[Prólogo] Tinieblas

[Nell]

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Prólogo de Zeix.

Villa Crepúsculo era, y había sido siempre, una ciudad famosa por la espectacular puesta de sol que se observaba siempre a la hora indicada, rasgando el cielo en el horizonte, destellando la gama de colores rojizos por todo el ancho cielo, y quitando el hipo hasta a quienes habían crecido con ella.

Sin embargo, aquel día, nadie pudo contemplarlo. Al atardecer, las nubes cubrían el cielo, sumiendo a la villa en una oscuridad inapropiada, como si no quisieran dejar pasar ni un mísero rayo de luz solar. Se habían encendido prematuramente las farolas de la calle, aunque poca gente salía fuera. Se temía que comenzase a llover en cualquier momento.

Zeix, por su parte, vivía un día normal. Quizá algo inquieto por el ambiente reinante, pero normal, al fin y al cabo.

[Tsuna]

Yo, Zeix, estaba tranquilamente paseando por villa crepúsculo, aprovechando antes para trabajar haciendo recados a los amables ciudadanos que allí habitaban, todo con la intención de poder mantener el pequeño piso donde vivía, no podía desaprovechar ningún día.
Así, tras un duro día decidí ir a pasear cerca de aquella colina, donde podía apreciarse la puesta de sol y los trenes provenientes del exterior o de la misma estación.
Todo marchaba perfectamente, me eché sobre un pequeño jardín observando el cielo...
Um, me pregunto si realmente habrá algo más allá... más allá de esas nubes.
Entonces saqué de mi bolsillo mi peculiar colgante plateado con pequeños zafiros, tenía forma de estrella y era pequeño, lo eleve hasta tapar el sol con el.
A veces pienso que no ha sido una casualidad encontrar esto... je, puede que piense demasiado, aun así me pregunto de donde habrá salido, de todos modos me gusta.
El sol fue apagando su rojizo brillo, me percaté de ello y extrañado me coloqué esa pequeña estrella en el cuello. Segundos después alcé la vista al cielo, numerosas nubes cubrían la ciudad... la brisa comenzaba a golpearme con más fuerza... no era algo que pasase todos los días, tenía el presentimiento de que no era normal... aun así no le presté mucha atención, seguí haciendo el vago en aquella colina sin moverme mucho... mientras daba un bostezo.

[Nell]

El joven descansaba tranquilamente en la colina cuando sucedió. La calma fue interrumpida repentinamente por el agónico grito de alguien pidiendo socorro, en un tono tan desesperado que parecía poner toda la fuerza de sus pulmones en aquella desesperanzada súplica.

Desde la colina, Zeix no podría ver nada de nada. El grito parecía venir de todos los sitios, y sólo prestando una especial atención, el joven pudo apreciar la dirección correcta, hacia el centro de la ciudad. Así pues, tenía dos opciones: o acudir al rescate cual héroe en el momento oportuno; o bien, echarse un rato más y esperar que otro lo solucionase.

¿Qué habría ocurrido?

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Especifica un poco mejor donde estás, plis.

[Tsuna]

Unos pocos minutos bastaron para cambiar la tranquilidad que me inundaba, oí lo que parecía a alguien pidiendo ayuda y parecía no estar en una buena situación...
Um, ¿qué ha sido eso?
Giré mi cabeza, con algo de vagancia di un suspiro y me levanté, mirando al horizonte en busca de algo que me guiara, el grito procedía de una zona no muy lejana a la colina y por esta causa logré oírlo, aunque me era imposible llegar desde mi posición actual.
Ese grito no parecía venir desde muy lejos... iré a ver que ha pasado, aunque el tiempo tampoco está como para ponerse a corretear por la ciudad.
Decidido bajé por la colina, llegando a la villa en un instante, no había nadie en la zona y eso me resultó extraño, puede que por el mal tiempo la gente se hubiera quedado en su casa... decidí tomar un atajo entrando a través de los acueductos de la ciudad, si ya aquella zona de la ciudad estaba deshabitada, estos túneles lo estaban aún más.
Debo bajar un poco más, el grito provendría de la salida número 5 si no me equivoco...
A toda prisa iba por aquellos túneles bien iluminados, aunque a medida que descendía y bajaba por escaleras las luces alumbraban menos por alguna razón... razón a la que no le di importancia alguna.
Bien esa es la salida número 5.
Avancé hasta la "salida"(entrada para quién entrara) y no me costó observar lo que había en el exterior, puesto que normalmente el sol me habría cegado, pero hoy un cúmulo de nubes cubría aquel maravilloso paisaje que caracterizaba la Villa Crepúsculo por lo que vi sin problemas que sucedía tras el túnel. Desde allí podía verse la colina a lo lejos, como una gran montaña rodeada de vías de trenes... girando mi cabeza al frente y dejando atrás la colina, me adentré en aquella jungla de casas naranjas...
Juraría que el sonido venía de esta zona... ¿qué ha pasado? No hay nadie.
Extrañado caminaba paso a paso por aquellas calles, pero algo raro sucedía, no había nadie por la zona y aquella persona que gritaba había desaparecido, o sencillamente aun no la había encontrado.

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Me encontraba en la "Colina del Atardecer", donde se supone que en la historia original Roxas atrapa una bolsa en cuyo interior encuentra un perro-incorpóreo, avancé por los túneles de Villa Crepúsculo y lo de la entrada evidentemente me lo he inventado, eso sí, ahora me encontraría un poco alejado de la colina y estaría cerca de la zona donde hay una muralla con la entrada a un bosque, aproximadamente por ahí.

[Nell]

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Lo siento, pero no puedes inventarte situaciones, como el lugar desde el que provenía el grito. Recuerda, sólo manejas a tu personaje, pero puedes usar la información que te proporciono para guiarte (las calles estaban vacías, como ya he dicho en el primer post, buen punto).

Así que continuaré desde el punto clave.

Apenas Zeix se había metido en los túneles, volvió a escuchar el mismo grito, desde su espalda. En definitiva, provenía del pequeño barrio que había al bajar la colina. Si continuaba adelante, se alejaría de él, y como estaba dispuesto a encontrarlo, se guio por su oído y regresó tras sus pasos.

Finalmente, llegó hasta el punto de donde provenía, una pequeña fuente en la pared. Allí, un hombre frente al espejo que reflejaba el agua se agarraba la cabeza y chillaba como si alguien lo atacase. Al acercarse Zeix, pudo comprobar, mediante el reflejo, con horror, sorpresa o ambas; que dicha persona no tenía rostro.

Inmediatamente, como si hubiese estado esperando a que alguien acudiera a su llamada, el hombre desapareció entre sombras oscuras y no quedó rastro de él.

[Tsuna]

Volví sobre mis pasos al percatarme que me había equivocado de dirección. El grito provenía de un hombre, parecía estar agonizando, por lo que me acerqué preocupado a ver que sucedía...
E-esto perdone... ¿se encuentra bien?
Para mi sorpresa, a medida que me acerqué a el pude observar en el espejo que su rostro había desaparecido...
¡¿P-pero qué ha pasado?!
Apenas podía articular palabras, estaba realmente sorprendido, de hecho, no me esperaba una situación así y jamás había visto que una persona sufriera esa clase de... fenómenos, pocos segundos después ese hombre desapareció entre unas sombras, sin dejar rastro alguno.
Em... ¿qué se supone que ha pasado?... Intente reflexionar y barajar todo tipo de situaciones posibles... pero ninguna respuesta me vino a la mente, jamás había visto algo como eso. Mi cara mostraba tanto asombro como temor... entonces decidí explorar un poco mejor el lugar y observar a mi alrededor... eso definitivamente no era algo normal.
Quizá si me acerco al espejo... ¿ocurra algo? pensé que si me acercaba al espejo sucedería algo, puede que fuera una idea absurda... pero lo que había sucedido tampoco es que fuera el pan de cada día... lentamente me acerqué al espejo extrañado, observándolo detenidamente, entonces algo en mi interior me hizo pensar que podría acabar como aquella persona... aun con ese riesgo, me acerqué muy despacio.

[Nell]

El joven Zeix, dudoso, acabó por determinar en acercarse al espejo. Su reflejo le devolvió la mirada, una mirada entre asustada y sorprendida por lo que acababa de suceder. El tiempo no parecía tampoco mejorar la situación, típica de una película de miedo, pues las nubes que tapaban el sol y la luz presentaban un escenario perfecto para una escena de asesinato o muerte a uno de los protagonistas. Por el bien de Zeix, por suerte, el protagonista elegido había sido el hombre.

Nada ocurrió al mirarse el espejo. Sin embargo, atisbó a otra persona a través de él, a su espalda, a unos cuantos metros, mirándole largamente. Se trataba de una mujer joven, vestida con un kimono, de rostro bello y facciones delicadas, como de porcelana. En cuanto el chico se giró para mirarla cara a cara, habló.

—¡Es tan, tan triste! —exclamó, mientras comenzaba a anegar lágrimas en sus ojos—. ¡Nadie merece nada así! ¡Nadie, nadie, nadie! Y pensar en el duro cambio, en el abandono de todo. ¡Horrible, horrible! ¡Rezo a mis ancestros porque me permitan librarle de su sufrimiento, averiguar la causa de su mal!

Miraba alternativamente a Zeix y hacia el cielo, por lo que el chico no podía asegurar que le estuviese hablando realmente a él.

[Tsuna]

Observando detenidamente aquel espejo sorprendido, me di cuenta de que no sucedía nada, pf, ¿qué se supone que debería haber sucedido? ¿um? No me sucedió nada, como era de esperar y eso me hizo volver a mí mismo, dejé aquella mirada de asombro y llegué a la conclusión de que fue imaginación mía pero... cuando estaba a punto de girarme llegué a ver de reojo una extraña mujer reflejada en el espejo diciendo extrañas frases, a cuyo significado no le di demasiada importancia pero las tuve en cuenta, es más, gracias a esas extrañas frases se me ocurrió preguntarle acerca del increíble fenómeno que vi hace pocos segundos... me acerqué tranquilamente e inicié yo la conversación levantando un brazo para llamar su atención, mientras con el otro sostenía mi colgante, deseando en el fondo que me diera suerte.
Perdone ¿sabe si últimamente han estado sucediendo cosas extrañas en la ciudad? Yo en el fondo sabía perfectamente que no habían sucedido cosas... pero preferí dar un "rodeo" con la pregunta y no acusarla directamente de tener relación alguna con el caso.
Al llegar a su lado vi como caían lagrimas de sus ojos, decidí preguntarle, por cierto, no me suena de haberla visto por aquí ¿quién es? o lo que es más importante ¿se encuentra bien? Tras ese fenómeno apareció una extraña mujer que no recordaba haber visto... intenté hacerle preguntas cuidadosamente para no presionarla de mala manera y esperé una respuesta suya, tuviera o no relación con aquello, no se podía negar lo que había pasado...

[Nell]

La mujer tardó en responder. Se secó delicadamente las lágrimas con un pañuelo de seda que sacó de una de sus anchas mangas, con calma, al mismo tiempo que calmaba sus sollozos.

—Últimamente todo, todo… muy raro… nada volverá a ser igual, porque… —volvió a interrumpirse, guardando el trapo de nuevo—. ¡Qué cabeza! Claro, tú no puedes entender, o puede que sí, pero creo que en realidad no. Entonces, ¿qué es lo que te hace pensar que suceden cosas extrañas en esta ciudad? Porque puede que sí… o que no…

Si el rodeo de Zeix había servido o no para aclararle algunas dudas al chico, no estaba muy claro, ya que la extraña mujer se había desviado completamente del tema principal ella solita. No parecía muy cuerda, pero su dulce e inocente expresión compensaba la posible desconfianza que pudiera albergar cualquiera hacia ella.

—Oh, no, no, no, no soy de aquí, sino de allí. Mi nombre es Yami, pero puedes llamarme… Yami. Sí, Yami está bien —esbozó una tierna sonrisa, aún nublada por la antigua tristeza—. A veces me pasa. ¡El mundo es tan injusto! Todos lo son. Todos tienen personas que sufren o son víctimas de otros. Éste no es diferente…

[Tsuna]

Al parecer, la mujer se había desviado totalmente del tema principal... por su apariencia pensé que no tendría mucho que ver con aquello, aunque las cosas que decía no eran normales... podría haber sido algún tipo de filosofía u otra clase de creencia extraña, entre su desconcertante discurso llegué a comprender algunas cosas, el resto de lo que decía no tenía ningún sentido para mí.
Imaginación, eso pensé que había sido aquel impactante fenómeno... pero los hechos eran los hechos, el día se tornaba cada vez más raro y no encontraba ninguna respuesta... en el fondo creía que algo no iba bien, me agarré el colgante deseando suerte y protección, sí, le tenía mucho aprecio a aquel humilde objeto.
A todo esto, me llamo Zeix, ha sido un placer Yami.
Aquella mujer me había caído bien en cierto modo, a pesar de decir y actuar de esa peculiar manera... no podía haberle sacado ningún tipo de información relevante, por lo que la idea de que tuviera algo que ver con la desaparición de aquella persona me parecía cada vez más ridícula, había entablado conversación con una desconocida creyendo que tenía relación alguna con aquella alucinación...
Esto... el día se ha nublado, no es normal que en Villa Crepúsculo sucedan estas cosas... además, este día se hace más raro a cada minuto, discúlpeme, puede que me haya confundido, siento haberle hecho perder el tiempo, debería descansar más...
En ese momento me giré pretendiendo irme de allí y solo dos cosas rondaban por mi cabeza, ese extraño fenómeno y la idea de que tendría que haber algo más que una simple ciudad bajo un atardecer que parecía eterno. Aquel suceso me demostró que existían cosas aun más profundas que la monótona vida que había llevado a lo largo de mi vida... aquella mujer había mencionado algo sobre unos mundos, aun estaba a tiempo de preguntarle directamente acerca de la existencia de otros mundos, nunca había tenido la ocasión de hablar sobre ello con nadie, aunque me arriesgaba a que me tomara por un simple loco... ¿qué iba a conseguir? ¿qué se riera de mí?
Me paré en seco y me giré, mientras le preguntaba una última cosa.
Disculpa Yami, quiero preguntarte una cosa... ¿tú eres de este mundo?

[Nell]

Yami sonrió, agradecida por la amabilidad del chico, un poco tontamente, y con mirada ida.

—Gracias, Zeix. Para nosotras también es un placer, en serio, que sí —le convenció, tras su presentación.

La mujer no pareció entender que el muchacho se quisiera marchar, así que cuando Zeix se dio la vuelta, con la intención de irse, se apenó, aunque no dijo nada. Su rostro cambió drásticamente al anterior cuando el chico regresó. No contestó inmediatamente a la pregunta, sino que se mostró al principio sorprendida, y luego, recelosa.

—Es una pregunta complicada, sí, sí —le explicó, con calma, poniendo un gran énfasis en cada palabra—. La respuesta puede depender de la persona. Y no de nosotras. Una de ellas tranquiliza el espíritu, te lleva a un camino monótono del que es mejor no salir; la otra, te abre una dirección diferente, una que no sabes donde desemboca, que puede ser escalofriante o eternamente grata. No es algo que se pueda contestar a la ligera, aunque en realidad sí, pero si lo hiciera, te condenaría a que se diera el segundo resultado. Y es algo de lo que nos podríamos arrepentir, sí, sí.

»¿Cuál de los dos estás dispuesto a afrontar, Zeix?

Sin duda, Yami había comenzado a delirar. Muchas de sus palabras no tenían ningún tipo de sentido. O quizá sí.

[Tsuna]

La chica no parecía haberse extrañado por mi pregunta, es más, siguió dándome detalles acerca de algo que no lograba entender.
Aun sin saber el significado exacto, me imaginaba que quiso decir con las últimas dos opciones...
Yami ¿qué sucedería si eligiera la segunda opción? bueno, no preguntare que sucederá, mejor dicho, elijo esa. Por otra parte, me llamó la atención el pequeño detalle de que se hablara de sí misma en plural, cosa a la que en ese momento no le di mayor importancia puesto que comenzaba a acostumbrarme a su peculiar manera de ser.
Esperé entonces su reacción ante mi elección, a la vez que echaba una mirada al cielo grisáceo de aquella tarde.

[Nell]

Yami volvió a sonreír.

—¡Oh, divina juventud, divina ingenuidad! Pero, ¿qué he de decirte yo, si mi deber es precisamente ése, no dejaros escapar a los muchachos como tú? Porque hacéis falta, sí, sí, sobre todo ahora, en momentos tan duros como los que se avecinan… —murmuró.

De repente, la mujer extendió su brazo y, sin previo aviso, un resplandor cegó a Zeix para mostrar, inmediatamente después, en la mano de Yami, un arma con forma de llave que el chico nunca había visto hasta entonces.

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—Así es, Zeix. Provengo de otro mundo, guiada por una sagrada misión: salvar a los inocentes y derrocar a las mismas criaturas que amenazan la paz y la armonía. Como ésa.

Señaló, con la Llave Espada, el punto donde el hombre había desaparecido misteriosamente. Como si hubiese estado esperando hasta aquel momento, una figura oscura surgió de ese mismo lugar, tomando la forma de una criatura pequeña, negra, de ojos ambarinos y sin vida.

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Yami no se movió, sino que se limitó a observarlo, como si le tuviera lástima. No obstante, la sombra sí. Sin ver a la mujer, se adelantó hacia Zeix, sin mostrar, en ningún momento, sus intenciones.

[Tsuna]

En ese instante aquella cegadora luz proveniente del brazo de Yami me dejó algo aturdido... momentos después vi como de dónde surgía aquel destello se materializaba un arma, una especie de espada rojiza... no lograba escapar de mi asombro.
Increíble... Retrocedí varios pasos, y Yami pareció señalar con su arma el lugar donde aquel hombre había desaparecido apareciendo así una especie de pequeña criatura oscura. Me agaché un poco apoyando mis manos sobre mis rodillas e intente analizarla por encima, en ningún momento pensé que podría ser peligrosa, es más, me pareció algo graciosa y simple.
Um... ¿qué es eso? ¿Tendrá algo que ver con el hombre que desapareció allí?. Volví a levantar la espalda y me dirigí hacia Yami, Yami, ¿has dicho que esa criatura amenaza la paz y la armonía? No se, a mi me parece más bien inofensiva... aunque nunca había visto ninguna en esta ciudad.
Sin saberlo, aquella criatura se aproximaba a nosotros lentamente, mejor dicho, parecía dirigirse hacía mí.
Yo me volví hacia esa extraña criatura y me acerqué un poco a la misma, quién sabe como reaccionaría... es más, ¿porqué le iba a interesar yo?

[Nell]

Quizá Yami tendría que haber sido más cuidadosa con el nuevo chico que había conocido, pero lo cierto es que no pareció muy preocupada por la temeridad a la que se enfrentaba el muchacho contra la criatura que acababa de señalar como su enemigo. Temeridad que, en realidad, se traducía en ingenuidad por el aparente inofensivo aspecto del monstruo.

El sincorazón no se adementró. Avanzó raudo y directo hacia el joven, pero justo cuando parecía querer abalanzarse de verdad sobre él, independientemente de que fuera peligroso o no, cambió de opinión. Como si hubiese descubierto una presa más fácil, que no era el motivo, varió el rumbo y se lanzó a por Yami, ignorando a Zeix. La Maestra, que parecía haber predicho de algún modo aquella acción, no dudó en atravesar de un tajo limpio a la criatura, que desapareció entre volutas de oscuridad. Un corazón surgió de ella y se perdió en el aire.

-No te fíes nunca de ellas. Algunas parecerán más inofensivas que otras, pero todas son igual de peligrosas para el equilibrio. Y ansían de nosotros lo que nunca podremos darle. Esto -se señaló el pecho-. Esto, esto nuestro. A nosotros, que intentamos derrocarlas, mucho más. Pero aún así decidimos luchar. Y tú...

Le tendió el mango de su Llave Espada.

-¿Querrías luchar también a nuestro lado?