Irian había seguido a los chicos, primero a Hitori, del que a mitad de camino se había soltado de la mano, de la que hasta entonces aún se asía de manera inconciente, y luego, tras encontrarse con otros dos aprendices, entre los cuales estaba Gray, habían terminado en el salón de los tres tronos.
Nunca había estado en esa estancia; de hecho había visto poco del castillo de Tierra de Partida; solía estar o bien en su habitación o bien recorriendo los pasillos en busca de Mordisquitos, el ratoncito que el Maestro Ronin les había mandado buscar hacia unos días ya.
Allí les esperaban tres graciosos moguris, trajeados y con una coqueta pajarita colgando de sus cuellos. Llevaban algo entre sus manos, algo que parecían regalos.
— Aquí teneis, mis regalos de San valentín, una sorpresa, ya me da igual ir a por Kit y no creo que se encuentre en la biblioteca, ya que recuperé mi colgante.—
les había dicho Gray, antes de despedirse de ellos.
Al verla, el moguri encargado de su paquete se acercó, sonriendo, mientras le tendía una caja envuelta.
- Esto es para usted, kupó- dijo con alegría, feliz de cumplir con su cometido. Irian abrió el paquete y, para su sorpresa encontró una caja llena de bombones. Si no estuviese en aquella situación y fuese menos tímida, posiblemente se habría lanzado a los brazos de Gray. Sí, le encantaba el chocolate y el presente le había causado mucha ilusión.
Pero había algo más... parecía como si el chico la hubiese calado, puesto que realmente tenía debilidad por el chocolate fundido. Iba a decirle algo, pero Gray, seguramente aprovechando todo el jaleo de los regalos, se había ido.
"Sin decir nada" pensó algo apenada. Lo último que había pronunciado fue un "Feliz Valentín", antes de desaparecer.
—Ragun es mi nombre por ahora—Me presenté a la chica, la cual no había visto nunca.—Hitori, espero poder combatir contra tí en alguna otra ocasión—Dije asegurando que nos veríamos en un futuro.
Irian se volteó.
- Me llamo Irian - dijo al vacío, pues Ragun también se había ido. Ahora sólo quedaban ellos dos, Hitori y ella, junto a los tres moguris.
- ¿Qué vamos a hacer con respecto a Ivan? - preguntó, un poco preocupada. Se suponía que debía fingir ser la pareja de Hitori para que el mocoso Kit no le castigase, pero ni le habían encontrado ni nada, así que no sabía que debían hacer... ¿Seguir fingiendo un tiempo más o dejarlo correr?