─Dejadme de una vez.
Hikaru parecía cansado, incluso sumiso. ¿Cuál sería la razón por la que Saxor lo estaba persiguiendo? Pronto lo averiguaría... o quizás no.
─ Espera, Hikaru.─le dijo mi compañero.
Entre los dos se dio un breve intercambio de... ¿miradas? No estaba seguro, ya que a Hikaru no podía verle la cara. Sin embargo, parecía pensativo. Aquello me me resultaba confuso.
─Fyk, déjalo. Nos vamos nosotros.
─¿Qué? ¿Sí? ─pregunté, incrédulo─. ¿E-en serio?
Miré a Hikaru, sin saber cómo reaccionar. ¿Qué había pasado de repente? ¿Por qué Saxor ya no estaba interesado en su conocido? ¿Acaso había descubierto algo? No llegaba a comprender nada. Fuese como fuese, mi compañero abrió un portal hacia el intersticio entre los mundos. ¿Acababa allí la persecución, entonces? No podía evitar tener la sensación de que nos dejábamos algo sin hacer.
─Siento haberte atacado─ se disculpó Saxor.
¿Había empezado él, entonces? ¿Y ahora se arrepentía? No... ¡no entendía nada!
─Kei gulaj keien... ─musité, apretándome el brazo debajo de la camiseta para activar mi armadura.
Lancé la Llave Espada al aire y apareció mi vehículo, aquella plataforma con un manillar flotante dividido. ¿Qué pretendía Saxor? Me adelanté y salí de Villa Crepúsculo un poco antes que él, dejándolo a solas con Hikaru... pensé que podría necesitarlo.