sombrero de paja seguía cubriendo su cabeza, y una máscara en el rostro únicamente dejaba apreciar sus bellos ojos.

Aquello era la fusión.

Keiko: ¿Satisfechos?

Brian: Increíble, sin duda, contamos con una gran aliada. ¡Bien! Ahora vuestro turno, pequeños.

Y señaló a Nilan, a Suly y a Viria, no se dejó ninguno. Keiko por su parte deshizo la fusión a voluntad, la armadura desapareció, evaporándose en el aire y dejando ver su vestimenta común, algo en sus ojos cambió, ya no eran tan fieros como cuando su armadura la recubría.

Suly: ¿Y pretendes que dominemos la fusión aquí? Si empleo mi invocación Los Montes Lunares desaparecerán, serán borrados del mapa.

Suly se cruzó de brazos mirando a Brian con seriedad. El adulto observó extrañado al joven, no comprendía a lo que se refería.

Viria: Señor, Suly quiere decir que su invocación es una criatura gigante, si practicamos aquí algún inocente podría resultar herido, incluso alguno de nosotros.

Nilan: ¡Aprenderemos la fusión por el camino! ¡No hay problema!

Brian: ¿Qué clase de invocación posees tú, Suly?

Suly: Es una tortuga gigante. ¿Eso quiere decir que me transformaré en una tortuga? Ugh, no me atrae mucho la idea…

Suly se imaginó en su cabeza a sí mismo con el cuerpo de una tortuga colosal, era ridículo. Brian suspiró, no tenía más remedio que continuar, pero al menos ellos ya sabían en qué consistía la fusión, tampoco podían perder tiempo, los minutos se les echaban encima.

Brian: Vale, pues descenderemos por la falda de esta montaña hasta llegar al Bosque de Leithard, una vez allí atravesaremos la frontera y nos infiltraremos en el reino de Ferión. Debemos ir hasta la capital donde nos las arreglaremos para entrar en el castillo, imagino que se llevará a cabo la ejecución pública en ese lugar.

Y todos prosiguieron su camino, tendrían que aprender a utilizar la fusión en el momento más crítico al parecer. Se hizo de día, parecía ser muy temprano todavía y se adentraron así por el viejo puente de madera en el Bosque de Leithard.

Keiko: Entonces, según tengo entendido, el famoso mago, El Sabio, ¿será ejecutado en el castillo?

Suly: Exacto.

Keiko: ¿Y vosotros vais a salvarlo, cierto?

Nilan: ¡Por supuesto! No dejaremos que Paradox muera en manos de esos bárbaros. Yo les haré recapacitar, de esa forma los ideales de Félix no caerán en el olvido.

Viria: No te preocupes Keiko, todo saldrá bien.

Keiko: Por supuesto, y tened en cuenta que antes de que caiga uno de vosotros, caeré yo. Os debo muchísimo.

Y siguieron adentrándose entre los matorrales, atravesaron un riachuelo que trajo muchos recuerdos a Nilan, para llegar a un descampado, todavía en el interior del bosque. Brian se detuvo en seco, junto al grupo.

Viria: ¿Um? ¿Pasa algo señor?

Brian: Siento algo…

Y una raíz surgió inesperadamente de entre el follaje a gran velocidad y de manera violenta. Keiko desenvainó una de sus katanas y cortó aquella cosa antes de que pudiese tocar a alguien dejando así al resto de los presentes prácticamente mudos. Suly se llevó una mano al mentón, pensativo.

Suly: Ey, esperad… Esto me suena…

Nilan: ¿No será?...

En efecto, las hierbas se movían con brusquedad alrededor del grupo, como si algo estuviese observándoles, cual cazador a punto de liquidar a su presa. Finalmente la criatura decidió dar la cara, se trataba de la Mandrágora que un año atrás Nilan y Suly enfrentaron, su primer enemigo. Todavía seguía viva, y deseosa de venganza.

Mandrágora: ¡¡¡GHYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH!!!

Brian: ¡¿Una Mandrágora aquí?!

Viria: ¡Parece que no hemos sido bien recibidos! Y todavía no hemos entrado en Ferión, guau.

Mandrágora: ¡¡¡¡GHYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!! ¡¡¡¡GHYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH!!!! ¡¡¡¡GHYAAAAAAAAAAAAAAHHH!!!!

Nilan: ¡No os preocupéis, que a esta cosa nos la conocemos ya! Nosotros nos encargamos.

Suly: Y parece que ha crecido un poco, jé.

Todos retrocedieron, excepto los dos muchachos.

Nilan: Suly, comprobaremos cuánto hemos mejorado desde hace un año. Nos vendrá bien.

Suly: Yo todavía no me creo que esta cosa siga con vida, la verdad. Pero vale, venga, vamos a por todas. Cuidado con el polen, aquel día nos jugó una mala pasada.

Nilan: ¿Cómo podría olvidarlo?

Mandrágora: ¡¡¡¡¡GHYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!!!

Nilan desenvainó su espada y con coraje y habilidad, corrió directo hacia la bestia, una vez delante de su cuerpo comenzó a propinarle fuertes tajos en su piel, logrando con ello que el ser expresara alaridos de dolor. El joven volvió a retirarse, preparándose para el contraataque del monstruo.

Suly: ¡Yiiija!

Suly por su parte generó una columna de fuego a partir de la punta de su lanza a modo de lanzallamas, abrasando con ello a la criatura y provocando un pequeño incendio en el bosque. La Mandrágora sufría como nunca, su cuerpo ardía, y todavía se podían distinguir las cicatrices del anterior combate, aquel que se llevó a cabo un año atrás. El monstruo se infló cual globo entre las llamas cargando algo en su estómago, segundos después disparó una increíble ráfaga de semillas hacia el dúo.

Nilan: Esta vez no nos supondrá un problema esa técnica.

Suly: Claro que no.

Suly clavó su lanza en el suelo y un manto naranja y morado recubrió sus cuerpos, Nilan por su parte procuró cortar todas y cada unas de las semillas, mostrando un hábil manejo de su arma. Aquellas que fue incapaz de bloquear impactaron en sus cuerpos, pero en vano, se hicieron añicos, como si sus pieles fuesen ahora un muro de piedra impenetrable.

Suly: Definitivamente, hemos mejorado bastante.

Nilan: Sí, es increíble. Cómo pasa el tiempo…

Mandrágora: ¡¡¡¡GHYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!!

Nilan: ¡Suly, déjame esto a mí, quiero probar la fusión!

Suly: ¿Estás seguro? Estamos en un bosque, podrías provocar un incendio. Ifrit es un monstruo de fuego.

Nilan: Nah, quiero intentarlo al menos.

Sonrió, confiaba en sí mismo y quería probar su habilidad contra el monstruo, el cual no esperó ni un segundo y comenzó a azotar a los jóvenes con una fuerza abrumadora, sus raíces eran auténticos látigos impactando contra sus cuerpos, pero ninguno se inmutó.

Nilan: ¡Ifrit!

Viria: Parece que se ha emocionado él solito. Mi cari tenía que ser.

Brian: En realidad es lo mejor que hace, probar la fusión ahora… Buena idea.

Keiko: Viajando con vosotros es imposible aburrirse, ¿no? Me pregunto qué clase de fusión tendrá Nilan.

Ifrit surgió entre cenizas al lado de su amo, la invocación cargó una bola de fuego y la disparó contra la Mandrágora, provocando ya serias e irreparables quemaduras en su cuerpo, el pobre enemigo gritaba de dolor, pero debía resistir, tenía que vengarse, no podía caer de nuevo ante ellos, ¡no podía!

Suly: Está muy furiosa, me está dando miedo.

Nilan: Sólo tengo que concentrarme…

La Mandrágora cargó algo en su boca, esta vez no serían semillas, sino polen, gas venenoso. Lo expulsó sin compasión hacia adelante. El gas era color morado, parecía altamente tóxico pues numerosas plantas a su alrededor comenzaron a marchitarse en cuanto mantuvieron contacto con el gas.

Suly: ¡Nil retrocede! ¡Esto parece peligroso de verdad! ¡Mi hechicería sólo protege de golpes físicos, no de estados alterados!

Suly retrocedió hasta donde el grupo, sin embargo, Nilan no lo hizo, él se quedó allí, concentrado. Si quería salvar a Lauzaliet, cargar con los ideales de Félix y cambiar el mundo, no podía retroceder bajo ningún concepto. Vivir o morir. Victoria o derrota. No podía dudar. El gas estaba por alcanzarlo y seguramente su inhalación sería suficiente para matarlo allí mismo, pero no se dejó intimidar.

Viria: ¡¿Pero qué haces?! ¡Vuelve aquí!

Brian: Maldita sea… tendré que sacarlo de ahí.

Keiko: ¡Me encargo yo misma!

Suly: Se lo está tomando muy en serio… Nil, tío, te va a salir caro.

No retrocedió pese a los comentarios de sus compañeros, permaneció allí concentrado y… el gas le alcanzó, evidentemente.

Viria: ¡NOOO!

Brian: ¡¿Pero qué?!

Keiko: ¡No lo permitiré!

Suly: Definitivamente, los héroes siempre muer-

Nilan: ¡¿Cómo dices, Suly?!

Todos: ¡!

Una gran explosión surgió en la zona despejando todo el gas del lugar, Ifrit no dejó rastro de sí y el cuerpo de Nilan en ese instante estaba recubierto por llamas, de las que se desprendían cenizas lentamente.

Suly: ¡Flipo!

Keiko: Admirable… le ha salido a la primera… la fusión…

Brian se quedó prácticamente mudo, al igual que Viria, la que permanecía asombrada, asustada y maravillada a la vez.

Nilan: He realizado la fusión. Siento haberos preocupado de esa forma. Con esto el combate ha terminado.

Suly: ¿Qué ha terminado?

Mandrágora: ¡¡¡¡¡GHYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH!!!!!

Nilan observó con calma su nuevo aspecto, ignorando a su enemigo, quién se preparaba para lanzar nuevamente más semillas, si tocaba su cuerpo con sus raíces ardería, y el gas venenoso no volvería a funcionar.

Nilan: Te agradezco mucho que hayas sobrevivido al combate de hace un año y hayas vuelto a hacer acto de presencia. Nos has brindado una oportunidad para fortalecernos aún más. Gracias.

Y el cuerpo de Nilan desapareció, en menos de un instante apareció tras la criatura, a la que toco con la palma de su mano derecha y el monstruo comenzó a arder mucho más, sin embargo, Nil alzó su brazo y todas las llamas de la zona acudieron a él, deteniendo así el incendio que comenzaba a propagarse por los alrededores. La Mandrágora salió disparada en otra dirección, aterrorizada, quería huir, tenía que sobrevivir, aprendió la lección de no volver a meterse con ellos.

Nilan: Lo siento.

Pero era demasiado tarde. Su destino estaba decidido. Nilan apareció enfrente de la criatura, su velocidad debía ser increíble, de su mano derecha emergió una espada de llamas con la que realizó un fuerte tajo en el cuerpo del monstruo.

Mandrágora: ¡¡¡¡GHYAAAAAAAAHHH!!!!

La Mandrágora estaba perdida. Nilan extendió su brazo izquierdo, disparando una potente onda ígnea que golpeó a su enemigo, enviándolo a metros, puede que kilómetros de distancia y envuelto en llamas, ya no volvería a molestar jamás. El joven se relajó y las llamas se esfumaron de su cuerpo, volviendo a la normalidad.

Nilan: Buf. ¡Estoy agotado!

Viria: ¡¿Agotado!?!¡Si te hubiese llegado a pasar algo...! ¡No seas tan irresponsable!

Brian: Viria tiene razón, te arriesgaste demasiado ahí, podrías haberlo perdido todo.

Nilan: Pero si no me enfrentaba yo mismo al peligro, no tenía oportunidad de salvar a Paradox ni cargar con los ideales de Félix.

Suly: Pero tío… Nos tienes a nosotros, juntos podemos alcanzar la victoria.

Keiko: Cierto, si me permites expresar mi opinión, creo que ir por libre teniendo amigos así es una auténtica tontería, fracasarás tarde o temprano. Deberías contar más con tus amigos.

Nilan se arrepintió, logró alcanzar un nuevo poder pero podría haberlo perdido todo, tenía amigos y no los valoró en aquel momento. Tenían razón, no podía seguir así. La situación se le estaba subiendo a la cabeza, no podía cargar con todo él solo.

Suly: Si cargas con todo tú solo, terminarás como Félix.

Nilan abrió los ojos como platos. Suly tenía muchísima razón.

Nilan: Comprendo… gracias, estoy seguro de que si hubiese seguido así, no habría logrado nada. Gracias a todos.

Y se tiró al suelo de rodillas con ojos vidriosos.

Brian: En cualquier caso, debemos partir y seguir adelante. Bel nos estará esperando en la frontera, fue a comprobar la vigilancia que hay y cuándo se llevará a cabo la ejecución.

Keiko: Seguramente Ferión aumente la vigilancia en todo su territorio.

Viria: Es algo obvio, ¿no?

Suly: No perdamos más tiempo entonces. Arreando.

Nilan: ¡Vamos! ¡Todos juntos!

Y sonrió, todos le correspondieron con otra sonrisa, excepto Brian, que permaneció serio, y Viria, cuya sonrisa tenía un significado más profundo que las del resto. Así el grupo continuó su viaje, atravesaron el puente en el que se conocieron Suly y Nilan por primera vez.

Nilan: Aquí comenzó todo…

Viria: ¿Qué?

Suly: Cierto, yo iba a casa del viejo Paradox de vacaciones, pero por el camino me topé con Nil. Fue en este puente, cuánta nostalgia. Era tan pequeño, inocente y endeble… ¡Tuve que salvarlo de aquellos soldados!

Nilan: Y claro, ahí comenzó todo el viaje. Ha pasado mucho, jeje. No ha sido fácil pero… todavía estamos aquí.

Keiko: Interesante historia.

Viria se aproximó al borde del puente, observando así el vacío.

Viria: Entonces fue aquí donde todo comenzó. Si no hubiese sido por ti, Suly, no hubiera conocido nunca a Nil, ni a ti tampoco. Ahora mismo seguiría por ahí intentando ganarme la vida, robando sin parar y amargada. Gracias.

Keiko: Yo tampoco hubiese podido escapar de ese infierno, os estoy eternamente agradecida.

Brian sonrió por primera vez ante los comentarios nostálgicos de los muchachos.

Suly: ¿Brian está sonriendo?

Viria: Ver para creer, esa faceta dura tuya no es más que un cuento, ¿o me equivoco?

Brian se tapó la cara con la mano, avergonzado.

Brian: Bueno, bueno, todos nos emocionamos alguna que otra vez, ¿acaso yo no puedo? Venga, rápido, no podemos perder tiempo.

Nilan: Jejeje, no hay manera de que podamos perder, todas las historias tienen un final feliz, ¿verdad? Cuando todos seamos capaces de sonreír sin tener que pasar miedo por las noches, ahí será cuando por fin podremos sentirnos orgullosos de nuestros esfuerzos.

Suly: Al fin dices algo sensato, no podemos rendirnos.

Y el joven asintió de brazos cruzados.

Keiko: En fin, no podemos hacer esperar a la señorita Bel, debemos apurarnos.

Viria: ¡Es verdad, Bel! La pobre seguirá esperando allí, y eso que le dijimos que llegaríamos por la noche, me pregunto dónde habrá dormido.

Nilan: Pues rápido, ¡no perdamos más tiempo!



Infiltración en Ferión.
Spoiler: Mostrar
Y el grupo siguió adelante con determinación y valor, creían en la victoria, aquello no era fácil, y más sabiendo que se enfrentaban al mismísimo imperio. Atravesaron la frontera y llegaron a un pequeño pueblo, aquel que unía el reino de Ferión con Leithard, en teoría era allí donde quedaron en pasar la noche con Bel. Encontraron a la muchacha en la plaza, sentada junto a una fuente entre la muchedumbre. La presencia de los soldados también se hacía notar, por las calles transitaban muchísimos militares, aunque obviamente ninguno reconoció a los protagonistas, pues desconocían sus rostros.

El día estaba más soleado de lo normal.

Nilan: ¡Bel!

Bel: Oh, hola Nil, ¿qué os ha pasado qué habéis tardado tanto? He tenido que dormir aquí fuera toda la noche.

Viria: ¡Perdón!

Suly: Digamos que surgieron varios imprevistos sin importancia, lo importante es que te hemos encontrado y estás bien.

Brian: Entonces… ¿Has averiguado algo?

Bel: Sí, según tengo entendido la ejecución se llevará a cabo pasado mañana, es decir, dentro de dos días a esta misma hora y en el castillo. Ferión ha desplegado a muchísimos soldados para vigilar el reino, como veis.

Nilan: Bueno, contamos con tu ayuda Brian, no creo que vayamos a tener problemas para entrar en el castillo ese.

Brian: No os preocupéis por eso. Pues nada, no perdamos más tiempo, debemos ir de inmediato.

Suly: Esperad un segundo… Antes quiero advertiros de mi padre, el Capitán Barock…

Nilan: ¿Qué pasa con él, Suly?

Viria: Si es tu padre, podríamos tener un gran aliado más, ¿no te parece?

Suly: Ese es el problema, vamos a armar mucho alboroto, es evidente, y puede que decida obedecer las leyes antes que protegernos a nosotros…

Viria: ¿Y qué clase de padre es ese si se puede saber? Bueno, después de ver a los míos cualquier cosa es posible.

Suly: Os lo diré claro, si os encontráis con él, huid. No me gusta hablar mucho de este tema, pero ya estáis advertidos.

Keiko: Ninguno de nosotros conoce mejor que tú a tu propio padre, si lo dices es por alguna razón, lo tendré en cuenta en todo momento, descuida.

Brian: Si ya está todo solucionado, en marcha.

El grupo se alejó del pueblo hacia el sur, directos a la capital del imperio. Atravesaron senderos llenos de riachuelos y numerosos matorrales, se encontraron con algún que otro campesino y vieron paisajes realmente bellos. Era la primera vez que Nilan veía aquel reino con sus propios ojos, el joven no daba crédito a lo que presenciaba, la gente era realmente feliz, llevaban sus vidas con tranquilidad y filosofía. Entonces se preguntó, “¿Era ese el reino que quería destruir Félix?”. En efecto, no podía olvidar tampoco que muchas de esas personas vivían engañadas bajo una falsa ideología, era obvio que esa tal “Diosa” no existía, y los más poderosos la utilizaban para causar guerras en otras partes del mundo.

Nilan: Viven bien a costa de aniquilar otros reinos…

Viria: ¿Em? ¿A qué vino ese comentario ahora cari?

Nilan: Estaba pensando simplemente. La gente de Ferión parece vivir en tranquilidad, sin embargo las cosas en el exterior están fatal.

Viria se entristeció, era cierto, ella misma lo sufrió en sus carnes durante muchos años, esa pobreza a la que te condenaban para que un reino viviera feliz y al margen de las desgracias ajenas.

Viria: Sí pero... ¿No era eso lo que quería cambiar Félix? ¡Suly!

Suly: ¿¡Eh!? ¡¿Qué?!

Suly andaba sobre un tronco, sobre un pequeño riachuelo, con brazos cruzados, pensativo, inmerso en sus pensamientos. Fue a causa de Viria que se asustara y cayera al suelo, mojándose por completo.

Viria: ¿Por qué no le dices a tu padre que nos ayude? Eres su hijo, estamos haciendo esto para intentar cambiar las cosas. Eres el único que puede convencerlo.

Suly: Oh, eso… No creo que nos vaya a ayudar, en tal caso me intentará proteger a mí, pero a vosotros… eso es otra historia, y bien distinta.

Nilan: Ya lo pensaremos mejor, por ahora debemos seguir avanzando, mirad, ya ha pasado medio día, está empezando a anochecer aquí, deberíamos apresurarnos y encontrar un lugar en el que dormir.

Keiko: Sí, y nos queda mañana para llegar al castillo, cada segundo cuenta. Si el mago muere, todo habrá sido en vano.

Viria: Bueno, vale, venga, andando. Ya no diré nada más.

Suly: Ugh, y yo me he mojado todo, qué sensación tan desagradable e incómoda. En fin, todo sea por el viejo.

Y anocheció.

Brian: Bien, descansaremos aquí hasta el amanecer.

Suly: ¿Um? ¿Seguro que es lo correcto Brian? No podemos perder tiempo.

Keiko: Pero tampoco podemos perder fuerzas, si no descansamos no estaremos preparados, nos enfrentamos a aquellos de allí.

Y así la joven señaló al inmenso castillo que se veía en la lejanía.

Suly: Puf, no sé cómo va a terminar esto…

Viria: Esto es lo que hemos decidido, no puedes echarte atrás ahora, machote.

Suly: Ya, ya lo sé pero…

Nilan: ¡Pues a dormir!

Bel: Mirad, Nil no pierde tiempo.

Suly: A éste nunca se le acaban las energías.

Brian: Buenas noches.

El grupo así durmió bajo la luz de inmensidad de estrellas, incluso de la gran luna rosa que se vislumbraba en el cielo. Sólo tenían que atravesar unas pocas llanuras más y llegarían a la capital, desde allí se distinguía el enorme castillo de Ferión junto a centenares de edificios y casas a sus pies. Dos días después todo sería decidido, ¿qué les depararía el destino? Nadie tenía respuesta.

¿¿??: Psh, eh, Nil, ¡despierta!

Nilan: ¿Em? Quiero dormir.. un poquito… más…

Bel: ¡Qué te despiertes!, solo será un momento.

Nilan: ¿Bel?

El muchacho abrió con dificultad ambos ojos, aturdido y desconcertado, todavía era de noche y debía ser muy tarde ya. A su alrededor todos dormían como troncos, excepto Bel y él mismo.

Nilan: ¿Qué pasa?

Bel: Sssh, no levantes mucho la voz, ven conmigo.

Y agarró la muñeca del joven para llevárselo entre los matorrales a quién sabe dónde. Pocos minutos después el joven y su amiga se sentaron junto a un pequeño risco, los árboles los ocultaban en la penumbra de la noche, y ante ellos pudieron ver una lujosa, pero siniestra mansión. El jardín mal cuidado de la zona delantera tenía incontables tumbas, parecía un cementerio.

Nilan: Dime Bel, ¿qué ha pasado?

Bel: Es simplemente qué… desde que perdimos todo no hemos hablado casi, y claro, me gustaría saber qué ha sido de ti durante este tiempo, o qué piensas hacer con Cecil.

Nilan: No ha sido fácil, eso tengo que admitirlo, pero digamos que gracias a Paradox y a Suly pude seguir adelante, luego conocimos a Viria, y a Brian. Y más tarde me encontré contigo. Mi padre me dijo antes de sacrificarse por mí que tanto tú como Cecil habíais muerto… No podía con mi alma, no podía afrontar nada, era un niño, y puede que lo siga siendo, pero en aquellos que me ayudaron encontré la fuerza para seguir adelante.

Bel: Ya veo, ha sido muy difícil para todos. Yo pude ver como mis padres y los de Cecil morían ante nuestros ojos. No tuvimos otra opción, salimos corriendo de allí entre las llamas, aterrorizados… Los soldados nos persiguieron y finalmente…

Nilan: Te encontró el grupo de Félix, supongo.

Bel: Sí, se encargaron de los soldados y nos pusieron a salvo. No me hubiese alegrado de saber que Cecil iba a terminar por este camino.

La muchacha de oscuro y corto cabello comenzó a llorar, en silencio, sin embargo fue incapaz de contener sus lágrimas, estas brotaban de sus ojos sin cesar. Viria, que se había percatado de los movimientos nocturnos de los dos jóvenes decidió seguirles en secreto, esta escuchaba a escondidas entre las hierbas, sin perder detalle de la escena.

Nilan: No te preocupes Bel, ya verás, yo, Suly, el viejo Paradox y los demás nos encargaremos de que Cecil vuelva con nosotros. Ya se dará cuenta de que lo que hace no es correcto.

Bel: ¡Es que no lo es! ¡¿Acaso no lo ve?! ¡Es idiota!

Y se abrazó a sí misma, temblando por el frío.

Bel: Cecil es el peor que está, el que más ha sufrido con esto… Intenta de manera desesperada encontrar remedio a la situación y ayudarnos pero ya has visto, mató a Félix y tuve que abandonarle. No culparé a Chiu-Nan de sus acciones, ese hombre simplemente nos ayudó y Cecil le siguió, obsesionado… Yo le dije claramente que ayudaría pero que no me gustaban sus métodos, y me respondió: “Pues cuando vuelvas a encontrarte con tus viejos amigos, vuelve con ellos, nosotros no te haremos nada por ahora, si te sientes segura, quédate.”

Nilan: Oh, tenía una idea equivocada de ese tipo…

Bel: Bueno, a decir verdad al comienzo nos decía que tú nos habías abandonado por irte de aventuras con Suly y el mago por ahí. Y tú, Nil, estabas jugando con nosotros aquel día y tu padre te llevó a algún lugar, ¿qué sucedió ahí?

Esa última pregunta le desconcertó por completo, él no recordaba nada de que su padre le hubiese pedido ir junto a él.

Nilan: N-no recuerdo… Te parecerá increíble, Bel, pero yo no recuerdo eso. Es como si hubiese sido un bonito sueño todo aquello, sí, me acuerdo de esa tarde jugando con vosotros y lo siguiente fue el bosque en llamas y mi padre pidiéndome que viviera y escapara de allí.

Bel: Vaya, ¿será por lo del Oráculo este que no te acuerdas?

Nilan: He estado especulando yo mismo y creo que sí. Brian me dijo que fue mi padre quién me lo otorgó, yo no lo tengo físicamente, imagino que lo llevaré en mi interior o algo parecido.

Bel: En fin, no podemos seguir viviendo de esta manera, huyendo y luchando constantemente, Nil, yo no podré vivir así mucho más. Me terminaré volviendo loca.

Y se aferró con fuerza al cuerpo de su amigo, Viria se sobresaltó al ver esto último, estuvo a nada de salir de su escondrijo y apartar a Bel de su novio, sin embargo, fue incapaz… Comprendía perfectamente su sufrimiento, no era cuestión de celos ni amor, sino de confianza y tener gente para seguir adelante. Decidió permanecer un poco más allí, observando entre las sombras.

Bel: Aquel día…

Nilan: ¿Um?

Bel: … todo cambió.

* * * * *


Era mediodía, el Sol asaba más que nunca. Allí, frente a un corral de Kazurras abandonado cuatro chicos jugaban sin parar, divirtiéndose como todos los días hacían, como si no hubiese mañana, despreocupados. Eran felices.

Cecil: Oh vamos, ¿eso es todo lo que tienes Nilan? ¡A este paso hasta yo seré mejor guerrero que tú!

Nilan cayó al suelo, ensuciando sus ropas con tierra y barro, su palo de madera se separó inevitablemente de su mano. Cecil le había ganado en un duelo, éste también portaba otra rama en su mano derecha.

Nilan: ¡Eso no vale! Sabes que a mí no me gusta luchar, no soy un bruto.

Cecil: ¡¿Quéeeeeeeeeee?! ¡No digas excusas ahora, cobarde!

Nilan: ¡No son excusas, tonto!

Cecil: ¡¿Cómo te atrev-?!

Bel: Jajajaja, ¿has visto la cara de Cecil? Es que me meo… ay, no puedo… jajajajajaj..

Cecil: ¡Bel, ¿tú también?!

Nilan: ¡Tonto!

Cecil: ¡Ey!

Cecil se irritaba más y más a cada momento, aunque en el fondo era obvio que no se lo tomaría a pecho, simplemente estaban jugando como hacían siempre. Aquel era su día a día.

Nilan: Yo al menos he montado un pollo de esos, mi padre me enseñó, no como tú.

Y le enseñó la lengua, picando mucho más a Cecil.

Cecil: Psh, algún día yo también sabré montar en una, y mejor que tú.

Esteban: Cecil, no es para tanto, siempre saltas a la mínima, jajajajaj.

Esteban era otro buen amigo de Bel, Cecil y Nilan. Los cuatro juntos eran invencibles, eran un equipo imparable, al menos en sus historias ficticias de guerreros y dragones. Éste tenía un cabello color grisáceo, casi morado claro, muy claro, tez blanca y cuerpo algo robusto y fuerte.

Bel: Sí, Stev tiene razón, Cecil, a ver cuando maduras.

Cecil: ¡Mira quién fue a hablar! La que está siempre con que si su futuro marido será éste o aquel. ¿A quién le importa eso? ¿Eh? Tú y tus amigas sí que debéis crecer y madurar más.

Esteban: Cada uno es como es, nadie debería llamar a otro inmaduro porque todos cometemos errores, sin importar qué.

Nilan: Pues claro, tienes razón.

Cecil se llevó la rama a su hombro derecho, apoyando la misma en su cuerpo a la par que reflexionaba sobre las palabras de su amigo, incapaz de reprocharle nada.

Esteban: En fin, he de hacer cosas, mis padres quieren que estudie mucho y esas cosas, así que nos vemos.

Esteban se levantó del sitio y se marchó.

Esteban: Le diré a mi hermano Tom que venga a jugar con vosotros, si queréis. Hoy no tenía nada que hacer, creo.

Bel: Como prefieras, cuídate Stev.

Cecil: Adiós, sabelotodo.

Nilan: Jeje, adiós.

Esteban elevó su brazo izquierdo en señal de despedida, y sin mirar atrás volvió a su casa, la cual quedaba algo lejos de allí. Los tres jóvenes restantes permanecieron sentados en la sombra, a las puertas del corral.

Las horas pasaron.

Nilan: De mayor me gustaría ser como mi padre, me gustaría poder viajar por el mundo o algo, no tengo ni idea de cómo es, ¿será grande?

Cecil: Nunca hemos salido de aquí, yo también quiero verlo.

Bel: A mí no me importaría, con tal de vivir tranquila con mi familia soy feliz.

Cecil: Oh, qué perspectiva de la vida tan simple.

Bel: Sea simple o no, yo soy yo, y tú eres tú.

Nilan: Cecil, no empieces a meterte con Bel.

Cecil: No, no… no era mi intención, oh, mirad, aquel es Tom, el hermano de Esteban.

Bel: ¿Qué rápido ha llegado, no? El camino al pueblo es bien largo.

Nilan: ¡Tom!

Tom: Jejeje, ¡hola! ¡Me encontré a mi hermano de camino y me dijo que me estabais esperando!

Bel: Pues qué casualidad la verdad.

Cecil: Oye Tom, ¿luchamos?

Tom: ¿Qué? ¡Pues claro que sí!

Nilan: Eso de luchar es para brutos, yo me quedo con Bel.

Cecil: Haré como que no he oído nada, ¿okay?

Y así pasó el tiempo, ya sería la hora de la comida.

Bel: Bueno, creo que mejor me voy yendo, ¿nos vemos mañana? Tengo que estudiar mucho.

Cecil: Yo también, esto de estudiar es peor que la muerte.

Tom: Oh, mirad, ¿no es tu padre Nilan?

Nilan: Sí, es él, bueno, supongo que me tendré que ir, adiós chicos, ¡cuidaos mucho!

Daril: Hijo, ven, tengo que decirte algo importante…

Nilan: ¿Qué es padre?

Daril: Verás…

Y ambos se perdieron en la lejanía. Minutos después resonó por todo el valle una violenta explosión, la humareda provenía del pueblo, hacia dónde se había ido Esteban y dónde se encontraban sus padres, la escuela, todos sus amigos… Todo.

Cecil: ¡¿Qué ha sido eso?!

Bel: Tengo miedo… ¿Algún monstruo o algo?

Tom: ¡Oh, no! ¡Mirad mejor, es en el pueblo!

Y resonó otra explosión en el lugar, aquel último estallido fue mayor que el anterior. En la lejanía se escuchaban gritos. Otra explosión.

Cecil: ¡¿Qué está pasando?!

Tom: ¡Tengo que ir a ver a mi familia! ¡Quizás estén heridos!

Pero Cecil le agarró del brazo a Tom, impidiendo su huida.

Tom: ¡¿Qué haces?!

Cecil: No puedes arriesgarte, ¿y si te pasa algo?

Entonces una flecha cayó del cielo cual cometa en llamas penetrando así el tejado del antiguo corral.

Cecil: ¿Una flecha?

Tom: T-tengo miedo... ¡Debemos huir!

Cecil: ¡No, salvaremos a nuestras familias primero! No les abandonaré.

Y empuñó su rama con valor, segundos después se percató de que su arma era patética.

Bel: ¿Pero cómo vamos a?...

Y el corral estalló sin previo aviso, una enorme explosión destrozó toda la zona. Los tres jóvenes se levantaron tosiendo y debilitados, quizás algún hueso roto, pero se habían salvado de milagro.

Cecil: Mal… maldita sea… no lo vi venir…

Tom: Mi.. mi pierna…

Bel: ¡T-tom! ¡Cecil!

Por el mismo sendero en el que perdieron de vista a Esteban, tiempo atrás, aparecieron aldeanos asustados. Entre ellos estaban sus familias, huían desesperados de algo o alguien, y si observaban en la lejanía se percatarían de que el pueblo estaba completamente en guerra. Enormes columnas de humo se elevaban hacia el cielo entre gritos y explosiones.

Esteban: ¡Hermano! ¡Gracias a La Diosa que estás bien! ¡Debemos salir de aquí!

Esteban cargó con el cuerpo de su hermano Tom, dispuesto a llevarlo tan lejos como sus fuerzas lo permitieran. Los aldeanos comenzaron a dispersarse, dominados por el temor.

Cecil: ¡Mamá, papá! ¡¿Qué está pasando aquí?!

Bel: ¡Sí, tenemos mied-! M-miedo…

Antes de que sus padres pudiesen decir palabra alguna, varias flechas les alcanzaron junto a más personas, atravesando sus corazones y derramando sangre sobre la polvorienta tierra. Sus cuerpos cayeron al suelo, en sus ojos se notaba el arrepentimiento y la impotencia de haber dejado allí a sus hijos, no pudieron hacer nada por ellos. Probablemente serían los siguientes en caer.

Cecil: ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

Bel: No p-puede s-ser…

Esteban: ¡Debemos marcharnos, rápido, no podemos mirar atrás, yo os cubriré!

Cecil: ¡Vamos, Bel, rápido!

Cecil estaba desesperado y nervioso, se le notaba en su amargo tono de voz. El muchacho agarró a su amiga de la muñeca y se la llevó rápidamente hacia el bosque, junto a Esteban y su hermano. Varios soldados les persiguieron, finalmente, les dieron caza en medio del bosque.

Soldado: ¡Dos pájaros de un tiro!

Y disparó con su ballesta de acero y madera. La flecha a gran velocidad penetró la pierna izquierda de Esteban, el cual cayó irremediablemente al suelo junto a Tom.

Tom: ¡Hermano, por favor… por favor!

Esteban: ¡Salvaos vosotros! ¡Yo me encargaré de estos! ¡No tendré piedad, ni arrepentimiento!

Cecil: ¡Esteban!

Bel lloraba casi en estado de shock. Cecil cargó con el cuerpo de Tom a sus espaldas y se dispuso a marcharse junto a Bel hacia algún lugar, simplemente huían. Esteban se quedó allí, encarando a aquellos enemigos.

Esteban: ¡Malnacidos! ¡¿No os da vergüenza asesinar a niños y mujeres?!

Soldado de Ferión: ¡Jaaaaaaaajajajajajajajajajajaajaj! ¡Sois la peste, el mundo estaría mejor sin vosotros!

Soldado de Ferión: ¡Muerte a los traidores!

Aquel soldado asesinó a una joven adolescente que intentaba huir entre el follaje, en vano. Esteban comprendió que él sería el siguiente. Al menos su hermano y sus amigos pudieron seguir adelante, no tenía nada de qué arrepentirse, no le importaba sacrificarse.

Ellos debían vivir.

Soldado de Ferión: ¡Muérete de una vez, canijo!

Esteban: ¡No! ¡No pasaréis de aqu-¡

Una flecha atravesó su cabeza. Su cuerpo cayó de espaldas al suelo, muerto, en aquel bosque de llamas y sangre.

Soldado de Ferión: ¿No habían escapado otros gracias a él? ¡Nos ha hecho perder tiempo!

Soldado de Ferión: Las órdenes son las órdenes, debemos eliminarlos a todos.

Capitán Leonard: Y quién muestre piedad por un enemigo sufrirá el mismo destino que esta basura de Mystical.

Soldado de Ferión: ¡Ca-capitán!

Capitán Leonard: ¿A qué esperáis para cumplir con vuestro deber?

Soldado de Ferión: ¡Por supuesto capitán! ¡Vamos, en marcha!

Los soldados siguieron el mismo sendero por el que huyeron los amigos de Esteban. Por otra parte, unas fuertes explosiones cercanas llamaron la atención del Capitán Leonard. Se trataba de Daril, el padre de Nilan, aunque seguramente él no lo supiese. Ningún militar era capaz de igualarse al campesino, todos caían, uno detrás del otro, había que hacer algo.

Cecil: ¡Maldita sea! ¡Esteban no aparece!

Bel: Nuestras familias… Stev… todos nuestros amigos… ¿Y Nilan? Seguro que también…

Cecil: ¡No lo digas, Bel! ¡Seguro que está bien! ¡Lo acompañaba su padre!

Tom: ¿Y cómo se supone que vamos a escapar? La verdad, prefiero morir a vivir sin mi hermano…

Cecil: ¡¿Pero qué dices?! ¡Se sacrificó por ti! ¡No digas sandeces!

Tom: ¡Pero yo! ¡!

Cecil, que cargaba con el cuerpo de su amigo Tom, perdió el equilibrio durante unos instantes, extrañado miró hacia atrás en plena caída. En efecto, les encontraron, y era una flecha la culpable de que él perdiese el equilibrio, de hecho, Tom siguió pocos metros más hacia adelante con la punta clavada en su espalda.

Tom: ¡Aaaah…! ¡A-ayud… da! Por… por favor… No… n-no… qu-quiero mor… morir…

Bel: ¡Diosa mía!

Bel se llevó las manos a la boca entre lágrimas y lágrimas. Los jóvenes bajaban una cuesta en la profundidad del bosque, el suelo estaba repleto de ramas y hojas secas. Al caer Tom una pequeña humareda se levantó a causa de su cuerpo.

Cecil: ¡Nooooo! ¡Tom NO!

Soldado de Ferión: Uno menos, jejeje. Mi puntería es sublime.

Soldado de Ferión: Yo me encargo de los otros, será pan comido.

El soldado de la ballesta permaneció arriba, mientras que el otro, el cual portaba un sable, descendía lentamente hasta la posición de los traumatizados jóvenes.

Cecil: ¡No…! ¡No lo permitiré!

Bel: Cecil, es inútil, nos asesinarán… debemos rendirnos.

Y se desplomó en el suelo, abatida y sin esperanzas. A pesar de ello, su amigo no se rindió, miró con odio y furia a los militares, maldiciéndoles con los ojos.

Cecil: ¡Hijos de p-!

Soldado de Ferión: ¡Aaaaaarg! ¡¿Qué es esto?! ¡Serpientes! ¡Miles de serpientes! ¡¿De dónde han salido?! ¡No quiero que me coman!

El soldado de la ballesta comenzó a alucinar él solo, parecía ver serpientes pero ninguno de los presentes las veía. Definitivamente, se había vuelto majareta.

Soldado de Ferión: Oye, ¿qué demonios estás diciendo?

Entonces un joven apareció ante el soldado de la espada, que miraba en dirección contraria, observando con confusión a su compañero ya ido de la cabeza. Tardó al menos un segundo en percatarse de la presencia del nuevo individuo, con cabello marrón.

Soldado de Ferión: ¡¿Quién eres tú?!

El joven retrocedió sin mediar palabra y tras tocar el hombro del soldado hasta situarse a la altura de Cecil. De inmediato, el soldado comenzó a temblar él solo, agarró con fuerza su espada y se la clavó en su estómago, abriéndose en canal él mismo pues no parecía sentir dolor, para finalmente cortarse la cabeza, que rodó cuesta abajo. Aquel joven de cabello castaño tuvo el placer de aplastarla con sus botas. Respecto al soldado de la ballesta, terminó sufriendo un infarto y murió en la cima de la colina.

¿¿??: Dos menos, y vosotros… os he salvado el pellejo, no hace falta que me lo agradezcáis.

Cecil: ¿Eh? ¿Pero… tú quién eres?

Félix: Me llamo Félix.

Otro individuo apareció de entre las hierbas junto a una joven.

Chiu-Nan: Hemos llegado tarde, ¿habrán obtenido el Oráculo?

Dalia: De ser así, todavía tenemos una oportunidad para asesinar al que lo tenga y salir de este matadero.

Félix: Sí, ¿pero cómo averiguaremos quién lo tiene?

Chiu-Nan: Vamos a por Leonard, me pareció verlo cerca. Quizás él sepa algo, y hace mucho que no le veo.

Félix: Sabes que no será el único capitán que merodee por la zona, no podremos contra todos.

Cecil no perdió en ningún momento el hilo de la conversación, le sorprendía que aquellos individuos apareciesen de la nada y se enfrentasen contra los militares de Ferión, ¿quiénes serían? Por otro lado Bel se aproximó aterrorizada al cuerpo, o mejor dicho, cadáver de Tom. El joven estaba muerto.

Félix: Oh, un herido, yo me encargo.

Félix se aproximó al cadáver de Tom y lo examinó minuciosamente, pero sin resultados.

Félix: No se ha salvado… Si hubiésemos llegado unos segundos antes el resultado habría sido distinto, sin duda.

Bel: Tom… Al menos habrá que enterrarlo.

Cecil: ¿Y vosotros… quiénes sois? No parecéis apoyar al imperio, ¿podemos ayudaros?

Dalia: Vaya, vaya, mira al niño qué valiente.

Chiu-Nan: ¿Estáis seguros de que es lo que queréis? Nosotros lo único que haremos es enfrentarnos en batallas y más batallas a gente como esta. Es muy peligroso.

Félix: Chiu tiene razón, sois muy jóvenes, ayudarnos solo os llevará a una muerte segura. Huid ahora que podéis.

Bel: Pero no tenemos a donde ir tampoco, todos nuestros familiares, amigos, vecinos, conocidos… todos nos han dejado.

Cecil: Sí, estamos completamente solos a partir de éste punto…

Félix: ¿Chiu, Dalia?

Dalia: Es decisión suya, si están tan seguros de querer ayudarnos, no tenemos razones para rechazarlos.

Chiu-Nan: Opino lo mismo que Dalia, puede ser peligroso, pero si realmente no tenéis a donde ir nosotros podemos ayudaros hasta que tengáis medios para sobrevivir por vuestra cuenta.

Bel: ¡Gracias! ¡Muchísimas gracias!

Cecil: Y estáis contra estos tipos, ¿cierto? Os ayudaré en vuestra tarea.

Cecil observaba el cadáver de Tom con tristeza, apretó los puños con fuerza, lleno de ira y deseos de vengar a sus compañeros caídos. Bel por su parte rompió a llorar.

* * * * *


Bel se agarró con fuerza al brazo de Nilan bajo las estrellas.

Bel: Fue tan duro para nosotros… Fue horrible, una pesadilla en vida.

Viria, que todavía se encontraba oculta espiando sin permiso la conversación de ambos se arrepintió de pensar mal sobre las intenciones de Bel, era obvio también que Nilan la quería a ella misma, no le pondría los cuernos ni nada parecido. Fue tonta por desconfiar, pero cautelosa también.



El Plan.
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Había pasado al menos media hora cuando de pronto de aquella extraña mansión pareció salir alguien por la puerta principal. Eran dos hombres de ropas oscuras y voluminosas. Ambos individuos mantenían conversación pero desde tal distancia, los jóvenes ocultos entre los árboles no llegaron a escuchar prácticamente nada. Los nuevos individuos se aproximaron entonces a la verja de hierro, situada en la entrada atravesando el cementerio.

Cornelius: Pues nada, como ya has visto todo va perfectamente. Ha llevado mucho tiempo pero el proyecto está completo, ha pasado la fase final de su desarrollo con éxito.

Magnus: Lo sé, no te preocupes. En cualquier caso… Me gustaría que te quedases vigilando esto, no sé cuándo podré volver, y tampoco digas nada sobre mí a los capitanes.

Cornelius: Claro, que tenga buen viaje señor Magnus.

En efecto, Nilan y Bel fueron incapaces de reconocer a nadie pero no fue el mismo caso para Viria, esta última sabía de aquel tal Magnus, lo conoció en Lemuria. Todavía recordaba cómo éste le entregaba todas las pertenencias de su novio y desaparecía en menos de un pestañeo ¿Qué se tramaba entre manos aquel individuo? ¿Había sido casualidad toparse con él en ese preciso instante? Lo más probable es que sí, y eso era un golpe de suerte para ella.

Magnus: Nos vemos.

Magnus partió a pie a quién sabe dónde, perdiéndose en la penumbra. Cornelius por su parte se atrevió a dejar la verja metálica abierta a la par que volvía a internarse en la mansión, cualquiera que pasase por allí podría entrar sin problemas, ¿pero para qué quería nadie entrar en un cementerio? Pues Viria sí tenía curiosidad por entrar, quería averiguar cosas sobre aquel tal Magnus. La muchacha, con extremo sigilo y habilidad, logró llegar hasta la entrada, adentrándose con cuidado en la niebla y las tumbas.

Bel: Oh, ¿no es esa Viria? ¿Para qué entra ahí?

Nilan: ¿Viria? Es cierto, es ella. ¿La seguimos Bel? No, podría ponerte en peligro, tú quédate aquí. Voy tras sus pasos.

Bel: ¿Pero qué? No, yo iré contigo. No volveremos a separarnos como en aquel entonces. No debes tampoco subestimar mis habilidades, yo te protegeré.

El joven no tenía opción, tras rascarse la nuca y reflexionar un poco, accedió a la petición de su amiga.

Nilan: Bien, pues vamos allá, yo voy delante por si acaso.

Y ambos decidieron adentrarse en el cementerio tras los pasos de Viria, la cual desapareció entre la niebla y la oscuridad. Nadie más en el grupo se había percatado de nada, estaban todos bien dormiditos.

Viria: Veamos lo que tienen estos tipos montados aquí dentro. No me fío un pelo de ese Magnus.

Susurró para sí misma, la puerta principal de la vieja mansión estaba abierta y no había rastro del otro sujeto que parecía estar dentro del edificio, por lo que la joven se internó sin saber que sus dos amigos la estaban siguiendo, aunque estos últimos la perdieran de vista. Viria nada más entrar accedió a un gran Hall, bastante descuidado, alfombras rotas, candelabros que fueron arrancados de cuajo del techo y ahora permanecían incrustados en la madera del suelo… Polvo y suciedad por todos lados, incluso cucarachas, ratas y numerosos insectos o alimañas habitaban la zona. ¿Qué camino había tomado aquel individuo?

Viria: ¡Por allí!

Gracias al chirriante sonido de una puerta metálica al fondo de un oscuro pasillo situado en la zona izquierda del Hall, la muchacha logró avanzar y escabullirse entre las sombras. Por otra parte, Nilan y Bel se adentraron en el cementerio, atravesaban las tumbas bajo la oscuridad y la niebla sin ver prácticamente nada, hasta que el dúo se topó con una trampilla de madera abierta. ¿Había entrado Viria por allí?

Nilan: Seguro que Viria ha entrado por aquí, mucho cuidado Bel, no bajes la guardia.

Bel: No, estaré atenta.

Y se internaron por ella hacia el subsuelo. Viria entre tanto terminó accediendo a una especie de laboratorio subterráneo. En la nueva sala, igual de descuidada que el resto de la mansión, pudo ver incontables tubos de cristal y en cuyo interior se alojaba un líquido azul viscoso fosforescente, la mayoría de tanques estaban vacíos, pero allí, entre la multitud, pudo ver en el interior de unos pocos Mandrágoras o crías de estas entre otras extrañas criaturas flotando en la sustancia. ¿Qué demonios se estaba llevando a cabo allí dentro? El compañero de Magnus pareció coger las llaves de una mesa metálica y oxidada, para volver sobre sus pasos. Inevitablemente terminaría topándose con la joven.

Viria: Mierda…

Hasta que una puerta al fondo del oscuro laboratorio se abrió de par en par, sobre unas escaleras. Por ella se asomaron Nilan y Bel, Viria también se sobresaltó. Cornelius inmediatamente se giró asustado, primero hacia la puerta, y luego hacia atrás para contemplar a la joven.

Cornelius: ¡Pero bueno! ¿¡Qué está pasando aquí!? ¡Los niños no deben entrar aquí!

Nilan y Bel: ¡Viria!

Viria: Lo siento mucho señor, estábamos jugando al escondite y pensamos que esto estaba deshabitado, lo sentimos mucho, de verdad.

Viria juntó sus manos y se inclinó a modo de arrepentimiento, mintió descaradamente. Para ella esas situaciones ya eran normales.

Cornelius: ¿¡A estas horas de la noche jugando!? ¡A mí no me engañáis! ¿¡Quiénes sois!?

Viria: Pues yo me llamo…

Viria rápidamente se abalanzó contra el hombre de piel pálida, empujándolo contra uno de los tanques o tubos que contenían líquido. El cristal se agrietó, un chorro de sangre emergió de su cabeza y la sustancia brillante se derramó sobre él junto con la mandrágora del interior, que no se movió, parecía estar muerta.

Cornelius: ¡Aaah! ¡Maldita!

Viria: ¡Chicos, por aquí!

Nilan y Bel no esperaron y huyeron del lugar tras Viria, no importaba si la habían seguido, en ese momento lo importante era salir de allí con vida. Para lo poco que había estado, aquel lugar ya revelaba muchas cosas. Al fondo del pasillo desde el que venían, pudieron escuchar un grito de dolor y furia, seguido de impactantes palabras.

Cornelius: ¡¡NO ESCAPARÉIS, OS PERSEGUIRÉ!!

Pero gritaba en vano, los jóvenes llegaron al Hall dejando muy atrás al tipo. Allí Viria se giró indignada hacia su chico.

Viria: ¡Pero bueno! ¿¡Para qué entráis aquí!?

Nilan: Lo mismo podríamos decirte, Viria.

Bel: Te vimos entrando en la mansión detrás de ese hombre. ¿Hay algo aquí que te involucre?

Viria: ¡Jum! ¡Pero tendríais que haberme avisado! ¡Y puede que haya algo!

Entonces una corriente de viento recorrió el Hall, elevando todo el humo del piso y cerrando de golpe las puertas principales, ahora sí estaban encerrados y en la más completa oscuridad, lo único que llegaban a escuchar era el silbido del viento proveniente del exterior.

Cornelius: ¡NO SALDRÉIS DE AQUÍ!

El furioso hombre llegó al Hall a través del pasillo y levitando en el aire, de brazos cruzados y mirada siniestra.

Viria: ¿Sabes? Es de mala educación preguntar el nombre de alguien cuando tú mismo ni te has presentado.

Bel no pudo evitar soltar una pequeña risa ante la burla de su amiga, emoción que bloqueó tapando su boca con una de sus manos.

Cornelius: Me llamo Cornelius, soy el mago más poderoso del Reino de Ferión, y ninguno de vosotros escapará de aquí a menos que me deis una buena explicación. ¿Quiénes sois?

Nilan: Oye, todas esas mandrágoras del sótano… ¿Acaso la del Bosque de Leithard tiene que ver con ellas? El viejo Paradox, incluso Brian, se extrañaron porque hubiese una allí.

Cornelius: ¿Um? ¿Cómo sabéis que en el Bosque de Leithard hay una? En cualquier caso, quién sabe si estará relacionada con las del sótano. Por otro lado… ¿Conocéis a Paradox? ¿El Sapien? Lo ejecutarán en nada prácticamente. Jum, puede que especule demasiado pero… ¿podría preguntaros más acerca de vuestras vidas?

Viria: ¡Lo sabía! ¿No bastaba con decirle que somos unos niños perdidos jugando al pilla-pilla? Bueno, vamos a intentarlo… Ejem, ejem, señor, somos unos niños perdidos, estábamos jugando al pilla-pilla y…

Cornelius: ¡Basta! No permitiré que salgáis de aquí, al amanecer os entregaré a los imperiales y ellos sabrán qué hacer.

Nilan: No nos detendrás, no lo han hecho hasta ahora, tú no vas a ser la excepción.

El joven desenfundó su espada, incitando a Cornelius a atacar.

Viria: ¿Atacarás a unos pobres niños?

Cornelius: ¡Sí! ¡Drácula, a mí!

Una enorme cortina de viento oscuro comenzó a formar un torbellino en el centro del Hall, elevando en el aire copas, sillas y demás utensilios, para finalmente desaparecer y dejar tras de sí a lo que venía a ser un vampiro. Pálido, canoso, elegante y terrorífico. Vestía traje y corbata, además de portar a su espalda alas negras, encargadas de cubrirle el pecho y el estómago, como el azabache.

Cornelius: ¡No saldréis de aquí! ¡No después de haber visto tanto!

Viria no aguantó más, antes de entablar combate tenía que soltárselo. Tenía que preguntarle acerca de aquel tal Magnus.

Viria: ¡Espera! ¿¡Qué pinta Magnus en todo esto!?

Esa última pregunta sí dejó a Cornelius asombrado, éste permaneció mudo unos instantes, pensativo y con los ojos abiertos como platos.

Cornelius: ¿Incluso de Magnus sabéis? No sois unos adolescentes normales… Quizás el hecho de que ese Paradox vaya a ser ejecutado y vuestra presencia aquí no sea coincidencia después de todo, en ese caso, ha sido un milagro que osarais entrar aquí, así podré deteneros.

Viria: No, nosotros no tenemos nada que ver con ese…

Nilan: ¡Sí, venimos a salvar a Lauzaliet! ¡Y venceremos a cualquiera que quiera impedirlo!

Viria: ¿¡Pero qué!?

Bel: Jajajaj, bueno, ya no hay marcha atrás.

Cornelius: Pf, no me subestiméis…

Cornelius de inmediato pareció fusionarse en una nube de humo negro con lo que parecía su invocación, sin embargo Nil hizo lo propio con Ifrit y ni siquiera necesitó invocarlo. El cuerpo del joven se rodeó de llamas y antes de que nadie pudiese ver el nuevo aspecto de Cornelius, una inmensa llamarada invadió todo el Hall, abrasando cualquier cosa que se interpusiese delante. Quemó las puertas principales y lograron salir, ya no había rastro de ese tal Cornelius. Las llamas desaparecieron del cuerpo de Nilan.

Viria: ¡Qué bestia! Podríamos haberle sacado más información.

Nilan: Oye Viria, ¿de qué conoces a ese Magnus? ¿Por qué te infiltraste aquí? No deberías haber ido por tu cuenta.

Viria: Bueno… digamos que tengo asuntos pendientes con ese Magnus, en cualquier caso, tenemos que volver.

Bel: Sí, los demás estarán durmiendo y pronto amanecerá.

Cornelius: ¡NO SALDRÉIS DE AQUÍ! ¡DEBO DETENEROS!

Los gritos desesperados de aquel hombre emergieron de entre las llamas, junto con su cuerpo, completamente abrasado y herido, pero todavía vivía.

Cornelius: Arg… No permitiré… No… Deteneros… debo… ¡Pistacho Demoledor!

Viria: ¿Qué acaba de decir?

Nilan: Algo de un pistacho.

Bel: A mí me gustan los pistachos.

Y un enorme temblor hizo tambalearse a los tres jóvenes, por suerte ninguno cayó al suelo. De entre las tumbas emergió una enorme criatura con cuerpo gelatinoso, color verde, marrón y gris. Una auténtica aberración amorfa que podía medir perfectamente tres metros y medio de altura. Tenían que vencerla si quería salir de allí.

Nilan: Esto no será un problema… ¡Aah!

El chico cayó al suelo, agotado y cansado, haber utilizado la fusión aunque hubiese sido por un instante, había provocado severos efectos secundarios. Apenas era capaz de moverse, una fuerte punzada en el pecho, más exactamente en la zona del corazón, logró tumbarlo de golpe.

Viria: No vuelvas a usar la fusión de golpe, ¿promesa?

Nilan: Bien, pro-prometido…

Bel: Debes confiar más en tus aliados, y en ti mismo, no hace falta que te sobre esfuerces.

Viria: Ojalá eso se le metiera en la cabeza.

Nilan: ¡Vale, ya está bien! Lo pillo, a por él pistacho moledor este, juntos. Somos un equipo.

Cornelius: Comencé con éste proyecto hace un año aproximadamente, logró llegar a su fase final de desarrollo con éxito, y Magnus lo necesita… Ugh… ¡Mátalos!

Cornelius apenas se podía sostener en pie, la mansión estaba completamente en llamas, varios trozos de madera cayeron entre él y la salida, obligando a este a caer al piso sin fuerzas, agotado. Su cuerpo desapareció de la vista entre los escombros. Bel de inmediato invocó unas pequeñas hadas que rodearon con su polvo mágico a sus compañeros y a ella misma, dando vueltas en círculos sobre ellos. Nilan agarró con fuerza su espada, y Viria sacó dos dagas, preparada.

Nilan: ¡Al ataque!

El monstruo gelatinoso se movió con brusquedad, aplastando agresivamente con sus enormes miembros viscosos la entrada a la mansión. Por suerte Viria y Bel aparecieron tras la criatura gracias a las sombras de la joven pelirosa, era de noche por lo que podían desplazarse a cualquier punto del escenario. Nilan por su parte se encargó de bloquear la enorme masa de moco con su espada, ofreciendo toda la fuerza y resistencia que podía para no ser aplastado en el suelo cual insecto.

Nilan: ¡Aaaaaaaaah!

Gritó para coger fuerzas y valor. Finalmente apartó la enorme masa que lo intentaba aplastar, pero apenas le quedaba energía. Envolvió su espada en llamas y se lanzó directamente a por la criatura, que se dedicó a avanzar rápidamente hacia el joven para liquidarlo.

Nilan: ¡Ha! ¡Toma esto!

El Pistacho Demoledor arremetió con todas sus fuerzas de manera violenta, intentando acabar con la vida de Nilan. Fue gracias a su espada en llamas que logró hacer retroceder a la criatura, incluso provocar críticos cortes en su superficie, derritiéndose.

Nilan: ¡El fuego lo derrite!

Viria: Bel, ¿no puedes invocar nada que escupa fuego o algo así?

Bel: ¿Algo que escupa fuego? Sí, creo que tengo algo…

Bel se concentró juntando las palmas de sus manos, un círculo color rojo con el símbolo de un ave apareció mágicamente a sus pies, al instante un graznido resonó en el cielo. Un Fénix.

Viria: ¡Es precioso!

Bel: Pues escupe fuego.

Mientras Nilan hacía lo que podía para no ser aplastado, llegando al límite de sus fuerzas, el ave Fénix, radiante y majestuoso, escupió a través de su boca una intensa llamarada, similar a un lanzallamas, directa a la cabeza del enorme moco gigante y derritiéndolo en el acto. El monstruo intentó por todos los medios evitar su inevitable destino, pero fue demasiado tarde… Fracasó, la amorfa forma de vida terminó transformándose en un charco de agua en el suelo con una pequeña semilla en el centro. El ave Fénix por su parte se desintegró a sí misma, dejando tras de sí una pluma roja que cayó en manos de Nilan.

Nilan: Oh…

Viria: Ha sido increíble, Bel. Con tu ayuda, nada nos podrá detener. Estoy convencida de ello.

Bel: Tampoco era para tanto, mujer.

Nilan: Bueno, todavía no ha amanecido, creo que va siendo hora de irse a dormir.

Viria: Cierto, tenemos que estar en forma para no pifiarla. Venga, vamos.

Bel: Esto… ¿y qué hay del Cornelius ese?

Viria: Será mejor dejarlo ahí, nadie lo echará en falta.

Y el grupo pudo descansar esa noche y proseguir su camino al amanecer, lo sucedido en aquella mansión lo supieron únicamente los tres que protagonizaron la escena.

Amaneció. El sol apenas brillaba en el cielo, los oscuros nubarrones se esforzaban por ocultarlo. El grupo entonces decidió parar bajo unos árboles a petición de Brian, a lo lejos podían ver perfectamente varias llanuras y granjas seguidas de la capital, enormes edificios, y la gigantesca silueta del castillo. Allí estaba Lauzaliet.

Brian: Antes de proseguir, me gustaría explicaros la estrategia que seguiremos de aquí en adelante.

Suly: Pero antes de nada, deberíamos ponernos en situación. Lauzaliet está atrapado en ese castillo del fondo, mañana a esta misma hora será su ejecución y morirá. Nosotros debemos evitar eso a toda costa. Nos enfrentamos al mismísimo imperio de Ferión, no recibiremos ayuda de ninguna clase y tendremos que salir del castillo con el viejo sano y salvo.

Keiko: No será fácil, en absoluto, pero sí será divertido combatir.

Viria: Keiko, esto no es un juego, nuestra situación es bastante seria.

Keiko: Lo sé, soy consciente de ello. Pero entonces, si tanto os intimida, ¿por qué no rechazáis la idea de salvarlo?

Suly: Será absurdo, después de ejecutarlo irán a por nosotros. Nos cargamos a Leonard y a Ridley, en teoría, así que nos buscarán hasta el fin de los días.

Keiko: Claro, entonces esta es nuestra única oportunidad. Un ataque sorpresa, pero muy, pero que muy arriesgado.

La muchacha de cabello dorado se cruzó de brazos, pensativa y preocupada. Comenzó a llover, el olor a hierba fresca y húmeda inundó sus fosas nasales. Suerte que las hojas de los árboles les protegían de las gélidas gotas de agua.

Viria: Sí, si nos capturan aquí estaremos todos muertos, será nuestro final. Pero no nos queda de otra…

Bel: Y no hay que olvidar tampoco a los capitanes, ¿de verdad podremos con ellos en la hora del enfrentamiento definitivo? Yo haré lo que pueda por protegeros.

Además, las ojeras de Nilan, Bel y Viria eran exageradas, a ojos de los demás no parecía que hubiesen dormido bien.

Suly: A decir verdad, no podemos vacilar, ni huir, en ningún momento tenemos que actuar de manera egoísta o de lo contrario nos capturarán. Tendremos que hacer piña con la ayuda del viejo.

Nilan: Pero Suly, ¿acaso has pensado en cómo entrar y cómo salir? No sabemos dónde van a ejecutar a Paradox.

Brian: Es mi turno de intervenir, entonces. El objetivo está claro, también está claro a qué clase de enemigos nos enfrentamos, estamos concienciados de ello. Puede que alguno de nosotros muera ahí dentro mañana, puede que no logremos escapar ninguno y nos torturen hasta el fin de los días. Nilan, tú tienes el Oráculo, si nos capturan, será el final de todo. Les estamos sirviendo en bandeja de plata el objeto sagrado. Ahora bien, yo conozco este lugar, así que seré yo mismo el encargado de planear una estrategia para infiltrarnos y salir de allí lo más rápido posible.

Suly: Yo sé dónde van a llevar a cabo la ejecución, Nil, no te preocupes por eso.

Nilan simplemente asintió con determinación.

Brian: En primer lugar utilizaremos capuchas para ocultar nuestros cuerpos, y si podemos, los rostros. La vigilancia será extrema y puede que llamemos la atención, pero con suerte podremos colarnos entre la multitud e infiltrarnos por los suburbios de la capital. Allí hay una entrada a las mazmorras del castillo, esa zona está deshabitada porque está infestada de monstruos, y la zona de las mazmorras a las que conduce la entrada también. Si tenemos suerte podemos pillar a Lauzaliet antes de que se lo lleven, pero dudo que sea el caso, así que nos las apañaremos ahí dentro para alcanzar el punto de destino.

Viria: ¿Y no habrá guardias en las mazmorras? Desde que nos vea uno, nos verán todos.

Brian: No, no te preocupes por eso. Como he mencionado antes, esa zona está deshabitada, no tiene vigilancia alguna por el riesgo que conlleva, no habrá guardias, te lo puedo asegurar. Y bien, ahora debemos saber en qué zona exactamente será ejecutado Lauzaliet.

Suly: Pues es en el gran estadio o coliseo del castillo, todo el mundo puede comprar una entrada en diversos puntos de la ciudad y entrar allí directamente, pero en nuestro caso… eso será imposible, la vigilancia allí será extrema. Si vamos a ir por las mazmorras, creo recordar que había una zona subterránea en la que existía una especie de tren antiguo que comunicaba con distintas zonas del reino.

Keiko: Si subimos a ese tren... ¿Dónde acabaremos? ¿Cómo sabes que nos dejará en nuestro destino?

Suly: Um, creo recordar haber estudiado su funcionamiento en la escuela, no resultará complicado. Y claro, el tren nos dejará en el interior del castillo. Como todos los guardias van a estar afuera tendremos vía libre, supongo.

Viria: ¡Perfecto! ¿Y si me cuelo yo por la entrada principal? Así podré analizar mejor la zona.

Bel: ¿Y cómo nos avisarás Viria?

Suly: Se supone que hay varias entradas desde el castillo al coliseo, simplemente tiene que venir a hablar con nosotros y listo.

Keiko: ¿Y cómo saldremos luego? Armaremos demasiado alboroto, estará lleno de militares y capitanes, salir de allí será imposible.

Suly: Podemos tomar la misma ruta, el tren.

Viria: ¿Y si mediante hechizos destruyen el tren? Nos quedaríamos sin salidas.

Brian: Conozco una ruta para salir, el padre de Suly, el Capitán Barock, me la mostró en una ocasión. Hay que subir hasta los niveles medios del castillo, y una vez allí, hallar una estatua de La Diosa que nos llevará a un inmenso túnel. Acabaremos en las llanuras del Este de Ferión.

Suly: Anda, yo no sabía sobre eso.

Viria: Bien, entonces ahora nos falta valor y coraje. Y dos ovarios bien puestos.

Keiko: No será fácil…

Bel: Podremos con ellos, ya veréis.

Suly: ¿Nil? Has estado callado casi todo el tiempo. No es normal.

Todos observaron a Nilan con confusión esperando una respuesta por su parte. Éste tenía los ojos cerrados y brazos cruzados, pensativo. Hasta que al fin mostró sus pupilas, dispuesto a hablar.

Nilan: Mmm, por mi parte… Yo no me rendiré en ningún momento. Si le tengo que partir la cara a Zack o a Barock, así lo haré, hasta que me quede sin fuerzas. Y también cuento con vuestra ayuda, nuestra voluntad podrá con todo. Os lo digo yo.

La determinación que mostraba Nilan era de admirar, las dudas que asustaban los corazones del grupo se fueron disipando con sus palabras.

Nilan: Tenemos a Brian también, y a Paradox. Tenemos varios medios para escapar del castillo, somos realmente fuertes. Nadie se imaginará un rescate sorpresa. Somos, y seremos imparables. Pero antes de partir, me gustaría conocer más de Ferión, su historia.

Suly: De verdad… La confianza que tienes en ti mismo, Nil, es asombrosa.

Keiko: Cierto, desde tu punto de vista parece algo realmente fácil. Simplemente tenemos que darlo todo.

Bel: Claro que sí, no podemos abandonarnos a estas alturas. O lo hacemos, o no lo hacemos.

Viria: Tal y como era de esperar por parte de mi chico.

Todos estaban convencidos de su victoria, ¿pero de verdad iba a ser tan fácil? No lo sabrían hasta que lo intentaran de verdad.

Brian: ¿La historia de Ferión? Mmmm, el Reino de Ferión es lo que es hoy gracias a que ha corrido mucha, muchísima sangre. Hace siglos, siglos, puede que miles de años, este lugar estuviese habitado por distintas tribus, veneraban cada una a sus dioses, sus deidades, y los conflictos y la muerte era el pan de cada día. Con el tiempo y los años muchas tribus fueron cayendo, desapareciendo y siendo exterminadas en su totalidad. Mientras que las más fuertes elaboraban acuerdos de paz para adquirir más poder. De esa manera, muchos fallecieron impotentes, incapaces de hacer nada, por muy nobles que fuesen sus ideales, en contraposición, los más fuertes prevalecían y así se fueron fundando las ciudades y los pueblos. Ya os expliqué en una ocasión que gracias a una estatua de La Diosa en unas ruinas y al descubrimiento del Oráculo, el Reino de Ferión adquirió valores distintos a los que poseían las tribus en un comienzo, La Diosa sería la deidad suprema, y todos los que se opusieran a ella… atentaban contra la vida y la paz. Ferión ha mantenido el sistema impuesto desde antaño por las tribus más poderosas, el pueblo trabaja y trabaja, mientras que los militares son los que gobiernan, es imposible ascender socialmente, pero sí es posible descender. Hay un Primarca, aquel que controla las leyes, el ejército y la economía del reino, luego están las llamadas “Casas Reales”, que no son sino… digamos, tribus, que tienen un estatus muy superior al del resto de la población. Los miembros de las Casas Reales pasan a ocupar altos cargos en la sociedad, aunque sean unos completos ineptos, por ejemplo, cada Capitán representa una casa, y cada casa tiene que velar para que los secretos del imperio no salgan de la cúpula. La Hechicería de La Orden también se divide en las Casas Reales, cada casa está destinada a entrenar y desarrollar una magia e invocaciones concretas. Una se dedicará a la Hechicería Verde de La Orden, otra a la Naranja, y así. Aunque claro, dependiendo del individuo esto puede variar.

Suly: Mi padre utiliza Hechicería Morada, y yo utilizó Hechicería Naranja y Morada.

Brian: Exacto, de ahí a que el Capitán Leonard se obsesionase con encontrar un humano capaz de dominar todas las Hechicerías, el resultado de sus experimentos fueron Chiu-Nan y Zack.

Nilan: El Capitán Zack… ¿es capaz de usar cualquier Hechicería? Me abruma el solo pensarlo. ¡Pero aun así! ¡Eso no nos detendrá! Ningún experimento raro nos echará atrás, ¿qué pensarían Félix y Dalia? En cualquier caso, muchas gracias por la clase de Historia, Brian. Yo estoy listo para partir.

Viria: Yo tengo una duda, si Lauzaliet está en las Mazmorras, ¿por qué no nos infiltramos a la de ya y lo sacamos de allí antes de que sea ejecutado?

Los ojos de todo el grupo se abrieron como platos, ninguno se había planteado aquella posibilidad.

Keiko: Tienes razón, debemos apurarnos entonces.

Brian: Bien pensado…

Bel: Así evitaremos muertes innecesarias, sí.

Suly: Vale, mejor así, la idea de volver a ver a mi padre y tenerlo como enemigo me aterrorizaba. Por mí adelante.

Viria: Pues en marcha.

Nilan: Siempre juntos.

Y todos asintieron. Pusieron marcha a la capital del imperio, preparados para aceptar su destino.



Las Mazmorras.
Spoiler: Mostrar
La vigilancia en la ciudad estaba por las nubes, sin duda. Soldados por aquí y por allá, incluso los habría disfrazados de aldeanos comunes. Todo el mundo no paraba de hablar sobre la ejecución que se llevaría a cabo al día siguiente. Desde jóvenes repartiendo periódicos por las calles intentando ganarse la vida con aquellas noticias hasta gente que simplemente ignoraba el evento. El grupo de protagonistas se alojó para descansar en una posada del centro de la ciudad, los precios estaban regalados, y el lugar estaba repleto de extranjeros provenientes de otros reinos.

La ejecución de aquel que había atentado contra el mundo entero por querer robar el Oráculo en el pasado circuló por todos lados. Sin embargo, Ferión manipulaba muy bien la información, pues Lauzaliet no pretendió en ningún momento amenazar a nadie.

Viria: En fin, ¿por dónde quedaban las mazmorras esas?

Brian: Mejor será que descanséis, de camino aquí os estabais cayendo debido al agotamiento.

Suly: Mirad las ojeras que tenéis. No podemos entrar así en el castillo. Ni de coña.

Nilan: ¿Ojeras? ¡Pero Paradox!

Brian: Descansad, parece que no habéis dormido bien, incluso yo estoy algo agotado. Podemos infiltrarnos a la noche.

Bel: A la noche es mejor, ¿no? Nadie nos verá.

Nilan: Bu-bueno, vale, echemos una cabezadita un rato.

Brian: Yo también me voy a echarme una siesta, puede que sea la última.

Y así descansaron todos y todas con calma y paciencia antes de aceptar la batalla final que estaba por avecinarse.

Chiu-Nan: Mañana…

Cecil: Lo sé, estoy preparado para todo. Si sabes distintos atajos para entrar en el castillo no nos será complicado sacar de ahí al viejo ese.

Chiu sonrió, asombrado por lo optimista que era Cecil con la situación que se les venía encima.

Chiu-Nan: Ya tengo en mis manos las entradas para mañana, asistiremos en primera persona al espectáculo.

El dúo se encontraba esa tarde en la capital de Ferión, encapuchados de pies a cabeza y en un callejón oscuro.

Cecil: Pues volvamos al hotel, allí descasaremos hasta que amanezca.

Chiu-Nan: Cecil, no hagas nada precipitado, ¿entendido?

Cecil no respondió, se limitó a observar con prepotencia a su aliado unos segundos, pensativo, quizás estuviese a punto de decir algo, sin embargo cambió de idea en el último momento.

Chiu-Nan: Te conozco, cuando no dices nada es que piensas hacer lo que te venga en gana. Eso sucedió con Félix.

Cecil: ¿Vas a seguir recordándome a ese todos los días? Está muerto, déjalo descansar en paz.

Y se marchó por su cuenta. El hombre mayor permaneció un rato más allí, dubitativo. ¿Las cosas saldrían bien? Costaba imaginarlo pero nada podía perder, él moriría de una forma u otra.

Capitán Zack: Mañana será tu ejecución, viejo.

Lauzaliet: ¿Y qué? No tengo nada de lo que arrepentirme. Les salvé la vida a Nilan y sus amigos, me sacrifiqué por ellos y ahora siguen vivos.

Aquel comentario pareció sentar mal, pero que muy mal, al capitán. Éste le propinó una fuerte patada en la boca al anciano. La sangre se derramó.

Capitán Zack: Qué bien me he quedado. Je, disfrutaré viendo cómo mueres, pedazo de estiércol. Y tus queridos niños… Leonard fue a por ellos, estarán muertos a estas alturas, no te engañes.

Era obvio que el capitán mentía, decía aquello con la única intención de herir al famoso hechicero.

Lauzaliet: ¿Leonard? Si hubiese triunfado ya estaría aquí presumiendo de ello, estoy convencido de que ese capitán está…

Capitán Zack: ¡Que te calles joder!

Y el capitán le propinó esta vez varias patadas más a lo largo del cuerpo, torturándolo hasta el límite. El aspecto de Lauzaliet era lamentable y deplorable, estaba completamente hecho polvo, lleno de moratones y heridas a causa de las cadenas, su desnutrición también le empezaba a pasar factura, ¿cuánto tiempo llevaría sin dar bocado? Posiblemente desde que llegó.

Lauzaliet: Yo caeré, pero tú… Eres más pedazo de estiércol que yo, y lo peor es que jamás lo entenderás y lo asumirás.

El capitán se guardó la rabia para sí mismo, si fuese por él lo ejecutaba allí mismo otorgándole la más dolorosa de las muertes, pero no podía, tuvo que ocultar su ira y dejarlo con vida, al fin y al cabo, moriría a la mañana siguiente.

Capitán Zack: Pf, estás acabado, vejestorio. Das pena.

Y se marchó, no sin antes desatar algunos grilletes y llevárselo cual perro de las mazmorras. Lauzaliet deseaba llorar, pero ocultó con dolor sus sentimientos, su destino estaba decidido, cada paso que daba le acercaba más al final.

Lo afrontaría con valor.

Capitán Zack: Vamos a ir yendo ya al coliseo.

Y tiró con fuerza de las cadenas, dejando unos momentos sin respiración al mago, éste último también recibió alguna que otra patada por el camino. El capitán quería aprovechar hasta el último momento para torturarlo. Sonrió, satisfecho.

Anocheció, las calles estaban sumidas en el más profundo de los sueños, todos los habitantes, incluso militares, habían caído bajo el poder onírico. Nadie quería perderse la ejecución de aquel hombre, era un día clave que marcaría el destino de Ferión, y posiblemente, del mundo entero.

Los protagonistas siguieron a Brian hasta la famosa entrada abandonada en los aislados suburbios de la capital. Lo único que se escuchaba era el cantar de los grillos y el viento.

Brian: Bien, a partir de aquí debemos ir con cautela, si logramos encontrar a Lauzaliet nos marcharemos por dónde hemos venido evitando todas las posibles luchas.

Todos comprendieron a la perfección, una vez se adentrasen no habría marcha atrás, es lo que eligieron y cargarían con ello, incluso si debían morir en el intento.

Atravesaron las rejas rotas del muro de piedra, cubierto por liquen e insectos, internándose en la más absoluta oscuridad. El olor de la zona echaría a más de uno para atrás desde el primer momento, pero nadie se retiró, avanzaron con una gran fortaleza y fuerza de voluntad hasta el final del pasillo.

Era medianoche ya, pero la tensión de sus cuerpos era más poderosa que el propio sueño.

Una vez llegasen al final del túnel ante sus ojos se comenzaría a formar una niebla espesa, se podía incluso cortar con un cuchillo si tenían curiosidad. Ante ellos tomaba forma lo que parecía ser una bifurcación, apenas podía ver a más de veinte centímetros.

Viria: ¿Y ahora?

Brian: Id por la izquierda, nos encontramos en un laberinto y también hay monstruos, tened cuidado.

Suly: ¿Monstruos? No tenía ni idea de este lugar…

Suly tragó saliva, preocupado. Pasaron un buen rato caminando y dando vueltas lentamente entre la niebla, aproximadamente una hora y poco, aparte de la falta de oxígeno también se toparon con alguien en un nuevo pasillo.

¿¿??: ¡Ey! ¿¡Qué hacéis aquí!?

Keiko: ¿Quién?

Una voz femenina que provenía de su derecha, todos se aproximaron hasta toparse con unos barrotes. Se hallaban ante una celda. Al instante más voces masculinas comenzaron a surgir también de sus alrededores.

¿¿??: ¿¡Hay alguien aquí!?

¿¿??: ¡Por favor, AYUDA! ¡¡AYUDA!!

¿¿??: ¿Más experimentos? No, por favor… no quiero que me tiren de comida a los monstruos…

Más que personas, parecían almas en pena. Probablemente terminasen en un pasillo repleto de celdas con presos en su interior. La voz femenina volvió a ganar protagonismo.

¿¿??: ¡Pero si nos conocemos! Anda, sacadme de aquí, por favor. ¡Os ayudaré a burlar al Minotauro y buscar una salida!

¿Había dicho Minotauro? ¿Qué era eso?

Nilan: ¿Quién es?

Bel: ¿Ha dicho Minotauro? ¿Eso qué es?

¿¿??: ¿¡Cómo!? ¿No sabéis lo que es el Minotauro y os adentráis aquí por las buenas? Bah, supongo que era de esperar tratándose de vosotros, ¡aunque habéis crecido bastante!

Suly: ¿Cómo? ¿Quién es esta?

Se aproximaron todos a las barras de acero observando el interior de la celda a duras penas. Parecía haber una mujer pequeña y delgada, no muy dotada y de cabello rojo intenso.

Nilan: ¿No me suena de algo?

Suly: Creo que sí…

¿¿??: ¡Qué fuerte que no me recordéis! ¡Soy Amy! ¡Nos enfrentamos en el pueblo de Argón hace un año!

Y las mentes de los dos jóvenes, Nilan y Suly, se iluminaron de pronto.

Nilan: ¿¡Eres aquella mujer!?

Suly: ¡Guau! ¡Qué recuerdos!

Brian: No gritéis mucho, en un pasillo nos acorralarán con facilidad.

Suly: ¿Cómo has terminado encerrada?

Amy: Es una larga historia, pero por favor, sacadme de aquí. ¿Qué es lo que buscáis? Os ayudaré, me conozco esta zona como la palma de mi mano.

¿¿??: ¡No le hagáis caso! ¡Sacadnos a nosotros!

¿¿??: ¡Os traicionará y os asesinará cuando menos lo esperéis!

¿¿??: ¡Os lo robará todo y se escabullirá en la niebla!

Keiko: Parece que el resto de prisioneros se niegan a liberarla.

Nilan: Fuiste nuestra enemiga en el pasado y esclavizaste un pueblo con otros compañeros tuyos. ¿Acaso te abandonaron?

Amy se agarró fuertemente a los fríos barrotes, desesperada.

Amy: ¡No! Simplemente… ellos siguieron su vida de manera diferente, nos separamos. A mí Ferión me capturó hace unos cuatro meses, y he sobrevivido aquí de milagro. Por favor, os lo suplico…

La mujer se arrodilló.

¿¿??: ¡Cállate zorra!

¿¿??: ¡No la escuchéis! ¡Dejad que se muera!

Suly: Por mí te puedes quedar ahí hasta que te pudras. Es el lugar perfecto para ti. Te lo tienes bien merecido.

Viria: ¿Tanto daño ha hecho esta chica?

Nilan: Formó parte de una banda criminal llamada T.A., Thief Army. Ella y otros más esclavizaron a un pueblo en Argón y controlaban una mina de la zona, robaban todo lo que podían a los ciudadanos, los obligaron a vivir en la miseria como al padre de Alyse y secuestraban a sus mujeres o hijas cuando no podían pagar. Algo así recuerdo yo.

Suly: Ellos tenían todo el mineral de Gravity que nos pedía el encargo de Los Montes Lunares. Al final nos deshicimos de ellos y no volvimos a saber más. Nunca imaginé que siguieran campando a sus anchas.

Viria: Pues entonces que se muera ahí.

Keiko: ¿De verdad es esa la decisión correcta?

Bel: Keiko tiene razón, Ferión ha hecho mucho más daño que ellos, y tenemos que rescatar a Lauzaliet. Esta mujer está dispuesta a ayudarnos y somos más, es imposible que nos pueda hacer nada, la superamos en número.

Brian: Yo voto por liberarla, su ayuda equivale a encontrar la aguja perdida del pajar.

Amy: Oh vamos, eso pertenece al pasado, nos vencieron unos niños y aprendimos la lección, no hemos vuelto a las andadas. Yo tuve la mala fortuna de que toparme con militares, pero puedo ayudaros, sé dónde está la salida y el nuevo recluso Sapien. También sé cómo burlar al Minotauro, ¿de verdad me abandonaréis? ¿Me condenaréis aquí?

Nilan: Vale, te sacaré de ahí, pero no intentes nada raro.

Suly: Espero que no tengamos que arrepentirnos de esto…

Nilan desenfundó su espada y generó varias llamas en el filo, acto seguido cortaría los barrotes de acero, derritiendo estos y dando la oportunidad a la joven de escapar. Ésta no se lo creía.

Amy: ¡Increíble! Sabes manejar mejor esa espada. Veo que ya no sois niños. ¡Muchas gracias!

Brian: No te vayas por las ramas, cumple con tu papel.

Amy: Okay, seguidme guapos y… ejem, sí, vosotras también.

Viria: ¿Cómo nos ha dicho?

Bel: No te enfades Viria, que nos va a ayudar. ¡Vamos!

Keiko: Aprisa.

Viria: Vale, pero no te acerques mucho a Nilan.

Amy: ¿Para qué iba a acercarme a este?

Viria: ¿Cómo le has llamado?

Viria estaba a punto de explotar pero Bel se esforzó para que lograse contener los nervios. Varios presos los insultaron hasta que sus gritos se perdieron en la lejanía. El grupo siguió a Amy a lo largo del laberinto de niebla. Bajaron escaleras, atravesaron estrechos pasillos…

Amy: Veréis, estas son las zonas intermedias de las mazmorras, todavía se puede descender más y más. Seguramente allí tengan preso al mago ese, y a todo esto, ¿para qué queréis rescatarlo? ¿Lo conocéis acaso?

Suly: Eso a ti no te importa.

Amy: Vale, vale, no hace falta que seáis tan bordes. Continuando con la historia, parece ser que en éste nivel anda suelta una criatura enorme llamada Minotauro, es el guardián, el que tiene las llaves para acceder a cualquier zona de las mazmorras. En el nivel tres se puede acceder a un tren subterráneo, y en el nivel primero se puede acceder directamente al castillo.

Nilan: Entonces tenemos que ir al nivel más bajo, pero está ese monstruo raro que dices.

Amy: ¿Pero estáis seguros de que se encuentra en el nivel más bajo? Esta tarde me sacaron por la zona y me pareció ver a un Capitán llevándolo al nivel primero.

Viria: ¿Cómo que te sacaron?

Amy: Sí, a veces liberan a los presos aun estando estos atados con grilletes y cadenas para que los monstruos de la zona se los coman. No podemos defendernos por estar atados, pero si sobrevivimos en la próxima ronda que hagan los imperiales nos vuelven a meter en las celdas.

Suly: Pues yo nunca había escuchado nada de un Minotauro, y eso que crecí aquí.

Amy: Todos los que entran aquí están condenados de una manera u otra.

Llegado un momento Amy se detuvo y el resto la imitó. La niebla había reducido considerablemente su densidad, pero todavía flotaba en el ambiente. Ante ellos vislumbraban una gran plaza cuadrada repleta de cadáveres y huesos humanos, a su derecha se veía perfectamente una reja con un elevador detrás.

Amy: Es aquí donde nos dejan tirados para que nos coman los monstruos, suerte hemos tenido de no toparnos con ninguno.

Brian: Noto algo grande cerca, o quizás sean imaginaciones mías.

Amy: El caso es que… si tuviese mis armas venenosas podría romper esa verja y salir de aquí, pero no las tengo, por lo tanto tenemos dos opciones, o esperamos a que vengan militares y les robamos las llaves, o bien vamos a por el Minotauro.

Bel: Se supone que los soldados están durmiendo y preparándose para mañana. Nadie acudirá durante la noche.

Keiko: ¿Cómo es esa bestia?

Amy: El Minotauro es un monstruo realmente poderoso, dudo que podáis vencerlo, incluso para mantenerlo a raya hacen falta cuatro o más capitanes. ¿Se os ha ocurrido otra manera de escapar?

Nilan: Pues a mí no…

Viria: Por supuesto, con mis habilidades puedo llevaros a todos al interior del elevador. Estamos en la completa oscuridad, ¿cierto?

Amy: ¿Y cómo se supone que harás eso?

Viria: Es una historia muy larga, deberíamos ponernos manos a la obra.

Keiko: Adelante, yo os cubro.

Suly: Hay que andarse con cuidado, que esta es la típica parte en la que estamos a punto de lograr nuestro objetivo y pasa algo para complicarnos más la vida.

Nilan: ¡Paradox, ya casi estamos! ¡Vayamos primero al nivel tres!

Los muchachos se adelantaron con rapidez y cierta desesperación, por el camino unas criaturas amorfas y gelatinosas de color blanco, con varios huesos humanos incrustados, sintieron la presencia de los jóvenes, por lo que se movieron lentamente hasta su posición. A pesar de no conocer de nada a esas criaturas, si algo tenía claro el grupo es que eran más lentas que un caracol.

Todos llegaron hasta las verjas, frente al elevador.

Viria: Bien, es mi turno.

Bel: ¿No os preocupan los monstruos? Empiezan a aparecer más y más por momentos.

Brian: Yo me encargo, Viria, ocúpate de que todos entren sanos y salvos.

Viria: Eso está hecho, primero va mi cari.

Nilan: Es un honor.

Viria, más que agarrar a su chico lo abrazó con fuerza, mirándolo con seducción y en el fondo, intentando provocarlo. Al instante una sombra se encargó de evaporar sus cuerpos para reaparecer en el interior del elevador. La muchacha repitió la operación para salir y para entrar con las demás personas. Por otro lado, varios cadáveres de presos se aproximaban a la zona junto con los mocos blancos. Los muertos vivientes andaban más rápido, pero parecían ser más vulnerables. Brian cargó contra tres de ellos con sus espadas, cortándolos por la mitad.

Brian: Esto no es nada, pero cada vez hay más.

Cierto, de la penumbra surgían incontables siluetas de zombies que se acercaban al elevador con ansias de carne y sangre. Los estaban comenzando a rodear.

Suly: Al final yo iba a tener razón y todo.

Amy: ¿Eres gafe o qué? ¡No digas nada más!

Keiko acompañó a Brian, ambos con sus técnicas y exquisita habilidad abatieron un buen número de cadáveres vivientes, pero la cantidad de estos era exagerada, en pocos segundos serían devorados sin remedio.

Keiko: Nos están acorralando.

Brian: Retrocede tú, parece que solo quedamos nosotros dos por entrar en el elevador.

Keiko meditó con serenidad sus órdenes, llegando a la conclusión de que sería lo mejor.

Keiko: Bien.

Brian: No me fío un pelo de las babosas estas… Me pregunto qué pasará si hago esto.

Brian clavó una de sus espadas en el pecho de un zombie, lo elevó en el aire y con un brusco movimiento lo lanzó contra una de las masas color blanco. El cadáver del preso se hundió en ella y la criatura gelatinosa incrementó su volumen. Al poco, los huesos del cadáver viviente fueron despedidos del pegajoso cuerpo dando a entender con ello que el zombie fue incinerado por alguna especie de ácido. La gelatina blanca además, se dividió en dos de menor tamaño.

Brian: Es inútil enfrentarme a esa cosa…

Viria: ¡Brian, rápido!

Brian: ¡Oh, sí!

Viria alcanzó con su mano la camisa de Brian y antes de que los monstruos pudieran atraparlos, desaparecieron entre las sombras. Por fin todos se encontraban en el elevador, ya podían dirigirse a cualquier nivel de las mazmorras.

Bel: ¡Al final lo hemos conseguido! Como logremos rescatar a Lauzaliet antes de que amanezca…

Amy: ¿¡Queríais ir al nivel tres!? ¡Pues andando!

Amy agarró la palanca que pondría en marcha la maquinaria, sin embargo e inesperadamente, el suelo comenzó a temblar con fuerza. Una silueta negra enorme se asomaba en la lejanía, en efecto, era el Minotauro. Parecía tener dos grandes y gruesos cuernos negros en la cabeza, podía medir perfectamente seis metros de alto y sus músculos intimidarían hasta al más fuerte de los guerreros. La criatura portaba en su mano derecha un bate de madera casi tan grande como su cuerpo. A cada paso que daba aplastaba a más y más cadáveres, las gelatinas blancas tampoco tenían la resistencia necesaria para sobrevivir a sus pisadas.

Amy: ¡Ese es el Minotauro! Si os pilla por el laberinto, estáis muertos. ¡A mí casi me mata una vez!

Y accionó la palanca, logrando así que el elevador descendiese. Si el grupo pensaba que podría escapar por las buenas estaba muy equivocado, el Minotauro rugió y se lanzó directo a por ellos. Con su gran mazo destrozó la pared y con ello la cuerda de metal que sostenía el elevador, cayendo éste al vacío.

Nilan: ¡No! ¡Tenemos que salir de aquí! ¡Viria!

Viria: Yo no puedo llevaros a un lugar que no haya visto y que no esté cerca.

Amy: ¡Pues la vamos a palmar!

Suly: Lo sabía… No tuve que haber hablado…

Keiko: ¿Y tú Hechicería Suly?

Suly: ¡Claro!

Suly utilizó su Hechicería Naranja para proteger a todos los presentes. El elevador se desplomó contra el piso, arrancando las rejas del nivel tercero de cuajo y dejando completamente inutilizada la maquinaria.

Por suerte nadie sufrió daños.

El tercer nivel era muy diferente al segundo, esta vez no había niebla, es más, el ambiente estaba bien despejado. La diferencia que más podía llegar a resaltar era lo pequeño que era, solamente era una plaza cuadrada de las mismas dimensiones que las del segundo nivel, con diversas celdas en las paredes y otro túnel, el que probablemente llevase hasta el tren. Allí era donde tenían al anciano Paradox, pero éste no estaba allí.

Nilan: ¡Paradox! ¡Hemos venido a rescatarte!

Suly: No está…

Amy: Seguramente se lo hayan llevado ya al lugar de la ejecución como mencioné antes. ¿Vais a tomar el tren? Os dejaré en el castillo, y yo sé cómo manejarlo.

Viria: ¿De verdad? ¡Genial!

Bel: Pues no perdamos más tiempo.

Brian: No… Esto no ha terminado, ¡cuidado!

El techo se agrietó hasta terminar rompiéndose, el Minotauro cayó ante todos y deseoso de sangre. Rugió.

Nilan: ¡Qué pesado!

Amy: Ahora sí que estamos jodidos.

Suly no perdió un segundo y clavó su lanza en las frías baldosas del piso y enviando una descargar eléctrica hasta los pies del gigante. El suelo se agrietó hasta que el ataque alcanzase su objetivo. El Minotauro volvió a rugir, pero fue incapaz de moverse, los músculos de sus piernas estaban paralizados.

Brian: Keiko, nos toca.

Keiko: Le sigo.

Brian y Keiko se lanzaron en un instante a por el pecho del titán que los enfrentaba, provocándole serios cortes en su pelaje. Charcos de sangre se derramaron. Los espadachines se apartaron de la criatura, quedando Keiko a su izquierda y Brian a su derecha.

Nilan: Viria, cuento contigo.

Viria: ¿Cuál es el plan?

Nilan: Usa tus sombras en sus ojos.

Y Nilan disparó a través de las palmas de sus manos una gran cantidad de bolas de fuego en todas las direcciones. Viria entendió a la perfección el plan al verlas y desde allí, concentrada, logró que las esferas de fuego desaparecieran entre las sombras para hacer acto de presencia sobre los ojos del monstruo, impactando contra estos.

Viria: ¡Hecho!

Amy: Guau, sois increíbles.

Nilan: ¡Os lo dije! ¡Somos un equipo imparable, nadie nos detendrá!

El Minotauro, paralizado y ciego, elevó su mazo en el aire y arremetió contra lo primero que pilló, el suelo, las paredes, lo poco que quedaba del techo, el nivel tres de las mazmorras empezaba a derrumbarse.

Bel: Tenemos que salir ahora tenemos la oportunidad, vamos al tren.

Amy: ¡Eso mismo! ¡Corred!

Nilan: ¿¡Y cómo llegamos al lugar de la ejecución!?

Suly: Yo os guiaré en el castillo.

Viria: Vamos cari, ¡no te entretengas hablando!

Las piedras se derrumbaron y con ellas el Minotauro. La criatura fue aplastada por las rocas entre rugidos de agonía. Todos lograron escapar sin problemas por el túnel que les llevaría a la estación subterránea. ¡Era un milagro que el tren siguiera funcionando después de tantos siglos!

Suly: Puf, por fin un poco de respiro.

Keiko: No olvides que esto no ha terminado.

Amy se encargó de manejar el tren.

Amy: ¿Al castillo, verdad?

Los jóvenes aprovecharon para descansar en el vagón, según el reloj ya eran las cuatro y media de la mañana. Viria por su parte se acurrucó entre los brazos de su amado, separados del resto. Podía ser la última vez que tuviesen una oportunidad para descansar, tenían que aprovechar hasta el último momento.

Viria: Amor, vamos a descansar.

Nilan: Sí, estamos agotados…

Bel: Míralos allí a los dos acurrucados, qué lindos. Yo también descansaré hasta que lleguemos.

Keiko: Lo mismo.

Brian: Debemos andar con pies de plomo.

Amy: No os preocupéis, tardaremos unas cuantas horas en llegar al castillo.

Pasó el tiempo, la ciudad ya despertaba y volvía a ponerse en marcha, los imperiales del castillo también. Aquel día se notaba perfectamente que todo cambiaría, de una manera u otra. Lauzaliet desde el lugar en el que sería ejecutado observó, posiblemente una última vez, cómo las estrellas desaparecían en la lejanía y eran sustituidas por el cielo azul celeste. Estaba preparado para afrontar su destino.

Soldado de Ferión: Tu ejecución se llevará a cabo dentro de tres horas, disfruta lo que te queda de vida.

Dos militares se aproximaron hasta el lugar, subieron los pocos escalones en el centro del coliseo, ante grandes murallas con gradas encima. Cada soldado se situó en un lado diferente, uno a la derecha, otro a la izquierda. Ambos con espadas en mano.

Soldado de Ferión: Una hora de preparativos, otra hora para que todo el mundo pueda asistir al evento, y en la tercera se llevará a cabo la ejecución.

Lauzaliet no dijo nada, no tenía ni fuerzas ni ánimos para hablar. Estaba prácticamente congelado por el frío de la noche y nadie acudiría en su ayuda. Era su irremediable final.

Mientras tanto, en el tren subterráneo…

Amy: ¡Ey, despertad vagos! ¡Hemos llegado!

El artefacto se detuvo.



La Ejecución.
Spoiler: Mostrar
El grupo bajó del tren tras prepararse y concienciarse a fondo de lo que les esperaba, excepto Amy, la cual se quedó dentro de la cabina. Sin previo aviso las puertas se cerraron y el tren se marchó hasta perderse en la lejanía.

Suly: ¿¡Qué hace esa!? ¡No has dejado tirados!

Keiko: Seguramente planea huir del reino en el tren, no tenía intención de ayudarnos desde el comienzo.

Suly: No sé por qué, pero ya me olía algo así. En fin, al menos nos ha ayudado.

Viria: Pero luego no podremos salir por aquí, tendremos que buscar otra salida.

Nilan: Podemos ir por donde dijo Brian, ¿no? Una salida secreta.

Brian: Sí, podemos ir sin problemas, pero el camino será largo y los tendremos a todos tras los talones.

Bel: Fuerza y valor, chicos.

Bel tragó saliva, tensa.

Suly: Seguidme, yo os guiaré por el castillo, seguramente estén todos afuera y apenas haya vigilancia adentro.

Subieron las escaleras hasta entrar en el castillo. Entretanto, en el coliseo ya estaban todos preparados para contemplar la ejecución. Lauzaliet recibía insultos constantemente, y tanto los Capitanes como el Primarca hacían acto de presencia.

Rodearon a Lauzaliet.

Chiu-Nan: No queda mucho, Cecil. En nada acabarán con su vida, y luego me imagino que querrán ir a por el grupo que tiene el Oráculo.

Cecil: Estoy preparado para entrar en acción de un momento a otro.

Chiu-Nan: ¿No tienes miedo? ¿No te impone esta situación?

Cecil: No, maté a Félix para asegurarme de que podía con todo, no puedo fallar ahora.

Chiu-Nan: Je, esto va a ser interesante.

* * * * *


Era una mañana soleada, aquel día Chiu-Nan finalizó sus estudios en la prestigiosa Academia Real de Ferión.

Leonard: Increíble, he oído que has sacado las mejores notas en la historia de la escuela.

Chiu-Nan: Sí Leonard, he de admitir que no fue fácil. A ti todavía te quedan muchos años para terminar aquí, esfuérzate.

Leonard: Claro que lo haré, ¿sabes? Tengo ideas increíbles. Si logro salir de aquí con el mismo prestigio que tú, las pondré en marcha, al fin y al cabo es mi sueño.

Chiu-Nan: Eso es interesante, tendrás que darlo todo y dedicarte en cuerpo y alma.

Leonard: Claro, y cuando lo haga, te invitaré a una cita.

Chiu-Nan: ¿¡Qué!? ¡Tienes que estar bromeando!

Leonard: O puede que no, en fin, te dejo que andarás muy liado. Chao, suerte.

Leonard todavía era un recién adolescente por aquel entonces, Chiu ya finalizaba sus estudios y le sacaba muchos años más.

Debido a sus excelentes resultados, Chiu fue convocado por una de las Casas Reales al castillo. Fue sin demora con emoción e ilusión.

Capitán Barock: Has llegado puntual, como era de esperar.

Chiu-Nan: No ha sido nada, soy Chiu-Nan, el placer es mío capitán.

Capitán Barock: Yo soy Barock, mira, te diré un secreto, conmigo no hace falta que seas tan formal, ¿entendido?

Chiu-Nan: Pe-pero capitán... ¿Cómo voy yo a…?

El capitán se llevó una mano a la nuca, sonriente.

Capitán Barock: Je, todos son iguales, qué aburrido. Simplemente déjate llevar, el fin de semana saldremos por ahí de copas, ¿te parece?

Chiu-Nan: ¡Pe-pero Capitán!

Capitana Sheyla: Capitán, deje de dar esa imagen. Tú debes ser el nuevo, ¿me equivoco?

Chiu-Nan: No, soy Chiu-Nan.

Capitán Barock: Sheyla, eres demasiado formal. Relájate un poco. De entre todos yo soy el mayor, sé lo que me hago. Tú también eres nueva.

Capitana Sheyla: Silencio. Tú, novato, sígueme.

Chiu-Nan: ¡S-sí!

Los tres se adentraron en la nueva sala, cerrando la puerta con llave. La decoración como en el resto del castillo era exquisita, desde alfombras y muebles de lujo hasta cuadros y estatuas de oro macizo.

Capitana Sheyla: Muy bien, Chiu-Nan, has sacado los mejores resultado de la Academia Real, todavía no ha habido ningún capitán tan joven, y tampoco pretendemos que lo haya por el momento. Tanto tu esfuerzo como talento es digno de admiración, por lo que pasarás a ser la mano derecha del Capitán Malik.

El Capitán Malik era un hombre robusto y bastante grande, estaba sentado frente a ellos.

Capitán Barock: Con el tiempo, cuando Malik se retire pasarás a ser tú quién ocupe su cargo.

Capitán Malik: Hola muchacho, espero que hagas honor a tu nombre, aquí no queremos débiles. Sólo admitimos talento.

Chiu-Nan: Señor, puede confiar en mí plenamente, me encargaré de que las leyes de Ferión velen por la paz y la seguridad. Os ayudaré con todo.

El Capitán Malik sonrió, orgulloso del nuevo discípulo que tenía bajo su control.

Capitán Malik: Me gusta esa actitud muchacho, a partir de mañana podrás incorporarte.

Capitán Barock: Te deseo lo mejor, chico. Yo estaré ocupado las próximas semanas por el nacimiento de mi hijo, hemos decidido llamarlo Suly.

Chiu-Nan: Oh, Suly es un buen nombre señor.

Capitán Barock: Te repito que no hacen falta esas formalidades conmigo, no me gusta que me llamen señor. Jajajajaja.

Capitana Sheyla: Yendo al asunto, creo que está todo claro, ¿verdad? Sólo tendrás que presentar toda la documentación, hacer las respectivas pruebas y trabajarás bajo las órdenes del Capitán Malik como Guardián de la Orden.

Chiu-Nan: Es un honor, muchas gracias por su atención.

Capitán Malik: Adiós muchacho, espero llevarme bien contigo.

El tiempo pasó. Cinco años después Chiu todavía seguía ocupando su mismo puesto y eso que había logrado más méritos que su capitán. En esta ocasión lo enviaron a la guerra, debía eliminar a los denominados Traidores.

Capitán Malik: Ha costado lo suyo, pero esto se ha acabado para ti, pequeña.

Llovía esa tarde, el cielo oscuro no vaticinaba nada nuevo. El Capitán Malik pareció irse de las manos un poco y terminó ejecutando más inocentes que enemigos. La batalla en Argón fue verdaderamente cruel, muchos soldados perdieron la vida, pero allí estaban los únicos supervivientes, Chiu y Malik.

Chiu-Nan: ¡Es una niña señor!

Capitán Malik: Jejeje, Chiu, debes entender que no son víctimas, son Traidores a nuestra patria. Su destino es la muerte. Es incluso más humano matarlos que dejarlos vivir en la miseria y el pecado.

Excusas, todo eso eran patéticas y absurdas excusas para derramar sangre. Todos los presentes los sabían.

Chiu-Nan: ¿Traidores?

Capitán Malik: Exacto, y ahora, mi fiel y leal sirviente, mátala.

La niña apenas tenía fuerzas, las lágrimas que derramaban sus ojos se ocultaban bajo la lluvia pero estando al borde del acantilado ya sabía que no tendría salvación. Iba a morir.

Chiu-Nan: No, no pu-puedo señor. Lo siento, simplemente no puedo. He tenido suficiente de esta guerra. He visto a muchos morir, no tengo voluntad para matar a nadie más.

Su capitán suspiró, decepcionado.

Capitán Malik: Qué decepción, y yo que pensaba que ibas a ser útil… Supongo que estaba equivocado, tendrás talento, pero eres ineficiente en el trabajo. Debes saber que cuando lleguemos a Ferión yo mismo me encargaré de que no vuelvas a pisar el castillo. Descenderás de clase social hasta no tener absolutamente nada, es un castigo ejemplar.

Y agarró con fuerza el mango de su sable, dispuesto a ejecutar a la niña. Chiu quedó impactado por sus palabras, simplemente no sabía que decir. La pequeña no merecía la muerte y él sería castigado por no obedecer la cruel orden que fue incapaz de cumplir. El capitán estaba a unos pocos pasos de arrebatar su vida, Chiu actuó por instinto, sin pensar bien lo que hacía.

Capitán Malik: ¡¡Aarg!! ¿¡Qué… QUÉ ESTÁS HA-HACIENDO!?

La sangre brotó de su armadura, Chiu le había apuñalado por la espalda en la zona del corazón. El capitán elevó su brazo, dispuesto a matar a su subordinado.

Chiu-Nan: Lo siento, no… no quería hacerlo, lo lamento de verdad… Perdóneme por favor, por favor…

Chiu se apartó de él y un trueno cayó en la espada del malherido capitán. Chamuscado, su cadáver cayó precipicio abajo.

Chiu-Nan: ¿Qué… qué he hecho?

El pobre cayó al suelo de rodillas, desolado y en estado de shock.

El tiempo siguió su curso sin esperar a nadie. Chiu fue nombrado capitán para sustituir al difunto Malik. Una desgracia que muriese en la guerra por un simple e inesperado trueno.

Capitán Chiu-Nan: Entonces… Barock, yo seguiré con la tradición pero me gustaría modificar esta un poco.

Capitán Barock: ¿Cómo dices?

Capitán Chiu-Nan: Sí, de entre todos los soldados hay dos que me llaman especial atención, se llaman Ridley y Zack. Me gustaría tener a ambos bajo mi mando.

Capitán Barock: Pues yo no tengo queja alguna. Como prefieras.

Capitán Chiu-Nan: Excelente, gracias por su aprobación. Lamento lo sucedido con Malik hace dos años, una verdadera pena.

Capitán Barock: Sí, cuando menos te lo esperas la muerte se lleva a tus compañeros y seres queridos, ¡pero así es la vida hombre! Los que estamos vivos debemos seguir adelante.

Capitán Chiu-Nan: Oh, por cierto, ¿qué edad tiene ya el señorito Suly?

Capitán Barock: Pues uno siete años, crecen rápido la verdad, y todavía recuerdo el día que nació como si fuese ayer. Jajajaja, me estoy volviendo viejo.

Capitán Chiu-Nan: Me alegro de que crezca sano.

* * * * *


Las gradas ya estaban repletas de gente y seres de todo tipo, el momento decisivo estaba cerca. Los capitanes, varios soldados y el Primarca rodearon a Lauzaliet. De izquierda a derecha:

El Capitán Drake, la Capitana Sheyla, el Capitán Makarov, un hueco vacío donde debería haber estado Leonard, el Capitán Zack, el Capitán Barock y la Capitana Jena. Tras estos en un gran trono de oro sentado estaba el Primarca. Vestido con lujosas y puras prendas.

Primarca: Hoy, habitantes del Reino de Ferión, pondremos fin a la gran amenaza que se ha cernido sobre nosotros, y el resto del mundo, durante tanto tiempo. He aquí el gran Sapien que traicionó a su raza, traicionó al mundo entero con el objetivo de apoderarse de una reliquia sagrada y llevar el mundo al caos y la destrucción. Por suerte, hemos logrado capturarle a costa de dos capitanes, quiénes se sacrificaron con valor hasta el final por el bien del pueblo.

Ciudadano: ¡Escupo sobre el Sapien!

Ciudadana: ¡Matadlo ya! ¡Qué sufra!

Los aldeanos gritaban desde arriba deseosos de quitar la vida al supuesto mayor enemigo del mundo. El Primarca elevó el brazo izquierdo, en señal de que todos mantuvieran silencio, y así fue.

Primarca: Esta amenaza que tenemos ante nuestros ojos ha reclutado más criminales para su causa, personas sin sentido común cuyo objetivo es causar muerte y controlar las vidas de la gente por encima de todas las cosas. Ellos han escapado, pero hemos capturado a su líder. Su muerte servirá de ejemplo para todos aquellos que osen atentar contra La Diosa y la paz.

Los ciudadanos volvieron a gritar desde las gradas como posesos, obsesionados con la muerte de éste y apoyando las palabras del hombre más importante del imperio.

Chiu-Nan: Jeje, ¿y bien? El momento se acerca, ¿ves alguna oportunidad? Hay soldados por todas partes y los cinco capitanes están al lado. Era de esperar que no fuera tan fácil.

Cecil: Pf, esperemos un poco más, atacaremos al Primarca por sorpresa.

Chiu-Nan: Yo me encargaré de liberar a Lauzaliet.

De la capucha de Chiu salió una serpiente blanca, su piel se hizo transparente de inmediato para que nadie se alarmara.

Chiu-Nan: Con su ácido, ella lo liberará de los grilletes.

Cecil: Bien, si consiguiera materializar una flecha de aire que apuntara directamente a su cabeza, todo saldría a pedir de boca.

Chiu-Nan: Inténtalo. Llevarnos al Primarca por delante es empezar con buen pie.

Cecil se concentró intentando materializar a distancia una flecha de viento que apuntara desde atrás a la cabeza del Primarca, la serpiente del otro hombre fue infiltrándose entre la gente sin dificultad hasta llegar a la arena.

Keiko: Debe ser ahí.

Suly: Sí, parece que ya han comenzado. Suerte que no nos topáramos con soldados dentro del castillo.

Nilan: Paradox… ¡Tenemos que salvarlo!

Brian: Es absurdo escondernos más, ¿veis esta entrada del fondo? Por allí han entrado todos los capitanes, cuando liberemos a Lauzaliet, tendremos que escapar por ahí. ¿Lo habéis entendido?

Bel: Tenemos que idear un plan para que no le ejecuten antes de que lo rescatemos.

Viria: Id con cuidado, hoy está soleado, mi habilidad de las sombras no sirve. ¡Será posible!

Nilan: Yo me encargaré, no hay marcha atrás.

Viria: ¡No digas tonterías, no hagas nada precipitado! Saltar ahí por las buenas equivale al suicidio.

Nilan: ¡Saltemos todos entonces!

Keiko: No nos queda de otra, en realidad.

Brian: No hay vuelta atrás. ¿Preparados?

Suly: Todavía no me creo lo que voy a hacer…

Viria: ¡No hagáis tonterías!

Bel: ¡Vamos Viria! Piensa que será divertido.

Viria: ¿¡Qué!?

Y todos saltaron detrás de Nilan hacia la arena del coliseo dispuestos a luchar y vencer contra cualquiera que se opusiera a ellos. Por suerte Lauzaliet notó la presencia de la serpiente y sorprendido permaneció en silencio, esperando una oportunidad para desatarse y contraatacar. Supo de inmediato quién trataba de liberarlo, al parecer no todo estaría perdido.

Nilan: ¡Paradox! ¡Hemos venido a rescatarte!

Viria: Esto no puede ser real…

Lauzaliet: ¿¡…!?

Primarca: ¿Quién osa interferir?

Todos saltaron a la arena ante Lauzaliet y los capitanes, desafiándolos con la mirada. El rostro del hechicero mostró posiblemente el mayor asombro que había recibido en toda su existencia.

Suly: ¡Viejo, ya estamos aquí!

Chiu-Nan: Oh, qué inesperado, la verdad.

Viria: S-sí, he-hemos venido a res-rescatarte…

Brian: Lo siento, no he podido detenerlos.

Capitán Barock: ¿¡Suly!? ¿¡Eres tú!?

Keiko: ¡En guardia!

Cecil: ¿¡Cómo!? ¿¡Incluso ellos han venido!? ¡Se nos han adelantado! Psh, a la mierda.

Cecil apretó con fuerza el puño y la flecha salió disparada.

Primarca: Ellos son sus cómplices, amenazan e insultan al Reino con su presencia. Han osado mancillar el honor… ¡!

El Primarca recibió un disparo en su cabeza, siendo esta destrozada en miles de pedazos. El cadáver cayó del trono sobre el fino polvo dorado del suelo.

Lauzaliet: ¿¡¡¡POR QUÉ HABÉIS VENIDO!!!?

Capitán Drake: ¡¡El Primarca!!

Capitán Zack: ¡Tú, niño del demonio! ¡Es hora de que te tu merecido!

El cuerpo del Capitán Zack fue rodeado por un aura color azul para instantes posteriores lanzarse en picado hasta Nilan. Las espadas de ambos chocaron, provocando una pequeña onda de choque en la zona.

Capitán Zack: ¿¡Un niño como tú enfrentando a un Capitán!?

Nilan: ¿Y qué? ¡Hemos venido a salvar a Paradox y un don nadie como tú no nos va a detener!

El Capitán retrocedió, sorprendido.

Capitán Zack: ¿Don nadie? ¡Jajajajaja! ¡Qué arrogante! Permite que muestre la diferencia que hay entre tú y yo.

Nilan: Esperando estoy.

Nilan le enseñó la lengua a modo de burla al Capitán, irritándolo más. Por otro lado Chiu y Cecil saltaron hasta la arena. Todos los ciudadanos estaban alarmados y asustados por la inesperada muerte del Primarca, simplemente no tenían palabras, observaban expectantes.

Chiu-Nan: Parece ser que no somos los únicos que hemos venido.

Bel: ¡Cecil!

Cecil: Oh, Bel, me alegro de que estés bien.

Capitana Sheyla: ¿Fueron ellos los que asesinaron a Ridley, verdad? No permitiré entonces que escapen.

Capitán Makarov: ¿¡Qué se supone que tenemos que hacer!?

Capitán Drake: No te alteres, es lo principal, simplemente tenemos que capturarlos, vivos o muertos, da igual.

El joven capitán Makarov se acercó a Keiko con espada en mano, asustado.

Capitán Makarov: ¡No permitiré qué… qué salgáis de aqu…! ¡!

Keiko: Deberías cuidar tu defensa.

Keiko en un abrir y cerrar de ojos cortó parte del torso del capitán. Éste cayó al suelo, herido.

Capitana Jena: ¡Cómo te atreves! ¡Lucha contra mí!

Keiko: No me intimidarás con tus gritos y amenazas.

Capitana Jena: Psh, ¡Makarov!

Capitán Barock: ¡Suly! ¿¡Por qué has hecho esto!? ¡No quiero que mueras!

Suly: Padre, ¿por qué te has dedicado a ignorarme y enviar matones a por mí? ¿¡Qué significo yo para ti!? ¡Solo hago lo correcto!

El padre de Suly quedó con la boca abierta, perplejo, en realidad su hijo sí que era una pieza clave e importante en su vida, pero… Tras escuchar esas palabras, era evidente que el culpable era él mismo. Perdió a su mujer, y ahora iba a perder a su hijo.

Capitán Barock: Suly…

Entretanto, Viria logró sacar de allí a Lauzaliet y ponerlo a salvo.

Lauzaliet: Gracias jovencita. Dime, ¿por qué habéis venido hasta aquí? No teníais razones para salvar a éste viejo moribundo.

Viria: Es lo que ha decidido mi novio, y todos lo apoyamos, después de ejecutarlo a usted irían a por nosotros, no tenemos nada que perder en realidad.

El anciano bajo la cabeza, triste.

Lauzaliet: Comprendo…

Viria: Lo importante está hecho, ya nada nos retiene aquí.

Las rejillas del coliseo se elevaron y de ellas salieron incontables soldados de Ferión dispuestos a acabar con los intrusos. Desde las gradas también había arqueros dispuestos a acabar con todos. Estaban acorralados.

Capitán Zack: ¡Maldito niño! ¡Muérete ya!

Nilan: Te hará falta más empeño para liquidarme.

Sus espadas volvieron a chocar, el rostro del joven mostraba varios moratones provocados posiblemente por el Capitán, y éste último presentaba quemaduras en su armadura y su capa. Desde la derecha de Nilan se materializaron varias cenizas, dando lugar a su invocación, la cual le dio un potente zarpazo al capitán en el rostro. Retrocedió.

Capitán Zack: Ag…

En menos de un parpadeo el capitán se situó frente a Ifrit y le cortó el estómago de lado a lado, provocando severos daños también en el invocador, quien tuvo que apoyarse en el suelo con su espada.

Capitán Zack: Vosotros eliminasteis a Leonard, ¿verdad? ¡Responde!

Nilan: ¿Leonard? Pues no, no fuimos nosotros, fue…

Ifrit agarró la capa del capitán y Nilan le propinó un veloz tajo con su espada, cortando así el acero que protegía su pecho. El capitán aguantando el dolor le cortó a Nilan en el brazo izquierdo, dejando éste inutilizado y derramando muchísima sangre.

Nilan: …fue Félix.

Chiu-Nan: Estamos en problemas, nos están rodeando.

Cecil: Tenemos que entrar en el castillo por allí.

Brian: Sí, hay una salida secreta dentro, escaparemos por ahí.

Bel: Pero va a ser imposible, mirad cuántos soldados hay.

Sin nadie pedirlo ni esperarlo, alguien de entre el público hizo un gesto particular con la mano. Acto seguido incontables truenos y rayos impactaron en la tierra, abatiendo a la inmensa mayoría de los imperiales. También diversas esferas de fuego atacaron a la gente que se encontraba en las gradas para desestabilizar a los tiradores. Nadie supo quién había sido y en ese momento no importaba demasiado.

Keiko: ¡Ahora podemos escapar!

Brian: ¡Vamos!

Cecil: Y pensar que terminaría con vosotros, qué irónico.

Viria: Vamos señor, podemos salir de aquí con vida.

Lauzaliet: Bien, partamos pues.

Capitán Zack: ¿Félix? ¿Ese mocoso? Bah, da igual. De todos modos te tengo donde quería. ¡Muere!

Ifrit se había terminado desvaneciendo a causa de la cantidad de ataques recibidos por parte del capitán y éste ahora estaba dispuesto a matar al chico de manera definitiva, sin embargo el poderoso hechicero materializó una barrera que hizo retroceder al capitán hasta una de las paredes, impactando con ella. Nilan se curó con Hechicería Blanca y partió con sus compañeros hasta la supuesta salida, que más bien era una entrada al castillo.

Capitana Jena: ¡Makarov responde!

Capitana Sheyla: ¿Quién ha lanzado todos esos ataques mágicos?

Capitán Drake: No tengo ni idea, pero no podemos permitir que escapen.

Capitana Sheyla: Yo diría que el atender a las víctimas y a los aldeanos heridos tiene más prioridad.

Suly: Lo siento padre, yo ya no considero este lugar mi hogar, adiós.

Capitán Barock: ¡E-espera!

Y todos se reunieron por fin, ciertamente aquello había salido mejor de lo esperado.

Soldado de Ferión: ¡No permitáis que escapen!

Capitán Zack: ¿Será posible? ¡Yo los seguiré!

Capitana Sheyla: Zack, te acompaño. Tengo cuentas pendientes con ellos.

Capitán Zack: Ah, cierto, Ridley… ¡Pues venga!

Nilan: ¡Os lo dije! ¡No pueden contra nosotros! Jajajaj.

Lauzaliet: Me alegra ver que seguís tan animados como siempre.

Suly: No hemos salido de aquí todavía, hay que andarse con ojo.

Nilan: Oh, Paradox, ¡gracias por lanzar los hechizos a los soldados!

Lauzaliet: ¿Yo? No he hecho nada.

Nilan: ¿Qué?

Capitán Zack: ¡Ahí estáis!

El capitán cargó energía en su espada y la lanzó hacia los protagonistas, estos fueron obligados a dividirse en dos grupos, y por culpa del humo y los capitanes entraron en el castillo por la primera entrada que tuvieron a mano.



Sucesión de batallas.
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Las horas pasaron, serían ya las cinco y cuarto de la tarde cuando el grupo de Nilan se terminó topando con un enemigo inesperado. Debido al ataque del capitán Zack en la arena los protagonistas se dividieron en dos grupos, en el primero se encontraban Lauzaliet, Brian, Chiu-Nan y Cecil. En el segundo, el resto. Suly los había guiado durante todo el camino, se colaron por todas partes, enfrentaron y vencieron a incontables adversarios, y allí seguían, corriendo por su supervivencia.

Escapaban por los pelos.

Nilan: ¡Ya queda menos! Se supone que el camino del que habló Brian estaba por aquí.

Suly: Pues yo estoy exhausto… Y todavía no hemos enfrentado ningún capitán.

Viria: ¿¡De verdad vais a rendiros aquí!? ¡Se supone que sois hombres! Hasta yo tengo más energía y sangre que vosotros.

Bel: Pero mirad a quien estamos enfrentando ahora…

Keiko: No podemos echarnos atrás…

A través de las vidrieras se contemplaba el cielo amarillo del atardecer, la sala era circular y no muy grande. Era decorada por macetas, estatuas, alfombras, cortinas y cuadros maravillosos. Y allí, ante los jóvenes, estaba la capitana Sheyla.

Capitana Sheyla: Me ha costado encontraros… He de admitir que vuestro esfuerzo para sobrevivir aquí dentro tantas horas es de admirar, pero aquí se os acaba la suerte.

Nilan: No nos rendiremos, ¡aparta!

Capitana Sheyla: Sois unos críos todavía, ¿por qué arruináis vuestras vidas de esta manera?

Suly: Yo no he arruinado mi vida, Sheyla, simplemente hago, hacemos lo que creemos correcto.

Capitana Sheyla: Ya veo, ¿y qué es lo correcto para vosotros?

Viria: ¡Es obvio! Evitar que este reino de mentiras siga causando mal al mundo, ya ha sido suficiente.

Bel: Lauzaliet no tenía nada de criminal, ese es motivo suficiente para oponernos a vuestras mentiras.

Keiko: Y lucharemos contra ellas hasta el final.

La capitana cerró los ojos, reflexionando.

Capitana Sheyla: Entiendo perfectamente vuestro punto de vista, es razonable y coherente, si fuese por mí, ahora mismo os dejaría marchar. No soy partidaria de matar a unos niños que dicen la verdad.

Nilan: Pues entonces aparta, ¡POR FAVOR!

* * * * *


Era muy temprano, ni si quiera había amanecido aun. La capitana Sheyla se acercó a su marido para verlo una última vez.

Capitana Sheyla: ¿Seguro que estarás bien? A mí no me han enviado a esa guerra, debo quedarme aquí.

Capitán Ridley: Claro que lo estaré Sheyla, confía en mí. Eso sí, puedo imaginar que será muy peligrosa… Ese pequeño reino posee el Oráculo, lo protegerán con uñas y dientes.

Capitan Sheyla: Debes prometerme que no te pasará nada, fue gracias a ese traidor que te conocí, aunque yo te lleve algunos años… Sabes que eres especial para mí.

Capitán Ridley: Sí, tú también lo eres para mí. Eres lo más importante, recuerda que todavía no hemos formado una familia en condiciones.

La mujer retrocedió, ruborizada.

Capitana Sheyla: ¿¡Pero en qué estás pensando ahora!?

Capitán Ridley: Ey, no es mi culpa que tu cabeza piense cosas inapropiadas.

Capitana Sheyla: Jajajaja, pero serás… Bueno, supongo que esta es la despedida, ¿no existe la posibilidad de que pueda ocupar tu lugar?

Capitán Ridley: No, no es posible... Zack se obsesionó con que fuese yo, parece ser que éste ataque que llevaremos a cabo lo han ideado unos pocos y el Primarca ha aceptado la idea. Esto que te contaré es alto secreto, no reveles nada, por favor…

Capitana Sheyla: Mis labios están sellados.

Capitán Ridley: Parece ser que quién confirmó la existencia del Oráculo en Mystical fue un mercenario… Los de arriba se han vuelto locos y quieren recuperarlo a toda costa. Este es el resultado.

Capitana Sheyla: ¿Un mercenario?

Capitán Ridley: Sí, según tengo entendido se llamaba Kyadara, pero no sé muchos detalles. En cualquier caso, es hora de partir.

La mujer lo agarró por la muñeca antes de que su hombre saliera por la puerta de la casa.

Capitana Sheyla: Prométeme que no librarás batallas innecesarias, vuelve sano y salvo, por favor.

Capitán Ridley: Prometido y jurado, je. Cuídate mucho, volveré en nada.

Y tras un dulce beso de despedida el capitán cerró la puerta de la casa, dejando allí a la mujer.

Pasaron los días. La capitana Sheyla fue convocada a una reunión en la que se informaba sobre los resultados de la guerra. Al no ver a Ridley pudo imaginarse el resultado.

Capitana Sheyla: No…

Pero tenía un deber que cumplir, no podía permitir que los sentimientos afectaran a su labor de capitán.

Capitana Sheyla: Me vengaré…

Sufrió en la soledad.

Capitana Sheyla: Me lo juraste, que volverías…

* * * * *


Y por fin tenía a los culpables delante.

Capitana Sheyla: Pero no puedo dejaros marchar. Vosotros asesinasteis al capitán Ridley hace un año, ¿cierto?

Suly: Realmente no lo asesinamos…

Capitana Sheyla: Yo… lo amaba. No puedo dejaros ir, y debéis comprender también que lucharé con todas mis fuerzas hasta vengarle.

La capitana de cabello azulado y voluminoso desenfundó una lanza que colgaba a su espalda.

Viria: ¡¿En serio vamos a combatir contra alguien del rango de capitán?! Uf…

Nilan: No es la primera vez que lo hacemos, ánimo y confianza. ¡Cooperemos como un equipo!

Suly: Aunque en esta situación no contamos con la ayuda del viejo Paradox, ni con Félix y su pandilla.

Keiko: No permitiré que ninguno muera antes que yo.

Bel: Y yo no pienso morir aquí. Pienso igual que Keiko.

Capitana Sheyla: Esa es vuestra decisión entonces… Deseaba no tener que recurrir a la fuerza, pero veo que no tengo otra elección.

Y alrededor de la capitana surgieron varias lanzas de aire color verdoso. Eran un total de cuatro, contando en ellas la original, de acero.

Nilan: ¿Hechicería Negra?

Suly: No, es Morada. Esas lanzas las puede manejar a voluntad, tened mucho cuidado.

La capitana, con su serio y a la vez, triste semblante, hizo gestos con sus brazos controlando así a voluntad las lanzas mágicas, estas revolotearon por la zona en busca de alguna víctima.

Nilan por su parte cargó fuego en la hoja de su espada para lanzar varias ráfagas seguidas mediante diversos tajos al aire. Un esfuerzo inútil, las lanzas de aire bloquearon los ígneos ataques frente a la mujer.

Suly: Tiene mucho alcance y una excelente defensa. No será fácil.

Keiko: Pero carece de velocidad.

Keiko con dos katanas se dirigió directa a la capitana en cuanto las lanzas de viento la dejaron de proteger, en esta ocasión la mujer imperial pasaría al ataque. Una de las lanzas que volaban por la zona salió disparada contra la joven a una velocidad abrumadora rompiendo así varias baldosas del suelo con el impacto, pero Keiko la evadió sin dificultad y siguió adelante.

Viria: ¡Cuidado!

Suly: Te ayudaré.

Suly utilizó su magia para incrementar las capacidades físicas de su amiga levemente. Esta vez fueron dos lanzas las que salieron disparadas contra la chica, mientras que la primera se desencajaba del piso y volvía a apuntar a ella. Gracias a la oportuna magia de Suly la chica escapó del ataque por los pelos, pero la lanza inicial se volvió a lanzar contra ella, y en el aire era incapaz de maniobrar.

Keiko: No funcionará.

Keiko lanzó una de sus katanas en otra dirección para impulsarse algo, aunque fuese mínimo, la lanza que iba a por ella le rozó el brazo provocando un fino corte para continuar su trayectoria, en la que se encontraba la capitana. La lanza de viento se evaporó al tocar su cuerpo y reapareció en otro punto de la sala. Keiko aterrizó con éxito y antes de que tuviese tiempo para reincorporarse, la capitana la ensartó por la espalda con la única lanza que tenía libre, la original de acero.

Capitana Sheyla: Impresionante, pero no ha sido suficiente. Me habéis analizado bien, puede que a fin de cuentas no sea suerte lo que os haya traído hasta aquí.

Nilan: ¡Keiko!

Las dos lanzas de viento que yacían en el suelo cruzadas volvieron a la normalidad, y esta vez en su trayectoria se encontraba la malherida Keiko, que era incapaz de moverse pues la capitana jugueteaba con su herida.

Keiko: ¡Aaah!

Capitana Sheyla: Una menos.

Las lanzas, con su característica velocidad, salieron despedidas contra la chica pero antes de ver más sangre desaparecieron entre las sombras, reaparecieron a espaldas de la capitana y se volvieron a evaporar como la anterior.

Viria: Demasiado bonito para ser verdad.

Capitana Sheyla: Mmm, sois duros.

La katana que Keiko había lanzado con anterioridad reapareció entre sombras en su mano libre, y con destreza, giró sobre sí misma y golpeó una de las piernas de la capitana en un intento de que perdiera el equilibrio. Antes de que la enemiga pudiese hacer nada, Keiko le ensartó sus dos armas en el estómago. Sin embargo, fue Keiko la que recibió también varios ataques por la espalda: Dos lanzas de viento la atravesaron por detrás, y la lanza de acero que poseía la capitana en su mano derecha también la atravesó. Por suerte ningún órgano vital fue dañado… ¿Acaso la capitana Sheyla quería vengarse realmente? No eliminó a Keiko teniendo la ocasión, pero nadie se percató de ello.

Ambas se separaron, tosieron sangre.

Capitana Sheyla: Maldita sea… No debí subestimarlos.

Las lanzas de viento reaparecieron a su lado, y esta materializó a partir de la original cuatro lanzas más de aire, siendo en total ocho armas. La rodearon por completo.

Capitana Sheyla: Vengaré a Ridley… cueste lo que cueste.

Y tosió más sangre. Keiko no se levantó del suelo, no podía moverse, el dolor la mataba poco a poco por dentro.

Nilan: ¡Keiko!

Nilan utilizó magia curativa para recuperar levemente las heridas de su amiga. Esta se reincorporó agotada y algo malherida.

Capitana Sheyla: Entonces eres tú quien sabe utilizar Hechicería Blanca… ¡Cof, cof! Yo… por desgracia soy incapaz de utilizarla. No puedo permitir que el combate siga prolongándose más, acabaré con esto yo sola. ¡Aquí y ahora!

Viria: ¡¿Qué va a hacer?!

Bel por su parte y desde las espaldas de sus amigos invocó una criatura recubierta de barro y estiércol, con forma de lagartija, en el punto ciego de la capitana para que escupiese fango sobre sus pies. El reptil desapareció y la capitana no se percató de sus acciones.

Capitana Sheyla: ¡Aquí viene mi ataque definitivo! ¡No quedará ninguno de vosotros!

La capitana envió todas sus lanzas, excepto la original, a por sus rivales. Las lanzas comenzaron a dar vueltas en círculos siendo el centro de éste la propia mujer, y poco a poco aumentaron su velocidad, multiplicándose y formando una pared verde, color debido a la cantidad de lanzas de viento que giraban en ese momento. El círculo iba creciendo poco a poco hasta abarcar toda la sala, rompiendo desde cuadros hasta las alfombras. Todo quedó destrozado.

Capitana Sheyla: Una barrera de lanzas que triturarán a cualquier enemigo que me rodee en un instante.

Una gota de sangre salió de la pared verde por la que giraban las lanzas, frente a la mujer. Ésta se calmó, satisfecha, llevando la mano libre a sus heridas.

Capitana Sheyla: La victoria es mía. Ridley, amor mío, descansa en paz.

La barrera de lanzas desapareció, quedando nada más las siete que había invocado, las cuales volvieron a rodear su cuerpo para protegerla.

Nilan: ¿Ese era tu ataque definitivo?

La mujer había cerrado los ojos para mantener ese minuto de silencio, en respeto al difunto, pero volvió a abrirlos como platos cuando escuchó la voz masculina a sus espaldas. Se giró, impactada.

Capitana Sheyla: ¡¿Cómo es posible?! ¡¿Cuándo?!

Gracias a Viria todos lograron escapar por los pelos de la barrena creada por la mujer y ahora el cuerpo de Nilan estaba recubierto por llamas. El de Keiko por una armadura anaranjada.

Capitana Sheyla: ¿Es eso?...

Nilan: Sí, la fusión.

Keiko: Si lo más que puedes hacer es eso, aquí ha acabado todo para ti.

Suly: No os paséis mucho tampoco, no es alguien que deba morir.

Viria: ¡Pero si casi nos mata!

La capitana intentó retroceder pero en vano, sus pies estaban sellados en el suelo. El barro que la criatura invocada por Bel había dejado se petrificó y ahora no se podía mover.

Nilan: Adiós, ha sido un honor combatir contra ti.

Capitan Sheyla: ¡¿Cemento?! ¡¿Qué es esto?! ¡¿Cuándo?!

Nilan salió disparado contra la mujer, le propinó un golpe tal en el pecho que agrietó su armadura, ahora en llamas, y logró romper la sustancia que la retenía en el suelo, enviándola por los aires. Sus lanzas de aire fueron incapaces de hacer nada ya que Sheyla no tuvo reflejos suficientes, por lo que se quedaron levitando en círculos, como si todavía protegieran a su dueña. La lanza de acero cayó al piso, inerte.

Keiko en un instante apareció sobre ella, y con habilidad y rapidez gracias a la magia que utilizó Suly en un comienzo le asestó un fuerte tajo con dos katanas, enviando a la capitana hacia el suelo. En el descenso la joven envainó las espadas que utilizaba y volvía a desenvainar otras, propinándole constantes y espectaculares cortes a lo largo de todo el cuerpo. Finalmente aterrizaron.

Keiko retrocedió hasta donde su amigo y las lanzas de viento se evaporaron. Entre el humo y los desperfectos la capitana Sheyla se levantó como pudo, su armadura se caía a pedazos, su cabello estaba alborotado y manchado de sangre carmesí que brotaba a través de su frente hasta el piso.

Capitana Sheyla: Maldita sea… No… N-no puedo caer de esta manera… Ridley… Tengo que vengarte… Tengo qu- ¡!

Dos lanzas de hielo atravesaron su pecho, arrebatando así la poca vida que le quedaba.

Suly: ¡¡NOOOOO!!

Bel: Pero su muerte nos beneficia, ¿no?

Suly: Yo no quería verla morir… no lo merecía.

Tanto Nilan como Keiko deshicieron sus respectivas fusiones. Sheyla se tambaleó un poco, desconcertada, y antes de que pudiese girar su rostro para ver mejor al culpable, cayó al suelo. Muerta. Si se fijaban bien en sus ojos podían notar perfectamente la amargura que la aprisionó en vida. Pero ahí estaba, fría y sin vida. Nada se podía hacer ya por ella.

Chiu-Nan: Una menos. Quién me diría que terminaría siendo yo el responsable de su muerte.

Cecil: Bien, ya van tres, Ridley, Leonard y Sheyla.

Brian: Menos mal que os hemos encontrado a tiempo.

Lauzaliet: Menos mal que siguen con vida, jojojo. Vamos, la salida secreta está atravesando ese pasillo.

Todos observaron el pasillo señalado por el anciano a la derecha. Los jóvenes miraron una última vez el cadáver de la capitana. Suly se encargó de que sus párpados descendiesen para siempre.

Chiu-Nan: ¿Te lamentas de un Capitán? Bueno, a decir verdad te has criado aquí, es normal.

Suly: Tú también, Chiu, eras capitán, ¿no es así? ¿Acaso no sientes nada por sus muertes?

La ira que el joven contenía era obvia.

Chiu-Nan: Generalizar está mal, no todos en Ferión son malvados, pero Leonard sí merecía la muerte. Y Zack también. Sheyla no os iba a dejar en paz, ¿cierto? Lo mejor que pude hacer era eliminarla.

Suly: Apenas le quedaban fuerzas, no era necesario arrebatar una vida.

Chiu-Nan: ¿Y si resulta que la dejamos vivir y luego le sanan las heridas? ¿Qué harías tú Suly? Eso sería un problema para nosotros, puede que nuestra perdición.

Suly: Sí, te entiendo perfectamente, tienes razón…

El chico marchó decepcionado por el pasillo, siguiendo al resto del grupo que se había adelantado. Chiu-Nan se quedó atrás, triste.

* * * * *


El día iba perfectamente, el Capitán Chiu-Nan ya tenía a aquellos que deseaba bajo su mando, y si algo tenía claro es que no reviviría lo sucedido con Malik. El sentimiento de culpa de haber matado a una persona le quitaba el sueño, pero hizo lo correcto.

Tres años desde que falleció aquel hombre y el joven se había vuelto capitán. El tiempo pasaba volando. Hacía ya ocho años desde que terminó la academia y ahora le tocaba el turno a su viejo amigo Leonard, quién igualó sus notas como él mismo hizo en el pasado.

Capitán Chiu-Nan: Increíble Leonard, ¡me has igualado! Te lo has tomado muy a pecho.

Leonard: Por supuesto, faltaría más. Tengo unas ideas asombrosas que transformarán el mundo, ya verás, ya.

Capitán Chiu-Nan: Oh, eso es fantástico, estoy deseando que las lleves a cabo.

Leonard: Tendré en cuenta tu opinión, querido.

Capitán Chiu-Nan: Dime, ¿te interesaría formar parte de La Orden de capitanes?

Leonard: Por supuesto, de hecho mi abuelo fue capitán, merezco el título.

Capitán Chiu-Nan: Entiendo, se lo comunicaré al Primarca y a los superiores, a ver qué se decide.

Leonard: Cuento contigo para que me acepten. Hemos sido amigos durante mucho tiempo, espero que no me dejes tirado ahora.

Capitán Chiu-Nan: Claro que no hombre. ¡Confía más en los demás!

La puerta de la habitación se abrió de golpe.

Ridley: Capitán, esto… Oh, siento interrumpir.

Capitán Chiu-Nan: No pasa nada, de todos modos estábamos a punto de terminar.

Ridley: Venía a entregar estos papeles. La verdad es que ha llevado su tiempo, pero por fin están todas las estadísticas listas

Capitán Chiu-Nan: Genial, déjalo todo sobre la mesa.

Y alguien más asomó por la puerta.

Zack: Vamos Ridley, tardas demasiado. Sabes que no tengo paciencia.

Un joven Zack y un joven Ridley trabajaban para el capitán. Leonard pareció fijarse especialmente en Zack, puede que le atrajera no sólo su físico, sino algo más…

Leonard: Bueno, he de irme. Cuento con usted entonces.

Chiu-Nan: No hace falta que me seas tan formal, hombre. Ya hablamos.

Leonard: ¡Sí, un beso!

Y con un gesto de mano se despidió.

Zack: ¿Quién era ese? ¿Qué clase de despedida es esa?

Ridley: En fin, ya todo está hecho capitán, con su permiso nos retiramos, ya hemos terminado por hoy.

Capitán Chiu-Nan: Por supuesto, que paséis un buen día. Por cierto…

Ambos soldados se detuvieron ante la puerta, atendiendo en silencio.

Capitán Chiu-Nan: ¿Qué os parece la idea de eliminar las leyes que impiden ascender socialmente? Eso traería mucho beneficio a la sociedad en general, todos tendrían la posibilidad de llegar alto, aprovecharíamos mejor el talento de aquellos que no tienen recursos.

Los dos jóvenes no supieron qué contestar en un primer momento, pero tras reflexionar un poco…

Ridley: A mí no me parece mal, suena bien.

Zack: A mí me da un poco lo mismo, cómo prefieras. Si trae beneficio… no dudes en ponerla en práctica, la idea digo.

Capitán Chiu-Nan: Gracias por vuestra opinión. La tendré muy en cuenta.

Y antes de que cerrasen la puerta apareció frente a ambos la capitana Sheyla, aquella que le llevaba ya algunos añitos a Chiu. Esta quedó un poco ruborizada al ver a Ridley allí, era un joven bastante guapo.

Ridley: Siento haber entorpecido su marcha, continúe por favor.

Y con un gesto la invitó a entrar en la habitación.

Capitana Sheyla: Oh, sí, claro, muchas gracias.

Y cerró la puerta, quedando a solas con el capitán.

Capitán Chiu-Nan: Sheyla, te había llamado para comentarte una cosa. Me gustaría que un viejo amigo mío pudiese entrar en La Orden de capitanes.

Capitana Sheyla: Pero eso es ridículo, aquí no puede acceder cualquiera.

Capitán Chiu-Nan: No es lo que parece, se llama Leonard y resulta que miembros de su familia ya han trabajado para…

* * * * *


Chiu-Nan: No es fácil para mí tampoco llevar a cabo este tipo de cosas.

Suly: Me imagino.

Entretanto…

Nilan: Anciano Paradox, apenas hemos tenido ocasión de hablar desde lo del templo…

Aquello último pareció sentarle mal al hombre, el cual desvió la mirada, algo arrepentido.

Viria: ¡Sí! ¿Qué se supone que hizo en ese lugar con mi chico? Por favor, tiene que darnos una explicación.

Lauzaliet: No… No era nada malo, podéis estar tranquilos.

Cecil: Déjame adivinar, confiabas en él, ¿cierto?

Eso último si le llegó al anciano Sapien, que observó a Cecil con verdadero asombro.

Lauzaliet: ¿Acaso sabes sobre “eso”?

Cecil: No exactamente, pero Félix me mencionó algo así hará meses y meses, si es cierto lo que me has contado antes… Es que has confiado en Nil todo el tiempo.

Nilan: Pero yo no entiendo nada, todos parecen saber aquí cosas mías que ni yo sé…

Viria: Pues imagina yo, amor, más perdida que servidora nadie.

Lauzaliet: Mmm, supongo que en lo único que he fracasado… ha sido en no contaros la auténtica verdad. No quería asustaros, deseaba que disfrutarais vuestra juventud, aunque con lo que hay es difícil me imagino.

Viria: ¡Pero en ese templo Nil estuvo a punto de morir! ¡¿Por qué?! ¡¿Qué era esa esfera roja de fuego?!

Lauzaliet: A fin de cuentas, os lo hubiese tenido que contar tarde o temprano… Esa era la Primera Luz, o así las han denominado las antiguas leyendas.

Nilan: ¿Primera Luz?

Lauzaliet: Sí, hay un total de cuatro Luces, cada una representa uno de los elementos que han creado el universo, la Tierra, el Agua, el Viento y por último, la Luz que posees tú ahora mismo en tu interior, joven, el Fuego. Para restaurar el auténtico poder del Oráculo son necesarias las Luces, se deben reunir todas. ¿Qué por qué quiero que las obtengas? Porque alguien como tú, o gente como vosotros, sois la esperanza del mundo. O al menos la seréis en algún momento. ¡No hay más que veros para darse cuenta de ello! ¡Jojojojojo!

Nilan: El poder del Oráculo… Es un honor que haya confiado hasta tal punto en nosotros.

Viria: Sí, ¡y pensar que hace un año nunca me imaginé aquí! Bendita casualidad la de encontraros.

Lauzaliet: Además, hay algo que me preocupa bastante…

Cecil: ¿De qué se trata?

Lauzaliet: Es ese individuo… Bueno, no importa, ya lo hablaremos cuando salgamos de aquí.

Y así es cómo llegaron al punto clave. La nueva sala era mucho más grande que la anterior, había una fuente en el centro y una gran cristalera que daba al exterior, podía verse el mar desde esa altura. Estaba empezando a anochecer. Cuatro grandes pilares sostenían una plataforma superior por la que se enroscaban algunas hiedras, sobre el agua de la fuente flotaban nenúfares y diversas flores.

El grupo entró por la izquierda, al sur se encontraba la gran cristalera, al norte otro pasillo al que se accedía subiendo muchas escaleras, y junto a la pared de la derecha estaba la estatua de La Diosa. Esa última era la clave, en teoría había un pasadizo secreto a sus espaldas.

Nilan: Puf, ¡por fin! Casi no lo contamos.

Viria: Yo no puedo con mi alma.

Brian: Simplemente hay que depositar una flor de las que flotan en el agua sobre la mano de la estatua y ésta se apartará.

Cecil: No parece haber nadie por aquí, así que tenemos vía libre.

Capitán Zack: ¿Eso crees?

Todos se sobresaltaron ante aquel conocido tono de voz, de uno de los pilares, al fondo, surgió el capitán más temido de todos. De otro de los pilares surgió su fiel compañero, aquel que habían visto incontables veces.

Capitán Drake: Era obvio por dónde iban a escapar. Por lo que decidimos tenderles una trampa, pero Sheyla decidió adelantarse e ir por su cuenta…

Cecil: El Primarca ha caído, no sirve de nada seguir protegiendo el reino.

Capitán Zack: ¿Qué ha caído? ¿Cómo sabes tú eso? ¿En qué te basas para decirlo?

De la plataforma superior descendieron una gran cantidad de soldados, incluyendo al capitán Makarov.

Capitán Makarov: La herida de esta mañana no es nada comparada con la humillación que sentimos.

Capitán Drake: El que usa fuego porta el Oráculo, no lo asesinéis.

Capitán Zack: Al resto… Destrozarlos.

Y comenzó una nueva y forzosa batalla justo antes del final.

Viria: Esto tiene que ser una broma… No me jodas.

Suly: Tenemos que vencer rápido a estos, antes de que vengan más capitanes.

Viria: ¿M-más capitanes? No puede ser…

Nilan: ¡A por todas!

Lauzaliet: Jojojo, ojalá yo tuviera ese espíritu. Divina juventud.

Brian: No podemos bajar la guardia.

Chiu-Nan: Cecil y yo nos encargamos de Zack, os dejamos el resto a vosotros.

Cecil: Nil, Bel, no se os ocurra perder.

Nilan: Claro que no.

Bel: Ni en un millón de años.

Cecil: Así me gusta.

Y se dio paso a la cruenta batalla. Chiu-Nan y Cecil se esforzaron por apartar a Zack del resto de subordinados, mientras el Capitán Drake, el Capitán Makarov y los demás se ocupaban del gran grupo.

Lauzaliet: Sois unos pesados, ¿no os lo habían dicho? Pues ahora sí.

El hechicero elevó su mano derecha y generó una esfera oscura en ella, todos los enemigos que se vieron afectados por las ondas de la bola de energía comenzaron a moverse con mayor lentitud. Oportunidad que aprovechó Brian para llevarse unos cuantos por delante.

Soldado de Ferión: ¡Tenemos que poner toda la carne en el asador! ¡No escaparán! ¡Victoria o derrota!

Uno de los soldados disparó con sus puños una esfera azul, Viria la evitó de milagro con sus peculiares habilidades, transportándose a su espalda y degollando al hombre con una daga que portaba en su pequeño bolsito de cuero colocado en la cintura. La esfera azul siguió su rumbo y devastó parte de las escaleras.

Viria: Mala suerte machote.

Keiko: Tus deseos de venganza son mayores que el sentimiento de proteger tu reino.

Capitán Makarov: ¡Cállate miserable!

Keiko comenzó a sacar katanas de la ropa, golpeando sin cesar a su rival, el cual solo podía retroceder asustado. Finalmente un corte en su mejilla le hizo espabilar.

Capitán Makarov: ¡Seré nuevo pero no soy un inútil! ¡Defenderé mi reino y a sus habitantes de gente como tú!

Keiko: A sus ojos no eres más que un cebo. El primero que debe morir.

Capitán Makarov: ¡¿Cómo te atreves?!

Capitán Drake: ¡Ha!

El capitán Drake se lanzó con su espada a una velocidad pasmosa contra Nilan, que estaba acorralado en una pared. El joven evadió con su cabeza el filo del arma recibiendo únicamente un pequeño corte en la mejilla izquierda. En cuanto el arma perforó los ladrillos el hocico de un dragón tomó forma a espaldas del portador del Oráculo, que escapó a duras penas de la ofensiva del capitán.

Suly: Si llegamos a perder, lo haremos con estilo.

Suly utilizó su hechicería para reforzar las cualidades de sus compañeros cercanos, entre ellos estaban Nilan y Lauzaliet.

Lauzaliet: Está anocheciendo, hace falta un poco de iluminación y calorcito.

El anciano usó algunas llamaradas para abrasar a parte de los soldados de la zona. También había arqueros en la plataforma superior, uno de ellos le disparó una flecha en el hombro.

Lauzaliet: Ugh.

Suly: ¡Viejo!

Y con las mismas Suly se esforzó para abatir al soldado que lo acosaba cara a cara y acudir en ayuda del anciano.

Por otra parte otro trío llevaba a cabo un intenso duelo.

Chiu-Nan: Ha pasado mucho Zack, ¿es esto lo que te ha enseñado Leonard? ¿A tender emboscadas?

Capitán Zack: ¡Cállate!

Cecil: Ya matamos antes a Sheyla, tú serás el siguiente.

Capitán Zack: ¡¿Cómo?! ¿Sheyla también? … ¡Ferión no caerá por unos cualquiera!

El capitán se lanzó a toda velocidad a por Cecil, pero este gracias a varias flechas de viento logró hacerlo retroceder y cambiar de dirección.

Capitán Zack: ¡Toma esto!

El capitán propinó un corte al aire, generando con éste una gran lengua de fuego que abrasó todo a su alrededor.

Chiu-Nan: Por los pelos.

El brazo izquierdo del antiguo capitán fue abrasado, parte de su kimono negro fue también incinerado. Invocó a tiempo una débil barrera de hielo para protegerse del fuego, tanto a él como a su amigo.

Chiu-Nan: Con Félix aquí la situación habría sido distinta.

Capitán Zack: ¡¿Por qué vistes de manera tan rara?! El irte de aquí te ha trastocado.

Chiu-Nan: El kimono me ayuda a utilizar hechizos de más poder. Y todos hemos cambiado Zack, no lo niegues, mírate, ahora tienes menos inteligencia que por aquel entonces.

Chiu generó soplando vapor varias burbujas de agua en la palma de su mano y las disparó contra el capitán. Las burbujas eran similares a agua a presión, por lo que provocaron más estragos en el terreno. Ninguna sirvió para herir al enemigo.

Cecil: Es duro de pelar.

Chiu-Nan: Ya caerá, ya.

Cambiando de frente de batalla, Nilan invocó a Ifrit para abatir a más y más soldados, gracias a su invocación el capitán Drake estaba en aprietos.

Capitán Drake: No perderé aquí. No puedo hacerlo.

El capitán saltó cinco metros y colocó el filo de su arma hacia abajo, al instante cayó a gran velocidad atravesando la espalda de Ifrit y provocando gran dolor a la criatura.

Nilan: ¡No!

El capitán se reincorporó.

Capitán Drake: No está todo perdido.

Brian: Para nosotros no.

Capitán Drake: ¡Agh!

Brian por sorpresa clavó una de sus espadas en el estómago del capitán y volvió a retroceder.

Capitán Makarov: ¡No permitiré que humilléis a Ferión!

Keiko: ¡Eres una molestia!

Keiko le propinó una fuerte patada al destrozado capitán, éste apenas podía con su alma, la paliza que se había llevado fue grande.

Soldado de Ferión: ¡¡No os rindáis, ya caerán!! ¡¡Debemos esperar a que lleguen los refuerzos!!

Capitán Zack: Menos inteligencia, ¿eh?

El capitán Zack se tomó muy en serio la crítica de su antiguo capitán, incluso reflexionó seriamente sobre esta. Agarró su espada con fuerza por el mango y cortó el aire, literalmente. Un filo de energía naranja salió disparado por toda la zona y rompiendo así todas las columnas.

La plataforma superior cayó junto con los pilares. El impacto fue tal que la humareda provocada medía metros y metros. La cristalera y la fuente también sufrieron destrozos.

Lauzaliet: Mucho humo… cof cof cof…

El hechicero creó varias esferas de aire y como era capaz de sentir a otros seres vivos sabía perfectamente la posición de estos. Envió cada esfera a los enemigos que quedaban con vida por la zona y provocó la explosión de esta, enviando por los aires a los respectivos objetivos.

Brian: Ya hemos acabado con todos, debemos marcharnos a la de ya.

Más de un soldado salió volando hacia la gran cristalera, rompiendo esta y cayendo al vacío. Otros simplemente destrozaron paredes u otros muebles del lugar quedando así derrotados de manera definitiva.

Nilan: ¡Vamos, el camino ya está despejado!

Suly: Al final me sabe mal irme sabiendo que Sheyla ha muerto y no he podido hablar más con mi padre…

Viria: ¡No tendremos otra oportunidad Suly! ¡Ahora o nunca!

Lauzaliet: Jojojo, es increíble el poder de la juventud, y yo pensaba que a estas alturas estaría muerto. Parece que os entrené bien muchachos.

Capitán Makarov: Ug… No… no podemos perder… arg…

Keiko: Adiós.

El joven capitán de cabello castaño fue incapaz de moverse del sitio, las heridas y la esfera de aire le rompieron algunos huesos. Observó inmóvil, con impotencia y odio a los intrusos.

Bel: Cecil, vámonos.

Cecil: No… no es tan fácil…

Chiu-Nan: Demasiado bonito para ser verdad… Es muy pronto para marcharnos. Mirad bien.

De entre el humo que todavía se condensaba en la sala los jóvenes sintieron que algo no iba bien, diversos gruñidos y siluetas surgían de entre los destrozos. Ya no quedaban soldados en pie, pero sí capitanes, estos se negaban rotundamente a perder.

Capitán Zack: Éste es vuestro final, aunque habéis llegado lejos… Pero no consentiré que hundáis nuestro reino.

El capitán Zack empuñaba junto a la estatua de La Diosa su espada con ambas manos y a su lado había un gran y enorme león reluciente, de pelaje brillante y claro.

Capitán Drake: Yo tampoco puedo rendirme, nos hemos cruzado muchas veces y esta será la definitiva. Es nuestra responsabilidad no permitir que sigáis causando más muertes.

En la otra punta de la sala se encontraba Drake, amenazante con su afilada arma, y tras él se hallaba un imponente y largo dragón de escamas doradas.

Lauzaliet: Jojojo, esto se va a poner interesante…

Viria: ¿Eso son sus invocaciones? Van a por todas... Que La Diosa se apiade de nosotros.

Suly: ¡Pero Viria! ¡¿No decías que no creías en La Diosa?!

Viria: ¡Bueno, en situaciones límite cualquier cosa es posible! ¡¿Y si resulta que al final existe?!

Suly: Oh, entonces eso nos haría los malos de la película.

Viria: ¡No, no es lo mismo!

Nilan: Jajajaja, venga, venga, que tenemos que salir de aquí.

Keiko: Es increíble…

Brian: Lauzaliet, nosotros ya estamos viejos, cómo los envidio.

Lauzaliet: Coincidimos pues.

Capitán Drake: Aparte de humillar a nuestro reino, ¿osáis también reíros de nosotros en un combate? ¿En nuestra cara?

Chiu-Nan: Sois demasiado serios, dejadnos salir y todo arreglado.

Cecil: Eso mismo, no es tan difícil, solo fingís que perdéis y punto.

Capitán Zack: ¿Os creéis graciosos con vuestras acciones? Porque a mí no me hace ni pizca de gracia… Ninguno escapará de aquí. Pronto vendrán el resto de capitanes, no tenéis posibilidades. Fuisteis muy valientes pero vuestra arrogancia os condenó.

Capitán Drake: ¡En guardia!

Nilan: ¡En guardia tú!

Bel: ¡Aquí vienen otra vez, tened cuidado!

El reluciente dragón de Drake se elevó en el aire a la par que su invocador se lanzaba directo y con una fiereza inquebrantable hasta sus enemigos.

Lauzaliet: Supongo que no tengo alternativa, los Sapien a diferencia de los Humanos nos caracterizamos por ser capaces de utilizar cualquier Hechicería… Es el momento de emplear mi propia invocación.

El anciano llevó la palma de su mano hasta el suelo, creando así un aura mágica color verde oscuro a su alrededor, seguido de un fuerte destello del mismo tono. Lauzaliet se transformó un pequeño árbol que curiosamente poseía una rama que hacía de nariz y varios huecos en la corteza que sustituían los ojos, pero era eso, un simple árbol con ramas y hojas, muy pequeño.

Brian: Has decidido usar la fusión, esto será interesante.

Nilan: Oh, ¿es esa la fusión del anciano Paradox?

Capitán Drake: ¡No es momento de mirar para otro lado!

El capitán Drake fue directo a atravesar el estómago de Nilan, pero una barrera verde surgió entre ambos y el capitán recibió la potencia de su propio golpe. Éste salió volando de nuevo hacia atrás para destrozar parte de los escalones.

Brian: Lauzaliet en su fusión es capaz de generar grandes cantidades de poder mágico, puede usar Hechicerías de todo tipo y de altísimo nivel. Diría que somos imparables.

Suly: Woah… Y pensar que era tan fuerte…

Viria: Suly, no en vano es famoso.

Suly: Sí, sí pero… No me lo esperaba.

El dragón dorado no perdió más tiempo y se lanzó a por aquel que repelió a su dueño, Nilan, a quien golpeó con su cola como si utilizase un látigo. Envió al chico volando por los aires y éste a modo de contraataque clavó su espada envuelta en llamas en las escamas. La criatura rugió de dolor a la vez que intentaba liberarse del muchacho, que resistía colgando en la extremidad.

Suly: Nil, ¡te ayudaré!

Viria: ¡No le hagáis daño u os las tendréis que ver conmigo!

La invocación de Drake era incapaz de librarse de aquel incordio por lo que recurrió a la estrategia más sencilla del mundo: Golpear su cola una y otra vez contra la pared hasta que éste cayera.

Falló. Tanto Nilan como su arma se desvanecieron entre sombras y el dragón se golpeó a sí mismo contra la pared. Suly entre tanto clavó su lanza rápidamente en la extremidad confiando en que lograra llevar a cabo su técnica con la suficiente rapidez.

Suly: Un problema menos.

La cola de la bestia se fue haciendo más y más pesada hasta terminar desplomada en el suelo, el dragón ya no podía volar por mucho que se esforzase. Furioso abrió su hocico dispuesto a lanzar algo por la boca a Suly, que lo tenía al lado, pero Lauzaliet desde su posición, inmóvil, se agitó un poco y varias hojas cayeron. De pronto una enorme burbuja de agua rodeó a la legendaria criatura seguida de potentes truenos encargados de penetrar el líquido. La burbuja estalló como si hubiese tenido lugar la mezcla del fuego con un combustible volátil y el humo resultante se transformó en cuchillas de viento, cortando y rasgando así el cuerpo del reptil.

Suly: Tantas magias seguidas… ¡Es alucinante, no tengo palabras!

Nilan: Pues él nos adiestró Suly, no podemos defraudarle.

Viria: Al menos no sois desagradecidos.

Bel: Os curaré a todos, es lo mínimo que puedo hacer.

Alrededor de la jovencita aparecieron algunos insectos voladores que se dirigieron hasta sus compañeros, estos clavaron el aguijón en sus pieles y notaron cómo se recuperaban tanto física como mentalmente.

Brian: Keiko, tenemos que coordinar nuestros movimientos.

Keiko: Adelante, estoy preparada.

Drake: Jum.

Brian y Keiko se lanzaron de frente a por Drake, coordinando a la perfección sus ataques. El capitán se vio en serios apuros, sus reflejos no eran suficientes para contrarrestar los rápidos, demoledores y letales ataques del dúo al que enfrentaba.

Capitán Drake: Maldita sea…

Y recibió un severo corte en la pierna izquierda por parte de la rubia muchacha, derramando grandes cantidades de sangre.

Capitán Drake: ¡No!

Estaba acorralado, y antes de recibir el que podía ser el golpe que le arrebataría su último suspiro, el dragón lanzó a través de su mandíbula una sustancia eléctrica con truenos y llamas de color anaranjado. Brian y su compañera se vieron obligados a retroceder.

Capitán Drake: No caeré tan fácilmente… No ante gente como vosotros.

Brian: Os superamos en número.

Keiko: Simplemente seguís combatiendo para ganar tiempo.

Capitán Drake: ¿Ganar tiempo? Mmm, es posible pero…

La mano que sostenía el arma comenzó a temblar, el cabizbajo capitán estaba dudando de algo… ¿Qué podría ser?

El enorme león al otro lado de la sala golpeó con una de sus zarpas el suelo, en un intento de aplastar a Cecil. Parte del terreno sufrió el rápido y potente ataque, sin embargo el muchacho logró escapar a duras penas. Éste último concentró energía en sus dedos y lanzó varias cuchillas de aire a la enorme criatura, causándole serias heridas.

Capitán Zack: No eres más que un traidor, un experimento fracasado, admite tu derrota de una vez. Resígnate.

Cecil: ¡¿Por qué debería hacerte caso?!

Chiu-Nan: ¿Un experimento fracasado? ¿A ojos de La Diosa soy eso? ¿Un fracaso? Permíteme explicarte ciertas cosas… Zack.

Capitán Zack: ¿Qué me tiene que explicar un fracaso como tú?

Chiu-Nan: Si traicioné a Ferión es porque estaba convencido de que acabaría con vosotros, una panda de hipócritas. Además, comencé con esta labor cinco años después de terminar en la Academia. Asesiné a mi capitán porque era escoria. Siempre habéis abusado del poder.

Capitán Zack: No es posible. ¡Entonces!... Trabajé para un asesino.

Chiu-Nan: ¿Asesino? No creo que estés en posición de recriminarme nada, lamentablemente por mucho que te diga seguirás con esa mentalidad tan terca, ciega y egoísta. Leonard siguió ese camino y ya ha pasado a mejor vida.

* * * * *


Diez años después de que Chiu-Nan terminara sus estudios en la Academia…

El cielo esa mañana estaba despejado, las claras nubes eran transportadas por una fresca y agradable brisa. Pasaron unos pocos años desde que Leonard fue nombrado capitán de Ferión gracias al esfuerzo de su viejo amigo para convencer al resto de capitanes.

Capitán Leonard: ¿Cómo? ¿El experimento? Pues consistirá en utilizar distintos minerales y hechizos de invocación, similares a los que emplean los Sapien en la Cueva de la Sabiduría, para que un alma humana sea capaz de controlar toda clase de poderes. ¿No es fascinante?

Capitán Chiu-Nan: Pues a decir verdad es interesante, ¿pero no será arriesgado para quién se someta a ello?

Capitán Leonard: Tonterías. Lo he hablado con los de “arriba”, y están todos de acuerdo que el primer sujeto de esta nueva raza seas tú, viejo amigo.

Capitán Chiu-Nan: Oh, ¿yo? ¿Por qué?

Capitán Leonard: Eres el primer capitán con un historial impecable en la Academia, todos están deseosos de ver los resultados. Imagina lo que cambiaría nuestro reino con tan solo esto.

Las palabras de Leonard eran muy ambiciosas pero… ¿Podía confiar su amigo en ellas? Estaba decidido por mucho que se lo pensase, habían decidido que fuese él y no otro.

Capitán Chiu-Nan: Me parece perfecto entonces. Probemos eso.

Capitán Leonard: Magnífico…

El experimento se llevó a cabo a escondidas, era algo de altísimo secreto. ¿El resultado? En un primer momento no sucedió nada, sometieron a Chiu a numerosas pruebas pero nada sucedió. Parecía haber sido un fracaso rotundo y el orgullo de Leonard como capitán estaba en juego.

Capitán Leonard: ¡¿En qué ha podido fallar esto?! ¡¡MALDITA SEA!!

Y golpeó con fuerza los documentos colocados encima de la mesa. La puerta entonces se abrió de golpe.

Zack: Esto… ¿Interrumpo o algo?

Capitán Leonard: Oh, no, no interrumpes nada. ¿Qué quieres?

Zack: Vengo a comunicarle que… ejem, mi capitán ha abandonado la capital y Ridley ha ido tras él, ¿deberíamos hacer algo?

El rostro de Leonard mostró un asombro inusitado. Por otra parte, Chiu abandonaba con apuro su propio reino, esta vez se hallaba en un bosque cercano a las Llanuras centrales. Llovía.

Ridley: ¡¡¡Capitan!!! ¡¿Qué está haciendo?!

Capitán Chiu-Nan: Ridley…

El capitán apareció de pronto tras su subordinado, agarrando con la mano derecha el hombro izquierdo de éste. Todo lo que estaba por revelar se lo susurraría al oído.

Capitán Chiu-Nan: … hazme un favor, aléjate de Ferión inmediatamente.

¿De verdad estaba hablando en serio? El joven no daba crédito a lo que oía. ¿Cómo iba a abandonar su reino si incluso ya comenzaba a tener relaciones sentimentales con quién pasaría a ser el amor de su vida? No, jamás de los jamases.

Capitán Chiu-Nan: Antes de que te arrepientas y sea demasiado tarde. Abandona este lugar de locos. Te lo digo por tu bien, de lo contrario… serás lo mismo que yo, un sacrificio.

Ridley: Capitán… ¿Qué está diciendo?

Capitán Chiu-Nan: Por favor.

Esas palabras dolieron mucho.

Ridley: Tanto yo como Zack lo admiramos mucho, ¿acaso nos traicionará a todos? No… no puedo creerlo.

Capitán Chiu-Nan: Tanto tú como Zack tenéis mucho potencial, mantenéis una sana rivalidad entre ambos… No tenéis por qué pasar mi mismo destino, huid de aquí. Rápido. Te lo suplico. No habrá una próxima vez si decides quedarte.

Ridley: ¿A-acaso me está amenazando?

Zack: ¡Capitán!

Capitán Leonard: Oh, mirad a quién tenemos aquí…

Capitán Chiu-Nan: Leonard… Zack…

Chiu soltó a Ridley y volvió a la posición en la que se encontraba anteriormente, mucho más adelante.

Capitán Leonard: ¿Qué se supone que haces?

Chiu-Nan: Ya no seré más un capitán Leonard, me marcho de Ferión para siempre. Olvidadme.

Ridley: ¡Capitán!

Capitán Leonard: Es inútil Ridley, ¿no lo ves? No es más que un vulgar traidor. Mirad cómo os observa con odio y rabia.

El capitán mentía, la rabia y el odio de su mirada iban dirigidos al propio Leonard.

Zack: Traidor… ¿El capitán? No me lo creo…

Capitán Leonard: ¿Qué motivo tienes para hacer esto?

Chiu-Nan: Uno y bien grande, esta será la última vez que nos veamos…

Ridley: ¡No!

Capitán Leonard: Je, como prefieras, traidor…

Con el tiempo Leonard supo remediar el fallo de su experimento y comprendió las razones por las que su viejo amigo les traicionó. Con los nuevos datos experimentó con Zack y el resultado fue completamente opuesto, Zack pasó a ser el primer Humano con capacidad de dominar todas las hechicerías, y eso no era todo, sus facultades físicas y su esperanza de vida incrementaron drásticamente. Fue Ridley quien al poco de la traición pasó a ser capitán y sustituir al “Traidor”, por lo que Zack pasó a ser otro capitán aparte, aunque en el fondo no era más que una mera marioneta.

Con el paso de los años Chiu decidió vengarse, acabar con Ferión, un reino que cada día que pasaba era más y más poderoso. En su viaje terminó topándose con un chico de habilidades extraordinarias en lo referente a la Hechicería Blanca. Y así siguió la historia…

* * * * *


Cecil: Vosotros matasteis a mis amigos y a mi familia, ¡¿qué Diosa ni qué?!

Capitán Zack: ¿Qué sabrá un mocoso como tú de todo esto? ¿De lo moral y lo ético? ¿De la vida y la muerte?

Chiu-Nan: Mhh, Ridley y Sheyla terminaron siendo sacrificios, como lo fui yo. Y todos estos soldados que veis aquí muertos también. Ferión es la mayor mentira que ha existido.

Capitán Zack: ¿Mentira? No hay mayor gloria que obtener el triunfo con sacrificios. Para alcanzar el bien necesitamos eso, sacrificarnos por el prójimo.

El capitán comenzaba a reflexionar... Hasta que Chiu realizó un gesto con sus manos y una diminuta esfera de fuego surgió a su lado de las ruinas, estallando ante la cara del rubio capitán.

Capitán Zack: ¡Mierd-!...

Cecil: Ese golpe no le ha sentado bien, parece ya agotado… Como nosotros, no sé cuánto tiempo más aguantaré.

Chiu-Nan: Yo no pienso rendirme aquí.

El león malherido se lanzó a por el antiguo capitán, partiendo su cuerpo por la mitad con una de sus zarpas.

Cecil: ¡No!

Sin embargo no fue más que un espejismo, el hombre reapareció a espaldas de la imponente criatura y lanzó varias lanzas de hielo, perforando su piel y dejándolo al borde del colapso.

Chiu-Nan: Estoy demasiado cansado. Cecil, no podré asegurar tu supervivencia si esto se prolonga demasiado…

Cecil: No te preocupes, solo falta Zack.

Capitán Zack: Esto no terminará así como así. Decís empeñados en que este reino es una mentira, sin embargo… aquí es dónde yo me he criado, no permitiré que destruyáis mi pasado y el de muchos otros.

Chiu-Nan: Al menos ya empiezas a pensar con la cabeza y no con tu espada…

Cecil: Entonces no hay otra opción que luchar. Yo me enfrento a vosotros porque me habéis arrebatado lo mío, y ahora pretendéis defender lo vuestro. Esta lucha no tendrá fin hasta que alguien sea derrotado definitivamente.

Pero entonces la conversación fue interrumpida por una gran explosión. El resultado del estruendo fue un Drake incrustado en los escalones, casi sin fuerzas. Éste apoyó la espada en el suelo, intentando buscar ayuda para alzarse de nuevo al fragor de la batalla.

Capitán Zack: No, Drake…

Capitán Drake: Ug, te-tengo que… levantarme…

No tenía fuerzas ni para moverse.

Capitán Zack: Sois muy resistentes, os habéis fortalecido mucho durante este tiempo, pero nosotros utilizaremos nuestra mejor baza. Drake, ¿podrás?

Capitán Drake: S-sí…

Capitán Zack: Genial, vamos allá.

Los cuerpos de ambos capitanes comenzaron a brillar, y tanto el dragón como el león también lo hicieron, sincronizados con sus invocadores.

Nilan: ¿Más? Ah… ah… Yo no tengo más fuerzas pero… pero tengo que resistir como sea.

Lauzaliet deshizo la fusión y volvió a su aspecto común. El anciano cayó de rodillas al suelo, agotado y exhausto, más pálido de lo normal.

Lauzaliet: Parece que… no será tan fácil como… pensamos…

Viria: ¡¿Pero qué están dispuestos a hacer?! ¡Acabemos a la de ya con ellos!

Suly: ¿Otro capitán morirá? No… yo no quiero que muera nadie más… ¡Podemos detener esto aquí y ahora, por favor!

Keiko: Suly, no tenemos más opciones, es una guerra sin cuartel.

Brian: Alerta, van a utilizar la fusión.

Nilan: ¿La… fusión? Venga, nosotros podemos… ¡Hemos venido a rescatar a Lauzaliet y salir con vida! ¡¡No podemos perder!!

A pesar de sus palabras, era evidente que perderían de una manera u otra, estaban acabados. Los capitanes realizarían la fusión y acabarían con ellos allí mismo.

Era el fin.



Pérdida.
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¿¿??: ¡Alto!

Una voz imponente detuvo a todos los presentes, incluyendo a los capitanes que se vieron obligados a detener el proceso de fusión, manteniendo así su aspecto humano.

Suly: ¿Quién?...

Cecil: Imposible… ¡Si yo lo maté!

Chiu-Nan: Ahora lo entiendo todo, con razón habíamos llegado tan lejos…

Cecil: ¿Qué quieres decir?

Chiu-Nan: Tus amigos saltaron a la arena para rescatar a Lauzaliet antes de que tú lo asesinaras, por lo que le dio tiempo a utilizar algún hechizo y evadir la muerte. Ha esperado hasta este momento para intervenir, muy astuto. Ha utilizado primero a sus fieles mascotas y en cuanto nos ha visto en el límite se ha limitado a intervenir para rematarnos.

Lauzaliet: Precisamente ahora… cuando no nos… quedan fuerzas…

Nilan: El Primarca…

En efecto, el Primarca hizo acto de presencia sobre las escaleras, levitando. No estaba muerto, de hecho siguió con vida durante todo el día, pues ya estaba anocheciendo.

Primarca: Me he encargado personalmente de tranquilizar a la población, ninguno de vosotros escapará de aquí hoy… este es vuestro fin, el de la Amenaza que representáis. El Reino de Ferión no perdona jamás a quiénes atenten contra la paz, aunque he de admitir que habéis resistido bastante. Yo, como representante en la vida terrenal de los ideales de La Diosa, os condeno aquí y ahora.

Viria no pudo aguantar más las ganas, si iba a morir al menos lo haría sin nada pendiente por hacer.

Viria: ¡Pero si esa Diosa no existe! ¡Dejad ya de mentir!

Primarca: Es normal que vosotros, quiénes no habéis sentido la Paz en vuestro interior jamás, digáis esas cosas y nos acuséis de mentir. Y, ¿quién de vosotros porta el Oráculo? ¿El joven de la espada?

Nilan: ¡Sí! ¡Y no pienso entregároslo!

Todos se interpusieron delante de Nilan, protegiéndolo.

Primarca: Ya veo… Es esa vuestra decisión, una lástima. Podríais haber vivido un poco más, pero hasta aquí han llegado vuestros pecados.

Brian: ¿Vas a seguir con esta farsa?

Primarca: Mmm, muy agudo. Cierto es que utilizo toda esta sarta de argumentos sin sentido en beneficio personal, pero tengo una imagen que mantener…

Capitán Makarov: ¿¡Q-qué!?

Capitán Drake: Ya veo…

Y de pronto se escucharon pisadas en todas las direcciones, llegaron numerosos soldados a la zona, incluyendo a los capitanes restantes, Barock y Jena. Estos dos últimos hicieron acto de presencia en la misma entrada por la que llegaron los intrusos.

Capitana Jena: ¡Ellos mataron a Sheyla!

Estaban completamente rodeados, sin escapatoria ni esperanzas. Solo un milagro los salvaría.

Soldados de Ferión: ¡Aquí termina todo para vosotros, escoria!

A los insultos del soldado le siguieron muchos otros, los trataron como auténtica basura.

Capitán Barock: Suly…

Primarca: Estáis rodeados, rendíos en nombre de la Paz. No sigáis luchando, pues solo causaréis dolor innecesario.

Viria: ¡Pero si tú mismo has dicho que todo lo que dices es mentira!

Suly: ¡Padre, por favor! Ayúdanos a salir de aquí.

Chiu-Nan: Cecil, rápido, vamos junto a ellos.

Cecil: Si.

Los dos últimos se unieron al resto, que se encontraban en el centro de la enorme sala.

Primarca: Es absurdo rogar, ya nadie escuchará vuestras súplicas, puesto que vosotros no habéis escuchado las de vuestras víctimas. Carecéis de comprensión y de humanidad. Sois la mayor escoria que ha pisado el reino y lo ha humillado en su historia entera. Y nosotros saldremos victoriosos… Afrontad vuestro final.

El Primarca cargó en una de sus manos una energía blanca y algo transparente, era un hechizo de gran poder. Estaban prácticamente muertos.

Chiu-Nan: Cecil, no te muevas de aquí. Lauzaliet…

Lauzaliet: ¿Um? ¿Qué quiere usted de mí a estas alturas?

Chiu-Nan: Te encargo mi última voluntad, cuida de estos jóvenes, son el futuro y unas grandes personas. Sé que lo lograrás, sé que lograréis salvar el mundo de esta gran mentira.

Cecil: ¡¿Pero qué dices ahor-?!

Primarca: Desapareced.

No hubo tiempo para hablar, el Primarca les apuntó con la esfera de energía concentrada y la liberó en su totalidad. Chiu saltó hacia adelante y un fulgor cegador anuló la vista de todos los presentes.

Cecil: ¡NOO! ¡Tú tampoco! ¡Tú no!

Nilan: ¡Tened cuidado!

Bel: Cecil, Nil… amigos…

Viria: ¡Aaah!

Suly: ¡Padre!

Lauzaliet: Comprendo, es lo que has decidido…

Brian: Adiós…

Una enorme explosión arrasó toda la sala devastándola por completo. Los jóvenes lo único que pudieron ver a su alrededor fue una barrera mágica, la que les había salvado la vida, que se deshacía poco a poco, agrietada. Se caía a pedazos que estallaban al contacto con el suelo y se evaporaban entre pequeñas y diminutas estrellas.

Cecil: No…

Efectivamente, tras la barrera se encontraba el cuerpo de Chiu-Nan abrasado en su totalidad. Sin fuerzas, apenas respiraba, sus ojos se cerraban lentamente. Estaba muriendo.

Chiu-Nan: Ce… cil…

* * * * *


Chiu-Nan: Ya veo… conque fue eso… je, Daril era más hábil de lo que parecía, una lástima no haber podido reclutarle.

Félix: ¿De qué hablas?

Chiu-Nan: Mira a esos que entran en el bosque, uno lleva el Oráculo.

Félix: ¡¿Cómo?! ¿Y anda suelto por ahí? ¿Está loco o algo?

Chiu-Nan: Me hubiese gustado reclutar a su padre… no se habría llevado a cabo este triste resultado. Respecto a esos chicos…

Dalia: Están bien emocionalmente, por ahora aguantan, pero no será fácil para ellos a partir de ahora.

Félix: Es completamente normal.

Dalia: Anda, ¿no son esos soldados de Ferión? Incluso hay un capitán.

Félix: Es Ridley, deja que me encargue yo. Si ataco primero lo tendremos donde queremos.

Chiu-Nan: No, Félix, detente, yo me encargaré.

Félix: Oh, cómo desees.

Capitán Ridley: Venga, buscad por toda la zona, no deben haber ido muy lejos… Y no podemos permitir que escapen.

Chiu-Nan: Cuánto tiempo.

El capitán se sobresaltó.

Capitán Ridley: ¡¿Q-qué?! ¡¿Qué haces tú aquí?! ¿Seguías vivo?

Chiu-Nan: Efectivamente, casi diez años ya.

Soldado de Ferión: ¡Señor!

Capitán Ridley: Bajad las armas, no parece que quiera luchar. Ve al grano pues.

Chiu-Nan: Han ido a casa del Sabio. Allí guardarán el Oráculo, si te adelantas ya podrás capturarlos.

El capitán tenía un juramento, no debía involucrarse en batallas innecesarias pero… Era una oportunidad única, si dejaba que escapasen con el Oráculo lo lamentaría tanto él como su reino. Tenía que cumplir con su deber.

Capitán Ridley: ¿Y cómo sé que no me tiendes una trampa? ¿Cómo osaría El Sabio hacer semejante cosa? ¿Robar el Oráculo de nuevo? No creo en las palabras de un traidor.

Chiu-Nan: ¿Por qué iba a querer hacer eso? En el peor de los casos te habrá asesinado tu propio reino. Sabes perfectamente a lo que me refiero.

Capitán Ridley: Je, ¿y sólo has venido a contarme eso? ¡Qué amable por tu parte!

Chiu-Nan: Has cambiado mucho, te pareces bastante a Zack. En fin, yo que tú me apuraría para no perder de vista el objeto sagrado, puede que incluso vaya yo antes para llevármelo. ¿Eso no te gustaría verdad?

Capitán Ridley: En ese caso tendría que eliminarte aquí.

Chiu-Nan: No, eso no será posible. La verdad, me hubiese gustado que las cosas tomasen otro rumbo. Es muy triste todo esto.

Chiu se desvaneció en el aire. El capitán, ignorando la reflexión de su antiguo capitán se giró nervioso hacia sus soldados.

Capitán Ridley: Rápido, tenemos que capturar a esos fugitivos. ¡No escapará ni se nos adelantará nadie! De todos modos, no creo en sus palabras, es imposible que El Sabio nos traicionara, ya ha aprendido la lección, no le conviene. Investiguemos primero el bosque y las montañas por nosotros mismos, si ese individuo, ese traidor, ha osado engañarnos o tendernos alguna trampa… no lo conseguirá. Adelante muchachos.

La estrategia de Chiu funcionó a la perfección…

* * * * *


Cecil: ¡No puedes morir! ¡NO PUEDES! ¡¿Por qué estos asesinos de Ferión deben vivir y tú no?! ¡No lo entiendo! ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!!

Los gritos del muchacho impactaban a todos los presentes, todos sin excepción reflexionaron sobre lo que estaban llevando a cabo.

Chiu-Nan cerró los ojos para no volver a abrirlos nunca más.

Soldado de Ferión: Son unos niños…

Soldado de Ferión: ¿Pero no eran rebeldes? ¡Ellos asesinaron gente esta mañana!

Capitán Zack: Al final… nos dejas aquí…

Capitán Drake: ¿Hace falta… tanta crueldad y muerte?

Capitán Barock: Te será difícil descansar en paz…

Capitán Makarov: ¿Es… es esto lo que debemos llevar a cabo? ¿Asesinar gente sin piedad y provocar más y más sufrimiento con mentiras? No puede ser…

Nilan: ¡Cecil! ¡Cecil!

Nilan corrió raudo hasta donde su compañero, muy preocupado por su estado emocional. No tenía por qué sufrir tanto. Bel los siguió.

Nilan: Cecil, cálmate, por favor…

Cecil: ¡Nooooo! ¡NOOOOO! ¡¿Por qué todos los inocentes mueren?! ¡No lo entiendo!

Bel: ¡Cecil! ¡Por favor, cálmate! ¡¡¡Por favor!!!

La muchacha agarró con fuerza el brazo izquierdo de Cecil, éste terminó calmándose durante unos instantes, deteniendo las lágrimas que mojaban su rostro. Todos observaron con tristeza la escena, excepto una persona en particular.

Primarca: El traidor ha muerto, ahora le seguís vosotros.

Y volvió a cargar la misma energía en la palma de su mano. El Primarca descendió hasta tocar el suelo, ¿quién les protegería esta vez? ¿Fue el sacrificio del “traidor” en vano? ¿Morirían allí sin remedio?

Lauzaliet: Recoged su cadáver y huid de aquí, yo me encargaré de todos estos...

Nilan: Pero… ¡Anciano Paradox!

Lauzaliet: Os he educado bien, sois unas buenas y nobles personas, pero yo me sacrifiqué para que vosotros pudieseis huir en su momento. No me lo perdonaría si llegaseis a morir aquí por mi culpa.

Suly: Viejo…

Viria: ¡No cargues con todo tú sol-!

Lauzaliet: ¡¡HUID HE DICHO!!

Todos quedaron expectantes ante la reacción del Sapien. ¿Iba a morir él allí también?

Brian: Vamos, debemos hacerle caso, es nuestra última oportunidad.

Keiko: Una lástima.

Nilan: No… ¡No! ¡Vinimos aquí para rescatarte! ¡No tiene sentido escapar sin usted!

Viria: ¡Tiene toda la razón! ¡Juntos podremos!

Lauzaliet: Callaos ya, ¿no veis que es inútil? No vamos a salir de aquí, está todo perdido si permanecemos juntos. Salid vosotros. Éste es el fin que he decidido yo mismo. Es mi historia. Yo soy dueño de mi destino y… he vivido demasiado, mi vida a estas alturas ya no vale nada.

Nilan: ¡Pero!...

Brian agarró a Nilan y le tapó la boca.

Brian: ¡Debemos marcharnos! ¡Admitamos nuestra derrota!

Cecil: Pues marchaos vosotros, yo me quedo aquí, me llevaré por delante a este hijo de puta.

Cecil le entregó el cadáver de su aliado a su amiga Bel, la que miró con confusión y miedo al joven.

Primarca: La lucha es inútil…

Cecil: ¡¡CÁLLATE!!

Cecil se lanzó a por él escaleras arriba, la ira y el odio controlaban su mente. Una vez llegó a la altura del Primarca le perforaría la cabeza con un gancho, recubriendo su puño con afiladas garras de aire.

Cecil: ¡¿HAS TENIDO SUFICIENTE?!

El cadáver del Primarca no cayó al suelo, sino que se detuvo en plena caída y fue rodeado por una luz mística y varias alas de puras y vírgenes plumas. El hombre de inmediato se recuperó y con su mano libre mandó volando a Cecil hasta sus compañeros escaleras abajo.

Suly: Ey Cecil, ¿estás bien?

Viria: ¡¿Es inmortal o qué?!

Primarca: Soy el representante de los ideales de La Diosa, no puedo morir porque la deidad así lo desea. Me llegará la hora cuando ella lo decida.

Lauzaliet: ¡Tonterías!

Capitán Drake: ¡No!

Capitán Zack: ¡Drake!

Brian: ¡Debemos irnos!

Lauzaliet extendió ambas manos, concentrando una cantidad inmensa de energía y formando con ella una especie de círculo verde ante él. Drake seguía malherido entre los escalones por lo que estaba dentro del rango de su ataque, Zack con sus últimas fuerzas se apresuró para interponerse también ante el que sería el último hechizo del hechicero, cargar con su aliado y huir de inmediato para salvar su vida.

Primarca: Absurdo.

Los capitanes no lograron escapar del ataque, el enorme círculo liberó toda su energía hacia las escaleras y el Primarca desintegrando todo a su paso. Brian intentó por todos los medios llevarse a los jóvenes, cogió la única flor que quedaba en el suelo, húmeda, y se dirigió hacia la salida, la estatua… Pero no llegaron a tiempo.

Suly: Pero… ¿a dónde está apuntando el viejo?

Lauzaliet disparó el haz de energía, consumiendo con ello todas sus fuerzas, confiaba en que ese último ataque les permitiera a sus discípulos… no, amigos, salir de allí. No quedó rastro del Primarca, las escaleras y la entrada norte de la sala desaparecieron por completo.

Lauzaliet: Ya… no tengo de que… arrepentirme…

Viria: ¡No, señor, salga de inmediato de ahí!

Brian: No…

Lauzaliet cayó al suelo, agotado.

Lauzaliet: Si desintegro tu cuerpo… no podrás… renacer…

Bel: Oh…

Cecil: Lauzaliet también… ¿P-por qué?

Keiko: ¿Por qué ha fallado?

En efecto, Lauzaliet sintió cómo su corazón era perforado por el frío acero de una espada volviendo así a la realidad. El Primarca y las escaleras seguían intactas. El capitán Drake yacía junto a los soldados malherido… Y fue una parte del techo la que recibió su último ataque, el boquete formado era inmenso, ¿pero por qué había fallado?

Capitán Zack: Llevaba tanto tiempo esperando esto…

Lauzaliet: Qué…

La escena no pudo ser más trágica, el capitán Zack elevó con su arma el cuerpo del anciano para mostrarlo a todos los presentes, como si de un trofeo se tratase.

Capitán Barock: No tenía elección, perdóname…

Lauzaliet observó con sus últimas fuerzas al capitán Barock, comprendiendo lo que había sucedido. En el último momento prefirió cumplir con su deber a salvarlo a él y a su hijo.

Capitán Zack: Jajajajajajajaja, por fin, ¡por fin! ¡Estás muerto Lauzaliet! ¡Jajajajajajaja!

Nilan: ¿Q-qué?...

Suly: No…

Lauzaliet giró de nuevo su cabeza, observando con tristeza a Nilan y sus amigos. No podría cumplir la última voluntad de Chiu-Nan, no escaparon a tiempo, tanto su muerte como la del fallecido traidor de Ferión fueron en vano. Cuando él cerrase sus ojos para siempre los siguientes serían ellos. Estaban condenados, él los había condenado. Él mismo tenía toda la culpa.

Una lágrima descendió por su mejilla.

Nilan: ¡No! ¡No!

Suly: Viejo…

Los rostros amargos y tristes de quiénes fueron sus pupilos en el pasado hicieron de sus últimos momentos un auténtico calvario, una tortura insoportable. El anciano fue incapaz de decir nada, no le quedaban fuerzas. Era su final.

Cerró los ojos para siempre.



Noche de Tragedia.
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Lauzaliet, Paradox o El Sabio, como se le quisiese llamar, estaba muerto. Su verdugo sonrió, satisfecho.

Suly: ¡¡Padre ¿por qué?!!

Los jóvenes lloraban, fueron precisamente a ese lugar para salvar a la persona que murió ante sus ojos.

Nilan: No… Yo quería salvarlos a todos...

Todos derramaban lágrimas.

Capitán Zack: Pf, ya no sirves para nada viejo, mírate.

El capitán lanzó el cadáver del Sapien al grupo que portaba el Oráculo como si de basura se tratase. Suly furioso y sin saber bien lo que hacía cruzó toda la habitación hasta la posición de su padre.

Soldado de Ferión: Al menos has decidido entregarte, bien pensad…

Suly: ¡¡¡QUÉ TE CALLES!!! ¡¡¡QUÍTAME LAS MANOS DE ENCIMA!!!

El soldado retrocedió asustado, el resto de militares abrieron paso al joven que se dirigía directo a su padre.

Capitán Barock: Suly… No tenía elección…

Suly: Psh, ¡¿entiendes ahora por qué dejé mi hogar?! ¡Sois basura!

El corazón de su padre se caía a pedazos, su propio hijo le estaba reprochando entre sollozos. Nilan y Viria también se echaron a llorar amargados en el suelo.

Primarca: Este es el castigo que merecéis, vuestras víctimas y sus seres queridos también sufrieron lo que vosotros estáis sufriendo ahora. Recibid pues vuestra propia medicina. Y ahora… ¡Ejecutaré a todos sin excepci-!

El discurso del Primarca se vio detenido, es más, el cuerpo del hombre comenzó a sangrar por la mitad, cayendo la zona superior de su cuerpo escaleras abajo y rondando sin vida.

Capitán Zack: ¡¿Qué?!

Brian: ¿Um?

Kyadara: ¡Aquí llega el héroe a salvar la noche!

Capitán Zack y Nilan: ¡¡Tú!!

El inesperado visitante aterrizó sobre los escombros que aplastaban la fuente, en el centro de la sala. Portaba una ropa oscura y cabellos largos y negros como la noche, su piel pálida le daba un aspecto terrorífico y siniestro. Además, de su gran katana emanaba una extraña aura de oscuridad.

Kyadara: Bueno, tú niño, sal de ahí y vuelve con tus amigos.

Señaló Kyadara con su arma a Suly.

Capitana Jena: ¡El Primarca!... ¡¿Por qué no se recupera?!

El Primarca no se movía del sitio, su cuerpo fue cortado por la mitad y no se recuperaba. ¿Estaba esperando a algo o realmente había muerto?

Capitán Barock: Está muerto… No he podido hacer nada para evitarlo, no me esperaba algo como esto. Aunque he de admitir que no entiendo por qué no se ha recuperado, su Hechicería no le permite morir.

Kyarada: Ha sido por mí, ese viejo no va a volver a levantarse. Y ahora…

Kyadara apuntó con su katana a la estatua de La Diosa para disparar al instante una potente ráfaga de energía, unas llamas azules y negras destrozaron la estatua y parte de la pared dejando vía libre a los intrusos.

Brian: ¿Quién es este?

Cecil: No importa… tenemos que escapar.

Suly: ¡No quiero saber nada más de ti! ¡Aléjate y no vuelvas a buscarme! ¡No te necesito!

Suly le dio un empujón a su padre y corrió hacia la salida entre sollozos.

Kyadara: Bien, bien, eso es, salid todos por ahí y cuidado con no tropezaros, empujaros ni nada así. Con orden y educación ante todo.

El hombre misterioso hablaba con cierta desgana, como si realmente no le gustase hacer lo que estaba haciendo, y era algo normal. ¿A quién le gustaría enfrentarse al mayor imperio del mundo? Posiblemente a nadie.

Capitán Zack: ¡No escaparéis!

El capitán se lanzó a por Suly pues era el más cercano que tenía, sin embargo Kyadara como era de esperar se interpuso entre éste y el joven.

Kyadara: No te preocupes y escapa, yo me encargo de esto.

Todos salieron por el túnel de la pared, olvidando allí a los capitanes y todo, no entendían nada excepto que esa era y sería su única vía de escape.

Capitán Zack: ¿Por qué? ¡¿Por qué tanto empeño en protegerlos?! ¡Tú, quién revelaste la ubicación del Oráculo y la capacidad militar de Mystical! ¡¿Qué ganas con todo esto?!

Kyadara: Quién sabe.

Capitán Barock: Está protegiendo a quién porta el Oráculo, es obvio que lo quiere para algo… y nos ha utilizado para conseguir sus propósitos. Hemos caído como tontos, y yo perdí a mi hijo por todo esto. Qué vergüenza.

Capitán Zack: ¡No, serás!...

Kyadara: Bueno, a decir verdad… Debo admitir que todo ha salido a pedir de boca, muchas cosas pudieron haber cambiado al comienzo.

Capitán Zack: ¡Acabaré contigo aquí y ahora! ¡Seas quién seas!

El capitán Zack se fusionó al instante con su invocación, adoptando el cuerpo de una auténtica bestia. Saltó con fuerza varios metros y propinó un fuerte tajo al aire, cortando la mitad de la sala y cayendo esta al vacío. Kyadara no tuvo problemas para evadir el ataque, el capitán de inmediato se lanzó en picado a por él, a pesar de todo el hábil espadachín provocó, en un instante, un severo corte en el costado izquierdo al capitán.

Capitán Zack: ¡Aaag!

Zack cayó al vacío herido de gravedad.

Kyadara: ¿Siguiente?

El tono burlón y desganado del siniestro espadachín irritaba al resto de los presentes.

Capitán Barock: Yo me encargo de esto, vosotros huid con los heridos y poneos a salvo. Es una Orden.

La capitana Jena y el resto de subordinados obedecieron sin rechistar comprendiendo la gravedad de la situación, se llevaron del lugar a Drake, Makarov y algún que otro soldado herido. En la sala solamente quedaron Barock y Kyadara.

Capitán Barock: ¿Kyadara cierto? Supongo que será inútil preguntar qué es lo que buscas.

Kyadara: Algo así, no tengo permitido decir nada. Que por mí no habría problema alguno en contártelo, solo tendría que matarte luego.

El capitán permanecía sobre las ruinas cruzado de brazos, sintiendo el gélido frío de la noche que entraba directamente en el lugar. Si observaba al vacío no vería nada más que oscuridad. La zona de la sala que cayó y el capitán que la siguió detrás se perdieron en la penumbra.

Capitán Barock: Entonces no estás solo… Interesante. ¿Cuántos más hay?

Kyadara: Pf, ¿te quedaste para intentar detenerme no? Pues venga, no tengo toda la noche.

Y de inmediato Kyadara escuchó a duras penas el sonido metálico de un arma a sus espaldas, éste se agachó con la suficiente rapidez como para no recibir un impacto letal en su cabeza. El capitán que permaneció ante él cruzado de brazos ya no estaba, sólo quedaba el que lo había intentado matar encima de él.

Kyadara: ¿Hechicería Verde? Muy simple.

Kyadara de inmediato cortó por la mitad al capitán, pero como si de una ilusión o espejismo se tratase, el cuerpo de Barock se desvaneció al instante.

Kyadara: Parece que he caído en tu trampa.

Y el sable del capitán perforó el pecho del individuo, precisamente en la zona opuesta al corazón. El padre de Suly se aproximó a su oreja a susurrarle.

Capitán Barock: Así es, pero no es Verde, es Morada. No te he matado a propósito para contarte mi secreto, al fin y al cabo aunque lo sepas no tienes manera de vencerme.

Kyadara: ¡Aaag!

La sangre fluía sin cesar.

Capitán Barock: Es Hechicería Morada, puede manipular la luz. Tus ojos ven gracias a que en ellos se reflejan los colores y la propia luz, pero yo puedo modificar todo esto para que veas ilusiones. No es Hechicería Verde, pero casi. Digamos que soy invencible y por mucho que intentes, estás perdido. Ahora… confiesa todos tus secretos.

El capitán se desvaneció para aparecer muchos metros atrás. Kyadara se giró hacia él sorprendido.

Kyadara: ¿La luz eh?

Capitán Barock: Quiero sacarte toda la información que pueda antes de matarte, y no creas que no decir nada te salvará, te eliminaré sin piedad si no lo haces.

Kyadara: Je…

Kyadara parecía estar meditando algo, ¿mostraba tristeza en su rostro? Se llevó una mano a la frente, ocultando su expresión con esta.

Capitán Barock: ¿Y bien? No estás en condiciones de seguir luchando, esa herida acabará contigo tarde o temprano. Es tu fin.

Kyadara bajó de nuevo su mano, en esta comenzó a concentrar una gran cantidad de energía oscura. Barock miró fijamente a sus ojos y sintió un escalofrío recorriendo su cuerpo. Sintió auténtico terror. Los ojos de Kyadara no tenían ningún brillo, parecían estar apagados y sin vida. Era una sensación extraña y nada agradable.

Capitán Barock: ¿Qué?… ¡¿Qué eres tú exactamente?! ¡No eres un humano normal!

Kyadara: Quién sabe… Je.

Kyadara se desvaneció y el filo de su arma perforó esta vez el corazón del capitán desde atrás. El extraño hombre lanzó con su katana el cuerpo del capitán contra una pared y de inmediato le clavó su arma en la otra zona del pecho, presionando el mango con el pie y quedando el arma de acero clavada en la carne. Ahora era el capitán el que estaba a punto de morir.

Capitán Barock: ¿Q-qué has hecho? ¡Imposible!

Kyadara: Sí… es posible. Tú modificas la luz, pero… ¡¿No viste mi oscuridad?! Puedo anular tus habilidades con las mías, al igual puedes anular las mías con las tuyas. Si modificas la luz del ambiente para que los demás vean visiones yo puedo restaurarla haciendo uso de la oscuridad. La verdad es que se me ocurrió sobre la marcha, y encima ha funcionado.

El hombre herido tosió sangre desde el suelo, sin fuerzas.

Capitán Barock: ¿Oscuridad? Hace un momento… cuando te miré a los ojos… Sentí pavor y terror, ¿es eso alguna clase de Hechicería?

Kyadara: No, no es Hechicería, o puede que sí, la verdad es que yo tampoco lo sé muy bien.

Capitán Barock: Estoy a punto de morir… Sólo a mí se me ocurriría enviar a mi hijo en plena guerra y perderle para siempre. Intenté… intenté recuperarlo por mis medios, enviando capitanes en mi lugar, sin embargo solo empeoré nuestra relación. Cada día que pasaba me guardaba más rencor, él sentía que yo lo había abandonado a su suerte y yo… lo único que pude hacer al final fue acabar con aquel que quería protegerlo. Utilicé mi hechicería para que Lauzaliet fallara su último ataque y murió… Mi hijo declaró abiertamente que no quería saber más de mí, que no me acercara más, actualmente me odia y me ve como a un villano, y no creo que sea él un niño inmaduro, sabe perfectamente lo que hace. Soy yo quién cegado y presionado por mi posición en el reino lo ha alejado de mí. Ya no le queda nadie, solo sus amigos. ¿Qué clase de padre soy?

Kyadara: ¿Son esas tus últimas palabras? Me has caído bien, ¿tienes una última voluntad que cumplir?

El padre reflexionó con los ojos perdidos en las lejanas luces de la ciudad, el frío se apoderaba de su cuerpo, ya no sentía las piernas.

Capitán Barock: Suly…

Kyadara: ¿Um? ¿Suly qué?

Capitán Barock: Me gustaría que… me explicases todo sobre ti y qué te propones… de esa manera sabré o no si mi hijo correrá peligro… Aunque no pueda hacer nada por ayudarle, desde el otro lado, si es que existe… podré velar por su seguridad.

Kyadara mostró un rostro de asombro, sonrió con malicia después.

Kyadara: ¿No hay nadie más aquí, verdad? Bien, como última voluntad te contaré todo sobre mí y mis objetivos. ¡No te mueras antes de que termine la historia, no tiene desperdicio!

Y presionó con fuerza la espada, haciendo más daño aún al hombre.

Kyadara: Es un pequeño castigo por tu… curiosidad.

Capitán Barock: Date… prisa…

Y así Kyadara le contó su historia, la verdad detrás de todas sus acciones, la razón por la que salvó en dos ocasiones al portador del Oráculo, una en Los Montes Lunares y otra en esa misma habitación. El por qué de que decidiera colaborar con Ferión en un comienzo. Reveló las intenciones que tenía con la fundación de una banda terrorista. Y también confesó lo que probablemente sucedería a partir de esa noche.

Kyadara: Y eso es todo. Colorín colorado, este cuento se ha acabado. ¿Qué puntuación le darías del uno al diez? Hacemos encuestas, ¿sabes?

Barock abrió los ojos como platos, aterrorizado ante tal verdad. Sus manos temblaban de miedo… Debido a las apocalípticas imágenes que recorrían su mente comenzó a llorar, gravemente preocupado y sin esperanza.

Kyadara: Gracias a vuestra estupidez todo ha salido a la perfección, y a partir de este punto tendremos un mayor control. ¿Comprendes lo que eso significa, cierto?

Capitán Barock: No como capitán, ni como defensor de una deidad que ni siquiera sé si existe, sino como ser humano, como ser vivo que forma parte… de este mundo. Mi deber… es levantarme aquí y ahora… y exterminar tu existencia… Pero no me quedan fuerzas…

Entre sollozos el capitán iba perdiendo movilidad, su cuerpo ya no reaccionaba, las lágrimas brotaban por sí solas. Kyadara sacó su espada del cuerpo de manera brusca causándole más daño.

Capitán Barock: ¡Aaarg! Este dolor… no es nada comparado con… el que enfrentará mi hijo… Por favor, dile a Suly que… siempre lo querré.

Kyadara: Me aseguraré de ello. ¿Es esa tu última voluntad Capitán? ¿Eras Barock, verdad?

Capitán Barock: Sí… de parte de su padre que… siempre estaré velando por él…

Kyadara: Bien, ¿preparado para abandonar este mundo?

Capitán Barock: No entiendo nada… simplemente no tiene sentido… Es una historia de locos.

Kyadara: Je, hace mucho también que yo dejé de verle sentido a esto.

Y con un tajo limpio sesgó la vida del hombre.

Por otro lado, el grupo de intrusos salía al campo fuera de la ciudadela. El olor a hierba fresca inundó sus fosas nasales. Viria se tiró al suelo para descansar agotada, mientras Cecil cargaba con el fallecido Chiu-Nan y Nilan y Suly con Lauzaliet. Todos observaron el castillo.

Keiko: ¿De quién se trataba?

Brian: No tengo ni idea, no lo había visto antes.

Y antes de poder decir nada violentas explosiones y llamaradas comenzaron a devastar el castillo, de arriba abajo. Al poco las llamas se extendieron a la ciudad, pudieron escuchar los gritos de mucha gente agonizando, ¿acaso era el propio Kyadara el que llevaba a cabo tal masacre? Ante sus ojos el Reino de Ferión cayó de manera definitiva.

Cecil: Ferión ha caído. Mira Chiu, el reino que tanto te hizo sufrir, a ti, a mí, a mis amigos, a Félix y a Dalia… a tantos inocentes, esta noche ha sido aniquilado.

Del castillo comenzaron a disparar incontables cañones hacia algo que había dentro de la ciudadela, pero ipso facto el gran gigante de piedra volvió a sufrir ataques llegando un punto en el que los cañones ya dejaban de disparar y algunas zonas del castillo se caían a pedazos sobre las casas.

Nilan: El anciano Paradox también está muerto. Vinimos a salvarlo y no dimos la talla. Murió pensando que jamás saldríamos de esa.

Suly: Y mi padre… ¡fue por su culpa que él muriese, de lo contrario el Primarca habría caído con su último ataque, y los capitanes Zack y Drake! Ya me da exactamente igual, ojalá que haya muerto entre las llamas, total, no le quedaba nadie.

Viria: Suly, no deberías pensar así, hizo lo que creía correcto. Ya sé que por sus acciones el hechicero murió pero… Era y sigue siendo tu padre, seguro que está bien.

Suly: ¡Viria, tú abandonaste a tu propia familia! ¡No te atrevas a decir nada!

La chica retrocedió, se negaba seguir una discusión semejante.

Bel: ¿Pero quién era ese Kyadara? ¿Por qué nos salvó? ¿Por qué ha aniquilado Ferión él solo? Debe ser muy poderoso.

Nilan: Ese tipo nos salvó también en Los Montes Lunares, lo recuerdo. Estábamos Suly y el anciano Paradox nada más.

Suly: Sí, y algo me dice que a partir de ahora hay que tener mucho cuidado con él.

Brian: Eres muy agudo Suly, veo que has captado las cosas al vuelo. Os ha salvado dos veces en total, y en todas ellas estaba Nilan presente.

Cecil: ¿Y qué quiere decir eso? Yo no lo pillo.

Suly: Quiere el Oráculo.

Brian: Es lo más lógico.

Keiko: ¿Y cómo sabemos que realmente es eso y no otra cosa? Quizás también conocía al caballero Chiu-Nan y aprovechó este momento para acabar con Ferión.

Bel: Chiu nunca nos habló de alguien así.

Cecil: Yo sí recuerdo a Félix intrigado con ciertas personas, pero id a saber de quiénes se trataban. Chiu y Dalia también tenían información de ese asunto pues varias veces hablaron sobre ello, de que Nilan no se iba a dar cuenta nunca.

Nilan: ¿Yo no me iba a dar cuenta de qué?

Cecil: No lo sé, nunca me hablaron de ello, solo te digo lo que recuerdo. Bel, ¿tú sabes algo?

Bel: Pues no, paso exactamente por lo mismo que tú Cecil.

Viria: ¿Y no fue el viejo Lauzaliet el que quería mencionarnos algo al salir del castillo? Me temo que ya no nos dirá nada…

Cecil: Le preocupaba algo… No recuerdo bien lo que dijo la verdad.

Nilan: Me dé cuenta o no, debo prepararme para el momento de la verdad.

Nilan se adelantó con determinación, el calor de las llamas acariciaba levemente su rostro. Éste se giró, observando a todos los presentes.

Nilan: Nuestro objetivo ha sido un fracaso, pero no todo tiene por qué ser negativo. Me ha afectado mucho la pérdida de Paradox, pero no pienso dejarme llevar por la depresión. Es cierto que estaré triste durante una temporada, sin embargo yo pienso seguir fortaleciéndome, soy el que porta el Oráculo, no sé siquiera cómo sacarlo de mi interior por lo que tendré que seguir con él hasta el final. Pero vosotros chicos, no tenéis obligación de seguir junto a mí. Si queréis marcharos y no arriesgar más vuestras vidas… sois libres de hacerlo, yo no le guardaré rencor a nadie, ni mucho menos. No tengo ni derecho a hacerlo.

Brian: Yo no me iré a ninguna parte, he de decirte dónde están las Luces elementales. Si realmente te interesa el poder del Oráculo… debemos ir a por ellas.

Viria: Yo tampoco me voy a despegar de ti, las razones son obvias, ¿no?

Suly: ¿Cómo voy a dejarte tirado a estas alturas tío? Somos amigos, hemos llegado hasta aquí, hemos sufrido y nos hemos reído juntos.

Cecil: Yo no tengo a dónde ir, y ahora que Ferión ha caído tampoco tengo motivos para matar a nadie. Prefiero irme una temporada al pueblo natal y recordar todo, no he tenido ocasión de hacerlo desde entonces.

Bel: Hemos pasado por mucho, ¿y ahora que estamos juntos nos vas a dejar Cecil? Yo supongo que me quedaré.

Cecil: Sí, quiero enterrar a Chiu y pensar las cosas bien.

Keiko: Yo pertenezco ya a vuestro grupo. Será interesante ver dichas Luces.

Nilan: Cecil…

Nilan se acercó a él, preocupado. Le agarró de las manos y lo miró fijamente.

Nilan: Cuídate, por favor.

Cecil por primera vez mostró una tierna sonrisa, a la vez triste y nostálgica.

Cecil: Claro que sí.

* * * * *


Cada uno tomó su propia decisión bajo las estrellas aquella noche. Siguieron los caminos y destinos elegidos personalmente durante un determinado periodo de tiempo.

Exactamente ocho meses.

Nilan se encontraba sentado sobre una de las columnas rotas en las afueras del templo, meditando. Las brisas cargadas con arena sacudían su cabello.

Suly: ¿Y ahora qué? ¿Cuál es nuestro próximo objetivo? Ya tenemos dos Luces. Si te soy sincero, nunca imaginé que Alyse tuviese semejante historia detrás. A veces miro el horizonte y me entra nostalgia, cuando el viejo Paradox nos entrenaba en el bosque, cuando no era más que un niño inocente en la ciudadela de Ferión, cuando conocimos a Viria. Me impresiona haber vivido todo esto la verdad, pero ha sido positivo en parte.

Nilan: Yo también siento mucha nostalgia, cuando terminemos esto Viria y yo pensamos casarnos.

Suly: ¡¿Qué?! ¿En serio? Aunque no sé de qué me sorprendo, era algo obvio.

Nilan: La verdad es que a mí no me hace mucha ilusión, ¡le he dicho que cuándo seamos más mayores pero ella no me hace caso! ¡Me mira con mal humor y tengo que seguirla la corriente!

Suly: Jajaja, vamos, si todos sabemos que ya… entre vosotros dos ha habido…

Nilan: Oye Suly, ¿no te han dicho que debes respetar la intimidad de los demás?

Viria: ¡¿De qué estáis hablando a escondidas?!

Suly: ¡Woah! Em, hola Viria, ¿qué tal?

Viria le pegó una fuerte bofetada a Suly, tirando a este al suelo.

Viria: Como me entere de que le preguntas cosas inapropiadas a mi futuro marido, te llevarás una más fuerte.

Nilan: Te lo tienes merecido, jajajaja.

Suly: Ey…

Pero antes de eso sucedieron muchas cosas. Cosas que por supuesto, deben ser contadas…



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