[Tierra de Dragones] Se acerca el invierno (I)

Trama de Exuy, Hikaru y Fátima + Kousen & Hiro

La aparición del bando de Bastión Hueco ha colocado a la Orden de los Caballeros de la Llave Espada en una tensión creciente difícil de remediar. ¿Llegarán a enfrentarse ambos bandos en conflicto, o será posible la paz?

Moderadores: Suzume Mizuno, Astro, Sombra

[Tierra de Dragones] Se acerca el invierno (I)

Notapor Soul Artist » Vie Dic 27, 2013 5:30 pm

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Se acerca.

Ronin pronunció aquellas palabras sentado en el trono, con la vista perdida en los dos aprendices a los que había convocado para un entrenamiento especial. Los dos jóvenes debían luchar entre sí con varios muros invisibles entrometiéndose en su camino, los cuales eran invocados y se movían gracias a la Maestra Rebecca, sentada en un asiento menor junto a Ronin.

Aquella oración no era suficiente como para detener el entrenamiento, pero sí llamó la atención de la Maestra. El adulto se llevó la mano a la barbilla de forma inconsciente y comenzó a acariciársela en silencio, sin atender a cómo Hikaru y Exuy sorteaban los muros para alcanzar a su contrincante.

¿El qué?

La guerra. Los problemas. El mal tiempo.

El Maestro estaba realmente serio en aquello. Era difícil imaginarse a qué se podía referir, pero Rebecca tenía varias hipótesis. Lo primero que le vino a la mente era la inminente amenaza que sufría la Orden por parte de Bastión Hueco; otra posibilidad era la aparición de múltiples Sincorazón en algún mundo, que de algún modo Ronin habría notado.

Pero la respuesta dejó desconcertada a la Maestra cuando su líder, decidido, le ordenó:

¿Te gustaría pasar unas vacaciones no trópicales en Tierra de Dragones?

El Maestro rió en alto y se levantó de su asiento, interrumpiendo el entrenamiento. Los muros invisibles desaparecieron y Rebecca dejó de controlarlos, quedándose sentada en su asiento cabizbaja y confusa. Ronin no le dio la más mínima importancia al comportamiento de su socia: sencillamente dio un par de pasos hacia los dos aprendices, aplaudiéndoles con ambas manos.

¡Bravo! ¡Bravo! La verdad, no he atendido a la última parte del entrenamiento, ¡pero creo que lo habéis hecho estupendamente! —realmente, no había hecho caso a ninguna parte de toda la pelea; Rebecca era la única que había mostrado atención, y la que realmente les pondría una nota posteriormente—. ¡Pero mirad la hora! Se nos ha pasado la hora del almuerzo a todos, y ese pesado de Higashizawa se niega siempre a dar a nadie ni un plato si nos pasamos de la hora. ¿Tenéis hambre?

No almorzar o cenar con Ronin era mucho más que una tradición. El Maestro tenía siempre la mala costumbre de convocar a sus alumnos para misiones o entrenamientos justo cuando se sentaban a comer algo, dejándoles con las ganas y el hambre. Según él, pasar hambre fortalecía el espíritu; y ya más de un alumno habría intentado comerse a su compañero durante una misión por esto.

¡Pues venga, os invito a una comilona en un sitio especial! La cuenta sale de mis bolsillos, podréis zampar todo lo que queráis. ¡Tú más que nadie necesitas engordar un poco, chico! Pareces un fideo pocho.

Ronin golpeó el estómago de Exuy y le obligó a dar un paso hacia atrás de la impresión, a lo que el Maestro contestó con una risotada tremenda. Se giró hacia el trono en el que Rebecca estaba sentada y se llevó las dos manos a la boca para amplificar su voz, llamando la atención de la muchacha.

¡Tú también, mujer! Tanto encerrarte en el castillo te va a hacer una insociable. ¡Llama a Simon y pregúntale si nos puede acercar a Tierra de Dragones!

S-sí, claro...

Rebecca se levantó de su asiento y salió apresurada del salón del trono, dirigiéndose hacia el pasillo norte del castillo. Ronin, por su lado, volvió a dirigirse hacia los dos muchachos, sonriéndoles de mejilla a mejilla.

Y ya que estamos... ¿Dónde están aquellos tres piltrafillas? Ah, sí, Axel en Bastión Hueco... Qué desperdicio. ¡Vosotros! Quedamos en la colina nada más salir de aquí, pero tenéis una misión. ¡Tenéis que buscar a una niña muy traviesa! Su nombre es Fátima y está hecha toda una picaruela. Probablemente intente escaquearse de la comida, pero os doy permiso para usar la fuerza si intenta huir de vosotros.

El Maestro rió con fuerza, tomándose a broma sus propias palabras. Los jóvenes, sin embargo, probablemente no sabían si estaba hablando en serio o no: ¿debían arrastrar a la muchacha en contra de su voluntad o no?

Yo, mientras tanto, voy a buscar a otra persona antes de irnos. Es la hora después de comer, así que o está entrenando con Lyn, o... ¡Qué chiste! Estará durmiendo bajo un árbol, como el vago que es. ¡Ya sabéis! Localizad a Fátima y arrastradla hasta la colina. ¡Nos vemos en media hora!

Y con aquellas palabras Ronin abandonó el salón del trono, dejándoles a ambos solos. Tenían una importante misión, eso desde luego: encontrar a aquella tal Fátima. Y, probablemente, amargarle el resto del día.

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Fecha límite: 31 de Diciembre.

¡Bienvenidos a la Trama! Espero que la disfrutéis tanto como yo pretendo hacerlo, y sobre todo que Mulan sera una de vuestras películas favoritas de Disney; de ser así, la disfrutaréis el doble.

Si me permitís el consejo, hablad con Suzume Mizuno (Fátima) para organizar un poco qué vais a hacer. Podéis postear cuantas veces queráis esta ronda, y si queréis una prórroga, decidlo sin problemas.
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Re: [Tierra de Dragones] Se acerca el invierno (I)

Notapor Yuehito » Lun Dic 30, 2013 12:00 am

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Las murallas cada vez acentuaban más su velocidad y parecía que en los intentos de esquivarlos junto a Hikaru nos hacía ver más lentos. Fue cuando una de esas paredes que movía la maestra Rebecca se dirigía a toda velocidad hacia nosotros, como si justo en aquella muralla parecía no haber control de parte de su marionetista.

¡Exuy! Vamos salta, como lo hemos entrenado.

Acercándome a Hikaru tomé todo el impulso posible para saltar e instalarme en sus pies en el momento exacto cuando mi compañero estaba de espaldas al piso. Como una catapulta fui lanzado por los cielos gracias a la fuerza de las piernas del chico de cicatrices en el rostro. Mi cuerpo era liviano, levantarme era una gran ventaja, ahora Hikaru tendría que moverse del suelo antes que la pared se estrellase contra él. Pero antes que el infortunio hiciese de las suyas la pared desapareció para dar pie a la fuerte risa de nuestro maestro que nos había convocado ese día.

¡Bravo! ¡Bravo! La verdad, no he atendido a la última parte del entrenamiento, ¡pero creo que lo habéis hecho estupendamente!

¿En serio? —dije reprochando por no haber puesto atención a la maniobra. Había veces que Ronin era muy despistado. Tal vez siempre tenía cosas más importantes que pensar.

¡Pero mirad la hora! Se nos ha pasado la hora del almuerzo a todos, y ese pesado de Higashizawa se niega siempre a dar a nadie ni un plato si nos pasamos de la hora. ¿Tenéis hambre?

La verdad que no mucho. Mi… apetito es un poco flojo a estas horas —acomodando mi sudadera me dirigí a Hikaru — ¿Usted tiene hambre?

¡Pues venga, os invito a una comilona en un sitio especial! La cuenta sale de mis bolsillos, podréis zampar todo lo que queráis. ¡Tú más que nadie necesitas engordar un poco, chico! Pareces un fideo pocho.

¿Fideo Pocho? —La gruesa mano del maestro dio unos pequeños golpecitos en mi pansa, los que me hicieron retroceder algunos pasos, cualquiera con la contextura de Ronin podría lograrlo. Me toqué el estomago y pensando mientras mi maestro seguía hablando pude notar que no habían músculos que se hiciesen notar en mi cuerpo y a pesar de mi edad mi cuerpo era la de un niño, era extraño.

Y ya que estamos... ¿Dónde están aquellos tres piltrafillas? Ah, sí, Axel en Bastión Hueco...

¿Axel? —El nombre del chico me sonaba, pero no lograba acordarme quien era. Pero ¿A que iba el caso?

Qué desperdicio. ¡Vosotros! Quedamos en la colina nada más salir de aquí, pero tenéis una misión. ¡Tenéis que buscar a una niña muy traviesa! Su nombre es Fátima y está hecha toda una picaruela. Probablemente intente escaquearse de la comida, pero os doy permiso para usar la fuerza si intenta huir de vosotros.

¿Pero no se supone que eso es responsabilidad de los maestros?


¿En que estará usted maestro? — Si, tenía dudas, solo por la curiosidad que me daba la relación con la chica llamada Fátima. Eso olía a problemas.

Yo, mientras tanto, voy a buscar a otra persona antes de irnos. Es la hora después de comer, así que o está entrenando con Lyn, o... ¡Qué chiste! Estará durmiendo bajo un árbol, como el vago que es. ¡Ya sabéis! Localizad a Fátima y arrastradla hasta la colina. ¡Nos vemos en media hora!

Al salir el maestro Ronin por la puerta nos dirigimos rápido a las duchas para sacarnos el sudor de encima y mientras las tibias aguas de Tierra de Partida me limpiaban nuevamente noté la contextura de mi cuerpo. Brazos flacos, estomago pequeño, piernas delgadas y pies delicados.

¿Parezco desnutrido? —dije inconscientemente cuando ya terminábamos de asearnos.


***

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Saliendo ya a 5 minutos del entrenamiento le pregunté a Hikaru si quería dividirnos las tareas ya que nos quedaba poco tiempo. Tierra de partida se hacía grande y aprendices llegaban muy a menudo. El problema sería como poder localizar a la chica dentro de aquel lugar.

Podríamos ir a comprar algo para no morir de hambre en… ¿cómo dijo que se llamaba el lugar?

Podría pasar a buscar otras cosas, tal vez… Te imaginas si nos encontramos con un tipo como el del mundo de País de nunca Jamás. Esa vez nos salvamos por un pelo. ¡Aps! por cierto, se me olvidó agradecer tu decisión de no dejarme solo aquella vez, gracias — le dije mientras movía un poco nervioso la pulsera de multicolores que había ganado en aquella expedición.

>> Bueno, mejor no perdamos más tiempo, voy por cosas para ir a Tierra de Dragones — me preguntaba en ese momento si en aquel lugar habrían dragones de verdad.
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Re: [Tierra de Dragones] Se acerca el invierno (I)

Notapor James Bond » Lun Dic 30, 2013 12:52 am

Las murabas invisibles cada vez eran más rápidas interfiriendo así en nuestro combate. De pronto, algo se dirigía hacia nosotros dos a gran velocidad. Supuse que sería una muralla convocada por la Maestra Rebecca. Entonces, decidí de probar una cosa:

¡Exuy! Vamos salta, como lo hemos entrenado.

Me tiré contra el suelo, de modo que mi espalda chocase contra él, levanté mis pies cuando Exuy pegó un pequeño salto, y usando mi fuerza, lo elevé hacia arriba. Aunque mi compañero de entrenamiento se salvó, yo me quedé bastante vendido. Por suerte, la muralla desapareció antes de poder hacerme daño.

Por los pelos...

El que la muralla se hubiera detenido así sin más, se debía a que la Maestra estaba mirando al Maestro de Maestros de Tierra de Partida: Ronin, cuando busqué con la mirada una fuerte risa.

¡Bravo! ¡Bravo! La verdad, no he atendido a la última parte del entrenamiento, ¡pero creo que lo habéis hecho estupendamente!
¿Va eso enserio?— “Pues vaya un Maestro de Maestros” pensé para mí mismo. Exuy dijo exactamente lo mismo que yo.
¡Pero mirad la hora! Se nos ha pasado la hora del almuerzo a todos, y ese pesado de Higashizawa se niega siempre a dar a nadie ni un plato si nos pasamos de la hora. ¿Tenéis hambre?
La verdad que no mucho. Mi… apetito es un poco flojo a estas horas. ¿Usted tiene hambre
No mucha, la verdad. Y Exuy, no me llames “Usted”, me haces sentirme mayor— Le dije mientras me reía.
¡Pues venga, os invito a una comilona en un sitio especial! La cuenta sale de mis bolsillos, podréis zampar todo lo que queráis. ¡Tú más que nadie necesitas engordar un poco, chico! Pareces un fideo pocho.

Ahora que me fijaba mejor en Exuy, estaba bastante delgado. Demasiado delgado, como si hubiera comido muy poco a lo largo de su vida. Un día tenía que preguntarle sobre él. Hablando de Exuy... Observé como retrocedía hacia atrás y Ronin se reía. No sabía el que le hacía gracia al Maestro, pero yo no me reí. Entonces preguntó por un tal Axel y recordó que estaba en Bastión Hueco, donde estaban los traidores de Tierra de Partida. Luego nos dijo que quedabamos en la colina, pero que antes teníamos que buscar a una chica que según sus palabras “era muy traviesa” y se llamaba Fátima. Incluso nos dio permiso para llevarla alli por la fuerza. ¿Qué tipo de persona era esa chica?

Saliendo del Salón del Trono, oí como mi amigo murmuraba algo, pero no llegué a captar lo que decia. Entonces me comentó:

Podríamos ir a comprar algo para no morir de hambre en… ¿cómo dijo que se llamaba el lugar? Podría pasar a buscar otras cosas, tal vez… Te imaginas si nos encontramos con un tipo como el del mundo de País de nunca Jamás. Esa vez nos salvamos por un pelo. ¡Aps! por cierto, se me olvidó agradecer tu decisión de no dejarme solo aquella vez, gracias.
No hay de que Exuy, cualquiera habría hecho lo mismo— le dije.

Mi compañero se despidió y se fue. Ahora parecía ser que me tocaba buscar a la tal Fátima. Lo más rápido y sencillo que suponía que sería, era preguntar a algún Moguri. Así partí en busca de uno hasta encontrarlo y preguntarle por Fátima. Esta pequeña criatura me dijo que se encontraba en la Biblioteca, de modo que me dirigí hasta alli.

Una vez allí, vi a una chica, que supuse que sería ella.

Hola. Soy Hikaru Akarui, aprendiz de la Maestra Rebecca. ¿Eres Fátima? El Maestro Ronin te ha convocado en la Colina para ir a un sitio llamado Tierra de Dragones.
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Re: [Tierra de Dragones] Se acerca el invierno (I)

Notapor Suzume Mizuno » Lun Dic 30, 2013 7:39 pm

La luz se colaba a través de las ventanas de la Biblioteca y daba de lleno en la espalda de Fátima, que leía mientras se dejaba adormilar por el calorcito. Se había despertado temprano y había estado entrenando un buen rato antes de darse una ducha y estudiar un rato. A pesar de que era una maestra muy dura, desde que empezó a dar clases con Lyn se sentía realizada. Por fin tenía a alguien que guiara sus pasos. Y, además, Lyn no era un témpano de hielo, como lo había sido Nanashi. Con ella tenía más confianza para consultarle sus dudas.

Le gustaba cómo habían cambiado las cosas a mejor. Claro que todavía había problemas y que seguía sin gustarle la idea de combatir contra Sincorazón. O sentir la presión de la sombra de Bastión Hueco. En especial de Andrei. Se estremecía cada vez que pensaba en la vez que se encontraron.

Pero desde entonces no había vuelto a haber accidentes y se alegraba por ello. Quería pensar que estaba madurando, que se había fortalecido y que empezaba a ser capaz de apañárselas por sí sola. Además, estaba el tema de los nuevos amigos que había hecho. No sólo Nadhia o Kousen sino… Malik. Una sonrisilla estúpida le asomó a los labios y cuando se dio cuenta sacudió la cabeza, sonrojada. ¿Se podía ser más tonta?

Pasó la página del viejo libro que estaba leyendo, provocando un delicioso crujido, y perdió la mirada en las estanterías abarrotadas de gruesos tomos. Escuchó entonces un gemidito y bajó la mirada hacia la forma alargada que reposaba sobre su falda.

Harun se había despertado y la miraba con sus rasgados ojos verdes, abriendo la boca, plagada de diminutos dientes.

¿Qué pasa, pequeñín? —susurró—. ¿Tienes hambre?

Acarició su mentón con dedo y el dragoncito ronroneó. Había crecido un par de centímetros desde que lo recogiera y cada vez tenía más hambre y era más inquieto. Por suerte lo había acostumbrado a dormir a ciertas horas, de lo contrario tendría que estar pendiente de forma constante de él.

No te preocupes, ahora te llevo a la habitación y comes algo.

Le fascinaba que un ser tan diminuto fuera a convertirse en una bestia inmensa como las que había visto en Tierra de Partida. Pero hasta entonces transcurrirían años, puede incluso que siglos y le apenó pensar que nunca llegaría a verlo en todo su esplendor. Pero había detalles que merecían la pena: ya había comenzado a lanzar pequeñas llamitas por la boca y se cocinaba su propia comida. Desde luego, en ese sentido era un lujo, porque el animalito era un poco exquisito en cuanto a lo hecha que le gustaba la carne.

Una figura se acercó e interrumpió su hilo de pensamientos. Levantó los ojos y se encontró con un chico más pequeño que ella, pero con un rostro cruzado por cicatrices.

Hola. Soy Hikaru Akarui, aprendiz de la Maestra Rebecca. ¿Eres Fátima?

Sí, soy yo —respondió, incorporándose mientras Harun le trepaba por el pecho y se enrollaba en torno a su cuello: su lugar preferido—. Soy aprendiz de la Maestra Lyn, un placer conocerte —le tendió una mano para estrechársela.

A pesar de las cicatrices, parecía un chico muy simpático.

El Maestro Ronin te ha convocado en la Colina para ir a un sitio llamado Tierra de Dragones.

Sus ojos se abrieron de par en par y el corazón le dio un vuelco. ¡Tierra de Dragones!

«¡Mulán!» pensó de inmediato.

Ahora mismo voy. Dame cinco minutos, tengo que coger unas cosas —esbozó una sonrisa de disculpa y salió disparada hacia sus dormitorios.

Una vez allí escarbó en el armario y extrajo el uniforme que había utilizado para infiltrarse en el ejército y se lo puso apresuradamente. Luego se puso unos pantalones encima, además de una túnica que pudiera adecuarse al estilo de China y cogió cuidadosamente a Harun.

A ver qué hago contigo… Eres demasiado pequeño para que te lleve…

Corrió al dormitorio de Nadhia. Por suerte, la chica estaba dentro y pudo pedirle que se hiciera cargo de Harun mientras ella estaba fuera.

Luego bajó a toda velocidad al vestíbulo. Al ver a Hikaru le saludó y le pidió perdón por el retraso. Luego se dirigió hacia la Colina en busca de Ronin.

¿Hace cuánto que llegaste a Tierra de Partida? —preguntó a Hikaru, intentando entablar conversación—. ¿Has ido alguna vez a Tierra de Dragones?

Luego miró a su alrededor, buscando a otros posibles aprendices que fueran a ir a la misión y preguntándose qué estaría ocurriendo en el hogar de Mulán para que Ronin decidiera que tenían que ir de nuevo.

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Espeyuna me ha dado permiso para este medio cameo que hace (?) XD
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: [Tierra de Dragones] Se acerca el invierno (I)

Notapor James Bond » Lun Dic 30, 2013 9:32 pm

Mi compañero se despidió y se fue. Ahora parecía ser que me tocaba buscar a la tal Fátima. Lo más rápido y sencillo que suponía que sería, era preguntar a algún Moguri. Así partí en busca de uno hasta encontrarlo y preguntarle por Fátima. Esta pequeña criatura me dijo que se encontraba en la Biblioteca, de modo que me dirigí hasta alli.

Una vez allí, vi a una chica, que supuse que sería ella.

Hola. Soy Hikaru Akarui, aprendiz de la Maestra Rebecca. ¿Eres Fátima?
Sí, soy yo. Soy aprendiz de la Maestra Lyn, un placer conocerte—me tendió una mano para estrechársela, que por supuesto estreché. Entonces le dije:
El Maestro Ronin te ha convocado en la Colina para ir a un sitio llamado Tierra de Dragones.
Ahora mismo voy. Dame cinco minutos, tengo que coger unas cosas— dijo la muchacha para mi sorpresa. Al final no tuve que hace uso de la fuerza, como nos dijo el Maestro.

Vi como la chica salia hacia algún lado. Seguramente iría a recoger alguna cosa. Yo ya llevaba conmigo todo mi equipo: mi llave-espada y mi espada enfundada en su vaina, la cual estaba bien atada al cinturón que llevaba puesto. Como para ir a la Colina había que salir del edificio, la esperé en el vestíbulo. Por suerte no tuve que esperar mucho, pues al rato de llegar allí, apareció la muchacha a toda velocidad. Me pidió perdón por la tardanza, pero le dije que no había ningún problema por eso. Así pues partimos hacia la Colina.

Por el camino, la joven empezó a hablarme.


¿Hace cuánto que llegaste a Tierra de Partida?
Esto... Veamos...— empecé a contar con los dedos de las manos. Si mal no recordaba...— Llegué aquí el cinco de abril de mil doscientos diez, así que calcula.
?Has ido alguna vez a Tierra de Dragones?— Me preguntó.
La verdad es que no. ¿Tú has ido? Si es así... ¿Hay dragones como los que salen en las pelis de fantasía mágica? Oséase, grandes, con alas enormes y que escupen fuego por su boca.
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Re: [Tierra de Dragones] Se acerca el invierno (I)

Notapor Yuehito » Mar Dic 31, 2013 7:37 am

La razón porque llevaba una chaqueta ancha podría tener dos razones. Porque había escuchado que donde íbamos era un lugar de nieve y la otra es porque de verdad sentía que no tenía cuerpo. Pero cual sea la explicación me sentía un poco más cómodo y no quería morir de frío en aquel lugar.
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Ya con mi bolsa de frutos secos y algunas bebidas rogadas al cocinero de Tierra de partida me dirigí directo a la colina. Sería un error ir a buscar a Hikaru ya que confiaba en que convencería a la chica y así no perderíamos tiempo. Las cosas en ese día se dieron muy espontáneamente.

Llegando a la colina me senté para esperar a mis compañeros, aún quedando unos 7 minutos aproximados para que Ronin llegara, tiempo suficiente para corroborar y revisar las cosas a llevar.

Libro, listo. Comida, lista. Lápiz… acá. Compañeros… ya llegarán.

En la espera comencé a hojear el libro y dar un vistazo a las cosas retratadas. Pude observar los salvajes sincorazones que me había pillado en el camino, algunos retratos de enemigos y también a gente que había conocido. En la última expedición de la torre de los misterios pude conocer a chicos muy geniales lo que me hacía ver como un supremo novato pero esta vez sería diferente, había madurado mis habilidades gracias a la ayuda de Hikaru y sus entrenamientos.

¿Qué cosas habrá para ahora? —Me preguntaba mientras fantaseaba ideas casi infantiles.
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Ronda #2 - Se acerca el invierno (I)

Notapor Soul Artist » Vie Ene 03, 2014 5:33 pm

Exuy fue el primero en llegar a la colina. Mientras esperaba a que el Maestro y sus compañeros llegaran se sentó a esperar, pensando en sus entrenamientos y los compañeros que había conocido hasta el momento.

Pero no tuvo tanto tiempo como esperaba. Los motores de nave gumi sonaron por encima de su cabeza, y la fuerza del viento creció de forma abrupta obligándole a moverse de su posición. Una nave roja de alas amarillas y con una cabina azul clara aterrizó frente a él de forma tranquila, tras lo cual los motores se apagaron.

La puerta de la nave se abrió de par en par y de su interior salió un tipo un tanto ancho y con cara de pocos amigos. Vestía con un traje de capitán negro que le daba un aspecto intimidatorio, con el cuello de su ropa levantado y una cadena colgando de él. Se dirigió hacia Exuy y levantó ligeramente el labio superior, aparentemente no muy agradado de verle.

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Ah... No me fastidies. ¿Otra vez con novatos? Ronin no tiene criterio.

Simon, sé más educado...

Rebecca salió también de la nave tras el hombre, con la mirada un tanto baja y la voz temblando. Se cruzó los dedos de las manos y dirigió sus ojos durante un momento a Exuy para volver a apartarlos, avergonzada.

No es mi culpa que Ronin esté medio ciego para no ver que esta clase de gente no está preparada para lo que es formar parte de la Orden. Y mira, ahí vienen más.

Exuy pudo reconocer una de las dos figuras que se aproximaban subiendo la colina que llevaba hasta el lugar de encuentro: Hikaru volvía con una chica, muy probablemente aquella que Ronin les había ordenado ir a buscar. Simon se cruzó de brazos y esperó a que llegaran para juzgarles con la mirada, recorriendo los cuerpos de ambos de arriba a abajo.

¿Y vosotros de dónde salís? ¿En serio esto es lo mejor que tiene Ronin?

Simon...

Perdooona, pequeña —el muchacho levantó los brazos y se disculpó sarcásticamente a Rebecca—. Hoy en día tener un mínimo de criterio es algo negativo al parecer.

Simon apoyó la espalda en la nave gumi y se llevó la mano a la gorra para tapar su rostro de los demás, enfurruñado con los reproches de la Maestra. No parecía precisamente de buen humor aquel día, aunque posiblemente ninguno de los aprendices presentes había tenido oportunidad de conocerle anteriormente en persona. Pero eso no quitaba que no hubiesen oído hablar de él con anterioridad.

Pese a no ser Maestro ni Aprendiz de la Llave Espada, Simon era una autoridad importante de Tierra de Partida; se dedicaba no sólo al comercio con otros mundos, trayendo toda clase de lujos de cualquier parte del Reino de la Luz, sino que trataba también las relaciones abiertas con aquellos lugares. Era bastante famoso no sólo en la Orden, sino en casi todos los mundos.

Pero no estaban allí para admirarle, sino para viajar a Tierra de Partida, lo cual harían en cuanto llegase Ronin. Y menos mal que ninguno de ellos tenía demasiada hambre, pues el gran hombre les hizo esperar lo suyo; media hora, ni más ni menos, antes de que llegara acompañado por dos figuras detrás de él. Se acercó a ellos con una gran sonrisa, ignorando el hecho de su extraordinaria tardanza.

¡Hola, muchachos! ¡Qué pronto llegáis! —o no sabía el tiempo que había pasado o se estaba haciendo el loco, pero el buen humor en el Maestro era más que palpable—. ¿Lo tenéis todo? ¿Sí? ¡Pues moved el culo ya adentro, no sé a qué estáis esperando!

Ronin echó varias carcajadas al aire, ignorando el posible odio de los aprendices hacia él. Tras calmarse dirigió su mano hacia los dos chicos que estaban tras él, presentándoles a sus nuevos compañeros.

¡Os presento a dos de los aprendices más aventajados de Tierra de Partida! —primero pasó la mano por un muchacho pelirrojo y de piel oscura—. Este piltrafilla se ha enfrentado a varios miembros de la organización de los Villanos Finales y dicen que por las noches no deja dormir a nadie con lo que aúlla. ¡Hiro! [/color][/b] —después, pasó al otro chico, con gafas, una ligera barba negra y colmillos afilados que poco cuadraban con su carácter tranquilo y alegre—. Y este otro ha conocido al mismísimo Rey, se ha enfrentado a camaleones gigantes y si le rascáis tras la oreja le tendréis dominado. ¡Kousen!

Ronin echó a reír de nuevo una vez presentados a ambos aprendices, siempre contento. Parecía realmente feliz de haber arrastrado a ambos hasta allí; los dos habían tenido una sesión de entrenamiento agotadora con Akio no muy lejos de allí, y sin comerlo ni beberlo, había aparecido el Maestro buscando a Hiro para llevárselo de paseo. Y en su infinita maldad había arrastrado también a Kousen, que no había hecho nada para merecerlo.

Con aquello se metió en la nave gumi, empujando por delante a los cinco aprendices. Simon y Rebecca fueron detrás, cerrando la puerta tras ellos y haciendo despegar la nave.

El interior era bastante sencillo. En la parte más cercana al cristal de la cabina se encontraban los controles, que Simon se apresuró en tomar; junto a él había dos sillas más, que sólo Rebecca ocupó. Ya detrás de él había hasta cinco cómodos asientos a cada lado de la pared, equipados con cinturones de seguridad todos ellos. Ronin se dirigió a los asientos de la izquierda y ocupó tres juntos tumbándose, como si de un sofá se tratara. Probablemente no tardara mucho en dormirse.

Objetivo, Tierra de Dragones —anunció Simon por megafonía—. Tardaremos aproximadamente una hora y media en llegar.

Tenían un viaje algo largo por delante.

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Fecha límite: 8 de Enero de 2014.

¡Dad la bienvenida a Kousen y RedXIII a la Trama! Podéis entrar a relacionaros con ellos, y entre vosotros mismos, claro. Sois libres igualmente para hacer lo que queráis una vez dentro de la nave: hablar con Ronin, Rebecca o Simon, mirar por la cabina las bonitas estrellas, revelar un romance amoroso entre vosotros y liaros allí mismo...
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Re: Ronda #2 - Se acerca el invierno (I)

Notapor Kousen » Vie Ene 03, 2014 11:52 pm

A esto lo llamaba yo levantarse con mal pie. A primera hora de la mañana, había tenido que levantarme para realizar un entrenamiento sin saber ni con qué Maestro me tocaba, pero al menos tenía el consuelo de no ser el único al ver a un somnoliento Hiro esperando cuando llegué. El horror vino cuando vimos llegar a Akio.
El Maestro nos había tenido entrenando como posesos durante horas (si es que sus travesuras podían llamarse entrenamientos) y cuando por fin tuvimos tiempo para sentarnos, llegó Ronin y nos llevó casi en volandas, arrastrándonos con él a alguna misión. En principio solo venía a por Hiro, pero al verme allí, decidió que debía unirme a lo que el llamana "una comilona".
Comer con Ronin... mal asunto, aunque mi rugiente estómago no rechazaba la idea.

¡Hola, muchachos! ¡Qué pronto llegáis! —exclamó una vez subimos una colina, llegando ante una Nave Gumi. —. ¿Lo tenéis todo? ¿Sí? ¡Pues moved el culo ya adentro, no sé a qué estáis esperando!

El Maestro de maestros rió a pleno pulmón, como era característico de él. Contuve un suspiro de resignación cuando procedió a presentarnos a los otros aprendices que había arrejuntado allí.

¡Os presento a dos de los aprendices más aventajados de Tierra de Partida! —señaló a Hiro primero—. Este piltrafilla se ha enfrentado a varios miembros de la organización de los Villanos Finales y dicen que por las noches no deja dormir a nadie con lo que aúlla. ¡Hiro!

>>Y este otro ha conocido al mismísimo Rey, se ha enfrentado a camaleones gigantes y si le rascáis tras la oreja le tendréis dominado. ¡Kousen!

Menudo teatro se traía Ronin. Lo del camaleón no había sido algo de lo que pudiese pavonearme, pues tuvimos que deshacernos de aquella mala bestia entre unos cuantos con la ayuda de aquella ninja... Yuffie. Y a pesar de ello, la experiencia en Bastión Hueco nos había demostrado como no éramos nada comparados solo con sus aprendices. Acordarme de lo tranquilo que estaba Andrei ante todo aquello me ponía la carne de gallina.
Admito que aún así, la forma en que inflaba nuestra reputación me hizo gracia y me gustó a la vez, hasta que llegó a la parte de las orejas. Cada vez que oía aquella palabra era como un pinchazo desde lo de París.

<<A este paso, voy a acabar llevando un gorro para taparlas.>>

Hice un gesto cansado para saludar a los ya presentes, pero antes de que pudiese decir nada, Ronin emitió otra sonora risotada de las suyas, empujándonos al interior de la nave a notros y los otros tres aprendices. Pocos segundos más tarde, pudimos oir el rugido de los motores.

A decir verdad, comenzaba a emocionarme. Era mi primera experiencia montando en nave gumi, y me sorprendió a pesar de lo sencillo del interior de esta. Simón, el piloto más conocido de Tierra de Partida, no tardó en tomar los mandos, acompañado de la maestra Rebecca. ¿Cuantas veces habría llevado la nave? Yo me mareaba solo con ver tanto botón junto, aunque probablemente sería cuestión de práctica.

Tengo que hacerme con una de estas, sep. — silbé ligeramente, admirando la máquina.

Ronin se apresuró en ocupar tres asientos de golpe, tumbándose a la bartola a pesar de ser el Maestro con más rango. Típico de él.

Objetivo, Tierra de Dragones —Sonó la megafonía—. Tardaremos aproximadamente una hora y media en llegar.

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¿Tierra de Dragones? Me entró frío nada más que con recordar aquel lugar, teniendo en cuenta lo que me afectó la nieve la última vez que estuve allí con Fátima, Nadhia y Malik. Por suerte aquella mañana hacía frío y me dio por agarrar ropa de manga larga y una bufanda (mi favorita, color burdeos), menuda premonición. Y hablando de premoniciones.
Estaba tan atolondrado por el cansancio que ni me di cuenta de que entre los presentes estaba Fátima. Entre haberme acordado de Tierra de Dragones y lo del camaleón, aquello parecía cosa del destino.

Volvemos al congelador, ¿eh?— la saludé, bromeando. — Espero no salir rodando montaña abajo esta vez... ¿Que tal te va el día?

Escuché lo que Fátima me respondió, rememorando aquel viaje. Entonces me di cuenta de que estaba dejando a los otros dos chicos de lado.

Disculpad, ¿dónde están mis modales?— tendí la mano. —Como ya ha dicho Ronin, soy Kousen, Kousen Zephyr. ¡Encantado de conoceros!
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Re: [Tierra de Dragones] Se acerca el invierno (I)

Notapor Suzume Mizuno » Sab Ene 04, 2014 1:58 am

Fátima sonrió ante la pregunta de Hikaru, pero luego sintió un pinchazo de tristeza al recordar a la madre de Harun y… Sacudió la cabeza y trató de volver a elevar las comisuras de los labios.

Sólo he visto a uno… No, dos —se corrigió, recordando al pequeño Mushu. Decidió que Hikaru no tenía por qué saber el tamaño de aquel simpático creador de problemas—. Y sí que son grandes y escupen fuego, pero no tienen alas. Tú hablas de otro tipo de dragones. En China son alargados y tienen las patas cortas —le explicó mientras subían la colina.

Cuando llegaron se calló al ver una nave gumi, a cuyas puertas hablaban tres personas. No pudo evitar pensar en el accidentado viaje que había realizado con Ivan Kit y pensar en Bastión Hueco. No había sido la experiencia más agradable del mundo. Se preguntó cómo vivirían allí los aprendices de Ryota…

Reconoció a la Maestra Rebecca y aquel otro debía ser Simon, del que había oído hablar en numerosas ocasiones. Por el saludo que les dirigió, no parecía muy contento de verlos. Fátima se sintió ligeramente herida por sus palabras, pero se mordió la lengua y no respondió con un comentario ácido, como le habría gustado. Saludó a la Maestra inclinando la cabeza y luego se dirigió al otro aprendiz que había con ellos:

Me llamo Fátima —le tendió una mano, pensando que era un chico muy mono—. Encantada de conocerte.

Miró entonces a su alrededor. No parecía que fuera a venir nadie más, sin embargo, Simon no parecía dispuesto a marcharse. Así que seguramente, como en la anterior ocasión, Ronin fuera a ir con ellos. Exhaló un suspiro de cansancio al imaginar lo irritante que iba a ser el viaje.

Aunque había algo que no terminaba de entender: ¿por qué estaba la Maestra Rebecca allí? ¿Es que también iba a ir con ellos?

No, no podía ser que dos Maestros fueran juntos a una misión…

Durante una larga media hora estuvieron esperando a Ronin, que no se dignaba a aparecer, y a cada minuto que pasaba Fátima se iba mosqueando más. Se había dado mucha prisa, pero de haber sabido que Ronin tardaría tanto habría dado de comer a Harun y se habría despedido apropiadamente. El dragón conocía a Nadhia y seguramente se calmaría al cabo de un rato, pero la precipitada partida de Fátima debía de haberlo dejado nervioso: se había acostumbrado a respetar un horario y a que la chica estuviese siempre a su lado. Cuando llegaba más tarde de lo normal de un entrenamiento, el pobrecito se ponía muy nervioso…

Pero seguro que Nadhia cuidaba bien de él. No tenía sentido preocuparse.

Cuando Ronin por fin se dignó a hacer acto de presencia, llegó acompañado por Hiro y Kousen. Fátima abrió bastante los ojos, sorprendida por la cantidad de aprendices que habían reunido.

Experimentó un hormigueo de inquietud, que no hizo más que aumentar cuando subieron a la nave gumi y comprobó que, en efecto, Rebecca les acompañaba también.

«¿Qué estará pasando en Tierra de Dragones?» se preguntó con nerviosismo.

Algo muy malo, desde luego, si era necesario que acudieran dos Maestros y cinco aprendices.

Fátima no prestó mucha atención al interior de la nave, aunque frunció el ceño cuando Ronin les dejó sin tres de los asientos que podrían haber ocupado ellos.

Volvemos al congelador, ¿eh?—le saludó entonces Kousen— Espero no salir rodando montaña abajo esta vez... ¿Que tal te va el día?

Me alegro de que nos toque ir juntos otra vez. Esperemos que los hunos no nos cojan desprevenidos de nuevo. Y mi día bien, algo cansada, pero si te digo la verdad, tengo ganas de llegar. Me gustaría… —miró de reojo al maestro y bajó ligeramente la voz:—. Ver a un amigo.

Cuando Kousen se presentó a los demás, Fátima se dirigió a Hiro, al que sonrió:

¿Qué tal todo? Hacía mucho que no nos veíamos.

Habían pasado tantas cosas desde la última vez que parecía que hubiera transcurrido mucho, mucho más tiempo.

Se apresuró a ocupar uno de los asientos libres y a abrocharse el cinturón y pensó en Mulán, preguntándose qué tal estaría, si la reconocería después de tantos meses.

No podía esperar.
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: [Tierra de Dragones] Se acerca el invierno (I)

Notapor Yuehito » Lun Ene 06, 2014 11:57 pm

Un fuerte viento hizo mover bruscamente todo lo que llevaba puesto, mis cabellos bailaban y las páginas de mi libro se alocaron, comenzando a formar un sombra en el sector de la colina. Al levantar la mirada vi como se acercaba una inmensa casa voladora y no demoré en moverme del lugar antes de ser aplastado.

De la nave apareció un señor de cuerpo ancho y una gorra negra. Su rostro demostraba desprecio indicando desagrado en mí.

Ah... No me fastidies.

Miré a mi alrededor pensando que le hablaba a otra persona, ¿Qué le había hecho a ese tipo para que me mirara de esa forma?

¿Otra vez con novatos? Ronin no tiene criterio. —Sí, no había duda. Me hablaba a mí. Pero decidí no decir nada y mantener la calma mientras arreglaba mi ropa.

Simón, sé más educado... —De la gran máquina salió esta vez una mujer y la pude reconocer, la había visto en el torneo de la Mogupelota. Pero la verdad no sabía su nombre, independientemente de eso el gesto de ella no fue la gran diferencia a la del señor gordo. Ya me habían hecho enfadar.

Que desagradable — Pensé.

[b]No es mi culpa que Ronin esté medio ciego para no ver que esta clase de gente no está preparada para lo que es formar parte de la Orden.[/b]

Nadie nació experto —Susurré inflando las mejillas avergonzado de la situación. La nieve de Tierra de Dragones se matizaría con lo rojo que estaba. Les desvié la mirada y pude divisar a mis compañeros que ya llegaban.

Y mira, ahí vienen más.

Que desagradable —Pensé, de nuevo.

Hikaru esta vez venía con la nueva portadora, era alta y delgada, de cabellos oscuros. Se acercó muy amable para presentarse cordialmente.

Me llamo Fátima

Tome su mano y le sonreí olvidando las malas palabras de la pesada conversación que había escuchado.

Encantada de conocerte.

Igual —No parecía ser una mala persona, la sentía cercana. Así que no había por qué sentirse mal en ese día.

Para sorpresa había que esperar a Ronin, y como era de común su llegada no fue la acordada. Y para colmo la conversación del piloto y la maestra no me había dejado los ánimos arriba. Como costumbre y antes de iniciar el viaje decidí pasar el tiempo un rato dibujando. Me senté en una orilla de la nave y comencé a retratar.
El primero fue el que parecía ser piloto. Pensé en algún momento dibujarlo cn un aspecto burlesco o quizás dibujarles caracteres animalescos.

¿Orejas de Chancho? — Reí.

Eso le vendría bien, pero no serviría si después quisiera recordarlo. Debía saber que el día de mañana me podía encontrar con un hombre-animal a quien debería recordar con esas características, ¿Quién sabía?

Así está bien, esa sonrisa la viene. Quizás si dejara de decir esas palabras. Que desagradable.
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La segunda fue Fátima. Nos quedamos esperando no se cuanto tiempo pero fue suficiente para retratarla. Quería preguntarle cosas pero era demasiado tímido aun y tal vez luego tendríamos tiempo para conocernos más.
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Luego de una gran espera la voz de Ronin envolvió la colina. Y para sorpresa venía con dos aprendices, digo, la sorpresa no era que viniera acompañado si no que aquellos chicos tenían unas características muy llamativas. Uno tenía el cabello rojo muy “encendido”. Sus orejas eran las de un perro y esa cinta amarilla lo hacía ver como un luchador, de presencia me causaba un poco de susto, pero daría cualquier cosa por tocar esas orejas. ¿Serían de verdad? Dudaba.

El otro , Kousen, era igual de grande, ¿O sería que yo era el pequeño ahí? De pelo negro y bellos en la cara.
Reconozco que fue al que mas observé quedando estancado en esos colmillos que se asomaban de su boca. Me parecían demasiado violentos, pero su rostro demostraba otra cosa, era como si estuviesen ahí esperando chupar sangre contrastando con una amable mirada enmarcada por esos lentes.

Tal vez sea un vampiro, o un duende. Sus orejas son de duendes — Murmuré.

Nos tiraron como a animales dentro de la nave listos para partir. Y quedamos los cinco aprendices a libre disposición de sentarnos en los puestos. Ronin, para variar, se acostó dejando solo 2 libres a un costado. Reí por lo hiperventilado que era y sin prejuicios me senté a su lado preparándome para poner los seguros necesarios.

Disculpad, ¿dónde están mis modales?— dijo el chico de los colmillos —Como ya ha dicho Ronin, soy Kousen, Kousen Zephyr. ¡Encantado de conoceros!

Me tendió la mano y por inercia le tendí la mía, brindando una cariñosa sonrisa. Aunque por dentro sentía un tanto de nervios.

Eem… me llamo Exuy. Encantado —le dije mirandolo con mis gigantes ojos celestes.

Tal vez dibujar de nuevo sería una buena idea. Pero sería llamar mucho la atención y eso implicaría hablar más. No tenía problemas con relacionarme, pero en aquel lugar había 3 aprendices que poco conocía y dos personas a las cuales no les daba confianza. Tal vez ese viaje sería un pregunta-respuesta.
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Re: [Tierra de Dragones] Se acerca el invierno (I)

Notapor James Bond » Mié Ene 08, 2014 6:14 pm

¿Hace cuánto que llegaste a Tierra de Partida?
Esto... Veamos...— empecé a contar con los dedos de las manos. Si mal no recordaba...— Llegué aquí el cinco de abril de mil doscientos diez, así que calcula.
¿Has ido alguna vez a Tierra de Dragones?— Me preguntó.
La verdad es que no. ¿Tú has ido? Si es así... ¿Hay dragones como los que salen en las pelis de fantasía mágica? Oséase, grandes, con alas enormes y que escupen fuego por su boca.
Sólo he visto a uno… No, dos. Y sí que son grandes y escupen fuego, pero no tienen alas. Tú hablas de otro tipo de dragones. En China son alargados y tienen las patas cortas.

Me quedé un poco decepcionado. Pensé que vería aquellos dragones que tanto salían en las películas de fantasía mágica que veía de pequeño, pero en aquel sitio no iba a haber ninguno así. Pronto llegamos a donde estaba la Nave Gummi de Simón esperándonos, y también estaba Exuy en aquel sitio. Pero faltaba... el Maestro Ronin. Simón entonces nos reprochó:

¿Y vosotros de dónde salís? ¿En serio esto es lo mejor que tiene Ronin?
Simon...
Perdooona, pequeña —el muchacho levantó los brazos e hizo un gesto a Rebecca—. Hoy en día tener un mínimo de criterio es algo negativo al parecer.

Recordé cuando lo conocí en Villa Crepúsculo el día que fui nombrado Aprendiz de la Llave-Espada. Ya por entonces desaprobó que la Maestra Rebecca me hiciera alumno suyo. Además, su actitud me parecía bastante arrogante. Me gustaría saber si él ya nació sabiendo pilotar una nave gummi, pero no quería crear ahora mismo ningún tipo de conflicto.

Pasaban y pasaban los minutos y no aparecía. ¡Vaya un Maestro de Maestros! Por mucho que fuera el líder, no podía hacer estas cosas. Tras media hora, por fin apareció, llevando consigo a un chico y a un... ¿perro?

¡Hola, muchachos! ¡Qué pronto llegáis! ¿Lo tenéis todo? ¿Sí? ¡Pues moved el culo ya adentro, no sé a qué estáis esperando!

Agh. Llega el último, tardando y encima mete prisa. ¡Me recordó a mi madre cuando íbamos de compras, sobre todo los días de rebajas! Ella se entretenía mucho mirando todo para luego no comprar nada, y cuando yo me detenía en la sección de las pelis me decía que no tardase mucho, que había prisa.

¡Os presento a dos de los aprendices más aventajados de Tierra de Partida! —primero pasó la mano por un muchacho pelirrojo y de piel oscura—. Este piltrafilla se ha enfrentado a varios miembros de la organización de los Villanos Finales y dicen que por las noches no deja dormir a nadie con lo que aúlla. ¡Hiro!—después, pasó al otro chico, con gafas, una ligera barba negra y colmillos afilados—. Y este otro ha conocido al mismísimo Rey, se ha enfrentado a camaleones gigantes y si le rascáis tras la oreja le tendréis dominado. ¡Kousen!

Les dirigí una mirada curiosa a los recién llegados. El que más me llamaba la atención era el llamado Hiro. Era la primera vez que veía a un chico-perro más allá de las series de animación que pasaban por la tele.

Una vez dentro de la nave gummi, y tras ponerse en marcha, Simón anunció que nuestro destino era Tierra de Dragones, aunque ya lo sabía, suponía que era el protocolo habitual en un vuelo entre mundos. Entonces, el muchacho llamado Kousen, se acercó a donde estábamos Exuy y yo.


Disculpad, ¿dónde están mis modales? Como ya ha dicho Ronin, soy Kousen, Kousen Zephyr. ¡Encantado de conoceros!
Encantado Kousen. Soy Hikaru Akari, aprendiz de la Maestra Rebecca. Eeeeh... Veo que el viaje va a ser algo largo, ¿os queréis echar una partida a “Ya-Mi-Oh!”?— Dije a Exuy y Kousen sacando dos mazos de inicio de mi bolsillo que había comprado hace poco por Internet.
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Re: [Tierra de Dragones] Se acerca el invierno (I)

Notapor RedXIII » Mié Ene 08, 2014 8:27 pm

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Hiro no había dormido, no podía aunque quisiera, cada vez que intentaba cerrar los ojos y descansar las heridas de sus hombros parecían despertar y provocaban dolor al aprendiz, ni las vendas que cubrían sus hombros podían evitarlo. No sabía ni que hora era ya, solo que el sol empezaba a asomarse por la ventana.

Salió de la habitación, no se sentía cansado ni con sueño, posiblemente su insomnio también fuera por todo el tiempo que descansó. Decidió ir al comedor a desayunar, de camino fue interrumpido por su pequeño compañero, el cual se había despertado al escuchar la puerta cerrarse.

¿Kupóa donde vas? — Dijo algo preocupado —Kupódeberias descansar

Voy a comer algo al comedor — Le contestó el joven, rascándose la cabeza. El Moguri, preocupado decidió seguirlo.

***


Después de terminar de desayunar fue convocado por Akio ¿Que quería de el? No era la primera vez que le llamaba para hacerle perder el tiempo con entrenamientos y extrañas conversaciones. Al llegar pudo observar a lo lejos como una cara conocida se aproximaba al lugar, Kousen, su compañero de fatigas golosas había vuelto a aparecer desde que le abandonó en Ciudad de Halloween, a su llegada el maestro aclaró que consistía en un entrenamiento, MoguDer decidió observar el entrenamiento sentado en el suelo.

Un rato después el entrenamiento fue interrumpido por el maestro Ronin, que vino esplicitamente buscando al aprendiz de pelo rojizo.

***


El maestro había arrastrado a Hiro, Kousen y a MoguDer, que les seguía de cerca, hasta una colina, en la cual se hallaban otros aprendices y gente que aguardaban pacientemente a Ronin.

¡Hola, muchachos! ¡Qué pronto llegáis! ¿Lo tenéis todo? ¿Sí? ¡Pues moved el culo ya adentro, no sé a qué estáis esperando!

Parecía estar del mismo humor que siempre, alegre y jocoso, riendo a pleno pulmón, como la primera vez que le conoció.

¡Os presento a dos de los aprendices más aventajados de Tierra de Partida! — ¿Estaba hablando de el? —. Este piltrafilla se ha enfrentado a varios miembros de la organización de los Villanos Finales y dicen que por las noches no deja dormir a nadie con lo que aúlla. ¡Hiro! — No le pareció un consuelo aquellas palabras, no después de la paliza humillante que había recibido.

Fue, juntamente con los otros cuatro aprendices, empujado bruscamente hacia el interior de la nave, sin poder evitarlo y olvidando al pobre Moguri que casi se queda en tierra si no llega a ser porque entró detrás de la maestra Rebecca.

No le gustaban demasiado las naves Gumi si no pilotaba el, la sensación de ser conducido le ponía nervioso, pero desde luego era mucho mejor que intentar conducir su Gilder, todo el tiempo que había intentado mejorar su conducción fue inútil, igual que aprender a invocar su llave espada ¿Era el único que no podía controlar cuando debía aparecer? Era algo irritante.

El Maestro Ronin se acomodó tumbándose en tres asientos de la izquierda, propio de el, los demás aprendices empezaron a hablar entre ellos y a conocerse mejor, incluso MoguDer empezó a hablar con ellos.

¡KupóYa-Mi-Oh, me apunto! — Dijo al joven aprendiz con extraño nombre mientras de debajo de su gabardina sacaba una pequeña caja donde tenía susodichas cartas.

¿Qué tal todo? Hacía mucho que no nos veíamos. — Fátima, la aprendiz que conoció en su primera misión con Ronin se acercó a el.

Complicado... — Dijo mientras apretaba su hombro izquierdo, cualquiera que se fijara en el notaría la venda que cubría su hombro izquierdo.

Disculpa un momento — Se acercó al maestro Ronin, desde el momento en que le llamó tenía una pregunta en su cabeza.

Maestro... — Comentó mientras volvía a apretar su hombro izquierdo — Sabes que recibí una vergonzosa paliza en la última misión ¿Por qué has venido a buscarme? No soy el más adecuado.
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Ronda #3 - Se acerca el invierno (I)

Notapor Soul Artist » Vie Ene 10, 2014 1:53 am

Sólo Hiro se acercó a hablar con el Maestro Ronin. Mientras los demás charlaban animadamente o jugaban penosas imitaciones baratas de juegos de cartas, el muchacho mostró su preocupación acerca de su teórico fracaso en su anterior misión, allá en el Inframundo del Coliseo del Olimpo.

Y la respuesta por parte del Maestro no pudo ser más imposible de evadir. Ronin comenzó a reír a carcajada suelta y rodeó al muchacho por el cuello con su codo, obligándole a sentarse a su lado.

¿Que sufriste una vergonzosa paliza? ¡No podría estar más de acuerdo! —auch. El Maestro no se había molestado lo más mínimo en intentar tapar sus palabras; había ido directo adonde dolía—. Pero pequeño, no deberías ser tan dramático: hasta los más grandes caen, y cuantas más victorias acumulan, más sonoro es su fracaso. ¿Y qué hacemos entonces? Levantarnos de nuevo.

Ronin llevó su enorme mano a la cabeza de Hiro, le retiró el sombrero y le revolvió el pelo, despeinándole y rabiándole por dentro. Se limitó a sonreírle de oreja a oreja, cerrando su ojo contento de tenerle allí sentado, a su lado.

¡Y ahora péinate como dios manda!

* * *

Los jóvenes Caballeros fueron teletransportados desde la nave hasta una pequeña zona montañosa, desde podía verse sendero abajo un poblado. Lo primero que sintieron fue frío; los que se habían abrigado habían hecho muy bien. Pero no era frío por la época del año, sino por haber sido enviados a una montaña directamente, en vez de ir a parar al campamento Buzho o la ciudad imperial.

Pero pese al frío, el paisaje era precioso. Verde era el color que mejor definía lo que los ojos de los aprendices reflejaban: la hierba crecía fresca y alta, decenas de tipos de flores preciosas se levantaban por encima y algunos árboles daban sus frutos dentro del interior de la ciudad. Se notaba que estaban en aquella época del año tan especial: primavera.

El poblado que se veía cercano no era la gran cosa. Era pequeño, con apenas veinticinco o treinta viviendas. Pero pese a su reducido tamaño, parecía vivo de actividad: en la plaza central podían ver muchas figuras moviéndose, tanto de humanos como de animales de carga. Parecía ser zona de comercio, pero estaba más llena de lo que debería. Y la razón de ello pudieron encontrarlo en la entrada más lejana al pueblo: una serie de tiendas de campaña se habían levantado bloqueando la entrada de intrusos que proveniesen de montaña abajo. Un campamento militar.

Rebecca sacó un teléfono móvil de su bolsillo y se lo llevó al oído. Era la única forma de contactar con Simon, pues él se había encargado de llevarles hasta allí; antes de teletransportarles a la montaña, les comentó que debía resolver ciertos asuntos en la ciudad imperial, y que más tarde regresaría con ellos para devolverlos a casa. Aunque los chicos pudieron sentir el miedo en sus carnes cuando Ronin dijo que no importaba cuándo regresase.

Bien, pues... Simon dice que volverá esta noche —explicó Rebecca, dirigiéndose hacia Ronin y los aprendices tras colgar el teléfono y ocultarlo en su bolsillo—. Así que tenemos tiempo para hacer varias cosas, como...

¡Comer! —interrumpió Ronin, golpeándose el estómago y señalando hacia el poblado—. ¡Me muero por probar un buen plato de arroz con pollo! ¡Vamos, muchachos, yo invito!

El Maestro comenzó a caminar cuesta abajo, ignorando a su compañera y esperando que alguien le siguiese hasta la entrada del que parecía ser uno de sus restaurantes favoritos. Rebecca no protestó por el comportamiento de Ronin; bajó la mirada y miró montaña arriba.

La montaña detrás de ellos era gigantesca. Si esperaban nieve, allí había; a varios metros de altura de ellos el color blanco lo inundaba todo. Era terrible pensar que si se daba una avalancha todo el pueblo quedaría arrasado, pero a sus habitantes no parecía preocuparles en lo más mínimo. Igualmente, podía verse casi como si hubiese una frontera entre todo aquel verde y la zona montañosa, pues en la nieve nada parecía crecer.

Rebecca se acercó a uno de los aprendices y sacó una llave de su bolsillo. Se la colocó en la palma de la mano y afirmó con la cabeza, algo dubitativa de qué decir.

Si queréis cambiaros de ropa para pasar más desapercibidos, los Maestros tenemos una pequeña casita en el pueblo. Sólo tiene una habitación y no tiene gran cosa, pero... Algo podréis sacar de ella. Buscad el símbolo de la Orden encima de la puerta.

»Yo iré luego. Hay un templo en la montaña al que me gustaría presentar mis respetos...

Rebecca comenzó a subir colina arriba, dirigiéndose hacia la nieve y lo más profundo de la montaña. Quien quisiera, podría seguir a la Maestra; podían ir también a comer con Ronin, cambiarse en la cabaña, ir al campamento directamente... Incluso podían tirarse montaña abajo si lo querían, pues algunos de los presentes podían dar fe de que debía ser algo realmente divertido.

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Fecha límite: 14 de Enero de 2014.

¡La llave de la cabaña es para el primero que la pida! Eso sí, no me seáis guarros: el que pida la llave es que va a la casa, no con Rebecca o con Ronin, pues deja a los demás sin poder cambiarse.
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Re: [Tierra de Dragones] Se acerca el invierno (I)

Notapor RedXIII » Vie Ene 10, 2014 5:08 am

El maestro agarro con su brazo a Hiro y lo sentó bruscamente mientras reía.

¿Que sufriste una vergonzosa paliza? ¡No podría estar más de acuerdo! Pero pequeño, no deberías ser tan dramático: hasta los más grandes caen, y cuantas más victorias acumulan, más sonoro es su fracaso. ¿Y qué hacemos entonces? Levantarnos de nuevo. — Aunque fuera cierto no podía olvidar como las espadas de Garbanth penetraron su piel y le dejaron clavado en la pared.

El maestro bajó la capucha de Hiro y revolvió bruscamente su cabeza, algo que solía hacer también su padre, se parecían tanto...

¡Y ahora péinate como dios manda!

¡Vaya morro!

* * *


Todos los de la nave, a excepción de Simón, fueron teleportados hacia afuera, incluido el pequeño compañero de Hiro, el cual se estaba congelando vivo.

¡Kupóque frío, y yo solo con la gabardina — Dijo mientras buscaba algo caliente a lo que abrazarse.

Bien, pues... Simon dice que volverá esta noche, así que tenemos tiempo para hacer varias cosas, como...

¡Comer! — Interrumpió el maestro —. ¡Me muero por probar un buen plato de arroz con pollo! ¡Vamos, muchachos, yo invito!

Hiro tenía pensado ir con el maestro, aunque había desayunado tenía un hambre feroz, hasta que la maestra Rebecca alargó su mano con una llave.

Si queréis cambiaros de ropa para pasar más desapercibidos, los Maestros tenemos una pequeña casita en el pueblo. Sólo tiene una habitación y no tiene gran cosa, pero... Algo podréis sacar de ella. Buscad el símbolo de la Orden encima de la puerta.

»Yo iré luego. Hay un templo en la montaña al que me gustaría presentar mis respetos...

Ofrezca mis respetos también — la familia del aprendiz era muy respetuosa con ese tipo de cosas, por ello quería, aunque no estuviera allí, presentar también sus respetos.

Hiro cogió la llave, ofreció su chaqueta y su número de teléfono a quien fuera con la maestra y a continuación se dirigió hacia el pueblo, en busca de dicha casa.

Kupóyo me voy con el maestro Ronin — dijo el pequeño Moguri mientras rugía su estómago —Kupótenga cuidado

El Moguri se separó de Hiro y se deslizó por la montaña para bajar de una forma rápida, desgraciadamente terminó haciendose una bola de nieve.

En cuanto el aprendiz terminara de cambiarse llamaría a MoguDer e iría al restaurante a comer algo, mientras, cualquiera que quisiera ir a la casa a cambiarse era bienvenido.

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Me ha quedado un post un poco raro.

Bueno, si alguien quiere venirse a la casa puede, no creo que haya problemas con eso, también puede mantener una fructífera conversación con Hiro mientras bajan de la montaña o van de camino a la casa.

El nuevo traje de Hiro para la trama es este, pero conservará por debajo la chaqueta pequeña, la camisa y los pantalones para no pasar frío, si hace:

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Re: [Tierra de Dragones] Se acerca el invierno (I)

Notapor James Bond » Mar Ene 14, 2014 5:39 pm

Tras jugar varias partidas de cartas, en las que algunas gané y otras perdí, llegamos por fin a nuestro destino: Tierra de Dragones.

Gracias al teletransporte de la nave gummi pisamos el suelo de un sendero. Desde nuestra posición podíamos ver un poblado. Supongo que era demasiado pedir que nos hubieran dejado en la entrada de la aldea, pero luego recordé que éramos Caballeros de la Llave-Espada. Hacía algo de frío, y a pesar de que llevaba camiseta blanca de manga larga, no abrigaba lo suficiente. Oí al moguri contra el que había jugado quejarse del frío que hacía, por lo que no era necesario que alguien más dijera una obviedad.

Observando mejor la ciudad parecía que era bastante pequeña. Incluso Tierra de Partida era más grande que aquella población.

La Maestra Rebecca entonces nos comunicó que por la noche volvería Simón para recogernos y que teníamos algo de tiempo para hacer varias cosas. Entonces el Maestro de Maestros, Ronin, dijo de ir a comer mientras señalaba al pueblo y nos insistía en que nos invitaba. La verdad es que el viaje me había abierto el apetito, así que seguí al Maestro Ronin y comer algo antes de hacer lo que fueramos a hacer.

Y de paso quería preguntarle algo al Maestro. En concreto, si sabía quien era la mujer contra la que peleó la Maestra Lyn en Agrabah.

Maestro Ronin, en mi última misión, fui a un mundo llamado Agrabah y me vi envuelto en la búsqueda de una lámpara, que parecía ser muy valiosa, por que cuando salí de la cueva en la que estaba, encontré a la Maestra Lyn peleando contra una mujer pelirroja. Y ambas parecían conocerse de algo. ¿Sabe usted algo de esto?
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