[Encuentro] Los Mundos Olvidados

[Final Fan]

Localización
Tierra de Partida

Integrantes
Fykhjaal "Fyk" H'Gaajk
Hitori Yagari

Cronología
¿Quién es mi bichito azul favorito? -> Los Mundos Olvidados -> Viva la Monotonía

Cuando llegué a mi habitación ya estaba llorando a lágrima viva. No podía dejar de pensar en lo poco que había mejorado desde que había llegado a Tierra de Partida. Todavía... todavía era un niño. No cumplía ninguno de los objetivos que me había propuesto al ir a aquel mundo, y además... había decepcionado a un compañero. No era como si yo le hubiese propuesto a Hitori combatir juntos... es más, la división de los grupos fue un tanto "forzada", pero aún así... notaba que debía haber hecho algo. Algo más. Lo más productivo que había hecho hasta aquel momento en mi estancia allí como aprendiz había sido leer Los Mundos Oscuros.

Los Mundos Oscuros...

—Oh, oh.

El libro no estaba conmigo. Revisé la habitación... quizás lo había tirado en algún sitio al entrar llorando, sin darme cuenta, aunque aquello no era propio de mí... No, no lo era. Se me había olvidado en la colina.

—¡Hakuu'jorr! —me preocupé.

Salí volando de mi habitación, casi olvidándome de los problemas que tanto me afligían hacía unos segundos. Aquello cobraba más importancia de repente... ¿y si alguien lo robaba? ¿Y si le pasaba algo al libro? ¿Qué iba a pensar Kazuki, que me lo había prestado? Intenté convecerme de que el tomo seguiría allí mientras corría por los pasillos del edificio residencial, dirigiéndome rápidamente hacia la salida...

[Hitori]

Hitori caminaba a paso lento hacia su habitación, todavía pensando en la batalla que acababa de librar contra Kit y Dejay, en la que había perdido junto al que había sido su compañero, Fyk. No podía evitar pensar en lo mal que el pequeño azulado se debía de estar sintiendo todavía, tras haber salido corriendo del lugar donde habían librado la batalla. "No hay vuelta de hoja", se dijo.

Cuando el joven caminaba por los pasillos, casi llegando a su habitación escuchó un fuerte ruido, posiblemente de una puerta o ventana abriéndose. Sin darle mucha importancia, continuó caminando, pero pronto vio a alguien corriendo hacia él. Era inconfundible: se trataba del pequeño Fyk. El extraterrestre corría a toda velocidad por los pasillos, acercándose cada vez más. Hitori estaba seguro de que el pequeño extraterrestre se chocaría contra él, pero era demasiado tarde para apartarse de su camino...

[Final Fan]

Todavía intentaba convencerme de que no había razones para preocuparse. ¿Quién iba a querer un aburrido y gordo libro negro, en cualquier caso? Ah... pero, ¿y si sí que alguien lo quería? O... ¿y si un aprendiz se quería tumbar en el banco...? (Giré a la izquierda en un pasillo) ¿...y al apoyar la cabeza se daba con el libro y se hacía daño...? (Giré a la izquierda) ¿...y se enfadaba, lo cogía y lo tiraba al vacío? Fuese como fuese, no tuve tiempo de generar más incoherentes teorías en mi pequeña sesera... más que nada porque un obstáculo que, en mi ensimismamiento, no vi venir, me hizo chocarme y caer al suelo estrepitosamente, boca arriba.

—Ayyyy... —me quejé, sentado tras incorporarme un poco y frotándome la cabeza.

Cuando miré arriba, no pude evitar dar un respingo al ver que el causante del choque era Hitori. La piel de mi cara adquirió un tono más oscuro al ruborizarse, seguramente haciendo que mis mejillas brillasen en comparación (y literalmente).

—E-eh... h-hola, otra vez... —saludé, torpemente.

Me levanté como pude y me sacudí los pantalones para alisarlos. Me quedé un rato en el sitio, pensando qué decir... Debía apresurarme para recoger Los Mundos Oscuros, pero no estaría bien dejar a Hitori con la palabra en la boca de nuevo, como había hecho al irme corriendo de la colina. Como un fogonazo, una de mis pocas buenas ideas cobró forma en mi cabeza. ¡Podía preguntarle a él por el tomo!

—¡Hitori! —miré a sus ojos, con esperanza— ¿Has visto un libro gordo y negro en el banco de la colina antes de marcharte?

[Hitori]

El pequeño aprendiz chocó contra la pierna de Hitori, quien se tambaleó levemente sin llegar a perder el equilibrio por completo. El chico observó sin decir nada cómo el extraterrestre se ruborizaba y se incorporaba, todavía quejándose por el golpe. Quiso preguntarle la razón de su prisa, pero pensó que lo mejor sería dejarle marchar y preguntarle más tarde. Tras devolverle el saludo, Hitori se dispuso a despedirse de su compañero y dejarle a lo suyo, pensando que quizás éste no querría hablar, pero antes de poder decir nada, fue interrumpido por Fyk.

—¡Hitori! —le llamó de repente, con los ojos muy abiertos— ¿Has visto un libro gordo y negro en el banco de la colina antes de marcharte?

El chico ladeó la cabeza ligeramente, preguntándose de qué hablaba. Inmediatamente recordó el libro que el pequeño estaba leyendo en el banco, antes de comenzar la batalla. Sin embargo, no se había vuelto a fijar en aquel libro, por lo que no recordaba si Fyk se lo había llevado o lo había dejado en aquel lugar...

—Um... Recuerdo el libro que estabas leyendo, pero... no me fijé si lo dejaste en el banco o no —contestó, algo triste por no poder darle una respuesta satisfactoria—. Lo estás buscando, ¿no? ¿Quieres... quieres que te ayude?

[Final Fan]

Hitori hizo un gesto con la cabeza, del que deduje un ligero esfuerzo por intentar recordar si, en efecto, había visto o no el libro.

"Menos mal que no ha pasado de mí" pensé, aliviado.

Tras una espera de unos segundos que se me antojó eterna, al fin respondió a mi pregunta.

—Um... Recuerdo el libro que estabas leyendo...

—¡Oh! —exclamé, ilusionado.

—Pero... no me fijé si lo dejaste en el banco o no —acabó.

—Oh...

Me mordí el labio inferior y le eché una visual al pasillo, detrás de Hitori. Tenía que darme prisa... sería mejor que me despidiese ya y me preparase para seguir corriendo, esta vez siendo un poco más consciente de por dónde iba para no chocarme con nada más...

—Bueno, gracias de... —comencé.

—Lo estás buscando, ¿no? ¿Quieres... quieres que te ayude?

Los ojos se me abrieron mucho cuando miré a la cara de Hitori después de que se ofreciese a acompañarme en mi búsqueda de Los Mundos Oscuros. ¿No estaba de broma? ¿Me iba a ayudar?

—¡S-sí, por favor! —respondí, contento como unas Pascuas.

Comencé a caminar a paso ligero para llegar cuanto antes a la colina de los jardines, esperando que Hitori me siguiese. Era... creo que esa fue la primera vez que un aprendiz me tomó más o menos en serio en aquel mundo.

[Hitori]

Hitori sonrió ligeramente al ver la alegría del pequeño extraterrestre ante su sugerencia de acompañarle. El joven se alegraba de poder hacer feliz a alguien en aquel lugar, incluso haciendo algo tan sencillo y corriente como acompañar a un amigo a buscar algo que se había olvidado. "Amigo". De repente, esa palabra cruzó la mente del chico, como un rayo a través de él. Era la primera vez en mucho tiempo que el solitario pueblerino hacía un nuevo amigo, o más bien, un amigo a parte del único que tenía. La idea de tener un nuevo amigo alegró aún más a Hitori, quien aceleró el paso para caminar al lado de Fyk.

Sin embargo... ¿sentiría Fyk lo mismo? ¿El pequeño azulado también consideraba a Hitori como un amigo o simplemente como un aprendiz compañero con el que debía compartir su tiempo por obligación? El joven no quiso pensar en ello, además de que le resultaba difícil imaginar a alguien como Fyk estando con otra persona por obligación.

Quitándose esos pensamientos de la cabeza, continuó caminando al lado de su compañero, llegando pronto a la salida de aquellos pasillos y, por tanto, al exterior del castillo, donde el sol se empezaba a poner en el horizonte. No había mediado palabra con Fyk en todo aquel trayecto, puesto que no sabía qué decirle ni cómo hablar sabiendo que el pequeño todavía se sentiría mal por la derrota.

Desde la distancia, avistó el banco donde había estado sentado Fyk antes del entrenamiento, pero había alguien más cerca de aquel sitio... alguien o algo.

[Final Fan]

Recorrimos el camino hasta la colina rápidamente y en silencio. Estaba demasiado preocupado por el destino de aquel libro como para comenzar una charla trivial en aquel momento. Al llegar al lugar, observé que cerca del banco había algo... no, alguien. ¡Era un moguri! Decidí ir directo hacia el asiento para ver si estaban allí Los Mundos Oscuros antes de preguntarle a él por el tomo. Al fin y al cabo, si se encontraba sobre el banco mi problema habría desaparecido.

No tuve tanta suerte.

—¡Hakuu'jorr! ¡Hakuu'jorr! —exclamé, preocupado.

El libro no estaba allí. ¿Se lo habría llevado alguien? Aquello no era bueno. Nada bueno... Tras dirigirle una mirada de desolación a Hitori, decidí preguntarle al moguri si había visto el libro.

—P-perdone...

—¿Los Mundos Oscuros, kupó? —me interrumpió, para mi asombro— ¿No es un libro un tanto complejo para alguien de tu edad, kupó?

El moguri hizo un gesto con la mano y, tras un tenue fogonazo de luz, en sus manos apareció el negro libro, con las letras plateadas estampadas.

—¡Ah! —exclamé, pletórico— ¡Es ese! ¡Muchas gracias por...!

—¿Y cuándo dices que lo robaste, kupó?

Me quedé helado. ¿Cómo podía acusarme de algo así? ¿Tan raro era que un aprendiz más joven que los demás leyese un libro como aquel?

—¿P-perdone?

—A un aprendiz como tú no se le estaría permitido retirar un tomo como este, kupó —explicó—. Los libros de la biblioteca están perfectamente clasificados según un rango de edades predeterminado, así como otros muchos factores, kupó. Este libro está clasificado en un rango al que tú no estás adscrito, kupó. Eres muy pequeño, kupó.

Me dejó con la boca abierta. Tras acabar su perorata, me señaló con un dedo acusador.

—Así que dime cuando lo robaste, kupó.

¿Tan raro era que un aprendiz como yo leyese libros como aquel? Debía haber algún error... el Maestro Kazuki no me dijo nada sobre esa regla de la biblioteca... aunque, bueno, no se podía decir que se caracterizase por su eficiencia al explicar cosas...

—¡E-es que no lo cogí yo! —intenté explicarme— ¡Fue el Maestro Kazuki quien...!

—¡Ya, ya, ya! ¡Eso díselo a la Maestra Nanashi cuando te lleve a su despacho, kupó! ¡A Moglin no lo engañas, kupó!

Sin darme tiempo a reaccionar, el moguri me cogió de un brazo y comenzó a arrastrarme a la salida de la colina. Le dirigí una mirada implorante a Hitori mientras me intentaba llevar con él.

—¡¡Pero que yo no he robado nadaaaaaaa!! —exclamé, en un último intento de hacerme entender.

[Hitori]

Hitori se fijó mejor en aquello que estaba cerca del banco, reconociéndolo pronto como un Moguri. Mientras el chico miraba inmóvil al pequeño ser del pompón, Fyk se acercó rápidamente sin que Hitori se hubiese dado cuenta siquiera de que había echado a correr. Le siguió y, cuando alcanzaron el banco, Fyk exclamó una especie de palabras que el joven no entendió, pero supuso que era algún tipo de lamento cuando comprobó que el libro ya no estaba.

Fyk miró con tristeza a Hitori, y se acercó a hablar con el Moguri, que revoloteaba cerca de ellos.

—P-perdone... —dijo Fyk, nervioso.

—¿Los Mundos Oscuros, kupó? —Hitori se sorprendió al ver que el Moguri contestó a la pregunta incluso antes de que Fyk la formulase— ¿No es un libro un tanto complejo para alguien de tu edad, kupó?

Con un simple gesto, el libro apareció en las manos del alado ser. Pero cuando Fyk se aproximó a cogerlo, el Moguri hizo una enorme acusación.

—¿Y cuándo dices que lo robaste, kupó?

Hitori se quedó perplejo, y supuso que su compañero estaría igual. ¿Robado? Hitori no sabía de dónde había sacado Fyk ese libro, pero estaba seguro de que aquel inocente e infantil extraterrestre no sería capaz de robar nada. Además, Hitori había recibido el mismo libro de Akio, por lo que supuso que Fyk lo recibió de su maestro.

El Moguri continuó con la acusación, explicando que libros como ese no estaban permitidos para aprendices de la edad de Fyk. Aunque el pequeño azulado intentó explicarle que lo recibió de Kazuki (a quien Hitori no conocía), el Moguri no retiró lo dicho, llegando a amenazar a Fyk con llevarle ante Nanashi. Pero no quedó en una simple amenaza. Sin previo aviso, el Moguri sujetó con una de sus pequeñas manos el brazo de Fyk y lo arrastró con él.

—¡¡Pero que yo no he robado nadaaaaaaa!! —exclamó, mientras era llevado en contra de su voluntad ante problemas mayores. Hitori no podía consentirlo.

Sin pensarlo, el chico invocó su Llave Espada y se lanzó corriendo hacia el Moguri. Estaba realmente enfadado. Ese bicho con alas había acusado a alguien inocente de ser un ladrón y no le devolvería el libro. "Además, es mi amigo".

—¡Suéltale! —gritó, poniéndose delante del Moguri en posición amenazante—. Te ha dicho que no ha robado nada, ¡déjale en paz!

Hitori no podía controlar la rabia. Si aquel Moguri seguía molestando a Fyk, estaba seguro de que acabaría golpeándolo.

[Final Fan]

Suspiré aliviado al ver que Hitori al menos sí me creía. ¿Qué habría pasado por la cabeza del moguri al considerarme un ladrón? ¿Había sido su primera sospecha o simplemente se estaba descargando conmigo? Pensé que, al menos, la cosa ya se había solucionado. Qué ingenuo.

—¡Cómplice! —exclamó Moglin, convencido— Lo encubres porque sabes que es culpable, ¿eh, kupó?

Todavía agarrándome, el pequeño ser alado se dirigió correteando hacia mi compañero, arrastrándome con él. Como vio que a Hitori no sería tan fácil cogerlo de un brazo y llevarlo a rastras hacia el despacho de Nanashi, hizo aparecer una lanza en su mano libre y le apuntó con ella para que caminase.

—¡Andando, andando! ¡Los dos os vais a ganar una buena reprimenda, kupó!

—¡Pero que ninguno de los dos hemos hecho nada! ¡Le digo que el Maestro Kaz...!

Moglin giró su cabeza muy rápidamente para dirigir sus ojos hacia mí. En su rostro se dibujaba una expresión de ira que no recordaba haber visto en ninguna otra cara antes, y menos en la de un moguri. ¿Seguro que Moglin era así de mezquino siempre? ¿O le habría pasado algo que le había afectado? Fuese como fuese, sus penetrantes ojos se habían clavado en mí y me habían hecho enmudecer. Daba miedo.

[Hitori]

—¡Cómplice! —aquella acusación heló la sangre de Hitori, quien empalideció de golpe, dejando atrás por completo la rabia y la seguridad que ésta le provocaba. Se había metido en un buen lío— Lo encubres porque sabes que es culpable, ¿eh, kupó?

El pequeño ser alado se dirigió hacia el joven, quien dio un paso hacia atrás. No intentó huir, ya que no podía abandonar a su compañero, pero una parte de él deseaba hacerlo y librarse de todo aquel embrollo. Había amenazado a un Moguri, y Hitori temía que eso pudiera conllevar un castigo severo. Sin que el chico pudiese hacer nada, el Moguri invocó su lanza y, apuntando a su espalda con ella, le ordenó avanzar.

—¡Pero que ninguno de los dos hemos hecho nada! ¡Le digo que el Maestro Kaz...!—intentó excusarse nuevamente Fyk, pero lo único que logró fue que el Moguri le dirigiese una profunda mirada llena de rabia que sorprendió a Hitori. "¿De verdad los Moguris pueden cabrearse tanto...? Es extraño...", pensó, mirando la temible expresión del aparentemente inofensivo ser. Tenía una mala sensación acerca de aquello.

—Puedo aprovechar... —se le pasó por la cabeza, percatándose de que tenía la oportunidad de zafarse de la lanza del Moguri. Todavía tenía la Llave invocada y podría ponerse en posición para luchar. Era una locura que podría acarrearle aún más problemas. Pero pensó que quizás, si consiguiese derrotar al Moguri, éste le escucharía.

Con toda su velocidad, Hitori se apartó del Moguri y de Fyk, blandiendo su Llave, preparado para luchar.

[Final Fan]

En cuanto Hitori hizo su movimiento, una sucesión de eventos ocurrió rápidamente: el chico se alejó de Moglin y yo, yo me caí el suelo tras un poco delicado empujón, el moguri aleteó fuertemente sus alas y, suspendido en el aire, acercó céleremente su cara a la de mi compañero. Los dos rostros estaban a menos de un palmo el uno del otro, y la tensión se respiraba en el aire. Aquel moguri parecía MUY enfadado.

—¡E-eh...! —articulé, ahogadamente— ¡No hace falta llegar a...!

—¡¡Vosotros lo robasteis, kupó!! —me interrumpió Moglin sin mirarme, gritándole potentemente a Hitori— ¡¡Kupó, qué casualidad!! ¡¡Un tomo de Los Mundos Oscuros desaparece de mi posesión y al día siguiente un niño pequeño aparece leyéndolo en el mismo lugar en el que lo había estado haciendo yo!! ¡¡KUPÓ!!

Moglin había estado expulsando saliva sin querer con cada sílaba fuerte que articulaba. Mientras hablaba, su vociferante tono iba cambiando de tono. Comenzó chillando airadamente, pero las últimas palabras (y en especiál el kupó que cerró su discurso) sonaban más a gritos de agonía. De repente, el moguri dejó de volar y cayó al suelo de rodillas, sin decir nada durante unos segundos. Por mi parte, comenzaba a comprender lo que le pasaba... sus siguientes palabras confirmaron mis sospechas.

—¡M-Moglin n-nunca p-pierde n-nada, kupó! —dijo, con la voz quebrada— Si el Jefe se entera d-de que h-he perdido u-uno de los ejemp-plares de uno d-de los l-libros de s-su colección y-yo... ¡yo...! ¡¡Kupó!!

Moglin se quedó quieto en el sitio, mirando al suelo. Olvidé las acusaciones que había hecho sobre Yagari y yo y me acerqué a él, ya menos intimidado por el moguri, que ahora parecía mucho más pequeño. El pobre había perdido un libro y seguramente había estado desesperado por encontrarlo... lo comprendía bastante bien. Además, deducía por sus acciones que seguramente era considerado uno de los moguris más duros de su grupo. Que una cosa tan banal como perder un libro pudiese acabar con su reputación seguramente le afectaba bastante. Cuando hube llegado a su posición, me puse en cuclillas y le hablé al ahora tembloroso ser alado.

—Oye, te ayudaremos a buscarlo—me ofrecí, y miré a Hitori— ¿Verdad?

Moglin alzó su pequeña cabeza y su pompón se zarandeó como un juguete, acentuando la ternura de su arrepentida mirada, que alternaba entre Hitori y yo.

—¿L-lo haríais? ¿Después de lo que he...? —su voz volvió a quebrarse y no pudo continuar hablando.

[Hitori]

Hitori permaneció en silencio, manteniéndose impasible mientras el Moguri le gritaba. Cuando llegó al punto álgido de su griterío, finalizado con un potente "Kupó", el pequeño ser alado bajó hasta el suelo y se arrodilló, temblando. Hitori se acercó un paso, todavía alerta por si era un farol, pero pronto bajó la guardia cuando vio que Moglin empezaba a hablar de nuevo, esta vez con una voz destrozada y triste.

—¡M-Moglin n-nunca p-pierde n-nada, kupó! —Hitori se sintió fatal por su forma de actuar con el Moguri al instante tras escucharle tan decaído— Si el Jefe se entera d-de que h-he perdido u-uno de los ejemp-plares de uno d-de los l-libros de s-su colección y-yo... ¡yo...! ¡¡Kupó!!

El chico bajó la cabeza ligeramente, arrepentido, mientras hacía desaparecer la Llave de su mano. Observó que Fyk se acercaba al Moguri, intentando animarle.

—Oye, te ayudaremos a buscarlo—dijo Fyk, mirando a Hitori, con unos ojos que le pedían su colaboración— ¿Verdad?

—Sí... —murmuró Hitori, mientras asentía con la cabeza—. Um... Moglin, lo... lo siento mucho. No debería haberme comportado sí, p-pero... no podía soportar ver que acusaban a un amigo. Perdón...

El chico bajó la cabeza en señal de disculpa, esperando a que Fyk o Moglin dijesen algo.

[Final Fan]

Me alegré cuando Hitori me llamó "amigo". Hacía mucho tiempo que nadie me llamaba así. Se me dibujó una sonrisa en la cara.

Por su parte, Moglin parecía a punto de estallar en lágrimas, pero hizo un enorme esfuerzo para contenerse y mantener el tipo. Se levantó y apoyó su lanza en el suelo con fuerza, daba la impresión de para reafirmarse a sí mismo. Cerró un momento los ojos y asintió, como si hubiese tomado una decisión.

—No —dijo, decidido—. Es mi responsabilidad, kupó. No debería haberos culpado en primer lugar, he sido un estúpido, kupó.

Con un aspaviento hizo desaparecer su lanza y, en su lugar, extendió sus manos e hizo materializarse un grueso tomo negro con letras plateadas. Hizo un gesto con la cabeza para llamarme y darme a entender que me estaba devolviendo Los Mundos Oscuros.

—Mi libro... —dije, aliviado, cuando al fin tenía el tomo entre mis manos— Pero... puedo prestártelo un tiempo, si quieres. Para guardar las apariencas mientras no encuentras el tuyo y tal...

—Gracias de corazón —dijo Moglin, sincero—, pero no. Mi descuido es una carga que debe pesar sólo sobre mí, kupó. Ya... os he involucrado suficiente —quiso dejar de hablar, pero tuvo que continuar al ver mi expresión alicaída—. En serio, que no os preocupéis, kupopó...

Moglin parecía bastante incómodo con la situación, así que decidió que irse de allí sería la mejor opción en aquel momento. Hizo un gesto con su mano y comenzó a alejarse revoloteando por el aire, escudriñando los alrededores seguramente en una última esperanza de encontrar su libro en algún lugar en el que ya hubiese mirado. Antes de desaparecer por la entrada a la colina, se paró en seco y miró hacia atrás.

—¡Te he dejado algo dentro del libro como compensación, kupó! —exclamó desde lejos, un tanto avergonzado— ¡Lo hice rápidamente en un rato libre que tuve, así que ni se te ocurra darle más importancia de la que tiene, kupó!

El moguri desapareció al fin de la vista y me dejó intrigado. Cuando me fijé mejor en el libro, vi que colgaba una cadena de entre las hojas. Cuando lo abrí, vi que en su interior había un bonito llavero, como si fuese un marcapáginas.

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—¿Y esto? —pregunté al aire, para luego dirigirme a Hitori— Oye, ¿tú sabes lo que es?

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El llavero está comprado ya. Espero que no importe que lo consiga así, pero como vi lo del repartidor algún otro encuentro pues supuse que no habría problema.

[Hitori]

A pesar de la oferta de Hitori y Fyk de ayudar al Moguri a buscar su libro, éste se negó. Parecía decidido a encontrarlo por su cuenta, ya que, como Moglin les dijo, era su responsabilidad. Hitori se animó un poco al ver al Moguri recuperado de su pequeña depresión. Sin embargo, seguía arrepentido de sus actos, pero no dijo nada más. Moglin parecía haber aceptado sus disculpas.

Con un destello, hizo desaparecer su lanza y, en su lugar, apareció el libro que Fyk tanto ansiaba recuperar. Hitori le sonrió al pequeño azulado, contento de que hubiese recuperado el libro.

—Mi libro... —Fyk cogió el grueso tomo con ambas manos, mirándolo aliviado.

—Me alegro de que lo hayamos recuperado —comentó Hitori por lo bajo, quizás sin ser escuchado siquiera.

—Pero... puedo prestártelo un tiempo, si quieres. Para guardar las apariencas mientras no encuentras el tuyo y tal... —ofreció el extraterrestre, acercándole el libro al Moguri.

—Gracias de corazón —contestó Moglin—, pero no. Mi descuido es una carga que debe pesar sólo sobre mí, kupó. Ya... os he involucrado suficiente —Hitori permaneció en silencio, observando el semblante preocupado de Fyk—. En serio, que no os preocupéis, kupopó...

Tras esto, el Moguri salió volando, pero se giró cuando ya se había alejado para informarle a Fyk de que había algo para él en el libro. El pequeño abrió el oscuro tomo y sacó de él una cadena con una especie de medalla plateada adornada con una pequeña piedra preciosa verde en el centro. Hitori reconoció de inmediato de qué se trataba.

—¿Y esto? —preguntó, para luego dirigirse al joven— Oye, ¿tú sabes lo que es?

—Ajá —asintió Hitori—. Es un llavero para la Llave Espada. Si se lo pones a tu Llave, cambia de forma y de atributos —hizo una pausa mientras miraba el Llavero—. Lo sé porque encargué uno desde Ciudad de Paso... aunque aún no lo he recibido. Supongo que ho...

El chico cortó la frase de golpe, recordando algo.

—...Que hoy lo recibiré. Se me había olvidado —el joven se dio un golpecito en la cabeza, esbozando una sonrisa inocente—. Debería volver a la habitación antes de que el repartidor se vaya. ¿Vamos?

[Final Fan]

—Ajá. Es un llavero para la Llave Espada —me confirmó Hitori—. Si se lo pones a tu Llave, cambia de forma y de atributos.

—¡Kaah'rad! —dije, ilusionado.

—Lo sé porque encargué uno desde Ciudad de Paso... aunque aún no lo he recibido. Supongo que ho...

Detuve lo que estaba haciendo cuando Hitori cortó su explicación de repente. Había invocado la Llave Espada y estaba intentando cambiarle el llavero, pero me interesó más saber qué le habría pasado a Yagari.

—...Que hoy lo recibiré. Se me había olvidado.

Solté una ligera carcajada cuando dijo eso. Casi me había preocupado.

—¡Hoy parece que todos tenemos la cabeza en las nubes! —comenté, comenzando a reírme con más fuerza.

—Debería volver a la habitación antes de que el repartidor se vaya. ¿Vamos?

—¡Ah, sí, claro, claro! —dije, acabando de colocar el llavero en mi Llave Espada.

Con un potente destello blanco, mi arma comenzó a vibrar y me cegó durante unos segundos. Cuando pude volver a enfocar la vista en mi Llave Espada, vi que había tomado una forma bastante más estilizada que la que tenía antes, de colores cúpricos y negros entremezclados y con un mango anguloso, del que se extendía una corta hoja.

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—¡K-kaah'rad! —repetí, con los ojos como platos.

Tras mi corto momento de estupefación por el cambio de llavero, recobré la compostura e hice desaparecer la Llave Espada. Miré a Hitori con una sonrisa que debía ocuparme toda la cara, y le cogí de una mano para arrastrarle al edificio residencial. No sería justo que no recibiese el paquete por no estar en su habitación. Mientras caminábamos rápidamente, me di cuenta de que era capaz de hablar de cosas más triviales con mi nuevo amigo, llegando a bromear incluso.

—¡Si es que nadie de este mundo tiene remedio!—dije, divertido— Todo el mundo parece dejarse este libro en algún sitio. En vez de Los Mundos Oscuros debería llamarse Los Mundos Olvidados o algo así, jaja.

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Encuentro acabado y listo para puntuación. ¡Esperamos que os haya gustado! :DD