[Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Trama de Kousen, Jaden y Bavol

La aparición del bando de Bastión Hueco ha colocado a la Orden de los Caballeros de la Llave Espada en una tensión creciente difícil de remediar. ¿Llegarán a enfrentarse ambos bandos en conflicto, o será posible la paz?

Moderadores: Suzume Mizuno, Astro, Sombra

[Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor LightHelco » Lun Oct 07, 2013 5:59 pm

Tierras del reino, un lugar que antaño fue conocido como un paraíso terrenal en donde el ciclo de la vida se daba de la forma más perfecta posible. Pero años hacía de eso y ahora, lo que en un comienzo fue el hogar de millares de especies, no era más que tierra yerta y cadáveres en descomposición.

Un grisáceo primate contemplaba desde lo alto de la gran Roca del Rey el desolado paisaje en el que se había convertido su hogar. Una leve brisa golpeó al simio sacándole de cualquier pensamiento que tuviese y levantando la mano, agarró rápidamente unas hojas que se llevó a la nariz para olerlas.

Una gran sonrisa apareció en el rostro del primate, que aun con las hojas en su mano, echó a correr hacia una pequeña cueva en la montaña. Allí echó las hojas y las empezó a aplastar con el puño hasta conseguir una mezcla de color rojizo. Tomando parte de esa mezcla con los dedos, se dirigió hacia la pared en donde se encontraba dibujado un cachorro de león de forma bastante sencilla.

Entre risas, el primate empezó a pintar sobre el dibujo con los dedos hasta que lo que antes había sido un cachorro, ahora era un león adulto con una gran melena de color rojo.

http://trueclassics.files.wordpress.com ... rafiki.jpg

Llegó la hora —dijo únicamente sonriendo hacia el dibujo.


* * *


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Aquella mañana se podía llegar a respirar una gran paz entre los muros del castillo de Tierra de Partida, no como la noche que había sido en la que los aprendices pudieron llegar a oír los gritos y golpes que se dieron en el piso inferior. Pero por fin empezaba a amanecer y el tranquilo día a día de los aprendices daría comienzo.

Aunque no a todos los había levantado un brillante sol mañanero, en el caso de Kousen, unos repetitivos y rítmicos golpes en su puerta lo avisaron de que tenía que despertarse y abrir al que había decidido quitarle los últimos cinco minutos de sueños. Al hacerlo, se encontraría con un pequeño moguri sonriente y preparado para darle un mensaje.

Buenos días, kupo —saludó el animalillo con una sonrisa —. Me han dicho de que os avise de que debéis reuniros con el Mastero Kazuki en la sala del trono, kupo, y que debido a que sois un aprendiz veterano recojáis al joven Bavol y lo guiéis al lugar, kupo.

Dicho el mensaje, el sonriente moguri se iría del lugar tranquilamente, a no ser que Kousen tuviera alguna pregunta para él.

Para el aprendiz Janden Andrews las instrucciones de aquel día llegaron en forma de una pequeña nota que entró bajo su puerta:

Reuníos conmigo en la sala del trono. No llevéis equipaje.

Kazuki.


La idea era bastante clara, aunque el tema de no llevar equipaje podía significar algo y la nota se refería a más personas. Jaden podía intentar buscar al resto de sus compañeros o ir directo a la sala del trono, si es que sabía dónde se encontraba.

Alguien que seguramente no lo sabría era el joven recién llegado Bavol Trené. No llevaba mucho tiempo en Tierra de Partida y no parecía que nadie se hubiese dignado a enseñarla las instalaciones en su totalidad, únicamente su cuarto y la sala donde tendría que ir a entrenar en ocasiones con su Maestro.

Y esa dificultad le daría problemas con la tarea que le habían dejado pegada en la puerta en forma de nota:

Reuníos conmigo en la sala del trono. No llevéis equipaje.

Kazuki.


Parecía que el tal Kazuki no se había dado cuenta de que el chico no conocía muy bien el castillo y encontrar la sala del trono le podría llevar un tiempo, aunque siempre le podía preguntar a un amable aprendiz que anduviese por el lugar o a una de esas peluditas criaturas que se paseaban por los pasillos.

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Tenéis una o dos rondas para reuniros en el lugar y conoceros, Kazuki no estará en la sala, así que podéis hablar allí tranquilamente.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Kousen » Mar Oct 08, 2013 8:06 pm

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[youtube]www.youtube.com/watch?v=eI6XxwhQf_g[/youtube]


Tras el escándalo insoportable que me había despertado repetidas veces la noche anterior (haciéndome esconder la cabeza bajo la almohada del enfado), por fin había logrado conciliar el sueño por un par de horas.

Estaba sentado a la mesa, rodeado de todo tipo de platos cargados de comida de todo tipo que devoré sin pensarlo dos veces. Carne, pescado, verduras... No importaba cuando comiese, cuando acababa con un plato otro aparecía instantáneamente para complacer a mi incansable estómago.
Todavía estaba liado con un delicioso plato consistente de pequeños cúmulos de arroz con pescado crudo encima, cuando empecé a escuchar un golpeteo apagado. Buscando la fuente del sonido, comprobé que procedía de un coco que había en la cesta de la fruta, el cual agité, sin que el rítmico sonido se apagase. Intrigado, me lo llevé a la oreja para intentar comprender el origen del extraño ruido. Pero empezó a sonar más y más fuerte, hasta que...

Toc, toc, toc

Desperté abriendo un ojo a duras penas, mordiendo la almohada en la cual había una pequeña mancha de babas. Cegado por el sol que entraba por una rendija de la ventana, me hice un ovillo en la cama, abrazando la almohada.

Cinco minutos más...— farfullé en un gruñido incomprensible.

Pero el golpeteo, que finalmente reconocía como alguien que llamaba a mi puerta, no cesaba. Quien estaba llamando no iba a parar hasta que abriese, para mi desgracia.

Arrojando la almohada a un lado, me deslicé fuera de la cama y me puse en pié como pude. Medio dormido y con los párpados pegados, di tumbos por mi habitación para llegar hasta la puerta, esperando no chocarme con nada, aunque pisé un objeto con bastantes picos, terminando de despertarme con el pinchazo. Las maldiciones que se me escaparon mientras me deshacía del molesto trasto no hicieron que el visitante cesase en su insistencia.

¡Ya va, ya va!

Y mientras soltaba un enorme bostezo, abrí la puerta, encontrado a un pequeño moguri que aleteaba felizmente. ¿Quién podía estar tan alegre a estas horas de la mañana?

Buenos días, kupo —saludó —. Me han dicho de que os avise de que debéis reuniros con el Mastero Kazuki en la sala del trono, kupo, y que debido a que sois un aprendiz veterano recojáis al joven Bavol y lo guiéis al lugar, kupo.

Vale, comprendido... ¿Pero quién es el tal...?

Demasiado tarde. El peludo animalillo ya se había alejado revoloteando por el pasillo, seguramente con alguna otra tarea que completar.

Pues vaya... a ver ahora cómo encuentro al nuevo aprendiz. —pensé, juntándome de hombros— En fin, será cuestión de buscar una cara que no me suene.

Me froté los ojos para despejarme un poco y a continuación me estiré, haciendo que me crujiesen hasta las pestañas. Bostezando de nuevo cerré la puerta, caminando hacia el baño para lavarme la cara y arreglarme un poco, reuniendo a mi pobre pié con el condenado trasto una vez más.
Tras algunas nuevas quejas por el dolor y habiéndome vestido, terminé de ajustarme las botas, saliendo del cuarto hasta el pasillo, cegado de nuevo por la luz solar que entraba a raudales por los grandes ventanales del castillo. Por mucho que me hubiese gustado y aunque me lo pedían los instintos, hice el esfuerzo de ignorar a mi hambriento estómago y no ir directamente hacia el comedor, vagando por los pasillos en busca del nuevo aprendiz, Bavol si mal no recordaba.

Por desgracia el Moguri se había olvidado de darme cualquier descripción física, haciéndome fijarme en todas las caras que me encontraba, preguntando a aquellos que no conocía por si eran o conocían al tal Bavol. Para mi desgracia, nadie parecía saber nada del tema.

Según caminaba hacia el área donde estaban las habitaciones vacías donde iban ubicando a los nuevos aprendices, pude comprobar que había otro al que no conocía: Más o menos de mi estatura, con el pelo oscuro y muy rizado, vestido con un traje que parecía de camarero.
Cansado de preguntar a todo el mundo, me animé a hacerlo una vez más.

Hola, buenos días. —saludé, tratando de sonar lo más amable posible— No sabrás por casualidad quién es el aprendiz nuevo, Bavol, ¿verdad?

>>Kazuki nos ha llamado a la sala del trono por una Misión, pero me toca a mí guiarle hasta allí.

Esperaba que por fin pudiese averiguar algo, o tendría que buscar a algún Moguri al que preguntarle. En caso de que no fuese él, Bavol no podía andar muy lejos, pues estábamos muy cerca de la zona donde alojaban a los nuevos aprendices.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Tidus Cloud » Mié Oct 09, 2013 5:17 pm

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Bavol se despertó plácidamente de su sueño. El gitano bostezó con fuerza y se restregó con sus manos los ojos. Giró la cabeza y contempló con satisfacción aquella habitación que le habían otorgado como cuarto, jamás pensó que tendría un lugar así para él. No obstante, todavía no estaba acostumbrado del todo a esa vida con aquellos privilegios. Bavol se levantó del suelo y observó la cama que tenía a su lado. Desde que había llegado a Tierra de Partida no había conseguido pasar mucho tiempo seguido tirado en aquella mullida superficie, le resultaba demasiado extraña como para poder dormir tranquilamente, de manera que dormía en el cálido y limpio suelo de la habitación tapado con una de las sábanas de la cama. Le llevaría un tiempo adaptarse a aquello después de tanto tiempo viviendo en la miseria.

Bavol alargó el brazo y se materializó en su mano su llave espada. El joven no pudo evitar sonreír eufórico, cada vez que podía invocaba la llave espada y se quedaba un rato observándola maravillado. Era el símbolo de que todo lo que estaba viviendo era real, aunque todavía no sabía muy bien en qué consistiría exactamente su trabajo, acababa de llegar.

Aún a riesgo de meter la pata, decidió salir de la habitación y buscar a su Capitán (nombre con el que se refería a Ronin, lo de Maestro no terminaba de convencerlo en alguien de su aspecto) y por qué no investigar un poco los secretos de ese mundo. Cogió su vieja capa, de la que se negaba a deshacerse porque le servía como recuerdo de dónde provenía, y salió de su cuarto.

Para su sorpresa, había un papel con algo escrito en la puerta de su habitación. Bavol agarró la nota e intentó leerla:

“Riuos omio e la saaala el roo. O evies equieae” ― todavía no había aprendido a leer, sólo conocía unas cuantas letras sueltas. Le había parecido entender la palabra sala, de manera que a lo mejor tenía que ir a algún lugar en concreto.

¿Pero dónde tenía que ir? No lo sabía y tampoco es que supiese dónde estaba cada habitación, sólo recordaba la localización de algunas pocas que Ronin se había encargado de enseñarle.

“Podría preguntar a alguien, aunque esto está bastante vacío”, pensó Bavol buscando a algún aprendiz que se encontrara por la zona. Entonces, se percató de una pequeña criatura con un enorme pompón rojo en la cabeza que iba flotando pacíficamente por el pasillo. La primera vez que vio a uno de esos seres no pudo evitar contener un grito de sorpresa, en su vida jamás había visto un ser tan extraño, aunque por supuesto se había disculpado enseguida por si había ofendido a esa criatura. ¿Sería el mismo que vio en su primer día? Era difícil de saber, para Bavol todos eran idénticos. Tras quedarse un rato absorto en sus pensamientos observándolo, decidió que podía pedirle ayuda, aunque no recordaba muy bien cómo le había dicho Ronin que se llamaban…

Perdona, señor Moguiri ― dijo Bavol siguiendo al animalillo ― ¿Me puedes leer este papel?

Tras tener que pedir disculpas de nuevo por haberse equivocado con el nombre (así que se llamaban moguris, sería mejor no volver a olvidarlo si quería dejar de tener que pedir disculpas), le leyó amablemente la nota mientras repetía constantemente aquella curiosa muletilla.

¿Kazuki? Ah, sí, creo que el Capitán me habló de él. Creo que es uno de los Maestros ¿no? ― intentó recordar el gitano, todavía no había asimilado todos los detalles de su nueva vida ― Muchas gracias, señor Moguri pero ¿dónde está la sala del trono?

El moguri le indicó cómo ir hacia la sala del trono y después continuó con su trayecto casi sin despedirse. Entre tanto kupo por allí y kupo por allá, Bavol no comprendió del todo las instrucciones que le había dado, pero ya que un Maestro había reclamado su presencia lo mejor es que no perdiese el tiempo e intentara llegar al punto de encuentro como pudiese. Si se perdía, volvería a preguntar la dirección.

“¿Qué es lo que querrá de mí? Espero que no sean malas noticias”, pensó Bavol mientras recorría el lugar.

Mientras se dirigía a la sala, se percató de que a lo lejos había dos jóvenes (seguramente aprendices, aunque nunca se podía saber en aquel mundo tan extraño) hablando entre sí. Uno de ellos tenía un aspecto bastante extraño, podría pasar por un hombre, pero al acercarse un poco y ver esos colmillos y esas agujas puntiagudas juraría que se trataba más de una especie de criatura mitad hombre, mitad animal. El otro tenía un aspecto más corriente, vestía unos curiosos ropajes blancos y negros y a Bavol le parecía gracioso ese curioso accesorio que llevaba alrededor del cuello, aunque no tenía cara de ser un tipo muy simpático.

“Que personas tan extrañas… Tenía razón el Capitán cuando dijo que aquí iba a ver gente de todo tipo”

Entonces se dio cuenta que se había quedando tan absorto contemplando a los dos jóvenes que se había olvidado de por dónde debía seguir. Tendría que volver a preguntar, buscó con la mirada a alguien más, pero en ese momento sólo estaban allí aquellos dos chavales. Bueno, qué remedio, les pediría indicaciones intentando molestar lo menos posible.

Perdonad… ¿la sala del trono? ― balbuceó Bavol intimidado por el aspecto de los jóvenes.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor TERRBOX » Lun Oct 14, 2013 10:37 pm

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Eran las cuatro de la mañana y por alguna extraña razón Jaden se encontraba recostado en la pared, parcialmente tumbado en su cama, despierto. Aunque la razón no era tan singular, pues durante toda la noche Jaden escuchó una serie de gritos y golpes que venían del piso inferior. Dado que dormir en esas condiciones para él era completamente imposible, pues necesitaba una tranquilidad imperturbable para hacerlo, se puso a dialogar con Enygma. Una noche en vela, no pasaría nada pensaba, pues al fin y al cabo en todo el tiempo que llevaba aquí no había hecho ninguna misión importante que requiriera de toda su atención. Aun así pudo dormir unas horas hasta que la luz de la mañana le despertara, y pudiese ver que aquel día estaba equivocado.

Se duchó, se puso uno de sus tantos trajes de camarero y empezó a revolotear la moneda en el aire. Estaba concentrado en sus pensamientos cuando inminentemente cayó al suelo, y al recogerla vio que alguien había dejado una nota a través del espacio de la puerta. Algo que hacía usualmente era que antes de leer en sí la nota, miraba el final para ver quién la escribía. Pudo ver que fue Kazuki y al instante le saltó el recuerdo de lo que pasó con él en Villa Crepúsculo. Aunque pudiese parecer lo contrario, para el barman Kazuki era bastante importante, no quería decepcionarle lo más mínimo; e incluso le había prometido algo de suma importancia. A veces pensaba que debió reflexionar antes de hacerlo, pero aquello por lo que fuese le salió de dentro, y por una vez que no era un tronco inexpresivo se dejaría llevar. Luego observó qué era lo que ponía en la nota.

Reuníos conmigo en la sala del trono. No llevéis equipaje.

Kazuki.


Jaden casi nunca llevaba equipaje, así que no sería mucho problema. ¿O sí lo sería? Había olvidado algo por completo, algo que formaba tan parte de sí mismo que ni siquiera lo consideraba “equipaje”, su moneda. Y daba igual lo que Kazuki le dijera en la nota, iba a llevarla sí o sí, porque así debía hacerlo. Sin ella es como si estuviese falto de una extremidad o incluso peor. No es que le diese suerte, él ni siquiera creía en ella, le daba confianza pues llevaba a Qwartz allá donde iba. Ciertamente lo de Qwartz era algo que cada vez le comía más y más la cabeza, y todavía más cuando alguna vez se había encontrado con él en Tierra de Partida. Fuese donde fuese, más allá de su moneda, siempre lo encontraba cerca. Había estado pensando seriamente en que pudo haberle seguido, y no sabía si eso le gustaba o le asustaba. Seguía siendo un enigma que ahora no podía resolver.

Le dijo a su evaporado compañero que hoy al parecer tenían un trabajo serio, y juntos s se pusieron en marcha hacia la sala del trono. No hubo ningún tipo de problema, pues con todo el tiempo libre que había tenido, ya se sabía Tierra de Partida casi como la palma de su mano. Salieron de allí pensando en cómo sería el deber que le habían encomendado, estaba contento de sentirse un poco más útil. ¿Pero a qué se debía eso del equipaje? ¿Y qué tipo de compañeros tendría? Porque claro estaba que tendría compañeros, cosa que no le gustaba ni un pelo. Sabía perfectamente que el trabajo en equipo era algo completamente esencial para subir escalones aquí, pero aun así no le gustaba el hecho de tener que depender de los lastres de alguien. De todos modos, si era necesario trabajar en equipo, lo haría, pues era algo que le beneficiaría directamente.

Justo cuando iba pensando en esto se encontró con otro aprendiz por los pasillos. Empezó a hablarle, y casi se choca con él, pues iba tan inmerso y tan metido en su mundo que se enteró cuando ya llevaba unos segundos hablando. Jaden pudo observarlo durante una pequeña fracción de segundo y vio que era algo como un híbrido entre un animal y un humano, algo muy extraño y singular. Le llamaba bastante la curiosidad, aunque no pudo evitar pensar en él comiendo del cuenco del perro.

...casualidad quién es el aprendiz nuevo, Bavol, ¿verdad? —preguntó con un tono de excesiva amabilidad.

Ya está, aquel tipo no le caía bien. No le caía bien la gente que sonreía sin razón alguna, que siempre aparentaba que le importaras aunque no lo hicieses, para él todos ellos eran una panda de hipócritas. Así que sería lo más breve que pudiese y pronto se quitaría aquel aprendiz de encima. Lo que él no sabía es que lo siguiente que el mitad animal diría iba a obligarle a estar con él un largo tiempo.

No —dijo siendo extremadamente sobrio—, no sé quién es.

Kazuki nos ha llamado a la sala del trono por una Misión, pero me toca a mí guiarle hasta allí.

<<Mierda —pensó Jaden al instante.>>

Creo que nos ha tocado ir juntos de paseo —se burló el camarero muy despectivamente.

Ni siquiera se dio cuenta de que otro aprendiz estaba allí cuando este empezó a hablar. Lo miró y se fijó en que era alguien muy joven, se preguntaba si siquiera llegaba a los doce años. Todo en él era muy negro, su cabello —que hacía que apenas se viera su cara— , su piel, y su ropa —exceptuando su camisa que era blanca— .

Perdonad... ¿la sala del trono? —preguntó aquella figura detrás de su larga cabellera.

Enygma le avisó de que aquel debía ser Bavol, y como a Jaden no le gustaba absolutamente nada perder el tiempo, empezaría en ese mismo instante las presentaciones.

Está bien —suspiró—, vale. Yo soy Jaden —señaló al joven—, tú eres Bavol, ¿y tú eres? — preguntó mirando a Kousen.

>Creo que ya podemos empezar a darnos las manitas y ver el atardecer juntos.

Todo lo que decía no era más que su intención por parecer superior al resto, a él no le importaba que le odiaran, de hecho incluso le gustaba; además le irritaba muchísimo la sonrisa del híbrido. Lo que él no quería era simplemente causar indiferencia. Y así pensaba que no lo hacía.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Tidus Cloud » Sab Oct 19, 2013 3:03 pm

El tipo que llevaba el adorno extraño alrededor del cuello fue el que le respondió con lo que le pareció un cierto tono de disgusto y cansancio:

Está bien, vale. Yo soy Jaden, tú eres Bavol — el gitano asintió con la cabeza sorprendido porque supiera su nombre — ¿y tú eres?

Bavol le dirigió su mirada al hombre-animal y esperó que contestara a la pregunta. Mientras tanto a Bavol le pareció recordar que la nota que el moguri le había leído hacía referencia a varias personas. ¿Serían esos sus compañeros en lo que fuera lo que les encomendara el maestro Kazuki?

Creo que ya podemos empezar a darnos las manitas y ver el atardecer juntos — dijo Jaden con impertinencia.

Bavol no pudo contener una mueca, menudo tipo tan desagradable. Irónicamente creía que el que iba a ser más peligroso era el hombre-animal y resultó ser aquel individuo con ese accesorio tan gracioso. No le daba una buena prueba impresión. En cualquier otra situación, Bavol se hubiera ido a buscar a alguien más predispuesto a preguntarle dónde estaba el lugar de encuentro, pero ya que aparentemente parecían que iban a tener que hacer algún encargo juntos adoptó una postura más conciliadora.

A vosotros también os ha llamado el maestro Kazuki, ¿no? — comenzó el gitano procurando ignorar el comentario de Jaden —. Como ha dicho él, yo soy Bavol y, bueno, no llevo mucho tiempo aquí… Así que no sé dónde está la sala del trono y supongo que no deberíamos hacer esperar al Maestro ¿no?

Mientras esperaba la reacción de los otros dos, el gitano intentó reproducir mentalmente el camino que había hecho desde su cuarto y creyó saber, según le había indicado aquella criatura del pompón, por donde tenía que seguir antes de despistarse momentáneamente. Bavol anduvo unos pocos pasos en dirección al pasillo por el que tenía seguir y antes de continuar se dio la vuelta hacia sus compañeros.

¿Vamos? Venga, no me obliguéis a tener que volver a preguntar a uno de esos moguris, no quiero acabar montando ningún lío en el castillo entre aprendices y moguris. — bromeó procurando sonreír, lo que era difícil teniendo delante a aquel serio y desagradable joven y al hombre mitad humano mitad bestia.

El gitano deseó haberle quitado hierro a la situación y que fueran todos juntos hacia la sala del trono. Los aprendices debían luchar por todo lo que le había contado el Capitán y colaborar juntos... ¿o no?
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Kousen » Lun Oct 21, 2013 2:53 pm

Nada más oírme comentar lo de Kazuki, pude ver un ligero cambio en la expresión del joven, que no tardó en responderme.

Creo que nos ha tocado ir juntos de paseo —se limitó a responder, con un tono burlón.

"Vaya con mi compañero de misión.", pensé.

Todavía me estaba preguntando a qué venía aquel tono de repente cuando llegó otro aprendiz hasta nosotros, mucho más joven y de piel y cabello oscuros, como aquella gente que había conocido en mi visita a La Cité des Cloches con Nadhia.

Perdonad... ¿la sala del trono?

Habíamos dado con Bavol, hablando de coincidencias.

Está bien —resopló el camarero—, vale. Yo soy Jaden, tú eres Bavol, ¿y tú eres?— dirigió su mirada hacia mí

Kousen. Encantado de conoceros a ambos.

Creo que ya podemos empezar a darnos las manitas y ver el atardecer juntos.— volvió a soltar una gracia.

Me encogí de hombros, ignorando el comentario del aprendiz. No tenía ni idea de a qué venía aquella actitud, pero no iba a dejar que las cosas se pusiesen tensas tras solo unos segundos de interacción. Teníamos una larga misión por delante, así que sería mejor apechugar y terminar la tarea para poder acabar con el problema cuanto antes.
Aún así, no dejaba de ponerme un poco de los nervios aquella actitud, sobre todo porque no me gustaba nada que me despertasen para aquello.

A vosotros también os ha llamado el maestro Kazuki, ¿no? — habló Bavol, sacándome de mis pensamientos —. Como ha dicho él, yo soy Bavol y, bueno, no llevo mucho tiempo aquí… Así que no sé dónde está la sala del trono y supongo que no deberíamos hacer esperar al Maestro ¿no?

Acto seguido dio unos pasos por el pasillo, observando atentamente sus alrededores y cada camino cercano, como si buscase algo.

¿Vamos? Venga, no me obliguéis a tener que volver a preguntar a uno de esos moguris, no quiero acabar montando ningún lío en el castillo entre aprendices y moguris. — dijo con un tono alegre, lo cual me hizo olvidar la actitud de Jaden, y sonreí de nuevo en su dirección.

Ya vamos, ya vamos.— reí por lo bajo, para seguir el buen humor —Tampoco quiero que los moguris se pillen una rabieta, ¡tendrías que ver las armas que manejan algunos!

Si hacerle esperar más, empecé a andar por el pasillo hacia la sala del trono junto a Bavol, observando al joven y observando al pequeño, quien era mucho más bajo que yo. No pude evitar la curiosidad por el aspecto que llevaba.

Oye, ¿no vendrás de la Cité des Cloches, ¿verdad?— pregunté —Ya he estado una vez en aquel mundo, y te pareces bastante a un chico que conocí allí.

>>Aunque la verdad, creo que pasará bastante tiempo hasta mi próxima visita...

Se me puso la carne de gallina recordando la visita a aquel mundo. La verdad es que no fue muy agradable, y todavía me acordaba de la persecución que habíamos tenido que soportar gracias a los simpáticos guardias de la ciudad.
Al menos esperaba que Kazuki nos llevase a un mundo donde no quemasen a la gente por tener orejas de punta o por hacer un poco de magia, después de todo ya habíamos tenido problemas por aquello.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor LightHelco » Mar Nov 12, 2013 8:39 pm

Cuando los tres aprendices llegaron a la sala del trono se la encontraron totalmente vacía para su sorpresa, ni Kazuki ni ningún otro Maestro se encontraba en aquel lugar y eso que se suponía que les habían llamado a ese lugar.

Pronto tuvieron su respuesta al escuchar la puerta abrirse y entrar por ella un dormido Kazuki que no paraba de bostezar y frotarse los ojos mientras avanzaba hasta los aprendices.

Buenas… —saludó el Maestro a un volumen casi inaudible —. Espero que hayáis eh…dormido bien hoy —él estaba claro que no lo había hecho —. Los moguris andan algo eh…liados estos días y esta noche han decidido trabajar en… lo más ruidoso que tenían.

Kazuki fue hasta uno de los tronos en donde se sentó debido a que casi no podía mantenerse en pie del sueño, aunque si los aprendices se descuidaban un poco quizá se les durmiese el Maestro ahí.

Os he llamado debido a que eh…necesito que me ayudéis en una investigación en…esto… —el hombre se quedó un rato pensativo intentando recordar el nombre del lugar que iba a decir —. Se parecía mucho al nombre de este mundo…eh… ¡ah! Tierras del Reino. Lo único que sabemos de ese mundo, es que es una tierra bastante eh…yerta y abandonada.

>Aun así, hace unos días hablando con eh… Ronin, me dijo que uno de los anteriores Maestros decía que era uno de los mundos más espectaculares y bellos que eh… había visto. Que las plantas crecían en todos los lados y la vida seguía un eh… ¿Cómo lo llamaba? ¿Rueda infinita? Eh…es lo de menos, necesito que vayáis a eh… Tierras del Reino e investiguéis las razones por las que el mundo se encuentra tan eh…muerto.

Kazuki esperó a que alguno de los aprendices comentara alguna duda que pudiese tener para responderla…o eso haría si el Maestro no se hubiese quedado profundamente dormido para sorpresa o no de los jóvenes. Aunque sus preguntas no iban a quedarse sin respuesta, ya que nada más ocurrir aquello pudieron escuchar a alguien reírse en alto desde la puerta.

Sabía yo que se os iba a dormir en medio de la explicación —habló el desconocido, el cual no era otro que el Maestro Ronin —. Bueno, chavales, Kazuki ya os ha dicho lo que teneis que hacer, id a vuestro cuarto para dejar cualquier cosa que llevéis en los bolsillos e id tirando que yo me encargo de despertar al holgazán este.

Con esas palabras de Ronin, los aprendices fueron libres de ir a prepararse para ir a las Tierras del Reino, aunque antes de que se fuesen Ronin les dirigió unas últimas palabras como aviso:

Si teneis alguna mascota depredadora os recomiendo dejarla aquí ¿no querréis que se vuelva demasiado salvaje, no?

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Siento la tardanza con el post, ya que le dije a Terr que lo tendriais para la semana anterior.

Bueno, via libre para interpretar vuestra llegada al mundo, la zona puede ser cualquiera de las que hay alrededor de Roca del Rey.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Kousen » Vie Nov 15, 2013 1:00 am

Tras caminar un rato, llegamos a la enorme sala del trono. No dejaba de sorprenderme el efecto de la luz que entraba a raudales por las vidrieras, ni la forma en que todo sonido resonaba como eco dentro de la enorme estructura. Sin embargo, por alguna razón allí no había ni un alma.

Unos segundos más tarde, vimos la puerta abrirse y a Kazuki entrar en la sala, andando torpemente con los ojos pegados del sueño que arrastraba. Como nos tocase ir con él a alguna parte, estábamos apañados. Con un saludo que más bien sonaba como un murmullo apagado, empezó a hablar:

—. Espero que hayáis eh…dormido bien hoy —bostezó

>> Los moguris andan algo eh…liados estos días y esta noche han decidido trabajar en… lo más ruidoso que tenían.

Ya me habría gustado a mí quejarme de Moguris destrozando los horarios de sueño, pero el maestro se dio bastante prisita en llegar hasta uno de los tronos de la sala, donde se desplomó con todo el cansancio que cargaba sobre los hombros.

Os he llamado debido a que eh…necesito que me ayudéis en una investigación en…esto…

"Me pregunto en qué piensa este hombre para quedarse siempre en blanco.", pensé para mis adentros.

Se parecía mucho al nombre de este mundo…eh… ¡ah! Tierras del Reino. Lo único que sabemos de ese mundo, es que es una tierra bastante eh…yerta y abandonada.

>Aun así, hace unos días hablando con eh… Ronin, me dijo que uno de los anteriores Maestros decía que era uno de los mundos más espectaculares y bellos que eh… había visto. Que las plantas crecían en todos los lados y la vida seguía un eh… ¿Cómo lo llamaba? ¿Rueda infinita? Eh…es lo de menos, necesito que vayáis a eh… Tierras del Reino e investiguéis las razones por las que el mundo se encuentra tan eh…muerto.

¿Un mundo que de repente se ha deteriorado? ¿No podrían haber sido los Sincorazón o alguna catástrofe natural?— expuse.

>>¿Nos recomienda algún punto por el que comenzar a indagar? Quiero decir, un mundo puede ser muy grande y la causa podría encontrarse en cualquier parte, pero si supiésemos de algún foco en concreto...

Pero la respuesta a mi pregunta nunca llegó por parte de Kazuki. Cuando nos quisimos dar cuenta, estaba durmiendo como un bebé en aquel trono de madera tan incómodo. No tendríamos que haber dejado que se sentase, era de esperar.

Una risa desde la puerta me hizo dirigir la mirada de nuevo hacia esta, donde pude distinguir a un hombre muy alto y con aspecto de pirata que entraba por esta. Ni más ni menos que el maestro Ronin.

Sabía yo que se os iba a dormir en medio de la explicación — rió el veterano Maestro. — Bueno, chavales, Kazuki ya os ha dicho lo que tenéis que hacer, id a vuestro cuarto para dejar cualquier cosa que llevéis en los bolsillos e id tirando que yo me encargo de despertar al holgazán este.

¿Dejar todo lo que tenemos encima...? Ir a un mundo sin objetos podría ser bastante peligroso, pero bueno.— susurré, lo justo para que mis compañeros me escuchasen.

Todavía estábamos dando la vuelta para ir a nuestras habitaciones cuando Ronin emitió un último consejo, o más bien, advertencia.

Si tenéis alguna mascota depredadora os recomiendo dejarla aquí ¿no querréis que se vuelva demasiado salvaje, no?

Fruncí el ceño, extrañado por aquella última y críptica frase. ¿Que nuestras mascotas podían volverse salvajes? ¿Qué tipo de mundo era aquel, uno de bestias o de monstruos? Imaginaba que Lyn daría una información más completa sobre aquello, pero tendríamos que conformarnos y hacer caso de lo que el maestro dijese. Por si acaso, dejaría a Houma en casa esta vez, no quería que acabase como pasto de depredadores.
Con un simple "hasta luego" me despedí de mis dos compañeros, encaminándome a mi habitación con una corta carrera y empezando a dejar lo que llevaba en los bolsillos en un pequeño cofre rojo y dorado como el que tendrían muchos otros aprendices en sus habitaciones. El pequeño hurón de fuego corrió rápidamente por el suelo de la habitación y trepó por mi cuerpo hasta mis hombros, donde se acomodó con un suave sonido de alegría.

Lo siento Houma, hoy te quedas aquí.— le rasqué la cabeza con un dedo justo donde le gustaba, entre las orejas.

>>La misión de hoy puede resultar peligrosa para ti, así que mejor quédate aquí hasta que yo vuelva, ¿vale?

Bajando sus orejas en decepción, el pequeño animalillo volvió hasta el marco de la ventana, donde se enroscó y me miró con mala cara, gruñendo en desaprobación.

Vamos, no seas así.— di unos pasos hasta él, acariciándole el lomo.— Cuando vuelva te traeré algo bueno del comedor, ¿vale?

Observándome por unos segundos, el hurón de fuego movió ambas orejas de forma pensativa, asintiendo unos segundos después. Bendita comida, siempre funcionaba con este granujilla.
Una vez confirmada la situación, trepó hasta una rama de la planta que crecía en mi ventana, colocándose en una de sus ramas con las patas colgando, donde se propuso dormir. Me di la vuelta y aproveché para hacer la cama y recoger un poco el cuarto, pues había tenido que salir con bastante prisa por la llamada de Kazuki. Una vez todo listo abrí la puerta al pasillo y salí por esta.
Cuando estaba a punto de cerrarla, me pareció escuchar algo.

Vuelve pronto.

¿Eh?

Pero no hubo respuesta. Preguntándome de donde salía aquella voz, miré a mis alrededores en el pasillo y solo vi algún aprendiz que pasaba de aquí para allá, y al mirar otra vez dentro de mi cuarto solo pude ver a Houma durmiendo como un bendito. Kazuki se moriría de envidia...

--------------


Una vez los tres nos reunimos de nuevo, partimos en pos de Tierras del Reino, invocando tanto armaduras como gliders y surcando el cosmos hacia aquel mundo.

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A primera vista, era tal y como Kazuki había descrito: Todo era tierra salvaje y yerma hasta donde la vista alcanzaba, pues casi toda la vida tanto vegetal como animal había muerto... parecía que una sequía o algún tipo de calamidad hubiese arrasado el lugar, arrebatándolo de toda su gloria y dejando un rastro de polvo y muerte. A la hora del aterrizaje tendríamos que tener en cuenta que lo principal era averiguar qué había sido del lugar, por lo que sería prudente investigar en el lugar aparentemente más importante: Una enorme plataforma formada por rocas en distintos ángulos, elevándose hacia el cielo.

Aterrizar demasiado cerca de este sitio podría ser peligroso, por lo cual quizás resultase buscar algo más adecuado... un cúmulo de rocas situado entre una enorme sabana en el camino hacia la roca parecía un buen sitio, pues esta estaba cerca y las rocas eran un buen escudo contra miradas indeseadas.
Nada más efectuar el aterrizaje, nos envolvió una semiesfera de luz verdosa. Era una magia que ya conocía de otro mundo, pues en Atlántica el hechizo nos había permitido obtener la forma de un ser de las profundidades para vivir bajo el agua y camuflarnos con el entorno... tendríamos que pensar en algún animal que habitase aquel tipo de lugar, para seguramente transformarnos en este mismo. Indeciso e incapaz de pensar en ninguno en concreto, simplemente dejé la mente en blanco para que mi subconsciente hallase la respuesta.

Tras sentir la magia cambiar mi cuerpo y ver la luz desvanecerse, pude sentir mi centro de gravedad cambiar al encontrarme mucho menos alto y sosteniéndome sobre cuatro patas. Bajando la vista pude comprobar que ahora mis extremidades acababan en zarpas de color crema claro, en contraste con la piel semi-dorada que cubría mi cuerpo. Una melena negra me causaba cosquillas y se interponía ligeramente en mi vista al girar la cabeza, así que no era difícil suponer qué era.

Miau.— se me escapó vergonzosamente al intentar soltar un rugido. Era un león bastante bien desarrollado.

>>No está mal... ¿Qué tal os ha ido a vosotros?

Me giré para ver en qué se habían convertido mis compañeros, descubriendo que andar a cuatro patas no era tan fácil como sostenerse. Tras unos primeros tropiezos, volví a recurrir a los instintos. Era simple, como gatear: cuando la pata delantera derecha iba adelante, lo hacía la izquierda trasera, y viceversa.
Aún así iba a tomarme un poco acostumbrarme y correr, además ¿Cómo se supone que iba a blandir mi Llave Espada de esta guisa?

Moví la cola en confusión, imaginándome atacando con ella.

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Para la interpretación del aterrizaje y la transformación, le pregunté a Helco. Me dijo que era como lo de Atlántica básicamente, así que tiré de eso.
Lo de la esfera de luz lo he tomado de KHII, cuando aterrizan Sora, Donald y Goofy en TdR xD
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Tidus Cloud » Vie Nov 15, 2013 10:03 pm

Los tres se dirigieron a la sala del trono para escuchar lo que tendría que decir el maestro Kazuki. Aquel aprendiz, con ese aspecto tan animal, era más simpático de lo que había parecido en un principio.

Oye, ¿no vendrás de la Cité des Cloches, ¿verdad? Ya he estado una vez en aquel mundo, y te pareces bastante a un chico que conocí allí.— le dijo el tal Kousen y el gitano dio un pequeño respingo.

La Cité de Cloches… Así le había dicho el Capitán que se llamaba su mundo. Para él siempre había sido simplemente París. Aún estaba muy reciente el recuerdo de su partida de la ciudad, aún le dolía, pero Bavol no quería agobiar a su compañero con sus penas.

Sí, París es mi hogar… Aunque supongo que ahora lo es Tierra de Partida — contestó Bavol lentamente procurando sonreír.

Aunque la verdad, creo que pasará bastante tiempo hasta mi próxima visita...

Ya… también creo que tardaré en volver, o al menos hasta que no sea más fuerte. Me imagino que cuando fuiste te habrás dado cuenta de que no son muy… tolerantes.

Tras una pequeña caminata hacia la sala del trono, durante la cual preguntaba por donde debía seguir cada vez que dudaba a Kousen, llegaron a una amplia sala totalmente vacía. No, no se habían equivocado, había unos tronos en aquella sala. ¿Pero dónde estaba el maestro Kazuki?

Entonces, un somnoliento hombre entró en la habitación entre grandes bostezos de sueños. ¿Otro aprendiz que les acompañaría quizás?

Buenas… Espero que hayáis eh…dormido bien hoy. Los moguris andan algo eh…liados estos días y esta noche han decidido trabajar en… lo más ruidoso que tenían.

El recién llegado se sentó en uno de los tronos y a Bavol casi le pareció que se iba a quedar dormido en su asiento en cualquier momento¿Ese era el maestro Kazuki? La verdad es que esperaba que los maestros fueran personas con unas personalidades más vivaces.

Os he llamado debido a que eh…necesito que me ayudéis en una investigación en…esto… — a Bavol le estaba empezando a desesperar la forma de hablar de Kazuki, quería saber ya cual iba a ser su primera misión.

Mientras pensaba en cómo sería su primera misión, en cómo sería el mundo que visitarían, cuál sería su objetivo; no se percató de que el maestro había seguido hablando.

Eh…es lo de menos, necesito que vayáis a eh… Tierras del Reino e investiguéis las razones por las que el mundo se encuentra tan eh…muerto.

Con que Tierras del Reino… ¿Un reino? Deseó con todas sus fuerzas no tener que encontrarse con ninguna especie de rey o de noble. Los detestaba, no habían suficientes adjetivos para describir la crueldad de estos seres. Ellos sí que eran auténticos Sincorazones. Decidió apartar esos pensamientos a un lado y centrarse en lo que estaba preguntándole Kousen a Kazuki… ¡Pero el Maestro se había quedado dormido en el trono! ¿Cómo alguien así había llegado a Maestro?

¿Maestro Kazuki? — dijo el gitano esperando que se despertara.

Entonces escuchó una fuerte carcajada tras ellos. Bavol no pudo evitar sonreír, reconoció al instante aquella risa: se trataba del Capitán Ronin.

¡Capitán!

Sabía yo que se os iba a dormir en medio de la explicación. Bueno, chavales, Kazuki ya os ha dicho lo que teneis que hacer, id a vuestro cuarto para dejar cualquier cosa que llevéis en los bolsillos e id tirando que yo me encargo de despertar al holgazán este.

¿Dejar todo lo que tenemos encima...? Ir a un mundo sin objetos podría ser bastante peligroso, pero bueno.— susurró Kousen a sus compañeros.

Seguramente tendría razón, pero de todas formas Bavol no poseía nada que pudiera servirles de utilidad en sus misiones. Lo único valioso para él que siempre llevaba era su capa raída, no le gustaba apartarse de ella, pero si Ronin les había dicho que no llevaran nada tendría sus motivos.

¡A sus órdenes, mi Capitán! El aprendiz Bavol está listo para la misión — exclamó Bavol con respeto —. Voy a mi cuarto a dejar la capa, nos vemos fuera.

Bavol hizo una leve inclinación al Capitán Ronin y se dirigió lo más rápido posible a su cuarto antes de que el Maestro volviese a tomar la palabra. Quizás se había perdido algo importante, pero si fuese importante supuso que sus compañeros ya se lo contarían. Llegó sin muchas complicaciones a su habitación (ya había conseguido memorizarse el camino), abrió la puerta y dejó su vieja capa encima de la cama. Seguidamente se dirigió al exterior para reunirse con sus compañeros.

Espero que no haya problemas en el viaje…

A excepción de su llegada a Tierra de Partida, este sería el primer viaje que realizaría a otro mundo. Estaba muy nervioso, el corazón le latía muy rápido y no paraba de frotarse las manos ¿No le desaparecía su Glider antes de la llegada a Tierras del Reino? Sus compañeros parecían más tranquilos que él, de manera que imitándolos convocó su armadura y su Glider y elevaron el vuelo, directos al mundo donde debían desarrollar su misión.

***


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No alcanzó a ver ni un solo edificio, aquel reino no tenía nada que ver con el lugar del que provenía, Tierras del Reino era un paraje mucho más salvaje. Sin embargo, la tierra estaba seca, carente de toda vida posible. ¿Habrían sido los Sincorazones o quizás el estado de aquel reino se debía a los abuso de alguno de esos odiosos reyes? Ambas respuestas le parecían totalmente posibles.

Observó una gran roca que se elevaba hacia el cielo, sería un lugar perfecto para aterrizar, desde allí podrían contemplar todo el terreno y decidir hacia dónde dirigirse. No obstante, su compañero Kousen se desvió de aquel lugar y se dirigió hacia una zona más apartada. Bavol iba a sugerirle que cambiara el rumbo; sin embargo, aquel aprendiz seguramente era mucho más experto que él y debía de tener sus razones… o al menos así lo suponía.

Finalmente, el gitano siguió a su compañero y aterrizó con él. De pronto, una luz verde comenzó a rodear todo su cuerpo. ¿Qué estaba ocurriendo? Una extraña sensación le inundaba mientras su cuerpo comenzaba a deformarse. ¿Había hecho algo mal al invocar su armadura? ¿Algún tipo de efecto secundario que no le habían explicado? ¿Se estaba muriendo? Bavol se dejó llevar por el pánico.

¡Socorro! — le dio tiempo a gritar mientras cerraba con fuerza los ojos.

Nada… no se había muerto, aunque la verdad es que sí que se sentía extraño. Abrió lentamente los ojos y para su tranquilidad pudo comprobar que todavía seguía allí. Entonces, una mosca pasó justo delante de él. Invadido por un insólito impulso, abrió la boca y una larga lengua surgió, atrapó a aquella mosca y se llevó de nuevo a su víctima a la boca. ¡¿Qué había sido eso?! Bavol dirigió una rápida mirada sobre sí mismo y lanzó un grito de horror. Ya no parecía aquel flacucho niño, tenía un aspecto totalmente monstruoso. No llevaba ningún tipo de ropaje, su piel era totalmente verde con una gran raya roja recorriéndole la barriga, incluso al mirar su espalda se percató de que ahora tenía una extraña cola enrollada sobre sí misma.

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¡¿Qué me ha pasado?! — exclamó horrorizado.

Si aquello no eran suficientes emociones fuertes para él, solo tenía que mirar a la criatura que tenía delante. Una especie de gato grande con una melena negra que le rodeaba la cabeza.

Miau.

Bavol dio un fuerte respingo hacia atrás, quizás fuese un tipo de sincorazón-gato. Aunque la verdad es que tras mirarlo detenidamente no le dio la impresión de ser demasiado peligroso, incluso guardaba un extraño parecido con alguien que conocía.

No está mal... ¿Qué tal os ha ido a vosotros? — dijo aquella criatura y Bavol reconoció aquella voz.

¿Kousen? ¿Qué nos ha pasado? ¡Eres un gato! — exclamó atónito — ¿Y yo qué es lo que soy? ¡Me acabo de comer una mosca con mi lengua, Kousen! ¡Una mosca! Aunque estaba bastante rica… ¡Eso no es lo importante! ¿Hemos hecho algo mal?

Entonces, se percató de que su piel estaba comenzando a cambiar de color y a volverse de un tono más rojizo. ¿Pero en qué clase de criatura se había transformado? Mientras esperaba que alguno de sus acompañantes le pudiera dar una respuesta, comenzó a preocuparse sobre la Llave Espada ¿Habría perdido la habilidad de invocarla con aquella transformación? Alargó su mano y la Llave Espada se materializó en su mano, lo que no tuvo en cuenta es que pesaba más que de costumbre y accidentalmente se le cayó de entre sus “manos”.

Este cambio va a complicar la misión — se lamentó Bavol y recogió su Llave Espada — El maestro Kazuki tenía razón, la tierra está muerta y si sigue así la vida de este mundo desaparecerá. Quizás deberíamos buscar a algún habitante de este mundo y que nos cuente un poco qué es lo que ha pasado.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor LightHelco » Mié Nov 27, 2013 10:58 pm

JADEN

Al joven Jaden pareció no interesarle demasiado la misión que les había dado Kazuki y seguramente estuviese bastante molesto por la actitud de este y el hecho de haberse quedado dormido en medio de la explicación, por lo que Jaden acabó quedándose en Tierra de Partida de brazos cruzados mientras Bavol y Kousen se preparaban para vivir una salvaje aventura en Tierras del Reino.



KOUSEN Y BAVOL:

Ser un animal era más costoso de lo que pensaban, en su aprendizaje para ser animales acabarían tropezando varias veces con sus patas hasta conseguir andar de forma perfecta y tras muchos más errores podrían tanto correr y en caso de Bavol, escalar algún árbol de pequeño tamaño.

¿Mas como se las apañarían en el tema de las armas? Kousen poseía unos fuertes dientes con los que agarrar sin problemas la Llave Espada y moviendo la cabeza seguramente podría golpear alguna que otra cosa o también podía intentar hacer uso de la cola y atacar con ella. Mientras que Bavol seguramente llegaría a darse cuenta que el nuevo y diminuto tamaño de su Llave Espada no causaría muchos más daños que un palillo y tampoco es que con aquel cuerpecito pudiese blandirla con facilidad, le tocaría adaptar su estilo de combate a su nuevo cuerpo debido a este problema, aunque su nueva capacidad para camuflarse con el entorno compensaría la falta de un arma.

La espera a Kazuki se les llegaría a hacer bastante aburrida debido a que el lugar estaba tan muerto como el Maestro había indicado y el moverse tampoco era una opción, ya que podían hacer que Kazuki no les encontrara, aunque siempre podían entretenerse mejorando su conducta como animales.

Tras un buen rato, una luz cayó cerca de los jóvenes transformándose al instante en un lobo adulto de color grisáceo. Los aprendices pudieron reconocer sin problemas al canido cuando este empezó a bostezar y frotarse uno de los ojos con su pata.

Eh…vaya, pensaba que eh…Jaken vendría con nosotros —comentó el Maestro Kazuki bastante sorprendido al no ver a Jaden junto a los otros dos —. No importa, eh…supongo que ya os eh… habréis acostumbrado a vuestras nuevas formas. Luchar aquí es algo eh…

El Maestro se calló e indicando con su pata hacia adelante, pidió a los otros chicos que se giraran. Cuando lo hicieron pudieron ver a un grupo pequeño de Sincorazón persiguiendo a un animal parecido al que era Kousen, pero sin melena; una leona.

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¿Qué tal si practicáis la lucha en este lugar ayudando a la eh…dama? Yo os ayudaré si tenéis eh…problemas.

Podían intentarlo ya que los Sincorazón solo eran tres, dos negros con grandes ojos amarillos y antenas que podían reconocer sin problemas como Sombras y un tercero con forma de mono que portaba un cetro y ocultaba su rostro tras una extraña mascara.

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Terr abandona la Trama, aunque si cambia de idea que me avise por PM y le vuelvo a meter en ella.

Para el resto, viendo que llevais buen ritmo con los post empiezo a poner ya fechas limites. Sobre las formas animales, no podreis usar ninguna habilidad que requiera un cuerpo humano o se imposible adaptar a vuestra nueva forma.

Fecha limite: 1 de Diciembre
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Kousen » Jue Nov 28, 2013 2:15 pm

A pesar de que la idea de Bavol de buscar habitantes del mundo para orientarnos no era mala, decidimos esperar primero a que llegase el Maestro Kazuki para continuar la misión.

Aquella tampoco fue la idea más brillante que podía habérsenos ocurrido, pues el maestro tardaba más que un eclipse solar. Al menos el tiempo nos sirvió para experimentar más con nuestras nuevas formas y probar a correr y realizar otras acciones, especialmente Bavol, cuyo cuerpo le permitía trepar por ramas e incluso camuflaje. Una habilidad muy útil esa última, sobre todo a la hora de pasar desapercibido.
Por desgracia, poco más quedaba que hacer después de aquello. Solo pudimos practicar un tanto con nuestras llaves para intentar comprender cómo luchar en aquel lugar, aunque no con muy buenos resultados. En mi caso me costaba poco sujetarla con mi nuevo set de dientes, afilados y suficientemente fuertes para usarla bien, aunque me dejaría un buen dolor de cuello si seguía mucho rato. En el caso del pobre Bavol... poco podría hacer con su llave con ese tamaño, pero al menos tenía su piel mimética.

Estaba ya cansado de esperar, tumbado sobre una piedra cuando una luz cayó del cielo, surgiendo un lobo gris de esta. Ya me imaginaba de quién se trataba cuando habló, confirmando la sospecha:

Eh…vaya, pensaba que eh…Jaken vendría con nosotros — expresó el Maestro, mirando alrededor —. No importa, eh…supongo que ya os eh… habréis acostumbrado a vuestras nuevas formas. Luchar aquí es algo eh…

Interrumpiéndose inmediatamente, el maestro señaló con la pata, pidiendo que nos girásemos. Mirando en aquella misma dirección, pudimos observar a un pequeño grupo de Sincorazón persiguiendo a una habitante del mundo que resultaba ser de la misma especie que el animal en el cual me había convertido, una leona.
Seguramente se encontraría cazando o algo por el estilo, teniendo en cuenta las pautas de comportamiento de estos animales. En cualquier caso, deberíamos ayudarla... como pudiésemos.

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¿Qué tal si practicáis la lucha en este lugar ayudando a la eh…dama? Yo os ayudaré si tenéis eh…problemas.

No parecía que fuesen un gran enemigo al que tuviésemos que tumbar. El grupo de ente oscuros estaba compuesto por dos simples sombras y un Sincorazón que nunca había visto antes: Su aspecto recordaba al de un simio, pero con rasgos de un brujo tribal o vudú, pues contaba con una extraña máscara y un bastón que muy probablemente indicaba que era del tipo hechicero. La magia no funcionaría bien en ese último a meno que viese primero a cual era afín, y Bavol no era el más adecuado para el ataque físico.

Hay que intentarlo.— confirmé — Antes de que esas cosas le roben el corazón.

>>A este van a atraparla tarde o temprano, ¡deprisa, Bavol!

Viendo que mi compañero tendría mayores problemas que yo para llegar hasta ellos corriendo, bajé mi cabeza para que subiese a mi melena.

¡Agárrate fuerte!

Y salí corriendo hacia ellos.

Bavol, déjame el mono a mí de momento. — comenté

>>Tú eres más escurridizo con tu habilidad de mimética y tu tamaño, así que intenta encargarte de las Sombras. Si nos encontramos en apuros Kazuki nos echará una mano... a menos que vuelva a dormirse.

No era broma que me preocupaba que el maestro aprovechase para volver a dar una cabezada, pero esperaba que no tuviésemos problemas con tres Sincorazón, siendo dos aprendices y dos de los enemigos siendo los más básicos. Sin esperar más, invoqué mi llave espada entre mis colmillos, usando el elemento sorpresa para arremeter a toda velocidad contra el mono usando el filo del arma. Preparándome para esquivar en caso de un contraataque, me situé a una distancia prudente para evaluar sus movimientos.

¿No os parece muy feo ir tres contra uno?

Esperaba poder concentrar su atención en mí mientras la leona se ponía a salvo, y para que Bavol tuviese tiempo de usar su truco. En caso de que alguno de ellos intentase atacarme físicamente, no dudaría en golpearlo con mi arma o esquivarlo para atacar luego.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Tidus Cloud » Vie Nov 29, 2013 7:32 pm

Kousen no parecía estar muy convencido de la propuesta de Bavol, de manera que haciendo caso a aquel aprendiz más experto, permanecieron en aquel lugar esperando al Maestro.

Mientras esperaban, Bavol se percató de que su cuerpo había recuperado de nuevo el color verde. ¿Sería capaz de cambiarlo a voluntad? Si lo conseguía, sería una habilidad tremendamente útil para su misión. Se concentró con fuerza y su cuerpo comenzó a cambiar de color de nuevo… amarillo…azul…otra vez rojo… Tras un rato, comprobó que con un poco de práctica era incluso capaz de elegir con facilidad el color.

Decidió probar su nueva habilidad con su compañero Kousen. Mientras éste practicaba cómo andar a cuatro patas y cómo manejar la Llave Espada agarrándola con su potente dentadura felina, Bavol salió de su campo de visión y se concentró de nuevo para que su cuerpo se mimetizase lo mejor posible con el ambiente. Seguidamente, se acercó por la espalda a Kousen, convocó su Llave Espada y golpeó débilmente una de sus cuatro patas.

¡Bu! — exclamó Bavol recuperando su color original mientras trepaba con más facilidad que de costumbre un pequeño árbol marchito.

Aunque evidentemente había golpeado sin muchas fuerzas a Kousen simplemente para llamar su atención, se había dado cuenta de que aquella arma, que tanto apreciaba, parecía bastante menos poderosa. ¿Una consecuencia quizás de haber empequeñecido? ¡Qué decepción! ¡Bavol había estado deseando utilizar su Llave Espada para luchar contra los Sincorazones! Una nueva mosca pasó por delante de Bavol y la atrapó de nuevo con su larga lengua. Bueno, si la Llave Espada no le iba de ser de mucha utilidad en Tierras del Reino, lo mejor sería que aprovechase sus nuevas habilidades: la capacidad de cambiar de color, la larga lengua e incluso la cola.

Eh, Kousen, voy a seguir practicando esto del cambio de color ¿de acuerdo?

Y así lo hizo. Su compañero también estuvo comprobando sus nuevas capacidades, pero finalmente se tumbó sobre una piedra; sin embargo, él prefirió seguir con el entrenamiento del camuflaje, esa habilidad podría suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Cuando ya lo tenía prácticamente dominado, se iluminó una luz verde y a continuación surgió un lobo gris con un aspecto bastante somnoliento. ¿Sería aquel muchacho llamado Jaden?

Eh…vaya, pensaba que eh…Jaken vendría con nosotros — pues no, resultó ser el Maestro Kazuki —. No importa, eh…supongo que ya os eh… habréis acostumbrado a vuestras nuevas formas. Luchar aquí es algo eh…

El lobo señaló a nuestras espaldas y cuando nos giramos, vimos a un grupo de Sincorazones persiguiendo a una criatura, una especie de gato grande como Kousen, sólo que éste no tenía esa larga melena alrededor del cuello. Jamás que lo primero que salvaría sería un animal, pero al fin y al cabo lo más importante era que también necesitaba de su ayuda.

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¿Qué tal si practicáis la lucha en este lugar ayudando a la eh…dama? Yo os ayudaré si tenéis eh…problemas.

Hay que intentarlo. Antes de que esas cosas le roben el corazón. — dijo Kousen valientemente, esperaba algún día poder llegar a ese nivel de determinación —. A este van a atraparla tarde o temprano, ¡deprisa, Bavol!

Kousen agachó su cabeza indicándole que se subiera encima de él como si se tratase de un caballo. Bavol se subió encima, dándole accidentalmente un pequeño tirón en su melena, y su compañero exclamó:

¡Agárrate fuerte!

¡A por… ¡ — comenzó Bavol, pero antes de que pudiera terminar, Kousen empezó a correr y tuvo que agarrarse con fuerza a su melena para no salir volando.

Bavol dirigió su mirada a los Sincorazones que estaban persiguiendo a la gata. Eran tres: dos de ellos ya los había visto cuando se encontraba en París, al parecer los llamaban Sombras; sin embargo, nunca había visto al tercero, era una especie de brujo animal con el inconfundible símbolo de los Sincorazones en la máscara que llevaba.

Bavol, déjame el mono a mí de momento.

Menos mal, seguramente ese nuevo Sincorazón sería mucho más fuerte que el resto y con aquella forma que tenía y su poca experiencia no podría hacerle mucho daño. Tendría que concentrarse en las Sombras, pero no podía utilizar una estrategia convencional, tendría que ser creativo con las nuevas habilidades que tenía.

Tú eres más escurridizo con tu habilidad de mimética y tu tamaño, así que intenta encargarte de las Sombras. Si nos encontramos en apuros Kazuki nos echará una mano... a menos que vuelva a dormirse.

Hoy les voy a dar su merecido a esas Sombras. No verán ni por dónde les atacan.

Seguidamente, Bavol cogió impulso e intentó saltar hacia las Sombras a la vez que cambiaba de color y se camuflaba con el ambiente. Gracias a su capacidad de mimetizarse con el ambiente, pretendería confundir a las Sombras golpeándolas con su lengua por diferentes direcciones. Cuando estuvieran lo suficientemente confundidas, invocaría la Llave Espada y les atacaría. Si en algún momento las Sombras desaparecían y se desplazaban por el suelo, él también desaparecía camuflándose (a ver qué tal les sentiría recibir su propia medicina) y si debido a la superioridad numérica alguno se le acercaba por la espalda, le golpearía rápidamente con su cola girando sobre sí mismo. El tercer Sincorazón se lo dejaría exclusivamente a Kousen y esperaba que si alguno de los tres corriera grave peligro, Kazuki interviniese y así demostrase que realmente es un Maestro de la Llave Espada.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor LightHelco » Mié Dic 04, 2013 12:54 am

El ataque sorpresa de Kousen funcionó a la perfección, llevándose al primate por delante y alejándolo de los otros dos Sincorazón y la leona. El monstruo cayó al suelo con parte de su máscara destrozada, aunque pudo incorporarse rápidamente y atacar a Kousen alzando su bastón. Unas pequeñas llamas azules salieron de este dirigiéndose hacia el león, pero al haberse alejado tras efectuar su embestida Kousen pudo moverse con antelación y solo recibir unas pequeñas quemaduras al ser rozado por estas.

Con el ataque esquivado, el joven efectuó el contraataque que había preparado y elimino de un solo tajo al primate.

Por otra parte, el pequeño Bavol descubrió que sus capacidades de camuflaje no eran tan efectivas contra los Sincorazón. Saltando desde la cabeza de su compañero, el chico había empezado a cambiar de color, pero aquello no impidió que una de las Sombras lo localizase gracias a su corazón y adentrándose en el suelo, esquivó el lengüetazo de Bavol sin problemas.

Bavol envió mas lengüetazos contra los seres consiguiendo acertar con algunos, pero ya tenía que ser bastante consciente de que los Sincorazón sabían muy bien donde se encontraba y antes de que se diese cuenta, una volvió a desaparecer bajo el suelo y aparecer tras el pequeño lagarto propinándole un tajo bastante remarcable debido a la diferencia de tamaños.

Esto alertó a Kazuki, que invocando su Llave Espada entre sus colmillos, corrió en ayuda del joven. El Maestro saltó sobre el primer Sincorazón eliminándolo al instante y contra el segundo conjuró un Electro que acabo con su vida.

¿Te encuentras bien eh… um…chico? —preguntó preocupado el Maestro, pero dejando bastante claro que no se había quedado con el nombre de Bavol.

Tras la pequeña pelea con los Sincorazón, la leona se acercó al grupo bastante aliviada, al hacerlo los tres pudieron ver qué era bastante diferente a Kousen, no solo por la falta de una melena, si no que su pelaje resultaba ser algo diferente, siendo en este caso un amarillo crema bastante más claro.

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Muchas gracias por vuestra ayuda, esas cosas empezaron a perseguirme mientras buscaba alguna presa —explicó la leona —. Desde que esos animales tan raros aparecieron el conseguir presas se ha vuelto imposible, los que no huyeron en su día son cazados por ellos antes de que nosotras lleguemos.

No hay que agradecer nada, es nuestra eh…labor encargarnos de esos “animales” —se adelantó a hablar el Maestro explicándole a la nativa el que eran los Sincorazón —. ¿Es cierto lo de la escasez de presas? Hemos eh…oído de otros que huyeron debido a la eh… falta de vida en el lugar.

La leona miró curiosa al Maestro tras esas palabras, dudaba que muchos animales vinieran a unas tierras muertas como aquellas por gusto y también había que comentar que no era un animal que hubiese llegado a ver nunca, los lobos no eran comunes en la sabana al fin y al cabo.

Sí, las plantas empezaron a morir a la vez que nuestro antiguo rey Mufasa perdió la vida y su hermano subió al trono. Con la poca vegetación que había, los herbívoros empezaron a emigrar a otros lugares y los que decidían quedarse eran ahuyentados por las hienas.

>Sin presas, los animales como nosotros empezaron a morir y lo que antes había sido la tierra más hermosa que podíais haber visto, se convirtió en el desierto que veis ahora. Luego llegaron esos animales extraños y ahora incluso las leonas estamos en peligro.

Kazuki asintió tras escuchar la explicación de la leona y tomar en cuenta la información que esta había dado.

Entiendo…um ¿has mencionado un rey, cierto? Quizá él sepa eh… algo más ¿podrías llevarnos hasta él? —pidió el Maestro —. Estamos interesados en saber que ocurrió aquí, además eh… Creo que no nos hemos presentado, mi nombre es Kazuki y estos son eh… Kousen y eh… —el canido miró a Bavol esperando que este terminara de presentarse.


La leona se pensó un poco la petición de Kazuki, pero volviendo a mirar al grupo y en especial a Kousen, asintió accediendo a llevarles, pero…

Mi nombre es Nala y os llevaré hasta la Roca del Rey encantada, pero necesito que me hagáis un favor —clavando sus ojos azules en el león macho —. Os llevaré si vuestro compañero se enfrenta a nuestro actual rey y lo derroqué. No necesito que tomes el trono tras derrotarlo, solo que eches al actual rey de él.

Kazuki se volteó también hacia Kousen esperando a su respuesta, ya que el que la misión avanzara o no dependía ahora de él.

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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Tidus Cloud » Mié Dic 04, 2013 6:49 pm

¿Cómo podían haber estado evitando los Sincorazones sus ataques? Había dominado lo suficientemente bien su habilidad como para camuflarse totalmente con el ambiente; sin embargo, los Sincorazones esquivaban la mayoría de sus lengüetazos.

Pero ¿qué…? — se sorprendió al darse cuenta de que les había perdido de vista.

De pronto, una de las Sombras surgió detrás de él y antes de que pudiera siquiera intentar golpearle con su cola, le dio un fuerte golpe que lo lanzó contra el suelo. Cuando Bavol observó los brillantes ojos amarillos de la criatura se sintió exactamente igual que cuando fue atacado por los Sincorazones en su mundo natal, ahora llevaba la Llave Espada, pero nada había cambiado para él, seguía siendo igual de débil.

Entonces, el maestro Kazuki apareció para salvarle eliminando rápidamente a los Sincorazones. Quizás lo había subestimado, era más poderoso de lo que parecía… o quizás él no era lo suficientemente fuerte para luchar.

¿Te encuentras bien eh… um…chico?

Tranquilo, me recuperaré, supongo... — se limitó a decir, no estaba herido, pero esta pequeña derrota había sido un golpe a su orgullo.

Se volvió hacia Kousen y se percató de que él sí había derrotado al Sincorazón. No parecía haber sufrido ningún tipo de daño ¿Qué es lo que tenían los demás que no tenía él? Mientras tanto, aquella “gata”, ahora libre de sus perseguidores, se acercó a ellos bastante relajada. Un habitante del mundo, quizás pudieran preguntarle a ella sobre lo que estaba ocurriendo.

Muchas gracias por vuestra ayuda, esas cosas empezaron a perseguirme mientras buscaba alguna presa. Desde que esos animales tan raros aparecieron el conseguir presas se ha vuelto imposible, los que no huyeron en su día son cazados por ellos antes de que nosotras lleguemos.

Son criaturas muy peligrosas, hay que tener cuidado con esos…

No hay que agradecer nada, es nuestra eh…labor encargarnos de esos “animales” — le cortó el Maestro antes de que dijera la palabra Sincorazón —. ¿Es cierto lo de la escasez de presas? Hemos eh…oído de otros que huyeron debido a la eh… falta de vida en el lugar.

Sí, las plantas empezaron a morir a la vez que nuestro antiguo rey Mufasa perdió la vida y su hermano subió al trono. Con la poca vegetación que había, los herbívoros empezaron a emigrar a otros lugares y los que decidían quedarse eran ahuyentados por las hienas.

La única manera de que un rey haga algo bueno es matándose lo antes posible. — gruñó Bavol.

Lo sabía, este asunto tenía que ver algo con los reyes. Ningún reino podía estar a salvo de los excesos de los reyes, pueden que los Sincorazones fueran un problema, pero Bavol estaba convencido de que el penoso estado de aquellas tierras se debía a la coronación de ese nuevo rey.

Sin presas, los animales como nosotros empezaron a morir y lo que antes había sido la tierra más hermosa que podíais haber visto, se convirtió en el desierto que veis ahora. Luego llegaron esos animales extraños y ahora incluso las leonas estamos en peligro.

Entiendo…um ¿has mencionado un rey, cierto? Quizá él sepa eh… algo más ¿podrías llevarnos hasta él? Estamos interesados en saber que ocurrió aquí, además eh… Creo que no nos hemos presentado, mi nombre es Kazuki y estos son eh… Kousen y eh…

¡Bavol! — exclamó ofendido, luego se dirigió hacia Kousen casi en susurros —. ¿Tú piensas que es necesario ir a ver a un rey? No me gusta estar cerca de gente como esa.

Mientras tanto, la “leona” (o así creía que se había llamado así mismo la gata) permaneció unos segundos en silencio mirando con un brillo especial a Kousen ¿Qué es lo que estaba pasando?

Mi nombre es Nala y os llevaré hasta la Roca del Rey encantada, pero necesito que me hagáis un favor — Bavol se temió lo peor al percatarse de que al decir esas últimas palabras miraba fijamente a Kousen—. Os llevaré si vuestro compañero se enfrenta a nuestro actual rey y lo derroqué. No necesito que tomes el trono tras derrotarlo, solo que eches al actual rey de él.

¡¿Qué?! ¡Ni hablar! — gritó Bavol adelantándose a la respuesta de su compañero.

Una cosa era que no fuera lo suficientemente fuerte como para luchar solo contra los Sincorazones y dependiese de los demás, pero no era una marioneta y mientras él estuviese presente no iba a permitir que participasen en las luchas de los nobles y menos que un aprendiz de Tierra de Partida se convirtiese en rey.

¡No lo acepto! ¡Kousen no se va a convertir en rey! — continuó gritando Bavol cada vez más alterado —. Nala, siento mucho lo que le ha pasado a tus tierras, pero no puedes pedirnos algo así ¡No nos dedicamos a ir coronando reyes! Maestro Kazuki, tiene que haber otra forma de hacer las cosas, cualquier otra manera, por favor…

Bavol clavó su mirada en la Kousen, era él quien tenía que decidir qué es lo que iban a hacer, pero le miró suplicante esperando poder disuadirle de que aceptara semejante petición.
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Re: [Tierras del Reino] Una brisa esperanzadora

Notapor Kousen » Mar Dic 10, 2013 10:22 pm

La estrategia dio el resultado que esperaba, al menos a medias.
El primer golpe al simio ya lo dejó lo bastante dañado, pero aún le quedaban fuerzas para contraatacar: Moviendo su bastón, lanzó una ráfaga de llamas azules en mi dirección, que esquivé por los pelos. De hecho, olía a chamusquina.

¡Se acabó!

Con otro tajo con la llave espada, el ser se volatilizó en una nube de humo negro, dejando libre un corazón que se alzó hacia las alturas. Contento por la victoria, dejé desaparecer mi llave espada me giré a mirar como le iba a Bavol, y se me cayó el alma al suelo. El pequeño aprendiz había recibido un tajo por la espalda bastante importante, pues al parecer el truco del camuflaje no funcionaba con las sombras.

Antes de que pudiera mover un músculo, y para mi alivio, el Maestro Kazuki actuó con una rapidez que nunca había visto, eliminando a ambos seres con un espadazo y un potente hechizo electro. No tardé en reunirme con ellos, preocupado por la condición de Bavol.

¿Te encuentras bien eh… um…chico?

Tranquilo, me recuperaré, supongo...

Es un alivio, pero ese golpe ha tenido muy mala pinta... podría haber sido grave.— confesé mi preocupación.

Me sentía idiota, tremendamente idiota y culpable. Había dejado a mi compañero solo contra dos Sincorazón dando por hecho que sería lo bastante bueno para acabar con ellos él solo. ¡A un nuevo aprendiz, ni más ni menos!
Y por si fuera poco, su habilidad de combate se había visto reducida por la transformación en aquel mundo. Si le hubiese pasado algo... no me lo habría perdonado jamás.

Perdóname, Bavol. Tendría que haber sido más cuidadoso.— musité.

Para cuando me quise dar cuenta, la leona ya se había acercado hasta donde estábamos. Sin duda era de la misma especie que el animal en el que me había convertido, pero las diferencias eran más que aparentes.
¿Me lo parecía a mí o no me quitaba el ojo de encima?

Muchas gracias por vuestra ayuda, esas cosas empezaron a perseguirme mientras buscaba alguna presa. Desde que esos animales tan raros aparecieron el conseguir presas se ha vuelto imposible, los que no huyeron en su día son cazados por ellos antes de que nosotras lleguemos.

Son criaturas muy peligrosas, hay que tener cuidado con esos…

No hay que agradecer nada, es nuestra eh…labor encargarnos de esos “animales”. ¿Es cierto lo de la escasez de presas? Hemos eh…oído de otros que huyeron debido a la eh… falta de vida en el lugar.

Y la verdad, no es que haya que ser un experto para darse cuenta...— añadí, echando un vistazo alrededor. Aquello era un yermo.

Sí, las plantas empezaron a morir a la vez que nuestro antiguo rey Mufasa perdió la vida y su hermano subió al trono. Con la poca vegetación que había, los herbívoros empezaron a emigrar a otros lugares y los que decidían quedarse eran ahuyentados por las hienas.

La única manera de que un rey haga algo bueno es matándose lo antes posible. — gruñó Bavol.

Jo, menudo temperamento. Algo muy grave tenía que haber experimentado para decir algo tan seco y sin tapujos. ¿Tendría que ver con la situación en que vivían los gitanos en París? Después de todo era un reino y ya había comprobado en mis propias carnes como trataba su ley a aquellas pobres gentes...

Bueno, tampoco debemos saltar a conclusiones precipitadas.— traté de tranquilizarle — No sabemos lo que hizo el rey anterior,pero esta claro que este no da la talla... menudo tirano debe ser.

Yo también estaba saltando a conclusiones precipitadas, pero al menos creía tener argumentos. Si lo que nos habían contado tanto Kazuki como la gata era cierto, el rey anterior había sido justo y había traído prosperidad a su reino. Este sin embargo... algo muy grave debía haber hecho para dejarlo todo en semejante estado. Quizás incluso hubiese ignorado completamente sus deberes como monarca.

Sin presas, los animales como nosotros empezaron a morir y lo que antes había sido la tierra más hermosa que podíais haber visto, se convirtió en el desierto que veis ahora. Luego llegaron esos animales extraños y ahora incluso las leonas estamos en peligro.

Entiendo…um ¿has mencionado un rey, cierto? Quizá él sepa eh… algo más ¿podrías llevarnos hasta él? Estamos interesados en saber que ocurrió aquí, además eh… Creo que no nos hemos presentado, mi nombre es Kazuki y estos son eh… Kousen y eh…

¡Bavol! — exclamó, y luego me susurró al oído —. ¿Tú piensas que es necesario ir a ver a un rey? No me gusta estar cerca de gente como esa.

Entiendo lo que quieres decir, Bavol. — susurré — Tampoco soy muy partidario de un poder absoluto, pero recuerda que estamos en una misión de reconocimiento.

Giré la mirada al sentir los ojos de la leona clavados de nuevo en mí. ¿Tenía monos en la cara o es que la transformación había salido mal? Ay dios mío, como nos descubriesen...

Mi nombre es Nala y os llevaré hasta la Roca del Rey encantada, pero necesito que me hagáis un favor — Mierda. La palabra "favor" no era nunca buena de oir.

>>. Os llevaré si vuestro compañero se enfrenta a nuestro actual rey y lo derroqué. No necesito que tomes el trono tras derrotarlo, solo que eches al actual rey de él.

¿Que qué?, pensé para mis adentros. ¿Estaba de coña, no?

¡¿Qué?! ¡Ni hablar! — gritó Bavol, haciéndome pegar un bote.

>> ¡No lo acepto! ¡Kousen no se va a convertir en rey! — siguió chillando, sorprendiéndome con aquel tono en un cuerpo tan dminuto —. Nala, siento mucho lo que le ha pasado a tus tierras, pero no puedes pedirnos algo así ¡No nos dedicamos a ir coronando reyes! Maestro Kazuki, tiene que haber otra forma de hacer las cosas, cualquier otra manera, por favor…

Bavol me miraba con ojos de cordero degollado, Kazuki medio empanado como si esperase que respondiese y Nala parecía esperar un "Sí" con toda su alma. Estaba atrapado entre los tres.

¿¡Y ahora qué hago yo!?

Me quedé en silencio unos segundos, mirando al suelo y devanándome los sesos para encontrar una solución a aquel cuadro que se me presentaba. estaba claramente especificado que los portadores no podíamos inmiscuirnos en los asuntos de otros mundos, y aquello de convertirme en rey tampoco me hacía mucha gracia. Toda una vida a cuatro patas y comiendo carne cruda... ¡qué horror!
Y en el caso de que solo lo destronásemos, íbamos a montar un cirio de mucho cuidado y tal vez hasta una guerra civil. ¡Somos portadores de paz, no tiranos!

De verdad que nos gustaría echarte una mano, Nala... pero lo de destronar a un rey son palabras mayores, y más si soy yo el que ocupa el trono. No estoy preparado para algo así, y aunque lo estuviera, las consecuencias podrían ser irreversibles.— expliqué

>>Sin embargo, tampoco podemos dejar las cosas como están, y tiene que haber otro modo de ayudarte. Tiene que haber alguna manera en la cual podamos conversar con tu rey sobre el actual estado del reino, no podemos irnos así. — miré al Maestro, esperando que interviniese de mi parte. Al fin y al cabo debíamos saber todo lo que pudiésemos sobre la causa de aquel desastre, y qué menos que conocer al directo responsable.

Pero una chispa saltó en mi cerebro cuando ya iba a callarme definitivamente.

Aunque... espera un momento.— añadí — Has dicho que el rey anterior murió y el trono fue tomado por su hermano, ¿verdad? Eso no es muy usual, la herencia a una corona suele transmitirse en línea descendente. ¿El rey anterior no tuvo hijos?

Tenía que haber una explicación para un suceso tan atípico, quizás un golpe de estado. Me daba a mí que iba a meter la pata hasta el fondo sacando el tema, pero toda información era poca.
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