[Trama] Más fácil habría sido si fuera un perro

[Nell]

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Trama de ita y Kairi. Es posible que se una Mickael si está disponible antes de que hayamos avanzado mucho, pero por el momento no contéis con él.

Mundo: Tierra de Partida.

Consejo: Moveros a gusto con vuestro pj.

El día anterior habían avisado tanto a Irian como a Kairi que, al día siguiente, tendrían un entrenamiento con Ronin. Ninguna de las dos había hablado nunca con él, puesto que se habían entrenado, hasta entonces, con Nanashi y Lyn respectivamente. Era posible que lo hubiesen visto de vez en cuando por los pasillos de Tierra de Partido u oído hablar de él, pero aparte de eso... nada más.

¿Y quién iba a imaginar que estaban a punto de descubrir su más oscuro y oculto secreto?

A pesar de la advertencia (que, por cierto, se la había dado un moguri muy cuco), el mensaje no había especificado cuándo y dónde se reunirían con él, sólo que esperaran en su cuarto. Por eso, quizás, Irian no se sorprendiese cuando, a las diez de la mañana, escuchó un par de golpes en su puerta, junto a la voz de un hombre.

—¿Se puede pasar? —preguntó la voz.

Kairi, por el contrario, a aquella misma hora, no recibiría ninguna visita (por eso de que dos no pueden estar en el mismo lugar y tal), por lo que podía limitarse a hacer sus tareas cotidianas.

[ita]

Se había sorprendido mucho al recibir la nota informándole del cambio en su Maestro, pues realmente no lo esperaba. Ya llevaba unos cuantos días ahí y, salvo a Gray y Nanashi no había tenido más contacto con aquel nuevo mundo en el que se veía viviendo ahora.

Sobre las diez de la mañana oyó a alguien aporreando amablemente su puerta, supuso que se trataba del Maestro. Si su memoria no fallaba se llamaba Ronin. O algo así... Un nombre realmente peculiar porque en algún libro había leido algo parecido sobre unos samuráis sin señor al que servir que vagabundeaban cuyo nombre era el mismo. Tal coincidencia, a parte de llenarla de curiosidad, la asustaba ¿qué clase de persona sería?

No tendría que esperar mucho para descubrirlo y su fachada de calma aparente se estaba resquebrajando por momentos. Ojeó la habitación y, por un momento, se arrepentió del desorden general en el que vivía. Como no había previsto ir a un sitio como aquél, con tantas comodidades optó por no dejar nada en su anterior casa. Además había muchas cosas con un valor sentimental añadido, como las colecciones de libros de su hermano Henry, que hasta ese momento no había tenido oportunidad de cotillear.

Trató de ocultar su nerviosismo dibujando una sonrisa cortés en su rostro ovalado, mientras se dirigía hasta la puerta.

[Kairi]

En ese momento, Kairi se encontraba ordenando su habitación. Una criatura muy extraña y mona le había dado la noticia de que tendría entrenamiento con un nuevo Maestro, Ronin. Hasta ahora siempre se había entrenado con Lyn, por lo que no entendía muy bien ese repentino cambio. De cualquier forma, quería tener la habitación en condiciones para cuando llegara.

Cuando hubo terminado, invocó su Llave-Espada y empezó a practicar los movimientos, con cuidado de no romper nada. Al mismo tiempo, pensaba en todo lo que había pasado últimamente: el ataque de los Sincorazón, la aparición de Lyn,... Aún no terminaba de acostumbrarse a todo eso y a veces creía que en cualquier momento oiría la voz de su madre despertándola y diciéndole que fuera a desayunar.

Siguió practicando movimientos mientras esperaba al nuevo Maestro. Cualquier momento para practicar era bueno.

[Nell]

Al abrir Irian la puerta, se encontró con el Maestro Ronin, quien presentaba una imagen muy similar a los samuráis de los que se podía haber informado la joven. Sin ni siquiera fijarse en el interior de la habitación, como temía la muchacha, le señaló el pasillo.

—¿Estás lista? —preguntó, añadiendo de inmediato—. Acompáñame, chavala. Tenemos que ir a buscar a tu compañera de entrenamiento

Dejó que Irian se preparara, si no lo estaba ya, y la condujo por los pasillos hasta una habitación diferente, pidiéndole amablemente que no preguntase nada hasta que estuviesen todos reunidos. Al llegar, golpeó la puerta de con suavidad, al mismo tiempo que preguntaba lo mismo:

—¿Se puede pasar?

Pregunta totalmente incorrecta, por cierto, puesto que no parecía que sus intenciones fueran entrar, tal y como había sucedido en el caso de Irian.

No obstante, al otro lado de la puerta, Kairi no podía saberlo.

[Kairi]

Desde el día que llegó a Tierra de Partida, Kairi había mejorado bastante en el manejo de su Llave-Espada. La verdad es que Lyn era una Maestra excelente, pensaba. Pero nunca desaprovechaba la oportunidad de seguir mejorando día a día.

Mientras practicaba con su Llave-Espada, Kairi oyó a alguien golpear la puerta de una forma amable. De inmediato pensó que sería el nuevo Maestro. Hizo desaparecer su arma, se peinó un poco su larga melena rosa, echo un último vistazo a su habitación para comprobar que todo estuviera en orden y fue a abrir la puerta.

[ita]

La primera impresión que tuvo de su peculiar Maestro fue que era un personaje ciertamente rudo. A pesar de lo extraño, suspiró aliviada; estaba acostumbrada a tratar con esa clase de gente, muchos de los navegantes de las naves Gumi tenían un carácter parecido y acostumbraban a frecuentar su lugar de trabajo, su antiguo segundo hogar.

Sí, estaba lista. De hecho llevaba un rato esperando, cosa de su seriedad, así que nada más oír la voz del Maestro, Irian salió de la habitación, siguiéndole por los intrincados caminos que configuraban el interior de aquel lugar.

Había tratado de mantenerse como una silenciosa compañía, tal y como le parecía que el Maestro quería, y más tras pedirle que no preguntase nada. Si no podía preguntar, ¿tenía sentido siquiera hablar? Además el Maestro no parecía la clase de personas que disfrutan con conversaciones mundanas e intranscendentes, así que optó por callar. Y así avanzaron hasta llegar a una puerta en especial, frente a la cual se detuvieron. El Maestro golpeó la puerta mientras Irian esperaba, un tanto expectante, con ganas de saber qué sucedería a continuación.

[Nell]

—¡Ey, qué rápida! —exclamó Ronin—. Espero que estés lista, porque no nos sobra el tiempo. Venga, venid las dos —les indicó, echando a andar por el pasillo—. Ah, por cierto, haréis juntas el entrenamiento. Y supongo que os conoceréis, así que no hará falta presentaros. Sí, los aprendices siempre os acabáis conociendo y odiando, cosas de críos…

Abandonaron el ala de las habitaciones y salieron del castillo (en silencio a no ser que las chicas quisieran conversar entre ellas), a las largas escaleras que había justo enfrente de la entrada. Ronin las bajó y se plantó allí mismo, con los brazos en jarras.

—Venga, decidme ahora rápido qué habéis estado haciendo éstos días, con quién habéis entrenado y vuestros progresos en general —dijo deprisa—. Vamos, vamos, vamos…

Parecía impaciente por algo. Más de uno le habría temido en aquel momento, teniendo en cuenta el parche poco amistoso de su ojo y su cercano entrenamiento con él.

[Kairi]

Kairi siguió al nuevo Maestro con rapidez. A pesar de ese parche en el ojo, no le inspiró temor alguno, sino experiencia y confianza. Parecía que tenía prisa por algo. A su pregunta, Kairi respondió al instante:

-Pues yo... Estos días desde que llegué a este mundo, he estado entrenando todos los días con mi Maestra Lyn, y mis progresos creo que son buenos, antes no sabía ni manejar la Llave-Espada.- dijo, mientras seguía al Maestro y a la otra chica. Se preguntó cuanto tiempo llevaría ella allí y si era buena con la Llave-Espada.

-Por cierto, lo siento pero no conozco a mi compañera ni a usted tampoco. ¿Cómo se llama? ¿Y cómo te llamas tú?- dijo con timidez, dirigiéndose luego a la chica. Sería una buena oportunidad para empezar a hacer amigos allí.

[ita]

Irian miró con curiosidad a la que, según parecía, sería su compañera de entrenamiento durante aquel día.
Y no, no conocía de nada a aquella chica de extraño pelo rosa, y estaba segura de que alguien así no es que pasase precisamente desapercivido...

Según decía, su Maestra era una tal Lyn. Y parecía que habían entrenado duro, eso era bueno. Sonrió un poco nerviosa, pues tras las palabras de su compañera le tocaba responder a ella.

- He estado entrenando con la Maestra Nanashi - dijo con suavidad - Y, básicamente, hemos estado entrenando las mágias y leyendo libros. -

Irian se giró rápidamente hacia la otra chica y, en un susurro le contestó:

- Soy Irian. Y él, según ponía en la nota, es el Maestro Ronin. Mucho gusto- le dirigió una amistosa sonrisa mientras se sonrojaban sus mejillas, esperando, con curiosidad, la respuesta de su nueva compañera y, quizás, lo que el Maestro Ronin tuviese que explicarles.

[Kairi]

-Oh, gracias, mucho gusto. Yo soy Kairi.- le susurró a Irian con una sonrisa. Aquella chica parecía agradable y simpática, no habia hecho más que conocerla y ya le caía bien.

Mientras esperaba la respuesta del Maestro Ronin, Kairi aprovechó para seguir hablando con Irian.

-¿Eres de aquí o viniste de otro mundo como yo? Yo vengo de Islas del Destino, unas bonitas islas en medio del mar.- dijo. En ese instante recordó sus hermosas playas y jardines, así como el árbol que daba aquel fruto estraño en forma de estrella.

Kairi, tímida pero sonriente, esperó la respuesta de su nueva compañera de entrenamiento.

[ita]

Se llamaba Kairi. Era un bonito nombre para una chica bonita. Por lo que decía, ella había venido de un lugar llamado Islas del Destino. ¿Cuántos mundos habría? ¿Cuándo podrían ellos viajar y conocerlos? Era algo de lo que Irian tenía bastantes ganas; sobre todo quería ir a Villa Crepúsculo, puesto que su único "amigo" ahí le había prometido que en ese lugar los atardeceres eran los más hermosos jamás contemplados.

Sonrió.

- Provengo de Ciudad de Paso, un lugar bastante aburrido - comentó en voz baja, temiendo moletar a su Maestro, que aún no había dicho nada sobre su entrenamiento, ni hecho comentario alguno sobre la evolución de ambas durante el tiempo que llevaban en aquel lugar. - ¿Sabes algo de nuestro entrenamiento?- preguntó a su compañera. Pero enseguida temió una negativa; parecía que ella sabía tanto como la misma Irian, lo que en cualquier caso significaba nada. Suspiró, apenada, era demasiado curiosa para estar demasiado tiempo con una duda.

[Kairi]

Irian venía de un mundo llamado Ciudad de Paso. Según ella, era un lugar aburrido. Bueno, Kairi suponía que cada mundo tendría sus pros y sus contras. El nombre le hacía pensar que sería un lugar donde la gente estaría "de paso", o que pertenecía a alguien llamado Paso, esto último le hacía bastante gracia. No le importaría visitar ese mundo algún día.

Por la pregunta que Irian hizo luego, Kairi se imaginó que tampoco sabía nada del entrenamiento que iban a tener con Ronin.

-No, se lo mismo que tú: nada.- respondió algo nerviosa. El Maestro Ronin aún no había dicho ni una palabra desde lo primero que les preguntó. No sabía cuánto tiempo estarían allí ni lo que harían a continuación.

-Me gustaría visitar todos esos mundos, quiero verlos todos.- le dijo a Irian en voz baja con una sonrisa.

[Nell]

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Mickael se une a la Trama ^^

Las dos chicas respondieron breve y concisamente al Maestro, para después ponerse a hablar entre ellas, aunque fuera en unos susurros imposibles de ocultar al hallarse frente a frente con Ronin. El hombre pareció agradecido de que no se extendieran demasiado.

—Muy bien, entonces vosotros tres… —y entonces, al ir a señalar al tercero invisible, pareció darse cuenta—. Oh, cierto, falta uno. Es igual, podréis ir a buscarle. Se llama Mickael y no es que pase realmente desapercibido con esos rasgos ratoniles, eh —rió, sin concretar más.

De repente, el Maestro se llevó la mano a la muñeca y pulsó el pequeño aro del que todos disponían. Inmediatamente, se recubrió con la armadura característica que usaban para viajar.

—Veréis —comenzó a explicar—, teníamos un entrenamiento concertado, sí, pero ha surgido una supermisión supersecreta y especial en otro mundo a la que no puedo faltar, así que tendremos que aplazarlo. Sin embargo, tengo una tarea especial para vosotras, y para el otro compañero, igual de peligrosa y emocionante que lo que tenía pensado —lo peor es que parecía completamente serio—. Esta mañana, me he encontrado con la desagradable sorpresa de que mi mascota ha desaparecido. Se llama Mordisquitos y es el único ratón de Tierra de Partida, así que no será difícil hallarle.

Le tendió una foto a Kairi. En ella, aparecía un monísimo ratón, entre grisáceo y blanco, con unos ojitos que más tarde les darían problemas si eran realmente así de adorables:

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—Podéis usar trampas, porque le gusta mucho correr. Su comida favorita es el chocolate y le gustan los lugares oscuros y a la sombra. ¡Encontradlo a mi vuelta! No vaya a ser que los moguris se lo coman sin querer —pidió Ronin.

Transformó su Llave Espada y, sin darles tiempo a preguntas o quejas, se marchó a aquella misión que les había arruinado el entrenamiento. Por si fuera poco, tenían que buscar un minúsculo ratón en todo aquel mundo. Ah, y encontrar a su compañero de rasgos ratoniles.

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Mickael había recibido la orden, junto a las demás, de permanecer en su habitación hasta la llegada del Maestro. Sin embargo, nadie acudía…

[Kairi]

Estupendo, el Maestro Ronin se iba a una misión supersecreta y el entrenamiento a la porra. Y encima tenían que encargarse de buscar a su mascota por todo ese mundo. Sin más remedio, Kairi miró la foto que le dio Ronin. Sus ojos se iluminaron enseguida, aquel ratoncito era la cosita más mona que había visto hasta ahora. Sonrió y le pasó la foto a Irian.

-¿No es mono? Así la misión no parece tan aburrida.- le dijo. Nada más ver a ese animalito, le habían entrado ganas de ponerse a buscarlo.

-¿Vamos primero a buscar a nuestro compañero de entrenamiento? Entre los tres podremos encontrar más fácilmente a Mordisquitos.- le sugirió.

[ita]

Irian miró perpleja la fotografía. En un primer plano aparecía la mascota de su Maestro, Mordisquitos, un ratoncito de apariencia adorable, de un color blanco intenso y unos brillantes ojitos violáceos. Realmente precioso. Pero... ¿Qué significaba todo eso?

Empezaba a sospechar que Ronin, el Maestro, había buscado una excusa suficientemente creible para dejarles con la tarea, pero que desde el principio ese era su plan. O talvez se equivocaba y Mordisquitos las ayudaría, de algún modo que no lograba entender, a mejorar sus habilidades... O talvez...

No faltaban raras teorías que asaltasen su cabeza.

Sin saber muy bien qué hacer con la foto que su compañera Kairi le había pasado, la guardó en el bolsillo de su pantalón de chandal. Pensando que iba a tener un duro entrenamiento, se había vestido con ropa cómoda y deportiva, pero por lo visto, no le haría demasiada falta.

Y por si fuese poco, Ronin había desaparecido del lugar sin darles tiempo a replicar. Suspiró. Aquella situación era demasiado extraña, pero mantuvo su calma habitual.

- Será mejor, como dices, que busquemos a nuestro otro compañero - miró hacia la inmensidad de pasillo que quedaba aún por recorrer - pero no sé cómo lo haremos; llamar puerta por puerta nos puede llevar una eternidad. - sonrió, apenada.