[Bosque de los Enanitos] La Mina Abandonada

[Zee]

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Así que ése era el mundo en cuestión...

Light y Hitori atravesaron la atmósfera en sus Gliders tan rápido como pudieron, intentando no parecer más que un par de aves ante los ojos de los curiosos. Ambos Aprendices se sumergieron en una capa de nubes para pasar por encima de las torres de vigilia del alto castillo que los había recibido, notando cómo la humedad les empañaba los cascos y los refrescaba incluso con las armaduras puestas.

Muy pronto se alejaron de la estilizada fortaleza de cantera y, esperando no sorprender a ningún nativo, decidieron aterrizar en una verde pradera repleta de coloridas flores y poblada por pequeños conejos, ardillas y libélulas danzarinas. A partir de allí ambos no podrían hacer nada más sino caminar, en vista de que el frondoso bosque les impediría encontrar a su objetivo.

Que, si mal no recordaban...

[...]

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─Así que, erm... Light y Hitori... ¿verdad?

Sin importar qué había sucedido en Bastión Hueco, ni la nueva determinación que había poseído a muchos Aprendices (e incluso Maestros), la Maestra Rebecca seguía tan frágil como siempre. Tanto que se disculpó unas tres veces por tener que encomendar una misión sin ningún aviso previo salvo las dos notas idénticas que tanto Hitori como Light habían encontrado cerca del marco de su puerta en la mañana, en donde se les pedía que se presentaran en la Sala del Trono para un anuncio por parte de la Maestra mencionada.

─Parece que... la recomendación de Ronin estaba bien fundamentada. Pareces un... Aprendiz determinado y con algo de experiencia ─señaló Rebecca, mirando a Light con una sonrisa. Y luego, tras dejar salir una risita, añadió para Hitori─: Y también parece que el pronóstico de Akio no se cumplirá... Estoy segura que tú... también harás un buen trabajo...

>>Umm, los he llamado para una misión... como habréis imaginado. Necesito que comprobéis... ciertos rumores... en cierto mundo... ─la joven tomó un mapa estelar que había llevado en algún sitio de su cinturón y lo desplegó frente a los Aprendices, señalando una estrella en particular. Luego, se lo entregó a Hitori─. "Bosque de los Enanitos" le llamamos... Y bueno, parece que... "algo" ─Rebecca formó un par de comillas con sus dedos─...ha estado cavando y ocluyendo túneles en una mina abandonada.

>>Tememos que se trate de un Sincorazón de... grandes proporciones, umm, así que estaría bien que... investigarais un poco.

Instrucciones concisas para una misión que aparentaba ser breve y sencilla. La Maestra Rebecca les deseó suerte a los Aprendices y se marchó para atender otros asuntos, esperando que ambos muchachos comenzaran su misión cuanto antes. No sería muy complicado, seguramente.

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Par de rondas flashback para establecer una relación o algo así antes de salir de TdP y llegar al BdlE.
Fecha Límite: 7 de Octubre

[Light]

Doce, trece, catorce...

¿Acaso se podía hacer algo más productivo que un ejercicio matutino de flexiones? Los entrenamientos nocturnos no le bastaban, él quería entrenar para hacerse más fuerte, cuanto antes.

En cuanto terminó con las treinta flexiones consecutivas, dejó salir un bostezo prolongado. También se percató de que había una nota en el marco de la puerta. Se reincorporó para dirigirse hacia la nota en cuestión.

Según las instrucciones del papel, la Maestra Rebecca requería de su presencia en la sala del trono.

¿Una misión de la Maestra Rebecca? Espero que no haya bestias de por medio...

Light depositó la nota sobre su cama, y se introdujo cuanto antes en la ducha, pues no venía nada mal tras los sudorosos y agotadores entrenamientos. Dentro de ella, y con el agua caliente como relajante acompañante, empezó a barajar todo tipo de posibilidades. Si era una misión... ¿en que consistiría? ¿Finalmente le permitirían adentrarse en otros mundos? Si ese fuera el caso... ¿Qué clase de mundo sería?

Se podía quedar bajo el chorro de agua todo el día, pero no valía la pena. Salió de la ducha y se vistió rápidamente, con su atuendo más común: camisa blanca y vaqueros. Abandonaría su habitación y se dirigiría presto hacia la sala del trono, sin entretenerse lo más mínimo.

Creo que me he retrasado un poco...

Y estaba en lo cierto, desgraciadamente se había entretenido demasiado en la ducha; Hitori y Rebecca ya estaban allí cuando él llegó.

Hitori, el aprendiz que sería su compañero en aquella misión, no era ningún desconocido para Light. Era otro joven de su edad, procedente de Villa Crepúsculo, y además, un compañero de su clase.

─Así que, erm... Light y Hitori... ¿verdad?

─¡Lo siento por el retraso! ─se disculpó tras posicionarse frente Rebecca, con la cabeza gacha y la mano derecha situada en la sien.

Aunque se disculpó, él no fue el único. Rebecca también lo hizo unas cuantas veces, ya que no les había avisado de ninguna otra manera alternativa a la nota.

─De verdad, no se disculpe Maestra, ha sido culpa mía ─indicó tras escuchar varias de sus disculpas─. Supongo que nos habrá reunido a Hitori y a mí por una misión, ¿verdad? ─le dirigió una breve sonrisa a su compañero de clase, y de misión─. Empecemos cuanto antes, soy todo oídos.

─Parece que... la recomendación de Ronin estaba bien fundamentada. Pareces un... Aprendiz determinado y con algo de experiencia ─comentó Rebecca. Con aquello de “algo de experiencia”, Light supuso que Rebecca era conocedora de que su abuela, Ágatha Furier, le había instruido en las dosis básicas del combate─. Y también parece que el pronóstico de Akio no se cumplirá... Estoy segura que tú... también harás un buen trabajo...

Light no pudo evitar compadecerse de Hitori tras escuchar ese comentario...

─Umm, los he llamado para una misión... como habréis imaginado. Necesito que comprobéis... ciertos rumores... en cierto mundo... ─las sospechas de Light se cumplieron. Rebecca extendió un mapa para mostrarles la localización del mundo en cuestión. El joven observó con detenimiento el punto del mapa señalado por la Maestra─. "Bosque de los Enanitos" le llamamos... Y bueno, parece que... "algo" ha estado cavando y ocluyendo túneles en una mina abandonada.

¿Bosque de los enanitos? El nombre del mundo no le entusiasmaba demasiado, pero igualmente tenía algo de curiosidad por explorarlo.

─Tememos que se trate de un Sincorazón de... grandes proporciones, umm, así que estaría bien que... investigarais un poco ─recomendó a los aprendices.

─Claro ─asintió Light─. ¿A qué estamos esperando? Vamos, Hitori.

El muchacho hizo una rápida reverencia y se dirigió hacia la salida del castillo, sin duda, Light Hikari ya estaba preparado para partir de Tierra de Partida en cualquier momento. Esperaría a su compañero afuera, delante de las puertas del gran castillo.

[Hitori]

El joven aprendiz volvió a bostezar mientras se peinaba su, cada día más largo, cabello castaño. Observó el pelo que le empezaba a llegar a los hombros, mientras le pasaba el peine.

─Mmm... no sé si cortarlo o dejarlo así... ─pensaba, mientras lo echaba hacia atrás.

Era una mañana aparentemente normal. Como siempre, se había despertado lo más tarde posible y había dado vueltas en cama hasta que no tuvo más remedio que levantarse. Y ahí se encontraba, peinándose tras su ducha matinal. Todo parecía haber vuelto a la normalidad; la rutina había retornado de repente, como si los sucesos acaecidos poco tiempo atrás no hubiesen tenido lugar. Pero, por desgracia, sí pasaron. Algunas caras conocidas dejaron de estar en aquel castillo; la más notable, por supuesto, fue la Maestra que había dejado el lugar.

Hitori, por su parte, se encontraba más animado que antes. Bien era cierto que estaba preocupado, más que por sí mismo y los peligros que tendrían que afrontar, lo estaba por sus amigos. Aún así, sabía que ellos eran fuertes y no les pasaría nada.

El joven decidió salir de la habitación e ir a tomar algo, cuando vio una nota que reclamaba su presencia. Era la primera vez desde que había vuelto de Bastión Hueco que un Maestro le llamaba. Así pues, el chico se dirigió al lugar indicado.

Una vez en la sala del trono, Hitori se acercó a la Maestra Rebecca, a quien, hasta hacía poco, no conocía.

─Buenos días ─saludó el chico, brevemente. Supuso que alguien más vendría, por lo que esperó pacientemente hasta que otro joven apareció en la sala. A Hitori le sonaba de algo, pero no se percató en el momento.

─Así que, erm... Light y Hitori... ¿verdad?

Hitori asintió, mientras que el otro chico se disculpó por haber llegado tarde. "Light...", sin duda, le conocía. Rebecca también empezó a disculparse, iniciando una cadena de disculpas entre Light y ella. Cuando terminaron, Light continuó hablando.

─Supongo que nos habrá reunido a Hitori y a mí por una misión, ¿verdad? Empecemos cuanto antes, soy todo oídos.

─Parece que... la recomendación de Ronin estaba bien fundamentada. Pareces un... Aprendiz determinado y con algo de experiencia ─Hitori miró a su compañero. Si tenía experiencia, sería sin duda una gran ayuda─. Y también parece que el pronóstico de Akio no se cumplirá... Estoy segura que tú... también harás un buen trabajo...

Hitori esbozó una media sonrisa de fastidio al escuchar lo del "pronóstico de Akio".

─Gracias, Maestro Akio, por depositar su confianza en mí ─murmuró por lo bajo.

─Umm, los he llamado para una misión... como habréis imaginado. Necesito que comprobéis... ciertos rumores... en cierto mundo... ─la Maestra les mostró un mapa de los mundos y señaló uno bastante cercano─. "Bosque de los Enanitos" le llamamos... Y bueno, parece que... "algo" ha estado cavando y ocluyendo túneles en una mina abandonada.

─¿Algo?

─Tememos que se trate de un Sincorazón de... grandes proporciones, umm, así que estaría bien que... investigarais un poco

─Ah. Obvio ─comentó el chico. Siempre se trataba de Sincorazón...

─Claro ─asintió Light─. ¿A qué estamos esperando? Vamos, Hitori.

El chico salió disparado tras hacer una reverencia, sin darle tiempo a Hitori a reaccionar. El aprendiz se despidió adecuadamente de la Maestra antes de salir del castillo, donde Light le estaría esperando para partir.

─Una cosa... ─dijo, acercándose a su compañero─. ¿Nos conocemos de algo?

[Light]

El compañero de Light se entretuvo un poco más, pero finalmente salió del castillo. Light no conocía mucho a Hitori (lo de entablar amistades nunca fue su fuerte), pero igualmente estaba encantado de participar en una misión con alguien procedente de su mundo.

Alguien que pudiera comprender como él la monotonía de la ciudad crepúscular...

─Una cosa... ─se disponía a preguntarle algo a Light─. ¿Nos conocemos de algo?

─Light Hikari, de Villa Crepúsculo, y compañero tuyo de clase. Supongo que tú eres Hitori Yagari ─se presentó rápidamente y le tendió su mano para que las estrecharan, como si se acabaran de conocer─. Hace solo aproximadamente un mes que deje el instituto para venir a Tierra de Partida, así que supongo que aún me acuerdo de estas cosas...

»Menudo cambio, ¿no? Pasamos de deberes con sistemas de ecuaciones a... esto. Ahora podemos viajar a otros mundos, es algo increíble. No soportaba la rutina tan normal y aburrida de antes, me alegra tanto haber abandonado Villa Crepúsculo...

Contemplaba extasiado el horizonte mientras pronunciaba todas aquellas palabras. No sabía porque le estaba contando a Hitori todo aquello, pero necesitaba soltarlo. Ni siquiera añoraba una pizca su ciudad...

Durante ese mes en Tierra de Partida, ya había conseguido hacer más amistades que en catorces largos años. También había podido vivir aventuras (algunas mejores que otras) inimaginables para la amplia mayoría de los jóvenes de su edad.

─Creo... que algún día de estos volveré a dejarme caer por allí. Me imagino que tendré que contarle a mi abuela todas mis aventuras... ─comentó con una débil y pensativa sonrisa. A continuación, con voz algo más apagada, añadió─: Además... alguien debería hablar con los abuelos de Zeix y explicarles lo que sucedió con él en Bastión Hueco...

No dijo nada más al respecto. Accionó la joya azul de su pecho para activar con éxito su armadura azulada. Tampoco se demoró en materializar su Teluria y en arrojarla hacia arriba, para así conseguir activar su Glyder, del mismo color.

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─¿Tú tienes el mapa, verdad? Esta es mi primera misión fuera de Tierra de Partida, así que te sigo... ─le comentó Light una vez se hubiera acomodado en su vehículo. Le seguiría durante el vuelo, pues Hitori sería un aprendiz más veterano que él y estaría más acostumbrado al espacio exterior.

También tenía claro que se esforzaría al máximo y daría lo mejor de sí durante aquella misión.

[...]

Ambos aprendices terminaron por llegar a su destino: El Bosque de los Enanitos.

Durante su primera toma de contacto con aquel lugar, el aprendiz empezó a analizar un poco el terreno en el que se adentraban.

Lo que más atrajó su atención fue aquel castillo, que si su intuición no iba mal encaminada, debía pertenecer a alguien bastante importante en el lugar. ¿Un rey? ¿Un noble? De todas formas, aquello no era de su incumbencia, y presentarse ante los dueños de aquella fortaleza no podía ser una buena idea. Después de todo, Light había estudiado que durante las misiones en otros mundos lo más importante era mantener la máxima discreción posible.

Light desactivó tanto el Glyder como la armadura, y empezó a observar con más calma aquel lugar, sin casco alguno que le estorbara. Se encontraban en una pradera bastante cargada de flores silvestres y animales de todas clases, como si de un paraíso se tratara, aquel lugar debía resultar idóneo para echar una gran cabezadita....

No, Light no podía pensar en aquello. Tenían que ponerse en marcha cuanto antes.

─Bien, nuestro objetivo son las minas, y parece que no hay rastro alguno de ellas, así que lo mejor será que nos marchemos de aquí cuanto antes ─sugirió a su compañero mientras echaba a andar hacia la densa espesura.

[Zee]

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Próxima fecha límite: 16 de Octubre

¿Qué pasó, Death Hitori? Un par de rondas significa dos rondas xD No te tomo la falta por mi propio retraso, el cual, como ya expliqué, se debió a la muerte súbita de mi teléfono móvil. En fin, sigamos...

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Ante la sugerencia de Light, ambos Aprendices comenzaron a caminar en dirección al espeso bosque. Desde su posición, podrían pensar que aquel lugar no era más sino un precioso arbolado, donde uno podría dar un agradable paseo mientras admiraba la vista y dejaba que el limpio aire de la naturaleza embargase sus pulmones. Sí, eso podría pensar cualquiera, después de haber aterrizado en aquella bella pradera.

Pero, oh, se equivocaban si es que eso habían pensado...

Una vez llegaron al interior del bosque, descubrieron con temor que, conforme avanzaban, los árboles iban haciéndose mucho más viejos, altos y gruesos. Tanto que llegó un momento en que los Aprendices se vieron envueltos en una penumbra tan intensa que bien podrían pensar que la noche había caído sobre ellos. Si bien tenían mucho espacio para caminar, pues los árboles estaban bastante apartados entre ellos, las raíces que recorrían el suelo y las sombras que abrazaban al bosque impedían su avance. Seguramente tropezarían más de una vez.

¿Estaría la entrada a la mina por allí? Sin duda alguna, estaría oculta de los ojos de los curiosos. Tal vez era buena idea comenzar a buscar pistas de su localización...

En cualquier momento podrían comenzar a sentirse nerviosos, incluso paranoicos. Parecía que alguien los observaba atentamente. De vez en cuando escucharían las ramas altas de los árboles agitarse, pero si alzaban la cabeza no se encontrarían con nada.

O tal vez... tal vez, en lugar de buscar, era una mejor idea salir de allí cuanto antes...

[Light]

Me pregunto si habrá sido buena idea entrar aquí...

Su sentido de la orientación les había conducido hasta el más tétrico y oscuro de los bosques; una espesura sombría que parecía no llevar a ninguna parte.

Los árboles les habían arrebatado toda la luz y ahora les arropaban con un manto sombrío.

En la más profunda oscuridad, Light no podía permitirse tener miedo de ninguna manera. Era un caballero de la Llave Espada, uno de los protectores del equilibrio de los mundos. ¿Acaso se dejaría intimidar por un simple bosque sombrío? Ni en broma.

Comparado con Bastión Hueco, aquello no era tan terrorífico.

Ni de lejos.

Respiró hondo y mantuvo la calma en todo momento, pero sin bajar la guardia de ninguna manera, ya que estaban en un mundo desconocido al fin y al cabo....

Y las ramas de los árboles crujían continuamente, pero no había nada a la vista, ¡ninguna pista! Inevitablemente los nervios del muchacho no hacían más que aumentar, al igual que sus continuas paranoias.

¿Nos estarán espiando?

Otro crujido. Aquella era su oportunidad perfecta. Frenó en seco, y se giró súbitamente, esperando de esta manera dar con el posible espía...

Pero no había nadie a la vista.

─Serán imaginaciones mías... ─dijo un Light desanimado y no muy convencido.

Reanudó el paseo por el bosque, pero a un paso más rápido, el deseo de escapar de aquella oscura arbolada aumentaba cada vez más desprisa. Empezaba a sentirse más que intranquilo en aquella oscuridad...

─¡Mierda!

El aprendiz había sustituido atención por celeridad, porque debido a su presta marcha y poco cuidado, terminó por tropezarse con una raíz que se retorcía por el suelo. Había sido una caída precipitada, pero afortunadamente el dolor era bastante leve.

No era la primera vez que se tropezaba en los momentos más tensos. El día de su nombramiento como aprendiz, se resbaló y se cayó, delante de Ronin y Kazuki. De esta manera tan vergonzosa se dio a conocer y descubrió todo lo referente a los mundos.

Pero no había tiempo para andar rememorando cosas, los jóvenes tenían que avanzar... o no, ya que tambíen podían volver sobre sus pasos...

¡Ni hablar! Al igual que la luz se halla en la más profunda oscuridad, estoy seguro de que encontraremos la salida, o cualquier cosa.

─Esto no es nada ─aclaró a Hitori tras levantarse del suelo y sacudirse el polvo y la arena de los pantalones─. Sigamos.

¿Sincorazón? ¿Moguris? ¿Guardianas? ¡Que vengan si se atreven! Estaba preparado para cualquier cosa.

[Hitori]

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Lo siento, he estado ausente del foro estos días y ni me acordé de la Trama lol.

El mundo al que Hitori y Light llegaron era, cuanto menos, peculiar. Se encontraron a sí mismos en un hermoso campo lleno de flores, con un cielo despejado y animalillos correteando por todos lados. A lo lejos se veía un imponente castillo, mientras que detrás de ellos había un bosque con aspecto de ser bastante profundo.

─Bien, nuestro objetivo son las minas, y parece que no hay rastro alguno de ellas, así que lo mejor será que nos marchemos de aquí cuanto antes ─dijo el chico, tomando la iniciativa, mientras se adentraba en el bosque.

─¡E-espera! ¿No deberíamos...? ─su compañero ya estaba prácticamente en el bosque, por lo que seguramente no le escuchó? ─ ¿...preguntar en el castillo? Bah, da igual.

Tras soltar un suspiro, siguió a Light de cerca. No le hacía especial gracia adentrarse en un bosque tan espeso, pero el joven pensó que quizás el otro aprendiz no le haría caso si sugiriese ir por otro lado. Hitori se resignó y continuó caminando por el bosque, que cada vez se volvía más tétrico y profundo.

─Serán imaginaciones mías...

─¿Qué? ─preguntó Hitori. Iba mirando al suelo constantemente para no tropezarse con ninguna raíz, piedra u obstáculo en general, por lo que no podía ver muy bien los alrededores. También, aunque no lo reconociese, tenía algo de miedo de mirar.

Cuando Hitori levantó la mirada durante un segundo, vio que su compañero caminaba cada vez más rápido; tanto, que ya estaba a casi un metro de él. Debido a ello, el chico se tropezó y cayó de bruces en el suelo.

─¿Estás bien? ─preguntó Hitori, al acercarse.

─Esto no es nada. Sigamos.

─Como tú digas ─continuó caminando, todavía mirando al suelo. Eventualmente tendrían que salir del bosque... si no se perdían. Al menos no parecía un sitio peligroso.

[Sombra]

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Lo siento por vosotros, pero me temo que tendré que suplir a Zee hasta que consiga un ordenador nuevo xD

Los dos, con sus dificultades (tropiezos, arañazos con ramitas y demás) llegaron a una zona de aquel siniestro bosque un poco más amplia, una zona rodeada de aquellos escalofriantes árboles. No había nada particularmente llamativo en aquel sitio... A parte de que el bosque en sí parecía sacado de una película de terror de bajo coste. El lugar, a diferencia del resto del camino que llevaban estaba vacío, sin raíces de por medio ni nada por el estilo. Si el lugar fuese más bonito, como aquella pradera en la que habían aterrizado sería el lugar perfecto para hacer un picnic.

Pero entonces, notarían algo. Se habían enfrentado a "ellos" en el pasado, por lo que podían distinguir aquella especie de presencia que emanaba ansia de matar; hambre de corazones llenos de luz.

Tal vez, el poseer una llave espada les hacía más sensible a sentirlos, pero era bastante evidente en aquel momento que al menos un sincorazón se ocultaba entre los árboles... Pero... ¿Dónde? Light había sentido algo antes, más bien los había escuchado, pero ahora sus sospechas se habían convertido en realidad. Los "espías" eran sincorazón.

Entonces, un proyectil rozó la cara de Light haciéndole un rasguño en la mejilla izquierda que no era para nada grave, pero escocía como mil demonios. Había pillado a ambos desprevenidos.

Aquella "bala" (si eran buenos observadores comprobarían que era una semilla gigante) siguió en línea recta hasta chocar contra la parte superior de un árbol haciendo que se partiese. En realidad, no es que el proyectil fuese tan fuerte, los árboles eran demasiado frágiles.

La semilla, había aparecido desde detrás de Light y el causante parecía ser una especie de flor con una cara en medio de los pétalos y en la parte inferior del tallo había un símbolo que conocían bien; un corazón negro con el borde rojo con unas espinas que se cruzaban formando una X.

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Si se fijaban bien, verían que no era el único que había hecho acto de presencia en el lugar, dos Soldado habían aparecido de detrás de unos arbustos y otras dos de aquellas plantas-sincorazón también se acababan de materializar al otro lado de aquel terreno abierto y parecían estar preparando algo, ya que sus pétalos estaban girando cada vez más y más rápido, por último, a la vez que aquello acontecía uno de los Soldado empezó a girar sobre sí mismo para lanzar una ráfaga de patadas y arañazos contra Hitori.

Bueno, en algo tenían suerte los dos... Al menos no había obstáculos en el suelo con los que tropezarse.

[Light]

Siguieron deambulando por la espesura tenebrosa que parecía no conducir a ninguna parte. Los crujidos continuaban, pero el chico decidió no darle la más mínima importancia.

Solo tenían que salir de allí cuanto antes, nada más.

Alcanzaron una parte del bosque algo diferente a las demás. En este sector de gran extensión ya no había obstáculos como aquellas raíces, pero en cambio, contaba con todo un perímetro de aquellos árboles espeluznantes y con formas retorcidas que parecían sacados de los típicos bosques oscuros de los cuentos de hadas...

Sí, aquello le parecía un lugar de cuento. El gran castillo, el prado floreado de antes, el bosque oscuro...

Y los monstruos que solían aparecer para derribar y acabar con el protagonista.

Alguien le había apuntado y había disparado una especie de... ¿proyectil? Pasaría velozmente rozando por su mejilla izquierda y le provocaría un escozor bastante molesto. Light, con una breve mueca de dolor, se llevó una de las manos hasta su mejilla y se giró vertiginosamente para poder avistar a los responsables del ataque.

─¡Sincorazón! ─exclamaba el joven muchacho. Retiró rápidamente su mano izquierda del rostro y procedió a agarrar con ímpetu y con ambas manos su Llave Espada, en posición ofensiva. Era la hora de demostrar todos los frutos de sus entrenamientos. Aquel árbol derrumbado por la simple semilla no le infundiría temor, ni lo más mínimo, de hecho, el miedo había desaparecido por completo.

Tenía que demostrar su fuerza.

Había en total cinco de aquellas criaturas a su acecho: tres flores y dos soldados. Dos de estos vegetales empezaron a agitar sus pétalos para lanzar alguna especie de ataque especial... ¿podrían ser esas flores las fuentes de los proyectiles?

Primero de todo, el joven intentaría apartarse un poco del punto de mira de las posibles fuentes de los proyectiles (los dos vegetales que se encontraban al otro lado) y se dirigiría hacia el soldado que giraba sobre sí mismo y que se aproximaba hacia su compañero Hitori. Se abalanzaría bruscamente sobre él con llave en mano, dispuesto a sacudirle con un simple y decisivo golpe de llave que al menos consiguiera enviarle lejos.

Tras esto, se desplazaría hasta el sincorazón flor que se encontraba detras suya y procedería de nuevo con la fuerza bruta: dos rápidos tajos de llave.

Tenían que actuar cuanto antes, pues estar rodeados de sincorazón no resultaría una ventaja, eso seguro.

[Zee]

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Cuando me reemplazó, Sombra se olvidó de poneros una fecha límite. Quise dejar la Trama sola, para ver si llegaban a postear, pero veo que tendré que poner falta a alguno si no avanzamos.

Hitori, tienes hasta el martes 13 de Noviembre.

[Hitori]

Cuanto más se adentraban en el espeso bosque, más oscuro y tenebroso se volvían sus alrededores. El chico desconocía cuán denso podía llegar a ser aquel sitio, pero estaba claro que en algún momento tendrían que salir de allí...
Finalmente, alcanzaron una zona que, a pesar de ser parecida al resto del bosque, tenía ligeras diferencias. El suelo era mucho más liso, sin obstáculos; tan sólo tierra y alguna roca pequeña. Los árboles ya no estaban tan apretujados en un mismo sitio, aunque los alrededores seguían siendo iguales. En cierto modo, parecía que habían alcanzado algo similar al centro del bosque.

Y allí, sintieron su presencia, mucho más fuerte que antes. Eran, sin duda, Sincorazón. Hitori invocó su Llave Espada antes de que se materializasen, para estar preparado en el momento. Cuando lo hicieron, el chico vio que sus enemigos eran tres flores, como las que se había encontrado ya en el País de las Maravillas, y dos Soldados normales y corrientes.

Las flores eran bastante débiles al fuego, ya lo había comprobado anteriormente. Y los Soldados... no había gran cosa que hacer con ellos, tan sólo atacar. Fijada la estrategia en su cabeza, se dispuso para llevarla a cabo, pero uno de los Soldados le interrumpió, atacándole con patadas y arañazos. Pensó en esquivarlo, pero por suerte su compañero apareció a tiempo para golpear al Sincorazón. Tras librarse de sus ataques, Hitori sencillamente le atacaría de forma física con la Llave Espada, asestándole tajos y clavándole la Llave.

Si conseguía deshacerse del Soldado fácilmente, su próximo paso sería efectuar un hechizo Piro contra cualquiera de las dos flores a las que no estaba atacando el otro aprendiz. Rápido y sencillo.

[Zee]

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Próxima fecha límite: 20 de Noviembre qRevoluciónMexicana:B

El ataque de Light fue bastante oportuno. Quién sabría si Hitori se las hubiese arreglado de no ser por su compañero, quien con un fuerte golpe se las arregló para mandar al Sincorazón Soldado volando. La criatura no pareció muy contenta con el resultado de su ataque cuando aterrizó con un estruendo en el suelo, levantando una pequeña nube de tierra, por lo que se puso de pie de inmediato y echó a correr por entre los árboles, con la intención de rodear a la pareja. Aquello, sin duda, no pasaría desapercibido.

Por otro lado, el hechizo de Hitori surgió efecto. Y de una muy buena manera, en realidad, pues la flor a la que había atacado desapareció en un parpadeo. El corazón translúcido ascendió al cielo después de liberarse de una nube de oscuridad. Sin duda su magia había progresado; para acabar con una de aquellas plantas de un solo golpe... bueno, debía estar orgulloso, independientemente de las palabras de Akio.

Sin embargo, debía de reaccionar más rápido. Una semilla salió disparada en su dirección. Seguramente podría esquivarla, pero...

Light fue un poco más lento. Tardó unos preciosos instantes en correr desde la posición de Hitori hasta el Sincorazón más cercano; y esos segundos le costaron caro: la planta le sorprendió con un veloz ataque por debajo de la tierra. Una raíz que se abrazó fuertemente a su tobillo y luego se enroscó en su pantorrilla. Y como iba corriendo, el Aprendiz trastabilló y cayó de bruces, perdiendo la Llave-Espada en el proceso.

Ahora su arma había quedado algo lejos. El otro Soldado no perdió la oportunidad y se lanzó contra él. ¿Le daría tiempo a materializar su arma en sus manos o debía intentar otra cosa? ¿Podría Hitori ayudarle, pese a que también estaba siendo atacado?

[Light]

Light había golpeado con éxito al Sincorazón soldado y se dirigía raudo para terminar con la otra flor que les amenazaba. Hitori también consiguió eliminar a uno de los Sincorazón con un simple hechizo de fuego.

Las cosas habrían marchado perfectamente si no hubiera sido por....

¿Qué...?

Las raíces de la flor surgieron del suelo, todo un imprevisto.

De esta manera, la planta no permitió que el muchacho siguiera con su avance, y con un movimiento de desesperación, consiguió utilizar sus raíces para enroscarlas en la pantorrilla de Light, impidiendo así que el aprendiz continuara con su ataque y tropezara bruscamente.

Volvió a pasar, otra vez. Cayó de bruces sobre el suelo arenoso del bosque, sin remedio e indefenso, ya que había perdido la Llave Espada durante la caída. El Sincorazón soldado se acercaba a una velocidad asesina hacia él... ¿Cómo demonios se defendería?

Maldita sea...

¿Por qué esos movimientos de torpeza en los momentos tan críticos? No había sido su culpa, pues el tropiezo había sido consecuencia del movimiento inteligente de la flor, no de su torpeza, aunque no había excusa válida para su inoportuno desarme...

¡Cuánta frustración! Otra vez se había vuelto a poner perdido de arena...

¡Arena!

No se lo pensó dos veces.

Con la mano diestra y desnuda, cogería una pequeña porción de arena del suelo y se la lanzaría al adversario.

Sin piedad, en plena cara. Seguro que era de su agrado...

Al mismo tiempo, estiraría el brazo izquierdo e intentaría materializar la Llave Espada. Al invocarla, la posicionaría a modo de bloqueo entre el soldado y él para protegerse de cualquier ataque que pudiese venir de éste. Después, contraatacaría rápidamente con otro tajo ascendente para alejar a su enemigo (o acabar con él).

Si el soldado resultaba derrotado o arrojado por su ataque, Light podría concentrarse tranquilamente en la flor que le mantenía atrapado. Es decir, utilizaría a Teluria para podar cuidadosamente sus raíces.

[Zee]

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Próxima fecha límite: 27 de Noviembre
Faltas: Hitori (1/3)

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El Aprendiz Hitori hubiese sido perfectamente capaz de esquivar la semilla del Sincorazón flor, e incluso de hallar suficiente tiempo para ayudar a su compañero... pero por alguna extraña razón, pareció perderse en sí mismo en medio de la batalla.

Ausente y mirando al infinito, el joven se quedó de pie como una estatua, sosteniendo la Llave-Espada con un brazo sin fuerza, y exhibiendo una mueca que podría resultar algo tonta. De tal manera que el ataque del Sincorazón le golpeó directamente en el pecho, obligándolo a retroceder al empujarlo con una fuerza tremenda; herido por el punzante proyectil, Hitori trastabilló y cayó al suelo, donde permaneció sentado.

Por otro lado, la estrategia de Light tuvo un inconveniente. Que el Sincorazón planta no pareció muy afectado con la arena que el chico le lanzó al "rostro". La flor simplemente sacudió sus pétalos, pero no hizo nada más, como si la tierra realmente no le molestara. Su agarre sobre el tobillo del Aprendiz no cedió ni un ápice.

Lo que provocó, por otro lado, que el soldado tuviese una oportunidad perfecta de atacar. Si el joven hubiese sido un poco más rápido, su plan habría funcionado: sin embargo, el Sincorazón le superó por muy poco y, en lugar de ser sorprendido por un golpe ascendente por parte del Aprendiz, se halló a sí mismo golpeando una Llave-Espada mal posicionada. Light sintió cómo su brazo se doblaba más allá de lo que debía ser capaz, pero por lo menos no recibió el ataque de lleno.

Mientras tanto, la otra planta comenzó a preparar un nuevo ataque, aunque ésta vez dirigido hacia Light, a quien vio más vulnerable. El otro Soldado, por otro lado, volvió a la carga y se preparó para caer con una furia de golpes sobre Hitori.

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Hitori: 15/18 VIT
Light: 17/24 VIT

[Light]

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Decir que Light se sentía ridículo era quedarse corto. Se hallaba allí, sosteniendo la Llave Espada de una manera ridícula, su ataque había fallado. El Sincorazón soldado había pasado de largo, como si nada, había optado por atacar a su compañero.

¿Qué manera de manejar la Llave Espada era aquella? Y la maniobra de la arena tampoco había servido de mucho...

Se criticó a sí mismo, pero también se indignaría con su compañero. ¿Acaso le habían inmovilizado las flores también? No, por lo que podía utilizar ambas piernecitas para desplazarse y ayudarle a acabar con aquellos Sincorazón, ¿qué era eso de quedarse parado en medio de un combate?

Y la rama de la flor seguía cumpliendo su función: la de impedirle el simple movimiento. Entre la pasividad de Hitori y su inmovilización, las probabilidades de ganar aquel combate aparentemente fácil serían nulas...

Se giró hacia la flor que le apuntaba, ¿estaría preparando otro disparo de semilla? Desesperadamente, enarboló la Llave Espada sobre su cabeza, dispuesto a interrumpir el ataque del vegetal y acabar con él. Utilizando la pierna que quedaba libre, rotó desde su posición hasta orientarse correctamente hacia la flor, de modo que la Onda lunar se encontrara con ella durante su trayectoría rectilínea.

¡Onda lunar!

Descendió con agresividad su Llave Espada, liberando la onda cortante que se dirigiría hacia la flor en cuestión.

Después, se volvería hacia Hitori.

─¿¡Qué se supone que estás haciendo!? ¿Nuestras vidas están en juego y te dedicas a quedarte plantado como un pasmarote? ─naturalmente sermoneó a su compañero. La indignación de su rostro describía su preocupación por el resultado del combate; por sus vidas. De todas formas, se serenaría un poco y le aconsejaría─: Lo recomendable sería eliminar en primer lugar a las flores, ya que pueden atraparnos con sus raíces para otorgarles oportunidades de ataque a los soldados. También pueden dispararnos desde lejos con esas semillas, un incordio sin duda ─señaló concisamente─. Aunque... si mi intuición va por buen camino, son débiles al elemento fuego. Yo no domino la magia, así que tú podrías utilizar piro contra aquella flor y liberarme así de sus raíces ─le señaló con el dedo la planta en cuestión, por si había dudas. Realmente no se lo podía poner más fácil...

Aunque tendría que apañárselas para esquivar al soldado que la había tomado con él...

─Me encargaría de los soldados, pero no te puedo ayudar en este estado.

Esperaba que su compañero comprendiera la situación y rematara a esa flor tan problemática. Si no fuera el caso, muy a su pesar, se voltearía en dirección a la flor que obstaculizaba su movimiento y ejecutaría otra vez la Onda lunar.

Sin su cooperación, no podría hacer otra cosa.