La moguri entró y se acercó revoloteando nerviosa hacia nosotros. Parecía algo sonrojada por la vergüenza que sentía al estar frente a tanta gente desconocida, o tal vez era producto de las temperaturas que azotaban en mundo aquel día.
El caso era que ella, la moguri estaba enfrente nuestra y yo no sabía que decir.
—¡Hola, kupó! —saludó efusivamente—. Soy Migara y quiero ayudaros, ¡kupó!
Asentí con la cabeza recibiendo y memorizando el nombre del pequeño y esponjoso ser volador.
—Un placer —dije con una simpleza que me hacía parecer bastante seco, viendo que la Moguri había fijado su atención en mí decidí hablar un poco más—. Soy Ragun, uno de los miembros de esta misión.
Supuse que salvo Hikaru, los demás no necesitarían presentarse a la pequeña moguri por lo que me puse en pie.
—Como estamos todos reunidos... ¿Os parece mejor ir a la biblioteca? Allí estaremos más frescos y podremos conseguir planos de Tierra de Partida donde poder trazar un circuito.