Más grietas iban apareciendo. Xayim miraba su arma, extrañado. ¿Qué diantres le había hecho? Si el arma de Ragun era capaz de hacer eso... Ni siquiera sabía qué efectos había tenido en él. Aunque... Se sentía más poderoso.
─
¿Estás bien? ─preguntó a Xayim. Este no respondió, ya que seguía sopesando los efectos sobre su cuerpo... y sobre su arma─.
No te preocupes por tu llave espada, creo que se debe a que está cambiando. Aunque...
>>¿
Fue mi culpa?¿Así que su llave espada estaba cambiando? Entonces, mirando en los recuerdos de Saxor, pudo ver que a Ragun le pasó exactamente lo mismo. Mientras Ragun miraba su arma, Xayim miraba la suya. En ese momento, la Cadena del Reino era completamente negra, y las grietas seguían creciendo.
─
De todas formas, no hacemos nada aquí parados. Completemos esta misión.─ Dijo su compañero. Xayim, al oír esto, se levantó.
─
Sí...─ En mitad de la respuesta, se dió cuenta de que su voz era la de Xayim, no de Saxor. Para disimular el cambio de voz (sin saber si se había dado cuenta), se aclaró la garganta─
Sí, vamos. Quiero irme de este apestoso lugar.─ Y, tras ello, empezó a andar.
Al rato, las grietas llegaron hasta la punta, ocasionando que la llave espada se rompiera en cientos de pedazos minúsculos. Sin embargo, a diferencia de Ragun, no fue una llave espada nueva lo que en su interior se encontraba, sino una especie de líquido negro, que cayó al suelo.
─
¿Qué...?─ Dijo, sorprendido, al ver como esa oscura masa se desintegraba en el suelo. ¿Había perdido su llave espada? No, se resignó a creerlo. Intentó invocar su llave espada, y... Funcionó, pero de una forma un tanto extraña. Sombras solidificadas empezaron a salir del suelo, generando un vórtice en su mano al juntarse. Empezaron a tomar, rápidamente la forma de la nueva llave espada de Xayim... y el símbolo que se repetía en ella dejaba más claro si era posible el estatus de Xayim.
─
Je, me gusta.─ Comentó, aliviado. Sin embargo, no quitaba el hecho de que aquello había sido por culpa de ese Doctor, y eso le irritaba. Algún día le encontraría, y le mataría... Antes de que pudiera pensar en nada más, el sonido de una armadura moviéndose sonó a través del pasillo de carne. ¡Estaban cerca del Soldado grande!─
Vamos, esta vez no se nos va a escapar.─ Dijo, mientras se ponía a correr.