[Tierra de Dragones] ¿Cuántos mensajeros hacen falta...?

[Soul Artist]

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Prólogo de HappyDelice

Desértico. Así podría haber llamado Mei el lugar al que había viajado en busca del preciado metal del que tanto había oído hablar. Un páramo oscuro, frío y sin apenas vegetación. Los pocos árboles que allí una vez crecieron ya habían muerto, incapaces de nutrirse del agua de lluvias que nunca llegaban y de una luz del sol que durante el día tan mortífero era, calentando la tierra y las rocas en forma de gigantescos pilares que crecían en aquel territorio.

Una ligera niebla se levantaba a los pies de la chica, cubriéndolos por completo hasta las rodillas. No era espesa, por lo que no resultaba difícil caminar por aquellas tierras, pero debía andarse con cuidado. ¿Quién sabía si podía aparecer un escorpión venenoso por allí y atacarle por sorpresa? Y desde luego, sola como se encontraba no sobreviviría mucho tiempo. Si se hubiese traído un antídoto...

El objeto que buscaba era uno llamado "mitrilo". Había leído sobre él; se trataba de un preciadísimo metal, muy resistente e imbuido de poder mágico celestial. Todo lo que se contaba sobre él eran leyendas y cuentos, pero si existía le vendría de maravilla para las máquinas que tanto le gustaba construir (y que, debido a la poco avanzada tecnología del país, poco podía hacer). Había oído que a aquel extremo de China se podía encontrar algo de mitrilo.

¿Qué peligro podía haber en acercarse a echar un vistazo?

[A Nerd Girl]

Ella continuó andando algo cansada, pasó una hora y media andando. Ya estaba en sus pensamientos rectificando que debía haber traído alguna máquina que la llevase. Sus pies dolidos deseaban un descanso. Una piedra, eso buscaba mientras andaba desganada.

Un cuarto de hora después la encontró.-¡Al fín! Necesito un descanso- se sentó encima mientras se limpiaba algo la melena de granos de arena que se desperdigaron en la zona. Seguido, observó sus pequeños pies para limpiar entre los dedos y limpiarse la falda. Algunos pétalos de su horquilla estaban erosionados.

Cuando vio que ya había descansado lo suficiente, le sonó la tripa. Estaba algo hambrienta. Pero esperaba que pudiese encontrar su amado y deseado mitrilio.

Veía algo fácil, excepto por el miedo a que algún bicho apareciese, no veía ningún problema. Demasiada tranquilidad en el ambiente. Comió un poco de ' Gyoza' o empanadillas chinas para pasar en hambre mientras Trataba de visualizar el lugar.

[Soul Artist]

Realmente aquel lugar parecía desierto. ¿Quién iba a decir que China tenía lugares tan distintos entre sí, como la montaña nevada de la que venía o aquel mismo sitio? Era un lugar realmente variopinto y gigantesco. Quizá alguna vez pensó en pasar más allá de las murallas recientemente construidas, pero el mundo que debía haber al otro lado siempre había sido mencionado como un lugar peligroso y lleno de enemigos del país oriental.

Unos pasos pudieron ser escuchados por la chica. Entre los gigantescos pilares de roca que se levantaban en aquel lugar, a bastante distancia, una figura humana caminaba entre la niebla. A aquella distancia no podía ver el rostro o cualquier cosa con la que identificar a aquella persona, por lo que pensó en acercarse. ¿O tal vez en alejarse? Fuese como fuese, podía huir, acercarse a hablar con quien fuera que fuese u ocultarse en un desnivel que había entre las dos personas, estratégico lugar para poder espiar con facilidad.

[A Nerd Girl]

Optó por lo último. Así que se escondió en algún lado de aquel desértico páramo.
-espero que no me vea...temo que se enfade o me mate.- estaba algo insegura, puesto que no hablaba con mucha gente. Tenía mucho miedo.

Los pasos se acercaban cada vez más y más cercanos. Cruzó los dedos y se mordió la lengua para no gritar por si acaso. Estaba con ganas de salir y ver. Más cerca, trató de hacer el mínimo ruido, no quería asustarlo o acabar herida.

Por un momento, dudó de que fuese uno de esos denominados 'espejismos' que se veían comúnmente en los desiertos. Otra duda era la razón de esa persona : el mitrilio. Eso debería ser. Si esa persona fuese a por eso, ya estaría cogiendo una rama seca y dejándolo inconsciente.

[Soul Artist]

La figura continuó caminando sin percatarse de la presencia de la chica, oculta en el desnivel. Sí, cada vez se acercaba más hacia donde ella se encontraba; a ese ritmo, acabaría lanzándose sobre el desconocido y atacándole con lo primero que encontrase.

Una vez cerca, pudo ver mejor la figura. Era una mujer, como ella, aunque... Quizás no tanto. Lo primero en lo que destacaba era en sus enormes orejas de perro, situadas sobre su grisáceo pelo con un tono castaño. Al caminar sonaban los golpes de su metálica armadura, hecha de probablemente bronce y bien cuidada. Sus ojos, ligeramente verdes, pasaban de un lado a otro del paisaje, intentando localizar algo.

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Fuese quien fuese, sus pasos estaban demasiado próximos a Mei. Un par más y entraría en su campo visual, anulando por completo su escondite. Viniendo directa hacia donde se encontraba resultaba imposible atacarla sin ser vista; sin embargo, un importante factor jugó a su favor. El graznido de un águila en el cielo llamó su atención de inmediato y alzó la vista, distrayéndose.

Si había algún momento mejor para sorprenderla, seguramente no lo encontraría.

[A Nerd Girl]

Mei no dudó en coger su objeto metálico para ajustar tuercas y usarla para darle en la nuca y así dejarla noqueada. Ella ser sorprendió al ver mejor su armadura de bronce.Acto seguido, le parecía curioso que tuviese orejas de perro. Acabó con la hipótesis de que era forastera. No portaba un arma así que le tranquilizó la idea de no acabar mal para cuando despertase.

Decidió pensar en esa mujer...orejas de perro, armadura y de paso de pintas de no ser de por aquí. ¿Se habrá perdido?¿o querrá atacar a su pueblo? ¿que quiere o a que viene? Montones de dudas le iban llenando a su cerebro. Pero carecer de arma le parecía curioso. Demasiadas dudas.
-que mujer tan rara....pero bueno...a mi nadie me quita mi mitrilio-

[Soul Artist]

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¿Llaves inglesas en la antigua China? Me temo que no, eh xD Igualmente, si querías un "objeto metálico que ajusta tornillos antes de la propia existencia de estos", deberías haberlo especificado en tu inventario al entregar la ficha, ya que se te permitía tener un objeto. Pero ya que estamos, puedes indicar en tu siguiente mensaje si quieres que te lo añada o no, aunque llega tarde.

Mei se lanzó contra la desconocida con su extraño objeto, dispuesta a hacerle perder el conocimiento. Sin embargo no contó con sus reflejos; nada más salir de su escondite, se colocó en posición defensiva y sorprendió a su atacante. En cuanto alzó su arma contra la chica-bestia, esta le agarró del brazo con fuerza y giró sobre sí misma arrastrando su pierna por el suelo, chocando con ella y tirándola contra el rocoso terreno boca abajo. Se apoyó sobre sus brazos, inmolizándola, y con un destello invocó algo que no llegó a ver con lo que le amenazó colocándoselo en la nuca.

—La has hecho buena, guapa —señaló la desconocida, soltando un gruñido semejante al de un animal rabioso—. ¿Cuánto llevas siguiéndome? ¿Para quién trabajas? ¿Para los hunos, quizás? Si es así, no tengo nada que ver con China. Vete y te dejaré vivir.

"Vete y te dejaré vivir", decía la joven. Pero bien que no le soltaba.

[A Nerd Girl]

- ¿hunos? Estas loca, yo voy en busca del mitrilio. Y no te sigo, sólo que resultaban raras tus pintas y pensaba que ibas a por el mitrilio, nada más. -

Fue directamente al grano. ¿Hunos? ¿En verdad ? Tuvo suerte de que no la llamase ' tía rara' o ' loca' como solían llamarla. 'vete y te dejaré vivir' ya le cabreaba. ¿Como iba a irse si ni siquiera la dejaba moverse?
- además de ser rarita me dices que me vaya y ni me dejas moverme-

Le explicó, además no dudó en decir lo que pensaba, ya deseaba saber quien era y que hacía.
- Bueno, y me llamo Mei, ¿podrías tener modales ? Me rompes el vestido y me costó dinero y esfuerzo -vió que la seda de su pomposa falda estaba ya deteriorandose.

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ya lo cambié, es que estaba con prisas ya que hacía cola en el parque de atracciones....

[Soul Artist]

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No tengas prisa en los posts; como puedes ver, a mí me cuesta tiempo dedicártelos ya que estoy en exámenes finales. Date tu tiempo para escribirlos, repasarlo y perfeccionarlos. Las faltas ortográficas afectan a los PX recibidos al final del tema, y si profundizas en tu personaje, lo que siente... Acabarás también ganando más. Tómate el rol, en parte, como una buena manera de mejorar la redacción. Y por tanto, dedica el tiempo que necesites a ello, sin correr.

—¿Mitrilo? Vas lista si...

Algo interrumpió a la desconocida, obligándola a callarse lo que fuera a decir. Dirigió sus orjeas hacia su izquierda, adonde no dudó en girar la vista. Si Mei guardaba silencio, podría escucharlo: un galope, cientos de pisadas que chocaban con fuerza contra el rocoso terreno. Cada vez el sonido era más cercano y fuerte, fuese de lo que fuese.

Finalmente, la misteriosa caballera soltó a su presa y corrió en dirección contraria, directa a uno de los pilares de roca y desapareciendo tras él. No es que pareciese asustada, pero algo de nerviosismo sí se podía apreciar en su huida. Quizás pensó en seguirla, pero mientras se levantaba fue visible la aparición del origen de aquel galope: cientos de caballos que corrían en su dirección.

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Y ahora sí puedo poner una foto del terreno...

Las personas que los cabalgaban tenían unos fuertes rasgos físicos con los que rápidamente Mei podría identificarles como no pertenecientes a China. Su piel era palidísima, casi gris, pudiendo asustar a cualquiera que les viese por primera vez. Sus ojos eran pequeños, pero habían perdido todo rastro oriental; brillaban con pura oscuridad y ya poco quedaba de las características largas líneas de los chinos, como si se hubiesen mezclado parcialmente con otra raza más occidental.

La alcanzarían pronto. ¿Qué haría la chica? Estaba claro que ya la habían visto.

[A Nerd Girl]

¡Más personas raras! ¿Que había hecho para acabar llena de problemas? Ya dudaba de la certeza del libro, ¡sólo problemas! Ella al ver a esos caballos demoníacos ya le recorrió por la espalda un escalofrío. ¿ Qué sucede? Ya lo notó, estaba en el punto de mira de esos galopantes caballeros llenos de oscuridad.

No dudó en echarse a correr, pero lo malo es que iba con falda y unos zapatos algo ya al borde de romperse. Tampoco le sirvieron las largas mangas de su camisa. Gritaba como una loca. Pero estar llena de miedo eso era lo que le traía. ¿Qué eran y que querían de ella? ¿competencia por su mitrilio? Estaba ya indignada de que no fuese lo que pensaba. Buscaba el escondite de la misteriosa chica.

[Soul Artist]

Correr y gritar como una loca no sirvió en absoluto para poder escapar del grupo de jinetes que la perseguían. Más bien, llamó mucho más la atención y algunas flechas comenzaron a alcanzar sus pasos, pasando una muy cerca de su cabeza y cortándole ligeramente el pelo. Sin embargo, en cuanto uno de ellos le dio alcance no la atacó, sino que sacó una cuerda y con un nudo la lanzó por encima de su cabeza, rodeándola y tirándola al suelo con brusquedad. Su apresor detuvo su caballo, arrastrándola por las rocas unos segundos en los que la joven notó cómo su vestido se desgarraba más y un par de heridas leves se abrían por sus piernas.

Los hombres no tardaron en rodearla, todos riendo y jactándose de la caza que acababan de hacer. Sus intenciones, desde luego, no parecían nada buenas; algunos sonreían de forma demasiado maléfica, pensando seguramente en las cosas que podrían hacer en grupo a una chica tan alejada de la ciudad como era aquel sitio.

—¿Cuántos van ya así? ¿Cuatro? —preguntó uno de ellos en alto, echando una carcajada al aire.

—¡Tres con los otros dos! ¡Pero esta es una mujer! ¡Diversión para todos!

—¡Yo la he capturado! ¡Es mía primero! —exigió el hombre que había lanzado la cuerda sobre Mei.

Con aquella declaración, el pequeño ejército comenzó a discutir sobre el destino de la joven. Quién primero, quién último, todos juntos... Era definitivo: sus intenciones eran de todo menos benignas para la chica. En cualquier momento, se lanzarían a por ella y después seguramente la matarían y olvidarían su cadáver. ¿Y quién le lloraría? ¿La familia a la que dejó atrás, sin avisarles?

Sin embargo, para su suerte o quizás su desgracia, todos callaron cuando un hombre sobre su caballo se abrió paso entre el ejército. Se trataba de alguien enorme, de dos metros de altura, musculado y pequeños ojos amarillos que resaltaban, atemorizando con su mirada a cualquiera de los allí presentes. Vestía con una capucha que le cubría parte de su calva, cayendo algunos pelos negros tras su cabeza, y un largo bigote dibujaba su rostro, como dos largos colmillos que bajaban cerca de su boca. Por el respeto y temor que despertaba se podía sacar una cosa en claro: debía ser el líder de los allí presentes.

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El hombre bajó del caballo y se quitó la capucha, acercándose a la atada joven. Un águila bajó de los cielos, el mismo ave que había llamado la atención de la anterior desconocida, y se posó en el hombro del extranjero. Le dedicó una siniestra sonrisa y se agachó a su altura, levantando su barbilla con su enorme dedo índice.

—Buen trabajo, señorita —le anunció, expandiendo su brazo hacia su ejército—. Has encontrado a los hunos.

Todos rieron con fuerza, como si hubiese contado un chiste muy gracioso.

[A Nerd Girl]

Trató de resistirse, pero era inútil. ¿Y esa mujer ? Ya la había dejado con el problema y se fué.
Estaba algo mosqueada. Además estaba rodeada de hombres que seguro tenían más de treinta años. Ya le gustaría no haber tenido tantas ganas de ir a por ese metal.

- ¡Que indecentes! Mira que ya dudaba de la existencia de modales en los hombres, pero además, yo no sirvo de mucho, pero hay una mujer rara por la misma dirección de la que corría. - Decidió en meter en problemas a la extraña. Un escalofrío, nada más escuchar la palabra 'hunos' acabó ya pensando que su cabeza rondaría por aquellas rocosas colinas.
Esperó a la distracción y que encontrasen a la otra mujer para poder lanzarse a patadas y salir corriendo.

[Soul Artist]

El gran hombre señaló a una dirección con dos dedos de su mano, a lo que dos de sus hombres contestaron bajándose de sus caballos y dirigiéndose hacia allí con las espadas desenvainadas, dispuestos a encontrar a la mujer de la que la que Mei había hablado. Si era cierto, no podía andar muy lejos.

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—¿Y qué hace por aquí una niñita como tú? —preguntó el desconocido a la joven, volviendo a sonreírle—. Estás muy alejada de casa. Si te pasase algo, nadie lo descubriría nunca...

Esperó una respuesta, se la diese o no. Le tomó tras ello la barbilla, obligándola a mirarle a la cara a él y al resto de sus hombres.

—Pareces asustada —indicó al ver el nerviosismo y los escalofríos de la joven—. Has oído hablar de nosotros, ¿verdad? ¿Qué cuentan en la ciudad imperial?

[A Nerd Girl]

- Me fui de casa hace mucho tiempo, creo que mis padres ni me recordarán, además ,hace años que no paso mucho por ahí, solo para comprar. - respondió algo más tranquila, deseaba ya poder darle una patada y largarse. - Solo iba a investigar sobre un material que aparece en un libro. Básicamente eso.- No quería hablarles demasiado. ¿O si? Solo tenía que disuadirles y escapar. Ya volvería.

¿Por qué no mentir? Así buscarían lo inexistente. Decidío de forma astuta, - cuenta en ese libro, una gran cueva con un templo hecho de oro y plata, con sedas preciosas.- una gran mentira, bien estructurada, que seguro intentaba convencer a los hunos.

[Soul Artist]

El líder de los hunos echó una gran carcajada al aire al escuchar a la chica hablar de un templo tan rico. Cualquiera con avaricia y ansias de vivir bien desearía echar el guante a tal lugar; algunos de sus soldados, mismamente, mostraron atención en lo que Mei decidía. Pero desde luego, él no.

—No busco el oro ni las joyas —explicó el hombre, desenvainando de su espalda su enorme espada ondulante y colocándose la mano en el pecho, interpretando que estaba dolido porque la joven pensase eso—. Busco al Emperador. ¡Él me ha invitado!

El desconocido agarró a la muchacha por el cuello y la alzó en al aire, perdiendo el completo contacto con el suelo. La chica pudo forcejear sus cuerdas, patelear, todo lo que quisiera, pero aquella enorme mano te tenía bien atrapada y la asfixiaba.

—¡Al construir la muralla, ha desafiado mi fuerza! —aseguró él con un tono de furia palpable en su tono de voz. Con la otra mano desenvainó su espada ondulante de la espalda, la cual fue acercando hacia la cara de la chica—. He venido a seguir su juego...

Quizá no fuese el mejor momento para pensar en ello, pues Mei comenzaba a quedarse sin oxígeno para respirar. Pero su obsesión por el tema pudo llevarla a percatarse de ello. ¿No era el filo de aquel arma...? ¿La forma del metal, su color...?

¿Mitrilo?

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