[Encuentro] La miel es deliciosa

[Deja]

Mientras Zait habla, me entra un poco pánico al adentrarnos en la cueva, y además aumenta cuanto más hacia dentro estemos.

—¡Tengo miedo, tengo miedo! —susurro para que me oiga, aunque lo digo demasiado bajo.

Noto un escalofrío a mis espaldas y me doy la vuelta apresurada, buscando algo a lo que echarle la culpa. Olvido completamente que estamos en un mundo diferente, y me centro en la salida, una pequeña luz tenue que se refleja en el terrorífico lugar.

—¡Vamos ya! —grito mientras corro—. ¿Dónde está la salida? Zait, ¡Zait! —ya un poco descontrolada, encuentro la salida, tal y como estaba antes.

Salgo y veo el ambiente, lo reconozco, y me dirijo sin mirar hacia atrás hacia donde he venido. Vuelvo a ver todos los árboles de distintos tipos, aunque mayoritariamente acres, y las flores que he cogido antes para Zait. Voy tan ofuscada en mi objetivo que tropiezo con una rama, pierdo el equilibrio pero no llego a correr. Lo único que hace tanta prisa es cometer errores.

Estoy en el mismo punto en el que he aparecido cuando habíamos llegado, el mismo lugar. Me posiciono de la misma forma y cierro los ojos.

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Se acaba, acabóse mi participación.

[Little Sho]

Sorprendido, me di cuenta repentinamente que Dejay no estaba a mi lado, por lo que me puse muy nervioso. ¿Y si se había perdido? Me adentré aún más en la cueva, en busca de Dejay, pero no había ni rastro de la joven. Tras darme cuenta de que no hacía más que dar vueltas en círculos en el interior de la cueva, esperé que Dejay hubiese encontrado la salida. "Tampoco estábamos muy lejos, seguro que salió afuera", pensé para calmarme. La luz del exterior cegó mis ojos acostumbrados a la oscuridad del interior de la cueva. Alcé mi mano y me cubrí los ojos con su sombra, hasta que pude ver bien. Miré a todos lados y busqué cualquier tipo de pista que indicase el paradero de mi amiga, buscaba con empeño aunque fuese un hilo rubio de su lacio cabello.

— ¡Dejay! ¡Dejay! ¿Estás aquí? —grité a ningún sitio. Tras un largo instante de silencio, me dirigí hacia la casa de Pooh. Al llegar, me acerqué a la parte de atrás del enorme árbol, y escondido en un pequeño arbusto encontré el libro de "Chocobo Tales" que había escondido. Tenía pensado leerlo aquél día también, pero sería mejor que me lo llevase a la biblioteca y buscase a Dejay.

Entré en la casa de Pooh y dejé el tarro de miel, que había traído conmigo de la cueva, encima de la mesa y me alejé entre los árboles para salir del libro. Me dispuse a dejar el libro en la biblioteca y buscar a Dejay. En alguna parte de Tierra de Partida debía de estar, si no, hablaría con algún maestro. Estaba preocupado.

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FIN del encuentro.

[Soul Artist]

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—¿Adónde vas, kupó?

Quizá Zait tenía intención de irse a buscar a su compañera, pero su paso se vio interrumpido por una voz graciosa y dulce que surgió tras la casa de Pooh. Al girarse al verla la reconoció: se trataba de un pequeño moguri que volaba cerca de él. Se acordó dehacía poco el líder de los moguris de Tierra de Partida dado un aviso de que sus subordinados habían desaparecido durante sus vacaciones. En seguida se dio cuenta de lo que pasaba: había encontrado a uno de ellos.

—¡Kupókupókupó, mielcita!

El moguri se lanzó a por el tarro que acababa de traer el joven, muy hambriento del delicioso contenido que traía. Sin más dilación y sin importarle indicaciones del chico, comenzó a comer de él.

[Deja]

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Ooo, ¡mogu mogu!

Tras estar un minuto con los ojos cerrados y notar el suave movimiento del viento, los abro con tantas ganas como el que no hubiera comido en días y tuviera la comida delante. Y, a la par, me disgusto porque sigo en el bosque.

—"¿Por qué sigo aquí?"

Empiezo a caminar y de súbito me acuerdo de mi compañero Zait, repaso con la mente lo que acabo de hacer y me maldigo a mí misma. Lo he dejado sólo dentro de la cueva por culpa de mi capricho. En serio, tengo que dejar de hacer esas cosas y pensar un poco más en la confianza que tienen los demás en mi. Pero a veces, si hago lo que me dicta la mente salgo mal parada, y si hago lo que me dicta el corazón —como ahora— también.

—"Soy realmente tonta, pobre Zait. ¡Tengo que ir a junto de él!"

Corro tanto como mis piernas me lo permiten, por el pequeño camino que vine, en menos de media hora ya había pasado dos veces por el mismo sitio; recuerdo la raíz y salto justo a tiempo. Veo la pequeña silueta de Zait alejándose de la cueva, con un destino fijado.

—¡Zait! ¡Zait! —grito, aunque me temo que no me ha escuchado— Espera...

Sigo mi carrera en su búsqueda, cuando llego a estar detrás del arbusto, me encuentro a Zait hablando con una pequeña criatura, un moguri. Había visto unos cuantos por Tierra de Partida así como había recibido el aviso de que algunos se habían perdido por los mundos. Pienso en ir a cogerlo, pero estaría mal no pedir perdon a Zait. Y, además, el moguri está comiendo.

—¡Zait! ¡Perdon! —grito mientras me acerco más hacia él—. Lo siento muchísimo, es que me puse nerviosa.

[Little Sho]

Me sorprendí cuando una dulce voz interrumpió mis pensamientos de camino a la casa de Pooh, en mi intento de darle la miel.

—¿Adónde vas, kupó?

¡Era uno de esos pequeños peluchitos que estaba de vacaciones! El líder Moguri nos pidió que los buscasemos... ¡Y había encontrado uno! Al final resultó que la miel sí que traía una pequeña recompensa, a parte de un dulce sabor. Pensé en que me hubiese gustado de Deja estuviese ahí, y hubiésemos encontrado al moguri juntos.

—¡Kupókupókupó, mielcita!

Pero de repente, el rosado moguri se abalanzó sobre el tarro y empezó a comer de su miel. Parecía disfrutar de aquello.

— ¡Eh! peluchito! —llamé a la rosada criatura mientras alejaba el tarro de él. — Tú no estarás todavía de vacaciones, ¿verdad? —inquirí con algo de voz seria. — Tendrás tu miel, pero primero tenemos que hablar —y cerré el tarro con la mano a la vez que lo guardaba con un abrazo entre mis manos. — Además, esta miel es de Pooh.

Repentinamente, apareció Dejay cerca mía. La miré de arriba abajo y sonreí. Me alegré de que estuviese aquí, aunque ella parecía nerviosa, y se acercaba hacía mí mientras me hablaba en alto.

—¡Zait! ¡Perdon! Lo siento muchísimo, es que me puse nerviosa.

— No te preocupes, aunque me asusté. ¿Qué te pasó?

[Soul Artist]

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—¡Esa es mi miel, kupókupókupóoooo! —se quejó el moguri, pataleando en el aire y extendiendo sus brazos hacia el tarro de miel. Parecía estar desesperado por alcanzarlo y seguir comiendo el dulce líquido empalagoso, e incluso parecía más activo que cuando Zait lo vio por primera vez.

El compañero del chico, Dejay, llegó entonces. La rosada criatura vio su oportunidad y se abalanzó a por el tarro; rápidamente logró arrebatárselo al joven aprendiz y echó a volar, con algo de pesar, a una de las ramas del árbol. Una vez arriba, abrió la tapa y comenzó a comer directamente de su interior, hambriento.

—¡Ji, ji, ji! —rió el moguri, fuera del alcance de ellos—. ¡Moglet es feliz, Moglet es feliz!

[Deja]

—Es que tuve mucho pánico, me puse nerviosa de golpe.

Veo el moguri robando la miel de mi compañero y saltando hacia el árbol. La pequeña criatura no es tonta, ha aprovechado el tiempo de mi respuesta —que distrajo a Zait— y ha escapado.

—Necesitamos llevarlo a Tierra de partida ¿verdad? —comento a Zait, dispuesta a coger al moguri—. Por las buenas o por las malas.

Intuyo que Zait quiere o bien recuperar su miel, o bien llevar el moguri a Tierra de Partida y dar a entender a los maestros que es buen aprendiz. Como quiero que no se enfade Zait conmigo, decido ayudarle cogiendo al moguri, o a la miel.

Salté una vez, al ver que no llego a mi objetivo vuelvo a saltar utilizando la habilidad doble salto, recuerdo mis viejos tiempos, cuando robaba en Agrabah. Hago la misma estrategia, que es arrebatar de sus manos el tarro.

Prosigo con el plan, pero, en vez de devolver la miel a Zait, me quedo con ella.

—Moguri, ¡si quieres la miel tienes que venir con nosotros a Tierra de Partida! —le digo— ¡Se han acabado tus vacaciones!

[Little Sho]

—Es que tuve mucho pánico, me puse nerviosa de golpe.

— No te preocupes —dije en tono muy bajo. En parte me sentí algo mal, por que se fue sin decirme nada dejándome preocupado, pero ahí estaba otra vez. Sin embargo la aguda voz del moguri con afán hiperactivo despejó mis pensamientos tras arrebatarme el tarro de miel y huir, alegre como un crío. Menudo bribón rosado, ya no me parecía tan mono. Salió volando hasta lo alto de una una rama del árbol, mirándonos desde arriba, para proseguir devorando la miel.

Dejay dió dos grandes saltos, uno de ellos en el aire, para llegar hasta la rama y seguir su plan de arrebatar de sus bracitos la miel a Moglet, que así dijo que se llamaba.

Por mi parte, me puse a pensar en posibles planes extra... Podría esperar a que se cansase de la miel, con fe en que quisiese más, y usar otro tarro de cebo. O esperar a que se empachase y con la barriga llena llevárnoslo, tanto azúcar no le vendría bien. Pero me preocupaba el tarro, quería dárselo al osito Pooh. Podríamos incluso atacarle, pero es un plan que supuse Dejay pondría en marcha. Negociar con el amiguito rosa con extra de energía había sido nulo, al menos en mi anterior intento.

[Soul Artist]

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Quizá Dejay pensase que con un Doble Salto llegaba a la rama, pero le quedaba bastante más para poder alcanzar al moguri. Por tanto, no le pudo quitar el tarro de las manos. Por tanto, la adorable criatura continuó comiendo el dulce líquido, mientras ella le señalaba que sus vacaciones habían terminado.

—¡Kupókupókupóooooo! ¡Mis vacaciones no han terminado! O igual sí... ¿Qué día es...?

El moguri dejó de lado el tarro y bajó volando del árbol con él, devolviéndoselo a Zait. Si comprobaba su contenido, podría ver que estaba absolutamente vacío: el rosado peluche no había dejado ni una gota para el pobre osito Pooh. Sin embargo, a este no parecía importarle lo más mínimo, pues se pasaba la mano por la barriguita mientras rebosaba de felicidad.

—¡Kupókupókupóooooo! ¡Gracias! ¡Soy feliz! ¡Rica miel! Mi nombre es Moglet, ¡amante de los dulces y el hacha es mi arma! Aunque Mog dice que debería dejar el azúcar, ¡jamás lo haré, kupókupókupóooooo!

[Little Sho]

Tal y como me temía, Dejay no pudo alcanzar la rama del árbol, y Moglet siguió comiendo de la miel.

—¡Kupókupókupóooooo! ¡Mis vacaciones no han terminado! O igual sí... ¿Qué día es...?—dijo en contestación a las palabras de Dejay.

— Es el día de volver. Mog os está buscando a ti y a unos cuantos más. Yo que tú aprovecharía que todavía no ha llegado ninguno, seguro que te cae una menor reprimenda que al último que vuelva.

Tras eso puse mis brazos en cruz y esperé alguna respuesta de la rosa criatura. En cambio, Moglet se limitó a bajar y darme el tarro de miel, el cual se encontraba vacío. Hice una mueca con la boca y miré el fondo del tarro sin aparente miel. El desaprensivo moguri, por su parte se rascaba la tripita a modo de profunda satisfacción.

—¡Kupókupókupóooooo! ¡Gracias! ¡Soy feliz! ¡Rica miel! Mi nombre es Moglet, ¡amante de los dulces y el hacha es mi arma! Aunque Mog dice que debería dejar el azúcar, ¡jamás lo haré, kupókupókupóooooo!

— De nada... —dije con un suspiro. — ¡Pero podrías haberla pedido antes!, esta era para mi amigo Pooh —fruncí el ceño y cogí el tarro para dejarlo cerca de la casa de Pooh.

— Después vendré a por más miel para dársela —terminé entre suspiros.

Seguidamente me acerqué al moguri. Mi plan era atraparle entre mis manos, por lo que lo puse en marcha, a la par que le reprimía.

— ¡Y tú te vienes con nostros! Si no, ¿ves a esa chica de ahí? —dije señalando a mi amiga. — Pues es muy fuerte, y tiene mal genio, conviene portarse bien.

[Deja]

Y no llego. Salto y no llego a coger el tarro de miel del moguri. Me quedo a unos metros, pienso que ojalá existiera un triple salto o algo por el estilo, lo anoto en mi mente y decido practicarlo al llegar a Tierra de Partida en mis entrenamientos.

Ya pensando en la recompensa que me otorgarán los maestros al llegar a Tierra de Partida, empiezo a saborear el gusto que me da el haber encontrado al moguri.

—¡Eso! Hay que volver a casa, que seguro que por llegar primero hasta te recompensan. El moguri más trabajador y más aplicado —intento sonar todo lo convincente posible, aunque no lo consigo.

El moguri baja del árbol y le entrega el tarro —sin miel— a Zait, visualizo en mi mente la rápida acción de atrapar a la criatura entre los dos con las manos y llevárnosla a Tierra de Partida. Estoy completamente segura de que mi compañero piensa lo mismo, aunque espero a que inicie el la operación para que no haya malentendidos.

—Exacto, tengo ¿mal genio? —reprimo a Zait mientras se acerca al moguri— ¿En serio crees que tengo mal genio?

De repente, caigo en la cuenta de que Zait lo dice sólo para amenazar al moguri. Tan pronto como me doy cuenta de mi error, me lanzo hacia el moguri a la par que el aprendiz. Lo intento atrapar con las manos.

[Soul Artist]

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—¡Kupóooooo!

Los dos atraparon al moguri, que se revolvía como un loco intentando librarse de ellos. Lo tenían bien retenido entre ambos, aunque, al mínimo descuido, se colaría entre los brazos de los dos aprendices y se daría a la fuga.

—¡He captado el mensaje, kupókupókupóooooo! ¡Ahora soltadme, quiero ir por mis alas, kupóooooooooo! Moglet no es feliz así, le estáis haciendo daño...

Así solo les quedaba salir del libro y reunirse con Mog, que normalmente se encontraba en la habitación del trono o las cocinas. O también podían dejar al moguri suelto, el cual igualmente iría por su propio camino y se reuniría con él.

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Sea cual sea vuestra decisión, contará para ambos el haber encontrado el moguri. Si vais a acabar aquí soltando al moguri -y por tanto yo no interviniendo más-, dejad cuántos PX de haber encontrado a la criatura os repartís.

[Little Sho]

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Los PX se repartirán así: 7Zait/3Dejay :3

—¡Kupóooooo!

La maniobra resultó un éxito, el moguri pataleaba intentando librarse de nosotros, aunque eso sí, valdría la pena mantenerlo agarrado, el pequeño bribón podría irse con un vistazo a otro lado.

—¡He captado el mensaje, kupókupókupóooooo! ¡Ahora soltadme, quiero ir por mis alas, kupóooooooooo! Moglet no es feliz así, le estáis haciendo daño...

— De eso nada, te soltaremos cuando hayamos salido del libro, en Tierra de Partida. ¡Pobre de ti como no vayas a ver a Mog!

Hice un gesto a Dejay para que nos dirigiésemos al camino de al lado de la casa de Pooh, para así salir del libro y posteriormente, en la biblioteca, liberar al moguri y terminar con aquello.

— Vamos por aquí, por el camino —indiqué. — Por cierto, Dejay, gracias por acompañarme —finalicé con una sonrisa.

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Ahora sí, fin del encuentro para Zait :3

[Deja]

Con el moguri agarrado y con intentos fallidos de soltarse decido no dejarlo escapar.

—¡No! Tú te vienes con nosotros moguri, que nos recompensan por llevarte. ¡Anda! Ven que así no te pierdes, enano.

A la par, yo y Zait lo llevamos a través de un pequeño camino que había al lado de la casa de madera. ¡Y vaya casa! Es la única de toda la zona y no parece una porquería ni nada, desde fuera está cuidada. Asiento al gesto que me hace Zait y sigo nuestro camino.

—Zait, nada. En el fondo volví por que te había dejado solo. Lo siento mucho —me disculpé un poco resignada y triste—. Aunque, gracias a que he vuelto hemos encontrado el moguri. Quizás si estuvieras tú solo no podrías darle caza. ¿Quién sabe?

Seguimos nuestro camino, y al llegar casi hasta el final comento para finalizar.

—Otro día tenemos que ir a otro mundo, que seguro que ya te dejan los maestros. Si has encontrado al moguri te recompensarán.

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De acuerdo con el 7/3, qué remedio...

[Soul Artist]

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¡Encuentro finalizado!



Recibís:

Dejay Lion.
23 PX por Encuentro.
3 PX por Moguri.
12 PX para Nivel 9

Zait Laind.
26 PX por Encuentro.
7 PX por Moguri.
Level 5 reached!
20 PX para Nivel 6

¡Seguid buscando moguris! Tenéis una nueva pista en el tema de la Sidequest.